(Original) Dan y el misterio de la Serpiente Roja

Tema en 'Literatura experimental' iniciado por MrJake, 17 Noviembre 2012.

  1.  
    Ana inukk

    Ana inukk Gurú

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    Hola, ya que de aqui seran las elecciones más decisivas me enfocare en como quiero que se desarrolle la historia y no en el largo de esta.

    Mujer... mujer, tenia que ser mujer. Al principio pense en Derek luego me retracte por las chuletas, mis suposiciones en este momento son: Lisa, aunque timida tiene amigos que pasarian de ser persividos por ser menores y casi siempre los callados son preocupantes; la otra opción es Mary la cual obtendria la información de la misma "Enfermedad" desde como iria vestida hasta su relación con Dan.

    Mi opción escogida es: A, me parece interesante un analisis detallado de esos primeros mensajes.

    Un Beso, Ana Inukk.
     
  2.  
    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    A, sin duda. Las cosas deben esclarecer por completo. No debe haber un sólo detalle falante. Siento que si éstos mensajes se analizan con cuidado, los demás se revelará solo.

    Ay, Dan, en verdad que me encanta el tipo XD Jajaja, tiene su peculiar manera de ver las cosas. Con eso de que no lo leí por un tiempo se me había olvidado cómo era. Menos mal que lo recordé, merece la pena recordarlo. Uno de los grandes personajes que he leído. Es una pena que empiece a ser humanizado por la pequeña Salud que, en concordancia con él, me suena más a "Enfermedad". Ps, en fin, buen par de capítulos. Creí que me había perdido más, pero no, me alegro y tampoco tradé tanto en leer XD. En fin.

    Mujer, ash, por una extraña razón desde que se mencionó a Lisa pensé que la persona detrás de la serpiente roja se trataba una fémina. Ni siquiera cuando Mary fue sospechosa lo pensé, no, sino que al salir Lisa. No sé si sospechar de la calladita o no; tampoco sé si continuar con Mary como sospechosa. ¿Habrá alguien más detrás de? Habrá que ver. Lo que sí quiero saber son lo motivos de RedSnake, oh, sí; estos me tienen arrancándome los cabellos por la curiosidad. Ya dejé la votación. Espero que esto termine bien u.u Nos leemos en el próximo capítulo.

    Hasta otra.
     
  3.  
    MrJake

    MrJake Game Master

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    Título:
    (Original) Dan y el misterio de la Serpiente Roja
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
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    VOTACIONES CAPÍTULO 5:

    Opción A: 2 votos

    Opción B: 0 votos

    Se realiza la opción A.


    Capítulo 6: Dan y el centro de todo.

    Dos días para el fin de curso. Para la publicación de las notas. Salud regresaba de aquel día de su última clase particular cabizbaja y triste. Era cierto lo que Dan le advirtió el día anterior: el profesor de filosofía también fue totalmente injusto en la nota de su examen; otro seis fue lo que obtuvo, cuando ella conocía al dedillo a Nietzsche y su nihilismo, ¡qué demonios, si hasta leyó sus libros, estudió y estudió, se documentó, todo para entender el pensamiento de ese alemán! Sin duda no se merecía tan baja nota.

    Pero al fin y al cabo, según Dan ellos estaban siendo chantajeados todos. Obvio la directora también, de ahí su siete. Y por eso ella no iba a mover un dedo para que hiciesen ninguna doble corrección. RedSnake se había tomado con seguridad muchas molestias en descubrir secretos de los profesores para tenerlos a todos a su disposición, pero… ¿todo para que su nota, la de ella, que nunca le había hecho a nadie, bajase?

    Sin duda el mensaje revelando la infidelidad de Ana fue una “advertencia” de que podría difundir de igual forma lo que quisiese de los profesores. ¡Cuántos secretos sabrá!

    Entonces algo le llamó la atención, y era ver pasar por su lado, a toda velocidad, un coche que le era muy familiar, el coche de, ¿el padre de Fran? Pero no lo conducía él. Sino un hombre de escaso pelo, nulo, prácticamente, al que precisamente por eso le denominaban “el Calvo”.

    Salud enarcó una ceja. Juraría que el que conducía era él, el macarra más conocido del pueblo. ¿Por qué…?

    De repente, la policía apareció, también a toda velocidad, y comenzaron a seguir al coche. Mostrando una habilidad sorprendente al volante, los dos coches de policía local obstruyeron el paso al hombre, cortando los caminos posibles. En vano intentó retroceder marcha atrás cuando apareció otro coche que se lo impidió, cortando la carretera al colocarse abarcándola toda ella.

    Desde lo lejos, Salud presenciaba atónita la escena. De repente, oyó pasos corriendo detrás de ella. Era el padre de Fran, que continuó corriendo hasta donde el Calvo estaba. Fran, que iba con su padre, se detuvo jadeante junto a ella.

    —Hijo de puta, el Calvo —dijo, entre profundos jadeos.

    —¿Qué demonios ha pasado? —preguntó Salud, extrañada.

    Fran miró con ira hacia lo lejos, observando como a la fuerza sacaban al Calvo del coche que trató de robar, y los policías lo contenían mientras él gritaba como un tigre que ruge:

    —¡Niño del demonio, púdrete! —en referencia a Fran, mirándolo con ira desde lejos, mientras lo metían en uno de los coches de policía, gritando palabras malsonantes de todos los tipos dirigidos a un Fran que miraba con asco desde lejos. Justo antes de meterse en el coche, dijo—. ¡Maldito! ¡¡Él es RedSnake, ese niño es RedSnake, la jodida serpiente!!

    Salud dio un paso atrás ante aquello, mirando a Fran con sospecha.

    —¿Eh? —se sorprendió éste del gesto de Salud—. ¡No me digas que le crees, Salud! ¡Ese tío está pirado, ha intentado robarnos el coche delante de nuestras narices y de la policía, y ahora me acusa y tú, ¿le crees?!

    Salud lo miró. Era cierto, ¿por qué creer al Calvo? Aun así, ¿de dónde ha sacado él esa idea de que fuese RedSnake.

    Entonces volteó a ver cómo se lo llevaban a la comisaría, pasando el coche junto a ella. Al pasar el coche, creyó ver en la otra acera la figura de una chica… pero fue como un suspiro, de repente desapareció, un visto y no visto.

    Ella respiró hondo, y luego, extrañamente para Fran, comenzó a reír.

    —¿Qué haces? —preguntó él, que pensó que ella estaba volviéndose majara.

    Ella siguió riendo, mientras correteaba alegre hacia quién sabe dónde. En su mente, una cosa: ¡por fin podría darle Dan información buena!



    El chico de rostro inexpresivo pasaba su mirada por la pantalla del ordenador, leyendo por al menos séptima vez las palabras de aquellos tres mensajes.

    Entonces, llamaron a la puerta de su habitación, y él, sin siquiera apartar la mirada, dijo:

    —Pasa, Carmen.

    La madre entró con suavidad en la habitación, asomando simplemente su cabeza.

    —Daniel, ha venido a verte una amiga, dice que te diga que es la Serpiente —explicó extrañada—, ¿le dejo pasar?

    Dan por un momento quedó petrificado, ¿en serio la Serpiente Roja había venido expresamente a su casa? Algo le olía a chamusquina, pero su curiosidad era más grande que su prevención.

    —Que pase —dijo, voleándose y clavando su mirada en la puerta de la habitación, por la que supuestamente pasaría la identidad física de RedSnake.

    Claro, de nuevo casi se cae de la silla cuando una rubia entrometida asomó su cabeza lentamente, diciendo a su paso de la manera más ridícula e infantil a la que una persona supuestamente madura podía llegar:

    —Psss, soy una sserpiente —sacando estúpidamente su lengua.

    Dan suspiró tan hondo, que creyó hiperventilarse.

    —¿No podías decir que eras Salud? —preguntó indiferente.

    —No me habrías dejado entrar si lo hubiese dicho —sonrió ella, dejándose caer en la cama con brusquedad, rebotando ligeramente—. Tu espía viene a darte información de la buena, camarada.

    Dan intentó seguir con su tarea analizando los mensajes, pero no era capaz de concentrarse. No mientras ella siguiese allí.

