Long-fic de Dragon Ball - Noches de luna llena... con consecuencias

Tema en 'Dragon Ball' iniciado por InunoTaisho, 21 Abril 2011.

  1.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    Título:
    Noches de luna llena... con consecuencias
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Comedia Romántica
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    1900
    Esta es una pequeña idea de lo que pudo haber pasado, lo que originó el nacimiento de la siguiente camada de Saiyajins, hasta la tercera generación de Gokú… lo demás sería parte de otra historia no contada y que no me late hacer, pues implicaría meterme en más cosas y buscar más tema… como quedaron las parejas así me parece perfecto. La historia original y personajes son propiedad de Akira Toriyama y socios. Disfrútenla

    Parte 1.- Gohan​

    Lugar: Monte Paoz.​

    Milk llevaba algunos días preguntándose por qué Gokú no comprendía absolutamente nada de nada. Sabía que era algo extraño, demasiado ingenuo e inocente para alguien de su edad, aparte de tragón en exceso. Siempre mostraba el mejor humor a pesar de las circunstancias, le encontraba el lado positivo a las cosas. Tal vez eso fue lo que le atrajo de él, lo que le llamó su atención, que por ello le pidió la promesa de matrimoniarse en cuanto llegarán a una edad adecuada… a lo cual accedió sin rezongar porque no tenía ni la más remota idea del significado de dicho compromiso.

    Bueno… lo hecho ya estaba hecho. Aceptó casarse con ella porque le dio su palabra y ahora son marido y mujer… con sus reservas por el momento. Milk anhelaba tener hijos y formar una gran familia, pero Gokú… no ha dado el primer paso por desconocerlo en absoluto. Llevaban una semana de casados, todavía hay tiempo de muchas cosas, aprender a vivir juntos, una vida tranquila por delante.

    — ¡Aaahhh! — suspiró la joven en su ventana, después de terminar sus quehaceres matutinos — Si no pasa algo tendré que pedirle ayuda al viejo pervertido de Rōshi para que lo eduque… ¡qué horror!

    Sacudió la cabeza como queriendo eliminar ese pensamiento… si que estaba desesperada, pues la gran musculatura de su marido la dejaba sin aliento y con ganas de sentirse más que abrazada por esos fuertes brazos. ¿Qué perversiones podría enseñarle el viejo verde de su antiguo maestro? En ese momento llegó el aludido trayendo un enorme jabalí para la comida.

    — ¡Ya llegué! — dijo feliz al entrar arrastrando dicho animal — Fue difícil porque no quería dejarse comer… pero le dije que mi estómago lo exigía. En fin, espero quede muy sabroso.

    — No te preocupes querido… — le contestó volviendo la vista para verlo — ponlo sobre la mesa y te lo preparare como te gusta.

    El joven dejó con “suavidad” su presa en el sitio indicado en lo que su esposa se le acercó. Ella le dio un abrazo y lo besó tiernamente en la mejilla.

    — Oye Gokú, — le dijo tímidamente después de besarlo — ¿te acuerdas de lo que hemos platicado sobre… la familia?

    — ¿Sobre la familia? — preguntó extrañado.

    — Sí, — confirmó muy dulcemente — ¿no sería lindo que tuviéramos un bebé para ser familia?

    — Pues… — se rascó la cabeza, su típico gesto de ingenuidad — si, pero… ¿cómo lo pedimos? ¿En dónde se compran?

    — Eee… — “¡Qué pena! No se cómo decírselo” — verás… tendrás que… — sus mejillas enrojecieron excesivamente — ir a… ver al maestro Rōshi.

    — ¿En serio? — la miró sorprendido, sin poner mucha atención a su bochorno — ¿El maestro Rōshi sabe cómo? Y… ¿por qué no me lo dijo? — volvió a rascarse la cabeza como meditando algo — Además… ¿él por qué no tiene uno?

    — Deja que te prepare de comer y luego lo platicamos. — Milk se encaminó a la cocina para ocultar su pena — Ve a bañarte que lo necesitas.

    — Sí, tienes razón. — Gokú volvió a sonreír — Ha hecho mucho calor en estos días. — se dirigió al baño — Me avisas cuando ya este listo.

    La pobre morena pensaba en como se tomaría el maestro esa petición… capaz y quería algo por sus servicios. Lo peor sería que… y quien sabe como reaccionaría su amado. Aunque, conociéndolo, no le daría demasiada importancia; posiblemente no aprendiera nada. Decidió tratar de poner algo más de su parte para no caer en esa idea como último recurso.

    Un poco más tarde Gokú tragaba como siempre. Ahora sabía que había hecho bien al casarse con Milk. Cocinaba muy bien, eso era importante, jamás lo tendría muerto de hambre… como su amiga Bulma, quien era un desastre total en esas cuestiones. ¡Pobre Yamcha, el novio de la peli azul!, la cual, aparte de todo, era la más exigente y molona chica que había conocido, en varios aspectos. Podría decir que el matrimonio es una maravilla: tiene casa segura, comida a su disposición, ropa limpia y una persona que le hace compañía, aparte de que le brinda otras atenciones que le eran difíciles de entender pero no eran desagradables… Milk lo besaba, lo abrazaba, le acariciaba el cabello hasta despeinarlo (¿más?), le daba masajes y, a veces, lo miraba de forma extraña. La primera vez que durmieron juntos sólo se puso un poco de ropa y se acurrucó a su lado… sí que había hecho calor en esos días.

    Más tarde se dedicó a entrenar un poco… para no perder la costumbre. Milk lo dejó hacer pues tenía que lavar todos los trastes y la ropa que él había botado. ¿Qué podía esperar? Ninguna mujer había educado a ese hombre, y no podría decir que Bulma haya sido el mejor ejemplo siendo una chica rica y mimada que acostumbraba hacer su voluntad. A pesar de eso, una vez terminadas sus obligaciones, se dio un momento para poder retar a Gokú a pelear… sabedora de lo mucho que le gusta esa actividad a su marido, deseó compartir un tiempo más... así podrían platicar a gusto y con confianza. Así que el joven se lo pasó de lo lindo tratando de ser delicado en tanto la morena se cansó por esforzarse y darle batalla. Al final se tumbaron en el césped, bajo un árbol, ya anochecía.

    — Ahora si… podemos hablar. — dijo Milk agitada, abrazándolo fuertemente y descansando en su pecho musculoso — Te explicaré lo que debes preguntarle al maestro.

    — Bueno — la abrazó cuidadosamente por los hombros.

    Gokú no estaba cansado y miraba hacia el cielo, donde las estrellas empezaban a brillar. Siempre le había gustado ver el cielo pero, por alguna extraña razón, en las noches de luna llena su abuelito no se lo permitía, por el gran monstruo. Le hubiera gustado enfrentarse a ese ser y demostrarle a su abuelito que no tenía nada que temer. Al final el pobre viejecito murió en garras del engendro, y él nunca había tenido la oportunidad de vengar su muerte… ¡qué solo se había sentido desde entonces!, hasta que conoció a Bulma y a sus demás amigos. Y ahora Milk estaba a su lado. Ella aspiró una bocanada para darse valor.

    — Mira Gokú, — empezó — cuando un hombre y una mujer se aman como nosotros, pues… se casan.

    — Ajá — le contestó, aunque no ponía mucha atención.

    — Y, cuando se casan pues… — levantó tantito la mirada para ver el rostro de su amado — deben tener bebés.

    — Sí… ya me lo habías contado, — le dijo siguiendo distraídamente la plática, sin entender del todo que tenía que ver el maestro Rōshi con los matrimonios y los bebés — pero… ¿cómo le hacen para tenerlos?

    La luna empezaba a asomar por el horizonte.

    — Para eso… — Milk se enderezó un poco poniéndose a la altura de su rostro, y sus mejillas estaban rojas otra vez — pues deben… ellos deben hacer… — “¡Qué vergüenza! ¿cómo se lo digo?” se preguntó internamente, desesperada por la poca cooperación de su pareja.

    Gokú la miró extrañado.

    — ¿Qué cosa? — preguntó dudoso.

