Pequeña ciudad junto al mar dividida por el río Tama; envuelta de gran cantidad de aguas termales. Gobierno: Ota es un pequeño pueblo el cual se limita a involucrarse en ambientes políticos; sus habitantes asesinaron a los últimos pobladores, tomando control de aquel sitio sin reglas establecidas. El Imperio ignora esa situación por el hecho de ser un sitio tan pequeño e insignificante. Locales= Cuartel militar Clínica Casa de armamento
Calles de Ota [Kato; Jiin; Satou] Una ciudad desierta, pero no lo fue hace mucho; aun había ropa colgada en algunos hilos, aun había piedras sin hierba mala en las entradas; el sitio había sido abandonado hace poco. Kato avanzó hacia la clínica, allí había un poco de humo, tal vez alguna hoguera o un ligero incendio. Jiin y Satou lo siguieron; allí, pudieron observar a una mujer mientras parecía tomar una siesta. Jiin al mirar el rostro de la mujer sostuvo con fuerza el hombro de su padre —No puedes hacerlo; no a ella, no a Azami Oe —mencionó con voz fuerte. La mujer se alertó con aquella voz; mientras que Kato simplemente se zafaba del agarre de Jiin para después desenvainar sus dos katanas. Jiin se interpuso frente a Kato—Puede que ella ya no esté con ellos, o tal vez la estén forzando a fabricar algo para ellos sobre amenaza; está sola ¡ES MADRE DE SHINRIN! no puedes hacerlo... Kato siguió avanzando hacia Jiin, Jiin se preparó; la única manera de detener a su padre sin matarlo era dejándolo noqueado. Dejó a Kato pasar, lo atacaría de manera sorpresiva; Jiin se preparó y atacó a su padre quien inmediatamente lo logró contener el ataque, mandándolo lejos de una patada mientras se acercaba a su enemigo. Oe ya estaba de pie; con una katana en ambas manos —Entonces... tu cacería inicia— mencionó Oe — Deberías dar la vuelta, que el verdadero enemigo ya está en tu territorio. Kato no respondió y atacó sin réplica; todo sucedió tan rápido a vista de Jiin y Satou; con ambas katanas perforó el pecho de la mujer y mientras ella intentaba responder con su arma, Kato soltó una katana dejándola clavada para desarmar a Oe y quebrar su arma. De esa manera, tan cercanos se observaron; Oe ya agonizaba. Jiin ya no podía hacer nada en esas condiciones, lo sabía; Azami Oe estaba condenada a la muerte; así como Oe ya no podía atacar a Kato sin un arma. Cuando éste sacara las suyas... se desangraría. —Es aun sor...prendente... verte matar a aquellos que deberían importarte... con tanta... facilidad...— Oe extendió su mano al rostro de Kato, quitándole el cabello de la cara — No hay amor... no hay piedad... no hay nada en ... tu... mirada... Kato no parpadeó; Oe, en un intento desesperado buscó entre su kimono las agujas, sólo alcanzó una que logró clavar en el pecho de Kato, cerca al corazón; Kato no se inmutó. y sacó las katanas; dejando que la sangre fluyera a libertad. —Nada...no hay nada...— mencionó Oe — Eres vacío....—cerró los ojos —Eres muerte... —al caer; Jiin la sujetó con fuerza evitando que se desplomara al suelo. —Si me has acompañado para intentar detenerme; quédate atrás, entierra a los muertos, no estorbes.