Colección Pérdida. Coleccion de escritos, Todos por haber y más.

Hola, esta vez, nuevamente en la madrugada, me iluminó la musa, espero que les gusté esta serie, en dónde juntaré todos mis escritos, grandes y algunos muy pequeños.
Espero que les agrade.
Sin desir más, aquí se los dejo. :)

Pérdida​

Desde lo más profundo de mi corazón, les cuento es relato que más que un relato, para mi es una gran pérdida…Un sacrificio.

Tuve que dejar ir su alma, que era tan pura como la nieve que en estos momentos se hace presente…Ahora dejando una ofrenda junto a su tumba…
— !Oh amor mío! ¿Por qué me dejaste? ¿Por qué te sacrificaste? —dije con un nudo en mi garganta.

Lo recuerdo tal y como si hubiese sucedido la noche de ayer. Oh mi Kagome...
Mi ángel tan hermosa, de piel tan suave como la seda y de cabellera abundante, tan oscura como la noche, ojos cafés ¡Los más hermosos que había llegado a ver!
Nariz pequeña, muy fina; sus labios tan pequeños y carnosos al igual que rojos, daban ganas de probarlos con tan solo observarlos y una figura tan perfecta, mucho más perfecta que la de una diosa.

Si tan solo estuvieras junto a mí una vez más…Si tan solo estuvieras con vida….

Éramos dos amantes, un amor que se había dicho que iba a hacer infinito.
Habíamos hecho una promesa totalmente llena de amor; siendo está quebrada, arrebatada por la cruel y fría muerte. A manos de un vil y sanguinario asesino.
Te maldigo, vil engendro, tu solo recuerdo me da repugnancia ¿Cómo fuiste capas, de asesinarla por el simple hecho de tener un amor sincero con un hanyon como yo? Simplemente, ese acto de crueldad fue por pura cruel envidia…

—¡NO!—Se escuchó un grito desgarrador, saliendo por mi garganta dejando tras de sí un gran y doloroso eco—!KAGOME¡ ¡KAGOME!—Pronuncié su nombre repetidas veces, mientras observaba aquella dolorosa escena.

Una flecha…una sola flecha devuelta por el enemigo que venía directamente hacia mí
Yo, yo era el que esa noche tenía que haber muerto, pero ella…
Ella se interpuso entre la flecha y yo. Atravesando su corazón y su pecho.
Había empezado a sangrar con aquel impacto, mientras que sus lágrimas empezaban a ser las protagonistas de esa trágica escena.

Mi rostro había sido salpicado levemente de sangre. Su sangre.
Estaba totalmente paralizado. Al ver su rostro de dolor y agonía bajé mi mirada para seguir unas cuantas gotas que salían de sus labios impregnados de sangre, notando que caían y manchaban esa palidez del suelo que se conocía como nieve.
Observé que sus rodillas empezaban a doblarse, iba a caer al suelo, me aproximé a ella, y en un rápido movimiento, había logrado sujetarla con gran delicadeza, seguidamente decidí acostarla con gran cuidado en el suelo

—¡Ahg! Inu-ya-sha…!Ahg¡—Pronunciaba débilmente mi nombre mientras entrecerraba sus ojos.
—Kagome…Such, tranquila—traté de tranquilizarla—Espérame aquí un momento, por favor—dije mientras acariciaba su frente.
Me dolía en el alma, el tener que dejarla así, en su agonía debido a esa maldita flecha. Pero tenía que exterminar al infame que se había atrevido a hacerte tan grave daño.

Inmediatamente aparté mi vista de ella, llevándola ante aquel cruel asesino de raza demoníaca que sonreía cínicamente

— ¿Ahora si vas a pelear en serio?—cuestionó mientras adoptaba una posición de ataque.

Nos había empezado a atacar, por el solo hecho de querer exterminar a todos los hanyon que encontrara. Dando con nosotros, sintiéndose totalmente ofendido al notar nuestra relación.
Yo le miraba con tal furia en mi interior, que decidí tomar en mis manos aquella espada que me había servido para proteger a mi amada, a mi ángel, ya que esa era la única denominación que le podía dar a ella.

Corrí lo más que pude hacia a ese demonio de capucha negra, cabello ceniciento y ojos carmesí….

—¡Maldito!—me limité a decir, ya que lo único que sentía era la ira, la furia y las ganas de asesinar a ese individuo.
— ¿Estás furioso por la muerte de esa inútil humana? !Jah, jah¡ Por eso dicen que simplemente eres mitad demonio y mitad humano. Ya que esa simpatía que tienes hacia los humanos, es la que no te permite asesinar a sangre fría, y eso es lo que te hace débil e inferior a mí—se burló de mi—Simplemente eres un desperdicio de vida !Jah, jah¡—Mientras desenvainaba su propia espada—¡Deja que yo me encargue de mandarte al infierno, tal y como lo hice con esa mujer!
— !Te Mataré¡—le grité harto de escucharlo, para simplemente ir a atacarlo.

