Necesito un héroe

Necesito un héroe

Título: Necesito un héroe.

Claim: Zagato/Esmeralda.

Palabras: 575 palabras.

Rainting: T.

Advertencias: Lime.

Summary: Escena perdida. Ya no lo soportaba, sus pensamientos estaban dirigidos solo a él y nadie se atrevería a matarla, excepto su héroe.

Disclaimer: Magic Knight Rayearth es propiedad de Clamp y obviamente no soy nadie de esa empresa. Este fic no tiene fines lucrativos mas está prohibida su copia parcial o total; gracias.

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Entre llantos, ella se lamentaba. No lo soportaría, no lo podía quitar de su cabeza, sus caricias aún se sentían recientes. La emoción de que iba a volver a estar así con ese hombre, la hacía feliz y a la vez desdichada. Se maldecía una y otra vez, no debía pensar en ese hombre como el más importante, sino solo uno más de los habitantes de Céfiro, que tanto amaba.

No sabía en qué momento había cambiado eso, pero ya era demasiado tarde, no había vuelta atrás, ya no se podía esconder. Había sido su error, no debería haberse enamorado.

Enamorado.

Su corazón dio un vuelco y su llanto se intensificó. Había echado a Zagato del salón por primera vez, aun en contra de lo que su egoísta corazón había querido. Pues sí, ella le hubiera encantado que él se quedara con ella y poder olvidarse por un tiempo aquel vacío en su corazón, porque con él no le importaba ser egoísta, él la hacía sentir mujer y no solo el sostén del planeta que vive por y para él.

Se sentía como el peor de todos los monstruos porque no solo iba a causar la destrucción de Céfiro por su egoísmo, sino que también había hecho desdichado al hombre que amaba. No se habían dado cuenta de la presencia de Lantis; cuando estaban juntos, parecía que nada existía excepto ellos mismos; por su descuido el hermano de su gran amor se había ido y aunque Zagato jamás lo admitiría, él extrañaría a Lantis.

Ojalá pudiera sacarlo de su mente para que lo que venía no ocurriese, pero cada momento que pasaba no se le podía pasar por la cabeza otra cosa que no fuera él. Sus halagos, sus caricias, sus ojos, sus labios sobre los suyos, todo de él la llamaba. No sabía qué había hecho tan mal como para merecer eso, como pilar debía solo debía velar por el bien de su planeta, nada más. Cada pensamiento y deseo debía estar dedicado a él y a sus habitantes, no a nadie en específico.

Pero no lo conseguía y la furiosa tormenta que se desataba afuera de su cálido dormitorio era la prueba contundente de aquello. Ella, a pesar de ya no poder reprimir su amor por ese hombre, sentía una gran devoción y aprecio hacia Céfiro, no solo porque era su obligación, sino porque siempre lo había adorado, aun antes de convertirse en su protectora.

Solo le quedaba una alternativa, quería lo mejor para Céfiro y sabía que ella no lo era. Si tan solo hubiera alguien que quisiera matarla, pero nadie se atrevería y conocía lo suficiente a Zagato como para ser consiente de que de ninguna manera consentiría eso.

Precisaba de alguien que tuviese el valor para lograrlo, pero no iba a ser una persona, sino tres, conocía la leyenda de las guerreras mágicas, ellas serían sus heroínas.

Mientras, esperaba que Zagato algún día la perdonara por aquello que iba a hacer y pudiese encontrar a alguien que valorase su corazón, porque bajo esa capa de frialdad se escondía un gran hombre, ella lo conocía y de él se había enamorado.

Reprimiendo la punzada de dolor frente la anticipación de su pronta muerte, usó toda su fuerza de voluntad y lo logró usando todo el poder que tenía, gracias al puesto que no merecía, conjuró el hechizo y por el cansancio cayó desmayada.

Necesito un héroe. Guerreras mágicas, yo las invoco.
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