Nuestro Secreto Por Siempre (Oneshot)

Tema en 'Fanfics Abandonados de Naruto' iniciado por Kathmirlo, 27 Marzo 2011.

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    Kathmirlo

    Kathmirlo Guest

    Título:
    Nuestro Secreto Por Siempre (Oneshot)
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Horror
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3550
    Era un día lluvioso en Konoha, el viento soplaba fuertemente y movia las ramas de los arboles, parecía como si las quisiera arracancar de su tronco, casi no se veía personas por la calle, todos se reugiaban en sus hogares, mientras caía aguaceros sin cesar. La academia de Konoha estaba en lecciones. Todos sus estudiantes estaban atentos a las lecciones de Iruka-sensei, bueno, casi todos excepto un estudiante de pelo rubio, mostraba en su rostro aburrimiento y se veía claramente que no entendía nada de lo que explicaba dicho sensei.

    Asi transcurrieron las horas, para dicha del rubio las lecciones terminaron y fue el primero en salir del salón de clases. Todos los chicos corrían para escapar de la lluvía y llegar rápido a sus hogares. Por otro lado un chico de pelo azabache fue el último en salir con su característico humor de siempre y sus manos en el bolsillo del pantalón. A paso lento salió y se dirigió a su hogar o mejor dicho a lo que una vez fue su hogar, donde una vez vivió la prestigiosa familia Uchiha, sin importarle en lo más mínimo la lluvia. Conforme avanzaba su hermoso ropaje se fue empapando cada vez más, pero no parecía causarle importancia al chico. El agua corría por su hermosa cabellera dejandolo un poco despeinado, el cual lo dejaba ver más apuesto de lo que ya era.

    Sin importarle y sin dudarlo dos veces se adentró a la casa, donde aún se encontraban tantos recuerdos de su infancia, tantas amarguras mezcladas. Se sentó a la orilla de una ventana viendo hacía afuera la fuerte lluvía que aún no dejaba de cesar. Tenía ratos de estar en ese sitio inmóvil, parecía una hermosa obra de arte tallada, su rostro pálido daba el aspecto de mármol y sus perdidos movimientos ponían en duda que fuese una persona. Estaba perdido en sus pensamientos muy perdido, ese era uno de los días más difíciles para él, era el día de su cumpleaños. Otro que iba a pasar solo, sin que nadie supiese de eso, sin que nadie le dijese un ´´feliz cumpleaños´´, sin que nadie estuviese a su lado para celebrarlo. A excepción del tercero que era el único que sabía que era tal fecha y desde la mañana que lo vio pasar para la academia lo había llamado para felicitarlo, el cual él agradecio con un simple ´´hmmp´´. . . era su forma de agradecimiento y el tercero lo sabía muy bien.

    Pero a parte de él nadie, nadie sabía, sintió un poco de nostalgía en lo más profundo de su corazón, después de todo él era un chico que apenas estaba cumpliendo sus once años, aún era un niño, y como tal no era extraño que sintiese tal sentimiento, pero su orgullo lo hizó volver en sí y se lo reprocho, el tenía una meta, Itachi, esa era su meta y no se detendría por ninguna estupidez y ni mucho menos por sentimientos que no valían la pena, esa, esa fue la meta que él mismo se había propuesto y no pararía hasta lograrlo.

    De un pronto a otro una silueta de alguien que paso corriendo a toda prisa lo sacó de sus pensamientos.
    -Hmmp. –Fue lo único que dijo con el seño fruncido.
    Siguió con la mirada la silueta y vió que se perdió en las siguientes casas que habían. ¿Quién será? Se preguntó el ojinegro ¿Quién iba a andar con ese tiempo por ahí, en ese lugar que parecía casi abandonado?...No encontró respuesta. Espero un rato para ver si volvía a pasar, pero no, no pasó nadie.
    Su curiosidad fue incrementando, hasta hacerlo salir de su casa en dirección donde se había perdido la silueta. Pero todo fue en vano, no vió a nadie por ningún lado. Ya se había empapado nuevamente y no había razón para volver a su casa, así que se dirigió a un sitio que únicamente él conocía, después de que todo su clan desapareciera, el lugar se volvió más diferente, todo estaba casi en las ruinas y solamente él recorría esas calles. Dicho lugar se encontraba por donde más de una vez vió prácticar a su hermano con las shurikens y donde él tantas veces lo había acompañado, más delante de ese lugar había una cueva pequeña de roca en donde él iba cuando sentía la necesidad.

