Shiga Otsu

Seikanji Yamagawa

Seikanji estuvo a punto de acercar su rostro al de Aki, era como si sintiera la necesidad de demostrar mas que simples palabras. Rompió el contacto tan rápido como pudo cuando la puerta de la clínica se abrió y la figura de Murai se recortaba bajo el umbral de la entrada. Escondió sus manos detras de su espalda, como si hubiera estado haciendo algo en contra de las normas. Hizo una pequena reverencia para su shihan y saludó a sus compañeros con una sonrisa y una pequena inclinación de cabeza; incluyendo al propio Ryoshi en su saludo. Reiko alzó las orejas y observó al grupo con atención, el gran lobo negro estaba justo debajo de la cama de Hoshi, como un guardián feroz ante cualquier intruso que no reconociera su olor. Volvió a apoyar la gran cabeza sobre sus patas delanteras al comprobar que aquellos humanos eran compañia de su amo.

Seikanji escuchó las palabras de Murai y luego las de Akihito, sonrojándose levemente ante el comentario de su amigo.

—Eso suena mejor que dormir en la carreta. —dijo feliz, riendose con nervios. —Reiko hubiera sido mi almohada.

La loba alzó la cabeza nuevamente y suspiró con pesadez antes de girar el rostro y descansar mirando la pared.

—Senor Dozan, quizá podramos componer para el senor Kaji. ¿Qué le parece?

La voz jovial de Seikanji había vuelto tras los sucesos de Uji, donde seguramente había perdido a su familia. Su rostro con ceniza y sus ropas sucias parecían ser la contraparte de su felicidad y el verdadero testigo de lo que sentiría tras aquella inocencia aparente.

 

Aoi Nobunaga

Trató de ocultar una risa suave tras la manga de su kimono.
— Yo ya tengo cuanto ansío en esta vida.— Susurró, encogiéndose de hombros. Estaba segura de que cualquier otro capricho más allá de la compañía de Ryoshi rompería algún tipo de equilibrio cósmico.
Asintió en dirección a Dozan, coincidiendo con su observación y observó marchar a Akihito en silencio.

Se recostó contra la pared y jugueteó con la carta de Wu a la espera de nuevas órdenes.

 

Clínica
[Hoshi; Seikanji; Aki; Murai; Dozan; Aoi; Ryoshi]

Dozan sonrió al instante hacia Seikanji —Componer es mucho más complejo que interpretar; pero estoy listo para intentarlo.

—Vamos, no perdamos más tiempo —La voz de Murai venía acompañada de una ligera sonrisa —Aki, en el momento que Hoshi despierte, diríjanse al castillo, los esperaremos allí antes de iniciar la ceremonia del té— se dirigió hacia dónde estaba Aoi junto a Ryoshi — El santuario al este; junto al castillo— dijo extendiéndole a Aoi un pergamino con un listón amarrado —Entrégaselo al cuervo, nos ayudará con el oficio hacia Kaji. En un joven, usa una máscara de cuervo. No responde por ningún nombre.

Después, Murai se acercó a Seikanji; su paso lento por el cojeo, pero seguro —Gendo ha hecho mucho daño, pero la suerte lo alcanzará pronto. Gana más enemigos de lo que crea aliados.


Calles de Otsu
[Akihito]

Rengo escuchaba con atención sin levantar la mirada del listón; no por desafío, sino por vergüenza. Estiró el listón entre su dedo índice y pulgar, de esa manera exprimió el excedente de agua.

—Muerte...— dijo por fin, desviando la mirada hacia los anillos de agua que se creaban alrededor de los movimientos de Akihito —Es un tema que entiendo bien —levantó la vista a Akihito —Pero debo irme

Rengo se levantó —Debo ir a ayudar a un amigo... debo ir lo más rápido posible —Decía mientras parecía temblar —No puedo quedarme más...

Contenido oculto

rapuma puedes seguir a Akihito; quedarte allí en la clínica, o irte con Murai al castillo
Nekita Tu decisión. Una compleja
Ayeah Puedes ir al santuario con Dozan y Ryoshi; o sólo con Ryoshi, o también puedes hacerlo sola.

