Long-fic Nunca me abandones (Disney/others multi cossover)

Resumen: Simbad está a punto de embarcarse en una nueva aventura en alta mar llena de amor, sorpresas, peligros y enredos. Nuevo compañeros se unen al navío mientras que viejos conocidos aparecen para cambiar el punto de vista respecto a la vida en Simbad. Aparte de eso Simbad deberá de aclarar un enredo mágico que pondrá en peligro a las personas que más ama.
Tipo: Long-fic
Advertencias: Ninguna
Fecha de inicio: 20 de mayo del 2011


Capitulo 1 " Bienvenidos a bordo, Parte 1"

El puerto se encontraba atiborrada de humanos platicando en diferentes idiomas incomprensibles para Jim, a sus 16 años era ya su cuarta expedición sin supervisión y en un mar de verdad. La primera vez había sido casi un mes después de su aventura en el planeta del tesoro y duro muy poco y fue muy aburrida al parecer de Jim. Las siguientes dos habían sido un poco más divertidas pero nunca había visto una sirena o algún monstruo marino como había leído en los muchos libros del profesor. Ahora Jim se encontraba abordando en un nuevo barco, lleno de gente nueva y con un capitán que se rumoraba era un imán para las aventuras y los monstruos. ¿Cuál era el propósito de viaje? Jim no había sido informado y no le interesaba mucho saber ya que estaba consciente que una vez más se encontraría encerrado en una cocina la mayor parte del viaje.

El joven subió al barco casi corriendo tratando de memorizar todos los rostros de los tripulantes, su mochila se encontraba llena de ropa pero no era muy pesada.

-Hey chico. —

Jim se volteo al escuchar como una voz varonil lo llamaba, al principio pensó que era el capitán pero al volverse se encontró frente a frente con un hombre de tez morena de casi dos metros de altura mirándolo divertido. Jim sintió como un calosfrió le recorría toda la espina dorsal al ver el tamaño del hombre, le llevaba fácil dos cabezas y por el volumen de sus músculos podía intuir que tenía un cargo importante en el barco.

-Tú debes de ser Jim Hawkins, el nuevo gourmet. —dijo el hombre como burlándose de Jim.

-¿Es usted el capitán? –trató de sonar respetuoso pero ser cortes con las nuevas personas que conocía aun no era algo común en él.

-No niño, pero casi. Si el capitán se llegara a ausentar yo soy el siguiente a cargo. Mi nombre es Kale. – Así tomando a Jim del hombro lo guió dentro del barco sin siquiera darle tiempo para conocer a su nuevo capitán.

Kale lo llevó hacia unas escaleras no muy largas y luego por un corredor muy largo hasta llegar a una puerta de madera fuertemente cerrada. Jim pudo percibir el fuerte olor de cebolla recién picada aparte de un olor desconocido a su sentido olfativo. El hombresote abrió la puerta con un empujón y una gran nube de humo negro lleno todo el corredor dejando oliendo a quemado las vestiduras de Jim y Kale.

-Kale, amigo. ¿Ya me conseguiste un nuevo asistente?—sonó una voz para el parecer de Jim comiquísima.

-Si Cookie, te presento a Jim. – Un hombre barbudo con aspecto tosco y desaliñado salió de la cocina con la cara llena de hollín y estrecho su mano con la delo joven alegremente

-Espero que no seas asmático chico. -- dijo el cocinero aun sonriendo burlonamente.—Porque si no vamos a tener un problema aquí.—

Jim suspiro exasperado, ese hombre a leguas se podía adivinar que le faltaba un tornillo, pero no podía ser peor cocinero que Silver, o al menos eso esperaba.

***

-Simbad, Shang. ¿Podrían de una vez ponerse de acuerdo y así poder zarpar?—insistió la chica de ojos rasgados y pelo negro hasta la cintura.

El cuarto del capitán no era muy amplio pero estaba bien iluminado y era cómodo a comparación de los otros camarotes.

-Es cierto querido cuñado, perdemos tiempo en esta estúpida discusión y estoy seguro que tú tienes cosas más importantes que hacer. —trató de convencer a él general del ejército chino mientras lo empujaba débilmente hacía la puerta.

-Mi esposa es más importante y me quiero asegurar que estará segura y llegara a casa sin ningún inconveniente. — Shang tomó del brazo a Mulan y la jaló hacia él.

-¿Estas consiente que para que llegue a salvo tiene que irse? – trató de bromear Simbad pero al cara de Shang no enseñaba ningún tipo de gracia. – Está bien. Nada de monstruos marinos, sirenas, atrancos ni nada que ponga en peligro al integridad de mi hermanita. –

-Simbad esto no es un juego, sabes que me debo de asegurar de que Mulan esté a salvo y sabiendo que tú eres el capitán de esta misión me tengo que asegurar que no hagas ninguna estupidez. –

-Shang, confía en mí. Se me defender y estoy segura que Simbad nunca me pondrá en riesgo. —trató de asegurarle Mulan mientras le tomaba de la mano y lo miraba con dulzura.

-Pero…--

-No hay pero que valga. Así que será mejor que salgas del barco y nos dejen empezar con el viaje. –Así plantificándole en suave besos en los labios convenció a su testarudo esposo en dejarla ir a una aventura que seguramente recordaría de por vida.

 

Resumen: Simbad está a punto de embarcarse en una nueva aventura en alta mar llena de amor, sorpresas, peligros y enredos. Nuevo compañeros se unen al navío mientras que viejos conocidos aparecen para cambiar el punto de vista respecto a la vida en Simbad. Aparte de eso Simbad deberá de aclarar un enredo mágico que pondrá en peligro a las personas que más ama.
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Fecha de inicio: 20 de mayo del 2011

Capitulo 2 "Bienvenidos a bordo" Parte 2

-Está bien Kale. Pero aun así no estoy muy de acuerdo de que pongas al único chico capaz de ayudarme como cocinero. – dijo la chica mientras subía por unas escaleras hasta una caldera oxidada.

Su nombre era Audrey y era la encargada de mecánica, su cabello se encontraba agarrado con una colita de caballo y en sus pantalones de mezclilla se encontraban dos llaves y un martillo.

-Audrey, tu no necesitas ayuda. En este barco casi nada es mecánico y es raro que algo se descomponga. – Trató de alegar Kale que se encontraba observándola desde la planta baja.

-Eso es cierto pero si nuestro queridísimo capitán no tomara artículos mecánicos descompuestos cada vez que robamos un barco no te pediría que me consiguieras a alguien para ayudarme a cargarlos. – la chica desapareció un momento bajo la caldera y Kale espero hasta que se escucho un crujido desde donde se encontraba la caldera.

De pronto esta comenzó a sacar llamaradas y Audrey salió debajo de ella y bajo de nuevo hacia donde se encontraba Kale.

