Naruto Generation

Capítulo 9: El líder de Akatsuki

Base de Akatsuki, país del fuego

Un grupo de jóvenes se encontraba en lo que podía llamarse la sala de estar de la base, estaban en los distintos sillones observando la puerta de cristal atentamente, sumidos en un profundo silencio, apenas y sus respiraciones eran las que se escuchaban. En eso la puerta se abre llamando la atención de todos y notan a tres personas entrando.

—¿Cómo les fue?—preguntó con curiosidad una chica de 18 años, tenía el pelo castaño semi oscuro no muy lago, apenas pasaba sus hombros y sus ojos eran almendrados.
—Aburrido—bramó con fastidio el menor de los recién llegados, un chico de 16 años, cabello negro y ojos azules.
—No me extraña escuchar eso de ti Menma—rió con diversión y una sonrisa otra chica de 17 años, cabello corto y negro y ojos del mismo color.
—Déjalo Kurotsuchi, ya lo conoces, hum—sonrió de lado un muchacho de largo cabello rubio y ojos azules de 18 años—¿Qué pasó danna?
—Pues Taka apareció como era de esperarse—contestó el peli rojo de ojos miel, que a pesar de tener 20 años, era de la misma estatura de Menma; su respuesta llamó la atención de todos por lo que le miraron expectantes—Menma arruinó la misión—bufó con simpleza.
—No me sorprende—se escuchó una voz como de aburrimiento cuyo dueño entraba por la otra puerta de la “sala”: un peli verde de ojos dorados, de 19 años—les dije que no era buena idea enviar a Menma a una misión de vigilancia—habló de nuevo pero con una voz más profunda.
—¡Cállate Zetsu!—exclamó Namikaze enojado—¡Deja de mentir Sasori! Si me hubieras dejado dispar…
—Hubiera sido lo mismo—le interrumpió Akasuna—el punto es que por tu inquietud nos descubrieron y tuvimos que pelear y no solo eso, sino que también tocó matar a los guardias de Hebi—bufó frunciendo el ceño.
—Tranquilo danna, de todas maneras algún día se tenían que morir, hum—suspiró con simpleza el rubio apoyando su cabeza sobre sus brazos.
—No se trata de eso Deidara, sino que la misión era vigilar si Taka aparecía y desenmascararlos, ahora el líder se enojara y será Hikari quien pague los platos rotos—continuó el peli rojo bastante enfadado por el fallo.

Todos se quedaron en silencio al escuchar lo último, si algo salía mal, era a la castaña mayor a quien siempre regañaban, su personalidad pasiva era su mejor defensa, pero el líder de Akatsuki era un ser frío y sin sentimientos que podría penetrar fácilmente el muro de amabilidad de Nohara. A todos les daba rabia no poder hacer nada para que el castigo no callera sobre ella, pero hace años Hikari asumió hacerse cargo de todos y que se haría responsable de todas sus fallas, aunque no fueran niños, en ese sentido las cosas no cambiaban mucho.

—Al que tendrían que regañar en estos momentos es a Menma, no a Hikari-nee—musitó fríamente una chica de cabello negro y largo que llegaba a su espalda baja, sus ojos eran de un azul índigo, 19 años y un poco baja de estatura.
—Apoyo a la enana de Hitomi—espetó el albino de ojos lilas, de igualmente 19 años—es tu culpa maldito enano mocoso.
—¡Ahora vas a salir tú también!—gritó enojado de manera retadora el joven peli negro.
—¡Bájame el tono ateo!
—¿¡Quieres que te envíe a conocer a tu Dios!?
—Ya basta los dos…—habló por primera vez el pelo negro de máscara naranja que extrañamente no se la había quitado, su voz era bastante profunda, sabiéndose uno de los mayores del grupo con 25 años. Todos le miraron un momento temiendo que estuviera molesto, era un ser verdaderamente impredecible por lo que era difícil saber cómo reaccionaría—a Tobi no le gustan las peleas porque Tobi es buen chico—y todos contra el suelo, definitivamente era impredecible.
—¡Tobi teme!—bufó Iwahara mayor—deja de hacer eso, siempre pienso que…
—¿Senpai piensa en Tobi? Tobi está feliz—gritó feliz abrazando al rubio.
—S-suéltame Tobi o explotaré mi arte en tu cara, hum—bufó con molestia Deidara tratando de quitárselo de encima.
—¿Sigues llamando arte a “eso”?—intervino Sasori mirando al rubio como si hubiera dicho una blasfemia—ya te dije que el arte de verdad es eterno.
—Que no danna, el arte es efímero, hum—atacó el rubio aun tratando de quitarse de encima a Tobi.
—Ya comenzaron—suspiró la castaña.
—Ya los conoces Yuriko, no sé porque te sorprendes—rodó los ojos Kurotsuchi.

Y de esa forma, una nueva discusión se formó entre el grupo de chicos, Deidara y Sasori por su arte mientras el rubio trataba de quitarse al enmascarado de encima; Hidan con Hitomi y Menma; Kurotsuchi con Zetsu y de alguna manera Nagura acabó involucrada también, en fin, el mismo caos de siempre, ni porque se trataran de jóvenes adultos cambiarían. La puerta de nuevo se abre y entran tres personas más quienes observan el espectáculo de siempre con cara de exasperación y aburrimiento…o simplemente nula, como era el caso del Uchiha de cabello negro amarrado en una coleta, ojos del mismo color que ya tenía 20 años.

—Esto ya es desesperante—suspiró la fémina de cabello corto y azul decorado por un flor de papel y ojos anaranjados, con la misma edad de Tobi pero… ¿más predecible?
—Siempre es lo mismo y siempre lo será, Konan—musitó luego de suspirar su peli rojo acompañante quien tiene la misma edad que ella.
—Pues no me acostumbro y dudo hacerlo Nagato—cerró los ojos frunciendo el ceño mientras de su rostro comenzaban a desplegarse distintas hojas de papel—¡Urusai!—gritó abriendo los ojos enojada mientras les cubría la boca a todos con un trozo de papel.
—Tienes que aprender a controlarte—habló el Uchiha con tranquilidad.
—Es fácil para ti decirlo, Itachi—se cruzó de brazos enojada.
…

En el último piso de la base, frente a la puerta que da con la oficina del líder, se encontraba Hikari Nohara, una mujer de 27 años cuyo cabello castaño estaba amarrado en una coleta mientras dos mechones caían por delante de sus orejas, sus ojos eran de un tono chocolate y sus mejillas decoradas por dos rectángulos morados; además era reconocida tanto por su tranquila y dulce personalidad como por su increíble poder dentro de la organización. No se atrevía a pasar o tocar, lo más seguro era un regaño fuerte por parte de él, diciéndole que no era más que una inútil que no podía hacer nada bien, sintió que sus ojos se aguaban de solo imaginarlo, pero debía ser fuerte, se secó las lágrimas con la manga de su camisa, dio un suspiro y puso el código en el panel de la pared dando por resultado que la puerta se abriera.

