Nara Nara

Tema en 'Prefecturas' iniciado por Amelie, 17 Junio 2020.

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    Amelie

    Amelie Game Master

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    Toidaji
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    Kirara escuchó a Yuzuki mientras la observaba; consciente de que se había paralizado allí en su lugar. No era miedo, era reflexión, y aquello la preocupaba. ¿Estaba considerando la unión?

    Noishi sonrió levemente a las palabras de Yuzuki —Ninguno solo...— repitió sus últimas palabras — Es bueno pensar así. Piénsalo a profundidad... No tenemos derecho a la nación; pero tampoco le debemos nada. Aun así peleamos por ella a nuestra manera, como los medios que tuvimos; eso nos hace rebeldes. Eso nos hace fuertes y nos convertimos en un peligro para el Imperio —Miró a Yuzuki —Tú misma lo has dicho; acabaremos muertos. Pero al menos decidir cómo moriremos, si peleando... o esperando a que el fuego nos alcance.

    —Hablas mucho —interrumpió Kirara —Y me desagrada que tus palabras resuenen en mí. Tú no eres mi líder, lo es Takeda.

    —Yo no he venido a cambiar el juego de poder entre sus clanes —dijo tajantemente —Sólo he venido a ofrecer una alianza que nos ayudará a evitar que Gendo tome el control.

    —Pero tendremos que seguir a alguien, y no dejaré que sea a uno de ustedes... aunque mi vida dependa de ello —aclaró Kirara.

    —El auténtico guerrero comprende a menudo a su enemigo mejor que comprende a sus amigos; una trampa peligrosa si dejas que la comprensión conduzca a la simpatía, como hará de una forma natural si la dejas sin conducirla. No pido que simpaticen con nosotros, sólo pido que utilicen de nosotros para eliminar al verdadero problema —miró a Yuzuki — A pesar de toda la fuerza e inteligencia militar de Kato, no pudo hacer nada ante el Imperio. Trabajar solo sólo te llevará a la muerte. Morir cómo una leyenda, que llevará a los ciegos de las futuras generaciones a imitar dicho destino para ganar la misma gloria sin realmente crear un cambio que trascienda —miró a Kirara y Riku — Y a pesar de la inteligencia y habilidades que tiene Murai, no podría derrocar al Imperio. Trabajar para uno mismo sólo lleva a ser odiado, jamás seguido. Y el seguir esas conductas sólo creará personas egoístas que buscarán escapar a toda problemática.

    Noishi negó ante Yuzuki —Los Minami tomaron sus vidas para no seguir el camino de Kato, no escaparon como lo hubiera hecho Murai. No tomaron el camino fácil, decidieron iniciar una protesta con su sangre; sabían que no derrocarían a Kato, pero su inconformidad trascenderían a su descendencia y todo aquel que hubiera estado presente —Dijo con gran orgullo, demostrando el respeto que Noishi tenían ante el padre de Yuzuki y sus hombres.

    —Kato y Murai son parecidos en cierto aspecto; son admirados por aquellos que son cercanos a ellos; pero son repudiados por la gran mayoría de la gente en Japón. Líderes que no son respetados por la gran mayoría tienden a ser traicionados.

    Kirara apretó los puños —Maldita sea...

    —Y sobre todo, no podemos permitir que Akishino y Gendo continúen en ese mismo camino —
    La voz de Noishi mostraba seguridad —Un país que viva con miedo será un nido de cobardes y mentirosos... seremos fáciles de vencer por futuros enemigos; pues nosotros mismos nos mataremos unos a los otros.

    —¿Y quién va a dirigir esta revolución? —
    preguntó Kirara, aun sin dar una respuesta clara.

    —Eso dependerá de la fortaleza de nuestros líderes —continuó Noishi — Puede ser Takeda; cómo también puede ser Tomoe. Nuevamente reduciendo todo a un Minamoto y una Taira.

    —Tomaremos esta alianza, siempre y cuando Murai no intervenga más, exijo que esté alejado de todo—
    reclamó Kirara.

    Ni Murai y Kato podrán dar una sola palabra. Ninguno de los dos pudo recuperar el Imperio a pesar de sus grandes dotes; se han acorralado a ellos mismos por vanidad y rigurosidad, son limitados. No podemos caer en sus mismos errores...

    —En sus mismos crímenes...—
    concluyó Kirara

    No le hagan caso a esto por el momento, son notas para mí.

    Monpoke
    • Lealtad: Apreciar sinceramente a su señor; el menos útil es aquel que tiene sabiduría y capacidad sin poseer lealtad.
    • Recelo: Afrontar los problemas escuchando y observando primero. El silencio también es un arma.
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    John Whitelocke

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    Soga no Hideyoshi 曽我秀吉

    Nara: casa de Hidetoshi

    Asintió con firmeza ante la respuesta de su señor. Tomaría la vida de Kuroki, el joven traidor, sin miramiento alguno. Rememoraba aquella escena en que Kuroki intentó golpearlo en un arrebato, y que Togashi lo detuvo de seco.

    "Joven... joven y estúpido", concluyó.

    No podía obviar el sentir que Takeda estaba en un estado espiritual único, devastado pero decidido, acabado y a su vez en el clímax de su vida.

    —Mi señor, hace un buen tiempo estaba con mi maestro, quien feneció en Mito. Habíamos terminado de entrenar con la espada, y comíamos parte del poco arroz que había dado la cosecha aquella estación. Acababa por entonces de ver a mi padre perder todo, era un tiempo difícil para los Soga. Mi padre no había sido nunca el mayor de los referentes, por eso Aoshi, mi maestro, fue el hombre que marcó mi rumbo. Aun así me costaba presenciar el estado de mi padre—acomodó su pelo y bebió un trago de agua, mientras observaba un adorno brillante que se hallaba en la habitación—. En esa noche, despejada, reposábamos en el césped, con el fuego y el arroz. Mirando al cielo, mi maestro me dijo que mi padre era como aquel destello que vislumbraba en lo alto del firmamento oscuro. Él me dijo entonces: "Los antiguos decían que esos destellos son estrellas o sistemas de estrellas... muriendo... y en la muerte, en el momento de mayor caída, si fueron fuertes, desprenden toda la luz acumulada... son capaces incluso de barrer el cosmos con la energía que emanan... en el momento de mayor debilidad, en el momento en que parecen acabadas, pueden dar un último suspiro... y destruir el universo a su paso, dejando el camino libre y despejado para que se forme uno nuevo"—al citar las palabras de su maestro, esperaba que Takeda entendiera la referencia—.

    El adorno que observaba Hideyoshi brillaba, ahora más fuerte. ¿Explotaría?

    "Que explote, y barra con este islote entero si hace falta", pensó.
     
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    Fujiwara no Riku

    "¿Te arrepientes de las desiciones que has tomado?". Pregunté en el momento la conversación empezó moverse de nuevo a la alianza.

    "Los has echo todo por amor". No suspiré, negue o replique esa respuesta anteriormente dada, para mí, solo podía considerarlo colo entendible. "Te has alejado de esa persona y en todos esos años esa imagen de un niño que se ya se ha perdido...".

    "Pueden a ver muchas cosas en juego que no entenderemos o muchas perspectivas de un mismo evento, es normal, ponernos en los pies del otro es complicado. Aquí nadie mira hacía una misma dirección y podría afirmar ver lo mismo que quien tiene a su lado. Pero...".

    "¿Te arrepientes?". Volví a preguntar. "El no estar por cada vez que Takeda se hayo lastimado, por tener todo este conocimiento... Y venir ahora a repartirlo. Por estar con quien hemos llamado el enemigo, no llegar mitigar sus acciones o siquiera hacer de puente para comunicarte y trasmitir esto que nos estás diciendo... Tanto esfuerzo, vidas, emociones y peleas contra los Tairas... ¿Se pudo evitar?". Lo termine preguntando aunque la respuesta es algo más haya de mí.

    ...

    "¿Por qué los Fujiwara tuvieron que morir por Murai? ¿Debido a los secretos que descubrió Moromichi Fujiwara? Si nuestro enemigo realmente fuera el imperio y no él, no tenía porque considerarlo peligroso, desconfiar de lo que obtuvo al punto perseguir a todo el clan".

    ¿Por qué? ¿Podrían a ver trabajo juntos? ¿Ser aliados? No conocí a Moromichi, pero si de verdad fue un gran shinobi, pudo llegar a ver todo esto. Poder descubrir el enemigo detrás de todo esto y apoyar... Y decidió deshacerse de él.

    ¿Era Moromichi irrazonable? ¿Murai? ¿Ambos?

    En sus mismos crimenes. Y tal vez, así sea de cierto.

    "Dices la oferta de una alianza". Mire a hacía Kirara. "Y es cierto que no poder confianza en Murai, por temor a ser encañado y caer en una trampa... Pero, ¿Y tu Noishi? ¿Eres de confianza? Dinos que tienes planeado para lograr el objetivo que mencionas, cual es el uso que podemos darte".

    "Valoras la vida de Takeda. Pero no estoy seguro si piensas lo mismo de la vida de los demás".

    ¿Has aprendido de Murai? Quizás, incluso sigas sus mismos pasos con tal de lograr tu objetivo.
     
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    Zireael

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    Yuzuki Minami
    Todaiji

    Noishi repitió mis palabras, era cierto que no teníamos derecho a esta nación, pero... ¿Le debíamos algo? No, puede que fuese al revés, que fuese la nación la que nos debía todo a nosotros, a los hijos de la guerra, a los perros criados para luchar y morir en el campo de batalla. La idea me rasgó la mente de forma extraña, alcanzó lugares que pertenecían a la Yuzuki que todavía poseía ambas manos.

    Elegíamos cómo morir.

    Gendo me habría quitado ese derecho si pasaba solo un día más.

    La palabras de Kirara me regresaron a mi lugar, como una suerte de bofetada verbal, y parpadeé al recordar dónde pertenecía, al señor al que le servía y el hermano que protegía. Sacudí la cabeza porque el nombre de Gendo en boca de Noishi quiso descontrolarme, porque recordé el dolor, la sangre y la silueta de Kuroki, dejando mi destino al azar.

    Escuché a Noishi, a Kirara y a Riku, escuché con la idea de que los Minami habían tomado el camino complejo, pero que al derramar su sangre eso había trascendido nosotras, a las descendientes o las sobrevivientes y todo aquel que hubiese alcanzado a presenciar lo ocurrido. Mi padre había entregado su sangre para que Kato nunca pudiera tocarnos, ¿pero quién nos protegía de Murai?

    ¿Quién cuando por él había podido volver con nuestro señor?

    —Tienes claro que la inconformidad es parte de mi naturaleza entonces —dije cuando pude volver a hilar ideas—. Murai y Kato están fuera de esto, todos estamos de acuerdo en eso. Queremos cambiar lo que ellos hicieron, el cómo lo hicieron. ¿Qué nos asegura que eso será posible al establecer esta alianza? No puedes juntar a animales que se llevan mal por naturaleza y esperar que salga bien.
     
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    Amelie

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    Toidaji
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    Noishi negó ante la pregunta de Riku sobre el arrepentimiento — Ahora que sé más puedo decir que me arrepiento de algunas acciones; la desaparición de Takeda en manos de Obata por mucho tiempo me dio paz, una vida en el anonimato sería lo mejor; hasta que las peleas entre Iga y Koga iniciaron; fue allí que supimos que Takeda no estaba en Iga y rumores de su muerte definitiva circularon en el Imperio tras la extinción del clan Momochi. Por una fuente en concreto supimos que alumnos de la shinobi Ogen fueron los causantes de ese ataque, el cual sería incriminado a Koga iniciando una guerra entre Hattori y Sugita. Todo pudo haberse evitado si hubiéramos sabido de los planes de esta tercera facción. Nuestro error fue la ignorancia, al igual que con los Hattori y Momochi.

