Otros caminos

Tema en 'Novelas Terminadas' iniciado por Agus estresado, 25 Junio 2014.

  1.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Otros caminos
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    Aventura
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    37
     
    Palabras:
    1202
    Una nueva historia de zombis pero ahora está contada de una forma diferente, ya que será narrada desde el punto de vista de varios personajes, y será mucho mas corta que la historia anterior.

    Trataré de que esta sea en cuanto a narración, un poco mejor que la anterior.

    NOTA: Esta historia transcurre en el mismo universo que la historia anterior, así que puede que algún personaje de la otra historia aparezca en esta también.

    Capítulo 1: Noticia



    Bill P.O.V.


    Ahora mismo, yo y otros amigos míos, compañeros de la secundaria estamos trabajando en el trabajo de fin de año. No nos fue tan bien en el último trimestre, y teníamos que entregar un trabajo de Biología dentro de unos cuatro días.



    Éramos 14 chicos para hacer un solo trabajo, lógicamente, era un trabajo extenso. Como dije, nos fue muy mal en el último trimestre y la profesora nos aprobará únicamente si este trabajo es perfecto, así que tendríamos que hacerlo lo mejor que podamos.



    Mis amigos Jimmy, Jonathan, Gabriel, Johari, Sean, Pol, Daniela, Estrella, Shelby, Marcela, Nina, Paula y Jana trabajamos duro en este maldito trabajo.



    Jonathan toma el control del televisor y lo encendió.



    — Estoy totalmente cansado de este trabajo — dijo Jonathan — Veamos que hay en la tele.



    Todos miramos al televisor por un minuto.



    — Y como informan desde Francia hacia el resto del continente, se espera una ola de calor en toda Europa — dijo el conductor del programa — Ahora pasemos a un estado de emer…

    — Apaga esa estupidez — dije mientras le quitaba el control remoto a Jonathan — Tenemos que concentrarnos en este trabajo.

    — ¿Pueden creerlo? — dijo Jonathan — Bill, el chico de las calificaciones mas bajas de la clase trata de decirnos que hacer.

    — Solo digo que tenemos que terminar este trabajo — dije muy enojado — He tenido malas calificaciones, pero nunca tuve problemas con las notas. Deja de hacer estupideces y trabaja.

    — Yo creo que Billy tiene razón — dijo Pol — Tenemos que trabajar.

    — Pol, si es posible, no me llames Billy — dije algo enfadado — Así es como mi abuela solía llamarme. Es algo que quiero olvidar, ya te lo había dicho.

    — Lo siento Bill, a veces se me olvida — dijo Pol.



    Todos seguimos trabajando extenuante mente hasta que se hizo de noche.



    — ¿Les parece que nos tomemos un descanso? — preguntó Nina.

    — No estaría mal para mí — dijo Jana — Casi llevamos la mitad, y tenemos otros 3 días para hacerlo.

    — Muy bien, pasemos aquí la noche — dijo Jimmy — Así despertaremos y haremos el trabajo por la mañana. Terminaremos mañana mismo.

    — Jimmy tiene razón — dije — Vámonos a dormir. Acabaremos esto mañana y luego disfrutaremos de nuestras vacaciones.



    Apagué las luces y me acosté a dormir. Todos dormimos en mi casa, para evitar tener que viajar por la noche y tener que regresar por la mañana.



    Al día siguiente me desperté y vi a Sean despierto tratando de ver la tele.



    — Dile a tus padres que no sean ratas y paguen la factura del cable — dijo Sean — No se puede ver la tele.

    — ¿No? — pregunté algo extrañado — Pero si mi papá y mi mamá pagaron el cable la semana pasada, no puede ser que no funcione.



    Probé todos los canales de aire pero no funcionaba ninguno. Entonces probé con los de cable, de los cuales solo funcionaba un canal inglés.



    — “Les informamos que la plaga llamada M.V. se está moviendo muy rápido a través del continente y también del mundo” — decía el conductor en inglés, pero podía traducirlo.

    — ¿Plaga? — preguntó Sean.



    Me dirigí hacia la puerta y la abrí y allí veía nada más que cadáveres por las calles. Pude ver como unas personas caminaban en forma lenta a través de la calle.



    — ¿Qué carajo está pasando? — preguntó Sean.

    — No lo se — respondí algo asustado por lo que veía.



    Capítulo 2: Hora de moverse



    Sean P.O.V.


    Vi la escena junto con Bill, aterrorizado del todo.



    — He visto esto en películas, pero nunca creí que lo vería en la realidad — dije aterrado.

    — Yo tampoco lo creí posible — dijo Bill aterrado.

    — ¿Qué carajo vamos a hacer?

    — ¡Despierta a los demás! — dijo Bill tomando el teléfono — Yo llamaré a la policía.



    Fui a las habitaciones para despertar a los demás.



    — ¡Arriba chicos, tenemos que levantarnos ahora! — dije alterado por lo que había visto en la calle.

    — Haremos el trabajo en un momento — dijo Johari — Tenemos tiempo.

    — ¡No se trata del maldito trabajo! — dije — ¡Tienen que ver esto!



    Todos se levantaron algo molestos por eso, pero los llevé al comedor y los hice mirar las ventanas. Todos estaban horrorizados. Yo volví a estarlo, supongo que no se olvida solo con verlo dos veces.



    — ¿Qué vamos a hacer? — preguntó Marcela.

    — Bill está llamando a la policía — dije esperando que Bill encontrara la respuesta para esto.



    Bill entró al comedor. Nos dijo que no tenía señal en el teléfono, y que intentó llamar tres veces.



    — ¿Qué haremos? — preguntaba Gabriel.

    — La policía no atiende — dijo Bill — Sin embargo el teléfono aun funciona, lo que quiere decir que no hay nadie en la comisaría.

    — ¿Qué hacemos? — pregunté — ¿Alguna idea?

    — Llama a nuestros padres — dijo Shelby — Puede que alguno venga.

    — Lo haré — dijo Bill.



    Bill comenzó a marcar, pero en ese momento, la luz de la casa se cortó. Luego de marcar, el teléfono sonaba pero luego se cortó.



    — ¡La línea se cayó! — dijo Bill nervioso — ¡Cargué el teléfono ayer, no hay chance de que se me halla quedado sin batería!

    — Maldición — dijo Jimmy — ¿Ahora que vamos a hacer?



    Vi a todos asustados. Obviamente, eso no quiere decir que yo no lo esté tampoco. Miré a Bill y luego de esto él se acercó a nosotros.



    — No tenemos tiempo que perder — dijo Bill — Buscaré herramientas de cocina y algún otro elemento que nos ayude con esto. Pol, ayúdame.



    Pol P.O.V.



    Bill me pidió que fuera con él a la cocina y buscara lo que nos ayudara a defendernos.



    — Toma — dijo Bill — Hay 7 cuchillos. Sé que hay una pala en el jardín y eso me servirá. Repártelo entre todos.



    Corrí al comedor y me encargué de darle un cuchillo a cada uno. Sobraba uno. Así que se lo di a Estrella. Ella sabía esgrima, así que seguramente podría hacer algo con el cuchillo.



    Bill regresó con un papel y un lápiz.



    — ¿Qué haces? — preguntó Daniela.

    — Dejaré una nota — dijo Bill — Tenemos que irnos al campo, ahí hay menos población, lo cual significa menos zombis. Si alguien viene aquí, leerá la nota.

    — ¿Qué hay de la comida? — preguntó Marcela.

    — Casi se me olvida — dijo Bill — Johari y Pol, ustedes ayúdenme a cargar toda el agua que podamos y la comida en nuestras mochilas. Saquen sus libros, no nos van a servir por ahora, y nadie se los va a llevar.



    Corrí junto con Johari y Bill a la cocina. Embotellamos toda el agua que pudimos hasta que se acabó. Tomamos todas las galletas y comida enlatada que podíamos.



    Luego de cargarlo todo en las mochilas, les dimos una a cada uno y salimos.



    Bill salió al frente y me pidió que me quedara atrás, para cuidar al grupo.



    — Hay que llegar al campo — dijo Bill — Es nuestra última esperanza.



    Todos nos pusimos en marcha. Era hora de moverse.
     
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    Capítulo 3: Estamos en camino



    Jana P.O.V.


    Luego de salir de la casa de Bill, todos empezamos a caminar hacia el campo. Era de mañana, así que seguramente podríamos llegar antes del mediodía.



    — ¿Bill cuanto falta? — preguntó Gabriel.

    — Creo que 2 horas si vamos a pie — dijo Bill — Todos manténganse juntos, no hay necesidad de que nos separemos.



    Caminábamos en el medio de la calle, eso nos daría ventaja si aparecían uno o dos zombis.



    — ¿Tenemos comida? — pregunté — Pronto tendremos hambre.

    — Tenemos suficiente para una semana — dijo Bill — Pero tendremos que conseguir mas y evitar la glotonería.

    — Eso no será problema — dijo Pol — Solo hay que buscar comida, se que hay un mercado por aquí cerca.



    En efecto, Pol tenía razón, había un mercado. Por desgracia, la puerta estaba cerrada, ya que aún no habían abierto.



    — Creo que tendremos que saltarnos este mercado — dijo Johari — Pero se que hay uno más adelante.

    — Lo conozco — dijo Marcela — Está a unas cuadras más adelante.



    Llegamos y vimos la puerta abierta. Tres iban a entrar y los otros se quedarían afuera para vigilar.



    — ¿Quién va a entrar? — preguntó Shelby.

    — Entraremos Jimmy, Jonathan y yo — dijo Sean.

    — Buena idea — dijo Bill — Yo y Pol cubriremos desde la puerta. Gabrien, Johari y las chicas permanecerán en la calle para vigilar.



    Jonathan P.O.V.


    Luego de que Bill organizara la expedición, entré al supermercado con Jimmy y Sean.



    — ¿Qué deberíamos buscar? — pregunté.

    — Agua, y galletitas — dijo Sean — No es un mercado muy grande, no hay mucho que buscar.

    — Busquen herramientas — dijo Jimmy — Martillos, destornilladores o algo que nos sirva para pelear. Recuerden que no tenemos armas.



    Busqué por todo el mercado y solo encontré un martillo. Lo guardé para mí sin que nadie lo viera. Será mejor tener dos armas por si acaso, después de todo, somos un gran grupo.



    No encontré nada más por desgracia.



    De repente, una de las chicas avisaba.



    — ¡Chicos, unos 4 zombis se nos acercan! — dijo Estrella.

    — Es verdad — dijo Daniela — ¿Qué haremos?

    — No podemos pelear con ellos — dijo Bill — Podemos escapar sin que nos vean. Agarren todo lo que tengan y vámonos.



    Escuchamos a Bill y salimos del mercado. No habíamos juntado lo suficiente, solo teníamos para 3 días más.



    Una vez afuera empezamos a correr hacia el campo.





    Capítulo 4: Rodeados



    Shelby P.O.V.


    Mientras recorríamos la ciudad no podía dejar de pensar en mis padres, en mi familia. ¿Qué les habrá pasado?



    — ¿Bill, tienes tu teléfono? — pregunté.

    — Sí, ¿para que lo quieres? — preguntó Bill.

    — Intenta llamar a tus padres, o a los padres de alguno de nosotros.

    — No se puede — dijo Bill — La línea está muerta, y quiero ahorrar batería para cuando estemos en el campo.

    — Bill dejó una nota en su casa — dijo Pol — Lógicamente, algunos de nuestros padres irán a buscarnos y la leerán. Vendrán a rescatarnos.

    — ¿Cómo estás tan seguro? — preguntó Paula.

    — En algún punto tendríamos que mantener la esperanza — dijo Gabriel — Se que alguien vendrá.

    — ¿Y si no vienen? — preguntó Jana — ¿Y si vienen y mueren en el intento?

    — Si nosotros pudimos sobrevivir aquí afuera, nuestros padres también podrán — dijo Jimmy — Quedarse en esa casa hubiera sido una muerte segura para todos.



    Me callé un momento y luego de esa charla, me sentí más aliviada. Tengo la esperanza de que mis padres vengan a buscarnos, estoy segura de que sí lo harán.



    Continuamos nuestro camino hacia el campo. Queríamos llegar antes del mediodía. Caminamos durante media hora más y finalmente, lo logramos.



    Bill P.O.V.


    Finalmente, habíamos llegado. Fueron 2 horas extenuantes caminando por la ciudad para salir y entrar a la zona rural.



    Al caminar unos metros vi que habían 7 motos estacionadas en el camino. Me preocupaba, si las habían dejado ahí, era porque iban a volver y si nos encontraban cerca, podrían pensar que queríamos robarlas.



    Continuamos hasta que decidimos quedarnos en un lugar para comer. Teníamos hambre y no habíamos comido nada desde que nos levantamos.



    — ¿Qué les parece si descansamos para comer? — pregunté.

    — Pensé que nunca lo dirías — dijo Nina.



    Sacamos las comidas de nuestras mochilas, y empezamos a comer. Como eran galletitas, no habría que mantenerlas conservadas en ningún lado. En 5 minutos, comimos todas las galletitas que pudimos comer hasta que nos llenamos.



    Pensábamos en movernos un poco pero escuchábamos gruñidos cerca nuestro.



    Los chicos y las chicas tomamos nuestras armas y nos pusimos de pie. En menos de un minuto, un grupo de unos 10 zombis se puso por delante. Como no era una gran amenaza, nos disponíamos a salir de ese lugar dando la vuelta, pero vimos a otros 10 zombis aparecer por detrás nuestro. Estábamos rodeados.



    — Vamos a tener que luchar — dije — Formemos un círculo, y matemos a los que podamos hasta crear una abertura, y una vez que la creamos, nos vamos.



    Nos alineamos en un círculo. Eramos 8 en ese círculo. 8 contra 20 zombis.



    Analicé mejor mi estrategia y vi que los zombis nos cerrarían el paso, y eran demasiados para nosotros.



    — ¡Abran el círculo! — dije desesperado — ¡Si nos rodean, estamos acabados!



    Todos se abrieron y nos dispersamos un poco.



    — ¿Ahora qué? — preguntó Estrella.

    — Habrá que luchar — dije — No hay otra manera.



    Corrí hacia el primer zombi que se acercó y con dos golpes de pala logré tirarlo al piso, pero no murió. Retrocedí un poco asustado.



    Todos mis amigos que tenían armas, clavaban sus cuchillos en los corazones de los zombis, pero no les afectaba en nada.



    Otro zombi se me acercó y le di un palazo en la cabeza. Luego de unos golpes con mi pala en la cabeza, lo tiré al piso y lo maté.



    — ¡Apunten a la cabeza! — grité — ¡Morirán más rápido!



    Todos apuntaban a la cabeza. De esa forma caían más rápido.



    Jimmy mató a uno y luego corrió hacia otro para matarlo, sin embargo, el zombi lo tomó de los brazos y le mordió el cuello. Jimmy lanzó un terrible grito de horror.



    — ¡JIMMY! — grité mientras el zombi lo mordía.



    Corrí hacia el zombi y lo maté rápidamente. Traté de levantar a Jimmy del suelo y ver si podíamos hacer algo para salvarlo. No podíamos. Jimmy había muerto.



    Lleno de ira, corrí hacia dos zombis para matarlos por el enojo. Sin embargo, mi pala se me cayó luego de matar al primero y el otro se acercó rápido a mi y casi me muerde. Retrocedí y fui junto al grupo.



    Los zombis se habían amontonado y nos bloquearon el camino. No había salida.



    Pol mató a uno con su cuchillo, pero antes de quitarlo de la cabeza del zombi al que mató, otro zombi trató de morderle el brazo. Tuvo que dejar el cuchillo dentro de la cabeza del zombi o sino, el otro lo alcanzaría. Pol soltó el cuchillo.



    Los zombis formaron un círculo alrededor nuestro y estaban acercándose cada vez más. No podíamos atacar a uno, o de lo contrario otro podría mordernos con mayor facilidad.



    Parece que todo terminó para nosotros.
     
  3.  
    Agus estresado

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    Capítulo 5: Seguridad



    Nina P.O.V.


    Jimmy había muerto, fue una tragedia para nosotros, y otra mucho más grande iba a venir porque los zombis nos rodeaban desde todos lados. El círculo que habíamos formado para detenerlos no era más que una trampa para nosotros.



    Pol perdió sus cuchillo, lo cual quería decir que ahora estábamos más indefensos.



    Parecía el final.



    De repente, uno de los zombis que se nos acercó, recibió un tiro en la nuca. Los que estaban de frente a nosotros se dieron vuelta, y también recibían disparos.



    — ¿Qué está pasando? — preguntó Sean.

    — Eso no importa — dijo Bill — Nos están ayudando.



    Los zombis que teníamos de frente murieron luego de unos segundos, mientras que los que estaban de espaldas a nosotros se acercaban cada vez más.



    Entonces, escuchamos disparos, uno de pistola y uno de escopeta viniendo desde atrás de nosotros.



    Al frente nuestro apareció un hombre alto, pelirrojo y con chaqueta de cuero. Se acercó a nosotros para hablarnos.



    — Vengan conmigo — dijo el hombre que salió de la nada — No se preocupen por el resto de los zombis. Mis compañeros se encargarán de ellos.



    Sin pensarlo dos veces, fuimos con él. Corrimos por todo el bosque siguiendo a ese extraño por unos 5 minutos hasta que nos cansamos. Una vez que el se detuvo, observó la zona y se dio cuenta de que no había zombis alrededor.



    — Bueno, creo que estamos seguros aquí — dijo el hombre — Tomaremos un descanso y luego seguiremos.

    — Gracias por salvarnos — dijo Bill.

    — Sí, muchas gracias — dije yo.

    — ¿Cómo te llamas? — preguntó Daniela.

    — Me llamo Gary — dijo el hombre que nos salvó la vida — Mis compañeros son Kim y Jack. Esperaremos a que regresen y luego los llevaremos al campamento.

    — ¿Tienen un campamento? — preguntó Jana.

    — Así es — dijo Gary.



    Gabriel P.O.V.


    Esperamos hasta que los compañeros de Gary regresaran. Pasaron unos 10 minutos hasta que volvieron. Eran un hombre y una mujer.



    — Bueno — dijo la mujer — Seguramente Gary ya nos presentó, pero lo haré de nuevo. Me llamo Kim.

    — Yo soy Jack — dijo el otro hombre. Dígannos sus nombres.



    Nos presentamos uno por uno. Para ellos éramos demasiada gente.



    — Muchos nombres que recordar — dijo Kim — Pero lo haremos. ¿Qué les parece si volvemos al campamento?

    — Me parece bien — dijo Bill.



    Estábamos hablando un momento acerca de cómo defendernos.



    — Esos zombis los rodearon, ¿pueden defenderse solos y eso fue solo una casualidad, o no pueden defenderse solos? — preguntó Jack.

    — En realidad, nunca los habíamos enfrentado — dijo Bill — Tuvimos un plan, pero nos rodearon luego de matar a otros.

    — ¿Qué dices Gary? — dijo Kim — ¿Crees que el líder los deje quedarse en el campamento?

    — ¿Tú no eres el líder? — preguntó Johari.

    — No, no lo soy — dijo Gary — Doy esa impresión, pero no soy el líder. El verdadero líder está en el campamento. Los llevaremos allá.

    — ¿Tienen comida? —pregunté — Nosotros tenemos, pero solo es para unos 10 días.

    — Tenemos un compañero que sale de cacería — dijo Gary — Solamente habrá que pedirle que traiga un poco más.

    — No queremos ser una molestia — dijo Estrella — Si no nos quieren ahí, no tenemos por qué quedarnos.

    — Él que evaluará si se quedarán o no es el líder — dijo Gary.





    Capítulo 6: El campamento



    Marcela P.O.V.



    Seguimos caminando hasta que llegamos al campamento. Vimos como un zombi se acercaba lentamente hasta el campamento.



    — ¿Qué hacemos? — preguntó Bill.

    — Déjamelo a mí — dijo Gary.



    Gary tomó un cuchillo y se lo lanzó al zombi, dándole en la cabeza. Lo mató de un gran disparo, y no con una pistola. Fue un gran lanzamiento.



    — Entren al campamento — dijo Jack — Pero dejen sus cosas al entrar. Yo les buscaré una tienda donde podrán dormir.

    — Gracias — dijo Pol — ¿Qué hacemos los demás?

    — Vengan comigo — dijo Gary — Jack y Kim guardarán sus cosas en su tienda.



    Entramos al campamento y vimos a otro hombre y otra mujer en el lugar.



    — ¿Gente nueva? — preguntó el hombre.

    — Así es — dijo Gary.



    Seguimos caminando, sin saber los nombres de esa gente. Finalmente, llegamos hasta el final del campamento. Allí vimos a un tipo muy grande y musculoso junto a un tipo de la misma altura que Gary.



    — ¿Qué significa esto Gary? — dijo el tipo grande — ¡No puedes traer gente nueva así nada más!

    — Tranquilo Oscar — dijo el otro tipo — Déjalos conmigo, Gary. Yo me encargaré de ver si se quedarán o no.

    — Bien — dijo Gary — Como quieras amigo. Oscar, ven conmigo.



    El tipo grande se fue con Gary valla a saber donde.



    El otro tipo se acercó a nosotros, precisamente para hablarnos.



    Bill P.O.V.


    El líder se acercó a nosotros. Seguramente iba a hacernos una entrevista.



    — Díganme sus nombres — dijo el hombre.

    — Soy Bill — dije — Estos son mis compañeros de escuela: Jonathan, Gabriel, Johari, Pol, Sean, Daniela, Estrella, Shelby, Marcela, Nina, Paula y Jana. Otro de mis amigos, Jimmy murió antes de que Gary nos encontrara.

    — Ya veo — dijo el líder — Me llamo Chase. ¿Ya conocen a todos aquí?

    — A todos menos a dos personas, un hombre y una mujer, que estaban en el campamento cuando llegamos — dije.

    — Sus nombres son Jorge y Renata — dijo Chase — ¿Cómo murió su amigo?

    — Luchábamos contra los zombis y el murió por un descuido — dijo Bill.

    — Entiendo — dijo Chase — Pueden quedarse aquí esta noche, pero mañana los pondré a prueba. Si logran superarla se pueden quedar aquí con nosotros. Pronto entenderán a que me refiero. Vallan a descansar.



    Todos fuimos a descansar. Jack y Kim nos llevaron a nuestras tiendas. Todos nos acomodamos en grupos de a dos. Excepto yo, yo les pedí que me dejaran solo en una tienda.



    Había algo raro con Chase. ¿Por qué quería ponernos a prueba? ¿Y por qué nos salvaron?



    En la noche, salí a dar una vuelta y me encontré a Chase recorriendo el campamento.



    — Oye Chase — grité para llamar su atención.

    — Silencio — dijo Chase en voz baja — Llamarás la atención de los zombis.

    — Lo siento — dije — Quería preguntarte a que te referías con las pruebas.

    — Te explicaré en general — dijo Chase — Somos un grupo de rescate, y hacemos expediciones para salvar a las personas. Algunas pueden quedarse con nosotros en el campamento y otras pueden irse, tienen elección. Pero primero queremos probarlos para ver si pueden cuidarse solos. Si pasan una prueba, pueden quedarse con nosotros y ayudarnos a salvar más gente. Si no pasan la prueba, les damos provisiones y los echamos. Como dije, somos un grupo de rescate, y si lo piensas bien ¿Cómo puedes cuidar de los demás cuando no eres capaz de cuidarte a ti mismo?