Como siempre, observó el oscuro lugar y al frente divisó aquellos rojizos ojos que intimidaban a muchos, no debía negar que llegó un momento en el que a ella también llegaron a producirle tal sentimiento. Pasó adelante con inseguridad y se detuvo no muy lejos del escritorio; sus piernas le temblaban un poco pero usaría sus tácticas de siempre: mantenerse tranquila y pasible.

—¿Qué pasó?—preguntó el hombre con voz fría.
—V-verás…—tartamudeó un poco por lo que se maldijo internamente, tomó aire y comenzó a explicar lo ocurrido manteniéndose firme, o al menos hasta que escuchó como él golpeó el escritorio, eso la asustó por lo que apretó los ojos esperando su regaño.
—¡¿Tan difícil era?! ¿¡Una simple misión de vigilancia y captura?! ¡Esperaba más de ti Hikari!—estalló levantándose de su asiento para susto de la chica.
—L-lo siento mucho…—trató de disculparse bajando la cabeza, las palabras difícilmente le salían—es que…
—¡No me interesan tus excusas!—le cortó—Taka ha estado interfiriendo mucho en nuestra búsqueda de los jinchuurikis ¿te cuesta entenderlo?—la castaña apretaba los dientes y sus ojos queriendo no llorar, pero ahora era verdaderamente difícil, sus palabras le herían cada vez mas ¿y por qué? Porque ese ser al que tanto cariño le tenía, había cambiado más de lo que podía creer.
—Lo siento, fue mi culpa por dejarlos solos…— musitó entre leves gimoteos, él no contestó, seguía mirándole como si fuera un ser inferior e insignificante.
—Verdaderamente te has vuelto un ser inútil e inservible…
—¡No soy una cosa!—gritó ya no soportándolo—¡Tengo derecho a equivocarme! ¡Simplemente no…!—sus palabras no cobraron sentido alguno a los oídos de su superior, pues este la silencio proporcionándole una bofetada, quedo ida unos segundos recordando y diciéndose mentalmente “¿en que estaba pensando?” Obviamente revelarse así no fue la mejor de las ideas, por eso siempre se hacía cargo de todo, para que sus hermanitos no sufrieran las consecuencias de las que era capaz ese sujeto.
—Retráctate de tus palabras—ordenó con frialdad, ella estaba con la cabeza baja y su mirada ensombrecida por sus cabellos con una mano en la mejilla que le había golpeado; como ella no contestaba entre cerró sus ojos y volvió a decir—retráctate de tus palabras.
—Lo siento, Madara-sama…—contestó aun con la mirada baja—discúlpeme por mi error, no volverá a ocurrir.
—Mucho mejor—comentó con una media y cínica sonrisa, con brusquedad le tomó el rostro obligándola a verlo a los ojos, no le importó que sus orbes chocolate estuvieran cristalinas por las lágrimas—recuérdalo, si eres un objeto y me perteneces. Y no, no tienes derecho a equivocarte—dicho aquello le soltó el rostro con la misma brusquedad—retírate.

Hiso una leve reverencia y salió aun con la cabeza baja, una vez afuera, salió corriendo tan rápido como sus piernas le dieron y en cuanto estuvo encerrada en el elevador se echó a llorar ¿Cómo era posible que su amigo de la infancia ahora fuera ese monstruo? En estos diez años, había cambiado mucho más que antes.
…

En un lugar bastante alto en la ciudad de Konohagakure, un lugar en el que se podía divisar todo, se encontraban tres personas quienes había observado las escenas de hace rato: dos hombres, uno de cabellos negros y ojos rojizos de unos veintiún años de edad; y el otro uno de veintiséis años, cabello blanco y ojos azules. La otra persona era una mujer de cabellos azules como tirando a purpura y mechas grises hasta la mitad de su espalda, con un mechón que cubría uno de sus ojos color aguamarina de veintiséis años. Los tres usaban un uniforme color gris con el símbolo de una serpiente en la parte superior derecha.

—Akatsuki tiene miembros muy hábiles—comentó con serenidad el de cabellos blancos.
—Taka no se queda atrás—fue esta vez el azabache—Mizu-taicho, ¿Qué dice usted al respecto?
—…—la de cabellos azules se quedó meditando unos momentos con expresión nula sin dejar de mirar los cadáveres de los guardias que habían enviado a vigilar o en realidad, que habían sido de cebo para atraer a ambas organizaciones—son cauteloso, astutos, rápidos y fuertes…en definitiva ambos serán un problema para mi tío—sonrió de lado con un poco de sarcasmo.
—Los soldados de Hebi no servirán para derrotarlos—de nuevo habló el de ojos azules.
—Se necesitaría algo más profundo para derrotarlos—espetó el de iris rojas pensativo—como averiguar a cada uno de sus miembros, sus debilidades y fortalezas.
—Tienes razón en eso Shisui, pero no son estúpidos. Estoy segura que están al tanto de todos los miembros de Hebi, ambos líderes son Uchiha y difícilmente influenciarías a alguno ¿o me equivoco?—Yakushi miró al Uchiha de forma interrogativa sin dejar su expresión seria.
—Cierto pero… ¿Cómo averiguo que se tratan de dos Uchiha?—preguntó con algo de curiosidad.
—Información que logré recolectar, por lo que me dijeron, el actual líder de Akatsuki venció al anterior cuando solo tenía 16 años con el poder de un sharingan parecido al tuyo: El Mangekyou Sharingan—explicó volviendo la vista a la “escena del crimen”—eso fue hace unos doce años, es decir en ese tiempo sus habilidades debieron perfeccionarse. Además, asesinó a Salamandra Hanzou, es un peligro clase S.
—Con un poder tan asombroso será muy difícil vencerlos—comentó el de hebras blancas un poco sorprendido pues ya conocía ese poder por su compañero.
—Si evoluciona al Mangekyou sharingan eterno lo será. Por eso debemos evitar que consiga los ojos de otro Uchiha—aclaró de nuevo la mujer mirando a Shisui.

Quedaron en silencio unos momentos en el que los tres meditaban lo peligroso que era el líder de la organización de terroristas. El más joven del grupo no pensó tanto en sus ojos, sino en sus primos ¿seguirían sus vivos? Desde hace diez años no supo nada de ellos ¿estarían en Konoha? Quería averiguarlo pero si lo hacía solo los pondría en riesgo. Desde que estaba bajo el procedimiento Obediencia su forma de pensar y ver el mundo habían cambiado, aquella técnica, por llamarla así, expandía tu mente de manera favorable a Hebi, no podía oponerse pero aún conservaba sus recuerdos y pensamientos propios, era como un muñeco con mente.

—Recojamos los cuerpos—ordenó Mizu y en seguida saltaron al lugar y “limpiaron” antes de que alguien se diera cuenta.
…

Luego de un rato, después de regañar fuertemente a su más fiel subordinada, el temible líder de la organización de terroristas salió de su oscura oficina y se encamino al elevador, no se detuvo en ningún piso pues muchos notaron que venía desde el último piso y no había nadie más en ese piso. El elevador se detuvo en el sótano o prisión de la base, lugar en el que el Uchiha se bajó y camino recorriendo las vacías celdas sin emoción o atención alguna hasta llegar al final donde entró a una.

