No lloraré por ella...

Bueno este es mi primer ff espero que les agrade, no es muy largo, (es que no me gustan caps muy largos) soy nueva en esto, pero quisiera que me dijeran algunas cosas sobre la redacción o tips, se los agradeceré. Esto empieza así...

Capítulo 1
Siempre había pensado que el amor era algo absurdo y que nunca jamás me pasaría a mí, siendo
una criatura miserable y sin destino, condenada a permanecer sola por el resto de mi vida sin la
aceptación de los demonios, ni la aceptación de los humanos, siendo un hanyo.

Mi vida se desplomaba a cada minuto que pasaba, no había ni luz ni oscuridad, solamente un
enorme vacío que irradiaba una debilidad en mí, el peor de los castigos, la peor de las agonías.
Estos sentimientos que me carcomían por dentro jamás debían reflejarse al exterior, o estaría
acabado y sin vida… un ser como yo, simplemente no podía hacer nada más que morir y terminar
solo… o al menos eso creía hace cincuenta años.

Enterrado en mis pensamientos superfluos y distantes que jamás he mostrado al exterior pude
reconocer el aroma de la felicidad, lejos todavía pero más cerca que nunca.

Me encontraba en el árbol sagrado, atado por la flecha que había despedazado mi alma y mi
corazón, de nuevo esa debilidad que siempre me atormentaba. Estaba suspendido escuchando
únicamente el sonido de mi sangre, dormido y paralizado en el tiempo, una sensación de soledad,
una sensación de felicidad…

Mis manos comenzaron a moverse y el lejano sonido que escuché se hacía más intenso; mi
sangre despertaba con suma rapidez; estaba cerca, el aroma que desprendía el movimiento de su
cabello, los latidos desesperados de su corazón, los deseaba, deseaba terminar con ello desde
hacía mucho.

Abrí mis ojos sintiendo mi cuerpo diferente, estaba en un lugar desconocido, hacía frío y todo se
encontraba oscuro, pero mis ojos pronto se acostumbraron a la luz de la noche y pude vislumbrar
una figura de una belleza impresionante…

― ¿Quién eres?

― ¿No me recuerdas… Inuyasha?

― Kikyo…

Prox. cap 2/05/11-----------espero sus comentarios

 

Gracias por su apoyo :) aquí el segundo capitulo como lo prometí :) comenten por favor :)

Ese deseo era por ella y sólo por ella; tomé su lacio y largo cabello atrayéndolo hacía mí,
disfrutando del exquisito aroma que despedía, su mirada era directa como siempre, hermosa,
aquella que me cautivó desde que la conocí. Pero, ¿por qué pensaba en ello?, justo en ese
momento mi cabeza daba vueltas tratando de recordar algo importante, no lograba vislumbrar
qué era… y aquel deseo avanzaba cada vez más, no me dejaba pensar.

―No te esfuerces demasiado― me dijo Kikyo tratando de incorporarme; a mi lado había un objeto
ensangrentado― has recibido una flecha de la hechicera de fuego, un objeto sagrado y yo no
pude hacer nada por evitarlo.

― ¿Eres Kikyo verdad?― sin duda alguna era su esencia― ¿qué hago en este lugar?

― Estás herido, no es muy grave, pero aún así necesitas medicina― dijo ella evadiendo mi
pregunta, me desconcerté, era irresistible su olor― al parecer de lo que sucedió hoy no
recuerdas nada…

―Te recuerdo a ti―interrumpí bruscamente y me levanté de inmediato, sentí una punzada de
dolor― no recuerdo nada que no seas tú.

―Me alegro― sonrío Kikyo, era la sonrisa más encantadora que había visto, y era sólo para mí―
al menos puedes recordarme.

― ¿Por qué estoy aquí?―pregunté un poco aturdido― ¿qué pasó? De verdad deseo saber qué
pasó.

―No, eso― Kikyo se puso nerviosa con solo pedirle ese favor― estás herido, no te lo diré por el
momento…

Acaricié su negro cabello y me dejé llevar por ese deseo, no sabía si era amor, si era pasión,
dulzura, no me importaba, lo único que agradecía era que ella estuviera bien, a salvo, con vida y
llena de alegría. La abracé con fuerza y mi corazón latió al mismo tiempo que el de ella; me llenó
de felicidad, esa debilidad que odiaba y amaba al mismo tiempo, la que me daba valor para seguir
luchando, la sensación de tenerla en mis brazos, era maravillosa:

―Está bien―susurré en su oído con dulzura― no preguntaré qué pasó, si me dices que estás
bien.

―Inuyasha―suspiró ella, ¡oh dios como me gustaba que dijera mi nombre con esa voz!― no te
preocupes, yo me encuentro perfectamente.

