No puedes torturar a una mariposa con una rueda. (SessxRin)

Bueno, aquí tengo otra historia descavellada que se me ocurrio en un momento aburrido ;o;.
Espero guste.




Respiró profundamente, esa horrible pesadilla estaba haciendo que un dolor irreal recorriera su cuerpo, sentía…algo raro. Cerró los ojos y volvió a respirar, era como si el aire se escapara por un gran agujero que tarde o temprano acabaría engulléndola a ella. ¿En que momento había empezado a sentir algo por él?, no lo sabía. Miró hacía el techo intentando evitar que pequeñas lágrimas empezaran a rodar por sus delicadas mejillas, pero no lo consiguió, poco a poco lluvia salada comenzó a descender de sus ojos sin cesar. Ella se conocía, en otras ocasiones también dudo sobre sus sentimientos hacía él, pero siempre lo renegaba ya que no estaba segura. Esta vez era diferente, cuando lo vio besándose con Kagura sintió que el corazón se le partía en mil pedazos como un collage, una copa de vino rojo que cae al vacío o un jarrón de agua fría derramándose sobre todo su cuerpo.
-¿Por qué él?- se pregunto en un susurró.
Pasó suavemente la mano alrededor de los ojos intentando limpiar las saladas lágrimas que aún descendían y sonrío, sí, sonrió recordando viejos tiempos en los cuales Sesshomaru le parecía un antipático y no quería verlo ni en pintura. Desgraciadamente todo eso había cambiado, aunque no sabía si para bien o mal, muy mal. Se callaría por su bien, si lo contará la gente pensaría que habría enloquecido.
-Si el fuera como los demás a mi me daría igual sentir lo que siento…Pero él es una persona fría que nunca se fijará en una infantil como yo… Además de eso, ya tiene a Kagura-pensó la jovencita.- Calma Rin, calma.

Los días pasaron y mientras pasaban su preocupación crecía. La joven peli-azabache de sonrisa calida había desaparecido, ni iba a la universidad, ni llamaba, ni lo buscaba como normalmente lo hacía, era obvio que algo le pasaba. Marcó el número de Rin, suspiró y se tragó el orgullo para a continuación pulsar la tecla ¨llamar¨.
-El número al que llama se encuentra apagado o fuera de cobertura- anunció una contestadota al otro lado de la línea. Inmediatamente en la cara de Sesshomaru se formo una pequeña mueca de desagrado, si ya le costaba tragarse su orgullo para llamarla no quería imaginarse lo que le costaría ir a su apartamento. Todo fuera por saber si ella estaba bien, cosa que dudaba.
Bajó del carro con tranquilidad y se dirigió hacia la puerta del edificio en el cual Rin vivía. La puerta estaba abierta, camino algunos pasos, se adentró en el ascensor y pulsó el botón cuatro. Al abrirse las puertas del aparato él camino hasta el apartamento de la joven, se paró unos segundos en seco y con seguridad timbró. Nadie le abrió.
-¿Dónde estará?- pensó mientras se daba la vuelta dispuesto a irse por donde volvió. Pero la puerta se abrió y Rin habló.
-Sesshomaru…¿Qué hace aquí?- en la cara de Rin se formo una sonrisa amarga, cosa que confundió al peli-plateado.
- Pensé que te había pasado algo, no es más- habló mientras se acercaba a ella mirándola fijamente a los ojos, perdiéndose en esas pupilas chocolate.
-Gr…Gracias-ella no pudo evitarlo, estaban a centímetros de rozarse y llevaba días sin verlo, lo abrazó, lo abrazó como nunca lo había hecho y eso él lo notó, pero tan solo se limitó a darle una pequeña caricia en el cabello.
Después de un rato se separaron, él se adentró y se sentó en uno de los muebles de la sala, ella lo siguió.
-¿Qué te ha pasado?- preguntó él seriamente cerrando los ojos.
-Enferma…Sí, eso es, estaba enferma.
-No sabes mentir.
-Fui de viaje.
-Rin.
-¡Esta bien! Puede decirse que estaba deprimida.
-¿Por qué?
-Por…Eso da igual- a continuación de decir esto la joven sonrío intentando olvidar el tema, pero su sonrisa se convirtió en un gesto de sorpresa cuando Sesshomaru se acercó a ella cojiendola por la espalda, mirándola fijamente con sus ojos ámbares y repitió-¿Por qué?
-No puedo decírtelo.
Él la soltó lentamente, pero no se iría, no sin saber que le pasaba a la oji-chocolate, a su oji-chocolate.
-¿Desde cuando me interesó tanto por ella?-se preguntó en el interior , sacudió la cabeza lentamente y habló-No puedes torturar a una mariposa con una rueda, Rin.
-Un refrán inteligente no demuestra nada,Sesshomaru -lo miró y río con dulzura
Aunque la mirada de él estaba clavada en ella sin siquiera parpadear, Rin se acercó, sin importarle nada y cuando estuvo casi rozando los labios de Sesshomaru se detuvo.
–Bueno, yo quería decirte que eres para mí algo más que…-no acabó la frase, no tenía la seguridad suficiente para decírselo, prefirió callarse.
Él no habló, aunque ya lo había entendido todo no tenía palabras… No recordaba haber sentido así jamás el corazón, era una emoción nueva que solo había causado ella y nadie más.
Entonces lo decidió, no había nada de malo en intentarlo. Posó la mano en el cuello de la joven y la besó.