Olvidados pero juntos

Re: Olvidados pero juntos

Capitulo 15
Cuando ya estaban por llegar a la nueva ciudad grande, aún estaban tratando de recordar lo que en la carta les habían dicho, pero nada lograron, así que planearon escribir una carta de respuesta donde le pedirían a Taino que les dijera más del pasado y le explicarían que habían perdido la memoria, lo planeaban hacer cuando terminaran de hacer su trabajo en la gran ciudad.

Todo sucedió de la misma manera, volvieron a situarse en la parte más alta de los edificios, uno se concentro en terminar a los que descubrían sus posición, avanzaban cada vez que terminaban con un grupo.

Una hora más tarde que la primera vez, fue cuando se agruparon todos en el centro de la ciudad, esta vez cuando ya había amanecido terminaron con todos. Ahora ninguno se sentó a descansar.

Estaban caminando hacía donde habían dejado sus cosas cuando escucharon el sonido de unos autos, no se preocuparon demasiado porque creyeron que se trataba de sus aliados, pero unos si se pusieron atentos, entre ellos estaban Kiza y Yone, quienes le pidieron a todos que no se fueran y los demás lo dudaron pero se quedaron.

En unos minutos los coches se hicieron visibles, entonces comenzaron a correr tratando de huir, eran coches enemigos de los que se bajaron de cada coche, alrededor de diez soldados, que al ver que se trataba de sólo unos chicos no dispararon, pero si los persiguieron. Lograron atrapar a Mayi y sus dos amigas, los otros tres chicos que las acompañaron intentaron ayudarlas, pero ellas prefirieron que huyeran. Los segundos atrapados fueron los pequeños mellizos pero los gemelos intercambiaron lugar con ellos con el uso de la fuerza, Kiza y Yone ayudaron a los mellizos a escapar, Kazu y Suji ayudaron a la otra niña pequeña, ya que su hermana mayor había sido capturada.

Mientras trataban de escapar, unos soldados lograron alcanzar a Yone y a Kiza, ellos inmediatamente hicieron que los mellizos huyeran, mientras que ambos se encargaron de detener a los soldados. Los herían con sus cuchillos o con sus pistolas, pero de pronto fueron rodeados por muchos soldados que les apuntaron con sus armas, Kiza y Yone sin dudarlo los atacaron, puesto que sospechaban que no los atacarían, y así sucedió. Lograron derribar a más de la mitad, pero inmediatamente llegaron más que sin permitirles hacer nada los sujetaron de todos lados, de las piernas, de los brazos y manos, del torso y de la cabeza, cuando ambos chicos se rindieron, les quitaron las armas y sólo los agarraron de los brazos.

En total habían atrapado a diez de ellos, les habían atado las manos y los llevaban en un camión.

 

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Capitulo 16
El lugar al que fueron llevados era una prisión bastante deteriorada, desde fuera se veía muy sucia y se escuchaba mucho ruido. Los llevaron a lo que era una prisión, era de colores grises, se veía demasiado sucia y se escuchaba mucho ruido, no había muchos guardias, y era muy extraño que todavía estuviera funcionando como cárcel, ya que en guerra, los chicos creían que las cárceles ya no eran tomadas muy en cuenta.

Les vendaron los ojos y los metieron, cuando llegaron a una oscura y no muy amplia habitación, les quitaron la venda de los ojos u lo que los mantenía con las manos amarradas. Cerraron la puerta y los dejaron a oscuras, las chicas que acompañaban a Mayi lloraban un poco por el susto, los demás estaban nerviosos por saber lo que les fueran a hacer. Pasaron casi dos horas, los nervios los mantenían al pendiente de cualquier ruido, que fue cuando escucharon y vieron abrirse su puerta, todos se encogieron más de lo que ya estaban, entonces entro un hombre fuerte y de unos cuarenta años, detrás de él, en la puerta, permanecieron dos soldados con las armas listas.

-No me importa si son niños, adolescentes, mujeres o enfermos, lo único que me importa es que me digan dónde se esconden sus aliados, así que comiencen a hablar- su voz era muy fuerte y mandona, pero nadie hablo, lo que lo hizo enojar, subiendo su tono de voz –Malditos niños, pero bueno, yo les intente facilitarle las cosas aquí pero al ver su poca cooperación, sufrirán las consecuencias- al terminar la frase, salió del lugar seguido de los otros dos soldados.

