Comercio, Rōdō-sha Hatsu [Misato; Yin] Yin miró a Misato y sonrió nuevamente —Lo sé, pero ese hombre...—negó, volviendo a comer tranquilamente. Al terminar, agradeció la comida y la hospitalidad a la señora Hatsu para después salir junto a Misato —Mi hermano no era un salvaje asesino; mi hermano era un gran estratega, no era el más fuerte de los tres pero si el más inteligente. Y ese asesino convenció a la mente más fuerte de la familia Tao. ¿Cómo lo hizo? — Se preguntó realmente sin esperar respuesta de Misato. Casa de armamento [Misato; Yin] Aquel lugar parecía desolado, no se escuchaba ningún ruido en el interior. Y al entrar, confirmaron sus sospechas; el lugar estaba vacío, sin armas a simple vista; pero había indicios de vida en aquel sitio, la mesa de trabajo tenía algo de viruta de hierro; las herramientas no estaban, pero tampoco había polvo demostrando abandono. —Tal vez... ¿Seguirá dormido? — preguntó Yin Contenido oculto Ikoma-kun Necesito un d20 en tu siguiente post :3
Misato Aoyama Agradecí a la señora Hatsu su hospitalidad y sin más que agregar salimos directo a la casa de armamento, e el camino Yin aún pensaba en como si hermano pudo ser manipulado por Wu Yon siendo el más estratégico de los hermanos....no respondí pues sabía que la información sobre el asesino era nula, desconocía prácticamente todo de el. Llegando al lugar vimos como ni un alma pululaba cerca, todo parecía abandonado sin armas, pero antes de concluir algo pensé en un posible cuarto secreto o... —Quizas sea eso, aún veo rastros de su trabajo—observe pensativa el residuo de hierro que aún permanecia en la mesa mientras todo parecía libre de polvo. Esperaba de verdad que solo estuviera descansando y que nuestro viaje no fuera en vano. En los pliegues de mi vestimenta busque el objeto recibido de parte de Junko en Aisai, debía tenerlo cerca para no provocar dudas en el herrero. Presa de la curiosidad comencé a buscar en cada rincón por si algo llamativo pudiera indicarnos algo.
Casa de armamento [Misato; Yin] Misato notó simples detalles como las virutas de hierro; la hizo afilar sus sentidos. Mientras tanto, Yin parecía revisar las habitaciones contiguas, disculpándose antes de entrar por las puertas corredizas; pero su búsqueda no parecía llegar a ningún lado. Misato no estaba buscando superficialmente; se detuvo a observar los pequeños detalles. Junto a la mesa de trabajo, en el suelo había un tatami que tenía una ligera descoloración en una de sus esquinas, algunas fibras sobresalían como si estas fueran manipuladas constantemente. Aquellos detalles eran los que a un shinobi no se le escapaban. Misato levantó ligeramente el tatami; mostrando una madera descolocada sutilmente, la cual podía ser levantada con facilidad. Esta llevaba a un nivel subterráneo; algo que no era muy común en la arquitectura común. Yin volvió al salón principal y observó cómo Misato comenzaba a descender, él actuó en silencio y la acompañó. Y al bajar por completo, fueron recibidos por los tintineos de una luz tímida que se veía detrás de una puerta de papel de arroz. —Por fin he dejado de escuchar los pasos... creo que se han ido— mencionó una voz varonil, fuerte —Si, soledad nuevamente; cómo debe ser. Contenido oculto Ikoma-kun No entiendo por que no contesté aquí! +50 EXP estadísticas actualizadas
Misato Aoyama No era la primera vez que lidiaba con pasadizos secretos, aún mantenía muy presente cuando recupere la katana del abuelo retenida por los soldados ichinose en una zona cercana a nuestra finca. Busque hasta dar con un tatami muy sospechoso, había rastro de desgaste por manipulación frecuente, con sumo cuidado removí la pieza para revelar un pasadizo hasta un piso subterráneo. Observe a Yin aún revisando las puertas corredizas, confíe que podría seguirme dentro de poco. Al descender el sitio se tornaba más oscuro, un escondite ideal para alguien cuyo clan era buscado celosamente por los Taira. —Una luz. En medio de la profundidad oscuridad una tenue luz parpadeante destacaba tras una puerta de papel de arroz Por fin he dejado de escuchar los pasos... creo que se han ido Una voz fuerte interrumpió el silencio reinante en el escondite, debía tratarse del herrero. Si, soledad nuevamente; cómo debe ser. Llegué a sentirme algo contrariada por las palabras de aquel hombre, tal vez sintió nuestros pasos en el piso de arriba y no escucho nuestro descenso al escondite. Debía hacer notar nuestra presencia y debía tener listo el jarrón que Junko me dio en Aisai. —Lamento de verdad perturbar su soledad—intervine con voz serena—he venido desde Aisai por ayuda de su hija, si me permite entrar le mostrare algo con lo que pueda estar seguro. Guarde silencio esperando respuesta del hombre tras la puerta, sin embargo preferí agregar algo más para crear más confianza. >>Me llamo Aoyama Misato, nieta del samurai Toru.