    Salud miró desde la cama, con su larga cabellera rubia extendida en la cama, incrustando sus ojos azulinos en Dan, sin mediar palabra, solo seria, mirándole.

    Dan, que la veía de reojo mientras fingía leer algo, comenzaba a ponerse nervioso de que lo mirase así. Sin quererlo otra vez comenzó a alterarse, a latirle el corazón, y a enrojecerse. Sin pensarlo mucho, se giró con brusquedad a mirarla y le dijo, tratando de que cesase de mirarle:

    —¿A qué has venido?

    —¿No vas a invitarme a un refresco? ¿Una cerveza, un vinito? ¡Jo, Dan, no seas tan mal anfitrión! —bromeó ella.

    —No seas infantil, y dime ya qué narices quieres —expresó tajante él.

    —Borde —dijo ella entre risas. Luego aclaró la voz y se incorporó, quedando sentada en la cama—. Sé muchas cositas interesantes. He visto y deducido cosas sobre RedSnake, muchas cosas.

    —Seguro que no has descubierto nada nuevo —expresó con indiferencia él, girando su silla rotatoria de cara al ordenador de nuevo.

    Salud sonrió, pues sabía que se sorprendería con lo que iba a decir. Se aclaró la voz, y dijo con rotunda fuerza:

    —Han llevado al Calvo a la comisaría por intentar robar el coche de la familia de Fran. Él creía que Fran era RedSnake, y supongo que por eso intentó, eh, “vengarse”. Así que seguramente encarcelen al Calvo, pruebas no faltan, testigos tampoco, y los abogados de la familia de Fran no son precisamente malos.

    Dan simplemente se encogió de hombros, para nada se sorprendió, tal y como esperaba Salud. Indignada, ella siguió explicando conclusiones:

    —Y sé más. Esta mañana hablé con Juanito. Su padre lo va a mandar a trabajar a la ciudad, como “castigo” por la humillación que ha sufrido, ya sabes, por lo de su sexualidad. El padre, ya sabes, es muy tradicional. Se niega a financiarle los estudios, así que si quiere ir a la universidad, se lo tendrá que pagar él.

    Dan sonrió.

    —¿Y sabes dónde va a trabajar? —preguntó él, que por fin se mostraba interesado en lo que le contaba Salud.

    —Me parece que ejercerá de barrendero en un centro comercial de allá de la ciudad. No recuerdo su nombre…

    —¿El “RR Park”? —preguntó con media boca alzada.

    Salud chasqueó los dedos, y lo miró con sorpresa.

    —¡Eureka! ¿Cómo lo sabías?

    Dan solo reía en voz baja.

    —Nada de eso me sorprende demasiado —dijo después, indiferente, el chico. Aunque no lo reconoció, en realidad sí que no sabía algunas de las cosas que ella le contó—. Todo está clarísimo; aunque sí que debo reconocer que me equivoqué al pensar cuál es el motivo principal de RedSnake. El que yo creía que era el motivo no es más que un “complemento” para el objetivo real, el patético y ridículo objetivo real. Después de todo, RedSnake es listo, sagaz, y me cae bien, pero su objetivo es tan mediocre como el de cualquier persona normal y corriente.

    Salud lo miraba con interés.

    —¿Me vas a decir de una vez quién es RedSnake? Por lo que veo parece que ya lo sabes todo sobre él.

    Sonrió el joven.

    —Prácticamente —presumió Dan—. Estaba aquí analizando los tres primeros mensajes que él puso en la web. Y en ellos yacen los motivos secundarios de RedSnake. Con el mensaje de Juanito y el Calvo, él pretendía dos cosas: primero, que Juanito se largase del pueblo con toda seguridad, y sabía que ese bochorno era suficiente para que su padre lo pusiese a trabajar y lo largase de su vista lo antes posible. Y segundo, encarcelar al Calvo, quitárselo de en medio. Sabía que si lo provocaba, por ejemplo revelando su secreto más bochornoso, el Calvo querría hacer papilla a RedSnake. Entonces, cuando lo tenía provocado, bastaba con hacerle creer que Fran era RedSnake para que hiciese cualquier cosa a modo de venganza, como por ejemplo robarles el coche. Obvio lo pillarían, y al ser la familia más rica del pueblo la afectada, su encarcelamiento estaría casi asegurado.

    Salud escuchaba atenta.

    —Por otro lado —siguió él—, pretendía RedSnake arruinar al padre de Fran. Eso, claro, lo consiguió al menos en cierta medida revelando la incompetencia de él como jefe de su empresa. Si miras la bolsa, las acciones de la empresa han caído en picado; eso de seguro no será bueno para su economía, pero claro, ¿quién se va a fiar de alguien que usa los beneficios para disfrute propio y como consecuencia deja sin trabajo a decenas de personas?

    Salud se recostó otra vez en la cama, tumbándose esta vez de lado.

    —Claro, falta el mensaje de la infidelidad de Ana —continuó—. Esto ya te lo dije, era un “aviso” para los profesores, para que viesen lo que les podía pasar de no obedecerles. Comprobé, por cierto, los troyanos, y sí, tal y como pensaba, nuestra serpiente mandó “amenazas” a diversos profesores para que bajasen específicamente tu nota.

    —¿¡Pero por qué la mía!? —gritó ella, que se sentía extrañamente asustada.

    —Esa no es la pregunta clave. La pregunta clave es, y de ahí radica todo, ¿por qué la mía, la de Daniel Rivas, no?

    La rubia inclinó su cabeza sin comprender.

    —Pero piénsalo —explicó el avispado y sagaz joven—. El “ranking” de la matrícula de honor es: Yo, tú y Drake. Pero solo dos de nosotros recibirán una matrícula. Con el asunto de las chuletas, descartamos a Drake; y con lo de los chantajes a los profesores, desapareces tú de la lista. Ahora dime, si las cosas quedan como están ahora, ¿Quiénes recibirían la matrícula de honor? —sonrió pícaramente.

    Salud agachó la cabeza, meditando.

    —Yo y… la cuarta persona con nota más alta de la lista —sonrió de manera algo malévola.

    La ojos claros dio un salto y se incorporó de repente.

    —¿¡Esa persona!? —agachó nuevamente la cabeza—. Dices que esa persona, que la cuarta persona de la lista es… ¿RedSnake?

    —Eso es lo que creo; aunque no tiene porqué serlo, simplemente RedSnake quería que esa persona recibiese la matrícula de honor. Pero eso no es importante. Lo importante, como ya te he dicho, es: de los tres que superábamos su nota, ¿por qué os “atacó” a vosotros dos y no a mí? ¿Qué clase de criterio siguió para no atacarme a mí? Ahí, aunque parezca trivial, es donde está la clave.

    —A ver que me centre —dijo Enfermedad, respirando hondo y mirándolo de cerca—. Si quién tú dices ser RedSnake, la cuarta persona de la lista, realmente lo fuese, ¡no tendría sentido nada!

    Dan, ignorándola en realidad, volcó su atención en el monitor. La pantalla mostraba los mensajes privados a RedSnake:

    Dan: Eres una tía lista, pero ya te tengo casi cazada, guapa. Solo dame un par de días.

    RedSnake: ¿Ah, sí? ¿Casi me tienes, no? Veremos si logras tu objetivo antes del fin de curso. O si no lo haces, lograré yo el mío.

    Dan: No; tu objetivo lo tienes difícil. Eres igual de mediocre que los demás.

    RedSnake: Sabes que no es así. Los demás no son como yo.

    Sonrió el chico al leer el último mensaje. Con indiferencia, escribió:

    Cierto. Eres aún más mediocre que los demás. Besos, pronto nos veremos.

    Y sin más apagó su CPU y se dispuso a salir de la casa, mirando a Salud.

    —Vamos, Watson —se le escapó, no pudo evitarlo, aunque luego se sintiese algo ridículo, se emocionaba por la situación que se acercaba, el desenlace del caso de la Serpiente Roja—. Solo unas preguntas más, y podremos por fin acabar con esto. Tenemos poco tiempo antes de que anochezca, y debemos hablar aún con algunos sospechosos, antes de mañana. Porque mañana… mañana será el gran desenlace.

    Salud rió. Le estaba pidiendo fuese con él, lo cual era un halago para cualquiera que conociese un poco a ese chico. Sin decir más nada, se levantó.