    Una semana de casados y ninguno de los dos le había dado rienda suelta a la pasión. La muchacha se mostraba bastante tímida, como pensaba debía ser una mujer… que el hombre tome la iniciativa. Y el joven no tenía la menor idea de nada porque nadie le había explicado nada. Pero si no daba el primer paso por las buenas tendría que ser por las malas. Milk le dio un pequeño beso en los labios, cerrando sus ojitos oscuros para no mostrar su bochorno. Gokú abrió los suyos ante esa acción… no le molestó pero no lo entendió.

    — Milk… ¿y eso? — le dijo con los ojotes abiertos como platos.

    — Los esposos se besan, — dijo ella muy avergonzada, ya sentada sobre el césped — se abrazan, se acarician y… ¡ay Gokú, qué pena! — se tapó la cara — ¡Es algo que debemos hacer para… tener hijos!

    El joven parpadeó un poco… se le hacía raro que sólo con eso llegarían a tener hijos. Entonces Bulma y Yamcha también deberían tener montones de hijos, pues se la pasaban mucho tiempo besándose y abrazándose… aunque tal vez era menester casarse para que se diera.

    — ¿Sólo eso? — se sentó también, sin apartarse de su lado.

    — Pues… es el principio — no lo miró, aun se sentía abochornada y acalorada por la cercanía de la gran anatomía de su marido.

    — Entonces… vamos a besarnos otra vez — concluyó el de alborotados cabellos, encogiéndose de hombros.

    — ¿Te gustó? — le preguntó un tanto ansiosa, mirándolo otra vez, con las mejillas coloradas, dándole el aspecto de una suculenta manzanita.

    — Fue raro pero… sí — contestó sincero.

    — ¡Gokú, querido! — lo abrazó y lo besó, primero en la mejilla y después en los labios, un poco más que al principio — ¡Te amo!

    Él la abrazó también con cuidado, sintiendo por primera vez algo raro en el estómago que no estaba relacionado con el hambre. Ya había notado que, a pesar de tener condición para la lucha, su esposa es bastante delgada y frágil. Aún así… le gustaba, la prefería de esa forma y no como su amiga Bulma y sus atributos pronunciados… eso no le llamaba la atención.

    La luna llena ya iluminaba el claro. Sin saber porque dirigió la mirada oscura al astro en el cielo, algo le decía que la viera, nunca lo había hecho que él recordara. Milk también dirigió sus pupilas cafés hacia ella, siguiendo la mirada de su amado.

    — ¡La luna es hermosa! — sonrió complacida.

    Gokú sintió algo raro en su interior, como que le hervía la sangre y le subía a la cabeza. En ese momento le pareció que su esposa era la cosa más deliciosa del mundo, iluminada bajo los rayos lunares. Así que la besó tan apasionadamente como no pudiera pensarse de un hombre como él. Esa noche casi no durmieron, como que aprovecharon el tiempo de los días anteriores. En la mañana…

    — Oye Milk, tengo hambre — le gruñó el estómago mientras trataba de estirarse.

    Notó que ella descansaba sobre su pecho, con una gran sonrisa de satisfacción y completamente desnuda… como él. La sacudió un poco, teniendo la delicadeza de hacerlo suavemente.

    — ¿Qué pasó? — le preguntó en cuanto la muchacha abrió sus ojitos oscuros — ¿Por qué estamos desnudos?

    — Buen día corazón. — lo saludó mirándolo con mucho amor, lo besó tiernamente y le acarició la mejilla — Ya no tendrás que ir con el maestro Rōshi… tal vez pronto tengamos un hijo.

    — Y… ¿cómo? — preguntó dudoso.

    — Luego te explico. — sonrió y se levantó — Te prepararé el desayuno.

    En varios días Milk estuvo muy sonriente y feliz. Y, en menos de un año, ya tenían heredero… Gohan.

    Nota de la autora: Esta primera parte es conmovedora y tierna, pues Gokú era tan, pero tan inocente… aunque interiormente su lado salvaje salió a relucir en cuanto vio la luna… el Ozaru salió a flote de otra manera… jajaja. La segunda es un tanto más picante, pero lemon no me gusta… es de Vegeta y Bulma.
     
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    Aliees

    Aliees Entusiasta

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    AYYYYYYYYYYY!!!!! Me encantó y me hizo recordar mucho a"Dragon Ball" mi saga preferida!!! *.* qué infancia!!! jajajajaa me reí muchísimo, fue muy simpático, tierno, no se como más decirte que me encantó la historia a demás de que redactás muy bien lo que hizo mucho más ligera la lectura!!! YAQUIEROLEERLOQUESIGEEEEEE!!!!!! Espero que me avises cuando esté el próximo capítulo!
    Me encantó!!!:D
     
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    rin chan

    rin chan Entusiasta

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    hay estoo fueee que regresar a mi infanciia jeje , me pasada riendo cuando venian dragon ball, aunque debo confesarte que milk me desesperaba mucho xD
    sq es muy gritonaa pero me daba risa como se complementaba con goku, ya que el es sumamente tranquilo e inocentte como se lee en tuu fic jaja
    me da algo de gracia que ella haya sido la que le enseño a tener hijos a goku xD, BONITAAA historiaa amiga te qedo gennial
    invitame a tu prox trabajoo , oye estube buscandoo la conti de pasado mañana , sin exito u_u
    si no es mucho pedir , podrias pasarme el link porfas :), te lo agradeceria muchoo :)
     
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  4.  
    SangoxMiroKagoxInu

    SangoxMiroKagoxInu Entusiasta

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    AH!!! T_T *SNIF**SNIF* QUE NOSTALGIAAA QUE NOSTALGIA!!! T-T ME RECUERDA A MI NIÑEZ ESTE FIC! ME ACUERDO CUANDO ERA PEQUE Y LLEGABA A LA SALA ME SENTABA EN UN SOFA ,QUE PARA MI A ESA EDAD ERA GIGANTE, Y HABIAN COMO 3 PRIMOS ACOMPAÑANDOME SENTADOS CONMIGO Y LUEGOO LLEGABA MI MAMA CON MI PLATO DEL ALMUERZO Y UN JUGO Y COMIA Y ME CHORRIABA ME ENSUCIABA PERO DISFRUTABA VIENDO ESA SERIE! T-T ERA LO MISMO CON SAKURA CARD CAPTOR Y CON INUYASHA SOLO QUE ESAS DS ULTIMAS YA ME LAS VI MASOMENOS COMO A LOS 6 O 7 AÑOS EN CAMBIO DRAGON BALL ME LO VEIA COMO A LOS 5 Y TAMBIEN ME VEIA YU-GI-OH (NO ME ACUERDO COMO SE ESCRIBIA) Y TAMBIEN POKEMONJAJJA XDDDDDDDD Y TODO ESO GRACIAS A QUE MIS PRIMOS ME ENSEÑARON ESAS SERIES SOLO QUE EN ESE MOMENTO NO SABIA QUE ERA "ANIME" T-T AHII ME ENCANTO LEERLOOO QUE NOSATALGIA SAYO!! QQUIERO LLORAR UN RATO MUEE MUEEE T-T
     
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  5.  
    surisesshy

    surisesshy Usuario popular

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    Que pena que no te guste el lemon ¬¬ ¡ejem! Ha estado bueno, es bueno recordar los dias de tu niñes, cuando te escabullias a la casa de al lado solo para ver estos muñequitos XD (no tenía TV cuando niña) y cuando todos se quejaban cuando los apuntaban el el cole de tarde XD, ha estado gracioso, si que Goku puede ser muy inocente, y es muy dificil para las chica explicar esas cosillas, que bueno que no tuvo que ir con el maestro Rochi, lo hubiera complicado todo, aunque hubiera sido regracioso XD, me ha gustado la hipotesis de como sucedio todo, es muy acertada XD.

    Espero a ver como fue que se creó a mi querido Trunks, (baba) no espero el siguiente capitulo, bey.
     
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  6.  
    Kai

    Kai Usuario VIP

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    No puedo negar esto..."si no lo viste no tuviste infancia"...
    Me harte de verlo, aunque no tan fanaticamente, pero si me gustó mucho.
    Tu escrito es tan original que no cabe duda que tienes talento, tan adorable Goku en su atolondrada inocencia, siempre me dio curiosidad, bueno no siempre, después cuando supe que los bebés no eran encargos XD
    Aww, ternura total, nada de Ooc, y sabes como atrapar a uno en la lectura, espero ansiosa la otra parte.
    Vegeta *¬*, bad boy...
    Sayo
     
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  7.  
    cristty

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    aww!!! Gracias por la invitacion... De verdad!!
    muy bonito y tierno... Goku es todo un encanto!
    sabes??? Deberias dedicarte a escribir historias, ya que de verdad son muy buenas!
    espero la proxima continuacion, ya que son una de mis parejas favoritas... Te espero!
    muchos besos de mi parte!!!!
     