-Pero no viniste solo para echarme en cara que no tendría un ayudante. ¿Cierto?—Audrey era muy astuta y aunque solo tenía 16 años era muy madura para su edad al parecer de Kale y el resto de la tripulación.

-Se trata de la hermana de Simbad, Mulan. —

-No sabía que Simbad tuviera una hermana. Por Dios, no sabía que tenía familia a excepción de Marina. –

-No es su hermana-hermana, es como una amiga muy cercana y… --Kale se detuvo en sus vacilaciones y notó como Audrey lo observaba entretenida. –Pero eso no es de tu incumbencia. Es una embajadora de China y tiene que llegar hasta América sin ningún contratiempo. –

-¿Vamos a ir por el océano Pacifico o vamos a irnos por el camino largo? –Kale la miro como diciendo, “¿En serio es una pregunta?”. Audrey lo comprendió al instante. – Claro, obviamente nos vamos a ir por el camino largo y peligroso. —

-Y además de eso. Tendrás que compartir cuarto y cuidar a Mulan. – Kale trató de decirlo rápido para evitar una reacción temprana de Audrey pero el grito de enojo de la chica resonó por todo el barco dejando a los demás tripulantes confundidos y algo temerosos.

***

Las velas fueron extendidas, el timón fue posicionado y las anclas fueron alzadas, Simbad observo tierra por última vez y después posiciono sus ojos en el horizonte. Sus manos tomaban el timón con fuerza y sus ojos denotaban gran concentración de su parte. La mayoría creyeron que su seriedad se debía la presión de la misión pero Kale fue el único que realmente comprendió porque su capitán se encontraba tan callado y concentrado; era porque se encontraba recordando algo que había pasado hacía mucho tiempo.

*Flashback*

Mulan salió de su casa y corrió en dirección a un chico que se encontraba recargado sobre un gran árbol. Su cabello negro lacio se encontraba suelto como siempre y este le llagaba hasta los hombros y como siempre utilizaba un vestidito simple característico de china.

-¡Simbad! – el chico se volvió en dirección de la asiática y salió de las sombras con cautela.

Tenía alrededor de trece años y aunque era alto su complextura delgada lo hacían ver más chico. Sus ojos cafés observaron a la chica mientras esta se acercaba corriendo aún sujetando una muñeca entre sus manos. “

*Flashback*

-¡Disculpe capitán!—gritó de pronto uno de sus subordinados desde la proa, su voz parecía entre asustada y preocupada. Simbad salió de sus ensoñaciones y observo al marinero desde el timón.

-¿De qué se trata Scrubs?-- preguntó Kale que al parecer era el único que le estaba poniendo atención al marinero.

-Es que se encuentran dos tipos en una barca y al parecer parecen se náufragos. — Al escuchar eso todos los marineros incluyendo Simbad corrieron en dirección a Scrubs. Era verdad las palabras del hombre ya que en una braca a unos 100 metros de distancia dos hombres de mediana edad se encontraban inconscientes.

-Bajen un barco de salvamento y súbanlos al braco. – gritó Simbad mientras regresaba hacia el timón. Varios hombres bajaron del barco y comenzaron a remar en dirección a los náufragos. Al llegar pudrieron ver que sufrían de una severa deshidratación e insolación, entre varios de los tripulantes pasaron a los chicos al bota salvavidas para después llevarlos al barco donde ya casi toda la tripulación los esperaba desde cubierta.

 

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Capitulo 3 "Mala Suerte"

-Mi nombre es Miguel y el es mi amigo Tulio. —El chico rubio respondió mientras su amigo pelinegro bebía como endemoniado el agua que les acaban de ofrecer. –Venimos de España pero nuestro barco fue atacado por unos piratas en la costa de China hace unos días. –

-Ve capitán, le dije que si no nos apurábamos nos iban a dejar sin barcos que atrancar. —gritó Rat desde el mástil, su cabello y cara estaban muy sucias y alrededor de su cuerpo colgaban cuerdas de diferentes tamaños y colores. Al escuchar el comentario toda la tripulación se volvieron a él, incrédulos algunos y otros enojados.

-¡Esperen! ¿Esto es un barco pirata? – exclamó Tulio escupiendo la mitad de su bebida.

-Bueno en realidad…- Rat bajo desde el mástil y se posiciono enfrente del pelinegro. – No tenemos permitidos ser piratas hasta que la embajadora de China se baje del barco. –

-¡RAT! – grito media tripulación al ver la cara de incredulidad de los náufragos.

Simbad parecía confundido, no era normal que los piratas atacaran tan cerca de las costas, normalmente todos (Incluyéndolos) esperaban a que los barcos estuvieran en alta mar para poder luego saquearlos con más calma. Kale que se encontraba a lado de Simbad pensó exactamente lo mismo pero desde otra perspectiva, lo que le preocupaba era que unos piratas pudieran arrebatarles el trono de los peores y más malvados bandidos de los 7 mares.

-Está bien gente, llegaremos a Siracusa en 2 semanas, después de obtener más provisiones…--

-Y a la señorita Marina. —interrumpió Rat de nuevo pero esta vez Audrey le dio un codazo para que se callara.

-Después pasaremos por Grecia para poder llegar a España donde confió poder dejar a nuestros nuevos marineros sanos y a salvo en su hogar. —

La tripulación se quedo en estado de Shock. Simbad no era de los que acostumbra ser amable con los náufragos, al contrario, le encanta torturarlos emocionalmente dejándolos solos a alta mar. Dejarlos hasta su país era algo muy extraño y para muchos este plan de su capitán tenía una maña oculta para poder conseguir algo que solo se encontraba en España.

***

La bodega se encontraba en completa calma y quietud, los alimentos se habían guardado dentro de enormes cajas de madera y el ron y el agua potable en barriles de diferentes tamaños. Tres gatos se encontraban durmiendo plácidamente sobre unas cajas, Rat los había traído para evitar que las ratas se multiplicaran y comenzaran a comerse la fruta y el queso.

De pronto dentro de una de las cajas más grandes comenzaron a escucharse algo parecido a golpes o a patadas. El gato que se encontraba dormido sobre la caja se levanto de un salto y se alejo corriendo en dirección contraria. Los golpes se volvieron más insistentes y aún más sonoros y la caja comenzó a crujir; después de algunos minutos la tapa de la caja salió volando cayendo al piso estrepitosamente.