Atacaba incesablemente a este demonio, y él simplemente seguía sonriendo, mientras se cubría de todos mis ataques.
Sentía el dolor de todas mis heridas, las cuales había adquirido en esa batalla y que aún continuaban sangrando. Pero yo no sentía nada de cansancio.
Hasta que en un descuido, este logró hacerme una profunda cicatriz en el pecho, que aún en estos momentos me causa dolor y angustia, ya que día tras día me trae el recuerdo de mi amor perdido.

Su ataque había provocado que cayera al helado suelo de la nieve, el frio había hecho que no sintiese nada de dolor, pero en cambio, el cansancio se había hecho presente en aquellos pequeños instantes.
Ese demonio era el más fuerte que había combatido, y cuando creía que era la hora de mi muerte, vino a mi mente el recuerdo de esa terrible escena, la escena de la persona a la que más amaba ser atravesada por una flecha en un sacrificio por poder salvar mi vida.
Mientras que al mismo tiempo tenía presente una diabólica sonrisa de quién había provocado tal trágica escena de muerte.
—Seguramente, ya esa mujer está más fría que la nieve—se burló el infame demonio.
De un pronto a otro, mi alma dejó por entero mi cuerpo, siendo poseído por unas grandes ganas de querer saborear la muerte de ese demonio, me puse de pie, recuperando todas las antiguas fuerzas que creía haber perdido; tomando mi espada nuevamente, y observando cómo ese engendro se me acercaba con gran velocidad.

Había decidido hacer la misma acción de él, y con una gran agitada de mi espada, corté su cuerpo. Al mismo tiempo, él me hería en uno de mis hombros, pero había logrado derrotarle, partiendo desde su cabeza hasta sus pies, cayendo al suelo completamente muerto.
Sus palabras me hicieron creer que mi querida Kagome había fallecido, la había vuelto a ver, y no se movía, siquiera la podía escuchar.
Me sentía aturdido, sentí un inmenso frío que se adentró por cada rasgadura de mi ropa, recorriendo toda mi espalda hasta mi nuca, el cual me había hecho sentir que estrangulaban mi corazón.
Y aún cuando la batalla había terminado, yo seguía atacando con mi espada su cuerpo inerte que yacía tirado en el suelo, mientras que mis labios lo maldecían por el dolor que me había causado al asesinar a mi amor…

—¡Maldito! !Ah¡ !Por tu culpa ella¡—gritaba desesperadamente y a lo más que me permitía mi garganta, mientras que mis manos no soltaban la espada con la que seguía cortando su carne, al igual que con mis pies seguía pateando lo que quedaba de ese desagradable ser inerte.
Simplemente, la ira había penetrado cada fibra de mi ser, pues pensaba que mi amor ya me había dejado.

Una vez más y por definitiva, el cansancio me invadió, después de estar destazando a aquel cruel asesino, me desplomé sobre mis rodillas, observando la nieve que estaba totalmente manchada de un color carmesí.

—Inu-yasha….—escuché que aún mi amor seguía con vida.
Sorprendido, de lo que mis oídos escuchaban abrí mi boca, e inmediatamente había sentido el alma volvía a mi cuerpo.
Pero…algo me preocupaba, había llegado su olor, ese olor tan característico de “Eso”. Sabía que mi Kagome seguía con vida, pero no por mucho, ya que la muerte se aproximaba.

—¿Kagome?—La volví a ver, inevitablemente su rostro se veía pálido, dándome a entender que pronto tendría que decirle las palabras que menos me gustaban, lo sabia….Y lo sabia gracias a un terrible y desagradable escalofrío que nuevamente recorrió toda mi espina dorsal.

Me puse de pie e inmediatamente me fui corriendo hacia ella, llegando a su lado y nuevamente me arrodille, tomándola en mis brazos, la acerque a mi pecho en un tierno y desesperado abrazo…