    Se dirigió a dicho lugar a paso lento, no pudo evitar detenerse al pasar por donde una vez fue a entrenar con su hermano, miró detenidamente el lugar y siguió nuevamente su rumbo. El agua empezó a caer cada vez más fuerte, sin embargo, él siguió su camino.
    Al llegar quedó perplejo con lo que vio, había alguien en la cueva. Se acercó más para ver claramente quien era, para su sorpresa era la persona que él menos se imagino ver. Se acercó cada vez más, entró a la cueva para serciorarse de que no estaba equivocado, pero su sorpresa fue más cuando vio que estaba llorando, no podía equivocarse, esa chica era una compañera suya, una compañera que él nunca se digno a mirar, aunque en realidad él no se dignaba a mirar a ninguna chica, pero esa chica era totalmente diferente a las demás, era una Hyuuga, pero su nombre no lo recordaba.

    La chica sintió una precensia ajena a la suya y levantó su rostro para ver quién era, dejando ver claramente sus ojos que eran blancos perlados ahora rojos llorosos. Sasuke solamente se limito a mirarla.
    -U-Uchiha-san… lo siento…yo me…yo me retiro… perdón. –Y terminando de decir esto se secó las lágrimas y se puso de pie para salir de la cueva.
    -No te vayas. –Replicó el ojinegro. ¡Rayos! ¿Qué he dicho? Se cuestionó en su mente el ojinegro, le había dicho a una chica que no se vaya, se le había safado un tornillo seguramente.

    La chica se detuvo al escuchar que Sasuke le había dicho que no se fuera, eso le extrañó, pero se detuvo aún así.
    Sasuke no sabía aún el porqué le había dicho a una chica que no se fuera, todo lo contrario él siempre huía de ellas, detestaba el grupo de niñas que se reunian solo para hablar de él y no perdian oportunidad para saludarle o hablarle, pero si no mal recordaba nunca vió a la Hyuuga en eso, ella era diferente, como él, diferente, claro que él no era un ´´débil´´ como para estar llorando, pero aún así la chica era diferente. Pasaron los minutos y Sasuke noto que la Hyuuga no iba a decir nada, así que decidió tomar la iniciativa.
    -¿Qué haces aquí? –Preguntó el ojinegro. Aunque sonó un poco exijente y se lo reprochó porque después de todo la chica estaba llorando, pero esa era su forma de ser.
    -… Etto… yo lo siento… Uchiha-san. –Respondió la chica con la cabeza agachada. Al parecer no le había importado la forma que el Uchiha le había preguntado.
    -Hmmp. –Fue lo único que dijo el chico.
    -Pero… pero si quieres te dejo solo. –Terminó diciendo la chica aún con la cabeza enterrada en el aire.
    Sasuke se sintió mal, la chica estaba seguramente pasando por una situación dificil y él sonaba casi como si la estaba echando.
    -No… descuida. Está lloviendo afuera. Te hará mal. –Fue la única excusa que se le vino a la mente. Después de todo no quería mostrarse tan flexible.
    -… Etto… no te molesta? –Preguntó la chica levantando un poco el rostro para mirar al Uchiha. Sintió un poco de pena así que volvió a agachar la cabeza. Ella había escuchado a hablar de él muchas veces, todos le eran muy inferentes y no les interesaba.
    -No. –Respondió secamente el ojinegro. Dejando perpleja a la Hyuuga con la respuesta, era lo que menos se esperaba, no de él; levantó el rostro para verlo nuevamente y le regalo una leve sonrisa aún con su rostro lloroso.
    Sasuke sintió nostalgia al verla de ese modo, no sabía pero le causa cierta melancolía el pensar que alguien tan inocente como ella estuviese a esas horas y con ese clima en un lugar tan lejano a su hogar. Así que decidió no ser tan tosco con ella, aunque eso le costaría bastante. La Hyuuga se volvió a sentar en donde estaba, abrazó sus piernas y se quedó mirando el suelo. Sasuke se empezó a acercarse a ella lentamente, ella parecia que ni tan siquiera lo notaba.
    -¿Por qué lloras? –Preguntó el ojinegro tratando de no sonar tan basto con ella.
    -… Etto…yo… -Intentó responderle la chica sin dejar de mirar el suelo. –Yo… bueno… -Y las lágrimas empezaban a volver a sus ojos.
    -Tranquila… no lo digas si te molesta. –Dijo Sasuke al ver a la chica de ese modo.
    Sasuke sin pensarlo dos veces se sentó a su lado, cortando la distancia que había entre ambos. La Hyuuga lo miró extrañado, él lo noto y la volvió a ver, chocando sus miradas por primera vez en sus vidas. Esto provoco un leve sonrojo por parte de la chica y volvió a agachar su cabeza. A Sasuke le causo impresión, la chica era muy bonita, nunca lo había notado, aunque era su compañera, le causo gracia, no obstante estaba llorando y se sonrojo a la vez, pero lo disimulo y le dejó de mirar, volviendo a ver el aguacero que caía.