Aquella celda estaba iluminada por una luz blanca en el techo por lo que se podía vislumbrar a la persona encadenada a la pared sin mucha dificultad, esta tenía su cabeza baja, estaba sentada en el suelo con la cabeza caída mientras sus brazos era aprisionados hacia arriba con unas curiosas cadenas.

—¿Qué haces aquí…Madara?—habló el prisionero reconociendo enseguida a su visitante sin levantar el rostro.
—¿Dónde está tu hijo?—preguntó sin vacilar el de cabellos quebrados.
—Ya te he dicho que no lo sé—bufó levantando el rostro mirando al otro con desprecio y rabia—y si lo supiera no te lo diría.

Madara frunció el ceño levemente, sacó un pequeño aparato donde presionó un botón y una descarga eléctrica invadió el cuerpo del prisionero quien se retorció un poco. Al detenerse, dejo caer su cabeza muy adolorido y exhausto.

—Te dejare pensar un poco, espero que cuando regrese, lo hayas recordado—dicho eso, Uchiha salió de la celda.
Continuara…
Hola a todos de nuevo :D gracias por sus me gusta y comentarios que me hacen feliz >.< bueno que puedo decir .O.?...Pobre Hikari T_T, por lo menos ya confirme que el líder es Madara (porque ya lo sabían –o-) Menma siempre, Umm deje una incógnita al final, muajajajajaja bueno espero que les haya gustado :D

1-¿Qué les pareció?
2-¿Les gustó algo en especial e_é?
¿Quién será el misterioso prisionero y qué querrá Madara con su hijo?
Nos leemos

 

Capítulo 10: El libro de los clanes


Era sábado, todos en Taka comentaban el hecho que vivieron el equipo conformado por Sai, Ino y Shikamaru. Realmente, nunca había tenido una batalla formal contra Akatsuki, simplemente se mantenían vigilando sus movimientos, pero esta vez lograron conocer varias de sus habilidades, y el joven equipo estaba exponiéndolo al resto de la organización.

—Uno de ellos usaba hilos de chakra, era algo bajo de estatura pero era ágil y muy hábil con respecto a tal habilidad—explicó la rubia recordando a Sasori, aunque claro, no tenía ni idea de su nombre o detalles concisos de su físico.
—El otro no usó técnica alguna, pero su condición física era muy buena, su taijutsu era muy impecable…aunque no tanto como el de Lee-kun—aclaró Sai—debía rondar más o menos nuestra misma edad.
—Con la que luché yo era más alto que nosotros, el junto con otro fueron quienes más nos sorprendieron—inició analítico Nara—usó una especie de raiton pero era blanco y no sabemos aún como, destruyó dos técnicas con mucha facilidad.
—¿Destruyó? ¿A qué te refieres?—preguntó Kakashi mirándole de manera interrogativa
—Cortó mi sombra y una bestia de pintura de Sai sin ninguna dificultad—explicó dejando a todos boquiabiertos, aquello debía ser imposible, quizás no fue más que un genjutsu—por último, un hombre con el sharingan—esto llamó más en si la atención de Sasuke—con alguna técnica de teletransportación desapareció con los otros tres luego de asesinar a los de Hebi.

Todos quedaron en un profundo silencio muy pensativos, muchas de las miradas pasaron a Sasuke, cabía la posibilidad que aquella persona pudiera ser Itachi. Aunque bien se sabe que puede ser otro sobreviviente; la posibilidad se descartó cuando Shikamaru dijo más o menos como vio a esa persona, tenía más rasgos de un hombre adulto sin contar su voz que era bastante grave y profunda.

—No te garantizo que sea Itachi, Sasuke. Después de todo hay otros sobrevivientes y…bueno no creo que él estuviera en nuestra contra—volvió a hablar Nara.
—Y no solo eso, solo vieron uno de sus ojos. Durante muchos años a algunos Uchiha se les robaba los ojos para obtener sus atributos, era como un premio al derrotarlos—explicó Kakashi ganándose la atención de los presentes.
—Así que necesariamente no es un Uchiha…—murmuró Ino con desanimo, hubiera querido animar un poco a su querido Sasuke.
—Eso realmente no me importa—las palabras del azabache sorprendieron a todos—si Itachi aparece, bien por él pero nuestro objetivo ahora es acabar con Akatsuki y Hebi.
—Cierto. El punto en esta reunión es recaudar la información que sea necesaria sobre nuestros enemigos. No tuvieron ninguna duda al asesinar miembros de Hebi, mas no son nuestros aliados—espetó el peli plata con seriedad—ellos no dudaran en capturar a Gaara, Yugito, Utakata, Fu o a Naruto para sus propios beneficios.
—Ya fallamos protegiendo a Roshi-san…—musitó con pesar Sakura.
—Y no sabemos del paradero de Sanbi y Gobi—esta vez fue Tenten quien habló, Hinata y Kiba se miraron un momento y luego volvieron la vista a su superior.
—Ellos son mucho más primordiales ahora, debemos encontrarlos pronto—dijo un poco alarmada Karin cruzándose de brazos.

Hatake suspiro, esos dos habían sido un misterio desde hace muchos años, nadie tenía idea de donde podrían estar y el líder solo le estaba dando más importancia a los jinchuurikis que ya tenían consigo. Dada por acabada la reunión, todos se fueron de la base a sus hogares a descansar, claro que primero Kakashi llamó a Hinata antes de que se fueran.

—Hinata, Kurenai me pidió que te entregara esto —Hatake de quien sabe dónde, sacó y le entrego un libro a la oji perla.
—La historia de los clanes—leyó el titulo antes de mirar interrogante a su superior, este no dijo nada y se retiró, ella por su lado hiso lo mismo.
…

Un nuevo día nacía en Konohagakure, pero esta vez, en una bonita y espaciosa casa. El día transcurría con tranquilidad en la casa de la familia Hyuuga, Hiashi había ido a visitar a la menor de sus hijas y Hinata y Neji se encontraban sentados en el comedor mirando pensativos la portada del libro que Kurenai le había enviado a la peli azul por razones que aun desconocía. Se decidió a abrirlo en cualquier página que saliera y junto a su primo lo observaban con mucha atención.

—Clan Inuzuka—leyó Neji lo que había salido, curiosamente era el clan al que pertenecía el mejor amigo de la peli azul. Había varias imágenes como la del emblema del clan que reconocieron como las marcas que Kiba, Hana y Tsume tenían en las mejillas; también imágenes de lobos y perros bastante grandes, figuras en posiciones según un ataque con el titulo debajo de la foto—“El clan Inuzuka, es de origen de Konohagakure, se caracteriza por trabajar con ejemplares caninos. En un principio trabajaban en conjunto con lobos…”

Leyeron con atención algunos párrafos con respecto a tal clan, sus técnicas, sus dotes, sus debilidades, entre otras cosas. Se fueron al índice donde leyeron infinidad de clanes, unos conocidos otros no. Decidieron leer sobre el clan Uchiha, era uno de los clanes con más historia de todos: sus ojos, sus técnicas, su dominio sobre el fuego, su emblema: el abanico blanco y rojo, sus características físicas, hace años sus típicas vestimentas, en sí, todo sobre ellos.