―Me alegro, de verdad― mi corazón se tranquilizó y la solté, al mismo tiempo que ella acariciaba
mi rostro…

― ¿Es un buen momento para esto?― me preguntó con frivolidad―estás herido, necesito ir por
algo de hierbas medicinales, volveré enseguida.

―No te vayas―tomé su mano impidiendo que diera un paso más― quédate conmigo, te lo ruego.

Se detuvo y me miró alegremente, siempre había sido decidida.

―No tardaré, cuando regrese podré estar contigo todo lo que quieras, necesitas recuperarte y
descansar.

No dije nada, me sentí decepcionado; su mano se deslizó separándome de ella y se alejó en
medio de la noche dejándome inconsciente en aquel árbol que me producía un terrible dolor en el
pecho con sólo mirarlo.

La luna se encontraba brillando con intensidad, era una noche muy extraña e inusual, con un
aura misteriosa y solitaria, recordándome lo que sentía cada vez que era luna nueva, los extraños
rumores que surgían en mi mente, los fantasmas que me acosaban constantemente, sentimientos
plenamente humanos…

Recuerdos… recuerdos… me dolía la cabeza, Kikyo no estaba ahí para mí, pero no era eso lo que
me producía tal dolor, ¿entonces qué era?

Intenté recordar aunque fuera poco, pero me ardía la cabeza y el pecho con sólo pensar, no
lograba nada, mi mente no recordaba nada más que mis momentos con Kikyo; cuando la conocí,
cuando caminaba a su lado en misiones peligrosas, cuando la besé por primera vez…

Algo sucedió sin motivo alguno; surgieron lagrimas de mis ojos al mismo tiempo que el pecho me
ardía con brusquedad, pensaba que sería por la flecha que me había quitado Kikyo, pero no tenía
nada que ver con eso, un rumor lejano hizo temblar mi cuerpo y la herida comenzó a sangrar más
de lo normal, las lagrimas cayeron con más intensidad…

―Aome…

 

TERCER CAPITULO DISFRÚTENLO, Y GRACIAS A TODOS POR VER Y COMENTAR, :) YA VEN QUE CON LA ESCUELA Y LAS TAREAS, ES UN DESASTRE LA VIDA JEJE, BUENO, AQUÍ ESTÁ... COMENTEN Y DÍGANME SI LE FALTA ALGO O SI ESTÁ MAL POR FAVOR :) GRACIAS :)

Capítulo 3… Perdida con Sesshomaru

― ¿Dónde estoy?

Dos siluetas habían caído del cielo en un prado silencioso en medio de la oscura noche; una
figura alta y otra más baja miraban con curiosidad el lugar, no se parecía nada a la época feudal,
luces indefinidas los vigilaban con veloces movimientos cerca de ahí.

Tosían por haber consumido grandes cantidades de humo unos instantes antes; ninguno
recordaba lo que había pasado y era hasta cierto punto inquietante, demasiadas dudas surgían
de ambos; imágenes borrosas y cada vez más distorsionadas pasaban por sus mentes, cada vez
que daban un paso más en ese extraño lugar. Se encontraban cansados, tenían moretones y
pequeñas heridas recientes, sus ropas estaban muy sucias.

La figura más alta intentaba vislumbrar con claridad el paisaje, sombras pasaban y lo incitaban
con emoción; una calidez inusual recorrió su cuerpo con fervor, las manos y los pies comenzaron
a temblar; un ruido fugaz se escuchó repentinamente más adelante captando su atención:

― Luces…― susurraron unos delicados labios con un tono frío y distante. El sonido que había
escuchado era acompañado de objetos brillantes. La otra figura se percató de su presencia de
inmediato, miró alrededor y su corazón comenzó a latir.

― ¿Sesshomaru?― interrumpió una chica de apariencia triste y deprimida tosiendo con dificultad;
el largo cabello le caía por la espalda formando ondas del color de la noche brillando a la luz de la
luna― de verdad eres tú… ¿por qué…?

Él no contestó, se limito a analizar su entorno. El mundo que desconocía no le asustaba en lo
más mínimo, pero, por alguna extraña razón sentía que estaba olvidando algo importante, lo más
importante para él y no recordaba qué era.

En aquella estancia, irreal, transparente, un ambiente diferente donde la esencia demoniaca era
la predominante todo resultaba inadecuado. Incluso las estrellas casi desaparecían;
desesperación le provocaba el estar ahí sin poder hacer nada, además ¿por qué estaba con esa
chica humana?

―Un momento― dijo Aome, olvidando por completo que se encontraba con Sesshomaru. Observó
el lugar con detenimiento, el aire, las estrellas, la oscuridad que había… ¿por qué a ella le
resultaba tan familiar?― ¿acaso será que he estado aquí antes…?