De la caja salió una chica de aproximadamente 20 años de tez morena, ojos negros y ligeramente rasgados y cabello negro ondulado. Su ropa era sencilla y se encontraba llena de arroz y harina, utilizaba unos shorts y una ombliguera que dejaba ver un pequeño piercing en el estomago. La chica se estiro lo más que pudo y observo a su alrededor, no había ningún tripulante a su alrededor así que tomo su maleta medio descocida y deslavada y la aventó al suelo; después de eso saltó fuera de la caja con agilidad. Al encontrarse ya en suelo “medio firme” estiro las piernas y aprovechando su soledad se cambio de ropa por unos jeans, una blusa blanca y una chamarra ligera. Volvió a meter su ropa llena de arroz en la bolsa y saco de una pequeña bolsa de platico un collar con un dije en forma de tabla de surf.

La chica estaba tan entretenida ordenando su maleta que no se fijo como unos ojos grandes y brillantes se fijaban en ella de una manera amenazadora. Entonces un ladrido obligo a Nani volver a la realidad y fijarse que no se encontraba sola en la bodega, a cinco metros de distancia se encontraba Spike, el perro de Simbad, observándola desafiantemente. Nani se quedo inmóvil mientras trataba de idear un plan para que el perro no volviera a ladrar y no provocara que alguno de los tripulantes bajara a investigar. En eso una idea se le vino a la mente, arriba de una de las cajas había un juguete para gato algo maltratado pero mientras estaba en la caja había podido escuchar que al apachúrrale emitía un sonido gracioso. La chica estiro su brazo hacia la caja lentamente y tomo el juguete con calma, el perro gruño levemente pero no ladró.

-Perrito, no vayas a hacer un escándalo. –susurró Nani mientras comenzaba a acercase hacia el perro mientras le mostraba el juguete.

Spike se relajó y comenzó a mover su cola de forma alegre, Nani soltó un suspiro y relajo los músculos. Mala idea ya que el perro emocionado tratando de agarrar el juguete mordió la mano de Nani ocasionando que comenzara a sangrar. Nani trato de reprimir el grito pero al recibir la mordida la primera reacción que tuvo fue golpear al perro con la otra mano. Spike soltó la mano de Nani pero comenzó a ladrar descontrolada mientras comenzaba a perseguir a Nani por la bodega.
-¡Spike! ¿Qué es todo ese escándalo?—la voz de Simbad resonó por toda la bodega haciendo que Nani recordaba su posición de polisón en el barco.

Rápidamente tomando impulso saltó de nuevo a la caja donde hacia unos momentos había salido y puso dos costales sobre ella. Mientras tanto Spike seguía ladrando desde fuera de la caja haciendo que a Nani se le pusiera la piel chinita.

-Perro tonto. ¿Te volviste a pelear con los gatos? –Simbad acababa de entrar a la bodega y al parecer de Nani no se escuchaba de buen humor. -¿Por qué le ladras a la caja? –

Nani tragó saliva y en ese momento notó que algo le faltaba… su maleta se encontraba doblando la esquina de donde se encontraba el capitán.

-¿Pero qué es esto? – Simbad acababa de encontrar la bolsa.

Simbad de pronto escuchó como algo dentro de la caja, sonrió maliciosamente y silenciosamente se asomó sobre la caja. Su sospechas no habían sido falsas, debajo de dos costales unos tenis deslavados sobresalían, Simbad tomó delicadamente uno por el tobillo y de un solo jalón saco a la chica de la caja provocando que cayera al suelo violentamente.

Nani observo a Simbad con algo de miedo, en su cinturón sobresalía una espada y una daga. Simbad la tomo de una muñeca y la comenzó a jalar por la bodega hasta llegar a la puerta, Nani suspiro resignada, al parecer nada estaba saliendo como lo había planeado.

 

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Fecha de inicio: 20 de mayo del 2011

Capitulo 4 “The bad guys”

El inframundo se encontraba tan lúgubre y deprimente como de costumbre. Hades, el dios de este mundo, se hallaba sentado sobre un sillón lleno de telarañas con expresión cansada y vacía. Su cabello en forma de llama se encontraba casi inmóvil y sus ojos negros como la noche se veían más hundidos que de costumbre. ¿La razón? Eris, la diosa de la discordia, llevaba cerca de dos semanas sin dirigirle la palabra y a Hades le comenzaba a preocupar la repentina falta de interés en el plan de la dominación mundial.

Hades por fin se levanto de su sillón y se dirigió hacia un ventanal que daba justamente hacia el rio de almas en pena. Los gritos de las almas eran amortiguadas por el vidrio empañado pero Hades las escuchaba perfectamente dentro de su mente.

Afuera se hallaban los ayudantes de Hades trabajando como endemoniados mientras trataban de guiar a las almas hasta lo más profundo del inframundo. Pena, el demonio rojo, parecía ser el más concentrado ya que él era el que apartaba a las almas que intentaban subir al bote con el remo. Mientras tanto el diablito azul, Pánico, no paraba de temblar mientras empujaba con dificultad el bote con un remo parecido a los que se utilizan en Venecia.

-Pareces aburrido mi bello Dios. –Hades se estremeció al escuchar la acida voz de Eris.

-Pues a comparación de ti, mi vida es bastante tediosa y aburrida. ¿Dónde te habías escondido? –Hades se volvió hacia la puerta del inframundo y se encontró con la Diosa de la Discordia observándolo divertida. Su cabello se movía libre al igual que siempre y su vestido color vino pegado la hacía ver demasiado sexy a los ojos de Hades.

-Eso no es importante. Ahora vámonos que se nos hace tarde. —

Hades miró a Eris con recelo, la diosa estaba tan hermosa como siempre a su punto de vista pero hoy tenía un aura negativa que volvió loco a Hades.

-¿Se nos va a hacer tarde para qué? –

-¿Recuerdas que hace dos semanas me comentaste que nuestro plan no podría ser completado hasta encontrar dos almas puras para sacrificar? –

-Ultimante he dicho muchas cosas. – Hades le dio la espalda a la Diosa tratando de seguir molesto con ella.

-¿Estas enojado conmigo? –Eris fingió la voz de una niña chiquita haciendo puchero mientras aparecía tras Hades y lo rodeaba con sus brazos. -¿No vas a acompañarme? –

Eris sintió como el cuerpo de Hades se destensaba, lo había enganchado, ahora no habría fuerza sobrehumana capaz de hacerle decirle que…

-No gracias. –

-¡¿No gracias?! – exclamó Eris entre sorprendida y enojada. --¿Qué quieres decir con eso?—

-Tengo lugares a donde ir, personas que ver, cosas que robar más importantes que tú. –

Eris estaba ahora fúrica, Hades deshizo el abrazo y comenzó a caminar hacia una mesa redonda donde se encontraban varios monitos de madera. Eris suspiro resignada, Hades de verdad se encontraba muy molesto con ella.

