Aoi Nobunaga A pesar de la negativa de Hoshi, Aoi estaba de acuerdo con Akihito en que ir a la clínica era lo más inteligente. Había enemigos que los buscaban y no estaban en el mejor estado para enfrentar una nueva pelea. El intercambio entre el herrero con la recién llegada no hizo más que poner de manifiesto dicha necesidad. Se mantuvo en silencio y sin moverse, simplemente observando a aquella mujer hasta que Hoshi se desplomó, obligándola a romper el contacto visual para dirigirle una fugaz mirada. — No deberíamos perder más tiempo. En la ciudad ya sabrán que estamos aquí... No hemos sido particularmente discretos.— Murmuró con voz monocorde, haciendo referencia a la escandalosa aparición de la recién llegada. Llevó una de sus manos a la empuñadura de su katana y echó un rápido vistazo a su alrededor antes de descender de la carrera dispuesta a guardar la retaguardia.
Kushina observó todo lo ocurrido con impresión; observó que eran un grupo extraño; pero asumió que su falta de sincronía se debía a las condiciones en las que estaban viajando. Así que afirmó ante Akihito y subió a la carreta para ingresar a Otsu; al llegar a la entrada, los dejaron pasar inmediatamente gracias a Kushina quién apresuró el paso para llegar a la clínica. Clínica [Hoshi; Kushina; Akihito; Seikanji; Aoi; Ryoshi; Dozan; Rengo] Bajaron de la carreta y entre Akihito y Rengo cargaron a Hoshi al interior. Kushina decidió esperar afuera. Al entrar; pudieron ver a una mujer de espaldas de espaldas a ustedes preparando un menjurje; se mantenía completamente seria, y cuando terminó de mezclar y guardar lo que hacía; se detuvo, recargando sus manos en la mesa frente a ella. Reiko entró con entera confianza y se embadurnó en las piernas de aquella mujer; ella reaccionó asustada, pues estaba tan concentrada que ni había escuchado que la puerta se deslizó a sus espaldas. La mujer se giró para reconocerlos. Contenido oculto A sorpresa de los presentes, era Aki; su rostro mostraba cansancio y tristeza; pero cambió de inmediatamente a angustia cuando miró a Hoshi; corriendo de inmediato a él; quitándoselo a Akihito y Rengo. Sin decir nada; atendió de inmediato a Hoshi; tardó un poco, haciendo el silencio aun más incómodo; pero al terminar, Aki levantó la vista y les sonrió por fin —Bienvenidos a Otsu Después de esas simples palabras; continuó para atender al resto, comenzando con Dozan; después con Aoi y por último Seikanji; pues el resto no necesitaba atenderse. —Debieron haber ido a Koga; pero se desviaron a Otsu —decía mientras vendaba a Seikanji —Tu mirada... es distinta. Contenido oculto Nekita rapuma Ayeah
Seikanji Yamagawa Se alertó en el momento en que Reiko se abalanzó en el interior de la clínica, sin poder detenerla ni dándole tiempo a silbar con sus labios para obligarle a quedarse quieta. Su loba tenía esos arranques de su naturaleza propia de animal sólo cuando se lanzaba como una flecha contra una presa. Su sorpresa fue grande al ver a Aki allí, preparando sus recetas, ignorante a la presencia del grupo hasta que Reiko topó con su cuerpo a la mujer en busca de caricias, con sus orejas hacia atrás. Seikanji sonrió levemente, muy leve, casi un reflejo. Esperó con paciencia mientras atendía a sus compañeros, mirando en todo momento a los ojos de la arquera, notando que su mirada también era extraña. —La tuya también. —dijo como toda respuesta, manteniendo el contacto visual con la médica. Su voz no era agria ni agresiva; fue tranquila, como las aguas de un estanque sin movimiento. Vacío.
Akihito Shishio Quizás, lo que menos hubiera esperado de adentrarse a aquella clínica fuera toparse con la imagen de Aki, no solo en su estado pero también topársela fuera de Koga por su cuenta, lo preocupaba, pero en ese momento prefirió centrarse en no estorbarle demasiado cuando prácticamente tomó cargo de curar a Hoshi. Se quedó al lado de Rengo, de brazos cruzados, jugando levemente con la manga de su kimono para distraerse un poco y solo paró hasta que la arquera finalmente les habló y también le sonrió en respuesta. —...Era lo que Hoshi quería pero...estaba en muy mal estado, los demás también estaban heridos y... tampoco han descansado del todo...—Explicó con la mayor tranquilidad posible, viéndola atender a los demás —, pero fuera de todo lo sucedido, la hija del señor Akamatsu está fuera ¿esperando? No sabía muy bien si debían salir a indicarle que Hoshi ya debía de estar un poco más estable, o ella eventualmente entraría, pero como tampoco sentía que era un momento muy indicado de hablarle de los sucesos vividos a Aki, podía avisar del otro factor inesperado.
