de Inuyasha - Never-Ending

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por belaki-chan, 21 Mayo 2008.

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  1.  
    belaki-chan

    belaki-chan Guest

    Título:
    Never-Ending
    Clasificación:
    Para adolescentes maduros. 16 años y mayores
    Género:
    Aventura
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    2988
    Never-Ending

    hola!!!!!!
    bn esta historia la ise para un trabajo de el liceo...
    al acer esta historia como personaje principal me imagine a Kagome, pero en esta no se menciona el nombre de ningun personaje, asi que imaginensen que la que narra es Kagome, y el Chico del final inuyasha.
    la historia para mi es algo simplona, pero balio la pena y estoy satisfecha con ella.
    Never-Ending
    (Interminable)

    Droga... la droga es algo común en estos tiempos, yo de pequeña veía los efectos que esta traía a la gente que la consumía.

    Todavía recuerdo cuando me enviaron sola a hacer unos mandados, pues mi madre estaba enferma y mi padre estaba de viajes de negocios, y yo una pequeña niña me tenía que hacer cargo de la casa, mi medre, etc.

    Caminaba por la vereda y miraba con ojos bien abiertos como en plena avenida muchachos se drogaban, insultaban a la gente que pasaba por ahí, se tiraban piedrazas y un sin fin de cosas mas.

    En esa época les miraba horrorizada, pero pronto llego mi turno.

    Un poco después de mi cumpleaños número 15, un muchacho se me acerco ofreciéndome droga, la cual rechacé inmediatamente.

    Pasaron unos días, y no vi mucho a mis amigas, lo que me extraño. Luego de mas o menos una semana las encontré a todas reunidas, riendo, diciendo groserías y... ¿drogándose?.

    Cuando se formulo ese pensamiento en mi cabeza me sentí horrorizada, me acerque a ellas lo mas rápido que pude y les dije que dejaran eso. Ellas no me escucharon y comenzaron a decir cosas como: “venga acompáñanos” o “lo que dicen los adultos que la droga es mala es pura mentira, la droga es algo maravillosa”. Y finalmente después de tanto que me presionaron, e inclusive insultaron acepte acompañarlas.

    ¿Bueno y que mas podría haber hecho?, yo era de esas personas don nadie que apenas tenia amigos, creo que en ese momento lo único que buscaba era a alguien con quien estar, simplemente el sentirme sola era mas repugnante que ese olor a droga que ahora formaría parte de mi día a día... o al menos eso pensé.

    Yo consumía poco, ya que me dije a mi misma que eso no era algo con que obsesionarse, sino que era algo serio.

    Un día, estaba intentando dormir, eran las 3 de la mañana, pero había algo que me lo impedía ... necesitaba droga.

    No importándome la hora me levante como un rayo y fui a mi escritorio por mi alcancía, la abrí y para mi sorpresa, estaba vacía.

    ¿Pero como?... ¿acaso ya me había gastado todo el dinero?

    Suspire resignada, trate de calmarme, regrese a mi cama y me tape para seguir durmiendo. Y como se imaginaran no lo logré, estaba desesperada, así que hice algo que nunca imagine... . Luego de vestirme con lo primero que encontré, me dirigí a donde guardamos los ahorros para pagar cuentas y esas cosas, tome una buena cantidad de dinero y salí de casa...

    Al otro día al despertarme me sentía horrible.

    ¿Como había caído tan bajo?... yo no era así, ¿que me ocurría?.

    Esas preguntas se formulaban en mi cabeza, no dejándome en paz y para colmo, la culpa me perseguía.

    Ese día quería estar sola, no me sentía de humor para nada.

    No desayune, no quería encontrarme con mi madre, simplemente hice el desayuno de ella lo mas rápido posible, se lo deje servido en la mesa y me fui al colegio.

    Las clases eran una tortura, y mientras mas aburrida mi imaginación se iba al estrellato.

    Me imaginaba que mi madre se enteraba de lo que había hecho y el tremendo shock emocional que tendría.

    No, “porque a mí”- pensé.

    Luego de unas clases tuvimos hora libre ya que la profesora de ingles estaba enferma.

    Pasé por los pasillos cabizbaja. Ya me había encontrado con mis amigas y me habían hecho la invitación a ver si quería ir con ellas a drogarnos a un rincón del colegio. Pero al escuchar la palabra droga sentí ganas de vomitar así que rechace la oferta diciendo que me sentía mal.

    Ya estaba en el patio, suspire y me senté bajo la sombra de un árbol, me puse la capucha de mi buzo y me digne a mirar mis pies, pensando como todo eso había comenzado.