-Pobre, pobre de ti mi dulce ángel de la muerte. – susurró Eris mientras comenzaba a jugar con una daga y se recostaba sobre un pilar que parecía que estaba a punto de derrumbarse. –Es una pena que no me vayas a acompañar con el Dr. para descubrir la identidad de nuestros “Diamantes en bruto”. –

Hades se dio la vuelta y le robó un rápido beso en los labios a la Diosa de la Discordia.

-Te odio. – Hades miro los enormes ojos de la diosa y sonrió con picardía.

-Yo sabía que no me dejarías sola en esto. —

-¿Y dejarte llevar todo el crédito? ¿Cómo crees que llegue a ser el mejor Dios de toda la historia? –

Eris lo volvió a besar pero esta vez el beso fue más largo, Hades podía llegar a hacer tan hipnotizarte y tan…perfecto. Después de unos minutos Eris se soltó de los brazos de Hades y se dirigió a la puerta del inframundo mientras el dios la seguía no muy de lejos. En cuanto ambos cruzaron la puerta una nube de polvo negro los cubrió por completo, dos segundos después ambos ya habían desaparecido.

****

El sucio departamento olía a diferente especies y a incienso, en una mesa en la esquina de la habitación un hombre de tez morena se encontraba concentrado leyéndole unas cartas a un joven de no más de 20 años. El joven escuchaba las palabras del brujo como hipnotizado, las manos de este se movían con agilidad guardando, despareciendo y reapareciendo cartas de la baraja, para la mitad del pueblo él era un charlatán, para la otra mitad era lo más parecido a alguna divinidad.

-Bueno, por lo que veo vas a tener próxima una relación pero no se ve estable. La suerte no lo acompaña pero de salud se encuentra estable, pero no tente a la suerte así que trate de no causar ningún mal de ojo. Y si comenzamos a hablar de dinero…son $20. —

El Dr. Faciler era reconocido además por brujo, como estafador y hasta veces ladrón. El chico le pago la suma acordada y salió del establecimiento casi corriendo. Las cabezas colgantes, las mascaras macabras y los muñecos Vudú lo habían puesto muy nervioso al igual que al resto de los clientes anteriores. Faciler se recargó sobre el respaldo de la silla y aspiro el dulce olor del incienso.

-Faciler, deberías cambiar tus decoraciones de vez en cuando. ¿No lo crees Hades? – Faciler sonrió discretamente y después se volvió hacia donde ya se encontraban los dos dioses más malvados y sarcásticos de toda la historia.

-Un gusto volver a verla madmoiselle. Espero que haya analizado mi propuesta. – Faciler se acercó a Eris y dando una profunda reverencia besó su mano derecha con suavidad; Hades soltó un bufido pero no dijo nada.

-En efecto lo he pensado y discutido con mi compañero pero evite dar los detalles. Me pareció mucho más correcto demostrarle sus capacidades en persona Faciler. –

Faciler sonrió con malicia mientras volvía a tomar la mano de Eris y la guiaba hasta la mesa, Eris al igual que Faciler tomó de la mano a Hades y se sentaron juntos mirando de frente a Faciler quien ya se encontraba sacando sus cartas.

-Bueno señor… ¿o lo puedo llamar Hades? Si Hades estará bien, hay que hacer esto lo menos formal posible ya que pronto seremos socios. Bueno Hades, Eris me contacto hacia unos días y me planteo su preocupación en encontrar dos almas puras para su plan. Pero eso no es todo, investigue con mis amigos del otro lado y ellos me han iluminado para acortar nuestra búsqueda. Además de puras, las almas deben de tener una característica especial; una debe de tener una alma salvaje y viajera, dura de roer e incrédula. La otra debe de ser infantil e inocente, además de que esta alma tendrá una capacidad sobre humana, algo así como un sexto sentido. –

-Vaya usted parece más enterado que yo. –se burló Hades mientras observaba a Eris que escuchaba al brujo como hipnotizada.

-Es que lo estoy Hades y por favor háblame de tu. — alardeó Faciler mientras seguía barajeando las cartas. – Pero eso no es todo… Ya tengo los nombres de dichas almas. —

Eris sonrió complacida, no esperaba nada menos de ese peculiar personaje.

-Perfecto. Ahora dinos los nombres. –Eris estaba ya desesperada por conocer a sus futuros sacrificios y acabar con el plan de la dominación universal.

-Claro que se los daré madmoiselle pero antes debo de informarles sobre unas condiciones sobre estas almas. –

-Vaya buena sorpresa. ¿Cuáles son las condiciones? – Hades se estaba estresando pensando en el tiempo que estaba perdiendo con ese farsante.

-Si estas almas deben de ser sacrificadas estas deben de estar de acuerdo. No deben de ser obligadas o sino al morir se volverán almas comunes y corrientes, o en otras palabras…--

-Inútiles para nuestros planes. —Eris se mordió una uña al pensar en esa posibilidad, arruinar su único oportunidad era una opción fuera de la mesa pero…¿Cómo haría para convencer a dos humanos en sacrificarse por algo que acabaría a la raza humana? Si esas personas fueran pecadores, ladrones o solo personas viles sería pan comido pero se trataban de humanos especiales y puros, incapaces de hacer ningún mal.

-Claro que yo podría ayudar con eso. –Diciendo eso Faciler se levantó de la silla y entro por una puerta silenciosamente. Eris miró a Hades y por primera vez observo confusión en su semblante, al parecer el también comenzaba a dudar de la eficacia de su plan. La diosa acaricio la piel grisácea de Hades con ternura, Hades volteo a ver a Eris y sonrío complacido, tenerla cerca era un regalo y más si la tenía solo para él.

De pronto el ruido de un portazo los hizo volver a la realidad y ambos se volvieron hacia la puerta donde ahora Faciler se encontraba agarrando a algo que parecía un chico.

-Mis queridas deidades, les presento a Max Goof, mi ayudante y la respuesta sus suplicas. — dijo Faciler mientras empujaba al chico hacía la luz de las velas.

***
Espero que disfruten este capitulo por que de verda que me sentí inspirada por esta pareja...Perdón si hubo mucho Ooc y espero sus comentarios y sugernecias.

 

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Capitulo 5

De las sombras un chico de estatura mediana apareció. Su cara alargada parecía como la de un perro pero sus ojos y sus expresiones faciales eran casi humanas. Utilizaba ropa al igual que los humanos pero poseía unas largas orejas caídas y utilizaba guantes blancos de solo 4 dedos.

-¿Qué es eso?—preguntó Hades entre sorprendido y asqueado, jamás había visto un espécimen de igual rareza.

-Soy un “quien” velita. —respondió Max con tono burlón mientras se cruzaba de brazos en forma defensiva. – Mi nombre es Max. —

Eris rio con ganas, el cabello de Hades acababa de pasar de azul a rojizo al igual que su cara, Faciler tomó de los hombros a Max y lo acerco a él con brusquedad.

