..Niñeras..(sasusaku)(nejiten)(naruhina)

Re: ..Niñeras..(sasusaku)(nejiten)(naruhina)

Hola...

Gracias por los comentarios; algunos son muy graciosos.

Me divertí escribiendo esa parte xD...me gusta hacerlo sufrir.

Bueno pues planeo escribir la continuación en el fin de semana, si lo termino creo que el Martes continuaré, pero hago el hincapié que todavía no sé =D.

Adiós y sigan comentando!

 

Re: ..Niñeras..(sasusaku)(nejiten)(naruhina)

Disclaimer: Naruto no me pertenece.

Capítulo 21.
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¿Pero qué rayos?, se suponía que precisamente hoy deberían de haber llegado por los mocosos y lo único que recibimos fue una carta, en la cual decía que nos tendríamos que quedar otro mes, pues los padres de los niños pidieron un poco más de tiempo para hacer arreglos, sin embargo cada vez estos niños corren más riesgo que en sus propias casas.

Además de que nosotros cada vez nos volvemos más locos.

Ayer, por ejemplo, Sakura se peleó con Naruto porque él hizo una estupidez, aunque haya sido graciosa a ella le molestó de sobremanera y mando al diablo al idiota de Naruto.

Sólo espero que esto se acabe pronto, y me tomaré unas lindas y relajantes vacaciones con mi preciosa Ino...digo con mi precioso Akamaru, sí con él.

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-Lleva con la carta en la mano más de 15 minutos –susurró Tenten a Neji, mientras los ojos de ambos se fijaban en Naruto.

-Supongo que no le cayó bien la idea de quedarse aquí el próximo mes –comentó Ino desde la cocina; al parecer Tenten no era buena susurrando.

-Es lo más probable –contestó sin interés Neji.

Todos callaron un por un momento.

-¡Maldita vieja! –gritó exasperado Naruto, lanzando la carta muy lejos de su vista- Voy al mejor puesto de ramen en el pueblo, y la cuenta la cargaré a la cuenta de la vieja, regreso después –anunció Naruto, mientras se iba corriendo por el umbral de la puerta, dejando a todos con las palabras en la boca.

Todos suspiraron.

Después todos tomaron camino hacia las habitaciones u otros sitios.

Tenten iba caminando por el pasillo, cuando se encontró con la carta que había llegado esa mañana a la mansión, se agachó para recogerla y la trató de hacerla lisa, pues Naruto la había arrugado demasiado, después se sentó en el sillón más cercano a releer aquella dichosa carta.

La carta decía:

Estimados shinobis:

Después de recibir varios escritos por parte de los familiares de los niños a quienes cuidan, indicándome que necesitaban por lo menos otro mes para poder hacer arreglos sin apuros y coherentes, decidí hacerles caso y otorgarles el tercer mes en la mansión, por lo tanto espero cuiden como lo han hecho los dos últimos meses a sus encargados.
Espero sigan con su trabajo y se dediquen a él y no a otras cosas secundarias.

Concéntrense.

Se despide: ​

Tsunade-sama.​

​

Los labios de Tenten se curvaron haciendo una pequeña mueca, algo parecido a una sonrisa. Era algo estúpido que Tsunade-sama les pidiera que se concentrasen en la misión, prácticamente era lo que hacían todos los días.

A menos de que se haya dado cuenta las mezclas de sentimientos en cada un integrante de la misión y quisiera mucha más concentración.

Naruto había explotado al leer la carta, no explotó porque la “vieja” le pidiera que se concentrara, el único y exclusivo motivo de su enojo era el próximo mes.

Otro mes lejos de casa.

Era obvio que a todos les molestaba estar un mes más en aquella mansión, sobre todo por tantos sentimientos expuestos y tanto drama. Pero era inevitable. Algunas veces se peleaba, otras se amaban, nunca había concordancia y era lo que hacía que todo fuera un desastre.

Los niños gritaba y hacían travesuras, los demás se “concentraban” en alejarse de los problemas o se comportaban igual o peor que los niños; nunca se podía llegar a un acuerdo lógico donde todos estuvieran contentos.

Y menos cuando había 2 niños enamorados de 2 shinobis; dificultaba mucho más las cosas, y parecían no torcer el brazo, aunque se les tratara de convencer, algunas amenazas y otras suplicas, simplemente contestaban con un rotundo “No” y no había nada ni nadie que los hiciera cambiar de opinión.

Eran un desastre.

Ahora en el próximo mes habría más caos, después de todo hoy acabábamos la misión y todos estaba felices y ansiosos, fue un golpe en el hígado para todos quedarse por más tiempo.

Pero debían de acatar la orden o rodarían sus cabezas.

Tenten suspiró; lo que venía sería un desastre y mucho más, debían de estar preparados mental y físicamente para lo que sea que sucediera. El que es débil no sobrevive con tanto escuincle a lado.

Los chantajes iban a subir de tono al igual que las travesuras y eso va “agarrado de la mano” de discusiones y si es más violento: los golpes.

Sí, definitivamente debían de estar precavidos

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-Esa vieja me las va a pagar.- Naruto estaba enojado, simplemente no se le hubiera pasado por la cabeza que el día de hoy en vez de mandar a las familias de los niños, les hubieran mandado una estúpida carta llena de sandeces. Pero ya no le podía hacer nada, tenía que resistirse a largarse de ese pueblecillo, de todos modos si regresaba antes de tiempo y pasaba algo malo en la mansión, sería degollado por la misma Tsunade-sama. Cosa que Naruto nunca permitiría.

Salió de la casa furioso, eran pocas las veces que se le podía ver así, normalmente se rehusaba a acatara, sin embargo habían muchas cosas que por más que trató de cubrir ahora salían como reptiles de su cascarón. Los sentimientos, el combate más doloroso y significativo para un shinobi estaba presente y había llegado sin previo aviso.

Sólo trataba de solucionar sus pequeños “problemillas” con Hinata...qué rayos iba a hacer, no sabía como decirle la verdad a la pobre muchacha, había veces que ni él sabía de qué estaba hablando, sólo balbuceaba cosas sin sentido, según él la mejor declaración, terminaba convirtiéndose en una bola de palabras sin sentido atoradas en la garganta.

Naruto sacudió la cabeza de un lado al otro, con la vaga esperanza de que aquellos pensamientos tan confusos se le fueron por lo oídos al sacudir la cabeza; lo malo es que no salían.

Volteó a ver las pequeñas tiendas del pueblo, una de kunais, otra de ropa y zapatos. Kunais tenía de sobre, aunque luego le diría a Tenten que fuera a visitar aquella tienda, para observar la artesanía de aquel pueblo, ella estaría encantada.

Volteó la cabeza hacía el lado opuesto, había otra tienda de ropa.

-Creo que le diré a Ino y a Sakura-chan que vengan a echarles un vistazo -pensó el chico.

A lado de la tienda de ropa había una tienda de comida “rápida”, donde se encontraba la mitad del pueblo esperando el servicio, otros esperaban impacientes su comida. Pensó en entrar a ver si vendían ramen, pero la esperanza decayó al ver el enorme cartel donde decía que había curry y más curry. Optó por no entrar, de todos modos, aquel cartel lo decía todo.

Siguió caminando sin rumbo fijo, aún con los pensamientos hechos un caos. Definitivamente haría algo para hablar con Hinata y calmar su mente.

Recorrió con la mirada a la izquierda encontrándose con un señor con un puesto ambulante en la pequeña banqueta. Llevaba en las manos unos sombreros tan extraños que no parecían de este mundo, eran grandes, negros y los adornaban unas costuras en color blanco.

Naruto corrió con el señor a preguntarle sobre aquellos grandes sombreros.

-¡Señor! -gritó el chico atrayendo la atención del señor, quien se limitó a mirarlo de soslayo, parecía muy ocupado.