Pasaron los días, los chicos no tenían forma de ver cuantos días habían pasado, lo único que notaron fue que desde la vista de aquel señor, nadie había vuelto, lo que significaba que no les habían llevado comida ni agua, lo que los estaba dejando sin fuerzas, a los seis días, Mayi y sus amigas no pudieron más, al siguiente día, fue Kotaru y los hermanos de Zokun, al siguiente fueron Kiza y Yone, y al finalizar la segunda semana, fueron los gemelos.

Entonces entraron unas personas vestidas en unas ropas de prisión altamente desgastadas y sucias, esas personas, que eran cuatro, les dieron comida por una semana, hasta que lograron recuperar sus fuerzas.

-Es un alivio que estén bien, nosotros somos soldados aliados de ustedes y que fuimos capturados- dijo el que parecía ser más joven.

-Mañana ya no vendremos a ayudarlos, por eso es bueno que ya estén bien, es probable que no los veamos más, así que por favor, cuiden del país, no les digan nada, y se que es algo difícil pero por favor háganlo

Unos minutos después se los llevaron, ellos se despidieron con una sonrisa que no demostraba nada de alegría, sus mirada era triste y resignada; sabían que los había dejado vivir sólo para salvar a los chicos, y ahora su tiempo había terminado.

 

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Capitulo 17
Los chicos habían esperado por un largo tiempo la visita del primer señor, pero nunca volvió, y para su suerte ya no los dejaban sin comida, aunque la comida que les llevaban no era suficiente ni de buena calidad.

Cuando cumplieron un mes de su oscuro encierro, apareció el tan esperado señor, lo que les dio un poco de miedo, pero el señor simplemente los observo por un largo rato a todos, al verlos tan demacrados, con la ropa sucia y desgastada, y algunos con miedo en sus ojos, sonrió maliciosamente, se dio la vuelta y salió, los chicos casi suspiraron al ver que no les había dicho ni hecho nada.

Unos días después de la visita del señor, llegaron dos guardias que abrieron la puerta, eran más o menos de veinte años o más, uno permaneció fuera y el otro se paro se quedo en la entrada.

-Hoy los dejaremos salir a que tomen un poco de aire, pero les advierto que los presos de aquí, aunque no les importe la guerra ni sus resultados, pero son presos, no sabemos como reaccionen, y tiene ustedes, prohibido quedarse aquí, así que salgan- cuando termino de hablar se puso del otro lado del otro guardia, los chicos se levantaron después de unos minutos, se movían lenta y torpemente.

Salieron los diez de su oscura celda, los guardias los siguieron y los dirigieron a una gran cafetería, donde se encontraban los presos, una vez que los diez estaban dentro, los guardias cerraron la puerta detrás de ellos.

Una vez dentro, todo el ruido cesó, sólo unos momentos después se escucharon unas risas, murmullos y movimiento. Un grupo de hombres rodearon a los chicos, todos eran grandes, fuertes, con cara de maleantes.

-Así que estos son los que llegaron hace poco- exclamó un tipo que se acercó más –sólo son unos niños y dicen que eran del bando enemigo, pero eso que importa, nos alegra que nos hayan traído juguetes nuevos- al decir esto, la mayoría de los que se habían acercado soltaron una risa larga, las amigas de Mayi se asustaron, los chicos se pusieron frente a todos las chicas, para protegerlas de cualquier peligro.

Lo que paso después fue un gran desastre, los hombres se acercaron más a los chicos y de unas palabras se pasaron a los golpes, de los cuales los chicos supieron defenderse, aunque como los hombres eran más grandes y en mayor cantidad, terminaron perdiendo, los regresaron a su celda inconscientes, Yone se despertó mientras los llevaban lo único que escuchó fue:

-¿De verdad son ellos…?- el cansancio lo dejo inconsciente de nuevo, sin poder escuchar el resto de la oración.

 

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Capitulo 18
El tiempo que pasaron en ese horrible lugar no lo pudieron contar, sólo fueron dos veces más las que los dejaron con los demás presos y los resultados fueron los mismos, estaban comenzando a desesperarse de estar en ese lugar, aunque no hablaban entre ellos, podían notar la desesperanza y preocupación por los que pudieron escapar.

Un día, mientras ellos dormían después de la última vez que habían sido llevados con los demás presos, escucharon un gran ruido fuera, pero no hicieron caso, hasta que se abrió su celda, algunos alcanzaron a escuchar el grito que le advertía a los demás que los habían encontrado; los hombres llegaron, los cargaron en brazos a los diez y salieron.