-Es una de mis creaciones, una de las más útiles y más eficientes si me permiten añadir. –

Hades respiraba entrecortadamente del coraje, nadie debía de faltarle el respeto, menos algo que ni siquiera era natural, Max seguía con el semblante serio pero en sus ojos Eris pudo ver algo más, algo como miedo.

-¿Y exactamente de que nos vas a servir joven Max?—El chico observó a la diosa sin decir nada, ni siquiera el sabía para que Faciler lo había llamado.

-Es simple querida dama. Pero tome asiento, que esto podía tardar. —

***​

Nani se encontraba sentada en una silla de madera bastante incómoda en una habitación lúgubre y húmeda, sus manos se encontraban amarradas fuertemente al igual que sus tobillos. Por el momento se encontraba sola pero sabía muy bien que pronto el capitán regresaría y le revelaría su decisión sobre que iba ser de ella. Normalmente los polisones eran obligados a trabajos forzados o los obligaban a caminar por la plancha, ambas opciones no eran nada aceptables para la morena pero en su situación prefería trabajar para ese caprichoso capitán que morir en medio del mar. De pronto la puerta se abrió de golpe haciendo que Nani se volviera a enderezar y poner cara firme y seria.

-Así que Kale. –Escucho como Simbad se burlaba de ella.-- ¿Cuál fue nuestra decisión final?—

-Plancha. —a Nani toda la sangre se le heló al escuchar esa palabra, hora de ejecutar el plan “B”.

-Esperen. —trató de decir Nani pero los fuertes brazos de Kale la aprisionaron para después cargarla como si fuera un bulto.

La chica siguió gritando y pataleado esperando soltarse del fuerte agarre del hombre pero lo único que logró fue lastimarse las muñecas y que recibiera varios golpes de parte de Kale. Al llegar a cubierta los marineros observaron la escena divertidos haciendo que las suplicas de Nani se intensificaran.

-¡En serio, soy buena para muchas cosas! Se coser, barrer, trapear, soy silenciosa, juro que ni me notaran. —De pronto Simbad apareció también en cubierta para observar como la chica sería arrojada por la borda.

-¡También se cocinar muy bien!—Kale se detuvo en seco al escuchar a la morena, mientras tanto los marineros comenzaron a cuchillear entre ellos. Nani había dado en el blanco.

-¿Es en serio que la chica sabe cocinar?—Preguntó uno de los marineros entre tímido y curioso.

-Sí, es verdad. En China trabajaba en un restaurante y se muchas recetas que no necesitan muchos ingredientes. —al finalizar Kale soltó a Nani dejándola sentada en el piso, Simbad se acercó cauteloso hasta la chica y la observo detenidamente para ver si en realidad mentía.

-Por qué, piénselo capitán. — intervine Rat algo tímido. –Comer algo decente de vez en cuando no estaría mal. – El resto de la tripulación asintió convencidos.

-Está bien, te quedaras en el barco pero como odio a los polizones te quedaras en el calabozo durante tres días. Después de eso iras a la cocina donde trabajaras con el cocinero y estarás aprueba hasta llegar a Siracusa donde yo personalmente me encargare que no trates de escapar. ¿De acuerdo?—Nani asintió con la cabeza.

Simbad sonrió complacido le hizo señas a Kale para que la llevara al calabozo, este la volvió a alzar como bulto y volvió a entrar al barco callado como siempre.

-¿Entonces, eso que significa?—se preguntó Miguel que había observado al escena desde lejos junto a Tulio.

-Comida de Cookie otros tres días. —suspiró Rat melancólico.

-¿De verdad es tan malo?—preguntó Tulio.

-Creo que lo averiguaran dentro de unas horas.—se mofó Rat mientras salía volando colgando de una de sus miles de cuerdas.

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Dejen sus comentarios y sugerencias :)

 

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Capitulo 6

La cocina se encontraba llena de humo negro que le hacía casi imposible la visibilidad al joven gourmet, si Jim en un principio había creído que Silver era el peor cocinero en la historia del universo, Cookie era aún peor. En los últimos 3 días había casi incendiado la cocina dos veces y al parecer este cocinero carecía de un menú más amplio que 5 platillos los cuales el cincuenta por ciento consistían en manteca. Ahora comprendía por la mitad de la tripulación pasaban la mañana pescando mientras se encargaban de sus tareas diarias.

-Cookie, ¿Es realmente necesario quemar la cocina cada vez que prendes el horno?—Jim tosió unas cuantas veces antes de poder abrir la pequeña ventana para poder sacar el humo negro.

-Vamos muchacho, el humo es lo que le da sabor a esta nueva receta que acabo de inventar. —se defendió el cocinero que al parecer no le afectaba el denso humo.

-En cuanto el capitán vea esto nos va reprender. —Jim trató de dispensar el humo con una tabla de madera donde las pocas verduras eran cortadas. Su cara y ropa estaban casi negras y los ojos ya comenzaban a llorarle. –

-Vamos chico, no sea nena. Mire lo bueno que me está saliendo el platillo. Estoy seguro que será un éxito entre la tripulación. –

Jim se sintió tentado a golpear al cocinero con la tabla pero la voz de Kale se lo impidió y aunque Jim no lo lograba ver entre el espeso humo podía intuir que este se encontraba bastante molesto.

-¿Que sucede aquí? – su voz retumbo por toda la cocina dándole calosfríos. Jim se quedo lo más callado posible tratando de localizar la posición del subcapitán, la última vez que Cookie había casi incendiado la cocina a él le había tocado lavar todas las ollas durante dos días.

De pronto una mano fuerte lo tomo por la nuca y lo jaló hasta la puerta de la cocina.

-Kale, juro que no fue mi culpa. —se defendió Jim tratando de sonar lo más seguro posible, el hombre se veía realmente molesto, a lado de él se encontraba una chica de casi su misma estatura y al parecer de su misma edad. Llevaba su cabello castaño ondulado amarrado con una coleta de caballo y utilizaba un mandil sucio y lleno de grasa.

-Ve a cubierta y te encargaras de ayudarle a Audrey en todo lo que necesite. – Jim lo miró confuso, ¿Quién se suponía que era Audrey?—Pero como vas que no tengo todo el día. –

Jim salió corriendo por las escaleras de la cocina y recorrió el pasillo de los camarotes mientras se trataba de limpiar la cara del hollín que aun tenía en la cara. Al llegar a cubierta en vez de ser recibido por algún chico de la tripulación se encontró frente a una chica de facciones duras y de apariencia joven.

