Higashi no Eden [One-shot] All that I've ever known

Tema en 'Fanfics de Anime y Manga' iniciado por Gigi Blanche, 1 Mayo 2019.

  1.  
    Gigi Blanche

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    Escritora
    Título:
    [One-shot] All that I've ever known
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Drama
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1191
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    Puedo decir spoiler alert, pero la verdad de la milanesa es que si no te viste la serie igual no vas a entender ni joraca de lo que está pasando.

    No tiene spoilers como tales, sólo contenido de la trama.

    Y la canción utilizada es Falling down, de Oasis aka el opening supah top del animu <3


    Akira presionó el botón de pausa, deteniéndose allí por un nanosegundo antes de retirar el dedo. Nanosegundo suficiente para que Saki advirtiera y plasmara en su memoria el destello blanquecino de la luna impactando sobre su uña. Sus ojos quisieron mantenerse prendados en la imagen del reproductor de música, negro y elegante, resplandeciendo todo él bajo la misma luz blanquecina de la luna. Sin duda resultaba en una escena más bella que el dedo de Akira. Eso lo sabía. Pero los valores sentimentales decían otra cosa.

    —Son buenos, ¿verdad? —Akira se dejó caer en el sofá oscuro a su lado, estirando el brazo detrás de su espalda—. Hace días que no puedo quitarme ese tema de la cabeza.

    —Sí, son buenos. Oasis se llamaban, ¿verdad?

    Akira asintió enérgicamente, mientras en oposición a ello volvía a sonreír de aquella forma tan suya: jocosa, suave, tranquila, alegre. Todo al mismo tiempo.

    —¿Sabes? Me suenan mucho de alguna película que haya visto. Pero no consigo recordar cuál.

    Así como se había dejado caer, en un segundo estaba de pie otra vez, yendo hacia un mueble en el que almacenaba todas sus películas. Allí revolvió, sacó y volvió a meter las decenas de cintas guardadas. Un par rotas, otras sin caja, la mayoría llenas de polvo. En cuestión de minutos una nube grisácea se suspendió en el ambiente, danzando por el aire bajo la luz de la luna. Aquella habitación estaba en el piso superior del lugar; poseía un balcón que daba al río principal de la zona comercial. No había rascacielos cerca, por lo que la luna llena de esa noche no encontraba impedimento para relucir sobre el equipo de música, la uña de Akira, el polvo viejo levitando sobre sus cabezas.

    Saki se incorporó y permitió que la canción se siguiera reproduciendo, pero a un volumen menor. Luego caminó hacia Akira y se acomodó sobre la alfombra junto a él. Lo observó. Su pelo oscuro brillando bajo la luz de la luna. La piel pálida de su cuello. Detalló la forma en la que la punta de los cabellos le acariciaban la nuca al moverse. El flequillo ya le rozaba los párpados.

    Podría cortárselo un poco.

    —Takizawa-kun…

    —Ya te lo dije, Saki. —Por un segundo detuvo su tarea y giró el rostro hacia ella—. Puedes decirme Akira.

    Saki apretó los labios y apoyó la cabeza de costado contra la pared. Cuando Akira volteó, la luz pálida impactó sobre sus pupilas y el oscuro color de sus ojos brilló con una intensidad no correspondida a su tonalidad. Era por Akira que poseían ese fulgor. Era la chispa constante de vida y alegría propia de Akira la que conseguía que todo él brillara. Siempre. Incluso en la más recóndita de las habitaciones.

    —Akira… —murmuró Saki, y él se detuvo en seco—. Akira… —repitió de la misma manera.

    Lejos y lentamente, Akira cerró los ojos mientras presionaba el celular contra su oreja.

    —Ya acabó, ¿verdad? —susurró, incapaz de alzar la cabeza.

    —Así es, número IX. Lamento decirle que su presupuesto no alcanza para seguir prolongando la ilusión.

    —Ya veo. Conque al fin llegó a cero… —Sonrió sin alegría y se incorporó, yendo hacia la ventana. Observó el profundo cielo nocturno—. Dime, Juiz, y esta será mi última petición: ¿en qué estaba pensando Saki?

    —En lo que usted está pensando ahora, señor: lo hermosa que se ve la luna esta noche.

    Akira sonrió sin alegría y apretó los dientes. La voz le tembló.

    —Juiz, si me he quedado sin dinero, ¿por qué sigo hablando contigo?

    —Como esta será la última vez, pensé que querría... despedirse, señor: la verdad es que su presupuesto llegará a cero en tres minutos.

    —Eso con la ilusión estándar. ¿Y si le agregas sensibilidad al tacto?

    —Eso serían… veinte segundos, señor.

    La decisión le tomó menos de dos segundos.

    —Gracias por todo, Juiz. Fuiste increíble. Así que hazlo de una vez, y asegúrate de hacerlo bien.

    Veinte segundos.

    Giró la cabeza y se encontró frente a una Saki ruborizada, muerta de vergüenza por haberlo llamado por su nombre. Con ternura, le corrió el cabello del rostro y sonrió.

    Dieciséis segundos.

    —Takizawa-kun…

    —¿Eh? ¡Pero si acabas de llamarme Akira! —Suspiró, derrotado, y agitó la cabeza—. Ya no importa. —Sonrió de oreja a oreja y, sujetando su mano, la arrastró hasta la ventana.

    La canción ya iba acabando.

    Diez segundos.

    —Time will kiss the world goodbye.

    Estaba cantando la canción. Akira se encontró con la mirada sorprendida de Saki, y le sonrió.

    —Falling down on all that I’ve ever known.

    Cinco segundos.

    Akira inclinó la cabeza y extinguió la canción en los labios de Saki con una caricia suave y nostálgica. En tanto ella, pasmada, sólo podía pensar en el brillo increíble de los ojos del chico al que tanto amaba.

    Tan resplandecientes.

    Tan vivos.

    Tan…


    It's all that I’ve ever known.

    Cero.

    —Noblesse oblige. Lamentablemente no pudo convertirse en nuestro Mesías. El juego ha finalizado.

    El teléfono murió. Akira lo soltó, y sintió que no hizo ruido al caer. Como si el peso del universo recayera sobre sus hombros, suspiró abatido y se aflojó el nudo de la corbata.

    —Oye, Saki —murmuró de cara a la luna, oyendo la puerta a sus espaldas abrirse—. Fue un buen regalo de despedida, ¿verdad? Era lo mínimo que podía hacer por ti. Gracias por todo. Supongo que de una forma u otra nos volveremos a ver.

    La luz del pasillo se coló dentro de la habitación a oscuras, recortando una silueta humana alta y esbelta. Silueta que le quitó el seguro a su pistola y habló.

    —Empleando los últimos yenes que tenías en tu chica. ¿Estás demente?

    Sonriendo apenas, Akira se encogió de hombros.

    —¿No es lo que habrías querido que Johnny hiciera? —Hizo una breve pausa—. Quién hubiera dicho que tú serías el soporte.

    Sin avisos o preámbulos, el sonido del disparo se mezcló por un momento con la canción que sonaba. Akira trastabilló y su espalda impactó contra el vidrio de la ventana, cayendo hacia el suelo poco a poco.

    A dying scream makes no sound calling out to all that I’ve ever known.
    It’s all that I’ve ever known…


    —¿Eso? ¿Todo lo que he conocido? No me jodas. —Akira sonrió a medida que su visión se manchaba de negro—. Yo te conocí a ti, Saki.

    Te conocí a ti.
     
    Última edición: 1 Mayo 2019

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