Casa de armamento [Misato; Yin] Hubo un silencio abrumador. Yin miró a Misato y se preparó para lo peor cuando la luz parpadeante detrás de la puerta se esfumó. Algo allí no andaba bien. El sonido de metal contra metal se hizo presente. Yin tardó en ajustar su vista ya con la katana preparada; pero fue muy lento, lentamente notó ciertos rasgos de rostros en la obscuridad y no podía desenvainar su arma sin estar seguro de lo que presenciaba. Misato había bloqueado un ataque sorpresa de un espadachín misterioso. El filo del sable agresor había roto la pared de papel y chocado directamente con el arma de Misato. —Vaya... posees la fuerza de Toru. ¿Pero verdaderamente eres quién dices ser? Sus ojos, ya acostumbrados a la tenue obscuridad, distinguieron el rostro de aquel hombre; sus cabellos plateados, una tez tostada, un hombre de campo. Tenía una profunda cicatriz en el pómulo; y parecía tener ojos blancos... nublados. ¿Acaso era ciego? Contenido oculto Ikoma-kun Te han atacado con una técnica especial, una escuela de combate. Tu habilidad de Senin te impide ser víctima de un ataque sorpresa.
Misato Aoyama Tras mis palabras el silencio reino en el escondite tanto que casi podía sentir la respiración del hombre tras la puerta. No había respuesta y Yin no parecía estar muy en paz con el silencio que podía preceder a una respuesta inesperada. Entonces la llama se apago. En un parpadeo percibí una fuerte pisada y el filo de una katana liberada de su saya. Mi cuerpo reaccionó por pura inercia, el filo de mi katana detuvo el ataque relámpago de aquel hombre ¿Era el señor Katsushiro? No me sentí contrariada por el ataque, su clan es el más buscado por todo Japón y no habían mucho en quien confiar. Con la tenue luz en el escondite note las facciones del hombre demostraban ya un camino recorrido. Pero la peor parte radicaba en su mirada perlada. Había perdido su vista, lo cual explicaría su maestría en ubicar y atacar con tal precisión en la oscuridad...un oído muy agudo. —He sido enviada por la señorita Junko y para demostrarlo he venido con esta vasija—Tome la vasija con una mano libre y la extendi. Esperaba que no tuviera mayores inconvenientes, solo podía mencionar el nombre de su hija y el objeto que seguramente se trataba de un objeto exclusivo de la familia.
Casa de armamento [Misato; Yin] El hombre se detuvo al instante; extendió las manos y recibió la vasija, la inspeccionó con sus manos exhaustivamente hasta que sonrió —Es de Junko, no mientes —dijo sonriendo; después volvió a entrar a su habitación en total obscuridad para después volver a prender el fogón central; estaba envuelto en metal por lo que su luz se mostraba tenue; pero al instante volvió a calentar la estancia. Yin entró después de Misato, confuso. El hombre se sentó y colocó la vasija frente a él; después hizo una reverencia. —¿Y a qué ha venido la nieta de Toru Aoyama?— preguntó con rudeza; pero a pesar de sus palabras, extendió algunas frutas a los invitados para que comieran. Contenido oculto Ikoma-kun
Misato Aoyama En cuanto mencioné el nombre de la chica en Aisai y la vasija declinó cualquier intención de atacar. Respire aliviada cuando todo paso. El regreso a su escondite donde volvía a encender la llama para ponerse comodo, ya todos en la misma habitación el se inclino a lo cual respondí a pesar de su discapacidad visual. Tome y agradecí por la frutas que el nos regalaba como gesto de buena voluntad. —He venido a pedir un favor—desamarre a Aoyama y la coloque cerca de mis rodillas— es la katana del abuelo, logré rescatarla luego de la caída de Hiroshima en manos Taira, solo quería pedir una mejora para ella y... Guardé un breve silencio más que todo por cierta vergüenza al intentar abusar de la generosidad de un herrero cuya familia fue salvada por mi abuelo y maestro. >>Tambien quería pedir una Yoroi personalizada aunque solo dispongo de unas 3000 monedas. Ahora lucho al lado de los Minamoto y cada vez el imperio tendrá menos piedad en la guerra.