 

Akihito Shishio

El momentáneo silencio no lo molestó, siguió jugando con el agua para distraerse y alejar los pensamientos de futuros improbables en su cabeza con lo que iba a pasar ese día y cuando finalmente escuchó su respuesta lo miró un poco sorprendido, no porque creyera que era algo que no pudiera contemplar de Rengo sino más bien por todo lo que eso le podía implicar.

Sin mucho apuro se levantó mientras aprovechaba el agua de su mano para acomodar un poco su cabello, sus manos terminaron reposando relajados en su cintura, al quizás sentir que era la posición menos confrontativa para la situación, tampoco se molestaba en ocultar su preocupación que cruzaba al miedo.

—Ciertamente desconozco la situación a la que deseas ir aunque entiendo porque quieres ir... pero estoy seguro que la tuya y la nuestra podría verse mucho más complicadas si decides irte —Podía iniciar con lo que estaba más seguro que ambas partes tenían en común, lo que ambas partes podrían perder con una sola decisión—. Quienes estarían esperando tan solo una pequeña excusa para reprender o eliminar a Koga estarán más que contentos por la situación, y estarán más felices para ir por ti aprovechando que no podremos cuidarte... tan solo se necesitó una mirada para que Gendo decidiera eliminar posiblemente a toda la familia de Yamagawa...

Su cuerpo tembló un poco con solo imaginar a Gendo acechando Koga o simplemente siendo eliminados por alguna orden de más arriba como si se tratara de alguna traición, no quería morir por eso.

—...Acabamos de recuperar a Ryoshi de un peligro, no podemos perder a otro de los nuestros a otro peligro... —Extendió su mano hacia él —, por favor, quédate y vayamos al castillo...

Por favor, que sintiera su paranoia y el miedo que eso le provocaba, porque estaba muy seguro que Rengo iba a ser mejor corriendo dado su posibles grandes escapes a diferencia de él.

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Recemos

 

Calles de Otsu
[Akihito]

Rengo miró la mano de Akihito, entendía sus razones; también sabía bien que lo perseguirían, y también que afectaría su relación con Hoshi —Tengo un viejo amigo... —sonrió ligeramente, no por un buen recuerdo, era por nerviosismo; no le gustaba hablar al respecto —Tal vez, tenga que explicarte...

Rengo habló con cuidado, pues sabía que su historia parecía más un simple cuento, ficción.

—Mara es mi amigo; y he dejado de escucharlo—dijo llevándose su dedo índice a la frente —sé que no tiene las mejores intensiones conmigo, sé que puede dañarme... pero aun creo que puedo ayudarle de algún modo para bien... no todo lo que vivimos fue falso ¿No? —Parecía más que Rengo hablaba consigo mismo en lugar de tener una conversación con Akihito— Y que Kyogi... mi madre...— aquellas palabras le costaron más pronunciarlas que nombrar al Dios de la muerte —Tiene a shi... no sé cómo pudo encontrarla... la había sellado — En Rengo también había una paranoia interna, una responsabilidad que se le escapaba de las manos — Y ahora por mi culpa puede suceder algo desastroso.

Miró a Akihito —Estaría escapando; pero no huiría... debo enfrentar mi responsabilidad ¿No es cierto? Tengo un deber... con mi amigo; y con todos.

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Nekita

 

Seikanji Yamagawa

Sonrió feliz a las palabras de Dozan, le gustaba que aquél hombre de mar tuviera el mismo amor por la música que él. No pudo evitar pensar en su hermano mayor y su sonrisa poco a poco se desvaneció, como el atardecer entre las montañas, arrancando la luz para dejar paso a las sombras.

Asintió hacia Murai y decidió ir con él, no sin antes voltear y saludar con su mano en dirección a Aki. Reiko volvió a levantar la cabeza al sentir que Seikanji se marchaba pero no se movió de su lugar, quedó tendida como una sombra protectora bajo la camilla de Hoshi.

-Shihan, en Uji un grupo de shinobis nos retrasaron. Dice que hay un precio por la cabeza de todos los Yamagawa y que querían algo que poseo. -se quedó en silencio mientras caminaba a la par de Murai. -¿Qué podría ser?

 

Akihito Shishio

Como si la situación no fuera lo suficientemente difícil para él, se tenían que agregar todavía más factores a su único encargo, factores que se iban colando en su cabeza de golpe lo cual era difícil de manejar en la forma que intentaba recopilar las cosas más importantes, las que lo ayudaban a entender más cosas, las que podían ser una pieza en el rompecabezas de basta información que iba armando en cada viaje que tenían y sobre todo, las que lo hacían odiar ser él en ese momento.