    Con esfuerzo cerré los ojos, tratando de calmar el dolor de cabeza que me había dado de repente. En una milésima de segundos todo me daba vueltas. Sentía que el mundo se me acabaría, así que salí corriendo de ese lugar.

    Cuando estaba por el centro de la ciudad comenzó a caer una fuerte lluvia, a lo que yo busque refugio rápidamente.

    -perfecto...- susurre mientras me acurrucaba a pensar en el callejón que en estos momentos era mi refugio de la lluvia.

    Cerré los ojos en calma tratando de averiguar el porque estaba allí. ¡No lo entendía!, un momento estaba bien, cuidaba de mi madre, era responsable, educada, pero ahora, ahora estaba cambiando.

    La rabia me estaba consumiendo, así que apreté mis puños para calmarme, asta que...

    -odio esta lluvia, esta asquerosa calle, esta asquerosa ciudad, ¡es todo tan vulgar!... – dios no, ¡ella no!. Fantástico mi peor pasadilla se estaba acercando, mientras refunfuñaba y hacia ruido con sus tacos. Luego observe la situación y me reí para mis adentros “ seguramente ricitos de oro se debe estar quejando porque su peluca se a mojado, y su maquillaje debe ser un desastre” pensé y luego me levante perezosamente del lugar en donde estaba sentada. Al parecer la nenita había faltado a clases.

    Me quede calculando la situación “Ricitos de oro” pronto cruzaría en frente de este callejón, y seguramente esa niña rica debe llevar dinero. Rápidamente sin pensarlo puse todo mi cabello en mi rostro y tome lo primero que se me ocurrió para amenazarla y me diera todo lo que llevara.

    “Ricitos de oro” caminaba de una forma tan torpe y encorvada que no parecía una “alta dama de la sociedad”.

    La muy despistada hizo todo lo que había sospechado y al pasar por el callejón la tome del brazo y la adentré donde yo estaba y nadie podría ver los hechos.

    -Ricitos de oro sabes lo que paso por sentarte en la silla del oso mas pequeño- ¡Ja!, la estúpida había caído en mi trampa tal como lo plañe. Ella estaba totalmente a mi poder; yo le estaba sosteniendo los brazos para que no se pudiera mover y tenia un vidrio casi tocando su cuello .

    -¡¿quien demonios eres?!- contesto asustada pero aun seguía siendo imponente. Maldita niña mal criada, siempre se creía mas que asta el mundo mismo.

    -eso a ti no te interesa, solo dame el dinero- conteste a su pregunta, y al ver que ella no hacia ningún movimiento para sacar el dinero coloque el vibro en su blanca piel, haciendo un movimiento para lastimarla, pero había algo que la horrorizó mas.

    -¿que pasa?, ¿acaso te da miedo la sangre?- dije con una vos fría. Y en efecto me había cortado la mano.

    -lo siento pero no puedo hacer nada si no me sueltas- dijo nerviosa.

    -¡OH! lo siento- exclamé y liberando uno de sus brazos en caso de que intentara escapar.

    Y así fue me vengué de esa “nena” de papá que me había hecho hacer el ridículo en la escuela apenas ingrese. ¿Saben? Y fue por eso que la elegí como mi primera victima de uno de mis tantos robos, escogí a la persona que me había hecho ser invisible para casi todos.

    Y luego me fui a comprar droga para sentirme de nuevo viva.

    Pasaron unos días, y eso de robar a gente odiosa, que se creía lo “mas” ya era hobby.

    También ese día le dio paso a mis problemas de conducta, insultaba a los profesores, era abusiva, tenia un lenguaje obsceno y no era recomendable estar a menos de un metro de mi. En resumen había pasado de ser la don nadie de la escuela a la chica con problemas de conducta.

    Si no mal recuerdo, un viernes llegué a mi casa muy tarde. Lo primero que hice fue ir al comedor a servirme un bocadillo, y cual fue mi sorpresa al encontrarme a mi madre allí.

    -mamá... – dije sorprendida de ver a mi madre sentada a la mesa bebiendo algo de leche.

    A pesar de mi mala conducta que ahora ya era parte de mi, nunca le había faltado el respeto a ella ni a mi padre.
    La vi allí sentada, y luego fijo su vista en mi, se paro de su silla y se retiró calmadamente hacia su habitación. Pero había algo que me molestó, y eso fue su mirada... .mirada de tristeza.

    Creo que eso dio un vuelco en mi corazón, esa mirada demostraba una tristeza infinita.

    En ese momento cambie de opinión, no tenía apetito y no tenía ganas de probar bocado, porque estaba segura de que no pasaría por mi garganta.

