Nunca le temió (M.R) Crack

Vacío.

—Aléjate de ella. H´n—expuso frunciendo el entrecejo.
— ¿Por qué no te alejas tu?
—Yo la amo.

Neji no contestó nada, él también la amaba pero… ¿Por qué le costaba expresarlo?

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Sakura miró a la castaña. Su mirada estaba perdida en la nada. Sus ojos chocolate ya no llevaban con ellos ese brillo de alegría, ahora eran vacíos…
Ya no se le notaba esa chispa especial, que alegraba a todo el que se cruzaba con ella y hacía sentir una sensación reconfortante.

Vacío, dolor. Solo eso veía en ella.

— ¿De quién es tu hijo, Tenten?
—Si lo supiera te lo diría—abrió sus ojos jade sorprendida.

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— ¡Padre, no puedes hacernos esto!—dijo la peliazul exaltada.
—Cállate Hinata. Lo harán y listo.
— ¿Sabes que? ¡Vete a la mierda!—no tenía idea de adonde había salido ese coraje. La mano de su padre se estampó fuertemente en su mejilla, Hanabi retrocedió asustada, se veía la furia emanar del mayor.
—Insolente ¡Tu harás lo que yo diga y listo!

Abandonó la habitación a pura lágrima, su padre jamás la había abofeteado. Ahora ¿qué le diría a Naruto-kun y a Tenten-san? Peor ¿Cómo reaccionarían?

 

Cobarde

Se preguntaba por qué tenía esa maldita suerte ¿¡qué había echo para merecerse todo eso!? Golpeó la pared repetidamente hasta que el dolor se volvió insoportable. Volteó al oír los gemidos de Hinata, sus ojos estaban llenos de lágrimas.

—No llores—su voz era fuerte y áspera, asustaba a la heredera del soke—Hinata basta.

Ahora lloraba desconsoladamente desesperando al genio del clan. En un ataque, la agarró de los hombros y la agitó violentamente.

— ¡Mierda Hinata para de llorar!
—P-perdóname Neji ¡hice lo que pude!

Conmovido, abrazó a su prima, que sorprendida, correspondió el abrazo.

—Tu no tienes la culpa, no te mortifiques— su tono era mas calmado, ya no asustaba a la chica.

Cobarde, eso es lo que era. No quería hacerlo pero no se atrevía a negar las órdenes del consejo. Por cobarde, ahora perdería a Tenten y se casaría con Hinata.

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Mariko



Temari caminaba pacíficamente por las calles de Konoha, buscaba a su pequeña hija, Mariko, del entrenamiento. Al llegar al campo de entrenamientos Ino-su sensei-le confirma a la rubia que Mariko no había llegado a entrenar. Preocupada salió corriendo en busca de Shikamaru, un fuerte olor a sangre hizo que volteara.


Un bulto de ropas lilas teñidas en sangre y una cabecita derramando sangre fue lo que encontró. Le faltó el aire y cayó de rodillas.



—M-m-Mariko— Al ver que la niña se movió apenas, la cargó en sus brazos y la llevó al hospital.




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— ¡Shikamaru! ¡Encontramos a Mariko a cinco calles del campo de entrenamiento, está herida gravemente!—Shikamaru abrió los ojos grandemente. Shizune salió apurada de la oficina.


—Mierda ¡mierda!—llevó sus manos a la cabeza y se dejó caer apoyado en la pared. Tomó su chaqueta y salió veloz hacia el hospital. Al llegar se dirigió hacia la terapia y vio a su bebe…


Envuelta en vendas, conectada a maquinas, con agujas atravesando su tersa piel, tan… frágil. Su madre dormía en una silla apoyando la cabeza en su regazo. Acarició la mejilla de Mariko y depositó un beso en la frente de Temari para sentarse a su lado. Las lágrimas invadían su rostro sin piedad alguna.

—Mariko…—susurró—mi bebé…



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Mariko Nara, 9 años. Gennin a los ocho. Una alumna inteligente por sobre todos los demás. Una niña blanca con ojos aceituna, cabello negro llegándole hasta la espalda. Carácter tranquilo y despreocupado al igual que su padre y a la vez alegre y perspicaz como Temari. Alumna de Ino Yamanaka y compañera de Inobi Inuzuka y Cho Akimichi.

Todos los días partía al campo de entrenamiento a las nueve de la mañana, para almorzar al mediodía y volver luego de las tres. Entrenaba hasta las nueve y regresaba a su casa.



Pero ese día, la heredera Nara entrenó hasta las once y nerviosa se retiró, no almorzó en su casa y no regresó a entrenar.



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En la sala de espera se encontraban Shikamaru que contenía a Temari y Gaara y Tenten, sus padrinos. La castaña sollozaba desarmándose, el kazekage palmeó su hombro tratando de reconfortarla.

Por la cabeza de los cuatro pasaba la misma pregunta:

¿Por qué ella? ¿Una niña tan pura e ingenua?

