Ningen to kaibutsu

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por RichardParker, 4 Mayo 2015.

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    RichardParker

    RichardParker Iniciado

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    8 Octubre 2014
    Mensajes:
    39
    Pluma de
    Escritor
    Título:
    Ningen to kaibutsu
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    999
    -Prologo-


    Los humanos ignoramos muchas cosas, todo el tiempo, cuando caminamos, mientras dormimos, o ingiriendo nuestros alimentos, nos vemos obligados a compartir el mundo en el que vivimos con miles de millonésimas de microorganismos que se posan sobre nuestras narices todo el tiempo e incluso entre la comida, y aunque no podamos ser capaces de percibirlos, eso no evita el hecho de que estén ahí, de que existan, y que de alguna u otra forma, ya sea para bien o para mal, las acciones de estos seres son algo que sencillamente no podemos dejar de lado por la importante notoriedad de su influencia reflejada en la naturaleza misma. Ignorantes del entorno que nos rodea, ciegos de la destrucción que amerita la prevalencia humana, totalmente absortos… Victimas de nuestros sueños que nublan y perturban lo que nuestros ojos y sentidos puedan ver y percibir, limitados al potencialmente frágil cuerpo humano que se nos ha dado, nos sumimos en la esperanza de que si algo no nos afecta directamente a nosotros es porque no existe, pero…


    ¿Qué tan en lo cierto estamos?


    Pensando en eso, podría relacionar a las innumerables formas de vida que componen el mundo de lo Oculto por la notoriedad de su influencia en el entorno que vivimos, abominaciones monstruosas, seres hipotéticos, horrores demenciales, fuerzas sobrenaturales de procedencia metafísica qué, no necesariamente están sujetos existencialmente a la percepción humana, y lo cierto es que están ahí, presentes entre el aire mismo que respiramos o entre los rostros de las personas que vemos en el día al día, escondidos, esperando a que bajes tu guardia, acechando a su próxima presa, su alimento. Antes de abordar en el tema es importante saber que nunca estás solo, y que en efecto estos seres a los que me refiero siempre están ahí, a tu lado, de maneras que jamás te imaginarías, algunos se disfrazan incluso hasta de tus seres queridos, esperando el momento oportuno para comenzar con su banquete, tu…


    El mundo de lo oculto es un lugar extenso y variado, tan abrumadoramente grande y complejo que se vuelve invisible al ojo humano de la misma manera en la que se nos es imposible percibir la mas mínima mota de polvo entre el aire, lo cierto es que una vez dentro de este engañoso sitio tienes que tomar en cuenta una cosa; La naturaleza de las cosas en este sitio nunca es lo que parece, e inclusive podríamos asumir de que en efecto, es debido a la poca percepción humana que muchos de los seres de este mundo no parecen siquiera percibirnos a nosotros, pero tampoco hay que malinterpretar esto, el hecho de que no podamos ver algo, no quiere decir que necesariamente no pueda afectarnos, de la misma forma en que nosotros podemos percibir la Geosmina con el simple olor de la tierra aun sin poder verlo. En palabras exactas se trata de un mundo invisible que cierne sobre nuestros ojos día con día sin siquiera darnos cuenta de su importancia, un vertedero de ideas obsoletas con conciencia que, de alguna manera se las ingeniaron para adoptar un valor, y avalar su existencia no con los humanos, sino con el mundo mismo.


    ¿Qué pasaría por sus mentes si les contara la inimaginable historia de amor más retorcida que hayan visto sus ojos teniendo como principal escenario un sitio tan conflictivo y complejo como lo es el mundo de lo Oculto?


    Aunque honestamente, llamarlo retorcido solo es una exageración de mi parte, dicho en palabras de Alice, esto vendría siendo una historia de mentiras en un mundo igual de inexistente, encarnada por un elenco de personas lo suficientemente reales y genuinas como para ser encasillados bajo la misma regla. Pero aunque todo lo que esté o no, a punto de decir, tenga el mas mínimo sentido y credibilidad para ustedes… Lo cierto es que catalogar como un suceso inexistente todo el infierno que viví por 10 largos años de mi vida es un insulto. Llamadlo una terquedad de mi parte o un sencillo capricho, pero no me atrevería en resumir toda esa soledad y dolor que retuve durante tanto tiempo como una insulsa mentira que se desvanece con el pasar del aire… Haciendo eso, estaría asumiendo que todo el apoyo de los seres queridos que me brindaron en esa tan caótica época de mi vida fuese una vil mentira, estaría asumiendo que todos los recuerdos que retuve durante tantos años de mi vida se sumaran en una frágil y distorsionada visión de mi vida provocada por un ser al que duras penas puedo reconocer y mucho menos asimilar.


    Los siento, pero no… Sin importar lo que haya o no provocado aquella entidad oscura, los años que viví y reí a lado de las muchas personas que conocí en ese tiempo tienen que ser reales, lo son, y estoy seguro de que lo fueron… Uno no podría exponerlo con palabras, o siquiera poderlo explicar… Es algo que sencillamente tienes que vivir para poder experimentarlo, y que te arrebaten todo ese tiempo queriéndolo exponer como algo que sencillamente no pasó, es demasiado, o al menos para mí… quien vivió todo ese infierno de soledad y recuerdos rotos, me niego a creer que sea lo que haya vivido antes o después de ser afectado por aquel ser tiene que ser nada más que una insulsa mentira, estaría botando una parte de mi como simple basura, estaría menospreciando mi propia existencia.


    Pero ya hasta este punto habrán tenido suficiente de mi charla recreativa, ¿no? Pues no perdamos mas el tiempo y abordemos a lo que de verdad importa; esta historia, y todas las mentiras que conlleva, así que bienvenidos sean, adéntrense sin temor a las engañosas puertas del mundo de lo Oculto, donde las cosas nunca son lo que parecen, y en donde la realidad deja de figurar una ley absoluta convirtiéndose en miles de distorsiones que nublan el sentido de los corazones y la mente de las personas, sumándolas hasta arrastrarlas finalmente a la locura…


    Comencemos.
     
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    RichardParker

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    Ningen to kaibutsu
    Clasificación:
    Para adolescentes. 13 años y mayores
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    3018
    02


    Hasta ahora jamás me había sentido tan incomodo con la presencia de una belleza como ella, pero es inquietante pensar que ésta chica, a quien nunca en mi vida había visto antes, sepa mi nombre de pila…


    Al ver su corbata roja supuse que era de primer año como yo, también es sumamente alta… Lo que es normal pensando que sea una extranjera rubia de piel lechosa y nítida.


    — ¿Qué pasa? —su tono de voz incluso interrogativo sí que es armonioso, pero firme, sin vacilación en sus palabras.


    —No pareces para nada sorprendido de que sepa tu nombre, aunque por tu expresión puedo imaginar que justo en estos momentos estás pensando en que solo es parte de una confesión amorosa, ¿me equivoco?


    Ésta chica…


    ‘’Ninguna abertura en su postura’’


    Se muestra natural entablando una charla… Mas bien, irrumpiendo en un asunto personal, con aquella sonrisa juguetona en su rostro forzando la conversación, lista y predispuesta a escuchar mi respuesta. Pero de hecho no ha bajado la guardia ni una sola vez en todo este tiempo, y es por eso mismo que bajo estas alturas aun no he escapado.


    Podrá ser practicante de algún deporte, aunque más bien pienso que con esa postura tan arrecha se trate de una artista marcial, solo basta con ver sus piernas que, aunque delgadas, parecen estar entrenadas de una forma minuciosa para conseguir tal nivel de esteticismo y eficiencia, y de hecho aun con el uniforme puesto puede notarse que es poseedora de un cuerpo no solo estético sino que también atlético.


    Me disculpo si utilicé una página entera solo para describirla, pero realmente es ese tipo de personas que deja una impresión así de grande, sentiría que estaría degradándola si no lo hiciera de esta manera…


    —Ahora que te pasa… Te quedaste callado de repente, ¿no te habrás enamorado de mí cierto? —preguntó de forma burlesca, esbozando una maliciosa sonrisa bastante juguetona de su parte, a la vez que posicionaba su mano en la cintura e inclinaba su cabeza.


    —Para nada… —traté de romper mi silencio al decir la primera palabra estúpida que viniera a mi pensamiento. No voy a mentir, quedé pasmado, abrumado por su presencia, de manera que me quedé sin habla por cierto tiempo, no encontraba ruta alguna de escape y además...


    ¿Valdrá la pena escapar de esta situación?


    — ¿Entonces que fue eso que tanto te absortó de mi apariencia? He escuchado que algunos chicos se ponen tímidos cuando están en frente de una belleza como yo. —definitivamente no es modesta.


    —No estarás siendo bastante reservado para alguien que incluso conoce tu nombre, procedencia, domicilio, gustos, y aficiones… ¿cierto?


    ¿Ah? ¿Cómo demonios se supone que deba reaccionar ante esa declaración tan incriminatoria?


    Recapitulemos, la chica sabe mi nombre, y sé qué se me olvida algo importante en la ecuación…


    —Primeramente… ¿Quién demonios eres? y...


    Lo importante.


    — ¿Cómo rayos sabes mi nombre?


    No respondió al instante, hizo una breve pausa antes de hablar, reflexionando ante de soltar la primera palabra.


    —Qué lo preguntes ahora es bastante tardado de tu parte, deberías concentrarte solo en una cosa. —dijo, gesticulando un movimiento con su mano derecha a la vez que culminaba señalándome. —tengo una idea, desde este momento centraras tu total atención en mi, ¿quedo claro?


    —‘’Yes ma'am’’


    — ¿Cómo se supone que deba reaccionar a eso?


    —No sé, tu dime…


    ‘’ ¿Como se supone que deba yo, de reaccionar ante la situación?’’


    —Bueno, bueno. —hizo énfasis, gesticulo negativamente con su mano izquierda, planteado, hipotéticamente… la siguiente situación;


    —Solo digamos que soy una admiradora tuya que ha venido a confesarte sus más puros sentimientos, una situación, evidentemente producto de tu retorcida imaginación…


    —Vaya… No sabía que tendría una admiradora tan bonita como tú, sorpréndeme lindura, ¿Qué mas sabes de mi?


    Dirigió sus ojos frunciendo el ceño y echándose momentáneamente para atrás reaccionando ante mi respuesta tajante, supongo que no se lo esperaba, ella había supuesto ya, una imagen de mi persona un tanto menos extrovertida, pero su mirada pensativa cambió al poco tiempo recomponiendo una sonrisa de confianza en su rostro.


    No es como si fuese un experto en eso de demostrar mis emociones a todo esto.


    —Tu nombre completo es Nagase Shinta, vives con tu madre en los suburbios de la ciudad, tienes 15 años de edad y te acabas de mudar, sin contar también que es tu primer día en la academia.


    ¡Woah!


    Eso fue bastante acertado de su parte, en verdad me sorprendió.


    —Antes vivías en un pueblito al norte de la región, más específicamente en el templo de una comunidad Ainu, tu comida favorita es el curry extra picante y de hecho tus pasatiempos favoritos son los videojuegos y perder tiempo en el internet… Aunque viendo tu rostro uno simplemente podría imaginar todos esos datos, encajan bastante con tu imagen. —repuso, plenamente segura de la genuinidad de esos datos que sabrá donde los ha sacado… ¿Facebook?


    —Todas las noches te acuestas a las 2 am, y tardas alrededor de media hora en terminar de dormirte para luego levantarte a las 7 am aun en días de descanso, después de perder unas 3 horas como promedio en el internet. desde que te mudaste se te ha hecho costumbre salir a caminar por las calles de la ciudad, habitualmente tardas alrededor de 2 horas en recorrer tu caminata hasta que te paras en una tienda de café a ligar con colegialas de secundaria… en realidad das asco.


    —No, no. —gesticulé negativamente de igual forma a la chica. —Estoy muy seguro que eso ultimo tu lo estas inventando. —solo porque haya pasado un par de ocasiones las últimas tres semanas no quiere decir que yo busque las oportunidades…


    — ¿En verdad crees que es normal meterte con niñas de primero de secundaria a tu edad? —preguntó de manera despectiva.


    Auch, eso duele. Y, antes de que me vengan a tirar pedradas recriminatorias, deberían saber que realmente no es algo rutinario y habitual a como lo hace ver ella…


    —En fin… Después de tus infructuosos intentos de ligue te marchas del lugar y vas a algún local de arcadias a perder el tiempo nuevamente en el ‘’Osu!’’


    No lo voy a negar, a veces me paso algunas dos o tres horas jugando esa cosa adictiva.


    —Después de tres o dos horas promedio…


    Esta chica, es enfermiza… Me ha quedado claro que ella ha observado todos y cada unos de mis movimientos estas tres últimas semanas…


    —Sí, si… entiendo lindura, no tienes por qué ser tan exhaustiva, me conoces, y muy bien.


    Clavó sus agudos y filosos ojos en mi rostro, por la intensidad de su mirada y presencia uno podría asumir esto como una declaración de guerra, pero tan solo es esa clase de chica que es, supongo que se habrá enojado porque le dije lindura. La verdad es que solo estaba intentado provocarla, si estoy en lo correcto, a la chica le gusta primero predecir el movimiento de su oponente, de manera que le daré el primer movimiento, así obtendría un mínimo margen de oportunidad que podría aprovechar para escapar.


    —Pero una cosa. —tengo que ser más contundente y directo. —Desde que tengo uso de razón… mi comida favorita jamás ha sido el curry, admito que una temporada lo comía demasiado…


    Culpa de School Rumble.


    —Pero después con el pasar de las fechas, meses más bien… Le generé cierta aversión de lo tan acostumbrado que ya estaba a su sabor…


    Aun hoy día puedo comerlo pero no como antes…


    —Nagase-kun, estás demasiado tranquilo para la situación, bajo estas alturas si fuese alguien hostil ya te habría asesinado…


    —Uh…


    Ella cambió la dirección de la conversación tan abruptamente, cortó todo rastro de provocación. Retrocedí, pero ella rápidamente recompuso su postura arrecha y dirigió su mirar ante mis piernas, esperando a que hiciera algún movimiento, ya anticipada quizá a lo que podría hacer.


    —Solo piénsalo, en medio de la nada, y estos pinos perfectos para ocultar una escena de crimen, te agradecería que no me provoques. —agrego sonriendo, ésta chica… cual es su maldito problema.


    —Sí, visto de una forma esta es una situación extraña, pero no me has permitido escapar, ¿Qué más puedo hacer si no es que dialogar con mí aparente enemiga?


    —Jaja…


    No deberías de reírte en un momento así, idiota.


    —Sé lo que estas pensando Nagase-kun, de ninguna manera vayas a pensar que quiero lastimarte ni nada, lo que es mas… Se podría decir que he venido a ayudarte.


    —Ayudarme… ¿en qué?


    —No es momento para hablar de eso, no aun… Que me encontrara contigo, en este mismo momento, aquí y ahora… solo fue parte de una muy retorcida coincidencia…


    — ¿Qué? ¿Alegas que nuestro encuentro fue solo una mera coincidencia?


    De ninguna manera, ella muy probablemente lo tenía preparado todo.


    —Más bien un capricho por parte mía, bien pude evitar esta confrontación de no ser que, sentí oportuno aprovechar la situación para conocernos…


    —Hmmm… No suenas muy convincente, pero por tu cara bonita te daré el beneficio de la duda y diré que eres una simple acosadora… —bajo estas alturas solo podía mostrarme lo más accesible posible, su mirada intensa estremece cada parte de mi ser, y más el anormal cansancio que siento con el ambiente del lugar, no creo poder soportar más y colapsaré en cualquier momento.


    Maldito estrés.


    —Pero eso significa también que, eventualmente nos íbamos a conocer, o, ese era tu objetivo desde el principio.


    Tomando en cuenta sus primeras palabras.