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  8.  
    InunoTaisho

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    Ni hao pues es tiempo de poner al otro saiyajin de la segunda camada el hijo del despiadado mercenario espacial y la bonita pero loca chica genio:

    Varios años después del inicio de nuestra historia… después de que la primera amenaza fuera vencida, encontramos a la joven y brillante Bulma Briefs viviendo el dilema de su vida, que la involucró en la búsqueda de las Esferas del Dragón a las cuales había pensado pedirles un deseo propio… al hombre de sus sueños, y el que creyó encontrar en un amigo cercano… Yamcha. Por lo mismo ya no vio necesario pedirle nada a Shen Long. ¡Qué equivocada estuvo!

    Parte dos: Trunks.​

    Lugar: Capsule Corp.​

    Bulma había terminado con Yamcha. Un largo noviazgo de más de una década no podría convertirse en matrimonio. El joven luchador se involucró en tanto asuntos, incluidas algunas aventurillas, dos o tres según le confesó, aunque sospechaba que habían sido varias más; pero el colmo fue la última, en donde lo atrapó con las manos en la masa. La tal Marón, la que anduvo con Krilin un tiempo y que había tenido el descaro de llamarla “anciana”. Esa fue la gota que derramó el vaso.

    La joven científica también había tenido sus salidas con otros conocidos dentro del mundo en el cual desarrollaba su profesión, pero nunca le llegó a poner el cuerno. Esta vez se dio cuenta al fin de que no había remedio por más que le buscara… Yamcha y ella estuvieron juntos pero en realidad nunca fueron el uno para la otra. El amor, si alguna vez pudo llamarse amor, era más cuestión de cariño de hermanos o costumbre. Lo dejó libre para seguir sus aventuras, y ella también lo era… ahora, a buscar por su cuenta. Aun así le había dolido un poco, pero la vida sigue. No era la misma adolescente que pensó pedir un novio en un deseo… es una joven mujer y debe encontrar al hombre ideal por su cuenta.

    De eso hacía unos tres meses más o menos, un tiempo después de que el joven del futuro les hablara acerca de los androides. Yamcha se concentró en entrenar, en ponerle el cuerno por última vez y en despotricar su coraje contra… Vegeta, el último hombre en el que Bulma Briefs se fijaría.

    Vegeta, el altanero y arrogante Príncipe de los Saiyajins, que llegó a la Tierra queriendo destruirla, ahora estaba temporalmente de su lado en contra de los androides… únicamente para después eliminar a Kakarotto de su camino a la gloria de ser el Súper Saiyajin legendario. El guerrero del espacio pensaba que esa mujer era una tonta por tener un novio tan estúpido que no servía más que para quitarle el tiempo. El extraterrestre se quedó en Capsule por el amable ofrecimiento de la joven científica, y se había convertido en un huésped de lo más exigente y el blanco de los cotilleos e insinuaciones de la señora Briefs, madre de la chica, que veía en el noble alienígena un prospecto para su hija… o de perdis una cita para ella (¡qué loca!). Por eso Yamcha le había retado unas cuantas veces ante lo que pensaba una rivalidad por la peli azul, lo que hizo que Vegeta no lo bajara de demente al creer que él, el Príncipe de los Saiyajins, se rebajaría a tanto por una hembra vulgar y corriente como la loca señorita Briefs… ni que estuviera urgido.

    Aunque en el fondo, y sin saber muy bien la razón, había sentido cierta atracción hacia la hermosa muchacha, pues, aparte de ser inteligente y amable cuando se lo proponía, había sido la única capaz de plantársele enfrente y contrariarlo por algo… sin siquiera un rasguño, como se ganaría cualquier otro que osara importunarlo de esa forma. Y, además, la joven hembra no estaba nada mal para sus gustos de macho, con esas curvas tan bien puestas en su lugar correspondiente y que no dudaba en lucir. Claro, tenía que ser muy discreto para no descubrirse; por eso a veces era demasiado duro y grosero con la chica.

    En cuanto Yamcha se retiró de la vida de Bulma… Vegeta trataría de ser el que llenara el vacío. De todos modos él también necesitaba de alguien que lo comprendiera, que supiera buscar adentro de su ser todos aquellos sentimientos escondidos por no mostrar debilidad ante nadie, por la dura y cruel vida al lado de Freeza, por la cruel ironía del destino al alejarlo de su planeta… por perder su reinado y sus dominios… por ser vencido por un guerrero inferior, porque ya no le quedaba nada, únicamente el orgullo de ser el último de su noble estirpe. Pero nunca aceptaría abiertamente ayuda de los demás, no quería la lástima de aquellos a los que odiaba… sólo por ella, por nadie más, cambiaría lo que alguna vez creyó sería su vida.

    — ¡Qué calor! — dijo Bulma saliendo del laboratorio con algunos papeles bajo el brazo — ¡Debo tomar un buen baño!

    El día había estado sofocante como pocas veces, pues estaban en pleno verano. Hasta el Príncipe entrenó un poco menos que de costumbre, no se había adaptado del todo al clima terrestre. Meditaba dentro de la cámara de gravedad cuando la vio pasar. El laboratorio de ella se encontraba cerca. La joven peli azul traía ropa ligera para contrarrestar el ambiente sofocante: una blusita de tirantes algo holgada en fresca tela de algodón transparente y un short relativamente corto. Algo bueno que ver, pero que no ayuda a enfriarse. “Mujer exhibicionista” se dijo mentalmente y se quedó otro poco más de tiempo adentro de su lugar favorito en la casa… después de la cocina.

    — Bulma, cariño, — la llamó su mamá — tu padre y yo saldremos hacia la ciudad del Este… regresamos mañana en la noche.

    — Si mamá, papá me contó lo del proyecto. — contestó al entrar en la cocina, después de llevar los planos al estudio — No se apuren, estaré bien.

    — Lo se cariño… — sonrió su madre — estarás bien acompañada.

    — ¡Mamá! — se atragantó con el sorbo de agua que tomaba — ¡No digas eso!

    — ¿Qué tiene de malo? — le preguntó como si fuera lo más normal del mundo — El joven Vegeta es guapo y soltero sin compromisos… además los dos son adultos.

    La chica suspiró. En el fondo su madre tenía razón, pero no pensaba dársela para no inflar más el ego de por si alzado del odioso macaco, que se sentía superior a todos. Sí él lo supiera… hasta se burlaría más de ella.

    — Mamá… las cosas no son lo que tú crees. — dijo en tono resignado, algo triste tal vez — Vegeta es tan… especial… — volvió a suspirar — no es como Yamcha, Gokú o alguien conocido… no es mi tipo, ni siquiera nos gustamos.

    — Bueno cariño, — le dijo su mamá sin quitar la sonrisa complaciente que siempre luce — si no lo intentas no vas a saberlo.

    El Dr. Briefs entró tan tranquilo como si nada.

    — Me parece que el joven Vegeta acabó su entrenamiento de hoy. — dijo dirigiéndose a su hija — No ha de tardar en pedir de comer. — luego vio a su esposa — Querida, vamos ya o se hará más tarde. Nos vemos hija — abrazó a su heredera.

    — Cuídense y no se preocupen por nada. — ella lo besó cariñosamente en la mejilla — Adiós mamá — se despidió de igual manera de su progenitora.

    — Tú también hija… y pon en práctica mis consejos — la dulce señora le guiñó un ojito.

    La pobre chica sonrió un poco ruborizada… “¿Qué pensará papá de esto?” se dijo internamente.

    — Bien mamá, ya veremos que pasa.

    El matrimonio se retiró y la chica empezó a preparar la cena para el hombre engreído… el cual se apersonó en la cocina aproximadamente a los cinco minutos, sin camiseta y con el short de entrenamiento más pegado por estar mojado de sudor. Bulma lo miró de reojo y trató de hacerse la indiferente.