Sakura salió del quirófano con un semblante vacío, atentos levantaron la mirada.
—Entró en coma.

Y un par de gritos femeninos seguidos por llanto se escucharon por toda la aldea.

— ¡No! ¡No! ¡No! ¡No puede ser!—Temari lloraba desconsoladamente junto a Tenten, el mundo se les venía abajo. Su hija, su ahijada, la estaban perdiendo.

—No quiero ser metido pero tienen que ser fuertes, las dos—El ninja rubio apareció vestido de civil y sin su banda, inmediatamente Tenten se abrazó a él—creo que se
quién fue la persona que la atacó…

—Dímelo Deidara—pidió Temari en voz baja.

—Arui Nara—Shikamaru abrió los ojos impresionado. ¿Su primo había sido?



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Lalalala, eh vuelto! me inspire luego de haberme comido un pote de salsa para helado de furtilla sola... ¿Pensaron que iba a dejar sin participación a ShikaTema? No, se equivocaron! espero que les haya gustado, espero que me comenten plisss, y si lo hacen NO dejen spam, los borran T-T

Chaiito :D

 

Planes arruinados

— ¿Y por qué motivo crees que fue él?—preguntó Shikamaru.

—Es sencillo. Arui es tu primo, eso significa que es el segundo al mando del Clan Nara. Sabiendo que llegaría un momento en el que te cansarías de tanta carga le pasarías el liderazgo a él. Pero sus planes se fueron al diablo el día en el que Mariko nació—hizo una pausa—al nacer tu vástago inmediatamente llevaría el legado y eso hizo enfurecer a Arui.

—Y luego de eso...trató de matar a Mariko—el morocho hablaba lentamente.

—¿Ahora lo entiendes? No era muy dificil de descifrar, menos para un genio como tú.

—Y p-por qué sabes tanto ah?

—Yo también soy estratega niño, mi coeficiente intelectual pasa el tuyo—dijo Deidara orgulloso. Un golpe de parte de Tenten se estrelló en su nuca.

—No es momento de presumir, mi ahijada esta muriendose—Tenten se acercó a la preocupada madre—Temari ya es hora de que me vaya, mañana vendré temprano—acarició el rostro de su amiga y secó sus lágrimas.

—Si, tu ten cuidado—soltó una pequeña risa tocando el vientre un poco abultado de su amiga—ahora tienes algo más de que preocuparte.

Salió acompañada por el artista. Casi todo el trayecto pasó en silencio hasta que llegaron al departamento de Tenten. Iba a subir las escaleras hasta que Deidara la tomó por la muñeca.

— ¿Quieres que te cargue?
—No, estoy bien.
—Pero debes estar agotada y mucho esfuerzo por subir las escaleras le hará mal al bebe—insistió.
—Son solo unas escaleras—trataba de pasar, pero el camino era bloqueado por él.
—Pero son muy largas y te vas a cansar, voy a cargarte.
— ¡Deidara basta! Estoy embarazada no moribunda—empujó a Deidara y subió las escaleras, dejandolo confundido: ¿de que loca bipolar se había enamorado?.

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El ninja de cabellos castaños atados en una coleta meditaba con los ojos cerrados ¿estaba bien lo que había echo? Claro que sí, con eso gararía poder.

—Poder... Mariko no me quitará el poder—susurró.

De repente sintió una fuerza bestial golpeandole la mejilla, y aturdido por el golpe cayó al piso. El otro ninja se sentó sobre él colocando una kunai en su cuello y agarrando sus muñecas con la mano sobrante.

—Poder de que te mate—Shikamaru golpeó de nuevo a su primo—¡eso es lo unico que ganarás!

Estaba cegado por la furia, iba a matar a ese maldito. Después de haberle echo eso a una niña inocente no tenía derecho siquiera de ver la luz del día. Golpeaba incansablemente a Arui.

—¡¿El nacimiento de mi hija te arruinó los planes no es cierto?! Por eso intentaste matarla, porque eres un enfermo de poder.

Nadie podía imaginarse el dolor que Shikamaru Nara sentía en su interior, la niña de su vida se le iba de las manos. Todos creyeron que porque había embarazado a la embajadora de la arena muy temprano iba a ser un mal padre o no se haría cargo, pero no. Amaba a esa niña como a nadie más en el mundo y daba su vida por que ella esté bien. Ahora que tenía al bastardo que intentó quitarsela iba a descargar toda su furia en él.

Él había sido el que más reclamó al enterarse de la venida de la niña, reprochandole que era un inmaduro y un pendejo jugando a ser grande. Había dado vuelta la mirada tachándolo como la oveja negra de la familia. Pero al nacer Mariko todo había cambiado. Se arreglaron de nuevo y estaban mas unidos que nunca, como el hermano que nunca tuvo. Hasta confió en él como su mano derecha, ahora le pagaba así...