Akihito Shishio Casa de Armamento de Kyuzo Alzó su mirada casi de inmediato y soltó una risa suave al verlo allí arriba, acompañado con un movimiento de mano para saludarlo como él había hecho, se llevaba el premio por la entrada más extravagante y Kaien por la más extraña —¿Qué tal nos vemos de allá arriba? Es muy impresionante verte allí. —Era algo que valía la pena confesar teniendo en cuenta que un lugar abandonado no solía ser lo más silencioso del mundo en sus estructuras y allí estaba, sin siquiera dejar caer polvo que lo delatara. Esperó entonces a que bajara y agradeció internamente que se hubiera revelado con sus palabras antes de que le cayera allí cerca, de nuevo, con una muy buena agilidad y finalmente se levantó para sacudir un poco la parte de abajo de su yukata. —Como estamos en un sitio nuevo siento que merece probar un arma que no suelo usar demasiado, seguro termina siendo algo más divertido para mi~ —Y si ya venían para practicar un poco, no estaba demás aventurarse a segundas opciones. Se acercó a su opción deseada y la sacudió una vez que estuvo en sus manos—, así que me iré por un kodachi hoy, ¿por cuál arma te irás tu, Yamagawa?
Seinkanji Yamagawa Escuchó con atención las palabras de Akihito, esperando con curiosidad ver qué arma cogía de entre todas las representadas en madera. Se sorprendió cuando tomó el kodachi, haciendo que sonriera. —¿Entonces usa por lo general la katana, señor Shishio? —preguntó mientras se acuclillaba y observaba las kodachis esparcidas en el suelo. Tanteó alguna que otra con el siguiente proceso: las levantaba, la acercaba a su rostro y las devolvía al suelo. Así hasta que dio con dos kodachis que le parecían las más adecuadas. —Somos cuatro, por lo tanto prefiero tener dos armas para poder atacar simultáneamente. —explicó mientras se enderezaba, con las kodachis en sus manos. —¡Nunca se sabe contra cuantos enemigos tenemos que luchar! Es mejor estar preparado. Usted podría hacer lo mismo, tener dos kodachis para que sus defensas y sus ataques sean mas efectivos —sonrió, mirando a Junpei y a Kaien, en espera de que recojan su armamento.
Akihito Shishio Casa de Armamento de Kyuzo Asintió a las palabras de Seinkanji todavía viendo aquella pila de armas para ver si complementaba con otra cosa, se arriesgaba solo con una sola o terminaba de completar con la misma arma en cuestión, como tenía planeado solo experimentar un poco realmente no tenía nada decidido o planeado —Me temo que sí, por eso no está mal practicar con otras cosas para no perder la práctica —Observó con curiosidad cómo iba revisando una a una de las kodachis hasta que finalmente pareció tener las adecuadas —, es una buena lógica~ ¿tienes mucha experiencia con las kodachi en general o es mas de un gusto de cada tanto? —Preguntó con cierta curiosidad por toda la atención al detalle, ya decantándose en hacer lo de su sugerencia y tomar una segunda, también dirigiendo su vista hacia sus otros dos acompañantes. —Seguro será un combate interesante. —Y así comenzó a jugar un poco al lanzar con suavidad una de las kodachis para hacerla girar y volver a atraparla del mango, solo quedaban ellos para poder organizarse un poco.
Seinkanji Yamagawa "¿Tienes mucha experiencia con las kodachi en general o es mas de un gusto de cada tanto?" Las palabras de Akihito entraron en su mente mientras veía con distracción en algún punto de la pared del fondo de la armería. Recordó la sangre explotar del cuello del traidor que su hermano ordenó que asesinara; recordó al traidor del templo imperial, al cual le cortó el cuello con su kodachi, escurriendo la sangre entre sus dedos y su rostro. —¡Por lo general las kodachis son mi elemento, señor Shishio! —respondió alegre, ladeando la cabeza y retomando la atención sobre su compañero. —Soy pequeño, por lo que las kodachis me dan velocidad e iniciativa. Puedo suprimir mi falta de alcance con la katana con la rapidez de mis brazos. ¡Basta un simple movimiento con mi muñeca para dañar y no toda mi longitud del brazo! —tanteó el suelo de tatami con la punta de su pie izquierdo, dándole golpecitos con sus dedos. Sentía que tanto Junpei como Kaien podrían empezar a atacar sin prever equipos con antelación y Seinkanji era alguien que siempre veía todos los escenarios posibles; por esa misma razón se mantuvo con cierta distancia de Akihito y el resto, aguardando los próximos movimientos.