    —Solo una cosa, Dan —dijo, haciendo que éste se diese la vuelta y la mirase—. Según tú, ¿cuál es el centro de todo esto, entonces? ¿Alrededor de qué giran las acciones de RedSnake?

    —¿El centro, dices? —sonrió malévolamente—. El centro tiene nombre y apellido: Daniel Rivas.




    Es la hora del interrogatorio final, pero no hay mucho tiempo. ¿A qué personas debe interrogar Dan? (esta es la más importante decisión de todas y la antepenúltima que haréis)

    A) A Juanito, a Lisa, y a Carlos.

    B) Al Calvo en la comisaría, a Fran y a Carlos.

    C) Al Calvo en la comisaría, a Lisa y a Mery.

    D) A Mery, a Juanito, e interrogar a Salud.
     
    Última edición: 23 Agosto 2013
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  4.  
    Borealis Spiral

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    Aceptaré que en esta ocasión no me agradaba la idea de ser la primera en comentar, jejejeje. Es que no me siento segura. Por una extraña razón aquí mi imaginación no vuela mucho; no sé si es por las opciones o porque tengo varias lagunas en la mente -.-' Ah, y eso que releí la historia, eh; pero nada, estoy en blanco. Aun así, después de tres días de meditármelo y siguiendo tu consejo de guiarme por mis instintos y sospechas, cojo la opción C

    ¡¡¡Ahhh!!! ¿Por qué? No estoy segura, pero allí están la sospechosa principal y una compañera más de Salud y Dan. A Lisa no la han interrogado y aunque sé que Salud defendió a Mery, no sé; puede que realmente ¿esconda algo? :/ Además, me gustaría saber por qué el Calvo acusó a Fran de ser RedSnake. ¿En qué se basó para sacar su conclusión? Tal vez enterarse puede ayudar a nuestos detectives... A menos que Dan ya lo sepa ¬¬ Lo que sí, me sorprendió sobre manera saber que el centro de todo era el mismísimo Dan o.o Comprendía que por algo no era víctima de los chantajes y burlas de la serpiente roja, pero que todo gire en torno a él es... ¡wow! Ya pues, me voy. Espero que alguien más comente y me apoye o me saque de mi elección XD Si no y continuamos y el fic se acaba mal, me sentiré responsable D:

    Anda pues, ya. Demasiados berrinches que ni al caso. Publico esto y no hay marcha atrás así que me despido deseándote lo mejor.
    Hasta otra.
     
  5.  
    Ana inukk

    Ana inukk Gurú

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    En el primer momento mi mente se volvio un nudo sin embargo luego se solto como agua que fluye... Opción C, me explico:
    1. Al Calvo alquien le tuvo que meter esa idea en la cabeza, que Frank era RS y si esa mujer hizo acto de presencia cuando lo atraparon, seguramente ella en persona cumplio su cometido.
    2. Lisa ya no me sigue siendo tan sospechosa pero de igual manera, es mujer e inteligente.
    3. Mary, Mary, Mary... ellla no a hablado realmente con Dan, lo a evitado de alguna manera, además de tener a Enfermedad como fuente de infomación me parece la más sopechosa.
    Mis teorias de conspiración: en mi imaginación se encuentra a una Mary trastornada, obsecionada con Dan... sin embargo no encuentro la conección de los otros hechos.
     
  6.  
    MrJake

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    OPCIONES CAPÍTULO 6:

    Opción A: 0 votos
    Opción B: 0 votos
    Opción C: 2 votos
    Opción D: 0 votos


    Capítulo 7: Dan y las últimas preguntas.

    La noche se venía encima, debían actuar rápido. Solo habría tiempo de, digamos, interrogar a ¿tres personas?

    El problema era, ¿a qué tres personas? Dan sabía casi todo, aunque no estaba del todo seguro, ¿y si se equivocaba? Él daba por hecho que la persona que estaba tras RedSnake era la misma que la que ostentaba el cuarto puesto en el ránking de notas de clase, aquella que ahora obtendría la matrícula de honor. Y es que esa persona saldría, aunque no lo pareciese, aunque fuese difícil de creer, beneficiada en cierta manera con todo aquello.

    Pero, ¿y si…? Esa era la pregunta. ¿Y si Dan se equivocaba al creer que él mismo era el centro e todo? ¿Y si RedSnake no era la persona que él creía, y por tanto simplemente fue alguien que, simplemente y por alguna razón, quiere “beneficiar” a quién él suponía era RedSnake?

    Por eso necesitaba asegurarse, asegurarse haciendo varias preguntas. Y elegir a qué personas debía preguntar era vital.


    La primera persona a la que había que visitar era el Calvo, en la comisaría. Ese hombre tenía más importancia de la que parecía, en realidad. En él podrían estar los detalles que necesitaba. O tal vez no.


    El policía dejó entrar a un insistente Dan acompañado de la joven Salud, y tomaron un asiento enfrente de aquella celda provisional mirando el chico a su interlocutor con mirada crítica.

    —Sabes que acabarás enchironado de por vida, ¿no? —dijo indiferente Dan, mirando sus uñas con arrogancia.

    El Calvo se pegó a las rejas dando un golpe fuerte y sacando su mano por ellas, agarrando a Dan del cuello y empotrándolo contra las rejas bruscamente.

    —Oye, niño, ríete de mí y te partiré la cara…

    Dan solo sonrió mientras junto a su ojo derecho surgía un moratón por el golpe contra el barrote.

    —Sí, pártemela, adelante —dijo entre risas—, así tendrán más motivos para condenarte por toda tu jodida vida, calvorota.

    Aunque sentía que debía arrancarle la cabeza a aquel entrometido niño, el Calvo lo soltó y se mordió la lengua, apretando sus dientes con fuerza.

    —¿Quién te ha dicho a ti que RedSnake es Fran? —preguntó Dan. Salud se acercó preocupada a él, mirando de cerca su moratón y tocándolo con suavidad. Dan estaba incómodo por eso.

    —Tiene mala pinta —dijo ella, preocupada, pero Dan le hizo caso omiso.

    —Pues el propio RedSnake, ¡ese mismo Fran! El niño del demonio, ¡se merecía una paliza, y no que le robase el coche!

    —En serio, sé que el ser… como tú normalmente va ligado a no tener muchas neuronas, pero, por favor, ¡razona un poco! —habló con descaro Dan, mientras Salud soplaba suavemente en su herida, y éste trataba de contener los nervios y de ignorarla.

    —Voy a ver si el poli tiene algo para ese moratón —dijo la rubia levantándose, pero pareciese que ella allí no existía para los otros dos.

    —Digo, ¿crees que RedSnake iba a revelarte su identidad tan fácilmente? —continuó con ese aire de superioridad el chico. El Calvo enarcó sus cejas—. ¿No crees que te mintió? Dijo que era Fran para que hicieses “algo” malo, y así sus abogados te metiesen en la cárcel. Lo que quería era vengarse de ti.

    La mirada encendida del Calvo se clavó en Dan.

    —¿¡Y quién es ese tío, y qué quiere de mí!? —preguntó con asco y golpeando los barrotes el hombre con alopecia.

    De la nada apareció Salud con una especie de pomada antiinflamatoria, se sentó junto a Dan y se la aplicó en la herida con suavidad. Cada vez incomodaba más a Dan.

    —Esto es mano de santo, te curarás en seguida —dijo ella, aunque de nuevo era ignorada.

    Dan, algo sonrojado por el frío contacto de los dedos de Salud y de aquella pomada, se aclaró la voz y siguió hablando:

    —Dime una cosa antes de responderte a eso, ¿a que frecuentas mucho el “club nocturno” que hay allá en la carretera, a unos pocos kilómetros de allí?

    El Calvo lo miró extrañado.

    —Sí, sí, has estado con un chico y tal, pero vamos, a mí no me la das, a ti te da igual el palo de golf, con tal de meter la bola en el hoyo, no sé si me explico —bromeó Dan, pícaramente.

    En otras circunstancias, Dan estaría en el hospital recuperándose de una ruptura de fémur. Pero las rejas y la policía le impedían al Calvo hacer lo que ansiaba.

    —¿Y qué, si voy allá?

