Explícito Noria [Ian x Emily | Pokémon Rol | TCG | One-Shot]

Tema en 'Mesa de Fanfics' iniciado por Amane, 2 Febrero 2020.

  1.  
    Amane

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    Título:
    Noria [Ian x Emily | Pokémon Rol | TCG | One-Shot]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1350
    Título: Noria
    Fandom: Pokémon Rol Championship | TCG.
    Personajes: Ian Lockhart, Emily Hodges.
    Palabras: 1292
    Summary: "Emily lo siguió como pudo, tras un suspiro tembloroso. R-realmente tenía que dejar de pillarse por chicos tan problemáticos."
    N/A: Contenido explícito, concretamente: escenas de sexo heterosexuales.


    Tras salir de la pista de duelo, Emily le pidió a Ian encontrarse en la entrada del parque de atracciones en media hora. Por mucho que el chico le preguntase el porqué de aquello, lo único que la morena le contestaba era un “solo hazlo y ya”.

    Así que ahí estaba él, en la entrada del parque, cruzado de brazos mientras esperaba. ¿No se le habría ocurrido dejarle plantado, después de todo…?

    Por suerte, no mucho después Emily apareció corriendo en su campo visual. En cuanto alcanzó la posición el chico, tuvo que apoyar sus manos sobre las rodillas e intentar recuperar el aliento.

    —P-perdón… —se excusó, después de un par de minutos, cuando se recuperó y alzo para encararlo.

    Ian la recorrió con la vista. Ahora la chica llevaba una top blanco de encaje, una falda plisada de color rojizo y unos botines marrones con algo de tacón que, a pesar de hacerla más alta, aun la mantenía por debajo de la barbilla del chico.

    El castaño sonrió de lado, encantado, antes de acercarse para rodear la cintura de la chica con su brazo.

    —La espera ha merecido la pena —susurró, acercándose a su oído, mordisqueando levemente este después.

    Se separó con una sonrisilla de suficiencia, observando como el rostro de la chica se ruborizaba, tal y como se había imaginado. Le encantaba conseguir ese efecto en ella.

    Se alejó un par de pasos antes de girar la cabeza y mirarla una última vez.

    >> ¿Vienes, princesa?

    Emily pestañeó un par de veces antes de recobrar el sentido y, aun con el rostro sonrojado y las mejillas infladas, se acercó al chico. Tuvo que morderse la lengua para no decir nada, pues el coleccionista había ganado el duelo y ella no quería estropear su premio.

    Pronto se adentraron en el interior del parque y pronto también olvidó Emily su anterior enfado. Como una niña pequeña, miró todo a su alrededor con ojitos brillantes, e Ian no pudo evitar mirarla con una sonrisa enternecida.

    —¿Dónde quieres ir primero, princesa?

    —¡A la noria! —exclamó ella, sin dudar, señalando con su dedo la enorme rueda que había delante de ellos.

    —Perfecto —fue la única respuesta del chico, sin dejar de perder la sonrisa de su rostro, aunque en ese momento, algo más perversa.

    Llegaron así a la cola de la noria, donde la mayoría de los que esperaban eran parejas o familiares.

    Emily miró de reojo a Ian, sonrojada de nuevo y jugando con sus dedos.

    >> ¿Pasa algo?

    La chica dio un respingo al escuchar la voz de Ian. ¿C-cómo se había dado cuenta que lo estaba mirando? Sus mejillas se sonrojaron aún más.

    —E-es solo que… ¿c-crees que parecemos una pareja? —se atrevió a preguntar, aunque sin dirigirle la mirada, nerviosa.

    El silencio que se instauró en ese momento hizo a la chica temblar aún más de nervios y asustada levantó la vista hacia el otro. Comenzó a balbucear cosas ininteligibles hasta que sintió como sus labios eran sellados en un beso que se alargó un poco más que el de la pista.

    —Yo creo que sí —respondió, guiñándole un ojo tras separarse, dejando a Emily muda de la impresión.

    Ian volvió a avanzar un par de pasos, riendo. Esa chica le estaba empezando a gustar bastante…

    Finalmente llegó su turno y ambos se montaron en la cabina que les tocaba, sin haber dirigido ninguna palabra más durante el rato de espera en la fila.

    Ian apoyó su codo sobre el borde de la ventanilla, mirando por la misma con cierto desinterés, al contrario de Emily, que se acercó al cristal con emoción, colocando sus manos sobre el mismo para poder acercar aún más su rostro.

    Poco a poco la noria comenzó a moverse, con lentitud, haciendo que toda la ciudad de Valm se fuese mostrando poco a poco ante ellos.

    Ian, en ese momento, miró directamente a la chica y sonrió levemente. La noria no le causaba ninguna emoción, pero había algo que rondaba su cabeza en ese momento y que le iba a proporcionar mucha más diversión.

    La noria alcanzó la cima finalmente, y ese fue el momento en el que Ian, de repente, se bajó de su asiento para colocarse de rodillas sobre el suelo de la cabina.

    Emily notó el movimiento y dirigió su mirada hacia el mismo, confusa, murmurando un “huh”, sin entender muy bien que pretendía hacer el chico.

