Sailor Moon [One-shot] La última lágrima.

Título: .~*La última lágrima*~.​

Resumen: En ese palacio reina el silencio alrededor de aquella que quiso salvar el mundo, de aquella que quiso confiar en la raza humana.
Tipo: One Shot.​

Clasificación: K+
Advertencias: Utilizo uno de los nombres en su oríginal del Japonés por motivos personales. La historia se sitúa el el siglo XXX tiempo después de que Rini vuelve del pasado. ​

Género: ¿Angst?
No. de palabras: 2477 + título​

Lo siento Hyuuga, no pude entregar el fic a tiempo para el concurso, pero aún así lo pongo en el foro, espero les guste.

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.~*La última lágrima*~.​

La historia comienza en un mundo muy distante al nuestro, en una época distinta. Empieza en el lejano siglo XXX, en donde una paz sin igual ha sido destruida.

Cubierto por total oscuridad, el mundo está devastado. Las sombras cubren cada rincón del planeta, los rayos resuenan con fuerza, los mares salen de su cauce, los ríos están desbordados, los volcanes haciendo erupción y mucha gente muriendo, suplicando ayuda…

La ciudad más devastada es Tokio, Tokio de Cristal. No quedan personas con vida, no queda esperanza. El caos que una vez encerrara en su cuerpo Sailor Galaxia había vuelto para destruirlo todo… había decidido erradicar la luz más hermosa del universo, la única capaz de aniquilarla.

En el palacio de cristal que se encuentra casi en ruinas se escucha un atroz grito de dolor, segundos después se ven una rubia melena y un par de hermosas alas pasar disparados hasta topar con un muro. Una mujer de ojos color cielo se ve desplomarse desde la altura del muro en que fue el impacto.

Risa macabra resuena por todo que había sido el palacio y entre las sombras se distingue una silueta de mujer que camina a paso lento hacia donde se encuentra ésta otra… gravemente herida.

- ¿Hasta cuando vas a rendirte reina Serenity? –pregunta con su tono de burla y arrogancia.

Lastimada la mujer de dulce y triste mirada intenta ponerse de pie, más la fuerza le falta…

- Jamás… jamás voy a rendirme –murmura aun sin poder moverse para ponerse en pie.
- Qué lástima. ¿Acaso no te das cuenta de que ya no puedes hacer nada? Sólo mira a tu alrededor… todos, todos han muerto.

Los ojos de Serena se llenan de lágrimas, lentamente comienza a incorporarse y explora el lugar con la mirada, y para llenar su alma de dolor, por todas partes se encuentra con los cuerpos sin vida de sus amigas. Todas las sailor scouts fueron asesinadas, todas, incluida…

- Sailor Chibi Moon –susurra al verla tirada junto al cuerpo de Endimión.
- ¿Vez a tu familia? –dice volteando a ver lo que Serena veía–. Qué tonto…

Los ojos de Serena se crispan.

- ¿A qué llamas tonto? –le dice apuñando las manos con fuerza.
- Es tan sencillo… llamo tonto a morir por los demás. A eso.
- ¿Qué?
- Sólo mira a tus compañeras… ¿crees que es justo que murieran por protegerte? –esas palabras lastimaron a Serena–. Es tonto, ya que de igual manera morirás. Luego ese par… Endimión murió tratando de salvar a su hija, acto tonto ya que ambos murieron.
- Cómo te atreves… -dice entre dientes y luego le grita-. ¡¡¿Cómo te atreves a burlarte de ellos?!!
- Tranquila… pronto los alcanzarás.
- No… –piensa–. No puedo permitirme morir sin intentar una vez más derrotarla, no puedo permitir que la muerte de todas ellas… haya sido en vano.
- Pero qué tonterías estás pensando –le dice con una sonrisa.
- Acaso tú…
- Así es, puedo leer tus pensamientos.
- ¿Por qué haces esto? ¡¡¿Por qué matar a tanta gente?!!
- Y tú… ¿por qué arriesgaste la vida de tus seres queridos por personas que ni conoces?
- ¿Cómo dices?
- ¿Acaso no te has puesto a pensar la clase de personas que salvas? Caras vemos… corazones no sabemos.
- No… no te entiendo.
- ¿Por qué clase de gente crees que han muerto las sailor scouts, tu hija y tu esposo? ¿No pensaste que entre la gente que intentas salvar hay asesinos, personas que menosprecian a los demás, personas con el alma negra? ¿Y para qué lo hacen? ¿Para que sigan en lo mismo? ¿No lo has pensado así?

