Fantasía Otra última noche.

¿Quién en su sano juicio elegiría a voluntad propia ser temido y odiado por todos? ¿El hacer que la justicia te persiga y te sentencie por el mero hecho de existir, o quizás solo por diversión? Muchos creerían que el coleccionar condenas no es un hobbie muy sano que digamos, pero lo cierto es que tiene su chispa, su toque emocionante, el ver qué tan lejos puedes llegar a subir en la escala de maldad sin siquiera lastimar ni la mitad de lo que creen que dañaste. Pues bien, quizás todas estas encrucijadas las estoy solamente imaginando, no es fácil mantener la cabeza en blanco cuando lo único que puedes hacer es jugar a lanzar piedras a un balde vacío en una esquina de tu celda.

No soy el primero ni mucho menos seré el último en ser acusado de brujería, y para ser honestos todo esto no es más que un buen panorama para el fin de semana, ya saben, nada mejor que ir a la plaza del pueblo a ver como arden los desgraciados. No es de extrañar lo curioso que solía ser el sistema judicial aquí, donde sólo se necesitaba del testimonio de dos personas acusándote de practicar la magia negra para que te ganes un viaje todo pagado a la hoguera. A veces pienso que quizás nací en la época equivocada.

(Suspiro)

Se siente muy callado aquí ahora que el viejo Scott ya no está… aún cuando se lo llevaban se le veía sereno, no sé si se debía a que logró llegar hasta su increíblemente avanzada edad logrando ocultar sus “crímenes”, o quizás porque era su cumpleaños. A lo mejor le gustó el amuleto que le hice, qué mal que no tuviese un poco de pluma de águila, pero lo que no muchos saben es que el hueso de rata molido es un buen, aunque no muy sofisticado, sucedáneo. Como sea, al menos el dolor no le será un inconveniente.

Oí que mañana será mi ejecución, me quemarán vivo en la plaza. Por favor, ¡qué cliché! Desde pequeño siempre soñé con tener mi propia doncella de hierro, claro que en ese entonces pensaba que era otra cosa, aunque la idea me sigue gustando al día de hoy. Quizás la próxima semana me consiga una.

Sea lo que tenga que pasar mañana sin duda será un gran espectáculo, las ejecuciones han sido cada vez menos frecuentes, y eso es algo de lo que me puedo sentir conforme. Ya no te enjuician tan fácilmente como antes, ahora se requiere de más testigos presenciales ya que los actos de brujería se han vuelto más violentos y públicos. El otro día un edificio entró en llamas luego de que un rayo lo impactara a plena luz del día con cielo despejado, el edificio quedó hecho cenizas, al igual que mi mejor capa… no debió ser un plan muy bien elaborado, según mi humilde opinión. Ahora la inquisición no puede perder el tiempo lidiando con chismeríos de brujas y cosas así, están ocupados con los peces gordos, si es que me entienden ¿no? Pero el saber que están dejando de lado las sandeces y pequeñeces me consuela mucho. De esta forma solo condenan a los verdaderos brujos y dejan de perseguir y torturar a los pobres lugareños.

Mmmm, quizás estoy sonando demasiado optimista para la situación en la que me encuentro, pero a estas alturas es lo único que me resta por hacer. La mayor parte del tiempo no nos ocurren cosas malas, o sea, no todos los días los caballeros de la Inquisición irrumpen en tu casa y se llevan a tu mamá a un juicio inmediato, corres tras ellos para luego verla morir en la hoguera con tus propios ojos. Ya quince años han pasado, yo sólo tenía 6 años y en cuanto acabó la ejecución dieron la orden de incendiar mi casa. Antes de tener que huir sólo pude rescatar la posesión más valiosa de mi madre, un extraño libro que ella jamás me permitió revisar, aunque claro, no importaba mucho entonces ya que no aprendí a leer si no hasta los 8. Mencionaba algunas cosas muy raras que no entendía, pero sin duda me fascinaron, el problema es que no sabía en enrollo en el me estaba metiendo, pero la verdad es que no lamento absolutamente nada, a excepción quizás de haber podido aprender a leer antes.

He viajado desde entonces por muchos lugares, de pueblo en pueblo, de aldea en aldea, soy así como un artista callejero, mercader, bardo, etcétera dependiendo si hay caras conocidas cerca. Solamente quiero darle a la gente un verdadero espectáculo, algo digno de ver y algo digno de creer, aunque a su Santidad le pueda incomodar un poco. Tengo muchos planes y estoy dispuesto a realizarlos. Ahora que lo pienso, debo actualizar mi repertorio, los rayos y las centellas ya pasaron de moda. Mañana me espera un gran público y no puedo decepcionarlos. Será mejor que me duerma, no quiero parecer desvelado pues se viene mi gran día.

Buenas Noches Scott.