—“Mangekyou sharingan: un poder visual que se obtenía con la mayor prueba de dolor: asesinar al ser mas allegado con el título de mejor amigo, pero luego, esta habilidad se descubrió que podía ser activado luego de que el individuo experimentara un dolor inimaginable…”—leyó con mucha impresión y un poco de dolor Hinata, eso sonaba espantoso.
—“Mangekyou sharingan eterno: se puede decir que las última faceta del sharingan, se consigue cuando un individuo del Mangekyou obtiene otros ojos con su mismo linaje de sangre tenga o no tenga el Mangekyou, esto se descubrió cien años después de que el primer usuario del Mangekyou lo descubriera”—esta vez leyó el peli café con un poco de extrañes y confusión.

Ambos primos se miraron no comprendiendo mucho al respecto, pero se quedaron pensativos recordando a Sasuke, él durante años había soportado el dolor de separarse de su hermano mayor, ¿sería posible que Sasuke desarrollara tal poder? ¿Habría sufrido tanto y lo suficiente? Perder a toda su familia y quién sabe si ser el único de los suyos, verdaderamente el Uchiha había tenido muchos traumas y dolores en su vida, ¿se habría sentido solo aun teniendo a su familia adoptiva?
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En la casa de la familia Hoshigaki, se encontraban dos jóvenes de cabellos blancos y ojos purpuras junto a una peli verde de ojos miel quien les miraba expectante, desde hace un tiempo ella no había asistido a la organización por ordenes del líder, ordenes que eran sencillas: los jinchuurikis no se expondrán a partir de ahora. Aquello significaba que ni Gaara, ni Yugito, ni ella ni Naruto debían asistir a misiones ¿la razón? Descubrieron que los propósitos de Hebi y Akatsuki era apoderarse de ellos y ya la organización de nube roja había capturado al cuatro colas, quien se encontraba en la otra base de Taka.

—Mangetsu-nii, te llegó esto—apareció un pequeño de nueve años, cabello azulino, piel clara y ojos negros.
—Gracias Kairi—el mayor de los Hozuki agarró la carta que pertenecía a un pariente de ellos en Kirigakure.
—¿Es del tío Kaito?—preguntó Suigetsu mirando a su hermano atentamente, este solo asintió antes de abrir el sobre en el que había un pequeño pendrive que conecto a su teléfono, en seguida este lo leyó y un mensaje apareció en la pantalla virtual, los tres jóvenes leyeron atentamente.

Hola chicos, espero que estén bien y que las cosas en Konohagakure marchen bien. Les envío un mensaje virtual porque las cosas están tan mal aquí que a veces ni electricidad hay, son momentos cortos y en uno aproveche para escribirles esto. Bueno, yendo al grano, investigue lo que me pidieron la última vez que hablamos y fue sobre el jinchuuriki del Sanbi y lo que descubrí no fue mucho. Se sabe que su último jinchuuriki conocido fue un shinobi de nuestra familia: Yagura Hozuki.

Los tres jóvenes se miraron sorprendidos ¿El jinchuuriki del Sanbi era un Hozuki?

Lo último que se supo de él es que huyó de Kirigakure ya que Hebi lo perseguía, fue visto por última vez en el país del fuego pero no se sabe con exactitud dónde y eso fue hace unos doce años más o menos. Tampoco se sabe si seguirá vivo, si lo capturaron o si sigue siendo el jinchuuriki del Sanbi. Bueno, espero haberles servido de algo, cuídense, se despide Kaito Hozuki

Los tres jóvenes quedaron en un pensativo silencio mirándose entre sí pensando en lo que acabaron de leer, eso no era un indicio ni una pista, cuanto mucho quien fue su último jinchuuriki y además eso había ocurrido hace muchos años, quizás Hebi logró capturarlo y ya no podían hacer nada.

—Kairi—llamó el mayor de los tres al pequeño peli azul quien apareció en seguida—dale esto a mi tío Kisame.
—Ujm—el peli azul asintió tomando el pequeño pendrive y llevándoselo a su padre que estaba en su habitación.
—Entonces… ¿seguimos en las mismas?—Fu miró a los hermanos Hozuki con algo de tristeza ya que no pudieron averiguar mucho con respecto al paradero de su camarada jinchuuriki.
—Descubrimos un poco sobre él, eso es algo—intentó verle el lado positivo Mangetsu sonriendo mientras revelaba sus filosos colmillos, la peli verde sonrió levemente pues le gustaba el hecho de que su amigo fuera optimista siempre.
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Ha pasado una semana desde el incidente que tuvieron mis amigos con Hebi y Akatsuki, desde entonces el líder nos indicó por medio de Kakashi-sensei que no debíamos preocuparnos por los dos jinchuurikis que faltan, que esperaríamos pues si actuábamos sería muy notorio y Akatsuki o Hebi nos atacarían, solo nos tocaba confiar en la suerte o el destino. Hinata me mostró el libro que le envió Kurenai lo que me pareció curioso, pero me centré en aprender algunas cosas de los clanes, claramente que mas sobre el mío pues solo se lo básico de él.

De resto las cosas han seguido normales: Karin, Sakura e Ino acosando a Sasuke; Sasuke y Naruto discutiendo e incluso cayéndose a golpes en algunas ocasiones; centrándonos en las cosas de Taka, Ichiraku y la escuela; los mayores en la universidad y Taka e investigando sobre Akatsuki.

En fin, no ha pasado nada nuevo desde entonces, hasta ahora…
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La castaña caminaba tranquilamente luego de verse con su grupo de amigos, dos de los cuales eran jinchuurikis y su misión era protegerlos o en este caso protegerlas ya que se traban de Yugito y Fu, pero sabía que Mangetsu se ocuparía de su amiga peli verde y Amai y Shii de Yugito. Era de tarde y como no tenía nada que hacer quería caminar por la ciudad con pausa y tranquilidad, pensando en que esa paz no era más que una farsa, el nuevo líder del país del fuego mantenía a Hebi al margen con los ataques pero aun así el dinero y el poder eran los que en verdad gobernaban, por lo que no le sorprendería una guerra muy pronto.

—Este olor…—la oji negro se detuvo mirando a su alrededor al percibir un curioso aroma que se le hiso muy familiar pero que tenía mucho tiempo sin percibirlo. Miraba a todas partes intentando averiguar de dónde venía ese curioso olor—¿Sasuke…?—no, no era el de su pequeño hermano azabache, se asemejaba, más no era. ¿Acaso podía ser?—Sería posible…que él…
—Has crecido mucho, Hana—se corazón se detuvo por unos segundos, poco a poco se giró sobre sí misma y se encontró con aquel par de ojos azabaches que hace casi diez años no había vuelto a ver.
—Shisui…
Continuara…



Hi minna-san!!! Los deje en suspenso muajajajaja okno ._. LOL bueno no diré nada xD….

 

Capitulo 11: Reencuentro y advertencias

No podía ser, aquello tenía que ser parte de su imaginación…pero no, era completamente real, él estaba ahí, parado justo frente a ella, había crecido claro, pero su aroma y apariencia eran los mismos. Su cabello negro y ligeramente alborotado, sus oscuros ojos como la noche, su piel blanca como la leche y aquella agradable y sincera sonrisa que durante tanto tiempo había mantenido en sus recuerdos.