Un ruido parecido al de un automóvil se escuchaba cerca de ahí. Miró el semblante pálido de
Sesshomaru que la observaba con orgullo y frialdad y se dirigió a toda velocidad hacía la
carretera. Él la siguió sin saber a dónde se dirigía.

Aome se detuvo respirando con dificultad; aquel presentimiento había resultado totalmente
cierto, estaban a salvo, estaban en casa. Las luces del automóvil se hacían más grandes
mientras ella se encontraba en medio de la carretera como una sombra; se volvió hacía
Sesshomaru con una extraña sonrisa que nunca más volvería a mostrar:

― Bienvenido a la época actual…

Prox. capitulo 6/05/11

 

HOLA A TODOS, GRACIAS POR LEER MI FF Y POR SUS COMENTARIOS :) EL CAPITULO CUARTO LO REATRASÉ PARA HACERLO UN POCO MÁS LARGO, ESPERO QUE LES GUSTE :) SALUDOS

CAPITULO 4 ¿QUIÉN ES ELLA?

―Hija, ¿qué haces aquí?―preguntó una voz extrañamente familiar para Aome, ella se quedó
mirando las luces intensas del auto tapándose con un brazo la cara, no volvió a mirar el
semblante de Sesshomaru:

―Mamá―sonrió con gran afán y corrió a abrazarla, al mismo tiempo que su hermanito menor salía
del auto― he llegado.

―Vaya, es una sorpresa verte por aquí antes de lo esperado―dijo su hermano menor alegre por
su llegada.

―Eso es cierto―reclamó su madre un poco molesta mirando el oscuro cielo―es muy tarde y
además estamos a kilómetros de casa.

― ¿En serio?―se extrañó Aome, después de todo no sabía cómo había llegado hasta ahí, en
medio de la nada por supuesto― ¿puedo preguntar dónde estamos?

― Rumbo a Okinawa―contestó Souta que al parecer fue el primero en darse cuenta de que Aome
no se encontraba sola― esperábamos tener unas vacaciones después de tanto tiempo.

― ¿Tan lejos?―murmuró Aome tratando de comprender cómo habían llegado a ese lugar, pero no
encontraba respuesta alguna― no puedo creerlo de verdad…

―Mmm, hija―carraspeó su madre un poco sorprendida de aquella aparición repentina y sobre
todo de ver a una persona que no era Inuyasha con ella― ¿quién es el joven?

― ¿Mmm?, ¿joven?, ¿quién?

―Buenas noches señor―saludo con entusiasmo Souta a Sesshomaru que se encontraba
pensativo, recargado en un árbol inmenso a la luz de la luna. La rareza de sus ropas y su
elegancia denotaba que también provenía de la época antigua, se quedó embobado con su estilo
murmurando elogios que todos escuchaban―soy el hermano menor de Aome, Souta, mucho gusto.

Sesshomaru no contestó; había permanecido mucho tiempo en silencio, a opinión de Aome, tanto
que ni siquiera se había percatado la aparición de su familia:

―Buenas noches―inquirió la madre de Aome con una extraña sonrisa en los labios―Aome―añadió
dirigiéndose a ella con un susurro― ¿quién es?

― ¡Oh, discúlpenme!―pidió Aome con una ligera reverencia a sus familiares― él es Sesshomaru,
ha venido conmigo―presentó con total indiferencia― Sesshomaru, ellos son mi familia…

―De verdad estamos encantados de conocer…

Se escuchó un ruido seco produciendo eco en toda la carretera; inesperadamente y sin causa
alguna, Sesshomaru estaba inconsciente a los pies del enorme árbol. Una ligera brisa inundó el
lugar seguido de una risa fugaz; algo había pasado y algo estaba a punto de ocurrir.

La madre de Aome corrió inmediatamente a ayudarlo dando traspiés; Aome se quedó paralizada
sin saber qué hacer, Souta llamó a una ambulancia de inmediato:

― ¡No!―ordenó Aome, Sesshomaru después de todo era un demonio, nadie podía saberlo―él no
lo necesita, dejémoslo, sabe cuidarse por su propia cuenta.

― ¡Estás loca Aome!― exclamó su madre recargando el espeso y hermoso cabello de Sesshomaru
en sus brazos― ¡después de que te ha acompañado planeas dejarlo inconsciente en este lugar!
¡Eres una desconsiderada!

― No es necesario, después de todo, no te va a dar las gracias―replicó Aome mirando a Souta y
a su madre intentando llamar a una ambulancia― te lo advierto, no me regañes después…

―Él también viene de la otra época―intervino Souta con el celular en la mano― si viene contigo
debe ser por algo.

―Es por eso que no puede ser visto por otras personas―amenazó Aome con voz desmedida―
¡no tienen idea de quién es!, no puede estar cerca de las personas y mucho menos en esta
época, no conoce nada de nuestras costumbres―<<ya me imagino que puede pasar si se
despierta en el hospital…>> pensó.

