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    Kikuyo

    Kikuyo Usuario común

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    Noche
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    Noche

    Hola gente!!!... Gomen ne por el tiempo pero han pasado muchas cosas y bue... hacía mucho que no pasaba por el foro la verdad, jeje. Aquí les traigo otra historia, y ésta, prometo terminarla. Siento deciros que la anterior seguirá suspendida debido al tiempo trancurrido, ya que he perdido la práctica y total hilaridad de la historia... u.u''... En fin, me dejo de charlas... y allá va!!!

    Es una noche como otras… sin estrellas, solo la luna… sólo el cielo nocturno, oscuro, como un manto negro que lo cubre todo para sumir a cualquier ser vivo en un mundo de sueños, como escapando de la cruda realidad. Irónico. El mundo se rige por la luz, todos esperan la llegada de un nuevo día, nuevas ilusiones y quién sabe… también nuevas aventuras no? No por nada se dice que cada día se aprende algo nuevo. Pero para ciertas personas, noches como ésas son señal de una paz lejos de convertirse en realidad con la llegada del astro rey. Y nuestro orgulloso taiyoukai no es ninguna excepción.

    En noches como ésas le gusta pasear por el bosque. Adora esa tranquilidad tan placentera, tranquilidad que se esfumaba en el momento que una pequeña abría sus ojos con los primeros rayos del sol. El ser el único ser despierto a esas horas de la madrugada le eleva si es posible su ego, y se siente más dueño todavía de todo aquello cuanto le rodea, de tener todo bajo sus poderosas garras y superior a cualquiera que se le cruce en el camino.

    Pero incluso el gran heredero de las tierras del Oeste puede predecir lo que está a punto de presenciar. Por azares del destino, o porque simplemente tiene que ocurrir, sus lentos pasos le llevan a la cercanía del improvisado campamento donde su híbrido hermano y sus compañeros descansan, y es ahí donde sus orbes ámbar se posan en algo que siempre pasa desapercibido hasta para él. Acurrucada como bebé y abrazada a un pequeño bulto distingue a un ángel durmiendo con una serenidad propia sólo de aquellos que tienen su conciencia totalmente tranquila y un alma tan pura que hasta al propio Naraku le cuesta corromper. Iluminada sólo por los destellos del la luna, Sesshoumaru se sorprende a sí mismo observando a la miko del futuro. “Como madre que protege a su cachorro”, y tan pronto como ese pensamiento cruza por su mente se reprende a sí mismo por pensar semejante cosa de una simple humana.

    Con tal velocidad se aleja que levanta un pequeño vendaval que despierta a InuYasha, quien, más sorprendido que molesto por la repentina aparición y marcha de su medio hermano, sólo atina a olfatear a su alrededor y seguir durmiendo en su rama con Tessaiga entre sus piernas, como si protegiera su más preciado tesoro.

    Envuelto en su esfera de luz, el inuyoukai llega a la rivera de un río, dispuesto a darse un buen baño en agua fría para ver si así recupera su recién quebrado temple frío y calculador. Una vez sumergido su cuerpo en el agua helada repasa los pensamientos como chispas que saltan en su cerebro. La recuerda tan bella, tan en paz, descansando seguramente de un fatídico día tras la búsqueda de la perla. Recuerda cómo la luna traicioneramente iluminaba su rostro de modo que parece que se burla de él, pues la hacen parecer tan inocente y mujer al mismo tiempo, pues aunque pude vislumbrar las curvas de su cuerpo, contrasta con ese rostro dulce de niña. Deseos que nunca ha tenido se apoderan por unos instantes de su subconsciente, deseos de estar a su lado y protegerla para que nada le pase, de velar sus sueños y que nadie pueda hacerle daño. Y por primera vez en toda su grandiosa y gloriosa vida de centurias, Sesshoumaru siente lo más cercano a la envidia, envidia de que su híbrido hermano pueda estar al lado de aquella joven, envidia de que él sí pueda observar ese rostro todas las veces que quiera.

    Se sumerge repentinamente en el agua y permanece ahí hasta que considera que todos esos pensamientos se le han congelado en su cerebro, y para corroborarlo sale del río tal y como lo ha traído su madre al mundo y durante un buen rato se dedica a destrozar árboles mientras, furioso hasta más no poder consigo mismo, se da mil y una razones por su comportamiento tan “indecente e hiriente” hacia su orgullo. Él, jamás, jamás, se fijaría en una humana, y si en ese momento lo ha hecho, es simplemente que no tiene nada mejor que hacer. Regresa aún malhumorado al lugar donde plácidamente duerme su protegida y su sirviente e imágenes que pensó congeladas se evocan en su mente cuando su mirada se posa sin querer en la pequeña Rin. “Tonterías”, piensa, y se dispone a descansar algo antes del alba.