Kiza despertó, una vez más, en una cama de hospital, a su lado volvía a estar Yone, tenía en su brazo inyectado algo que la alimentaba, Kazu y Suji se acercaron a ella, en eso también despertó Yone.

-Son los primeros en despertar- comentó Kazu –Están en un hospital tomado por nuestro país así que están seguros –cuando termino de hablar, los demás chico comenzaron a despertar, Mayi y sus amigos discutieron un poco pero al final se abrazaron, los mellizos corrieron a los brazos de los gemelos y lloraron diciéndoles lo mucho que habían temido por sus vidas, Arinoke también lloro en los brazos de su hermana, Zokun abrazó a sus hermanos y platico con ellos.

La noche fue lo único que separo a todos, aunque los más chicos se durmieron en la cama de sus compañeros o hermanos. Unas personas entraron a su habitación mientras todos se encontraban profundamente dormidos.

Despertaron en una habitación completamente diferente, esta era de color grisáceo, sin grandes ventanas, la única ventana que había, era una pequeña que estaba en la única puerta del lugar, estaban acostados en camas como de hospital, en el mismo orden que habían estado en la otra habitación. Notaron, Kiza y Yone como sus cuerpos pesaban, el simple hecho de levantar la cabeza les costaba trabajo, pero antes de que pudieran hablar entre ellos, entro un general.

-Se que se sienten extraños y que desconocen este cuarto, lo que es muy normal- comenzó a decir –Se sienten así porque son los efectos de las medicinas que le han suministrado, no tiene porque alarmarse lo que no estuvieron cautivos, a ustedes les dimos medicinas por el estrés que debieron pasar. Están de nuevo en nuestro país, ya que debido a las cosas que pasaron, necesitan un descanso, los primeros días no podrán salir y aparte serán constantemente medicados, así que por favor compórtense hasta que los dejen salir un poco.

El general salió sin esperar alguna pregunta ni nada. Cerraron la puerta de la habitación con llave, y a los diez minutos entraron unos soldados que les dieron sus respectivas cosas a todos.

 

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Capitulo 19
A su cuarto entraron dos doctores, después del desayuno, que llamaron a Kiza y a Yone, ellos los siguieron hacía afuera de la habitación. Un soldado permaneció detrás de los chicos, listo para detener cualquier mal movimiento que hicieran; caminaron por blancos pasillos, angostos, con muchas puerta con pequeñas ventanas.

Se detuvieron frente a una habitación, un doctor abrió e hizo pasar a los chicos, les ordenó recostarse en las dos únicas camas que había en el centro de la pequeña habitación, el soldado entro después de los médicos. Los doctores les pusieron una mascarilla ambos chicos, lo que los hizo dormir inmediatamente, les pusieron varios sensores en la cabeza, les inyectaron un líquido y les revisaron huesos y músculos.

Cuando se habían recostado, Kiza y Yone habían visto que el reloj que estaba sobre la puerta marcaba las nueve de la mañana; al despertarse la primera cosa que vieron fue el reloj, que esta vez marcaba las seis, después vieron a los doctores revisando las lecturas que sus cerebros habían dado. Una vez que los chicos despertaron bien, los llevaron de regreso a la habitación donde estaban los demás, llegaron al mismo tiempo que Tanan.

En la habitación se dirigieron a sus camas y se sentaron juntos, dándoles la espalda a todos, en unos minutos les llevaron su cena y casi en el momento en que se la terminaron, recogieron los platos. Todo quedo en silencio hasta que Mayi inició una conversación.

-¿Por qué nos vigilan tanto? No creo que después de todo lo que hicimos por el país, aún crean que queremos huir

-Nosotros no creemos que sea por eso- le contestó Suji –creemos que lo hacen por la forma en la que podremos reaccionar aunque no me explicó por qué.

-Pues parece que así es, pero para qué fueron todas esas cosas que nos hicieron hoy, digo, no es como si hubiéramos quedado traumados por lo que nos pasó, cinco horas de estar ahí fueron molestas, aunque estuviéramos dormidos- protestó un amigo de Mayi, lo que hizo pensar a Kiza y a Yone, se preguntaban si a los demás no los habían tenido el mismo tiempo que a ellos, en eso pensaban cuando se puso a su lado Tanan.

-Ustedes estuvieron más tiempo, me imagino que no saben por qué- les dijo y ellos negaron con la cabeza -¿y están bien?- ambos chicos asintieron con la cabeza.

La semana pasó completamente igual que el primer día, sólo que a Kiza y a Yone ya no los retuvieron más tiempo que a los demás, sólo el último día lo hicieron.