    ‘’He venido a ayudarte’’


    De alguna manera esas palabras tocaron una fibra sensible de mi ser, no pude evitar sentir una daga en el corazón incrustada con dolor y verdad, esta chica sabía además que algo muy dentro de mi estaba mal, y que debía ser corregido.


    ¿Algún aspecto que no esté mal de mi persona?


    Para alguien tan acostumbrado a los errores se le hace fácil ver en los defectos el reflejo de una virtud. No obstante, es por esto mismo que se nos hace tan difícil aceptar la ayuda de los demás…


    —Correcto, y, retomando el tema, de ninguna manera me pude haber equivocado en lo referente a tu comida favorita, por ejemplo… —se expresó, suspensivamente y con evidente vacilación.— ¿Tienes algún recuerdo en especifico de tu infancia como para indicar que en efecto, no haya sido el curry tu comida favorita una época de tu vida? A lo que voy es que si puedes estar plenamente seguro de lo que dices.


    —Por supuesto que no, ¿Quién recuerda lo que hace de niño? ¡Si quieres saber algo, mi comida favorita definitivamente es el okonomiyaki! ¡Que no se te olvide!


    Especialmente porque es algo que me gusta preparar.


    —… —la chica hizo una mueca de desprecio al mismo tiempo que apretaba fuertemente su puño derecho, ¿pisé alguna mina? Evidentemente se contuvo.


    ‘’De ninguna manera pude haberme equivocado’’ murmuró la chica, más decepcionada de lo que debería con su error, más bien… Pareciera estar enojada por otra cosa. Las mujeres sí que son criaturas complejas…


    —Y a todo esto…


    Lo importante.


    —De alguna manera me observas, ¿eres una acosadora no es cierto?


    Que miedo…


    Aunque no me molestaría que alguien como ella fuese mi acosadora, pero al mismo tiempo me hace pensar que las cosas nunca pueden ser así de buenas, no obstante, ¿Qué otra explicación podría ser?


    Quieren mi riñón, definitivamente van tras él, ¿Acaso es eso? ¿Trabaja con el otro abuelito?


    Es alguna clase de secta extraña con grandes inversionistas que junta órganos de jóvenes japoneses promedios sin futuro como nosotros, saben que eventualmente desperdiciaremos nuestros valiosos órganos en la patética vida autodestructiva y rutinaria por la que optaremos en un futuro…


    Uno simplemente no sabe ese tipo de cosas solo con ver aspectos como la vestimenta, los gestos, el movimiento corporal o algún detalle en el rostro que evidencie algún rasgo o dato que puedas adquirir de la persona, esta chica ya ha demostrado ser peligrosa en más de una ocasión….


    —Una acosadora… Si, supongo que podrías describirlo de esa manera.


    ¡No lo digas como si fuese lo más normal del mundo!


    —Oi, ¿estás hablando en serio? ¿Cómo sé que no eres una clase de asesina serial yendo por su siguiente víctima?


    Eso sería aun más desastroso… Di otro paso atrás, si esto se ponía más peligroso siempre podía contar con la ayuda de un par de piernas lo suficientemente rápidas como para librarme de la situación, por muy ejercitada que ella esté, y, no es por presumir, pero la verdad es que dudo mucho que en verdad pueda alcanzarme.


    Sé que eso contradice lo que dije antes, pero tengo fe.


    —Una asesina… No tienes tacto para tratar con las chicas, ya van dos acusaciones bastante desagradables como para decírselas a una chica que apenas acabas de conocer, Nagase-kun.


    —Es inquietante que seas tú quien me lo diga…


    Definitivamente lo es, ¡Me hace sentir observado!


    —Siendo yo es algo sumamente natural que sepa ese tipo de cosas. —respondió de forma juguetona a la par que cruzaba sus brazos y alzaba su mirada.


    ¿Quién te crees, Kujo Jotaro?


    —Y si fuese una asesina como dices. —además repuso, señalándome de manera desafiante. —Y si tuviese verdaderas intenciones de matarte, estoy muy segura de que ya lo habría hecho, por lo que puedes estar plenamente seguro de que al menos no eres mi objetivo.


    ‘’No específicamente tú’’ añadió, nuevamente sonriendo.


    ¿Qué pasa con esa actitud tan altanera? ¿Tan confiada de sus habilidades está?


    Eso simplemente alguien lo puede asumir como una fanfarronería de su parte. Pero si una loca preparatoriana de aspecto extranjero conoce mi vida solo por el uso de una herramienta como el internet o lo que sea de sus contactos, no quiero ni imaginar que otras tantas personas podrían estar ahora mismo observándome del mismo modo, pero sin asumir un papel activo en mi vida, solo como mero espectador de lo que haga o deje de hacer, manipulando incluso el entorno para mi desgracia y comodidad… Cuando pienso en eso solo puedo llegar a una cosa.


    Las redes sociales sí que dan miedo.


    Aunque reconociendo el tono de sus palabras no puede tratarse de una simple fanfarronería de su parte, ¿Entonces como supo todo eso?


    Me niego a pensar que me observa.


    —Eso es… un alivio, de alguna manera… Pero déjame decirte un pequeño detalle.


    Ya era tiempo de cortar la conversación, iba demasiado atrasado y de alguna forma esta chica me pone nervioso con su presencia, es un aura fuerte que te aplasta.


    —Oh, un detalle, me encantan los detalles…


    Respondió de manera irónica, mientras posicionaba la mano derecha en su cintura y descansaba de su arrecha postura y me señalaba con su otra mano.


    —Sorpréndeme Nagase Shinta-kun, te aseguro que no hay nada que no conozca de ti.


    A ella en verdad le gusta Jojo… Volviendo al tema, no digas ese tipo de cosas que bien podrían llevarte a la cárcel, tonta…


    —Déjame decírtelo pequeña sabelotodo, te equivocaste en todas tus premisas… Para empezar provengo de la región de Kanto, vivo solo en un complejo departamental de la ciudad y como podrás saber por el color de mi corbata el rojo es para los de primero… Por lo que es fácil suponer que es mi primer día en esta escuela. Debo decir que por la intensidad de tus palabras realmente me sorprendí y me dejé llevar por la situación, y te felicito por eso, fue un buen intento niña.


    Sé que fue inmaduro de mi parte, pero para lidiar con éste tipo de chicas es mejor hacerles frente con convicción y un toque de humor.


    —… —La rubia no respondió, quedó pasmada, incluso mis palabras rompieron su postura ya de por si descansada.


    Sus ojos vacilaron un poco, pudiéndose notar una cierta confusión por los gestos de su rostro y su mirar al fruncir el ceño.


    — ¿Qué pasó lindura? ¿Tienes algo que agregar?


    Quería provocarla, suficiente se había burlado de mí ya.


    —Si… a decir verdad si tengo algunos detalles por agregar.


    Respondió de manera culminante, reponiendo su compostura. La chispa había vuelto en su mirar…


    —Primero que nada, no sé qué te hace pensar que vistes una corbata roja, lo que es mas… Si sabias sobre lo de la corbata, ¿porque tienes una blanca puesta?


    — ¿Qué? —de ninguna manera, o eso me hubiese gustado creer cuando me di cuenta que, de forma misteriosa, mi corbata había sido cambiada sin que me diera cuenta.


    ¿Pero cuándo? No puede ser que fuese en el preciso instante en que conocí a ese extraño chico y su novia.


    —Como sea, y en segunda…


    Dijo, acercándose lentamente, su mirada determinante y el tambaleo en su caminar indicaban que había cierta vacilación en su actuar, más aun, sus ojos verdes se incrustaron en mi pensamiento quedando de alguna manera hipnotizado por su inusual belleza. Todo el espacio que había estado generando entre ella y yo durante la conversación se había ido al caño al momento en que se me acercó, extendió sus manos, y las dirigió directamente hacía mi rostro…


    Retrocedí otro poco pero después me contuve, no sentí intenciones mezquinas de su parte por lo que ella accedió a acariciar tiernamente las mejillas de mi cara.


    Deslizó sus suaves dedos al contorno de mi rostro, inspeccionando que todo estuviese en su lugar, no apartó esa filosa mirada esmeralda de mi mientras se disponía a realizar el acto. Ahora que la veo de cerca sus labios sí que parecen suaves y delgados…


    El rozagante color de sus mejillas armoniza a la perfección con el rosa natural de sus delgados labios, de nariz respingada y una mandíbula cerrada y fina, tiene facciones más suaves para la severidad que emana de su carácter.


    Incluso tiene ese enrojecimiento de mejillas por las quemaduras de sol.


    —Eres Nagase Shinta, ¿cierto? —preguntó de manera culminante, plenamente segura de sus palabras. —En definitiva respondes a ese nombre… De ninguna manera me podría estar equivocando, ¿me estás mintiendo acaso?


    Fue seria, más de lo que podría imaginar, y como si fuese una afirmación más bien personal no sentí vacilación alguna en sus palabras, ni siquiera en su pulso, ella estaba plenamente segura de que era yo…



    De ninguna manera la iba engañar.
     
    Última edición: 9 Mayo 2015
  3.  
    RichardParker

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    Total de capítulos:
    6
     
    Palabras:
    1337
    03


    Ante lo insólito de la situación previamente planteada, y, como si fuese algo sumamente natural, mi cuerpo no esperó en reaccionar de una forma más honesta que con el simple reflejo de posicionar mis manos en ese glorioso par de melocotones que se tambaleaban de un lado a otro, a medida que la rubia inspeccionaba mi rostro de manera táctil. Ella no solo sabía mi nombre, mi edad, procedencia, o incluso mis pasatiempos favoritos y mis horarios, siendo realistas eso de ninguna manera podría ser natural, por lo que, en un último intento por quererme llevar un bonito recuerdo al mas allá después de que esta chica termine de sacarme todos los órganos internos, pasó lo que tenía que ocurrir, y seguí las leyes naturales de la vida.


    Las fuerzas astrales cumplieron con su papel, y sencillamente mi cuerpo reaccionó ante el estimulo obedeciendo esa directiva natural. Lo reitero, es natural, es normal, y está bien…


    No solo los acaricié. Lo estrujé consecutivamente un par de veces más, que digo, fueron como quizá cuatro o cinco veces más, de mis dedos se podía ver el brote de sus inflamados y firmes pechos, y entonces ya no solo era yo, si no ella misma quien se sumaba envuelta a la surrealista situación de dos estudiantes preparatorianos tocándose mutuamente justo en la entrada de su respectivo colegio en medio de la absoluta nada…


    Aunque bajo otro contexto eso sería algo sumamente normal.


    ¿La sensación como era?


    Bueno, no voy a desperdiciar una página completa describiendo el suave tacto del busto de una preparatoriana, no soy esa clase de enfermo que haría ese tipo de cosas, además de que también se lo debo al honor restante de esta chica de en frente, aunque sí de mí dependiera podría sacar un testamento de justo este momento exacto al momento de mi muerte, la cual, muy probablemente esté más cerca de lo que podría o no imaginar.


    Solo digamos que el suave contacto de sus abultados y firmes pechos es como lo que uno se podría esperar del atlético cuerpo de una deportista de 15 años, incluso más, y, ahora que la notó de cerca, también parecer tener un olor bastante peculiar… aunque dulce, pero embriagante.


    Familiar, más bien.


    Pero en serio, acariciar estos pechos, de esta manera, y a cambio de un riñón o dos, o cualquiera de mis otros órganos internos, a estas alturas de mi vida poco importaba ya, no sonaba a un mal trato después de todo, podría morir feliz justo ahora.


    Oh, ¿desde cuándo se convirtió esto en alguna clase de trato?


    Yo creo que fue desde que esta chica invadió gran parte de mi privacidad soltando todos esos datos de la nada… Tenía que responder de alguna manera.


    No, si me lo pongo a pensar la infracción a mi privacidad fue mucho antes, vendría siendo desde que se dispuso a investigarme por sus propios medios, pero específicamente ¿desde cuándo comenzó a hacerlo?


    Me inquieta saber…


    Por cierto, siento nuevamente haber desperdiciado unas cuantas oraciones en describir la sensación de los pechos de una colegiala extranjera de 15 años, pero es algo que sentí como sumamente necesario, ruego me perdonen.


    Volviendo al tema, ella no ha reaccionado a como esperaría reaccionaría una chica de su edad al ser toqueteada repentinamente y sin razón aparente por un chico al que apenas acaba de conocer.


    Aunque siendo más técnicos en este caso no aplica para nada, ¿sencillamente es esto a lo que uno llamaría una ley de intercambio equivalente?


    —… —al momento en que percibió que sus pechos habían sido estrujados nuevamente por mis manos ella solo dirigió su intensa mirada hacia mí…


    —Qué demonios haces… —me llamó la atención, pero sin apartar su mirada, sin apartar sus dedos en mi rostro, y definitivamente yo no la soltaría mientras ella no respondiera con violencia física.


    —Estabilizando las leyes del universo… —respondí de forma delirante, honestamente estaba lo suficientemente angustiado y nervioso como para articular una respuesta clara y concisa en esos momentos.


    — ¿Y crees que estrujando mis pechos lo harás? —preguntó, un tanto, o más enojada que la primera vez qué lo hizo.


    A este paso quizá me asesine a golpes, lo percibo en su mirar, percibo muchas cosas en ella ahora que lo pienso, es como una sobrecarga.


    —Llámalo una tontería de mi parte si quieres, pero yo no apartaré ningún dedo encima de ti si tú no respondes apropiadamente a mis preguntas…


    Esto quizá sea lo más serio que haya dicho en mi corta vida, y está mal que yo lo diga, y más si es de esta manera.


    —Y crees que acariciando mis pechos sea la manera correcta de pedir respuestas… —sentenció la chica al mismo tiempo en que estrujaba fuertemente las mejillas de mi rostro, las estiró de manera violenta hasta que previamente se cansó, y, después de unos cuantos segundos, prosiguió a presionar con sus fuertes nudillos la sien de mi cráneo en ambos lados.


    —Tú definitivamente quieres morir hoy, ¿no es verdad? —agregaba a medida que su presión se hacía más fuerte.


    —Agh…


    Debido al dolor vacilé en dejar de acariciar su pecho pero no lo hice, fui firme hasta el final y no me rendí.


    —Insistes en tocarlos maldito pervertido…


    —Quien es la pervertida aquí, ¡idiota! De ninguna manera me digas de esa manera después de que hayas soltado todos esos datos sobre mí, quien eres, que quieres, ¡y porque sabes todo eso! ¡Habla, acosadora!


    —Ahora me vuelves a decir acosadora y pervertida… definitivamente no tienes tacto para tratar con una mujer, muere, idiota, ¡muere! ¡Idiota, muere, idiota, idiota!


    La presión en mi sien cada vez fue más intensa, emocionados por la situación nuestra tenacidad casa vez se hacía más fue fuerte, y pronto se convirtió en una competencia por saber cuál de los dos era el último en ceder, hasta que llegó el momento en el que solo tenía que soltar sus pechos para acabar con la situación, o en su defecto, ella solo tendría que dejar de presionarme la sien y responder a mis preguntas para acabar definitivamente con la situación.


    Pero ninguno de los iba a ceder.


    Duele, duele, duele… Maldita sea, esto duele con un demonio, pero la suave sensación en mi mano es indescriptible ahora, eclipsa todo rastro de dolor que mi sistema pueda asimilar, es como estar en el cielo y en el infierno al mismo tiempo, yo…


    Definitivamente viví para este momento, mama, abuela, abuelito que estás en cielo… pronto te veré, y seré la persona más feliz en el cielo y la tierra.


    — ¡Púdrete en el infierno sabandija asquerosa!


