O al menos, eso él cree.

Tema en 'Relatos' iniciado por Vintage Bomb, 11 Abril 2009.

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    Vintage Bomb

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    O al menos, eso él cree.
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    O al menos, eso él cree.

    Ella, tirada en un banco de la plaza… aire a cansancio y a decepción. Dormida e intranquila, con un gran bolso de mala calidad de almohada, aferrada a éste con demasiada fuerza.

    Marcos no puede evitar acercársele con paso cansado y poco firme.

    -¿Lorena? -pregunta al llegar a su lado, mirándola con detenimiento, recordándola sin querer.
    Suspira y se esfuerza para no extraviarse en los recuerdos; le molesta demasiado la cursilería y la añoranza… demasiado dolorosas.

    Poco después, la joven entreabre un ojo. Sentándose lo más rápido que puede, entre la incredulidad, la sorpresa y el miedo, lo mira en el más absoluto silencio.

    Las aves se callan, el tiempo se detiene, no exististe por un instante. O al menos, eso él cree.

    -¿Lo conozco? -pregunta adormilada, reviviendo a los muertos minutos. Él tiembla un poco, con un dejo a desaliento y vejez.

    -No, supongo que no -Mira al piso y se restriega los ojos. Su voz suena extremo cordial y fría-. Fue… una equivocación, discúlpeme.

    Marcos se da la vuelta y se rápidamente en marcha en silencio, adentrándose en el parque; había olvidado que…

    -Estás muy cambiado -escucha de repente a sus espaldas; es Lorena, que lo sigue con su mochila zaparrastrosa al hombro y una sonrisa desdeñosa, como si todo hubiese sido una broma.

    -Todos me dicen que estoy igual, en realidad -comenta él.

    -Eso es porque todos son unos mentirosos del orto, que no te dicen más de lo que querés escuchar -Saca y prende un cigarrillo, para luego darle una pitada. Después juega con él entre sus dedos-. O te conocieron ya de viejo.

    -Tengo treinta y seis Lorena, ¿de dónde sacaste que estoy viejo?

    -Claro, claro, viejos son los trapos -Suelta una risotada áspera, sarcástica-. ¿Prefiere que le diga maduro, Señor Marcos? No tengo demasiado problema en decirle así, aunque suene…

    -¿Te quedaste sin adjetivos de nuevo? -Habría sonreído si no fuese algo tan poco natural en él-. No cambiaste en nada.

    -Sí, en nada de nada –piensa en voz alta y lejana. El tono con el que habla cambia y se pierde en la ausencia de silencio.

    -…Estás extraña de nuevo –comenta él, con un aire burlón para disimular la angustia que empieza a sentir.

    -Uy pendejo envejecido, dejá de decir siempre lo mismo -se queja. Marcos no responde, sólo se limita a mirar el reloj de su muñeca con fijeza y a suspirar- ¿Qué te pasa ahora?

    -Es sólo que... es tarde –responde, después-, y tengo que volver a la realidad ¿No querés venir a tomar algo conmigo?

    -No puedo, Marcos. Hay algo así como tres metros de tierra arriba mío que me lo impiden.

    -Claro, claro… siempre se me olvida.

    -Y sí, los años te hicieron mierda la memoria. Estás demasiado viejo ya.

    -Bueno, treinta y seis años… -Baja la vista y mira al piso con detenimiento.

    -Setenta y seis, pelotudo.

    -¿Tenés que ser siempre tan poco delicada? -Levanta la cabeza con cansancio para mirarla con reproche, pero ella ya no está.

    Silencio.

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  2.  
    berlinQueer

    berlinQueer Usuario común

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    Re: O al menos, eso él cree.

    una vida en 20 lineas. lo habia leido hace un tiempo, pero no habia comentado porque queria leerlo mas tranca.
    Me gusta como avanza (o avanza estancada, en todo caso) la relación entre los dos personajes, pasa el tiempo y ellos siguen iguales. no podemos evitar pensar que en realidad se necesitan el uno al otro, pero posiblemente por sus personalidades no pueden estar juntos, y cada encuentro es una herida. Y al final se les termina el tiempo, y lo único que queda es su estupidez.
    Me gustó mucho.
     

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