― ¿Entonces qué es lo que propones?― preguntó molesta la madre de Aome― estamos a
kilómetros de casa y no tenemos conocidos cerca.

―Regresemos ―propuso ella con frivolidad― de todas maneras no creo que le pasé nada, es muy
resistente.

―Claro, como siempre viene a esta época―susurró la madre de Aome mirando el rostro impecable
de aquella figura angelical―está bien, pero si pasa otra cosa, te juro que lo llevaré a un hospital.

―Está bien.

― ¿Qué pasará con nuestras vacaciones?―preguntó con tristeza Souta dejando el celular en el
piso― yo de verdad quería ir a Okinawa.

―Iremos después hijo―contestó su madre mirando a Aome sumida en sus pensamientos―
estaremos muy ocupados estos días.

Volvían a casa y eso era lo único que le importaba a Aome en esos momentos, no tenía idea de lo
que había pasado cuando regresaron de la época antigua, no recordaba nada importante, cosa
que la irritaba al extremo de decir que estaba muerta. Superfluos recuerdos pasaban por su
mente, recuerdos donde no conseguía vislumbrar nada, imágenes borrosas y oscuras empañaban
su corazón, rostros que jamás había visto le impedían acceder a esas memorias, escondidas y
selladas para siempre, innumerables, y dolorosas.

¿Quién había sido ella en el mundo antiguo?, ¿por qué no recordaba nada más que a Sesshomaru?
Aquel demonio frío y calculador que nada tenía que ver con ella, ¿por qué razón había terminado
en ese lugar? ¿Por qué la piedra de Shikon que tenía en la mano ya no tenía brillo? ¿Por qué había
vivido todo ese tiempo en la época antigua?

Entre sueños y medio desmayado, Sesshomaru podía escuchar la voz lejana de una mujer a la
que tenía deseos de matar, sus recuerdos también se desvanecían poco a poco; sólo podía
escuchar esas burlas que hacían temblar su orgullo sin poder hacer nada.

Estaba inmovilizado ante el hechizo de ese demonio, cuya voz era más hermosa que la de
cualquier ángel. Podía escuchar su risa sarcástica y el deseo de desgarrar esa garganta cada vez
se hacía mayor, no podía moverse, estaba demasiado débil:

―Sesshomaru, has de pagar por el error que cometiste con el dolor de tu carne...

>>Has llegado a otro mundo que no es el tuyo, desconocido y peligroso… ¿qué harás ahora? Has
gastado tu energía en esa pelea que se salió de control, perdiste lo que más te importaba y no
puedes recordar nada de lo ocurrido; has llegado inmensamente herido y con la persona
equivocada, me pregunto ¿cómo enfrentarás este mundo cruel y despiadado? ¿Qué harás si
cuando descubras la verdad no puedes seguir viviendo? ¿Cómo protegerás lo que más amas sin
tus poderes?...

Estoy ansiosa de ver eso…

PROX. CAP (cuando termine el regalo de mi mamá 10 de mayo jeje) por favor comenten :) se
reciben todo tipo de comentarios :)

 

GRACIAS A TODAS Y TODOS POR LEER MI FIC Y DARME ÁNIMOS PARA SEGUIR CONTINUANDOLO, COMO LO PROMETÍ TERMINÉ EL REGALO DE MI MAMÁ JEJE Y AQUÍ ESTÁ LA CONTI, ESPERO LES GUSTE :) COMENTEN SE RECIBEN TODO TIPO DE COMENTARIOS :)

CAPITULO 5 LA BIENVENIDA DEL DEMONIO ATRACTIVO

― ¿Cómo sigue Inuyasha, Kikyo?―preguntó preocupada una voz femenina que acababa de
aparecer entre las sombras acompañada de un hombre alto y de ropajes extraños.

El día era poco usual, una anoche antes había llovido refrescando el inmenso paisaje que se
encontraba a su alrededor; era una mañana muy radiante, inclusive para haberse quedado toda
la noche en vela. El clima era sumamente acogedor, una brisa ligera y cálida rozaba los rostros
de los presentes, lo cual era tan agradable y entusiasta que los problemas parecía que se
terminaban con sólo mirar el intenso azul del cielo y sentir el delicado aroma del viento.

Posaban muchos animalitos silvestres sus miradas en aquellas personas que discutían con
tranquilidad, había un aura de felicidad y misterio acompañado de risas familiares y tumultuosos
chistes:

―Sí, se encuentra mejor―contestó Kikyo con una enorme sonrisa dirigiéndose a Sango―anoche
le puse un poco de medicina natural y ahora duerme profundamente…

―Vaya, debió haber sido agotador, en especial para alguien como Inuyasha―argumentó Miroku
que observaba el semblante pálido de su amigo― mira que pelear contra un demonio de esa
categoría, realmente es una suerte que siga con vida…

― ¡Cállese excelencia!―exclamó Sango dándole un codazo al monje en las costillas;
inmediatamente su cara se puso morada― ¿acaso le gustaría que le dijeran que es una suerte
que siga con vida? Monje idiota.