    Oh, también cabe esa posibilidad… Bueno, habrá valido la pena vivir una eternidad en el infierno a cambio de la suave sensación de mis manos…


    —He de reconocer que eres bastante resistente Nagase-kun, bajo estas alturas alguien normal ya se habría rendido, pero al parecer tienes un buen espíritu de lucha, me gusta. —sonrió la chica, ya indiferente incluso de la pelea, pero no se contuvo en ningún momento, al contrario, su presión cada vez se hacía más intensa.


    —Je je… Ahg…. —el dolor… —He de reconocer lo mismo… mira que aguantar por tanto tiempo esta humillación casi pública, ¡ARG!


    ¡La muy perra me presionó más!


    —Arg… ¿Qué se siente que un perdedor como yo sea el primero en acariciar tus lindos pechos eh?


    —Disfrútalo mientras aun puedas idiota, para cuando quedes inconsciente ese bonito recuerdo se desvanecerá… me aseguraré de que así sea.


    —Hablando de eso… Urhg… creo que ya está ocurriendo…


    Mis parpados pesaban, y con todo el desgaste físico y mental que había acumulado desde antes solo era cuestión de tiempo para que mi cerebro colapsara…


    —Shinta… Idiota, responde, ¡Shinta!


    La chica rubia estaba alterada, tanto que inclusive dejo de presionarme la sien pero ya era demasiado tarde, cada vez la escuchaba menos y mis ojos se cerraban en automático.


    —Shinta…


    Fue lo último que escuché antes de que todo se nublara, su angustiada voz reflejaba verdadera… Preocupación. Este olor, definitivamente se me es conocido.
     
  4.  
    RichardParker

    RichardParker Iniciado

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    Ningen to kaibutsu
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    Misterio/Suspenso
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    -¿¿-


    — ¿Que es el pensamiento humano sino una frágil hipótesis de lo que tus pequeñas capacidades visuales y cognitivas puedan ver y percibir?


    Levanté mi torso de la cama y me vi en el interior de una recamara cuadricular, era extensa, y oscura. Pude divisar entre las penumbras del lugar algunas camillas alrededor de la habitación, parecía más bien el internado de un hospital en muy malas condiciones. Voltee a ver a la chica que murmuró las anteriores palabras, lo primero que noté al verla más detenidamente fue esa… Inusual aura negra que le rodea y envuelve en una espectral capa de misticismo que no me deja discernir su verdadera naturaleza.


    ‘’No es humana’’ o eso pensé… Más bien es como si fuese algo totalmente sobrenatural, con la apariencia de una colegiala japonesa de quince años. Me miró detenidamente, expectante de mi siguiente movimiento, a pesar de la tan intensa mirada me paré de la cama y caminé hacía donde se supone debería estar la puerta de salida.


    —Yo te recomiendo que no abras esa puerta.


    No alcanzo a imaginar siquiera la seriedad del tono en sus palabras, quizás… ¿Fui secuestrado?


    —Quien eres señorita… No creo conocerte, y más importante… ¿Por qué estoy aquí?


    Ahora que lo noto hay un reloj justo arriba de la puerta, y desde hace rato que ha estado sonando pero el segundero no responde. Fijó su filosa mirada de ojos negros y opacos, igual de sobrenaturales que su sola apariencia, pensé por un instante que sería tragado por ellos.


    —Justo ahora nuestros nombres no tienen importancia… —se detenía, pensando lo que diría después mientras se tocaba el mentón, como si se convenciera a si misma de algo, prosiguió.


    —Y pensándolo bien, realmente ni yo misma entiendo tu presencia…


    ‘’Pero afortunadamente logré reconocerte a tiempo, de lo contrario no estarías vivo’’ agregó con devoción a medida que soltaba una muy ligera sonrisa, por su inexpresivo rostro no parece de las que sonríen mucho... Se acercó lentamente a pasos silenciosos, poco a poco fui percibiendo que el mal olor de la sala se opacaba, al momento en que se posó frente a mí el olor fue inexistente, ésta chica no solo opacó el olor si no que tampoco desprendía esencia alguna…


    —Así que, Nagase-kun… ¿Por qué estás aquí? —preguntó de manera cortante, poniendo su fría mano justo encima de la mía sosteniendo la perilla.


    —Que quieres decir… Si tú no sabes y yo tampoco, entonces alguien más me puso en éste lugar.


    Me encantaría creer en eso de forma sencilla, pero lastimosamente no soy tan despreocupado, desconfió de esta... Chica.


    —Eso es imposible…


    No obstante ella parecía estar totalmente en desacuerdo conmigo de manera muy evidente, convencida de que en caso hipotético ella no fuese la culpable de mi actual situación y que además… Insinúa que llegué a este sitio bajo mis propios medios.


    — ¿Perdón?


    Realmente no tenía muchos ánimos de lidiar con otra chica extraña, y menos en una situación tan sospechosa y surrealista como esta. Pero aparentemente ella solo me encontró aquí… No sospecharé de la chica solo por su aspecto y las circunstancias en las que la conocí y por que sea una total desconocida que sepa mi nombre.


    —Oh, no te des prisa, puedes no responderme si queréis, se nota que aún estás confundido. Al final las palabras de un… —alegaba suspensivamente, a medida que me incitaba, o, más bien, jalaba mi mano para que me alejara de la puerta. —Humano, como tú… son solo es eso, lenguaje de hormigas.


    ‘’Cerebro de hormiga, ojos de hormiga, son solo hormigas paseándose en sus patas y cuerpos de hormiga sobre la tierra que poco o nada comprenden…’’


    Sonrió, lo correcto sería cuestionarme si realmente lo hizo, ella luce realmente tenebrosa cuando lo hace… No desistí, fui rígido en mantener mi postura para que no me jalara. Ella viró sus ojos en un gesto de resignación y apartó esa inusualmente ligera y fría mano de la mía, me dio la espalda, haciendo gala de un sedoso y lacio cabello azabache. Puso una mano sobre la cintura y volteó levemente su cabeza, de manera que solo podía notar parte de su blanco y pálido mentón, su puntiaguda nariz, y, por supuesto… Esas inusualmente rozagantes mejillas y labios que parecían estar esculpidos sobre el más fino marfil.


    —Las hormigas son animales muy inteligentes señorita…


    Se acomodó un mechón de cabello en la frente que cubría sus ojos…


    —Uff… —suspiró, a medida que cruzaba los brazos. —No abras la puerta, no me hagas repetirlo…


    — ¿Por qué no?


    —Lo que pueda estar dentro(o fuera) de ella no será algo que tus ojos de humano puedan… Interpretar.


    ‘’Te volverías loco en el intento’’ agregaba mientras tiraba otra sonrisa siniestra.


    Ésta chica es emocionalmente inexistente… solo varía entre dos o tres expresiones faciales y todas se ven falsas, es inquietante, y no puedo despejar de mi mente esos inusualmente largos colmillos que sobresalen cuando enseña los dientes al hablar. Honestamente no sé si quedarme a solas con ella en este lugar sea algo prudente, pero en vista de que la puerta no parece tener seguro siquiera, aprovecharé y me iré de aquí, es lo mejor...


    —Por qué los humanos tienen que ser tan tercos…











    …………………………………………………………………



    —Perdona si fui agresiva hace un rato, pero no parecías tan dispuesto a obedecerme.


    —Qué demonios… ¿Qué me hiciste?


    Oh demonios, ¿Qué fue eso? ¿Un cruel dejavu? Sin que me diera cuenta de lo que sucedió en realidad, aparecí acostado de la misma manera en la camilla de la que hace unos instantes me levanté.


    —Por acá no hay muchos que se pasen por los al rededores, ¿sabes? Un poco de contacto con otro tipo de gente no está del todo mal de vez en cuando, quédate un rato mas.


    ‘’Estaba comenzando a volverme loca con tanto silencio’’ agregaba mientras jugueteaba son sus dedos y su cabello.


    —Al menos dime donde estoy… Éste lugar parece una casa abandonada.


    Y no miento, todo en ese sitio parece estar cubierto por una gruesa capa de suciedad, polvo y humedad, la madera está podrida y logró notar algunos hongos creciendo en el techo… Y, si viro por las ventanas, solo puedo lograr a percibir un cielo nocturno ultravioleta, sin estrellas en el, lo demás es...


    ‘’Total y perpetua oscuridad’’


    Aunque por alguna razón las camas parecen estar en buenas condiciones en comparación a la estructura general del sitio.


    —Oh, ¿comenzamos con las preguntas difíciles? —preguntaba a medida que tomaba asiento en la silla pegada al extremo de la habitación, cruzando las piernas de manera muy provocativa.


    —Pero siendo honesta, ¿quién sabe realmente con exactitud la naturaleza del propio entorno en donde vive?


    —Supongo que estudiando, obtienes buenas cosas de los libros para entender ese tipo de cosas.


    —Entonces dime tú; erudito del conocimiento… ¿Cómo interpretarías la figura de un ser con nueve dimensiones? O, ¿imaginar siquiera en la existencia de un nuevo color? Si sigues aferrado a tu mente de humano no lo entenderás jamás.


    ‘’Ni aunque te lo explique con palabras.’’


    Ésta mujer, si describí la presencia de la tipa rubia como sofocante y abrumadora, diría que la presencia de ésta chica es… Fria y ausente, inexistente… Todo en ella parece ser una mentira, su imagen, sus palabras, su tono de voz, sus gesticulaciones, todo, una actuación, no hay nada en ella que sea… Real, todo antinatural. Aunque es inusualmente hermosa para alguien de carácter y gestos tétricos, también tiene una buena figura para ser una princesa con cara bonita.


    —Pero te lo expongo de esta manera, si quieres abrir esa puerta es necesario que comiences a deshacerte de eso a lo que llamas mente, fusionarse con tu entorno, desprenderte de tu individualidad y las limitantes humanas que entorpecen tu percepción, ¿entiendes lo que digo?


    —Hablas como si donde sea que estemos en estos momentos sea un espacio totalmente… Inalcanzable a la percepción humana.


    Aunque en algo le entiendo, básicamente… Está fuera del conocimiento humano, un espacio totalmente aislado de todo lo que conocemos, pero en el cual sin embargo, actualmente me encuentro, ¿Cómo?


    ¿Cómo es que siempre termino liándome en este tipo de situaciones tan horribles?


    Admitiré que no es la primera vez que me sucede algo paranormal, he tenido algunos episodios desastrosos con fuerzas oscuras de la naturaleza en más de una ocasión y he salido de ellas. Pero en cuanto a superarlas… Ni que decir, cuando uno lidia con una anomalía normalmente nunca siente que si escapa de ella la está superando. Es algo que bien ha llegado para quedarse y jamás irse al menos que lo enfrentes a como se debe.


    —Oh, creo que comienzas a entender, ¿tú sabes a lo que me refiero es eso? A lo que ustedes llamarían, ¿bienes raíces? Discúlpame si me equivoco de termino, pero estoy muy poco relacionada con ese tipo de formalidades… Humanas.


    —De alguna manera… Entiendo que ni tú misma sabes dónde estamos, ¿es eso?


    —No te apures en interpretar mis palabras tampoco.


    Contestaba, con cierta insistencia.


    —Sé donde estamos, de lo contrario no estaría aquí, en tu caso particular… Pareces saber la forma adecuada de ir a parar en lugares que ni siquiera conoces.


    ‘’Es lo bueno de ustedes los humanos, tienen tan poco entendimiento del mundo que les rodea y aún así moran en el de manera tan natural’’


    — ¿Y a qué viene tanto misticismo? Haces sonar que las propiedades naturales de este lugar sean algo totalmente inalcanzables hasta para tu propio dominio.


    —Oh, y no estás nada alejado de la realidad, la verdad es que yo tampoco entiendo muy bien a que va éste sitio. —su respuesta fue inquietante en muchos sentidos, ¿de ser así porque se molestaría en adentrarse a un lugar que prácticamente desconoce? Supongo que ella es del tipo de chicas que le gusta aventurarse. —Pero entiendo sus entradas, reglas, límites, incluso capacidades… Y, solo hay una cosa que no logro percibir con exactitud…


    ‘’Su origen. ’’


    —Básicamente por eso estoy aquí.


    Ella dijo; ‘’para conocer su origen’’. Una busca pleitos.


    —Sabes lo que pasa cuando lidias frente a fuerzas desconocidas, ¿cierto?


    Nada bueno.


    —Llegaré a como un igual ante aquella anomalía, tan solo es otra forma de vida igual a ti o a… Tu amiga la chica rubia, su imagen está impregnada en tus pupilas, puedo saberlo con solo dar un vistazo…


    ‘’Bueno, apenas ahora me acabo de dar cuenta en realidad…’’ agregaba tapándose su sonrisa.


    Gulp… Qué demonios, ésta chica…


    —Oh vaya, de alguna manera el enfoque de la pobre chica siempre se dirige hacía sus pechos.


    —No sé de qué demonios hablas.


    Incluso sabe eso con solo ver mis pupilas, con un demonio, no deja pasar ninguna.


    —A todo esto, ¿sabes quién es ella? —si bien la respuesta podría o no ser ambigua a como, lastimosamente… Ya me tienen acostumbrado, con algo que dijera sería más que suficiente para descifrar las verdaderas intenciones de aquella rubia, las cuales… No me quedaron del todo claro.


    Y lo que es más, tampoco me queda del todo claro que es lo que está sucediendo en realidad.


    —No, pero parece una niña consentida, malcriada, y rencorosa… —agregaba a medida que sonreía y, nuevamente, intentaba tapar su maléfica sonrisa.


    —Que eres tú, ¡¿una Moira?!


    —Bueno, solo estaba enumerando sus defectos aparentes. — ¿de dónde saca ese cinismo? ¡Claramente la conoces como para hablar así de ella!


    —Entiendo, ¿eres esa clase de personas que sufre paros respiratorios si no insulta a alguien a cada tanto tiempo?


    —De hecho, desarrollé una glándula cerebral que almacena veneno y lo suelta en forma de palabras hirientes, es una condición médica muy popular estos días, ¿sabes?


    —Si no me hablabas de ella ni enterado, como se llama la condición a todo esto, ¿ser un cretino?


    —Ajajaja… —rio y esbozó una ligera sonrisa mientras se agarraba del vientre para contener su risa. La chica sí que tiene gestos refinados.


    —Oh… como sea, si dices que al menos conoces las bases del lugar, y que al parecer… Es bastante problemático de describir… No me molestaría que me lo expliques, de todas maneras es lo único que puedo hacer tomando en cuenta que me noqueaste hace unos momentos por tratar de salir por la puerta.


    —No me odies, pero fue por tu propia seguridad…


    — Seguridad de que, ¿si se podría saber?


    —El mundo es un lugar temible, ¿sabías?


    —La única que me inspira terror aquí, eres tú.


    —Jaja… Aunque… Viéndolo con detenimiento, tu mordaz observación no está del todo errada, ¡es como si una pequeña liebre estuviese encerrada con un feroz lobo hambriento! Me pregunto, ¿que será más peligroso?


    ‘’ ¿La abrumadora sobre carga de información en tu cerebro provocada por los quebradizos pasadizos de una dimensión en su total declive, o... La hambruna infinita que carcome los más oscuros rincones de mi esencia? ’’


    — ¡No ignores mi pregunta y plantees otra aún mas aterradora!


    ¿Y que fue eso? ¡Ésta chica se esfuerza por ser siniestra!


    — Uff… —suspiró, resignada, reanudó su charla. —Aquí vamos de nuevo, no se puede usar algo tan básico y mundano como las palabras para describirlo.


    ‘’Vivimos de acciones después de todo, te dije que dejes de pensar. Así no funciona esto’’


    —Me niego.


    O vaya, para conocer este sitio sí que es algo problemático… Me pregunto si lo correcto sería englobar toda esta basura en un simple sueño, además… ¿Qué me desprenda de algo que se me es tan natural como el pensamiento?