Los ojos de Serena se pierden viendo a la nada, comienza a pensar…

- Es verdad, nosotras… nuestra vida siempre estuvo dedicada a salvar al mundo sin pensar en nosotras. Siempre salvamos este mundo sin pensar en lo corrompidas que están las almas de las personas. Amy, Raye, Lita, Mina, Setsuna, Haruka, Michiru, Hotaru, Rini, Mamoru… nunca disfrutamos de nuestra vida, siempre fuimos obligados a proteger el mundo…

La sombra que permanece de pie frente a Serena quien permanece de rodillas, sonríe maquiavélicamente.

- Está dando resultado… –piensa–. Pronto el cristal de plata perderá el brillo y podré destruir por completo este mundo.

Serena seguía siendo víctima de esos pensamientos oscuros…

- Siempre me he preguntado ¿por qué tuve que vivir así?, ¿por qué ésta tuvo que ser mi vida?, ¿por qué no pude ser como cualquier otra chica?

Con ese último pensamiento sus ojos se ponen opacos y cae al suelo sin ver nada, mas con los ojos abiertos. Las carcajadas de esa maquiavélica presencia resuena por todo el vacío.

- Fue todo… ¡adiós, reina Serenidad!

La sombra creyó haber vencido, sin embargo no contaba con que muy dentro del corazón de Serena…

- ¿Pero qué pasa contigo? ¿Acaso no te importó verme morir? –su voz sonaba tan imponente como siempre, haciéndola sentir como la chiquilla tonta que había sido muchos… muchos años atrás.
- Esa voz… -susurra incrédula Serena–. Raye…
- Por favor Serena, no te rindas –creyó soñar al escuchar la melodiosa voz que sonaba a sonrisa.
- Amy, ¿estás aquí?
- Vamos Serena, no me decepciones –esa voz llena de confianza y firmeza la motivaron a levantarse y ver a quienes le hablaban.
- Lita… -sus ojos se llenaron de lágrimas.
- Oye… tú no eres así. Vamos, sonríe –esa cálida sonrisa, la que recordaba de cuando la general de las sailors era una chiquilla que buscaba amar y ser amada.
- Mina…
- Hay muchas buenas personas a quienes vale la pena salvar –siempre la razón en sus palabras, siempre con su voz que parecía un dulce susurro.
- Setsuna…
- Vamos cabeza de bombón. ¿Dónde quedó esa alegre niña?
- ¿Dónde está la que nos enseñó que valía la pena luchar para no sacrificar a nadie?
- Haruka… Michiru…

Ellas, ese par que le enseñó que el amor trasciende las barreras existentes o inventadas por el destino, esas mujeres que se entregaron siempre de brazos abiertos a la vida sólo teniendo en mente que a dónde fuera la una, era el lugar de la otra.

- No te rindas Serena, siempre vale la pena luchar por salvar a las buenas personas. ¿O acaso ya me olvidaste?
- Hotaru… -qué razón había en sus palabras. Ella era el vivo ejemplo de que no importaban las apariencias o lo que la gente dijese, ella, la sailor de la destrucción, ella había sido salvada por el voto de confianza que Serena había querido brindarle.
- Vamos Serena. No te rindas ahora, tú puedes mamá.
- Rini…
- No dejes morir a la persona que amo… no dejes morir a aquella que me demostró que no es importante el pasado, sino ver siempre hacia el futuro.
- Mamo-chan…
- Nosotras siempre estaremos contigo y no nos importaría morir mil veces por salvarte, así como para nosotras eres lo más importante –le dicen las sailor scouts…
- Lo más importante para ti debe ser salvar nuestro mundo –terminan Rini y Mamoru.
- Tienen razón –dice con una sonrisa–. No me puedo rendir, no puedo fallarle a las personas que confían en mí, debo seguir luchando por las buenas personas que quedan en este mundo.