—Shisui…—estaba inmóvil mientras veían con ojos atónitos como él se acercaba sonriéndole con felicidad.
—Hana…ha pasado tanto tiempo—estando lo suficientemente cerca le miró a los ojos aun sonriendo, no había momento en que dejara de pensar en sus primos y la gran amiga que hiso en Hebi cuando fue capturado.

Cuando por fin reaccionó, Inuzuka lo abrazó con fuerza, eso lo sorprendió mucho pero no dudo en corresponder el abrazo de la misma forma, habían pasado diez años desde la última vez que se vieron. Estuvieron así como medio minuto antes de separarse y mirarse a los ojos demostrando total felicidad, Hana no podía creer que su amigo siguiera con vida y lo mismo pensaba este, quien no había sabido nada de los seres que tanto apreciaba durante tanto tiempo.

—No puedo creer que seas tú—susurró la castaña aun abrazada al Uchiha.
—Me alegra tanto saber que estás viva…

Al separase del abrazo se miraron aun sonrientes, querían decirse tantas cosas, preguntar tantas cosas que no sabían quién empezar. Inuzuka primero contó parte de su travesía pues eso preguntó el peli negro, se sorprendió mucho con el hecho de las cosas que pasaron pero estaba aliviado sabiendo que todos estaban bien, bueno no todos.

—¿Y Sasuke e Itachi?—preguntó con un tono de ansiedad y alegría.
—Sasuke está grande, ya tiene 16 años, él canta en una banda que puedes ver en internet—inició sonriente pero poco a poco su sonrisa fue desapareciendo—e Itachi…—se mordió el labio no sabiendo muy bien que decir, no sabía nada de la comadreja desde que llegaron al país del fuego hace nueve años…pero… ¿Cómo es que Shisui había regresado así como así?

Fue cuando le miró con total miedo dando varios pasos hacia atrás, posiblemente aquello no era más que una trampa para que Hebi averiguara todo de los que escaparon, conclusión que Shisui adivino en seguida, no era cierta, pues su misión no era aquello.

—Hana…yo estoy bajo el procedimiento Obediencia—inició con total sinceridad y mucha seriedad—el proceso consiste en hacernos ver que las órdenes de Hebi son nuestra primordialidad, mi misión: vigilar y capturar a algún Akatsuki. No soy un peligro para ningún civil…si es que solo eres un civil.

Quedaron en un incomodo silencio en el que Hana miraba con seriedad al Uchiha, debía medir sus palabras, sin querer le había dado algo de información pero por suerte modero gran parte de sus palabras.

—Shisui…yo desde que salimos de Hebi no quise saber nada de mis antecesores, lo último que tengo es mi apellido, no soy un shinobi si eso es lo que crees—le aclaró con firmeza.
—Eso me hace sentir bien…
—Todos decidimos olvidarlo todo, somos solo personas comunes y corrientes…si nos llegaran a llevar a Hebi, no serviríamos de nada—prosiguió con tal seriedad y firmeza que Shisui no dudó en creerle.
—Ya veo…pero aun así, no me respondiste que pasó con Itachi—antes eso, la castaña quedó muda unos momentos pensativa ¿y si Itachi había llegado a Akatsuki? Durante años se hiso aquella pregunta que no había tenido ni un indicio de respuesta por lo que solo una cosa le llegó a la mente.
—Itachi está muerto…—soltó con algo de tristeza, no sabía si eso era verdad, rogaba que no lo fuera, fuera lo que fuera no iba a decir lo último que supo del azabache.
—¿…Qué?—le miró con sus orbes negras muy abiertas no pudiéndolo creer.
—Nos atacaron soldados de Hebi cuando regresábamos a Konohagakure, Itachi se quedó peleando contra ellos para que escapáramos…luego por las noticias…vimos que habían encontrado su cadáver…—le explicó bajando la mirada con pesar, la mentira había sido tan creíble que el Uchiha estaba en un estado de shock.
El silencio incomodo les inundó de nuevo, Shisui quería procesar aquello mas no podía creerlo, Itachi había sido un chico fuerte y listo, aunque si sus adversarios eran muchos…quizás…si hubiera muerto. Inuzuka por dentro se preguntaba eso ¿Itachi de verdad estaría muerto? Pensarlo le causó un fuerte dolor en el pecho, un dolor inexplicable pero aun así tormentoso que no le dejaba pensar con claridad.

—Sasuke ha vivido conmigo y mi familia estos años, mi mamá decidió adoptarlo y con nosotros está bien, no tienes que preocuparte…estaría muy feliz si te viera…—sonrió un poco forzada para cambiar la tensión del momento.
—Que bueno pero…lo mejor será que no le digas a nadie que me viste—ella le miró confundida—, Hana esto será un secreto. El otro domingo nos veremos aquí, junto al puesto de bebidas a esta hora, quiero hablar contigo…Obediencia solo hará que cumpla con la misión que se me otorgue hasta culminarla, no me darán más ordenes y no me impedirá protegerte.
—Shisui...
—Shisui—la voz de una mujer hace que ambos giren la vista encontrándose a una chica de cabello azul violáceo con mechas grises y ojos aguamarina que mantenía una expresión taciturna y estaba acompañada de un peli blanco de ojos azules—deja en paz a los civiles y vámonos.
—Cuídate mucho Hana, nos veremos en una semana—le besa la mejilla antes de irse con sus dos compañeros.

La castaña se quedó mirando por donde se fue el Uchiha que se perdió entre la gente. El azabache por su lado tenía una imborrable sonrisa en el rostro que obviamente sus dos compañeros notaban, el peli blanco le miraba con curiosidad y la peli azul se mantenía seria y taciturna como siempre era; Quinn no aguantó la curiosidad y se atrevió a preguntar.

—¿Por qué tan feliz?—le preguntó de forma un poco divertida a lo que el Uchiha salió de sus pensamientos y se sonrojó notablemente.
—¿Eh? Y-yo no…
—No lo niegues, es tonto—habló Mizu con tranquilidad—además…¿Cómo conoces a un civil? Por lo visto no es de ahora—le mira con sus ojos entre cerrados.
—E-este…la conozco desde que somos niños—admite bastante serio—pero ella a diferencia de mi o nosotros no es un shinobi.
—Interesante… ¿y ella te gusta?—pregunto el oji azul pegándole con el codo a lo que Shisui se sonrojó.
—N-no la veo desde hace años, ¿Cómo voy a saberlo?—se excusó aun sonrojado—pero debo admitir que en estos años no he dejado de pensar en ella.
—Pues tu cara me dice que si…pero sabes, no te involucres con civiles…si de verdad la quieres, no la pongas en riesgo—fueron las palabras de Quinn antes de que los tres quedaran en silencio.