-¡Señor! -volvió a gritar Naruto, ahora con un tono más fuerte, sin embargo el señor se dedicó a observarlo de arriba abajo aún por el rabillo del ojo.

Naruto se hartó.

-¡¡Señor!! ¡Hágame caso-tebbayo! -gritó ahora atrayendo la atención de varias personas que caminaban cerca de ahí.

-¡No estoy sordo!, ¡Te escuché! -gritó desesperado el señor de aquel simpático puesto.

-¡Pero no me hacía caso! ¿Qué quería que hiciera? -volvió a gritar con el mismo tono que había empleado en el último grito.

-¡Pero ya te estoy haciendo caso!, ¡Baja la voz!

-¡Usted es el que sigue gritando! Dattebyo, ¡No me eche la culpa!.

-¡Tú empezaste!.

-¡No hubiera gritado si usted me hubiera atendido desde el principio!.

-¡Pero si ya te estoy atendiendo!.

-¡No escucho la palabras mágicas!.

De pronto el señor calló...¿Cuáles palabras mágicas?.

-¿Perdón? -se excusó con intriga.

-¡Oh, vamos!, todo comerciante sabe de antemano las palabras mágicas-. Al fin Naruto había bajado la voz.

El señor suspiró cansado y sin mucho interés preguntó:

-¿Qué se le ofrece?.

Naruto sonrió con satisfacción-Así está mucho mejor -dijo con entusiasmo.

-Bueno, ya lo dije, ahora tú dime qué quieres.

-Sólo le venía a preguntar sobre estos sobreros tan extraños -pronunció Naruto mientras tomaba con su mano izquierda el borde del sombrero.

El señor estalló en carcajadas.

-Se ve que eres un visitante -susurró entre risotadas.

Naruto espero con algo de paciencia a que se le calmara el ataque de risa.

Aquel señor no daba indicicios de callara la risa, se detenía un poco diciendo palabras como: “Ya, disculpa”, “Ya me callo”, “Perdón, perdón, pero...”. Lo único malo es que nunca paraba, y Naruto estaba empezando a fastidiarse.

-Pff –bufó cansado Naruto. Muy bien si volvía a tener un ataque de risa lo iba a golpear para ver si así ya se callaba, o estaba aquella maliciosa opción de que al golpearlo el señor “risa interminable” siguiera en lo mismo.

Después de unos 10 minutos, aquel señor empezó a parar.

-Disculpa chico –pronunció entrecortadamente, aún necesitaba un poco de tiempo para recuperar todo el aire, cuando se calmó habló:-Soy de esas personas que les gustan pegarse una buena risotada –admitió el señor con una sonrisa sincera.

-Ya estaba pensando en golpearlo –susurró cansado Naruto.

-Bueno, ahora sí –anunció el señor- Sobre los sobreros, estos sombrero se usan para una tradición muy especial aquí en nuestro pueblo –pronunció el señor con amabilidad, Naruto escuchaba atento.

-Cuando un caballero quiere declarársele a una bella dama, éste, con ayuda de sus amigos, le preparan una linda serenata, donde él le cantan alguna canción hermosa por la noche mientras ella se sonroja viéndolo desde su balcón –pronunciaba aquel señor. Parecía que así fue como él se le declaró a su mujer, pues parecía tan emocionado en la charla que Naruto decidió quedarse callado y escuchar atentamente.

-Se usa, por lo general, éste tipo de sombrero y los instrumentos para la serenata-finalizó el señor.

Naruto se llevó la mano a su barbilla, de modo que empezaba a formular ideas en su cabeza; todas llegaban a un punto: ella.

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-Que problemático, ya lleva más de 4 horas afuera, a lo mejor y lo golpearon por tratar de robarse el ramen y está tirado en alguna calle habló sin entusiasmo Shikamaru, mientras se desparramaba en la silla más cercana que divisó, poniendo su brazo izquierdo detrás del respaldo de la silla, dándole un aspecto de un real vagabundo.

Ino se dio cuenta de aquello.

-¡Hombre!, siéntate correctamente y por otra cara, ¡pareces vaca echada! –gritó Ino, quien le dio un buen golpe en el muslo a Shikamaru e hizo que por el impacto saltara y se acomodara, después soltó un bufido molesto.

-Eres muy problemática –susurró.

Temari se carcajeo tratando de que no se hiciera muy notoria su risa, pero al parecer la discreción estaba enojada con ella en ese mismo instante.

Hinata retomó el tema de Naruto –Shikamaru-kun...no deberías decir eso, puede que algo realmente malo le sucediera a Naruto-kun -habló con cierta timidez y con mucha preocupación.

-Tranquila Hinata, Naruto ya es grande, ya se debe de cuidar solo –dijo calmada Tenten.

Todos la miraron incrédulos.

-Bueno, creo que mejor hay que ir a buscarlo –admitió avergonzada, después de meditarlo por un segundo. Si bien Shikamaru pudiera estar tirado agonizando porque le quitaron su ramen.

Ya la mayoría se iba a empezar a poner en acción en aquella misión de nombre: Naruto.

Kiba estaba entretenido, buscando algunas kunais para prepararse por si algún bandido le siguiera robando el ramen, por si acaso Naruto siguiera dado batalla.

De repente un brazo lo jaló hasta el fondo del pasillo.

-¿¡Pero qué rayos!? –gritó Kiba con la kunai en su mano dispuesto a encajársela a cualquiera que estuviera detrás de él, tomándole por el brazo.

-¡Kiba!, tranquilo, soy Naruto –chilló el chico moviendo sus brazos de arriba abajo para tratar de calmar a su amigo.

-Naruto, nos diste un buen susto, pensamos que estarías agonizando tirado en alguna calle –confesó Kiba, guardando su kunai.

-¿Agonizando?...¡Nunca!... –se dignó a decir- Necesito que me ayudes con algo –susurró Naruto cambiando del tema drásticamente.

-¿Qué quieres que haga yo? –preguntó aburrido Kiba.

-Ven conmigo –ordenó Naruto.

Kiba lo siguió a regañadientes.

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-Eh... creo que mejor no vamos a buscar a nadie, Naruto esta con Kiba en el patio trasero –anunció Zara, quien empezaba a acomodarse al lado de Lee, sentados en un sillón.

-¡Genial!, ¡Después de todo Naruto no dejo que la llama de la juventud se extinguiera! –gritó con entusiasmo Lee.

Todos se le quedaron viendo con pena.

-Nunca cambiará –susurró, más bien, bufó Tenten.

-En efecto –atinó a decir Neji. Era raro verlo solo, desde que regresaron de aquel lindo crucero, Himeko había estado pegada. Se sintió como cuando peleó con aquel hombre “araña”, tan atrapado en sus redes malignas, sin embargo de éstas no podía escaparse.

Himeko se había puesto la meta de “tomar” el corazón de Neji, sin embargo éste ya estaba ocupado, por una persona de más clase. Por mucho que el clan de Himeko este lleno de clase y otras cosas, ella parecía quebrantar todas las reglas de modales que le habían enseñado, en cambio Tenten, aún sin algún clan hereditario, se ha enseñado a ser la persona con más modales que él conocía, y un sin fin de otras cosa que podría decir sobre ella.

Se fue con aquellos pensamientos de la sala, esperanzado que la chiquilla no lo estuviera viendo desde el segundo piso, si tenía suerte podría meditar un rato en su habitación, si era el caso contrario...tendría que fulminarla para ver si con eso daba resultado y ella se marchara.

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-¿Dónde está Chouji? –preguntó una rubia, buscando detrás de la puerta dela cocina; sin resultado alguno.

-Creo que está en su habitación –susurró Hinata desde el gran comedor.