    — Que bueno que llegaste Vegeta, — le saludó en tono cordial mientras colocaba una gran charola de carne en el horno — en cinco minutos estará listo — y empezó a calentar la sopa y buscar los platos.

    — Eso debería estar listo desde que llegué. — le soltó un tanto arrogante — Hace un buen rato se fueron los viejos, ¿por qué no esta servido?

    No quería verlo de frente pero eso era intolerable. Lo miró retadoramente colocando las manos en sus anchas caderas.

    — ¿Acaso crees que sólo vivo para complacerte? — le dijo con énfasis — Tengo otras ocupaciones.

    — Eso no me importa. — contestó con ese tono grosero, cruzado de brazos — Me tienes en tu casa, atiéndeme bien como lo que soy.

    — Pues te esperas si quieres tragar. — se volteó muy ofendida para mover la sopa — Idiota… — murmuró entre dientes.

    El Príncipe se sonrió de lado… era divertido verla molesta y agitada, tratando de ponerse a su nivel. No le quitó la vista de encima para no perder detalle de sus movimientos, especialmente con ese short tan sugerente. Aún así no pudo guardarse otra ironía.

    — Que mal servicio… — dijo en tono burlón — Si sigues así mejor voy a cenar frío… es más, tal vez me vaya a otro lado a cenar.

    Bulma terminó de acomodar los platos y lo encaró nuevamente, lanzando chispas por sus pupilas azules y con el tono de su piel ligeramente enrojecido de rabia.

    — ¡POR AHÍ HUBIERAS EMPEZADO, SIMIO TERCERMUDISTA! — tenía deseos de tirarle la vajilla en la cara — ¡SI NO TE LA QUIERES COMER NO TE LA COMAS, PERO NO ME LO VUELVES A HACER!

    Pensaba salir de la cocina sintiendo ganas de darle un buen bofetón… sabiendo que no tendría ningún efecto sobre un tipo duro como él, al contrario, capaz y se rompe la mano. Pero Vegeta la agarró del brazo antes de que pudiera escapar, y le dijo con mucha calma, como pocas veces, empleando un tono que podría sonar… ¿seductor?

    — No te dije que no iba a comer. — la miró fijamente atrayéndola un poco, sin brusquedad — Sírveme de una buena vez y después… te largas a donde quieras.

    Bulma se sintió un tanto nerviosa por estar cerca del hombre mono semidesnudo que la miraba de forma un poco extraña. “¿Por qué se comporta alguna veces tan diferente… un tanto amable?... ¡Me va a volver loca!” pensó tratando de apartarse… sin éxito.

    — Eee… — tartamudeó tantito sin poder sostener la mirada azul en las negras pupilas del Saiyajin — esta bien… te sirvo y voy a bañarme.

    — Así me gusta… ¿ves que fácil es obedecer? — la soltó sin cambiar la mueca de diversión.

    La joven no replicó… prefirió huir de él y rápidamente se fue a su cuarto en cuanto terminó su encargo. Cerró con seguro y empezó a desvestirse.

    — ¡Qué vergüenza! — se dijo a sí misma — ¿Por qué últimamente me pasa esto con él? ¡Si es tan odioso!... ¡Qué calor!

    Se metió a la ducha y dejó que el agua fría corriera para tratar de refrescar su cuerpo y sus pensamientos. La noche había caído ya y la luna llena surgía tras el horizonte.

    El Príncipe cenó tan opíparamente como acostumbraba y también se fue a bañar. Aun conservaba esa mirada pervertida e intimidante, señal de que se sintió en su elemento… dominar a la fémina era algo tan agradable para su ego masculino. Sin embargo también había sentido algo raro que le hacía cosquillas en el estómago, unas ganas locas de… el calor le estaba afectando. Se bañó rápidamente y se asomó al balcón de su cuarto para tomar el fresco de la noche. Sus negras pupilas se fijaron en el astro dominante de la noche, aquel que buscó desesperadamente el día que arribó a la Tierra. No había duda, era una de las más bellas y potentes lunas de las que tenía conocimiento. Fue una buena idea que los terrestres, tan sentimentales, la desearan de regreso. Y sucedió algo que hace tiempo no le sucedía desde que perdió la cola. Sus instintos salvajes salieron a flote, aunque supo controlarlos y centrar su atención en lo que deseaba hacer hace tiempo… así que fue para allá.

    Bulma también miraba la luna mientras muchas cosas daban vueltas en su cabeza. Admitía que Vegeta había llegado a gustarle aun antes de concluir su noviazgo con Yamcha… ese arrogante gorila tenía algo especial, que hasta su propia madre había deseado una cita con él. Ahora, sin su antiguo novio, podría conocerlo más a fondo, pero el guerrero era de lo más cerrado y no expresaba sentir nada especial por nadie… menos por ella. Aunque algunas veces notó que el Príncipe la miraba de una manera diferente, como hace un rato. Y eso la tenía pensando y pensando, apoyada en su balcón, vestida con una sencilla y corta batita de algodón, sin nada más abajo que su prenda inferior.

    — ¿Qué será? — suspiró — Es toda una caja de sorpresas. — cerró tantito los ojos — Me gustaría conocerte mejor Vegeta.

    Súbitamente la puerta fue abierta estrepitosamente. La joven volvió la vista sobresaltada y lo vio… con una expresión un poco más macabra que antes.

    — Ve… Vegeta, ¿querías algo? — tartamudeó sin ánimo de acercársele.

    — Sí. — dijo el maniaco simio caminando hacia ella, llevando puesto sólo la prenda por debajo de la cintura — Te quiero a ti.

    — ¿Perdón? — se espantó más y, en cuanto se le plantó cerca en un santiamén, quiso apartarse — ¿A qué te refieres con eso? — dijo asustada.

    — No te hagas mujer… — la tomó un poco brusco por la cintura — tú también lo quieres… mi instinto no me engaña… y tus hormonas tampoco. — cambió un poco la expresión, mirándola de forma apasionada — Eres tan hermosa bajo la luz de la luna — le habló seductoramente acercándose lentamente a su rostro.

    — Ve… Vegeta… — la pobre muchacha percibió un escalofrío placentero al sentir una suave caricia del guerrero por su espalda, con una ternura inusual y un tacto tan delicado, como si fuera otro, como si fuera alguien que de verdad no quería lastimarla, como si no fuera un hombre cruel y sin sentimientos, como si la quisiera — yo… no se… — cerró los ojitos dejándose llevar por sus propios impulsos, abrazándolo por el cuello.

    — ¡Shh! Cállate, hablas mucho — y la besó con tanta pasión, confesándole sin palabras que él también estaba prendado de ella… y que nunca le haría daño porque le ha dado otro sentido a su vida, haciéndola especial.

    Lo demás… es historia. Sin especificar por cuanto tiempo fueron amantes a escondidas, hasta el día en que algo tuvo que surgir, muestra visible de su unión: Trunks.

    Nota de la autora: Me gustó darle un toque un poco romántico, pues siento que en el fondo Vegeta pudo expresarle a Bulma lo que sentía por ella, de otra forma no la creo tan masoquista como para admitir ser usada como mero entretenimiento sexual (personalmente yo no lo sería, me quiero mucho)… sería prostituirse sin paga jajaja, por algo vivieron juntos muchos años. Esos fics que los separan por otra mujer no me agradan del todo… no pudo haber otra mujer con la paciencia necesaria para aguantar el carácter altanero y agresivo del Príncipe Saiyajin, y sacar a flote ese lado un tanto “humano” que tenía en su interior. Todavía tengo otras partes, arigato y sayo por todo.

    P.D. Me late que el nombre de Trunks (una deformación japonesa del inglés) surgió en un momento parecido… Vegeta en “calzoncitos”… ¡uyyyy!
     
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  9.  
    SangoxMiroKagoxInu

    SangoxMiroKagoxInu Entusiasta

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    AHHHHHHHHHHHHIIIIIIIIIII QUEEE LIIINDOOOOOOOO AHII ME ENCANTOOO ALFIIN ALELUUYA!!! JAJAJ XDD no de verdad
    Oye estuvo genial rei mucho y tmbn....risa de nervios Vegeta ASI?! jajajaj perdon pero es como ver a Inu todo romanticon o a Sesshomaru asi es...RARO! jaajajaj xD AHI PERO ME ENCANTAA
    HAY! COMO OLVIDAR A VEGETA BULMA A MILK Y A GOKU! ES IMPOSIBLE!! IMPOSIBLEE!!! oye y...vas a hacer mas capis? o no? dimmeee please!!
     