    Me quedó claro que Chase quería probarnos para ver si les serviríamos para salvar a más gente de la forma en que a nosotros nos salvaron.



    Fui a dormir, ya que lo necesitaría para estar listo para la prueba. Quería quedarme en este campamento, y para eso tendría que pasar la prueba.
     
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    Agus estresado

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    1339
    Capítulo 7: Los motoristas



    Pol P.O.V


    Al despertar, aún era muy temprano, pero Chase y su amigo Oscar nos levantaron. El sol aún no salió y ya estábamos levantados. Estaba muy cansado.



    Fuimos llevados al centro del campamento para comer, repartimos las raciones de comida entre todos. Éramos 20 en total, 13 nosotros y 7 ellos.



    Chase nos habló un poco sobre la prueba.



    — Muy bien chicos, la prueba sería algo así — dijo Chase — Yo, Oscar y Jorge los llevaremos hasta una zona de campo abierto, allí esperaremos a que los zombis aparezcan y veremos sus capacidades para matarlos. Le daré un arma de cuerpo a cuerpo a todos los que no tengan.



    Chase nos dio un arma a cada uno y tomó un hacha.



    — Nos vamos — dijo Chase — Oscar y Jorge vienen con nosotros.

    — Está bien — dijo Johari.



    Salimos del campamento y fuimos al campo. Se quedaron Renata, Kim, Jack y Gary en el campamento mientras el resto íbamos al campo para una prueba.



    Me acerqué a Bill para hablarle.



    — Oye Bill, ¿confías en esta gente? — pregunté.

    — Así es — dijo Bill — Por algo nos salvaron. Son un equipo de rescate, y van a ayudarnos. Pero quieren que pasemos una prueba para ver si podemos quedarnos con ellos.

    — ¿Equipo de rescate? — preguntó Jorge — Chase, ¿por qué dijiste eso?

    — ¿No son un equipo de rescate? — preguntó Paula.



    Chase se calló por un momento. Nos dijo que paremos para hablarnos.



    — No somos un equipo de rescate — dijo Chase — O mejor dicho, no lo fuimos nunca.

    — ¿Qué son entonces? — preguntó Estrella.

    — Cuando entraron al campo, ¿no vieron unas 7 motos juntas? — preguntó Chase.

    — Así es — dijo Shelby — ¿Qué pasa con eso?

    — Son nuestras — dijo Oscar.

    — Somos, o mejor dicho éramos, antes de que todo empezara, un grupo de ladrones en motos — dijo Chase — Todos somos miembros de una pandilla llamada los motoristas. Nos gustaba robar tiendas, pasear en motos y más que nada comprar y disparar armas. Nosotros solo robábamos por diversión, y nunca lastimábamos a nadie. Hasta que un día un tipo trató de impedir el robo a su tienda y lo asesiné frente a su hija — dijo Chase, esta vez con un tono más frío.

    — ¡Dios mío! — dijo Nina — ¡Estamos con unos asesinos!

    — Eso es parte del pasado — dijo Jorge.

    — Fuimos a una iglesia y luego de hablar con el sacerdote nos dijo que Dios nos perdonaría si compensábamos nuestro error ayudando a la gente — dijo Chase — Al día siguiente, esta plaga empezó.



    Todos guardamos silencio por un minuto, estábamos en compañía de un grupo de asesinos.



    — ¿Qué dices Bill? — preguntó Sean.

    — ¿Podremos confiar? — preguntó Jonathan.

    — Lo que pasó antes de esto quedó en el olvido — dijo Bill — Nosotros somos estudiantes de quinto año y teníamos que terminar un trabajo de biología. ¿Ustedes creen que el profesor de biología esté vivo? Yo no, así que todo lo que fuimos antes de esto, quedó atrás. Esta gente nos salvó la vida, y eso me alcanza y me sobra.

    — Gracias por confiar — dijo Oscar — Te juro que un escalofrío corrió por todos nosotros cuando matamos a ese hombre. Pero me siento mejor, ya ayudamos a una pareja de ancianos dándole algunas provisiones, pero no los dejamos quedarnos con nosotros.

    — Necesitamos salvar a toda la gente que podamos — dijo Chase — Y para salvar gente, necesitamos más gente capaz de salvar gente. Por eso está esta prueba. Si la pasan, se quedarán y formarán parte del grupo de rescate, sino la pasan, les daremos sus provisiones de regreso y algunas de las nuestras para el camino.

    — Haremos lo que podamos por ayudar a otros — dijo Marcela.



    Seguimos caminando por un momento, hasta que llegamos a un campo abierto. A lo lejos había una casa de campo pequeña de campo. Había un grupo de 8 zombis cerca de la casa.



    — Son solamente ocho, pero no importa — dijo Jorge — Creo que servirá.

    — Así es — dijo Chase — Lucharán en equipo, después de todo aún no son adultos y será mejor que empiecen poco a poco.



    Capítulo 8: Primera conexión



    Bill P.O.V.


    Chase, Oscar y Jorge nos llevaron a todos hasta esa casa de campo, decidimos quedarnos un poco lejos de la casa mientras nos organizábamos. Había ocho zombis en total, lo cual sería nuestra primera prueba.



    — Muy bien, Oscar y Jorge patrullarán por la zona y nos alertarán si ven algún movimiento raro — dijo Chase — Pero primero, quiero que se dividan en grupos de dos personas algunos.

    — Estrella y yo — dijo Daniela.

    — Jana y yo — dijo Paula.

    — Nina y yo — dijo Marcela.

    — Johari y yo — dijo Shelby.

    — Parece que alguien tiene una admiradora — dijo Gabriel golpeando a Johari en tono de broma.

    — Déjame en paz — dijo Johari — Ni siquiera me gusta.

    — Yo estaré solo — dije.

    — Yo también — respondió Pol.

    — Y yo — dijo Sean.

    — Yo estaré con Gabriel — dijo Jonathan.

    — Perfecto — dijo Chase — Nos acercaremos y cada equipo elige un zombi. Quiero ver como luchan contra ellos.

    — Hora de acercarse — dijo Oscar.



    Entonces nos acercamos a la casa. Yo elegí quedarme cerca de Pol y Sean ya que eran mis mejores amigos, y además ninguno de nosotros tenía equipo.



    Chase nos organizó bien y mandó a Oscar y a Jorge a patrullar alrededor de la casa.



    — Empiecen — dijo Chase.



    Yo junto a Pol y Sean nos acercamos a nuestros zombis y con los cuchillos que teníamos los matamos rápidamente de golpes en la cabeza.



    Ahora era el turno de los otros equipos. Cada equipo llamó la atención de los zombis por un lado distinto para separarlos, ya que separados, serían menos peligrosos.



    Todos los equipos acabaron rápido con los zombis.



    — Al parecer pasaron la prueba — dijo Chase.



    Todos estábamos felices de pasar la prueba, ya que queríamos ser de utilidad para la gente y ayudar a los demás. Pero entonces, escuchamos gruñidos, provenían de adentro de la casa.



    Entramos y encontramos a otro zombi atrapado bajo la mesa.



    — Era un chico — dijo Marcela.

    — Un momento — dijo Sean — Mírenlo bien, creo que lo conozco.



    Sean se acercó al chico y lo vio detenidamente.



    — Lo conozco — dijo Sean — Es Marcos.

    — ¿Marcos? — pregunté — ¿El chico de sexto año que le hace bulling a los de primer año?

    — Así es — dijo Daniela — Es totalmente igual a él.

    — ¿Conocen a este tipo? — preguntó Chase.

    — Era un chico de sexto año — dijo Jana — Era molesto y engreído. Que bueno que murió.



    Entonces, escuchamos otro ruido de gruñidos desde adentro de la casa y salió otro zombi, este era una chica.



    — Es Mónica — dijo Nina — Era amiga mía. También era de sexto año.

    — No recuerdo que Mónica y Marcos hallan sido amigos — dijo Bill — Eso quiere decir que los chicos de sexto están en un grupo cerca de aquí.

    — Bueno, que mejor forma de empezar con ir a rescatar a chicos de su propia escuela — dijo Chase.

    — No creas que lo haré — dijo Estrella — Los chicos de sexto son muy pesados, y no me caen para nada bien.

    — No se trata de quienes fueran antes — dijo Chase — Ahora son chicos que necesitan nuestra ayuda, y los vamos a ayudar. Ustedes pasaron la prueba, pero si se niegan a ayudar a encontrar y ayudar a estos chicos solo porque no les caen bien, entonces tendré que expulsarlos.

    — Chase tiene razón — dije — Ellos antes eran una pandilla, pero ahora ayudan gente. ¿Qué clase de personas seríamos si no lo hacemos nosotros también?



    Todos estuvieron de acuerdo conmigo. Salimos de la casa sin matar ni a los zombis de Marcos ni de Mónica, eso no era asunto nuestro.



    Salimos y vimos a Jorge y Oscar esperando afuera.



    — Que bueno que saliste de ahí — dijo Jorge.

    — ¿Qué pasa? — preguntó Chase.

    — Tienes que venir a ver esto — dijo Oscar.

    — ¿Qué es? — pregunté algo confundido.

    — Espera y lo verás — dijo Jorge.



    Dimos la vuelta a la casa y vimos algo raro. Había un mensaje escrito con pintura roja en una de las paredes de afuera de la casa. Era un mensaje que ninguno entendía lo que significaba:



    “Lamentamos todo el daño que les causamos” – Firmado Mankind.



    Ninguno sabía lo que quería decir.
     
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    Capítulo 9: Separados



    Bill P.OV.



    — ¿Alguno de ustedes conoce algo llamado Mankind? — preguntó Chase luego de que vimos la pared escrita.

    — No, no tenemos idea de que es — dijo Gabriel.

    — No creo que sea nada bueno — dijo Jorge — Solo mira, están pidiendo disculpas por el daño que causaron. ¿Qué crees que quieran decir con eso?

    — No lo se — dije yo — Algo aquí no está bien.

    — Así es — dijo Oscar — Tenemos que volver al campamento y salir de aquí. Si Mankind es un grupo de asesinos estamos en peligro.

    — Tiene razón — dijo Jana.

    — No hay otra manera — dijo Nina.

    — Es verdad — dijo Chase — Nos regresamos al campamento, le avisamos a Gary y a los demás y nos vamos de aquí. Podríamos lidiar con un grupo de gente peligrosa.



    Nos dimos la vuelta para dirigirnos al campamento pero nos encontramos un contratiempo. Vimos a un grupo enorme de zombis viniendo hacia nosotros. Como si nos hubieran detectado o algo.



    — ¿Qué vamos a hacer? — preguntó Shelby

    — Solamente tenemos que pelear y pasar a través de ellos — dijo Chase — Si escapamos nos seguirán hasta el campamento.



    Éramos 16: Chase, Jorge, Oscar, Jonathan, Gabriel, Johari, Sean, Pol, Daniela, Estrella, Shelby, Marcela, Nina, Paula, Jana y yo. Teníamos que dividirnos para dispersarlos.



    La división fue muy rápida debido a que no teníamos tiempo. Los zombis se acercaban.



    Nos metimos entre ellos y empezamos a matar a algunos. Yo maté a 2 con mi hacha. Veía como Chase, Oscar y Jorge mataban a más de cinco, ellos no tenían miedo. Pol y Sean atacaban al mismo tiempo. Veía como el resto de mis amigos entraba más dentro de la horda y los perdía de vista.



    — ¡Los estamos perdiendo de vista! — dijo Chase — ¡Agrúpense o van a morir!



    El grito de Chase nos trajo más zombis encima de donde estábamos nosotros, lo que hizo que mis amigos tuvieran problemas al volver.

    — ¡No puedo pasar! — gritó Marcela desesperada.

    — ¡Ayuda! — gritó Johari.

    — ¡Jorge ayúdalos! — gritó Oscar.



    Jorge empezó a atravesar la horda con su hacha y comenzó a matar a varios, sin embargo, uno de los zombis lo tomó de atrás y le mordió el cuello. Jorge lanzó un grito de terror antes de morir en manos de las criaturas.



    — ¡¿Qué pasó?! — preguntó Nina aterrada.

    — ¡AHHH! — gritó Marcela de horror.

    — ¡Necesito ayuda! — gritó Johari.

    — ¡Tengo que hacer algo! — dije tratando de llegar hasta allá.

    — ¡No vallas! — gritó Chase.



    No le hice caso a Chase y traté de pasar entre los zombis. Maté a dos, pero luego un tercero me mordió el brazo derecho. Lancé un grito de horror.



    — ¡¿Estás bien?! — dijo Chase mirando mi brazo.

    — Estoy mordido — dije completamente aterrado — ¿Qué voy a hacer?



    Chase me miró profundamente para luego tomar mi brazo. Me dio dos hachazos y me lo cortó. Grité muy fuerte, y la sangre atrajo a varios zombis.



    — Si lo cortamos ahora puede que no mueras — dijo Chase.

    — Espero que tengas razón — dije.

    — Tengo que llevarte al campamento.

    — Vamos.



    Chase y yo ya no escuchábamos gritos de nadie más, creíamos que habían escapado. Chase mató a 3 zombis muy fácilmente, pero yo apenas pude matar uno con mi brazo herido. Luego comencé a sentirme débil.



    — Chase….necesito ayud…— pero no pude terminar de hablar porque me caí.



    Seguramente iba a desmayarme, traté de levantarme y de no hacerlo, o moriría. Pero la sangre que perdí me quitó mucha fuerza. Perdí el conocimiento.





    Capítulo 10: El regreso



    Sean P.O.V.


    Veíamos como la horda se nos estaba cerrando alrededor y teníamos que salir de este lugar.



    — ¡Debemos irnos! — dije — ¡No podemos quedarnos aquí!

    — Pero, ¿qué pasará con los demás? — preguntó Pol.

    — Si están vivos seguramente saldrán de aquí — contestó Oscar — ¡Vamos!



    Salí de la horda junto a Oscar y Pol. Había perdido de vista a los demás. Entonces, Gabriel apareció detrás nuestro.



    — ¡Espérenme! — gritaba Gabriel mientras se abría paso a través de los zombis.



    Mientras trataba de salir, mató a 3 zombis. Estaba a punto de escapar cuando un zombi lo tomó del brazo y lo tiró al piso. Cuando cayó, varios zombis se acercaron a él y lo mordían mientras gritaba espantado. Gabriel había muerto delante de nosotros al igual que Jimmy.



    — Tenemos que irnos, siento lo de tu amigo — dijo Oscar.



    Nos íbamos hasta que escuchamos un grito de adentro de la horda.



    — ¡Ayuda! — por el grito deduje que se trataba de Johari — ¡Ayuda!

    — ¡Ahí voy! — dije tratando de acercarme para ver si podía salvarlo.

    — ¡No vas a entrar ahí! — dijo Oscar tomándome del brazo — Morirás si entras.

    — Mi amigo necesita ayuda — respondí.

    — Escucha con atención — dijo Oscar.



    Oscar guardó silencio y nuevamente, Johari gritó por ayuda.



    — ¡Ayuda! — gritaba desesperado — ¡Por favor, ayúden…



    Johari no terminó de gritar por ayuda, y el ruido de los zombis se escuchaba con más fuerza. Yo creo que aún podría estar vivo, aunque las probabilidades son bajas.



    Salí de ese lugar junto con Oscar y Pol. Perdimos a los zombis mientras huíamos. Habíamos logrado escapar.



    — Estuvo cerca — dijo Pol — ¿Dónde está Bill? ¿Dónde está el resto?

    — Bill estaba con Chase la última vez que lo vi — dijo Oscar — Jorge murió mientras trataba de ayudar a las chicas. Gabriel y Johari también murieron.

    — No lo vimos morir a Johari — dije — Él puede estar vivo.

    — Lo siento Sean — dijo Pol — Johari estaba gritando por ayuda y se detuvo. Es más que obvio que lo mataron.

    — Hasta que no lo vea muerto del todo, no creeré nada.

    — Basta de charla — dijo Oscar — Tenemos que buscar a los demás por si escaparon.

    — Marcela, Nina, Paula, Jana, Shelby, Daniela, Estrella, Bill, Chase y Jonathan estaban ahí — dijo Pol — Pero no vi a ninguno de ellos salir.

    — Si piensas que Johari murió por no haberlo visto salir, ¿por qué no piensas lo mismo de ellos? — dije.

    — Johari estaba pidiendo ayuda y se detuvo — dijo Pol — Lo mataron seguramente.

    — Bueno, primero tenemos que ir al campamento y avisar a los demás lo que pasó — dijo Oscar.



    Nos dirigimos al campamento. Como no habíamos visto el lugar por donde habíamos corrido, tardamos toda la tarde en llegar.



    Se estaba haciendo de noche y aún no encontrábamos el campamento. Si no llegábamos rápido íbamos a pasar la noche entre los árboles.



    De repente, escuchábamos gritos a lo lejos.



    — ¡Ayuda! — gritaba una de las chicas de nuestro salón, pero no la reconocía porque estaba lejos.



    Sin perder tiempo, seguimos el sonido y llegamos hasta un camión abandonado. Allí vimos como Daniela, Estrella, Shelby y Jana subidas a la cabina del camión. Debajo de la cabina, veíamos a 6 zombis tratando de alcanzarlas. Como eran 6, no fue problema para nosotros. Oscar, Pol y yo los matamos sin problema.



    Ayudamos a las chicas a bajar de la cabina.



    — ¿Qué les pasó? — dije.

    — ¿Están bien? — preguntó Oscar.

    — Tuvimos que escapar — dijo Daniela.

    — Marcela, Paula y Nina no estaban con nosotras al momento de escapar — dijo Estrella.

    — Vámonos — dijo Pol — Tenemos que llegar al campamento.

    — El chico tiene razón — dijo Oscar — Hay que descansar. Buscaremos a los desaparecidos en la mañana.

    — Está bien — dijo Shelby.



    Luego de recorrer un largo camino llegamos al campamento. Ahí estaban Gary, Jack, Kim y Renata.



    — Estábamos por salir a buscarlos — dijo Jack — ¿Qué fue lo que pasó?

    — Tuvimos un problema — dijo Oscar — Nos atacó un gran grupo de zombis, como una horda.

    — ¿Todos están bien? — preguntó Gary.

    — No, no lo estamos — dijo Oscar — Bill, Chase, Jonathan, Nina, Marcela y Paula están desaparecidos. Jorge, Gabriel y Johari están muertos.

    — Johari aún no está muerto — dije nuevamente — No lo vi morir, así que dudo que esté muerto.

    — Está bien — dijo Kim — Si crees que tu amigo está vivo, es porque así está.

    — Chase lógicamente está vivo — dijo Renata — Él sabe que hacer. Volverá pronto.

    — Eso espero — dijo Oscar — Gary, Jack ¿les importaría tomar la guardia por la noche? Todos necesitamos dormir. Buscaremos al resto mañana.



    Nos ibamos a dormir, hasta que una voz de mujer se escuchó detrás nuestro.



    — Hola chicos — me di la vuelta y vi que era Paula — Que bueno que están bien.

    — Que bueno que tú estés bien — dije.

    — Me fue muy difícil volver — dijo Paula — ¿Qué pasó?

    — Nuestros amigos están desaparecidos — dijo Sean — Por la mañana los buscaremos.

    — Necesitas ir a dormir — dije.



    Todos, excepto Gary y Jack que estaban en la guardia, fuimos a dormir. Bill, Chase, Jonathan, Johari, Marcela y Nina están desaparecidos. Tenemos que encontrarlos por la mañana. Solamente espero que estén bien.
     
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    Capítulo 11: Vuelta al campamento



    Bill P.O.V.


    Me desperté muy confundido. No recuerdo nada desde que me desmayé en esa horda. Al despertar, observé el lugar en donde estaba y pude notar que era una pequeña farmacia.



    No tenía mi brazo derecho, Chase me lo cortó. No sabía ni siquiera lo que estaba pasando.



    — Bueno, ya te despertaste — dijo Chase.

    — ¿Qué pasó? — pregunté.

    — Luego de que te corté el brazo, te desmayaste en medio de la horda — dijo Chase — Tuve que arrastrarte hasta aquí. ¿Cómo te sientes?

    — Me siento unos 20 kilos más liviano sin mi brazo derecho — respondí — Pero no tengo un gran manejo de mi mano izquierda. ¿Qué es lo que voy a hacer?

    — Te voy a tener que entrenar para que aprendas a manejar tu mano izquierda. En caso de que eso le pase a cualquiera.

    — ¿Qué pasó con los demás?

    — No lo se. Te arrastré hasta esta farmacia y te tapé el brazo derecho con vendas para que no perdieras más sangre. Luego te di pastillas para evitar que te infectes.

    — ¿Qué clase de pastillas?

    — De todo. Incluyendo anticonceptivos.

    — Estás loco.

    — Tenía que evitar que te infectes. Pero soy un motociclista, no un doctor.



    Chase y yo buscamos todos los remedios que pudiéramos llevar para el grupo y nos preparábamos para salir.



    — No hay zombis afuera, así que nos dirigiremos al campamento silenciosamente — dijo Chase.

    — Entendido — respondí.



    Salimos y avanzamos en silencio. Tras caminar unos cuantos pasos vimos a un zombi de espaldas a nosotros.



    — Te lo dejo a ti — dijo Chase — Ten cuidado. Estaré detrás de ti si algo pasa. Vas a tener que mostrarme si puedes con solo un brazo.



    Avancé hasta el zombi y le clavé el cuchillo en la nuca sin darle oportunidad de que me detecte.



    Chase me dijo que la próxima vez sería con uno que me ataque directamente para probar mi habilidad en combate.



    Seguimos avanzando y llegamos al campamento.



    Allí estaban todas las chicas de mi grupo, excepto Marcela y Nina, y también estaba Oscar.



    — ¿Qué pasó? — preguntó Chase — ¿Y los demás?

    — Gary, Jack, Kim, Renata, Sean y Pol salieron a buscar a Jonathan, Johari, Nina, Marcela y a ustedes — dijo Oscar — Yo me quedé por si regresaran.

    — ¿Por qué mencionaste solo a ellos? — pregunté — No mencionaste a Jorge o a Gabriel.

    — Ellos murieron — dijo Oscar — No lograron salir de la horda con vida.

    — Dios — dijo Chase — Iré a buscar al resto.



    Chase se fue y yo me quedé con las chicas y Oscar.



    — Noté que tu brazo no está, pero no quería interrumpir a Chase — dijo Paula — ¿Qué le pasó?

    — Fui mordido y Chase me cortó el brazo esperando que funcione — respondí.

    — ¿Funcionó? — preguntó Estrella.

    — Eso espero — dije — Eso espero.





    Capítulo 12: Los primeros hallazgos



    Pol P.O.V.



    Luego de salir del campamento, junto a Sean, Kim, Renata, Jack y Gary salimos a buscar a Jonathan, Nina, Marcela, Bill y Chase. Sean insiste en buscar también a Johari, pero yo creo que el no lo logró.



    Pasamos un largo tiempo rastreando el lugar, pero no había señales de ninguno de ellos.



    — No se porque insistes en buscar a Johari — dije — Es lógico que murió.

    — Para mí no es lógico — dijo Sean — Se que Johari está vivo, y lo voy a encontrar. Lo vamos a encontrar.

    — Ahora mismo lo importante es buscar a todos — dijo Gary — No solamente a Joel.

    — Se llama Johari, por si no lo sabes Gary — dijo Sean — Empiezo a pensar que no te importamos una mierda.