Casa de armamento [Misato; Yin] Yin también comía de las frutas ofrecidas mientras observaba a ambos con cuidado. Aquel hombre era hábil a pesar de ser ciego; o al menos ser parcialmente, pues parecía mover su rostro hacia la persona con la que hablaba. Katsuhiro extendió su brazo para tomar el sable con sus manos, desenvainó el filo y lo dejé frente a él mientras deslizaba su dedo en el contrafilo del arma — Para un herrero, siempre es grato volver a ver una de sus creaciones. Yo ya no tengo la vista que solía tener, mi visión es nublada; pero mi tacto aun es capaz de trabajar. Puedo ayudarte, arreglaré este filo como un regalo por lo que tu familia ha hecho —levantó el rostro, altivo — Lo haré por la nieta de el gran Toru Aoyama. Tomó el arma y los invitó a seguirle. Siguieron avanzando en ese nivel subterráneo, hasta llegar a unas nuevas escaleras que ayudaban a subir a un humilde taller de herrería. Katsuhiro comenzó a trabajar en el arma —Tu abuelo... salvó a toda mi familia —mencionó al desarmar la katana, y sintiendo su propia firma en el nakago — Yo prometí que mantendría esta katana afilada; para que el pudiera seguir defendiendo a las personas. Katsuhiro trabajó un rato más en silencio; trabajando el filo con cuidado y destreza; en lugar de observar el filo, lo sentía con el pulgar de su mano derecha, un dedo cubierto por callosidades y viejas cicatrices; por lo que el corte del filo no lo hacía sangrar. —Tu abuelo quiso salvar a todas las familias de herreros; pero la vida no es tan larga, se fue de este mundo antes de que pudiera hacerlo —suspiró — Fue el mejor cazador del viejo Imperio. Katsuhiro sonrió — No me he presentado; perdonen mi descortesía. Ya no veo a muchas personas, he permanecido recluido por mucho tiempo — dijo revisando el filo de la katana cortando papel de arroz, un corte perfecto, deslizó el papel en el filo y no al contrario. —Mi nombre es Katsuhiro Ise; y en nombre de Toru Aoyama no te cobraré mi servicio por el cuidado de este filo — dijo ensamblando nuevamente la katana — Pero si lo haré por el yoroi personalizado; tresmil monedas es el precio. Contenido oculto Ikoma-kun Aoyama tiene +7 de ataque, al modificarla podrás tirar el d20 nuevamente y lo que salga no podrá ser modificado nuevamente.
Misato Aoyama El herrero observo con cuidado la vieja katana del abuelo, hablo de como aún con su vista nublada era apto para trabajar, sentí una grata sorpresa al mencionar ser el forjador de la vieja compañera de mi abuelo. Al terminar las frutas el herrero acepto trabajar en una mejora, lo seguimos hasta un sencillo taller donde puso manos a la obra. —No hace mucho ayudamos a su familia a permanecer en paz, en Chiryu un herrero fue amenazado pero al final logramos impedir cualquier fuga de información —relate sin dar detalles, sobre todo por Masaki que aún debería estar causando malestar a Yin— en recompensa el me brindo pistas sobre usted. El siguió elogiando a mi abuelo como el guerrero que fue en antaño, siempre ayudando al desfavorecido. Una vez acabo, la katana lucía renovada por la mano del herrero, lista para seguir honrando nuestro apellido. El herrero decidió mejorarla como obsequio a nuestra familia, respondí con una leve inclinación y una sonrisa —De verdad le agradezco señor Ise, seguiré los pasos del abuelo para que nuestra tierra vuelva a ser un lugar donde nuestras familias vivan sin temor. Sin embargo el Yoroi si tendría un coste, uno muy ideal tomando en cuenta el precio en las armerias en Japón. —Un gusto contribuir a su labor honorable—busque el saco de monedas y le ofrecí la cantidad que el solicitaba, aún conservaría una pequeña cantidad para el pequeño asunto que debía atender.