Casi sentía la voz de Fureku en su oído diciéndole una y otra vez que algo así pasaría y lo más peligroso no sería Rengo llevándolo a una madriguera, lo más peligroso para el grupo sería la benevolencia de la cual no quería deshacerse.

Todo era más difícil entendiendo, tan siquiera para él, y lo peor es que nada de eso lo ayudaba a tranquilizar su miedo ni las preocupaciones que ya le había puesto sobre la mesa.

—...Él fue el amigo que te advirtió que huyeras en Ritto, ¿verdad?...—Murmuró frotando uno de sus brazos para tratar de centrarse —, y creo que nadie puede tener esa respuesta a tu pregunta, podrías estar escapando de esto pero no huyendo de esa responsabilidad, pero al mismo tiempo podrías no estar escapando de esto y huyendo de lo otro, ¿no?

Todo podía tener una forma diferente de verlo dependiendo de en qué lado estuvieras.

—Rengo yo...aunque lo intente no podría decirte que te vayas y simplemente pretender que no podríamos tener consecuencias para nosotros en un corto o largo plazo incluyéndote, ni podría decirte que te quedes y pretender que eso tampoco pudiera causar otras consecuencias, porque probablemente ambos sabemos cual es la respuesta del otro y no llegaríamos a ningún lado...

Dio un paso lento hacia él para acortar distancia, no de una manera amenazadora pero su mano seguía extendida por si acaso decidía acompañarlo.

—Lo que puedo hacer es decirte que ese deber no lo tienes que hacer solo, porque no lo estás...no más, quizás en este momento no te esté acompañando y no sientas a nadie a tu lado, pero no estás solo. Incluso sino nos consideras parte de tu grupo con justas razones...Hoshi está aquí, se ha equivocado pero todavía podría hacer un cambio como tú, conoce lo que ha pasado, también parte de tu familia.

—Sigue durmiendo, pero... no se, podríamos ver como despertarlo y decirle lo que está pasando, podría encontrar una forma en la que ayudarte o nosotros hacerlo también, no lo sé, sobrepasa mis conocimientos, ¿cuál sería el peor escenario? ¿que mientras dormimos desaparezcas sin dejar rastro? Sería lo mismo si no te hubiera interrumpido...

>> Esperar a un plan no podría ser fallarle, ¿no?... por favor vayamos al castillo, en serio no deseo intentar ver si puedo alcanzarte. —Una risa salió de sus labios, claramente nerviosa por el estrés y su preocupación por la incertidumbre a la cual no quería ser expuesto.

No estaba preparado para esas decisiones duras, no en ese momento que sentía que su cabeza explotaba con escenarios que no podía predecir.

 

Aoi Nobunaga

Tomó el pergamino y lo escondió en uno de los muchos pliegues de sus ropas por toda respuesta. Incorporándose para cambiar su postura relajada por una preparada para la acción.

Miró a Ryoshi de forma significativa y, segundos después desvió su mirada hacia Dozan. La misión le había sido encomendada a ella pero dejaría que sus compañeros más cercanos fueran libres de elegir acompañarla o quedarse en la clínica.

Daba por sentado que Ryoshi la seguiría pero quizá Dozan prefiriera volver con Murai y Seikanji para componer aquella canción.

Comenzó a caminar con paso lento pero seguro, alzando la vista al cielo con genuina curiosidad.

— ¿Qué tal se llevan las gaviotas con los cuervos? — Preguntó, no sin cierta ironía, a la espera de escuchar una respuesta por parte del pirata que le dió ese nombre.

 

Calles de Otsu
[Akihito; Rengo]

—Si estoy solo; de cierto modo —se sinceró —Busco estarlo, al menos. Siempre que tratan de ayudarme todo empeora, termino lastimando a las personas. Es mi naturaleza, quiero suponer. O maldición.—le sonrió — Creo que es mejor que estas cosas las resuelva solo. A mi no buscan lastimarme, me necesitan. En cambio a cualquiera de ustedes pueden matarlos— se talló el rostro —Pero también entiendo lo que sería que yo escape de aquí, arruinando la boda... pero Mara... y Hoshi... no sé si sea buena idea que Mara lo vea, no son muy amigos ¿Sabes?

