Colección de Naruto - New boy [Gaara]

Autora: LacrymosA
Título: New boy
Personaje principal: Gaara
Nota: Llegué tarde para el examen de gennin, pero la idea me gustó mucho<3 Hellita espero que te guste<3

New boy
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—¡Hey, chicos! —el de rubios cabellos saludó desde lejos.

—¡Naruto, por aquí!

El muchacho de nombre Naruto se acercaba a sus amigos a paso apresurado, desde la corta distancia se le veía sonreír.

—Oigan, ¿con quién viene?

—Ni idea.

Una vez que su rubio amigo llegó con los demás, todos pudieron apreciar mejor al nuevo individuo.

—Quiero que conozcan a alguien —tomó de los hombros al chico— Él es Sabaku no Gaara —el nombrado hizo una pequeña reverencia al ser presentado —Es un estudiante de intercambio, viene de... ¿cómo era...? Ah, sí, Suna, viene de Suna y se hospedará en casa por un mes.

Todos se asombraron un poco por lo comentado. La verdad que el chico nuevo tenía un aspecto algo extraño, no tenía en su rostro expresión alguna que les permitiera tener una vista preliminar de su personalidad. Su cabello rojo sangre, sus ojos claros y misteriosos, una primera impresión bastante inusual.

—Es un placer —Gaara saludó haciendo otra breve reverencia. Su voz era bastante apagada y su mirada no reflejaba nada en particular.

Uno de los otros chicos, el más espontáneo después del mismo Naruto, se levantó de su asiento y se acercó al nuevo.

—¡El placer es todo nuestro, Gaara-kun! Me llamo Rock Lee, pero puedes llamarme Lee—extendió su mano para estrecharla con el de rojizos cabellos, pero al no recibir respuesta rápidamente se la llevó a la nuca con disimulo—Espero que pases bien aquí y que te lleves una buena impresión de Konoha —agregó haciendo lucir su excelente dentadura y con su dedo pulgar en alto.

Los demás continuaron con sus presentaciones, aunque no tan eufórica y energéticas como la de Lee. Podría decirse que eran un grupo bastante ruidoso y hablador, todo lo contrario al nuevo integrante.

Los chicos después de dar sus nombres a conocer siguieron charlando sobre sus cosas, que las prácticas de fútbol, que los profesores aburridos, entre otras cosas.

Gaara apenas participaba, sólo hablaba cuando se le preguntaba algo y respondía lo mínimo necesario. Era más bien un espectador de aquel grupo de chicos que se insultaban entre ellos con apodos raros: cejas encrespadas, cabeza hueca, vago, gordito, cubitos de hielo (cabe mencionar que estos no se encontraban presentes aparentemente) y cara de perro... ¿cara de perro?

—¡Oi, Akamaru, no te alejes mucho, ven aquí amigo!

Y en ese momento fue que los ojos de Gaara se posaron en una blanca bola de pelos que corría con velocidad hasta ubicarse en los pies de su dueño. Esa criatura no dejaba de moverse y ladrar, demandando con eso atención y caricias de parte del chico que, si bien recordaba, se llamaba Kiba.

—Como les decía —Naruto tomó la palabra otra vez—Estuve a punto de perder, pero agarré a Sasuke desprevenido y ¡lo derribé!

—Sí, claro, como si pudieras ganarle a Sasuke, Naruto.

—Si hubieras venido a las clases de Karate me hubieras visto ganar, Shikamaru —dijo el rubio con reproche.

—Pero si al final Sasuke te ganó —intervino un chico robusto comiendo papas fritas.

—Puede ser, Chouji, pero lo derribé una vez. Nadie me quitará ese logro-ttebayo —sus ojos brillaban de orgullo.

—¡Ese es el espíritu, Naruto-kun!

Toda esa platica le resultó completamente ajena al chico de Suna, quien no apartaba la vista de la mascota de Kiba. El pequeño animal ahora se encontraba en los brazos de su dueño ya más tranquilo.