    De qué manera alguien podría hacer eso, y aunque pudiera, dudo mucho que siquiera lo consideraría. Aunque siendo honestos, me pregunto si realmente a eso que llamamos razonamiento sea un nombre apropiado, hacemos muchas cosas que normalmente un ser pensante no haría, y no es simple insensibilidad lo que provoca esa visión tan retorcida del ser como una entidad social, sino algo más horrible que eso.


    ‘’con el ángulo correcto y la percepción deteriorada, ese cuadrado que divisas a lo lejos podría ser un cubo si tan solo te acercaras para comprobarlo y tocarlo’’ emprendió, a medida que turnaba su pierna derecha para cruzarla, esas piernas… Me matarán de una hemorragia nasal.


    No lo habré mencionado antes pero ésta chica viste un conjunto de lencería erótica para una línea un tanto más…. Infantil, considerando su esbelto aunque bien tonificado cuerpo, no consideré que su apariencia fuese algo realmente importante, por no decir que es en verdad inquietante verla, supongo que ese tipo de ropa entre las niñas de hoy está muy de moda, ¿Quién soy yo para criticar las nuevas tendencias de moda?


    Aunque honestamente no deja de ser perturbador ver un conjunto de esa índole hecho para el uso de niños. Pero eso es algo que sinceramente no me sorprende, hoy en día es bastante normal que los niños tengan acceso a ese tipo de cosas, no obstante… Sin importar cuantas veces lo muestren en la tele, ver un cadáver fuera de la insensibilidad de una pantalla, es algo que sigue siendo perturbador sin importar que tan acostumbrado estés…


    — ¿Tienes alguna clase de herramienta que te ayude a asimilar ese tipo de situaciones sin necesidad de acercarte tanto y comprobar que ese cuadrado de lo lejos sean en efecto un cubo?


    —Hay muchas cosas que me pudieran dar una idea.


    Es fácil pensar que las cosas en la lejanía no siempre serán de la misma forma si te acercas, es cuestión de enfoque y percepción, aunque el cerebro humano se deje llevar por el engaño, tu mente aún sigue activa como para articular una hipótesis en base a experiencias pasadas.


    —Bueno, hipotéticamente hablando no mueres con la sobre carga de información que pasará directamente hacía tu cerebro, ¿tienes alguna capacidad que te ayude a saber con exactitud a qué tipo de cosas son a las que te enfrentaras ahí afuera?


    ‘’Uno basa sus hipótesis por medio de la experiencia y su conocimiento, o una sencilla observación, pero aquí estamos hablando de algo realmente fuera de tu propia capacidad’’


    —Uhm, pero si pienso un poco puedo darme una idea de que ese cuadrado no sea un sencillo cuadrado a simple vista, las posibilidades de que esa figura sea otra podría pasar por mi mente, y todo en base a la experiencia, incluso entre la realidad sucede ese tipo de cosas. Si no tengo una herramienta como la información previa podría relacionarlo y darme una idea siquiera de lo que pasa alrededor aunque no tenga conocimiento previo.


    No es que sea la mente brillante del siglo XXI, pero es cuestión de simple lógica, basta con utilizar un poco tu cabeza.


    —Ah, eso suena interesante, pero dime una cosa antes, ¿puedes suponer ahora que es lo que te está ocurriendo?


    —Uhm, quizás esto sea un secuestro y estoy comenzado a desarrollar un síndrome de Estocolmo muy complejo, tendrás que tomar responsabilidad por eso.


    La señalé de manera abierta, mientras fijaba mi mirada en ella.


    —Humano… Si que dices cosas interesantes a pesar de la situación, otros sencillamente se habrían vuelto locos y me los hubiese comido.


    ‘’Comido’’ Ajajaja… Vaya que es graciosa.


    Uhm, ahora que lo pienso ésta chica se ha estado dirigiendo a mí de forma tan específica, como si…


    —Desde hace un momento me da la alusión de que hablas de los humanos como excluyéndote de ellos, ¿a qué se debe eso? A mis ojos eres una princesita asiática.


    Honestamente, no estoy de ánimo para discutir con un ser tan… estancado como ella, pero bajo estas alturas es lo único que puedo hacer, me levanté nuevamente y me senté en la otra silla, quedando de frente afrente.


    —Y ese es el problema Nagase-kun, sigues viéndome con esos ojos de humano tuyos.


    No me acostumbro a que sepa mi nombre, igual pudo revisarlo en mi cartera antes de que despertara. ¿Es que acaso la privacidad en el siglo XXI es algo muy infravalorado?


    Esto está tomando tintes extraños, será mejor que me vaya, o…


    — ¿Qué crees que pasará?


    — ¡Tampoco leas la narración!


    —Hace unos momentos llegaste a la hipótesis, o me pareció pensarlo de alguna forma, pero si tú no sabes que haces aquí y yo tampoco, es probable que alguien, o algo… Te trajo aquí.


    Oh vaya, pensando en eso, mencionó algo sobre que no se explicaba como un humano como yo fue que llegó hasta acá, de manera que incluso para ella este tipo de situación es extraña.


    —Siendo honestos ni siquiera tengo la más mínima idea de donde estoy… ¿Cómo esperas que tenga la capacidad de moverme a un lugar que hasta yo mismo desconozco?


    —Bueno, he conocido personas que llegan hasta donde sus pies les dan… Creo que se aplica para esto.


    No, no, estamos hablando de un salto… ¿espacio-temporal siquiera?


    La verdad es que no me sorprendería que todo lo que está pasando ahora sea un sueño. Hey, eso es, un sueño, ya había pensado en eso antes…


    —Sé lo que estás pensando, ¿crees que todo esto es un sueño, no es cierto?


    —Uhm…


    —Je…


    La chica sonrió, pero esta vez su sonrisa fue… algo linda, por no decir honesta.


    —De acuerdo Nagase-kun, tu ganas… —se expresaba, a medida que se paraba sobre la silla para saltar a la cama, jaló las sabanas y las arrojó a mi cabeza cubriéndome de cuerpo entero, para cuando me quité la blanca sabana, ella tenía vestido otro atuendo, uno bastante familiar, el uniforme de la escuela.


    —Digamos que es un sueño, ¿te parece?


    —Agh…


    Quien en el mundo es esta chica.


    —Que pasa Nagase-kun, ¿es que hay algo en el uniforme que te estimula tanto? ¿Qué es? Puedes decírmelo, soy una chica muy liberal en ese sentido…


    —Estaba pensando, que tan perverso sería alguien como para estimularse con la figura de una niña como tú con un uniforme puesto, es algo inevitablemente lindo pero que al mismo tiempo no deja de ser perverso.


    Como un gatito con falda.


    —Lo realmente preocupante es que pienses en eso en una situación como ésta, ¿Qué tan manchado de la conciencia estás? Lo normal sería que dijeras que me queda lindo.


    —No no, solo es algo que pasó por mi mente, lo que realmente quería decirte es qué ese atuendo de queda de maravilla, ¡la Yamato-Nadesico perfecta!


    —Oh vaya, que comparación tan genérica, me quedo con tus primeras adulaciones… A todo esto, hay algo que realmente me preocupa, ¿Cómo es que no estás tan alarmado de que sepa tu verdadero nombre?


    —Bueno, hace algunos momen…


    ¿Instantes? Honestamente podrían ser cualquier cosa, el tiempo es bastante indefinido a estas alturas.


    —Oh, solo digamos que ya he pasado por una situación similar, además, ¿todo esto es parte de un sueño no es cierto? Es normal que sepas mi nombre.


    ¡Mi cuerpo es de hierro!


    —Oh, entiendo. Supongo que Alice se me adelantó…


    — ¿Era alguna clase de competencia o algo?


    —No estés pensando que es alguna clase de sueño, yo no he pestañeado desde hace algunas siete horas y si lo hubiese hecho lo sabría.


    —Me pones en una situación tensa Haruka, pero hace rato mencionaste a Alice, si he de relacionar ese nombre con algo diría que es esa chica loca extranjera que conocí fuera de la escuela.


    —No te equivocas… Tus instintos son agudos, en algo tenían razón los informes que leí acerca de ti.


    — ¿Informes?


    —Sí, tú sabes… Datos, Conozco mucha gente por esos datos, se puede conocer mucha gente por medio de esos datos, ¡es la era de la información!


    —Simples datos… Si quieres conocer realmente a alguien, trátalo en persona, podrán conocer a mucha gente pero realmente entienden a muy pocas.


    —Oh por favor… No hables de nosotras como si nos conocieras, estás siendo pre-juicioso, Nagase Shinta-kun. —sonrió nuevamente, enseñando esos hipnóticos ojos y colmillos, a la par que me señalaba.


    —Kanako, mas importante que eso… Y en serio, ¿Qué demonios eres tú?


    — ¿Sigues intentando adivinar mi nombre? Mejor ríndete, no éstas siendo lo bastante perceptivo.


    Evadió totalmente la pregunta.


    —Hey, vamos Sakura-chan… Mis débiles ojos de humano me aferran a la idea de que te llamas así. —respondía de manera irónica, a veces puedo ser muy cretino. — ¿Qué no dijiste que me deshiciera de ellos porque jamás entendería tu verdadera naturaleza?


    ‘’No me cambies el nombre, cerdo ‘’


    —Al menos entendiste algo… Una pequeña parte de ésta; La realidad a la que estás siendo obligado a lidiar… Y eso es justamente el motivo por el cual estás errando, Nagase-kun.


    Es verdad… Yo no pedí ésta basura pero ella se ofreció a ayudarme sin esperar nada a cambio cuando bien pudo ignorarme.


    —Lo siento.


    —Je… —sonrió a la par que posicionaba su mano justo encima de sus labios, queriendo ocultar su mueca. —Hice que el humano se disculpara por algo totalmente innecesario.


    — ¡¿Qué?! ¡Devuélveme mis más puros sentimientos por favor!


    —No te equivoques… La razón por la que me encuentro aquí es porque pensé que se trataría de un bonito y delicioso aperitivo, pero resultaste ser tú, me siento aún más decepcionada.


    ‘’Tanto que el juguete basura que me salió el otro día en el Pachinko me decepcionó menos que tu sola presencia’’


    —‘’Delicioso aperitivo’’ ¿quién demonios te crees? ¿Eres humana acaso? Lo que es más… Esa chica, Alice, ¿también es un monstruo?


    —No, esa chica es tan humano como… Tu. —sonreía nuevamente de la misma manera ocultando sus labios. —Y vaya que se parecen.


    —Ahora si estoy perdido, ¿es humana o no?


    — ¿Porque preguntas? ¿Es que acaso usted no lo es? Desde hace un rato que éstas haciendo algo totalmente lo contrario a mi…


    — ¿Cómo? No entiendo…


    —Je… ¿de verdad es que no entiendes?


    —La verdad es que no.


    —Piénsalo un poco… ¿Que fue lo que pensaste al verme por primera vez?


    —Que eras una entidad totalmente falsa, la imitación de una… persona.


    —En base a…


    —Oh, veamos… supongo que tuve una alusión de ello con tu sola imagen, pero realmente no fue eso lo que reafirmó mi impresión, si tuviese que decir algo diría que fue... Esa exclusión tan insistente que haces al expresarte de nosotros.


    —Desde que hablamos he estado poniéndote al tanto de manera muy insistente que no soy humana y tampoco pertenezco a ese mundo al que llamas… ¿Cómo? Ah, sí, tu hogar.


    —Si pienso en lo que dijiste que estoy haciendo algo totalmente contrario a ti…


    —Te éstas incluyendo entre ellos de manera muy insistente...


    —Oh…


    —Nagase-kun, vuélvete a poner la sabana en la cabeza. —cambió la dirección de la conversación de manera tan abrupta, casi queriendo ocultar incluso la insinuación.


    — ¿Qué?


    —Solo hazlo.





    —Puedes destaparte.


    — ¡Woah! ¡Otro cambio de ropa! ¿Qué es esto? ¡¿Un cosplay de Birdman adaptado para mujer?!


    —Sabía que entenderías la referencia, ¡digno de Nagase-kun!


    —Bueno, las caricaturas de Jana barbera no son particularmente mis favoritas, pero sus posteriores adaptaciones a modo de comedias para adultos eran realmente buenas.


    —Sí, leí en tu expediente que te gustan cosas como la animación y eso… Por cierto, a mi me ENCANTAN las caricaturas de HANNA-Barbera.


    —Oh, ¿tanto te gustan las animaciones occidentales? No es que tenga algo en contra de ellas, pero lo mío es el anime.


    —Tsk, hagamos esto, Nagase-kun, ponte de nuevo la sabana.


    — ¿Otra vez?


    —Solo hazlo.





    —Ya puedes quitártela, ¿qué tal ahora?


    — ¡Woah! ¡Pero si eres la viva imagen de Luna salida en Casshern!


    Incluso su color de cabello, cambió tan rápido…


    —Je… y eso no es todo, no apartes el ojo. —hizo un movimiento grácil con sus manos arrebatándome la sabana, al mismo tiempo que se la ponía encima de su cuerpo y luego la apartaba, dándome a la vista otro cosplay, está vez del mismo Casshern.


    — ¿Que tal ahora? ¿Te gusta un poco más lo que ves? —preguntaba de manera provocativa mientras deslizaba sus manos sobre su esbelto cuerpo cubierto de la fina licra del cosplay de manera insinuante.


    —No me atrevo a responder… —la verdad es que si, pero si se lo digo comenzará a ponerse arrogante. —Casshern siempre fue un clásico.


    —Me gusta la animación japonesa clásica, cuando no estaba llena de tanta basura occidental.


    ‘’Imitan lo peor de dicho país’’ sostenía, con un tanto de resentimiento y desprecio, ah vaya, salió nacionalista.


    —En realidad es mi abuelo él quien lo es…


    Ahí va de nuevo.


    —A todo esto… contigo quería experimentar ese algo que últimamente inquieta mi cabeza.


    — ¿Que te inquieta? —Oh vaya, debe ser algo muy intenso para que un monstruo se inquiete por eso.


    —Digamos… ¿Por qué los hombres parecen disfrutar del simple hecho de que nosotras, las chicas, nos disfracemos de sus super-héroes favoritos de infancia?


    ‘’ ¿Que no eso significa que existen ciertas inclinaciones sexuales reprimidas frente a éstas figuras masculinas? ’’


    —Oh…


    —Por decir, si yo me disfrazó de ellos es porque existe algo en el inconsciente de aquellos seres que los ínsita a… bueno, tu sabes, ‘’estimularse’’.


    —Bueno…


    Ella siguió en su delirio a medida que se dirigía al otro extremo de las cortinas, cambiándose continuamente de atuendos y paseándose sobre las camas del lugar como si se tratase de una pista de modelaje, incluso hasta caminaba con ese mismo porte y elegancia de las susodichas, todos los atuendos eran de superhéroes conocidos y unos tantos muy oscuros, había variedad incluso.


    — ¿A qué se debe eso? —culminó, con el ultimo de sus atuendos puestos, uno de enfermera con orejas de gato. Éste último en verdad que es chistoso por que el empalagoso atuendo no contrasta para nada con su cara de póker inexpresiva, son sus apagados ojos y el contraste que crea con las facciones tan finas de su rostro lo que realmente hipnotizan de su persona.


    —Tienes una buena figura, tu rostro es bello, y no dudaría que tengas a más de uno que se mueren por ti, es normal que a los hombres les guste verte vestida de algo que les pudo o no haber gustado en su momento, o que fue parte de su infancia… De hecho, es, Debido a que eres tú, quien porta esos atuendos… lo que realmente nos estimula, diría que es eso.


    —O sea que no importa en que nos disfracemos, al final lo que verdaderamente importa es la modelo, ¿no es cierto? Disfrazada de enfermera realmente estimulará tus ansias de reproducirte conmigo por ser yo, y no por tener simplemente una inclinación hacía las enfermeras, ¿es eso?