Miró la mano aun extendida de Akihito —Quiero tomar tú mano. Pero créeme... —negó —... no creo que sea bueno involucrarse conmigo —bajó la mirada, nublada por lágrimas —No hay un sitio seguro para mi, lo he entendido. No hay un sólo lugar dónde pueda esconderme, ni una persona con la que pueda escapar. —Limpió sus lágrimas para nuevamente mirar a Akihito —Aki lo dijo, no puedo huir por siempre. Debo acabar con todo. Y si sobrevivo... creo que podré merecer ese sitio seguro. Y sobre todo, podré merecer amigos y familia. No más demonios...



Clínica
[Hoshi; Seikanji; Aki; Murai; Dozan]

Ryoshi salió siguiendo a Aoi; mientras Dozan esperaba en un rincón revisando su flauta, estaba listo para componer una melodía.

Murai escuchó y mostró genuina sorpresa; era algo que desconocía, a pesar de saber la historia de Sei y del por qué Gendo posó su odio sobre su familia. Que aquel grupo shinobi que los emboscó, quisiera algo de él le hizo preguntarse muchas cosas.

—Dime que es lo que cargas contigo —dijo con naturalidad.


Santuario este
[Akihito]

Ryoshi sonrió ante la pregunta de Aoi —Los cuervos no se llevan bien con muchas aves; en especial con las gaviotas —miró a Aoi — Ambos son carroñeros

Al llegar a la plaza del santuario; pudieron notar a varias personas en oración; pasando al tumulto, Ryoshi detuvo a Aoi antes de subir la escalinata hacia el santuario principal —¿No tienes curiosidad de saber que dice ese pergamino? ¿No quisieras leerlo antes de entregárselo a un desconocido?

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Contenido oculto

rapuma puedes enseñarle todo a Murai o abstenerte a mostrarle algo
Nekita tira un d25
Ayeah Si decides abrir el pergamino tira un d20 o que Ryoshi lo tire por ti=
1-5 rompes el papel, cualquiera sabrá que fue abierto
6-15 lees el documento; pero hábiles manos sabrán que fue abierto
16-20 lees el documento y nadie sabrá que lo leíste

 

Seikanji Yamagawa

Con timidez puso en las manos del shinobi todo lo que contenía entre sus ropas, incluso aquellos dados que había tomado sin avisar de las pertenencias de Murai el día que le quitaron el dinero junto con Akihito, probado su valía como amantes del sigilo. Kodoku se había encargado de crear la distracción para que ellos pudieran colarse por una de la ventanas altas de su casa.

Esos días parecían tan lejanos que casi creía haberse olvidado de ellos.

—Lo siento, shihan. Tomé eso sin su permiso, en una muestra de orgullo al querer compartir su peso con los Fujiwara. Me pareció divertido jugar con ellos una vez les diera caza. Pero ahora entiendo que no son mi responsabilidad. En verdad lo siento.

Seikanji se disculpaba por el hecho de haber robado esas piezas sin el consentimiento de su superior, ignorando quizá que era por esa razón que ahora tenía un precio sobre su cabeza.

 

Akihito Shishio

—Incluso si eso llegara a ser una gran certeza, que en este momento lo puedo dudar, nada sería tú culpa porque no estás forzando a nadie a tomar esa decisión, no me estás forzando a intentar relacionarme contigo, ni te culparía de nada sino resulta—Toda decisión sostenía un peso y una vez que decidías hacer algo lo mejor que te queda es aceptar lo positivo o negativo que podía tener y no podías culpar a nadie por mucho que fuera lo más sencillo de hacer —, y sobre eso...cualquiera puede intentar matarnos, incluso antes de que llegaras con nosotros, no cargues con todo ese peso. —Se alzó de hombros, incluso si quizás no tenía el contexto completo del día que había llegado, los había visto enterrando los cuerpos

—No todo aliado debe ser del agrado de quien necesita la ayuda... y si nosotros estorbamos y no podemos ser de ayuda, no se sabe si quizás alguna parte de Hoshi buscaría una redención por su error, siempre puede haber otro camino...