Caos se percata de que algo ha cambiado en el corazón de Serena y voltea a verla.

- ¿Pero qué sucede?
- No importa… -dice Serena al momento que lentamente se incorpora.
- ¡¿Cómo?! Sigues… con vida.

Serena se pone de pie rodeada por una hermosa aura dorada.

- No importa que entre la gente que quiero salvar estén malas personas, o personas egoístas, no importa, ya que también hay buenas personas que confían en Dios y que se preocupan por los demás. No importa, porque todas… todas esas personas merecen otra oportunidad.

En este momento el cristal de plata comienza a brillar con intensidad.

- ¡¡¿Pero qué es esto?!!

Para su sorpresa todas las sailor scouts estaban de pie.

- ¡¡¡Pero estaban muertas!!!
- El amor ha hecho que vuelvan a la vida –le dice Serena muy firme–. Y prepárate, que esta vez… ¡¡¡me aseguraré de que nunca más vuelvas!!!
- ¡¡Pared del silencio!! –grita Sailor Saturn encerrando en un campo de energía a las sailor scouts, a los reyes y a Caos…
- Pero… qué… -Sailor Mars lanza a ella unos pergaminos para dejarla inmóvil.
- Se terminó Caos, esta vez sabrás el valor de los sentimientos -dice el rey Endimión.
- ¡¡¡Ahora Sailors!!! –grita la reina Serena.
- ¡¡Fulgor del agua de Mercurio!!
- ¡¡Saeta llameante de Marte!!
- ¡¡Centella relampagueante de Júpiter!!
- ¡¡Rayo creciente de Venus!!
- Grito… mortal…
- ¡¡Tierra… tiembla!!
- ¡¡Maremoto de neptuno!!
- ¡¡Dulce corazón rosa!!
- ¡¡¡Kyaaaa!!! –todos los ataques pegan de lleno a Caos y al parecer es destruida.

Sólo queda la presencia maligna flotando en medio del campo creado por Sailor Saturn.

- ¿Qué haremos ahora mamá? –pregunta Sailor Chibi Moon a Serena.
- No resistiré mucho tiempo –les dice Sailor Saturn.
- Si escapa la energía, algún día volverá -Sailor Mercury hablaba con preocupación.
- No… –dice Serena llamando la atención de todos. Ella sostenía en sus manos el cristal de plata…
- ¡¡No te atrevas ni a pensarlo!! –le grita Sailor Mars.
- Sailor Mars tiene razón. No lo haga reina Serena.
- Sailor Jupiter… -los ojos de la pequeña dama mostraban el abismo en que su alma se hundía-. Mi mamá no piensa liberar la energía del cristal de plata.
- ¿Entonces? –pregunta Sailor Venus.
- Ella quiere… atrapar la energía de caos en el cristal de plata -dice el rey Endimión.
- ¡¡¿Está loca?!! –grita Sailor Uranus…
- Ustedes me salvaron dos veces el día de hoy… yo debo pagarles salvando este mundo para ustedes.
- Mamá… si lo haces morirás.
- No se preocupen, yo siempre, siempre estaré con ustedes.

En cuanto dice eso cierra los ojos y el cristal de plata comienza a brillar absorbiendo la energía maligna…

- ¡¡Serena no!!! –Raye lloraba recordando los tan lejanos días en que discutía con ella por su irresponsabilidad.
- No lo hagas por favor –Amy también parecía verla aun lloriqueando por sus notas en el examen.
- ¡¡No te atrevas!! –Lita no podía olvidar que ella le brindó una sonrisa sincera cuando todos los demás le temían.
- ¡¡¡Serena!!! –Mina sentía aun la emoción y respeto que le había mostrado al conocerla.
- Reina Serena… ¡¡no lo haga!! –Setsuna recordaba a la reina que ella había conocido, a la que la liberara de su eterna soledad cuidando de la puerta del tiempo.
- ¡¡Cabeza de bombón no por favor!! –cómo olvidaría Haruka a la tierna niña que la hacía sentir feliz cuando en esos días sólo conocía la amargura.
- ¡¡Serena no!! –cómo Michiru podría sacar un instante de su mente a quien le mostró que debía confiar en los demás.
- ¡¡Sailor Moon!! –Hotaru aun sentía sus cálidos brazos rodeándola para ser salvada de esa gran coalición.
- ¡¡¡Mamá por favor no!!! –y ella no podía expresar aun con ese desgarrador grito todo lo que sentía por la mujer que la había traído al mundo, por la que había deseado crecer para ser como ella y sólo como ella.