—¡Kagome! ¡Kagome!—Pronuncié su nombre mientras empezaban a brotar inevitables lágrimas de mis ojos, después de tener toda mi adrenalina en alto—!Maldición¡ !Ah¡ !Se supone que YO te protegería¡—grité decepcionado de mi mismo.
Me sentía inútil, lo único que podía hacer, era aférrame a ti, te abrazaba con ternura, quería que ella estuviese totalmente ilesa, sin ni un solo daño en tu hermoso cuerpo.
Sin darme cuenta empecé a hacer movimiento de atrás hacia adelante, pensando que no era justo que ella te encontraras así
—Inu-yasha…—pronunciaste mi nombre nuevamente con tal dolor en su voz, que me partía el alma. Dirigiendo una de sus manos con gran dificultad hacia mi rostro en una tierna y triste caricia—No te pongas así, t-tú me has p-protegido innumerables veces…Creo….que es justo….que esta vez yo te haya protegido ¿N-no lo crees mi amor?—Decías esas palabras, que solo dolor me provocaban, me sentía inútil, y aún más te aferraba a mí.
Seguidamente te separaste de mi pecho, sintiendo como tu mano limpiaba con delicadeza una lagrima que iba cayendo por mi mejilla.
—Kagome….—pronuncié tu nombre nuevamente, observé tu rostro y una vez más había empezado a derramar lagrimas, ya que los dos sabíamos que pronto tendríamos que decirnos…Adiós—Kagome, ¿Qué no entiendes que eres todo lo que me queda en este mundo? Tú eres Mí prioridad más grande en este mundo. ¡YO vivo para ti!—Dije con un dolor sofocante en mi pecho, sintiendo cada vez más las lagrimas derramarse, provocándome aún más dolor del que poseía—!No me puedes dejar solo! ¡No puedes!
—Inuyasha….Te amo tanto—acercó mi rostro al de ella.
Sus labios, que inevitablemente ya iban poniéndose fríos, buscaban los míos, que sin dudarlo ni un segundo se juntaron con todo el amor que podían tenerle.

—Inuyasha…¿Recuerdas…nuestro primer…be-so?—noté como un hilillo de sangre iba saliendo de sus labios.
—no hables, no hables más amor mío—dije con tristeza.
—Solo respóndeme…por-favor…¿Lo recuerdas?...—sonrió débilmente.
—Sí ¡Snif!—asentí varias veces con mi cabeza—sí lo recuerdo…!Snif¡.—Luego aparté mi mirada hacia arriba, ya que no aguantaba toda esa tristeza que mi ser desbordaba. Notando como empezaba a nevar.
—Fue en un invierno como este…¿No es así?—trataba de decir con una tierna sonrisa, mientras que sus labios se iban dejando aquel color rojo por uno azulado—me hubiese…gustado estar contigo….y a-así poder cumplir…nuestra promesa de e-estar siempre juntos, por toda la eternidad
—¡No digas eso!—Alcé un poco mi voz— tú…!Tú vas a sobrevivir! Solo…!Snif¡ Solo tienes que ser fuerte, así que quédate conmigo… a mi lado—le supliqué.
—¿Y recuerdas…la primera vez en que sellamos nuestro amor?—observando que su mirara se perdía.
— Sí— la observé con gran tristeza en mis ojos.
—Yo siempre, lo recordaré Inuyasha. Todo el amor que tú me brindaste—dijo sollozando—Y todo…el amor que yo te regalé desde el fondo de mi corazón.
—Kagome, no ¡No! ¡No me dejes! No….¡Te lo suplico!—dije desesperadamente mientras la movía levemente.
—Prométeme…s-seguir viviendo por mi….ya que me sacrifiqué por ti, p-para que tú estuvieses bien—acarició mi mejilla.
—¡NO! ¡Yo No puedo vivir sin ti! ¿Tienes que sobrevivir me escuchas? ¡Te Lo Prohíbo!—En ese momento mi voz se escuchaba totalmente desesperada, desquebrajada y llena de desconsuelo.
—P-promételo…—puso su mano en mi pecho, para poder acercarse nuevamente a mi rostro y brindarme un beso muy delicadamente.

Cuando nos separamos, la abracé con toda mi alma, pronunciando una y otra vez que no me dejase solo, que no era posible vivir sin ella…

—¿Kagome? ¿Amor?....—Comencé a mover su cuerpo—¿Kagome?—pregunté reiteradas veces, pero simplemente ella no me respondía, y su mano ya no estaba apoyada en mi pecho.

Toque su rostro, y estaba frío, ya no respiraba…

—¡Oh, no! !NO¡—Arrojé un grito desgarrador, me separé de ella…y ocultando mi rostro entre mis manos, lloré y grité amargamente, no podía asimilar el que ella ya no se encontrase más en este mundo.

Estaba experimentando el sufrimiento más horrible que podía imaginar. Ella había fallecido y el dolor por su pérdida era tal, que me vi en la tentación de quitarme la vida, simplemente para seguirla en su viaje….
Pero prometí seguir con vida, por ella. Pero…no había tregua a mi dolor; seguía gritando como un desquiciado a su lado, quería suicidarme….Tenía el arma perfecta para hacerlo, pero aún así, no lo hice.