Ino subió las escaleras, con la esperanza de encontrar a su regordete amigo con ánimos para hacer la cena; ya que eso lo tocaba el día de hoy. Sin embargo al cruzar por el umbral de la ancha puerta, se encontró con la habitación hecha un desastre, la pequeña maleta que había llevado al pequeño viaje estaba abierta y se dejaba ver toda la tropa, mucha de ésta estaba regada por todo el suelo, además de que había servilletas usadas por todo la pequeña mesita de noche.

¿Y su regordete amigo?...

Dormido en aquella espaciosa cama, mientras que dejaba escapar varios susurros envueltos con el nombre de aquella joven que había conocido en el barco: Natsumi.

-Baka –susurró molesta la chica rubia.

Se acercó a Chouji tratando de no pisar nada en el suelo y con mucho cuidado se acercó a su oído, lo llamó por su nombre, en cambio él sólo dio media vuelta sobre su panza y se volteó hacia el otro lado; Ino se empezaba a fastidiar.

-Chouji –susurró con más dureza.

Él no se movió.

-Muy bien, hasta aquí llegó mi paciencia –dijo muy molesta.

Agarró de las ropas a Chouji y lo sacudió tan fuerte como pudo, después de todo mover a Chouji era una tarea difícil de hacer. Al sacudirlo, Chouji empezó a despertar muy lentamente, aspirando sus sábanas y con la pereza más grande del mundo.


-Mmm, ¿Qué pasa Natsumi? –preguntó somnoliento.

-No soy Natsumi queridísimo Chouji, ¡Soy Ino y todos morimos de hambre!, ¡levántate y prepara algo! -gritó fastidiada, ¡Bah! Ahora se digna a confundir a todos los que pasen por su frente y decirles Natsumi.
Chouji Se levantó de sopetón y volteó a ver a Ino sorprendido.

-¿Ino? –preguntó inquieto, con un deje de preocupación.

-Así me llamo –chilló Ino, con una sonrisa triunfadora en su rostro.

Minutos después a Chouji se le subió toda la sangre a sus mejillas regordetas.

-Ehh..perdón Ino no te vuelvo a confundir –susurró Chouji nervioso y sonrojado.

Ino soltó una sonora carcajada.

-¡Hombre!, se ve que la amas, pero ahora no estoy para que me digas Natsumi, mejor has algo productivo y ponte a preparar algo –dijo ella con cierto entusiasmo.

-¡Sí! –gritó- ¡Pero yo como primero!, ¡Me muero de hambre!.

Salió corriendo de la habitación pisando todas las cosas regadas en el suelo, cosas que había tratado de evitar pisar la rubia.

Bufó alegre, después de todo no cambiaría nunca.

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Ya pasaban de las 10 de la noche, mayoría estaba en sus habitaciones disfrutando de la paz del momento, unos dormían otros arreglaban sus habitaciones y otros miraban la noche estrellada.

Y algunos se preparaban para algo especial que sería sorpresa, pero con tal grado de ruido era poco posible que fuera sorpresa.

Hecho que Zara se dio cuenta inmediatamente.

Se acercó a su ventana pues debajo de ella parecía provenir todo aquel ruido tan molestoso se asomó y vio a Naruto, Kiba y a Lee con varios instrumentos que ella ya había visto en el pueblo, los instrumentos eran musicales y normalmente para una serenata. Pero parecía que tenían problemas, Naruto traía un papel con algo escrito en las manos, supuso que era la letra de alguna canción; para aquella serenata.

Kiba sostenía con dificultad ese instrumento enorme y de ves en cuanto tocaba las cuerdas para ver si era posible tocar aquella melodía. Lee, en cambio, estaba muy entusiasmado con un instrumento con menor peso y tamaño que el de Kiba y parecía disfrutar de las notas musicales que salían cada vez que tocaba todas las cuerdas.

Zara sonrió alegre.

Ya sabía para quien era la serenata, pero iba a tratar de mantener el secreto para que fuera sorpresa, o eso esperaría si es que ellos no lo arruinaban todo con su ruido.

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La manecillas del reloj decían que ya eran mas de las 11 de la noche, hora perfecta para empezar lo que tenía en mente aquel rubio hiperactivo.

-Muy bien, ¡Ya están todos listos! –gritó con entusiasmo Naruto, pero lo suficientemente nervioso como para decir otra cosa.

-¡Sí! –gritó Lee muy alegre alzando el instrumento que traía en manos.

-¡Bah!, terminemos con esto –exclamó divertido Kiba, a lo que se le sumo una gran sonrisa al ver tan nervioso a Naruto. –Hombre, seguro no quieres ir al baño antes de empezar –preguntó con burla.

-¡No!, estoy completamente bien-ttebayo –gritó ansioso y molesto.

-Bueno pues empecemos –susurró tratando de retarlo, cosa que el rubio ni se percató.

Paso más de media hora y ellos no podían ponerse de acuerdo.

-Me estoy hartando Naruto, justo cuando pensamos que te ánimas...¡No lo haces! ¿Qué rayos te pasa? –preguntó muy molesto Kiba, el sueño le estaba invadiendo todo el cuerpo, sus brazos ya un poco cansado por estar sosteniendo aquel instrumento y tener que soportar los grito eufóricos que pegaba Lee cada 5 minutos; era todo un calvario.

-Muy bien, ya voy, ya voy –reaccionó el chico rubio. Plantó los pies al suelo, agarró la hoja poniendo un poco de fuerza en sus dedos, se acomodó aquel sombrero por el cual había reñido con el que se lo vendió, tomó una bocanada de aire y recordó el ritmo de la canción para empezar a cantarla.

Kiba y Lee empezaron a tocar los instrumentos sin una pizca de experiencia, pero por lo visto le iba no tan mal. En cambio Naruto, parecía ausentar de oído musical, además de que la afinación de la voz le salió prácticamente horrible.

Lee empezó a entusiasmarse y tocaba con un poco más de fuerza las cuerdas, parecía como si la vida dependiera de ello, estaba tan concentrado que no se había percatado que Zara había abierto su ventana sólo para verlos pasar una buena vergüenza. Su sonrisa se ampliaba cada vez más al ver a Naruto subiendo la voz para que la susodicha saliera y lo viera, Kiba se estaba yendo de frente, pues el sueño ya estaba apunto de consumirlo, sin embargo él seguía tocando las cuerdas del gran instrumento.

Cerró la ventana y salió rápidamente de su habitación, corriendo a la de Hinata; sólo a dos puertas al lado izquierdo.

-¡Hinata! Ábreme la puerta –suplicó la chica, despertando a varias personas, éstas se asomaban por el umbral de sus puertas para verificar si estaba todo bajo control.

Zara esperó ago impaciente a que Hinata le abriera la puerta, acto que realizó la chica después de unos minutos.

-Hnmm ¿Qué pasa Zara-chan? –preguntó cortésmente la chica.

Zara pasó a su lado, adentrándose en su habitación sin permiso, camino directamente hacia el pequeño balcón que estaba situado en la habitación y abrió la puerta de cristal

-¿Escuchas? –preguntó con un deje de sarcasmo.

La sangre de Hinata galopó hasta sus mejillas, esta vez extendiéndose hasta sus orejas y nuca. Se acercó sigilosamente a la puerta de cristal sólo para verificar si lo que sospechaba era cierto.

Y en efecto. Ahí estaba Naruto, cantando ya la mitad de aquella canción, que desconocía. Pero era divertido y tierno verlo con sus mejillas sonrojadas, su ceño fruncido, un sombrero que le cubría ese cabello rubio tan rebelde y arrugando una parte del papel que leía pues la fuerza que empleaba para sostenerlo era demasiada. Además de a un Kiba que se moría de sueño y a un Lee entusiasmadísimo con lo que estaba haciendo.

Zara estalló en carcajadas y empezó a darle pequeños empujoncitos a Hinata para que se asomara de lleno y viera que no estaba soñando. Ella a trompicones se acercaba al borde del balcón y bajaba la mirada sólo para encontrarse con la linda mirada azul de Naruto.