 

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Capitulo 20
El día después de su última revisión, los llevaron a todos, a una habitación casi como en la que habían estado, sólo que esta si tenía una ventana que daba a la ciudad que a pesar de estar bañada con unos rayos del sol, no se veía como una alegre ciudad o una tranquila ciudad, se veía como lo que era, una ciudad en guerra. En lo que veían después de mucho tiempo, el exterior, entro un soldado.

-Desde hoy están libres de ir a cualquier lugar, pero recuerden que deberán regresar en tres semanas a este lugar, de lo contrario los buscaremos y de la forma que sea los traeremos de vuelta. Habrá lugares donde les darán comida, estar por muchas zonas así que por comida no se preocupen– Cuando termino de hablar se hizo a un lado y los chicos comenzaron a agarrar sus cosas y salieron, cuando ya todos lo habían hecho, Kiza y Yone se acercaron al soldado.

-¿Podemos enviar una carta? No es para alguien que este aquí, pero no sabemos bien su ubicación ni como encontrarlo- interrogo Yone

-Lo siento, pero no será fácil de ese modo, así que mejor denle la carta cuando lo vean.

La respuesta los desanimo pero le agradecieron y salieron, afuera sólo quedaban unos cuantos de sus compañeros, Kiza y Yone revisaron su aparato para ver por donde habían ido los demás para dirigirse a donde nadie hubiera ido.

Caminaron por varias horas, su mente estaba en intentar recordar su pasado, ya que cuando había entrado a la habitación de las máquinas por tercera vez, el lugar se les comenzó a hacer parecido a algún lugar del pasado pero no lograban saber donde o como lo habían visto, por estar intentando recordar no se dieron cuenta de cuanto habían caminado, ni de los aviones, ni de los coches con soldados y enfermos, reaccionaron hasta que dos niños se abrazaron a ellos.

-¡Kiza! ¡Yone!- les dijeron y los voltearon a ver, era una niña de cómo ocho años y el otro de nueve años, ambos tenían ojos dicromáticos como ellos, sólo que ellos tenían uno de color naranja y otro de color verde, tenían ropas como de prisión, gastadas y con algunos agujeros, su piel estaba sucia, no traían zapatos, en su codo interno tenían marcas de varias veces haber sido inyectados en ese lugar, estaban un poco pálidos, y delgados.

 

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Capitulo 21
Kiza y Yone los agarraron de las manos y corrieron con ellos, llegaron a un lugar donde había un carro volteado y quemado, hicieron que los niños se ocultaran ahí, mientras ellos dos sacaron la carta e hicieron como si la estuvieran leyendo, fue entonces que se acercaron seis soldados, sólo uno les hizo la pregunta.

-¿Han visto pasar por aquí a dos niños?- los chicos quitaron su vista de la carta, y Yone le señaló hacía el este, el soldado agradeció y se fue con los demás al lugar señalado.

Una vez que ya estaban lejos los soldados hicieron salir a los niños y caminaron al lado contrario de donde les habían indicado, al poco rato cargaron a los niños para que las piedras no dañaran sus pies. Cuando ya estaba casi por oscurecer dejaron a los niños en un edificio y fueron por comida; ellos comieron un poco y les dejaron la mayoría a los niños, lo cual devoraron muy rápidamente. Después devolvieron los platos, subieron hasta el piso más alto del edificio y se sentaron en la cama y los niños se sentaron frente a ellos.

-¿De dónde son? ¿Quiénes son?- interrogó Kiza de una forma muy natural, los niños se sorprendieron.

-¿No nos recuerdan?- preguntó la niña

-Lo sentimos pero no recordamos nada, a penas y sabemos cuales son nuestros nombres, eso gracias a unos objetos que traían nuestros nombres.

-Bueno, muchos de nosotros quisiéramos olvidar lo que ha pasado, pero no lo que vivimos todos juntos- respondió el niño.

-Yo soy Kani y él mi hermano Hanei, los conocimos cuando llegamos a ese lugar cuando teníamos cuatro y cinco años, ustedes nos protegieron de los que se burlaban por nuestros ojos. Estaban con otro chico de mayor edad que también nos ayudó y otros niños, pero ustedes eran los que más nos cuidaban.

-¿Quién era el chico que nos acompañaba?- preguntó Yone

-… Era un chico de cabello negro, ojos azul claro que brillaban muy lindo, su piel era clara, él era alto y delgado, tenía diecisiete años y creo que se llamaba Taino- respondió Hanei.