Aoi Nobunaga Siguió el carro hasta la clínica y, en silencio, observó cómo Aki tomaba el control de la situación. Su rostro no mostró gesto alguno de sorpresa aunque le dedicó un inexpresivo asentimiento de reconocimiento a modo de saludo. Se dejó curar de forma algo menos rígida que la vez anterior, demostrando así una levísima confianza en las capacidades de la joven, incluso mostró sus cicatrices sin reparo, pues ya todos los presentes las habían visto con anterioridad. Aun así se apresuró a cubrirlas tan pronto como la joven hubo terminado y se situó de nuevo junto a Ryoshi, recuperándose de la incomodidad del momento. —¿El viejo se pondrá bien?— preguntó entonces.— Deberíamos marchar hacia Koga cuanto antes.
Clínica [Hoshi; Kushina; Akihito; Seikanji; Aoi; Ryoshi; Dozan; Rengo] A diferencia de Seikanji, Aki bajó la mirada —Es... cansancio — estaba cansada, eso era evidente; pero su mirada no era diferente por ello; se notaba que mentía, no era buena en ello. Akihito mencionó que era idea de Hoshi ir a Koga, pero debido a su estado ahora estaban allí; Aki levantó la vista hacia Akihito —Creo que será mejor que descansen —luego miró hacia la puerta —¿Oshin? —preguntó confundida; el cansancio de Aki la hacía lenta de pensamiento. Sabía que Akihito se referiría a Oshin por su nombre. Había revelado un detalle importante, uno que todos los que escuchaban desconocían. Mientras tanto, Ryoshi abrazaba a Aoi sin importarle quién los viera, y fue cuando ella preguntó por la salud de Hoshi; Aki la miró y afirmó —Ha perdido mucha sangre, seguramente necesita recuperarse aquí en Otsu —talló sus ojos, se notaban muy secos — Pueden descansar todos en el palacio. Allí también está Oshin y el maestro Murai. ¿Por qué estaría Murai en Otsu? Contenido oculto Nekita rapuma Ayeah
Akihito Shishio Nadie había tenido una buena salida aparentemente. En su cabeza iban sumándose los problemas que iban persiguiendo al grupo por muy pequeño que fuera, hasta los grandes detalles como lo sucedido en Uji, cosas con las cuales no debía lidiar porque tampoco se relacionaban con él de manera directa, sabía que podía seguir creciendo en silencio y desenvolverse de una mala manera si continuaban con esa racha de eventos...pero no tenía ni una pequeña idea de como tratarlo. Solo podía pensar en marcarlo y tenerlo presente de momento, mover un problema a la vez conforme fuera iluminándose su cabeza. —...La señorita Kushina.—Corrigió amable, sin realmente molestarse en ocultar el breve gesto de sorpresa que tuvo, pero definitivamente ya era más fácil relacionar la fiereza de su acompañante con alguien más cercano. Miró a Hoshi unos momentos y luego a sus acompañantes de una manera algo más rápida, evitar el castillo era la mejor solución ante la duda de cuál era la situación de Kaji con Seikanji, pero...Murai y Oshin allí... sumando un nuevo grupo, era complicado, pero definitivamente no era demasiado cortés. —Será cuestión de saber si los demás si desean darse un breve respiro... Aunque espero que ya estuviera en tu plan también descansar un poco, Aki. —Si ya era malo que ellos estuvieran cansados, no quería imaginar lo que supondría para una arquera estar en esas condiciones—...En caso de que se decida qué nos quedemos, podría quizás adelantarme e informar en el castillo el número de visitantes, no sería correcto llegar de repente con el señor Akamatsu y en el peor de los casos, se tiene el Shukusha... Así que, lo dejo en sus manos. Añadió acomodando mejor su ropa, permitiéndose esconder el arma de Shura solo por si acaso, dejando únicamente visible a su espada.
Seikanji Yamagawa Alternó la mirada entre la arquera y el pelilargo, sin caer en cuenta en el parecido que había entre ambas mujeres mencionadas. Su cerebro también se encontraba espeso, como una gota de aceite expandiéndose lentamente en su camino. Notó que Aki también mentía sobre sus palabras, pero Seikanji no se lo reprochó; simplemente parpadeó lentamente, con un letargo propio de su físico abrumado por los últimos acontecimientos. Se sentó sobre una mesa, mirando a Akihito y afirmando a sus palabras. —Akihito tiene razón. Deberías descansar. Su voz sonó simple, sin la excesiva energía de siempre. Se quedó en silencio, escuchando el plan rápido y eficaz que el señor Shishio había propuesto. —Sólo te falta una cosa. —le señaló la katana de Shura antes de que la escondiera. —Puedo quedarme aquí más tiempo, seguro que podemos esconderla de momento con Aki. —Reiko gimió feliz, presintiendo que se quedaría allí con esa mujer de olor tan agradable.