Tenten llegó acompañada de Neji, quienes salieron a ver si estaba todo bien, algo alarmados por el ruido y el grito que había soltado Zara para llamar la atención de Hinata.

Tenten empezó a reír disimuladamente, mientras se situaba al lado derecho de Zara. Neji decidió quedarse en el marco de la puerta, mientras cerraba los ojos.

-Deberías de bajar a apoyar a tu cuñado Neji –susurró divertida Tenten, sin mirarlo a los ojos, estaba muy ocupada viendo el espectáculo.

-Hmn.

Zara ya se había calmado y ahora estaba concentrada viendo a Lee, quien seguía metido en su papel.

Shikamaru se levantó de sopetón al escuchar un grito agudo en la planta baja.
¿Qué rayos estaba pasando?, ¿Quién gritaba?.

Era muy problemático bajar a ver qué pasaba, si algo malo pasaba que lo despertaran.

Pero el sonido de aquellos instrumentos musicales captó su atención. ¿Quién tocaba tan mal?, aparte de que cantaban espantoso.

-Hombre, ya dejen de cacarear –susurró él, hundiendo la cabeza en la almohada intentando meditar y no escuchar los gritos de abajo.

Nauto termino la canción justo después de que el ritmo de los instrumentos cedieran, abrió los ojos, que de momento se habían cerrado y volteó hacia arriba.

Viendo a Hinata haciéndole competencia a los jitomates de una huerta y su sonrisa tan adorable adornándole el rostro.


Kiba terminó por caerse de frente aplastando todo a su paso. Naruto cerró los ojos con furia. Kiba sabría de lo que está hecho el kyuubi si volvía a hacer algo así.

Lee azotó el instrumento en el suelo, haciendo ademán de ser un loco encerrado en una casa.

Naruto lo volteó a ver inquisitivamente; fulminándolo.

Lee rió con vergüenza: -Lo siento.

Otra vez Naruto subió la mirada.

-Y bien ¿qué te pareció? –dijo esperanzado.

Ella sólo le dedicó la sonrisa más tierna que él nunca se pudo imaginar; eso era todo, había triunfado.

Tenten y Zara suspiraron con alegría y Neji maldecía con enojo.

Kiba soltó un sonoro ronquido, que hizo estallar en risas a todos los presentes.

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¡Hola!.

Emmm, disculpen la demora, tuve unos pequeños problemas estas últimas semanas y no había tenido la suficiente inspiración para continuar.

Pero regresé con un Naruhina para deleitar el gusto.

Espero que les guste el capítulo, inicialmente iba a ser con interrupciones a la pequeña serenata, pero decidí ponerlo algo serio, pues ya vamos en el capítulo 21 y necesitaba un espacio para estos dos.

En el próximo capítulo se rebelará el por qué Neji estaba tan molesto, y no era porque Naruto le cantara a su prima y otras cosas más que les tengo guardadas ^^.

Espero sus opiniones y tirones de oreja, esta vez si acepto insultos por no haber continuado antes.

La canción pueden imaginarse la que quieran y el sombrero del que hablo es un sombrero tradicional de mi país (México), que usan los que cantan para serenatas u otras ocasiones. Es una parte esencial para el traje tradicional.

Cualquier duda, sólo díganmelo.

Adiós!

Yühi-

 

Re: ..Niñeras..(sasusaku)(nejiten)(naruhina)

Ewe...si alguna líder ve que están reviviendo la discusión...lo van a cerrar.

Pero por si pasa alguien de ellas, podré decir que con seguridad la continuación estará el Viernes 26 o antes (si puedo mañana). Es que ahorita con la festividades y eso he estado muy ocupada y no había podido terminar...bueno más bien revisar todo la continuación. No puedo subir tonterías. Disculpen mi retrazo...había quedado que desde hace como dos semanas iba a dejar la continuación...pero no se ha podido.

Disculpenme.

Adiós y Felices fiestas. Pasensela muy bien =D

 

Re: ..Niñeras..(sasusaku)(nejiten)(naruhina)

Disclaimer: Naruto no me pertenece.

Capítulo 22
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Kiba POV.


No tenía ni la más mínima intención de despertarme, deseaba seguir fingiendo que dormía, para ver si alguna de las chicas caía y no me zarandeaba mientras me gritaba cosas como: “¡Eres un maldito perezoso!” o “¿Acaso eres de esos perros que están echados todo el día!?”... Bah, puras tonteras.

Pero al parecer hoy mi conciencia trató de quitarme mis mañas y tuve que abrir mis ojos; igual no es tan tarde.

O eso creí.

Volteé a ver el pequeño reloj que estaba situado en el medio de aquel buró a la derecha de mi espaciosa cama y lo que vi no me favorecía en ningún sentido.

Las 11 de la mañana.

—Demonios —susurré tratando de parecer perezoso, en cambio mi tono de voz parecía de un ratón acorralado en una pequeña esquina, muriéndose del susto.

De hecho, así me sentía.

Trataría de bajar cuidadosamente las escaleras, tratando de no toparme con Tenten o con Sakura, que de seguro me reprocharían por haberme quedado dormido.

Pero si me topo con Ino, tendré que inventarle una buena excusa para que no me degollé o simplemente salir corriendo por toda la acera que rodea la casa. Aunque espero, de todo corazón, que no me diga nada y sólo se limite a sonreírme, eso sería un lindo saludo, pero creo que no sucederá.

Para que no me degollaran tendría que inventar alguna excusa.

Pero...¿Qué excusa?.

Siempre he sido un hombre puntual... muy bien, soy puntual si me comparan con Naruto o con Kakashi-sensei. Pero...¡demonios!. ¿Ahora qué hago?.

Si decía que me estaba doliendo el estomago, me gritarían hasta ponerse moradas; pues esa se la he dicho millones de veces. También si les digo que me estaba duchando, cosa que todavía ni he hecho. Otra –no tan buena- es decirles que estuve recogiendo mi habitación.

Esa me gustaba.

Me levanté dispuesto a bajar a la cocina y sentarme a desayunar, si me encontraba con Ino le diría que estaba arreglando mi habitación.

Caminé con orgullo tres pasos, para luego detenerme en seco, abrí los ojos como platos; tenía la recamara como la de Chouji...o peor.

¿Qué rayos?, ¿Por qué mi habitación esta tan desordenada como la de Naruto o algún otro de los tontos con los que comparto la casa?.

—Estupendo —susurré con todo el sarcasmo que pude.

Ino se molestaría conmigo si le miento, además de que no quiero ni imaginarme el grito que pegará Sakura al ver mi habitación tan desordenada. Zara subiría en zancadas a ver mi habitación y puede que se empiece a botar de la risa en mi cara...muy bien eso sería vergonzoso.

Recuerdo cuando mi madre me regañaba por no haber hecho el quehacer de mi habitación, casi siempre me castigaba o me hacía sentir tan mal que terminaba recogiendo toda la casa, hasta el más invisible rincón y quitando todo el polvo de la casa. Mi hermana siempre se tumbaba en alguna silla y me veía mientras reía con una fuerza que hacían retumbar las ventanas, literalmente, claro está.

Bufé con un tono subido de volumen, retrocedí dos pasos y me deje caer sobre el colchón, levantando con mis pies una que otra prenda del suelo.

—Que fastidio.

Cerré los ojos intentando idear una excusa mejor y más real, donde si utilizaba algo de la casa lo tuviera a mi favor y no mentir para que mi cabeza no se estrujara pensando en mi madre con sus regaños y en la ruidosa risa de mi hermana, además de todo no quería que mi cabeza rodara por las escaleras. Eso pasaría si decepciono a Ino, me cortaría en trocitos y luego los vendería en los mercados del pueblo.