 

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Capitulo 22
En la mañana, Kiza y Yone salieron de nuevo por la comida para el desayuno, les compartieron a los niños y regresaron los platos, luego agarraron sus cosas y salieron del edificio, pero en unos segundos fueron rodeados por soldados, se acercó sólo uno a los chicos.

-Sabíamos que estaban con ustedes- dijo el hombre, Kiza y Yone pusieron detrás de ellos a los niños –Tranquilos, no se los queremos quitar a la fuerza, si ustedes lo desean se los devolveremos, sólo después de acabar lo que estábamos haciendo y sólo si ustedes lo quieren.

-…- los chicos observaron a los niños, Hanei y Kani sonrieron un poco y asintieron –Queremos que los dejen quedarse con nosotros y que no les hagan daño

-Sólo eso tenían que decir- los chicos soltaron a los niños y estos se acercaron al soldado, después fueron rodeados por cinco soldados cada uno.
Kiza y Yone volvieron a entrar al edificio cuando ya no veían a los soldados ni a los niños, por horas estuvieron muy vigilantes ante cualquier sonido de personas acercarse, pero también su mente divagaba mientras intentaban recordar con lo que Hanei y Kani les habían contado, pero el dolor de cabeza por el esfuerzo, les hizo darse por vencidos. El cielo ya estaba oscureciendo cuando pudieron escuchar las pisadas que tanto esperaban oír; salieron del edificio y en seguida los niños corrieron a abrazarlos.

-Como prometimos, sanos y a salvo- dijo el soldado –ustedes no se olviden de que en tres semanas deben volver, espero y no tengan que hacernos buscarlos

El soldado se fue y los chicos entraron, dejaron sus cosas en el segundo piso del edificio y fueron por comida, cuando terminaron y regresaron los platos, Kiza dijo:

-¿No les hicieron daño?

-No nos hicieron nada malo, hasta nos dieron ropa nueva y zapatos, y una mochila- respondió una sonriente Kani

-… ¿Nosotros somos hermanos?- pregunto Kiza luego de un largo silencio, ambos niños los vieron con sospecha

-Pues sí- respondió al fin Hanei –ustedes siempre dijeron que eran hermanos, ¿hasta de eso se olvidaron?

-De verdad no recordamos nada, ni siquiera sabíamos que había guerra- respondió Yone, después se puso de pie junto con Kiza y agarraron sus cosas –Bueno, es hora de que duerman.

-No nos dejen- dijeron los niños y se abrazaron a Kiza y a Yone

-Pero sólo vamos a dormir en el piso de arriba, en la mañana nos volveremos a ver

-No, por favor, duerman aquí no queremos que nos dejen, todos lo hacen- los niños ya estaban llorando, Kiza y Yone dejaron sus cosas de nuevo y caminaron a las dos camas que había en la habitación, Kiza estaba con Kani y Yone con Hanei –Siempre hemos estado solos, los hemos extrañado mucho

 

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Capitulo 23
En cuanto dejaron de llorar, ambos niños, se quedaron dormidos, Kiza y Yone los recostaron en las camas, ellos se acostaron al otro extremo de la cama, dándoles la espalda, pero para la mañana cuando despertaron, Kiza y Yone, estaban durmiendo abrazados de los niños, iban a soltarlos, pero ambos niños se agarraron con fuerza de sus brazos, así que sólo pudieron esperar a que despertaran.

Después de que los cuatro desayunaron, retomaron el camino que Kiza y Yone ya tenían, aunque era un camino sin un lugar en específico para llegar. Caminaron por dos horas en completo silencio, los chicos mayores iban pensando en lo que habían hecho mientras dormían, se habían sentido casi felices de dormir con los niños; Hanei y Kani, sólo contemplaban sus alrededores pero comenzaban a aburrirse.

-¿Desde cuando son tan callados?- pregunto Hanei en el momento en que con su hermana se ponían en medio de ambos chicos y los agarraban de las manos, ahora los cuatro estaban juntos.

-No tenemos de que hablar- respondió Yone sin dejar de ver a la distancia, sin ver algo en particular.

-Entonces nosotros les contaremos de cuando vivíamos en aquél lugar- sonrió Kani al decirlo.

-Antes, ¿ustedes saben dónde queda ese lugar?

-Hace mucho tiempo que hemos tratado de recordar, pero todo es tan confuso, a penas y recordamos un poco de cómo era por dentro, pero no recordamos que hacíamos ahí

-Esta bien, tal ves encontremos a alguien que lo recuerde, mientras cuéntennos de cómo éramos antes.

