Colección Pérdida. Coleccion de escritos, Todos por haber y más.

Hola, lamento no haberme pasado antes, he estado enferma, y bueno, aun lo estoy.​

espero que les agrade este one shot, y pido que me disculpen si ven muchos errores, lo que pasa es que no sé porqué me deja tantos espacios, cuando no hay ._.​

sin mas que decir, aqui les dejo mi one shot.
​

Dame una razón o más para no amarte, para no quererte…​

Era una bella tarde de verano, el viento soplaba un poco fuerte, pero era muy agradable, lo podía sentir en todo mí ser, mientras me dirigía a un gran y frondoso árbol.
Eres tan bella, siempre me fascinaba recordarte. Poseías un fino y angelical rostro, cuerpo perfecto, cabello largo y sedoso que te llega por la cintura, ojos cafés muy hermosos…
¿Por qué razón no habría de quererte? ¿Para no amarte? Eres simpática, inteligente, muy gentil, simplemente… ¡Perfecta!

— ¿Quién no podría quererte, si eres la mujer perfecta?...—Dije para mi mismo mientras observaba el cielo azul—He intentado todo para que te fijes en mi, alejando a ese crio de lobo rabioso, ese inútil humano Akitoki. Pero ¿Por qué aún así no quieres aceptar que me quieres? Que me amas....—Pronuncié en voz alta, mientras entrelazaba mis brazos, recostándome al árbol.

O será que si me quieres, pero… ¿Por qué insistes en que no puedo? Te lo he demostrado de mil maneras… En fin, hasta mi corazón te lo he dado, pero no he sido capaz de expresarlo, y tú te limitas a solo sonreírme.

— ¿Qué es lo que falta?—Me dije frustrado.
He intentado todo…
— ¿Algún día me lo dirás?

Me quema tanto esta ansiedad por saber si tú me quisieres, tanto como yo te quiero a ti. Me vuelvo loco por ti, no puedo ni pelear, no puedo concentrarme. ¡No aguanto esta soledad sin ti! ¡Ámame! ¡Te lo Exijo!

—Mi amor por ti es tan incondicional…Me has flechado, solo puedo decirte con el alma en los labios y en esta soledad que hay en el lugar, que te quiero—dije sumergido en mis propios pensamientos—Ah—suspiré.

Varias veces han pasado, en que trato de golpear al lobo rabioso, y aún no me dices nada, simplemente me miras enojada y lo único que consigo una y otra vez es una bella sonrisa en cada intento fallido para demostrarte cuanto te amo, luego de que digas tu conjuro.
¿Cuando me dirás la razón para no quererte? Mi querida Kagome, ¡Dímelo!

— !TE LO EXIGO, YA NO PUEDO MÁS¡—Grité con todas las fuerzas, mientras me dejaba caer al suelo, y recostándome nuevamente al árbol.

No puedo aguantar más la soledad que me va a matar, ansió que me ames, no me dejes en el olvido. Hazme el mínimo caso, lo anheló con mi alma. Soy alguien que no soporta que lo ignoren, ya deberías de entender eso muy bien niñata torpe…mi niñata linda y torpe…
De pronto nuevamente escuché el resoplar del viento, decidí acostarme en el suelo, aquella brisa era muy relajante, y el pensar en ella me relaja aún más, pero a la vez me irritaba, el no poder saber por qué no me aceptabas.

— ¡Ah!—Suspiré nuevamente—Kagome…—cerré mis ojos—solo dame una razón o más para no amarte, para no quererte…

Ya no poseo la misma cordura que antes poseía desde que te conocí, dejé de saber lo que esa palabra significaba, ahora era un pobre desesperado sin una gota de cordura…

Me irritaba de sobre manera, ya que siempre me mostré fuerte, ajeno a los pensamiento del amor ante alguna mujer.

Pero ella, ella era distinta, era mi Kagome, la cual me ignoraba por ser agresivo con nuestros amigos, y otros no tan amigos...Pero no podía culparte por eso, ya que siempre fui un hanyon hostil. Pero así aprendí a vivir, estando solo.

En el pasado me encontraba solo, y simplemente me encerraba en esa coraza de mal genio, para no sentir esa pálida tristeza de estar solo.