Negó con suavidad su cabeza al oír sus palabras —No necesitas sacrificarte y sobrevivir para merecer todo eso que mencionas, Rengo. —De eso estaba seguro, creía en eso, nadie debía sobrevivir a la muerte para tener algo básico, pero aun así le pesaba oír sus palabras —A veces no se trata de tener un lugar físico donde ir... tan siquiera para mí, era imposible encontrarlo, ya que nunca fui bueno para escapar. Esa búsqueda se convirtió en más bien en empezar a confiar, y confiando poco a poco en quienes me rodeaban me hizo sentir un poco más seguro, más en paz.

Haberse rendido en sus huidas no implicó nunca que sintiera que su hogar era algo seguro, podía pretenderlo y adaptarse a eso pero nunca se sintió así, tampoco llegar a Shiga o estar dentro de Koga, en su cabeza tuvo más peso prestar atención a las personas de su alrededor para sentir que tan siquiera allí con esas presencias podía estar más tranquilo.

—Todavía puedes encontrar cualquiera de las opciones sin necesidad de tener que sobrevivir, estoy seguro. —Pese a que era algo impropio de su parte, buscó su mano con suavidad y la colocó entre las suyas con delicadeza, no había fuerza que realmente le impidiera solo deslizar su mano fuera de ese gesto, ya tampoco había mucha inseguridad en sus gestos por el tema del que le estaba hablando. Sentía que era necesario reafirmar lo que iba a decir con eso, no sentir que sus palabras se las llevaría el viento por ser impersonal —Date ese permiso de poder seguir buscando relaciones y lugares, aunque sea difícil, podrías no huir de eso, un primer paso...

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Pese al maldito 1 merecia algo bonito

 

Aoi Nobunaga

Rió con suavidad ante la respuesta de Ryoshi y se detuvo a observarlo.
— Me pregunto si tendrán una mejor relación con el cóndor.— Sonrió de nuevo antes de seguir caminando, sin esperar respuesta esta vez. Le gustaba sentirse parte de algo por primera vez y esa sensación en ocasiones le resultaba abrumadora.

Cuando el joven la detuvo frenó de nuevo para volverse a mirarlo, inclinando la cabeza sin terminar de comprender, pues su misión no consistía en leer aquel pergamino.

— No realmente.— Respondió. No le incumbía su contenido, había decidido confiar en Murai y ni siquiera se había planteado leerlo. — Ayudará con la ceremonia, es cuanto necesitamos saber... ¿No?

Dudó, pues quizá el pirata tenía otra opinión al respecto y, para Aoi, la opinión de Ryoshi era lo más importante en este mundo.

 

Calles de Otsu
[Akihito; Rengo]

Rengo veía en Akihito algo nuevo; Natsu simplemente hubiera escapado con él. Kuroki lo hubiera detenido para que permaneciera a su lado. Akihito le daba a elegir, le estaba diciendo sus razones por las que no era bueno irse, y llevándolas más allá. Le estaba dando poder de decisión, pero no sólo eso...

—¿No me culpas de nada? — dijo sin separarse de él, a pesar de ello se notaba tenso; su agarre no era suave como el de Akihito —Darme el permiso... no quiero huir de nuevas amistades —lo miró —No estoy huyendo de ustedes —desvió la mirada, pues no sólo se refería al pequeño grupo que acababa de conocer, el cual había sido amable. Confiaba en Yuzuki, en Takano, en Kuroki...

—Pero eres tú quién lo ha dicho, ¿No es cierto? —dijo con una leve sonrisa —Debo confiar en los demás para sentirme seguro. ¿Tú confiarás en mi? —Rengo lo había enredado con sus propias palabras. Quién lo diría.

Esta vez, Rengo juntó la mano que tenía libre en el agarre de Akikito —Te prometo que volveré; cumpliré mi palabra. Confía en que puedo ser capaz de lograrlo, y prometo que si no creo que pueda lograrlo solo... escaparé — sonrió, como nunca lo había hecho con este nuevo grupo —No me sacrificaré en vano, le demostraré al mundo de lo que puedo ser capaz. Porque yo... —bajó la mirada —... yo necesito demostrármelo a mí mismo.



Clínica
[Hoshi; Seikanji; Aki; Murai; Dozan]

Murai jugueteó con los dados entre sus manos —Oh...— no había una sonrisa en su rostro; de hecho se sentía un aura tensa; incluso Aki apretó sus manos en preocupación.

