Odio a mi ex (SasoSaku, DeiIno & NaruHina)

Hooolaassssss!! ¿Cómo andan gente? ¿Todo bonito, todo precioso, todo herrrrmoso? Si es así, me alegro muchísimo, que bueno volver a escribir, ya me hartaba xD, okisss, sin más…

ADVERTENCIAS: FIC UA, posible OoC. Si NO TE GUSTA pues hazla simple y NO LO LEAS.

Parejas: SasoSaku, DeiIno y NaruHina (Yo? Escribiendo SasoSaku?! O.O)

Resumen: 3 Parejas algo extrañas ¿Quién iba a decir que 2 de los chicos más serios de la escuela se enamorarían? Más aún ¿Quién creería que la ayudante bibliotecaria estaría con el chico más cool además de aquellos dos? Quien sabe, sólo habrá que convencer al destino de que, ninguno de los ex de cada chica, se entere de eso…

Aclaraciones: Texto normal. —Diálogos. -pensamientos”. Sekai heiwa = Paz Universal. (Me vino que así fuera ¬.¬)

Odio a mi ex

Capitulo 1: 3 Nuevas chicas, 3 nuevos desafíos.

Era un día precioso en la hermosa ciudad de Sekai heiwa, los pájaros cantaban, el cielo vestía un hermoso color azul y el viento jugaba con los cabellos de un chico de aspecto parecido al de una chica, su cabello era rubio cual destellos de Sol, sus orbes eran tan azules que a los zafiros mismos les daría envidia ese hermoso azul de sus ojos.

Junto a él, se encontraba caminando su primo, su cabello era también rubio y sus ojos eran azul cielo, llevaba el uniforme característico del instituto al que iban, consistía en una remera de manga corta y con líneas muy finas en color gris, encima de esta, usaban una campera ligera de terciopelo negro y unos pantalones de la misma tonalidad, además de una corbata azul obscuro. Era poco más bajo que su primo, pero lo bastante alto para pasar al chico que tenía a su lado. Un chico bajo, de cabellos rojizos alborotados y ojos miel que daban aires de dulzura.

Caminaban por el parque central de la ciudad, era un bellísimo parque y más aún en primavera, cuando todas sus plantas florecían, parecía el Jardín del Edén. Los chicos charlaban animadamente, hasta que uno de ellos, el más puntual de los tres presentes, se fijó en su reloj perfectamente limpio, sólo quedaban 5min. Para que se cerrara el portón, pensando en la escena que le alegraría el día, tomó el hombro de su mejor amigo y dijo:

— Dei…cerrarán el portón del instituto en 5, 4…

— ¡Llegaremos tarde!

Dicho esto, el rubio corrió a toda velocidad dejando, detrás de él, un camino hecho de llamaradas de fuego y, por ese mismo camino, su primo corrió para alcanzarlo. Sasori quedó detrás de todo, como lamentaba haber abierto la boca en vez de correr detrás de ellos y llegar más temprano, entonces pensó –“¿Qué estas haciendo aquí parado como un idiota? ¡Corre tonto! ¡Llegarás tarde!”- una vez que esas palabras sonaron en su mente, corrió detrás de ellos, alcanzándolos en sólo 2 segundos.

El instituto era uno de los más lujosos de toda Sekai heiwa, sus paredes eran de un mármol muy difícil de conseguir en el mundo, era un edificio de 13 pisos, cada uno con las baldosas de mejor calidad de toda la región, cada una de ellas, de un color aperlado, pero tanto, tanto, que podías ver tu reflejo en ellas, las paredes estaban pintadas de blanco, los salones eran amplios y espaciosos, y en cada uno, había tres filas de bancos y, entre ellas, se encontraban unas hermosas alfombras de terciopelo rojizo/bordó. Sí, se podía decir que ese era uno de los institutos privados más lujosos de la ciudad, puesto que, lo era, toda familia de la ciudad intentaba mandar a estudiar a sus hijos a aquella prestigiosa escuela, pero sólo los más distinguidos adolescentes lograban entrar.

Dentro del salón, todos, menos la maestra, estaban presentes, cada uno sentado cual angelito inocente que no era, todos, pero sólo uno, demasiado inquieto ¿qué pasaba con La Maestra Shizune? Ella nunca llegaba tarde al salón, ni menos cuando se trataba de dar clases de Historia y Geografía, clase preferida de los alumnos. Sasori notó la inquietud de su amigo, así que decidió hablarle para ver que era lo que le pasaba, normalmente no era tan ansioso o inquieto, por lo que le resultaba bastante extraña esa actitud, tomó su mano y le preguntó:

— Dei, tú nunca eres así de inquieto, ¿Qué te sucede?

— La maestra Shizune nunca se tarda tanto en clases de Historia o Geografía, hoy tenemos Geografía ¿Qué crees que le pase?

— No lo sé, pero tranquilo, me enteré de que hoy vendrían nuevos estudiantes, ha de estar por entra…

— Buenas tardes.

— Buenas tardes Maestra Shizune.

— Quiero presentarles a 3 nuevas alumnas, chicas.

Detrás de Shizune, se encontraban 3 chicas de alrededor de 16 años de edad, cada una con sus cualidades, la del medio era de estatura media, tenía un hermoso cabello rosado que le llegaba a la cintura, y sus bellísimos ojos jade hipnotizaban con el sólo hecho de cruzarlos; La de su lado derecho tenía su hermosísimo cabello rubio atado en una coleta bien alta, sus ojos eran profundos y de un tono azul marino, en cambio, la del costado izquierdo, tenía un cabello de un hermoso tono azabache azulado, sus ojos perlados y ni mencionar lo bien que le iba el uniforme escolar.