-Vaya, ¿con que tú eres el que me va a ayudar con la caldera? –

***

Mulan tomó uno de los pantalones de Simbad y una camisa holgada de su armario lo más sigilosamente posible, amarró su cabello en un chongo con un listón oscuro y se puso uno de los pocos zapatos de suelo que había podido llevar. Se miro de reojo en el espejo y le gusto lo que vio, su reflejo era casi el mismo de hace unos años, cuando había partido a la guerra. Se sonrió a sí misma y acaricio su mejilla tratando de recordar la primera vez que Shang la había tocado ya como Mulan y no como Pink.

-Mulan, sal de una vez que me estoy haciendo viejo. —gritó Simbad desde fuera de la habitación.

-Eres un desesperado, dame dos minutos más. – Le respondió Mulan con la misma intensidad, extrañaba gritarle a Simbad tal y cuando eran niños.

Mulan salió de la habitación y observo como Simbad se encontraba recargado en el marco de la puerta, su mirada era seria pero igual de cálida como antes. Simbad miro de reojo a Mulan y dio un silbido de sorpresa. La camiseta holgada a diferencia de lo que había creído la hacía ver más joven y al traer una faja en la cintura ocultaba su busto, lo cual era conveniente al tener una tripulación mayormente masculina.

-Bueno hermanito. ¿Ya estoy lista para poder salir a la luz del sol? –

-Aun no. – tomando el listón Simbad dejó suelto el negro cabello de la asiática y lo alboroto un tanto par que se viera más natural. –En esta nave eres una niña y aunque no te vistes debes de verte y actuar como tal. —

Mulan comenzó a reír tímidamente mientras le daba un codazo al marinero, su sentido del humor era el mismo y si iba a pasar más de seis meses con él era bueno saber que se reiría a su lado de vez en cuando.

Ambos amigos salieron de la sección de los camarotes y subieron a cubierta, el sol de mediodía le pego a Mulan obligándola y cubrirse los ojos con una mano. Al sentir el cálido viento del sur pegándole en la cara no pudo evitar que los recuerdos la golpearan como olas de mar a un bote de remos, casi hundiéndolo desde adentro…

*Flashback*

Simbad y Mulan jugaban en un gran patio a lado del estanque, Simbad tenía ya trece años mientras que Mulan apenas había cumplido los 11.

-A que atrapo una rana más rápido que tú. –grito Simbad mientras hundía la mitad de su brazo en el estanque. Mulan sonrió débilmente y al igual que su mejor amigo también sumergió su brazo en el agua.

La pequeña asiática fue la primera en atrapar la rana pero al sacarla la dejo ir después de que esta croara de una manera grotesca. Ambos chicos comenzaron a reír descontrolados, Simbad tomo de la mano a Mulan y con gran agilidad la aventó hacía el estanque causando que quedaran empapada de pies a cabezas, la chica no tardo ni un segundo y jaló a su amigo también adentro del estanque.

*Fin del Flashback*

-Capitán, Siracusa a la vista. —gritó Rat emocionado desde una de las velas.

Mulan observó de nuevo a Simbad y esta vez pudo darse cuenta que sonría con ganas. La asiática sabía algo de su novia/prometida pero al estará a tan solo unas horas de conocerlas cierto nerviosismo la hizo sentirse enferma.

En otro lugar no muy lejos del barco, en las calles solitarias de Siracusa un chico también sentía nauseas y ganas de vomitar pero no por nerviosismo sino porque ya llevaba cerca de tres días sin probar bocado. Max observó a su alrededor trató de localizar alguna de las caras en las fotografías pero no había rastro de ninguna de las dos almas. De pronto se escuchó el estrepitoso sonido de trompetas y tambores, el príncipe de este país se encaminaba hacia la costa para esperar a uno de sus mejores amigos junto con la embajadora, Marina.

Max sonrió complacido, no estaba completamente seguro pero algo dentro de él le decía que las almas se encontraban cada vez más cerca. Y no sabía que una de ellas lo encontraría a él y cambiaría completamente el curso de su misión.

 

Resumen: Simbad está a punto de embarcarse en una nueva aventura en alta mar llena de amor, sorpresas, peligros y enredos. Nuevo compañeros se unen al navío mientras que viejos conocidos aparecen para cambiar el punto de vista respecto a la vida en Simbad. Aparte de eso Simbad deberá de aclarar un enredo mágico que pondrá en peligro a las personas que más ama.
Tipo: Long-fic
Advertencias: Ninguna
Fecha de inicio: 20 de mayo del 2011

Capitulo 7 "Max Goof"

— ¡Simbad! — gritó Marina mientras abrazaba al pirata.

El aludido sonrió complacido y la beso tiernamente en los labios. Esa mujer era la persona más testaruda, necia y enojona de toda la tierra pero cada vez que la veía Simbad sentía como se enamoraba cada vez más de ella.

*Flashback*

-¿Simbad de verdad me quieres? –preguntó la niña mientras observaba a su amigo recostado a lado de ella. Ahora de se encontraban acostados en el césped esperando para secarse y así sus padres no la regañaran al llegar a su casa.

-Obvio Mulan. —

-Simbad, prométeme algo. – Simbad observo a Mulan y noto como sus ojos de pronto se llenaban de lágrimas. –Prométeme que nunca me vas a olvidar. —

-¿Por qué dices eso? – ahora Simbad realmente se veía asustado.

-Me voy esta noche a China con mis padres. – Mulan dijo lo ultimo casi llorando, Simbad la abrazo fuertemente y la chica comenzó a llorar desconsoladamente.

-Nunca te voy a olvidar tonta. Soy tu hermano grande y tú mi hermanita. Nunca te voy a dejar ir; jamás. —

*Fin del Flashback*

-¿Mulan te encuentras bien? – Simbad la observo preocupado ya que la mirada de la chica se había quedado en blanco unos minutos antes.

-Perfectamente. –

***

La tripulación permaneció en Siracusa durante 4 días enteros sin ningún percance. Los marineros se habían hospedado en el castillo de Proteos, el rey en curso del país. Mulan y Marina no se llevaban de maravilla pero se soportaban. Marina se encontraba algo incomoda de que Simbad tratara a Mulan con tanta familiaridad y no dejara de abrazarla. Mientras que Mulan desconfiaba de Marina ya que ella parecía tan diferente a Simbad; ella era de alta aristocracia mientras que Simbad era un espíritu libre. De antemano sospechaba que ellos debían de pelearse muy seguido.

Para el cuarto día el barco ya se encontraba preparado para zarpar, los marineros se encontraban emocionados y en sus lugares listos para comenzar la travesía. Simbad se encontraba en el camerino del capitán acompañado de Marina mientras que Mulan platicaba armoniosamente con el sub-capitán, Kale y los dos españoles, Tulio y Miguel.

Todos ya se encontraban en el barco, bueno excepto los tres tripulantes más jóvenes que se encontraban haciendo las compras de víveres de último momento.

-¿Por qué a Cookie se le dificulta tanto comprar verduras y…?—trató de decir Jim mientras cargaba dos bolsas llenas de verduras y cereales.