Pienso que de algo tuvo que haber servido, pero solamente me provoqué estar solo en la vida, esa esclavitud y cadenas que poseía, no me importaba saber quién soy, si es que soy alguien…

— ¡Aprendí Solo Maldición! ¡No puedes culparme!...
Pero gracias a ti, ahora no siento esas punzadas en mi corazón. Ya no me importa ya nada, solo me importa el estar vivo para amarte, para quererte…No sería nada sin ti.

He aprendido a pensar más con la cabeza, con el corazón y menos con los celos, y el enojo.
Pero no me atrevo ni aprendo aún expresarme con claridad, por eso espero poder llegar y decirte, “Te quiero, Te amo” esto es lo que he ganado contigo, sin que te des cuenta de eso…¿O simplemente me ignoras?

— ¿Quieres que te lo diga? ¿Quieres saberlo? —Escuché una hermosa voz femenina sacarme de lleno de mis pensamientos—entonces respóndeme… ¿Cuándo me dirás que me amas?...Yo no quiero que me demuestres tu amor con celos, con peleas, insultos...

O un intento fallido por llamar mi atención de esa manera. Si no, que me pidas que sea tú novia. Si me amaras me lo hubieras pedido desde un principio…o por qué no, me lo hubieras demostrado—escuché la voz de Kagome detrás del árbol—sé que a ti te es muy difícil, y por eso te he tenido la paciencia que te he tenido hasta ahora.

Me levanté rápidamente, buscando aquella dulce voz, me fijé en el árbol, pero ya no había nadie ni nada…

No quería hallarte con mi nariz, ansiaba poder encontrarte con mis ojos, quería deleitarme con tu hermosa belleza.

Levanté mi vista del árbol, percatándome de que esa persona tan querida, caminaba ya muy lejos ¿Cómo era posible? Me había visto como una completa tortuga ante ella.

Rápidamente, salí corriendo tras ella, deteniéndola con un agarre por su espalda.

— ¿Esa era la razón? ¿Por eso no querías todavía nada? ¿Sabes que soy demasiado distraído…y necesito ayuda? —Le dije en tono un tanto molesto.

—Sí, lo sé Inuyasha. Pero tengo la fe, de que puedas superarlo—sonrió dulcemente.
De pronto, un pensamiento pasó por mi mente, el cual me provocó nervios y sonrojos que Kagome había notado sin dificultad.

Pero que más daba, había decidido hacer algo, que ni en un millón de años se me hubiese ocurrido, pero quería intentar.

Así que besé tu cuello, sentí tu delicioso aroma a cerezos que tanto me trastornaba, y te abrace aún más.

—Entonces, intentaré, no dejaré que la cobardía me coma ¿Quieres ser a lo que tú dices, mi novia? —Le pregunté al acercarme a su oído.

Seguidamente Kagome se giró, para quedar frente a mí, me observó muy seria, y dijo:

—Mmmm… !Ya te habías tardado tontito!—Dijo sonriendo.

Rápidamente Kagome decidió casi saltar sobre mí, para así abrazarme nuevamente, provocando que los dos cayéramos al suelo.

— ¡Mira lo que has hecho, ya nos hemos caído!—Dije un tanto malhumorado, pero a la vez sonriendo.
— ¿Y qué importa?
—Esta bien, pero más cuidado la próxima vez ¿Quieres?

Ella me terminó besando, mientras que yo me deleitaba con el sabor de su boca, respondiendo aquellas dudas, que había llegado a tener por ella…mí querida Kagome. Ya que no hay una, o más razones para no quererte, para no amarte…

Espero que haya sido de buen agrado, y gracias a todas por tomarse las molestias en leer todos mis escritos ^^

 

hola, nuevamente vengo despues de tanto tiempo, y sé que diran que aun me falta actualizar mis otros fics, pero no se preocupes, estoy trabajando en ello cuando puedo, pues la Universidad casi no me da tiempo, pero no duden en que apenas las tenga listas les avisaré.​

sin decir mas, aqui les dejo mi nuevo one shot.​

Una promesa entre nosotros​

Aun recuerdo mi niñez…cuando te conocí mi querida Kagome…mi pequeño rayo de luz en la oscuridad, quién iluminó mi camino cuando más lo necesitaba…
Aún recuerdo lo dulce que eras y sigues siendo, es un recuerdo que tengo tan lúcido como si hubiese sido ayer…

“Observo a los niños jugar, mientras me quedo sentado en el piso. Tomo una pequeña rama en mis manos y empiezo a hacer pequeñas figuras en la arena…

Escucho los gritos y jugueteos de los demás niños, provocando que volviese a ver de dónde provienen aunque sea obvio…

Seguidamente veo a un chico correteando a una pequeña niña, ambos con una gran sonrisa en sus rostros, quisiera estar con ellos jugando con una pelota.