— ¿Ya viste? La de la izquierda es hermosa.

Mencionó en murmuro Naruto a su primo, este sólo le respondió pegándole un golpe en la nuca, provocando que en esa zona le fuera creciendo de a poco un chichón bien grande.

— Cállate.

— Con que chicas nuevas ¿eh? Será un gran reto ¿no creen?

— Sí, pero que sexy se ve la de la derecha.

Al instante de aquellas palabras, Deidara recibió un puñetazo directo en la nuca, justo como le había hecho a Naruto, pero este fue mucho más fuerte, pero tenía que admitirlo, las chicas si eran hermosas, pero no era hora de pensar en eso, esperaría a que pasaran el horario de clases para invitar a salir a la del medio, sería precipitado, pero valía la pena por una chica así.

Sólo eran unos adolescentes ¿qué les pasará luego del horario de clases? Quien sabe, por ahora, lo dejaremos en la carpeta de “misterios sin resolver”

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¿Qué tal quedó? ¿Feo, espantoso, horrible? Digan lo que quieran, acepto ayudas, criticas CONSTRUCTIVAS, comentarios, etc.

 

Hola gente!!! ¿Qué se cuenta de la vidamm?? Okisss, aki les traigo la conti de mi fanfic, espero que les guste ^^, recuerden bien aclaraciones y (como olvidé el Disclaimers), y Hinataonesan ¿recuerdas que te prometí que la conti te la dedicaría? Aki la tienes! Espero la disfrutes^^, será un especial NaruHina ^0^.

Disclaimers: Ni Naruto ni los personajes aquí presentes me pertenecen, son, por derecho, de Masashi Kishimoto.

Odio a mi ex

Capitulo 2: Decidido a conquistarte (Parte 1)

Daban las seis de la tarde en el instituto privado más prestigiado de Sekai Heiwa, todos los chicos estaban agotados, todos y cada uno de ellos habían tenido un día fatal, no por problemas con sus amigos, no por las tareas, si no por tener que soportar a sus maestros. Entre ellos, se encontraban Sasori, Deidara y Naruto, los únicos chicos en la escuela que habían tenido un buen día, después de todo, habían logrado sacar %90 en los exámenes, a excepción de Sasori, claro, quien había sacado un %100.

Charlaban animadamente sobre lo que les había pasado en sus clases, por que sólo en Geografía e Historia se podían juntar. Estaban muy concentrados en su entretenida charla, pero el andar de unas bellísimas piernas, junto con un cuerpazo que mataba, los sacó por completo de su charla, eran las 3 chicas que habían entrado en la escuela, cada una tan bella como cada uno las recordaba. Naruto, observaba atentamente cada delicado detalle del cuerpo de la de hebras azabache azulado, mientras que Deidara y Sasori se fijaban en las otras 2 chicas.

Por la forma en la que caminaban, parecían modelos profesionales, ni que decir sobre las faldas que debían llevar en el instituto, fue entonces que, Naruto, se decidió a invitarla a salir, de todas formas ¿Quién no saldría con el chico más cool de la escuela? Tomaría muy en cuenta que la chica, por su mirada gacha y su leve sonrojo, era tímida, por lo que la trataría con la mayor dulzura posible. Se acercó a ella y le dedicó una radiante sonrisa, una sonrisa, que sólo él podía dedicar.

— Hola, mi nombre es Naruto ¿Y tú?

— Ho-Hola Naruto, m-mi nombre es Hinata.

Dijo con timidez la de ojos aperlados, esos ojos cautivantes que sólo ella tenía, los cuales, volvían loco a Naruto. Ante la respuesta de Hinata, Naruto, sólo dedico otra sonrisa pero, esta vez, una que daba aires de confianza a la tímida chica, quien sólo lo miraba observando los azulados orbes del rubio Uzumaki. Naruto notó que Hinata se había quedado petrificada mirándole a los ojos, ante esto, dijo:

— Muy bien Hina-chan ¿te parece si después de la escuela vamos a Ichiraku Ramen?

— M-Muchas g-gracias Naruto-kun.

— Entonces, a las 8:30 salimos a Ichiraku, te esperaré. Bueno Hina-chan, debo irme, mi primo se molestará si no vuelvo, adiós, recuerda, a las ocho.

— S-Sí Na-Naruto-kun.

Dijo entrecortada la chica, estaba totalmente roja, el chico era muy apuesto, comprensivo, inteligente, era todo un ejemplar, siempre tan dulce con todos, tan bromista, no sabía que era lo que empezaba a sentir por él, pero era una sensación cálida y reconfortante, que la hacía levitar por los aires, una sola palabra le bastaba para sonrojarse, pero una charla la dejaba en las nubes, volando como un ave tan libre como el viento. No sabía que era, pero lo descubriría después.

Dadas las 8:30, ambos salieron en el auto de Naruto, abrochó su cinturón y el de Hinata, y en menos de 10 min. Partieron a Ichiraku Ramen, pero con Naruto al volante, eso fueron sólo 10 segundos. Cuando ya habían llegado, Naruto ayudó a bajar a Hinata del auto, sin quererlo, Hinata tropezó con una roca que yacía tranquilamente en el suelo, provocando así que cayera sobre el pecho de Naruto. Un sonrojo masivo por parte de ambos hizo que entre ellos hubiera un gran silencio muy incomodo, más aún, viendo la pose en la que estaban –“Vamos tonto, di algo, no quedes como un idiota”- pensó para sí Naruto, al instante, tomó a Hinata por la cintura con toda la delicadeza del mundo, para que no volviera a resbalar.