Kaien Sabaku El escabllirme por la parte inferior fue de puro instinto, ya que cuando cazaba las zonas altas las utilizaba más para esperar pacientemente, además de que no era ningún profesional en el arte, pero mira nada más el talento que tenía~ Me sonreí con picardía en lo que soltaba un ligero silvido, casi inaudible al ver el espacio de la casa de armamente, las armas y demás en lo que dos de los chicos hablaban. Repasé con calma cada una de ellas, estaban hechas de madera y podríamos hacer algo de ruido al tener los guardias lejos, y aquello me venía como anillo al dedo. Sujeté una de las Katanas con la derecha, jugando ligeramente con el mango entre mis dedos en lo que me pensaba a quién atacar, a quién probar inicialmente, y vaya... la respuesta me llegó en automático. Me relamí aún de espaldas a ellos, girándome al acentuar la sonrisa torcida y lanzarme sobre Seinkanji. No me había pasado desapercibido lo bien que se había ocultado, así que por probar sus hábilidades de forma inicial. —No es nada personal —murmuré al llegar a él, con genuina sinceridad, clavándole los ónix en sus orbes azules. Contenido oculto Ataque 5+4 ( fuerza de voluntad )= 9
Akihito Shishio Casa de Armamento de Kyuzo Hizo notas mentales sobre los comentarios de Seinkanji para tomarlo en cuenta para futuras referencias, que ya de por si tenía unas muy buenas de solo ver que él había sido quien trajo las respuestas a porqué los habían traído allí y cómo se había adentrado al lugar de esa forma tan sigilosa —Entonces tendré que observarte bien para poder aprender unas cosas~. —Y le salía mejor, incluso aunque el combate pudiera decidir tomar el curso en su contra, tendría esa oportunidad de basarse completamente en la experiencia de su compañero. La kodachi que había estado lanzando cayó nuevamente en su mano justo en el momento preciso en que el objetivo de Kaien fue fijado, y bueno... no pudo no unirse a él, a fin de cuentas, si planeaba aprenderle algo, debía ser de primera mano, ¿no? Nada personal, como ya había dicho. Contenido oculto Ataque 7 + 5 (suerte)= 12 Defensa 3 - 1 ( voluntad debil ) = 2
Seinkanji Yamagawa Los pensamientos del joven Yamagawa fueron acertadas con precisión asombrosa, parpadeó tres veces antes de observar la robusta figura de Kaien lanzarse sobre él en fracciones espeluznantes de segundos, lo que hizo que Seinkanji diera un paso hacia atrás para no perder el equilibrio al intentar frenar el primer golpe. El cazador era rápido y letal, si el golpe le daba en el rostro le quedaría marca de seguro. Y entonces de reojo vio como la silueta de Akihito salía también al encuentro, quizá para detener al primero en su embiste, pero estuvo equivocado. Eran dos ataques al unísono. —Oh. —exclamó más por la sorpresa que por otra cosa, cerrando los ojos y sonriendo mientras levantaba ambas kodachis. —¡Que gane el mejor! —gritó con alegría, dando su primer golpe hacia Kaien, ya que había sido el primero en llegar a su posición.