    — ¡Si no fuera por el remordimiento de Chase por haberle disparado a ese hombre en frente de su hija, podría vivir tranquilo! — dijo Gary — ¡Estoy harto de buscar gente para salvar, darle mi comida y pretender que todos mis pecados están perdonados!

    — Así que no te gusta salvar gente — dijo Chase apareciendo de la nada.

    — ¿Qué carajo haces aquí? — preguntó Gary.

    — Vine para ayudar a buscar a los demás — dijo Chase — Si a ti no te importan es mi problema, pero a mi si me importa.

    — ¿Crees que ayudando a gente ahora vas a quitarte la culpa de haber matado a ese hombre? — preguntó Gary.

    — Claro que no — dijo Chase — Eso siempre estará en mi cabeza. Pero todos podemos cambiar, sin importar lo que sea que hayamos hecho. Si no quieres cambiar lo acepto, pero déjame cambiar a mí.

    — ¡Cállense ya! — gritó Gary — Ahora mismo no importa quien cambió, o quien sigue siendo igual. Lo que importa es ayudar a esos chicos que están perdidos.

    — Tiene razón — dijo Sean — Mientras más tiempo perdemos discutiendo, más bajas serán las probabilidades de encontrarlos.



    Gary y Chase se quedaron callados durante un largo rato. Se que su vida como ladrones era difícil antes, pero cambiaron, y se que pueden ser una gran ayuda si se lo proponen.



    Caminamos un largo camino, hasta que por fin apareció alguien a quien buscábamos… Era Nina, estaba muerta. Tenía mordidas en el cuello y en el brazo. Luego vimos que tenía un agujero de bala en la frente.



    — Alguien la mató — dijo Jack.

    — Es verdad — dijo Sean — No tenía un arma.

    — Ninguno de los chicos que desapareció tenía una — dijo Chase.



    Entonces escuchamos una voz salir de atrás de los árboles.



    — ¡Chicos, son ustedes! — dijo Jonathan — Por fin los encontré.

    — Jonathan, me alegro que estés bien — dijo Sean.

    — Dime Jonathan, ¿viste a Johari, o a Marcela por aquí? — preguntó Chase.

    — No, no los vi — dijo Jonathan — Me fui por mi propia cuenta.



    Luego de un momento, Jonathan vio el cadáver de Nina.



    — ¿Qué le pasó? — preguntó Jonathan.

    — Murió — dijo Jack — Tenía varias mordidas, pero un disparo en la cabeza. Alguien la mató.

    — ¿Crees que hayan sido los mismos que dejaron el mensaje en la pared? — preguntó Gary.

    — ¿Cómo sabías del mensaje en la pared? — preguntó Chase.

    — Oscar nos avisó antes de irnos — dijo Gary.

    — Todo esto es muy raro — dijo Kim — Si hay un grupo de gente llamado Mankind suelto por ahí, sería mejor irnos a otro lugar.

    — Ahora mismo vamos a regresar al campamento — dijo Chase — Si seguimos buscando se hará de noche antes de que lleguemos.

    — Tie…tiene razón — dijo Jonathan algo ansioso — Vamos al campamento.



    Todos nos dimos la vuelta y seguimos el camino hacia el campamento. Encontramos a Jonathan vivo, pero a Nina muerta. Johari sigue vivo para Sean, pero para mí no lo está. Solo nos queda encontrar a Marcela y a Johari si tenemos suerte.



    Bill P.O.V.


    — ¿Crees que volverán pronto? — pregunté.

    — No lo se — dijo Oscar.

    — Espero que los encuentren a todos — dijo Shelby.

    — Yo también — dijo Daniela.



    Todos guardamos silencio por un momento. Estábamos comiendo un poco para recuperar fuerzas. No habíamos comido el día de ayer por el incidente. Todo estaba muy tranquilo.



    — Cuando todos estén aquí, debería enseñarles a disparar — dijo Oscar — Sería conveniente que todos supieran manejar armas de fuego.

    — Es buena idea — dije yo — Aprender a disparar nos serviría de mucho.

    — Bueno…— dijo una voz que provenía del interior de los bosques — Sería muy amable de su parte si no me dispararan a mí.
     
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    1210
    Capítulo 13: La revelación



    Bill P.O.V.


    — ¡¿Quién carajo eres?! — preguntó Oscar tomando su pistola — Sal de atrás de los árboles muy despacio.



    Entonces un hombre adulto alto y algo musculoso salió de atrás de los árboles con las manos en alto.



    — Tranquilo amigo — dijo ese hombre — Te pedí amablemente que no dispararas. No soy una amenaza para ustedes. Estaba buscando un grupo de gente con la que pueda estar.

    — ¿Cómo te llamas? — pregunté.

    — Me llamo Maverick — dijo aquel hombre — No parecen ser un grupo numeroso.

    — Tenemos más amigos afuera y todos están armados — dijo Daniela — Será mejor que te vallas.

    — Tranquila — dijo Oscar — Chase será quien decida si este extraño se quedará o no con nosotros.

    — ¿Quién es ese tal Chase? — preguntó Maverick.

    — El líder — dijo Paula — Él decide si te quedas o te vas.



    Maverick se quedó callado después de eso. Pasaron unos minutos más hasta que Chase regresó. Jonathan estaba con ellos y me alegré de verlo de nuevo.



    — Que bueno que te encontraron — dije.

    — No todo son buenas noticias — dijo Jonathan — Nina está muerta. Marcela y Johari siguen desaparecidos según me dijeron.

    — Mañana seguiremos buscando — dijo Chase — Si están vivos probablemente se acerquen al campamento.



    Chase miró a un costado y vio a Maverick.



    — Oscar, ¿quién es este? — preguntó Chase.

    — Su nombre es Maverick — dijo Oscar — Llegó unos minutos antes que ustedes. Espera tener una charla contigo.

    — Hola Chase — dijo Maverick — Bueno, tu amigo ya me presentó, así que contaré mi historia. Era parte de un grupo que se dirigía hacia el campo, ya que nos parecía el lugar más seguro. Pero luego una horda nos atrapó y todos murieron. He estado solo desde hace unos días, en la búsqueda de un nuevo grupo de gente. Escuche lo que dijo ese chico, con gusto ayudaré a buscar a los otros dos desaparecidos. Digo, si es que me dejas quedar aquí.

    — Si vas a ayudar a los demás, está bien que te quedes — dijo Chase — ¿Te puedes defender solo?

    — Estoy vivo, ¿no es así? — preguntó Maverick.

    — Eso es verdad — dijo Gary yéndose a su tienda — Mañana seguirá la búsqueda. Estoy cansado de buscar a esos chicos como ovejas por el bosque. Ojala mañana los encontremos para que pueda seguir descansando.

    — ¿Qué le pasa? — preguntó Jana — No era así cuando llegamos.

    — Solo está cansado de esto — dijo Renata — Todos lo estamos.

    — ¿Jonathan, por qué no vas a descansar tu también? — dijo Jack — Nos serviría tu ayuda mañana para buscar a los demás.

    — Sí… — dijo Jonathan algo ansioso — Bue…na, em…buena idea.



    Jonathan se fue hablando algo ansioso del lugar. Luego lo escuchamos toser.



    — ¿Estás bien, Jonathan? — preguntó Sean.

    — Sí — respondió — Estoy bien.



    Jonathan tosió varias veces y luego de eso, apoyó sus manos sobre su costado derecho.



    Luego de eso, Jonathan cayó al piso.



    — ¡Jonathan! — dijo Kim.

    — ¿Qué pasó? — preguntó Chase.

    — No…es…nada — dijo Jonathan que luego empezó a toser — No te preocupes.



    Chase dio vuelta a Jonathan, lo acostó en el piso y le levantó la remera. Tenía una mordida en el lugar donde se tomaba.



    — ¿Está mordido? — pregunté.

    — Que horror — dijo Pol.

    — ¿Está mordido de verdad? — preguntó Maverick.



    Todos miramos la mordida de Jonathan aterrados. Él se veía preocupado.



    Capítulo 14: El adiós



    Sean P.O.V.


    Luego de ver la mordida de Jonathan, este se despertó luego del desmayo.



    — ¿Qué pasó? — preguntó Jonathan.

    — No seas idiota, Johny — dijo Bill — Vimos tu mordida.

    — ¿Por qué no nos dijiste nada? — preguntó Chase — Nos estabas poniendo a todos en peligro con esto.

    — Lo siento — dijo Jonathan — Fui mordido, pero no sentí nada hasta ahora. Por eso no dije nada. Pensé que morías al instante, pero como no me morí tuve la idea de que podría vivir.

    — Ahora esa idea se desvaneció — dijo Maverick — No entres en pánico, solo lo hará peor. Había una mujer que fue mordida en mi grupo. Tuvimos que matarla antes de que se transforme.

    — No quiero morir así — dijo Jonathan.

    — Lo siento, pero es para proteger a los demás — dijo Gary.

    — Se que parece injusto, pero es para la seguridad de todos — dijo Jack.

    — ¡¿Injusto?! — preguntó Jonathan — ¡¿Parece injusto?! ¡CLARO QUE ES INJUSTO, ES MI VIDA. USTEDES ESTÁN TOMANDO UNA DECISIÓN QUE NO LES CORRESPONDE SOBRE LA VIDA DE ALGUIEN MÁS!

    — ¡Basta de esto! — dijo Maverick golpeando a Jonathan en el estómago — ¡No voy a morir porque a ti te de la gana!



    Chase tomó a Maverick, evitó que siguiera golpeando a Jonathan y luego lo tiró al piso y le dio algunos golpes.



    — No eres quien para tratar a esta gente así — dijo Chase — ¡Aquí yo soy el líder! ¡El que no hace lo que yo digo, o muere o se va de aquí!



    Todos bajamos la mirada al piso. Nunca habíamos visto a Chase reaccionar así. Seguramente todo lo que pasó lo estará afectando.



    — ¿Qué vamos a hacer ahora? — pregunté.

    — No podemos dejarlo con nosotros — dijo Jana.

    — Es muy peligroso, yo digo que lo abandonemos — dijo Estrella.

    — Si lo abandonamos podría convertirse y regresar — dijo Oscar.

    — No veo otra salida que matarlo — dijo Chase — Maverick tiene razón, es un peligro, pero no podemos tomar una decisión sobre la vida de Jonathan.

    — ¿Qué haremos entonces? — pregunté.



    Jonathan se levantó y nos habló.



    — Ustedes son mis amigos ahora — dijo Jonathan — Lo han sido siempre. Si no me matan, solamente seré un peligro para todos ustedes. No quiero que estén en peligro por mi culpa. Yo ya estoy muerto. Llévenme al bosque, y eviten que me transforme.

    — Lo siento mucho, chico — dijo Maverick — Se que fui violento, pero es que es algo que debía hacerse.

    — Lo comprendo — dijo Jonathan — Sin embargo, no aceptaré tus disculpas. Se que tus intenciones son buenas, pero me atacaste, así que no tendrás mi perdón.

    — Está bien — dijo Maverick — No lo necesito. No te conozco.



    Luego de esta charla, Jonathan se despidió de las chicas y de varios de nuestros amigos. Bill, Chase, yo y Maverick lo llevamos a lo profundo del bosque.



    Lo recostamos sobre un árbol. Jonathan se sentía cada vez más débil.



    — Será mejor que se apresuren — dijo Maverick — La muerte es un sufrimiento terrible. La mujer que estaba conmigo sufrió demasiado.

    — Solo mátenme rápido — dijo Jonathan — Suena raro que yo diga eso, pero no quiero sufrir más.



    Chase nos pidió que nos alejáramos. Luego escuchamos como Chase le clavaba el cuchillo en la cabeza a Jonathan. Eso estaba bien. Él ya no iba a sufrir, y tampoco volvería como una de esas cosas.



    Tenía algo que hablar con Bill.



    — Bill, creo que ya no hay chances de que encontremos a Johari —dije.

    — ¿Por qué?

    — Después de lo que pasó con Jonathan, perdí las esperanzas.

    — La esperanza es lo último que se debe perder.

    — Lo se. Solamente…creo que ya no hay chance de que este vivo. Jonathan estaba bien cuando escapó, y aún así murió. Johari estaba en apuros dentro de la horda, es imposible que esté con vida.

    — Tú eras el que insistía en que Johari podía seguir vivo. Si crees que está muerto, entonces, dejaremos de buscarlo.



    Bill, Maverick, Chase y yo seguimos nuestro camino hacia el campamento lentamente y con muchas cosas en la cabeza. Es triste pensar que Johari puede estar muerto. Pero creo que ya no hay esperanza.
     
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    Capítulo 15: En marcha



    Bill P.O.V.


    Todos estábamos tristes por la muerte de Jonathan. Eso nos hizo pensar que a Marcela y a Johari ya no les quedaban esperanzas.



    — ¿Van a abandonar la búsqueda? — preguntó Renata.

    — Es imposible que sigan vivos estando solos allá afuera — dije.

    — ¿O sea que Marcela y Johari están muertos para ustedes? — preguntó Daniela.

    — No es justo que los abandonemos — dijo Estrella — Solo porque Nina y Jonathan estén muertos no quiere decir que ellos también lo estén.

    — Si estuvieran vivos, ya habrían regresado al campamento — dijo Sean — Ellos no sobrevivirán solos allá afuera.

    — Recuerda que Jimmy y Gabriel murieron cuando nos atacaron en grupo — dijo Pol — Si ellos estuvieran con vida, ya habrían regresado. Paula consiguió regresar por si misma.

    — Yo entiendo — dijo Jana.

    — Yo también — dijo Shelby.

    — ¿Qué haremos entonces? — preguntó Jack.

    — No vamos a quedarnos — dijo Chase — Este lugar no es seguro. Una horda atacó un lugar cercano, y Maverick nos encontró. Si el pudo, podría ser cualquiera, no me arriesgaré a que sea un loco demente.

    — ¿Dónde está Maverick? — preguntó Kim.

    — Se fue a cazar con Oscar y Gary — dijo Jack — Necesitaremos algo de comida, mucha más de la que tenemos si queremos viajar.

    — Vallan a preparar sus cosas — dijo Chase — Nos vamos hoy mismo, antes del mediodía. Comeremos en el primer refugio que encontremos.



    Todos fuimos a preparar nuestras cosas.



    Pol, Sean y yo estábamos muy mal por lo que le pasó a nuestros amigos.



    Mientras armábamos las cosas, un zombi se acercó a nuestras tiendas. Solo era uno. Sean lo distrajo, Pol se acercó y lo derribó y yo lo maté. Con un solo brazo voy a necesitar ayuda de mis amigos para pelear.



    Pol P.O.V.


    Cuando Oscar y los demás regresaron, trajeron dos corderos. Sería algo rico para comer.



    — Quiero que todos preparen sus cosas ahora mismo — dijo Chase — Nos vamos.

    — Huyendo como un cobarde — dijo Gary.

    — ¿Por qué no lo golpeas como me golpeaste a mí? — preguntó Maverick — Claro, como soy el nuevo, no confías en mí y puedes pegarme cuando se te de la gana. Pero no golpeas a tu amigo. Esa es la actitud que los llevará a todos a la tumba.

    — Yo soy el líder — dijo Chase — Las cosas se hacen como yo digo, o no se hacen. Mientras estén en mi grupo, se hace lo que digo.



    Me alejé de esa pelea y fui a caminar un rato. Paula me acompañó.



    — ¿A dónde vas? — preguntó.

    — No puedo ver a Chase y a Gary pelear como niños pequeños — dije — Y el idiota de Maverick no me cae nada bien.

    — Te acompaño — dijo Paula — No es seguro ir solo.



    Caminamos un poco hasta llegar a un área despejada. Había un zombi a la distancia, pero estaba lejos y no podría vernos.



    — ¿Están bien? — preguntó Paula — He notado que tú, Sean y Bill no están muy bien después de lo de Jonathan.

    — Estoy…— dije — Bien, por así decirlo. No estoy del todo bien, pero tampoco estoy mal.

    — Supongo que eso es estar bien — dijo Paula dándome un beso en la mejilla — Yo se que Johari y Marcela están vivos. Los encontraremos. Les dejé una nota en el campamento.

    — No sabes a donde vamos — dije.

    — Sí, lo se — dijo Paula — Hablé con Kim. Ella quiere irse. No le gusta estar en el grupo desde que Jorge murió. Iré con ella. Tú puedes venir con nosotras.

    — ¿Ustedes se van? — pregunté.

    — Pasaremos una noche con ustedes y luego por la mañana nos vamos — dijo Paula — Ven con nosotras.



    Era algo que tenía que pensar. Si bien, la situación de Chase con Maverick y Gary no era muy buena, creo que sería prudente quedarme. Pero tal vez Paula tenga razón.



    Capítulo 16: El daño



    Bill P.O.V.


    Nos pusimos en marcha. Cruzamos un largo pedazo de campo.



    Tuvimos a tres zombis atacándonos en una parte, pero Oscar y Jack los derrotaron.



    — Creo que pronto será el momento de separarse — dijo Jack.

    — ¿Qué? — preguntó Jana — ¿Separarse?

    — Estoy diciendo que luego de encontrar un refugio, deberíamos empezar a buscar otro — contestó Jack — O al menos algún camino limpio que nos pueda llevar a un nuevo refugio.

    — Creo que no es prudente — dijo Chase — Hoy pasaremos la noche en el primer refugio que nos encontramos. Y luego seguiremos nuestro camino a la mañana.



    Empezaba a hacerse de tarde. Habíamos pasado el mediodía y aún no habíamos comido, cuando el plan era que para esta hora, ya tendríamos refugio y habríamos comido.



    — Tengo hambre — dijo Estrella.

    — Pronto comeremos — dijo Renata — Aguanten un poco.



    Entonces, nos ganamos la lotería. Vimos una pequeña granja con cercas cerca. Parecía el refugio perfecto para pasar la noche. Habían dos casas y un granero. Parecía un lugar seguro.



    — Muy bien — dijo Chase — Gary, Bill y Maverick investigarán el granero. Yo junto a Oscar revisaremos la casa de la izquierda. Sean, Pol y Jack revisarán la casa de la derecha. Las chicas se quedarán y nos avisarán de movimientos sospechosos.



    Todos nos dividimos. Me dirigí junto a Gary y Maverick al granero. Estaba cerrado. Al abrirlo, encontramos 4 cadáveres de zombis y a un zombi encadenado, sin sus dos brazos.



    — Qué desagradable — dijo Maverick al verlo — ¿Qué crees que le pasó?

    — No lo se — dijo Gary — Pero nada bueno, eso es seguro. Parece que le arrancaron los dos brazos.

    — Un momento — dije viéndolo más de cerca — Lo reconozco. Es Mauro, uno de los chicos de sexto año.

    — ¿Sexto año? — preguntó Maverick.

    — Somos de quinto — dije — Hay un grupo de chicos de sexto sobreviviendo aquí afuera. Supongo que pasaron por aquí.

    — Tiene sentido — dijo Gary — Primero esa casa de campo, y luego esta granja. Tenemos que decir a los demás.



    Cerramos la puerta del granero y dejamos a Mauro encadenado ahí. Chase y Oscar nos dijeron que la casa de la izquierda tenía provisiones pero que estaba vacía. Sean, Pol y Jack salieron con algo envuelto en una sábana.



    — Había un cadáver adentro — dijo Jack — El olor que dejó es terrible.

    — Se trata de Pablo — dijo Sean — Estaba muerto de un disparo en la cabeza.

    — Nosotros encontramos a Mauro muerto en el granero — dije.

    — Los chicos de sexto que van a su misma escuela estuvieron por aquí — dijo Gary — Podríamos encontrarlos aún. Tal vez tengan provisiones y algunas armas.

    — Me pregunto algo — dijo Chase.

    — ¿Qué es? — preguntó Renata.

    — Cuando fuimos a esa casa de campo, encontramos un mensaje relacionado con algo llamado Mankind — dijo Chase.

    — Lo recuerdo — dijo Oscar — Estaba pintado en una de las paredes de la casa.

    — ¡Vayan a ver el granero! — dijo Chase algo nervioso.



    Todos fuimos corriendo hacia allá. Atrás del granero estaba la misma inscripción: “Lamentamos todo el daño que les causamos” firmado Mankind.



    — Creo que una amenaza más grande de lo que podremos enfrentar está detrás de sus amigos de la escuela — dijo Chase.

    — Estoy seguro de que esa Mankind causó todas las muertes de sus amigos — dijo Maverick.

    — Cambio de planes — dijo Chase — No seguiremos el mismo camino que sus amigos. Ahora mismo nos tenemos que mover hacia otro lugar. La gente de Mankind parece ser peligrosa. Demasiado para nosotros.

    — Tiene razón — dijo Pol.

    — Pasemos aquí la noche y por la mañana nos iremos — dijo Estrella.

    — Dormiremos todos en la casa izquierda — dijo Jack — El olor a muerto contaminó la casa derecha. Traigan colchones y sábanas a la primer casa. Yo llevaré este cadáver al granero.



    Todos teníamos miedo. No era suficiente con solo tener a los zombis, y ahora estamos en peligro, siendo acechados por un grupo de gente llamado Mankind.
     
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    Capítulo 17: ¿A dónde vamos?





    Pol P.O.V.

    Pasamos la noche en la primer casa de la granja. Entré a la segunda y el olor a cadáver era insoportable. Nadie sería capaz de dormir ahí dentro.



    Me levanté temprano. Fui afuera y me encontré a Paula hablando con Kim. Me estaban esperando, íbamos a hablar sobre si deberíamos irnos o quedarnos.



    — ¿Qué opinan? — pregunté — ¿Deberíamos quedarnos o irnos?

    — La gente de Mankind está loca — dijo Paula — No tendremos ninguna oportunidad nosotros tres solos allá afuera.

    — Piensa en esto — dijo Kim— ¿Crees que aunque nos quedemos juntos podremos defendernos de Mankind?

    — No — dijo Paula — Pero serán menos probabilidades si nos vamos los tres solos. Tal vez nos encontremos a otro grupo más adelante.

    — ¿Cuáles son esas posibilidades? — preguntó Kim.

    — Son bajas, lo se — dije — Pero irnos los tres solos, sin acompañantes. Será una sola persona para hacer guardia por dos durante la noche. Además no es que seamos expertos en la supervivencia como para irnos los tres por nuestra cuenta.

    — Es verdad — dijo Kim — Entonces, seguiremos con el grupo. No abandonaremos nuestra idea de irnos. Pero más adelante, si no volvemos a cruzar otro cartel de la gente de Mankind, nos iremos. Sin dudarlo.

    — Así es — dije — Ahora es muy peligroso.



    Volvimos adentro antes de levantar alguna sospecha. Estábamos bastante preocupados por Mankind como para que alguien más sospeche de nosotros.



    Seguimos durmiendo hasta que se hicieron las ocho de la mañana. Chase nos levantó uno por uno y nos reunió afuera y nos dijo que hoy repetiríamos el mismo proceso de ayer: seguir adelante en busca de refugio. Por el momento, nadie se separaría. Seguiríamos juntos por seguridad.



    — ¿Todos están listos? — preguntó Chase.

    — Claro — dijo Sean.

    — Aunque no lo estemos, nos íbamos a ir de todas formas — dijo Gary.



    Ya me está desagradando demasiado Gary. Antes me parecía una buena persona. Parece increíble que le debemos la vida a un tipo como él.



    Entonces, se escuchó un ruido a lo lejos. Era una voz.



    — ¿Hola? — dijo una voz que parecía venir del interior del bosque.

    — ¿Qué es eso? — preguntó Oscar.

    — Es la voz de un hombre — dijo Bill — No puedo decirte nada más.