Cada una de ellas le habla de la manera en que la recuerdan con más cariño, unas como amiga, otras con respeto y otras con agradecimiento, mas Serena no las escucha, ella ya ha decidido. Las sailor scouts sólo ven que las pestañas de Serena están húmedas, ella trata de no llorar…

- Serena… -piensa el rey Endimión con tristeza al ver que ella no cambiaría de parecer.

Al terminar de absorber la energía maligna el cristal de plata se torna en un color gris y el cuerpo de Serena comienza a petrificarse.

- ¡¡¡¡¡¡Serena!!!!!! –gritan todos.
- Siempre los amaré… -les dice mientras una lágrima resbala por su mejilla.

Esa sería la última lágrima de Serena… en ese momento termina de volverse una estatua de piedra y una luz intensa inunda todo el planeta, al desvanecerse esa luz, todo está como antes. El orden vuelve y las personas que habían muerto por culpa del Caos volvieron a la vida.

Todas las personas, las buenas y las malas… tuvieron otra oportunidad que la gran reina Serena les brindó a unas para cambiar y a otras… para ser mejores cada día.

- Mamá ésa historia estuvo muy bonita -dice una pequeña niña de cabello rubio y ojos azules a su madre, una mujer de larga cabellera rosa y ojos rojos.
- ¿Lo crees? –pregunta mientras ve por la ventana hacia un palacio–. Es la historia de mi madre…
- Cómo…
- Yo soy Rini, Sailor Chibi Moon.
- O sea que la historia que me contaste… ¿es la historia de la estatua que está en el palacio de cristal?
- Así es… es la historia de la última lágrima de mi madre, Serena, Sailor Moon… la gran reina Serenity, serenidad.
- Mami… -dice al momento que la abraza.
- En ese palacio reina el silencio alrededor de aquella que quiso salvar el mundo, de aquella que quiso confiar en la raza humana -es lo último que dice a su pequeña hija a quien puso el nombre de su madre-. Serena ve a dormir ¿sí?
- Sí mamá –la niña se mete corriendo y Rini se queda en el balcón mirando hacia el antiguo palacio.
- Es seguro que esta noche, como todas… mi padre se encuentra de pie frente a la estatua de mi madre, viéndola con melancolía y diciéndole lo mucho que aun la ama, así como también es seguro que las Sailors están ocultas tras los pilares viendo a mi padre con ternura y dedicándole una sonrisa de agradecimiento a la estatua de mi madre -un par de lágrimas resbalan por sus mejillas y una caricia del viento se las lleva a perder entre el rocío.

En el palacio de Cristal… tal como Rini dijo, el rey Endimión se encuentra de pie viendo la estatua de su amada esposa.

- Serena… no sabes lo mucho que te extraño, lo mucho que aun te amo. Mi pequeña cabeza de chorlito… -dice a la estatua…
- Serena… siempre estarás en nuestro corazón, siempre recordaremos a aquella niña tan alegre, más que nuestra reina… fuiste nuestra mejor amiga - piensan todas las Sailors.

“No estén tristes por mí… yo siempre estaré con ustedes… siempre los cuidaré…”​

Se escucha el susurro del viento diciendo esas palabras en el oído de cada uno de los que amaron a Serena Tsukino, a Sailor Moon… a la reina Serenity…

“Las personas, buenas y malas, necesitan otra oportunidad… ​

las malas para cambiar, y las buenas… para ser mejores cada día”​

.~*FIN*~.​