Casa de Armamento de Kyuzo [Junpei; Akihito; Seikanji; Kaien] El combate había dado inicio; Kaien aprovechó la conversación amable que llevaban Seikanji y Akihito para atacar al primero desprevenido; si buen logró rozarlo con su arma, no implicó un gran daño como el que recibió a continuación, Seikanji empujó con tal fuerza a Kaien con una de sus kodachis que golpeó una de las columnas de la edificación; la cual soltó polvo sobre los presentes. Pero Akitito no se detuvo y también atacó hacia Seikanji, causando un daño menor en el joven de sonrisa amable. Un aplauso se escuchó al fondo, una quinta presencia. No estaba allí cuando ingresaron ¿No? Habían revisado cada recoveco con la mirada, y aun así no notaron su presencia. Había alguien mas y al parecer estaba descansando. Contenido oculto —Ustedes eran mi cita de esta tarde —mencionó aquel hombre con rostro oculto en las sombras —Entraron sin hacer ningún ruido, estoy impresionado, ni siquiera lograron despertarme de mi sueño— el hombre se levantó y se acercó a la luz que dejaba entrar una de las ventanas. Contenido oculto Estaba vestido informalmente, mostrando su torso desnudo y cubierto de cicatrices. No estaba armado a simple vista y no parecía llevar un obi en su mano, lo que podía hacerlos llegar a la conclusión de que aquel hombre caminaba así por la calle, y no parecía importarle si lo tachaban de vulgar o indeseable. Levantó la barbilla y lentamente abrió sus ojos. Sonrió. Contenido oculto Eran negros como la sombra, no.... no es que el iris fuera un color negro; en esas cuencas no había orbes, era vacío. Un vacío profundo e hipnotizante. —La sangre joven que manda nuestra querida Emperatriz— soltó una risa seca mientras colocaba sus manos en su cintura, sin cerrar sus ojos, mostrando el abismo en ellos — Quitaste el acero que detenía la viga central... —Dijo señalando a Seikanji — Tienes un talento nato, muy interesante...Y tú....— Se acercó a Kaien —...con tu cuerpo has sacudido la estructura —mencionó dirigiendo su rostro a Akihito — Una lástima ¿No crees? este sitió era un tesoro de la historia y ahora no tardará en caer... ni sus armas ni su hogar eran indestructibles después de todo ¿Cierto...Kyuzo?—carecía de vista, pero no era ciego, había captado esos ligeros detalles. Aquel hombre se dirigió a la salida mientras sacudía el polvo que la había caído de aquella estructura vieja y endeble —Pude haber tirado este techo sobre ustedes por haber irrumpido mi sueño —soltó una risa amable —Pero me agradaron —cerró nuevamente sus párpados— Hay potencial en ustedes, uno que posiblemente explotaré —volvió a aplaudir, para entrelazar sus dedos y estirar después sus brazos al frente, mostrándoles las palmas de sus manos en el acto; giró su cuello tronándolo para después descansar los brazos —¿Van a quedarse allí mientras el techo les cae encima?— preguntó mientras se giraba dándoles la espalda. Seikanji Nivel= 3 PV=75 Fuerza= 13 Protección= 2 (-2 cobardía) (+3 suerte) Akihito Nivel= 1 Pv=60 (- 2 defensa débil) (+ 3 suerte) Kaien Nivel= 1 Pv=36 (- 2 defensa débil) (+ 4 ataque voluntad)
Seinkanji Yamagawa Cuando empujó al cazador contra la columna, la cual se desprendió del sitio, comenzando una lenta pero inexorable caída, se giró hacia Akihito y se centró en él. Por unos momentos los ojos de Seinkanji, lejos de esa alegría triste y ojos sin emociones, se despertó algo aterrador, algo oscuro al sentir el primer contacto en su piel. Miró con intensidad hacia Shishio, gracias a las tenues luces que se filtraban entre las paredes de arroz agujereadas, su rostro se había transformado en una horrible máscara de odio tan visceral que era imposible imaginar en el joven Yamagawa, el cual siempre sonreía. Pero esa ilusión de luces y sombras duró pocos segundos, los de un parpadeo rápido. El rostro siempre alegre y tranquilo de Seinkanji reaparecía como el fin de una pesadilla. El golpe de Akihito le conectó un pequeño cosquilleo en su antebrazo, el cual se expandía hacia su mano, sintiendo el hormigueo característico de que su brazo se dormía por el golpe al nervio. Sonrió, masajeándose la mano. Los aplausos le hicieron entender que el pequeño entrenamiento amistoso entre sus compañeros daba por finalizado sin que nadie opusiera resistencia alguna. La quinta presencia le había dejado atónito por completo. Abrió la boca, dibujando una perfecta 0 en su rostro. Seinkanji se creía muy receptivo, hasta ese momento. Seinkanji le reverenció tras sus palabras, había algo en su voz, entre sedosa y amortiguada, que le daba un aire hipnótico. Lo siguió con la vista, ya volviendo a sentir la sangre fluir por su mano nuevamente. Le miró las cuencas vacías, admirando el poder de percepción y orientación que tenía. —Realmente una pena, el taller de Kyuzo siempre formó parte de la creencia popular. —admiró por última vez el entorno, grabando para siempre la imagen en su mente para poder retratarlo en algún momento. —Es triste saber que no pasará a las próximas generaciones como un taller sagrado. —reverenció también a la armería, sintiendo como el polvo caía ya entre sus hombros. Se irguió y caminó junto al hombre misterioso mientras le miraba el rostro. —Oí que el gran Murai Sugita había perdido la visión. —dijo con entusiasmo. —Pero no veo inconvenientes en que tenga la misma cualidad como la tiene usted de orientarse como si aún pudiera ver a través de la oscuridad. Después de todo, es un superviviente. —sonrió con los ojos cerrados.