    —No, tú haz con tu vida lo que quieras —dijo con aire de superioridad—. Si quieres ir a prostíbulos, ve, no es mi problema. Pero sí que lo es el que veas por allá a una pareja de amigos muy simpática a menudo, una pareja de hombres “felizmente” casados. ¿Me equivoco? ¿No veías por allá a nuestros profesores, al de filosofía y al de literatura?

    El Calvo se sorprendió de que ese crío supiese algo así.

    —¿Y qué, si los veo por allá?

    —Dios, ¿estoy teniendo un déjà vu? —bromeó Dan—. Tomaré eso con un sí —Salud, que acababa de terminar de “curar” a Dan, tragó saliva bruscamente, comprendiendo por qué Dan hacía esa pregunta.

    Dan se levantó y agarró los barrotes.

    —¿Como a cuánta gente has pegado palizas? Son tantas que habrás perdido la cuenta, ¿no?

    El hombre encarcelado sonrió con pesadumbre.

    —¿Y? Se lo merecen, a quien le pego es porque se lo merece.

    —Claro, Carlos se lo merecía, por estar con Mery, hace ya tiempo, una chica que te gustaba pero que obviamente pasaba de ti. Muy lógico —explicó él, arrogante.

    El Calvo agachó la mirada.

    —Bueno, solo tengo otra pregunta, y ésta es la única de la que no presupongo la respuesta. ¿Cómo contactó contigo RedSnake? Que yo sepa, no tienes cuenta en la red social.

    Tras meditarlo algunos segundos, decidió responder.

    —Me la hice. En el cíber-café. Me encontré en mi chaqueta un papel con un correo electrónico de esos y su contraseña, y me decía que entrase en esa cuenta en la red social.
    —O sea, que no entraste en un perfil tuyo, sino que alguien te dio sin que te dieses cuenta el perfil de otra persona, y RedSnake le mandó a esa persona un mensaje dirigido a ti, como si ya supiese él que ibas a usar su correo. ¿Y quién es esa persona, exactamente? —preguntó Dan, realmente intrigado. No contaba con esa extraña variable.

    El Calvo hurgó en su andrajosa chaqueta de cuero y sacó una nota, una nota escrita a ordenador. Se la entregó a través de las rejas a Dan, y éste abrió mucho sus ojos al leer aquello.

    —¿Pero qué…? —le descolocó bastante leer aquello. Salud, curiosa, alzó su cabeza para tratar de leer las palabras de ese papel, y se llevó las manos a la boca tras leerlo. Los dos “investigadores” se miraron y asintieron; tenían claro quién era la siguiente a quien debían interrogar—. Nos vamos, calvito. Que te lo pases bien en la cárcel.


    Dan caminó todo el tiempo pensativo, sin comprender del todo lo que había leído. Ese mail pertenecía a alguien que no tenía nada sospechoso… hasta ahora. ¿Tenía ella algo que ver en todo esto? Dan comenzaba a dudar si se había dejado algo sin resolver al mirar aquel correo: “lisa310395@...”


    La casa de Lisa era pequeñita, pero acogedora. Una bella casa a las afueras del pueblo. Golpeó Dan a su puerta con fuerza. Ansiaba hablar con ella. Tal vez por eso cuando ella abrió, no dudó en colarse repentinamente en la casa pasando por debajo de su brazo, quedando la joven paralizada.

    Salud sonrió avergonzada.

    —Eh, je, je —dijo nerviosamente—. ¿P-Podemos pasar?

    Lisa inclinó la cabeza a un lado, y luego miró cómo Dan curioseaba su casa sin vergüenza alguna.

    —Pasad, en realidad ya estáis dentro —dijo, tímidamente.


    Sentados en dos sillones, Salud y Dan quedaban justamente frente a la interrogada, que estaba sentada en el otro sofá, mirándolos uno a uno.

    —¿Qué relación tienes con RedSnake? —preguntó sin rodeos Dan.

    —¿Perdón? —se sobresaltó ella.

    Salud miró a Dan como queriendo reprimiéndole. Éste alzó los hombros con indiferencia.

    —El desvergonzado éste quiere decir que, esto —Salud quería arreglarlo un poco, pero no se le ocurría el cómo—; es decir, que si tienes una idea de quién puede ser RedSnake.

    —¿Y… por qué iba a tenerla? —Lisa se mordía sus uñas nerviosa.

    Dan dio entonces un fuerte golpe en la mesa que los separaba a él y a su interlocutora.

    —Dejémonos de tonterías, y dejemos la falsa timidez a un lado, Lisa —comentó con rudeza—. ¿Por qué tenía el Calvo tu correo y tu contraseña? ¿Por qué RedSnake mandó a tu cuenta el mensaje dirigido al Calvo, ene l que se acusaba a Fran de ser él mismo?

    Lisa enarcó una ceja mientras se mordía el dedo índice.

    —No sé de qué hablas. Yo no le he dado mi correo a nadie. Simplemente tenía curiosidad por saber quién era ese RedSnake. Eso es todo.

    —¿A qué te refieres con que tenías curiosidad? —inquirió Salud.

    —Creo que sé quién es RedSnake —comentó ella muy seria—. Desde el principio me llamó la atención. E investigué un poco, me gusta mucho este tipo de cosas, y no podía quedarme quieta sin hacer nada. Por eso le comenté a algunos de mis amigos que estaba investigando a RedSnake. Claro, no caí en la cuenta de que uno de ellos era realmente RedSnake. Luego me di cuenta, y… era tarde, no podía entrar en mi cuenta, porque habían cambiado mi contraseña —dijo Lisa—. RedSnake me engañó, imagino que usó mi correo para que pareciese su cómplice o algo así, pero él en realidad es…

    Dan chistó con fuerza. ¿En serio esa cría había llegado a la misma conclusión que él? ¿En serio tenía su mismo gusto por los misterios? ¿Todo este tiempo fue ella una “rival” que llevaba una investigación paralela a la suya? No, pero no iba a permitir que ella revelase su identidad antes de que el lo hiciese. Por eso se levantó con brusquedad y la miró.

    —No me resultas simpática —dijo con algo de molestia—. Que sepas que no me termino de creer eso que has dicho.

    Ella lo miró arqueando su cabeza a un lado.

    Salud miraba la escena riendo, ya que era algo cómica. Dan estaba “picado” con Lisa, ahora que sabía que alguien estaba interesado tanto como él en el caso. Era su “némesis”, y probablemente en realidad no pensase que ella tenía algo que ver, pero buscaba una excusa para involucrarla y así de alguna manera quitársela de encima.

    ¿O realmente ella mintió?


    —Esto, ¿Dan? —preguntó Salud mientras caminaban, ya de camino a interrogar a la última persona, puesto que era ya de noche, y pronto sería demasiado tarde para una visita a domicilio.

    —¿Hmm? —dijo él, sin frenar su ritmo ni voltear a mirarla.

    Salud lo miró con sospecha. Sabía a dónde se dirigían, y no le hacía nada de gracia que Dan siguiese insistiendo en lo mismo.

    —Pretendes ir a ¿interrogar a Mery?

    —Ajá —dijo el otro sin prestar demasiada atención.

    —¡Te he dicho por activa y por pasiva que ella no tiene nada que ver! Además, ¿por qué me da la sensación de que crees que es una chica?

    Dan sonrió.

    —Yo nunca he dicho eso. Además, según tú, Mery no es ReSnake. ¿Y Lisa, puede ser ella?

    —Yo no lo creo.

    —¿Entonces? ¿Quién queda, Watson? —se frenó entonces y la miró de arriba abajo.

    Salud quedó mirándolo fijamente sin comprender. Luego pareció entender lo que Dan insinuaba, y comenzó a reír.

    —Oh, es una pena, me has descubierto, Daniel Rivas. Yo soy RedSnake, la ssserpiente —bromeó—. Bah, sería una sorpresa muy grande que la ayudante fuese, desde el principio, la traidora. ¿Para qué hacía eso yo entonces, acercarme a ti? ¿Para obtener información? Es demasiado rebuscado, sabes que yo no sería capaz de pensar algo así.

    Dan se rió ante aquello, pero luego se dio cuenta de que esas palabras le dieron una gran idea.