    —¿Y los Fujibashi?— Inquirió Kirara.

    —El error de todos los shinobis siempre es la desconfianza. Esta se gana, no confiar en nadie ni nada parece una ley en el mundo shinobi. Pero esa misma defensa nos hace débiles e ignorantes; por eso el usar y traicionar es el método adecuado para juntar la información más clara y precisa; manchando el honor y tus manos con sangre. Ningún shinobi es inocente, tal vez todos merezcamos morir; pero por tal bajeza es por la que irónicamente uno se mantiene con vida —Noishi miró a Riku, retomando su interrogatorio.

    —¿Por qué los Fujiwara tuvieron que morir por Murai? En verdad agradezco que consideren a Murai con este genio implacable y despiadado; pero Murai también ha errado en su camino por la búsqueda de la verdad y la estrategia. El gran Kaze sufría de esa misma enfermedad; considerando que el plan de Murai a pesar de ser justo con las víctimas del nuevo Imperio, no era el camino a seguir. Kaze consideraba que debían continuar su servicio al Imperio, fuera quién fuera el representante. Esto dejaba en claro que Kaze no dejaría que Murai, Kozaemon o Sakurai tomaran la vida del Emperador... y por ello, debía eliminarlos... —miró a Kirara —Es por algo que tu padre y el mío eran tan buenos amigos. Moromichi apoyó a mi padre en el desafío a Sakurai, fue Moromichi quien apoyó a Obata a desafiar a Murai. Y fue Moromichi quién peleó con Kozaemon. Todo se iba a ocultar manchando el nombre Minamoto; Kaze traicionó a los Minamoto por ser fiel al Imperio. Por honor ciego, tan peligroso y afilado como la venganza —negó — Pero Sakurai no murió a manos de Sogo; Murai y Obata no pudieron pelear porque decidieron regresar para ayudar a sus señores; Moromichi perdió contra Kozaemon quien lo llevó con Murai después.

    Él no quería hablar mal de Kaze; hablar mal de los muertos que no pueden ni siquiera defenderse le sentaba mal, pero no estaba mintiendo.

    Después siguieron las palabras de Yuzuki, fueron tan ciertas... en otro momento de su vida hubiera aceptado esa premisa; pero el creía en un cambio. Él lo había logrado, también Takeda lo había logrado, sólo tenían que ver a todos los que le seguían ahora. Todos eran segundas oportunidades.

    —Yo no sé que lado es el correcto. Sólo sé que quiero estar del lado dónde se puede permanecer vivo; valoro la vida de los míos, y a ustedes no los veo como enemigos. Hemos sido víctimas de un rencor heredado, y todos hemos sido manipulados. Creo que la confianza nace de la desesperación, de saber que no puedes combatir tú solo; pero si puedo asegurarles que antes de fallar a una promesa, tomaría mi propia vida; porque antes de ser un shinobi fui un samurái. Soy uno que podría hacer las acciones más bajas imaginadas con tal de proteger a los suyos, y también lo haré por ustedes. Pueden estar seguros de que en cualquier movimiento que hagamos como alianza, yo me haré responsable de sus vidas.

    Fue entonces cuando Hashimoto y Takano irrumpieron en el recinto. Entre ambos sujetaban a un hombre de manos atadas, caminaba discorde. Detrás de ellos avanzaba Shinko, con la katana desenvainada.



    —Pero qué... yo juro que no sabía...—Noishi estaba perplejo.
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    Murai levantó el rostro, mostrando sus cuencas vacías y una sonrisa. No mostraba violencia en su cuerpo, a pesar de ello se le notaba mucho más delgado de la última vez que lo vieron, un semblante pálido que remarcaba sus pómulos.

    —Él se entregó solo —mencionó Takano

    —No porta nada consigo, ni armas; ni venenos, sólo su ropa —dijo Hashimoto.

    —¿Por qué? ¡Dijiste que ya no harías nada! ¡Que tu misión había terminado!— le recriminó Noishi.

    —Viví un tiempo con estas personas. Quieren verme sufrir, ese es su mayor deseo. Dáselos, aquí estoy para que me torturen y me lleven a la muerte más lenta que se puedan imaginar — Dijo Murai — Deja que su sed de sangre acabe conmigo. Así podrán escucharte, créeme que yo los entiendo mejor que nadie y tu también deberías hacerlo. Yo ya cumplí mi misión, niño —sonrió ampliamente — Me alegra irme de este mundo sabiendo que mi vida valía tanto. Yo, un desterrado... logré demasiado, dejo demasiado. Me voy rico, me voy satisfecho, en agonía, con pesar, sin un ápice querer dejar de vivir; pero satisfecho.

    —Esto no era parte del plan, lo sabes. Tú te mantendrías alejado... aun tienes cosas por hacer, Murai —Noishi se escuchaba desesperado.

    —Lo sé, pero ese soy yo, un maldito mentiroso. Niño, cuidé de ti pero lastimé a otros; la justicia caería tarde o temprano. Con la muerte de mis amigos he entendido que este mundo ya no es para mi generación, les va a ustedes... a ver si hacen algo mejor.

    —Matarte tal vez mejore el estado de los Fujiwara y los Minamoto. ¿Pero los Taira? ¿En verdad crees que perdonen a quienes tomen tu vida? Esto ha sido otro fallo, estás actuando pasionalmente, esto no tiene sentido. Estás arruinando mis planes ¿Lo estás haciendo con esa intensión?— volvió a reclamar Noishi

    —¿Verte fallar? —negó Murai —Estás equivocado... dime Noishi. ¿Tú les odiarías si tomaran mi vida con sus justas razones?

    Murai sonrió ante el silencio de Noishi —He criado bien a mis hijos, a cada uno de ellos. Saben que lo he hecho con una razón. Conocen perfectamente mis aciertos como también mis errores, este no es un error. Me he burlado ya demasiado de mi muerte...

    —Esta no es la manera...

    —¡Quiero que mis hijos sobrevivan! —
    Interrumpió Murai a Noishi con una reprimenda obligándolo a callar — No quiero que huyan toda su vida, Hiro no pudo escapar. Sería ingenuo al creer que escondiéndolos en un agujero puedo protegerlos de todo daño. No es así... ya ni siquiera puedo protegerlos si yo estoy a un lado. Esta es la única manera. Sé que estás aquí Kirara... Riku. Le he dicho a Shinko que el puede tomar mi vida ¿Están de acuerdo? Conmigo fuera de estos planes, podrán seguir adelante...

    No le hagan caso a esto por el momento, son notas para mí.

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    • Coraje: El miedo avanza pero no les domina, son más fuertes.
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    Habitación personal/Takeda
    [Takeda; Tsubaki; Hideyoshi]


    Takeda disfrutaba las analogías y el nuevo conocimiento —Siempre he puesto de referencia a la naturaleza en mis palabras, porque ella siempre tiene la razón —dijo con una sonrisa respondiendo a las palabras de Hideyoshi dadas anteriormente por su difunto maestro — Hay veces que la naturaleza les ordena a los osos a reproducirse, tener un buen año de apareamiento, así después de hibernar podrán controlar la sobrepoblación de salmones en el río. Lo mismo pasa con el ser humano.

    Takeda avanzó hacia Hideyoshi, posó su mano en el hombro de Hideyoshi— Es momento de erradicar a los que impiden que el flujo de la naturaleza —Avanzó a la salida —Acompáñenme; esa audiencia ya ha durado más de lo necesario.

    John Whitelocke puedes responder o esperar a mi siguiente post (estaría esperando respuesta de Yuzuki y Riku antes de postear)
     
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    Zireael

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    Yuzuki Minami
    Todaiji


    Más información, más respuestas y más ideas que no resolvían la duda inicial, que solo añadían más leña sobre un fuego que realmente no podíamos controlar. Dijo que los shinobi sobrevivían por desconfianza, la sola noción me hizo preguntarme si no estábamos haciendo lo mismo en este momento, luego de la traición de Kuroki, de mi pedido a Takeda para que reclamara mi sangre.

    Respondió ante los Fujiwara, yo me llevé la mano que conservaba al rostro y me enjuagué los párpados con algo de fuerza. Sabía que nosotros, los que permanecíamos junto a Takeda, representábamos las segundas oportunidades y en ocasiones nuestras acciones también hablaban de nuestra creencia en el cambio, pero así como algunas veces salía bien, otras había salido terriblemente mal. Kobayashi había liberado a Murai luego de que casi matara a Takano, Kuroki me había cortado la mano.

    ¿Qué hacíamos con eso?

    Comprimí las facciones al escucharlo decir que antes de ser shinobi había sido samurai, que antes de faltar a una promesa tomaría su vida y que, en al supuesta alianza, sería responsable de nuestras vidas. En otro momento tal vez eso nos hubiera tranquilizado al menos un poco, pero ahora no fue el caso, en lo absoluto. Le habíamos confiado la vida a personas que no hicieron lo mismo por nosotros.

    Estaba por decir algo cuando Inugami y Takano aparecieron, traían a... a Murai, con las manos atadas. Noishi se mostró confundido, Takano dijo que Murai se había entregado solo, Hashimoto que no cargaba nada consigo y aún así sentí un miedo inmenso, porque si una sola dosis del veneno alcanzaba a Takano lo mataría, lo mataría y estaba demasiado cerca de la serpiente.

    El miedo impidió que siguiera del todo el intercambio entre Sugita y Noishi, escuché que deseábamos verlo sufrir, que se entregaba para ser torturado y que Noishi debía dejar que así fuesen las cosas.

    —¿Algo mejor? —reboté aunque me costó darle límites al espacio y al mundo—. Estamos en esta situación porque no hemos podido hacer nada diferente.

    Había mencionado a sus hijos, pensé en Hayato y en Rengo y me pregunté qué estábamos haciendo o más bien qué haríamos. Parpadeé, busqué siluetas, vi a Riku, a Kirara y noté a Shinko con la katana, fue entonces que busqué a Takano con la vista, confundida, perdida. Esto habría sido más sencillo hace tiempo, cuando todo parecía blanco y negro. Ahora habían demasiados grises.

    —No puedo pensar —dije hacia él, sentía la boca seca—. No puedo. La vida de Murai le pertenecía a los Fujiwara, Takeda envió a Kirara y Riku conmigo. Él... ¿Se supone que confiaba en que sabríamos qué hacer? No sabemos.

    O quizás ya había tomado una decisión, tal vez lo que eligiéramos era indiferente.

    Tal vez por eso necesitábamos a Noishi.

    —O no nos esperará —susurré—. La decisión, ¿importa?
     
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    Amelie

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    [Takano; Hashimoto; Shinko; Murai]
    [Noishi]
    [Takeda; Hideyoshi; Tsubaki]


    Kirara seguía en silencio, tenía a Murai frente a ella con Shinko listo para ejecutar el castigo. Riku a su lado, protegiéndola si algo podía salirse de control. Noishi permanecía observando a Murai, la memoria de sus viejos compañeros la invadió...

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    ¿Qué debía hacer?​

    " La vida de Murai le pertenecía a los Fujiwara, Takeda envió a Kirara y Riku conmigo. Él... ¿Se supone que confiaba en que sabríamos qué hacer? No sabemos."