    -¿Cómo te llamas? –Preguntó el ojinegro. Aún no sabía el nombre de ella, solo estaba seguro de que era una Hyuuga.
    La chica lo volvió a ver extrañada, Sasuke le estaba hablando, se suponía que él no era así, tenían razón los rumores, aunque él era su compañero él no sabía cómo se llamaba ella. Pero no quizó ser descortés y preguntarle mucho menos no contestarle.
    -H-Hinata Hyuuga. –Musitó suavemente la chica.
    -¿Porqué andas aquí? –Siguió preguntando el ojinegro. -¿Sabías que esto es propiedad del clan Uchiha?
    -Yo… lo siento. –Contestó bastante apenada la chica.
    -Hmmp… no te estoy echando. No tienes porque disculparte.
    -Gracias. –Le contestó la chica mientras le regalaba una tenúe sonrisa.
    -No llores más… es una muestra de debilidad.
    Hinata lo miró sorprendida.
    -No me siento bien… mi familia… -Y volvia a llorar. Sasuke comprendió que estaba siendo demasiado demasiado tosco de nuevo. No sabía cómo pero tenía que disculparse, y lo peor no sabía cómo.
    Se acercó más a ella y con su mano le secó las lágrimas que corrían por su rostro, al fin y al cabo era una forma de disculparse aunque no supo el porque precisamente eso tenía que hacer. Hinata quedó estupefacta, solamente se límito a ver lo que hacía el chico.
    -No llores… no me gusta ver a las mujeres llorar. –Terminó diciendo el chico. Después de quitarle las todas las lágrimas que rodaban por el bello rostro de la chica.
    -U-Uchiha…san. –Musitó Hinata.
    -¡Sasuke! Solo dime Sasuke, Hyuuga.
    -S-Sasuke. –Terminó diciendo. Después quedó en silencio un par de segundos. –¡Hinata! Solo Hinata.
    -Hmmp. –No pudo negar el Uchiha que eso le dejo sorprendido y se sonrio de medio lado como de costumbre. –Esta bien ¡Hinata!.
    Hinata le regaló otra sonrisa pero más alegre que la anterior. Sasuke no sabía el porqué pero la compañía de esa chica no le era indiferente, era cálida, y sentía que con ella no era necesario ser tan basto, la chica desprendia una inocencia que era inigualable, y tan solo su precensia lo hacía cambiar para con los demás. Hinata por su lado, sintió que Sasuke no era como todos pensaban, no era tan egocentrico como ella pensaba. Y sobre todo la hizó sentir bien, algo que no cualquiera lograba.