Akihito Shishio Casa de Armamento de Kyuzo La respuesta de Seikanji había sido más que excelente incluso aunque habían sido dos contra uno, en definitiva era alguien bastante fuerte y se iba a mantener con lo que le había dicho de aprenderle una que otra cosa si es que terminaban pasando más tiempo juntos, incluso luego de que por tan solo unos segundos pareciera que hubiera cometido un error por no ir tras Kaien. De igual forma, ignoró aquello y estuvo a punto de iniciar otro ataque hasta que aquel aplauso lo hizo parar en seco, buscando con rapidez el lugar donde provenía en caso de que necesitaran defenderse, por suerte en el instante que lo escuchó hablar se relajó tan solo un poco, llevando sus manos tras su espalda para adoptar una postura algo más formal por costumbre. Solo pudo escuchar de forma atenta luego de grabarse cada detalle de aquel hombre, en especial cuando se dirigió a él y pudo ver con más claridad ese vacío antes de revisar la estructura con más atención, si la intención había sido ser discretos, definitivamente no lo habían logrado —Es verdaderamente una lástima, las próximas generaciones debían haber tenido la oportunidad de apreciarlo, no fue algo que debía haber pasado. —Sabía que no podía verlo en sí, pero aun así hizo una reverencia para disculparse y en parte también como despedida para la armería en sí antes de unirse a ellos, tomando el lado contrario a Seikanji y salir de allí. —Quedamos bajo su futura guía...señor.
Kaien Sabaku Había sucedido lo que me esperaba, al ser alejado con tal fuerza que entorné los ojos sintiendo el frío de la columna a mi espalda. Me sonreí de igual forma, como un lobo al sentirse orgulloso de su olfato. Seinkanji era más joven, pero era más fuerte que nosotros dos, no tenía duda de ello; sería bueno mantenerlo cerca, su capacidad era de fiar. De igual forma no me pasó desapercibido la debilidad de la edificación. Me sacudí el kimono negro en lo que me tensé apenas al escuchar un aplauso. La sensación gélida se deslizó por mi nuca, girándome apenas con soltura al ver el hombre que no había percibido ni de cerca. No podía explicarlo, pero había algo hipnotizante en él, tanto así que poca atención presté al intercambio de palabras de mis compañeros, en cuanto el hombre se dio vuelta para caminar fuera le seguí, con una sonrisa amplia, casi mostrando los dientes luego de relamerme los labios por mero vicio. —Un placer conocerlo, señor.
Casa de Armamento de Kyuzo [Junpei; Akihito; Seikanji; Kaien] Aquel hombre escuchaba las palabras de Seikanji, un joven muy amable y que respetaba a sus mayores, algo que a él de agradaba de primera intensión. "Oí que el gran Murai Sugita había perdido la visión... Después de todo, es un superviviente." Sonrió. Después enfocó sus sentidos a la voz de Akihito. "Es verdaderamente una lástima, las próximas generaciones debían haber tenido la oportunidad de apreciarlo" Negó. Para después escuchar a Kaien. Todos eran de voz atenta, jóvenes y de ligero andar. Tenían todas las cualidades e incluso mas que desconocía de aquella primera impresión, eran perfectos. —Si no se es lo suficientemente resistente para perdurar; no mereces ser apreciado por próximas generaciones; mantenerte en pie es lo que te hace victorioso; morir en vano te hace desechable, insulso... — la estructura se derribó al instante; no era tan vieja, aun así era endeble; porque el olvido fue mas fuerte que las columnas que lo sostenían. Sonrió. —No perdí la visión; me fue arrebata —aclaró — Junto a mi velocidad como shinobi; la única victoria de los Fujiwara sobre mi—seguía sonriendo, no parecía hablar con odio — Me habrán arrebatado mi visión y mi andar; pero jamás mi orgullo, algo que yo si les arranqué de sus cuerpos, teniendo esa satisfacción y la seguiré teniendo mientras arranco a las tres hierbas que quedan — extendió sus manos ante la escena; el polvo se levantaba ante sus pies —¡Acostumbren sus ojos a esta vista! Porque nadie mas estará sobre ustedes, donde caminen todo caerá a sus pies— dio otro aplauso mientras se giraba para bajar la escalinata dejando atrás una estructura derrumbada —Sigan mis pasos; porque mientras los Fujiwara se desvanecen como escombro; los Sugita los pisan mientras se hacen paso entre el polvo... Habían escuchado la leyenda; se dice que la serpiente mamushi vuelve a aparecer siempre con la