-¿Cosas comestibles?—terminó la oración Nani mientras reciba unas especias en una tiendita de mala muerte. -- ¿Cuánto cuesta el kilo de clavo?—

-Si, a eso me refiero. —Jim dejó las bolsas en el piso y estiro sus brazos con pesadumbre.

-Oye Jim, recuérdame comprar otro destornillador de cruz cuando volvamos a pasar por la tienda de varios. ¿Está bien?—dijo Audrey sin siquiera voltear a ver al chico.

Jim estuvo a punto de responderle algo pero el estruendo de varias cosas cayendo lo distrajo del mal humor hacía la castaña.

-¿Qué demonios fue eso?—se preguntó a si mismo Jim mientras salía de la tienda curioso.

En medio de la calle yacía un chico o algo por el estilo tirado entre vidrios rotos y frutas aplastadas. Alrededor de él se encontraba una multitud de personas observando al chico con asombro y terror mientras que un comerciante le gritaba cosas en otro idioma con gran furia. Jim se concentro en el chico y pudo apreciar que este tenía rasgos predominantes de un can y la piel negra como el carbón. De pronto el comerciante tomó salvajemente al chico y comenzó a golpearlo con una vara que parecía de madera.

-¡Oiga deténgase!—gritó Jim casi por impulso mientras corría en dirección hacia el chico. --¿Qué no me escucho pedazo de asno?
¡Déjenlo en paz!—

Jim llegó hasta donde se hallaba el chico tendido sobre la tierra temblando de miedo, el chico vio las heridas del otro y pudo apreciar que no tenía nada grave.

-Esa cosa me robo una manzana. Tiene que obtener un castigo. —gritó enfurecido el comerciante con un acento que Jim nunca había escuchado en su vida.

-¿Todo esto es por una estúpida manzana?—respondió Jim mientras ayudaba al otro a levantarse. --¿Cuánto es por la manzana?—
-2 celines. —Jim saco el dinero de su chamarra y se lo dio al comerciante mientras llevaba al chico hacía la tienda donde Audrey y
Nani lo veían confundidas.

Jim dejó al mitad perro/humano en el escalón de la entrada de la tienda y examinó más a fondo sus heridas de la cara.

-Gracias. —susurró el chico mientras apartaba su cara de la mano de Jim.

-No hay de qué. Ese tipo es un imbécil, nadie le da el derecho a golpear a nadie así. Y menos por una manzana. —

-La verdad dudo mucho que lo haya hecho por la manzana. — dijo amargamente el chico.

-¿Cuál es tu nombre chaparrito? -- le preguntó Nani mientras se sentaba junto al chico.

-Max; Max Goof. —

-¿En serio de encuentras bien? ¿No te lastimó?—preguntó Audrey algo preocupada.

Max negó con la cabeza y se levantó lentamente.

-¿Dónde están tus padres?—preguntó de pronto Nani. –Si les dijeras lo que acaba de pasar probablemente demandarían a ese patán. —

Max bajó la cabeza con tristeza y Nani en seguida se dio cuenta de la situación.

-¿Tienes en donde quedarte?—Jim también había leído la expresión de Max en un instante. Max volvió a negar con la cabeza.

-Audrey… ¿Crees que Simbad acepte recibir a Max?—Preguntó Nani preocupada.

Audrey lanzó los brazos al cielo y se golpeo la cabeza contra un mueble de madera. Obvio ella podía convencer a Kale de convencer a Simbad de dejar entrar a Max pero; por dios ella sabía muy bien que eso le costaría caro a ella.

-No quiero molestar. Ya es suficiente que tuvieras que pagar por mí. — dijo Max tímidamente.

-¿Sabes hacer algo de provecho?—preguntó Audrey mientras se acercaba a Max de forma desafiante.--¿Cocina, navegación, limpieza?—

-Se hacer lo que me pidan. —Max sonrió con alegría y vergüenza. Audrey se volvió a sus amigos y les dedico una mirada asesina.

-Lo vamos a llevar al barco, si lo aceptan bien. Si no lo aceptan ni modo.—señalo la morena mientras tomaba a Max de la mano y le daba una de las bolsas del mandado.—Y recuerden que esto no fue mi idea.--

Espero que el fic les haya gustado y no olviden comentar :D

 

Resumen: Simbad está a punto de embarcarse en una nueva aventura en alta mar llena de amor, sorpresas, peligros y enredos. Nuevo compañeros se unen al navío mientras que viejos conocidos aparecen para cambiar el punto de vista respecto a la vida en Simbad. Aparte de eso Simbad deberá de aclarar un enredo mágico que pondrá en peligro a las personas que más ama.
Tipo: Long-fic/Song fic
Advertencias: Ninguna
Fecha de inicio: 20 de mayo del 2011
Notas de autor: Este capitulo lo hize algo diferente, lo hize como un song-fic y ya estoy como poniendo un poco en claro las parejas..espero que lo disfruten y comenten...Chaoi ;D

Capitulo 8..."Teenage dream"

You think I'm pretty; Without any make-up on
You think I'm funny; When I tell the puch line wrong
I know you get me; So I'll let my walls come down, down

​

Max se recostó en el suelo sobre unas colchas viejas y trató de acomodarse de la mejor manera. Había sido una suerte que el capitán lo hubiera aceptado; lo malo era que lo había hecho con solo la mitad del sueldo normal y sin una verdadera cama para dormir. Max frotó su cara contra la tibia almohada que le había regalado Nani y se acurrucó entre la colcha que antes había sido de Jim.

El cuarto estaba conformado por 4 literas donde 7 marineros dormían como piedras y Nani observaba al chico preparándose para dormir.

-Te puedo preguntar algo. — Nani se sentó en la cama y observó a Max con detenimiento.

-Claro. Dame tu mejor golpe. — bromeo Max mientras se iba dejando llevar los brazo de Morpheo.

-Exactamente; ¿Qué eres?—Max abrió los ojos de golpe, por alguna razón sabpia que esa pregunta iba a ser necesaria pero aún no se le ocurría ninguna mentira para ocultar su identidad como ayudante de Faciler.

-¿Quieres la verdad o una mentira?—

-Ambas. — Nani parecía realmente interesada.

-Bueno, la mentira es esta. —Max se levantó con pereza y cruzó las piernas mientras observaba a Nani con una sonrisa. – Vengo de una isla que ningún humano conoce y ahí habitamos personas mitad perro, ratón, pato, vacas y otros animales. —

-¿Y la verdad?—

-No tengo ni la más remota idea. —

Nani oculta una risita nerviosa para evitar despertar a sus compañeros de cuarto.