    Las palabras de Yuzuki resonaron en la mente de Kirara, ella tenía razón. Ella quería asesinarlo allí mismo... pero estaba considerando los problemas que aquello pudiera cargar en repercusión. ¿Pero por qué los Fujiwara si debían soportarlo? Ellos merecían su venganza, la vida de Murai les fue arrebatada por Mao; no por Takeda, no por Yuzuki, incluso Kato intentó enmendarlo sin éxito.

    Takano quería abrazar a Yuzuki; pero se mantuvo firme, no podía descuidar los movimiento de Murai —Esto no es más que otra estrategia —dijo Takano hacia los presentes.

    Fue entonces que Tsubaki anunció que Takeda entraría al recinto. Noishi levantó la mirada hacia la luz del exterior y vio a tres siluetas; eran Takeda; Tsubaki y Hideyoshi.

    Tsubaki miró a Noishi, en el suelo la máscara... ese era su verdadero rostro.

    —¿Noishi? — preguntó Takeda con evidente confusión.

    Noishi afirmó, no pensaba que lo reconocería tan rápidamente —Soy yo.

    —No miente, no es un disfraz — le aseguró Tsubaki, sorprendido por saber el nombre de su maestro.

    Nuevamente, Noishi explicó lo que bien mencionó a Kirara, Riku y Yuzuki. Takeda escuchó con calma, tal vez no hace mucho tiempo hubiera corrido a abrazar a quién creía como su difunto hermano; pero esta vez se mantuvo firme, simplemente escuchando los alegatos.

    —Ustedes necesitan más de nosotros que nosotros de ustedes — dijo Takeda tajantemente.

    Noishi se mostró sorprendido ante tan osca respuesta a pesar de sus largos argumentos; su respuesta fue tan corta y seca que lo dejó sin palabras.

    —Confías en mí, ¿No es cierto? — le preguntó Tsubaki a Takeda, y antes de recibir respuesta continúo —Él es mi maestro; yo aprendí de él. Fue él quien me envió a protegerte todo este tiempo. No está mintiendo.

    —Puede ser que no mienta; pero protege a un criminal como Murai —reclamó Takeda —Los Fujiwara no quieren actuar por creer que cometerán un error ante los Minamoto, yo apoyo su ejecución.

    —Pero has perdonado a otros criminales —intervino Noishi con desesperación, no quería ver morir a Murai —Yo sigo con vida gracia a él.



    —Y yo gracias a Obata y aun así le mataron en Iga, su hogar
    — Takeda hablaba con dureza y autoridad —Perdoné la vida de Fuyu porque el no era mi enemigo, yo era el suyo. Perdoné el pasado de Kenzaburo porque me demostró que podía confiar en él. Perdonamos a Hashimoto por las mismas razones que a Kenzaburo. Si, estaré rodeado de personas a las que alguna vez consideré enemigos. Pero Murai es distinto —miró a Kirara —para mi la respuesta es sencilla, Murai debe morir. Si no lo hace, el haber matado a Mao sería en vano, habría tomado la vida de una niña por nada —dijo mirando a Murai — Ese es el precio de su vida para mi. Estaríamos cometiendo el mismo error que ella cometió.

    —No es así... en su momento Mao lo liberó sin saber nada de él, no consideró justa su sentencia por el simple hecho de no querer ver morir a alguien. Fue inmadura, fue un error que nació de un buen corazón —respondió Noishi.

    —¿También la muerte de Taiyo fue un error de alguien de buen corazón? —intervino Kirara, no lo gritó, mantuvo la misma severidad en calma que mostraba Takeda.

    —O el veneno que usó Tenshin en esta misma tierra, el veneno que mató a Chikusa. Él mencionó a Murai...— mencionó Takeda con mirada firme en Noishi.

    Noishi miró a Murai, esperando que este defendiera sus acciones; pero no lo hizo. ¿Qué hacía? Este no parecía ser Murai... buscó en su entrenamiento, deseaba que la persona atada frente a él fuera un doble perfectamente confeccionado; pero no era así, era él. Al ver que Murai no tomaba la palabra, Noishi prosiguió... estaba solo.

    —El asesinato de Taiyo fue castigado por el mismo Murai, él no buscaba dañar a un descendiente directo de Haruki Yamato —reveló Noishi ante los presentes — Y su asesino, el propio hijo de Murai, Kodoku. Él, nos traicionó por Ogen... y Murai tuvo que reclamar su vida —miró a Takeda — Detesto culpar a quienes ya están muertos, pues me hubiera gustado que fueran enjuiciados por sus crímenes... Ogen también fue responsable del veneno de ese tal Tenshin. Todo sería más sencillo si nos culpaban desde el inicio, alejando sus miradas del Imperio. ¿En verdad vas a castigarlo por una vida que él no tomó?

    —¿Crees que la posible muerte de Takano no es recriminable? —Acusó Takeda —Lo usó para ganar tiempo en su escape, jugó con la vida de mi segundo al mando cómo si no fuera importante. Ya no estoy hablando de sólo una niña liberando al lobo que ha matado a muchos de su tribu haciéndolo porque lo vio herido y sintió lástima. Cambió una vida por la tranquilidad de toda su gente... y desde entonces, esa tribu no ha podido dormir, no ha podido confiar... su tribu está herida. No tomo su vida por simple capricho, la tomo para darle algo de paz a los míos.

    —Y el lobo volvió a esa tribu mostrando a sus cachorros; enseñando la razón por la que estuvo cazando—
    Noishi tomó la analogía para revertirla — Tu benevolencia es una fachada; cuando en verdad debes mostrarla la arrebatas.

    —No son decisiones sencillas. La última vez que no fui asertivo terminé dañando a los que confiaron en mí, les fallé y aun así han peleado a mi lado. No voy a insultar esa confianza por perdonar una vida de alguien a quién ni siquiera conozco simplemente tomando las palabras de alguien más... aunque sean las tuyas, hermano —Takeda apretó su puño con fuerza. No era una decisión sencilla; pero hablaba por la justicia.

    —O hacemos la tribu más grande, o cómo bien ha mencionado la señorita Minami, nos comeremos unos a los otros. Así dejamos el campo perfecto para que los carroñeros tengan su festín sin esfuerzo alguno — Noishi entendía, sus manos temblando lo demostraban. Takeda tenía razón y Murai lo sabía; por eso estaba allí, en silencio. Aceptando un fin para un beneficio mayor; para que sus cachorros crecieran como lobos.

    "Ya camino lento para los míos... avanzan lento por mi culpa; he dejado de ser un protector, ahora soy la razón de su constante peligro. Es hora de irme... ¿No es así cómo debe ser... Hiro?"

    Murai bajó el rostro; nunca estaría listo para morir, su cuerpo jamás lo demostraba. Pero su mente lo frenaba, esta vez no intentaría huir.

    —Los míos están llenos de dudas; estas dudas son por el miedo que tenemos como clan —respondió Takeda — Esta muerte nos quitará uno de esos miedos. Y saldará una deuda que nos ha mantenido incapaces de avanzar.

    Noishi volvió a caer de rodillas; había hecho todo lo posible por salvarlo. Fue inútil ¿Qué le diría a los suyos? ¿Qué se quedó inmóvil mientras ejecutaban al que alguna vez fue como su padre? A eso le llamaría traición... a pesar de que el mismo Murai era el que ejecutó esa orden.

    Shinko miró a Kirara al saber que Takeda lo había aprobado. Kirara sujetó la mano de Riku y esperó sus palabras antes de dictar sentencia.

    Zireael Monpoke siguen en el capítulo especial.

    John Whitelocke
     
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    Este problema era y no era similar al asunto de Kato, ambas figuras confluía, se unían y volvían a separarse. Si tomaba la vida de Kato nadie habría podido juzgarme, pero Murai era una historia diferente. Estaban los Fujiwara, la vida de Takano y la vida de Kobayashi, esa que Takeda había tomado, la niña a la que yo había cazado como si fuese un animal. Todo eso cambiaba las cosas.

    Y también Kioto lo cambiaba todo.

    Comprimí los gestos al escuchar a Takano decir que esto no era más que otra estrategia porque tenía razón, yo lo sabía, pero tenía demasiado ruido en la cabeza, demasiadas dudas y demasiadas emociones. Era casi tortuoso pensarlo, pero si no tuviera todo eso tal vez, solo tal vez, habría pensado con más claridad si acabar con Murai, más que ser un deber, nos era realmente útil.

    Tsubaki anunció la llegada de Takeda, haciendo que buscara su silueta de forma algo dubitativa, también lo acompañaba Hideyoshi, pero todo lo que pude hacer fue esperar su reacción a Noishi, como si supiera que iba a reconocerlo sin importar nada. Lo hizo, lo reconoció, pero él también tenía demasiadas cosas encima como para hacer nada más que eso: saber quién era. El Takeda que teníamos ahora no era el mismo que habíamos tenido en Tsu, por decir algo.

    Ya no está, eso fue lo que le dije a Noishi.

    Fueron y vinieron nombres, Kobayashi, los Fujiwara, la vida de Takano y respiré con algo de dificultad. La analogía de los lobos, el ataque y el miedo resultante; Takeda tenía razón y la tenía el mismo Murai al entregarse, hasta que la figura que había generado el miedo, el caos, desapareciera seguiríamos sin poder pensar, ¿pero era realmente lo que correspondía? Cederle humanidad a Murai, ¿no nos estaba cegando? Estaba entregando su vida por sus cachorros, desprovisto de dientes y en frente de la manada que había atacado sabía que su vida ya no suplía una función, pero podría ser el paso para que las crías pudieran avanzar.

    ¿No haría yo lo mismo alguna vez?

    Tomé aire profundamente, traté de sacarme a mí misma del conflicto y miré a los Fujiwara. Takeda aprobaba esto, era una decisión tomada y aunque dudaba había partes de mí que reconocían el problema que era Murai, el hecho de que tal vez su utilidad había llegado a su fin y había cumplido su propósito, aunque también tal vez esa fuera la respuesta. Saber que su muerte también significaba algo y respondía a un fin.

    —Depende de ustedes —resolví en algo que se pareció a la resignación y la derrota—. Matarlo cumplirá un fin, uno que nos incluye a todos. Dejarlo con vida también cumpliría alguna utilidad, una que es menor que el precio de su propia vida.


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    Fujiwara no Riku

    Sentí la manos de Kirara entre las mías y, en deseo de su gesto, la acabe sujetando a su vez. Sin demaciado presión. Estaba aquí. Es lo que importaba.

    "Has matado por tus objetivos, y ahora estás aquí entrangando tu vida. Te entregas y vienes esperando actuemos a continuación de una determinada manera. "Lo dirijo a Murai, a un sabiendo que probablemente no daría mucha respuesta.

    Deja que su sed de sangre acabe conmigo. Así podrán escucharte

    "Una última vez, una última vez te dispones a jugar con nosotros. ¿No?". Comencé frío, controlando tantas emociones que no querían más que ponerle fin inmediato a su vida. A sus trucos. "Sacarte de en medio para que lo escuchemos, consideremos. Es solo decir que buscas que está alianza se afiance, lo quieres a un si fluye tu sangre para conseguirlo".

    Una última vez. Se entrega en bandeja de plata y piensa todo se moverá de la manera en la que cree. O no, puede reconocer el riesgo que recorre presentandose aquí. Y, después de muerto, no podrá hacer nada para evitar lo que termine sucediendo.