Murai siguió revisando los dados entre sus dedos, cada trazo, cada forma —Un shinobi siempre mantiene su información consigo... —Murai sonrió —No te disculpes joven Sei; creo que nos han enviado un mensaje. Yo no sabía que estás baratijas tuvieran un valor; pero no sé cual pueda ser, y tampoco entiendo quién pueda ser aquel que manda a morir a sus hombres para dejar algo en claro...

Murai masajeó su mandíbula, intentando entender —No pueden ser shinobis de Iga, estos no intentarían ayudarnos; pero tampoco podrían ser de Koga, podrían informármelo de maneras más civilizadas...



Santuario este
[Aoi; Ryoshi]

Ryoshi soltó una risa —Lo siento, viejas costumbres —talló su nariz con algo de vergüenza —En el mar siempre encuentras a alguien que por unas monedas te pide enviar un documento a otro puerto, estaba acostumbrado a leerlos antes de entregarlos—sonrió con malicia pero con un orgullo oculto —No sabes cuantas veces eran trampas para llevarme a una emboscada —miró a Aoi —No era falta de confianza, era curiosidad.

Avanzaron por la escalinata para llegar al santuario principal; no fue difícil encontrar a su objetivo, parecía estarlos esperando.

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Aoi podía distinguir el olor a hierro.

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Contenido oculto

rapuma
Nekita
Ayeah

 

Seikanji Yamagawa

—El señor Hoshi interrogó a la mujer que era la cabecilla de aquél grupo, le preguntó quién los lideraba y oí el nombre de Ogen y Sai... Pero aquella mujer se cortó la lengua antes de que terminara de pronunciar el nombre. Probablemente el señor Hoshi sepa más... pero no dirá nada hasta que despierte.

Miraba los dados deslizarse entre las manos de Murai y le pareció una araña tejiendo sus ideas y sus redes.

—¿Hay más shinobis entonces? —se mordió la lengua por su pregunta cargada de curiosidad. —¿Cómo podrían obedecer a una mujer que ya murió? ¿Y lo más importante, cómo sabrían que poseo esos dados?

Seikanji era un rastreador, pero nunca había imaginado que quizá aquellas cosas también pudieran ser parte de la red de espionaje enemiga.

 

Aoi Nobunaga

Rió con suavidad ante la diferencia entre ambos. La curiosidad era algo de lo que Aoi carecía, siempre se había limitado a obedecer órdenes sin cuestionar nada ni a nadie por lo que le sorprendían enormemente las palabras de Ryoshi.

— Curiosidad. — Paladeó la palabra, divertida, mientras subía la escalinata pero borró su sonrisa tan pronto llegaron a la cima.

Era hora de trabajar y su rostro volvió a tornarse piedra antes de entrar en el templo. La atmósfera distendida entre la pareja cambió súbitamente en cuanto Aoi recuperó su indiferencia habitual y avanzó hasta encontrarse con la figura enmascarada.

No necesitó preguntar su nombre, simplemente se acercó a él con rostro inexpresivo y tendió la carta en silencio, esperando a que fuera él quien la tomara.

No creía necesario dar más explicaciones, estaba segura de todo cuanto el cuervo necesita a saber estaba ya por escrito y, de no ser así, ya sería él quien preguntara.

El exceso de información era del todo innecesario.

 

Akihito Shishio

—Por mucho que sea mucho más fácil hacerlo, se que la responsabilidad cae en mí y lo que esté decidiendo pese a lo que sepa que debo o no hacer, sería injusto culparte. —Sin querer lo había dicho con bastante pesar, solo por tratar de ver en su cabeza las consecuencias buenas o malas de las mayorías de decisiones que trataba de tomar día a día; por suerte su pesar se suavizó y pasó a algo más tranquilo y un tanto agradecido cuando lo escuchó terminar su oración.

Luego, aquel sentir terminó convirtiéndose en confusión cuando escuchó su pregunta —¿Confiar? Ya lo he hecho —Una risa nerviosa salió de sus labios solo por ya tener todo el contexto de lo que había pasado en Ritto, y ya no era una posible trampa en la cual pudo haber caminado, porque el "amigo" no era un aliado, tan siquiera no uno físico —, ahora que se a quien te referías suena tonto, pero en ese momento se sentía como si íbamos a toparnos con alguien fuera pero aun así, decidí dar ese paso...