    —Correcto, gustamos de los trajes de enfermera y orejas de gato por el simple hecho de que son vestidos por chicas lindas, no porque tengamos cierta tendencia hacía los gatos, o las enfermeras.


    Que yo recuerde jamás me he enamorado de una pero es inevitable sentir atracción por una chica linda usando un atuendo de enfermera.


    —Pero existen ciertos… Fetiches y circunstancias en donde si se aplica lo que dices, aunque siendo honestos un disfraz de superhéroe o un uniforme de enfermera no son algo que acaparan los míos.


    —O, ¿entonces cuáles son?


    — ¡No te lo diré!


    —Que aburrido…


    —A todo esto, ni siquiera sé tu nombre real, ya que entramos en confianza, ¿Cómo te llamas?


    —Oh… Es una lástima que se nos haya acabado el tiempo, Nagase-kun… ¿No viene siendo hora de que despiertes ya?


    —¿Eh?


    Mi cuerpo cae, nuevamente…


    Me sumerjo en otro sueño profundo, o, ¿salgo de él?


    Como sea…


    —Abre bien los ojos Nagase-kun, lo que verás del otro lado del espejo no será más que el sencillo reflejo de tu parte que estás dejando atrás…


    Viro mi imagen hacía el espejo, quedó consternado por la terrorífica imagen que, se desprende de mi… El rabioso rostro de lobo invade la mitad de mi rostro lentamente y cunde mi mente de retorcidas imágenes oscuras que no logro discernir bien… Las luces rojas impactan sobre mi iris y destruyen mis sentidos, pierdo el balance… Escucho voces, y me incitan a salir de ahí, de su prisión con llamas negras… Qué demonios ocurre, mi cuerpo quema...


    ¿Será real? O… tan solo el delirio de un mundo de pesadilla cundido en fuego negro y nieve roja.
     
    Última edición: 2 Agosto 2015
  5.  
    RichardParker

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    Ningen to kaibutsu
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    05


    Fue la sensación de una toalla humedecida reposando sobre mi frente lo que me despertó de mi letargo. Los ojos me pesaban pero pude abrirlos sin mucha complicación, al notar el techo de madera sin ninguna clase de rasgadura me hace pensar que en el sitio donde estoy ahora es totalmente distinto al de antes, donde conocí a esa tétrica chica. Esto parece más bien una enfermería con una muy pésima iluminación, es inquietante despertar y notar que estás en un sitio tan tenebroso y oscuro como este, ¿Qué es? ¿El hospital Alchemilla?


    Aunque siendo honestos con la vivencia de antes esto parece poco, o nada en comparación.


    A todo esto, tengo la sensación de que estamos saltándonos un capitulo, ¿o son cosas mías? Como sea…


    —Al fin despiertas Shinta, sí que te tomas tu tiempo para dormir, ¿no es cierto? —esas fueron las palabras que escuché al despertar, resultó ser esa extraña, y loca, chica acosadora de antes, apartó el paño de mi frente para que pudiese levantar mi torso, poniéndolo en una cubetita con agua fresca encima de la repisa de al lado.


    Y no es justamente a quien más ganas tengo de ver en esta situación, y más sabiendo que por su culpa estoy en esto. Por alguna razón la hice enojar y… Bueno, esos recuerdos son tan borrosos ahora… Pero en vista de que está aquí, eso quiere decir que ella estuvo cuidando de mí, vaya gesto amable de su parte.


    —Eres tú… —la reconocí lo suficiente como para mostrar mi mas antipática sonrisa al dirigirme a ella. — ¿Qué haces aquí?


    Si bien lo pienso, esa chica extraña de antes me dijo su nombre, Alice… Pero, ¿Qué tan seguro puedo estar de que lo de antes no fuese un sueño?


    —Por un momento pensé que jamás despertarías, tu fiebre no bajaba. —y sigue sin bajar, esta fiebre persiste de sobremanera.


    Siguió hablando quitada de pena, como si lo de antes jamás hubiese existo para ella, y, ahora que lo pienso, creo que lo mejor será asumir que jamás ocurrió, por mi bien, y por el suyo. Pero para ser sincero no sé exactamente porque lo digo. Por cierto, que espantoso que se le haya pasado esa idea por la mente… ¿Es que acaso acabo de salir de un coma o algo?


    Continuando con mi deplorable estado físico actual, siento que mis ojos brotarán de mis parpados en cualquier momento, la terrible migraña que me carcome y se extiende de mi frente a la sien no para de intensificarse, sumándole sus palabras, que pasan como finas agujas enterrándose en mis tímpanos a medida que todo me da vueltas, es estruendoso de sobremanera.


    —Podrías callarte, justo ahora estoy muy sensible al sonido. —en verdad me duele la cabeza…


    —Que pasa con esa actitud, ¿así es como le agradeces a quien te trajo acá para que descansaras? Debes saber que también estuve cuidando de ti todo este tiempo.


    Vaya, agradezco eso, pero bueno, de no ser por ti no estaría envuelto en esta situación en primer lugar. Sé que estoy olvidando algo, el motivo exacto por el cual ella luce tan inusualmente antipática conmigo.


    —Espera… ¿No hay algo sumamente importante que tienes que decirme antes de empezar?


    —Algo como… —entonces ella meditó lo que diría, por cómo se detuvo a meditar su palabra, me da la idea de que en realidad lo está pensando, y, antes de articular la oración completa, prosiguió. —La verdad es que no sé a lo que te refieres, Shinta.


    Oh… Eso fue bastante cortante de su parte, quizá y ésta chica me oculta algo, ¡fingió demencia de manera tan obvia!


    —Pero si. —fue tajante, como queriendo cortar la directiva de la plática. —Hay algo que definitivamente tengo que discutir contigo, sea como sea. —continuó con un tono de voz más serio. — Y eso es acerca del motivo exacto por el cual me presenté ante ti esta mañana.


    —Esta mañana… Hablas como si hubiese pasado tanto tiempo, ¿Qué hora se supone que es a todo esto?


    —Uhm, son más de las cinco de la tarde. —añadía a medida que se paraba de la silla donde estaba sentada, se estiró un poco y tronó los dedos de sus manos de manera consecutiva.


    —Oh, entiendo, solo me gustaría saber donde están mis cosas y… Espera, ¿Qué?


    ¿Es que acaso escuché bien?


    — ¿Son las cinco, dices?


    —Dormiste un buen rato, verás… No solo te saltaste la ceremonia de ingreso sino que además desperdiciaste tu primer día de clases, ¿un inicio de curso bastante productivo, no?


    —Debes de estar bromeando… — ¿Es en serio? Si madre se entera me mata a golpes, y así como luce de cara la colegiatura de esta escuela… No hay duda de que lo hará.


    —Hey, ¿te encuentras bien? —preguntaba la chica a medida que inclinaba su cabeza, notablemente alterada por mi ataque de pánico. —Oye, si te sirve de algo yo también perdí mi primer día de clases…


    —Oh, eso no cambia el hecho de que acabo de perder todo un día de clases, si ella se entera yo…


    Estoy muerto.


    — Para con esa actitud, no puede ser tan malo.


    —Ni te imaginas… Pero, gracias por tratar de animarme.


    Hey, eso fue algo lindo de su parte, no iba a dejar que un ataque de pánico eclipsara su lindo gesto. Ella se sonrojó y abrió las cortinas de inmediato, tratando de ocultar el gesto, señaló las ventanas para que yo las viera, y lastimosamente no estaba bromeando, el cielo tenía ese característico color rojizo de los atardeceres que contrastaba con ese tétrico pasaje de vegetación verde y juegos de penumbras que se mezclan con los arboles de afuera.


    — ¿Ves? No te estaba mintiendo, dormiste todo el día.


    —Eso veo… —definitivamente me matará.


    —Y, preguntaste por tus cosas hace un rato. —continuaba, mientras volvía a señalar a otro sitio, esta vez se dirigió al viejo ropero de madera que se ubicaba cerca de la entrada, sacó una camisa blanca y un saco escolar, las puso sobre la cama y dejó mi maletín a un costado, en el suelo. —Me tomé la libertad de guardarlas en los casilleros.


    —Oh, gracias por eso… Supongo.


    — ¿Supones? Bueno, es evidente que la gratitud no es lo tuyo. —reprochaba, haciendo un puchero. Oh, no actúes tan linda, harás que me sienta culpable por maldecirte de mil formas en mis pensamientos antes de que colapsara por tus agresiones.


    —M-muchas gracias… —esta chica no es tan mala, podrá parecer tosca y ruda en su actuar, pero es sumamente amable y cálida, puedo percibirlo.


    —Ese tono de voz me gusta más, pero no me agradezcas, en parte es mi culpa también… Por otro lado, siento que estás pensando algo indebido de mí, por alguna razón. —hizo una mirada despectiva dirigiéndose a mí, oh vaya… El encanto duró tan poco, definitivamente ésta chica no es nada linda.


    —Otra pregunta… ¿Qué es este sitio, a que va?


    —Es la enfermería de la escuela, segunda planta… Fue una lata cargar tu inerte cuerpo y subir las escaleras contigo a mis espaldas, ¿sabes? Pesas más de lo que uno esperaría.


    —Oh, siento oír eso.


    Espera, ¿no sería ella quien bajo estas circunstancias me debería pedir perdón?


    —No te preocupes, de alguna manera puedo decir que estamos a mano.


    ¿De alguna manera? No, claramente estamos a mano, sino es que yo perdí.


    —Y, hablando de eso, tus recuerdos antes de que… Ejem, doblegara tu cuerpo del dolor, ¿siguen estando borrosos?


    Parecía sumamente interesada en mi respuesta al ver que su semblante cambió al fruncir el ceño, incluso hasta acarició su barbilla con los dedos esperando mi respuesta pacientemente.


    —Lo último que se me viene a la memoria es la estrujada de sien que me diste hasta colapsar…


    —Eso y… ¿no recuerdas nada mas? ¿Cómo el motivo exacto por el cual llegamos a esos extremos?—fue insistente, más de lo que uno esperaría para una simple pregunta sin intenciones ocultas de por medio.


    Pero si lo pienso y hago memoria, no fue ella y su rudimentaria forma de agresión lo que hizo que me desmayara en sí, sino algo más… Oscuro.


    —Ejem… Algo como… Pechos, suavidad… Tú sabes. — ¿De qué demonios habla? Incluso hasta hizo señales con sus manos, ¿está jugando a las charadas?


    — ¿Uh?


    —Olvídalo. —negaba continuamente con ambas manos, abriendo sus dedos totalmente y dejando expuestas sus palmas.


    —Es confuso, ¿Qué se supone que me quieres decir con eso?


    —Solo olvídalo.


    —De acuerdo…


    Se volteó y como queriendo que yo no lo notara, hizo una leve celebración con sus manos, ésta chica… Sí que es linda, pero extraña, me pregunto…


    —Uff… —finalmente suspiró, es bastante bueno para ella que yo no recuerde nada de lo que pasó por alguna razón, si es bueno para ella, necesariamente no tiene por qué ser bueno para mí, algo me dice que salgo perdiendo en esta situación.


    —Supongo que me preocupé por nada. —se decía en voz baja, sospechoso… A todo esto, ¿Cómo reaccionaría ella si la llamo por su nombre? Aunque bueno… No estoy realmente seguro si eso de antes haya pasado en sí.


    Sin decir nada mas decidí que ya era hora de levantarme de la cama, me destapé apartando el blanco cobertor de mi torso, me hice a un lado y me paré, note que la chica se ruborizó un poco al verme desnudo de la cintura para arriba.


    — ¿Qué pasa? ¿Jamás habías visto el cuerpo de un chico en estas condiciones? —no pude evitar sonreír ante su encantador gesto en su rostro, quería molestarla un poco. —Puedes tocar si quieres.


    —No… Estaba pensando, a pesar de tu lindo rostro de niña tienes buenos músculos…


    —Hey, a quien le dices ‘’cara de niña’’ ¿quieres bronca?


    —No no, nada de eso… He tenido la suficiente contigo, es solo que es inevitable que vea tus pezones. —se tapaba los ojos verdaderamente avergonzada, pero a nadie engañaba, apartó sus dedos discretamente para seguir viendo mi torso desnudo, mas ruborizada aún, pero con una extraña sonrisilla.


    —Bueno, estamos a mano, es inevitable que vea tus pechos cuando hablo contigo.


    No vi el momento en que tiró la almohada directamente a mi rostro sin siquiera tener oportunidad de defenderme. Esta chica sí que es veloz arrojando cosas, obviamente el almohadazo no me dolió, pero si me destanteó.


    —Un chistecito mas de esos y lo consideraré acoso sexual, Nagase-kun…


    Oh vaya, hace un rato me llamaba por mi primer nombre de forma tan amistosa, supongo que fui yo quien tuvo la culpa ahora.


    — ¡Sumimasen! ¡sumimasen! ¡Honto no sumimasen!—esta vez la disculpa fue más extrema y violenta, incluso hasta incliné mi frente pegándola al suelo, tuve que hincarme en el acto…


    —… —ella quedó sin habla, me hubiese encantado ver su expresión facial, bajo algunos extremos esta disculpa es considerada una forma de agresión. —C-como sea, solo vístete, te esperaré en el pasillo, no tenemos mucho tiempo antes de que comience a oscurecer, y llevamos prisa, así que no tardes.


    Se retiró de la habitación sin decir nada mas, proseguí a vestirme, lo último que quería hacer ahí era perder el tiempo. Vi con más detenimiento mis cosas sobre la cama, incluso había una corbata roja, acorde a mi grado. ¿Ella se habrá tomado la molestia de cambiarla? Al momento en que volví a ponerme el pesado uniforme, noté un olor peculiar en el, olía a detergente y no solo a eso, suavizante… Ella no solo había cuidado de mí, sino que además lavó mis cosas. No pude evitar sonreír, es una chica bastante amable y cálida, creo que podría llegar a gustarme este olor, su olor. Y, por alguna razón… Mis manos albergan un sentimiento indescriptible, una sensación de suavidad, y felicidad… Este sentimiento, ¿Qué es? No logro recordar. Es a esto a lo que llaman; ‘’El recuerdo se va pero el sentimiento permanece?’’ Bueno, sea lo que sea, no será ni la primera o última cosa que haya olvidado a lo largo de mi vida.





    —Oh vaya, si que fuiste rápido.


    —No quería perder el tiempo, por cierto, antes dijiste que esta es la segunda planta, ¿no es cierto?


    —Sí, ¿Qué tiene eso?


    —Es extraño que me lo digas porque me pareció ver uno que otro curioso asomándose por las ventanas, ¿es que acaso esa parte del edificio tiene balcones o algo?


    —No que yo recuerde… —dijo, como queriendo desviar el tema de la plática, sumamente incomoda con mi observación.


    Bajo estas alturas sería yo quien estuviese incomodo, esa declaración incluso heló mi sangre, ¿Qué demonios fue lo que vi ahí entonces?


    —Shinta, caminemos. —me interrumpió antes de que yo pudiese decir algo mas, claramente está tratando de evitar que diga algo más.


    Como sea, le seguí como pude el paso de la forma más natural, ella tiene una inusual prisa por salir de este sitio ahora que lo noto, y no la culpo.


    —Primera regla, jamás andes en solitario por los pasillos de la escuela en horas de salida, o después de las cinco... —dijo, sin desacelerar el paso y sin voltear a verme, ella parecía sumamente interesada en ver los al rededores, había mucha precaución de por medio en su actuar.


    — ¿Uh?


    —Es necesario que lo tomes en cuenta… Independientemente de la hora, pensándolo mejor. —añadió, ignorando mi confusión.


    —De acuerdo…


    No quise indagar, para este tipo de situaciones es mejor callar y observar, si te preguntan algo, tu solo contestas que si a todo y se acabó.


    —Hmmm, como debería empezar, a estas alturas debes saber que nada de lo que pasé aquí es normal, ¿me equivoco?