—¿Quieres tocarlo? —la voz de Kiba lo tomó desprevenido, notó que los ojos claros del nuevo no se despegaban de su peludo amigo—Puedes hacerlo, no muerde.

Gaara algo dudoso fue acercando con lentitud su mano hacía el pequeño canino, quien al sentir su presencia acercó también su ocico para olfatearlo. El chico esperó a que ese reconocimiento terminara antes de poder tocarlo. Al sentir un ladrido y una húmeda lengua rozar su mano, supo que había sido aceptado.

—Le caes bien —dijo Kiba— ¿Tienes mascotas? —preguntó, el de cabellos rojos negó con la cabeza.

Los chicos dejaron de prestarle atención a Naruto, todos los ojos y oídos estaban en el chico de Suna.

—Mi padre sufre de una alergia muy grande, se nos prohíbe tener mascotas. —explicó acariciando la cabeza de Akamaru.

—¡Eso es horrible! —su corazón perruno se encogió de dolor— ¡No puedo imaginarme un día sin Akamaru! ¿Verdad, amigo? —el perro ladró en respuesta.

Gaara dibujó una pequeña sonrisa, se notaba a kilómetros la amistad entre esos dos.

—Es cierto, lo lleva a todos lados —agregó Naruto— Menos a estudiar porque está prohibido entrar con animales, sino lo llevaría también —rió con burla.

—¡Baka! ¡No llego a esos límites!

Los presentes rieron ante lo dicho. Gaara volvió a observar a ese grupo tan fuera de lo común. Podía decirse que eran completamente diferentes a él en casi todos los aspectos, pero estaba seguro que ese mes en Konoha y en compañía de esos chicos le dejaría una gran enseñanza, sin duda aprendería mucho de todos ellos.

Fin
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Espero que no haya mucho Ooc :'3

 

Autora: LacrymosA
Título: New boy
Personaje principal: Gaara
Tipo: Colección
Nota: Lo que surgió sólo como one-shot va terminar siendo una colección o series de drabbles y one-shots basados en Gaara viviendo un mes en Konoha. No estoy segura de cuántos capítulos vayan a haber, por ahora sólo tengo este que publicaré y otro en proceso. Trabajaré en ello. Espero les guste. Gracias a Hellita por cambiar el tema de sección <3

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Contenido oculto

—¿A dónde nos dirigimos ahora?
—Te mostraré mi lugar favorito, te va a encantar-ttebayo.

Ambos muchachos caminaban por las calles de la ciudad, Naruto le mostra cada detalle que consideraba importante y Gaara lo escuchaba con atención. Todo era nuevo para el chico de cabellos rojizos, nunca había visitado Konoha y cada cosa, por más pequeña o irrelevante que el rubio le indicaba, era captado en seguida por él.

Se detuvieron frente a un pequeño local, aparentemente de comida. El olor delicioso que despedía aquel lugar no pasó desapercibido por Gaara, Naruto fue el primero adentrarse.

—¡Viejo, dos tazones de ramen, por favor! —pidió Naruto de lo más normal.

Gaara miró a su acompañante un poco sorprendido por su despreocupada actitud y forma de pedir la comida, no era para nada formal, ¿qué modales eran esos? Con cautela se acercó al rubio y se sentó a su lado, no había nadie más que ellos dos y tampoco veía al dueño del local.

De un momento a otro un señor mayor salió de donde supuso era la cocina, con una gran sonrisa en el rostro los saludó a los dos.

—Vienes acompañado, Naruto —habló de forma amigable, el nombrado asintió.

—Teuchi, él es Gaara, es de Suna y lo traje para que probara tu exquisito ramen —explicó.

—No es por presumir, pero Naruto te trajo al mejor puesto. ¡Dos tazones salen de inmediato!

Y con ese anuncio aquel hombre volvió a adentrarse a la cocina.

Mientras esperaban a que sus platos estuvieran listos. Naruto le explicaba a Gaara la historia de aquel puesto. Según el rubio su padre lo llevaba muy seguido a comer cuando era más pequeño y eso se convirtió en un hábito para él.