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  10.  
    Aliees

    Aliees Entusiasta

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    jajajaajajaja me encantó!! y se me hace que hiciste bien en acerlo un tanto romántico yo no podría imaginarme a Bulma rebajarse a ser solo un objeto sexual con el caracter que ella también tiene jejeje!!
    Muy bueno!! Besos!!!
     
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  11.  
    surisesshy

    surisesshy Usuario popular

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    hay, que lindo fue eso, en serio, Bulma es la única masoquista que puede aguantar a Begueta y encima tener a dos hijos con él, el fic me pareció hermoso y yo también creo que muy en el fondo Begueta tiene corazón de humano, solo que no lo quiere admitir, como todo guerrero orgulloso.

    Me han encantado ambos, sinceramente tienes una buena imaginación, y la mamá de Bulma, se ve que le funcionaba su intuición femenina XD dio en el blanco, gracias nuevamnete por la invitación, me ha encantado leer estas dos maravillosas historias, bey.
     
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  12.  
    Yue Yasha Uzumaki

    Yue Yasha Uzumaki Entusiasta

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    o.O me encantaron los dos capitulos, estuvieron... romanticos!
    me agrada que hagan fics de dragon ball, porque al parecer ya lo olvidaron T^T.
    Te felicito tu narracion es exelente, y tu ortografia igual.
    espero me avises por la conti :D y lo siento po comentar hasta ahora pero la escuela no me dejajuju.

    Sayo!!
     
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  13.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

    Leo
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    Noches de luna llena... con consecuencias
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    Gracias por su apoyo... se ve que este foro no es demasiado visitado pero igual agradezco a mis fieles lectoras y a los nuevos, se trata de mostrar tus talentos para un público variado.

    Sin más preambulo la siguiente parte de esta narración...

    Esta parte es a lo mucho la más triste, pues el segundo hijo de Gokú nació cuando su padre ya no estaba presente, a sabiendas que “jamás” regresaría del más allá… crecería sin él, y sería el compañero en la soledad de su madre. Mi idea un poco diferente a lo presentado en el manga y el anime.

    Parte 3: Goten.​

    Lugar: Monte Paoz.​

    Un poco después de los tres años perdidos en espera de unos enemigos fuertes, Gokú sufrió los estragos de la infección contraída en el espacio sideral, en el que estuvo viajando por un año para entrenar. La medicina del joven del futuro fue de gran ayuda, pero aún así tuvo que guardar un buen tiempo de reposo.

    Milk le dedicaba toda su atención, y trataba de mostrarse también segura para su hijo. Gohan quería abandonar la escuela y entrenar de tiempo completo, más su madre no se lo permitió y Gokú no tenía ánimo de contrariarla, prometiéndole al niño que en cuanto se recuperara aprovecharían más las horas del día. En realidad nunca la había contrariado. Se sentía un poco mal por ella. Se casaron sin que él estuviera consiente de lo que implicaba el compromiso matrimonial y, hasta la fecha, luego de casi diez años unidos, no podía llamarse el esposo ideal. Ahora Milk lo cuidaba con esmero, sin saber lo que el futuro deparaba… una nueva viudez, tal vez sin esperanzas. Pero, mientras su Gokú estuviera con ella, le daría hasta su vida para que se recuperara, aunque significara quedarse sola por un tiempo indefinido… o eterno. No le gustaba verlo decaído, tumbado en la cama. Se enamoró de él por su fortaleza, y así es como quería recordarlo.

    — Gokú, cariño, traigo tu comida — le sonrió entrando con la bandeja llena de viandas — Come con cuidado.

    — Gracias Milk — se enderezó un poco, sonriendo levemente.

    Si no fuera por ella… tal vez sí habría muerto antes de poder recuperarse del todo. Así pasaron varios días hasta que recobró la salud. Algunos amigos fueron a visitarlo, dándole ánimo… lo esperaban para seguir luchando en contra de la adversidad. Incluso Vegeta, el antipático Príncipe, ansiaba su regreso.

    Bulma, su buena amiga, ahora estaba ocupada cuidando a su retoño, el fruto de una rara unión, de ella y el altanero guerrero espacial… eso sí la sorprendió. Pero bueno, siempre le había parecido que la peli azul no se casaría con Yamcha, pero nunca nadie imaginó que terminaría unida al despiadado asesino extraterrestre. En fin. Gokú se recuperó y se preparaba para enfrentar a ese rival poderoso, entrenando junto a su hijo. El nombre de ese androide maldito: Cell.

    Milk sentía en su interior que tal vez… las cosas no serían como antes. No quería sentirse así, debía de mostrarse tranquila. La vida de su esposo peligraba y, lo peor, llevaba a su hijo con él. Pero antes de que se fuera… antes de decirle adiós para siempre, quería un recuerdo más allá de un abrazo. La inocencia de Gokú es algo innato en él… no la perdió a pesar de los años, por ello es que no estaba muy acostumbrado a mostrarse cariñoso con su esposa de otra forma que no fuera un trato amable y un poco desenfadado. Así es Gokú. Eso no quiere decir que de vez en cuando no le diera rienda suelta a sus instintos… pero era muy poco frecuente, dado que no es su costumbre; no es un hentai que se alucina por eso.

    No sabemos bien cuándo, cómo y por qué las cosas toman un rumbo distinto. Pasan porque tiene que pasar.

    Anochecía. Gokú y Gohan regresaron de su último entrenamiento antes de partir con rumbo al Cell – Game, para desafiar al androide súper mejorado. Milk esperaba por ellos en la puerta de la casa. Feliz de verlos regresar se abalanzó sobre su marido, quien por cierto llevaba días como SS.

    — ¡Gokú! — le dijo abrazándolo y llorando un poco — ¡Qué bueno que llegaron! — lo soltó y acarició a su hijo — Gohan, cariño… a cenar que debes descansar para recuperar fuerzas.

    — Si mami — dijo el pequeño un tanto preocupado… a veces el comportamiento de su mamá era algo raro.

    — ¡Qué bien! — dijo Gokú sobándose el estómago — ¡Muero de hambre!

    En un santiamén los dos Saiyajins cenaban tan estrepitosamente como acostumbran… especialmente el mayor, que en lo que se refiere a comer con educación es carente de modales. Milk no los regañó como antes. Los miraba absorta entre sonriente y triste, pero al final no pudo aguantar el llanto.

    — ¡Oh Gohan! — abrazó a su hijo — ¡Mi pequeño… mi niño! ¡Cuánto has crecido!

    — Mamá… no llores… me mojas — el chicuelo trató de apartarse suavemente de su progenitora, le daba pena verla tan abatida.

    — Milk… — Gokú también se sintió algo desesperado al verla en ese estado — tranquilízate.

    — ¡Gokú! — ahora lo abrazó a él sin dejar de llorar — ¡Prométeme que cuidaras a nuestro hijo… y que tú también lo harás! — lo miró con sus oscuros ojos llenos de lágrimas — ¡Prométeme que volverán, que seremos una familia de nuevo!

    — Milk… — al contestarle se sentía tan abochornado — te prometo cuidar a Gohan… pero lo demás no puedo prometerlo, Cell es muy fuerte… alguien puede morir.

    — ¡No puedes ser tú, no puede ser Gohan! — siguió llorando más fuerte — ¡Eres tan bueno y él es un niño que debe crecer! ¿Por qué me haces esto Gokú, por qué? — se apartó para irse a su cuarto.

    Padre e hijo la vieron irse, parpadeando un tanto anonadados. El niño parecía sentirse arrepentido… no deseaba dejar a su madre sola.

    — Papá… — murmuró visiblemente consternado.

    — Si no quieres ir no te preocupes. — contestó con calma el aludido — Tu mamá nos necesita… pero el futuro también. Ya han muerto muchos inocentes por causa de Cell.

    — Tienes razón. — aseveró mirándolo fijamente — Quiero luchar contigo.