Aoi Nobunaga Se encogió de hombros como toda respuesta al intercambio acontecido. Ella nunca había estado allí y no conocía a las personas que los jóvenes mencionaban por lo que se ceñiría al plan que decidieran tomar sus compañeros... Siempre y cuando eso les permitiera ver a Murai antes o después. Debían informarle de los resultados de su misión ¿no? Creía que podían dejar a Hoshi al cuidado de Aki y Seikanji por lo que se adelantó y se colocó junto a Akihito. — Te acompañaré al castillo.— Indicó.— No creo que sea seguro moverse en solitario si tenemos en cuenta nuestras últimas experiencias. Dividirse no era lo más recomendable pero no dejaría que el muchacho vagase solo por la ciudad... Le gustaba lo bastante como para evitar que se pusiera a sí mismo en aquel riesgo.
Akihito Shishio Una vez que término de arreglar su ropa, se mantuvo sus brazos tras la espalda, esperando a que alguno de los miembros de aquel equipo hablara. Primero asintió a las palabras de Seikanji, no tenía problema con qué se quedara con Aki y Hoshi de momento, de hecho le parecía mejor que tampoco se quedara solo, pero el comentario sobre la espada lo hizo reír con suavidad. —Tienes razón...—Nuevamente sacó toda la saya de la katana de su pequeño escondite para poder dejarla al lado de Seikanji, sobre la mesa —, agradezco la sugerencia y espero que tampoco demasiada molestia hacerlo. Luego, la respuesta de Umineko lo sorprendió un poco aunque no lo mostrara, tan solo se limitó a sonreírle y asentir, no la culpaba con esa clase de lógica de querer acompañarlo. —Bueno, entonces seremos un pequeño grupo camino al castillo...—Añadió dado por sentado que entonces Ryoshi o Dozan los acompañaría y ya se formaría aquél pequeño grupo. Contenido oculto Para ahorrarme el post luego de dar la espada (?
Clínica [Hoshi; Kushina; Akihito; Seikanji; Aoi; Ryoshi; Dozan; Rengo] Hoshi seguía inconsciente mientras Aki miraba con sorpresa a Akihito; enterándose de que Kushina estaba allí afuera; talló su frente visiblemente confundida; pero se mantuvo en silencio. no quería indagar demasiado, su mente no daba para tanto. Aki no parecía querer descansar, y sus palabras iban mucho más lentas que sus pensamientos; escuchó a Akihito, luego a Seikanji —No puedo, no aun... yo — Y fue entendiendo levemente las precauciones que estaban llevando a cabo y sonrió. Aoi también seguiría a Akihito al castillo; Ryoshi la miró —Entonces iré contigo — después miró a Dozan — Iremos, ¿No es cierto? —Las parvadas no se separan —le recriminó Dozan dándole un golpe en la nuca para después mirar a Aoi y sonreírle. Esta vez, Ryoshi no reaccionó molesto ante Dozan. Rengo se mantuvo en silencio, sus manos entrecruzadas al frente mientras miraba a Hoshi. Akihito entregó a Seikanji la espada y partieron al castillo; al salir de la clínica, Kushina los acompañó. —¿Quieres un té? Podría ayudarte un poco —mencionó Aki mientras acariciaba a Reiko levemente. Castillo [Akihito; Aoi; Ryoshi; Dozan; Kaji; Murai; Midori; Oshin] Los dejaron ingresar al castillo sin problema alguno; los guardias reconocieron el yoroi que Akihito portaba, dándoles la indicación directa de dejar pasar a los que trajeran ese emblema en sus armaduras. Aoi, Dozan y Ryoshi ingresaron junto a Akihito. Kushina entró después, al parecer los guardias no la reconocieron; ella los guió en el castillo hasta avanzar a una habitación grande, antes de entrar pudieron escuchar una conversación. —Tendré que pedírtelo como tu señor, así tendrás que obedecerme — la voz de Kaji era reconocible para Akihito; pero se escuchaba algo distinta, más baja, algo cansada. —Si me lo pides como el señor de Shiga, menos obedeceré, y lo sabes.—La voz de Murai resonó familiar para todos; seguida de una simple risa. Ambos rieron. —Entonces te lo pido como amigo — la voz de Kaji hizo que las risas se apagaran. Al entrar pudieron notar a Kaji Akamatsu en atuendos holgados, se veía cómodo; pero en su mirada se notaba el cansancio, parecido al cansancio que pudieron notar en Aki. —Akihito —mencionó con confusión Kaji, después miró a Kushina, tardó en reconocerla pero cuando lo hizo se levantó con dificultad. Kushina lo detuvo al instante obligándolo a sentarse nuevamente —Calma, papá— Kushina se sentó a su lado y lo tomó del brazo con amor. —Te habían prohibido venir a verme —Kaji la miró con preocupación, notaba el cambio en ella —¿Qué ha sucedido? —Digamos que... Kushina Akamatsu ya no existe más en Shimane —Kushina... —No me reproches—dijo abrazando con más fuerza su brazo — No iba a permitir que nadie me impidiera venir a despedirme de mi padre. Kaji la abrazó con fuerza. —Akihito...—la voz de Murai era tranquila — ¿Se encuentran todos bien? Qué ha sucedido, pueden decírmelo frente a ellos, los Akamatsu son aliados. Contenido oculto Nekita rapuma Ayeah
