Explícito de Naruto - Noche ardiente con mi vecina (Naruto x Hinata) [One-shot]

Tema en 'Fanfics Terminados de Naruto' iniciado por Emilion, 24 Abril 2019.

  1.  
    Emilion

    Emilion ¡Adoro escribir con mis parejas favoritas!

    Aries
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    Escritor
    Título:
    Noche ardiente con mi vecina (Naruto x Hinata) [One-shot]
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Romance/Amor
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    3829
    Aclaración: Naruto no me pertenece, es de su creador "Masashi Kishimoto". Solo me encargo de crear la historia de mi fanfic sin lucros de su magistral obra.

    "Noche ardiente con mi vecina"

    {Naruto x Hinata}
    Era una noche fría en la ciudad de Japón. Un joven caminaba en solitario entre las oscuras calles de su barrio vistiendo con ropa para la estación, se mantuvo inquieto sobre las cosas que le ocurrieron en este día tan ajetreado. Había entrado a un edificio que tenía diez pisos aproximados, siendo en realidad un vecindario para la gente soltera, comenzó a subir por las fastidiosas escaleras hasta llegar al séptimo piso, ahí se detuvo para llegar a la puerta de su departamento.

    Sin embargo, hubo algo que lo sorprendió.

    —Maldición. Olvidé mis llaves en la oficina —el chico se maldijo por su mala suerte, rebuscando con desesperación entre sus bolsillos. Soltó un suspiro desganado—. Perfecto... Primero llego tarde al trabajo y ahora me quedo afuera de mi propio hogar. Este día no puede ser tan peor.

    —¿Naruto-kun?

    De repente giró su cabeza ante esa voz cantarina para contemplar la presencia de una bella joven de tez blanca como la nieve, cabellera larga y oscura, y unos preciosos ojos de color plateado. Ella venía vestida con ropa simple pero acogedora; consistiendo en una falda larga, polera de color rosa y una casaca morada.

    Esa muchacha resultó ser Hinata Hyuga, su vecina de al lado.

    —¿Te sucede algo? —le preguntó al notar la inquietud del rubio.

    —¡Ah! Hola, Hinata. No pasa nada. Solo me he olvidado las llaves de mi departamento y ahora no puedo ingresar —se burló de su desdicha, rascando la parte de atrás de su cabeza—. Algo tonto, ¿no lo crees?

    —N-no creo que sea algo tonto, Naruto-kun —habló con voz calmada—. Solo fuiste un poco descuidado al estar apresurado. Bueno, eso creo yo.

    —Tal vez tengas razón. Pero... Ahora no podré regresar a la oficina a tiempo. Ahh, supongo que tendré que dormir en un hotel por esta noche.

    Justo cuando iba a retirarse del edificio, sintió a Hinata sujetar de su manga.

    —Si quieres... puedes quedarte en mi departamento por hoy.

    El rubio se extrañó por la petición de su vecina e iba a rechazarlo por no querer incomodarla, pero por otro lado, la temperatura empezaba a bajar debido al clima. Por lo tanto, eligió aceptar su amable oferta.

    —Gracias por tu generosidad, Hinata.

    La joven sonrió dulcemente por su aceptación.

    —De nada, Naruto-kun.

    -O-O-O-O-O-

    Hinata lo invito a pasar a su hogar, Naruto estando adentro, quedó asombrado por cómo lucía el departamento de su vecina encontrándose detalles de pinturas tradicionales y decoraciones alucinantes que cubría todo el entorno.

    —Puedes tomar asiento en la sala mientras yo te traigo algo para beber —le informó ella, yéndose hacia la cocina para preparar una bebida a su invitado.

    Naruto, haciendo caso, se sentó en el sofá.

    —Vaya. Con que así luce la casa de una chica —por curiosidad miró un retrato que estaba colocado en la mesa—. Supongo que esta debe de ser su familia.

    —Perdona la demora, Naruto-kun —apareció Hinata a su lado, entregándole una taza de té.

    —Oh, no te preocupes. En realidad no fue para tanto —probó el té—. Increíble. El té esta delicioso. ¿De qué sabor es?

    —Esto, durazno.

    —Durazno, eh. Pues debo comprar esto para la próxima semana. Nunca imagine que fuera tan sabroso.

    —Me alegro que te halla encantado.

    En eso, la mente de Naruto recordó un momento inesperado.