Caminaron hacia el puesto y, de inmediato, sonaron las típicas palabras de Naruto para pedir su orden:

— Viejo, dos platos de ramen por aquí.

— Hmp, vaya, baka, al final has conseguido novia.

Se escuchó una voz de terciopelo de un lado del puesto, un chico de ojos obscuros, y cabello azabache, con una actitud fría típica en él ¿Quién más iba a ser? Uno de los mejores amigos de Naruto, Uchiha Sasuke. Sasuke era uno de los compañeros de clase de Naruto en la primaria, a pesar de que siempre estaban peleando o más bien, saciando sus deseos de competencia, ellos se llevaban bastante bien.

Naruto, al descubrir la presencia del Uchiha, tragó y miró con dulzura a Hinata, luego dijo, claramente sin el respeto que se merece un Uchiha:

— ¡Hola, teme! ¡Cuánto tiempo de no vernos! Quiero presentártela, ella es Hyuga Hinata, es muy tímida.

—Hmp, Hola.

Dijo sin mucho interés por la conversación, él siempre había sido muy frío con todo el mundo, era así desde que eso había pasado, Itachi, el miembro de su familia en el que más confiaba, se había ido de la casa, dejándolo solo, triste, y con un sentimiento de desaprobación por parte de su hermano, había llorado tanto que sus ojos ya no daban lagrimas, se juró a sí mismo que jamás volvería a llorar por aquello, que se haría más fuerte, tan fuerte como él, y lo haría, para que por una vez, su hermano estuviera orgulloso de él.

Naruto y Hinata había terminado y miraban a Sasuke algo extrañados, estaba con sus brazos cruzados sobre la mesa, con su mirada sumida en el vacío, y sus manos temblaban. Naruto conocía a Sasuke, sabía muy bien cuando estaba sumido en sus pensamientos, cuando necesitaba hablar con él a pesar de que no lo dijera o expresara, siempre sabía como ayudarle, pero ésta vez, no podía hacer nada, sabía que Sasuke recordaba la partida de su hermano y, aunque no lo expresara, en su interior se podía ver a un pequeño Sasuke llorando de tanta tristeza.

Conmovido, Naruto tomó del hombro a Sasuke, dándole un par de palmadas, él comprendía lo que era el dolor de perder a un ser querido, en éste caso, el había perdido a su padre, por lo que comprendía lo que le pasaba a Sasuke. Hinata en tanto, miraba a Sasuke con expresión de “Pobre de él” en su rostro, perder a un ser querido no era fácil, pero la vida debía continuar.

Naruto se ofreció a llevar a Sasuke, pero éste sólo se negó, diciendo que podía ir solo, y que disfrutara de su cita con Hinata, Naruto no le dijo nada, sólo lo saludó y se marchó con Hinata en su auto deportivo. Hinata miraba el cielo repleto de estrellas y pensaba en lo hermoso que sería bajarle una a Naruto, para que en ella pudieran ser más felices, pero sabía que eso sería sólo una ilusión, notó que Naruto conducía hacía la playa, totalmente perdido en el cielo estrellado. Daban las 10:53 P.m. y estaban en la playa mirando la hermosa Luna llena, en eso, Naruto tomó la mano de Hinata, esta volteó a ver a Naruto, quien llevó una mano a su mejilla y dijo:

— Hinata…eres realmente hermosa.

— Na-Naruto-kun.

Naruto y Hinata fueron acercándose poco a poco, acortando cada vez más esa distancia que separaba sus labios, poco a poco fueron dejándose llevar y en un instante, unieron sus labios en un beso apasionado, que llenaba a ambos de mil emociones que hasta ahora no conocían, llenándolos de amor y pasión, cada vez profundizando más aquél maravilloso beso, que ambos habían esperado, a pesar de haberse conocido hace poco, ahora sabían que lo que ambos sentían…era amor.

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¡TACHAN! ¿Qué tal quedó, feo, espantoso, horrible? Comenten sin miedos, que son libre de opinar!...nah’ mentira, sólo acepto ayudas, comentarios buenos, criticas CONSTRUCTIVAS y demás, espero les haya gustado ^^, perdón que haya tan poquita narración, prometo mejorarla más ^^’

 

¡Hola! ¿Qué onda gente bonita que adoro? ¿Todo lindo, todo hermoso, todo perfecto? ¡Me alegro! Aquí traigo la segunda parte de mi segundo capitulo, emm etto priinczzazul creo que no pondré a neji u.u, como que no voy pa’ nejiten u.u, me va mejor hasta el SasuSaku pero nunca pa’ NejiTen u.u, OK, lo siento mucho, bueno, agradezco mucho sus comentarios ^^, ahora, sin más, mi fanfic.

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Capitulo 2: Decidido a conquistarte (parte 2)

Luego de su cita con Hinata, su primo lo fue a buscar para ir al instituto, había estado toda la noche sin poder dormir siquiera unos minutos, sólo pensaba en la hermosa sonrisa de la azabache, en aquellos ojos de Luna que lo hipnotizaban con sólo cruzarlos, en aquella risa tan encantadora y cautivante, pero más aún, en su embriagador aroma a rosas, aquél aroma que lo hacía volar entre las nubes. Sencillamente, no podía dejar de pensar en ella.