Akihito Shishio Tal y como había pensado, la pequeña parvada terminó uniéndose a las precauciones propuestas por la chica y mientras confiaba en que los demás pudieran quedarse tranquilos y alejados de cualquier posible problema dentro de la clínica, podía sentirse algo más relajado y confiado en que el plan realmente pudiera ser menos descabellado de lo que hubiera pensado. Al salir de la clínica, informó rápidamente a Kushina sobre el estado del señor Hoshi y de allí, el andar hacia el castillo fue bastante tranquilo y silencioso por su parte, tan solo se mantuvo en el paso de la nueva integrante hasta que llegaron a las puertas del castillo; sin la compañía de Murai que abriera el paso prácticamente por donde caminaba, había creído que quizás tuvieran que responder alguna que otra pregunta antes de entrar pero, tampoco se iba a quejar de que simplemente les permitieran el paso. Y aunque el paso fue sencillo, aun sentía su corazón latir con nerviosismo de los hubieras que se formaban en su cabeza conforme se acercaban más y más a la fuente de las voces, hasta que los nervios terminaron convirtiéndose en la misma confusión con la que Kaji lo veía. No era una escena que estuviera esperando, incluso con el tono tan peculiar de la conversación. —Mi señor. —Saludó con una reverencia formal como ya había hecho en su momento, se mantuvo en esa posición hasta que Kushina llegó al lado de su padre y al escucharla comunicar sus razones, fue que todo cobró sentido en su cabeza. ¿Kaji estaba muriendo? ¿Qué tan enfermo podría estar? ¿Por eso era que Fureku había dicho que no salía de su cuarto o estudio? Su cabeza estaba bastante dispuesta a perderse en aquel hilo de pensamientos hasta que la voz de Murai lo detuvo y, aunque no pudiera verlo, negó con suavidad antes de responder. —Me gustaría informar que todo está bien y no ha sucedido mucho, pero, realmente sería una mentira...—Inició aunque le pesaba un poco romper el ambiente de ese encuentro de padre e hija —, desde Ritto parece que hemos estado atrayendo una gran serie de eventos desafortunados... Con eso prácticamente inició su resumen de eventos: en Ritto el inesperado encuentro con el general Mori y el noble Matahachi, una monje perteneciente al clan de 4 rombos y aquella peculiar frase que les dijo, luego la ida por la recuperación de Ryoshi que había sido exitosa pero con ello llegó el fuego a Uji, y con una aparente recompensa por los posibles Yamagawa restantes y finalmente, su llegada a Otsu donde no quiso descuidar más las heridas del señor Hoshi. —...Aki dice que estará bien, pero necesita descansar y...creo que todos también se beneficiarían de eso. No deseamos ser inoportunos con nuestra aparición, entonces decidimos anunciarnos.
Seikanji Yamagawa Observó en silencio como el grueso del grupo se retiraba con dirección al castillo para poder informar de su presencia y de los acontecimientos en Ritto. Seikanji se quedó mirando la puerta que se cerraba tras ellos, absorto en su propia mente, perdido en la realidad del momento. Pero las palabras de Aki lo devolvieron a la clínica y entonces reparó también en la presencia de Rengo con ellos. Seikanji le sonrió a la arquera y hubo algo tan infinitamente triste en aquél gesto que Reiko gimió en dirección a su amo pero sin separarse de Aki. —Creo que los tres necesitamos un té. —paseó sus ojos por Hoshi y luego en el joven Harima —Se pondrá bien, Rengo-san. Mejores manos no pudo encontrar. Se bajó de la mesa y se posicionó de modo que pudiera estar entre ambos dentro de la pequeña sala. —Entonces veo que todos pasamos por una tormenta, ¿no? —dijo finalmente, mirando los ojos cansados de Aki, estaba claro que la arquera hacía mucho que no dormía y la angustia latente en Rengo por la salud de Hoshi incrementaba más la tristeza de la clínica. —Merecemos un descanso. Cuidaré del señor Hoshi y cerraré la clínica. Rengo-san deberías presentarte en el castillo y que Aki descanse. Cuando el señor Hoshi despierte los buscaré.