    —Bueno, eres tu quien justamente me está haciendo pensar que nada de lo que me ha sucedido hasta ahora sea real, en primer lugar podríamos comenzar con el motivo exacto por el cual estás aquí…


    Pensándolo mejor… Ella se nota un tanto avergonzada de todo lo que ha pasado hasta el momento, como si no parara de equivocarse conmigo una y otra vez desde que nos conocimos.


    —Empecemos con lo básico, ¿Qué tanto sabes del mundo de lo oculto?


    —Hmm, no mucho… He escuchado el termino de algunos timadores, pero no puedo estar seguro cuando fue la primera vez que tuve una experiencia paranormal, cuando me vine a dar cuenta este tipo de cosas me parecía de lo más normal.


    A veces veo personas que no deberían estar ahí, o cosas inexistente a los ojos de otros… Es algo que vengo arrastrando desde hace algunos años.


    —Entiendo… ¿Cuándo fue la última vez que tuviste una experiencia con alguna anomalía?


    — ¿Anomalía? Si te refieres a esas cosas… Yo diría que hace algunos dos o tres años.


    —Sé específico, ¿cómo porque te viste envuelto en esa situación?


    —Lo hice para ayudar a una Sempai de mi antiguo colegio, una vieja amiga, diría.


    — ¿Ayudar? ¿Es que otras veces has ayudado a alguien a salir de este tipo de aprietos?


    —Sí, pocas veces… Pero la verdad es que no siento que mi ayuda hubiese sido necesaria, uno tiende a salir de este tipo de cosas por sus propios medios.


    —En eso te doy la razón, ciertamente… Sabiendo que estas cosas son peligrosas, ¿Por qué te adentrarías solo por mero gusto?


    —No lo hago por gusto, sino para ayudar a mis amigos… Si sabes a lo que me refiero.


    —De alguna manera lo sé…


    —Te llamas Alice, ¿no es así? —inicié la dirección de otra charla soltando el dato de su supuesto nombre, ya era hora de que lo hiciera, solo para estar seguros...


    —Correcto, giremos a la izquierda. —interrumpía, a medida que virábamos nuestro andar hacia el lado correspondiente. — ¿Como lo sabes? —repuso, quitada de pena.


    Oh vaya, ninguna reacción en su rostro, como si fuese sumamente natural que supiese su nombre, quedé sin habla, me había ganado en esta.


    — ¿Qué pasa? —preguntó sonriendo, al mismo tiempo que me dirigía su mirada. —Déjame adivinar, te topaste con una gata negra entre tus sueños, ¿me equivoco?


    —Algo como una gata…


    Na, diría que es una sombra con mejillas enrojecidas, bien Moe.


    —Podría decirse, me dijo muchas cosas extrañas… Entre todo, soltó el dato de tu nombre, pero no parecía conocerte, o al menos eso sostuvo ella de manera muy insistente.


    —Ya veo.


    ‘’Eso quiere decir que si estuviste todo ese tiempo acompañado de Hinata puedo estar más segura’’ añadía.


    Hey, no me hagas pensar que tuve tan solo un poquito de suerte al toparme con ella y no con otra cosa. Aunque sinceramente la compañía de esa chica no se la deseo a nadie.


    —Así que se llama Hinata, ella negaba darme su nombre por alguna razón.


    —Je, suena a algo que haría, por cierto, esta vez voltearemos a la derecha.


    —De acuerdo…


    Proseguimos caminando por los pasillos de la escuela de manera más apresurada, la verdad es que no entiendo porque, yo solo le estoy siguiendo el paso.


    El sitio es oscuro, demasiado para una escuela, los pisos son de concreto pero los acabados son de madera solida y de apariencia extremadamente cara, uno puede notarlo sencillamente con el simple mirar y el olor que desprende. Extrañamente todo el acabado parece más nuevo que en la enfermería. Supongo que, las políticas de la escuela son estrictas en el mantenimiento de lugares con prioridad, después de todo esa enfermería no lucía muy convincente, parecía más bien una bodega de almacenaje. No veo muchas ventanas de igual manera, y las pocas que logro notar son en lugares específicos, donde pasan muy leves rayos de sol debido a la inmensa sombra que cubre el edificio provocada por los grandes árboles de los alrededores. Aunque he de decir que las vistas en esos ventanales son sumamente hermosas.


    —Izquierda ahora.


    Seguí tomando sus señalamientos sin contención alguna, y es que si no fuese por ella es más probable que me perdería por los pasillos, ¿Qué tan grande es este lugar a todo esto? Es absurdo, los pasillos incluso tienden a tener trayectorias azarosas y laberínticas.


    —Nuevamente izquierda…


    —Si… Alice, soy yo… ¿O es que aquí sucede algo con los pasillos y las indicaciones?


    —No es eso, los únicos que estamos mal en este tipo de situaciones somos nosotros… Como ya dije, es peligroso que te andes solo por estos lares después de cierta hora.


    —Entiendo esa parte, pero… Es como si el lugar mismo nos incitara a perdernos.


    De alguna manera es similar al efecto que tienen las calles de los suburbios en donde vivo.


    —Naturalmente las cosas siempre se manifestaran de la forma en que son, ¿cierto? Asumamos que nosotros somos los intrusos que irrumpen con la naturaleza de las cosas.


    —Nuestra sola presencia es lo que provoca la anomalía, ¿no es cierto?


    —Podría decirse que si, la naturaleza del sitió desprende la conciencia de la mente, sumergiendo el cuerpo en una visión que nuestros sentidos interpretan del mundo, y el entorno que nos rodea…


    —En pocas palabras, los demonios existen solo en nuestra cabeza.


    —Esa es una buena forma de exponerlo, pero solo los más sensibles, o bien, los que tienen un contacto directo y natural con el mundo de lo oculto parece afectarles estas anomalías.


    ‘’No obstante no deja de ser peligroso para los estudiantes poco entendidos en este tipo de conceptos. ’’


    —Ya veo… Por cierto, esta es escuela a que va, no parece ser un sitio normal.


    —Y no te equivocas, pero no vayas a pensar que es una clase de institución que enseña magia ni nada por el estilo.


    —¿Qué dices? De ninguna manera lo pensé, es solo que…


    —Si si, entiendo, de ninguna manera un sitio que permite la exposición irresponsable de este tipo de cosas ante jóvenes comunes y corrientes podría ser normal… Y, aunque no estoy muy segura, tiene un motivo.


    —Un motivo, dices… Me pregunto cuál será.


    —Ni yo misma lo entiendo, pero no han habido accidentes que involucren inocentes por el momento, y eso es lo que me deja respirar tranquila.


    —Jum, como sea… Aún no me explico el verdadero origen de este tipo de cosas, debería haber una respuesta concisa para todo eso, ¿no lo crees?


    —Hm, escéptico… Eres de los míos.


    — ¿En serio?


    —Bueno, he convivido con este tipo de cosas durante tanto tiempo que, mayormente, mi mente rechaza la idea de que tienen alguna explicación tan estúpida como la que los registros indican, y creo que eso aplica para todo lo que hago o pienso, incluso entre la ciencia misma.


    —Hm, algo similar me pasa a mí, es solo que no interpreto estás anomalías como simple irrupción de seres superiores a nosotros manifestándose en nuestra mente.


    — ¿Entonces como las interpretarías?


    —Un conjunto de fuerzas naturales que chocan y se contraen las unas a otras, algo como en el caos incluso hay un orden.


    —Oh… —ella se sorprendió de alguna forma. —Es la misma estupidez que dijo mi tonto hermano mayor, jaja… —entonces rio a carcajadas, tanto que se escucho el eco de su risa entre los oscuros pasillos del lugar. —Aunque claro, no con las mismas palabras exactamente…


    Finalmente se detuvo y por un momento pensé que diría algo más, cosa que si fue.


    —Un conjunto de fuerzas dices… Entonces siendo así, a tu percepción. Que fuerza es la que domina justo ahora…


    —Diría que la balanza se inclina sobre el lugar… Pero no sobre nosotros, es un hecho.


    —Bingo, pero te equivocaste en algo, la fuerza dominante no es el sitio sino lo que hay dentro del sitio, ¿entiendes? Voltea a ver a tu lado izquierdo.


    Viré mis ojos hacía una de la ventanas que estaba al fondo del pasillo, la pequeña silueta de una sombra se asomaba y de manera repentina desaparecía a mi vista sin dejar rastro alguno, por reflejo voltee a ver a todos lados apartando por un momento la mirada de Alice, y esta vez no solo lo vi sino lo sentí, las innumerables siluetas encapuchadas se escondieron casi al instante y, abrumado por la escena, quedé congelado y pasmado por algunos segundos antes de comenzar a sentir una pesadez en mis hombros… Eso no era una fuerza de la naturaleza alguna, jamás sería algo tan horrible como lo que vi, esto era miedo, vil miedo… Sin forma alguna pero con una presencia poderosa, asquerosa... Es enfermiza.


    —De alguna manera…


    Y vaya que lo entendí, básicamente hay algo, o, muchas cosas andando por ahí sin siquiera darme cuenta. Me tranquilicé un poco, voltee a ver a Alice de inmediato y me devolvió la mirada, frunció el ceño y me señaló.


    —Esa expresión de miedo era la que buscaba. —sonrió, a medida que ponía sus manos sobre mis hombros y chocaba su frente con la mía, acercó su rostro muy cerca del mío… y me susurró en voz baja. —No voltees, quédate mirando mis ojos atentamente, tranquilízate…


    Los diente me temblaban pero mi cuerpo ya no se sentía tan tenso, de alguna manera sus palabras me habían tranquilizado.


    —Qué demonios fue eso. —finalmente respondí, sin apartar mi mirada de la suya.


    —No tengo idea, pero primero que nada… ¿Qué fue lo que viste?


    —Es decir que… ¿Tu no las viste acaso? Todas esas sombras…


    —Sí, pero quiero estar segura si viste lo mismo que yo.


    —Bueno, siendo así no podría decirse que haya visto algo sino que lo sentí, fue una presencia asquerosa.


    —Oh… Entonces si estamos en la misma sintonía, estaba comenzando a preocuparme de que te perdieras.


    —Es que acaso hay alguna manera en la que me pierda aún estando contigo?


    —Cuando tu mente comienza a delirar y pensar en muchas cosas innecesarias en el sitio y en el momento menos indicado, es inevitable que tu cuerpo se vea arrastrado en los confines de un mundo de pesadilla, en otro plano...


    —Entiendo…


    —Por eso es sumamente importante que sigamos en la misma sintonía, si acaso llegarás a parar a lugares desconocidos para tu propia percepción, es más que probable que jamás regresarías a este plano, espabila. —agregaba, a medida que me daba unos palmazos en los hombros de manera amistosa, finalmente perseguimos caminando, según ella solo faltaba un poco más para llegar a la primera planta.


    — ¿Segura que no estamos perdidos? Desde hace rato que estamos dando vueltas sin llegar a algún lado. —y no miento, siento que hemos estado caminando horas, pero tan solo han pasado algunos 5 minutos.


    —Para nada… conozco estos sitios mejor que nadie, y lo que es más…


    Habíamos llegado a las escaleras que interconectan la segunda planta con la tercera y primera, obviamente, teníamos que tomar las escaleras de abajo para salir al primer piso, pero Alice insistió en que subiéramos, y bueno… Su casa, sus reglas. Y efectivamente, habíamos llegado a la planta baja, pude notarlo simplemente viendo los señalamientos de los techos y un mapa postrado al fondo de las escaleras.


    —Esto también es parte de ‘’la hora feliz’’ en la escuela, ¿no es cierto?


    —Correcto, lo que es más, esas extrañas siluetas que vimos no representan un problema por el momento.


    Lo más inquietante fue que dijo; ‘’por el momento’’


    —Entonces, ¿cuándo comenzarán a dar lata?


    —Cuando los últimos rayos del sol desaparezcan, en pocas palabras, si cae la luna y la noche, estás cosas entonces sí. —con un claro énfasis en el ‘’si’’. —presentarán problemas.


    Continuaba, a medida que su paso se aceleraba. Ahora entiendo el motivo exacto por el cual ella tenía tanta prisa en salir.


    —Esta noche te anotaré en un papel las secuencias correctas para desenvolverte por estos lares en horas después de clases, es importante que las memorices al menos por los días en que trataré contigo.


    —De manera que nuestro trato solo será temporal… A todo esto, tú dijiste que me ayudarías en algo al conocerme, ¿se podría saber de que, a todo esto? Y ya no quiero respuestas ambiguas…


    —Supongo que estoy forzada a contarte los detalles, pero antes de eso… Ya debes de saber la respuesta, tu bien sabes lo que te hace falta, y lo que no, sabes lo que eres y en que te estás metiendo.


    —No estoy muy seguro de nada de eso…


    —Estoy muy segura que si lo estás.


    —Si estás muy segura te habrás dado cuenta desde hace tiempo que yo tampoco soy muy normal que digamos, ¿no es cierto?


    —Oh, no te preocupes por ese detalle, ya lo había tomado en cuenta. —contestaba, plenmente segura de lo que me refería en sí. —Estás en confianza, aquí nadie se especializa en lobos, pero si en humanos...


    ‘’ ¿Sabes qué? Mejor ándate con cuidado’’



    —Oh vaya, eso sí que me tranquiliza…


    ¿O no?


    —Pero ese no es el motivo exacto por el cual estoy aquí, ese asunto ya se habrá resuelto, ¿no es así?


    —Supongo… Si es a lo que te refieres, entonces sí, la verdad es que no tengo problemas con mi condición de vida, es algo que siempre ha estado ahí y he podido manejar sin problemas.


    —Eso me alegra, y de no ser así, entonces tu sola existencia sería un verdadero problema, y entonces sí, y solo así, te recomendaría rezar.


    ¿Alguien le ha dicho a ésta chica que es muy agresiva con sus palabras? Es como si las usara a falta de armas, y solo para intimidar, de la misma maneras que un militar enseña imponentemente su rifle de asalto a las masas.


    —En pocas palabras… Será mejor que comiences a pensar en lo que me responderás al salir de la escuela, tienes aproximadamente 5 minutos antes de que lleguemos y para en ese entonces tendré que escuchar tu respuesta, y si no lo haces… Supondré que eres un problema para mi trabajo y tendré que atenderte de la peor manera.


    Gulp… Ella fue en serio, a pesar de no ser la primera vez en ser intimidado, jamás lo había sentido de semejante manera como esta.


    —S-supongo que tienes razón. —por un momento titubee, pero no iba a rendirme fácilmente, sabía la respuesta de antemano y la razón por la cual no puede salir así de simple, mi problema… Mi verdadero problema, más allá de mi simple condición de vida, más primordial que un simple choque de fuerzas.


    —Es respecto a mis memorias rotas, ¿no es cierto?


    Contesté, a medida que llegamos a la entrada de la escuela, finalmente habíamos salido de ese horrendo y confuso lugar.


    —Bingo, acertaste de nuevo… Si, Shinta, vine a resolver tus problemas de amnesia.
     
  6.  
    RichardParker

    RichardParker Iniciado

    Sagitario
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    8 Octubre 2014
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    Ningen to kaibutsu
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    Misterio/Suspenso
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    06


    No hay mucho que pensar al respecto, para estas alturas ya tendrán alguna vaga idea del estilo de vida al que estoy sometido en contra de mi propia voluntad, como si no tuviera… Ustedes saben, otra bendita opción. Soy de los que poseen pocas cosas, no tengo muchas preferencias y sobre lo demás, nunca me he replanteado una meta que alcanzar o un sueño que perseguir. Lo que parece estar muy bien en claro para mí, es esa horrible sensación de que todo lo que está al alcance de mis manos se desvanece como una falsa ilusión que nunca regresará, y, ni siquiera es que haga el intento por recuperarlo.