Cuando subieron al auto de su primo, Naruto notó que éste estaba muy ¿feliz? Quizá. Conducía con el radio a todo volumen en la canción “Don’t Trust me” de 3OH!3. –“¿Qué le pasará por la mente? Pobre…está cada día más loco”- pensaba con un tono muy sarcástico, obviamente, algo no andaba bien, al menos para Naruto, por que para Deidara, ese día sería el mejor. Había planeado esa cita perfecta toda la semana, y no desgastaría aquella magnifica oportunidad.

Llegando a al instituto, Sasori los vio llegar, notó aquel cambio de humor en Deidara, al instante, el mismo pensamiento que Naruto había tenido minutos antes de llegar, cruzó por su mente, claro, causando una pequeña risa en el pelirrojo. Ya en horario de clases, todos estaban sentados, pero, como era viernes, todos estaban cada cual en los suyo, Itachi jugando naipes con Kisame, Konan charlando por teléfono, Kiba discutiendo con Shino, nada cambiaba en ese salón tan peculiar que era el trescientos noventa y cuatro, el único cambio que había en aquél salón, era ese drástico cambio de humor en Deidara.

Cuando Kakashi-sensei se dignó a aparecer, todos ya estaban en sus asientos, acomodados como siempre estaban los viernes. Ino, quien acababa de llegar, se sentó en el lugar más cercano al de Hinata, que era justo al lado de Deidara, puesto que Hinata, se sentaba detrás. Atentos a la clase, el día transcurrió bastante rápido, mucho más rápido de lo normal, no hubo peleas entre Shino y Kiba, Naruto no abrió la boca en todo el día, cada uno estaba en sus propios pensamientos, quien sabe, hasta podría decirse que se habían vuelto unos verdaderos ángeles en el salón, pero…las cosas cambiarían luego del horario de clases.

—Oye, Ino.

Dijo Deidara, que estaba detrás de la rubia. Ésta optó por ruborizarse, pero tanto, que a Hinata le daría envidia. Al sentir que Deidara le tomaba el hombro, ésta reaccionó, saliendo de ese transe tan raro, no sabía que le pasaba, sólo sucedía cuando el rubio estaba allí, su corazón latía muy rápido, sus piernas temblaban, y se ruborizaba de tal manera que parecía un tomate. Saliendo de esos pensamientos, decidió responder, claro, para no parecer sorda o que pareciera que se iba a desmallar.

— Oh, hola Deidara, etto ¿Qué pasa?

Dijo Ino algo tímida, Deidara lo pasó por alto y siguió hablando tranquilamente con ella. Al pasar de los minutos, el timbre del almuerzo tocó, casi ensordeciendo a los que estaban dentro del instituto, claro, a Deidara no le importó mucho si se quedaba sin comer, puesto que aún estaban fuera, en el inmenso patio del instituto de Sekai Heiwa. Era un hermosísimo patio repleto de áreas verdes y árboles tan altos que parecían rascacielos, literalmente claro; en medio del terreno, había una bellísima fuente de mármol importado, sus aguas cristalinas salpicaban al ritmo del viento, que peinaba los cabellos de dos jóvenes que estaban sentados a un lado de aquella obra de arte.

—Entonces ¿Es por eso que viniste a esta escuela?—Dijo Deidara con una bella sonrisa, que derretía hasta el corazón más frío del mundo. Estaban sentados en el pasto a un lado de la fuente, disfrutando de la hermosa tarde que Dios les había regalado. El canto de las aves los calmaba, ambos estaban disfrutando de aquella bellísima tarde de primavera, que se vio arruinada por el espantoso sonido del timbre, que anunciaba que tenían que asistir a clases. Cuando Ino se estaba por ir, Deidara tomó su mano deteniéndola, esta se volteó para mirarlo a los ojos y preguntó:

— ¿Qué pasa, Dei?

— Es que, quería preguntarte si mañana podíamos…tú sabes, salir a comer algo.

Dijo el de hermosos ojos zafiro a la chica, quien al instante se ruborizó, estaba pensando su respuesta, Deidara se había hecho uno de sus mejores amigos, por tanto, no sabía que responder. Abrazó a su amigo hundiendo su cabeza en el pecho del contrario, diciendo en un suspiro enamorado:

— Me encantaría.

Dicho esto, besó la mejilla de su compañero y se fue, dejando al otro rubio en shock, quien tocó su mejilla y pensó –“Prepárate, por que si hay algo que sé, es que…estoy decidido a conquistarte.”- al instante, corrió detrás de ella, llegando al salón de clases justo a tiempo para empezar. Allí, ya todos estaban ordenados como siempre, ahora tocaba clase de Matemáticas, que era con la Señorita Kurenai, no le importaba mucho dormirse en clases, después de todo, eran Matemáticas, una materia que a él no le gustaba mucho, además ¿Cómo lograría concentrarse si sólo pensaba en Ino? Esbozó una suave sonrisa y se concentró lo más que pudo
-“Mañana será un largo día, después de todo, es Sábado ¿Qué más podría hacer?”-.

Ese día había sido agotador, sólo pensaba en una persona, aquella “personita especial” que había logrado enamorarlo de tal manera, que suspiraba con sólo pensarla, sólo pensaba en el hermoso día que sería mañana, sólo pensaba en ella, en la chica que le arrebataba el sueño, en Ino.

Mañana, mañana, mañana ¿Qué pasará en el restaurante más famoso de Sekai Heiwa? Pronto lo averiguaremos, muy pronto, sólo habrá que ser pacientes, y esperar que el destino, nos diga que pasará.