-Te vez algo incomodo. —dijo Nani preocupada, Max solo desvió la mirada. – ¿No quieres dormir esta noche conmigo?—

Max sonrió con dulzura y en menos de un segundo ya se encontraba apretujado contra Nani en la pequeña litera. Nani sintió el calor de Max gracias a su pelaje que aunque era corto era suave y brillante. Max se acomodó dándole la espalda a Nani y así la chica a los pocos minutos se quedo dormida mientras abrazaba inconscientemente a Max. El chico trató de separarse del agarre de la chica pero se dio cuenta que si lo hacía despertaría a Nani y esta se veía demasiado tierna durmiendo. Max sonrió con picardía mientras comenzaba a recorrer el brazo de Nani con uno de sus dedos. Su piel era suave al tacto y tibia por naturaleza, Max se imagino recorriendo su estomago, su cara, su espalda. Vaya ese viaje iba a ser realmente interesante.

Before you met me; I was a wreck
But things were kinda heavy; You brought me to life
Now every February; You'll be my valentine, valentine
​

​

Simbad tomó la mano de Marina con dulzura mientras la ayudaba a salir de su cabina. Su cabello corto se encontraba suelto y revuelto al igual que la primera vez que había subido al barco. La noche era clara y llena de luz gracias a las miles de estrellas y la luna llena que adornaban el manto oscuro. La chica fue recibida con alegría entre la tripulación que hacía la guardia nocturna; al parecer ellos la habían extrañado tanto como Simbad.

-Bueno chicos dejen en paz a Marina. Estoy seguro que ella no quiere escuchar todos los piropos que le tenían preparados. —Bromeo Simbad mientras empujaba suavemente a su prometida hacia donde se encontraba el timón y Kale.

-Si claro Simbad. – Respondió sarcásticamente Marina mientras le dedicaba una dulce sonrisa a la tripulación. —Lo que pasa es que si Simbad me ve rodeada de hombres más guapos que él se pone celoso. —

Los gritos de euforia y risitas no se hicieron esperar entre la tripulación.

-¿Más guapos que yo?—Simbad no parecía molestó. – Espero que tenerte de nuevo en cubierta no te haya afectado los sentidos.

Marina se acercó a Simbad y le regaló un dulce beso en los labios.

-No te preocupes. Estoy perfectamente bien. Es más ahora que lo veo bien eres el más guapo a mil millas a la redonda. --


My heart stops, When you look at me
Just one touch, Now baby I believe
This is real
So take a chance, And don't ever look back
Don't ever look back


Jim se recargó sobre una columna de madera mientras observaba a Audrey arreglar un reloj de cuerda. Su cabello se encontraba suelto al igual que siempre pero por primera vez en mucho tiempo no utilizaba su habitual gorra de mezclilla. Jim sonrió ligeramente mientras dirigía su mirada hacia las suaves manos de la morena que aun trabajan con paciencia sobre el viejo reloj.

-¿Dejarías de verme por favor? Me estas poniendo nerviosa. –dijo de pronto al chica sin siquiera voltear a ver a Jim.

-¿Cuánto tiempo te llevara arreglar ese fosil? – Jim en realidad no estaba interesado en el reloj pero amaba escuchar la voz de Audrey explicándole como si fuera
un niño pequeño.

-No creo que tenga arreglo. Tu amigo Miguel, el español lo dejó caer en una cubeta de agua Jim; es muy difícil arreglar algo que no es impermeable y quedo flotando en agua jabonosa por más de 5 minutos. – Audrey no parecía muy molesta pero si decepcionada. Odiaba no poder arreglar las cosas, usualmente cuando eso pasaba se sentía inútil y tonta.

En eso sintió como Jim la rodeaba con sus brazos como si estuviera a punto de abrazarla. Audrey contuvo la respiración y sintió como el calor se le subía a las mejillas. Pero Jim en vez de abrazarla solo tomó el reloj de sus manos y lo examinó con curiosidad para después tirarlo por la ventana. Audrey quiso enojarse y gritarle pero en vez de eso sonrió y comenzó a reír a carcajadas. Jim también sonrió levemente y se sentó a lado de ella mientras discretamente pasaba su brazo sobre los hombros de la morena.

-Por cierto, no compramos el destornillador en Siracusa. —rompió el silencio Audrey casi en un suspiro.

-“Compramos” me suena a manada. —respondió Jim soltando una ruidosa carcajada.

-Tienes razón. Se te olvido comprar el destornillador pedazo de zopenco. —

Ambos se soltaron a reír como locos, no sabían porque pero ambos se sentían demasiado cómodos juntos; a parecer de Audrey DEMASIADO cómodos. Pero al final había decidido a aceptar que esto era causado ya que era la primera vez en casi un año que convivía con alguien de su edad, con un chico de su edad…Con un guapísimo, carismático y hábil chico de su edad.

Let's go all the way tonight
No regrets, just love
We can dance until we die
You and I
We'll be young forever​

Mulan se sentó sobre la cama de Kale mientras jugaba con su largo pelo azabache. Kale le había dicho que tenía un libro de romance que probablemente disfrutaría y como Simbad estaba demasiado ocupado recuperando el tiempo perdido con Marina dejaba a Mulan sin muchas distracciones.

-¿Y te gusta la música Mulan?—preguntó Kale mientras entraba al camarote con algunos libros, unos acetatos y un tocadisco que parecía tener mil años.
Mulan alzó la vista y tomó algunos de los libros y los acomodo sobre la cama. En total eran 5 de los cuales 3 parecían casi nuevos; en realidad parecía que nunca hubieran sido utilizados por Kale. Mulan sonrió al reconocer los últimos tres títulos que había visto en una librería de Siracusa.

-¿Seguro que está bien que me regales estos libros? Digo, ya que parecen casi nuevos.—Mulan hojeo el primer libro con curiosidad; Kale probablemente la había visto leyendo esos libros en tierra y se los había comprado sin decirle a nadie.

-Claro Mulan. Son unos libros que me regalaron hace años. —

Kale se encontraba acomodando un acetato sobre el tocadiscos con cuidado, sus grandes manos manejaban el tocadiscos con dulzura y paciencia. Mulan se acercó a Kale por atrás y lo rodeo con sus delgados brazos.

-Kale. Viví con Simbad gran parte de mi vida, se cuando alguien miente y tu eres un pésimo mentiroso. — le susurró al oído.

De pronto una música clásica llenó el camerino de manera casi mágica. Kale se dio la vuelta y le sonrió a Mulan con dulzura mientras le acomoda un mechón de pelo rebelde tras la oreja.

-¿Me permites este baile? – Kale tomó dulcemente la mano de la asiática y dio una pequeña reverencia.

-Claro. —Mulan puso su otra mano sobre el hombro del sub-capitán y asi comenzaron a bailar por toda la habitación; aun cuando ya la música había terminado.