    —¿Para qué acercarse? Para engañarlo… claro. Por eso lo sabía —y comenzó a reír—. No tiene mérito ninguno de esa forma —Salud suspiró, pues Dan estaba otra vez en su momento de deducción, hablando al aire sin ella entender nada—. Pero me sorprende que RedSnake sea tan incompetente. Nah, si no es más que un juguete más, como todos.

    Salud suspiró otra vez, mucho más hondamente, mientras reanudaban la marcha.

    —Qué raro eres —dijo en voz baja, sin que le llegase a escuchar.


    Al rato, Salud se encontraba pulsando el telefonillo del piso de Mery. Su voz se escuchó a través de éste, y le abrió a la joven.

    Subieron las escaleras hasta el tercer piso, en el que se encontraba su casa. La puerta estaba abierta, esperando a la visita. Ella no había visto a través de la cámara del telefonillo que Salud estaba acompañada.

    —Oh, ¿a qué se debe esta visita? —preguntó la anfitriona cuando cerraba la puerta tras dejar pasar a los dos visitantes—. Es ya un poco tarde.

    —No lo bastante —cortó tajante Dan, que quería preguntar rápidamente—. Según tú, no pudiste crear tu perfil en la red social porque ya estaba usándolo alguien, que es ni más ni menos RedSnake. Ahora dime, para tener tu correo, RedSnake tiene que conocer tu mail, tu contraseña no es necesaria. ¿Quién podía conocer tu mail?

    —No lo sé. Supongo que, de la clase, lo sabían pocas personas… Salud, mi ex, y poco más.

    Dan sonrió.

    —O puede que no hiciese falta que lo supiese nadie, ya que tú misma puedes ser RedSnake.

    —Mery, ni caso —dijo Salud poniendo su mano en la boca de Dan.

    —Es lógico que sospeches de mí. Lo único que puedo hacer para defenderme es decirte que yo no soy RedSnake, lo juro.

    Dan se apartó la mano de Salud de la boca y la miró a Mery con sospecha.

    —Si te creyese, dime, ¿por qué RedSnake cogería tu mail y no el de otro compañero de clase?

    Mery se encogió de hombros.

    —No lo sé. Yo no le he hecho nada a ningún compañero para que me desee el mal.

    Dan comenzó a curiosear unas figuritas que había en una estantería, mientras meditaba en silencio.

    —Entonces, ¿no crees que sea yo? ¿Has dejado de sospechar de mí? —preguntó temblorosa ella.

    Dan agarró una figurita de porcelana y la miró de cerca.

    —RedSnake, supuestamente —comentó—. Desea el mal a Salud, a Drake, al padre de Fran, a Juanito, al Calvo, y a ti, Mery. Y, si consideramos válida la declaración de Lisa… en cierta manera también se lo desea a ella, y Fran también recibe un daño colateral con la humillación de su padre. El único alumno que no parece perjudicado por RedSnake es…

    —Es… —dijo Salud, meditando quién podía ser.

    —Sí, Carlos —dijo Mery con la cabeza gacha—, mi ex. ¿Insinúas que él es RedSnake? —alzó la ceja la chica con mirada incrédula.

    —Eh, eh, eh, frena un poco —dijo Dan—. Nunca he dicho eso. RedSnake podría ser Carlos, sí. Pero también podría ser alguien de entre los perjudicados. Como, por ejemplo, tú —y rió.

    —¡Dani! —exclamó irritada Salud, que no le gustaba que el chico dudase de Mery y de ella misma.

    Mery suspiró y se dejó caer en su sillón.

    —¿Y en qué puedo ayudaros yo, eh? —dijo.

    —¿En serio nadie te desearía el mal? —siguió Dan—. ¿Ningún alumno o alumna de nuestra clase?

    Mery lo volvió a mirar sin entender.

    —Nunca le diste otra oportunidad —comentó Dan—. El pobre Carlos, ¿no crees que te tendría algo de rencor por dejarle y no querer volver con él? —sonrió, misteriosamente, mientras que salía de la casa indiferente, ignorando a Mery y dejando allá a Salud. La segunda miró a Mery.

    —¿Tú sabes de lo que habla Dan? ¿Sabes quién es RedSnake? Parece saberlo, pero nunca aclara quien es, solo añade sospechosos a la lista, simplemente le da vueltas y vueltas al asunto. ¿Sabes tú quien es él, Salud?

    Salud agachó la mirada, y mientras se levantaba y se dirigía a la puerta, le dijo:

    —Mañana… nos vemos —y sonrió, corriendo para alcanzar a Daniel Rivas.


    —¡Dan! —gritó la chica, mientras alcanzaba a Dan en mitad de la desierta carretera, ya plenamente de noche.

    El chico no se volteó, simplemente, siguió caminando, mirando fijamente al suelo.

    —Dan, dime una cosa. Después de todo lo que he oído hoy… yo creía saber, tras nuestra charla de antes, de esta tarde, quién era RedSnake. Y pensé que tú lo sabías y lo tenías claro. Pero ahora, Dan…


    A) …creo que RedSnake es realmente Mery

    B) …creo que RedSnake es Lisa

    C) …creo que Lisa es cómplice de RedSnake

    D) …sé que nunca te dejaste atrás ningún detalle. RedSnake sigue siendo quien en un principio pensaste que era.
     
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  7.  
    Ana inukk

    Ana inukk Gurú

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    Rayos al pareceer aqui está nuestra última decisión, primera vez que no se que debo responder. Me iré por la C. Lusa es cómplice y mary Rs sin embargo no creio que Salud acusase a su amiga por ello escojo esa opción.
     
  8.  
    Borealis Spiral

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    Ah, ¿sabes? Creo que seriamente esta historia me sacará ulceras XD Ok no, la verdad es que se pone cada vez más interesante. Hm, se supone que aquí saldría otro sospechoso y sería Carlos, pero RedSnake es chica, ¿no? Que Salud le preguntara a Dan y que éste le dijera eso de que nunca dijo eso, me hizo trastabillar en mi suposición y seguridad detectivesca como no te imaginas. ¿No puedo comentarte sin elegir nada? D: Supongo que no, bien, lo entiendo.

    Hm, pensar, pensar. Ana inukk tiene un punto y Mery continua muy de sospechosa :/ pero Salud jamás la dudaría de ella; la defendería máximamente. La C es una buena opción, ¿pero porque me llama tanto la D también? ¿Y si al final ninguno de los interrogados es el sospechoso y Dan simplemente los buscó para reafirmar sus sospechas en cuanto a quien realmente está detrás de la serpiente roja? Es posible, ¿no? Muy bien, estoy trastornada, hueca y sé que me equivocaré, pero elegiré esa misma, la D. Igual, si no hay más comentarios, por ser la primera la C gana. Jojojojo, le huyo a las responsabilidades XD Nos estamos leyendo. Te me cuidas un montón.

    Hasta otra.
     
  9.  
    MrJake

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    (Original) Dan y el misterio de la Serpiente Roja
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    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    8
     
    Palabras:
    3772
    VOTACIONES CAPÍTULO 7:

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    Opción C: 1 voto
    Opción D: 1 voto

    Gana la C por ser la más pronta en aparecer.


    Capítulo 8: Dan y la identidad de RedSnake.

    Dan miraba la televisión aquella noche, sonriente, porque sabía que el de mañana sería un grandísimo día. Al cambiar de canal, mientras al tiempo oía música y leía uno de sus libros, vio aparecer un anuncio, un anuncio del que no le haría falta siquiera escuchar para saber perfectamente las palabras que ahí se decían.