    Viví un tiempo con estás personas. Quieren verme sufrir, ese es su mayor deseo. Dáselos, aquí estoy para que me torturen y me lleven a la muerte más lenta que se puedan imaginar.

    "Y ese es solo un pensamiento tuyo, creer que somos esos animales salvajes que conociste". Y tal vez, si, lo seamos. Unos animales que ya sentido acorralados por demaciado tiempo, sabiendo solo mostrar los dientes ante la amenaza. "No creo te merezcas algo mejor que eso, pero, de alguna manera, esto debe de terminar".

    Un fin. No una victoria.

    Ahora, apreté la mano de Kirara y me dirijo hacia ella. "Si la hay, no creo haya una respuesta correcta. ¿Qué sentido tiene matarlo así? Esta frente a nosotros de una manera en la cual el decidío y espera que hagamos lo que quiere. Solo está aquí causando confusión en una desición que ha primera hubiera sido tan sencilla si la situacion fuera otra".

    "Y dejarlo con vida no es opción segura, todavía podría actuar de una manera que nos perjudique, no hay manera de atarlo o controlarlo. Lo dice, entrega su vida por algo que aprecia. Y con eso ahí afuera, todo puede pasar".

    No me sentía en ello. Culpar por cosas que todavía no han sucedido. Pero, en el pasado ya se ha visto como ha participado en demaciadas cosas.

    "Es momento de dar fin, de una forma u otra. Solo, espero, sea un fin de nuestra propia elección y no de estos juegos que han durado suficiente.".

    La apoyaba en que desiciera.
     
    Última edición: 23 Abril 2024
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    Capítulo V
    懐かしい Natsukashī - Nostalgia

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    Toidaji
    [Yuzuki; Kirara; Riku]
    [Yamagata; Fuyu; Inukawa]
    [Takano; Hashimoto; Shinko; Murai]
    [Noishi]
    [Takeda; Hideyoshi; Tsubaki]



    Las miradas cayeron hacia Kirara y Riku. El peso de la decisión.

    Kirara lo entendió gracias a Riku; era el mismo escenario que en las mazmorras, incluso eran casi el mismo elenco. Aquella vez también Murai la incitó a matarlo y fue por Kenzaburo que aquello se evitó, la manipuló como bien recuerda Riku.

    Murai sabía como provocar a las personas; atacaba en puntos sensibles simplemente con su voz. Esta vez estuvo en silencio, no estaba provocando, estaba escuchando. Les mostraba el respeto que antes negó a pesar de estar en una situación similar. En ese momento se sabía superior, sabía que ganaría; no obtuvo a Kenzaburo que era su verdadero objetivo, pero ganó a Mao, y con eso fue suficiente.

    "Yo me voy a mis términos, pequeña Fujiwara. Saludaré a los tuyos en el infierno"

    Aquellas palabras de Murai a Kirara; haciéndole creer que este se había envenenado solo para que ella lo matara más rápido; todo un juego para él. Un juego arriesgado; pero él conocía el resultado, antes eran más predecibles e influenciables.

    Antes eran más ingenuos.

    "Estoy harto de ustedes, no hacen que mi estancia sea lo suficientemente entretenida, se los dije; no le temo a la muerte, le temo al aburrimiento"

    Mencionó alguna vez Murai y Hideyoshi propuso dejarlo encerrado de por vida; para que se muriera de aburrimiento. Una fuerte amenaza; pero Murai sabía que su aprisionamiento no duraría demasiado si seguía moviendo las piezas correctas. Inutilizar al estratega fue lo mejor que pudo haber hecho en ese momento.

    "No quiero nada que ustedes puedan darme..."

    Aquellas fueron las palabras de Murai en las mazmorras de Kamakura cuando buscaban información de él a cambio de libertades; ahora Takeda le devolvía dichas palabras, pero Takeda no estaba jugando con Murai, estaba siendo severo con él y Noishi.

    Takeda volvió a mirar hacia Murai; esta vez los Minamoto podían brindarle más de lo que el necesitaba; los Taira esperaban algo de ellos y por eso Murai callaba.

    "¿Notaste como nadie acudió a ti? ¿En verdad crees que eres el líder de toda esa gente? Estás en el lado contrario en esta guerra; peleando contra los únicos que te han demostrado algo de respeto."

    Takeda recordaba aquellas palabras de Murai en Kamakura y sonrió. Su mirada se cruzó con la de Yuzuki; fue suficiente para que ella viera que su mirada sincera seguía allí. Takeda debía actuar severo con quienes aun no ganaban su confianza; debía ser cruel contra las personas que los lastimaron; porque la benevolencia también debía moderarse, eso lo aprendió con el dolor; pues su benevolencia a veces era un escudo a su inexperiencia. Ya no la tenía. Era un líder, uno que debía pisar fuerte para los suyos a pesar de que su corazón siguiera siendo blando.

    Con la misma severidad de un regaño de un padre a un hijo; fuerte pero sin carencia de cariño. Ese era Takeda, había crecido.

    "Tenía que conocerlo en persona, ver el legado que dejó Hiro, probar la fortaleza de los que lo rodean...No están preparados para la guerra, debía de demostrarles eso. No están listos, deben aprender autocontrol. Si su líder no lo tiene consideren la guerra perdida. Ahí están todos ustedes, mirando como su líder avanza hacia el infierno"

    Aquellas palabras sólo las escuchó Kenzaburo. Pero Takeda demostraba ahora que tenía autocontrol; Kirara también lo había demostrado en esta audiencia. Estaban destrozando la idea errónea que también los Taira tenían de ellos.

    Shinko seguía mirando a Kirara mientras ella se debatía en pensamientos con la mano de Riku entrelazada en la suya; su soporte, su mano derecha. Él le daba la entereza en cada momento, siempre buscaba de él desde que se perdió aquel día que Murai escapó. Ese día le arrebató su seguridad, su fuerza, su propia capacidad de raciocinio. Pero Kirara lo entendía; no debía darle ese poder a Murai sobre de ella, él no debía quitarle el sueño, sus ilusiones... sólo ella misma podía hacerlo.

    Apretó aun un más fuerte la mano de Riku.

    "Estoy de acuerdo, se necesita un líder humilde; pero todos inician así, creen que cambiarán al mundo, que su justicia es la correcta. Hasta que empiezan a escalar posiciones, y se dan cuenta que no se puede tener a todos contentos, y que alguien debe ser sacrificado para cumplir con su visión. ¿Sabes que los une a ustedes como clan? No es la lealtad a Takeda, al menos la mayoría de los presentes no darían su vida por él. La razón por la que están unidos es por el odio "

    Esas palabras se habían evaporado en ese instante. Tenían allí a Murai y ninguno temblaba. Ninguno actuaba sin saber que era lo que sus líderes dictaban; pero tampoco obedecían ciegamente, hablaban con ellos dándoles su opinión con respeto y cariño.

    "Nuestro pasado siempre regresa a nosotros como una gran ola en una tormenta; siempre te arrastra y golpea para recordarte quien eres."

    Murai recordó sus propias palabras mientras su mente corría rápidamente; su corazón palpitaba a gran velocidad, incapaz de demostrar que se había resignado a morir. No tuvo que morder su lengua para contenerse; la ola lo había golpeado en la cara. No haría bromas de debilidades con Takeda; no le ofrecería a Riku alcohol para irritarlo; ya no debía retar a Kirara nunca más; y no se atrevería a burlarse de lo hecho a Takano. Ya no podía, la ola no lo dejaría salir a respirar.

    "De lo único que me arrepiento es que no podré ver sus rostros cuando esas máscaras se derrumben, cuando se enfrenten a sus verdaderos miedos, a ustedes mismos."

    Esas habían sido sus palabras en las mazmorras pensando que provocaría a Kirara a tomar su vida; pero sus propias palabras también regresaron a él como un balde de agua helada que le estremeció la espalda. Las máscaras habían caído y hubiera disfrutado poder verlos ahora. ¿Tendrían ojeras debajo de los ojos? ¿Su piel estaría más pálida? ¿Mejillas más rosadas? Las miradas... deseaba poder verlas, enfrentarlas y perder ante ellas.

    Incluso Hideyoshi había resultado herido con palabras de Murai en Kamakura; pues se burló de que este sugiriera a Takeda que peleara con Kato; y aquello sólo resquebrajó más al inexperto Takeda. No estaba listo.

    Si Murai pudiera saber que Takeda ya había enfrentado nuevamente a Kato y salido victorioso. Tal vez podría entender a todos los presentes si aun fuera el shinobi de antes; pero ya no lo era. Ellos había crecido y él comenzaba a perder su brillo.

    Murai agachó más el cuerpo; avergonzado ante Noishi. Pues no hay nada más severo que ver a quién admiras perder la fuerza; darte cuenta que no es inmortal; que no está hecho de acero; que puede morir...

    La espera a las palabras de Kirara se sintieron eternas a mente de Murai; pero sólo duraron unos cuantos segundos.

    —Murai — dijo Kirara, obligando a Murai a levantar el rostro, mostrando las cuencas vacías, el castigo que Riku y ella tomaron en aquel momento de impulso frenético — No perdono tus crímenes, tu vida me pertenece. Estás frente a mí por decisión propia, me has regalado lo que eres por tu objetivo sea cual sea. Vives ahora por mí. No quiero que jamás lo olvides —miró Shinko quién afirmó y envainó su katana —Si lo olvidas te haré recordarlo de la misma manera con la que tú te desenvuelves. Matando.

    El ambiento perdió tensión cuando se escuchó el sable entrar en su saya.

    —No lo olvidaré— le aseguró Murai a Kirara.

    —No miente — aseguró Hashimoto.

    —Que esta alianza inicie con esta promesa, hermano — dijo Takeda hacia Noishi.

    Takeda ya no era ese niño. Aun así conservaba su esencia y aquello era más valioso.

    —No ha sido sencilla; la voz de los tuyos es muy poderosa — dijo Noishi hacia Kirara, Riku y Yuzuki.

    —Por eso los he enviado; esta decisión requería a las personas que más han salido perjudicadas a nombre de Murai, si no fuera por la resolución de ellos yo me habría negado — dijo Takeda con tranquilidad.

    "¿Así piensas cumplir el sueño de Hiro? "

    Sus propias palabras que dedicó a Takeda directamente para avergonzarlo volvieron a su mente. Murai sintió como Hashimoto y Takano lo soltaban y pudo acomodarse nuevamente, respirar con normalidad.

    —No es el sable el que inicia una guerra; es la voz. Y sólo la que es suficientemente fuerte podrá frenar el primer sable —
    dijo Takeda a los presentes.

    En ese instante, Murai sintió que escuchó a su hermano nuevamente.

    —¿Buda?— preguntó Takano a Takeda con respecto a la frase que había dicho.

    —No, esa es mía —respondió Takeda con una sonrisa.

    Este era su camino; no el de alguien más.

    Takeda al instante avanzó hacia Yuzuki y la abrazó. Takano llegó después para separarlos y revisar la mirada de Yuzuki, para después besar su frente con delicadeza.

    Shinko corrió hacia Kirara y Riku; mientras Kirara miraba profundamente a Riku, con un leve rubor en las mejillas.

    Tsubaki se quedó a un lado de Hideyoshi —He de admitir que por unos momentos sentí temor de Takeda. Ese es el miedo que creará en nuestros enemigos...

    Noishi se acercó a Murai para ayudarlo a reincorporarse —¿Entonces todos esto fue otro plan tuyo? —le recriminó al inmiscuirse en una audiencia que sólo debía estar él, faltando a su palabra.