Ya imagino el cartel que pondría:

“Se vende chico mentiroso en pequeño trocitos, al gusto”

Un escalofrío recorrió por toda mi espina dorsal. A lo mejor exageraba un poco. Pero sí me sentenciaría a muerte, después de todo, me he levantado tarde las últimas 2 semanas, todos los días. Y ya no sé qué más decirle para que no se decepcione de mí.

Sería un consuelo si Hinata me defendiera, pero también estaría decepcionada.

—Eso tampoco me conviene —dije en voz alta.

Me quedé pensando un rato, sin embargo no pensé en nada en especifico, sólo recuerdos vagos de mi familia y de Konoha, además de Ino.

Tendría que tomar un decisión, necesitaba estar con ella, pero debía de cambiar por lo menos mis hábitos de limpieza, ya la he decepcionado muchas veces y verla otra vez enojada o triste, simplemente sería devastador.

—¡Kiba! —gritó alguien detrás de mi puerta.

Es grito me desconcertó tanto que deje de pensar en Ino y todo lo que rodeaba a la palabra “decepción”, siendo remplazada por un escalofrío que me dejo los cabellos de punta, pensando que era alguna de las chicas, con toda la intención de abofetearme hasta que saliera sangre por la palma de su mano.

Creo que por ahora he estado muy exagerado.

Gracias al cielo, sólo era Chouji.

Le abrí la puerta con pereza, pero me percate de que algo no andaba muy bien por la expresión en el rostro de mi amigo.

—¿Qué pasa, Chouji? —pregunté intentando no dejarme llevar por su expresión.

—Las chicas.. —susurró sin terminar la frase.

—¿Qué hay con ellas? —pregunté.

—No...¡no están! —gritó de repente.

—¿Ya viste en sus habitaciones? —pregunté sin siquiera ponerme nervioso o algo por el estilo.

—Sí, Kiba —me contestó alterado—. Shikamaru y yo recorrimos toda la casa y sólo encontramos una nota garabateada pegada en el congelador—.

Muy bien, eso ya me estaba preocupando.

—¿Estás completamente seguro, Chouji? —pregunté como idiota.

—Recorrimos tres veces la casa, ¡Tres veces! —me gritó en la cara.

—¿Quién más sabe que las chicas desaparecieron? —pregunté.

—Sólo Neji, Shikamaru tú y yo, Sasuke está afuera pero no lo quisimos interrumpir, Naruto sigue dormido, Shino, no creo que sepa algo, Lee estaba muy ocupado gritando como loco afuera y decidimos no molestarlo y Baldur y Shujinko-sensei fueron a comparar víveres, ellos tampoco saben nada —me confesó mi amigo regordete.

Salí de la habitación con un solo paso y empecé a caminar demasiado rápido, tan rápido que amenazaba con caerme y darme en todo el hocico, así que salté de dos en dos los grandes escalones para llegar más rápido a la cocina.

Y en efecto; había una nota con algo escrito pero no lo podía ver bien, sobre todo porque estaba muy garabateada.

La tomé de un solo movimiento y me lleve la hoja muy cerca de mi rostro para poder ver mejor aquellos garabatos que estaban estrujando mi mente.

Entonces lo comprendí.

—Chicos —comencé a leer en voz alta —: hemos decidido dar un paseo por el pueblo, es sólo para chicas. Esperamos que les vaya bien en su día de puros hombres. Los quieren, las chicas. Posdata: No se preocupen por la seguridad, saben que somos las mejores —suspiré cansado, después de leer aquella maldita nota.

Chouji se quedó helado al escuchar con atención lo que decía la nota. A pesar de que ya la había leído un par de veces.

Sólo había una cosa de la cual estar “aliviados”; no tendríamos que soportar a la odiosa de Himeko y su apego a Neji además de su hermana que la sigue a todos lados. Pero de todos modos era muy peligroso quedarse con esos cuatro niños que inicialmente nos hicieron la vida imposible; el cuarteto fantástico.

—Tenemos que decirle a los demás. Hay que hacer una pequeña reunión —sugerí o más bien ordené, mientras Chouji salía disparado a buscar a Neji y a Shikamaru. Nos encargaríamos de decirle la noticia a Sasuke, Shino, Lee, Baldur, Shujinko el loco y a Naruto.

Al salir vi a Baldur y a Shujinko entrando por la puerta, les dije que nos veríamos dentro de 15 minutos en la sala, ellos me miraron sin comprender pero no preguntaron. Salí al patio y encontré a Lee haciendo algo de contorsionismo, mientras gritaba algo de relacionado con “El saludo al sol”, le dije los mismo que a Baldur y a Shujinko y él, a pesar de ponerse frenético, salió disparado hacia la casa.

Recorrí unos metros a la izquierda y encontré a Shino observando detenidamente el suelo;—bichos —pensé. Me acerqué con cuidado y le di las indicaciones correctas, él me miro y se dirigió a la casa.

Entré casi después de él, sin embargo subí corriendo las escaleras, en el pasillo situado a la izquierda me encontré con Sasuke a él si le tuve que dar toda la explicación pues podría matarme si lo dejaba con la duda, él lo medito un tiempo, asintió con la cabeza y bajo las escaleras.

Muy bien ya la mayoría estaba abajo, sólo me faltaba alguien: Naruto.

Llegué hasta su habitación, abrí sin siquiera tocar la puerta y me encontré con el cuerpo de Naruto tirado debajo de su cama, con unos ronquidos que podrían despertar a sus vecinos de cuarto, lo traté de sacar de ahí, pero él parecía de roca, una roca pesada y testaruda. Me remangue la playera y tome el pie izquierdo de Naruto y lo jalé para que empezara a salir, poco a poco y con esfuerzo logré sacar mitad de su cuerpo, pero el torso seguía ‘atorado’ y él seguía roncando.

Suspiré con fuerza, no tenía tiempo para jugar. Le tome los dos pies y lo jale haciendo más fuerza, saqué el torso y sólo me faltaba su cabezota, tomé una gran bocanada de aire y saque de un buen tirón lo que me faltaba de su cuerpo. En el impacto tropecé con varias ropas que estaban regadas por el suelo y caí de sentón, él se despertó de golpe al escucharme caer.

—¿Qué rayos haces aquí-dattebayo? —me preguntó el grandísimo idiota.

—Despertándote, ¿qué no ves? —me empecé a reincorporar con dificultad, aún me dolían el trasero.

—¿Para qué? —preguntó de nuevo. Entonces recordé el porqué me encontraba ahí tratando de despertarlo; la huida de las chicas.

—Tenemos que ir a la sala, ya. Tenemos una reunión importante. Te explicaré allá —susurré, mientras él me miraba incrédulo. Lo tome de la muñeca y lo saqué a las fuerza de su habitación.

—¡Por lo menos déjame cambiarme la ropa! —gritó, mientras lo empujaba para que caminara más rápido.

—No hay tiempo, después te cambiarás —dije molesto y de un solo empujón llegó hasta las escaleras. De un salto lo rebasé y me adentré en la sala, con Naruto pisándome los talones.

Vi a todos ya situados en la sala, estaban tan ansiosos que parecía que lo estuvieran gritando, todos, sin excepción, se levantaron al vernos llegar, les dije que se calmaran y que volvieran a su lugar. Naruto se sentó al lado de Neji y todos me miraron de manera que me sentí pequeño.

Corrí hacia la cocina por la nota y regresé tan rápido como pude.

—Ya que están todos aquí, les diré lo que está pasando el día de hoy —ellos se inmutaron y yo proseguí—. Como pudieron darse cuenta, ninguna de las chicas está, y cuando me refiero a ninguna es a ninguna —realcé un poco el tono de voz en la última palabra. De repente se volvieron a alarmar, a pesar de que algunos ya sabían la noticia, todavía no se la podían tragar.

Yo tampoco me lo hubiera imaginado.

—Y ¿ A dónde se fueron? —preguntó curioso Baldur.

