One-shot de Naruto - [One-shot] "El precio que pagar" [Neji/Tenten]

Hola a todos. Bueno aquí les dejo un pequeño one-shot que va dedicado a una amiga especial, ella es muy alegre y siempre me levanta el animo con sus comentarios, espero que les guste. Comenten por favor :3

Autor: hyuggaTenten.
Título: "El precio que pagar".
Fandom: Naruto.
Pareja: Neji/Tenten.
Tipo: One-shot.
Cantidad de palabras: 2,191 + título.
Género: Drama.
Clasificación: K+
Advertencias: Ninguna.

Dedicatoria: Risahyuga.

El precio que pagar​

Pequeñas y salinas... Las gotas de sudor resbalaban por todo su cuerpo. Su pecho estaba exageradamente agitado, y por más que intentaba recuperar su pulso no lo lograba.

Hacía frío. La temporada era otoñal; los suelos se engalanaban con las caídas y rojizas hojas de los árboles, dándole un aspecto pintoresco a los bosques del país del Fuego.

Él se encontraba desplomado en el pasto; su mirada lunar se perdía en el cielo, el cual, lucía adornos anaranjados y tenues tonos pastel; producto de la cercana puesta de sol.

Poco a poco su ritmo cardiaco comenzó a descender. Se había pasado toda una tarde entrenando desesperadamente, haciendo cosas que nunca antes se atrevió a hacer.

—Ya... casi es hora.

Sintió nostalgia en su corazón... El tiempo se le había ido más rápido de lo que pensó; exactamente no entendía lo que de ahora en adelante tendría que afrontar. Acaso... ¿se encontraría con ella? O quizás... iría a un lugar diferente, realmente no lo sabía.

Una brisa acarició su blanquecina piel... Dejó salir un suspiro; poco a poco cerró sus ojos y empezó a recordar aquello.

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—¡Lee y yo los detendremos! —gritó el líder del equipo—. ¡Ustedes dos vayan tras ellos! No los dejen escapar.

Los dos castaños acataron la orden y de inmediato partieron tras aquellos shinobis.

El equipo Gai fue enviado de emergencia a recuperar unos pergaminos que astutamente fueron robados. Sin duda alguna fueron ninjas de alguna aldea, aunque no sabían de cual, pues no podían identificar el símbolo en sus placas.

—¿Puedes verlos Neji? —preguntó Tenten.

El joven Hyuuga estaba a la vanguardia con la ayuda de su byakugan; él era muy analítico, así que no dejó escapar detalle alguno.

—Sí... Están aproximadamente a unos treinta metros de distancia, debemos aumentar la velocidad.

La kunoichi asintió y sin perder más tiempo lo hicieron. Ellos dos se conocían de años y siempre entrenaban juntos, por lo que sus movimientos estaban sumamente coordinados y se complementaban a la perfección.

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Aquél recuerdo fue el comienzo de su desdicha. El joven genio se preguntaba qué hubiera pasado si no los hubiesen encomendado en aquella misión. Quizás... habrían tenido un destino mejor.

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—Estamos cerca —farfulló el mozo con una sonrisa de satisfacción—. ¡Tenten!

—Lo sé —respondió con seguridad.

Acto seguido la castaña sacó un par de kunais, entrecerró ligeramente sus ojos para poder enfocar mejor, y con una precisión y puntería impecable... los lanzó.

—¡Eso! —festejó con orgullo.

Dio en el blanco. Eran tres los shinobis que huían con el dichoso pergamino; Tenten le dio a dos de ellos con sus armas, quedando solamente uno, aquél que atesoraba el papel.

—Entréganoslo o muere —amenazó el Hyuuga.

El ninja, al verse completamente solo y encerrado se volvió víctima del pánico; ¡definitivamente no sería asesinado! ¡No iba a morir en aquél lugar! No... Así que tomó la más peligrosa de las decisiones.

Los vientos empezaron a soplar con la fuerza de un huracán. Aquél shinobi extendió el pergamino y liberó la técnica prohibida.

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Una fuerte punzada atacó el exhausto corazón de Neji. No quería recordar aquellos momentos tan deprimentes y llenos de culpa de su agonía; pero era inevitable, aún no se libraba del problema, de hecho... Él estaba llegando a su punto culminante.

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—¡Detente! —gritó Tenten—. ¡Si sigues tú también morirás!

—¡Eso nunca! —empezó a reír maniáticamente—. ¡Me quieren engañar para quitarme este pergamino y matarme!

El cielo se tornó negro. El comienzo de lo peor fue anunciado por un rayo que cayó en el sitio donde estaban los dos shinobis de la hoja.

—¡Neji!

A tiempo... Los dos jóvenes lograron evadir el rayo, aunque la fuerza de éste los arrastró, ocasionando que rodaran hasta pegar contra un árbol.

—Mierda —murmuró el Hyuuga mientras se ponía en pie—. Ya no hay nada que podamos hacer... Debemos huir cuanto antes o moriremos.