El oji negro estaba muy pensativo, quizás su compañero tenía razón, a lo mejor la ponía en riesgo si se veían de nuevo pero, necesitaba verla otra vez, quería abrazarla, sentir su cálido aroma y acariciar sus castañas hebras de nuevo. Pensar aquello causaba que su corazón se acelerara, puede que aun no lo notara, pero a pesar de estar bajo aquel procedimiento, podía tener sentimientos como una persona normal, podía…enamorarse.
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En la base de Akatsuki del país del fuego, el líder había mandado a llamar a tres de sus subordinados, asignados como un mismo equipo, lo cual para muchos era una locura pues los tres se llevaban terriblemente mal. Un albino de ojos lila, un moreno de ojos verdes y una azabache de ojos índigo, dos de los jóvenes y uno de los que tiene mayor rango en la organización.

—¡Silencio!—les calló el Uchiha mirándoles severamente pues los tres se quejaban al ser nombrados como equipo pero aquella mirada era tan aterradora que mejor no se negaban y se mantenían callados—como decía, a partir de ahora son un equipo, quiero que les dejen un mensaje mis queridos amigos de Taka—inició su explicación con una sonrisa maliciosa—atraigan su atención como mejor les parezca, cuando aparezcan acaben con ellos, así aprenderán a no subestimar a Akatsuki, retírense.

Los tres hicieron una reverencia y salieron de la oficina de su superior lo más rápido que pudieron de forma disimulada, vaya misión que les tocó, sabían que no se les permitiría ningún fallo o sufrirían las consecuencias, en verdad les daba más miedo el líder que morir en su misión, pero aun así no pretendían morir sin cobrar venganza de Hebi, y Taka estaba interfiriendo.

—Muy bien, vayan a preparar las levi-motos, luego los alcanzo—dijo Kakuzu antes de irse por otra parte.
—¡No me des ordenes Kakuzu!—gritó con histeria Hidan, por su lado la azabache acató la orden y caminó hacia el estacionamiento de la base donde se encontraban los vehículos.
—Deja de gritar tanto evangélico.
—¡Cállate enana!

Antes de que comenzaran a discutir apareció el hombre moreno cuyo negro cabello le llegaba por debajo de los hombros, detuvo su discusión con un simple “muévanse”. Se colocaron sus capas y salieron cada uno en una de las levi-moto. A llegar a las cercanías de Konohagakure, escondieron los vehículos y se colocaron los gorros de las capas para mantenerse ocultos, gracias a la noche era buen camuflaje sin contar las mascaras para ocultar sus rostros. Los tres se desplazaban con sigilo por los tejados de las casas buscando su punto de acción.
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En la parte de atrás del Ichiraku, se encontraban cinco jóvenes, tres de los cuales usaban su uniforme de Taka y no se preocupaban de que alguien los viera pues estaba oscuro y no había nadie al ser de noche. Uno de ellos era un moreno de cabello blanco tirando a amarilloso; el otro tenía el cabello rubio y el otro era castaño, los tres de ojos negros. Los otros dos eran dos chicas, una castaña con marcas rojas y una rubia de ojos negros.

—Suerte en su patrullaje—les dijo Hana mirándoles con una sonrisa, aun no se reponía de su encuentro con el Uchiha en la tarde pero no se lo había dicho a nadie ni demostraba su inquietud.
—Shii, estaré en casa de los Inuzuka—esta vez fue Yugito quien habló a su hermano menor.
—De acuerdo—asintió el rubio antes de que hicieran un ademan de irse.
—Yugito…—llamó el castaño y la jinchuuriki atendió—mañana…¿saldrías conmigo?—pidió con una carita de ruego, la chica-gato soltó un suspiro sonriendo, ese chico no cambiaba, llevaba pidiéndole una cita desde hace tiempo pero le había dicho que no quería relaciones mientras las cosas no cambiaran.
—De acuerdo—decidió aceptar a lo que el rostro del castaño se iluminó—mañana vamos al cine ¿va?
—Hai—asintió feliz antes de darle un beso en la mejilla, colocarse mascara e irse con su equipo, todos estaban al tanto de que Amai estaba enamorado perdidamente de Yugito y que hubiera logrado su cometido le hacía sentirse verdaderamente feliz, incluso Shii sonrió bajo su máscara al pensar de que el posiblemente sería su futuro cuñado.
—¿Por qué mejor no terminas de aceptar ser su novia?—sonrió Hana mientras se iban a su casa.
—No quiero una relación aun Hana—contestó la rubia con media sonrisa—¿Y qué hay de ti y Mangetsu?
—Ya te dije que él no me interesa en ese sentido, solo somos buenos amigos.
—Pues no creo que él piense lo mismo…

Y así entre charlas, las dos chicas se fueron a su hogar mientras los tres muchachos hacían su tarea de vigilar la ciudad en la oscuridad de la noche. Iban por los techos de las casas estando pendiente de todo, observando al grupo de Hebi que se encargaba de vigilar esta noche, claro que sin imaginarse lo que se les vendría encima.
…

—Yo me encargo de Hebi, ustedes dos vayan por Taka

Fueron las ordenes de Kakuzu y pues a raíz de sus palabras todo marchaba bien, ahora se encontraba persiguiendo a uno de los miembros de Taka mientras su compañera se ocupaba de los otros dos, era bastante fuerte como para enfrentarse a ellos dos a la vez. Siguió a su objetivo hasta llegar a un callejón, ahí saco un bastón de metal el cual golpeó contra el suelo y salieron tres afiladas cuchillas en la parte superior. Su oponente cubrió sus manos con chakra listo para darle pelea, conocía ese movimiento, era el bisturí de chakra, por lo tanto, su oponente no era más que un simple médico.
…

De un momento a otro, su oponente especializado en Hyuton, levantó una pared de hielo y huyó del lugar, para cuando la derrumbaron gracias a la pantera negra de Darui, no lograron encontrarlo. No les quedó más que buscar a su compañero, no entendían porque Akatsuki asesinó a los vigilantes de Hebi y de repente separaron a uno del equipo, un mal presentimiento los invadía a los dos.

Llegaron a un callejón esperando encontrar a su compañero y así fue. Los dos se quitaron su máscara y observaron con horror el cuerpo sin vida de su amigo, sentado y recostado contra la pared con una herida en el pecho, le quitaron la máscara y Darui comprobó que verdaderamente estaba muerto, eso no podía ser posible.

—Amai...
Continuara…


Nota: Amai es un personaje que apareció (en un relleno creo) como escolta médico del Raikage, por si no lo conocen. Su nombre significa “dulce”.


De nuevo no diré nada~

 

Capitulo 12: Tristes recuerdos y fuertes decisiones


Sentado en la cama de su “habitación”, Shisui hablaba con su compañero de hebras blancas lo verdaderamente ocurrido, podía confiar en él pues muy en el fondo sentían el mismo odio por Hebi, pero claramente debido a Obediencia no podían demostrarlo mucho que digamos. Quinn le miró bastante sorprendido con respecto a la verdad de quien era aquella chica castaña, puesto que no le recordaba, aunque hubo muchas personas que a lo mejor no vio.


—…Vaya…pero… ¿te gusta? Lo digo porque te noté bastante feliz—rió burlonamente el peli blanco a lo que Uchiha se sonrojó.