—Bien, pues dejaron una nota donde dicen que es un “día de chicas” y la verdad no dice a dónde se pudieron haber ido, lo único que sé con certeza es que estamos en un feo y gordo lío. Nos dejaron a cargo a todos los niños y saben que son un desastre, lo único bueno es que no van a estar ni las niñas pequeñas ni Himeko y Kumiko—.

Neji suspiró aliviado.

—Aún así tenemos que ordenarnos para que nos salga todo bien —susurré.

—¡No puede ser! , ¡Mi Zara-chan me dejó aquí solito y desamparado!, ¡Moriré! —gritó con melancolía el baka de Lee.

—Lee, por si no te has dado cuenta a TODOS nos dejaron en peligro, y no estas solo, nosotros también estamos aquí y debemos de hacer lo mejor posible para no morir —anunció Chouji, quien comía desesperadamente unas papas fritas y escupía todo a su alrededor.

—Nos vamos a tener que repartir a los niños, como en un inicio, ganamos en número, somos 10 y ellos simplemente son 6, nos dividiremos en equipos de 2 y cuidaremos a un mocoso, el único problema es que nos resta uno. Podremos dejar afuera alguno y que se cuide por su propia cuenta —anuncié con esperanza. Ellos me miraron como si estuviera loco.

—Simplemente un muy mala idea, no podemos dejar afuera a uno, también sería muy peligroso —dijo Shikamaru, como si de un asesino se tratara.

—Por qué no simplemente hacemos un sorteo, sólo hay dos niños que se portan bien y esos son: Tetsu y Kasuo, sacamos un papel y quien salga que se cuide solo, de igual forma no creo que causen mucho desastre cualquiera de los dos —dijo Neji desde su asiento. Con su voz monótona.

Al parecer todos quedamos conformes con esa propuesta.

Fui corriendo por una pluma y un papel y escribí los nombres de los niños, los metí en una bolsa de plástico y le dije a Naruto que sacara uno.

Naruto saco el papel y al leerlo nos aliviamos: Tetsu.

—Excelente. Kasuo es el que menos causa desastre, Tetsu solo esta quieto en donde se encuentre, sin embargo no sabemos si tiene un plan maléfico debajo de las mangas, así que a Shujinko y a Baldur les toca Tetsu —dije con entusiasmo.

—¡¿Por qué?! —gritó molesto Naruto —. ¿Por qué a ellos les diste a Tetsu y nosotros nos quedamos con los más hiperactivos? —Todos bufamos ante lo último que dijo.

—Lo decidió así pues ellos no conocen a los demás niños y nosotros sí. Es mucho más fácil tratar con un niño con el que has convivido desde el primer día, pues ya sabes como es su manera de ser. No seas problemático. Recuerda que a tí te tocó Takeshi, entonces tú y Sasuke lo cuidarán por el resto del día, así como nosotros a Suzu, Soun y a Taro —dijo Shikamaru desde una de las sillas de la sala.

Shikamaru fue bueno diciendo eso, calmo a mitad de los que estábamos ahí.

—Así que no hay chicas ¿verdad? —escuchamos una vocecilla desde el segundo piso, volteé con cuidado y vi a cuatro caras llenas de sonrisas burlonas y una que otra mirada fulminante, que iban directo a Neji y a Sasuke.

—Ah, veo que ya se enteraron de la noticia —dije con malicia —. Pues así es chicos, hoy es un día de hombres, así que tenemos planeado pasar el día...excelente —dije con la voz más maléfica que pude.

Naruto ahogó una risotada, al parecer no le causo ni una pizca de miedo mi voz. Me la iba a pagar.

—Nosotros pensamos igual, querido niñero, Kiba —Soun susurró con voz determinante. Cosa que me hizo tener escalofríos; nos las íbamos a ver negras, MUY negras.

Los niños se fueron corriendo después de nuestra armoniosa charla y nosotros nos quedamos cono idiotas en la sala.

—Entonces, Lee y yo tendremos que cuidar a Taro —dijo Neji con voz cansada, yo sólo asentí.

—Nosotros a Takeshi —susurró Sasuke.

—Suzu —dijo Chouji poniéndose histérico.

—Y finalmente tú y yo tendremos que cuidar a Soun —dijo Shino mientras se acomodaba sus lentes de sol.

—Tenemos que dejar todo impecable, las chicas no pueden vernos así de vulnerables como nos sentimos en éste preciso instante, ¡Debemos ser fuertes! —grité con entusiasmo, tanto que a todos se les planto una sonrisilla en los labios.

Bueno, eso era un inicio.

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Shujinko POV

¡Excelente!, era lo que me faltaba para completar mi misión. Una tarde sin chicas, esto será realmente espectacular.

Ya tengo en mente varias cosas que haré durante el día, si creyeron que les iría mal con las travesuras, ahora imagínense MIS travesuras.

No necesitaré ayuda alguna, soy una persona muy ingeniosa y tengo material de apoyo que sé que si lo uso todos quedaran derrumbados a mis pies, pidiéndome más material visual.

Será fantástico, lo sé.

Lo mejor de todo es que ni Baldur ni yo tendremos que cuidar a un mocoso que estropeé todo lo que tengo planeado, así que por eso lado todo marcha muy bien.

Salí de la habitación y ya veo desastres. Naruto corre detrás de Takeshi gritando algo como “Devuélveme el calzoncillo, baka”, lo veo y divisó que se va caer de bruces en menos de 3 segundos, cuando choque contra la puerta. Y en efecto así sucedió.

Sonreí divertido y caminé hasta la cocina, donde encontré a Chouji subido en la barra de la cocina, mientras se abrazaba de la alacena ya algo estropeada, de seguro Suzu le hizo algo a la comida.

En eso llega Suzu y empieza a tirar varias gomitas de colores y de diferentes modelos y los empieza a pisar mientras ríe fascinado, miro a Chouji, casi se le cae la mandíbula hasta el suelo de tan sólo ver tal atrocidad. Empiezo a carcajearme de la pobre escena en la cual estoy presente.

—¡Baka!, ¡en ves de reírte como burra loca deberías ayudarme! —me grita exaltado, lo miro aún con la carcajada y me doblo de tanta risa.

—No muchas gracias, creo que tienes todo bajo control —digo y me voy corriendo de la cocina.

—¡Maldito!, ¡deja de pisar las gomitas! —grita a lo lejos el gordinflón.

Ese día iba a ser el mejor de todos.

Subo de nuevo las escaleras y entro a mi habitación, cierro la puerta con cerrojo y me dirijo hasta mi buró y saco de él una carpeta negra.
Me subo a la cama y abro esa hermosa carpeta de cuero negro, en el interior leo una cartel con letras rojas:

“Misión: Perversión”.

Rió de manera tonta y mi mente divaga por lo que está dentro de la carpeta.

De tan sólo pensar en las maravillas en las que estoy a punto de entrar siento como la saliva se acumula en mi boca y se me cae por la pequeña abertura de ésta.

Me limpió con la camisa la saliva y paso la segunda hoja de la carpeta y veo a la lindísima de Hinata mientras regaba con agua las plantas del jardín, se veía tan hermosa, además de que el atuendo la veía verse de una manera muy sensual que hasta me dieron ganas de babear toda la habitación. Sacudí la cabeza como frenético, no debía de vagar en lugares a donde ya había ido, además había abierto, de nuevo, aquella carpeta para empezar mi misión.

Me saqué a debido tiempo mis pensamientos y empecé a hojear viendo pocas cosas de las siguientes imágenes, necesitaba empezar la misión antes de que llegaran las chicas.

Me guardé la carpeta dentro de mi camisa, por mucho que se viera el cuero negro, no creo que nadie lo noté todos están lo suficientemente ocupados como para prestarme atención.