    Amanece. Y lejos de ahí nuestro heterogéneo grupo se despierta perezosamente. Sólo uno de sus miembros está nervioso, pero nadie le presta atención. Tres años han pasado desde que Kagome cayó accidentalmente dentro del pozo, tres años al lado de aquél a quien cree amar con toda su alma, y tres años compartiendo momentos memorables junto a quienes considera su segunda familia… tres largos años tras la búsqueda de la Shikon no Tama intentando derrotar a Naraku.

    -Que os deis prisa!!!- Tras terminar de desayunar el hanyou quiere meter prisa a todo el mundo para llegar antes del anochecer a la aldea de la anciana Kaede. La razón? Ver a su preciada sacerdotisa. Todos lo saben pero nadie dice nada, la tensión se palpa en el ambiente y cierta joven no puede evitar sentir una opresión en su pecho, pero esa noche ha pasado algo, no sabe el qué, pero una sensación que jamás tuvo ha recorrido sus venas haciéndola sentir por primera vez en mucho tiempo, realmente segura y protegida, y como niño que se aferra a su madre tras una pesadilla, se aferra a esa sensación mientras si mientras intenta recomponer inútilmente los pedacitos que quedan de su ya destrozado corazón.

    La vuelta transcurre en un incómodo silencio que ni hasta el pequeño kitsune se atreve a interrumpir, y como para poner la guinda al pastel, se aparece ante ellos su peor enemigo.

    -Vaya vaya chicos… y esas caras largas? Es que no os alegráis como yo de veros? Kagura, Kanna, Hakudoshi, ya sabéis lo que tenéis que hacer.- Y dicho eso se lanza a un loco ataque impropio de él hacia la persona que todos menos se imaginan: Kagome. La danza de las cuchillas es parada por el hiraikostu de Sango, mientras que el monje intenta por todos los medios de eludir ser reflejado en el espejo de Kanna, e InuYasha lo tiene bastante crudo con el maldito cuerpo del albino que se regenera una y otra vez con suma rapidez.

    El pequeño Shippo pierde la consciencia tras ser lanzado hacia unos arbustos en un desesperado intento de la joven miko para salvarle la vida y se prepara para defenderse. Ya no es la chiquilla de antaño, y durante el último año no ha cesado de entrenar sus poderes espirituales en aquellas escapadas del hanyou. Una flecha es lanzada con suma rapidez hacia Naraku quien a duras penas lo esquiva, una flecha más poderosa todavía que aquellas de Kikyo mezclada con la tierra de la cueva donde agonizó Onigumo. Ha subestimado a esa mocosa, pero aún así sabe que tiene un as en la manga. Se lanza de nuevo al ataque esquivando como puede más flechas de la sacerdotisa cuando de repente se detiene para deleitarse con el ahogado grito de dolor de la joven: Kohaku le ha clavado su hoz en mitad de la espalda, como una vez lo hiciera con su hermana.

    El veneno con el que anteriormente infecta Naraku la hoz va sumiendo poco a poco a Kagome en la inconsciencia, y lo último que atina a ver es a un enloquecido InuYasha correr a su encuentro seguido de sus amigos, quienes no se percatan de que las extensiones del enemigo se alejan como llevados por el viento, literalmente, pues las dos plumas de la dama de los vientos desaparecen rápidamente en el cielo. Sin embargo, InuYasha no puede llegar a tiempo. Riéndose como un loco maníaco, Naraku se eleva llevando consigo el cuerpo de la chica. Su risa permanece en el aire como haciéndoles ver cruelmente la vil trampa en la que han sido emboscados, pero sus palabras taladran más sus almas congelando su sangre.

    -Ahora que está bajo mi poder… por fin podré finalizar el ritual… muajajajaja. Será mía… mía y sólo MÍA!!! Y vosotros viviréis en carne propia cuán cruel puedo llegar a ser… muajajajaja!!!

    Espero críticas y opiniones!!!... Y también tomatazos y demás... pero no seáis muy duras conmigo... sí?¿ *-*
     
  2.  
    Isa Cab

    Isa Cab Entusiasta

    Capricornio
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    4 Noviembre 2008
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    Pluma de
    Escritora
    Re: Noche

    Eh, bueno, creo que soy la primera xD

    Me gustó que hayas respetado la personalidad de Sesshômaru. No es algo fácil de hacer y te salió algo muy bueno. Pobre Sango, que horrible ver que Kohaku le haga a Kagome lo mismo que a ella :/

    Je, todos quieren a Kagome -,-" ¿Qué tanto tiene de interesante? Bueno, no tendría que dejarme llevar por mi recientemente adquirido... malgusto, podría decirse, hacia este personaje, peero... Es lo que hay x)

    Hasta la próxima.
     
  3.  
    Andrea_Miko

    Andrea_Miko Entusiasta

    Cáncer
    Miembro desde:
    20 Diciembre 2007
    Mensajes:
    57
    Re: Noche

    wowwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww me encanto esta superrr, ya quiero saber que pasa y que hace el estupido de narakuuu, ojala mi sessho rescate a kagome, estuvo muy fino. Bye y cuidate :D
     

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