    —Ahora que lo pienso... Siempre que me meto en un lio, tú estás ahí para ayudarme, Hinata. ¿Por qué motivo lo haces?

    —B-bueno, ¿recuerdas la primera vez que nos conocimos?

    —¡Ah, claro! —chasqueó los dedos—. Fue en el mismo día que viniste a vivir a este edificio. Creo que fue alrededor de dos años.

    "Flashback"

    Naruto cruzaba por las calles durante una tarde tranquila. El motivo de su felicidad se debía a que las cosas en su trabajo le había ido de maravilla, recibiendo un jugoso sueldo de parte de su jefe por su gran empeño laboral. Casi llegando a su departamento, observo curioso un camión de mudanza, dándole la sospecha que habría un nuevo inquilino en la zona.

    En ese momento no le prestó mucha atención, yéndose a descansar a su hogar.

    Tras anochecer, se dio cuenta que ya no le quedaba ninguna reserva de comida, en especial su adorado ramen. No tuvo más opción que salir al mercado a comprar más provisiones.

    Al llegar a su destino, tardó unos diez minutos, aliviado de que todavía siguiera abierto.

    Durante su trayecto de vuelta a su querido departamento, pudo divisar a dos sujetos sospechosos rodeando a una indefensa chica. No se demoró en captar que se encontraba en serios aprietos, después de todo, él conocía las zonas peligrosas de su vecindario.

    —¡Oigan! Será mejor que la dejen en paz si no quieren meterse en problemas.

    Aquellas dos personas se voltearon a verlo con una expresión intimidante.

    —Será mejor que te vayas, rubiecito. Nosotros la vimos primero.

    —Deberías hacerle caso a mi colega y no meterte en donde no te llaman. No ves que estamos teniendo una pequeña charla con esta linda jovencita.

    En eso, Naruto dejo la bolsa en el suelo y apretó los puños.

    —Ustedes, solo son unos aprovechados con las mujeres. ¿Acaso no tienen dignidad?

    Cansados de escucharlo hablar se fueron de frente contra Naruto y así comenzó la pelea. Sin embargo, la pelea no dudo mucho como se pensó mostrando a un Naruto tirado en el suelo con algunos golpes en la cara, mientras ambos sujetos estaban agitados por el esfuerzo.

    —No debiste meterte con nosotros.

    —Ya no vale la pena, colega. Vayámonos de aquí.

    De esta forma, ambos desaparecieron entre las sombras de la noche.

    La joven que observó la valentía de Naruto corrió para socorrerlo.

    —¿T-te encuentras bien?

    —Estoy bien. Solo tengo algunos golpes, nada grave —le dijo adolorido, comenzando a levantarse del suelo—. Y tú, ¿estás bien?

    —S-sí, estoy bien. N-no me hizo nada desde que tú apareciste. T-te agradezco por venir a ayudarme —le respondió aún aterrada luego de vivir tal experiencia—. ¿Quieres que llame a una ambulancia?

    —Te digo que no es nada. Solo necesito descansar para estar como nuevo.

    —A-al menos puedo ayudarte a llegar a tu casa —se ofreció exigente, a lo cual Naruto no pudo oponerse a ella estando lastimado para moverse.

    Siguiendo por el rumbo hacia su departamento, ambos jóvenes llegaron al edificio.

    —¿Aquí vives? —le preguntó, asombrada.

    —¡Así es! Acá vivo. ¿Por qué lo preguntas? —arqueó una ceja, intrigado.

    —P-pues, ¡yo vivo también aquí!

    —¡En serio! ¿Nunca te había visto por estos lados?

    —E-eso es porque recién me mudé a esta ciudad para buscar nuevas oportunidades.

    «¡Ahora lo recuerdo! Hace unas horas estaba un camión estacionado en la calle, así que ella es la nueva inquilina», pensó él.

    —Entonces vas a vivir aquí. Y dime, ¿en qué departamento vives?

    —En el treinta y dos.

    —¡Wow! Yo vivo en el treinta y tres. Eso significa que seremos vecinos —dijo el rubio, muy animado—. Por cierto, ¿cómo te llamas?

    —M-me llamo Hyuga Hinata —se presentó.

    —Es un placer conocerte, Hinata-san. Mi nombre es Uzumaki Naruto —le extendió su mano de forma amistosa—. Espero que nos llevemos muy bien a partir de ahora.