— hizo un corte veloz al aire con ambas katanas, limpiando el exceso de sangre para después envainarlas. Jiin lo observó —Pudiste tener piedad... por Shinrin — dijo abrazando el cuerpo de Azami Oe en sus brazos; aun respiraba, lentamente, nada se podía hacer por ella. —En la piedad, sólo encontrarás traición— Culminó Kato mientras se alejaba, dejando a Jiin con un cadáver en manos. Satou también estaba impresionado; pero el siguió a Kato, tomando algo de la clínica antes de partir. Jiin se quedó allí; hasta que Azami Oe diera su último aliento; pues nadie merecía morir en soledad. Kato Nivel= 5 Pv= 195 Fuerza= 20 Protección= 10 Yoroi= +10 defensa Katana Kotaro= +15 Katana simple Oe Nivel= 5 Pv= 8 Fuerza= 10 Protección= 10 Katana= +10
El rol de Hideyoshi proviene de Saitama El barco por fin se detuvo y los gritos en puerto se llenaron de júbilo; habían llegado. El olor a sal le indicó a Hideyoshi que aquel sitio si era un puerto; no un simple río. Sintió como comenzaban a descargar los barriles, y nunca sintieron la diferencia en pesos porque hacían rodar los barriles, jamás fueron cargados. A fortuna de Hideyoshi y sus hombres. Los hicieron rodar por un tiempo que parecía eterno, mareándolos y haciéndolos sentir enfermos; algo que el mar no había logrado, la mano del hombre lo hacía. Por fin se detuvieron; quedando completamente acostados, sintiendo los golpes de los barriles que también se acomodaban a su lado. —Que allí se queden por hoy; fueron sólo cuarenta barriles —dijo una voz nueva. —Seguro porque planeaban quemarlos con nosotros dentro —dijo el hombre de la voz chillona y molesta. —Seguro Go-san detendrá los asaltos por un tiempo; no tardarán en atacarnos abiertamente — mencionó la nueva voz —Y si es así, los haremos pedazos, ven; deja eso allí y vayamos a festejar — dijo el hombre de la voz chillona. Tardaron un poco hasta que el último de los pasos se desvaneciera a la distancia. Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Ota: puerto Salieron, algo asqueados. Hideyoshi observó cómo sus Montañas a duras penas lograban contener su asco y vómito. Él mismo no pudo, así que una vez en el muelle despojó y limpió sus intestinos en el borde para que el mar se llevara los restos de aquello que no había llegado a digerirse. —Terminen con lo suyo, y adentrémonos en el pueblo—dijo levemente, mientras limpiaba su barba manchada con comida mal digerida con la manga de su ropa—, tenemos que terminar de averiguar donde estamos, aunque el diseño de este puerto me trae recuerdos—concluyó. Salió y observó un poco más el panorama. Podía verse que la urbanización era mínima y no era un gran lugar. En un momento dado, Hideyoshi tuvo un momento de lucidez. Mirando a sus Montañas, ya recuperadas del duro viaje, les dijo: —Estamos en Tokio, en el pueblo de Ota. Estuve aquí de pequeño, ha cambiado algo, pero estoy seguro. Ya podían volver a Saitama y cobrar lo que les correspondía.