    Una figura extraña salió del bosque. Era un hombre, pero de estatura muy baja. Tenía una pistola, y eso nos preocupó un poco.



    — Todos atentos — dijo Chase.



    Chase, Oscar, Gary, Jack, Renata, Kim y Maverick tomaron sus armas de fuego. El resto de nosotros tomó las hachas y cuchillos.



    El hombre se acercó a nosotros.



    — Hola — dijo el hombre — Soy Rúben. No quiero causarles ningún daño.

    — Nosotros tampoco queremos causarte daño — dijo Bill.

    — ¿Podrían venir conmigo? — dijo Rúben — Hay una granja productora de miel más adelante y estoy buscando algo de miel para mi grupo.

    — ¿Donde está tu grupo? — preguntó Jack.

    — Mi grupo está más al este — dijo Rúben — Los vimos pasar y pensé en pedirles ayuda. Mi grupo necesita comida, y lo único que tenemos no es suficiente. Acompáñenme a buscar miel a esa granja y les prometo que podrán llevarse una parte.

    — Ya tenemos provisiones para un largo tiempo — dijo Chase — ¿Tu grupo tiene algo que nos pueda servir?

    — Solo munición y armas blancas. Sobre armas de fuego, tenemos muy pocas — dijo Rúben — Tenemos más balas que armas en donde usarlas. ¿Por qué preguntan?

    — Podríamos negociar — dijo Chase — Incluso podrían unirse a nosotros. Mientras más gente seamos, mejor.

    — ¿Estás loco? — preguntó Gary — ¿Ni siquiera lo conocemos?

    — ¿Qué hay de Maverick? — preguntó Oscar — Lo dejamos quedarse con nosotros y tampoco lo conocemos.



    Capítulo 18: Sabor amargo



    Bill P.O.V.


    — Maverick es solamente un tipo — dijo Gary — Podemos controlarlo si hace algo inapropiado. Pero no conocemos a este tipo, y dice que tiene un grupo de gente armada.

    — Tengo que admitir que Gary tiene razón — dijo Pol — Podría ser peligroso.

    — Créanme — dijo Rúben — No les estoy mintiendo. Tengo un grupo conmigo, pero no somos mala gente. Rescatamos a un chico perdido en el bosque hace unos días.

    — Nosotros también rescatamos gente — dijo Chase — ¿Lo ven? Si rescataron a alguien, no creo que sean peligrosos. Además, si así fuera, nos pedirían que se unieran a nosotros para ser mucho más peligrosos.

    — No somos muy peligrosos — dijo Rúben — Solamente podemos defendernos por nuestra cuenta.

    — Llévanos a esa granja de miel — dijo Chase — Te ayudaremos a juntarla y nos darás un 25% de lo que halla.

    — No me gusta esto — dijo Gary.



    Miré a Sean y a Pol. Pude ver que por sus caras estaban preocupados. Sería bueno que no le quitáramos los ojos de encima a este tal Rúben.



    Empezamos a caminar a esa granja de miel. Estaba llena, de miel y de zombis.

    Tuvimos que esforzarnos un poco para matarlos a todos, pero no nos asustaron. Cada día que pasa, esas cosas no me dan demasiado miedo.



    Sean y Pol mataron a cuatro zombis entre los dos muy fácilmente, con un par de hachazos en la cabeza.



    Maté al último zombi con mi pequeña hacha. Con solamente un brazo, podía pelear perfectamente.



    Recogimos la miel que había en los frascos de la granja. Era demasiada, y pudimos llenar varios frascos.



    Pusimos algunos con nosotros y otros en una bolsa para Rúben.



    — ¿Podrían ayudarme a llevar la miel a mi grupo? — dijo Rúben — No podré solo.

    — Claro — dijo Sean.



    Comenzamos a caminar de regreso. Nos metimos en el bosque, pero no fuimos al este, donde Rúben nos dijo que se escondían, sino que nos metimos en un lugar lleno de árboles. Vimos algunos zombis caminar alrededor, pero no se daban cuenta de nuestra presencia.



    Mientras caminábamos, noté que se habían hecho las doce del mediodía. Aún no llegábamos a donde estaba el grupo de Rúben, y empezaba a impacientarme.



    — ¿Cuánto falta? — pregunté.

    — No mucho — dijo Rúben.



    Caminamos 5 minutos más y Rúben dio un grito.



    — ¡Ahora! — gritó Rúben.



    Estábamos confundidos, pero entonces, un disparo sonó cerca de donde estaban las chicas. Luego tres tipos salieron del medio del bosque, todos estaban armados. Uno salió por mi izquierda, otro por mi derecha, otro por detrás. Luego salió un chico por delante nuestro. Lo reconocí, era Johari.



    — ¡Johari! — dijo Daniela.

    — ¿Estás bien? — preguntó Estrella.

    — Chicos, no sabía que eran ustedes — dijo Johari.

    — ¿Qué está pasando aquí? — pregunté — ¿Estás con esta gente? ¿Van a hacernos daño?

    — No — dijo Johari — No les haremos daño. Solamente queremos sus cosas.

    — ¿Qué? — preguntó Pol — ¡¿Qué mierda te pasa? Eres nuestro amigo, ¿nos vas a robar?!

    — Lo siento — dijo Johari — No tengo otra opción.

    — ¡¿Así nos agradeces que te salváramos la vida?! — preguntó Gary.

    — ¡Cierra la boca! — dijo Rúben — Vas a atraer a las criaturas delante nuestro.

    — ¡¿Ahora estás feliz?! — preguntó Gary a Chase — ¡Vamos a tener unas cuantas bajas! ¡TODO ES TU CULPA!

    — ¡Silencio! — dijo Chase acercándose a Rúben y a Johari — ¡Ustedes no nos van a robar nada! ¡No voy a dejar que nos roben! ¡Si bajan las armas, ustedes podrían estar con nosotros! ¡Nadie más tiene que morir, ya ha muerto mucha gente!

    — No es un trato — dijo uno de los hombres — Tenemos muy pocas provisiones, no podemos compartirlas.

    — Si trabajamos juntos podríamos tener el triple de lo que tenemos todos — dijo Jack — Escuchen a Chase. El es el líder y no quiere hacerles daño, si fuera por mi, yo ya habría disparado.

    — Nadie aquí va a disparar — dijo otro hombre — Tienes chicos indefensos. Todos nosotros somos expertos en armas.

    — ¡Johari no es experto en nada! — dije — ¡Baja esa mierda antes de que lo lamentes!

    — ¡No me amenaces! — gritó Johari apuntándome.

    — ¡¿Me vas a hablar así?! — pregunté tomando mi pistola.

    — Mírate, con un solo brazo no podrás apuntarme bien — dijo Johari.

    — No quieres probarme — dije acercándome.

    — ¡Atrás! — dijo Rúben disparando al aire — Ese fue de advertencia, el próximo no lo fallaré.

    — ¡Atrás todos! ¡No van a tener una mierda de lo que tenemos! — dijo Maverick — ¡Todo esto es nuestro!

    — ¡Ahora es nuestro! — dijo Johari — ¡No te conozco, pero baja tu arma y vete antes de que lo lamentes!

    — ¡No me hagas disparar! — dijo Oscar — ¡Mírame a la cara, te voy a matar si te acercas!



    La situación estaba muy tensa. No teníamos nada más que enfrentarlos. No querían razonar con nosotros. Lo que más me duele es que Johari esté con ellos y en contra de nosotros. Es mi amigo, pero creo que voy a tener que matarlo. No podemos permitir que esta gente nos robe.
     
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    Capítulo 19: Disparos



    Sean P.O.V.


    Johari y sus “nuevos amigos” estaban intentando robarnos. Por el momento, parece que las cosas no estaban saliendo muy bien.



    — ¡Bajen sus armas ahora! — dijo Rúben.

    — Eso no es una opción para mí — dijo Maverick.

    — ¡No lo voy a repetir! — dijo Johari — ¡No queremos hacerles ningún daño! ¡Solo queremos sus cosas!

    — ¡¿Por qué estás haciendo esto?! — dijo Bill — Lo que es mío también es tuyo.

    — ¡Somos amigos! — dijo Shelby.

    — ¡No me digas eso después de haberme dejado solo en el bosque! — dijo Johari.

    — Ustedes ya me cansaron — dijo Maverick — Si quieren dejar que nos roben, háganlo. Yo no permitiré que me roben.



    Maverick levantó su arma y le disparó a uno de los hombres que estaba con Rúben, sin embargo, apuntó al hombro para no matarlo. Sus amigos respondieron.



    Entonces, empezaron los disparos. Yo y el resto de mis compañeros corrimos atrás de los árboles. Chase mató al que estaba detrás, Gary al que estaba adelante, y Oscar al que estaba a nuestra derecha. Solo quedaban Rúben, Johari, y el hombre herido.



    — ¡Los voy a matar! — dijo el hombre a nuestra izquierda.



    Bill le disparó en el cuello y lo mató antes de que nos lastime.



    Rúben tomó su arma y le disparó a las chicas. Consiguió matar a Paula.



    — ¡Paula! — gritó Pol corriendo hacia ella.

    — Dijiste que no íbamos a lastimar a nadie — dijo Johari.

    — Cambio de planes — dijo Rúben.



    Rúben se acercó lentamente hacia nosotros, apuntándonos. Johari lo cubría. Gary, Chase y Maverick se acercaban lentamente.



    — Pudimos haber sido compañeros — dijo Chase — Tus amigos no tendrían que haber muerto.

    — La chica que estaba con ustedes tampoco — dijo Rúben — Si no hubieran disparado y nos hubieran entregado todo, ella estaría viva.

    — Estoy harto de esto — dijo Gary — Una vez que matemos a este hijo de puta, tú también vas a morir Chase.

    — No es buena idea ponerte en mi contra ahora mismo — dijo Chase.



    Rúben se acercó para dispararle a Chase, pero entonces, Johari le disparó en la espalda. Rúben cayó al suelo agonizando y miró a Johari.



    — Yo te salvé — dijo con pocas fuerzas — Ellos te abandonaron…¿y te pones de su lado?

    — Tu dijiste que nadie saldría herido — dijo Johari.



    Johari le puso el arma en la cabeza y le disparó.



    Luego de esto, Maverick y Gary se pusieron de acuerdo y tiraron a Johari al piso, para comenzar a golpearlo.



    Capítulo 20: ¿De quién es la culpa?



    Bill P.O.V.



    Chase le dijo a Oscar que detuviera a Maverick. Oscar obedeció y lo tomó, luego Chase retuvo a Gary.



    — ¿Qué crees que haces? — preguntó Chase.

    — ¡¿COMO QUE QUÉ HAGO?! — dijo Gary furioso — ¡¿NO VISTE LO QUE HIZO ESTE HIJO DE PUTA?! ¡LO VOY A MATAR!

    — Es un peligro — dijo Maverick un poco más calmado que Gary — Merece morir.

    — ¡No! — dijo Shelby.

    — ¡¿Cómo que no?! — dijo Pol muy enojado levantándose — ¡Por su culpa, Paula está muerta!

    — ¡¿Así que ahora es mi culpa que me dejaran abandonado y que la gente que me rescató haya querido robarles?! — dijo Johari furioso.



    Pol no soportó más. Se tiró sobre Johari y comenzó a golpearlo. Jack se interpuso.



    — ¡Suéltame, Jack! — dijo Pol tratando de soltarse — Esto no es asunto tuyo.

    — Es asunto de todos — dijo Jack.



    Chase decidió hablar.



    — Esta no es forma de hacer las cosas — dijo Chase.

    — ¿Quieres que dejemos a esta amenaza con nosotros después de lo que hizo? — preguntó Maverick.

    — Tú fuiste quien empezó el tiroteo — dijo Johari — Que no se te olvide.

    — No estás hablando en serio — dijo Maverick tratando de golpear a Johari, pero Oscar lo detuvo.

    — ¡Basta! — grité — ¡Miren. Se acerca una horda. Vámonos antes de que terminemos muertos!



    Todos se dieron vuelta y vieron a los zombis acercándose a nosotros. Decidimos correr, se entretendrían comiendo los cadáveres que quedaron.



    Luego de que nos fuimos, regresamos a la granja en donde estábamos. Nos íbamos a quedar un rato más.



    Todos entramos en la primer casa. Chase nos habló a todos.



    — Muy bien — dijo Chase — Ahora resolveremos esto con calma. El primero que trate de golpear a alguien, dejará la conversación.

    — Yo digo que este idiota no debería estar con nosotros — dijo Gary — Lo ayudamos, pero luego se nos volvió en nuestra contra.

    — Yo voto igual — dijo Pol — Por culpa suya, Paula está muerta.

    — No fue culpa de Johari — dijo Shelby — Fue Maverick el que disparó primero.

    — No me eches la culpa, solo quise evitar que nos robaran — dijo Maverick.

    — ¿Por qué lo defiendes? — preguntó Jana — Él es el culpable.

    — Yo me perdí y ellos me encontraron — dijo Johari — La culpa es de Chase, por decidir que ya no me seguirían buscando.

    — Íbamos a seguir la búsqueda — dijo Chase — La seguimos durante unos días, pero como no te encontramos, pensábamos que te habías dirigido hacia otro lado.

    — ¿Esperas que me crea eso? — dijo Johari.

    — ¡Cállate! — dijo Gary — Por más que odie a Chase, así es como fueron las cosas.

    — ¿Qué haremos? — dijo Renata — Es lógico que no podemos seguir todos en el grupo.

    — Yo digo que echemos a Johari — dijo Daniela — Él pudo convencerlos de detenerse.

    — Esto no es mi culpa — dijo Johari — Es culpa de ustedes, me abandonaron. Esta gente me encontró cuando ustedes ni siquiera buscaban. Ellos me salvaron. ¿Ahora esperan que les esté agradecido a ustedes por dejarme?

    — No, pero esto no tenía que terminar así — dijo Chase — No tenían que robarnos, podían unirse a nosotros.

    — El líder era Rúben, no yo — dijo Johari.

    — Tiene razón — dije.

    — No te pongas de su lado — dijo Pol.

    — No me pongo de su lado — dije — Lo dejamos de buscar, vinimos aquí buscando refugio, no buscándolo a él. Si lo encontrábamos, todo iba a volver a la normalidad. Pero nunca estuvo en nuestros planes buscarlo a él.

    — Otro grupo de gente me salvó — dijo Johari — No queríamos hacerles nada. Yo no tengo la culpa de lo que pasó. La culpa es suya, de Rúben y del tipo que disparó.

    — Me llamo Maverick, despistado — dijo Maverick.

    — Así no llegaremos a ningún lado — dijo Chase — Vamos a votar por esto. Todos tomaremos un papel y diremos quien tiene la culpa de esto. El que sea votado más veces como el culpable, se irá sin decir nada.

    — Eso no es justo — dijo Johari — Todos votarán en contra mía cuando saben que es su propia culpa. Me niego a aceptar eso.

    — Entonces vete — dijo Chase — Si no quieres hacer las cosas a mi manera, no tienes porque hacerlas. Estás bienvenido a irte ahora mismo. Las cosas se van a hacer de esta forma. Todos votaremos al que nos parezca culpable. El que más veces sea votado, se irá.



    Todos guardamos silencio por un momento.


    — ¿A alguien le parece que está mal lo que estoy haciendo? — preguntó Chase en un tono serio.
     
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    Capítulo 21: Votación



    Bill P.O.V.


    Tal y como Chase había dicho, tomamos un papel y escribimos el nombre del culpable y la razón del voto. Todos habíamos escrito lo que pensábamos.



    — Veamos que decidimos — dijo Chase — Recuerden que el más votado debe irse.

    — Eso te incluye a ti también — dijo Gary.



    Chase tomó los papeles de cada uno. Mi papel votaba por Maverick, ya que el disparó primero. Chase votó por Maverick por disparar primero también. Oscar votó también por Maverick, pero no dio su razón, por lo que su voto no cuenta. Johari votó por Maverick porque el fue el que inició todo. Sean votó por Chase, pero no dio motivos, así que su voto no cuenta. Pol votó por Johari porque consideraron que nos había traicionado. Jack votó por Johari por la misma razón que Pol. Gary votó por Chase por haber confiado en un extraño. Maverick votó por Chase y por Johari porque los consideraba culpables, pero no se podía votar por dos, así que su voto se anuló. Daniela, Shelby, Estrella y Jana votaron por Johari porque él causó la muerte de Paula. Renata y Kim votaron por Maverick porque él había iniciado todo. Eso nos dejaba con 5 votos contra Maverick, y 6 contra Johari. Los votos contra Chase eran muy pocos.



    — Muy bien, todos ya dijimos lo que pensábamos — dijo Chase.

    — Lo lamento Johari — dije — Eras mi amigo, pero reglas son reglas.

    — Así es — dijo Maverick — Vete antes de que te dispare en las piernas y tengas que arrastrarte.

    — Eso no es necesario — dijo Chase — Votamos para que se valla, no para dispararle y matarlo.

    — Lo siento — dijo Maverick — Muchas veces me dejo llevar.



    Gary se fue enojado del lugar. Lógicamente, él quería expulsar a Chase.



    Todos los que no votamos por expulsar a Johari, decidimos despedirnos de él y decirle que se cuide.



    — Que tengas que irte no significa que te odiemos — dijo Sean.

    — No hables por todos — dijo Pol.

    — Silencio — dijo Chase — Le diremos adiós a Johari en unos momentos, los que quieran hacerlo, quédense. Los que no, vallan a dormir. Mañana saldremos hacia otro lado.

    — Bien — dijo Maverick — Hora de la siesta. Vamos a ver quien termina muerto mañana.



    Chase, Oscar, Sean, Renata, Kim y yo nos quedamos para despedirnos de nuestro viejo amigo.



    — Así fue como pasaron las cosas — dijo Chase — No digo que sea todo culpa tuya, pero tienes parte de la culpa, tanto como Maverick.

    — Yo cuando te vi por primera vez pensé que serías un gran líder que podía tomar decisiones por tu cuenta — dijo Johari — No que necesitarías la opinión de los demás.

    — Un buen líder no es el que toma decisiones por su cuenta — dijo Chase — Un buen líder es quien escucha a sus compañeros.

    — Chase nos mantuvo con vida hasta ahora — dijo Oscar — Le debemos mucho.

    — Eso es algo que yo me rehúso a creer — dijo Sean — No digo que no seas un buen líder Chase, pero lo que pasó fue tu culpa, no de Johari.

    — Eso solo lo dices porque tienes miedo de que Gary y Maverick te ataquen como a mi — dijo Johari — Si de verdad hubieras tenido valor, habrías votado por Maverick, y no por Chase. Pensé que eran mis amigos, pero se volvieron en mi contra para apoyar a un desconocido.

    — Lo lamento Johari — dije — Tú no tienes culpa de nada, simplemente caímos en una trampa. Hubiera sido igual si hubieras estado con esos tipos o no, o incluso habría sido peor. Pero todos dieron su opinión.

    — Me alegra saber que al menos aún tengo un amigo — dijo Johari — Cuídate Bill, y perdona por haberte apuntado.

    — Lo entiendo — dijo Bill — Fue un momento de tensión. Todos habríamos hecho lo mismo.



    Johari nos pidió que dejáramos de hablar para irse lo más rápido posible. Chase abrió la puerta y Johari se fue caminando. Yo no estaba de acuerdo con eso, pero todos hablamos y las opiniones de todos fueron escuchadas.



    Mientras Johari caminaba, se detuvo y se dio la vuelta para decirnos algo.



    — No le quiten el ojo de encima a Maverick — dijo Johari — Estoy seguro que es más de lo que aparenta ser.



    Capítulo 22: El ferrocarril



    Sean P.O.V.


    Una vez que Johari se fue, todos nos fuimos a dormir. Escuchábamos ruidos de zombis abajo que trataban de entrar. Bill, Pol y yo bajamos y abrimos la puerta. Eran 3.



    Yo maté al primero, Pol al segundo y Bill tiró al piso al tercero y nos pidió que lo matemos.



    — Lo siento — dijo Bill — Con un solo brazo no soy de mucha utilidad estando cansado.

    — Pensé que te habías entrenado — dijo Pol.

    — Pero no para luchar cansado — respondió Bill — Tendré que ser más cuidadoso con ese detalle.



    Luego nos fuimos a dormir. Pol vino a hablar conmigo.



    — Quiero hablar sobre Johari — dijo Pol.

    — ¿Qué es? — respondí.

    — La razón por la que lo odio es porque el causó la muerte de Paula — dijo Pol.

    — Todos somos responsables de la muerte de Paula. Tú también.

    — Claro que lo soy, y es por no irme a tiempo.

    — ¿Irte?

    — Kim, Paula y yo nos íbamos a alejar de todo esto. Chase, Gary, Maverick. Pero lo de Mankind nos obligó a quedarnos. Ahora, después de lo que pasó, nos vamos a ir de nuevo. Kim y yo pensábamos que sería mejor hablar contigo y con las chicas para alejarlas de todo esto.

    — ¿Qué hay de Bill?

    — Él no viene. No después de lo que pasó.

    — Te estás dejando llevar por todo esto. Tienes que calmarte. Se que te gustaba Paula, pero cálmate un poco. No ayudas a nadie así.



    Pol se fue muy enojado conmigo por eso. Supongo que debo tener más cuidado cuando hablo de alguien que está muerto.



    A la mañana siguiente, nos despertamos y comimos un poco. Viendo el peligro de la gente de Mankind, decidimos seguir hacia el oeste. Pensábamos que sería seguro.



    Tardamos unas dos horas en el camino, llegamos a un pueblo pequeño. A la entrada, había un ferrocarril estacionado. Pensábamos que podía funcionar.



    — Si lo podemos hacer arrancar, podríamos ir de lugar en lugar sin problemas — dijo Chase — Aún tenemos provisiones.

    — Sería bueno irnos de aquí rápido — dijo Renata.

    — Pero deberíamos hacer otra cosa — dijo Shelby — Si estamos todo el día con el tren, y después no lo podemos hacer arrancar, estaremos sin refugio a la noche.

    — Tiene razón — dijo Oscar.

    — Vamos a dividirnos — dijo Bill.

    — Buena idea — dijo Chase — Maverick y Jack patrullarán la zona. Las chicas y Oscar irán con Sean a buscar refugio. Bill, Pol, Gary, Kim y Renata se quedarán conmigo.

    — Lo siento, Chase — dijo Oscar — Pero mi padre era maquinista. Tal vez deberías escucharnos un poco más antes de dar órdenes.

    — Está bien — dijo Chase — Jack irá a buscar refugio y Pol patrullará con Maverick.



    Como me había tocado, me fui con Maverick a patrullar.



    — Estoy cansado de esto — dije — Esta maldita plaga arruinó la vida de todos.

    — Estoy de acuerdo contigo — dijo Maverick — Pero ese ferrocarril es lo que necesitamos, tenemos que seguir adelante. Estoy seguro de que en algún lado algunos científicos estarán preparando una cura.

    — Más vale que se apuren — dije — Debí haber muerto yo, y no Paula.

    — Escucha, se que muchos están enojados conmigo porque yo disparé primero — dijo Maverick — Me dejé llevar. Simplemente, yo no conocía a ese Johari, y no iba a permitir que nos robaran solamente porque era un antiguo amigo tuyo. Las cosas salieron mal también por mi culpa, lo admito. Se que así no recuperarás a Paula, pero quiero que sepas que me disculpo por lo que pasó. Cosa que Johari no habría hecho.

    — Tienes razón — dije — Él no lo habría hecho.