—Recuerda que son quizás tres o incluso menos días para la boda, para que no se enteren que esto ha pasado para mantenernos a salvo nosotros y la reputación de tu señor. Mis razones ya están dichas y si lo crees... —Desvió su mirada hacia el cielo y suspiró antes de volver a mirarlo. No había pensado que vería a Rengo sonriente mientras él estaba en una red de preocupación, esos últimos días había sido al revés.

—Dioses, si lo crees entonces me tocará confiar en que llegarás a tiempo, te mantendrás a salvo y por ende a nosotros. —Llevó sus manos al pecho de Rengo y con cuidado deslizó sus manos fuera del agarre para solo tener una apoyada allí también en su pecho—Ya me tocará a mi lidiar con lo que sea que pase y me aterre... te veré pronto.

 

Calles de Otsu
[Akihito; Rengo]

Rengo asintió; su preocupación se notaba en el rostro, tomó la mano de Akihito y le entregó su listón —Este es el objeto más preciado que tengo; me lo dio la mujer a la que verdaderamente veo como una madre — obligó a Akihito a cerrar su puño sosteniéndolo — Te lo presto porque has confiado en mi, yo confío en que lo cuidarás — Sonrió — Y con ello puedes asegurarle a tu señor que regresaré, y puedes decirle que lo hago por ustedes, no por él... ni por Fureku—esto último lo dijo en voz baja; aun así, Akihito podía escucharlo.

Lo cierto es que Rengo no sólo cumpliría su promesa por ellos; también lo haría por los Minamoto. Pero le era difícil decirlo. Rengo miró el mala que tenía en la muñeca, y después miró hacia el muro que los separaba. Lentamente, una cuerda descendió. Akihito levantó la vista, eran dos mujeres ataviadas de negro.

—Gracias

Rengo utilizó la cuerda y rápidamente lo ayudaron a subir. Akihito los miró hasta que se apartaron y él no pudo hacer nada para detenerlos.



Clínica
[Hoshi; Seikanji; Aki; Murai; Dozan]

Murai se detuvo de todo movimiento con las palabras de Seikanji. Murai se quedó en silencio unos instantes; inmóvil, hasta que negó —Las interrogaciones de Hoshi nunca fallan, es una de las razones por las que está con nosotros —sonrió — ¿Saizo? Saizo Honda

—Entonces si existen más shinobis... —intervino Aki

—Saizo no es un shinobi, es un yamabushi. Pero si existen más shinobis, los que sirvieron a Ogen por ejemplo; ella antes pertenecía a Koga, pero decidió actuar fuera de la aldea sin ayudar a nadie, sólo a sí misma. Buscaba el conocimiento, porque tenía un objetivo, uno que ningún mortal debería desear. Seguir mitos y leyendas es peligroso y ridículo. Yo ante mis enemigos no sueno tan alejado a lo que fue Ogen; pero ustedes, mis aliados, saben que yo cuido a los míos sobre todas las cosas. Ogen nunca hizo eso, por ello podría creer que mandara a sus hombres a morir... ¿Pero cuál era el objetivo? Dudo quisiera informarme, ella jamás me hubiera ayudado entregando el nombre de Saizo. Si en verdad ese era el nombre que buscaban dar.

—Perdón —dijo tímidamente Aki — El niño del búho — habló con calma —cuando nos defendimos de Ogen en Koga, a su lado estaba un niño con un búho; combatió con Konan.

—Si hubiera sido soldado de Ogen, hubiera muerto con Ogen; pero escapó —aclaró Murai.

—La cobardía hace que te olvides de fidelidades —respondió Aki

—Creo firmemente que en esa misión iban siguiendo órdenes de alguien más; no de Ogen, no de Kodoku... — la voz de Murai era baja, se notaba que estaba intentando entender.

—Kodoku comando el robo en su hogar ¿No es cierto?—inquirió Aki

Murai afirmó —Lo he pensado bastante desde que Kodoku volvió anunciando la muerte de Taiyo. Dijo que lo mató porque era un Fujiwara, que el buscaba ayudarme... pero mintió. Si buscaba venganza también hubiera asesinado a Riku allí mismo. No... siguió órdenes de un superior, de alguien que buscaba la muerte de Taiyo.