Ota [Hideyoshi; Genichi; Masaharu] Salieron de aquel sitio sin preocupación alguna; la falta de voces y sonidos les indicaba que el sitio era seguro. La ciudad parecía estar desierta; sólo los barcos en el puerto, había al menos unos cinco de Fuben; pero había otro particular uno que destacaba del resto, uno que mostraba algo de movimiento en su cubierta, seguramente los piratas que celebraban un nuevo robo sin preocupación alguna. Genichi y Masaharu sonrieron a pesar del ajetreo; había sido una misión sencilla. —Viajeros de sake — mencionó una voz nueva, nada parecido a alguna escuchada en su camino a Ota. El dueño de aquella voz cansada y algo baja era un hombre delgado, su aspecto era pulcro pero su atuendo parecía ser de un simple guerrero entrenado en el campo; tampoco portaba indumentaria que marcaba a un ronin; posiblemente era un guerrero contratado por aquellos piratas. Contenido oculto —Se ven maltrechos — dijo el guerrero; pero aquellas palabras formales le indicaban a alguien como Hideyoshi que aquel hombre era culto, posiblemente sabía escribir; no podía ser un simple guerrero de arrozales —Vienen del barco de los Sawayama y no son piratas. Son espías del enemigo de esos incautos —dijo señalando el barco de piratas — No les diré nada; no me interesa aliarme a un pequeño grupo de piratas que no invierten en mejor seguridad; en cambio...—los señaló. El hombre era serio en cada palabra; no había altanería en sus palabras, tampoco hostilidad en sus movimientos. Era como tratar con un simple comerciante o aldeano —Me interesaría aliarme a ustedes. Si vienen escondidos es porque trabajan para los Sawayama. Yo quiero unirme a ellos, soy un buen guerrero; puedo demostrárselos. Tal vez, aquel hombre si es un simple ronin. Masaharu y Genichi miraron a Hideyoshi sin alarma; no buscaban despertar los reflejos de un posible enemigo, esperaron órdenes de su señor. Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Ota Desconfió de buenas a primeras. El acercamiento de este supuesto ronin era algo improvisado, y Hideyoshi no se veía muy convencido de adherir a sus palabras. —¿Qué te hace pensar que somos lo que dices que somos?—le planteó—. Cuando dices que quieres unirte a nosotros, ¿por qué? Quiero una justificación, y no me alcanza con que simplemente sea "que trabajamos con los Sawayama". ¿Quien eres realmente, ronin? Esperaba que el ronin diera un poco más de sí para poder generar algo de confianza. Si Hideyoshi reconocía automáticamente que eran espías podría ser entregado por este hombre si fuera un farsante y sus palabras falsas como las de un Taira jurando lealtad alguna.
Ota [Hideyoshi; Genichi; Masaharu] El hombre sonrió —Soy un hombre que quiere ganarse unas monedas; al igual que ustedes. Puedo pisar cualquier estandarte si quieres comprobar que no estoy aliado a ninguna de las casas enemigas de los Sawayama. Pero supongo quieres un nombre, me llamo Gon —dijo para después señalarlos —Cuál es su nombre, compañeros Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Ota Con un nombre la cosa era diferente, y ahora se sentía más confiado. —Mi nombre es Hideyoshi no Soga, y estos son Genichi y Masaharu, que no te darán mucha conversación. Vamos para Saitama, no puedo prometerte una vida de riquezas, pero sí una carrera en el oficio de la guerra, que quizás sí puedas capitalizar tarde o temprano. No estaba seguro si era un guerrero o un mercenario, si tenía honor alguno. Podía pisar cualquier estandarte dijo, ¿pero tenía algún principio moral que pudiera atarlo a la causa Minamoto?
Ota [Hideyoshi; Genichi; Masaharu; Gon] El hombre afirmó —Entonces... —dijo haciendo una reverencia completa — ...Estoy a su servicio por el momento; Soga no Hideyoshi — al erguirse nuevamente notó la ausencia de lenguas en sus dos silenciosos compañeros, volvió su vista a Hideyoshi —Cualquier moneda me será de ayuda, sea cual sea el medio —dijo con cautela —vamos, tengo un barco pequeño que podemos usar; los piratas seguramente estarán demasiado ebrios para poder ver un barco tan pequeño. Sígame, mi señor. Gon los llevó hacia el puerto dónde miró a sus alrededores, se quedó de pie unos momentos, posiblemente esperando una flecha si es que alguien los estaba observando. No fue así; el júbilo se escuchaba en las grandes embarcaciones. Gon miró a sus nuevos compañeros —No entiendo cómo no los ha eliminado el señor Sawayama; son muy descuidados ¿No cree? — subió al barco de un brincó y comenzó a acomodar las velas y atando las cuerdas. Ese hombre sabía lo que hacía. Gon miró a Genichi y Masaharu; quienes aun lo veían con desconfianza —Si quieren puedo entregarles a Suzumebachi —dijo extendiendo su katana hacia ellos. Contenido oculto John Whitelocke El rol de Hideyoshi continúa en Saitama