    Su sangre Saiyajin es más fuerte… su madre tenía que entenderlo. Pelear, morir acaso al lado de su padre, sería más honroso que huir con ella… al final, si no enfrentaban el problema, incluso su vida se extinguiría de todas formas. No se perdonaría no hacer nada por evitarlo.

    — Antes de dormir ve a verla. — Gokú se levantó de su silla — Pero primero, limpiemos este desorden.

    Entre los dos trataron de hacer las cosas bien para no dejarle toda la carga… suficiente era su dolor. Gohan entró primero al cuarto. Milk sollozaba en su cama.

    — Mamita… — le habló suavemente — ya no llores más. Te quiero… no lo hagas más difícil para todos — se le acercó.

    Ella lo miró con el asomo de una sonrisa. Sin levantarse del todo le acarició la cabeza.

    — Perdóname hijo, — le dijo con voz triste — eres todo un Saiyajin como tu padre… y eso es lo que les gusta hacer. Dame un abrazo y ve a dormir… te esperan días muy duros.

    Madre e hijo se abrazaron. Milk se guardó muchos suspiros. Su corazón le decía que su hijo volvería, que no moriría aun… que tenía más futuro. Gokú entró con su sonrisa típica y expresión amable.

    — Descansa Gohan, — dijo con calma y seriedad — mañana nos iremos temprano… el camino es largo.

    — Buenas noches mamá. — le dio un beso a la autora de sus días — Buenas noches papá — se despidió y salió del cuarto, cerrando cuidadosamente la puerta.

    Milk miró a su marido muy fijamente, como tratando de adivinar sus pensamientos. El Saiyajin la veía también, con ternura poco usual. Como SS tenía los ojos esmeralda y los alborotados cabellos dorados. La expresión de SS no le agradaba del todo a la morena, en su opinión le daba pinta de delincuente, e imaginaba que Vegeta debía verse más maldito que su esposo. Al menos si ese se moría Bulma no lo echaría de menos, y su pequeño hijo tampoco, pues no parecía ocuparse mucho de ellos. Pero su caso era distinto… ella no creía poder soportar la vida sin Gokú, y Gohan necesitaba a su padre para continuar creciendo.

    — Milk… — Gokú se acercó a su lado — se que es duro para ti pero… me siento obligado de proteger a toda la humanidad… especialmente a Gohan y a ti… — se sentó en la cama sin dejar de mirarla — Todos vamos a poner nuestro mejor esfuerzo… incluso Vegeta, aunque no lo creas… porque ya tiene una familia.

    Ella lo abrazó y volvió a llorar. A él, a su Gokú, no estaba segura de verlo regresar de nuevo. La enfermedad lo debilitó bastante y la de negros cabellos no creía que fuera capaz de soportar más allá de sus fuerzas.

    — Gokú… — sollozó — por favor… antes de irte…

    No dijo nada más, pues su amado la besó con mucho cariño. Sabía lo que su esposa quería y no le negaría nada esa noche. La luna llena asomaba tímidamente por la ventana de la habitación, haciendo que sus instintos salieran a flote como la primera vez que se entregaron al amor. Le dejaría un buen recuerdo, un recuerdo de lo mucho que la amaba, aunque nunca fue un buen marido, como ella merecía.

    Aproximadamente un mes y medio después de la derrota definitiva de Cell y la muerte del Saiyajin, ella confirmó uno de sus anhelos, que le devolvía la calma y las ganas de vivir todavía, un nuevo hijo en camino, el hijo que llenaría su soledad: Goten.

    Nota de la autora: Derrame mis lágrimas al escribirlo y leerlo… fue tan penoso para mi y creo que así lo sintió Milk (Chi Chi, su nombre, me suena gracioso, por eso no lo pongo de esa forma) Al final, como todos sabemos, Gokú regresó con su familia para vivir con ellos un buen tiempo más allá, hasta que decidió irse, esta vez para siempre, con el dragón Shen Long. Sayo.

    P.D. No me base mucho en el manga ni en el anime, ahí como que se perdió un tanto del dolor de Milk por Gokú, exagerando su papel de madre sobreprotectora. Para mi esta un poco mejor así… la vida sin su Gokú nunca sería igual por mucho que le reprochara cierta irresponsabilidad.
     
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  14.  
    surisesshy

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    Me hiciste llorar como magdalena, no peudo imaginarme todo el dolor que sufrio Milk al perder a su esposo ni el dolor de Gojan al perder a su padre, pero fue bueno que Goku regresara, aunque no me gustó mucho que se fuera para siempre al final (nunca logré entender muy buen cual fue la razón, estaba muy chica u.u)

    Me gustó tu capitulo, ya quiero saber cómo nació al segunda hija de vegeta XD y la hija de la androide número 18 O.O eso lo quiero ver XD, hasta pronto, bey.
     
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  15.  
    Aliees

    Aliees Entusiasta

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    Casi lloré!! Si fuera más sentimental lo hubiera hecho!! XD fue muy conmovedor!!! Me encantó!!! Te felicitooo me encantó toda la narración y la historia en sí!! No tengo mucho mas que decir!! Besos!
     
  16.  
    Eri

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    Oh, hermosa historia.

    El primer Capítulo reí como no te imaginas, ¡Fue cómico! No lo pude negar, la inocencia de Gokú es muy, profunda ¡Es increíble! Me pregunto si existirá un hombre taan tímido en "eso" Jajaja, apenas sabía que era un matrimonio, me pregunto que pasaría si Gokú supiera... Lo que paso :rolleyes:

    El segundo fue algo... Pervertido. Digo, fue muuy provocador, no sé por qué. La parte que más amé fue la de la Madre de Bulma, jajaja, yo teniendo una madre así... No quiero pensarlo. Oh, es muy bonito al saber que Vegeta sienta algo por alguien... Difo "Al fin rompió su coraza" Bueno, fue el capítuo menos "inocente" por decirlo así :oops:

    El tercer capítulo, sentí ganas de llorar :(. Bueno, fue innevitable, el sentido protector de Milk es hermoso, una madre muy honrada, a pesar de toda la tristeza. Fue bello, bello que Gokú halla "complacido"a Milk de esa manera, dejñandole un hijo nuevo a cual cuidar :D

    Muuy hermoso, espero leer otra historia tuya de Dragon Ball, era una escritora muy excelente. ¡Por eso siento el gran honor de seguirte! ;)

    Espero leer otro capítulo.

    Bye.

    Se despide, Eri Loca :p
     
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  17.  
    cristty

    cristty Iniciado

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    ayyyyyyyyy!!!
    es tan triste... Pobrecita! Se quedo son Goku y su pobre hijo sin papa...
    de verdad creo que si... Si Goten no hubiera nacido yo creo que se hubiera vuelto loca
    bueno... muy lindo y espero tu continuacion...
    muchos besos de mi parte!!!
     
  18.  
    zevazdeoz

    zevazdeoz Guest

    Es el segundo fanfic mas triste que he leido sobre Milk ( Tienes razón sobre lo de Chichi, suena gracioso, es que al principio la serie de Toriyama estaba mas orientada al humor que a cualquier otra cosa xd), me han gustado las historias, muy buenos dialogos, chau.
     
  19.  
    Yue Yasha Uzumaki

    Yue Yasha Uzumaki Entusiasta

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    Fue triste T^T, un tanto agradabe o mas bien dicho estuvo tambien romantico. Me dolio que hayas recordao lo de shen long, esa parte me deja traumada durante 1 mes, no puedo soportar que despues de tanto sufrimiento se vaya ¿ que le pasa? xDD..

    Me encanta como lo narras, me puedo imaginar muy bien sus sentimientos, las escenas, wow todo!! ,eres magnifica en narrar ¡Eso es todo!... tu ortografia, ni hablar, pues tambien esta genial. no hay queja alguna (bueno almenos para mi).

    Encerio muchas graciias por tomar en cuenta a esta super serie! me encanta y la trama estuvo entre graciosa, romanti y trsite.