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Quedó espantoso ¿verdad? Buah, soy una pésima escritora TT.TT, encima lo cortito que lo hice, boba ¡boba! ¡BOBA!, buenoo, ok, quiero agradecer a los que me comentaron en mi capitulo anterior, muchas gracias a todos los que leyeron ^^, sobre todo (no quiero ofender) gracias a mi queridísimo Sebas, que fue el primero en comentar mi anterior capitulo ^^, i <3 you ^^, okiss, sin más cursillerías me largo, jaja, gracias de nuevo y esperen un poquito la tercera parte del cap ^^.

Ba Bay~!

 

Hola!! ¿¡Pueden creer que tuve que volver a escribir la última parte!? Ayer la había terminado, la había hecho en 4 páginas y media del Word y esta porquería de maquina me lo borró ¬.¬, pero bueno, es la tecnología de ahora, que se puede esperar de una estúpida maquina ¬.¬, bueno, quiero aclarar que esta es the last part o la última parte de mi capitulo dos, así que bueno pues. “Mangetsu no yoru” = Noche de luna llena. Heiwa to hämonï = Paz y Armonía. Disfruten, Temi-chan, estoy bastante bien con el ShikaTema, oséa, mejor que con el NejiTen, pero sí, intentaré hacer esas dos parejas aunque sea ponerlas en la historia, aunque no puedo prometer naditas, pero, lo intentaré, entiéndase que cuando pongo puntos suspensivos (…) y luego escribo en cursiva es un “Flashbacks” o cuando pongo nombre primero es una carta ^^. No los molesto más y ¡A leer se ha dicho!

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Capitulo 2: Decidido a conquistarte (Última parte)

Era una bella mañana de Sábado, el Sol brillaba con una intensidad que daba gusto el cálido esplendor, los pajarillos cantaban posados en la ventana de una casa, si así se le podía decir a una casa de cuatro pisos. Un chico de cabellos rubios dormía con tranquilidad, los rayos de Sol lo despertaron de a poco, insistiéndole que se levantara, éste optó por hacer caso a aquellos cálidos rayos de Sol y se levantó, bajó con lentitud las escaleras hasta llegar a la cocina, donde su primo lo esperaba comiendo su desayuno. Naruto notó otra vez el mismo extraño buen humor del de ojos de zafiro, lo quedó mirando un buen rato hasta que preguntó:

— ¿Por qué tan feliz, Dei?

— Invité a Ino antes de ir a horario de clases a salir, vamos al restaurante más famoso de Sekai Heiwa.

— ¿Y ese cuál es? — dijo Naruto con algo de curiosidad.

— Al Mangetsu no yoru, luego iremos a la laguna a ver la Luna llena.

Naruto miró algo pícaro a su primo, algo que Deidara decidió pasar por alto, conociendo ya que maestros había tenido Naruto, y entre ellos Jiraiya, prefería no hacer caso a ese tipo de miradas. Ignorando esa mirada, tomó un vaso de leche junto con un delicioso sándwich de mantequilla de maní y jalea. Comenzó a imaginarse la hermosa cena que tendría en Mangetsu no yoru, se imaginaba bebiendo una deliciosa malteada de chocolate y crema con Ino, ambos del mismo vaso, para luego ir a la laguna y quedarse abrazados mirando la Luna.

Se vistió para salir a caminar un rato, dejando todo lo que se pondría en la noche sobre la cama, era un bello smoking color azul obscuro y unos hermosos zapatos, que por la forma en que brillaban, se notaba como los pulía y cuidaba cual tesoros, después de todo, ese había sido el regalo de su mejor amigo para su cumpleaños…

— Wow, vaya, son bellísimos, ¡Gracias Sasori!— exclamaba muy agradecido con su amigo un rubio de ojos zafiro.

— Feliz cumpleaños diecisiete, Dei— dijo con mirándolo con ternura, un pelirrojo de ojos miel.

Al pasar ese recuerdo por su mente, Deidara no pudo evitar sonreír, ese había sido su mejor cumpleaños, además, le habían hecho un pastel de siete pisos, ¿Qué chico de esa edad no estaría tan contento de un cumpleaños así?; bajó las escaleras cuando terminó de vestirse, traía puesto una camiseta mangas cortas blanca, unos blue jeans y unas topper blancas, obviamente sólo saldría a caminar, pero no esta mal verse bien en cualquier momento ¿verdad?

Salió a caminar por la ciudad, luego de caminar un par de calles, se encontró con el hermoso bosque Heiwa to hämonï, donde se encontraba el parque central, era un claro del bosque donde corría un pequeño riachuelo de agua dulce, alrededor, los pastos eran verdes, siempre había una cálida pero a la vez fresca brisa primaveral. Deidara, dejándose llevar por los sonidos de la naturaleza, quedó profundamente dormido a un lado del riachuelo de aguas cristalinas.

Mientras, en casa de Sasori, éste se levantaba suavemente de su cama, se fijó en su reloj; 9:23 A.M., no dijo nada en absoluto, sólo hizo un gesto de satisfacción por la hora a la que se levantó, bajó con sigilo las escaleras hasta llegar al ahora cuarto de Tobi, quien viviría en aquel lugar hasta conseguir trabajo y fondos para conseguirse una casa propia, miró como la silueta de Tobi subía y bajaba serenamente, dio un suspiro de alivio, pues, Tobi, había estado con mucha tos el día anterior; le dejó su desayuno ordenado a la perfección en su mesa de luz y bajó hasta la cocina para hacerse el suyo propio. Al acabar su rico desayuno, salió a caminar para despejar un poco la mente, claro, no sin antes dejarle una nota a Tobi, con estas palabras:

Tobi:

Saldré a caminar un rato, come tu desayuno, no enciendas la tele ni la computadora ¿entendido? No olvides que tienes que concurrir a tu concurso de flauta a las cuatro de la tarde, toma un baño, no dejes las toallas tiradas como siempre lo haces ¡Y por el amor de Dios no toques mis cosas! Si llego a notar que falta UN SOLO MUÑECO DE LA COLECCIÓN te asesinaré.