    Murai negó —Nunca estuve en control de esta situación —dijo con seriedad — No sabía si iba a morir o vivir, di mis pasos sin comprobar la resistencia del suelo con anterioridad y casi caigo por ello. Yo no controlé a los Fujiwara o Takeda; del único que tenía control era de ti —colocó su mano en el hombro de Noishi — No iba a dejar que mis hijos caminaran junto a salvajes, sólo quería que entendieras eso si yo moría —sonrió nerviosamente — Me alegra saber que estaba equivocado... los juzgué muy pronto. Los niños crecen y uno a veces en su conocimiento de superioridad no quiere entenderlo.

    —Debemos pensar, no sólo desear —
    mencionó Hashimoto acercándose a Murai.

    —Frase de Sakurai — captó Murai las palabras de quién alguna vez fue un viejo colega. —Ahora entiendo por qué volviste a la guerra con el mon Minamoto.

    —Es más que seguir un dibujo o color—
    sonrió Hashimoto viendo al grupo de Yuzuki sonriendo nuevamente —Será una unión tormentosa al inicio; pero no habrá unión más fuerte que esta.


    Monpoke

    • Lealtad: Apreciar sinceramente a su señor; el menos útil es aquel que tiene sabiduría y capacidad sin poseer lealtad.
    • Recelo: Afrontar los problemas escuchando y observando primero. El silencio también es un arma.
    • Coraje: El miedo avanza pero no les domina, son más fuertes.
    • Fortaleza: El ser un soporte físico y mental para tu líder
    Zireael

    • Lealtad: Apreciar sinceramente a su señor; el menos útil es aquel que tiene sabiduría y capacidad sin poseer lealtad.
    • Asertividad: Afrontar los problemas con fuerza, siempre de frente. La voz también es un arma.
    • Coraje: El miedo avanza pero no les domina, son más fuertes.
    • Bondad: El ser el ancla de apego emocional para tu líder.

    Ambos han obtenido sus objetivos secretos como personajes. En ambos se creó la misión de consolidarse como el consejero más leal a su clan desde el momento que fueron los personajes que más indagaron en la historia y objetivos de su líder.
    • Esto viene con una bonificación en EXP de 500
    • Además de un beneficio secreto para sus stats. Para ello, deben elegir 1 de los 4 puntos que dejé arriba bajo sus nicks.
    • Para monpoke sería (Lealtad; recelo; coraje o fortaleza)
    • Para Zireael sería (Lealtad; asertividad; coraje; bondad)
     
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    En otro momento y otras condiciones una decisión como esta no nos habría implicado tanto tiempo, lo sabía, pero eso también hablaba de nosotros. Habíamos sentido miedo, dolor y rencor de tantas maneras como podríamos imaginar, habíamos avanzado ciegamente por mucho tiempo y en el camino algunos nos habían mordido las manos, otros habían muerto e incluso habíamos perdido partes de nosotros, físicas o no. Podríamos habernos vuelto débiles.

    Pero se nos había endurecido la piel.

    Por ello podía diferenciar mi propio rencor del de los Fujiwara, lo suficiente para transferirles la decisión absoluta del destino de Murai. Así como Takeda enviándonos sin instrucciones y como Takano, incluso antes, enviándome sola de la misma manera, había algo en este gesto que hablaba de una confianza absoluta, ilimitada, una tan grande que podría moldear y guiar las ideas de nuestro líder y nuestros estrategas. Darle el poder de decisión al clan que había más sufrido significaba que confiábamos en que tomarían la decisión correcta para nosotros, una movida por la justicia e incluso la bondad.

    Las flores que habíamos permanecido junto a Takeda respondíamos a sus ideales y a nuestra supervivencia.

    Takeda cruzó la mirada conmigo e incluso en esas condiciones, en su severidad y mi confusión, pude reconocer su sinceridad y aunque no fuese el mismo niño que Noishi había dejado atrás, ni el mismo joven que había encontrado en Tsu, no dejaba de ser Takeda, no dejaba de ser ese que había reconocido como mi hermano más que como mi señor. Era el hermano que habíamos forjado entre la sangre y la muerte, sin descuidar la verdad que movilizaba todo su ser.

    Luego de eso pude respirar de forma diferente, pude oír a Kirara sin tener el latido de mi propio corazón en los oídos y pensé que ella también había crecido, que todos lo habíamos hecho incluso sin darnos cuenta. La vida de Murai le pertenecía, esa era una verdad absoluta, por eso era ella quien podía tomar esta decisión. Una que todos parecíamos conocer de antemano.

    No ejecutaríamos a la serpiente.

    La katana de Shinko volvió a su saya desapareciendo la tensión en el espacio, dejar a Sugita con vida dio por iniciada la alianza y noté cuando Noishi nos miró a nosotros tres, los que habíamos venido en nombre de su hermano, reconociendo el poder de nuestras voces. Lo sabía, el poder de las palabras, y coincidí con Takeda cuando dijo que solo una lo bastante fuerte podía detener el primer sable.

    Me había quedado suspendida en el espacio, de hecho no reaccioné hasta que Takeda apareció en mi campo de visión y me abrazó, en nosotros existía una complicidad que venía de los eventos de Kioto. El gesto fue cálido, reconocí en él la bondad y el amor que lo caracterizaban; tomé aire, correspondí el abrazo y me sentí algo más tranquila, así cuando Takano nos separó pude mirarlo con calma, recibir el beso en la frente y cerrar los ojos un instante.

    —Gracias —dije para él en voz baja y alcancé su rostro con la mano para dedicarle una caricia liviana.

    Al repasar el espacio con la vista reparé en Hashimoto y pensé que había sido él uno de los cuáles nos había visto crecer, el que nos había enfrentado, casi había matado a Takano también, pero luego había entendido que incluso en nuestra inexperiencia podríamos crecer. Nos vio robar un tablero, pero también me vio movilizar la batalla de Nagano ante la falta de Takeda y ahora nos veía tomar la decisión de no tomar la vida de Murai.

    —Si hemos llegado hasta aquí es porque nunca estuvimos solos, muchas personas están con nosotros y a pesar de las pérdidas, no hemos dejado a Takeda. —Me separé de Takano aunque me mantuve a su lado y busqué a nuestro Minamoto con la vista, antes de mirar a Noishi ya sin la hostilidad inicial—. Jamás dejaremos que esté solo. Es así como debe ser.


    Todavía no decido qué punto elegir, cuando lo tenga claro te lo mando por privado aaa
     
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    Fjujiwara no Riku

    Me perdí en los siguientes segundo al controlar los ratos de Kirara luego de que diera su desición.

    Todavía seguíamos sujetados de las manos.

    "Podemos decir que hay cosas más importantes que la venganza...". Dije realmente sin pensar demaciado, perdido en las palabras y mirando totalmente serio a lo lejos.

    "Finalmente, la cacería se ha terminado". Sonríe, dejando caer un poco aquellas barreras de desconfianza e inseguridad que he levantado durante este tiempo. "Todavía quedan más enemigos que representan un peligro. Secretos que deben ser concluidos si queremos poder enfrentarlos o entender el porque lo hacemos. Este es el comienzo del final de un largo, pero lo superamos".

    ̶M̶u̶r̶a̶i̶ ̶s̶u̶g̶i̶t̶a̶

    ̶T̶a̶i̶r̶a̶s̶.̶

    Sawayama.

    Crisantemo negro.

    El Imperio.

    Gendo Mori.

    "No nos dejaremos dominar, jamás". Tenía que decirlo y a la vez creerme cada palabra. Hemos dejado demasiado atrás, tanto de nosotros, y quizás desaparecimos en su mayor parte. Seguimos aquí."Se metieron con nosotros en el pasado, pero todavía hay un futuro, un futuro que no dejaremos que toquen...". La mire a Kirara con pasión, sin entender las emociones que llevaban a decir aquello... no lo se.

    Al finalizar esta guerra...

    Podremos tener elección...


    Podremos poner a descansar todo lo perdido...

    Y reconstruir.
     
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    Amelie

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    [Yuzuki; Kirara; Riku; Yamagata; Fuyu; Inukawa; Takano; Hashimoto; Shinko; Murai; Noishi; Takeda; Hideyoshi; Tsubaki]
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    La tensión disminuyó, se escuchaba en el exterior unos silbidos los cuales le indicaban a los que esperaban a distancia que todo estaba en orden.

    Takano golpeó el hombro de Takeda con orgullo, Takeda respondió con una risa a pesar de que aquello lo había lastimado. Seguía débil físicamente, tal vez siempre mantendría ese nuevo estatus; pero su fortaleza ya no radicaba en su soledad. Era más fuerte que nunca. Yuzuki podía presenciarlo, ya no había ingenuidad en Takeda, había ganado severidad sin destruir su bondad. Y Noishi también pudo entenderlo; Takeda no le dio una opción sencilla, el pequeño que conoció no corrió hacia él después del pacto, había madurado fuera de su visión; así como él también lo había hecho tomando otro camino.

    Kirara sonreía con una alegría visible; Murai estaba en esa misma estancia y ella podía sonreír con tranquilidad, escuchó a Riku y sus hombros se relajaron por completo por primera vez; la venganza se había detenido, tal vez jamás habría una verdadera amistad con aquellos que consideró por mucho tiempo enemigos, aun había demasiado que no era sencillo perdonar. A pesar de ello, sentía paz. Sabía que ese había sido el camino correcto, el camino más difícil.

    Hashimoto entendía el proceso que acababa de observar, él lo vivió en carne propia y entendía lo difícil que había sido. Pero sabía que él no podía dar su opinión desde antes, a pesar de que fuera algo parecido no era igual. Los conflictos eran ajenos a él de manera espiritual, sabía que esta decisión recaía no sólo en la estrategia, la lógica no servía si no se tomaba en cuenta la emoción y sentimiento. Era por ello que Kato no avanzaba, simple lógica no puede prever los cambios del corazón.

    Tsubaki se acercó a Noishi y lo confrontó con la mirada —Me entrenaste para servir a tu familia —dijo con entendimiento — Estaba tan conflictuado pensando que me habías entrenado para después volverme tu enemigo; ahora entiendo algo de tu mente. Entiendo por qué peleaste tanto para alejarme de Ogen.

    —Has cambiado en el poco tiempo que llevas junto a Takeda — dijo Noishi con una afirmación.

    —Cambié desde que lo vi pelear en Sado —dijo observando de soslayo a Takeda, conversando con Takano y Yuzuki — Esa vez, sin su brazo pudo defenderse ante un oponente que quería venganza, Takeda había matado a su hermano; yo peleaba para terminar con mi oponente y poder ayudar a Takeda y él no dejó que nadie interviniera en esa pelea, la cual ganó. "Vive; vete ahora. No estabas destinado a tomar mi vida; como yo no tengo poder sobre la tuya; la respuesta es sencilla para mi" esas fueron sus palabras a quien se había jactado de ser su enemigo —miró a Murai — Es más fuerte que usted.

    Murai sonrió bajando el rostro —Es evidente; lo entrenó tu padre. Pero también ya me han superado aquellos a los que yo entrené, no subestimes mis resultados; sólo los métodos que usé para llegar a ellos —levantó el rostro — Noishi es uno de ellos, sin él... tú estarías sepultado en Koga en estos momentos.

    —¿Jamás tirarás ese orgullo? —
    dijo una voz acercándose, era el pequeño Shinko.