Si tan solo me dejasen ¿Porqué seré diferente? Siempre me miran con tanta discriminación ¿Por qué razón sus ojos muestran tanta frialdad hacia mí?

Raramente este niño se me quedo viendo, el chiquillo que correteaba a la misma niña de vestido azul había decidido acercarse a mí. ”

Fue una niñez dura, ya que había perdido a mi querida madre desde temprana edad, me encontraba muy deprimido, y habian muchas cosas de las cuales aún desconocía.
Me encontraba ignorante en un mundo de adultos, en dónde sólo existía el miedo a las cosas que desconocía la humanidad.

“— ¿!Qué miras tonto¡?—Cuestionó de manera altanera.
— ¿Eh? Y-yo—tartamudeé de manera nerviosa, llevando mi mirada hacia abajo.

No quería problemas, ya que siempre los atraía.

— ¿Eres uno de esos niños bestia verdad?—Se escuchó con desagrado, y asco en su voz—Eres un hibrido.

Híbrido ¿Eh? Ya había escuchado esa palabra antes, al igual que “Niño bestia” Esas palabras eran las que me hacían diferente, aunque no lo fuera, ya que podía sentir alegrías y tristezas como cualquier otro ser vivo, pero las personas simplemente no podían entender eso…

— ¿Y qué? No tiene nada de malo—contesté malhumorado por el tipo de voz que utilizó, y seguí jugando con la pequeña rama que tenía en mi mano.

— ¿Que no tiene nada de malo? —Siéntenos ofendido—En primer lugar tú no deberías existir, no eres un demonio, ni un humano !No eres nada! —Gritó.

Por eso nadie quiere jugar, ni hablar contigo, por ser Diferente…

— !Feh¡ Cómo si me importase tu opinión. Prefiero ser una bestia horrible, un hibrido, o quién sabe qué cosa, que tener una cara tan fea como la tuya— le devolví su ataque verbal, al mismo momento en que lo observaba con mi lengua afuera en desagrado hacia él.

— !ERES UN¡—Gritó e inmediatamente se abalanzó contra mí, sin poder yo hacer nada por tan inesperada acción del bruto que me agredía.

Inmediatamente sentí un golpe en mi rostro, ese niño me había golpeado; una patada en el rostro para ser exacto…Siempre atraigo los problemas ¿Por qué razón tengo que ser así? Era simplemente injusto.

— ¡AH! ¡Duele!—Me quejé tras sentir tal dolor inimaginable en mi rostro, provocando mis ganas de llorar, pero me mantuve fuerte.

Seguidamente llevé mis manos a mi rostro, percatándome de que había sangre en él. No era la primera vez que veía mi sangre, ya que siempre era agredido, sin importar que fuese un niño, nadie tenia compasión por este Hibrido.

— ¡Ja, jah! !Te lo mereces por insolente!—Se burló de mí llevando sus manos hacia su cintura, en una pose totalmente estúpida de triunfador sin honor—¡Espero que empieces a llorar por tu mamita!

— ¡Grrrg! —Gruñí mientras me levantaba con rapidez—!AH¡

¡Estoy harto de que me molesten! ¡Harto de que todos grandes y pequeños me golpeen! Pero esta vez no me quedaré con los brazos cruzados !No esta vez¡ ¡NO MÁS!

Rápidamente, me tiré encima del niño, llevándolo al suelo conmigo; inmediatamente me senté sobre él, y comencé a darle golpes, mientras el niño gritaba y lloraba. Al igual que él, yo también gritaba, gritaba totalmente lleno de ira.