    "RR Park, donde podrás cumplir tus sueños. Con multitud de establecimientos de todo tipo, desde tiendas de ropa de más alta gama, hasta restauración de cinco tenedores y tiendas de informática y telemática, pasando por tiendas de mascotas y mucho más, el RR Park es el centro de tus sueños, un paraíso comercial donde podrás encontrar lo que quieras cuando quieras, y a un precio que no te imaginas.
    Disfruta de un trato cercano y una estancia agradable, ¡tenemos hotel dentro del RR Park!
    RR Park. Un proyecto de Daniel Rivas Romero"

    Rió con ironía Dan al ver otra de tantas veces ese anuncio. Y ese nombre. Escuchar ese maldito nombre que solo difería del suyo en un apellido.
    Un hombre de nombre Daniel, un tocayo suyo, fue el que logró hacer una montaña de un grano de arena y se cubrió de oro, de dinero, de gloria. Aunque para Dan, esa gloria era... mierda, pues no existía una palabra mejor para describirlo. Todo lo que se relacionaba al egocéntrico y sediento de poder empresario y dueño del RR Park Daniel Rivas Romero le provocaba náuseas.
    Aún recordaba a su madre llorar. Aún la recuerda gritar. Aún la recuerda con su rostro lleno de moratones. Todo porque Daniel Rivas Romero era un misógino, un hombre repulsivo que se dejó tragar por su dinero.
    Ese hombre era aquel al que Dan se negaba a llamar "padre", pues esa palabra engloba mucho más que simple compatibilidad genética. Pero tal es su desdicha que, ¿qué hacer sino quedarse en el maldito RR Park cuando por necesidad tenga que ir a la universidad? No hay otra manera de financiar estudios. La madre de Dan no puede costear un alojamiento fuera de casa, así como tampoco puede hacer lo propio con transporte diario hacia el lugar de estudio.

    Así que la única opción es aceptar la "generosidad" de su padre, que le ofreció alojamiento gratuito en su queridísimo RR Park.

    Nunca se atrevió su madre a denunciarle. Pues perdería, él tiene medios para que los abogados ejerzan toda su presión sobre ella. Por eso seguían casados. Y por eso él aceptó separarse del hogar familiar, a cambio de tener a su madre comiendo de la palma de su mano. Una pequeña paga era lo que a ella le llegaba de él, y lo que él dijese, a misa debía ir, y cumplido tenía que ser. Si el hombre quería que Dan estudiase alojándose con él, por mucho que él no quisiese, debía hacerlo. O las consecuencias serían serias para Carmen; desde una denuncia por abandono de hogar totalmente falsa pero que obviamente sería "verificada" por sus abogados, hasta la supresión del dinero que le transfería cada mes. O lo que es peor aún; que la obligue a volver a vivir con él.

    Sacudió Dan su cabeza tratando de quitarse de sus células grises la imagen de aquel estúpido ser. Iba a tener días y días para odiarle en persona. Era irónico, pero él, que manipulaba a quien quisiese, estaba sometido a la voluntad de ese hombre. Ni podía financiarse otros estudios en otro lugar, ni su padre se lo iba a permitir. Y el chivo expiatorio era ella, su madre.

    Dejando a un lado la historia de su padre, Dan repasó todo lo que debía decir mañana. El gran día se acercaba. El día en el que vería con satisfacción como RedSnake se sonrojaba al verse completamente desnudo frente a los demás, al verse demostrada la realidad detrás de todo aquello.
    Pero sobre todo no podía evitar pensar en las palabras de Salud hace unas horas:

    "—...creo que Lisa es cómplice de RedSnake".

    Esa chica había demostrado ser más eficiente de lo que parecía. Su peculiar Watson había hecho que Dan entendiese algo con aquella frase.
    Quizá no algo del todo relevante. Pero la conclusión de Salud explicaba algo.

    "—Piénsalo —dijo ella—. ¿Cómo sabe todo sobre RedSnake Lisa? ¿Debemos creernos que estaba invesitgando, simplemente? ¿Debemos creernos lo que nos dijo, que uno de sus amigos es RedSnake y que él se aprovechó de su mail y su correo? ¿Y si...?"

    Exacto, ¿y si ella estaba compinchada con él? Con el verdadero RedSnake.
    Pero eso no es lo importante. Eso no es lo que le hizo pensar. Lo que le hizo pensar es... que efectivamente Lisa sabía quién es RedSnake. Porque efectivamente, es uno de sus amigos. Y eso quiere decir dos cosas: o que ella es muy lista, y por tanto una "competencia", o que es cómplice y por tanto una "amenaza". En cualquier caso, Lisa nunca le gustó.


    Al día siguiente, todos los alumnos llegaron a clase, todos los profesores se preparaban para la víspera del fin de curso. Las clases ya no tenían ningún sentido, ya habían acabado las evaluaciones y simplemente los alumnos acudían a las clases para escuchar la charla de fin de año mentalizando a los alumnos del "nuevo mundo" y la "nueva vida" que les espera, así como deseando suerte. Esa misma tarde se pondrían las notas finales. Y ese era el fin de su "apuesta" con doña Ana.

    Esperó Dan al momento más propicio. A su lado Salud, y sin perder de vista a Lisa, los dos estaban nerviosos mientras pasaban las horas, esperando la rubia a que el chico se decidiese a hablar y a revelarlo todo de una vez por todas.

    Pero Dan quería que estuviesen las personas convenientes en el momento conveniente.


    Llegó la hora de matemáticas. La profesora y directora entró, como siempre, con su gran maleta en mano.

    Ella debía estar presente, claro. La apuesta de la matrícula de honor era precisamente con ella.
    Miró Dan a un lado y a otro, buscando que no faltase ninguno de los alumnos que debían estar presentes. Una vez visto que no faltaba nadie, se levantó de repente, ante la mirada fija de sus compañeros. Salud susurró.

    —Acaba ya con esto, Dan —sonriendo.

    Dan avanzó junto a Ana, le habló en el oído, y ella, estupefacta, asintió y tomó su asiento.
    Dan, frente a la pizarra, se aclaró la voz.

    —Bueno, es la hora de que hablemos seriamente. Sí, tú y yo —estaba hablando a alguien en concreto, sin mirar a nadie en particular durante su discurso—. Contigo, RedSnake. Me has dado mucho dolor de cabeza, pero nah, eres poco inteligente en el fondo. Algo, sí, no te quito mérito, pero, ¡vamos! ¿En serio mueves tanto por esta tontería? ¿Por tal ridiculez? Demuestras así que eres tan necio como todos.

    Volvió a aclararse la voz y luego su estilo de discurso cambió, esta vez hablando de forma más global.

    —Bien, los que no sois RedSnake estaréis un poco descolocados ahora mismo. ¿Quién es él? ¿Por qué lo hizo? El desvelador de chismorreos es ahora el chismorreo más grande del pueblo, ¡morís por saber quién es! —dijo con demasiado énfasis—. Pues bien, esto es una democracia. Si queréis saber quien es, lo diré. RedSnake es... —todos se quedaron mirándolo fijo, nerviosos por oír un nombre. Dan luego se rascó la cabeza—. No, espera, en las novelas de misterio no es así. Hay que crear tensión —Fran miró a Dan con irritación, mientras su pierna se zarandeaba mucho del nerviosismo. Salud solo rió levemente ante aquello—. Bueno, primero resolvamos la duda de ¿por qué? Hay un motivo, uno solo, para todo esto. Y ese motivo es tan ridículo que mejor lo dejo para el final. En fin, luego existen otros motivos secundarios, que pudieren parecer los verdaderos, ya que son más... "lógicos". Pero no, son solo un "ya que hago esto, aprovecho para". No sé si me explico.

    >>Lo primero fue el mensaje de Ana. Quedó zanjado ya que eso fue parte del plan en sí mismo. Ese mensaje era una advertencia para que los profesores, sumisos a él, que sabía secretos (o no, posiblemente solo vio el adulterio de Ana y aprovechó eso para amenazar al resto, quien sabe), no le desobedeciesen. Él quería que le bajasen la nota a mi compañera, Salud Jiménez. ¿Pero por qué a ella? Bien, esa no es la pregunta, la pregunta es otra, que dejaré para más adelante.

    >>Dos de sus objetivos secundarios los consiguió prácticamente con un mensaje: el de el Calvo y Juan. Pretendía aquí dos cosas: número uno, humillar al Calvo y generar odio en él para que más tarde acabase en la cárcel, todo gracias al padre de Fran —Fran agachó la cabeza irritado—. Y número dos y más importante, hacer que el padre de Juan se avergonzase de él y se negase a dejarle su negocio o a pagarle los estudios. Él se tendría que buscar la vida por su cuenta. En fin, también dejaré esto para más tarde. Sí que es curioso, ¿por qué ese recelo al Calvo? Bueno, él ha hecho muchas cosas malas, pero, ¿el qué para desearle tanto mal?