    —No mientras mis hijos sigan con vida —respondió — El amor de un padre a un hijo hace que sus decisiones no sean las más acertadas; pero jamás nos arrepentimos de haberlas tomado. Es un sentimiento que no se comprende hasta que sostienes a tu primer hijo en brazos — no sonreía — Acorralamos a tu padre usándote; así como él me acorraló a mi usando a Tomoe — dijo con repudio — Los dos actuamos mal para la nación; pero lo hicimos para defender a nuestros hijos. El amor también es peligroso en la guerra... mucho más si nubla tus pensamientos —suspiró con pesar — Lo lamento, Shinko — dijo hincándose frente a él — Te arrebaté a tu padre. Y esa es una ofensa que excede el perdón.

    El orgullo ya no estaba en ese hombre; al menos no en ese momento.

    —Y mi voz... — le recriminó Shinko.

    Murai negó —Tu fuiste el único que castigó tu voz. Si hubiera sido mía, hasta este día hubieras sido capaz de recuperarla. Siempre fue tuya, y la recuperaste con tu fuerza.

    —Siempre voy a odiarte — la voz de Shinko fue tajante.

    —Yo siempre entenderé las razones de tu odio; sólo te pido que recuerdes que es tu odio hacia mí, no hacia los que me rodean — dijo en forma de súplica.

    —No soy como tú — concluyó Shinko, volviendo con los Fujiwara.

    Murai se puso de pie nuevamente —Menos mal... Shinko —dijo sabiendo que Shinko ya no lo escuchaba — Tampoco eduqué a mis hijos a ser cómo yo. Y él que imitó lo que soy... murió en mis manos —apretó los puños.

    Era un nuevo inicio.

    —¡No esperaremos más!— Takeda llamó la atención de los presentes — No podemos seguir esperando. Aun hay prefecturas que no toman bando y si no atacamos ahora, el Imperio nos ganará ante la duda y miedo, tomando a los indecisos con promesas falsas —Miró a Takano, quien afirmó y tomó la palabra.

    —Aun estamos abajo en números con respecto al Imperio; pero tenemos una mayor flota, y estoy seguro que con los refuerzos enviados a Wakayama el enemigo se dará cuenta de ello, — inició Takano — Serían unos estúpidos si deciden pelear en una prefectura con puerto; nosotros debemos concentrar nuestras fuerzas en Nagano; Aichi y Toyama para avanzar y enfrentarnos en Gifu; la prefectura vecina, Ishikawa aun es territorio neutro. Si podemos conseguirlo antes que ellos, nos dará la ventaja marítima y evitaremos que tomen una prefectura que podría afectarnos en un ataque de todas direcciones. Con Aichi; Toyama y Gifu de nuestro lado; podremos doblegar una de sus prefecturas más grandes, así cómo ellos intentaron en Nagano.

    —Eso pondrá en riesgo las prefecturas de Wakayama; Mie y esta— intervino Hashimoto.

    —Es por ello que arriesgamos a mover nuestra flota a esa área; dominando la defensa marítima; así también evitaremos que los refuerzos nos ataquen por la espalda mientras perdemos números — agregó Takeda.

    —Aun tienen un problema — señaló Murai —Será una sola prefectura; pero han movilizado fuerzas a Ibaraki; ya no es una prefectura de eruditos.

    —Es allí dónde la fuerza de los Asakura actuará —
    mencionó Takano — Sólo su poder marítimo se movilizará hacia Ishikawa para tomar fuerza allí junto a la flota de Toyama; a los cuales les tomaría demasiado tiempo apoyar al sur, rodeando la isla. Usaremos esa desventaja geográfica a nuestro favor.

    —Shimane es suyo — agregó Murai — La vieja fuerza de los Ikeda aun permanece con vida; fieles servidores de Haruki Yamato —pensó en la mirada de los Fujiwara en él; era una de las razones por las que jamás hubiera tocado un sólo cabello de Taiyo —No son demasiados números; pero pueden transportarse a Ishikawa; en mi protección están algunos de los descendientes de los Ikeda; sé que el viejo señor de Ishikaga responderá a un Ikeda.

    Takano sonrió ante tal noticia —Eso nos ahorrará la política

    —Y los cadáveres
    — una respuesta contundente de Murai.

    Murai reveló datos importantes sobre los movimientos de los Mori; haciendo más entendible los futuros movimientos del Imperio.De esa manera se dividirían aquellos que irían con Noishi y Murai a Shimane con los que se dirigirían hacia Nagano; Toyama o Aichi.

    —Debemos tener líderes en cada prefectura — indicó Takano —La obtención de Ishikawa es primordial; esta será guiada por los Taira, dejando en evidencia su movilización de la prefectura de Shimane.

    —Por lo que Inukawa volverá a hacer la difícil tarea de movilizar a los civiles hacia Aomori, dónde todos los refugiados se mantendrán a salvo de esta guerra
    —Indicó Takeda—Shimane caerá como territorio; pero su gente estará a salvo

    —En Nagano estará Takeda con el clan Azai; los Hidetoshi de Nara y los Harima de Kanagawa— continúo Takano — Los Fujiwara estarán en Aichi con los Murakami, aliándose con los Arima de Shizuoka y los Shingen de Yamanashi; en Toyama estarán a mi mando con los Hachi de Mie y las fuerzas terrestres de los Fujita de Saitama. Las Fuerzas marítimas de los Fujita de Saitama defenderán el territorio de Wakayama; impidiendo que rodeen por esas prefecturas atacándonos por el sur, es allí donde las flotas se concentrarán haciendo el ingreso impenetrable. Los Asakura recuperarán Ibaraki; y si es posible unir fuerzas con alguna de las prefecturas ya mencionadas

    —Los Kamino —intervino Murai, haciendo que el recuerdo de Kirara, Takano y Hideyoshi se alertara. Hideyoshi había conocido a Sho y Hina en su triste cautiverio en Mito, y también reconocería el siguiente nombre que diría Murai — Uno de los nuestros; Matahachi. Él reubicó a la familia en Saitama y serán reubicados en Nagano. Hina será de gran ayuda, tiene habilidades similares a las del joven Rengo.

    —Es primordial hacer que todos en el clan sepan de estos movimientos —
    mencionó Takeda —Aun tengo que informar a Kohaku de...

    —Eso ya ha sido resuelto —
    Intervino Noishi — Uno de mis informantes se puso en movimiento soles atrás — dijo para después mirar a Yuzuki y Takano — Es informante es compañero mío, me mencionó que ustedes brindaron gran ayuda a uno de sus amigos en Toyama; ese amigo mío tiene un búho, seguro lo reconocen. Al parecer sentía que les debía un favor; pero no es muy sociable como para admitirlo.

    —Entonces le han mentido a Kohaku para llevarlo con ustedes —Hashimoto les recriminó.

    Noishi negó — Jamás mencionamos que era una orden Minamoto; pero un hombre nos pidió que volviéramos a unir a Rengo con Kohaku. Le hemos pedido a Kohaku que nos acompañara por otra pelea, una que va más allá de las armas.

    Yuzuki recordó la última vez que vio a Kohaku.

    —Sabemos de esa misión — indicó Takeda —He confiado a Kohaku; es por eso que no está aquí a mi lado — Kohaku no era un traidor — ¿A qué hombre se refieren? ¿Quién les pidió que llevaran a Kohaku con Rengo? — preguntó Takeda; pero esa pregunta era una orden.

    Noishi calló pero Murai dio un paso al frente.

    —Un viejo conocido mío; y familiar de uno de los presentes — pausó para crear suspenso, a final de cuentas a Murai jamás le iban a arrebatar sus dotes histriónicos — Su nombre es Hoshi.

    Takano bufó al instante, cruzando los brazos frente a él —¿Mi abuelo? Él fue asesinado por su hermano.

    Murai negó —Hoshi fue quien salvó a Rengo en Mito; gracias a él, Rengo recuperó sus emociones.


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    • Asertividad: Afrontar los problemas con fuerza, siempre de frente. La voz también es un arma.
    • Coraje: El miedo avanza pero no les domina, son más fuertes.
    • Bondad: El ser el ancla de apego emocional para tu líder.

    Sin prisa, cuando puedas enviármelo.

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    Por el momento hago entrega de los 500 EXP por la habilidad obtenida gracias al Kanketsu; y 300EXP por obtener aliados para el clan.
     
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    John Whitelocke

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    La ceremonia de ejecución fue tan tensa que cortaba el aire. Podía recordar a Murai, pero no entendía la relación de muchos de los involucrados con él. Estaba claro que Noishi le tenía estima, pero que los Fujiwara tenían un derecho mayor a reclamar su vida que la de Noishi a resguardarla. El daño que Murai le había hecho a los Fujiwara en su momento es algo que a ojos de Hideyoshi era difícil de perdonar. La decisión final lo dejó totalmente sorprendido.

    No pudo ocultar su expresión. Pensó que Takeda tenía todo asegurado para su ejecución, pero realmente iba a respetar la decisión que tomaron. Miró hacia Takeda, su desaprobación fue evidente en sus gestos, en caso de que alguien lo viera, pero no emitió palabra alguna.

    "Es asunto del clan, pero no es mi asunto", pensó.

    Cuando Mao perdió la vida, Hideyoshi entendió la decisión que condujo a la ejecución de la jovencita en aquel entonces. Había sido algo respetable que el futuro líder de Japón tomara la vida de una muchacha, para infundir de respeto a su persona.

    "Pero todo aquello pierde sentido ahora", juzgó en el interior de sus reflexiones.

    Tras unos minutos de interacción, reflexión, y desaprobación, Murai dirigió su voz hacia ellos, mencionando nombres que resonaban en su mente.

    —Hina, ¿esa niña ciega? La recuerdo de mi cautiverio en Mito. ¿Y Matahachi? Es quien estuvo a punto de matar a Rengo, frente a la vista del emperador—mencionó hacia Murai, tratando de asociar recuerdos con la nueva situación en la que se hallaba.

    "Hay muchos hechos y episodios que desconozco, deberé ponerme al día", pensó.
     
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    Amelie

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    Takeda avanzó junto a Hideyoshi y reposó su mano en su hombro; vio las tribulaciones en el rostro honesto de su diplomático —Aun tenemos mucho que conocer; desde esta nueva perspectiva tendremos mucho más conocimiento y sobre todo mayor número de aliados — quería decirle allí mismo que la confianza era muy distinta; quería decirle que una traición de quien fue enemigo no sería tan mortal como la traición de alguien a quien consideró como familia. No bajarían la guardia; pero dejarían de caminar en ceguera absoluta; el precio de la luz atreves de una obscura cueva era demasiado; pero invaluable. Takeda dejó ir un suspiró breve, frustrado de aun no tener ese nivel de comunicación silenciosa con Hideyoshi, una comunicación que ya era tan sencilla y natural con Yuzuki.

    Murai escuchó la voz de Hideyoshi —Tu misión en Mito... —inició para cautivar la atención del diplomático — Mi hijo me habló de ti; no se esperaba un Minamoto en Ibaraki —hizo una pausa para la entrada a una pregunta.

    ¿Su hijo?

    "....Ambos serían flores; al igual que el crisantemo. Todas son hermosas. Pero también lo son las mariposas, a los ojos correctos"

    La voz de Jundo le trajo recuerdos a Hideyoshi.

    "Puede olerlo, ¿no? El viejo aroma regresa. Quizás sea el tiempo de que todo regrese."