-Yo comienzo- casi gritó Kani y alzo su brazo, Hanei le sonrió en modo de aprobación –Comenzare con el día en que nos conocimos- la volvió su vista al frente- Mi hermano y yo llegamos cuando teníamos cinco y cuatro años, recordamos que estábamos sentados en unas escaleras, ambos llorábamos quien sabe porque razón, entonces se acerco a nosotros un chico de cabellos negros al igual que sus ojos, según nos enteramos después tenía once años y se llamaba Nizu, lo acompañaban una niña y dos niños; nos hizo voltearlo a ver y en cuanto lo hicimos notó nuestros ojos bicolores, lo que lo hizo comenzar a mofarse y como nosotros aún llorábamos, sus burlas y comentarios no cesaron. Se detuvieron hasta que ustedes dos llegaron, le gritaron su nombre y comenzaron a discutir, fue Nizu el que se cansó y se fue, ustedes, se acercaron a nosotros y sin preguntar nos levantaron en sus brazos, nos dieron sus nombres, nos dijeron que tenían diez y doce años, luego se acercó Taino y también se presentó, él tenía diecisiete años. Desde ese día nunca nos dejaron solo y nosotros tampoco nos separamos de ustedes.

 

Re: Olvidados pero juntos

-Yo ahora les contaré de ustedes- inició Hanei- Eran buenos con todos los chicos, incluso con los que no lo merecían como Nizu y sus amigos. Conocían a todos, por sus nombres, por su edad y por su fecha de cumpleaños, no había niño al que no le celebraran su cumpleaños, bueno Nizu y sus amigos siempre se negaron a dejarlos celebrarles, pero ustedes cada año se los ofrecían. En cada cumpleaños, ustedes hacían pasteles de lodo, todos siempre diferentes, nunca hacían dos iguales; nos hubiera gustado arrojarnos el pastel y ensuciarnos, pero ustedes nunca nos lo permitían, cuando le preguntamos Taino, él nos dijo que hace tiempo si lo habían hecho pero que los habían castigado a todos, ya no recordamos como.

>>No había día en que no le hablaran a alguien, todas las mañanas caminábamos por todo el lugar, platicaban con unos jugaban con otros y arreglaban problemas; después de comer íbamos a donde estaban los chicos enfermos que no podían dejar sus camas, a ellos también les celebraban sus cumpleaños, sólo que a ellos les hacían pasteles de juguetes, era algo difícil para quien lo intentara, menos para ustedes, pasábamos dos horas jugando con ellos; al terminar volvíamos a afuera porque era momento de jugar todos juntos. Taino se encargaba de inventar el juego, ustedes organizaban a todos, los primeros años que los conocimos si jugaban pero después ya no lo hacían porque ya eran más grandes, pero no dejaban de organizar ni de observarnos y, junto con Tainos, darnos más ideas. Taino no era mayor de todos los que ahí vivíamos, había un chico de un año mayor, y otros cuatro de la edad de Taino. Eran días muy divertidos y buenos- Hanei termino con un suspiro, el cual secundo Kani.

Los cuatro chicos caminaban por lo que una vez había sido una de las ciudades principales, alguna vez había sido una ciudad grande, con parques llenos de verdes árboles, coches pasando por las avenidas y calles, personas por las banquetas y tiendas muy variadas. Ahora, ese lugar sólo era un gris escenario, los árboles no son más que maderas quemadas y muertas, lo juegos alguna vez llenos de color era metales sucios, oxidados y torcidos, muchos edificios ya habían caído, había cristales y escombros en el camino, así como autos olvidados y arruinados, el silencio era enorme. Kiza y Yone vieron algo que no permitieron a los niños ver, el lugar aún no había sido limpiado, había una calle entera llena de cadáveres de soldados, de adultos, de niños e incluso dos bebés que habían intentado salvar sus madres, pero todo había sido inútil. La escena casi hizo volver los estómagos de Kiza y Yone, pero para no intranquilizar a los niños, simplemente continuaron caminando.

Tardaron una hora y media en cruzar completamente la avenida principal, la cual les llevo a la salida de la ciudad, habían cubierto los ojos de los niños para que no voltearan por curiosidad. Hasta que se encontraron algunos metros lejos de la ciudad, dejaron a los niños ver, mientras ellos recuperaban el color de sus rostros y asentaban su estómago, Kani y Hanei los veían con cara de preocupación, pero cuando reiniciaron la marcha, se tranquilizaron.