    "Fin del flashback"

    —Desde aquel momento me has ayudado demasiado, Hinata.

    —N-no es para tanto, Naruto-kun. Si no me hubieras ayudado en aquella noche, yo no sé qué habría sido de mí.

    —Eso ya quedo en el pasado —decidió cambiar de tema para tranquilizarla—. Lo bueno es que nos ayudó a conocernos mejor, ¿no?

    Hinata estuvo maravillada por sus palabras, de algún modo, el rubio no notaba el obvio interés romántico que despertó en ella.

    Naruto, por otra parte, se sentía afortunado de estar a su lado. Le parecía confiable y hermosa, pero no lograba entender ese extraño sentir en su corazón cada que vez que le hablaba. Incluso se decía a sí mismo que era amistad pura entre vecinos, no estando completamente seguro de lo que le producía su mera compañía.

    -O-O-O-O-O-

    Eran las diez de la noche. A esa hora, Naruto se había quedado hospedado en una habitación vacía estando acostado en una cama y mirando vagamente el techo, soltando al mismo tiempo un largo bostezo para quedarse dormido.

    De pronto, se levantó de imprevisto y con mucha urgencia.

    Miró el reloj que estaba colgado en la pared, dándose cuenta que transcurrió una media hora por lo cual salió de su cuarto con dirección al baño. Tras acabar con sus necesidades estaba dirigiéndose de vuelta a su cuarto.

    Entonces...

    ¡Ahh~!

    Se oyó un extraño ruido agudo retumbando entre las paredes, siendo escuchado por Naruto que se preguntaba de dónde provenía dicho sonido.

    ¡Ahh~!

    De nuevo volvió a oírse, ahora levemente. Su curiosidad fue tan grande que trato de localizar como sea el origen de aquellos ruidos, guiándose por los constantes ruidos y llegando a una habitación. Fue ahí entonces que pudo escuchar con total claridad esos extraños sonidos.

    ¡Esos ruidos resultaron ser los gemidos de su vecina Hinata!

    Naruto tragó saliva de solo imaginar lo que estaba ocurriendo adentro. Su corazón y su cuerpo se estremecieron, colocando su oreja en la puerta.

    En el interior de la habitación, Hinata tenía parte de su pijama suelta; su pantalón estaba tirado en el suelo, sus bragas blancas estaban semi salida de su entrepierna revelando un poco su depilada vagina, y su polera azul estuvo levantada. Además que sus pechos se encontraban descubiertos mostrando un atrevido sostén negro.

    La joven se encontraba echada en su cama mientras se auto-complacía. Sus gemidos fueron más audibles debido a los movimientos acelerados de sus dedos dentro de su intimidad, la otra mano disponible lo usaba para masajear uno de sus pechos ya erectos.

    —N-Naruto-kun...

    Entre sus débiles suspiros nombraba el nombre de su amado. A decir verdad, la Hyuga había estado ocultando sus sentimientos hacia él por inseguridad y miedo a un rechazo, por lo cual la masturbación fue su único método de consuelo para reprimirlo.

    —Como desearía que me vieras de otra forma que no solo sea tu vecina... Te amo tanto... ¡Ah! ¡Me corro! —había llegado a su ansiado orgasmo, manteniendo sus piernas abiertas debido al cansancio. Su respiración estaba agitada, provocando que sus enormes pechos se movieran de forma pervertida.

    A pesar del placer generado, Hinata se sentía sucia e inmoral por lo que hizo.

    Mientras tanto, Naruto estaba impactado por lo que escuchó. ¿Hinata lo ama? Aún no se creía lo que había oído. Si bien, ella le parecía muy hermosa y atractiva, jamás le vio con otros ojos, o tal vez, nunca se percató de lo que sentía por ella.

    Sacudió un poco su cabeza negándose a creer en sus propias palabras porque estaba sacando conclusiones muy apresuradas. Se trataba de Hinata, su vecina amable y bondadosa, la chica que conoció hace dos años. Admitía que tenía un cuerpo bien cuidado, como deseable para cualquier hombre. Suspiro por un rato al tener un pensamiento indebido sobre ella y trató de alejarse de ahí como sea, haciendo como si esto nunca hubiera pasado. No obstante, la puerta se hallaba casi abierta y cuando intentó irse, este se tropezó por un simple descuido en sus pies y ocasionando que cayera en el interior de la habitación.