Aoi Nobunaga Siguió a la comitiva en tensión, observándolo todo a su alrededor tratando de no perder detalle a medida que se adentraban en el castillo, fue por eso por lo que no se perdió ni una sola palabra de la conversación que tenía lugar entre Murai y quien, presumiblemente, debía tratarse del señor del castillo: Kaji Akamatsu. Aunque nadie los había presentado. A decir verdad, a Aoi se le antojó algo débil y frágil para tratarse de una persona tan importante pero, cuando Akihito hizo su pronunciada reverencia, inclinó suavemente su cabeza en señal de respeto. Dejó que fuera el joven quien resumiera sus aventuras limitándose a cruzarse de brazos mientras hablaba y, una vez hubo terminado, asintió conforme a su relato. — Supimos que estabas aquí así que no tenía mucho sentido volver a Koga. — Añadió, encogiéndose de hombros. Al fin y al cabo, era a Murai a quien debían reportarse.
Clínica [Hoshi; Seikanji; Aki; Rengo] Aki afirmó ante Seikanji para empezar a preparar el té; no esperaba que respondieran e iba a hacerlo de todos modos. Rengo miraba a Hoshi mientras escuchaba a Seikanji; y apretó más fuerte sus manos entre sí. Entonces veo que todos pasamos por una tormenta, ¿no? —No puedo dormir —volvió a decir Aki mientras el agua comenzaba a burbujear en la tetera —Aunque trate no puedo —apretó sus manos — No puedo —trató de relajarse y miró a Rengo observando a Hoshi; este sintió su mirada y la levantó para encontrarse con los ojos de Aki, no pudo sostenerlos y desvió la mirada a Seikanji. —No quiero ir al castillo; sólo quisiera ... —bajó la mirada sin terminar su frase; y apretó los labios para callar. Sus ojos se nublaron y los talló al instante —Perdón; yo no debería estar llorando. Yo, yo podría ayudar... Aki detuvo a Rengo colocando la taza de té frente a él —Calma tus emociones, llora si es necesario; si no quieres ir al castillo ve al shukusha, di mi nombre y allí cuidarán de ti, te alimentaran, podrás tomar un baño y quitarte la sangre. No debes forzarte a ayudarnos. —Si me voy... ¿No temes que pueda escapar? —No puedes huir por siempre. Rengo avanzó a la salida sin dejar de mirarlos; después, lentamente salió de la clínica; no sin antes hacer una leve reverencia. El té había quedado sin tocar, su vapor ondeando en el aire. Aki volvió a enfocarse a Seikanji —No puedes evitar mojarte; pero si evitar un resfriado. Esa es una de las frases favoritas del señor Hoshi. Y creo que funciona para muchas cosas —sonrió levemente — ¿Quieres hablar? ¿O prefieres sólo tomar té en silencio? —dijo extendiéndole una taza. Contenido oculto rapuma Castillo [Akihito; Aoi; Ryoshi; Dozan; Kaji; Murai; Midori; Oshin] Murai escuchó a ambos; mientras Kaji hacía un simple saludo con su cabeza, ante la reverencia ofrecida. —Entonces ha iniciado —mencionó Kaji —Eso parece — respondió Murai —El joven Yamagawa...—la voz de Kaji alacanzó a Akihito —... no es fácil sobrevivir a las torturas impuestas por Gendo. Supongo que no está presente por temor a la ofensa que cometió aquí en este mismo castillo —negó — Tengo un carácter explosivo; pero perdono con facilidad —miró a Murai — Murai es el claro ejemplo; jamás ha respetado mis órdenes como su señor, si bien no apruebo cada paso que da en sus decisiones, siempre será mi amigo —volvió la vista a Akihito —Dígale por favor, que siempre será bienvenido en Otsu. Murai escuchó a Aoi y sonrió, indicándole que se acercara —No sé por qué razón llegaron a Koga; pero fue afortunado —buscó entre su ropa y le extendió a Aoi una pequeña bolsa de seda; en su interior había unos objetos simples y un papel doblado —De tu maestro. Después de entregar ese pequeño obsequio a Aoi, Murai se dirigió a Akihito —Matahachi... — mencionó con tranquilidad — El cazador del Imperio, otro de sus perros — sonrió — Ese niño tuvo el atrevimiento de insistirme que no persiguiera a los Fujiwara; que me arrepentiría si lo hacía —negó aun sonriendo — Espero siga dando caza a Kato, y que no haya sido él quién enviara la última comitiva a Koga, cambiando su objetivo. Kaji negó — Si es así; ha elegido mal. Creo que es un joven inteligente; no demostraría esa inteligencia atacándote —Kaji cerró los ojos y mostró una mueca de dolor. Kushina se alarmó al instante pero Kaji la tranquilizó —No prestes atención, por favor. Unos pasos irrumpieron en la habitación; era una mujer, ya no era joven como Aoi, aun así; su belleza era radiante. Kaji sonrió al instante; y Kushina apartó la vista en vergüenza; detrás de la mujer venía Oshin; se notaba igual de cansada que Aki, y al verlos sonrió. —Bienvenidos a Otsu —dijo Oshin —Tal vez no lo sabían, no me gusta presumirlo...