Casa de armamento [Misato; Yin] Katsuhiro afirmó complacido al entregar la katana nuevamente a Misato; después dejó que Misato dejara las monedas sobre una mesa mientras él comenzaba a medirla, una tela tenía marcado con agujeros las medidas, seguramente para que Katsuhiro no se equivocara. Tal vez, aquel hombre no vivía del todo solo —¿Sigue los pasos de su abuelo? —negó — Que torpeza la mía, por supuesto que no; ya los legítimos Yamato no se encuentran en Kioto; pero...¿Se dedica a lo mismo? —mencionó mientras rasgaba líneas en cuero con un cuchillo poco afilado — Ser cazador de hombres es algo muy complejo —miró a Yin. Aquel hombre no estaba completamente ciego, aun así era algo perturbador que sus ojos neblinosos miraran a las personas con las que conversaba— Pero los cazadores siempre se mueven en pareja, así que tendría sentido. Se alejó brevemente y comenzó a trabajar en silencio. Indicándoles que tomaran asiento. Aquel silencio era porque aquel anciano esperaba una respuesta. Yin miró a Misato; no quería ser él quién respondiera, sentía que aquello era la decisión de Misato; pero se giró nuevamente hacia el herrero que trabajaba. —Esmeralda... ese es su color— intervino Yin, esperando que los hilos fueran esmeraldas; cómo el color del jade. —Esmeralda...— repitió Katsuhiro. Contenido oculto Ikoma-kun Aoyama ahora es +9!!! En el siguiente post te entregan el yoroi narrativamente; de una vez desconté las monedas y lo actualicé en tu ficha. Ficha actualizada
Misato Aoyama Recibí la katana con el filo mejorado y pague la cantidad acordada para mí Yoroi. El señor Ise tomaba las medidas para trabajar. El armero hizo hincapié en mis palabras; el como había decidido ser una cazadora de hombres. Podía decir que era cierto. —Desde hace mucho que no lo había visto así—respondí mientras tomaba asiento—Pero me di cuenta de ello cuando decidí dar con el rastro del asesino de quien mato a la madre de mi señor... llegué incluso a desviarme un poco de mis misiones para conseguirlo—acomode la katana en su cintillo y un viejo recuerdo vino a mi—y claro por órdenes de mi anterior señor busque a algunos integrantes de clanes pequeños de mi prefectura sin embargo más que eliminarlos o castigarlos por huir fueron obligados a luchar, fue difícil pero terminamos siendo buenos amigos. Observe a Yin quien parecía algo contrariado por la mirada del señor Ise quien lo veía como un compañero para cacerías, me resultó algo curioso pues imaginaba que nos vería como lo que en verdad somos. —Ah pero Yin no es solo mi compañero, es...mi pareja, alguien que tuve la dicha de conocer en esta época tan difícil—aclare con una sonrisa mientras Yin sugería el color esmeralda para el yoroi. >> Aunque eso no quita que esté tras la caza de un asesino, uno que escapó de su castigo y otro que estuvo incluso tras su familia, señor Ise, no hace mucho tiempo.
Casa de armamento [Misato; Yin] Yin le sonrió a Misato y alcanzó su mano para estrecharla con la suya, amable, cálido —Hemos compartido muchas misiones juntos; nos entendemos a un nivel especial, podría decirse que no somos dos, sino uno. —El destino acomoda a las personas en los lugares correctos —mencionó Katsuhiro —Y ahora busca dos asesinos, y tal vez uno de esos sea el mismo que escapó de tu abuelo. El asesino de los herreros... no sabemos su verdadero nombre; pero se hacía llamar Hainu. Sé dice que este hombre torturó a mis camaradas herreros; que más allá de seguir órdenes de Gendo, se dice que buscaba obtener mejores armas que él. Y que por eso lo destituyeron. Tal vez por eso pararon las incesantes búsquedas por los herreros. Katsuhiro terminó de ajustar el yoroi y lo entregó a Misato —Hilo esmeralda— sonrió hacia Yin quien afirmó con emoción. Contenido oculto Ikoma-kun