    Las palabras de Jundo le hicieron recordar la respuesta que él le ofreció "No puedo estar más de acuerdo, es momento de que todo regrese"

    Él ya había estado de acuerdo con un Taira sin siquiera saberlo. Sin darse cuenta un Minamoto y un Taira trabajaron juntos, como lo hacían antes, en otra época.

    —¿Uno de los tuyos está en Ibaraki? — preguntó Hashimoto, obligando a Hideyoshi a salir de su ensimismamiento.

    —Estuvo... su misión era dar con la ubicación de Shoko, la líder de los Miura de Ibaraki. Gracias a Matahachi; Shoko estaba en camino a Saitama dónde sería rescatada; pero ella tomó su vida, sin la vida de su hijo ya no tenía razones para seguir con vida —Murai tragó grueso —Pero la misión en Ibaraki tenía otra ramificación, una venganza nuestra por el asesinato Ryutaro Okada —Otro nombre que resonó en la memoria de Hideyoshi; era el diplomático de Fukui representando al clan Oda — Era hijo de una vieja amiga mía que ahora se encuentra en los escombros de Fukui; pero aun hay un descendiente directo a mi cargo. El clan Oda sigue vivo, y los pocos supervivientes están en Ishikawa, sólo necesito poner a la pieza faltante en esa prefectura para que respondan sus fuerzas en el nombre del clan Oda, un aliado de los Miura ahora erradicados.

    Murai apretó los puños —Mi hijo desconocía quien eras cuando te conoció en Mito —le dijo Murai a Hideyoshi — Cuando volví a encontrarme con él, me habló de lo sucedido, en esos momentos yo estaba al borde de la muerte así que no le acusé sus acciones; cuando ya tenía mi consciencia restaurada me dijo que había decidido ayudarte en lugar de seguir con su misión —bufó levemente — Esta consistía en escabullirse y secuestrar a Sayuri. La tomarían cautiva para llevarla a nosotros y poder extraer toda la información sobre Saizo Honda; Akishino y Gendo Mori; pero utilizó su única oportunidad para salvar a tus hombres. Los estrategas aquí no me dejarán mentir, fue una oportunidad única que se desaprovechó por salvar a sólo dos personas, matar a Sayuri hubiera salvado más vidas en la escala mayor... Noishi; Matsuda y yo no nos hubiéramos adentrado a Kioto sin saber realmente qué esperar; arriesgó más vidas por tus dos montañas —Sonrió —Y cuando supo tu nombre no ordenó a su arquero que les disparara por la espalda. Mi hijo a diferencia de mí, tiene honor. Te pido que nunca lo olvides.

    —Ibaraki — La voz de Murai fue rápidamente opacada por Takano quién desdoblaba el mapa de prefecturas que había robado del mismo Hashimoto; señaló al instante Ibaraki:

    [​IMG]

    —Si esa... —Takano contuvo sus palabras —Si Sayuri regresa a Ibaraki es porque aun quieren mantener esa prefectura y usarla en contra nuestra; pero si ella no está en Ibaraki cuando esta sea recuperada, será porque es una prefectura que ya dan por perdida, así sabremos si arriesgar al ejército o sólo sitiar Ibaraki.

    Takeda afirmó a Takano —Se los haremos saber a los Asakura — después miró a Murai, notó que este seguía apretando los puños — El clan Oda no estará en Ibaraki para ver cómo este es recuperado; pero será del clan Oda reclamarlo, puedes darles mi palabra.

    Murai afirmó mientras relajaba sus manos. Takeda había entendido el por qué Murai había dado toda esta información, y cedió Ibaraki a los Oda sin que este tuviera que pedírselo. Takeda sabía que la avaricia en propiedades podría traer peleas más adelante, nuevas guerras. Un ciclo interminable.

     
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    John Whitelocke

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    Nara: Toidaji

    Las memorias de Hideyoshi se sucedieron, velozmente. A medida que Murai hablaba, Hideyoshi reaccionaba sin saberlo, con su mirada. Su semblante se tornó blanco, siendo él de piel trigueña.

    "El señor Jundo... era miembro del clan Taira", parafraseó en su interior, incrédulo.

    Así era como de a poco, su mente empezaba a entender que las grietas de la guerra no estaban pasando solo por la vieja disputa entre los Taira y los Minamoto, sino que había algo más de fondo.

    "Tairas y Minamotos, trabajando juntos, ¿para qué?", se inquiría. Pero claro, oyó el apellido Mori, y eso empezó a dar luz a cada pregunta.

    —Tu hijo es un hombre de honor, y estoy en deuda con él, lo estaré... siempre. Si tú eres su padre, no me queda más que aceptar que estoy en deuda... con el clan Taira... aun sirviendo a los Minamoto—replicó a Murai—. Lamento en parte que mi misión personal haya interferido con la del señor Jundo, él no podía confiar en mí por ese entonces como para extenderme el saber de la magnitud de su misión, lo que no le impidió desviarse para ayudarme. Y también lamento lo de Shoko, debo hacerme cargo por mis decisiones. El joven Miura murió por decisión mía.

    Cerró los ojos de verguenza, porque ni siquiera eso le había permitido salvar a su maestro, por quien entregó la vida del príncipe del clan Miura. "Aun así, incluso aunque hubiera entregado la vida de Aoshi, es probable que como hicieron con mi maestro, que tampoco hubiesen permitido al joven Miura seguir viviendo. Todo habría terminado ocurriendo de la misma manera", sus reflexiones trataban de aliviar su verguenza.

    —Okada... lo conocí en Mito también, hablé con él antes de interactuar con Takechi no Basho, del clan Mori de Fukuoka. Me tendió una trampa en el santuario junto a Akishino, quien se presentó ante mí en ese mismo entonces cuando estaba con mis hombres y mi maestro Aoshi. Los restos ensangrentados de Okada estaban ahí también, mientras Takechi no Basho se mofaba de ello. Luego del suceso encontré también a Tanaka Tadao, diplomático de los Shingen, agonizando en el bosque. Eso fue antes de entrar en el enfrentamiento con esa mujer y sus dos hombres, quienes asesinaron a parte de los míos, capturaron y torturaron a otros—frunció el entrecejo con rabia notable—. Sonoda... Iori... y la mujer... Sayuri. He prometido a todos los kamis que hundiría mi kodachi en el corazón de esa mujer antes de perder mi vida en esta guerra.

    Miró al mapa que había sido desdoblado.

    —Es menester tomar Ibaraki—dijo hacia Murai y Takeda—. No podemos arriesgar tener una única prefectura del imperio a nuestras espaldas, soplando en nuestra nuca.
     
    Última edición: 12 Mayo 2024
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    Amelie

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    Murai escuchaba el nombre de Jundo; sonreía ligeramente y estuvo a poco de balbucear su verdadero nombre; no lo hizo. No porque quisiera ocultarlo, que los Minamoto supieran los nombres de su familia no alteraría lo que ya había pactado. No dijo su nombre porque este no le pertenecía, era de su hijo decírselo a Hideyoshi, encararlo con su verdadera identidad.

    —El joven Miura hubiera muerto de todas formas —La voz de Murai confirmó lo que Hideyoshi ya había formulado en su mente, estaba en lo correcto —¿Para que tener con vida a un futuro heredero varón? El emperador dejó escapar a uno y ahora se ha de estar arrepintiendo por ello —mencionó haciendo referencia hacia Takeda, pues a Noishi lo habían dado por muerto.

    —Eh, Murai —ladró Takano, obligando a Murai a levantar el rostro hacia su dirección. — ¿Qué mierda sabes de Takechi no Basho?

    —El diplomático de los Mori, como ya bien dijo el señor Soga —mostró respeto al apellido; demostrando que consideraba que la mente del diplomático de los Minamoto era valiosa y digna de ese respeto. ¿Pero sólo se debía a este breve encuentro?

    —Basho es una mente afilada; y la única además de la de Saizo —continúo Murai — Gendo sólo conoce el camino de la fuerza, y el desgraciado sólo requiere de ella para hacerse respetar; pero si careciera de ella sería ignorado por su carente indisciplina; allí entra Basho en juego. Los Takechi... ellos fueron los encargados de doblar el poder político en la era Nara, desplazando al clan Soga. Tal vez sea una de las razones del infierno desatado en Ibaraki —negó —La traición de Eiji Nakamura al clan Miura fue predicha por los míos, y fue advertida con holgura de tiempo. Fue ignorada por el señor de Ibaraki en su momento y por lo tanto ignorada después por la señora Shoko.

    —Ese hombre —miró a Yuzuki —Él estaba en Kioto, en el palacio Katsura.

    —Escaló rápido —
    intervino Hashimoto con molestia.

    —Bien...—dijo Tsubaki con algo de incomodidad —¿Nos moveremos? ¿Y ellos?— preguntó señalando a Murai y Noishi.

    —Debemos volver con los nuestros para informar, después nos desplazaremos a Ishikawa —aseguró Noishi.

    —Tsubaki —dijo Takeda hacia el shinobi. Este afirmó de inmediato.

    —Yo iré con ellos, aunque aceptaría a un par más de personas, tal vez Matsuda...

    Takeda negó interrumpiendo a Tsubaki — Necesito que Matsuda esté a mi lado para distribuir la información a todos los aliados, él tiene sus medios. Y de esta manera podemos mantener el contacto también contigo.

    —La joven Minami y Shinrin—intervino Noishi.

    Takano al instante golpeó la mesa mientras negaba.

    —Me enteré que copiaron mi arma — intervino Murai —Pueden tomar mis conocimientos en venenos, y los conocimientos de antivenenos con mi mujer así como lo harán los míos. Yo ya no sirvo para una guerra; pero mi conocimiento aun es útil.

    Takano apretó la mandíbula y miró a Yuzuki; esa sería su decisión. Los beneficios eran grandes, además de que podría volver a ver Rengo.

    Kirara volvió a apretar la mano de Riku para obligarlo a mirarla; se notaba preocupada —Creo que podrías beneficiarte también de ese conocimiento, y así mantener a Murai vigilado.

    Zireael
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    Aclaro que si deciden irse con el señor Murai, después aun podrán unirse a las peleas de sus clanes si así lo desean; yo acomodaré todo si es necesario.
    No es necesario aceptar; si deciden no hacerlo Yuzuki puede decidir si ir con Takeda o Takano. Y Riku va con los Fujiwara.

    John Whitelocke
    Lo ideal para Hideyoshi sería unirse a los Asakura para recuperar Ibaraki, e irse con Koji y Gonsake. Pero también se abre la posibilidad para ti si deseas irte con Murai; puedes hasta tirar tu dado de convencimiento si así lo deseas.
     
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    Zireael

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    Yuzuki Minami
    Todaiji

    La decisión que habíamos tomado era más grande que nosotros mismos, porque todo el escenario lo era hace mucho tiempo, y quizás si hubiéramos tenido otras opciones no habríamos tomado esta porque contradecía mucho de lo que habíamos hecho hasta ahora. Visto de diferentes ángulos, era posible que hablara de nuestras estupidez pasada o nuestra madurez actual, no estaba muy segura. Tampoco me sentía en la capacidad de pensarlo tantísimo.

    Muchas personas habían trabajado para hacer esto posible, pero eso no quitaba el mal sabor que dejaba, al menos yo lo sentía porque todavía debía reajustar muchas cosas de las que había pensado desde que ocurrió el ataque a Takano en Kamakura, todo lo de los Fujiwara y la traición de Kobayashi. No sería fácil, en lo absoluto, pero así eran las cosas y dudaba que nada hubiese sido fácil en algún momento de por sí.