Cuídate.

Sasori.

P.D.: Si llegas a tocar mi porcelana china DATE POR MUERTO.

Y, con estas “suaves” palabras, Sasori salió de la casa, claro, dudando un poco de su compañero. Caminó un poco por la ciudad, ya que el bosque Heiwa to hämonï le quedaba muy cerca. Caminó un poco más y se encontró con el bellísimo parque, estaba cubierto de hermosas flores de bellos colores, que perfumaban el viento de celestiales aromas primaverales, no había una nube en el hermoso cielo pintado de azul celeste, el sol brillaba con la intensidad ideal, y el riachuelo arrullaba con el perfecto sonido del agua correr, lo fue arrullando y dejándolo dormido en unos pocos minutos.

Daban las 14:50 P.M. y ni Sasori ni Deidara estaban aún despiertos, a excepción de Sasori, Deidara llevaba más tiempo dormido, pero no tenía intenciones de levantarse, o al menos, no aún. La paz y la tranquilidad del bosque era perfecta para que ambos chicos quedaran dormidos, hasta que una mariposa traviesa, de bellísimas alas color zafiro, se posó en la nariz del rubio, quien al instante despertó, y con su dedo índice de la mano derecha, hizo que la mariposa se posara sobre él, lo que lo hizo fijarse en su reloj –“15:20 P.M. mejor voy a ver a Naruto”- y una vez que pensó en eso, se levantó, extrañado, claro, por que no había visto a Sasori en el parque, puesto que, el siempre se paseaba por allí para despejar un poco la mente.

Cuando entró en la casa, nada estaba fuera de lo normal, los sillones ordenados, los muebles sanos, el piso limpio, por un momento pensó que no tenía que preocuparse hasta que escuchó que una pieza de porcelana se rompía, corrió lo más rápido que pudo hasta la cocina y… vio roto en mil pedazos la única pieza de vajilla china que quedaba de recuerdo de su abuela, miró con furor a su primo, quien optó por paralizarse y desmayarse allí mismo

— Hmp, idiota… esperen… ¡¿Dije “Hmp”?! Debo dejar de estar tanto con Itachi. Bueno, ya son las 5:00 P.M., mejor me voy arreglando.

Sasori, quien se había quedado dormido, escuchaba con atención el canto de los pájaros –“Aún recuerdo que mi madre imitaba perfectamente a los pájaros”- pensaba inconcientemente –“Madre…”- estaba totalmente concentrado en sus recuerdos, no podía olvidar la dulce manera en que lo trataba su madre, no olvidaba las bellas canciones ni el beso en la frente que siempre le daba su madre antes de irse a dormir, tampoco logró olvidar, las últimas palabras de consuelo que le dio su madre antes de marcharse…para nunca volver…

—Mami —dijo un pequeño niño de rojizos cabellos y ojos almíbar con un pequeño sonrojo en sus mejillas, que le daban aires de dulzura.

— ¿Sí, cariño? — Respondió una mujer castaña de unos veinticuatro años, era alta y esbelta, de actitud dulce y cariñosa y unos bellos ojos chocolate.

— ¿Algún día tendrás que irte…como lo hizo mi mascota?

— Cariño, la gente no vive para siempre, yo en algún momento me tendré que ir.

— Entonces…— dijo con tristeza Sasori, mientras una pequeña lágrima amenazaba con salir— ¿Te irás?

— Ho, mi niño, no importa que para ti este lejos, por que aunque tú no me veas…yo siempre estaré a tu lado, aquí — Acarició con suavidad el pecho del pequeño— en tu corazón, descansa mi angelito. — Cuando estaba por irse, limpió las lágrimas del niño, éste sonrío con inocencia y miró alejarse a su madre, quien salió por la puerta, y jamás volvió a entrar.

— Mamá. — pronunció con desconsuelo el triste pelirrojo, mientras una lagrima corría por su mejilla.

Escuchó un sonido, pero no le prestó atención, lo que él no sabía, era que, la persona que allí se encontraba a parte de él, era Sakura, quien había ido al parque, sin percatarse de que el estaba allí. Ella miró como aquella lagrima corría lentamente por su mejilla, se vio tentada a limpiarla, por lo que, lentamente, se acercó y se agachó, tomando el rostro de Sasori por el mentón y pasando su dedo pulgar por la mejilla, quitando la triste lagrima que caía. Sasori se sobresaltó un poco al sentir el tacto, pero, al entreabrir un poco los ojos y notar que era Sakura, éste optó por hacerse el dormido, hasta que:

— Vaya, se ve tan inocente.

— ¿Inocente?— preguntó Sasori sin siquiera abrir los ojos ni salir de su posición.

— Me asustaste, tontito. — dijo Sakura entre pequeñas risas.

Sasori, miró con dulzura a Sakura, quien inmediatamente se ruborizó de sobremanera, ella se había hecho muy amiga de Sasori, pero tanto, tanto, que había empezado a sentir algo extraño, su corazón latía con rapidez cuando el pelirrojo la miraba, se ponía muy nerviosa cuando éste le hablaba, más aún cuando éste le tomaba la mano, sentía una sensación cálida y reconfortante, sentía que volaba por los cielos cuando éste le dirigía una sonrisa, no sabía que era, pero fuere lo que fuere, le encantaba.