    Continuamos caminando por la zona. Vimos unos 4 zombis en todo el día. Estando en la entrada, no creo que haya tantos como los habrá en el medio. Los 4 zombis que pasaron nos ignoraron completamente, aparentemente, no se acercan a ti si no te detectan y no te detectan si te quedas quieto. Es algo útil de aprender.



    Estuvimos todo el santo día patrullando y el atardecer ya estaba sobre nosotros, así que decidimos volver al ferrocarril y ver como iban con eso. Yo espero poder alejarme lo más rápido posible del lugar donde murió Paula. Mientras más lejos esté de ahí, mejor será.
     
  12.  
    Agus estresado

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    Capítulo 23: Hora de irse



    Pol P.O.V.


    Maverick y yo regresamos al ferrocarril y vimos que todo el grupo ya estaba ahí. Aparentemente, el ferrocarril estaba en funcionamiento.



    — Funciona — dijo Oscar — No se a donde se dirige, pero supongo que es lo mismo usar el ferrocarril o no usarlo, ya que nosotros tampoco sabemos a donde nos dirigimos.

    — Suban todos — dijo Chase — Veamos a donde nos lleva.



    Todos subimos y entramos al ferrocarril. Era un tren de pasajeros, pero no había ningún zombie dentro, supongo que nadie murió abordo. Al anochecer, Oscar estaba en la cabina de manejo junto a Chase.



    Durante la noche, llamé a Sean, Daniela, Estrella, Shelby, Jana y Kim nos cambiamos de vagón mientras Bill, Jack, Gary, Renata y Maverick dormían en el otro vagón.



    — Creo que es el momento de irnos — dije.

    — Eso es verdad — dijo Jana — Ya pudimos viajar solos antes, no necesitamos a Chase, ni a Oscar, ni a nadie más. Además, aunque eso fuera cierto, Kim nos acompañará.

    — Simplemente lo hago porque quiero que estemos seguros, pero no creo que estemos seguros con Chase — dijo Kim.

    — ¿Qué hay de Bill? — preguntó Sean.



    Sean P.O.V.


    — Bill no vendrá con nosotros — dijo Pol — No lo quiero cerca.

    — Es verdad — dijo Jana — Él es un peligro para nosotros, además, con un brazo no será de ayuda.

    — Y él lógicamente prefiere a Chase y Oscar — dijo Shelby — Si tanto los prefiere, que se quede con ellos.

    — Bill es nuestro amigo — dije — No voy a abandonarlo.

    — ¿Osea que tú también prefieres a esta gente? — preguntó Pol.

    — A mi me agradan, pero con ellos en el grupo no sobreviviremos — dijo Daniela — Tenemos que irnos todos por nuestra cuenta.

    — Eso es verdad — dijo Pol — Y tenemos que irnos ahora, antes de que algo pase. Cuando decidimos esperar mucho, Paula murió asesinada. Si esperamos como antes, es posible que todos nosotros seamos asesinados la próxima vez.

    — Estoy de acuerdo en que deberíamos irnos — dije — ¿Pero que hay de Bill? ¿Lo vamos a dejar?

    — Así es — dijo Pol — Bill no viene.

    — ¿A dónde no viene? — dijo Chase abriendo la puerta de nuestro vagón.



    Chase entró y cerró la puerta. Luego sacó su pistola y la sostuvo con su mano derecha. No nos apuntaba, pero nos la mostraba.



    — ¿A dónde van? — preguntó Chase — ¿Qué está pasando aquí, Kim?

    — Nada — dijo Kim — Solamente pensábamos en ir en busca de suministros cuando lleguemos a nuestra próxima parada. Pensábamos que Bill debería quedarse hasta que maneje bien sus habilidades con un solo brazo.



    Chase guardó silencio y puso una cara seria. A continuación, se fue de nuestro vagón sin decir nada.



    — ¿Crees que se dio cuenta? — preguntó Kim.

    — Yo creo que no — dijo Pol — Pero será mejor que nos vallamos cuanto antes.



    Todos acordaron en irse apenas Chase ordenara que nos separáramos para ir en busca de provisiones. Me dijeron que si quería irme con Pol, Kim y las chicas fuera del grupo o que si quería quedarme era mi decisión, pero que si no iba con ellos y después me arrepentía, ya no me aceptarían en su grupo.



    Capítulo 24: Los reptiles



    Bill P.O.V.


    Cuando desperté, el tren se había detenido y habíamos llegado a otro pueblo. Chase nos hizo bajar a todos.



    Nada más al bajar, vimos a un zombi acercándose a nosotros. Lógicamente, el ruido del tren le llamó la atención. El zombi se acercaba a nosotros, pero había algo raro. Tenía la cabeza caída y no la levantaba, cosa que no habíamos visto antes.



    Gary lo mató de un hachazo. Al caer al piso, Chase le puso las manos en el cuello y lo notó demasiado blando.



    — Muy blando — dijo Chase, que empezó a revisar si tenía mordidas — No tiene ninguna mordida. A este no lo mataron los zombis, sino que alguien le rompió el cuello.

    — No sabemos eso — dijo Jack — Pudo haberse quebrado el mismo en un accidente.

    — Esto no me gusta — dijo Maverick — Espero que halla sido un accidente.



    Seguimos caminando, esta vez todos juntos en busca de suministros. Normalmente, Chase dejaría a alguien haciendo guardia en el tren y mandaría a otro grupo en busca de suministros, pero ahora parece que no lo hará y que prefiere mantenernos juntos.



    Seguimos avanzando por el pueblo y lo siguiente que encontramos fue a un zombi cortado por la mitad. Estaba partido en dos, una parte de la cabeza hasta la cintura y otra desde la cintura hacia abajo. Chase lo mató y revisó para ver si tenía mordidas, pero no tenía. Lo habían cortado por la mitad.



    — ¿Qué crees que habrá pasado? — preguntó Gary — El otro pudo romperse el cuello en un accidente, pero nadie puede cortarse por la mitad de un simple accidente.

    — Eso es verdad — dijo Estrella — A este tipo seguro lo cortaron.

    — Sigan juntos — añadió Chase — No quiero que nadie se pierda.



    Seguimos el camino, y fuimos a parar a una iglesia abandonada. Allí dentro nos sorprendió lo que vimos.



    Frente al altar, había un zombi, con ropa de sacerdote, crucificado en una cruz. También llevaba ataduras, seguramente para que no se caiga de la cruz cuando su cuerpo se pudra.



    — Esto es un horror — dijo Oscar — Estoy totalmente seguro de que el hombre con el cuello roto y el que está cortado por la mitad fueron asesinados brutalmente, al igual que este. Y no fue una sola persona.

    — Es verdad — dijo Chase — Este sacerdote está crucificado y una sola persona no puede hacerlo así de fácil. En esta muerte participaron al menos 4 personas.

    — Será mejor que nos olvidemos de las provisiones y salgamos lo antes posible de aquí — dijo Bill.



    Entonces, Shelby miró hacia otro lado y encontró algo.



    — ¡Miren! — dijo Shelby apuntando hacia algo.



    Nos acercamos. Era una radio de la policía, tenía el símbolo de policía del lugar. Pero estoy seguro de que ya no era de la policía, sino de alguien más.



    Entonces, la radio empezó a sonar, como si alguien estuviera activando otra.



    — …Hola? — dijo un hombre hablando a través de la radio — Matt, ¿estás ahí? Dime que encontraste en la iglesia…¿Matt?, ¿Matt? ¿Hola?



    Renata levantó la radio del piso y trató de hablar.



    — ¿Hola? — dijo Renata intentando comunicarse. Pero no le respondían — ¿Hola? ¿Quién eres?



    Pero nadie respondía. No se escuchó al otro tipo apagar la radio, es como si la transmisión se hubiera cortado.



    — ¡Vámonos rápido de aquí! — dijo Jana.

    — Estoy de acuerdo — dijo Pol — No necesitamos quedarnos a ver como nos matan a nosotros.



    Íbamos a salir de la iglesia. Shelby fue la primera en salir, y recibió un disparo en la pierna.



    — ¡Shelby! — dijo Chase saliendo a ayudarla.

    — ¿Estás bien? — preguntó Gary acercándose a ella.

    — Me duele mucho la pierna, pero estoy bien — dijo Shelby.

    — Todos estarán bien mientras no hagan nada estúpido — dijo una voz alrededor nuestro.



    Levantamos la cabeza y vimos a 8 tipos apuntándonos con armas. Eran demasiado rápidos, puesto a que no los vi salir.



    Jack, Kim, Renata, Maverick y Oscar levantaron sus armas apuntándoles.



    — Es inútil — dijo el hombre que habló primero — Tengo a 2 francotiradores apuntándoles ahora mismo. Están bien escondidos, les tomaría 10 minutos encontrarlos. Pero a ellos solo les tomaría 1 minuto y medio matarlos a todos ustedes. Bajen sus armas.

    — Hagan lo que dice — dijo Chase — Pero dime quien eres.



    Luego de que todos bajaran sus armas, el hombre habló.



    — Yo y mi grupo de gente nos hacemos llamar los Reptiles — dijo aquel hombre que seguro era el líder. Somos una pandilla del pueblo. Luego de matar a todas las personas de aquí, decidimos matar a los que lleguen de afuera. Incluyéndolos a ustedes.

    — Prepárense — dijo otro hombre — Porque van a hacer una pequeña visita a nuestra fábrica.



    Nos obligaron a pararnos y nos hicieron caminar hacia delante. No sabemos que nos tendrán preparadas estas personas.
     
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    Capítulo 25: Otra historia



    Johari P.O.V.


    Pasó el tiempo y continúo viajando solo. Es increíble que me hayan echado del grupo por Maverick, un tipo que apenas acababan de conocer.



    No me cae bien, y se que no es de confiar. Pronto descubrirán su error al confiar en él y no en mí. Pero si intento volver, lo más probable es que me maten. No quiero eso.



    Rúben me salvó cuando mis propios amigos no me buscaban, y aún así lo traicioné y me puse del lado de mis amigos, que después me terminaron expulsando.



    Mostré mi lealtad y no les pareció suficiente. No es mi culpa. Es culpa de ellos. Si me hubieran encontrado, no habría pasado nada de esto.



    — Me voy a volver loco si paso otro día más estando solo — dije.



    Por suerte, mis plegarias fueron escuchadas. Dos zombis se acercaban a mí, uno de ellos no tenía brazo.



    Le di un martillazo al primero en la cabeza y luego se la pise para matarlo. El segundo que no tenía brazo no sería un desafío. Le di una patada en el estómago y cuando estaba en el piso, le pisoteé la cabeza hasta matarlo. Ya no les tengo miedo a esas cosas.



    El miedo… el miedo fue lo que hizo que me perdiera, lo que hizo que terminara solo. Esa es mi lección. No tener miedo. Lo mantendré en mente.



    Maté a unos 5 zombis en ese día y todos de la misma forma valiente. No tenía que asustarme. Son como animales, sienten el miedo, estoy seguro. No me voy a convertir para averiguarlo.



    Se hacía de noche e iba a estar expuesto, así que me fui a una casa pequeña y me subí al techo. Eso es lo que hago, dormir en la terraza o en el techo de las casas bajas para no estar expuesto. Llegó la hora de dormir.



    Mientras dormía, sentí que me pateaban. Era un hombre con una ametralladora. No se que podría querer de mi. No tengo provisiones ni siquiera para mi mismo, ni armas de fuego.



    — Arriba — dijo el hombre — ¿quién eres?

    — Soy Johari — respondí — ¿Y tu?

    — Me llamo José — dijo el hombre — ¿Te perdiste?

    — No, me expulsaron de mi grupo — respondí.

    — Ven conmigo — dijo José — Supongo que podré hacer algo.

    — Está bien — respondí.



    Decidí seguirlo. Cualquier cosa es mejor que seguir solo, sin comida y volviéndome loco.



    José me llevó a una casa de campo, con decorados en el patio de adelante. Podía ver 3 personas más adentro, pero no veía muy bien como eran.



    Me acerqué más y vi a dos hombres, los dos con armas, y una chica. Entré y José me los presentó.



    — Ellos dos son mis hermanos, Bob y Jonás — dijo José.

    — Con gusto — dijeron al mismo tiempo.



    Creo que me encontré finalmente con un grupo de gente amable.



    — La chica se llama Marcela — dijo José.

    — ¿Marcela? — pregunté algo confundido — ¿Eres tú?

    — ¿Johari? — preguntó Marcela.



    Nos dimos un abrazo. Estaba feliz de volver a ver a mi amiga.



    — ¿Se conocen? — preguntó Bob.

    — Así es — dije — Viajábamos juntos al principio, pero nos separamos.

    — ¿Qué fue lo que pasó? — preguntó Marcela.

    — Nosotros también queremos saber — agregó Jonás.

    — Les contaré — dije.



    Estuve un largo tiempo contando lo que había pasado.



    — Y entonces, me expulsaron del grupo y caminé solo hasta que José me encontró — dije.

    — ¿Así que te echaron del grupo por un extraño llamado Maverick? — preguntó Marcela.

    — Así es — dije — Traiciono a la gente que me salvó para ayudar a la gente que me abandonó, y después de eso, las personas que ayudé me agradecen echándome.

    — Todo parece que tus amigos y ese tal Chase no son tan buenos después de todo — dijo José.

    — Discúlpenme un momento — dijo Jonás retirándose.



    Jonás se fue del lugar y se metió en el campo. Se llevó su arma. Estuvimos atentos a lo que pasara. Entonces, Jonás gritó.



    — ¡Sal de ahí! — gritó Jonás en el bosque.



    Entonces, un tipo raro salió del bosque. Jonás apareció por otro lado. José, Bob, Marcela y yo nos acercamos.



    — ¿Quién eres? — pregunté.

    — Me llamo Darren — dijo el hombre.

    — ¿Y que estás haciendo? — preguntó Jonás — ¿Por qué nos estabas observando?

    — Soy un explorador de una comunidad que recluta gente — dijo Darren — Pero tenemos que ser cuidadosos con las personas a las que dejamos entrar, es por eso que los observo, para ver si son un peligro o no.

    — ¿Lo somos? — preguntó José.

    — No — dijo Darren — Estuve observando por un tiempo. Vi como salvaron a la chica y al chico, y también escuché la historia del chico. Me parecen buena gente, así que les ofrezco venir a mi comunidad. Claro que no tienen que venir si no quieren.



    Capítulo 26: En la guarida



    Bill P.O.V.


    Los reptiles nos tomaron prisioneros y nos hicieron caminar hasta algo que llamaban “su fábrica”. No sabíamos de que podría ser, ni tampoco si es una fábrica de verdad.



    Eran 10 personas las que nos rodeaban. Los 8 hombres que nos emboscaron y 2 francotiradores. Me recuerda a lo que pasó con Rúben, pero antes eran menos. Ahora son más y no podremos controlarlos.



    — Llegamos — dijo el que parecía ser el líder — Y me llamo Pierce.



    Nos abrió la puerta de su fábrica. Estaba llena de máquinas para fabricar armas y balas, aunque también creo que podrían fabricarse otras cosas. No se mucho de fábricas, pero los carteles tienen instrucciones sobre el armado de balas.



    — Como podrán ver, esta es nuestra guarida — dijo Pierce — Aquí es donde hacemos trabajar a los prisioneros durante un tiempo para luego matarlos. Luego, dejamos los cadáveres por todos lados para que nadie sospeche de nosotros. Ahí es donde los atrapamos y traemos gente nueva.

    — ¿Qué es lo que harán con nosotros? — preguntó Jana.

    — ¡Lo que dijo Pierce! — respondió gritando el otro hombre.

    — Jesús, no te vuelvas impaciente — dijo Pierce.

    — Lo lamento — dijo Jesús.

    — Que dos personas los lleven arriba con el otro — dijo Pierce.



    Dos de sus amigos nos apuntaron y nos hicieron subir unas escaleras hasta un área de herramientas, que como era de esperarse, estaba vacía. Lógicamente no quieren que sus prisioneros escapen.



    Abrieron la puerta y entramos todos juntos. Allí había otro tipo metido. Cuando cerraron la puerta, se acercó a nosotros.



    — Hola — dijo el prisionero — Me llamo Stan.

    — Hola — dijo Chase — Me llamo Chase y este es mi grupo. Gary, Jack, Oscar, Bill, Sean, Pol, Shelby, Jana, Daniela, Estrella y Maverick.

    — Desearía que este encuentro fuera en circunstancias mejores — dijo Maverick.

    — Quiero hacerles una pregunta — dijo Stan — ¿Vieron a un hombre un poco más alto que yo, con cabello negro?

    — No — dijo Sean — ¿es tu amigo?

    — Así es — dijo Stan — Se llama Matt. Él se escapó por la ventana del cuarto de baño para ir a buscar a alguien que nos pueda ayudar a escapar de esto.

    — Bueno, aquí nos tienes — dijo Chase — Cuando tu amigo Matt regrese, planearemos algo para escapar. Hasta el momento, nos mantendremos callados.

    — No vamos a escapar mañana — dijo Oscar — Ya estarán esperando que lo intentemos. Llegara un momento en el que intentarán matarnos. Es ahí cuando escaparemos.

    — Buen plan — dijo Renata — Con eso los engañaremos.

    — ¿Cuánto hace que están aquí? — pregunté.

    — Un día — dijo Stan — Matt, a pesar de su tamaño es muy ágil y veloz. Él podrá encontrar la salida.



    Entonces, Pierce abrió la puerta y tomó a Shelby, que había recibido un disparo.



    — Vamos a ver que podemos hacer — dijo Pierce.

    — ¿Por qué le dispararon y ahora la están ayudando? — preguntó Gary.

    — El disparo era para advertir nuestra presencia, pero Nicholas no entendió esa parte y disparó a tu amiga.

    — ¿Pueden hacer algo para ayudarla? — preguntó Kim.

    — Solamente veremos si le sacamos la bala y le desinfectamos la herida — dijo Pierce — No quiero que muera por una infección, y menos cuando eso representa una persona menos para que trabaje.



    Se llevaron a Shelby para ayudarla con su herida. Espero que pueda caminar o correr, ya que no creo que podamos enfrentarlos así nada más.



    Pasaron unas horas y estuvimos metidos dentro del área de herramientas hasta que abrieron la puerta para que entrara Shelby.



    — ¿Cómo estas? — preguntó Jana.

    — Bien — dijo Shelby — Me dolerá por el golpe, pero podré caminar normalmente en poco tiempo.



    Espero que Shelby esté bien para cuando tengamos que escapar. Pero no era el único anuncio importante.



    — ¡Pierce, Xander trajo a Matt! — dijo uno de los reptiles.

    — Que lo suban aquí — respondió Pierce.



    Ese tal Xander, trajo a Matt, el amigo de Stan, hacia arriba con nosotros. Pero Matt tenía la cara muy golpeada.



    — Lamento haberme excedido así, Pierce — dijo Xander — Solo quería divertirme un poco.

    — Está bien por esta vez — dijo Pierce — ¡Todos vallan a dormir. Mañana van a trabajar duro en la fábrica!



    Pierce cerró la puerta y se fue abajo. Quien sabe cuando intenten matarnos. Será mejor que empecemos a planear algo. No quiero morir asesinado por unos reptiles.
     
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    1810
    Capítulo 27: Corazón roto



    Johari P.O.V.


    Ese tal Darren nos habló de su comunidad. Dijo como funcionan las cosas. Hay grupos que montan guardia, grupos que van en busca de comida, grupos que van en busca de gente y grupos que van en busca de provisiones especiales.



    — ¿Cómo se llama tu comunidad? — preguntó José.

    — Los Salvaguardias — dijo Darren.

    — Bonito nombre — dije — ¿Cuántas personas son mas o menos?

    — Cuando yo salí, éramos unas 98 — dijo Darren — Pero hay gente que se va, gente que llega, gente que muere por enfermedades. Es por eso que reclutamos más, para tener más ayuda. ¿Qué dicen? ¿Quieren venir?



    Estuvimos pensándolo un momento. Jonás le hizo una pregunta.



    — ¿Qué tal si nos rehusamos, pero después queremos volver? — preguntó Jonás.

    — Me temo que eso no es posible — dijo Darren — Yo no soy el único explorador. Hay más, y observan a la gente antes de acercarse. Tenemos muchos exploradores ahora mismo afuera.

    — No contestaste mi pregunta — dijo Jonás — ¿Qué pasa si nos rehusamos y después queremos volver?

    — La función de los exploradores es llevar a los supervivientes que parezcan buena gente a la comunidad — dijo Darren — Si se acerca alguien que no va acompañado de un explorador, se disparará a todos los que se acerquen. Si se rehúsan a ir, y después se arrepienten, tendrán que encontrarme a mí o a algún otro explorador. Pero eso es muy difícil. Si quieren venir conmigo, estaremos encantados de recibirlos, sino quieren, espero que tengan suerte.



    No hacía falta nada más para convencernos.



    — Todos vamos — dijo José — ¿Pero que pasará si mueres?

    — Tendrán que encontrar a otro explorador — dijo Darren — Así que les conviene mantenerme vivo.



    Sería una carga tener que mantener a alguien vivo a cambio de nuestra seguridad. Pero por un lado tiene razón, si se muere, no podremos entrar a la comunidad.



    Nos pusimos en marcha. Darren dijo que su comunidad estaba muy lejos y nos costaría llegar.



    Como siempre, los zombis no se toman descanso. Unos diez venían a nosotros.



    — Espero que ya sepan que hacer — dijo Bob.



    Bob se acercó a uno y le dio un culatazo con su escopeta y lo tiró al piso. Una vez abajo, le pisoteó la cabeza hasta matarlo. Luego gastó una bala matando a otro.



    José tomó un cuchillo que tenía guardado y acuchilló a tres de ellos en menos de 10 segundos. Parece que tiene habilidades.



    Jonás disparó tres su pistola para poder matar a un solo zombi. Parece que es el que menos puntería tiene.



    Marcela y yo no teníamos armas de fuego. Ella tenía un hacha y yo un cuchillo que nos había regalado Chase. Marcela le clavó el hacha a uno en el cráneo, pero el hacha se atoró, así que yo acuchillé a uno que se le acercó. Luego le clavé el cuchillo a otro y Marcela tumbó a otro con dos hachazos, uno en la rodilla y otro en la cabeza.



    A Darren le quedaba uno, pero en lugar de avanzar hacia el zombi, retrocedía. El zombi se le acercaba y Darren se alejaba. Como si tuviera miedo de pelear. Entonces, Darren se tomó el pecho y cayó al piso respirando muy poco.



    José corrió y mató al zombi que se le acercó antes de que este matara a Darren, que seguía en el piso. Darren tomó un frasco que sacó del bolsillo de su pantalón y lo abrió. Sacó dos pastillas y se las tomó.



    — ¿Estás bien? — preguntó Marcela.

    — Sí, solamente un pequeño problema cardíaco — dijo Darren — No es por miedo, pero cada 2 días sufro un leve ataque al corazón. El doctor que tenemos en la comunidad dijo que los ataques son leves, pero se irán agravando y que necesitaré una dosis mayor a 2 pastillas cada dos días.

    — ¿Cuántas pastillas te quedan? — pregunto Bob.

    — Sesenta pastillas, que son suficientes para un mes. Pero como mi problema se agrava, cada vez voy a necesitar un poco más para aliviarme. Así que no se trata de cuantas pastillas me queden sino de que tan grave se vuelva mi problema — dijo Darren — Tenemos que apurarnos en llegar. Es por eso que reclutamos gente, para tener personas vivas que salven gente.