    Takeda entonces tomó la palabra, escuché los intercambios resultantes y fui tachando prefecturas en la mente, uniéndolas o separándolas de otras. Ubiqué a Takeda en Nagano, a Takano en Toyama y así a los demás, pues sabía que tendría que volver a decidir a dónde y con quién me movería. En estas condiciones, además, no podía luchar con la misma fuerza que antes y era algo que debía tener en cuenta. ¿De qué les servía a ahora? Solo de soporte moral en el mejor de los casos.

    Miré a Takeda cuando mencionó a Kohaku, porque había pensado en él también en Kioto y sabía que ambos confiábamos en el muchacho, pero yo seguía preocupada porque el peso que colocábamos sobre los niños, a veces hasta sin darnos cuenta, había quebrado ya a dos de ellos. Kohaku era diferente, podían llamarme loca si querían, pero sabía que lo era.

    Que él jamás nos haría lo que nos habían hecho los otros.

    Escuché que mencionaron a Hoshi y solo entonces entendí el parecido: abuelo de Takano. Se suponía que estuviera muerto, así como Noishi, pero al parecer no lo estaba. La información siguió entrecruzándose de formas extrañas, pero cuando Murai dijo que gracias a Hoshi Rengo había recuperado sus emociones algo se me revolvió dentro del pecho, mezcla de alivio y miedo. Quería verlo, necesitaba verlo.

    Era mi niño, así como lo era Hayato.

    Otro intercambio, más información y movimientos. Cuando quise darme cuenta Takeda extendió el mapa robado de Hashimoto. Muchas cosas habían ocurrido ante nuestros ojos y lejos de nuestro campo de visión que habían cambiado la naturaleza de este mapa, de los movimientos que ahora debíamos hacer, pero confiaba en que podíamos seguir funcionando como hasta ahora, aunque significara aliarnos con los Taira.

    Escuchar nombrar a Gendo entre el resto, Saizo incluido, me quiso revolver el estómago y me aparté un poco de los demás aunque seguí prestándoles atención. Asentí cuando mencionaron a Nakamura, lo habíamos visto en Kioto, antes de que todo se saliera de control. No dije nada de todas formas, esperé y fue así como pronto empezó la toma de decisiones, otra vez.

    Tsubaki dijo que iría con Noishi y los demás, pero que aceptaría un par de personas más, pretendió llevarse a Matsuda algo que Takeda negó pues lo necesitaba para mantener contacto, luego Noishi me llamó a mí y a Shinrin, lo que hizo reaccionar a Takeda de nuevo con otra negativa. Fue entonces cuando Murai mencionó el arma, la sombra de la suya: Ankoku. Lo miré aunque él no pudiera verme a mí y entendí lo que diría antes de que abriera la boca de nuevo, cuando la serpiente terminó de hablar sentí la mirada de Takano encima y entendí, una vez más, que me estaba dejando la decisión a mí.

    Ya no podía luchar como antes, pero los venenos podían ayudarme.

    —Kato es bastante accesible a pedidos cuando lo derribas con veneno —comenté sin ninguna intención particular y mi mano derecha viajó a la empuñadura del arma en cuestión, solo la reposé allí—. Lo tuyo suena a oferta, pero lo cierto es que me lo debes por la forma en que atacaste a Takano y casi lo matas. Tomaré todo el conocimiento que puedas darme, tenlo por seguro.

    Solo después de decirlo busqué la mirada de Takano y me acerqué a él pues aunque me dejaba libertad de decisión, entendía que así como Takeda no estaría a gusto con la idea, pero podían confiar en mí incluso ahora. Adquirir el conocimiento de Murai nos beneficiaría a nosotros como un todo, eso era cierto, pero también al seguirlo podría volver a ver a Rengo. Incluso en nuestro constante movimiento seguía pensado en él y seguía cargando conmigo el talismán que me había dado, también el pergamino.

    —Has confiado en mí todo este tiempo, incluso después de saber por qué le pedí el arma a tu padre y por qué hablamos con Kumo en Toyama, incluso ahora después de Kioto sigues confiando en mi juicio. Ahora necesito el conocimiento de Murai porque no poseo la fuerza de antes y necesito ver a Rengo, quiero poder verlo —le dije casi en un susurro, con la voz anudada en la garganta.

    Parpadeé para barrer el ardor que sentía en los ojos, tomé aire y lo miré con cariño, ese cariño que le había guardado desde que éramos niños. Ya no quedaba mucho de esas versiones de nosotros y por eso el afecto había cambiado de forma hasta convertirse en esto. Respiré una vez más antes de buscar a Hayato con la vista, si es que estaba allí ahora que todos se habían sumado; una parte de mí quería llevarlo conmigo porque no quería volver a dejarlo solo, también porque podía cubrir mi mano faltante con su arco, la otra pensaba que era cruel sumergirlo con los Taira. Al final también tenía derecho a decidir, en gran parte porque en su mente estaba dejando de ser un niño pues todo había cambiado.

    La cabeza de su padre en Fujimi.

    Mi mano en Kioto.

    Había demasiada sangre a su alrededor como para juzgarlo por cualquier decisión, pero hasta entonces se había mantenido a mi lado y al de Takano incluso en las circunstancias más terribles. También sabía que Hayato era diferente, que habíamos depositado en él la misma confianza que en Kohaku.


    vieron que me cortaron una mano? nadie puede juzgarme ahora por irme a heredar el conocimiento de murai
     
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    Fujiwara no Riku

    "¿No fue por el mismo tipo de conocimiento que fui a Iwade?". Respondí, recordando la desición de separarnos que tome en Nagano al terminar la guerra. "Regrese con más de lo que pude pensar... Pero con manos de lo que hubiera querido. No he podido obtener tantos ingredientes para corresponder a las recetas...". Le confese con cierto grado de pena. Conocimiento, pero solo otro factor de los necesarios para llevar acabo la habilidad.

    Y cuando fui. Cuando nos separamos. Alguien murió frente a ustedes...

    Suspiré. "Pero puedo ir, porque es necesario. También, es demaciado pronto para darle la espalda y dejarlo andar libremente". Decidí concluir con esa desición.

    Me tomé unos momento, recordando algo. "Habría que informar a Yato y a Yami sobre el resultado de esta alianza, quizás comunicárselo a los Fujibashi". Suspiré. "Cómo Shinobis, puede tengan mejores pensamientos si vamos a aprovechar lo que Murai sabe".

    "Y... Por favor, estén a salvo".
     
    Última edición: 27 Mayo 2024
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    Amelie

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    [Yuzuki; Kirara; Riku; Yamagata; Fuyu; Inukawa; Takano; Hashimoto; Shinko; Murai; Noishi; Takeda; Hideyoshi; Tsubaki; Hayato; Shinrin]
    [Matsuda]

    Takeda se mantuvo unos momentos en silencio tras las palabras de los suyos; fue cuando entraron Hayato y Shinrin, quienes habían permanecido afuera asegurando la zona.

    —Matsuda sigue buscando la manera en la que este hombre se infiltró —mencionó Shinrin señalando a Murai.

    Hayato caminó hasta Yuzuki, a quien tomó de la mano —Déjame ir contigo; te protegeré.

    Murai no pudo evitar dejar una tenue sonrisa; la cual borró al instante que escuchó a Riku decir que también los acompañarían; iba a alegar pero prefirió guardar silencio.

    —Yo me quedaré a tu lado —dijo Shinrin hacia Takeda —No pienso volver a alejarme.

    Takeda afirmó —No te hubiera detenido si deseabas irte; pero prefería esto, que permanecieras a mi lado —desde el último ataque hacia Shinrin, Takeda había estado preocupado, aun debía cotejar sus sospechas sobre Kanon con ella.

    Takano observó a Hayato y luego a Yuzuki — Odio tener que aceptar esto —admitió Takano hacia Yuzuki— ese hombre no me atacó por defensa propia, lo hizo en el anonimato; pudo haber escapado sin necesidad de paralizarme de ese modo. Fue capaz de escapar en peores condiciones en Saitama.—miró a Murai y hubiera deseado que ese hombre aun pudiera ver su mirada de odio hacia él.

    —Te han hecho un favor en quitarte la vista; te han librado de los juicios silenciosos que todos en este lugar han puesto sobre de ti. Pero nadie podrá salvarte si una sola hebra de su ropa se mancha con su sangre —Takano miró a Riku — Dejo en ti el poder de destrozarlo si algo le sucede a alguien de los nuestros por culpa suya —desvió la mirada; sabía que no era adecuado un encargo como ese. Era algo que él mismo debería estar haciendo; pero no podía abandonar su puesto. Y tampoco podían desaprovechar aquella oportunidad.

    Takano se hincó para mirar de frente a Hayato; éste lo miró con seriedad; pues sabía que le encargaría la protección de Yuzuki; pero su mirada de seriedad cambió por completo cuando vio que de entre sus cosas Takano sacaba un frasco con miel; el único ojo de Hayato se iluminó y sin siquiera esperar a las palabras de Takano, abrazó el frasco con sus pequeñas manos. Takano sonrió y volvió a levantarse, enfrentando la mirada de Yuzuki —En Toyama nos dijo que en su casa guardaban la miel en frascos; y por eso andaba urgando en la herbolaria. Es una prevención, no quiero que tire frascos peligrosos que pertenecen a Murai —Una gran mentira; era evidente que ese frasco ya lo llevaba cargando un tiempo.

    Kirara le sonrió a Riku —Estaremos a salvo; tendrás a nuestro mayor enemigo vigilado — dijo burlonamente —Yo buscaré la manera de informar a Yato y Yami; seguramente Matsuda podrá ayudarnos a informar a los Fujibashi.

    —Entonces es hora de movilizarnos —
    dijo Noishi — Murai; Yuzuki; Tsubaki; Riku; Hayato y yo —miró a Takeda y este regresó aquella mirada al instante con una coordinación casi mecanizada; mantuvo la mirada allí unos instantes esperando alguna palabra de su hermano pequeño; pero este no dijo nada. Esto obligó a Noishi a desviar la mirada —Andando...

    Kirara abrazó a Riku —Nos veremos pronto —después Shinko también se unió al abrazo.

    Takano besó a Yuzuki — Saluda a Rengo de parte mía

    Takeda y Shinrin abrazaron a Yuzuki; Shinrin prometió cuidar de Takeda. Tsubaki conversó por última vez con Takeda antes de despedirse. Murai contuvo a Noishi para que este no se acercara a Takeda "Deja que él se acerque... algún día" dijo tratando de que Noishi no forzara una situación ya incómoda.

    —Hey Inugami ¿Tú no vienes? —
    preguntó con sarcasmo Murai haciendo que Hashimoto se cruzara de brazos.

    Hashimoto se acercó a Yuzuki y le entregó una misiva—Perdona que te pida esto; pero esta es una misiva para Shino. Es mi historia, el por qué fallé a mi buen amigo Sakurai —le dio unos golpecitos en el hombro — Verás las caras que yo antes conocí. Quisiera ir con ustedes; pero sé que empeoraría la situación —le sonrió — Puedes leerla también —dijo señalando la misiva.

    Sin más despedidas, se alejaron de Nara en camino a Osaka; territorio enemigo. Pero con Murai sabrían pasar desapercibidos.

    Zireael
    Monpoke

    Tomarán un barco desde Osaka; ya no postearé en Osaka y los etiquetaré en el nuevo post :3







    El rol de Yuzuki y Riku continúa en Viajes por el mar





     
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