—comenzó a reírse nerviosamente — Soy hija de Kaji Akamatsu y Midori; señores de Shiga —Oshin miró a Kushina, y ella a Oshin, tardaron un poco en reaccionar; pero un pequeño grito emanó de ambas al mismo tiempo. Kushina se levantó mientras Oshin corría hacia ella con alegría; se abrazaron riendo, y lentamente su risa contagiosa comenzó a tornarse en un llanto melódico entre ambas. Era como presenciar una conversación en otro idioma, uno a base de sonidos y emociones tan transparentes que no era difícil entenderlo. Ambas estaban emocionadas de verse una a la otra; pero completamente destruidas al saber el por qué de aquella reunión. —Niñas —pronunció Midori, su madre; intentando calmarlas. Pero ella misma no podía contener sus lágrimas, avanzando hacia Kaji para abrazarlo sin ningún protocolo, sin importarle quién la podía mirar. Kaji correspondió el abrazo y sonrió. —No me hagan llorar a mi también —dijo cerrando sus ojos mientras sonreía en aquel abrazo dónde se unieron Oshin y Kushina. Murai permanecía serio —Fue mejor que el joven Seikanji no estuviera presente en estos momentos — dijo con dificultad. No era sencillo ver a una familia unida, abrazándose; sabiendo que él no podría hacer lo mismo. Murai lo entendía profundamente. —Le he pedido a Murai un favor —interrumpió Kaji, separándose de su esposa e hijas — Quiero irme con dignidad, no en agonía; no quiero verlas aquí, esperando a que el dolor me lleve lentamente. Puede ser mañana, puede ser en la siguiente estación... ya no hay más por hacer —Kaji... no, por favor — suplicó Midori acariciando con desesperación el rostro de su esposo. Él tomó su mano y sonrió antes de besar su frente. Midori miró con odio a Murai —¡Tú le has sugerido esto! — No, he sido yo quién le ha pedido el favor; uno que me ha negado, y aun le sigo insistiendo — interrumpió Kaji a Midori, obligándola a suavizar su mirada nuevamente. —Le he pedido que mezcle sus venenos en mi té verde favorito; él que me hizo enamorarme de ti. Así podré partir recordando todo lo que nuestro amor ha creado —acarició la mejilla de Midori, limpiando una lágrima; después miró a Kushi y Oshin, extendiendo su brazo libre para que ellas volvieran a abrazarlo con fuerza — Quiero irme con el orgullo y la vanidad que siempre me han caracterizado, quiero irme en control; no sucumbiendo ante las decisiones que mi hermano quiso tomar por mi. Quiero irme dejando todo claro para que no venga por Otsu. El imperio nunca dejará que tomes la prefectura —dijo hacia Midori — Harán lo mismo que han hecho en Ibaraki y dejarán a Shura tomar el mando; y es por ello que he decidido que Oshin tomará mi lugar, a un lado de Haku. Shiga pertenecerá a los Akamatsu y los Sugita; con ambos apellidos en pie, no tocarán Otsu, Shiga seguirá siendo nuestro hogar. Contenido oculto NekitaAyeah
Seikanji Yamagawa La respuesta no vino de inmediato. Súbitamente Seikanji pareció ser atrapado por un hechizo de la memoria. Escuchó la voz femenina como si viniera de muy lejos. Entreabrió los párpados y poco a poco todo se aclaró. Allí, delante suyo, estaba el rostro de la arquera con su brazo extendiendo la taza de té. Aceptó la taza de té con una ligera inclinación de cabeza y le dio dos sorbos que alimentaron su sistema; su cuerpo tomó calor de inmediato, una sensación agradable que le arropó los sentidos. —¿Tienes pesadillas? —preguntó con timidez, sorbiendo el té de a poco. —¿Es esa razón por la que no duermes? Muchas veces me atosigan en la oscuridad de la noche, por eso es que no quiero dormir. No aún... sé que me esperan pesadillas que no querré ver. La voz trémula y sus ojos apagados, Seikanji estaba perdido en un pantano de melancolía y anhelos perdidos.