Siempre era lo mismo, ser golpeado, insultado, constantemente tengo que quedarme con los brazos cruzados, llorando en silencio y bajando mi cabeza ante los demás, pero !Esta vez NO¡

Seguidamente, alguien se aproximó a nosotros, me sujetó con mucha fuerza de los brazos, provocando dolor en ellos, giré mi cabeza hacia un lado, y con el rabillo del ojo vi a un hombre muy alto…

Era su padre, el cual me observaba con odio, y repugnancia.

— ¡Maldito hibrido!— Se limitó comentar, tirándome con fuerza al suelo, provocando que me golpease la cabeza muy fuerte.

— ¡AHG!—Y una vez más era golpeado— ¡AH!

Patadas y más patadas, como si fuera menos que una basura… ¿Por qué soy diferente? No quiero serlo, si no fuera diferente terminarían de una vez por todas los golpes, los insultos, la Indiferencia.”

Siempre traté de mostrarme fuerte ante los demás, y si me molestaban no me quedaba de brazos cruzados luego de esa pequeña pelea.

En el día era fuerte como roca, pero al caer la noche, mis temores salían a flote, me sentía sólo, y desprotegido sin el calor de una madre que atendiera con cariño a su hijo.

— ¿Kagome, aún acuerdas de aquella promesa? —Pregunté a mi querida señora entre mis brazos.

—Claro querido, como habría de olvidar tan hermosos recuerdos de cuando éramos tan inocentes—sonrió mi amor dulcemente.

“Después de un rato, despierto ¿Acaso había quedado inconsciente por la serie de golpes? Me sentía muy aturdido, me dolía demasiado mi cabeza.

Extrañamente sentía algo fresco en mi frente ¿Tenía un pañuelo en mi cabeza?

— ¿Te sientes mejor?—Escuché preguntar a una pequeña pero muy linda niña, que se
encontraba de rodillas junto a mí.

—S-sí—balbuceé un poco ya que aún me encontraba en mal estado, pero pude incorporarme hasta poder sentarme—eso creo— ¿Acaso no me teme?

—Pobre, te golpearon muy fuerte—comentó con lastima de mi—Pero no te preocupes, te cuidaré—no podía creer que a alguien me tuviera lastima, era simplemente absurdo.

Observé con detenimiento a la niña, percatándome del hermoso rostro que poseía, parece un ángel, pero… ¿Cómo puede cuidar de mí, si tan sólo es una niña?

— ¿Qué cosas dices? No seas tonta, tú no puedes cuidarme—dije un poco malhumorado, quitando mi rostro de su mirar, pues sentía mis mejillas calientes, quizás por un leve sonrojo al ver a una niña y considerarla linda o aun más, Hermosa.

— ¡Claro que sí puedo! —Exclamó ella con determinación— !Te llevaré conmigo de la mano a todas partes, así ningún niño malo te golpeará!—Terminó por agregar con una simple sonrisa.

¿Qué cosas decia esta niña? Es muy simpática y muy amable, pero lo que dice son sólo cosas sin sentido. Es claro que siempre van a golpearme, y nadie va a querer hablarme, por el simple hecho de ser diferente, sólo por ser un hibrido.

— ¡Ni que fuera tu mascota! —Dije molesto— ¿! Acaso no te das cuenta de que soy un hibrido!?

—Lo sé y no me importa—comentó con su mirada cabizbaja, tratando de esconder un pequeño sonrojo—eres un niño como yo—volvió a verme—bueno, yo soy una niña ji, ji— para una vez más sonrojarse, llevando sus manos cerca de su rostro.

—Y sólo quiero ser tú amiga—bajó sus manos hasta llegar a su kimono de color rosa—nadie tiene que estar solo—y nuevamente bajó su rostro, mientras negaba con su cabeza sus anteriores palabras—eso no es bueno para nadie, así que yo te haré compañía—terminó por decir observándome por última vez mientras sonreía— ¡Te haré compañía para que no te sientas solito!

Eso me dejó muy impresionado, ella era la única niña que había mostrado cierto agrado hacia mí.

— ¿Y cómo te llamas?—Es la primera vez…

—Inu—…Que alguien me trata bien—Inu-yasha—y se siente, muy bien en mi pecho.

— ¿Inuyasha? !Es un nombre muy lindo¡ !Y también eres muy lindo, va con tú nombre, además de que nunca había escuchado de alguien que se llamara así!—Comentó regalándome una dulce sonrisa— ¡Yo soy Kagome, mucho gusto!— Seguidamente se acercó a mí, y me dio un beso en la mejilla.