Tenten sintió un enorme nudo en su estómago. No podía aceptar lo que estaba pasando, ¡Fallaron la misión! Se sintió totalmente incompetente, pero aún así asintió.

—¡Es tarde! —gritó el shinobi—. ¡Ya no podrán escapar!

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Nuevamente el poseedor del Byakugan sintió dolor en su pecho, y no sólo sentimentalmente... También físicamente. Su pobre órgano estaba luchando contra tremendos injurias que aquél suceso le causó.

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Un remolino de extraña energía se formó ante los pies de los jóvenes. Rápidamente fueron alzados por éste y comenzaron a girar violentamente.

“Este remolino... no es normal” —pensó la castaña.

¡Cierto era! Aquél espiral les estaba absorbiendo su chakra, el cual parecía ser transferido al shinobi que activó la técnica.

La fuerza de aquél vorágine empezó a aumentar con mucha rapidez. La piel de los jóvenes incoó a abrirse; miles de cortadas se les formaban en todo el cuerpo; la presión que sentían era brutal...

“Tenemos que escapar... y sólo hay una solución” —pensó Tenten, quien tomó su decisión final.

Estaba al borde de perder la consciencia, sus fuerzas y su chakra estaba casi consumido; a duras penas podía mantenerse despierta.

—¡Técnica de sellado del Arte de los ocho trigramas!... ¡Ciento veintiocho palmas!

El remolino se rompió. Neji abrió los ojos como platos al percatarse de lo que su compañera planeaba hacer.

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Seguía recordando aquello, y conforme lo hacía los dos tipos de dolor en su corazón aumentaba.
—Supongo que esa técnica era la única alternativa —murmuró para sí mismo sin mostrar en su tono de voz el dolor que sentía—. Pero...

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—¡No Tenten! —gritó para intentar frenar a su compañera.

Pero ella no se detuvo. Juntó sus manos y comenzó a reunir toda la energía y chakra que le fue posible.

—¡Tenten! —gritó nuevamente, pues los fuertes vientos hacían que cada vez se alejaran más.

—Neji... No hay otra opción.

Tenten completó todo lo necesario para efectuar su parte de la técnica, ya que aquél jutsu sólo se podía realizar a base de dos personas, más bien... Solamente Neji y Tenten eran capaces de hacerlo.

—Vamos Neji... De cualquier forma yo ya hice mi parte. Si tú no haces la tuya el resultado en mí no hará la diferencia.

El Hyuuga abrió los ojos hasta su límite cuando un par de lágrimas resbalaron por las mejillas de su compañera. Sintió mucha melancolía y un lago de tristezas, pero también entendió que no tenía otra alternativa, tenía que elaborar la técnica sí o sí.

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El sol bajó un poco más. Tardaría cuando mucho un par de minutos, el momento final estaba llegando para el genio.

No tenía miedo a lo que tendría que afrontar. Pero sí sentía temor de no volver a verla. Es decir... El momento que decidiría el destino de ambos estaba a nada de llegar.

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Neji elaboró aquella posición del clan Hyuuga. Cerró sus ojos y comenzó a concentrarse. Una vez que estuvo listo. Tenten le lanzó todas las energías y chakra que pudo reunir.

El Hyuuga las recibió. Ahora tenía diez segundos para concluir con la más poderosa de sus técnicas.

—¡Técnica de sellado del Arte de los ocho trigramas!... ¡Ciento veintiocho palmas!

Cierto era que esa técnica a simple vista era el jutsu de los ocho trigramas, pero no. Con cada golpe que daba lanzaba energía destructora, una que realmente atemorizaba, pues no había nada que la pudiese detener.

—¿¡Qué es esto!? —gritó aterrorizado el shinobi—. ¡La técnica está siendo absorbida por esos golpes!



Neji aumentó la velocidad de sus palmas a una velocidad impresionante... Era increíble la sensación del poder, pero también era inhumana, pues estaba consumiendo al Hyuuga, y él mismo necesitaba aplicar mucha resistencia.

—¡128 golpes de sellado!

Eso fue todo. El jutsu de ambos shinobis de la hoja logró destruir la técnica prohibida y apocalíptica.

El enemigo cayó muerto al instante. Las nubes negras tronaron y dejaron caer su melancólico llanto, como si los ángeles estuviesen llorando.

—Lo... logramos —articuló la castaña al tiempo de caer desplomada.

—¡T... Tenten!

Neji apenas podía moverse. Pero con todo el esfuerzo del mundo logró llegar junto a su compañera. Ella estaba agonizando, su respiración era débil y agitada, todo su cuerpo presentaba heridas y la sangre brotaba de ellas; siendo limpiada por la lluvia.

—N... Neji.

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Aquel jutsu que hicieron les ayudó a exterminar lo que deseaban, pero ahora les cobraría. Ellos lo sabían desde un principio, fue la primera y última vez que elaboraron aquella técnica.