―No hay problema―dijo Kikyo riendo al ver cómo Sango discutía con Miroku―es verdad, es una
suerte que siga con vida, por poco el veneno de la flecha llega a su corazón, ahora no recuerda
nada de lo que pasó, ha sido terrible, no lograba recordar nada, es probable que aún no
reconozca a nadie, apenas logró reconocerme y es mejor no recordarle lo que pasó.

― ¿En serio no recuerda nada el pobre?―se extrañó Sango, sostenía amenazadoramente la mano
del monje produciéndole un terrible dolor el cual ignoraba por completo― entonces de verdad fue
una batalla impresionante, como los rumores dicen… Kikyo, ¿cuánto tiempo durará su pérdida de
memoria?

―No estoy segura de ello Sango―contestó Kikyo con el entrecejo fruncido y tensión en los
labios―puede que hoy recuerde todo o puede que tarde semanas, una maldición como esa es
difícil de predecir…

Se quedaron en silencio por un momento que pareció eterno, una ligera brisa ondeo el sedoso y
largo cabello plateado del hanyou perfectamente dormido en los brazos de Kikyo, ella depósito un
beso en su frente y se dirigió a sus dos amigos sin nada que decir:

―Supongo que así tenía que ser―interrumpió Miroku deshaciéndose del silencio y la mano que lo
tomaba con fiereza. Se levantó cuidadosamente del suelo mirando el horizonte―después de todo
ha pasado un mes desde que Naraku cayó, ahora todos los demonios posan su mirada en él,
Inuyasha no ha sido el mismo desde entonces… de todas formas ―suspiró sentándose al lado de
su amigo con cautela―Inuyasha no es alguien que se rinda fácilmente, se recuperará estoy
seguro…

Sango y Kikyo callaron y se mostraron serias al recordar el tema de Naraku, tras mucho pensar y
recapacitar, las tres personas que se vieron involucradas en esos acontecimientos (Kikyo, Sango
y Miroku solamente) llegaron al doloroso acuerdo de no mencionar nunca la derrota de Naraku,
porque si lo hacían otros demonios tomarían ventaja de la debilidad que hacía tiempo asechaba a
Inuyasha, la única debilidad de la que él no tenía conocimiento, la que todos le ocultaban con
vehemencia.

― ¿Qué pasa, por qué hay tanto ruido?― preguntó Inuyasha con los ojos entrecerrados; se le
veía tan lindo en los brazos de Kikyo como un niño que acaba de despertar frotándose los ojos―
es tan temprano y ya hay molestias…

―Hola Inuyasha― le sonrió Sango ocultando su expresión de preocupación intentando disimular la
tensión que había entre ellos― perdón por despertarte, todo es culpa de este ingrato…

―Pero yo no soy ningún ingrato― chilló Miroku ante la acusación de Sango― ¡Inuyasha amigo
mío dile que no me culpe…!

―Kikyo…― susurró Inuyasha muy aturdido y enormemente sorprendido por encontrar ahí a esas
personas que no conocía― ¿quiénes son estás personas?

Sango y Miroku se miraron mutuamente totalmente desconcertados y sorprendidos de esa
bienvenida inesperada por parte de su amigo, sabían que Inuyasha no recordaba nada de lo
ocurrido y que también a ellos los había olvidado, pero era tan doloroso que alguien que
apreciaban por haber estado juntos durante mucho tiempo de pronto no recordara nada.

Kikyo permaneció callada en silencio sin contestar mirando fijamente el suelo, sus sentidos
estaban al máximo, no escuchaba su conversación.

― ¡Miroku haces mucho ruido!―gritó Inuyasha riendo al ver sus caras largas―amigos me alegro
de verlos nuevamente, ¿cómo va todo?

Sango y Miroku abrazaron a Inuyasha y le dedicaron una enorme sonrisa que él les devolvió, Aún
tenía la herida reciente y se encontraba pálido, pero mejoraba considerablemente. Sus dos
amigos le dejaron un canasto lleno de frutas y plantas medicinales como regalo, lo que más les
alegraba era que de nuevo estaban reunidos después de un mes:

―Todo va de maravilla― contestó Sango mirando ceñuda al monje inspeccionar con detenimiento
a Inuyasha― por lo visto te encuentras mejor…

―Mucho mejor, la medicina que me dio Kikyo es realmente sorprendente, gracias por venir chicos.

―De nada, además pensábamos que nos habías olvidado―sollozó Miroku abrazando a su amigo
con alegría―no recordabas nada, ¿verdad?