    Para cuando Naruto se levantó, sintió una corriente eléctrica por todo su cuerpo. Frente a él, estaba Hinata, quien tenía la cara toda roja y tapando muy apresurada sus pechos con su polera mientras cerraba sus delicadas piernas.

    Las luces de la habitación se encendieron de inmediato.

    El Uzumaki se quedó mudo por la mirada nerviosa de su vecina. Si antes menciono que ella tenía un buen cuerpo, ahora diría que era una mujer asombrosa como sensual.

    —N-N-N-Naruto-kun. ¿Q-Q-Qué haces en mi cuarto?

    A Naruto le sorprendió que a pesar de la situación, ella siguiera nerviosa y avergonzada, pues se esperaba que hubiera insultos o golpes de su parte por observarla haciendo "eso".

    —Hinata, puedo explicarlo —en realidad no sabía qué explicar en su defensa. En primer lugar, había venido a su cuarto por simple curiosidad debido a sus gemidos.

    —¿M-me estabas espiando? —le interrogó. Su cara se enrojeció aún más y comenzó a echar humos por las orejas de solo pensar que él hubiera escuchado todo lo que dijo.

    —Yo solo escuche extraños ruidos desde la sala y quise averiguar lo que ocurría —sacudió sus manos para negar los hechos de culpabilidad—. Nunca tuve la intención de espiarte y nada por el estilo. Aunque... Sin querer, pude oír lo que dijiste sobre mí.

    Lo que tanto temió Hinata se hizo realidad, ahora mismo quería enterrarse viva.

    —Hinata. ¿Tú me amas?

    El corazón de la joven latía a una velocidad increíble. La persona que amaba en secreto lo había descubierto, ahora ella misma se encontraba en una lucha interna si hablar de sus sentimientos o negarlos como siempre lo hacía.

    Odiaba mostrarse débil e impotente. Entonces, prefirió abandonar por una vez en su vida su inseguridad y cobardía en esta noche tan oportuna.

    Hinata, por primera vez, se armó de valor para hablarle apropiadamente su verdadero sentir hacia Naruto, sabiendo que podría sufrir un duro rechazo. Pero al menos se sentiría bien consigo misma y podría continuar con la amistad que ambos llevaban como buenos vecinos.

    —Es verdad, Naruto-kun. Te amo. Desde que me protegiste de aquellos sujetos me sentía aliviada por tu coraje. Al principio, solo era por generosidad, pero luego me enamoré al conocerte mejor. Yo no tenía el valor para decírtelo a la cara, por eso siempre te ayudaba como una muestra de mi afecto hacia ti.

    Tal confesión hizo que Naruto se sintiera por alguna razón especial, aunque sea un poco. Se sentía atraído por la muchacha de ojos perlas, sin tan solo le diera una oportunidad para formar una relación, tal vez, solo tal vez, al final podría funcionar.

    —Sabes Hinata, lo he estado pensando por un momento y podríamos intentarlo —le dijo algo nervioso, rascando un poco su mejilla—. Tú... ¿Quisieras ser mi novia?

    —Naruto-kun... —pequeñas lágrimas se escurrieron por su hermosa cara—. ¡Claro que quiero ser tu novia!

    Tras formalizar oficialmente su relación. Ambos se sintieron a gusto con el otro, sin embargo Naruto no podía despegar sus ojos zafiros de esos grandes y jugosos pechos de su ahora novia, después de todo, era un hombre saludable y con necesidades. Hinata se percató de la observación del rubio. Se sentía muy avergonzada por ser observada en estas condiciones, repentinamente, se le ocurrió algo que jamás pensó hacer.

    —¿Q-quieres verlos?

    —¡Eh!

    —M-mis pechos... ¿Q-quieres verlos?

    Naruto se asombró por su pregunta. Realmente tenía mucha ganas de verlos y la maldita curiosidad lo mataba a cada momento, así que optó por asentir nervioso con la cabeza, fue entonces que Hinata respiro hondo por lo que haría en ese mismo instante. Alzó lentamente su polera hasta poder quitárselo de encima dejando expuesto sus pechos cubiertos por su sostén.

    El Uzumaki se quedó admirando como bobo los desarrollados atributos de su novia.

