Microrrelato Oportunidad

Oportunidad​

— Una vez más… Solo una vez más… — suplicaba un hombre moribundo, recostado sobre un charco de su propia sangre en el piso de un laboratorio— Esta vez lo lograré…— aquella promesa no importaba a los científicos en la otra habitación, ellos solo deseaban probar su experimento y él solo era uno de varios sobrevivientes; pero para aquel hombre significaba la oportunidad de remediar el accidente que destrozo su vida en solo un instante.

Los lunares de luces rojas en la habitación se encendieron, la máquina comenzó a zumbar indicando que cobraba vida y cumplían su deseo preparándose para iniciar todo de nuevo.

Una sonrisa surcó el rostro de aquel hombre, se sentía débil y quizás esta sería la última vez que soportaría aquello, pero la promesa de recuperar a su familia y prevenir que murieran en aquella explosión era todo lo que necesitaba.

Despertó un mes en el pasado, durante las vacaciones que disfrutó en aquella playa. Donde en un par de días explotaría una bomba y borraría todo el lugar del mapa.

Aquel hombre no perdió tiempo y de inmediato se dirigió al casino para remediar la mala suerte que tuvo en ese lugar, juegos tras juegos en los que perdió todos sus ahorros. Esta era la quinta vez que jugaba y conocía perfectamente los pasos para vencer al sistema y ganar todo el dinero.

La obsesión siempre fue un defecto en su personalidad, pero ahora le serviría para salvar a todos.

Después de todo, si el destino le obsequio aquella oportunidad de viajar en el tiempo, la usaría para alegrar y brindarle un futuro provechoso a su familia. La primera vez se enfadaron por su derrota y se fueron al hotel, el epicentro del atentado. Pero ahora, como las otras veces, los llevaría de inmediato en un paseo alrededor de las otras islas para mantenerlos a salvo, mientras él se quedaba a detener el peligro y mantener su fortuna intacta.

Conocía el lugar, conocía la hora, conocía a los responsables, todo lo que debía hacer era contratar a algunas personas para que lo ayudaran a detener la catástrofe.

Y si, esta vez, todo resultaba perfecto, quizás disfrutaría de una nueva visita al casino para aumentar su basta fortuna.