    Lo entendió no mucho después, sin embargo, cuando el castaño, tras dirigirle una sonrisa de las suyas y otro guiño, levantó la falda que llevaba, dejando ver su ropa interior.

    Emily notó su rostro enrojecerse como nunca antes lo había hecho en presencia del chico y si no gritó fue porque, de puro milagro, fue consciente de donde estaba.

    —¿Qu-qu-qué haces? —tartamudeó cómo pudo, sintiendo su corazón latiendo a mil.

    —Divertirme un poco —la respuesta de Ian fue simple, y aquello solo la avergonzó más.

    Fue incapaz de reaccionar para pararlo e Ian no tardó en cumplir lo que se había propuesto. Al fin y al cabo, su tiempo era también limitado.

    Colocó sus manos sobre los muslos de la chica y los apretó levemente, obligándola a separarlos para dejar así mejor a la vista su objetivo. Acercó sus labios a la tela y comenzó a rozar la intimidad de la chica por encima de la misma, de forma traviesa.

    Se separó un poco para mirar a la chica desde su posición, viendo como su pecho se movía al ritmo de su respiración entrecortada y sus ojos tenían un brillo entre avergonzado y excitado.

    —Que princesa más pervertida he encontrado~ —canturreó, divertido, mientras acercaba dos de sus dedos a la blanca prenda de la chica.

    Comenzó a acariciar el clítoris de la misma por encima de la tela, observando con total atención las expresiones de su rostro.

    Emily sintió un escalofrío recorriendo todo su cuerpo y por mucho que intentase aguantarlo, los gemidos fueron escapando de sus labios de manera cada vez más insistente.

    ¿Cómo demonios era Ian tan bueno? Emily sintió como las oleadas de placer que su cuerpo recibía eran cada vez más intensas… más intensas… más…



    Estando al límite de alcanzar su clímax, de repente, la nada.

    Abrió los ojos, aun con la respiración entrecortada y las mejillas sonrojadas, y se encontró a Ian atándose los cordones de su zapatilla.

    Justo en el momento en el que le iba a preguntar por qué había parado, la puerta de la cabina se abrió y Emily entonces entendió que habían llegado al final del recorrido.

    El chico se puso de pie con emoción y salió de la cabina, dejando a Emily completamente ida.

    —Señorita, necesito que salga.

    La voz del operario la sacó de su ensimismamiento y con rapidez se puso en pie. Disculpándose con una sornisa nerviosa, logró salir de la atracción sin mayor percance a pesar de que podía sentir sus piernas temblando como flanes.

    Alcanzó a Ian, su corazón latiendo y sus mejillas, como si no fuesen capaces de recuperarse nunca de ese color, profusamente sonrojadas.

    —¡Eres…!

    —¿Qué te parece si vamos a la montaña rusa?

    —¡No te…!

    Ian, divertido, volvió a cortarla de raíz, agarrando su barbilla con sus dedos para volver a unir sus labios, en un beso salvaje y hambriento que le dejó la mente en blanco.

    El chico se relamió los labios cuando se separaron.

    —Pórtate bien y acabaré lo que he empezado —dijo, con voz ronca.

    Emily, algo aturdida, simplemente asintió levemente con la cabeza.

    Ian sonrió, y tras acariciar con su pulgar los labios de la chica, finalmente la soltó, dirigiéndose poco después hacia la montaña rusa.

    Emily lo siguió como pudo, tras un suspiro tembloroso. R-realmente tenía que dejar de pillarse por chicos tan problemáticos.
     
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  2.  
    Etihw

    Etihw ghost Comentarista empedernido

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    When quieres tener una cita de lo más romántica pero se vuelve intensa y problemática. Ah, ¿qué esperar cuando el chico con el que sales es Ian Lockhart? Weno, y aquí vengo yo a comentar otro explícito. A ver si me acostumbro o algo a leer estas weas (?

    Sí, la espera mereció la pena, porque esta muchachita adorable se preparó con rapidez para estar preciosa (¿se puede ser más bonita tho?) para la cita que de la nada tenían en tan poco tiempo. Y gosh, el tipo ya se lanza, rodeándole la cintura y akñfjasfjfa. Pero bueno, Emily se lo pasa genial mirando de un lado al otro but uh, tuvo que escoger ir a la noria primero. Y me da que la noria será lo único que verán (????) okno. Igual, ese beso antes de subirse a la noria fue super cute, ella toda nerviosa e Ian directo como siempre, divirtiéndose con sus reacciones, ay.

    Ajdañljfasfñlj perdona, no sé realmente cómo comentarte esto. Hmmm me encanta que Ian le diga princesa, es tierno y se siente kinda posesivo (? en plan, que le está diciendo que es solo suya, que es su niña bonita uwú (?) Y añlsjalñfasf solo Ian haría algo así montado en una noria, con la posibilidad de que alguien pudiese verlos, pero Emily tampoco pudo negarse jsjskajsfak. Pero el tiempo es cruel y el paseo tuvo que acabar y ella no pudo cofcof así que pobre Emily uwu

    Bueno, Ian es un juguetón y un travieso, y aunque Emily sea tímida eso le encanta, lo sabemos todos (??)
     
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