    >>Creo que quedó claro el objetivo del mensaje del padre de Fran. Venganza. Venganza porque por su culpa, un familiar de RedSnake perdió su trabajo y quedó arruinado. ¿Quienes acá tienen familiares en esas condiciones? Muchos. Luego así, difícil encontrar al verdadero RedSnake.

    >>Acabamos los mensajitos del demonio con el asunto de Drake y las chuletas. ¿Lo hizo la serpiente por venganza? Nah, no lo creo, ni por odio tampoco, Drake es un chico que no se relaciona con nadie como para generar esos sentimientos. Entonces, ¿qué motivo? El mismo que le hace desear que Salud obtenga más bajas notas. ¡Quitarlos de la matrícula de honor! ¡Para que ninguno de los dos la obtenga! Y aquí está la clave. En este punto encontramos por un lado la identidad de RedSnake y por otro su motivo.

    >>La identidad se obtiene fácil si buscamos una persona de esta sala que tenga estos rasgos: un familiar perdió su trabajo por culpa del padre de Fran, el Calvo le provocó algún daño directo o indirecto, desea que Juan se enfrente a su padre para que éste no le deje la panadería a su cargo ni le financie la universidad y saca algún beneficio de eliminar a dos candidatos a la matrícula de honor. ¿Alguna idea? —Dan dejó un tiempo para que contestasen, pero solo Salud, Lisa y la persona que encarnaba a RedSnake comprendían todo lo que decía—. ¿Nada? Bueno, os lo diré más fácil. Familiares de Salud, Juan, Carlos y Mery se ven perjudicados por el asunto del padre de Fran. El Calvo es el ex de Mery, y su otro ex, Carlos, sufrió una paliza a manos de éste. ¿Ahora mejor? —igualmente, nadie contestaba—. Vaya... ¿en serio no llegáis a la conclusión de que si quería la serpiente quitarse de encima a dos de los tres candidatos a la matrícula, no será porque él mismo era el cuarto en la lista y que al quitar al segundo y al tercero obtendría la segunda matrícula? ¿No deducís que se repiten dos nombres en el asunto del Calvo y del padre de Fran: Mery y Carlos?

    Hubo un silencio y luego un cuchicheo.

    —Entonces —habló Fran—, ¿dices que o Carlos o Mery es RedSnake?

    Dan negó con la cabeza.

    —No. Ellos tienen notas muy bajas, ni de coña llegarían al cuarto puesto. Entonces, piensa, ¿alguien relacionado con uno de los dos?

    Fran se rascó la cabeza.

    —Creo que no te sigo.

    —Sí, es fácil. El mismo Carlos o la misma Mery no fue él/la que se vengó porque le habían hecho daño. Fue otra persona la que se vengó porque su amigo/a había sido dañado de una forma u otra. Lo hizo por él, o por ella. Pero bueno, dejemos esto otra vez al margen, quiero tocar un punto importante.

    >> Antes dije que la pregunta no es por qué bajar la nota de Salud y fastidiar la de Drake, ha quedado claro que es para lograr el propio RedSnake la matrícula de honor. La pregunta es otra: ¿por qué ellos dos y no yo? Yo soy el primer candidato a la matrícula. Pudo atacarme a mí. ¿Fue casualidad que no lo hiciera? Para nada. Porque, por muy ególatra que suene, yo soy el motivo principal de RedSnake. Lo que la serpiente quiere es... a mí. Y se piensa que haciendo todo esto conseguiría impresionarme, ¡en parte lo hizo!, pero vamos, este motivo es... repulsivo —dijo, acicalándose el cabello—. Su intención era que quedase encandilado con su forma de actuar, con su mente, con lo brillante que es, y caería rendido a sus pies. Pero lo cierto es que no. Su plan iba a salir mal desde el principio, aunque no hubiese desenmascarado su identidad. Pero bueno, la serpientecilla sabía que podría salir mal, por eso aprovechó para "desahogarse" haciendo lo que no pudo, vengándose. Antes de largarse de aquí.

    >>Porque RedSnake se hubiese quedado aquí, en el pueblo, por mucho que le prometiesen que lo llevaban a la universidad, pues tenía "obligaciones" aquí. Solo deshonrando a su padre lo "castigaría" con lo que realmente para él sería una bendición. Porque si se quedaba sin el apoyo económico de su padre, no podría financiarse la universidad, y aunque trabajase, primero tenía que pagar la matrícula de ésta. Matrícula que se ahorraría si obtuviese la matrícula de honor. Porque deseaba vengarse del Calvo, porque desde siempre lo utilizó, porque desde siempre quiso que sufriera por reírse de él y por darle una paliza sin motivos a su querido y seguramente único amigo Carlos. Porque el lugar donde trabajaría sería idóneo para verme a mí todos los días, porque trabajaría en el RR Park, donde yo mismo me voy a alojar. Porque RedSnake pensaba que iba a caer encandilado ante su brillantez una vez allá en el RR Park entablase amistad conmigo, me revelase su identidad y yo, alucinado, me enamorase de él. Pero obviamente iba a salir mal —miró fijamente a uno de los presentes, al mismo al que ya todos miraban con mirada acusadora—. La verdad , me siento halagado, pero qué quieres que te diga, prefiero a los pelirrojos —bromeó—, querido Juanito. ¿O debería decir RedSnake?

    Juanito se levantó de su asiento apretando con fuerza su puño.

    —Pero... tú pensabas que yo era una chica —le dijo.

    —¿Yo? —respondió Dan—. Nunca he dicho eso.

    —Me hablaste en femenino en esos mensajes, Daniel —dijo el otro irritado.

    -Claro. Porque tú querías que creyese que eras una mujer. Pero lo que yo quisiera hacerte creer que creía no tiene por qué ser lo que creyese de verdad, aunque suene un tanto lioso.

    Juan miró fijamente a la mesa, mientras miradas de odio y de repulsión se clavaban en él, dentro de un irritante silencio.

    —Juan —dijo Carlos, que se sentaba a tu lado—, ¿tú...?

    —Yo nunca me he sentido a gusto conmigo mismo, ni con mi entorno, ni con nada. A mí me da asco todo lo que me rodea ahora —dijo, sin dejar de mirar la mesa fijamente—. Tan solo merecían mi respeto, tan solo me respetaron dos personas. Carlos, y mi hermano. Y él, mi hermano perdió su trabajo por culpa del ególatra de tu padre —miró a Fran—. Y por tu culpa, niña —miró a Mery—, un calvo enfermo de mierda casi mata a mi amigo a golpes. Por eso, cuando vi por casualidad como el Calvo se morreaba con otro hombre, vi las puertas abiertas delante mía.

    >>Hace... hace mucho tiempo que llevaba planeando vengarme del Calvo, de Mery y del padre de Fran. Y por eso me enrollé con el macarra calvorota, y oculté mi orientación sexual, no por complejo, me la suda lo que penséis todos vosotros, sino por estrategia. Revelarlo en público haría que el Calvo no se acercase a mí. Y quería tenerlo controlado para poder hundirlo.

    >>Todo cambió cuando llegaste tú, Daniel Rivas. Quizá no lo recuerdes, porque sé que no fui para ti nada especial en ese momento, ni siquiera me miraste, pero en el primer día que llegaste al pueblo, hace apenas un año, en la calle unos subnormales que antes solían burlarse de mí me estaban incordiando y tú apareciste... los quitaste de encima mía cuando estaban pegándome dándoles aún más fuerte. Les dijiste que "Ese chico al que pegáis es una persona corriente, como vosotros y como todos, simples títeres, nada os diferencia de él, pues como él, vosotros tenéis algo de lo que lamentaros, algo de lo que avergonzaros. Pero si un títere no respeta a otro, pasa a un nivel inferior aún. Esos títeres son los que no merecen respeto, y deben ser tirados a la basura. Casi todos los humanos somos títeres, la mayoría no son quién para reírse del otro". Dijiste esas palabras y te marchaste, dejándolos tirados en el suelo. Y desde entonces lo vi todo con otra cara. Yo no quería ser un títere. Quería ser algo más. Quería ser como tú.