Este relato que les he contado, tal vez no les parezca uno de los más tristes que hayan escuchado, pero para mí sí lo es, ya que ella, mi ángel, mi querida Kagome, era todo para mí.
Todo lo que tenía en este mundo, lo único que les puedo decir es que disfruten cada momento, cada instante con la persona que más quieren en este mundo, ya que nunca sabrán cuando la muerte disfrazada de un accidente, o de un vil asesino se les aparezca para arrebatarles lo más preciado que tienen…
El amor, ya que a mí me fue arrebatado; y solo me queda seguir esperando hasta que llegue el momento para poder reunirme con mi ángel guardián.

Espero que les haya gustado mis queridos lectores.
Pronto vendré con más.

Atte: Mikura 700

 

Hola, nuevemente he venido con un nuevo one shot para dejar atras el trauma que he dejado en algunas de ustedes, asi que este constará Unicamente de 2 captilos. Espero que les guste.


Título: Cada noche
Resumen: ¿Que pasaría si pudieses ver al amor de tu vida, sin poder expresarle lo que sientes cada dia, cada noche? ¿Lograrias ser feliz con tan solo observarla durante cada noche? ¿Lograrias callar esos sentimientos de amor?
Tipo: UA
Pareja: Inu x Kag
Clasificación: Para todo público
Advertencias: Ninguna
Género: Romance.
No. de palabras: 841

“Cada noche”​

De noche, observo cómo entras a tu habitación, estudias o te cambias de ropa, para después ir a dormir a tu cama. Cuando duermes, yo aprovecho para entrar todas las noches por la ventana de tu habitación, y hoy no es la excepción.
Entro por la ventana y observo tu majestuosa figura iluminada por la tenue luz de la luna, me acerco sigilosamente hasta llegar a la orilla de la cama, mirando como descansas apaciblemente, ni siquiera tomaste ni un solo libro para estudiar, simplemente te cambiaste de ropa y te tiraste a la cama.

Te observaba con mucho más detenimiento, desde los pies hasta la cabeza, me puse de rodillas, muy cerca de tu rostro
—¿Qué es este sentimiento?—murmuré al silencio.
Nunca antes había sentido eso en mi pecho, llevo una de mis manos a mi pecho; mi corazón late muy fuerte ¿Por qué?...
Acerco levemente mi mano hacia tu angelical rostro, posicionándola en una de tus cálidas mejillas, e inmediatamente te brindo una tierna caricia, que debido a eso, provoco una leve sonrisa y un enrojecimiento
¿Será que sabes que siempre te observo? Eres tan hermosa; cómo un ángel, tienes tan suave y hermoso rostro, de cabellos largos, muy sedoso, tan oscuro como la noche.
Y unos ojos color café, que una vez que los miras, te pierdas en ellos, de nariz pequeña muy fina, labios pequeños, pero muy carnosos e igualmente rojos, que dan ganas de probarlos con tan solo apreciarlos, dueña de una hermosa figura, diría que es una silueta perfecta, mucho más perfecta que la de una diosa.
Te conozco como la palma de mi mano…pero en cambio tú a mi no, siquiera sabes si existo. Cuando la vi por primera vez, llamaste tanto mi atención que decidí seguirte hasta tu casa.
Me hubiera encantado raptarte, llevarte conmigo como mi mujer, pero… ¿Por qué dudé?¿Porqué te dejé libre? No podría llegar a pensar en que me odies por el solo hecho de llevarte conmigo sin tú consentimiento. Y el miedo que puedo llegar a tener al pensar en que no podría volver a verte es simplemente una cruel tortura.
¿Acaso eso quiere decir que me he enamorado? Pero no puede ser, eso nunca podría, y aunque lo quisiese con toda el alma, somos diferentes…
Ella es un humana que aparenta ser un ángel, con infinita belleza, como una doncella, tan delicada como una rosa.
En cambio yo, un ser híbrido; que no es ni un demonio ni un humano, destinado a vivir eternamente en la oscuridad, no podría llegar a tener un pequeño anhelo como el de poseerte como mi hermosa pareja.
Ya que los demonios o engendros como yo, no deberíamos existir; pero aún así existimos. Algunos son un tanto valientes como para llegar a mezclarse entre las personas, pero siempre son encontrados por los humanos, y debido a eso son despreciados.
Ya que los humanos le temen a lo desconocido, y peor es en mi caso, que siendo un híbrido, me tratan peor que a una basura, por eso, yo nunca me he dejado ver.
Soy de esos demonios que temen ser vistos, por el hecho a que le llamen “Engendro”, o a que nos lancen piedras.
Por eso no me muestro ante ti, no soportaría que gritases las frases que tanto odiaría que me griten. Observo una vez más tu rostro iluminado por la luz de la luna, y es cuando decido hacer algo muy arriesgado.
Lo único que sé, es que si no lo hago ahora, nunca más podré estar tranquilo, me acerco a tu rostro, y uno mis labios con los tuyos, besándote en el labio inferior, quedándome quieto por un momento, esperando vagamente que correspondieras al cariño y amor que tanto te tengo.
Para después separarme de tus labios con mucha delicadeza para no despertarte, pero no sin antes pronunciar mi nombre cerca de tu oído, tan solo para que sepas quién fue el que te dio tu primer beso…