Pasaron horas charlando, y estaban tan entretenidos que no se dieron cuenta de la hora, ya daban las 7:30 P.M. y aún charlaban, hasta que Sasori decidió invitarla, claro, no sin antes ir a su casa, primero debía asearse, aunque realmente estaba muy limpio, pero si lo pensaba bien, era mejor así que esperar a ensuciarse. Estuvo sentado con ella charlando un buen rato hasta que se dijo a sí mismo –“Vamos ¿Qué esperas? ¡Invítala, tonto!”- una vez que ese pensamiento recorrió su mente, lo que no tardó mucho, dijo:

— Oye, Sakura, ¿Te parece si vamos a Mangetsu no yoru? A comer algo, tú sabes…para conocernos mejor— dijo algo nervioso Sasori.

— ¿Seguro que no es una cita? — dijo sonriendo la de hebras rosadas y hermosos ojos jade.

— No… bueno, me rindo, sí, es una cita.

— Jiji, yo lo sabía. — dijo ella soltando una pequeña risita.

— Vamos a mi casa, me preparo, luego vamos a la tuya y cuando estés lista vamos. — Dijo Sasori sonriendo, ella aceptó muy gustosa y partieron a la casa de Sasori.

Mientras, Deidara ya se había arreglado y estaba listo para salir a buscar a Ino, quien igualmente estaba lista y esperaba paciente la llegada de “Dei”, sentada en las escaleras de su hogar, con su celular de marca Galaxi S, jugaba plácidamente al Snake, hasta que escuchó que tocaban la puerta, emocionada, abrió la puerta, para así encontrarse, con su querido Deidara.

Éste le tomó la mano y la besó con la mayor delicadeza del mundo, Ino sólo río algo tímida por la acción del rubio, quien iba vestido con su smoking color azul, que le quedaba como los dioses, y sus zapatos bien lustrados y brillantes.

— Ino… estás preciosa— Dijo Deidara, tomando delicadamente la cintura de la chica y extendiendo el brazo hacía la salida de su hogar.

Ino, llevaba un precioso vestido de color celeste, un par de guantes blancos y unas bellísimas sandalias de tacón bajo, además de un hermoso bolso color celeste claro, sinceramente, sí estaba hermosa, a la vista de Deidara parecía un ángel caído del cielo mismo. –“Hoy es mi gran día”- pensó Deidara dándose ánimos –“Hoy la conquistaré”-

— Gracias, Dei. — dicho esto, volvió a besar la mejilla del rubio, quien se ruborizó al instante. –“Bueno, Ino, es tu tiempo de brillar”- una vez que ese pensamiento se pasó por su mente, de inmediato siguió otro –“Hmp, seguro, Sakura, ni cita tiene ¡Ja! Quien es la boba ahora”- así se dio aún más ánimos y subió al auto, confiando que sería su mejor día, había anhelado esa cita por días, nada, absolutamente nada, le arruinaría aquella hermosa velada a la que iría.

Al llegar a Mangetsu no yoru, Sasori y Sakura, pidieron su orden: un plato de ramen para compartir. Ya habían comenzado hasta que notaron que llegaba un auto, era de color azul con ventanas polarizadas, Sasori lo reconocería en cualquier parte, era el auto de su mejor amigo, Deidara, quien apenas acababa de llegar de casa de Ino –“No puedo creer que la invitó al mismo lugar y a la misma hora que yo a Sakura”- pensó con una gota de sudor cayendo por su frente al estilo anime.

Deidara e Ino hicieron un gesto con la mano, saludando a Sakura y Sasori, quienes ya estaban comiendo. Ino, ordenó un plato de arroz con una buena selección de sushi, en cambio, Deidara, pidió un buen plato de sushi de atún, ambos estaban disfrutando de su comida, a Ino nunca se le había ocurrido ir a ese restaurante
–“Definitivamente, mamá tiene que traerme más seguido”- disfrutaba cada exquisito bocado, todo sabía estupendo, Deidara pensaba de igual manera, él tenía la suerte de que, uno de sus muchos tíos, fuera dueño de aquél restaurante ¿De qué otra manera conseguiría una reservación? Deidara notó con qué delicadeza Ino comía, y se veía en su rostro como lo disfrutaba, fue entonces que Deidara decidió preguntar:

— ¿Y bien? ¿Qué te parece?

— Todo está…delicioso.

Mientras ellos comían tranquilamente, cada uno de su plato, Sakura y Sasori estaban viendo una película mientras tomaban los fideos con los palillos, lo que hizo que, sin que se dieran cuenta, tomaran el mismo fideo. Fueron acercándose más y más, hasta que sus labios se tocaron, y obvio, no sería el típico “piquito y ya me voy”, no, claro que no. Sasori fue oprimiendo más sus labios contra los de la de ojos jade, mientras que esta sólo se dejaba llevar, Sasori tomó el mentón de Sakura, y esta colocó una mano detrás de la nuca del pelirrojo, profundisando aún más ese magnífico beso, que a ambos los hacía estremecerse de pasión, despertando sentimientos que, hasta entonces, habían permanecido dormidos en su interior, disfrutaban del sabor embriagador de la boca del contrario, provocando que el beso se hiciera tan codiciado como el oxigeno, y por fin, se fueron separando poco a poco, dando por terminado, aquel maravilloso beso.

