No le digan que la amo (sasuhina)

No le digan que la amo (sasuhina)

Hola bueno, este es mi primer fanfic, espero que les guste soy nueva en el foro, acepto comentarios y correcciones.
Esta historia trata de Sasuke y Hinata, me inspire con la canción "Non capiva che l' amavo" de Paolo Meneguzzi. Espero que les guste.



“No le digan que la amo”

Nunca pensé que la podría volver a ver.
Han pasado ya 3 años desde la última vez que te vi. La última vez que vi tus hermosos ojos cristalinos conectarse con los míos, la última vez que tu dulce y delicada voz pronunciaba mi nombre, todavía recuerdo su voz, aquella voz que hacía que mi corazón latiera más de lo normal, tu voz que decía-“S-sa-suke-kun”. Cuando pronunciabas mi nombre con tu voz angelical yo era realmente feliz. Nunca olvidaré tu pelo azulado que con la noche se perdía, y tu piel…tu piel tan blanca como la nieve que resaltaba ese rubor en tu cara, aunque la única persona que podía hacer ese honor, el honor de hacerte sonrojar no era yo, tristemente siempre veía como te sonrojabas por él, por él, por esa persona que siempre estuviste enamorada.
Nunca bajaste los brazos hacia él, por eso me gustabas, me gustabas por ser esa chica que era fuerte pero frágil a la vez, decidida pero indecisa. Pero lo que más me gustaba de ti era esa sonrisa que le dabas a la vida. Como me hubiese gustado ser la vida, para que me sonrieras todo el tiempo, pero eso no podía pasar por más que lo quisiera. La vida nunca me quiso al lado tuyo. La vida… esa que siempre me dio la espalda.
Desde niño que sufro por falta de amor, por la pérdida de mi familia, me crie sin amor, pero tu fuiste la excepción, tu… fuiste mi salvación. Fuiste la única persona que me intereso, porque tú, eras la única persona que no se intereso en mí. Cuantas veces he deseado que ninguna chica de la aldea se fijara en mí, los únicos ojos que quería ver eran los tuyos, no los de ellas, pero eso nunca pasó, tus delicados ojos solo lo miraban a él.

Luego de tres años que pasaron, volví a ver tus ojos, esos ojos que me enamoraron la primera vez que te vi. Siguen teniendo ese brillo que me ilusionaban día y noche. Cuando te vi mi cara se entristeció, al ver que tu delicada mano tomaba la de él, él que siempre tuvo lugar en tus ojos, lugar en tu corazón.
Mientras tu reías con el chico de los ojos celestes, yo me ahogaba en mis silenciosas lagrimas, escondido detrás de los arboles de aquel bosque donde yo solía esconderme siempre años atrás para verte entrenar.
En ese momento en el que tus labios se juntaron con los de él, sentí como mi corazón se partía en mil pedazos.
Mientras que a mis ojos negros como una noche sin luna le brotaban lágrimas, mi respiración se volvió tan agitada que no lo pude soportar más, tenía que irme, pero me dolía al saber que la estaba perdiendo. Pero, ella era feliz, pensé que si la traía conmigo ella no sería feliz, todo lo contrario, sufriría día y noche y yo no podría volver a ver esa hermosa sonrisa que tanto me inquietaba, aquella sonrisa con la que soñaba día y noche.
Te miro, no pierdo ningún segundo sin mirarte, cierro los ojos y suspiro, para que en mi mente quede guardada tu sonrisa, tu mirada, tus ojos, tu sonrojo que resaltaba tu piel blanca como la nieve.
Allí te vi por última vez con una sonrisa en tu rostro, en voz baja suspiré:
-Hinata, nunca supiste que yo… te amaba-
Me di cuenta que en su cara apareció un gran sonrojo, miró hacia donde yo estaba escondido y comenzó a llorar; ella sabía que yo estaba ahí, cayó al suelo. El chico rubio que estaba con ella se arrodilló junto a ella sorprendido por su repentina reacción, abrazándola y consolándola. En ese momento escuché esa voz dulce y angelical que me dijo:
-L-lo s-sien-to, n-no s-sa-sab-bía
Al escuchar eso, me di media vuelta y decidí emprender mi camino. No se que me espera el destino, pero no va a ser lo mismo con Hinata lejos de mi, pero si ella es realmente feliz con esa persona, yo también soy feliz.
Hinata te voy a extrañar, siempre vas a ser esa doncella que vive en mi mente, que vive en mi corazón. Llorando emprendí mi camino con las lágrimas en mi cara, con la imagen en mi mente de la mujer que siempre he amado, lo único que me salió de la boca en ese momento fue un:
-Hinata se feliz, no me olvides, porque yo no te olvidaré…