Ya es hora de que me marche, no quiero hacerlo, pero no quiero interrumpir más tus sueños. Me pongo de pie, observo una última vez tu rostro y silueta para tenerla en mi recuerdo hasta la próxima noche en la que seguiré siendo tu guardián…
Listo para irme, me doy vuelta, abro la ventana que anteriormente había utilizado para entrar, asomo mi rostro y observo la luna, seguidamente me subo por completo a esta, preparándome para salir de una vez por todas…

—Te amo…

—¿Qué?— Dije en voz inaudible ¿Qué es lo que acabo de escuchar? Rápidamente me di vuelta un tanto asustado por lo que creí escuchar…

Te busco con la mirada, y sigues en tu cama, durmiendo plácidamente. Debo estar volviéndome loco por querer que ella me corresponda.
Mi pequeña Kagome ¿Será cierto que salieron esas palabras de tus labios?...
Y nuevamente me di vuelta, dando un gran brinco a afueras de tu habitación, para no seguir atormentándome con esos pensamientos…

—Te amo…Inuyasha…—se podía escuchar balbucear a la noche a una joven entre sueños.

Espero les haya dejado un buen sabor de boca este primer capitulo.
Gracias por seguir mis escritos, significa mucho para mi :)

Atte: Mikura 700

 

Hola, bueno, nuevamente he venido, pero esta vez con lo prometido. La segunda parte de este One Shot. Espero que les guste.​

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Tipo: UA
Pareja: Inu x Kag
Clasificación: Para todo público
Advertencias: Ninguna
Género: Romance.
No. de palabras: 1.987
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Matsuri no yume​

El día de hoy es muy especial, o quizás deba decir la noche de hoy, pero bueno, lo importante es que es muy especial.
Se celebra el “Matsuri no yume”, que quiere decir “Festival de los sueños”. A todos les gusta este festival, ya que se rumorea que en él, siempre se cumplen todos tus sueños o deseos.
Cada año se celebra, empezando el otoño con todos los hermosos colores de esta estación. Todas las personas salen de sus casas para ir a ese festival, vistiendo con kimonos tan hermosos y singulares; otras deciden vestirse como hace quinientos años, en dónde existían las sacerdotisas y demonios, ya que este festival se originó en aquella época.

La historia cuenta, que un joven demonio conoció a una joven que aprendía a cómo ser una sacerdotisa, ella se llegó a enamorar perdidamente del joven, y él de ella. Pero su amor era imposible, ya que eran dos razas totalmente diferentes.

Por eso, la sacerdotisa cada día se escapaba de sus entrenamientos, solo para verse con su amado, hasta que una vez los pillaron.
Ellos trataron de luchar para que su amor pudiera seguir adelante, desgraciadamente decidieron llevarse a la sacerdotisa lejos de su amor.
Pasaron los años y nunca volvieron a verse, la joven sacerdotisa ya se había convertido en toda una mujer, con grandes poderes, pero aún estaba muy triste por lo sucedido años atrás, ya que nunca volvió a ver a su amor.

El joven demonio, nunca perdió las esperanzas de volver a ver a la sacerdotisa, siempre mantuvo su búsqueda, prometiendo no morir hasta no encontrarla. Busco y busco, pero no había nada que le dijera por lo menos en dónde estaba.
La sacerdotisa tampoco perdía las esperanzas. Una noche, a las orillas de un hermoso lago, decidió mirar hacia el cielo, percatándose de que la luna estaba en su punto más alto; recordando cuanto le gustaba verla con su amor. Ella decidió prometerle a la luna, que no moriría hasta encontrarlo, había prometido lo mismo que su amor había prometido.

Los años pasaron y la sacerdotisa ya era una anciana, al igual que el demonio, solo tenían fuerzas para seguir con su promesa. Hasta que una noche de luna, la sacerdotisa descansaba a orillas del lago, apreciando la hermosa luna en el cielo, recordando aquella promesa que había hecho años atrás.
De pronto un demonio se le acercó en silencio, contempló a la luna, y simplemente pronuncio un “Te amo”.
La sacerdotisa lo volvió a ver, su voz no había cambiado en lo más mínimo, se había alegrado tanto, que se puso de pie con gran rapidez hasta llegar a su amor y abrazarlo, devolviéndole las mismas palabras que él le había dedicado. Aquel sueño, aquel deseo que tenían los dos jóvenes, por fin se había cumplido, bajo la luna llena en una noche de tierno otoño.