―Ayer sólo recordaba a Kikyo, pero después de oír sus voces supe que eran ustedes, aunque,
sigo sin comprender qué pasó, no recuerdo nada reciente.

Kikyo no prestaba atención a nadie y por el contrario se dedicaba a analizar los movimientos del
lugar porque presentía que los estaban vigilando, el intruso escuchaba sigilosamente su
conversación entre unos arbustos a doce metros de su ubicación.

Al parecer el intruso se había percatado de que Kikyo lo había descubierto y comenzaba a
avanzar hacía el bosque para huir por completo cuando de repente:

― ¡Alto!

Con una agilidad y destreza impresionantes Kikyo tomó una de sus flechas y la dirigió hacía uno
de los arbustos pequeños y frondosos. Se escuchó un ligero ruido al momento de lanzar la flecha
e inmediatamente un estruendo se escuchó detrás del arbusto seguido de un sollozo, todos se
quedaron perplejos por no haber detectado ni el menor movimiento, Kikyo corrió hacía los
arbustos:

― ¿Quién demonios eres?―preguntó amenazando a un hombrecillo calvo muerto de miedo,
parecía un campesino a juzgar por sus ropas, pero su aura definitivamente era la de un
demonio― ¿por qué nos espiabas?

El hombre-demonio no contestó, miraba la flecha con la que le apuntaba Kikyo y su herida en el
hombro sangraba ligeramente. El cielo se nubló y un viento sofocante inundó la zona; el hombre
se esforzaba por escupir unas palabras entendibles pero no lo lograba, Kikyo cada vez más
acercaba la flecha a su garganta. Con esfuerzo, el hombre dirigió su mirada a Inuyasha que se
encontraba estupefacto ante la reacción de Kikyo, él no percibía ninguna esencia demoníaca.

Sus miradas se encontraron, su corazón comenzó a latir velozmente y una sonrisa espectral le
ofreció aquella bestia que estaba por pronunciar lo que más temía… su boca esbozó con
dificultad una palabra:

― Aome…

Inuyasha se quedó inmóvil mirando los ojos del demonio que comenzó a reír con plenitud, su risa
era distorsionada, intensa y angelical; no había ningún demonio que hubiera enfrentado parecido
a ese, ni siquiera Naraku:

― ¿Qué has dicho?― murmuró Kikyo observando el semblante de Inuyasha― ¿quién es Aome?

―Deberías saber Inuyasha― continúo el demonio con la boca torcida ignorando a Kikyo―quién es
ella, ¿no la recuerdas verdad?

Recuerdos fluían por su mente, Kikyo, ella y sus amigos eran los únicos que aparecían en sus
recuerdos, pero ¿por qué su cabeza ardía tanto al intentar recordar su pasado? ¿Por qué
mientras el demonio mencionaba ese nombre comenzaban a salir lágrimas de sus ojos? ¿Por qué le
dolía el pecho al escuchar ese nombre?

Su mente se nubló uniendo fragmentos de su vida, cosas que parecían reales no lo eran, y cosas
que se veían negras adquirían color cada vez que una lágrima suya caía al suelo; su pecho cada
vez ardía más. Comenzaba a vislumbrar imágenes, eran borrosas y oscuras a la vez, ¡si tan sólo
pudiera ver uno de esos recuerdos bloqueados y oscuros!, sus temores se irían para siempre. Su
infancia y días en que vivía en completa soledad aparecían sin problema alguno, excepto un
fragmento de su vida, aquel que quería recordar con toda su alma aparecía como fantasmas en
un sueño profundo, se cristalizaba y se definía…

Pero el veneno de la flecha que había recibido entró en sus sentidos bloqueando esos recuerdos
nuevamente, cayendo en un ciclo sin fin donde solo estaban Kikyo y sus amigos en su larga
travesía:

―El veneno es realmente impresionante― dijo aquel demonio con una espesa sonrisa
degradada― intenta recordar Inuyasha, y tu corazón será partido en mil pedazos si llegas a

descubrir la verdad…

― ¿Pero qué broma es esta?― gritó Kikyo clavando la flecha sagrada en la garganta del
demonio, ésta simplemente desapareció sin tocarlo, aunque estando en contacto directo con el
poder de una sacerdotisa, el demonio retornó a su forma original.

Un muchacho miraba con frialdad los ojos de la mujer que acababa de regresarlo a su forma
humana. Su cabello era largo de un negro intenso, sus ojos brillaban con intensidad, del mismo
color del cielo en esos momentos, gris intenso. Su piel era delicada y su atractivo,
impresionante.