Misato Aoyama Mi mano se entrelazó con la de Yin afirmando así sus palabras sobre nuestro lazo. El señor Ise reveló información sobre un asesino, pero nada que ver con Murai o Wu Yon. Era más bien sobre un tal Hainu un hombre encargado de asesinar herreros, más que por órdenes de Gendo su objetivo era conseguir armas superiores a las del asesino del fuego. La verdad estaba más centrada en ver cuál era la situación de los Sugita, aún pensaba en la misiva que Kaze me había dejado y ciertas cuestiones aún en el aire. Luego el asesino Wu Yon y su paradero...no estaba muy cómoda buscando tres objetivos a la vez pero si era una tarea del abuelo debía completarla. —Siendo honesta no era a quien me refería pero aún así le seguiré la pista ahora que encuentre la manera—aclare en voz baja—Parece que se refiere a alguien ambicioso y cruel ¿Sabe si aún trabaja para los Taira? O ¿Quizás trabaje solo? Recibí el yoroi y agradecí con una reverencia por la ayuda brindada. —Uh y señor solo por curiosidad ¿Vive solo o recibe visitas de alguien en Nara?—Una cuestión que iba más por mi preocupación por el herrero...aunque claro mi primera impresión con el me decía que tal vez preocuparme era innecesario. Contenido oculto si no hay mucho más que hablar me muevo al Shukusha
Casa de armamento [Misato; Yin] Katsuhiro sonrió —Tiene demasiados asuntos que atender; pero me alegra saber que ahora lo hace con una mejor protección. El apellido Ise la protegerá aunque no esté presente —después suspiró —Ese hombre trabajaba para Gendo hasta que decidió cambiar de mandos, ahora sé que trabaja para una familia muy poderosa en Kioto, los Sawayama. Pero desconozco si tiene otra alineación con los Taira, la red de contactos se ha roto hace tiempo; desconozco novedades — dijo para después limpiar sus manos. —No vivo solo, mi esposa me acompaña —sonrió —y ahora también mi hijo está conmigo — dijo dando un pequeño golpecito en la urna que ahora colocaba sobre la fragua —Que sus viajes sean cautelosos — dijo antes de que se marcharan. No había nada más que hacer allí. Shukusha [Misato; Yin] Misato volvió al shukusha, aquel sitió dónde el dueño del hostal ya no estaba presente, aquel hombre de escasas palabras. En su lugar había una mujer joven, los saludó al verlos entrar. Contenido oculto Ikoma-kun
Misato Aoyama Me despedí agradeciendo al herrero de los Ise por s invaluable ayuda, me alegraba saber que no estaba tan solo como aparentaba. —asi será señor. Salimos con dirección al Shukusha esperando algo de descanso por el viaje; contaba entonces con Aoyama mejorada, un Yoroi personalizado y ahora solo necesitaba recoger información. El herrero había mencionado ese apellido...Sawayama. Recordé al hombre que arrojó una flecha con la intención de matar, el capitán Sawayama. Una familia bastante involucrada con los asuntos de Koga y los Fujiwara. Sentía definitivamente que no iba a ser la última vez que iba a saber sobre aquella familia. Al llegar al Shukusha fuimos recibidos por una mujer en lugar del señor que conocí en mi primera llegada a Nara. —Espero tenga un buen día, he venido con mi pareja a descansar del viaje hasta esta ciudad. No podía evitar sentir curiosidad sobre el paradero del anterior encargado. —Disculpe pero ¿El encargado del lugar también se ha ido de la ciudad?
Shukusha [Misato; Yin] Ella asintió mientras les entregaba dos yukatas completamente limpios y perfumados — Se ha unido a las fuerzas de Nara; está ayudando a que nuestro Japón sea un lugar mejor —dijo con dificultad — Espero regrese pronto; pero por el momento yo estoy a cargo; mi nombre es Yuko Kimura, por si necesitan algo más, estaré aquí. Yin tomó las yukatas y afirmó asombrado por la fuerza de la mujer por no quebrarse allí mismo. Los guio hacia su habitación y después los dejó solos. —¿Cuál será nuestro siguiente objetivo? —preguntó Yin — Cada vez se complica más el poder encontrar pistas sobre lo que necesitamos saber. Y entre más se indaga, más incógnitas parecen aparecer. Contenido oculto Ikoma-kun