    Sasuke y Hinata empezaron a entablar una sigular amistad, Hinata decidió contarle sus problemas, y se empezó a desahogar. La chica inspiraba una confianza como nadie así que Sasuke por su lado empezó a narrarle la triste historia de cuando su clan fue asesinado. Las horas empezaron a transcurrir y sin percatarse ambos ya la lluvía había empezado a cesar.
    -Lo…lo siento S-Sasuke-kun. –Terminó de decir la chica al final de la narración de Sasuke, no podía imaginarse el sufrimiento del ojinegro. Sasuke estaba con la cabeza agachada narrandole y cuando la chica terminó de decirle eso levanto el rostro y la miró a los ojos.
    -Ya no importa… algún día me vengare. –Dijo reflejando claramente que ese era su único objetivo.
    Hinata iba a decirle que esa no era la forma, pero no creía que el chico lo fuese a escuchar.
    -S-Sasuke-kun… -Musitó suavemente Hinata.
    -Eres… eres la única persona a quien le he contado esto. –Empezó a decir el Uchiha mientras veía el suelo. –No sé… pero tú me inspiras confianza.
    -…Etto..¿yo?
    - Hmmp… sí tú… Curioso ¿No?
    -¡Sasuke-kun!... descuida yo nunca le diría a nadie… nunca te lo juro. –Termino diciendo la ojiperla con una sonrisa.
    -Yo… yo lo sé.
    -Los amigos no se traicionan ¿Verdad Sasuke-kun?
    -… ¿Amigos? –Preguntó Sasuke sorprendido volviendola a ver.
    -S-Sí, amigos. Seremos amigos...etto… claro si tú quieres. –Dijo algo apenada Hinata.
    -… Claro, amigos. –Terminó de decir Sasuke aún sin poder creerlo.
    Hinata le sonrio alegremente y el chico le devolvió una, pero muy tenúe sonrisa.
    -S-Sasuke-kun ¿Qué día es hoy?
    -… -Sasuke únicamente agacho la mirada al recordar que día era, cosa que extraño a la ojiperla.
    -Etto…¿dije algo malo.? -Preguntó apenada la Hyuuga.
    -… No nada.
    -¿Pasa algo?
    -No… nada.
    -S-Sasuke-kun, somo amigos. –Dijo un poco sonrojada la chica aún le costaba creerlo.
    -Bueno… Hoy… hoy es el día de mis cumpleaños. –Musitó suavemente el chico aún con la cabeza agachada. Hinata se sorprendió mucho, era lo que menos se hubiese esperado.
    -¿Hoy?... Mmm hoy es 23 de Julio ¿verdad? –Preguntó inocentemente la chica.
    -Sí. –Murmuro por lo bajo el ojinegro.
    -Etto… S-Sasuke-kun, no tienes porque ponerte así. –Dijo Hinata tratando de animarlo, no sabía el porqué pero con Sasuke no sentía tanta pena al hablar.
    -Bueno… olvidemoslo.
    -Pero…
    -Olvidemoslo. –Volvió a decir, la chica entendió que era mejor no contradecirlo.
    -Esta bien.
    Sasuke vió hacía afuera, ya había obscurecido, las horas habían pasado volando. Sin duda la precensia de Hinata hacía que no tuviese noción del tiempo.
    -Ya oscureció.
    -Es verdad. –Dijo volviendo a ver hacía afuera.
    -Te han de estar buscando.
    -No… no creo. –Contesto la chica algo cabizbaja.
    -Vamos... te voy a acompañar, es peligroso.
    -¡Sasuke-kun! –Musitó la chica estupefacta ante lo que había dicho el Uchiha.
    -Pero… tú…tú tienes que irte para tu casa.
    -No importa, vamos. –Se puso de pie al instante y le tendió la mano a la ojiperla para ayudarle a levantar. Hinata se sonrojo por la acción de Sasuke, nadie se había comportado así con ella. Pero no lo dudo dos veces y le dio la mano para levantarse. La lluvia había desaparecido, ya era bastante tarde; los dos chicos se dispusieron a salir de la cueva y se encaminaron hacía las casas abandonadas de las familias Uchiha hasta llegar a la calle.
    -¡S-Sasuke-kun! –Le llamo Hinata mientra caminaba a su lado.
    -¿Sí?
    -…Etto… dónde vives tú?
    -Hmmp. –No podía negar que esa chica le causaba gracia, era muy inocente. –Yo vivó en esa casa que esta ahí. –Dijo algo divertido.
    -¿Sólo?
    Sasuke solamente meneó la cabeza en sinonimo de afirmación y siguieron el camino. Al llegar a la entrada de la casa Hyuuga se detuvieron.
    -… Etto… gracias. –Dijo Hinata meneando sus dedos indices en sinonimo de pena y algo sonrojada.
    -… De nada.
    -… bueno hasta mañana Sasuke-kun.
    -Hasta mañana Hyu-Hinata.
    Hinata solo se sonrio y se fue corriendo hacía adentro, hasta perderse de vista en su casa. El ojinegro no sabía porqué pero sintió algo de nostalgía, pero aún así siguio su camino de vuelta a su hogar.