Salí con cuidado de mi habitación y me dirigí hacia abajo, tendría que reunirme con los niños para poder llevar a cabo con éxito mi misión.

Sería realmente, divertido.

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Naruto POV

Corría como desesperado por toda la casa, ya había subido y bajado las escaleras, me metí a la cocina y volví a buscar en la sala y comedor, me espiné el trasero con los rosales del patio, se me rasgo la camisa cuando me subí al árbol en el jardín, pise la cola de Akamaru y éste me mordió la mano, me tropecé con mi propia ropa en mi habitación y me fui de bruces, pero seguía corriendo.

¿Con qué fin?...buscar mis calzoncillos.

El grandísimo baka de Takeshi me los había robado y eran el único que me quedaba limpio, lo había escondido en algún lugar pero no me quería decir cual era y yo ya estaba hartándome.

Y para el colmo, Sasuke sólo me había visto correr de un lado para el otro sin ni siquiera levantar su enorme trasero del sofá, sólo miraba a la nada como si estuviera ido. Y eso me hartaba más. En ves de ayudarme a buscarlos, se quedaba sentado ahí como un idiota. Pero si le decía algo me gritaría que soy un tarado que no puede encontrar ni sus propios calzoncillos de un color amarillo chillante que se pueden divisar desde el otro lado del pueblo.

Pero no pierdo nada en preguntarle.

—Oye, Sasuke ¿No has visto mis calzoncillos? —dije apenado él me vio de arriba abajo y bufó con arrogancia.

—Eres un dobe Naruto, deberías de observar más a tu alrededor, en ves de estar corriendo como idiota por toda la casa —dijo con su voz monótona.

Naaah, y él se creía “Señor-veo-hasta-las-pelusas-en-el-ambiente” o ¿qué?.

—Bueno, en ves de dejarme con más duda ¡Ya dime dónde están!. ¡Los necesito! —grité desesperado.

Escuché una risotada desde el segundo piso; maldito Takeshi, me las pagará.

—Están en el estante de la cocina —susurró con indiferencia, viendo por la ventana.

—¡¿Qué?!, ¡pero si hace unos 15 minutos revisé y no había nada! —grité desplomándome en el suelo a hacer berrinche.

—Baka, estaban ahí...el problema es que de la prisa no te fijaste que estaban detrás de la caja de cereal —me reprochó Sasuke, mientras yo seguía haciendo mi berrinche.

Después de que se me pasará el enojo, fui por mis calzoncillos; y en efecto, estaban detrás de la caja de cereal.

Y me llevé una gran sorpresa.

Maldeci por debajo al ver una gran mancha morada en la parte de atrás de los calzoncillos donde decía con letra malformada:

“Tarado”.

—Demonios.

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Shino POV.

Después de la reunión me dirigí hacia el jardín con toda la intención de admirar el bello paisaje desde la raíz del gran árbol.

Me senté ahí, y me quite los lentes de sol, y deje que mis ojos vieran todo a mi alrededor.

El viento jugaba con las hojas del árbol, haciendo que algunas se desprendiera de éste y cayeran al pasto, sentí como una hoja caía sobre mi pelo, mientras escuchaba el suave y sordo toque contra mi cabello. Sonreí casi de manera instintiva y me quité aquella hoja color verde del cabello.

Paz, era lo único que sentía.

Pero lo que pronto llega...pronto se va.

La puerta trasera se abrió dejando ver a tres niños: Soun, Suzu y Taro. Se acercaban con sigilo a las flores que estaban sembradas a lo largo de la casa. Al parecer no me habían visto pues siguieron su recorrido sin siquiera voltear a los lados.

Me levanté presuroso, esos niños siempre hacían desastre y era mejor mantenerlos bien vigilados. Ellos llegaron a las margaritas y se sentaron a mirarlas con detenimiento.

Eso me alarmó.

Me acerqué con mucho más cuidado y me situé unos metros detrás de ellos.
Tomaron sin gentileza un puñado de margaritas y se las acercaron a los ojos.

—¡Mira, Soun!, ¡Un bicho! —gritó Suzu agitando la margarita de un lado al otro.

Rayos.

—¡No me lo acerques, estúpido! —gritó enfurecido, aunque más que enfurecido parecía asustado—.¡Quita ese maldito bicho de mi vista!.

¿Maldito bicho?.

Suzu se empezó a carcajear, mientras le acercaba más aquel insignificante e inocente escarabajo, horrorizado por tanto movimiento.

—No me digas qué le tienes miedo a los insectos —acusó el niño, acercándole mucho más, ya casi los pétalos de la margarita tocaban su nariz...cuando ocurrió lo que más temía.

Soun arrebató la flor de las manos de Suzu y la hizo pedacitos; con el escarabajo en medio.

Se levantó muy molesto del suelo y caminó hacia las margaritas y empezó a saltar encima de ellos gritando cosas que me enfurecieron:

—¡Mueran malditos bichos, asquerosos, que no sirven para nada! ¡Váyanse al demonio! —gritó enfurecido, mientras sentía como los pequeños habitantes de aquella zona gritaban que alguien los auxiliara.

Corrí hasta ellos y saque de un empujón a Soun de aquella zona, me arrodillé rendido y con cuidado ponía a las pequeñas mariquitas de vuelta a su lugar y uno que otro escarabajo...me dolió ver a algunos en su lecho de muerte y algunos que ya habían pasado a mejor vida.

Estaba más que enfurecido.

—¿Qué demonios te sucede? —pregunté escandalizado.

Soun me miró con rabia y volteó la cara.

—Detesto los bichos —admitió molesto y con cara de asco.

Muy bien, eso se estaba pasando del límite de mi paciencia.

Me acerqué a él y lo tomé del brazo, él rápidamente me miró con incredibilidad y forcejeó para tratar de salirse de mi agarre.

Pero estaba tan enfurecido que lo único que hice fue aventarlo –literalmente- hasta la puerta.

—¡A tí qué es lo que te pasa! —chilló rojo de furia.

—Me pasa que has matado y maldecido a los mejores habitantes de este maldito planeta, además de gritar que no servían para nada y que eran asquerosos —repuse con frialdad.

—Pues es más que la verdad —aseguró el chiquillo insolente. El muy patán se largó corriendo.

Exploté, salí corriendo en su dirección para atraparlo y sentenciarlo a pedirle perdón a aquellos inocentes escarabajos, sin embargo el niño empezó a gritar que un loco lo estaba persiguiendo.

Ese niño las iba a pagar MUY caro por lo que había hecho.

De eso estaba completamente seguro.

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Takeshi POV.

Estaba dispuesto a todo, nos habíamos quedado sin nuestras niñeras y estábamos en una excelente ventaja...¡podríamos hacer lo que sea!.

Y ya tenía unos planes magníficos en mente.

Subí corriendo las escaleras, no sé dónde se encontraban todos, pero no importaba, luego les contaría.

Abrí la puerta de mi habitación y corrí al baño, agarré un poco de tinte que había ahí, no sabía muy bien quién lo utilizaba o por qué estaba ahí, sólo sabía que era lo ideal para completar mi plan.

Tome un poco de tinte y lo puse en un pomito transparente.

Reí de imaginar el resultado final de mi objetivo.

Simplemente súper ingenioso.

Salí del baño y me dirigí hacia el pequeño buró al lado de la cama de Soun, abrí el primer cajón y saqué una pequeña brocha de color negro. Divertido me dirigí a mi objetivo.

Sabía que tendría una excelente oportunidad, él estaba dormido y no creo que se fuera a levantar. Si corría con suerte él a lo mejor pensaría que lo que le estoy a punto de hacer es como un masaje en el cráneo.
Llegué a la habitación de mi victima y mi rostro se iluminó con malicia.

Seguía dormido.

Me acerqué con muchísimo cuidado para no hacer ruido hasta su cabeza, tome el pequeño pomito de mi bolsillo y lo puse en la mitad de su cabeza, el líquido empezó a caer y se estampaba con el cabello oscuro de mi presa.