—P-pues no sabría decirte…No la veo desde hace mucho pero…—sonríe—me hiso feliz verla…

—Je…tienes algo que te hace mantenerte consiente por lo menos…si quisieran, podrían tomar completo control sobre mi…—musitó bajando la mirada con cierta tristeza. Shisui le miró curioso unos segundos pensando en que era cierto, sin voluntad o algo que te impulse a seguir, Hebi gracias a Obediencia podría manipularte como un simple muñeco, ser del todo una marioneta.

—Nee…Quinn, ¿…que fue lo que paso…para que Obediencia pudiera hacer efecto en ti?

—…Pues…lo que a todos Shisui-kun…perdí a los seres que amo…


“Solo tenía diez años, vivía con mi madre y mi hermana pequeña, pues mi padre desapareció poco después de que ella naciera cuando yo tenía tres…”


Una mujer de largos cabellos blancos junto a dos niños del mismo color de cabello, un varón de diez y una niña de siete, los tres de ojos azules y piel un poco pálida, caminaban por las calles de Amegakure, la capital y única ciudad del País de la lluvia, compuesta de canales y rodeada de lagos enormes que la separan de otro países por lo que el transporte ahí solo es posible por medio aéreo o marítimo, el medio terrestre fue eliminado para completar la construcción de los canales.


“Mi madre nos llevó para acompañarla en sus compras como siempre, nunca nos esperamos que los helicópteros de Hebi aparecieran y comenzaran la masacre”


La gente comenzó a correr desesperada, muchos caían muertos en el suelo. Rika y sus dos pequeños intentaban moverse entre la multitud asustada y que trataba de escapar, en un mal paso el pequeño Quinn cayó al suelo y al levantarse ya no veía ni a su madre ni a su hermana, solo la gente empujándolo y algunas cayendo al suelo muertas.


“No sabía qué hacer y mi desesperación solo me quedó esconderme hasta que pasara todo, luego buscaría a mi madre y a Iliby”.


El pequeño peli blanco salió y todo estaba en silencio, caminó con el rostro lleno de terror y miedo al observar los cadáveres ser recogidos en bolsas. Llegó a uno de ellos y eso le dejó helado, era su madre, está ahí, muerta.

—Mamá…


—…vi el cadáver de mi madre ahí en el suelo, supuse que mi hermana también había muerto. Luego de eso me trajeron a Hebi.

—Vaya…—Shisui miró a su compañero con tristeza—…Yo…pasé casi por lo mismo, asesinaron a toda mi familia, los recuerdos que tengo de ellos es muy confuso…solo recuerdo que huí con mis dos primos…son ellos los que mantienen mi voluntad…

—Y esa chica…—Uchiha se sonrojó de nuevo mientras observaba su peli blanco compañero sonreír, era cierto, también Hana lo motivaba a seguir consciente.

—Si…así es…—admitió sonriendo casi que por inercia—¿y qué hay ti? ¿Qué mantiene tu voluntad?

—Jeje…bueno…es…

…


En lo alto de un edificio se encontraba un hombre mirando la ciudad a su alrededor, como estaba en una parte considerablemente alta y usaba una capa gris nadie podría verlo, además de que estaba lloviendo y el cielo estaba gris, así que era un buen camuflaje. Levantó la mirada al oscuro cielo, no le daba importancia el que su rostro se mojara, aquella sensación de empaparse con la lluvia le traía tristes e inolvidables recuerdos.


—Tsuki…Kakashi…—murmuró a la nada, recordando a su familia, a su amada familia que había perdido hace muchos años.


En una no muy grande casa, una familia de tres personas terminaba de comer. La familia estaba conformada por un hombre de cabellos plateados, piel blanca y ojos negros, una mujer similar pero de ojos lilas y un niño de ocho años idéntico al hombre pero cubría parte de su carita con una bufanda.


—Padre ¿hoy llegaras temprano?—preguntó tiernamente el niño de hebras plateadas.

—Si Kakashi, llegaré temprano…—le sonrió su padre revolviendo sus cabellos.

—Mamá dijo que haría un pastel—comentó con entusiasmo.

—Claro, ¿Qué cumpleaños se hace sin pastel?—comentó la mujer dándole un beso en la mejilla a su marido mientras recogía los platos del desayuno.


Claramente jamás olvidaría ese último momento con su familia, el día del cumpleaños de su pequeño hijo. Se fue al trabajo como siempre, ansioso de ya regresar para pasar un rato agradable con su amada familia, pero el destino no lo quiso de esa manera. Cuando Sakumo regresó a su hogar, vio la casa rodeada de patrullas y policías.


—¡Tsuki!...¡Kakashi!—corrió hacia la casa pero en seguida fue detenido por los guardias, vio a todos lados y divisó como cerraban un saco donde por última vez detalló el rostro de su esposa, parecía dormida, tenía varios rasguños en la cara.

—Pónganla con el otro—dijo uno de los policías antes de que levantaran el saco con el cadáver y se llevaran a un auto. Sakumo seguía paralizado mientras los guardias seguían empujándolo lejos de la casa, amargas lágrimas de tristeza y dolor comenzaron a brotar de sus negros ojos.

—Lamento su pérdida Hatake-san—escuchó una serpentina voz, se giró y divisó a un hombre de piel pálida, cabello largo negro y unos ojos de reptil.

—Yakushi-san…—reconoció en seguida a su compañero de trabajo.

—Según la información que tenemos fueron esos terroristas que se hacen llamar “Akatsuki” quienes asesinaron a tu familia—explicó el peli negro a lo que Hatake abrió sus ojos desmesuradamente.

—¿…Akatsuki…?

—Lo mejor será que vengas conmigo Hatake-san, los cuerpos serán enviados a revisión y luego a la funeraria—dicho eso ambos hombres entraron en un levi-auto color negro, Sakumo estaba destrozado, su esposa y su pequeño hijo estaban muertos, todo por culpa de esos infelices terroristas, no se imaginó que trabajar en el gobierno hubiera puesto en peligro a su familia de esa manera.

—“Acabaré con esos malditos terroristas….Tsuki….Kakashi”—pensó mientras fruncía el ceño, vengaría la muerte de su familia fuera como fuera.


—Eliminaré a Akatsuki cueste lo que cueste…—murmuró para sí aun mirando el cielo.

…


La tarde era oscura y no pasó mucho para que pronto comenzara a llover, los miembros de Taka miraban por última vez el cuerpo del castaño quien lucía una camisa formal blanca y unos pantalones de vestir negros, el ataúd en el que estaba se encontraba decorado con flores blancas mientras a su lado una joven de cabellos rubios lloraba en silencio.


—Yugito…—su hermano le miró con total tristeza, ella casi se desmayaba cuando le contó lo sucedido la noche anterior, en verdad aquello había sido un trágico y duro golpe para todos.

—Amai… ¿Por qué?...tu no merecías eso…tú eras una gran persona—lloraba la jinchuuriki en los brazos de su hermano menor quien solo el acariciaba el cabello con tristeza, no podía creerlo todavía por más que lo pensaba.