    Darren tiene un problema grave, y si él muere, no seríamos capaces de llegar a entrar a la comunidad. Así que por nuestro bien, tenemos que darnos prisa.



    Capítulo 28: Adiós, mi querido amigo



    Sean P.O.V.


    Era de madrugada y todos estábamos durmiendo incómodos en la sala de herramientas de la fábrica. Me habían despertado a mi y a todos. Matt tenía que decirnos algo.



    — Tenemos que salir de aquí — dijo Matt hablando en voz baja — Mañana mismo, cuando nos pongan a trabajar, tomaremos todos un arma y les disparamos. Los superamos en número.

    — Es arriesgado — dijo Chase — Saben que intentaremos escapar en los primeros días y trataran de detenernos. Trabajaremos un poco y estudiaremos la fábrica antes de intentar algo así.

    — Hay que matarlos — dijo Matt — Si solamente escapamos, será cuestión de tiempo para que nos vuelvan a encerrar. Además, ese chico — dijo mientras apuntaba a Bill — está amputado. No les será de utilidad. Lo más lógico es que lo maten y se que no quieres eso.

    — Es verdad — dijo Chase — Pero no podemos irnos a primera hora. Hay que estudiar bien las salidas.

    — Chase tiene razón — dijo Oscar — Conocen del todo la fábrica, pero los tomaremos por sorpresa.

    — Vamos a dormir antes de que levanten sospechas — dijo Matt.



    Todos volvimos a dormir para estar listos para mañana.



    Finalmente, nos despertaron dos hombres y junto a ellos estaba Pierce.



    — A levantarse — dijo Pierce — Todos van a trabajar.



    Nos llevó hasta la sala de las máquinas, en donde se arman las balas. Él dijo que lo único que teníamos que hacer era prepararlas y que ellos se encargarían del resto.



    Pero primero querían hablar algo.



    — Antes de que empiecen, he notado que no tienen provisiones encima — dijo Pierce — Y no serían un grupo tan grande sin provisiones. Así que díganme donde guardan todo lo que tienen.

    — Díganlo y también queremos saber si hay más amigos suyos esperándolos — dijo Xander.

    — No — dijo Chase — No tenemos más amigos. Todas nuestras provisiones están en un tren. Ahí guardamos todo.

    — Interesante — dijo Pierce — Kaden, Nicholas, Owen, Duncan y Xander, ustedes irán al tren y me traerán todo lo que tengan.



    Los 5 hombres que Pierce nombró se fueron mientras que el resto de sus hombres se quedaron.



    — Jesús, sube arriba con Emilio y vigila que trabajen — dijo Pierce — El resto se queda a supervisar.

    — Hora de trabajar — dijo Chase mirándonos y guiñándonos un ojo a todos.



    Lo interpretamos como la señal. Fuimos cada uno a una máquina y empezamos a trabajar. Bill tenía solo un brazo, así que tenía problemas para el armado.



    Podía ver que Pierce hablaba con dos de sus hombres mientras estaban mirando a Bill, probablemente lo matarán al final del día.



    — ¡Tú, el grandote! — dijo Pierce señalando a Oscar — ¡Ven, porque vas a traer cargas pesadas!



    Chase se acercó a Oscar y le susurró algo al oído. No pude escuchar que fue. Oscar tomó un arma y se la guardó en los pantalones. Oscar fue a traer las cargas. Miramos todos a nuestro costado y vimos que habían unas 5 columnas y un ascensor, lugar a donde nos iríamos a cubrir. Cuando Chase de la orden, les íbamos a disparar. Eran solamente ocho personas. Oscar se cubriría tras las máquinas para poder disparar a los que estén cerca.



    Oscar se acercaba y traía cargas pesadas. Asintió con la cabeza, por lo que Chase nos dio una señal a nosotros. Tiramos un pequeño material al piso al mismo tiempo y todos nos agachamos. Chase dio el grito.



    — ¡Ahora! — dijo Chase.



    Chase tomó su arma y disparó a Pierce, pero falló. Jack y Gary dispararon para darnos tiempo a cubrirnos. Los reptiles también abrieron fuego.



    Maverick y Stan dispararon, pero no mataron a nadie. Todos los chicos corrimos atrás de las columnas. Luego vinieron Maverick, Matt, Kim y Renata.



    Oscar disparó y mató a dos. Pero luego, Pierce disparó hasta donde estaba Oscar. Gary y Jack retrocedieron, y luego vinieron Stan y Chase.



    Oscar estaba siendo disparado por los 6 reptiles que quedaban, pero las balas no lo alcanzaban porque estaba cubierto.



    — ¡Oscar, ven aquí! — gritó Chase — ¡Yo te cubro! ¡El resto dispare!



    Maverick logró matar a uno y Stan también. Bill, Pol y yo nos quedamos sin balas y no pudimos matar a nadie. Kim y Renata tenían más balas, pero ellas tampoco lograron matar a nadie y quedaron sin balas. Jana, Shelby, Daniela y Estrella se quedaron sin balas pero no lograron matar a nadie.



    — ¡Oscar, ahora! — gritó Chase — ¡Sino me quedaré sin balas!

    — ¡Ahí voy! — gritó Oscar.



    Chase disparó junto con Maverick, Gary, Jack y Stan. Pierce y sus amigos tuvieron que ir a cubierto. Oscar comenzó a correr. Sin embargo, Jack se quedó sin balas, de esa forma, Pierce salió de su cobertura y le disparó a Oscar dándole en el cuello.



    — ¡Oscar! — gritó Chase corriendo hacia él.



    Oscar cayó de rodillas al piso. Pierce y los reptiles dispararon a Chase que se acercó a Oscar. Chase levantó a Oscar, y todos los disparos que iban a Chase terminaron golpeando en la espalda de Oscar. Oscar murió tiroteado por los cientos de disparos de los reptiles.



    Emilio, bajó para poder apuntarle mejor a Chase y Gary aprovechó para matarlo. Pierce y el otro hombre seguían disparando contra Chase, que sin apuntar, disparó contra Pierce y le dio un balazo en el pecho.



    Pierce cayó al piso por el impacto y comenzó a arrastrarse mientras Chase le disparaba.



    — ¡Pierce, sal de ahí! — gritó otro de los reptiles cubriéndolo.



    El otro reptil cubrió a Pierce, el cual logró salir por la salida de emergencia que había al final de la sala de máquinas. El reptil que lo cubría trató de ir tras él, pero Maverick le disparó y lo mató.



    No quedaba nadie en la fábrica.



    Todos salimos de la cobertura. Vimos que Chase había recostado el cadáver de Oscar en el piso. Uno de los disparos que recibió le dio en la nuca, así que no se convertirá.



    — Pierce salió caminando — dijo Jana — Pero aquí dentro no debe quedar nadie.

    — Parece que todo terminó, al menos para ellos — dijo Shelby.



    Pero en ese momento, Shelby recibió un disparo en la cabeza. Miramos hacia arriba y allí estaba Jesús con su rifle.



    — ¡Gary! — grité mientras señalaba hacia arriba.



    Gary y Stan apuntaron hacia arriba intentando matar a Jesús, sin embargo, este logró correr hacia una ventana de la fábrica y luego de romperla con dos disparos, logró salir. Jesús había escapado.



    Las cosas no nos salieron del todo bien. Jesús y Pierce escaparon heridos, aunque Pierce escapó con un disparo en el pecho, así que no llegará lejos. Mientras que Oscar y Shelby murieron en el tiroteo.
     
  15.  
    Agus estresado

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    Palabras:
    1918
    Capítulo 29: Insomnio



    Pol P.O.V.


    Todos estábamos tristes. Nuestra amiga había muerto y el tipo que la mató terminó escapando. Las chicas estaban llorando ya que Shelby era más cercana a ellas. Mientras que Chase estaba cerca del cuerpo de Oscar.



    Chase se levantó y nos vino a decir unas palabras con lágrimas en los ojos.



    — Tomen todas las armas y provisiones que encuentren — dijo Chase algo triste y molesto — Tenemos que ir al tren. Solo son 5 los reptiles que están ahí y no nos están esperando. Recuperaremos nuestro tren.

    — Pero, ¿qué hay de Jesús y de Pierce? — preguntó Bill.

    — Pierce está herido — dijo Jack — Con un balazo en el pecho no va a llegar lejos. Jesús no se atreverá a atacarnos a todos él solo. Pero Chase tiene razón. Los disparos traerán zombis y nos tenemos que ir lo más rápido que podamos.



    Todos corrimos hacia la sala donde dormían todos los reptiles y tomamos sus mochilas con comida y agua. Luego de eso, cada uno tomó una pistola y la mayor cantidad de balas que podíamos.



    Salimos corriendo del lugar luego de despedirnos por última vez de nuestros amigos muertos. Teníamos que llegar al tren y tomar a los reptiles por sorpresa. Si no me equivoco, Kaden, Nicholas, Owen, Duncan y Xander son los que están en el tren. Se que escucharon los disparos, pero seguro piensan que sus amigos ganaron. La ciudad estaba totalmente vacía de zombis, se ve que los reptiles pudieron hacer algo bien al menos.



    Finalmente, salimos de la ciudad y llegamos al lugar donde dejamos el tren para darnos cuenta de que ya no estaba. Los Reptiles lo habían robado.



    — Se lo llevaron — dijo Renata.

    — Así es — dijo Daniela — No está.

    — ¿Qué estamos esperando? — preguntó Chase — Si seguimos las vías seguro los alcanzaremos.

    — Chase, el tren ya no está — dijo Maverick tratando de calmarlo — Se lo robaron y quien sabe donde estén ahora mismo. Déjalo ir.

    — Claro que no — dijo Chase — Oscar trabajó muy duro para poder arreglar ese tren. No voy a dejar que se lo lleven.



    Chase nos obligo a seguir por las vías siguiendo un tren el cual andaba a una velocidad de unos 50 kilómetros por hora. Nunca íbamos a ser capaces de alcanzarlo. Pero eso no importó para Chase.



    Bill P.O.V.


    Estuvimos 3 días siguiendo las vías. No íbamos a ningún lado que no sea las vías del tren. Chase nos obligó a quedarnos despiertos ya que dijo que si alguien se dormía se iba a quedar atrás. Valoraba más un tren que nuestra propia vida.



    Ese no era el único problema, los suministros que tomamos no eran suficientes para todos. Nos habíamos gastado ya ¾ de lo que conseguimos. Chase apenas permitía que paráramos para ir al baño. No solo eso, dijo que si alguien quería irse, le dispararía antes de permitirlo.



    Parece que la muerte de Oscar lo afectó demasiado. Había 3 formas de morir y Chase estaba permitiendo las tres. En primer lugar, estamos casi muertos de sueño por no haber dormido por tres días. Ninguno de nosotros está acostumbrado a tanto, si seguimos así, moriremos de cansancio. En segundo lugar, si una horda se presenta, estaremos muy cansados para pelear y podríamos morir. En tercer lugar, si encontramos el tren y los Reptiles están ahí, nos matarán ya que estaremos muy cansados para levantar un arma y apuntar. Chase estaba cada vez más cansado y mas malhumorado, lo que hacía de la situación algo peor.



    Luego se presentó un milagro. Logramos ver a nuestro tren a unos metros de nosotros, luego de caminar mucho. Corrimos con la poca fuerza que nos quedaba y logramos llegar al tren. Tomamos precauciones y nos dividimos para acercarnos lentamente. Los Reptiles no estaban. Abrimos la puerta y no había nadie. Nuestras provisiones estaban ahí, y como solo pasaron tres días y eran cinco personas, no gastaron mucho. Prácticamente, gastaron en tres días lo que nosotros gastaríamos en solo uno.



    — ¿Qué le habrá pasado a los reptiles? — preguntó Stan.

    — No iban a dejar un tren sin vigilancia lleno de comida solo porque tenían ganas — dijo Kim — Deben estar en problemas.

    — Probablemente están atacando a alguien más — dijo Chase — Y no nos vamos a quedar. Es hora de irnos. Suban al tren.



    Chase nos hizo subir al tren y lo puso en marcha. Nos dijo que quería hablar con nosotros.



    Capítulo 30: Trabajo en equipo



    Sean P.O.V.



    Chase nos juntó en el segundo vagón. Nos quería decir algo.



    — ¿Saben por qué Oscar está muerto? — preguntó Chase.

    — ¡Está muerto porque tu “plan” salió mal! — dijo Gary — ¡No voy a soportar que me vengas a echar la culpa por un plan que tú hiciste!

    — No es culpa de nadie, Gary — dijo Renata.

    — Claro que sí — dijo Chase — Es culpa de todos ustedes.

    — ¿Qué quieres decir? — preguntó Pol.

    — Las cosas siempre salen mal por su culpa — dijo Chase.

    — ¡¿Crees que echándonos la culpa le devolverás la vida a Oscar?! — preguntó Jana.

    — ¡Solo quiero dejar las p**** cosas bien claras! — dijo Chase — ¡Mi mejor amigo está muerto, y no pude hacerle ningún funeral! ¡Y mi plan era perfecto, pero no resultó, al igual que no resulta ninguno de mis planes por culpa de ustedes! ¡Tengo a un manco inútil! — dijo mientras miraba a Bill — ¡A un tipo que cuestiona todo lo que hago! — dijo mientras miraba a Gary — ¡A un loco que siempre pierde el control! — dijo mientras miraba a Maverick — ¡A unas estúpidas que quieren irse sin preguntar después de que les salvé la vida! — dijo mirando a las chicas y a Kim — ¡A un tipo que me culpa de todo porque perdió a su noviecita! — dijo mirando a Pol — ¡Y a un idiota que no disparó ninguna miserable bala en el tiroteo! — dijo mirando a Matt.

    — ¡Tenía la cara golpeada y los ojos me duelen un poco, ¿Cómo quieres que dispare bien si apenas puedo ver?! — respondió Matt a los gritos.

    — ¡Si hubieras disparado puede que Oscar siguiera vivo! — dijo Chase cada vez más molesto.

    — ¡Basta! — dijo Jana — ¡Esto no te va a llevar a ningún lado! ¡Nos echas la culpa de la muerte de tu amigo cuando tú solo lo perdiste a él! ¡Jimmy, Jonathan, Nina, Paula y Shelby están muertos, Johari está solo y Marcela nunca más apareció! ¡Perdimos a todos nuestros amigos, y todos murieron por tu culpa y nunca te lo reclamamos!



    Chase se enfureció demasiado por eso. Vi la expresión de ira total en su rostro. Iba a matar a alguien si no hacíamos nada. Se acercó a Jana y le dio un fuerte puñetazo en la cara sacándole sangre de la boca. Gary harto de todo le pegó una patada a Chase en la cara, haciendo que cayera al piso. Chase se levantó como si nada por la rabia, lo tiró al piso y empezó a golpearle la cara con todas sus fuerzas. Stan se acercó y le tomó los brazos, deteniendo la golpiza.



    — Puedes matarme, o matar a Gary o matar a Jana o matarnos a todos — dijo Stan — O puedes calmarte de una vez antes de que te metas en algo que no vas a poder controlar.



    Chase se levantó y tomó un respiro para calmarse. Nos ordenó que nos fuéramos a dormir ya que todos lo necesitábamos.



    — Si vuelvo a escuchar algo de alguno de ustedes, voy a asesinarlos con mis propias manos— dijo Chase muy molesto.



    Todos fuimos a dormir.



    Pol P.O.V.


    Habremos dormido un día entero, pero al despertar seguíamos cansados.



    Habíamos decidido que íbamos a abandonar a Chase. Él se iba a quedar solo. Nadie quería que el líder estuviera más loco que una cabra. Fuimos a la cabina del conductor a hablar con él.



    — ¿Qué quieren? — preguntó Chase dándose vuelta.

    — Vinimos a hablar contigo — dijo Gary — Y créeme que esto no es personal.



    Pero entonces, sentimos un impacto en la parte de adelante del tren, el cual empezó a sacudirse un poco.



    — ¡¿Qué pasó?! — preguntó Sean.

    — No lo se — dijo Chase apretando los frenos del tren — Habrá que bajar.



    Cuando el tren paró, todos bajamos y vimos que habíamos atropellado a dos zombis que estaban delante de las vías. Los zombis estaban desintegrados por el golpe, pero sus restos quedaron enganchados en las ruedas del tren.



    — Muy bien — dijo Chase — Yo voy a limpiar esto y ustedes se encargarán de nuestros amigos que vienen atrás.



    Todos nos dimos la vuelta y lo vimos…era una gran horda acercándose a nosotros. Era gigante, mucho más grande de la que nos atacó cuando nos separamos por primera vez.



    — No tenemos que matar a todos — dijo Chase — Solamente denme tiempo para limpiar esto y nos vamos.



    Chase empezó a limpiar las ruedas quitando los restos de los zombis que quedaron ahí. Todos los demás tomamos una pistola y usando cinco balas cada uno, logramos matar a distancia a varios muertos, aunque no todos los disparos dieron en el blanco. Aún así, la horda estaba muy reducida.



    Tomamos martillos, hachas y cuchillos y nos acercamos a ellos. Matt y Stan dijeron que irían adelante y matarían a todos los que lleguen. Maverick no se atrevió a enfrentarlos cuerpo a cuerpo, así que disparó contra los zombis.



    Jack y Gary atacaron a los que se acercaban al tren. Jack los mataba directamente, mientras que Gary primero les daba una patada en el pecho y después los remataba con un cuchillo. Kim y Renata mataban con cuchillos a los que iban por los laterales, para evitar que nos rodearan.



    Bill tenía una hacha de mano, pero no mataba muy rápido dado a su discapacidad. Primero mataba uno, después se alejaba y se ponía seguro antes de matar a otro. Jana, Daniela y Estrella atacaban en orden. Primero una, luego otra, y luego otra. Jana le daba un martillazo a uno, Daniela acuchillaba a otro y Estrella le daba un hachazo a otro.



    Yo acuchillé a uno que se acercó y luego saqué mi pistola para disparar a los que estaban cerca de mí. Luego la guardé y acuchillé a uno de cerca.



    Con toda esta organización que teníamos, solo quedaban 8 zombis. Uno se acercaba a mi, así que lo acuchillé, sin embargo, otro de los que quedaban me tomó por el hombro e iba a morderme. Pero Chase le disparó desde su posición.



    Luego se acercó y sacó un martillo para acabar con dos de los zombis. Quedando solo 4, Matt tomó a uno y Stan le clavó un cuchillo en la cabeza. Maverick le tomó el cuello a otro y lo tiró al piso para ejecutarlo con una gran pisotón. Sean atacó a los dos restantes con un hacha. Mató al primero, y luego le corto la cabeza a uno, el cual seguía vivo. Sean se acercó y le dio un hachazo que salpicó mucha sangre, pero lo pudo matar al final.



    — ¿Se dieron cuenta? — dijo Chase — Si trabajamos en equipo, ni una horda de este tamaño nos hará un rasguño. Quiero pedirles perdón, se que hicieron lo que pudieron contra los reptiles.

    — Lo lamento Chase — dijo Jana — Pero no te ganarás mi perdón con esto, no después de que me golpeaste.

    — Estoy arrepentido y pedí perdón — dijo Chase — Si no quieres mis disculpas, entonces no las aceptes.

    — Jana, Chase solo estaba alterado por el cansancio — dijo Sean — Todos estábamos alterados. Tienes que entenderlo.

    — Lo siento, pero no puedo perdonarlo — dijo Jana.




    — Yo tampoco creo que pueda perdonarlo — dijo una voz que venía de atrás de nosotros.
     
  16.  
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    Capítulo 31: Arrastrándose como un reptil



    Bill P.O.V.


    Pierce salió del bosque con una ametralladora apuntándonos a todos. Detrás estaba Jesús apuntándole a Matt en la cabeza con su rifle. El mismo que usó para matar a Shelby.



    — No lo puedo creer — dijo Chase — Un disparo directo al corazón y sigues con vida.

    — Que puedo decir — dijo Pierce presumiendo — Soy un tronco duro de roer.



    Jesús le dijo a Matt que se arrodillara. Stan tomó su arma y le apuntó a Jesús.



    — No te lo recomiendo — dijo Pierce — Jesús matará a tu amigo, al menos que bajes tu arma ahora.

    — Baja el arma, Stan — dijo Matt — Haz lo que dicen.



    Todos teníamos nuestras armas guardadas. No haríamos tiempo a sacarla antes de que maten a uno de nosotros. Y nadie quería eso.



    — ¿Qué quieres? — preguntó Jack.

    — Como podrán ver, los cinco hombres que ordené a que vinieran por las provisiones de tu tren no regresaron a la fábrica — dijo Pierce — Si ellos hubieran estado, ten por seguro de que habrías perdido a más de dos de los tuyos.

    — Tus hombres se robaron el tren — dijo Gary — Cuando volvimos, ya no estaba ni el tren ni ellos. Los seguimos por tres días y lo encontramos vacíos.

    — Acéptalo — dijo Sean — Tus amigos te traicionaron.

    — Así es — dijo Pierce — Y es por eso que estoy aquí. Para ofrecerles un trato.

    — ¿Qué trato? — preguntó Estrella.

    — Cinco de mis hombres desobedecieron y me abandonaron — dijo Pierce — Y no lo voy a tolerar. Jesús y yo pensábamos que podíamos olvidarlo todo. Hablo de lo que pasó en la fábrica. Podemos olvidar lo que pasó y viajar juntos. La ciudad se llenó de zombis por el ruido de los disparos. No queda nada, pero ustedes tienen comida. Les ofrezco mi perdón y mi lealtad a cambio de que me permitan a mí y a Jesús compartir su comida.



    Era una locura completa. El tipo que mató a Oscar y a Shelby nos viene a pedir ayuda solo porque no tiene nada. Está loco si piensa que lo vamos a ayudar.



    — No se como te da la cara para eso — dijo Renata.

    — Espera un momento — dijo Chase — Lo que dice tiene sentido.

    — ¡¿Qué?! — dijo Gary.

    — Chase, ¿de verdad vas a aceptar a estos tipos en el grupo? — preguntó Jack — ¿Después de lo que hicieron?

    — Es una locura — dije.

    — No vamos a ser compañeros del tipo que mató a nuestra amiga — dijo Jana.

    — ¿Y que hay de Oscar? — preguntó Maverick.

    — Eso quedó atrás — dijo Chase — Todos podemos cambiar. Les recuerdo que yo maté a un hombre antes del Apocalipsis. Si yo pude cambiar, ellos también.



    Era inaudito, nadie lo podía creer. Primero Chase estaba furioso por la muerte de Oscar, ¿y ahora va a perdonar a su asesino?



    — No entiendo lo que haces Chase — dijo Gary — No perdonaste a Johari, pero vas a perdonar a este loco.

    — Yo se lo que hago — dijo Chase — Pierce, Jesús, bienvenidos al grupo.

    — Gracias — dijo Jesús.

    — Te prometo que no te arrepentirás por esto — dijo Pierce.

    — Estoy seguro de que no — dijo Chase poniendo su mano en la espalda.



    Chase tomó su cuchillo y rápidamente se lo clavó en el ojo a Pierce. Pierce gritó de dolor y cayó de rodillas. Chase le clavó el cuchillo en la nuca y finalmente, acabó con su vida.



    — ¡Pierce! — gritó Jesús.



    Matt se levantó rápido y golpeó a Jesús en la cara. Chase se acercó a él.



    — Por favor, no me mates — dijo Jesús — Yo solo seguía órdenes. No tuve una oportunidad de oponerme a Pierce.