Es una historia muy triste, al igual que romántica, que por eso decidí ir vestida cómo esa sacerdotisa, e iré al festival a pedir mi deseo…Mi sueño.

Hay mucha gente, observo a mi alrededor y solo puedo apreciar todas las hermosas luces que hay a mi alrededor.
Hay muchos puestitos de comidas típicas, y puedo escuchar mucha música, e inmediatamente volteo a ver a lo los acróbatas que vienen cada año a celebrar este festival. Tantos colores por doquier, personas con kimonos muy hermosos. Absolutamente todo era hermoso, me parecía estar completamente en esa antigua época, tan llena de magia y misterio.
Y así seguí mi curso hasta llegar al lago…
— ¡Que hermoso es!— Exclamé fascinada al percatarme cómo la luna se reflejaba en el lago.
Seguidamente miré hacia el cielo y observé la hermosa luna.

— !Señorita¡ ¡Que hermosa se ve! ¿No desea comprar un botecito hecho de papel para su deseo?.— dijo un hombre a lo lejos con una sonrisa muy amable desde su puesto.
—¡Gracias! Con gusto le compro uno—respondí mientras le sonreía.

Le había comprado un pequeño botecito hecho de papel a aquel amable señor, para que me ayudase a cumplir mi deseo.
Seguidamente llevé mi mano hacia una de las mangas de mi kimono, y tome un pequeño estuche, en dónde guardaba unos cuantos inciensos.
Me dijeron que si enciendo incienso sobre un bote hecho de papel esta noche, y juntando el número ellos, en los que signifiquen mis deseos o sueños, que entonces se cumplirá.
—Pero eso sí, tengo que hacerlo cuando la luna esté en su punto más alto…

Me arrodillé y puse en su lugar los cuatro palitos de incienso, y rocié el barquito con unos cuantos pétalos de cerezo que caían al suelo debido a la agradable brisa que hacía.

— Pero…no tengo un encendedor, ahora ¿Qué hago?— dije en voz alta.
—Aquí tienes joven y hermosa sacerdotisa—escuché la voz de un joven e inmediatamente giré mi cabeza.
Me había topado con un muchacho de ojos ámbar y cabello ¿Plateado? Es un color muy peculiar, que extraño. Me parece a verlo visto en alguna parte. Él iba vestido con un traje rojo, un kimono muy extraño, y llevaba puestas unas orejas muy graciosas.

—¿Oh? !Muchas gracias¡—Le sonreí agradecía, de lo amable que había sido al darme un encendedor.

Extrañamente, me observaba con ternura, provocando un rubor en mi, y obviamente que me pusiera algo nerviosa.
—No es nada, si quieres te ayudo a cumplir con tu deseo o sueño…Digo, si no te molesta—rápidamente él se arrodillo y me tomó de la mano con que tenía el encendedor, y juntos encendimos aquel incienso deleitándonos con su olor.

Lo volví a ver, y noté un leve sonrojo en su rostro, seguidamente soltó mi mano. Luego miré sus orejas, provocando un deseo en mí de querer tocarlas, cuando lo hice.

— ¡Discúlpame!—Dije avergonzada—Pero, esas orejitas parecen reales ¿En dónde las conseguiste?—Le pregunté nerviosa, y a la vez con gran curiosidad.
—!Jeh, jeh¡ ¿Te gustan? S-son…—rápidamente me pude percatar algo de temor en su voz—…verdaderas—dijo nuevamente con timidez—incluso me has hecho unas cuantas cosquillas—sonrió un poco.
—¿Estás bromeando, verdad?—Le cuestioné incrédula.
—Es verdad…mira, no tengo orejas humanas—Me enseñó mientras apartaba su cabello un poco, mostrándome que no tenía nada parecido.
—¿Q-qué eres?—dije con una voz entre cortada y con algo de miedo, realmente me encontraba muy impresionada.

No lo podía creer, este joven, no era humano, él mismo me había mostrado que no lo era…Entonces ¿Qué es?

—No me temes ¿verdad?—Preguntó muy preocupado ante mi reacción.
Simplemente me había limitado a pronunciar palabra alguna, realmente no sabía si creerle o no. Él en cambio, había escondido su mirada dorada bajo su flequillo de cabello plateado
—Discúlpame, mi intención no fue asustarte, solamente me he acercado a ti, por que sentí que…
—Sentiste ¿Qué?—Cuestioné tímidamente, no sé el porqué de esto, pero este muchacho, me era muy familiar.
—No, nada. Ya me voy, espero que tu sueño se cumpla…—me respondió con desilusión.

al decir esas palabras, decidió ponerse de pie, despidiéndose con una sonrisa llena de cariño.
Rápidamente y sin pensarlo, le seguí, tomándolo de la manga de su kimono, para que se detuviera por completo. Realmente no entendía el porqué, mi cuerpo se había movido solo ¿Acaso era posible que mi sueño, mi deseo?