En la otra mesa, Deidara e Ino, observaban casi con envidia la escena, Deidara, pidió una malteada de chocolate con crema batida para compartir, las pajillas se enroscaron al momento de ponerlas en la copa, formando un bello corazón, ninguno de ellos sabía que ese tipo de cosas sólo pasaban cuando el amor era tan puro como un ángel, cuando las pajillas se juntaban así, siempre eran una bella señal de amor verdadero, y, por la cara que ambos pusieron ante eso, el camarero les explicó con calma y tranquilidad:

— Su amor debe ser muy fuerte si es que eso pasa, se ve a simple vista lo grande de su amor, bueno, espero que lo disfruten.

Al escuchar esas palabras, Ino quedó perpleja, al igual que Deidara ¿Eso significaba que se amaban? Aún no lo tenían seguro, pero habría que esperar. Comenzaron a beber la malteada, mientras miraban a sus “compañeros” que estaban de lo más felices juntos, como los envidiaban, aunque no dejarían que eso los molestara, Deidara siempre tenía un plan B. no muy lejos de allí siempre había estado una hermosa laguna, a la que iban sus padres antes de que él naciera, pensó en ello, al principio lo dudó, pero luego se dijo: -“AH vamos ¿Qué puede salir mal?”- ese pensamiento recorrió su mente en un “Zip, ZAP”, por lo que se decidió a proponérselo a la rubia.

— Ino ¿Te parece si vamos a la Laguna? No queda muy lejos de aquí.

— Claro. — dijo Ino con una hermosa sonrisa en su rostro.

Dicho esto, ambos partieron a la laguna, Ino tenía su cabeza apoyada en el hombro de Deidara, además, estaba tomándolo del brazo, mirando hacía adelante, totalmente enamorada, Deidara conducía y de vez en cuando, para no chocar, conducía con una mano y con la otra abrazaba a la rubia por la cintura. Al llegar, estacionaron el auto cerca de aquella obra de la naturaleza y se sentaron a observar la hermosa luna llena. No había nada que les estropeara la paz a ese par de enamorados. Ino tenía su cabeza recostada en el pecho del rubio, además, estaba acostada entre sus piernas, en cambio Deidara, estaba de piernas abiertas, con una mano en la cintura de Ino, y la otra en el pasto; ambos miraban la luna llena, un ambiente pacifico los rodeaba y el sonido de los grillos era un arrullo para ambos jóvenes. Deidara miró a Ino con ternura y la tomó del mentón, para luego decirle:

— Ino…eres la más hermosa obra de arte que haya visto jamás.

Dicho esto, se acercaban más y más y más, hasta que sus labios se unieron en un beso, que al principio pudo haber sido muy tímido, pero que, al pasar los minutos, se fue haciendo cada vez más apasionado. Deidara, fue bajando las manos desde la cabeza hasta la cintura de la rubia, mientras que Ino, sólo se dedicó a enrollar los brazos alrededor del cuello del de ojos zafiro, con una mano en su sedoso cabello y la otra sobre su hombro. Ambos disfrutaban de ese sabor embriagador que poco a poco los llevaba a enloquecer, se unían cada vez más en ese profundo beso, saboreaban cada parte de la boca del contrario, hundiéndose cada vez más en el placer, pero el aire se hacía necesario, y poco a poco, fueron separándose, para terminar con ese mágico beso, que para ambos fue el primero.

Ambos miraban tranquilamente la bellísima imagen de la luna llena, que reflejaba su luz en la hermosa laguna, un aroma celestial a rosas los rodeaba, y un aura de paz y armonía entre ambos se formó, dejando muy a la vista, que su amor perduraría lo que duraran sus vidas. Estaban abrasados mirando el estrellado cielo nocturno cuando:

— Vaya, vaya, vaya ¿Pero qué tenemos aquí? ¿Tan rápido me has olvidado, Ino querida?

Miraron hacía donde creían que provenía la voz. Un chico castaño, de finas pupilas y extraños triángulos rojos en sus mejillas, había estado observando desde las sombras de la noche, cual águila que vigila su presa, había observado con celos la escena que acababan de crear ambos jóvenes, puesto que ese chico, no era nada más ni nada menos que Kiba Inuzuka, el ex de Ino.

Mientras tanto en Mangetsu no yoru, Sakura y Sasori disfrutaban de un delicioso helado de chocolate, crema americana, dulce de leche, vainilla y frutilla con crema batida encima, Sakura daba a Sasori, y Sasori a Sakura, y así sucesivamente. Comían plácidamente su postre mirándose con cariño, ternura y amor, todo junto en una sola mirada, la cual, ambos tenían en aquel momento. Cuando Sasori iba a darle una cucharadita a Sakura, una voz se escuchó de las sombras:

— Hmp, vaya Sakura, ¿Tan rápido te has olvidado de mí?

Un chico de cabello azabache y ojos de cielo nocturno, salió de la sombría obscuridad de la noche, dejando que Sakura lo viera con más claridad. –“Ese tono frío, esos ojos y ese cabello tan obscuro…no, no puede ser él…”- pensó Sakura al verlo, no se equivocaba, era el mismísimo Sasuke Uchiha, nada más ni nada menos que su ex.

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Cuanto les apuesto a que quedó horrible, poca narración, descripción espantosa T.T, soy una pésima escritora, io lo sabía, soy una boba TT_TT, bueno, me dejo de cosas emo y a lo mío, agradezco a TODOS los que me comentaron, gracias por leer, me hacen tan felices mis fieles lectores TTuTT, bueno, espero que les haya gustado (lo que es muy improbable u.u) y que hayan disfrutado su lectura.

Chaíto~!