―Tarde o temprano todos recordaran lo que pasó― su voz había cambiado drásticamente, era
más suave y completamente angelical. Caminaba despacio su mirada era directa, observaba a
Kikyo de la misma manera que ella lo observaba, su porte era elegante e infantil a la vez… un
completo demonio― Kikyo, ¿crees que podrás mantener a Inuyasha contigo para siempre?... no
podrás hacer nada para impedir que se olvide de ti… mi señora Aome regresará y el mundo… será
un caos total…

Un asfixiante humo recorrió los pulmones de todos y el muchacho desapareció de inmediato bajo
el intenso fuego azul que provocó su partida; todos se miraron firmemente a los ojos sin saber
qué decir.

―Kikyo― susurró Sango intentando no pensar en lo ocurrido, todos la miraron directamente
esperando que hiciera la pregunta que Inuyasha quería escuchar― ¿quién es Aome?

PROX. CAP LES AVISARE :) ARIGATOU POR LEER :)

 

Perdón por haber tardado tanto, estaba un poco ocupada :) gracias por leer y comentar mi fic (algunos me han dicho que Aome es en realidad Kagome, lo sé, pero ya me adapté a su nombre ya que aquí así la conocemos), en fin espero que les guste la conti, esta vez se me ocurrió algo loco, y según sus comentarios sabré si lo continúo o si no, gracias :)

CAPITULO 6 LA DEBILIDAD DE SESSHOMARU

― ¡¿Qué?!― gritó Aome desde su habitación tan escandalosamente que los vecinos se irritaron hasta el
grado de lanzar basura contra el cristal de su ventana― no lo acepto, definitivamente… ¡no!

Era ya de noche; había pasado un día desde su pequeño encuentro familiar en la carretera a las afueras de
Tokio, cosa por la que el gran demonio Sesshomaru había terminado inconsciente y en esos momentos se
encontraba en la habitación de Aome con su familia alrededor intentando convencerla de algo que ella
jamás haría en su vida.

El sonido de los pocos autos que pasaban se escuchaba lejano; era una de las pocas noches dónde se
podían apreciar de manera natural las estrellas y la luna en su punto más alto, brillando con sumo encanto
prediciendo con prosperidad lo que pronto iba a pasar. La luz incandescente de la lámpara centelleaba en
la habitación iluminando el rostro del atractivo demonio. Había una ligera conmoción en el ambiente
debido a la negativa de la chica que se encontraba en ese momento con los puños cerrados refunfuñando
cosas en contra de su madre y abuelo:

― ¡Ustedes están locos! ¿Cómo pretenden que yo lo deje dormir esta noche en mi habitación?...

― No tenemos habitaciones disponibles querida―sonreía con placidez el abuelo de Aome recargado en
su cama examinando la vestimenta extraña de Sesshomaru―además tú ya lo conoces, y no puede ser tan
malo, dormirás en el suelo.

― ¿En el suelo?― preguntó con nerviosismo―pero no me gusta el suelo…

―Aome, ¡ya está bien! ― interrumpió su madre con los brazos cruzados, todo aquello era demasiado
raro― lo llevaremos a un hospital así de seguro dormirá más tranquilamente…

Un color verde se dibujó en la cara de Aome cuando su madre mencionó la palabra “hospital”, sabía que
Sesshomaru no debía tener contacto con ningún humano, descubrirían sin lugar a dudas que no era una
persona común y corriente y el sólo hecho de pensarlo le causaba vértigo, ¿cómo proteger un secreto de
tal magnitud?

Se quedó callada, no protestó y se dedicó a contemplar el suelo de madera y a menear ligeramente los
brazos en señal de derrota, ya se las pagarían en su momento. Estaba tan furiosa que podría saltar de la
ventana, pero se contuvo infinitamente, no podía dar a demostrar su cólera, no de esa manera; respiró
por un momento, reflexionó y por fin contestó:

― Si eso es lo que quieren, está bien, pero dormiré abajo.

La noche avanzó con tranquilidad, pero Aome no podía dormir, no sin antes entender qué era lo que había
causado ese gran impacto en Sesshomaru a tal grado que quedó inconsciente, aún no despertaba y eso
era causa de un insomnio petrificante que no había padecido en años.

Estaba hincada de rodillas frente a su almohada, decidiendo entre tocar la puerta de su habitación donde
su madre y los demás estaban cuidando de Sesshomaru para saber si tenía algo de temperatura o
quedarse ahí sin hacer nada y esperar a que diera alguna señal de vida, llena de indiferencia, se sentía
muy confusa; por parte al no recordar muchas cosas la hacía sentirse un poco vacía, ¿qué había ocurrido en
el mundo antiguo? Lo último que recordaba era haber dado un paseo a la luz de la luna intentando
recolectar algunas frutas para comer cuando se encontró con Sesshomaru, aquel demonio cuya primera
vez que la vio fue paralizante su mirada… la cabeza le daba vueltas, estaba petrificada e inmóvil, no podía
respirar…

¿Por qué?, ¿por qué estoy en mi casa de nuevo con Sesshomaru? ¿Qué pasó antes de llegar a este lugar?,
¿Por qué no puedo recordar nada de lo que pasó? ¿Por qué llegamos tan heridos? ¿Por qué no recuerdo
nada que no sea él? ¿Cómo es que el pozo me arrojó fuera después de tanto tiempo que viajé en él?