    «¡Son enormes!», fue lo primero que pensó. Sin querer, se acercó más a ella, rodeando con sus fuertes manos por su espalda para encontrar el sujetador, cuando lo encontró, el sostén salió volando a unos metros de la habitación.

    Naruto se sentía muy afortunado de contemplar sus pezones tan rosados y de gran tamaño. Su impulso de tocarlos le ganó, cogiendo ambas con sus manos ocasionando que Hinata liberada un pequeño gemido ante el repentino contacto, sorprendido de que sus tetas ocuparan toda su mano. Realmente no exageraba con decir que eran enormes, y eso le encantaba mucho.

    —Hinata. Tus pechos son muy suaves —movió sus manos para explorar su voluptuosidad.

    «Naruto-kun está tocando mis pechos con mucha intensidad. Es mucho mejor que cuando uso mis propias manos», pensó la Hyuga, controlando su voz para no gemir y alertar a sus demás vecinos.

    La atmósfera en la habitación comenzó a ser sofocante y asfixiante.

    Naruto continuaba acariciando sin cesar los pechos de Hinata mientras ella lo disfrutaba, llegando a un momento en que detuvo su acción dejando anonadada a la joven.

    —¿Ocurre algo Naruto-kun?

    —Hinata... —sintió incomodidad por lo que iba a decir—. Quiero llegar hasta el final.

    Ella solo se mostró sorprendida. Nunca se esperó esa petición de su pareja, aunque eso no impidió que continuara con el siguiente paso. Ya había esperado demasiado tiempo para tener la decencia de esperar un poco más y entregarse a él en cuerpo y alma.

    Con una tierna sonrisa, Hinata asaltó sus labios con mucho cariño y devoción, dándole así su primer beso.

    —Puedes hacerlo, Naruto-kun —le susurró en su oreja—. Ahora que somos una pareja, es normal que demostremos nuestro amor.

    —Hinata...

    Naruto se le acercó para volver a besarla mientras tomaba de nuevo sus pechos. La aceleración de sus corazones se encontraban a niveles extremos, al separarse, Hinata comenzó a quitarse la parte restante de su pijama revelando su torso desnudo. Él también lo hizo, solo quedando en boxer.

    Al cabo de un rato, el Uzumaki se encontraba sentado en la cama viendo a Hinata arrodillándose a la altura de sus piernas. Ella se dignó a quitarle la última prenda dejando al descubierto su miembro erecto, provocando que de vuelta se sonrojada.

    Acercando su boca a su pene, ella comenzó a lamerlo desde la punta, siendo toda una inexperta en la felación. Uso su lengua en diferentes lados para intentar estimularlo lo mejor posible. Naruto soltó un ronco gemido. Tras notar que funcionaba, intentó profundizarlo metiéndolo en su boca, le dolió, pero continuo, moviéndose lento de arriba hacia abajo, cuando se acostumbró a su movimiento aumento la velocidad. Los pezones de Hinata se endurecían producto de su excitación y su cuerpo estaba todo sudoroso.

    De pronto sintió como el pene de Naruto temblaba.

    Sin avisarle, el rubio no tardo demasiado en llegar a su clímax derramando su esencia blanquecina dentro de la boca de su novia, quien intentó tragárselo como pudo.

    Al final, ella tosió dejando caer rastro de semen en el suelo.

    —¡¿Estás bien Hinata?!

    —S-sí. Es la primera vez que hago esto, por eso no pude hacerlo correctamente. ¿Te gusto?

    —Demasiado. Incluso siendo tu primera vez me hiciste sentir muy bien.

    —C-creo que sigue lo más importante —con pasos lentos, Hinata se acomodó en la cama abriendo un poco sus piernas para dejar expuesta la entrada de su vagina.

    Naruto, sabiendo que hacer a continuación, se recostó encima de la Hyuga alineando su erecto miembro entre sus piernas, la pudo escuchar quejarse un poco cuando solo lo metió un poco. Ambos se sentían nerviosos como ansiosos por hacerlo. Finalmente, se decidió por entrar en su interior de un solo golpe, la sensación placentera no demoro en recorrer su cuerpo, sintiendo como su miembro se envolvía entre las estrechas paredes vaginales. Por otra parte, Hinata gimió con fuerza al sentir su himen romperse junto con un doloroso ardor en su zona íntima.