—¿Tadashi? —preguntó Aki

Murai negó —Saizo era el líder directo de Tadashi; fue el quién envió a Tadashi a Shizuoka... ese yamabushi —apretó los dados en sus manos y negó — Pero ese hombre no tiene el cerebro para estas cosas; pero en cambio... su mujer. ¿Kyogi?

Miró a Seikanji —Me gustaría darte respuestas certeras; pero aun no entiendo del todo lo que sucede. Todo esto debe estar presente en nuestros pensamientos, pero no debe cegar nuestro objetivo.



Santuario este
[Aoi; Ryoshi]

El enmascarado se acercó a Aoi y tomó el papel; lo abrió de inmediato y comenzó a leer; al terminar la guardó y los observó.

—Díganle que estaré allí—mencionó aquel hombre.

Ryoshi miró a Aoi, después se giró ante aquel extraño sujeto —¿Por qué un monje huele a sangre?

—No soy un monje— dijo poniéndose de pie para después extenderle un pañuelo con sangre seca.

Sin entenderlo, Ryoshi lo tomó.

—Pueden irse —dijo el de la máscara de cuervo —los veré en el castillo después.

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Contenido oculto

rapuma
Nekita
Ayeah

 

Aoi Nobunaga

Asintió por toda respuesta y, tomando a Ryoshi por la muñeca, caminó hacia la escalera del templo de forma lenta pero segura.

Todos sus sentidos estaban alerta, pues no confiaba en aquel sujeto a pesar de que Murai sí lo hiciera.

Quiso impedir a Ryoshi aceptar aquel pañuelo ensangrentado pero no era quién para tomar ese tipo de decisiones por él.
Tenía un mal presentimiento a cerca de todo aquello por lo que decidió volver con Murai cuanto antes para que éste arrojara algo de luz sobre lo que acababa de ocurrir.

— Esto no me gusta.— Susurró, una vez se hubieron alejado del templo.— Tengo la impresión de que algo malo va a suceder.

Durante todo el camino no había aflojado su agarre sobre el pirata; tampoco lo hizo entonces. Apretó ligeramente el paso rumbo a la clínica.

— Volvamos, rápido.

 

Akihito Shishio

Asintió a sus palabras cuando se vio obligado a tomar aquel listón, viendo lo mucho que lo cuidaba y la atención que le había visto poner a ese accesorio, entendía porqué funcionaba de una mejor forma como garantía de que cumpliría su palabra—Lo cuidaré hasta tu regreso, no te preocupes. —El comentario sobre Fureku si le sacó una pequeña sonrisa, no podía culparlo pero le parecía un buen primer paso que pudiera admitir ese detalle en voz alta.

Se quedó observando en silencio la repentina aparición de aquellas mujeres de negro, preparadas para sacarlo de allí, ¿cómo podría haber coordinado todo eso o desde qué momento pudieron haber tenido esa presencia cerca de ellos? Suspiró y miró el listón una vez más antes de guardarlo, nada de eso le quitaba el peso de su preocupación, ni la culpa que lo llevaba a ver los posibles escenarios, pero era un invitado libre y podía tomar sus propias decisiones, y él, como le había dicho, tomar las consecuencias de permitirlo.

Sin más, dio media vuelta para encaminarse con los demás.

 

Seikanji Yamagawa

Con todos sus sentidos puestos en las especulaciones de Murai y Aki, Seikanji escuchaba sin querer interrumpir. Organizó los nuevos nombres en su mente e imaginariamente trazó hilos entre ellos, acomodando todos los datos nuevos en su cerebro de shinobi. Ogen llevaba la razón en algo; el conocimiento era importante, pero había que saber filtrarlo para poder dejar lo más sustancial primero.

—No se preocupe, shihan, tenemos un objetivo que cumplir y estos detalles no nos desviarán del camino. Pero es bueno saber a qué nos enfrentamos ahora que muchos de nuestros enemigos estan bajo tierra. Tenemos que estar preparados para cualquier imprevisto y poder improvisar. Ese es el camino del shinobi.

Dijo con decisión, intentando quitar presión a los problemas que se cernian sobre ellos desde el exterior.