    Todos los días me levanto con la misma maldita expresión en mi rostro, despierto de esa concurrente y horrible pesadilla sobre niñas de primaria en aventuras lésbicas y con gráficos de gelatina. El mundo es demasiado grande para imaginar siquiera la cantidad de cosas que puedes lograr, ¿Por qué hacer exactamente lo mismo una y otra vez? ¿Por qué soñar con lo mismo?


    ¿Por qué anhelar la misma mierda?


    Mi mayor miedo en la vida es el estancamiento, me gusta pensar que fluyo sobre la corriente y no dentro de ella, me dejo llevar solo hasta donde mis deseos y mi prudencia me permiten llegar. Las circunstancias que envuelven mi existencia, me han permitido ver muchas veces, y de las maneras muy horribles, que todo es reemplazable, y que nada está fuera de esa regla. Y es por ese motivo que puedo decir sin temor a equivocarme; Que la vida es hermosa, significa que es efímera, volátil, que brilla con intensidad hasta opacarse y morir, pero que en el proceso, enciende esa chispa que a todos nos mueve, ¿Lo han sentido alguna vez?


    Esa, locura por vivir, que nos invade y carcome hasta embriagarnos y arrastrarnos hasta los limitantes del placer espiritual… Quiero imaginar que tan solo somos herramienta de nuestros buenos deseos, esa es la visión y devoción de mi vida a la que forzosamente me he acostumbrado tanto, es tan noble el hecho de que naturalmente; Nada sea para siempre, me encanta que las cosas tengan un final, eso significará que es inevitable que un ciclo se cierre sin importar lo mucho que te esfuerces en conservarlo, las cosas se tornan molestas si no se les da un final apropiado, y la esperanza de que dure para siempre, solo prolongará nuestro delirio.


    Pero sin importar que no todos puedan aceptarlo, si alguien se lo propusiera y con la motivación suficiente, por no decir circunstancias… Podrían entender que renunciar a sus sueños no tiene por qué significar el fin. Aferrándote a ellos se cae por un comportamiento predecible, actuando por un mal impulso y criterio, sin siquiera sentir la necesidad de salir recompensados por lo que hagamos siempre y cuando no afecte a nuestra burbuja de confort. Que no nos engañemos al caer en la rutina pensando que mañana quizás, podría ser mejor que hoy, día a día nos esforzamos trabajando en algo que no queremos para sumirnos en la esperanza de que surja la oportunidad de emprender nuestros anhelos, y, a pesar de que generamos la empatía y necesidad suficiente como para ayudar a cumplir los sueños de otros sin quejarnos al respecto, entonces; ¿Por qué no simplemente mandarlo todo al carajo e irte de ese círculo vicioso?


    Los sueños deberían ser ten reemplazables a como el dinero mismo lo es, y a mí me encanta derrochar, permanecer con un sentido de pertenencia es un impulso que nunca he sentido y que a su vez, me causa tanta repulsión, un deseo abominable del cual no me gustaría estar arrastrado.


    Es cierto, uno siempre puede esforzarse por lo que quiere y conseguir resultados, si tienes una buena idea es muy probable que la gente te siga por eso, es algo meramente comprobado, pero algún día el sueño tiene que acabar, para cuando eso suceda mirarás atrás y te darás cuenta de que estás solo en tu lucha, de que pasaste años de tu vida peleando por un ideal que solo tu pudiste entender porque la gente, la gente de verdad, tiene prioridades, y poco les importará si el día del mañana dejases de figurar en sus cotidianas vidas solo porque les dio esa, ya saben; ‘’Inspiración’‘ para poner en marcha sus propios sueños, o surgieron circunstancias que los obligaron a someterse en una responsabilidad que iba más allá de su voluntad.


    ’’Viviendo el sueño’’ Lo dicen por algo, esas falsas agonías tienen que acabar antes de que se tornen peligrosas, y se transformen en una cruel esperanza que solo prolonga el delirio de los hombres hasta sumarlos en la total y perpetua oscuridad. No puedes girar tu vida en torno a alcanzar ese sueño por que actualmente no se puede vivir sin cadenas que te aten a este fétido mundo.


    ¿Por qué no ayudar a la gente que te rodea por un acto desinteresado? Sin que, ustedes saben… Esa buena acción tenga que salir necesariamente recompensada, extrañamente en este mundo es fácil que la gente te siga por esa clase de ideas, supongo que al final es ese tipo de cosas las cuales cambian el mundo.


    Un noble acto desinteresado… Suena bonito pensar en que siquiera algo así pueda existir, incluso yo, quien vivo bajo esa ley en cada momento, me suena algo utópico e improbable, eventualmente terminas solo, aunque rodeado de personas, comienzas a pensar en cosas como escapar… Mandar todo al caño, por mi todos podrían irse al carajo si no quería ser parte de ese algo solo porque ustedes saben, solo se vive una vez en la vida. Ni siquiera recordaría sus nombres en un par de años más, ¿para qué hacer el esfuerzo en conocerlos? La civilización es un abismo que te atrae hasta hundirte en lo más profundo de sus oscuros dominios, y entre mas seas parte de él, más fuerte será la experiencia, y por supuesto, mas alta será la caída. Cuando se tiene poco o más de cinco años viviendo con problemas de memoria, algo como la individualidad de mi personalidad y mis acciones jamás me habría importado hasta que… Bueno, ella partió de mi vida, y no sin antes decirme estas palabras, palabras que recordaré muy bien, por irónico que pueda sonar:


    ‘’Eres un fracaso como ser humano, Shin-chan, una persona insípida y sin personalidad, que jamás entenderá el significado de la experiencia, sin antecedente que pulan tu persona, o remordimiento alguno que atormente tus nulos precedentes casi inexistentes, y sin miedos que agobien tu mentalidad… Pero no te preocupes, ese es justamente el rasgo que te convierte en una persona interesante, no cambies, déjame preservar esa pura personalidad tuya hasta que nos volvamos a ver.''


    Esas fueron sus palabras, palabras que en su momento no significaron traba alguna para mi despreocupada forma de ver la vida, en su momento lo tomé como un elogio, pero ahora...


    El silencio de la sala me había hecho recordar el mismo silencio de mi corazón, tan insípido, y monótono, aburrido… Sin respuesta alguna, tal y como mi asertiva superior lo había descrito aquella ocasión, un ser sin precedentes, limpio, fiel a las reglas, con la corriente pero nunca lo suficientemente hundido. Creía que con mis recuerdos se iban una infinidad de sentimientos que poco a poco dejaron de tomar importancia para mi, solo insulsas memorias que se desvanecían con el cruel pasar del tiempo y la ceniza... Pero cuan equivocado estaba, los recuerdos se iban, el sentimiento… No.


    Tomarle importancia a ese hecho fue como una evidencia de que aún había un rastro de humanidad en mi persona, lo que ella había dicho me molestó por ese tonto hecho, ayudar a las personas por razones desinteresadas no era algo que me reconfortaba del todo, aún en mi mente sigo divagando en la idea de que este comportamiento es incluso repulsivo, y por eso temí de aquel hombre excéntrico esta mañana. Y no hablo sencillamente del poco sentido común que amerita rechazar la oferta de un anciano desconocido en un barrio que tampoco conoces, iba algo mas allá que eso, se podría decir que me habían pagado con la cucharada de mi propia medicina, un hecho meramente desagradable, que de ninguna manera pensé, y fuese tan siquiera una muy horrible coincidencia.


    —Shinta, ya lo habíamos hablado antes, ¿no es cierto?


    Esa era mi madre, sentados en el habitual sofá de terciopelo que decoraba la sala del departamento donde antes vivíamos, vi por la ventana pensando en lo que se refería, pero no hallé las palabras exactas que describían a la perfección el tipo de situación a la que ambos, de mala gana, ya nos habíamos acostumbrado tanto. En ese momento mi mente no estaba sumergida en el hecho de que nos cambiaríamos de residencia a como otras veces lo habíamos hecho con anterioridad, sino mas bien, comenzaba a divagar sobre la remota posibilidad de volver a este sitio, una significancia sentimental que, personalmente interpretaba como una abominación que jamás había experimentado antes, ¿realmente valdría la pena volver? Esta vez había algo que lo hacía diferente a las demás ocasiones, una razón, yo diría que muchas… Pero, algo que realmente valiera la pena, supongo que no.


    No sé cuando fue que de un tiempo a otro ese tipo de cosas comenzaba a importarme. Recuerdo que las primeras veces la mudanza significaba poco o nada para mí, un suceso inevitable que al mismo tiempo se hacía rutinario e inofensivo.


    —Con que Sapporo…


    —Sí, está a unas cuantas horas de aquí en autobús, además es una ciudad grande, perfecta para un chico de tu edad.


    La rutina de siempre, a donde fuera, sin importar a donde mirará, estaba obligado a seguir esta misma escena unos centenares de veces más hasta que me la aprendiese de memoria. Ella notó mi distante mirada en la calle a través de la ventana, pero lo pasó de largo, a veces hasta siento que también está cansada de todo esto, ¿y quién no?


    —Bueno, podré venir de visitas en las vacaciones, ¿no es cierto?


    —Oh, por su puesto… Siempre eres libre de regresar cuando se te dé la oportunidad, pero…


    ‘’Bueno, no pensé que quisieras regresar después de todo lo que ocurrió. ’’


    Solo un tanto sorprendida por mi decisión, no pensó ni por un momento que tuviese la necesidad emocional de volver a este sitio, y razones tampoco le sobran, ella de mala gana se acostumbró a mi insensibilidad respecto al tema. Pero la verdad es que hay más que sencillas razones para volver, algo que va más allá de un simple sentimentalismo…


    O eso me forzaba a creer pensando que el solo sentimiento no fuese algo idiota.


    —Jamás te he exigido algo de parte mía, nada, solo te pido esto, Madre... Déjame volver, de este lugar aún conservo memorias gratas, no quisiera olvidarlo fácilmente… —dije eso, pero realmente no es lo que siento, o mejor dicho, realmente, me gustaría no sentirlo...


    Aunque para ese punto pensaba que las personas que dejase atrás me harían falta, la verdad es que no era así, en cuanto mi mente pudiera reaccionaría ante mis deseos y sencillamente lo olvidaría a como haría con cualquier otra cosa que pasara por mi mente, era un hecho, no era algo que quisiera, simplemente... Soy un desastre para tomar ese tipo de decisiones importantes.


    —Bien, lo sé, no quieres dejar a tus amigos, ¿es eso?


    Respondió esbozando esa habitual sonrisa suya, ese gesto… Significaba vacilación, pero en verdad no quería llevarme la contraria, he llegado a pensar que es su simple manera de actuar.


    Aunque muchas veces indiferente ante este tipo de situaciones, mi Madre, pese a sus imperfecciones, era sublimemente perfecta para un hijo irresponsable como yo. No necesitaba decirle mucho para que ella me entendiera, o es que me hacía notar tan obvio para los ojos de una mujer que ha vivido con esto durante tantos años de su vida. El ojo de una madre es agudo, no lo subestimen ni por mucho.


    —Pero, ¿estás seguro de que sea este sitio? Siempre puedes a ir otros lugares, ¿Qué me dices de Enoshima?


    —Madre, mis recuerdos de ahí desaparecieron…


    Estoy seguro de que debieron ser los primeros, no creo que quiera regresar a ese lugar.


    —Es cierto… —añadió cabizbaja, sumamente angustiada por lo que dijo. --Olvida lo que dije por favor.


    Supongo que se sintió culpable, aunque no haya hecho algo que realmente amerite mi desprecio.


    —Pero vivimos con Papá una temporada en ese lugar, ¿no es cierto? Seguro a ti si te gustaría volver, vayamos estas vacaciones…


    —Shinta.


    Su abrazo fue cálido y conmovedor al mismo tiempo… ¿Cuándo fue la última vez que Madre lo había hecho como aquella ocasión? Tengo miedo de que el recuerdo se haya desvanecido siquiera… Esa noche justo después de platicar con ella acerca de la mudanza, caminé, lo hice hasta que me aburrí y me dormí entre la hierba de la espesura, por alguna razón me siento cómodo entre los bosques, dormir entre los hierbajos de la maleza y la nieve cerniéndose sobre ella me tranquiliza.


    La enfermedad me afectó hace algunos cinco años, borrando con ello, y, poco a poco, mis memorias de cuando viví mis primeros diez años de vida. Aunque el motivo exacto por el cual padezco de esta amnesia no es del todo claro, según muchos neurólogos es un padecimiento de daño cerebral. Las actividades neuronales en el hipocampo se deterioran afectando también con ello mi uso de memoria a corto plazo como daño colateral, un problema meramente fisiológico.


    —De manera que justo ahora estas en un punto donde incluso tus memorias de estos cinco años después de la enfermedad se desvanecen día con día, ¿no es cierto? —preguntaba Alice, ella iba delante de mí, y yo tan solo le procuraba seguir el paso sin tomar la delantera, volteando a los al rededores por si alguna de esas cosas no se asomaban de nuevo.


    Ahora que veo de frente el edificio central del colegio me voy dando cuenta de que la estructura externa es bastante peculiar; De bases orientales, pero con acabados góticos, parece ser una de esas casonas Europeas que hay en el centro de la ciudad… Se ve que el edificio tiene sus años también.


    ¿Uh? La silueta de alguien se asoma por una de las ventanas en el último piso, a esta distancia no logro notar o definir bien su rostro.


    Ups, al parecer se dio cuenta de que le estoy viendo por que dejó de asomarse, que extraño…


    ¿Alguien nos estaba espiando?


    Una parvada de cuervos sobrevuela en las alturas destanteando mis ideas flotando al aire, la silueta en la ventana me había dejado perplejo de alguna manera. En la lejanía, el trinar de los cuervos se intensifica, quizá alertados por una oscura presencia que no tardé en presentir... Esta sensación, es horrible, causa escalofrió.


    Será mejor que no se lo mencione a Alice, no sabría cómo reaccionaría, y no es que a mí me importe tampoco.


    —Se me es difícil mantener recuerdos si no tengo una impresión específica, por decir, hay una posibilidad muy alta de que olvide todo lo que pase por mi mente si no focalizo un interés como punto de referencia.


    He llegado a olvidar detalles como nombres, gente, rostros, fechas, palabras, también sensaciones, como el olor, el tacto, e incluso los sabores, aunque esta última es algo más personal.


    —Ya veo, si no genera impacto en tu vida cotidiana es probable que el dato se desvanezca.


    —Debido a esto se me es fácil lidiar con asuntos escolares si solo me limito a entrar todos los días a clase y presto verdadera atención, en contraste... Se me es imposible archivar memorias de largo plazo por lo que en realidad sé cocinar pocas cosas, y lo hago como rutina semanal...


    Una rutina fácil de memorizar y lo bastante nutritiva para que no afecte a mi salud. Mi madre no es de las que cocinan.


    —Si si, ¿Cuál es tu punto en eso? —preguntó desafiante, como si en realidad supiera a lo que quería llegar con este punto algo desubicado para el tema que estábamos hablando.


    No se le escapa ninguna, ¿eh?


    —Solo quiero decir que no tengo una comida favorita, y tampoco recuerdo que mi comida favorita fuese el curry en algún momento de mi vida, es molesto de cocinar, y relativamente barato, eso de ningún modo es una comida balanceada, es chatarra.


    Incluso los hay en presentaciones pre-hechas para calentar y comer en el momento, y honestamente no soy bueno tolerando las comidas picantes y pesadas, además por si fuera poco parece diarrea.


    —Sigues con eso... —Respondió de mala gana. —Sí bueno, tienes razón, siento haberme equivocado cuando dije que tu comida favorita fuese el curry, simplemente lo supuse, luces tan promedio que uno diría que te esfuerzas mucho en serlo, es todo. —culminó, con cierta irritación lo bastante evidente como para decir que estaba incomoda con el tema.