— ¡Ah! ¿!Pero que haces¡? ¿!Q-qué te pasa!?—Exclamé muy asustado, mientras limpiaba mi rostro. ¿!Qué había sido aquello!? ¿!Por qué un beso!?

Definitivamente no me esperaba un beso, nunca antes lo había sentido, lo cual provocó que mis nervios se dispararan a los cielos, y por consecuencia de ello, que me sonrojara.

— ¡Ji, ji!—llevando una vez más sus manos hacia su rostro—!Yo siempre me presento así, y también saludo así, será mejor que te acostumbres¡— Observando en ella un leve enrojecimiento.”

—Nunca tuve miedo de ti, siempre me gustaste desde un principio, lo primero que noté en ti, fueron tus dulces orejitas, tan suaves y juguetonas cuando te ponías curioso—sonrió.
—Siempre me ponías nervioso—acaricié sus cabellos largos y negros con delicadeza.

“Esta niña es diferente, pues no le provoqué ningún temor a pesar de ser diferente al contrario, me trata como cualquier otro niño de su edad.

No hay odio en su mirar, no logro encontrar resentimiento, sólo alegría, paz, y felicidad en sus ojos cafés, es muy linda su forma de ser… ¡Pero me pone extremadamente nervioso!

Ahora han pasado 2 años, desde que la conocí, y ella se ha convertido en mi única y mejor amiga…

— ¡Inuyasha!— Escuchó que me llaman a la lejanía.

El viento soplaba una brisa muy agradable, y lejos podía divisar a una niña de entre siete u ocho años, de cabello negro azabache, ojos cafés y de piel blanca, vestida con un kimono del color del cielo, muy hermoso.

— ¡Kagome! ¡Hola!—Le saludé, para rápidamente sentir un cálido beso en la mejilla derecha, acompañado por un abrazo, que todavía después de dos años sigo poniéndome nervioso.

— ¿Quieres acompañarme a cortar flores?—Preguntó con alegría en sus ojos.

—sí claro Kagome—acepté su invitación, al mismo tiempo en que ella me tomaba de la mano, tirando de esta para que no me quedara atrás.

Llegando a un campo lleno de flores de todo tipo; margaritas, girasoles, dientes de león, amapolas y muchísimas más. Nos pusimos a tomar muchas, mientras que yo me quedaba sentado tomando una cuantas, para hacerle un collar de flores a Kagome.

Ya llevábamos un buen rato allí, hasta que una gran nube negra se puso sobre nosotros, oscureciendo aquel esplendoroso día, era una lástima…De pronto escuchamos unos truenos.

— ¡Ah!—Gritó Kagome debido al susto que le provocó el trueno, aferrándose a mi brazo en busca de mi protección— ¡Inuyasha! ¡Tengo miedo!

—Kagome—la volví a ver sonrojado—S-sí, está bien—decidí abrazarla para calmarla un poco.
Inmediatamente escuchamos un trueno de más, mientras que al mismo tiempo empezaba a caer una terrible la lluvia.

— ¡Ay no…ya empezó a llover! —Exclamé con un tono fastidiado—Tenemos que buscar un refugio—le dije a Kagome, mientras me ponía de pie.

—Si—asintió de acuerdo con su cabeza.

Empezamos a correr, en busca de un lugar en dónde guarecernos, hasta llegar a un gran árbol, el árbol sagrado de nuestra aldea y ahí nos refugiamos.

— ¡Mmmm! !Estoy todo mojado!—Comenté molesto.
— ¡Vamos no te molestes! ¿Acaso no es divertido?—Cuestionó sonriendo.
— ¿Qué va a ser divertido, si empezó a llover? Y tan buen día que estaba haciendo—respondí enojado.

—Pues a mí me gusta—opinó de manera tranquila disfrutando del sonido de la lluvia.
— !Feh! Tonterías—bufé—bien podía ver que estabas toda asustada por los truenos—le molesté.

—Oye Inuyasha—noté que su actitud había cambiado, provocando curiosidad.
— ¿Mmmm? —Murmuré observándola, esperando que prosiguiera.
—Dime una cosa ¿Yo te agrado?—Cuestionó mientras miraba hacia el suelo, y le quitaba unos cuántos pétalos a una flor amarilla que tenía en sus manos.