—¿Qué pasa?—Me preguntó sorprendido.
—Olvidas tu encendedor—respondí estúpidamente, ya que sabía muy dentro de mí ser, que esa no era la razón. Seguidamente, le mostré mi mano, mientras le enseñaba aquel objeto.
—Quédatelo—dijo por última vez para alejarse, pero nuevamente yo…—¿Qué quieres de nuevo? No te he dado nada más, me tengo que marchar—contestó dándome la espalda desde un principio.

El silencio se hacía presente durante unos momentos, seguidamente pudimos sentir un gran brisa, que movía a todos los árboles a nuestro alrededor, provocando que unos cuantos pétalos de cerezo nos rociaran.

— ¿No me vas a decir nada?—me pregunto una vez más.
—Dime tu nombre…Quiero saber el nombre del joven que me ha ayudado a cumplir mi deseo, aunque…no sé si de verdad se vaya a cumplir—dije con tristeza, mientras dirigía mi mirada hacia abajo, sin tener una explicación de eso ante esa reacción.
— ¿Por qué dices eso? —cuestionó—entonces, ¿Para qué viniste a este festival? Lo que más has anhelado por tanto tiempo, lo tuviste, pero te han provocaron una gran herida. Por eso, pensaste en que nunca más podrías tenerlo. A anhelarlo, viniste aquí con deseos, con muchos deseos. ¿Pero ahora dudas? ¿De qué vale que hayas pedido tu deseo?—Comentó de una manera muy seria.

No le respondí, no sabía que decir. Solo me limité a esconderme bajo mi flequillo.
Me había leído como si hubiese sido un libro ¿Por qué razón él sabía todo eso? ¿Quién es este muchacho? ¿Cómo era posible que él supiera tanto de mí?

Rápidamente el joven se dio la vuelta, quedando frente a frente; me observó y tomo una pequeña flor que había caído sobre mi hombro, llevó una de sus manos hacia mi mentón, para que lo volviese a ver, mientras que al mismo tiempo su otra mano se encargaba de acomodar aquella hermosa flor de Sakura en mi cabello. Provocando gran sonrojo en mí al ver su rostro y al sentir aquella acción en mi cabello.
Inesperadamente este joven me abrazó con fuerza, pegándome hacia su pecho con ternura. Parecía que no quería dejarme ir, como si su existencia sin mí, fuese envino y unos grandes sentimientos de protección.

— ¿Qué no ves que se te ha cumplido?—comentó con seriedad.
— ¿Qué?...—alcancé a responderle muy confundida y casi sin voz.
—Tus deseos se han cumplido. Lo más anhelado: El amor, a la persona correcta para sanar tu corazón. Tú herida, lo volviste a tener; volviste a anhelarlo, querías una vez más sentir el amor…los tres inciensos que encendiste. Eran esos tres deseos más anhelados por ti hermosa sacerdotisa felicidades.
—¿Cómo?¿Cómo es que sabes de ellos? Además—inmediatamente me separé de él—No eran 3 inciensos. Sino 4.
—Lo sé, pero…—me miró.
—Te pareces mucho…—le interrumpí, mientras lo observaba al fruncir mi ceño— Te pareces mucho a un joven que conocí en mis sueños—sin darme cuenta, le abracé con fuerza—siempre soñaba con él…Siempre entraba por la ventana de mi habitación. Cada noche entraba, lo veía siempre entre mis sueños, su nombre…era.
—Inuyasha…—respondió quitándome las palabras de la boca—No eran sueños…

Me había quedado fría, ¿En verdad este joven era el que siempre entraba a mi habitación? ¿Por qué entonces nunca más volvió? Después de aquella noche nunca más soñé con él.

—Yo siempre entraba a tu habitación. Cada noche iba a visitarte, pero, después vi que estabas con otra persona. Me había dado cuenta, que mi amor me había sido arrebatado. Ya no tenía esperanzas, fue por eso que nunca más volví.
Solo me limité a apreciarte a lo lejos, a solo anhelar tu corazón. Me habías hechizado, después me percaté de que habían lastimado, lo cual me enojo que te provocaran tal daño en tu cálido corazón. Fue así que decidí, hacerme de valor para presentarme esta noche.
— ¿De verdad, eres ese joven? ¿El que me había besado?—Lo miré incrédula.
—Tú ¿Tú pronunciaste "Te amo" aquella noche?—Dijo sonriendo, mientras me observaba a la expectativa.