misma forma aunque se le queme siete veces seguidas. Ese hombre frente a ustedes parecía ser igual, siempre teniendo esa obsesión de alcanzar el deseo de su corazón, seguir viviendo aunque tenga que nacer siete veces, pero siempre volvería para ser el líder de su clan, uno con el renombre necesario para levantar sus nombres. Guardias los rodearon, apuntando con sus lanzas hacia ustedes; el polvo no los dejaba verles los rostros; y fue aquel hombre que levantando su haori, creó una ligera ráfaga de viento alejando el polvo con un sólo movimiento. Abrió sus párpados y los guardias titubearon, sin decir nada levantaron sus lanzas y los dejaron avanzar sin repercusiones. Ya en las calles de Otsu avanzaron entre las personas que los observaban con admiración mientras cuchicheaban al verlos caminar detrás de aquel hombre. —Nadie en estas calles sabe quien soy; aun así se hacen a un lado cuando me ven pasar— mencionaba mientras caminaban sin un rumbo fijo —No importa que ropas use, no importa que nombre lleve en ese momento; siempre avanzo, al igual que ustedes ahora mismo —se giró hacia ustedes, deteniéndose en plena calle —El camuflaje, el sabotaje y el asesinato; son los tres caminos en mi escuela —sonrió, pues no necesitaba decir su nombre. No necesitaba una presentación como la que probablemente se llevaría a cabo en el castillo ante el señor Akamatsu —Sólo aquellos con sigilo pueden aprender estas disciplinas, aun así, los que quieran conocimientos de venenos también podrán acudir conmigo— hizo una pausa para sacar una pequeña flor de su haori, una campanilla de invierno —Entréguenla a Kaji —refiriéndose sin formalidades al señor de Shiga —Díganle que estoy satisfecho — chasqueó sus dedos — Probaron no sólo sus habilidades ante mi, sino su determinación al escaparse de la jaula de oro —sonrió — Porque cualquiera puede mantener pequeños gorriones enjaulados; pero los colibríes siempre escapan. Seikanji Nivel= 3 PV=75 Fuerza= 13 Protección= 2 (-2 cobardía) (+3 suerte) Akihito Nivel= 1 Pv=60 (- 2 defensa débil) (+ 3 suerte) Kaien Nivel= 1 Pv=36 (- 2 defensa débil) (+ 4 ataque voluntad)
Seinkanji Yamagawa Las palabras del hombre sin ojos entraron en su mente y perduraria en la eternidad dentro de su esencia; palabras distintas a las dichas por su hermano Saito, pero que a fin de cuentas interpretaban lo mismo: la ley del más fuerte. —Si eres fuerte vives, si eres débil mueres. —repitió en voz baja, recordando las enseñanzas de su hermano mayor. —Si eres fuerte eres recordado, si eres débil eres olvidado. —la escena del derrumbamiento del taller fue hasta simbólica tras las palabras de Murai. Seinkanji levantó el mentón y sonrió en dirección al shinobi más famoso de todos los tiempos. —¡Es un placer conocerlo, señor Sugita! —le reverenció mientras andaba a su lado. —¿Y cuando tendremos su entrenamiento para afianzar nuestras habilidades? ¡No veo que sea mala hora en este momento! —exclamó alegre.
Akihito Shishio Casa de Armamento de Kyuzo Escuchó atento las palabras de Murai, le parecía casi hipnótico cómo hablaba y se expresaba de esos temas y en todo momento asintió con suavidad su cabeza al estar de acuerdo en todo aquello, probablemente lo había escuchado ya de su padre en palabras un poco menos inspiradoras y con dirección a que él podía ser el desechable si se quedaba atrás. El derrumbe prácticamente quedó en segundo plano por el peso de sus palabras y de la historia que contaba, y el reflexionar de todo eso lo hizo tampoco prestar ya mucha atención a la escena de los guardias para simplemente seguir caminando detrás suya con cierta admiración, tenía bastante curiosidad sobre cómo podrían ser sus entrenamientos o impartiendo sus conocimientos. Y dado que Seinkanji se había limitado a preguntar algo de lo cual él también tenía curiosidad, se permitió ser él quien tomara la pequeña flor con delicadeza, a fin de cuentas la reconocía y no podía evitar preguntarse si sería entregada al señor para indicar el despertar de toda aquella operación que estaban haciendo con ellos siendo esa "sangre joven". —Cuando volvamos al palacio se le harán entrega al señor Akamatsu.—Sonrió con tranquilidad pese a que solo había hablado para dejar su orden al aire antes de volver su atención a la flor por unos segundos, a fin de cuentas, las preguntas que le interesaban ya habían sido dichas.