— ¿Eh?— ¿Porqué me lo pregunta?—Supongo que si ¿No?—Le respondí.
—Mmmm ¿Siempre estaremos juntos verdad?—Cuestionó nuevamente.
—jeh, jeh…Que preguntas más rara las que haces Kagome.

Desde que estoy contigo, ya nadie me molesta, nadie me golpea, y todo gracias a ti. Tú fuiste para mi, y siempre serás un ángel caído del cielo, que vino a hacerme compañía…

—Inuyasha…—pronunció mi nombre con timidez, algo raro en Kagome, lo que provocó curiosidad en mi.

— ¿Dime?
—Prométeme que cuando seamos mayores…te casarás conmigo—inmediatamente noté en sus mejillas un gran rubor, mostrándola de una manera increíblemente dulce y linda.

— ¿Eh? Bueno, aunque no sé qué quiere decir, pero creo que está bien—contesté mientras dirigía mi mirada hacia la lejanía.

— ¡Pero tienes que decir que lo prometes!—Me volvió a ver—¡Prométemelo bajo el árbol sagrado!—exigió observando las rama de este—así, cuando lo veamos a lo lejos, sabremos sobre nuestra promesa, ya que yo también haré la promesa—sonrió.

—Está bien—miré hacia arriba, y observé la mismas ramas a las que Kagome estaba prestando atención.

De pronto sentí un gran vacío en mi estomago, acompañado de un hormigueo en mi espalda, que por alguna razón provocó en mí una gran felicidad.

—Te prometo, bajo este árbol…El árbol sagrado, que me casaré contigo cuando seamos mayores—prometí mientras se me escapaba una pequeña sonrisa de mi boca.
— !Gracias¡ Yo también te prometo, que aceptaré casarme contigo, y que te cuidaré como siempre lo he hecho—prometió también, bajo su cabeza y me miro fijamente.
Rápidamente se acercó a mí y me dio un beso totalmente diferente a todos los demás…el cual había sido en los labios.
— ¡AH! ¿!Qué haces¡?—Pregunté muy asustado de lo que había hecho, mientras me separaba de ella.

— ¡Ups! —Puso uno de sus dedos en sus labios mientras me observaba con una mirada tierna e inocente, sin olvidar su pequeño gran sonrojo— ¡Ji, ji! Creo que me equivoque de lado—llevando sus manos hacia su rostro que se había tornado muy rojo, en una forma de disimulo.

— ¿! Eh¡? !Tonta!—Me sonrojé rápidamente—¡Espero que no te vuelva a pasar! !Me asustaste¡

—Sí !Está bien! !Ji, ji, ji¡ ¿Inuyasha, tú me quieres? —Preguntó nuevamente— ¡Porque yo te quiero mucho, mucho! ¡Aparte de que eres mi mejor amigo!—Exclamó mientras sonreía.

— ¿Ah? S-sí, yo también te quiero mucho, pero deja de molestar— contesté apenado—también…eres mi mejor amiga…
— ¡Qué bien! Entonces ¿Cumplirás tú promesa?
— ¡Claro que la cumpliré! ¡Una promesa, es una promesa! ¡Y también deseo estar contigo siempre, para poder seguir jugando contigo Kagome!

Nos quedamos en silencio…escuchando el caer de la lluvia, quedándonos ahí inmóviles, esperando a que escampara para volver a jugar juntos.”

—Nuestro primer beso, y tú siquiera cuenta te diste—comentaste con una sonrisa, luego de un rato de estar apreciando el cielo azul de aquella tranquila tarde.

—Sí me percaté de ello, es solo que no supe cómo reaccionar, siempre me sorprendías mucho, hasta en estos momentos mi cielo…—sonreír.

Quien iba a pensar que esa promesa perdurara hasta estos momentos, ya siendo dos personas de tercera edad, y con nietos.

Definitivamente la mejor de todas mis promesas, mi mayor milagro el haberte conocido mi cielo, mi querida Kagome…

espero haya sido de buen agrado.
nos vemos pronto ;)
Atte: Mikura 700
Posd: lamento que se vea tan raro, con el monton de espacio, pero mi word esta teniendo problemas y me hace enredos cuando lo trato de subir. ._. espero me entiendan