A decir verdad, Gaara examinó el lugar y pudo notar que no era muy grande. Podría decirse que era un lugar muy sencillo a comparación con otros locales de comida más grandes y más llamativos. Añadiendo la manera tan familiar en la que Naruto y el dueño charlaban y se trataban, también comprendió la calidad del ambiente. Ahora sólo faltaba probar el tan dichoso ramen.

Luego de unos minutos una joven castaña se acercó y colocó los dos tazones frente a ellos.

—Buen provecho, Naruto-kun, Gaara-kun —la joven les sonrió a ambos.

—Gracias, Ayame-chan —agradeció Naruto, Gaara agradeció con la mirada—¡Itadakimasu!

El muchacho de Suna tomó los palillos y los separó dispuesto a probar la comida, realmente tenía un delicioso aroma y se veía apetitoso. Miró a su compañero quien no perdió ni un minuto más y ya se encontraba devorado y succionando los fideos sin tener en consideración la temperatura de la comida.

Gaara entonces dio una probada, sus ojos se abrieron de la impresión en el segundo que sus pupilas gustativas tuvieron contacto con el alimento. Realmente era algo que no podía descifrar, simplemente era diferente a todo lo que había probado antes. Había un ingrediente que resaltaba del resto y necesitaba saber cuál era.

—Delicioso, como siempre.

Naruto dejó salir un suspiro, estaba satisfecho y su tazón vacío. Le dio un vistazo a su compañero, estaba terminando sus últimos sorbos del caldo.

—Gaara, exquisito, ¿verdad? —buscó con desespero su aprobación.

El pelirrojo dibujó una pequeña sonrisa.

—El mejor hasta ahora.

Uzumaki rió complacido. Nadie se resistía al ramen de Ichiraku.

—Viejo, ya nos vamos, ¿cuánto te debo?

El hombre salió a su encuentro. Su rostro transmitía tanta calidez que Gaara estaba a punto de descifrar el ingrediente secreto.

—Hoy tenemos un invitado especial, la casa invita.

—¡Eres el mejor! ¡Gracias por la comida! —volvió a agradecer— Vamos, Gaara.

Naruto salió primero. Gaara antes de seguirlo le dedicó una reverencia al señor Teuchi.

Ichiraku ramen.

Tal vez no era el puesto más grande, quizá no estaba desbordado de clientes, pero sin duda estaba lleno de calidez humana y dedicación.

Fin

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Espero que haya sido de su agrado. Cualquier cosa me dicen<3

 

Autora: LacrymosA
Título: New boy
Personaje principal: Gaara
Tipo: Colección
Nota: Muchas gracias, chicas, por sus comentarios, me alegra que les guste<3 Quizá este capítulo no es la gran cosa, es algo bastante sencillo, pero espero que no sea aburrido c:

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—¿Eh? ¿Ese es Naruto? ¡Naruto, por aquí!

Miró hacia atrás al escuchar que lo llamaban y se encontró con una chica que lo saludaba desde la distancia, sonrió y le devolvió el gesto.

—Mira que pasar por mi tienda y ni siquiera pasar a comprar una flor.

Naruto rió divertido ante aquel "reproche".

—¿Quién es tu amigo? —preguntó la joven de largos cabellos rubios, fijando sus ojos en su acompañante.

Ambos muchachos se acercaron a ella.

—Él es Gaara —comenzó diciendo, colocando la mano en su hombro, el nombrado inclinó brevemente su cabeza en señal de saludo.

—Gaara, ¿eh? —pronunció como queriendo recordar ese nombre. Miró al chico de arriba a bajo, inspeccionando cada detalle. El joven comenzaba a sentirse demasiado observado— Me encanta tu cabello, ¿es de nacimiento? —y sin pedir permiso, tocó un poco sus hebras rojizas.

—¡Ino! —Naruto protestó.

Gaara se mantuvo inmóvil. Vio como la chica alejaba las manos de su cabello y en su rostro aparecía un puchero, cual niña pequeña al ser reprendida. No iba a negar que aquel contacto lo tomó desprevenido.

