Obligaciones de un padre Padre, deje usted de llorar. Después de todo ¿no es su obligación proveernos de alimento? A propósito: acompañado de un buen vino y finas hierbas, resulta delicioso su brazo.
Oh... ¡por Diox! ¡Ese tono sardónico y cínico con el que lo dice todo es lo más genial!, no tanto el contenido sino la intención macabra que no se deja adivinar sino hasta la última palabra. ¡Excelente trabajo!
Te dije que poner lo del brazo al final quedaba mejor :'D. Creo que ya te ganaste el título de máquina de microcuentos, sí que sí.
Dios, la última palabra me revolvió el estómago completamente. ¿No sería el padre gitano por casualidad? Nah, borma. Es bueno, hasta la última palabra no se notan las intenciones.