Cuando el pomito estaba casi vacío, tome la brocha y con más cuidado y sigilo empezaba a darle pinceladas, haciendo que el tinte se recorriera por todo su cabello, cuando terminé de esparcirlo suavemente por el cabello, suspiré satisfecho. Esperaría unas horas más y vería el resultado.

Guardé todo y salí a cuclillas de la habitación.

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Shujinko POV.

¿Dónde rayos se habían metido los mocosos, cuando más lo necesito?. Llevó por mucho más de 20 minutos buscándolos como desquiciado. Ya me tienen hasta la coronilla.

—En verdad....necesito un descanso —susurré con desgano.

Entonces empecé a ver que los niños iban caminando por la sala. De un salto llegué a ellos y los acorralé.

—Hola, chicos —dije con una voz tonta.

Ellos no dijeron nada.

—Les tengo una propuesta —susurré—. Les aseguro que les encantará. Una travesura.

Los 4 niños abrieron los ojos y en sus rostros se plantaron sonrisas malévolas.

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Neji POV.

Veo como todo es un desastre, los niños se han dedicado a hacer la vida imposible a cualquier habitante de la casa. Lee me ayuda con nuestro niños, sin embargo pareciera que yo cuido a dos niños, él nunca se cansa de gritar ni de estar haciendo estupideces, pero yo sí. Además de lo molesto que estoy conmigo mismo. No entiendo cómo es posible que Naruto se haya armado de valor para crear una serenata, por más horrible que estuviera, lo hizo y sin ponerse nervioso o delirar en el acto. Tengo que admitir que me impresionó...en realidad, casi siempre lo hace.

Como lo detesto.

Él ha hecho algo que yo nunca haría, la verdad no sé ni el por qué de eso, pero estoy seguro que nunca lo haré. Verdaderamente soy un cobarde.

Naruto ha avanzado con mi prima, sé que esto le traerá problemas y a mí también. Soy el custodio de Hinata-sama y la he dejado vagar por el mundo sola. Me degollarán. Pero era necesario dejarla sola, ya no puedo con su peso en los hombros, ella sabrá qué está bien y qué está mal. Siempre podrá acudir a mí cuando necesite algo. Pero estoy cansado de seguirla a todas partes y hacerla sentir menos. Es lo último que quiero para ella.

Aunque estoy empezando a creer que la pongo como pretexto para no realizar mis obligaciones, de cierto modo, hablar con Tenten es un responsabilidad y obligación que me he puesto. Pero he quebrantado esa regla millones de veces; por miedo y nervios. No entiendo cómo es qué Naruto o Lee pueden dar la cara en éste tipo de situaciones y yo no puedo.

M empiezo a molestar más pues es absurdo. No por nada me dicen: “El genio Hyuuga”.

—Maldito, ¡baka! —escuchó la maldición de alguien por debajo, volteó con cuidado y veo una cabellera rosa. ¿Ya han regresado las chicas?.

Me acercó a la cocina para verificar si las chicas han regresado. Caminé hasta el marco de la puerta ...y me encontré con una gran sorpresa.

Recorrí la vista por toda la cocina. Habían muchas fotos de mujeres pegadas en la pared. Demasiadas. Me acerqué a una del lado derecho y enfoqué mi vista para verificar quiénes eran.

—Iidota —susurré. Eran fotos de las chicas, en la pared que revisé habían fotos de Hinata-sama de Zara y de...Tenten.

Las fotos se las habían tomado sin que ellas se dieran cuenta y en diferentes ocasiones...muy comprometedoras. Enfoqué la vista en una que me llamó la atención, de repente la sangre galopó como animal desbocado y llenó mis mejillas de un tono carmesí. Había una foto de Tenten saliendo de la ducha.

—¡Pero qué rayos! —un grito ensordecedor adornó toda la cocina, seguido de una risa incontenible.

Volteé a ver el resto de la cocina y me encontré a un frenético Lee quitando todas las fotos posibles de Zara y a Naruto riéndose mientras apuntaba a alguien con su dedo. Al parecer era Sasuke de quien se reía.

Lo revisé lo con ojos críticos y un sonrisilla se me quería escapar. Sasuke tenía mal teñido el cabello de un rosa chillón, sin embargo se podían divisar algunos mechones de su color de raíz.

Así que con él confundí a Sakura. Pensé de inmediato, la sonrisilla se me escapó de los labios junto con una risilla.

Sasuke ya muy enfadado del mal trato de parte de Naruto fue por una foto pegada con cinta adhesiva en el refrigerador donde salía Hinata regando las flores...la verdad no quería ver más. Sería incesto de mi parte y me reprimiría durante toda la vida, por eso me dediqué a quitar todas las fotos posibles de Tenten y empecé a meterlas a mis bolsillos sin siquiera ver alguna. Me volvería todo un loco. Pero bien escuché como la foto de Hinata empezaba a romperse, sentí como Naruto callaba sus risas y se plantaba sobre el piso...demasiado tenso.

—Sasuke...no tienes por qué hacer eso —susurró asustado.

—Vuelve a reír como maniaco y la veras quemada en la chimenea —pronunció Sasuke malévolo.

Lee seguía quitando fotos de Zara...las cuales tampoco deseaba ver.

Después todos llegaron a la cocina y algunos se quedaban como babosos y otros se ponían histéricos como Kiba y Lee.

Trataba, con todas mis fuerzas, de no sacar la fotos y darles un vistazo. Yo ya no era un chico de 15 años con las hormonas alborotadas, de hecho nunca pensé de esa manera. Hasta hace dos meses. Esos meses han sido los de esta “misión”.

Escuché como Suzu entraba a la cocina y se subía a una silla. Volteé a verlo.

—Muy bien, veo que han disfrutado la vista...¿no es así? —dijo con tono sonsacador.

Nosotros nos inmutamos.

—Parece que sí —aseguró—. Bueno, les tengo una propuesta... tenemos más de esas fotos. Y si no las quieren, todas, lo vuelvo a repetir, todas —hizo un hincapié en aquella palabra—, serán quemadas o destruidas. Además de que algunas las venderemos en los mercados y nos haremos ricos —empezó a reírse como idiota y yo me alarmé. Tenten no querrá eso, lo tengo por seguro.

Todos empezaron a susurrar incoherencias mientras yo me masajeaba las sienes, estaba muy frustrado.

Si quería que Tenten mantuviera la calma, tendría que ir por las fotos y guardarlas en algún lugar donde ella ni siquiera vea. Quemarlas no sería una mala idea.

—Y dónde podemos encontrar las otras fotos —preguntó curioso Naruto.

Lo volteé a ver fulminándolo con la mirada.

—En el baño de Shujinko-sensei, sólo tienen hasta las 6 de la tarde. Tendrán que apurarse —susurró Suzu, mientras se iba corriendo.

Genial

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Bueno pues decidí convertir este capítulo en dos partes. Si lo terminaba en uno sería un Capitulote y por ende sería muy tedioso y algo aburrido. Por eso dejé lo “mejor”, por así decirlo, para el siguiente capítulo.

Perdón por la tardanza. Espero hayan disfrutado el capítulo.
No sé si vieron que decía en el cambio de escena “Kiba POV”. Significa “Punto de vista de Kiba” y lo hice para que no pasara lo mismo con el capítulo anterior. Que fue que se confundieron con el narrador.

Espero no esté mal poner eso xD.

Cualquier cosa, no duden en preguntar.
¿Qué pasará con el cabello de Sasuke?
¿Qué pensarán los chicos?. ¿Irán por las fotos?
¿Soun tendrá su merecido por haber pisado a los amigos de Shino?

¡Felices fiestas!.

Los quiero y gracias por la paciencia.

[FONT=&quot]Yühi-[/FONT]