Gai fue quien los instruyó para que pudieran perfeccionarla. Aquél jutsu solamente podían aprenderlo un miembro de la familia Hyuuga, y un compañero que tuviera la capacidad de coordinarse y complementarse a la perfección con él. Neji y Tenten reunían todos los requisitos, por lo que los del clan dieron la autorización a Gai para que se los enseñase.

Les tomó un año poder perfeccionarla. En un principio estaban felices por poder tener una carta tan poderosa bajo la manga; pero también fueron advertidos del riesgo que este presentaba: Si algún día llegasen a utilizarla, la persona acompañante del Hyuuga tendría que dar todo lo que posee, es decir, toda su energía espiritual, vital, corporal y el chakra. Esto ocasionaría una muerte segura unos tres minutos después de finalizar la técnica, pues el usuario ya no tendría ni la fuerza ni energía suficiente para poder recuperarse, sus órganos dejarían de funcionar... Ese fue el destino de Tenten.

Pero no solamente ella sufriría las consecuencias de usar el jutsu, ya que al usarlo, el Hyuuga prestaría todo su cuerpo; una leve porción de energía destructiva se incrustaría en él, la suficiente para ir consumiéndolo poco a poco. Cada día se iría debilitando más, su organismo empezaría a fallar, estaría totalmente expuesto a pescar cualquier enfermedad, poco a poco se iría deteriorando hasta... morir. Sí, ese era el destino de Neji. Pero él todavía tuvo la posibilidad de vivir medio año más después de haber usado aquella técnica.

**********

Los latidos del corazón de Tenten disminuyeron al grado en que no se podían sentir. Su temperatura corporal empezó a descender muy rápido y su piel palideció.

Neji estaba sumamente agotado, luchaba con todas sus fuerzas para mantenerse consciente. Se arrodilló por un lado de su agonizante compañera y solamente podía sufrir viéndola como perdía la vida.

—Neji... antes de que me muera...

En circunstancias normales ella ya hubiera muerto, pero sus deseos de decirle “algo” importante al Hyuuga, la hicieron aguantar un poco más.

—Tienes que... saber que... que... que te a... que te am...

Era inútil, ya no era capaz ni de completar aquella frase que era tan importante decir para ella ¡Pero debía intentarlo!

—Que te a... am...

Quizás esa vez lo hubiera logrado decir; pero Neji le colocó su dedo índice en los labios para hacerla callar.

—Ya... no hables Tenten —hizo una pausa para poder tomar un poco más de aire y seguir hablando—. Sé lo que me quieres decir.

Esa frase bastó para que la castaña sintiera un alivio en su alma, así que... Con mucho esfuerzo esbozó una débil sonrisa y miró por última vez a Neji con la mirada cristalizada...

Fue un par de segundos. Lentamente Tenten cerró sus ojos... Una débil, pura y cristalina lágrima se escapó; cerrando así... su muerte.

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Ese fue el recuerdo más doloroso de Neji. Él calló desmayado al instante en que su compañera murió.

Cuando despertó se vio en el hospital. Y aunque era un genio disimulando sus sentimientos... Aquella vez no lo pudo hacer con la tristeza que sentía. Nunca soltó una sola lágrima, pues no era algo que hiciera, pero si calló en una enorme depresión, una que no pudo superar aunque fingió que sí.

Aún así... su destino se marcó. En medio año más él sufriría las consecuencias de sus actos, y ese breve tiempo se pasó volando.

El día llegó, fue por eso que decidió entrenar esa tarde con todas sus fuerzas, en el lugar que solía hacerlo con su compañera. Y todo esto nos lleva al principio de esta historia.

Neji desplomado sobre el pasto mirando el cielo que poco a poco va perdiendo su color azul. Ha terminado de recordar todo lo que lo llevó hasta ese momento, todo lo que tuvo que enfrentar, y ahora... El sol está por ponerse, sabe que en cuanto llegue la puesta de sol... morirá.

—Diez segundos... —murmuró para sí mismo.

Diez segundos... sólo eso le quedaba de vida. La cuenta regresiva comenzó. Realmente no sentía nada en especial.

—Tenten... espero poder ir al mismo lugar que tú.

Un viento suave acarició su rostro. Tal vez lo alucinó, pero juraría que entre esa ventisca estaba mezclado el aroma de su compañera.

—Cinco segundos...

Su respiración empezó a ser débil y agitada; casi no podía inhalar el aire. El dolo físico que sentía en su corazón empezó a desaparecer junto con sus latidos... Se desvanecían como la espuma de las olas... todo pasaba en una calma inmensa...

—Tres... segun... dos.

Trataba de mantener sus ojos abiertos, pero le era imposible; lentamente se iban cerrando; sentía una pesadez increíble, pero también una calma.

—¿Tenten? —fue lo último que alcanzó a pronunciar.

Pudo visualizar por un segundo la silueta de la castaña. Ella le sonrió, se veía sumamente fresca.

“bum, bum... bum... bu...m” El corazón de Neji se paró.