El rubio llegó a la casa de los Inuzuka todo empapado debido a la lluvia, Hana al mirarlo se extrañó de verle las manos llenas de sangre y unas cuantas manchas en su ropa y rostro. Exaltada llamó a Yugito, pero Shii les aclaró que estaba bien y que no debía preocuparse…al menos no por él.


—Amai…está muerto…un miembro de Akatsuki lo asesinó—aquellas palabras dejaron a la jinchuuriki en shock, sus ojos se desorbitaron un momento y sintió su cuerpo flaquear, al volver en si rompió en un incontenible mar de lagrimas.


Shii siguió abrazando a su hermana que no dejaba de llorar, no lo comprendía, ¿Por qué de un momento a otro pasaba eso? Fue tan sorprendente e impredecible. Todos los miembros de Taka se encontraban en silencio pensando el porqué de todo eso, Amai siempre fue un gran chico y un gran shinobi considerándose uno de los mejores médicos entre los alumnos de Tsunade.


En una de las salas del edificio abandonado que hacía de base para Taka, se encontraban un pequeño grupo de jóvenes con una mujer de voluminoso pecho, cabellos rubios y ojos mieles quien al parecer les estaba dando una especie de clase. Para ella sus tres mejores alumnos eran una peli rosa de 13 años y un castaño de 16, su otra alumna ya era una gran medico como ella y no se encontraba ahí, mas si le sorprendía mucho la habilidad que ya desarrollaban la peli rosa y el castaño.


—Vaya, estas soluciones están muy bien hechas—felicitó Tsunade a Amai.

—Gracias Tsunade-sensei, ya verá que seré un médico tan bueno como usted—dijo sonriente el oji negro, su sonrisa era tan dulce que a la rubia le causó ternura.


La rubia de ojos mieles miró por última vez el cuerpo de su alumno, en verdad le destrozaba aquello, ese joven tenía un gran corazón y una fuerza de voluntad asombrosa, no merecía morir de aquella manera tan cruel. Tsunade giró la mirada y notó que apartado de todos estaba una persona encapuchada, caminó hacia donde se encontraba, debían hablar seriamente.


—Tsunade…—habló primero el hombre de rostro incognito pero la rubia le interrumpió.

—Akatsuki acaba de declararnos la guerra, líder-sama—claramente, aquellas palabras llamaron la atención de todos los presentes, quienes miraban al ser incognito ahora reconocido como el líder de Taka y a la rubia.

—Esa es una acusación seria, Tsunade—habló con suavidad el encapuchado a lo que la Senju apretó los dientes y golpeo el muro donde se encontraba recostado el líder, la estructura no tardó ni cinco segundos en derrumbarse por completo y aun así el hombre se mantenía tranquilo.

—¿Una acusación? ¡Te estás escuchando acaso!—gritó ella con enojo sorprendiendo mas a todos—¡Akatsuki asesinó cruelmente a uno de nuestros miembros solo por diversión! ¿Eso es lo que intentas decirnos?

—Shisho…—Sakura, junto con los más jóvenes miraban a la shinobi medico más fuerte en toda la organización, públicamente conocida como la prima del líder del país del fuego.


Se notó como el líder daba un suspiro, en estos momentos una guerra era lo que menos se esperaba, de hecho era lo que Hebi esperaba, que ambas organizaciones se destruyeran entre ellas mismas. El líder de Taka estaba claro en algo y era que Tsunade tenía un pésimo carácter…bueno dejando eso de lado, también el hecho de que Akatsuki superaba en miembros drásticamente a Taka lo cual los ponía en una enorme desventaja, estando seguro que en cada país había una base de ellos.


—Se que no podemos pasar esto por alto así como así…—habló los suficientemente alto como para que todos los presentes escucharan pero más en si dirigiéndose a la Senju—pero, un contraataque es lo que espera Akatsuki, solo si se llegara a presentar la oportunidad los enfrentaremos.

—No nos sentaremos a esperar que simplemente aparezcan—bramó la oji miel bastante furiosa.

—Tsunade no se trata de simplemente decir que vengaremos la muerte de Amai-kun, claramente Hebi se aprovechara de nuestras peleas para capturar a los jinchuurikis—ante esas serias palabras, todos giraron a ver a los cuatro jinchuurikis presentes, estos se miraron entre si y luego bajaron la mirada.

—Demo…líder-sama, nosotros podríamos…

—No Yugito—en seguida cortó las palabras de la rubia de ojos negros—usar el poder de los bijus es riesgoso y los pondría en peligro más rápido, ya que así podrían controlarlos.

—¿Existen…semejantes técnicas?—Sakura quedó asombrada al escuchar eso por lo que miró a Naruto y a los demás con cierto temor, temor de que les pasara algo.

—Así es, como el caso de Yamato-kun—todos recordaron al castaño de enormes ojos negros ya que no se encontraba presente pues estaba en una misión en la otra base, era él quien se encargaba de supervisar los entrenamientos de control de los jinchuurikis—, así como él puede controlar el chakra del biju cuando se salen de control, existen otras personas que pueden tomar el control de un biju como tal con técnicas shinobi. Por ejemplo, un Yamanaka con gran potencial de control mental…un Uchiha con un gran poder en su Sharingan…un Senju como parte de su linaje de sangre, en fin, no sabemos qué sorpresas nos puede traer el enemigo.


Ahora todo estaba en silencio, Ino, Sasuke y Tsunade se dirigieron varias miradas sin significado alguno pues ellos fueron de ejemplo con respecto a lo explicado. Fue entonces cuando recordaron que en Akatsuki había un Uchiha, bien podría ser Itachi; las cosas se tornaban difíciles, ya ellos tenían a uno de los nueve…o eso era lo que todos pensaban.


—Hay algo que aun no comprendo—esta vez miraron al hombre de hebras plateadas.

—¿Qué no entiendes Kakashi?—preguntó Tsunade mirándole con extrañes, no es que Hatake fuera un hombre con muchas dudas en su cabeza.

—Akatsuki ya capturó a uno de los jinchuurikis…supongo que Hebi de alguna forma ya estará al tanto de todo—realmente esto era demasiado en un velorio—pero dado el caso que los capture a todos, Hebi no se quedara de brazos cruzados…están tramando algo y depende de nuestra respuesta al asesinato de Amai…si se da inicio a la Quinta guerra mundial shinobi.


Todos quedaron en silencio con los ojos desmesuradamente abiertos, era cierto, un paso en falso y 5 siglos de paz se irían por el excusado. No podían dejar la muerte de Amai como un tema de segundo plano, atacar daría inicio a batallas que traerían su propia autodestrucción…¿Qué debían hacer entonces? Todos miraban al líder expectantes, él solo se mantenía tranquilo como siempre, su rostro oculto no permitía ver su pensativa expresión.


—Miembros de Taka…—habló con firmeza el enmascarado—una cosa esta clara, no nos quedamos de brazos cruzados viendo como Akatsuki nos acaba uno por uno, responderemos a sus ataques…

—Líder...

—Silencio Tsunade, para mantener la paz pública solo nos enfrentaremos dadas las circunstancias pero eso sí, atacaremos con todos, Akatsuki y Hebi no nos volverán a subestimar.


Continuara…

De nuevo me quedare en silencio~