    >>Te observaba, te veía, te estudiaba. Comenzó a ser enfermizo. Y entonces oí del RR Park y descubrí que tu padre era el dueño. Y que tú irías allá a residir. Fue entonces cuando idée el plan completo, todo por ti. Todo porque pensé que te enamorarás de alguien, da igual si hombre o mujer, que no fuese un títere como el resto. Que si descubrías que hay una persona entre millones que era como tú, esa persona por necesidad debía atraerte. Por eso, me "transformé" en RedSnake. Alguien que no fuese un títere. Alguien a quien pudieses admirar, y hasta querer. Pero, como bien has dicho, para el éxito del plan, tenía que librarme de la panadería y obtener alguna forma de empezar la universidad. Y esa forma era la matrícula de honor.

    El silencio se hizo de nuevo, y esta vez las cabezas pasaron sistemáticamente a mirar a Dan.

    —¿Sabes? Tienes razón en algo. Si encontrase a una persona que no fuese otro títere, probablemente querría estar junto a ella el resto de mi vida, ya sea hombre o mujer. Pero te equivocas en algo. Un títere, una marioneta, un juguete, no puede dejar de serlo nunca. Como mucho puede simular ser algo más. Puede disfrazarse, puede simular ser lo que no es, pero seguirá, por toda su vida y por los días que dure su existencia, un maldito juguete de trapo. Aunque a algunos muñecos de trapo se les coge más aprecio del que debería —esto último lo pronunció en voz baja, casi para sus adentros, al tiempo que miraba a Salud casi por inercia.

    Entonces Ana dio un golpe en la mesa.

    —Ya está bien, no quiero oír más explicaciones. Juan. Hazme el favor de acompañarme. Lo que has hecho tendrá su castigo.

    —Sí, señora —dijo Juanito, levantándose resignado y siguiéndola a ella, que salía por la puerta.


    Al día siguiente, el sol se ponía y la brisa acariciaba el cabello de Dan mientras él miraba al mar, sentado en la arena. Estaba relajado, y por una vez desde hacía algún tiempo podía disfrutar de tranquilidad sin nada en lo que pensar. En voz alta y reflexiva, dijo:

    —Un títere no puede convertirse en humano, pero... ¿puede un humano convertirse en títere?

    Ese pensamiento llevaba recorriéndole la mente mucho tiempo. Empezaba a preocuparle que la compañía de Salud le estuviese cambiando. Porque él no quería cambiar pero... no podía evitar hacerlo, mientras estuviese con ella.

    Fue entonces cuando una dulce voz se oyó a lo lejos. Dan se giró y vio como una chica rubia y de ojos azules y cristalinos saltaba alegre correteando en dirección a él. Pudo oír sus gritos: "¡Dani, Dani, Dani!"
    Salud llegó y se lanzó a la arena, agarrando a Dan conforme se lanzaba y quedando ambos tumbados, ella abrazando su pecho con un brazo.

    —Dan, ¡de veras, gracias! —dijo ella muy sonriente—. Gracias a ti, he logrado la matrícula de honor.

    —No ha sido gracias a mí, te la has merecido tú sola —contestó él indiferente.

    —Sabes que sin ti, ahora mismo Juan estaría con su matrícula y yo no tendría nada.

    —¿Qué ha pasado con él? —preguntó Dan, curioso.

    —No lo sé. Ni tampoco me importa mucho —luego sonrió mucho, para después decir— ¡Oh, cierto! ¡¿Qué hay de
    Lisa?! ¡No has dicho nada de ella en todo el tiempo! ¿Era su cómplice? ¿En verdad lo era?

    —No lo creo. Creo que ella simplemente lo investigó a fondo, a Juan, acercándose a él. Pero... algo no me gusta de esa chica.

    —¿El qué?

    —Supongo que eso mejor dejarlo para... otro caso —dijo medio en broma.

    —Pues espero que te las arregles bien en ese próximo caso sin tu Watson —dijo ella mirando al cielo, palabras que sobresaltaron a Dan—. Este verano lo voy a pasar en casa de mis tíos. No creo que pase por aquí mucho tiempo, pues cuando acabe el verano, me iré a la universidad. Así que, Dani, supongo que... esto es un "hasta pronto" —ella sonrió.

    Dan miró también al cielo. Nunca esperó eso, pensó que estaría todo el verano aguantando sus tonterías, deseando que se apartase de él, que aún le quedaban tres meses aguantándola... pero no era así.
    Se volteó casi sin poder evitarlo. Salud lo estaba mirando. La brisa se notaba, ambos se miraban fijamente. Salud sonrió, mientras sus ojos azules chocaban con los de Dan.



    FIN.

    Espero que hayan disfrutado, gracias a todos por seguirme todo este tiempo y por hacer esta historia interactiva posible. Es por eso, que con seguridad escribo lo siguiente:

    Continuará...

    Y no se crean que se han librado. Aún les queda una última decisión. Una que es vital para decidir cómo comenzará el próximo "caso" de Daniel Rivas "Dan". Es una decisión relativamente fácil. No se guíen por el "qué haría Dan", sino por el "qué haría yo en esas circunstancias". Guíense por sus sentimientos. Por lo que creen que está bien que suceda o lo que creen que nunca o al menos no todavía debería suceder.


    Salud mira fijamente a Dan. Un inexplicable escalofrío hace que la piel de éste se erice. Sus rostros se acercan por unos segundos, no pudiendo Dan evitarlo. Entonces es consciente de que solo unos diez centímetros los separan.
    A) Bésala.
    B) Déjalo estar.
     
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  10.  
    Ana inukk

    Ana inukk Gurú

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    Ahhhhhhhhhhh ¿sabes que jugaste con mis sentimientos? Me dolio, fuiste cruel... Lo tenias planeado desde el principio de eso estoy segura. De verias mejorar es como desarrollar esas ideas finales sin que sean tan confusas porque, a mí parecer, no fue la mejor manera.

    ¿Puede haber una eleccion indermedia? Pues colocarre dos opciones y toma en cuenta la que desees porque ambas me dejarian satisfecha.

    • Si fuese Dan: me invadiria el miedo de que me cambiara, mis dotes son parte de mi y caer en esas boberias de romance no serian lo mio; por lo tanto, me acercaria hasta el ultimo instante y voltearia la cara dejando mi frente en su hombro comodamente, la abrasaria. Ella como buena Watson haria una suposicion no del todo cierta que nos traeria estar juntos/separados a la vez en la universidad. Que se mude conmigo a RR Park y alli mi padre o me me obliga a trabajar para el o investigo sus negocion sucios en relacion con la familia de Lisa.
    • Si fuese yo en esa circunstancias: un beso timido se abriria paso con respiraciones agitada y mejillas sonrojadas, Salud esa medio loca se lanzaria literalmente sobre mi tomando eso como una invitacion completa callendo en la misma circustancia: juntos en RRPark, padre y sus negocios...
    Si ella tuviese que irse con sus tios para despues vivir en RRPark algo sucederia en ese viaje que se inmiscuiria tanto en su relacion como en su investigacion.
     
  11.  
    Borealis Spiral

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    Antes que nada, pido una enorme disculpa por la tardanza :( No tengo perdón. No obstante, habiendo leido ya, me veo incapaz de expresar mi sentir en cuanto al final de esta historia.

    Qué impacto de verdad! Para nada que esperaba esto. El propio RedSnake estaba entre las víctimas. No lo hubiese imaginado jamás. En realidad me entró duda de si era una chica o no desde el capítulo anterior, por eso Lisa y Mary ya no encajaban para mí. De allí que cuando Dan comenzó a hacer el recuento de todas las investigaciones y conclusiones, llegara a la idea de que se trataba de Carlos. Oh sí, él se convirtió en mi principal sospechoso y en mi mente era la. mismísima serpiente roja. Fue una sorpresa mayúscula enterarme de que no era así. Simplemente increíble.

    GL, como siempre un excelente fic. Al igual que el otro, me mantuvo al borde de la silla y con un intriga sublime. Asimismo, me dejó con un sabor de boca tanto bueno como malo. Bueno por cómo Dan consiguió su objetivo y desenmascaró a Juanito, y malo, amargo, por las intenciones del mismo. La verdad también me decepcionó, supongo que esperaba algo más no sé, complejo. En fin, buen trabajo. En cuanto a la decisión final, elijo la A, jojojo. Qué puede ir mal salvo que se ponga él mismo las cuerdas de las marionetas? Anda pues, me despido pidiéndote de favor que me avises del nuevo caso :)

    Hasta otra.
     

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