    Gracias por invitarme ;D

    Sayonara Atte: Yuue
     
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  20.  
    InunoTaisho

    InunoTaisho Orientador del Mes Orientador

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    cuarto descendiente... una niña muy especial del mas especial de los Saiyajins, y de su loca y bonita pareja... la pareja mas que perfecta de la realeza Saiyajin

    Esta parte de la historia ni siquiera fue planeada del todo por Akira Toriyama (un poco sugerida en el manga, pero sin cuajarla del todo hasta el insulso Dragon Ball GT, es la parte de la historia que menos me gustó, y al parecer muchos opinan lo mismo); a mi me cuesta un poco de trabajo imaginar a Vegeta batallar con una niña que tiene un carácter peor que el suyo y el de Bulma juntos, jajaja. Y claro, con ese toque entre sádico, cómico y sensual que sólo ese par puede darle a su relación un tanto loca.

    Parte 4: Bra.​

    Lugar: Capsule Corp.​

    Han pasado muchísimos años desde su llegada al planeta. Y han transcurrido infinidad de eventos que ataron su existencia a este mundo que alguna vez pensó en destruir. Sin una buena y convincente razón se unió a su más odiado rival para defender la Tierra… y, aunque siempre quiso demostrar que no le importaba nada ni nadie, él sabe que no es así.

    Ella, Bulma, esa hermosa mujer de ojos azules y extraños cabellos del mismo color, lo había hecho cambiar en muchos aspectos, le había permitido conocer la vida de otra manera, presentándole un panorama distinto a lo que fue vivir al lado de Freeza… a ella le entregó su corazón y ella le dio la dicha de tener un heredero. A pesar de ser muy joven todavía, Trunks, su hijo, tiene un gran potencial. Su contraparte del futuro se lo demostró. Tenía motivos de sobra para estar orgulloso del pequeño y para proteger a su mujer. Al enfrentarse a Majin Boo pudo abrirse de una buena vez. Por ellos dio su vida a costa de perderse en el infierno y nunca más estar juntos… para que siguieran vivos y su herencia no se perdiera. Él los olvidaría en ese lugar de tortura… perdería sus memorias, sería otra cosa… ellos lo recordarían como un hombre valiente, como un gran Príncipe, porque eso es él para su familia.

    Afortunadamente las últimas acciones en batalla le otorgaron el beneficio de librarse de la condenación eterna y volver con sus seres queridos. Su padre y todos los demás pueden pudrirse en el infierno, pero esa vida familiar no la cambia por nada… ni por el trono de Bejitasei (así viene más o menos en japonés), su planeta natal. Aún así, Vegeta no perdía parte de su carácter altanero, arrogante, pendenciero, egoísta, egocéntrico, irónico, cruel y sarcástico… varias veces al día, en contra de los que no eran de su agrado o cuando quería ocultar algo, no le gustaba mostrar debilidad, ni siquiera con su compañera.

    Unos años después de los últimos acontecimientos…

    — 200, 201, 202… — contaba Trunks sus abdominales — Papá, ¿me dijiste 250?

    — Es la tercera vez que preguntas, — dijo mirándolo un poco, también doblándose con el ejercicio — la siguiente serán quinientas.

    — 210, 211, 212… — siguió con lo suyo — ya entendí, no te enojes.

    — Compórtate como lo que eres… — le espetó un poco alto — no te quejes.

    Entrenaban ligeramente dentro de la cámara de gravedad. Les gustaba pasar juntos algo de su tiempo, haciendo lo que todo buen Saiyajin: mantenerse en forma. Trunks se había alucinado por toda la narración detallada de la derrota de Majin Boo, contada generosamente por el señor Gokú… su padre es de pocas palabras y no era de los que alardeaban de más, especialmente si había tenido que fusionarse con Kakarotto para derrotar de una vez por todas al maldito engendro. Por ese motivo el pequeño tomaba los entrenamientos con mucha seriedad, sin dejar de lado otras diversiones propias de su edad… al fin niño.

    Más tarde el jovencito se iría con su mejor amigo a pasar un fin de semana de excursión por parte de la escuela. No iban en el mismo año pero, en este tipo de eventos, la institución organizaba a todos los grupos. Y, si Trunks iba a esa escuela pública era por tres razones: primeramente porque su padre no aceptaría por nada del mundo la llegada de un profesor particular que le diera clases, cualquier hombre desconocido que osara mirar a SU mujer, podía considerarse muerto (exagerado el Vegeta Celosote);segundo, con su carácter un tanto pendenciero (hijo de su simio padre tenía que ser) le buscaría pleito a cualquiera y no todos los niños soportarían un golpe suave de la mano del pequeño Saiyajin en crecimiento; y tercero, porque el hijo menor de Gokú, Goten, iba en la misma escuela, y es el mejor amigo del noble heredero de Capsule. Aunque el hijo de Kakarotto era semejante a su padre en muchos aspectos… no estaba del todo mal que Trunks se llevara de a cuartos con el chiquillo. Era el único de su corta edad con el que podía pelear sin temor a lastimarlo, y con el que podía medir su nivel. O sea que, para Vegeta, Goten es el conejillo de indias de Trunks.

    En ese momento Bulma se asomó por la pantalla.

    — Trunks, cariño, es hora de bañarse.

    — 230, 231,232… — seguía contando — en cuanto termine voy.

    — No te tardes cielito. — le dijo dulcemente, luego se dirigió a su hombre — Tú también apúrate que no pienso servir dos veces de cenar — su tono fue un poco más duro.

    — Cierra la boca; si no quieres darme de comer… pediré comida rápida — le rezongó, metido de lleno en sus ejercicios.

    — De todos modos ni te gusta mucho esa comida… mentiroso. — lo miró feo — Así que no tarden.

    Apagó el monitor y se fue. A Trunks le causaba algo de gracia la forma en la que a veces discutían sus padres. Cuando era algo suave no había problema… el problema era cuando subían el nivel de sus gritos… aunque claro, nada más allá de decirse palabras altisonantes e ignorarse por lo menos una semana, al final se reconciliaba de forma más escandalosa. Por ello los abuelos se habían mudado no muy lejos de ahí, era mejor no estar en medio de sus broncas. Sus discusiones eran variadas, sus reconciliaciones también.

    La prueba es que Vegeta continuaba en Capsule, por más que había amenazado a Bulma con largarse al espacio para no volver nunca, y ella le contestaba que se estaba tardando en desaparecer. En realidad… no podrían vivir el uno sin la otra… se complementaban de forma perfecta, en varios aspectos de pareja. El niño no es ignorante y sospechaba que su madre se había cuidado excesivamente para no embarazarse otra vez, al parecer dudando un poco de la reacción de su padre si le diera la noticia de una nueva paternidad… la de él no le había caído muy en gracia en esos lejanos años. Pero Trunks sí quería un hermanito para jugar y entrenar. Diez años de diferencia es mucho… Gohan y Goten se llevan ese montón de tiempo.

    — 240, 241, 242… — terminaba de contar, y miró a su progenitor lanzar patadas a diestra y siniestra — 246, 247, 248, 249, 250. ¡Terminé!

    — Y bien… ¿qué esperas? — le dijo Vegeta sin mirarlo — Si no te vas vendrá tu madre de molona como siempre.

    — ¿No vas a ir? — preguntó dudoso, sin atreverse a salir.

    — Dile que se meta la comida al gañote. — le espetó con brusquedad — Comeré cuando yo quiera.

    — Bueno… — dudo el peque y salió un poco nervioso.

    “De esta se arma…” pensó y corrió a su cuarto para bañarse. Pasó por la cocina y miró a su mamá preparar las viandas que llevaría para el campamento. Ella es tan linda… su papá todo un ogro. Se aguantó la risa. Regresó un rato más tarde para tomar su cena. Su padre no se había dignado en aparecer. Su madre parecía muy quitada de la pena, como si no le preocupara en absoluto.

    — Ya vine mamá. — se sentó en su silla y se quedó con la boca abierta al ver el gran platón de sándwiches — ¡Qué rico! — empezó a agarrar de dos en dos, zampándoselos como sólo un Saiyajin es capaz de hacer. Su madre se lucía de vez en cuando.

    — No tan rápido que se te atoran — le sonrió cariñosa.

    Así que cenó más de dos docenas de sándwiches y tres vasos de leche con chocolate en lo que Bulma le acomodó tres mochilas con alimentos enlatados y encapsulados, así como su ropa, sus libros favoritos y sus juegos de video transportables.

    — Cuida tus cosas, no vayas a perder algo como la última vez — le reprendió un poco.

    — No mamá — contestó apenado.