    La noche transcurrió y llegó la mañana, Hinata se alistó para asistir a la academia como de costumbre. En la academia las horas transcurrieron igual que siempre, ella observaba de vez en cuando a Naruto, parecia estar muy aburrido, pero ella nunca tendría el valor de hablar abiertamente con él, miro al otro lado, estaba Sasuke, este la volvió a ver y le regaló una tenúe muy tenúe sonrisa, cosa que motivo bastante a Hinata y se la devolvió, agradeció que ninguna de las chicas que le gustaban de Sasuke los haya visto, sino hubiesen pensado hasta lo peor.

    Terminaron las lecciones y Hinata se dispuso a salir rapido, Sasuke necesitaba decirle algo pero a penas terminaron las clases no la volvió a ver así que regresó a su casa. Tenía medía hora de que había llegado no tenía nada que hacer, se sentó a la par de la ventana a ver hacía afuera cuando de pronto tocaron su puerta. Extrañado se fue a abrir.
    -¡Hyu-Hinata! –Dijo extrañado.
    -…Etto… Sasuke-kun –Dijo cabizbaja de la vergüenza. –Bueno… yo… yo te traje esto. –Dijo al fin mostrandole un obento (cajita con comida, principalmente para el almuerzo). Sasuke se sorprendio al verlo, pero aún asi lo tomó.
    -¡Gracias! –Dijo aún extrañado.
    -Bueno… es que ayer fue tu cumpleaños… y yo… yo pensé en comprarte algo… pero no sabía que te pudiese gustar. Entonces te prepare esto…espero que te guste.
    -Hmmp. –Exclamó algo divertido el Uchiha.
    La invitó a pasar y se sentaron a comer, ya que Hinata había hecho dos obentos. Se sentaron juntos y empezaron a comer, después que terminaron se volvieron a ver, Hinata tenía una manchita en su rostro cerca de su labio.
    -Hinata, tienes… ahí –Dijo el Uchiha mientras se señalaba el lugar donde Hinata tenía la mancha. Hinata no lograba entender. Y el chico se decidió y acerco una servilleta y se lo quitó, provocando que Hinata se sonrojara hasta más no poder. Sauke después de limpiarle la manchita siguio tocandole el rostro a la chica nada más que esta vez acariciandosela. Hinata ya no aguantaba el sonrojo, mientras el Uchiha miraba diverdido la escena.

    No sabía pero le gustaba tocar el suave rostro de la chica desde el día anterior cuando sintió la textura de su piel, le quedó agradando y no podía evitarlo. Cuando se dio cuenta Hinata se había desmayado e iba a desplomarse, entonces él se acerco y sostuvo su pequeño cuerpo y lo acurrucó en él, coloco su cabeza en su rostro y espero a que reaccionara.

    Mientras esperaba esto, no pudo evitar ver los labios de la chica, su rostro, Hinata era una belleza oculta, detrás de esa chica tímida había una muy linda por dentro y por fuera, le acaricio su corto cabello hasta que ella reaccionara. Al par de minutos Hinata reaccionó y volvió en si, pero se volvio a sonrojar al verse en la situación en la que estaba.
    -¡S-Sasuke-kun! –Musitó suavemente.
    -¡Hinata! Aunque yo algún día llegue a cambiar. ¿Tú seguirías siendo mi amiga?
    -¡Sasu…ke…kun! Sí... Siempre. ¿Porqué me lo preguntas?
    -… No… por nada. No quiero perder tu amistad nunca.
    -No la perderás nunca Sasuke kun. –Contesto la chica con la cabeza aún en sus piernas.
    -¿Segura? Aunque me llegue algún día a ir de la aldea o haga cosas que no le agraden a las personas.
    -Sí ¡Sasuke-kun!
    -¡Gracias Hinata! –Dijo mientras se le acercaba y le daba un calido beso en los labios tomando por sorpresa a la chica, pero ella solamente cerró los ojos y lo disfruto, era el primero que le daban. Sasuke lo disfrutó como nunca lo había hecho, los labios de Hinata eran muy dulces y suaves, pensó que la chica le iba a reclamar cuando se separasen, solamente se puso más roja que nunca y le sonrió. No le era tan indeferente él entonces, pensó para sus adentros, y se sonrió de medio lado, satisfecho.
    -¿Será por siempre?
    -Por siempre…
     
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