    Fui a mi habitación, me senté en mi cama, y luego me recosté me recosté en ella, mirando hacia la oscuridad, mientras pensaba en los estos últimos meses. También debo destacar que pensé en mi aspecto actual. Y debo decir que era deplorable; cara de estar con una muy intensa gripe, piel con unas pequeñas manchitas y mis ropas siempre estaban sucias debido a los lugares que iba.

    Luego de un rato me dormí y digamos que no fue un paseo al país de las maravillas. Y digamos que esa fue la razón por la que me desperté a las 5 de la mañana.

    Me levante de la cama lo mas velozmente que mi capacidad dio, me vestí con lo primero que encontré.

    Salí de casa lo mas rápido que mis pies me dieron, y me dirigí a una plaza. Al llegar pude notar que estaba vacía, debido a que todavía era de noche, así que aproveche la soledad del lugar y me senté en un columpio que se encontraba allí.

    Pensé en el sueño que tuve, ese sueño podía ser tan real como la hambruna y la guerra. Y como estas dos también mi sueño embargaba desamparo, desprecio, muerte y desgracia.

    Paso un rato y sentí que alguien se sentaba en un columpio que estaba junto al mío. Levante la vista para ver a esa persona, y me sorprendí al ver a un chico de bachillerato.

    -que te sucede- me preguntó mirándome a los ojos.

    -pues yo... – creo que fue la desesperación, o el hecho de estar sola, la razón por la que le conté todo lo que había pasado en mi vida este último tiempo.

    El me miro sorprendido, no creyendo lo que le contaba, pero el fin después de un rato de observarme, suspiro resignado.

    Mantuvimos una larga conversación, y me dio unos cuantos consejos que me hicieron reflexionar de mis actos.
    Ya eran las nueve de la mañana así que me despedí, pero entonces...

    -toma...- dijo entregándome una buena cantidad de dinero.

    Yo no sabía que decir, simplemente lo mire como tratando de averiguar lo que planeaba.

    -para... para que me ofreces el dinero- pregunté.

    -dijiste que les habías sacado dinero a tus padres, pues esto es para que lo repongas- dijo mientras dejaba el dinero a mi lado y se marchaba.

    Después de pensarlo una y otra vez tome el dinero, y me juré a mi misma que trabajaría para conseguir el dinero que me prestó y se lo devolvería.

    ¿Saben?... me sentí feliz, alguien se había preocupado por mi... me hizo pensar muchas cosas y al final de clases tome una decisión.

    Llegue a mi casa, me saque los zapatos y los deje en la entrada. Me dirigí al lugar donde por la madrugada había sacado el dinero, conté lo que me había dado el muchacho y era el dinero justo así que lo deposite todo, con el resto del dinero de mis padres.

    Cuando mis padres llegaron mantuve una seria platica con ellos.

    Lo admito, se enfurecieron, pero no protestaron, ni me dieron sermones, ya que ellos habían escuchado mi petición... quería curarme.

    Fue difícil encarar esa situación, pero mas difíciles fueron los días en la clínica, esos días fueron... interminables...

    En ese lugar conocí a muchas personas de todas las edades, cada una tenía una razón diferente por la cual se había metido en el mundo de la droga, pero al igual que yo simplemente se vieron en los efectos de esta.

    Pasé por muchas etapas alucinaciones, desesperación, nerviosismo y otros síntomas mas... asta que me cure.

    Ya le he devuelto el dinero al muchacho y le he agradecido por su ayuda. Actualmente nos seguimos viendo.
    También trate de ayudar a mis amigas, pero ellas me ignoraron. Ahora ya no se nada de ellas, voy a una universidad en el extranjero y trato de vivir una vida feliz. No tengo muchos amigos, pero tengo la certeza de que los pocos que tengo jamás me obligarían a hacer algo que no deseo y me pueda perjudicar. Ahora espero que muchas personas adictas logren un día lo que yo he logrado.

    “La vida del drogado es muy monótona, robar para comprar y luego consumir. Algunas personas son presionadas por sus propios amigos, y luego son llevados a la obsesión. Actualmente hay personas que buscan su cura por si solos, y hay otras que necesitan ayuda. Nunca hay que sermonear a ese tipo de personas, ni tampoco hacerles prometer cosas que seguramente no cumplirán. Lo que hay que brindarles es apoyo y concretar las promesas con hechos...”



    Belaki: bueno esta historia me ha costado un montón, He pasado horas y he gastado parte de mi sueño, pero estoy satisfecha con lo que he creado jeje.
    Ahora quisiera poner una moraleja:.....

    “Es malo estar solo, pero mas malo es tener “amigos” que te obliguen a hacer cosas que no quieres, si tienes amigos asegúrate de que quieran tu salud, y tu bien estar”.
    Bn jeje espero sinceramente que os allá gustado.
     
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