    — Chase, mátalo — dijo Jana.

    — No — dijo Chase — Eso no me corresponde. Pierce mató a Oscar y yo ya conseguí mi venganza. Pero Jesús fue el que asesinó a Shelby, y ustedes eran sus amigos. Ustedes deben decidir que venganza quieren.

    — Yo propongo que lo abandonemos y lo dejemos encerrado — propuso Pol — Si quiere estar libre de Pierce, que lo esté. Estará solo hasta que muera.

    — Me parece bien — dijo Daniela — Es lo que merece.

    — Entonces, así será — dijo Chase — Suban al tren. Lo llevaremos y lo encerraremos en el primer edificio que veamos.

    — Por favor — dijo Jesús implorando perdón — Perdónenme. No fue mi culpa.



    Chase tomó un pedazo de cuerda que sacó de la caja de herramientas del tren y la usó para atarle los pies y las manos a Jesús.

    Todos subimos al tren y empezamos el viaje.



    Capítulo 32: Donde muere un motorista



    Bill P.O.V.


    Pasaron 4 horas desde que empezamos el viaje. Jesús no dejaba de pedirnos perdón por lo que pasó. Pero no lo íbamos a perdonar tan fácil. No después de lo que hizo.



    — Si no hubieras disparado a nuestra amiga, las cosas habrían salido diferentes — dijo Jana.

    — No tenías porque dispararle a nadie — dije — Ahora vas a tener lo que mereces.

    — Es lo que tiene que pasar — dijo Maverick — Las basuras como tú deberían morir.



    Sean P.O.V.


    Me fui a la cabina del maquinista. Chase hablaba con Renata.



    — ¿De verdad crees que sea lo apropiado? — dijo Renata.

    — Así es — dijo Chase — Si no es ahora, no será nunca.

    — ¿De que hablan? — pregunté entrando de repente.

    — Sobre lo que haremos con Jesús — dijo Renata.

    — Le dije que era lo correcto dejar que ustedes decidieran que hacer con él — dijo Chase — Les corresponde.

    — Quiero venir a ver si tenemos provisiones — pregunté.

    — No te preocupes — dijo Chase — Tenemos provisiones para 15 días con lo que sacamos de nuestro campamento, la miel que conseguimos con Rúben y los suministros de los reptiles. Pero cuando paremos en la próxima ciudad, nos aseguraremos de conseguir suministros para el grupo.



    Pasaron unas dos horas más y empezaba el atardecer. En unos minutos oscurecería. O al menos eso creo, ni siquiera se en que día estamos. Chase vio un cartel en el camino: “Iglesia Protestante: El Templo del Señor”. Los carteles indicaban que la iglesia estaba a un kilómetro adentrándose en lo profundo de un campo, siguiendo el camino.



    Chase detuvo el tren. Parece que ahí abandonaremos a Jesús. Todos bajamos.



    — Me lo llevaré a la iglesia y lo dejaré ahí encerrado — dijo Chase.

    — ¡Les pido que no lo hagan! — dijo Jesús llorando — ¡No quiero morir!

    — Debiste haber pensado eso cuando apretaste el gatillo — dijo Kim.

    — ¿Quién me acompañará a llevarlo? — preguntó Chase.

    — Yo iré contigo — dijo Gary — Me quiero asegurar de que no lo dejes libre.



    Chase y Gary se llevaron a Jesús al interior del campo para encerrarlo en la iglesia.



    Bill P.O.V.


    — ¿Crees que fue la decisión correcta? — me preguntó Stan — Deberían haberlo matado.

    — Ya decidimos — dije — No hay vuelta atrás.

    — Atención — dijo Matt — Tenemos a unos indeseables detrás de nosotros.



    Miramos hacia atrás y veíamos a 4 zombis. No era un gran problema.



    — Stan, Kim, Pol y yo nos encargamos — dijo Jack.



    Jack corrió al primero y le tomó los brazos para estamparlo contra el tren. Luego lo tiró al piso y le clavó un cuchillazo en la nuca.



    Stan no quiso arriesgarse así que lo mató con tres golpes de martillo.



    — No deberías presumir de esa forma — dijo Stan — Podrías morir.

    — No estaba presumiendo — dijo Jack.



    Kim le dio un hachazo al muerto que se le acercó y lo mató de un golpe.



    Pol tenía problemas. El zombi suyo era muy grande. Medía unos dos metros y Pol no podría atacarlo sin tener problemas.



    Corrí y le pegué una patada en la rodilla. Pol le clavó el cuchillo en la nuca, sin embargo, el zombi resistió y se levantó. Jana le disparó con su arma antes de correr riesgos.



    — Fue un problema — dijo Pol — Era demasiado grande.

    — Tenemos que mejorar un poco contra ellos — dijo Maverick.



    Pasaron 20 minutos y aún no volvían. Esto empezaba a preocuparnos.



    — Creo que debería ir — dije.

    — No creo que debas ir solo — dijo Maverick — Iré contigo.

    — No es por nada — dijo Kim — Pero pronto oscurecerá. Cuando sea de noche, tomaré el tren y nos iremos sin ustedes. No podemos estar quietos luego del ruido que hicimos. Pero mañana los estaremos esperando.

    — Está bien — dije.



    Maverick y yo entramos en el bosque. Nos encontramos a 3 zombis. Me acerqué a uno de ellos por la espalda y le clavé el cuchillo en medio de la nuca. Maverick simplemente dijo que debíamos ignorarlos y no mató a los otros dos.



    Los adelantamos y no nos pudieron ver. Seguimos adelante.



    Tras caminar, vimos la iglesia. El cartel estaba equivocado. No estaba a un kilómetro, sino a unos pocos metros.



    — Algo no anda bien — dijo Maverick — Iré por el bosque rodeando el lugar. Tú te acercas despacio.



    Seguí el consejo de Maverick. Me acerqué. En la puerta de entrada había un zombi sentado en una silla. Supongo que murió ahí y nunca se levantó. Tenía ropa de iglesia, así que supongo que debía haber trabajado ahí. Le clavé mi cuchillo en el ojo rápidamente. No quiero problemas. Di la vuelta y no vi nada a la izquierda. Cuando llegué a la parte de atrás, vi a Gary y Chase apuntándose mutuamente. Gary estaba a mis espaldas y trataría de acercarme a él silenciosamente.



    — Solo baja el arma, Gary — dijo Chase viéndome y levantando las cejas como haciéndome una señal — No estás pensando bien las cosas.

    — Claro que las estoy pensando bien — dijo Gary — Esto terminó hoy para ti, Chase.

    — ¿Qué harás? — preguntó Chase — Los demás preguntarán por mí.

    — Solo les diré que te mató un zombi — dijo Gary — Haré algunos disparos al aire para que piensen que hubo un tiroteo.



    Gary se dio vuelta y me vio. No se si me percibió detrás de él o si hice algún ruido para alertarlo, pero se dio vuelta y me vio. Me tomó del cuello y me apuntó en la cabeza.



    — Perfecto — dijo Gary — Me libraré de los dos aquí mismo.



    Entonces, Gary recibió un disparo en la mano con la que me apuntaba y perdió su pistola. Chase corrió hacia él. Me hice a un lado para que Chase tomara a Gary y lo tirara al piso. Chase comenzó a golpear a Gary con todas sus fuerzas.



    — ¡BASTA! — gritaba Gary tratando de detener a Chase.

    — ¡Tu actitud me hartó! — dijo Chase — ¡Te mataré!



    Chase golpeó a Gary hasta desfigurarle la cara completamente. Luego de eso, le puso el arma en la cabeza.



    — Se que pronto morirás, Chase — dijo Gary — Te estaré esperando en el infierno.



    Chase acabó con Gary dándole un tiro en la frente. Maverick salió del bosque con su pistola en la mano.



    — Gracias, Maverick — dijo Chase — Me salvaste.

    — A mí también — dije.

    — Por nada — dijo Maverick — Gary nunca me agradó. ¿Dónde está Jesús?

    — Lo metí en la iglesia y lo encerré en el salón donde guardan las limosnas — dijo Chase — Lo dejé inconsciente para que no gritara. Es hora de irnos.

    — ¿Qué diremos cuando nos pregunten lo que pasó? — pregunté.

    — Les diremos la verdad — dijo Chase.
     
    Última edición: 15 Noviembre 2014
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    Capítulo 33: Comida muerta



    Sean P.O.V.


    Pasaron dos días después de la muerte de Gary. Chase había dicho que pararíamos en la próxima ciudad o pueblo para cargar suministros, pero en dos días no habíamos visto ninguna.



    No pasábamos hambre, ni sed por las provisiones que teníamos. Sobreviviríamos unas dos semanas, según lo decía Chase. Mientras pensaba, Pol vino a hablar conmigo.



    — Dime, no quería hablar sobre esto antes para no incomodar a Chase — dijo Pol — ¿Qué opinas sobre lo que hizo Gary?

    — Que estuvo mal — respondí — Así como intentó matar a Chase, habría intentado matar a cualquiera de nosotros.

    — Es verdad — dijo Pol.

    — Dime, ¿ya no piensas en irte? — le pregunté curioso — Se suponía que tú, Kim y las chicas se irían del grupo. ¿Qué pasó? ¿Cambiaste de opinión?

    — El ataque de los Reptiles me hizo ver que necesitamos estar todos juntos — dijo Pol — Y si te pones a pensar, 5 de ellos podrían estar tras nosotros ahora mismo.

    — Así es — dije — Por eso necesitamos permanecer unidos… y Gary no se dio cuenta de eso. Por eso terminó como terminó.



    Pol se fue a dormir. Yo me quedé solo en uno de los vagones del tren.



    Cuarenticinco minutos después, Chase nos gritó.



    — ¡Vamos a detenernos aquí! — dijo.



    El tren frenó y todos bajamos. Vimos una ciudad cuando bajamos.



    — Es hora de buscar suministros para nuestro viaje — dijo Chase — Para tener reservas.

    — No creo que deberíamos dividirnos — dijo Jack — Será mejor quedarnos juntos.



    Así que todos fuimos juntos caminando por la ciudad. Había calles infestadas, así como había calles vacías. Queríamos evitar desperdiciar las balas que le robamos a los reptiles en una simple expedición, así que fuimos recorriendo la ciudad por las calles que no tenían zombis.



    Por desgracia, todo había sido saqueado. Supongo que la gente tomó todas sus cosas y huyó de casa y dejaron las puertas abiertas para que nadie entrara a sus casas. Miramos y no quedaba nada.



    Caminamos unas cuadras más y vimos un restaurante grande. Era lo único que no parecía estar saqueado. Maverick se asomó por la ventana y vio que el lugar estaba lleno de zombis. La puerta estaba cerrada con fuerza, supongo que la gente se encerró ahí para permanecer a salvo.



    — Vamos a tener que entrar a la fuerza — dijo Maverick — Rompemos la puerta y entramos a matar a todos los zombis que halla. Si queda comida, la tomamos. Si no queda nada, nos vamos.

    — Estoy de acuerdo — dijo Stan — Patearé la puerta mientras ustedes los matan.

    — Tenemos que hacer poco ruido — dijo Renata — No queremos atraer a más zombis.



    Stan nos dijo que saquemos las armas. Él iba a patear la puerta y luego entraríamos y atacaríamos todos juntos. Stan retrocedió, corrió y abrió la puerta de una gran patada. 2 zombis que estaban cerca, se acercaron a él.



    Matt y Bill mataron a los zombis cerca de Stan. Stan mató a otro que se acercó.



    Jana, Daniela y Estrella atacaron juntas. Jana tiraba los zombis al piso de una patada, mientras Daniela y Estrella los mataba.



    Pol y yo atacamos a los zombis que estaban más adentro. Le hundí mi cuchillo en el ojo a uno de los zombis, mientras Pol solo cortaba cabezas. Parece que no sabe que si la cabeza se corta, el zombi aún está vivo. Maté a uno que se acercó a mí y luego maté a las cabezas que Pol dejó con vida.



    Jack, Kim y Renata mataron con sus martillos a 6 zombis entre los tres. Un martillazo a la vez, lograron acabar con todos.



    Matt tomó a uno de la cabeza y le estampó la pared hasta que lo mató.



    Chase entró corriendo a la cocina y le clavó cuchillos a todos los que había en el lugar. Era muy rápido. Chase cada vez se vuelve más mortífero, y eso es una ventaja para nosotros.



    Capítulo 34: Feliz navidad



    Bill P.O.V.


    Una vez que nos libramos de todos los zombis, sacamos los cadáveres a la calle. En las mesas había comida servida que estaba podrida.



    — Esto está podrido — dijo Pol — No podemos comer esto.

    — Busquemos en la cocina — dijo Estrella — Ahí debe haber algo en buen estado.

    — Tomen todo lo que encuentren y divídanlo en 4 partes — dijo Chase tirando los cadáveres afuera — Nos comeremos un cuarto de lo que haya y nos llevamos el resto.

    — Yo se cocinar — dijo Kim — Renata y yo cocinaremos.

    — Intenten cocinar lo que tiene fecha de vencimiento cercana — dije — Así guardamos lo que más durará para más adelante.



    Sean y Pol fueron a limpiar los cubiertos que estaban llenos de polvo. Matt y Maverick limpiaban la sangre que quedó. Jana fue a mirar algo en una esquina, y Stan fue al baño.



    — ¿Quién lo diría? — dijo Jana mirando un calendario — Hoy es navidad.

    — Con todo esto ni siquiera pensé en que día era hoy — dijo Jack.

    — Supongo que no es importante — dije — Pero creo que nos vendría bien celebrar esta navidad a pesar de todo. No sabemos si volveremos a festejarla otra vez.

    — Bill tiene razón — dijo Chase — Agrupemos las mesas más grandes. Vamos a tener una cena navideña el día de hoy.



    Una vez que el restaurante estaba limpio y la comida lista, todos nos sentamos a la mesa. Era la primera vez que comíamos en un restaurante todos juntos. De hecho, era la primera vez en mucho tiempo que comíamos algo en un lugar así.



    Lo que habían cocinado era carne que estaba en la heladera. La comida enlatada la guardamos para el viaje. No había gaseosas, así que tuvimos que tomar vino y cerveza.



    — Creo que esto amerita un brindis — dijo Matt.

    — Es verdad — dijo Renata — Chase, ¿te gustaría empezar?



    Chase tomó su copa enseguida y la levantó para el brindis. No se rehusó a hacerlo, es como si ya sabía que lo haría.



    — Quiero brindar por mis amigos Oscar y Jorge, que ahora ya no están — dijo Chase — También quiero brindar por Gary. A pesar de lo que hizo, él era mi amigo y será recordado de esa forma, y no de la forma en que murió.

    — Yo quiero brindar — dijo Pol.



    Pol levantó su copa para el brindis.



    — Quiero brindar por nuestros amigos que no lo lograron — dijo Pol — Por Jimmy, Jonathan, Gabriel, Nina, Paula, Shelby, por Johari y Marcela que vaya a saber Dios en donde están ahora. Y por todos nuestros amigos que están allá afuera en este mundo. También quiero brindar por nuestros nuevos amigos.



    Luego del brindis de Pol, todos chocamos nuestras copas y tomamos el vino. El brindis era por la memoria de todos.



    Tardamos unos 40 minutos en comer. No porque fuéramos lentos, sino porque queríamos disfrutar de la comida caliente que quien sabe cuando volveríamos a comer. Una vez terminada la cena, Chase se levantó.



    — Me gustaría que pasáramos la noche aquí — dijo Chase — Mañana por la mañana volveremos al tren. Por ahora me gustaría mucho despejar mi mente. Si todos están de acuerdo, claro está.



    Nadie se opuso. Todos queríamos una noche tranquila. Olvidar a los zombis y la muerte por un tiempo. Estaba acordado, pasaríamos la noche en el restaurante.
     
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    Capítulo 35: Desconfianza



    Sean P.O.V.


    Todos estaban dormidos. Aguaté despierto todo lo que pude. Tenía sed, así que me fui a la cocina a buscarme algo de beber. Mientras iba a la cocina escuchaba los gruñidos de los zombis de afuera. No serían más de 7, pero es aterrador. Es la primera vez que me desvelo y escucho esos sonidos.



    Entré a la cocina para servirme algo y vi a Stan tapándose la boca con las manos.



    — ¿Qué estás haciendo? — pregunté.

    — Intentando establecer comunicaciones con cualquier cosa que esté allá afuera — dijo Stan mostrándome la radio — Si me puedo comunicar, podría pedir alguna ayuda para nosotros. Tanto Matt como yo teníamos una radio para comunicarnos cuando nos separábamos, pero perdió la suya. Intento comunicarme con alguien allá afuera. No le conté nada al grupo porque mi radio no funciona bien. La de Matt era la mejor.

    — Entiendo — respondí — ¿Tienes suerte?

    — Nada por desgracia — contestó Stan — Supongo que mañana seguiré intentando.



    Entonces, Maverick entró a la cocina.



    — Solamente venía a lavarme las manos — dijo Maverick — Tengo mugre debajo de las uñas.

    — Bueno — dijo Stan — Es hora de dormir. Mañana volveremos al tren.



    Stan guardó su radio en uno de los cajones de cubiertos. Maverick se lavó las manos y se fue. Yo me tomé el vaso de agua que quería y después me fui a dormir.



    Bill P.O.V.


    Me desperté después de la siesta. El tren, aunque es cómodo, no tiene mucho espacio. El campamento era muy frío por la noche. Pero el restaurante es perfecto. Desearía que nos pudiéramos quedar.



    Estábamos listos para irnos, solo faltaba Stan, que no estaba. No sabía donde se había metido.



    De repente, Stan salió de la cocina gritando y enojado. No tengo idea de que le pasa.



    — ¡¿Quién de ustedes la tomó?! — dijo Stan a los gritos.

    — ¿Tomar que cosa? — preguntó Chase.

    — ¡Mi radio! — dijo Stan — ¡Ya no está, porque uno de ustedes me la robó!



    Nadie sabía nada de la radio, al menos estoy seguro de que ni Sean, Pol, Jana, Daniela o Estrella saben algo.



    — ¿Tienes una radio? — preguntó Jack — ¿Por qué no lo dijiste antes?

    — Simplemente no quería que… — decía Stan que luego paró de hablar — ¡¿Pero que carajo hago dándole explicaciones a ustedes?! ¡No confío en ninguno!

    — Tranquilo — dije — Gritar no solucionará nada. Tienes que calmarte.

    — ¡No me digas que me calme! — dijo Stan — ¡Estoy harto de hacer todo a su manera! ¡La única razón por la que estoy con ustedes es porque me ayudaron a escapar de los Reptiles! ¡Ustedes son una pesadilla, y no confío en nadie!

    — ¡Ya basta! — gritó Chase — ¡Estoy harto de que nos acuses del robo de una radio de la que ninguno sabía que existía! ¡En primer lugar tu no nos dices nada sobre la radio, ¿y ahora nos acusas de no confiar en ti!



    Chase se acercó a Stan para gritarle.



    — ¡¿COMO VOY A CONFIAR EN ALGUIEN QUE NO CONFÍA EN NOSOTROS?! — dijo Chase furioso ante Stan.

    — ¿Sabes qué Chase? Vete a la mierda — respondió Stan — Matt, ayúdame con esto.

    — Lo siento — dijo Matt — Pero Chase tiene razón.

    — ¡¿Qué te pasa?! — preguntó Stan algo alterado — ¡Se supone que eres mi amigo y deberías estar de parte mía y no de parte de estos extraños!

    — Lo lamento, Stan — dijo Matt — Pero estás actuando de la forma equivocada.

    — Está bien — dijo Stan — No necesito tu ayuda. Se perfectamente quien me robó la radio — dijo mirando a Maverick — ¡¿Verdad?!

    — No se de que mierda me hablas — dijo Maverick — Pero a mi no me vas a gritar de la forma en que lo estás haciendo.

    — ¡Stan! — dijo Matt — No estás llegando a ningún lado con esto. Solo lo haces peor. Déjalo.



    Stan se enojó mucho con Matt. Pateó la puerta de entrada del restaurante y se fue solo al tren. Los demás lo seguimos para que no haga una locura.



    Parece que la navidad se terminó.



    Capítulo 36: El final de la línea



    Pol P.O.V.


    Una vez llegamos al tren, Chase lo puso en marcha. Stan estaba solo en un vagón. Parece que necesitaba tiempo para pensar.



    En ese momento, Kim entra para hablarme.



    — Hola — dijo Kim — Supongo que ya sabes porque estoy aquí.

    — Así es — respondí — Vienes a decirme que la pelea de Stan de esta mañana nos pone en peligro, y que debemos reconsiderar el irnos ahora que podemos. Ya es la tercera vez que me lo dices.

    — Piensa en esto — dijo Kim — Siempre decidimos irnos porque las peleas del grupo nos ponen en peligro a todos. Pensé que eso ya había terminado ahora que Gary está muerto, pero Stan no pone las cosas muy fáciles. Esta vez se trata de un desconocido. Primero Gary, después Johari, pero ahora es Stan.

    — ¿Quieres irte después de lo que pasó? — pregunté — Recuerda que si no fuera por el grupo, podríamos estar muerto.

    — Eso es lo que te digo — dijo Kim — La historia se repite una y otra vez. Decidimos irnos, pero después nos encontramos con una amenaza que nos hace quedarnos para estar seguros totalmente. Y nos quedamos en el grupo, y alguien muere. Recuerda a Paula y Shelby. Se supone que íbamos a irnos porque el grupo era un peligro. Pero luego hay un peligro más grande afuera y decidimos quedarnos. Y después, aunque nos quedemos, terminan muriendo de todas formas.

    — Yo se lo que quieres decir — dije— Pero los Reptiles aún están allá afuera. Pierce y Jesús ya no son un problema.

    — Lo se — dijo Kim — El problema es el grupo. Por más que nos quedemos, terminaremos muertos. Esta vez no involucraremos a nadie más. Solo nosotros dos nos iremos. Como debió haber sido.

    — Lo siento, Kim — dije — Pero antes estaba convencido. Ahora ya no. Me quedaré. Confío en Chase. Él hará lo correcto por nosotros.



    Kim se fue del vagón. Chase ya me demostró de lo que es capaz. Y puede cometer errores, porque es un humano, pero es el mejor líder que alguien podría tener.



    Bill P.O.V.


    Maverick hablaba con Chase en el vagón del conductor, mientras Sean se acercó para hablarme.



    — Bill, más allá de lo que pasó, Stan dice la verdad — dijo Sean — Yo vi que el tenía una radio e intentaba comunicarse con alguien para pedir ayuda. Solamente yo, Maverick y Matt lo sabían.

    — ¿Esto que quiere decir? — pregunté.

    — Matt no le robaría la radio a su amigo, y tu me conoces bien — dijo Sean — Pero Maverick…estoy totalmente seguro de que fue él quien robó la radio. No podemos confiar en él.

    — Maverick me salvó la vida — dije — Me parece que podemos confiar en él.

    — Créeme — dijo Sean — No podemos confiar en Maverick. Eso fue lo que Johari dijo, que no le quitemos el ojo de encima.

    — La diferencia está en que Johari casi me dispara, y que Maverick me salvó la vida — dije.

    — Gary también te salvó la vida — dijo Sean — Y después intentó matarte. Es por eso que Maverick no es confiable para mí.

    — Bueno, para mí si lo es — dije — Y para Chase también. Te recuerdo que cuando me mordieron, fue Chase el que me salvó la vida. Y si Chase confía en Maverick, yo también confiaré.