Misato Aoyama La respuesta de la mujer fue la misma en el caso de la señora Hatsu, el encargado debía servir a las fuerzas de Nara...todo aquello me recordaba a mi tierra natal que por el azote de bandidos y la perdida de confianza, otras prefecturas nos daban la espalda, muchos se fueron y los pocos tuvieron que tomar las armas, yo incluida. Agradecí el recibimiento en el Shukusha y fui con Yin hasta la habitación. Me senté y suspiré algo decaída, aún no conseguía información lo que me hacía sentir una perdida de tiempo... Y recordar a mis compañeros de Iga no ayudaba para nada, peor era recordar su viejo hogar convertido en cenizas. —Es muy difícil, no creo estar haciendo honor al maestro Hattori con tan poco avance— baje la mirada para analizar lo que había ocurrido hace unos amaneceres...y también hacia amaneceres no sabía nada del resto del clan. Levante la cabeza para tallar mis ojos, la frustración hacia que una parte de mi titubeara. —Nuestro objetivo era enviar un mensaje algo que ya hice y debía buscar pistas sobre Rengo y su paradero. Recordé en seguida mi encuentro con Kuroki en el camino a Nara, estaba algo ansioso por buscar algo en la prefectura de Mie. —Tal vez Kuroki ya sepa la respuesta y fue tras Rengo—lleve una mano a mi cabeza con cierta vergüenza—Apenas podía hablar por la enfermedad de otra forma le habría preguntado que o quién buscaba. Intenté hilar varias posibilidades ¿Que buscaba Kuroki? —Pues tambien están aquella mujer junto a la niña albina que lo atacó en Chiryu...puede ser cualquier caso. Aún no sabía cuál sería la situación de Takeda y los demás. —Debo seguir a la siguiente ciudad si quiero conseguir información Yin...aquí por el momento no podré. Puedo hacerlo pero depende de mi suerte. Repentinamente recordé algo curioso que no pude captar bien por la enfermedad...la voz de la niña que acompañaba a Kuroki. >>Yin ¿De casualidad has visto quien era la niña que nos entrego la medicina? Iba con Kuro al parecer.
Shukusha [Misato; Yin] Yin pensó en todo lo que decía; no ubicaba muy bien a esa niña —No le presté demasiada atención; pero ahora que me haces pensar en ello... —llevó su mano a la barbilla —Ujihisa me había dicho que aquellos que tenían el cabello blanco de nacimiento, tenían una conexión con los zorros blancos, fue por ello que se interesó en Satou como alumno, y Satou tenía un genuino interés por Ujihisa, principalmente en un cuaderno en blanco que siempre llevaba. Decía que todos aquellos de cabello blanco estaban relacionados por nacimiento; que Inari había visto algo en ellos. Yin parecía confundido —Cuando conocí a ambos; creí que eran familiares; pero me dijeron que no era así. Satou comentaba que Ujihisa guardaba secretos, y que la mayoría los guardaba en aquel cuaderno blanco que cargaba. Y Ujihisa también decía que Satou guardaba secretos. Ambos estaban uno al lado de otro para obtener información; y creo que ninguno la obtuvo, o al menos que yo supiera. Siempre pensé que eran supersticiones de Japón; ese del cabello blanco e Inari. En China tenemos las nuestras, por eso no indagué más en ello, no lo vi prudente. Yin levantó la mano al recordar algo —Satou una vez dijo que buscó un objeto muy especial en Chiryu; yo creí que podría ser la espada shi. Pero no, era una... ¿gema? algo así. Dijo que debía estar en la boca de un zorro, o que un zorro podía guiarte a ella —afirmó — Si, Satou buscaba muchos mitos. Tal vez su hijo sea igual. Contenido oculto Ikoma-kun
Misato Aoyama Suspiré algo frustrada por qué al parecer Yin no presta demasiada atención en la niña, no era su culpa, su estado era tan preocupante como el mío. Lo único que pudo pensar era en la particular relación de los zorros con las personas de cabello blanco. —En mi tierra Inari era el kami adorado por la población—rei un poco al pensar en un detalle—Tal vez por eso Kuro fue uno de mis más cercanos compañeros. Yin parecía confundido por el claro interes de Satou y Ujihisa por lo sobrenatural, ambos no paraban de indagar en el tema solo para quedar con las manos vacías. Yin recordó algo que estaba entre las prioridades de Satou; una gema en el templo de Inari....una que recordaba muy bien. —Recuerdo bien cuando el templo en Chiryu estaba en ruinas, fui a explorar sola hasta que Kenzaburo me siguió. Estaba por saltar para investigar el altar pero apenas evite un precipicio, pero Kenzaburo corrió con más suerte, el encontró una joya en la boca de una estatua. Llegué a preguntarme ¿Que hizo Kenzaburo con esa joya? —Estaba más enfocada en averiguar que tramaba Natsu que en esa gema. Luego del incidente con Shi y la batalla por Shizuoka no se cuál pueda ser su paradero.