    Supongo que ella solo quiere que nos olvidemos del asunto y hagamos un rotundo punto y aparte, pero no puedo dejar pasar de largo esa ocasión que soltó de último.


    —Pues perdón por ser un pobre ‘’Normal-fag’’ señor ‘’MC’’ de una novela para jóvenes.


    —¿? Vaya, se nota que te gustan esas novelas, nada malas… Mencionaste sus precios, pero una vez compré una muy cara, fue como leer una enciclopedia.


    —Para mi leer no es problema monetario.


    Leo en PDF…


    —Sí, estoy al tanto de tus gustos… Por cierto, tienes un historial de compra bastante extraño, ¿A qué se debe eso?


    ‘’Pero sinceramente de alguna manera lo atribuyo a tu problema. ‘’ agregaba.


    —Mis gastos se enfocan principalmente en cosas muy azarosas.


    Por decir, puedo estar comprando de la misma manera una figurilla gashapon del momento, pero a su vez, puedo estar comprando con el mismo entusiasmo una muñeca tradicional japonesa. Aunque no sé si sean dos cosas necesariamente paralelas, digamos que compro lo que se me da en el momento.


    —Entiendo, de alguna manera… Tengo una compañera de clases que es exactamente igual a ti en sentido.


    —Déjame adivinar, esa chica… La loli-nadesiko.


    —No, ella es punto y aparte…


    Ah, ella identificó a quien me refería, de modo que también lo piensa pues no insistió en reprocharme.


    ‘’Yagami Fuyuka’’


    —Y, ésa quien es.


    Suena al nombre de alguien importante.


    —Una compañera del departamento de inteligencia, también es mi mejor amiga.


    —De modo que otros chicos de tu edad trabajan contigo.


    —Sí, aunque nuestro grupo de trabajo sea limitado, constamos únicamente de cuatro miembros, incluyéndome.


    — ¿La loli-Nadesico también está en tu equipo?


    —No, ella pertenece a otra rama, aunque nuestra labor sea semejante en muchos aspectos, yo y mi equipo… Nos especializamos en asuntos más internos.


    Urgh… Suena muy complejo, mierda profunda.


    —Como sea, si te digo esto es porque hay… Cierta persona de la cual, quiero que tengas sumo cuidado.


    ¡!


    Mas reglas, este sitio ya es lo bastante problemático de por si, ahora tengo que tener cuidado de alguien.


    —Desembucha, ¿de quién se trata?


    —Onizuka Aitsuki, estamos en el mismo grupo de trabajo, pero él es… Un caso especial, por nada del mundo te relaciones con ese sujeto, y lo que es más… Procura evitarlo.


    Su advertencia fue demasiado seria como para tomarla a la ligera siquiera, algo en sus palabras me indicaban que, en efecto… Sea cual fuese el problema que tuviese con él, era algo meramente personal, juzgando el notable resentimiento de sus palabras.


    Con que Onizuka Aitsuki, lo recordaré, ese tipo de nombres no se olvidan, y además… ¿Alguien lo suficientemente capaz como para poner de nervios incluso a Alice? Tendría que ser alguien especial como para lograrlo.


    —Pero hablando más de tu enfermedad, eso suena bastante conveniente como para ser un simple desorden de memoria.


    Podrá decir eso, pero la verdad es que perder tan solo un día de clases es lo bastante problemático, y es bueno saber que solo perdí mi primer día, considerando mi situación.


    — ¿Por qué lo dices?


    —Tiene que ser conveniente para cuando se busca olvidar algo que no deseas recordar, por decir... Si tú te lo propones, no perderías tantos recuerdos, ¿No es así?


    —Je... Bueno, supongo que lo que dices es cierto.


    — ¿Supones?


    —Procuro recordar muy pocas cosas en consideración al número de cosas innecesarias que si mantengo en mi memoria de manera intuitiva y que está fuera de mi control, siendo específicos, cosas como productos de ocio, videojuegos, música, mangas.


    Digamos, es un hándicap agregándose a la ya de por si arruinada forma de vida, me gusta decir que es mi maldición pero no sé qué tan infantil sea eso. Por cierto, sé que a este punto es poco importante que lo diga puesto que no lo mencioné al principio de la historia, pero tengo quince años, de modo que muchas veces hago lo que cualquier chico de su edad hace, ¿Por qué eso hace un chico de mi edad cierto?



    —Tus prioridades son extrañas, pero siendo ese el caso, algo como la simple comunicación por distancia puede lograr una interacción cotidiana para mantener el hilo de una relación entre dos personas, ¿Por qué no esforzarse para mantener en tu memoria ese tipo de cosas, mejor?


    —Lo que pides es imposible, por muy buena gente que sea...


    Y aunque lo fuera, las relaciones humanas son complicadas.


    —No existe la remota posibilidad de que mantenga una relación por mucho tiempo, soy un desastre en esos asuntos, necesito de sucesos, experiencias, no algo como la simple comunicación para mantener un constante estimulo de pensamiento, si alguien desapareciera de mi vida lo haría de igual manera en mis memorias.


    Y aún con ese planteamiento las posibilidades de que olvide incluso su rostro son muy altas. Ahora que lo había expuesto de esa manera, tanto mi Madre como yo hemos pasado por situaciones difíciles debido a mi condición de vida y mi enfermedad, es por eso que quizás, nos permitimos comunicarnos de manera natural entre los dos sin siquiera emplear muchas palabras en nuestra interacción, o siquiera tiempo juntos.


    Digamos que tampoco es de las que están mucho tiempo en casa.


    — ¿Qué tan probable es que olvides mi rostro de aquí a algunos años?


    —Es muy posible que te olvide si nuestro convivio no es constante, pero jamás olvidaría una cara bonita.


    —Ya basta con eso…


    Je… Habiamos hecho alguna clase de corchete literario.


    —En general, es muy probable que olvides ciertos sucesos que también están fuera de tu control ¿no es cierto?


    —Lastimosamente sí.


    No importa lo mucho que me esfuerce por mantener el recuerdo, a veces, las cosas simplemente se olvidan y ya… Olvidar rostros es lo más extremo que me puede pasar, siendo honesto, la verdad es que a lo largo de estos cinco años he olvidado muy pocos, en cambio he llegado a olvidar las razones exactas por las cuales podía identificar a alguien como un viejo conocido, dícese vivencias, experiencias compartidas, y todo hasta que eventualmente se convierte en un rostro conocido.


    Tienen que ser casos muy específicos para olvidar… No lo sé, a veces hay gente que honestamente no logro recordar, yo diría que algunos incluso parecen empeñarse en no ser recordados.


    —Oh… —la expresión en su rostro vaciló un poco. —No pensé que fuese tan serio.


    Está tensa, como nerviosa incluso.


    — ¿Cómo? ¿No estabas alegando esta mañana que me conocías de pies a cabeza?


    Ella merece ser enjuiciada por eso, no sabe el susto que me llevó cuando comenzó a soltar todos esos datos de la nada.


    —Estaba enterada de tus circunstancias, pero no a este punto.


    Claro, no puede decir que me conoce del todo bien. Pero viéndolo de esta forma es bastante sorpresivo, toda esa pedantería de la mañana para nada, eso sí que es hilarante para mi, y bochornoso para ella, lo cual suma gracia.


    —No has pensado la idea de que, bueno, tú sabes… Solo inconscientemente, ¿vendrías siendo tú quien olvidó todas esas cosas por su propia cuenta?


    —Por supuesto que lo he pensado, de otro modo este hecho no me asustaría tanto a como lo hace.


    Se podría decir que es debido a eso que le tengo tanto pavor a la enfermedad.


    —Siendo así, de alguna manera te las apañas con las pocas memorias que actualmente puedas generar.


    —De alguna forma, si…


    —Eso es asombroso, tú misma condición de vida te ha obligado a desarrollar habilidades cognitivas avanzadas de manera bastante intuitiva, estoy segura de que si no tuvieses esa enfermedad, incluso tendrías un buen uso de memoria.


    — ¿Es eso una clase de elogio acaso?


    —No malentiendas. —respondía a la par que se detenía y me confrontaba de manera directa, señalándome en el acto. —Es una manera de decir que lo que te está pasando es aterrador, tanto que podría tener lastima por ti de no ser mi cliente.


    Su sentencia fue tan puntual y agresiva que buscaba matar todo indicio de suspenso que se pudiese generar después de su afirmación. En cierto modo era comprensible su reacción, vivir con esto ya es lo demasiado horrible como para ser verdad, algo muy difícil de creer que es inevitable que suene terrorífico.


    Recorríamos el pasillo de los jardines con los últimos rayos del sol asomándose por las nubes, apenas visibles por la espesura de las hojas y ramas en las alturas que cubren el panorama. Por alguna extraña razón sentí que la desolación en el sitio no podía ser bajo ninguna manera algo normal… Desde que estuvimos dentro del colegio no había visto siquiera un alma asomándose, la desolación tanto dentro y fuera de la escuela fue algo perturbadoramente presente y natural.


    Aquí falta gente, o, ¿solo sobramos nosotros? Es comprensible que bajo ningún medio este sitio fuese un lugar concurrido, la cuestión radica en que estamos en una escuela a la que asisten una gran cantidad de alumnos, se que son horas de salida, pero sigue siendo un lugar bastante vacio como para pasarlo por alto.


    —Alice... No sé qué tan normal sea la desolación de este sitio, pero...


    —Sí, sí, sé a lo que te refieres.


    —Que lo hayas notado de igual forma, de alguna manera me tranquiliza.


    —Me pregunto si lo habré notado antes que tú... Eres muy perceptivo, ¿te lo han dicho?


    Extrañamente sí, pero a como ahora, no entiendo a que se quieran referir con eso… Quizá, no sea lo bastante perceptivo.


    —Es extraño, para estas horas aún debería haber gente a los al rededores, pero desde que estábamos dentro de la escuela no he sentido siquiera la presencia de alguien mas...


    —De modo que esta desolación no es normal.


    Lo que me temía.


    —Quizá tomamos una ruta diferente, pero de ningún modo, estoy segura de no haberme equivocado.


    Creo que sería bastante conveniente que le mencione acerca de esa silueta que vi en la ventana al salir del edificio, pero otro intenso escalofrío no tarda en recorrer mi piel al soplido de un gélido viento, alertando a las parvadas de cuervos que surgen de los arboles en las alturas.


    ¿Mas de esas cosas? Hay muchas de esas aves por estos lares ahora que lo noto, la brisa helada levanta las hojas del sendero y se forma una leve ráfaga de viento que termina por llegar al final del camino, la ramería de los arboles a los extremos simulan un oscuro túnel sobre el sendero, ambos chocamos la mirada, expectantes, y con la incomodidad en nuestro movimiento, tragamos un poco de saliva antes de adentrarnos en el túnel... No recuerdo que la entrada fuese tan tétrica en la mañana, o al menos no tanto.


    —No hay de otra, tenemos que pasar...


    —Estas de coña, no entro a ese sitio ni por qué me paguen.


    —Oye, ¿quieres librarte de tu problema o no? Por muy horrible que luzca el camino...


    —Ya ya, he escuchado esa frase tantas veces... Bien, pasemos, entre más rápido acabe esta pesadilla, mejor.


    —Esa es la actitud. —sonrió, incluso hasta me jaló de la mano para que me animara a pasar.


    —Solo piensa que pasaremos por una aventura. —Ella luce extrañamente entusiasmada con esto, supongo que es la costumbre. Bajo estas circunstancias no podría negarme, ella es inusualmente cálida, y tiene mucho tacto... Me pregunto si así será con todos sus clientes.


    Ya dentro de la arbolada, el intenso escalofrió de hace un momento no se detuvo, entumeciendo con ello mi brazo izquierdo, me falta el aire y mi corazón se agita, trato de acariciar mi extremidad insensibilizada, pero es imposible, no siento nada. Me estremezco el tan solo imaginarlo, los últimos rayos del sol no tardan en desvanecerse cayendo con ello la noche, el sitio cada vez se torna más terrorífico al prenderse los faroles a los extremos del camino en constante orden… Una presencia terrorífica y difícil de describir se asoma, quizá la misma de hace un momento, probablemente, observando por medio de los arbustos, no lo sé… O morando por los al rededores tal cual bestia del bosque camuflándose entre la maleza, una fuerza sobrenatural que está lejos de mi entendimiento y que no se muestra tal y como es, como si este enfermizo ambiente fuese la única manera en la que aquél ente pudiese manifestar su existencia, su ritual de invocación.


    — ¿Sientes eso?


    Su contundente pregunta hizo que saliera del trance, admito que estaba siendo abrumado por tan asquerosa presencia, intimidado incluso... Jalado constantemente en mí delirio de esos innumerables brazos invisibles que surgían de las penumbras, como si fuese la depravada presencia de un monstruo atrayéndome a sus entrañas. Estas extremidades sin color, inexplicablemente no parecen afectarle a ella de ningún modo. ¿Por que parece solo seguirme a mí?


    — ¿De qué se trata? —preguntaba, no parecía notar la presencia de esas alargadas extremidades que le rodean pero que al mismo tiempo parecen de igual forma ignorarle. Ella vio algo en mí que la hizo darse cuenta de que estoy muy consciente de lo que pasa alrededor, quizá lo vio desde el reflejo del iris de mis ojos.


    El sentimiento fue igual de momentáneo, se dilataron sus pupilas e intuitivamente evitó el paso de esos brazos esquivándolos, provocando que ésta adoptara una pose de verdad ridícula.


    — ¿Terminó? —seguía sin verlos, pero no rompió su postura en ningún momento, había evitado la trayectoria de los brazos con éxito, y yo me las había apañado para que no me tocaran.


    —Si…


    El sentimiento fue tan pasajero como un mal presentimiento que se desvanece y te deja hundido en la duda de que algo siniestro está a punto de suceder, no supe que responderle porque ni siquiera estaba seguro de lo que sentía y veía en ese momento.


    Una, alargada y retorcida figura palpitaba suspendida justo arriba de nosotros, parentesco en forma a la de un grotesco gusano gigante, compuesto de carne y con piel traslucida, tan transparente que parece reflejar las estrellas del firmamento, verlo directamente a él, o eso, y a sus innumerables apéndices a modo de alargados y finos brazos, que surgen de su vientre abriéndose, brotando y descendiéndose sobre nosotros, me hace pensar que se trata de una mera ilusión que no termina en desvanecerse con el aire, dejando en el ambiente ese gélido aliento de muerte...


    ¿Acaso fue real? De ser así, si quiero continuar caminando en este sitio será mejor que tome esa aparición como mera advertencia de su presencia por parte suya, en pocas palabras, esa cosa me dijo; ''Estoy aquí, y no me busques''. Pensándolo de esa forma hizo que inevitablemente se helara mi sangre nuevamente, un gesto tan perverso como ese solo es propio de un humano.


    —Qué demonios fue eso Shinta…


    — ¿Me preguntas a mi? Se supone que tú eres la experta...


    Honestamente, no quisiera ni compartir lo que vi hace un momento.


    —Mira a tu alrededor… ¿Qué ves? —sostenía, ya al tanto de lo que le rodeaba.


    Le hice caso omiso, pero la verdad es que muy dentro de mí no quería hacerlo tomando en cuenta lo anterior. Y sucedió algo curioso y ya inimaginable, como ocurrió esta mañana, repentinamente nos vimos inmersos en un mar de gente, alumnos paseándose entre la espesura de los jardines, sentados en los quioscos y disfrutando del pasaje, totalmente ignorantes de tan terrible presencia. Pero hay algo raro en todos ellos, algo que esta mañana no había notado, su sola imagen es incomprensible porque si tuviese que describirlo de alguna manera, diría que esas cosas solo pretenden verse como alumnos, mas no lo son...


    ¿Ahora en qué demonios nos habíamos metido? Pensé que este día jamás acabaría.
     

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