    Se quedaron en esa posición por unos minutos hasta que Naruto decidió actuar, moviéndose lentamente, su compañera le insistió en continuar con su labor, embistiéndola con suavidad para que se acostumbrara. El interior de su vagina era cálido y estrecho, eso le provocaba muchas ganas de querer aumentar la velocidad. Hinata dejo de sentir dolor y en cambio recibió placer, torpemente movió sus caderas para seguirle el ritmo a su pareja, después lo rodeo con sus piernas para hacer la penetración fuese más profunda y firme.

    —¿Te gusta como lo hago, Naruto-kun? —le dijo con voz agitada, colocando sus manos alrededor de su cuello mientras el rubio la embestían con más fuerza.

    —Me encanta tu cuerpo, Hinata. Eres sorprendente en todo —en un acto repentino dio un giro a su cuerpo haciendo que Hinata estuviera ahora encima de él, luego tomó su redondo trasero y la penetró más profundo—. Ahh... Eres la mejor.

    —¡Ah! ¡No te detengas! —le suplicó, aferrando sus manos en su musculoso pecho y sintiendo la increíble agitación de su corazón.

    La cama rechinaba por un buen tiempo debido a sus constantes movimientos. Naruto le daba profundas embestidas a la vagina de Hinata, casi besando su útero. Ella lo besaba en el cuello de manera picara y traviesa a la vez que sus caderas seguían moviéndose sin parar.

    Ambos gemían ante el frenesí de sus cuerpos chocando entre sí.

    La lujuria y la pasión todavía no acababan, siendo apenas el comienzo de la noche. Naruto estuvo cansado de estar en la misma posición que, en un impulso, la recostó de vuelta a la cama. Cuando dio la primera estocada pudo tocar la parte más profunda de Hinata, su útero. En consecuencia Hinata no pudo resistirse a gemir muy fuerte. Naruto sintió su cuerpo temblar otra vez luego de que su entrada le empezara a apretar.

    Un par de movimientos más y los dos llegaron a su esperado clímax. Hinata abrió los ojos y soltó un sonoro gemido, sintiendo como algo viscoso y pegajoso la llenaba por dentro. Naruto, agotado, sacó su miembro de su interior, ella gimió débilmente al desprenderse de él.

    Ahí pudo observar como su vagina chorreaba una gran cantidad de su semen junto con algo de sangre, ensuciando inevitablemente las sábanas. Se sintió muy bien luego de terminar su acto carnal, pero miró asombrado a Hinata que deseaba repetir otra ronda.

    Naruto introdujo de nuevo su miembro en el interior de Hinata, enterrándola profundamente, volviendo a recrear su mágica danza de amor mutuo.

    La noche todavía continuaba. Naruto despertó luego de aquella sección con su novia, quien ahora dormía como un ángel en su brazo, sin resistirse, acarició su largo cabello con dulzura.

    —Eso fue... Eso fue maravilloso —decía Hinata entrecortada, manteniendo los ojos cerrados y con un ligero rubor adornando sus mejillas.

    —Sabes Hinata. Este puede ser el mejor inicio en nuestra relación —la besó apasionadamente, pensando en el futuro que llevaría a su lado.

    Para Naruto, no todo fue tan malo en este día como lo pensó en el comienzo, pues ahora tenía a una bella novia y a una encantadora vecina. ¿Qué más podía pedir?

    F I N

    Notas del Autor:

    Les encanto está nueva temática que estoy probando, lectores. Bueno, empiezo a decirles que he creado una serie de One-shot para su deleite, pero antes, pongan el nombre de su pareja favorita ya que lo pondré en una lista para los próximos capítulos. Puede tratarse de un romance pasional entre dos, tres o hasta cuatro, incluso yuri. ¡Ojo! Yo no hago nada yaoi para su información.

    ¡Comenten que les pareció el capítulo!

    Emilion se despide de ustedes, lectores, hasta la próxima.
     
    Última edición: 12 Agosto 2019
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    Tarsis

    Tarsis Usuario VIP Comentarista supremo Escritora Modelo

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    Jajajajaja, personalmente me encantó. La verdad es que ésta es una pareja de la que poco escribo, porque es difícil pasar de la normalidad y la timidez de ambos personajes, a algo fogozo y pasional, PERO, me ha gustado como lo has manejado, no se vio exageradamente irreal, sino que todo se fue dando poco a poco hasta llegar allí. Ellos no son una pareja que se pueda forzar y eso me gusta.

    Un placer leerte :3
     
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