Casa de Otsu [Junpei; Akihito; Seikanji; Kaien] Murai sintió el tacto de Akihito cuando la flor fue tomada de su mano, y se sintió satisfecho al escuchar las palabras de los jóvenes frente a él —El entrenamiento iniciará cuando lleguen Koga, y para ello falta un tiempo, aun tienen una misión la cual cumplir aquí con su señor —sonrió maliciosamente —A menos que... —dijo masajeando su mentón —... escapen ahora conmigo, a plena luz del día —soltó una fuerte carcajada. Contenido oculto rapuma Nekita Hygge Insane pueden escapar con él si lo desean xD
Seinkanji Yamagawa La proposición del shinobi hizo que el joven Yamagawa encontrara ciertos contrapuntos dentro de su cabeza. Por un lado, sentía que si accedía a la idea de Murai podría traer consecuencias al apellido de su familia y era algo que no quería. Pero otro lado, el más travieso de su mente, le decía que accediera; era una oportunidad en un millón, ser los elegidos de Murai Sugita. —Iré con usted, señor Sugita. —dijo con decisión, con la mente dividida entre un posible conflicto familiar y la aventura de su vida. —Es lo que mi hermano Jiro haría. —sonrió.
Kaien Sabaku Permanecí en silencio, como animal obediente que escucha a su dueño contar alguna anécdota, hasta que comentó el que e algún punto viajaríamos a Koga, sin embargo agregó el que podíamos marcharnos con él desde ya. Evité el tragar grueso al sentir la sensación de una aventura cercana, aunque el anciano se me cruzó por la cabeza al ser seleccionado para estar ahí. —¿Habría forma de avisarle al señor del palacio? Para podernos marchar tranquilos —comenté reído, tentado en realidad por la propuesta, pero con una dualidad claramente re-marcada—, digo, Akihito podría avisar, ¿no?~ Estiré la derecha hasta el cuello de Shishio para acercarlo a mí, como si fuese mi mejor amigo o algo pese a apenas haberlo visto. Paseé la mirada entre Murai y Akihito, ya que Seinkanji se había lanzado al campo sin miramentos. Me caía muy bien si tenía que ser sincero, fuerte, decidido. Susurré entonces, al oído del chico que tenía enredado en mi mano. —Mm, ¿qué dices?~
Akihito Shishio Casa de Otsu Cuando llegaran a Koga... Si quería creer que entrenarlos era una prioridad por lo poco que habían hablado entre el señor Akamatsu y Murai, ¿qué otras cosas les tendrían preparadas dentro del palacio para atrasarlos en su encuentro con aquel entrenamiento? De igual manera, sabía que no importaba demasiado su curiosidad, huir de Shiga por muy tentador qué sonara, no era algo que pudiera permitirse sin la certeza de que no hubiera una consecuencia, no solo de Akamatsu si no también de su familia. Huir era huir aunque estuvieras con alguien que debía enseñarte, ¿no? Bufó casi de forma instantánea cuando sintió el repentino agarre —Si eso hace que puedan viajar tranquilos me quedaré a cumplir con eso...—Con su mano libre decidió apartar el tacto de una manera cuidadosa —. Si he de encontrarlos en Koga en un día lejano de igual manera, lo haré, si tengo que alcanzarlos en su entrenamiento, me esforzaré sin quejas hasta lograrlo~.
Kaien Sabaku Me dejaba un poco de mal sabor el dejar a uno atrás, así que un poco me las arreglé para cuando me quitó el tacto, el darle un toque amistoso en el hombro con el mío, buscando sus ojos al ser un poco más alto que él. —Prometo esperarte en Koga~ —le mostré los dientes en una sonrisa lobuna—, así que no me hagas esperar mucho, Aki-hi-to. Volví a darle su espacio, retomando el paso.