—¿Qué? Sólo quería comprobar si era natural —se justificó de brazos cruzados—No es común ver un tono como el suyo.

—Perdón, Gaara, Ino es un poco impulsiva.

La chica iba a protestar ante aquella ofensa hacia su persona, pero Gaara intervino negando con la cabeza.

—Tú también tienes un cabello bonito.

Los ojos de la joven brillaron.

—¡¿Verdad que sí?! —sonrió dulcemente mientras acariciaba su larga melena rubia, más que avergonzarse ante el cumplido sintió satisfacción al saber que otros pensaban igual que ella.

Naruto se acercó al oído del pelirrojo.

—No alimentes su ya elevado ego, por favor —Gaara lo miró sin entender.

—Oigan, ¿van a quedarse ahí parados o van entrar? —Naruto iba a responder pero ella se le adelantó— Como me imaginaba, van a entrar.

—¡No! ¡Debemos irnos-ttebayo...!

—¡Entren!

Gaara no entendía la negativa de Naruto. Sin embargo, al ver la mirada firme de la chica supo que no tendrían escapatoria.

¿Una florería? No se veía como una mala idea, siempre y cuando hubiera algún que otro cactus adentro.

Fin
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Autora: LacrymosA
Título: New boy
Personaje principal: Gaara
Tipo: Colección
Nota: Espero que les guste este capítulo. Cualquier cosa me dicen C;

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¿Pero qué pasó aquí? ¿Qué les ocurrió? ¿Por qué...?

¡Sakura-chan! ¡Rápido!

¡Gaara! ¡Reacciona! ¡Despierta!

¡Maldición!

Esas voces se oían lejanas. No podía distinguirlas.

Todo era extraño. Por alguna razón no era capaz de mover ni un músculo. Quería abrir los ojos, pero sentía los párpados tan pesados que no lograba hacerlo.

Su cuerpo le dolía de sobremanera.

Como pudo, uno de sus ojos fue abriendo camino. La luz lo impactó de lleno, aún así, pudo ver una melena rosa y unos ojos verdes que lo veían con preocupación.

—Está despertando, ¿me escuchas, Gaara? —la joven vio un leve movimiento de cabeza—Qué bien, la ambulancia viene en camino. No, no intentes levantarte.

Luego escuchó un ruido ensordecedor y ya no volvió a oír ni ver más nada.
.
.
.
.
.

Sus ojos comenzaron a abrirse con lentitud, encontrándose en la habitación que ocupaba en la casa de los Uzumaki. Quiso sentarse, pero un dolor de cabeza hizo que se detuviera en el intento, y ahí descubrió que no estaba sólo.

Sentado en una silla a un costado de la cama, un joven rubio dormía en una posición para nada cómoda.

—¿Naruto...?

Se centró en el chico. Tenía varias vendas en el rostro, una en forma de cruz en la mejilla izquierda y otra en la frente, el labio inferior se le podía observar una herida y el ojo derecho morado.

De un momento a otro el joven rubio empezó a moverse hasta abrir los ojos y ver como el chico de Suna ya había despertado.

—¡Gaara! ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo? —de los ojos del rubio desbordaba preocupación.

—Un poco la cabeza —respondió con voz ronca. Naruto esbozó una sonrisa con algo de alivio— Tú estás herido.

—¿Ah? ¿Esto? —se señaló el rostro—No es nada, tú recibiste un golpe muy feo. Por cierto, ¿quiénes eran esos tipos?

Gaara no respondió de inmediato. Cerró sus ojos por unos segundos, como pensando, meditando. Logró sentarse en la cama y volvió a abrirlos.

—Nunca pensé que me encontraría con ellos en Konoha —dijo con la mirada seria, Naruto lo escuchaba con atención— Sasori no Akasuna es de mi país, el pelirrojo. Deidara, el rubio, es de Iwa. Por problemas empresariales entre nuestras familias surgió este conflicto... No es la primera vez que pasa.

Naruto no comprendía lo que escuchaba.

—¿Pero qué tiene que ver la empresa de tu familia contigo? ¡No tiene sentido!