¡No lo entiendo demonios! , deseo saber con toda mi alma lo que ocurrió antes; saber qué hice durante este
tiempo en la época antigua, saber qué fue lo que hizo retenerme tanto tiempo ahí, deshacerme de mis
dudas, encontrar las respuestas que anhelo, y yo simplemente no puedo saber lo que me ocurre; tengo
miedo, demasiado…

Miedo de haber olvidado algo importante en aquel lugar, miedo de que mis recuerdos no puedan regresar
nunca más, miedo de saber la verdad si llego a recordar…

Pero, ¿por qué me duele tanto el corazón cuando intento revivir mis recuerdos de ese mundo? ese
maravilloso mundo lleno de magia sobrenatural que yo en mi vida jamás había soñado, la alegría que me
brindó aún la siento dentro de mí, tan cálida e intensa como si no hubiera pasado el tiempo desde que la
viví…

¡Cómo deseo saber lo que ocurrió dios mío!, siento que me ahogo en este lugar mirando las cosas que yo
nunca vi, estoy perdida en el tiempo y el espacio sumergiéndome en esta enorme incertidumbre que me
estruje sin parar, me retuerce, me envenena con sus palabras en mis oídos; nada de lo que recuerdo tiene
sentido… si tan sólo pudiera distinguir alguno de esos negros y pálidos recuerdos, podría ayudar sin lugar a
dudas a Sesshomaru, en estos momentos está en mi habitación inconsciente y todo debe ser mi culpa, fui
yo la que llegó con él a mi mundo, trayéndolo al lugar más odiado por su alma. Cómo quisiera dejar de
sentir todas estas emociones que están a punto de estallar en mi interior, ayuda, me encuentro cada vez
más débil, no sé qué hacer, tengo miedo a cada momento que pasa…

La puerta se abrió de golpe inundando la estancia de luz externa, Aome se cubrió los ojos con un brazo y
pudo distinguir una figura alta que oscurecía todo como un eclipse; Sesshomaru se hallaba de pie frente a
ella, no podía mirar directamente su rostro, el resplandor la cegaba, emitió un débil sollozo mientras se
escuchaban pasos lejanos y gritos que ella ignoraba por completo, poco apoco se fueron alejando y
desaparecieron.

No hubo palabras en la habitación, sólo un inmenso silencio donde nada existía para ella. Una ligera
sacudida recorrió su cuerpo y la alejó de sus propias preocupaciones de manera forzosa, ¿por qué sentía
esa sensación tan fría recorriendo su cuerpo?, su mente era invadida de pensamientos, pensamientos
que no eran suyos, pensamientos ajenos que se distinguían claramente de los suyos, ¿qué ocurría? Su
mente era absorbida por el fuego de ese demonio, fuego mortal…

― Así que eras tú ―resonaba en la cabeza de Aome la voz de Sesshomaru indiferente e inexpresiva, la
miraba aún oculta en las sombras, no distinguía con claridad su rostro―… ¿qué fue lo que ocurrió antes de
salir de ese pozo?

― Así que― murmuró ella con tristeza levantándose del sitio donde estaba, aún estaba en las sombras,
ninguno de los dos se había percatado de lo que compartían― ya te encuentras mejor…

Sus esperanzas se desvanecían a cada momento, anhelaba que él por lo menos recordara algo de lo que
había acontecido en la época antigua, del cómo habían llegado a la ápoca actual o más bien, de qué huían
en ese momento; pero de nuevo ese cosquilleo recorrió su cuerpo desde la punta de los pies hasta el
último de sus cabellos… se desprendía de su propia alma y se conectaba con la de alguien más…

Sesshomaru la miró directamente sin nada qué decir, no movió los labios, no hizo el menor ruido ni nada
parecido… en su mente ella pudo escuchar unas palabras provenientes de Sesshomaru con tanta claridad,
como si las hubiera escuchado de su propia voz:

― Es momento de regresar a mi mundo, me da igual si no sabes nada, buscaré la manera de salir de aquí…

Estaba atónita, desconcertada, en sus ojos una luz de terror se reflejó, sus pupilas se dilataron, poco a
poco sus más grandes temores se hacían realidad y de pronto comprendió lo que estaba ocurriendo en
ese momento. ¿Acaso era su imaginación, o ella había leído una parte de sus pensamientos?

Prox. cap, pronto, gracias por leer :)