Sin decirnos nada más nos besamos, logrando sentir una gran paz en mi corazón. Sus labios eran igual de cálidos como la última vez en aquel sueño.. Pero en aquella ocasión no se trataba de un sueño, realmente había sucedido.
Era extraño, simplemente me había dejado llevar por el instinto de mi corazón, confié nuevamente en el, al igual que el joven Inuyasha no había dejado de confiar en que me encontraría de nuevo.
El Matsuri no yume me había cumplido mis deseos más anhelados, tal y como lo había hecho aquella mágica noche con esa antigua sacerdotisa, y su joven enamorado.

Espero que les haya gustado tanto como a mi. :)
pronto volveré con mas mis queridos lectores.
Atte: Mikura 700

 

Hola, nuevamente he vuelto pero no hablaré mucho. ​

Y gracias por tomarse la molestia en comentar y leer mis escritos, significan mucho para mi :)​

​

Y claro, de antemano me disculpo por si le notan el Ooc ._.​

​

Tipo: UA​

Pareja: Inu x Kag ​

Clasificación: Para todo público​

Advertencias: Ninguna​

Género: ¿Anhelo?​

No. de palabras: 613​

​

​

Mi locura.​

Soy Inuyasha tengo 16 años, y quién iba a pensar pudiese estar loco. Seguramente se preguntarán el porqué de esa declaración tan abierta.
Pues le contaré, en el instituto en dónde estudio, todas las chichas dicen que soy muy apuesto, unas dicen que mis ojos son 2 soles, otras que mi cabellera es tan blanca que cuando la luz lo toca, se ve color plateado… !Qué tontería¡

Pero la mayoría de ellas siempre declaran que mi único defecto es, que siempre ando en las nubes. Pero eso no es cierto, siempre estoy pensado en algo, y todo lo que pienso lo plasmo en mis libros, dibujándolo, siempre los ando rayando.

Hago mis dibujos, y todos son diferentes. Sí admito que estoy un poco loco, he llegado a esta conclusión, de que me he vuelto completamente loco, pero mi locura, es debido a que me he enamorado de uno de mis dibujos…

Si, aunque no lo crean, la dibujé tan hermosa, que nunca imaginé que pudiera dibujarla una y otra vez, y que siempre siguiese siendo tan hermosa.

Te creé con cabello largo y negro, de tez blanca, una figura excepcional, y dueña de unos hermosos ojos chocolates. Sí, así es cómo te aprecio en mis sueños, y en mis creaciones.

Debido a eso todos mis conocidos dicen que debo estar muy desesperado, cómo para enamorarme de uno de mis dibujos, y estoy de acuerdo con ellos…

Ya que tú te has convertido en mi amiga, mi compañera, mi confidente. Pero solo lamento que todos los que te observan llegan a decirme siempre:

“Pero ella no es real, no puedes estar enamorado de algo que no existe”

Sé que todos estos dibujos están en mi mente, pero ver a la mujer que amo ser un producto de mi imaginación…No lo creo.
Tal vez, todos los otros dibujos que he hecho antes si hayan sido producto de mi imaginación, pero definitivamente ella no lo es.

Lo único que sé, es que ella vive, dentro de mi mente, dentro de mi corazón y no que puedo alejarla, el intentarlo es inevitable…
Sueño cada noche con ella, que está junto a mí, que la beso y abrazo, hasta casi sentir que ella me devuelve el mismo cariño, o más del que le logró llegar a expresar en mis anhelos llamados sueños.

Desgraciadamente, al día siguiente cuando despierto por la mañana, me doy cuenta de que ella no está. Y me carcome por dentro de a grandes pocos.

Sé que estoy loco, cada vez más pierdo parte de mi vida, cada vez que pienso en ella me siento a morir, como si una parte de mi ser desprendiera…Y no sé qué hacer.

Cómo me gustaría que esta locura fuese realidad, y así terminar con esta enfermedad. Sé que ella es real, lo sé… Y deseo con todo mí ser encontrarte.

Una vez escuché que si deseabas algo con todo tu corazón y alma, que realmente se hará realidad y que llegará a ti.
Sé que nadie me cree, ya que paso en una interminable contracción dentro y fuera de mí ser, pero no me importa, ya que sé que estás ahí afuera, esperando por mí en algún lugar.

Así que te seguiré esperando, esperaré a encontrarte, o a que esta locura por fin me deje, aunque sé que eso ultimo no eso no será posible, porque muy dentro de mí ser, sabe que eres de carne y hueso; ¡Que existes y que No eres un hermoso producto de mi imaginación¡

Soy Inuyasha Taisho, y seguiré esperando por ti, mi único y verdadero amor de ojos color chocolates. Solo espero que tu esperes por mi hasta encontrarnos.

Espero que les haya gustado mucho, debo consesar que Este fue el primer One Shot que escribí, pero ahora, lo edité, y pues, ya vieron el resultado :)
Pronto volveré con más, espero que me esperen.

Atte: Mikura 700