—Eso me pregunto yo.

—¡Eso es de cobardes!

Gaara lo miró sorprendido por su reacción. La expresión en el rostro de Naruto era de profundo enojo y frustración.

—No es problema tuyo, Naruto.

—¿Ah, no? Eres mi amigo, así que es problema mío también —los ojos azules del chico le transmitían una confianza que no podía explicar— Por cierto, con la paliza que le dimos dudo mucho que vuelvan a meterse contigo.

—¿Que le dimos? —Gaara no comprendía.

—Es verdad, debo avisarles que ya estás mejor.

El joven rubio se levantó dirigiéndose a la puerta.

—¡Chicos, pueden pasar!

Gaara no podía abrir más los ojos de la sorpresa. Los amigos de Naruto iban entrando a la habitación, los reconoció a todos. Un joven de larga cabellera castaña, Hyuuga Neji. No había tenido mucho trato con él, salvo cuando Naruto los presentó unos días atrás. Rock Lee era el siguiente en entrar junto con una chica de cabellos marrones y ojos del mismo color, Tenten, también ya la conocía de días anteriores. Y por último, Haruno Sakura.

—Gaara-kun, ¿cómo te sientes? —Lee fue el primero en hablar.

—Estoy bien —el joven de Suna aún no comprendía toda esa preocupación, trataba de asimilar la situación.

—Nos diste un buen susto cuando perdiste el conocimiento —añadió Tenten.

Neji no dijo nada, pero Gaara podía ver como el joven también presentaba pequeñas señales de haber participado en la pelea al igual que Lee.

—Gracias a Sakura-san y sus conocimientos de primeros auxilios, esto no pasó a mayores —agregó Lee con alivio, mostrándole una sonrisa brillante.

—Nos alegra que estés bien, Gaara —Sakura le sonrió también.

—Oigan —una voz irrumpió el lugar junto con unos suaves golpes en la puerta— ¿Se puede pasar?

—¡Claro!

Eran Kiba junto a Akamaru, Shikamaru y Chouji.

—Vaya, se ven horribles, ¿acaso los atropelló un tren o qué? —bromeó divertido Kiba, mientras entraba a la habitación seguido por los demás.

—No es momento para bromas, Kiba —lo retó Sakura de brazos cruzados.

—Pero en serio, si hubiéramos estado no estarían en tan malas condiciones, ¿verdad, Akamaru? —el perro ladró moviendo la cola como respuesta— ¿Estás bien, Gaara? —el nombrado asintió.

—Qué situación tan problemática—Shikamaru habló rascándose la nuca— Vinimos en cuanto Naruto nos avisó.

—¡Así es! —afirmó Chouji.

—Gracias... a todos.

Agradeció desde lo más profundo de su corazón. Una cálida sensación comenzó a surgir desde su pecho. Verlos a todos ellos ahí, preocupados, preguntando por él, provocó un sentimiento de pertenencia que poco a poco iba invadiendo su ser. Era extraño, que personas que conocía desde muy poco, se arriesgaran por ayudarlo, siendo que al principio él mismo no había sido muy afectivo con ellos...

Siguieron charlando por unos minutos más hasta que la propia madre de Naruto apareció en escena y les pidió que la dejaran sola con él.

—Gaara, hablaremos sobre lo ocurrido con tus padres, ¿te parece bien? —preguntó Kushina con amabilidad, el chico negó con la cabeza.

—No lo haga, por favor —la mujer no lo entendía— Harán que vuelva a Suna. Quiero quedarme un tiempo más en Konoha.

Ella le sonrió con ternura.

—Está bien, sólo porque al final no fue nada grave. Ahora descansa, nos encargaremos de esta situación —dijo mientras se encaminaba a la salida, pero se detuvo en la puerta y volvió a mirarlo— Tuvimos una llamada de tus hermanos, vendrán la semana que viene.

—Hai, gracias, Kushina-san.

Ella le sonrió otra vez antes de abandonar la habitación.

Gracias.

Esa era una palabra que, estando en Konoha, usaría mucho sin duda.

Fin
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