Akihito Shishio —Lo haré cuando lo vea, mi señor. —Dijo con un leve asentimiento de cabeza, aunque sabía que era más probable un miedo de él que de Seikanji y todo se había organizado así por el bien de la prevención y tratar de averiguar qué era lo que estaba pasando en cierta forma, hacer lo mejor de una situación confusa. Se mantuvo escuchando la conversación en silencio la conversación, tratando de guardar los datos que más relevantes le parecían para futuros lejanos y evitar pensar en la preocupación que también despertaba ver aquellas muestras de decadencia en Kaji y la reacción entendible de su hija. Luego, al llegar Oshin, la recibió también con una sonrisa pero antes de que pudiera decir algo, el grito de las hermanas lo tomó por sorpresa, pero quería pensar que en serio llevaban un largo tiempo sin verse y la familia era igual de unida que los Sugita. No podía decir que lo entendía, porque estaba seguro que no tendría esa misma reacción si viera a sus hermanos, pero se le hacía bastante lindo de ver. —Quizás también hospedarnos en el Shukusha sea una buena idea...—Tenerlo expuesto aunque fuera por una noche a la unión familiarY el no fuera tampoco lo mejor para lo que estaba pasando, era ahorrarle una pena y el tipo de conversaciones sobre la muerte que se estaban formando, en especial una como la que Kaji estaba pidiendo y que la familia de Seikanji muy probablemente no tuvo. Aunque no imaginaba el peso que debía suponer para Murai tener que negar esas peticiones, aunque fuera para un bien mayor, seguiría siendo el causante de la muerte de su amigo. —Juntos harán un trabajo que lo enorgullecerán seguro, Shiga estará seguro. —Miro hacia Oshin y sonrió ligeramente, era casi imposible no pensar que lado a lado tendrían todo bajo control, aunque lo hacia preguntarse si quizás esa era una de las razones por las cuales aparentemente no le habían comunicado la muerte de Shura. Y con suerte, había dejado esa espada que lo probaba atrás. —¿Se nos puede decir que ha iniciado? ¿Tiene que ver con ese clan de cuatro rombos o con el general Mori? ¿Ambos? Interrumpir el momento con una pregunta quizás algo fuera de lugar era incómodo, pero si ambos sabían de que se trataba, valía la pena preguntar.
Aoi Nobunaga Tomó la nota con una sorpresa que su rostro no reflejó, decidió no leerla ahí aunque sintió el levísimo peso más allá del papel en su interior. Lo introdujo en uno de sus múltiples bolsillos secretos y observó en educado e inmutable silencio la escena que tenía lugar ante sus ojos. No se conmovió, pues carecía de una familia a la que amar y no comprendía aquellos gorjeos entre hermanas pero cuando Midori suplicó no pudo evitar dirigir una mirada involuntaria hacia el rostro de Ryoshi. ¿Acaso compartían aquellas personas un vínculo similar? Eso podía entenderlo. Apretó los labios de forma sutil y acarició con suavidad los dedos del pirata. ¿Qué haría ella en esa situación? Lo tenía claro. No querría que Ryoshi sufriera. Lo ayudaría a morir con dignidad y después buscaría la forma de unirse a él. Tal vez el vínculo entre Midori y Kaji era más egoísta... Más humano. Aun así sintió un profundo respeto hacia ellos. — Si no quieres cargar con ése peso, muéstrame el modo y seré yo quien prepare el te.— Sugirió finalmente, observando a Murai con aparente indiferencia. Al fin y al cabo ¿Qué era para Aoi una muerte más?