    — Bueno, disfruta el campamento. — le dio un gran beso y lo condujo a la limusina que lo llevaría a la terminal en donde saldría el autobús — Te esperamos el lunes.

    — Adiós mamá — se despidió y, volviendo la vista al techo, se despidió de su papá, que se encontraba ahí para verlo partir.

    Hicieron la señal de despedida y el jovencito se fue muy contento, aunque pensando que tal vez a su regreso… ya habría un nuevo miembro en la familia (exagerado). Se sonrió por ello… ahora sus padres podían poner la casa patas arriba.

    Exactamente Bulma se percató de la presencia de Vegeta pero prefirió no llamarlo. Se sentía un tanto ofendida… así que le daría una lección al arrogante Australopitecos y lo dejaría sin cenar. Se metió a la casa y cerró la puerta con llave. Vegeta se sonrió un poco… con los años no había cambiado el carácter de ninguno. Bulma estaba más madura pero seguía conservándose en buena forma, aunque claro, el tiempo pasa y algunas cosas se notan… un poco de lonjita quizá, tal vez alguna estría, unas arruguitas, la inminente llegada de la menopausia. En él también se notaba la madurez que dan los años, pero no tanto… todavía lucía como un treintañero con esos músculos tan bien marcados. Y le gustaba hacerla enojar de vez en diario, para después reconciliarse como sólo el Príncipe de los Saiyajins sabe hacerlo. Descendió suavemente de un salto y abrió la puerta sin ningún esfuerzo, riendo internamente pues su mujer sabe que eso no lo detendría.

    La encontró en la cocina, lavando afanosamente la vajilla… aunque contaban con toda clase de aparatos electrodomésticos para facilitar los quehaceres, le encantaba entretenerse de vez en cuando. Él la miró sin cambiar el gesto… los años no le han quitado la sensualidad a ella ni le han bajado las hormonas a él. Bulma se contoneaba como si nada, tarareando una cancioncita en francés que años atrás le había atraído a su macho sin que ella estuviera consciente de ese hecho. Vegeta se animó a hablar o si no… tal vez cenaría otra cosa.

    — ¿A qué hora piensas atenderme? — le dijo un tanto altanero, con los brazos cruzados.

    La peli azul se hizo la indiferente, como si no lo hubiera escuchado, y siguió bailando muy sugerente. No pensaba descubrirse tan pronto… haría que el simio le rogara su atención. El Príncipe tampoco pensaba seguirle el juego, aunque al verla sintiera ganas de… apretarla entre sus brazos, pero no deseaba quedarse sin probar bocado.

    — ¿Te volviste sorda o idiota? — le espetó acercándose un poco más, para hablarle algo cerca del oído, esta vez se puso serio — Bueno… entonces pediré pizza — dijo dando la vuelta lentamente para dirigirse al teléfono.

    “¡No señor, esto no se va a quedar así!” pensó ella sintiendo un escalofrío placentero al percatarse de su respiración, y se volteó a verlo como si apenas notara su presencia.

    — ¡Vegeta, no te oí llegar! — le dijo en tono amable, dejando de lavar — Siéntate por favor… en seguida te sirvo la cena. — le tomó cariñosamente un brazo para conducirlo a su lugar privilegiado — Dame un minuto querido — lo miró coquetamente.

    — Ya era hora — dijo él, sin dejar de taladrarla con sus ojos oscuros.

    — Te preparé algo delicioso… se que te va a gustar. — continuó hablando, sirviendo algo en un gran tazón, algo que de verdad olía muy bien — No le di a Trunks porque sólo es para ti.

    A veces a Bulma le gustaba experimentar… afortunadamente las recetas no le salían mal y complacía el exigente paladar de su amado tormento. Se sonrió un poco por lo que iba a hacer, una idea maquiavélica y retorcida le cruzó por la mente. Sintió la mirada de él fija en ella. Esperaba tomarlo por sorpresa, algo difícil porque Vegeta no solía bajar la guardia, ni cuando estaban enfrascados en una discusión… sólo se mostraba algo más accesible en medio de la pasión de casi cada noche.

    — ¡Buen provecho! — se volteó sin cambiar la sonrisa… y súbitamente le lanzó el tazón con todas sus fuerzas.

    El Príncipe no lo esperaba, pues nunca le había hecho algo así, la comida es un bien sagrado para un Saiyajin. No tuvo tiempo de esquivar el tazón, que le dio en pleno rostro.

    — ¡ERES UN CRETINO! — le gritó ella, lanzando chispas por los ojos — ¡ME PASO ALGO DE MI TIEMPO AQUÍ, TRATANDO DE LLENAR EL BARRIL SIN FONDO QUE TIENES POR ESTÓMAGO! ¡Y A TI TE SIGUE VALIENDO TODO LO QUE YO HAGO!

    A eso le siguió la ensalada, la sopa, el postre… aunque esta vez si los detuvo en el aire, con una expresión de ira y la vena palpitante en su frente.

    — ¡MUJER ESTÚPIDA! — se le acercó peligrosamente, enviando los últimos platos arrojados al suelo, los cuales se rompieron con fuerza — ¡LA COMIDA NO SE TIRA! ¡Y SI HACES ESO ES PORQUE ES TU DEBER!

    — ¡CLARO QUE SÍ! — no se iba a rendir tan fácilmente y no retrocedió ni un poco, era la única que lo enfrentaba así de frente — ¡PERO ESO NO SIGNIFICA QUE SEA CUANDO SE TE VENGA EN GANA! ¡NO ESTOY A TU DISPOSICION TODO EL TIEMPO!

    — ¡YO HAGO LO QUE QUIERA A LA HORA QUE QUIERA! — la agarró con un poco de brusquedad por los hombros — ¡NO ERES TÚ LA QUE VA A DECIDIR POR MÍ!

    — ¡SERÁ CON TU MALDITO TIEMPO, NO CON EL MIO! — trató de zafarse de su agarre… sin éxito como siempre; prefirió irse de ahí y dejarlo con hambre — ¡Y SUELTAME YA, MONO INSENSIBLE! — le brotaron unas cuantas lagrimitas y desvió la mirada azul para no delatar su debilidad — Vegeta… por favor, me lastimas — bajó el tono de su voz hasta hacerlo un susurro imperceptible.

    Con la caída en picada de sus hormonas, por la inestabilidad de principios de la menopausia, Bulma ya no se sentía con ánimo de continuar una pelea como antes. El Príncipe gruñó un poco sin soltarla, atrayéndola más a él. Antes de entrar a casa había visto la luna llena subir tras el horizonte. Cada luna llena se sentía más alborotado que de costumbre… y discutir con su compañera lo acaloraba más, especialmente después del primer espectáculo. Además estaba consciente de que su mujer sufría ciertos cambios, sin entenderlos del todo, en los que a veces se mostraba de muy buen humor, en otros estaba como fiera y en otros estaba tan sensible que por cualquier cosa lloraba. La besó apasionadamente, acariciando su cuerpo con esa suavidad característica cuando trataba de convencerla de… algo. Ella pareció resistirse un poco pero al final cedió, abrazándolo por el cuello, respondiendo a la pasión. La cocina quedó asquerosa mientras la mujer de cabellera azul se esmeró en quitarle a su hombre los restos de comida que quedaron en su rostro y en su levantada cabellera negra.

    Un tiempo después… la familia real creció. Con un poco de trabajo ante el riesgo que implicó, pues Bulma ya había pasado la edad razonable para tener hijos, llegó la princesita que iluminaría las vidas de todos y acabaría por sacar el lado más cursi de su progenitor: Bra.

    Nota: A mi parecer Bulma y Vegeta no llevaban una relación tan sádico – masoquista como a veces los pintan… creo que el Príncipe puede ser más tierno, sin perder su sarcasmo ante los demás. Tampoco creo que sea tan duro y tan… hentai, ni ella jajaja ¡imagínense todas las noches haciendo “eso” que llaman amor! No todo en la vida matrimonial se basa en el sexo. Aun así es gracioso pintar ciertas discusiones por motivos tontos… en la vida real, si yo tuviera un marido así… lo mando lejos jajajaja, es más, no llegaba a ser mi marido.

    P.D. ¿Se imaginan a Vegeta haciéndole gestos simpáticos a su hijita, diciéndole: “¿Quén la quere, quén la quere?”? jajajaja.
     
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