    — Perfecto — dijo Sean en un tono sarcástico — Pronto verás que estás equivocado.



    Es increíble pensar que ayer brindé por mis amigos y que ahora todos estamos peleando entre nosotros. Las cosas no serán fáciles de aquí en adelante. Nunca fueron fáciles, pero ahora esto se encamina al desastre.



    Pasó toda una tarde completa y el tren seguía su marcha. Ya he estado mucho tiempo en el tren. Me gustaría dejarlo, pero no porque sea incómodo, sino porque voy a terminar acostumbrándome al tren y después tendré que acostumbrarme a dejarlo ir. Así pasó con el campamento.



    Chase nos gritó para que fuéramos al vagón del conductor.



    — La terminal está a un kilómetro — dijo Chase — Es el final de las vías. El final del camino para el tren.

    — ¿Entonces? — preguntó Renata.

    — Vallan a buscar las provisiones y bajen todo lo que puedan — dijo Chase — Apenas el tren se detenga nos iremos al este. Despistaremos a los Reptiles cambiando de ruta.



    Todos íbamos al vagón donde guardábamos las cosas. Sean me empujó, mientras vi que Stan empujaba a Matt. Pol miraba de mala manera a Kim. Jana aún estaba enojada con Chase por la mirada que puso cuando Chase nos dio la orden. La paz se terminó definitivamente.



    Tomamos las cosas. Cuando llegamos a la terminal, el tren se detuvo por completo. Chase apagó el motor del tren y nos ayudó con las cosas. Al bajar, lo primero que vimos nos puso los pelos de punta.



    Había un centenar de cadáveres tirados en el piso. Todos con disparos en la cabeza. Algunos eran zombis y otros eran personas. Ya no importa quien fue, lo que importa es que todos en el lugar están muertos.



    Nos separamos en caso de que sea una trampa. Esto era sospechoso. Caminamos un poco para ver si alguien estaba con vida. Tal vez podría decirnos que pasó en el lugar. Entonces, Daniela nos llamó la atención.



    — ¡Chicos! — gritó Daniela — ¡Está pasando otra vez!



    Cuando Daniela nos dijo eso, fuimos corriendo para ver que era. Nuevamente, encontramos el mensaje escrito en una de las paredes de la terminal.



    “Lamentamos todo el daño que les causamos” – Firmado Mankind.
     
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    Capítulo 37: El explorador



    Bill P.O.V.


    El mensaje de Mankind nos tenía preocupados a todos, excepto a Matt y Stan, que parecían más confundidos que preocupados.



    — ¿Qué es Mankind? — preguntó Stan.

    — No sabemos que es — respondió Daniela — Pero es la tercera vez que nos encontramos con este mensaje. Por cualquier lugar que pasamos lo encontramos. Primero en unas casas de campo, y ahora en este lugar.

    — No tenemos idea de lo que es, pero no puede ser nada bueno — dijo Chase — Mejor nos vamos rápido de este lugar.



    Dicho y hecho. Sin revisar la terminal por si fuera una trampa, tomamos todo lo que teníamos y nos pusimos a caminar. Ahora, no teníamos rumbo. Como siempre pasa.



    — Pensé que íbamos a llegar a un lugar seguro — dijo Sean — Creo que tengo que acostumbrarme a no pensar en eso.

    — No tienes porque decirlo en ese tono, pero tienes razón — dijo Renata — Ahora mismo, no existe un lugar seguro.

    — Aún no dejo de pensar en que quedan 5 Reptiles con vida que pueden estar siguiéndonos — dijo Estrella.

    — Ahora ya no son una amenaza — dijo Chase — Los superamos en número totalmente. Si vuelven a aparecer, vamos a acabar con ellos de la misma forma que acabamos con Pierce.

    — Espero que nunca más los volvamos a cruzar — dijo Maverick — Ya estoy harto de ser atacado por locos.



    Llegamos a una ciudad. Tal y como las demás, estaba totalmente destruida y no parecía haber nada. Pero recordamos el restaurante que encontramos por casualidad mientras buscábamos suministros, así que entramos de todas formas.



    Las puertas estaban cerradas, a diferencia de la ciudad anterior. Parece que la gente se atrincheró para sobrevivir. Sería genial si hubiera gente viva dispuesta a prestarnos ayuda, pero es muy poco probable.



    Encontramos una casa con la puerta abierta y la curiosidad nos llevó a entrar. Había un solo zombi. Matt lo agarró del cuello y le clavó el cuchillo entre los ojos. Registramos el resto del lugar, pero estaba limpio de zombis. La casa tenía suministros, pero la mayoría estaban vencidos. Fue muy poco lo que estaba en buen estado, aún así lo tomamos.



    Chase nos iba a organizar en tres equipos para registrar la ciudad en busca de lo que podamos, y luego volver antes del anochecer.



    Estábamos en el comedor de la casa, y de repente, pasó algo que nunca imaginé: el timbre de la casa sonó. Alguien estaba tocando el timbre.



    Sean P.O.V.


    Salimos todos juntos a la puerta y vimos a un hombre extraño vestido con ropas de color marrón. No sabíamos quien era, pero pronto lo descubriríamos.



    — ¿Quién eres? — preguntó Chase.

    — Me llamo Darren — dijo aquel hombre — Los estuve siguiendo un tiempo. Tengo una oferta para ustedes.

    — ¿Oferta? — preguntó Jack — ¿De que se trata?

    — Soy un explorador de una comunidad llamada los Salvaguardas — dijo Darren — Es una comunidad segura. Todos ustedes tendrán una nueva oportunidad para vivir.

    — No nos conoces, ¿por qué nos invitas así nada más? — preguntó Kim — Necesitamos gente. Mientras más seamos, más chance tendremos de sobrevivir. Pero voy a ir al grano: si quieren unirse a nosotros, deben venir conmigo. No podrán entrar si no vienen acompañados de mi. Es para mantener la seguridad.

    — ¿O sea que para entrar a tu comunidad tenemos que ir contigo? — preguntó Pol.

    — Exactamente, chico — respondió Darren — No los dejaremos entrar si no vienen acompañados de un explorador. Si rechazan mi oferta, y luego se arrepienten, tendrían que encontrarme nuevamente y no hay oportunidad de que eso pueda pasar. Así que, ¿Qué dicen?



    Nos pusimos a pensar por un momento.



    — Es algo bueno — dijo Maverick — Piénsenlo, si nos unimos a ellos, no hay chance de que los Reptiles o Mankind o alguien más nos haga daño.

    — ¿Pero si está mintiendo? — preguntó Bill — ¿Qué tal si ellos son Mankind y nos engañan? No tenemos nada para confirmar que sea de fiar.

    — Pero, ¿eso quiere decir que la gente buena ya no existe? — preguntó Jana — Se que hay gente mala, pero también hay gente buena. Deberíamos darles una oportunidad.

    — No lo creo — dijo Chase — Recuerden a Rúben, nos dijo que quería ayudarnos, y luego nos terminó atacando.

    — Podríamos separarnos — dijo Kim — Que cada uno valla donde quiera.

    — Eso solo nos deja más expuestos ante los Reptiles y Mankind — agregó Jack.

    — Ni loco me voy a separar de ustedes — dijo Matt — Me sacaron con vida de ahí.

    — Pues yo voy con Darren — dijo Kim — Parece decir la verdad.

    — Las apariencias engañan — dijo Estrella — No confiaré en él. No después de lo de Johari.

    — Yo decidí que no voy a ir — dijo Chase — Pero si alguien quiere ir con Darren, no me opondré.



    Más allá de que nuestro grupo estaba dividido por problemas recientes, nadie iba a ir con Darren. Kim, Jana y Maverick parecían creerle, pero no querían ir si los demás no iba. Al fin y al cabo, somos un grupo. Y un grupo debe estar unido. Eso es lo que aprendimos del ataque de Pierce.



    — Lo lamento mucho, amigo — dijo Chase — Pero hemos decidido que no iremos a la comunidad. Pero ten por seguro de que si las cosas no mejoran, te buscaremos.

    — Como quieran — dijo Darren — La decisión es suya. Nos encantaría tenerlos. Pero si no quieren, nadie los va a obligar.



    Darren dio la vuelta y se fue. Todos entramos a la casa para planear el recorrido. Todos excepto Maverick. Él se quedó parado en la puerta viendo como Darren se iba poco a poco. Luego de que lo perdió de vista, decidió entrar.





    Capítulo 38: Madre e hija



    Sean P.O.V.


    — Tenemos que dividirnos en grupos para recorrer la ciudad en busca de suministros — dijo Chase — Pero no podemos abandonar la casa. Alguien debe quedarse. Me quedaré junto a Maverick y Matt.

    — ¿Qué hará el resto? — preguntó Jack.

    — Jack, tú irás con Jana y Daniela — dijo Chase — Kim irá con Pol y Estrella. Stan irá con Renata, y Bill irá con Sean. Cada grupo recorrerá unas diez cuadras y traerán todo lo que puedan. ¿Entendido?



    Todos contestamos que sí. Cada grupo se fue por su lado. Bill y yo decidimos ir por el sur. Solo unas diez cuadras de exploración y volveríamos.



    Aproveché el momento para hablar con Bill.



    — ¿Qué quieres? — preguntó.

    — Quiero hablar contigo — dije— Es sobre Maverick.

    — ¿La misma conversación otra vez?

    — Así es. Sigo insistiendo en que oculta algo. Johari tenía razón cuando lo dijo. Créeme que tenerlo es un peligro mucho mayor que Mankind.

    — No tienes pruebas que lo acusen de nada.

    — Claro que las tengo. Maverick insistía en irse con Darren, y cuando se fue, se quedó viéndolo hasta que lo perdió de vista. Además, creo que él es el que está detrás del robo de la radio de Stan. Tengo la teoría de que se conocen. Piensa: primero la radio de Stan desaparece, luego aparece este tipo misterioso que dice que nos estuvo siguiendo. ¿Cómo nos siguió si viajábamos en un tren?

    — Estás paranoico. Simplemente, Maverick no te agrada, y por eso lo ves como una amenaza. Si fuera Matt el que no te agradara, sería la misma discusión, cambiando al sujeto.

    — No es verdad. Se que Maverick está detrás de algo. Y tú lo niegas.



    La discusión se interrumpió cuando escuchamos llantos cerca. Era un bebé, eso era seguro.



    Bill y yo corrimos en la dirección de los llantos. Al llegar, vimos a 6 zombis tratando de entrar a una casa golpeando la puerta. Los llantos provenían de adentro.



    No queríamos atraer a más zombis de los que había, así que decidimos enfrentarlos cuerpo a cuerpo.



    Bill acuchilló a uno de ellos, pero otros 4 se le venían encima. Uno de los zombis seguía intentando entrar. Le di un rodillazo en la pierna y le clavé mi hacha en el cráneo.



    Bill se veía en apuros. Logró matar a uno de los cuatro que se le venía encima, pero uno se abalanzó sobre él y lo tiró al piso. Bill luchaba y evitaba ser mordido, pero con un solo brazo, no se lo podía quitar de encima. Maté a uno de los dos que se acercaban a Bill con mi hacha, mientras el otro intentó morderme.



    Me tomó los hombros y me iba a clavar los dientes en el cuello, pero logré ponerle el mango del hacha en la boca y evité ser mordido. Luego lo empujé y lo tiré al suelo para pisarlo hasta matarlo. Bill seguía forcejeando para evitar ser mordido. Tomé su cuchillo y se lo clavé en la nuca al zombi.



    Después de eso, Bill dijo que teníamos que entrar y salvar al bebé. Así que rompí la cerradura de la puerta con mi hacha y entramos.



    Adentro estaba una bebé de un poco más de un año para mi punto de vista. Estaba en una cuna, tapada con sábanas y ropa de bebé. La cargué en mis brazos y dejó de llorar.



    Bill revisó la casa en busca de leche en polvo para ver si podíamos llevarla con nosotros.



    Entonces, una voz habló detrás de mí.



    — ¡Suéltala ahora! — dijo la voz de una mujer atrás mío.



    Me di vuelta y vi que era una mujer que me apuntaba con su arma. Bill apareció de repente y le apuntó con su arma. Yo no quería soltar a la bebé.



    — Déjala ahora o los mataré a los dos — dijo esa señora apuntando a Bill.

    — ¿Es tu hija? — pregunté.

    — Así es — dijo esa señora algo impaciente — Me llamo Ruth. Quiero que bajes a mi bebé ahora.

    — ¿Estás sola? — preguntó Bill — Te aseguro que no queremos robarte ni hacerle daño a tu bebé.

    — Como tu dices — dijo Ruth — Estoy sola. Solo tengo a mi hija Dana.

    — Tenemos un grupo — dijo Bill — Tenemos comida y provisiones. Tú y tu hija podrían unirse.

    — ¿No estarás mintiéndome, verdad? — preguntó Ruth apuntándole a Bill.

    — No, no miente — dije — Me llamo Sean, y el es mi amigo Bill. Tenemos un grupo donde hay adultos. Tu y tu hija estarían a salvo con nosotros.

    — Estoy seguro de que no me invitarían si no fuera verdad — dijo Ruth — Además, se que no quieren lastimar a mi bebé. Si quisieran hacerlo, ya lo habrían hecho.



    Ruth nos dio todo lo que tenía guardado para que lo cargáramos. Espero que Chase no se enoje por haberla invitado, y espero que la acepte en el grupo. No podría volver a dormir si abandono a una señora con su hija en medio de un Apocalipsis.
     
  20.  
    Agus estresado

    Agus estresado Equipo administrativo Comentarista empedernido

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    Capítulo 39: El hospital


    Pol P.O.V.


    Todos habíamos regresado de nuestra exploración, todos a excepción de Bill y Sean. Esto empezaba a preocupar al grupo.


    — ¿Y si fueron atacados? — preguntó Daniela.

    — Habrían disparado — dijo Chase — Tienen armas.

    — ¿Y si los atraparon? — preguntó Jack.


    Entonces, la puerta de la casa se abrió. Vimos como Sean y Bill entraban y estaban acompañados de una mujer con un bebé en brazos.


    Entraron a la casa para hablar con Chase.


    — Chase, ellas son Ruth y su hija Dana — dijo Bill — Las encontramos en la exploración. ¿Las aceptas en el grupo?

    — Por favor, señor — dijo Ruth — Usted parece ser una persona amable. Le pido que no lo haga por mí, sino por mi hija.

    — ¿Dónde está el padre de la bebé? — preguntó Chase.

    — Muerto por desgracia — dijo Ruth — Murió para salvarnos a mi hija y a mí. No me queda nada más que mi hija.

    — Antes de esto, yo maté a un hombre frente a su hija — dijo Chase pensativo — Destruí una familia una vez. Haré todo lo que pueda por no destruir otra familia. Tú y tu hija se pueden quedar.

    La señora se puso muy feliz de poder entrar al grupo. Supongo que ella quería lo mejor para su hija. Es la primera vez en el apocalipsis que veo a un bebé. Supongo que eso quiere decir que aún hay esperanzas. Sé que vamos a superar esto, y que alguien en algún lugar encontrará la cura y todo volverá a la normalidad, aunque siento lástima por las personas que no estarán allí.


    Pasamos la noche en la casa. Luego, Chase insistió en que quedarse en un solo lugar fijo ya no era seguro.


    — Otra de las razones por las que no iba a ir a la comunidad de Darren es justamente esa — dijo Stan.

    — Es verdad — dijo Kim — Los lugares fijos parecen seguros, pero en realidad te ponen en un peligro mayor que si estás en movimiento.

    — Así que, ¿A dónde vamos? — pregunté — Es siempre lo mismo. Sabemos que debemos movernos, pero no sabemos hacia donde.

    — Es siempre igual — dijo Chase — Las cosas no cambiaron, y nunca van a cambiar. Simplemente, nos movemos hacia donde podamos.

    — Sugiero que vallamos al sur — dijo Jack — El verano es muy fuerte para ir caminando por lugares con altas temperaturas. Más al sur vamos, más frío hará. Cambiaremos la ruta cuando llegue el invierno.

    — Buena idea — dijo Chase — Parece conveniente. Todos tomen sus cosas, es hora de irnos.


    Así lo hicimos. Lamentablemente, nuestra retirada de la ciudad estuvo dificultada por un grupo de zombis. Stan y Matt acabaron con la mitad utilizando cuchillos. Jack despejó el camino tirando una piedra a una ventana, de esa forma, los que estaban lejos quedaron distraídos con el ruido.


    Me acerqué a uno y le clavé el cuchillo en la frente. Bill le cortó a otro media cabeza con su hacha. Sean le dio un buen martillazo a dos que se le acercaban.


    Logramos salir de la ciudad sin cansarnos demasiado. Luego solo fue cuestión de moverse.


    Los días se hacían largos, el verano nos inundaba de temperaturas calientes. La idea de Jack fue muy buena. Pasaron semanas y cada vez que nos acercábamos más al sur, las temperaturas eran más bajas.


    Perdí totalmente la noción del tiempo. Cuando Jana nos dijo que era navidad, empecé a contar los días para saber en donde estaba parado, pero fue inútil. Pasó tanto tiempo que me despisté.


    Luego de un largo camino, llegamos de nuevo a una zona rural, donde no había rastros de población urbana.


    Lo que nos pareció extraño es que encontramos un cartel que decía “Hospital adelante, pida ayuda y la recibirá”.


    — Será mejor ir hacia allá — dijo Matt — Siempre estuvimos corriendo, sería mejor descansar.

    Le hicimos caso y caminamos hacia ese tal hospital. Encontramos otro cartel. Este decía “Toque la puerta y recibirá su ayuda”.


    Tocamos la puerta del hospital esperando una respuesta. Pasó más de un minuto y nadie abría.


    — Es posible que todos aquí estén muertos — dijo Maverick.

    — Toquemos la puerta otra vez — dijo Chase.


    Chase tocó la puerta nuevamente, y unos segundos después, una señora abrió para saludarnos.


    — Hola — dijo aquella señora — Me llamo Anne. Imagino que siguieron los carteles. Entren y recibirán su ayuda.


    Capítulo 40: Ayuda por ayuda


    Bill P.O.V.


    Anne nos hizo pasar y nos dijo que podíamos guardar nuestras cosas en la bodega de limpieza.


    — ¿De donde vienen? — preguntó Anne.

    — Venimos de muy lejos — dijo Maverick.

    — Supongo que escapan de todo lo que pasa a su alrededor — dijo Anne.

    — Si se refiere a los muertos, tiene razón — dijo Renata.

    — ¿Decidieron venir aquí, o pasaban de casualidad? — preguntó Anne.

    — Simplemente pasábamos y vimos los carteles — dijo Jana.

    — Vinimos en busca de ayuda — dijo Sean — Desde hace semanas que venimos durmiendo en la intemperie y montando guardia. Nos gustaría relajarnos y dormir en una cama cómoda sin tener que montar guardia por unas noches.

    — Será un placer — dijo Anne — Vayamos al comedor, les serviré el almuerzo.


    Anne nos llevó al comedor. Era un lugar amplio. Las mesas eran para 6 personas. Me senté con mis amigos. Chase se sentó con Renata, Kim y Jack. Stan, Matt, Ruth y Maverick se sentaron en una misma mesa. Dana fue puesta en una cuna. Aunque las mesas estaban separadas, podíamos escuchar hablar a los demás.


    — Dime, Anne — dijo Jack — ¿No hay más gente aquí?

    — Solo los pacientes — contestó — El resto de doctores se han ido del hospital en busca de sus familias. Yo me quedé con ellos.

    — ¿Dónde están? — preguntó Chase.

    — Están en el otro pabellón — dijo Anne — Coman y luego hablaré con ustedes.


    La comida del hospital estaba exquisita. Supongo que Anne tenía una gran cantidad de provisiones para ella y para los pacientes.


    Luego de la comida, todos nos juntamos para hablar porque Maverick quería decirnos algo.


    — Escuchen — dijo Maverick — Deberíamos buscar a Darren. La comunidad de los Salvaguardas podría ser segura.

    — ¿Y si no lo es? — preguntó Sean, algo que esperaba de él.

    — Piensa en esto — dijo Maverick — Anne y sus pacientes necesitan ayuda. Si no recuerdo mal, Darren dijo que tenía doctores en la comunidad. Al menos deberíamos hacerlo por ellos.

    — Tienes razón — dijo Chase — Eso sería lo correcto, pero primero quiero ver a los pacientes de Ruth. Si veo que resisten en este hospital, no habrá necesidad de eso. Pero si es lo contrario, iremos a buscar a Darren.


    Luego de que Chase dijera eso, Sean se fue. Supongo que después de lo que pasó, aún desconfía de Maverick. Creo que podemos confiar en él. Además, no está siendo egoísta, está pensando en todos los pacientes.


    Anne entró e interrumpió la charla.


    — Les mostraré donde podrán dormir — dijo Anne.


    Esperamos a que Sean volviera y Anne nos llevó a todos a una habitación grande. Según decía la puerta, era el lugar donde se guardaba todo el equipo médico. Dijo que había cosas que no entendía, así que usaba el lugar para dar sitio a huéspedes. Habían colchones en el piso, aunque estaban un poco sucios, pero era más cómodo que el suelo.


    — Ahora necesito hablarles de algo — dijo Anne.

    — ¿Qué es? — preguntó Kim.

    — Les estoy brindando ayuda — dijo Anne — Así que necesito que ahora ustedes me brinden un poco de ayuda.

    — Claro, ¿en qué podemos ayudar? — preguntó Chase.

    — Necesito que dos personas me ayuden con los pacientes — dijo Anne — Tengo que llevarles la comida.

    — Bill, ¿te gustaría venir conmigo? — preguntó Jana.

    — Claro — dije.

    — Parece que alguien tiene una admiradora — dijo Stan en un tono de burla.


    Jana y yo fuimos al pabellón. Anne le dio a Jana una bandeja con carne cocida para los pacientes. Luego me dio otra bandeja a mí. Dijo que le diéramos la carne a los diez pacientes que se encontraban ahí.


    — Entraré en la primera puerta — dijo Jana.

    — Está bien, como quieras — dije.


    Jana abrió la puerta, y luego de abrirla, tiró la bandeja al piso y gritó horrorizada. Vi como un zombi salía de la habitación. Creo que el paciente que estaba allí había muerto.


    El zombi intentó atacar a Jana, que del susto no pudo moverse. Le di un gran golpe al zombi para tirarlo al piso y luego, iba a clavarle mi cuchillo para matarlo, pero recibí un disparo en la mano.


    Me di la vuelta y vi a Anne con una pistola.


    — ¡Anne, el paciente se convirtió, yo solo…

    — ¡Silencio! — dijo Anne interrumpiéndome — Pedí un favor simple, y ni siquiera eso pueden hacer. Yo me encargaré.


    El zombi se acercó a Anne.


    — ¡Cuidado! — gritó Jana.


    Anne puso su mano en el pecho del zombi y le habló.


    — Todo está bien — dijo Anne al zombi como si fuera un ser humano — Entra y te daré tu carne pronto.


    El zombi hizo caso a Anne y entró de nuevo en la habitación. Era algo de locos. Es como si pudiera entenderla y hacerle caso.


    — Vete a la habitación con los demás — dijo Anne — Terminaré de alimentar a los pacientes y te vendaré la mano.


    Mi mano me dolía mucho por el disparo. Tomé mi remera y la usé para parar el sangrado. No podía creer lo que veía. Estábamos con una loca.


    Teníamos que advertirle al resto del grupo y salir de ahí. Anne no solamente está loca, sino que los zombis nos ponen en peligro a todos.
     

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