Clínica [Hoshi; Seikanji; Aki; Rengo] Aki lo entendió; aun no era el momento de Seikanji para hablar; y no lo forzó más —Tal vez, es bueno alejarse de las pesadillas por un tiempo; pero incluso yo sé que debo afrontarlas eventualmente, que en algún momento de descuido cerraré los ojos. Es ahí donde descubrimos si somos capaces de afrontar las pesadillas, o huir nuevamente de ellas —se sinceró con Seikanji —Te contaré lo que a mi no me deja descansar... Aki se trató de acomodar sentándose en una almohadilla; pero estaba tan cansada que su espalda se encorvó automáticamente — Recibimos una misiva urgente en Koga; tanto Oshin como yo seguimos a Murai hasta acá. Oshin ya sabía a qué veníamos; pero yo no conocía la magnitud. Normalmente este tipo de tareas se le encargan a otra persona; pero quedaba sólo yo —miró a Seikanji —Vinimos a revisar que el padre de Oshin, Kaji Akamatsu. He estado creando bebidas para aminorar su dolor, sin éxito alguno; yo ya sabía que el señor Kaji se encontraba mal, su hermano lo había envenenado años atrás, era cuestión de tiempo. Sé que será difícil para Oshin; pero su fortaleza aun me impresiona, está preparada para despedirlo, y lo hará con todo el amor que una hija pueda darle a un padre que ha dado todo por ella. Aki comenzó a apretar sus dedos unos con los otros; una señal de nerviosismo —Eso no es lo que me mantiene despierta, algo me inquieta... no quería decirlo porque no estoy segura, quería investigar un poco más pero...—bajó la mirada hacia sus manos, sus dedos se tornaban rojos por la presión que ejercía —Veo en nuestro maestro lo mismo que veía en Kaji hace unas estaciones atrás. Y me pregunto si él estará padeciendo lo mismo en silencio —negó — Estoy sobre analizando todo; pero... tal vez esa sea la razón de que Murai siempre esté en movimiento... tal vez... —tragó saliva, y comenzó a temblar — tal vez siempre avanza con premura porque sabe que su tiempo es limitado... —Aki simplemente no podía pronunciarlo, no podía decir lo que pensaba; pero lo había dejado claro. Contenido oculto rapuma Castillo [Akihito; Aoi; Ryoshi; Dozan; Kaji; Murai; Midori; Oshin] —En el shukusha los atenderán como es debido —reafirmó a las palabras de Akihito —Aki también ha estado pasando allí las noches, podrá guiarlos y hablar con los dueños. Pero cuando Akihito habló de cómo Oshin y Haku llevarían la prefectura decidió guardar silencio, se notaba su preocupación al respecto. Midori también lo notó; la pérdida de su visión lo hacía mucho más transparente en sus emociones, unas que nunca ocultó pero sabía controlar. Oshin le sonrió de regreso a Akihito —Será difícil que me mantengan quieta en un solo lugar —dijo entre risas —Pero si eso me hará pasar más tiempo con mi Haku, seré dichosa. Akihito preguntó por lo que ahora daba inicio; Kaji observó a Murai quién se mantenía en silencio —Será mejor que eso lo hablen después, en privado — la voz de Kaji era tan tranquila en esos momentos; que a pesar de estar en agonía, podía disfrutar de la presencia de los presentes; le sonrió a Aoi cuando ella sugirió ayudar a Murai, era una buena opción que tal vez haría recapacitar a su amigo. —Señorita —dijo Murai hacia Aoi, aun guardando su nombre. —Umineko —respondió Ryoshi mientras tomaba la mano de Aoi, él también sintió las emociones entre la pareja, y su pecho se comprimió al pensar en tener que despedirse de Aoi de una manera tan cruenta. —Hermoso nombre, Umineko — Murai sonreía ligeramente — Pero soy yo quién debe cargar con ese peso. No porque no crea que eres capaz, y sé perfectamente que si lo haces tú, tu conciencia estaría en paz. Agradezco el ofrecimiento; pero no puedo negarme al último deseo de mi amigo. Por unos breves momentos; el ambiente se tensó. El silencio reinó. Fue Kaji quién tuvo que romperlo; era él único que podía hacerlo. —Gracias, amigo —Dijo Kaji hacia Murai quién simplemente afirmó. —Pero el té... lo prepararé yo — mencionó Midori; limpiando su rostro con lágrimas —Será el mejor que he hecho. Murai se levantó; y le mencionó a sus alumnos que lo siguieran. Dejando a los Akamatsu disfrutando esos momentos juntos. Avanzaron por el castillo despacio; uno de los guardias los escoltó hacia una pequeña habitación, Murai entró primero para después indicarles al resto que pasaran. —Démosle tiempo necesario para despedirse en privado —dijo con respecto a Kaji y su familia. Contenido oculto NekitaAyeah
Aoi Nobunaga Asintió en silencio ante la afirmación de Murai, elevando imperceptiblemente la comisura de sus labios cuando Ryoshi se refirió a ella por su nuevo nombre para formar una sonrisa involuntaria tan leve que sólo alguien que conociera a la perfeccion sus expresiones podría notarla, pues su rostro parecía mantenerse impasible. Estaba bien que fuera Murai quien lo hiciera pues era la petición de su amigo, por lo que no insistió. Sin embargo el cambio en la opinión de todos los presentes hizo que suavizara su postura. Al parecer Kaji obtendría la muerte que buscaba e, incluso, tendría la aprobación de su familia. Podría ir en paz. Por algún motivo le reconfortó pensar que su intervención pudo haber tenido algo que ver, pero alejó aquel extraño pensamiento tan pronto como Murai abandonó la estancia. Lo siguió. Apartando de su mente aquellas emociones tan nuevas como desconcertantes para quedarse únicamente con la información que podría resultarle útil.