Misato Aoyama La respuesta del encargado del Shukusha parecían coincidir eso dio un ligero alivio en mi, pero desafortunadamente ignoraba por completo su paradero ¿Pero donde habrían descansado? No había pasado más de un amanecer lo que haría pensar que fuesen directo a Fuji... fuese muy prematuro. Tal vez estén en una casa como en Tsu. Al ver el rostro sonrojado del hombre recordé que aún portaba mi corona de flores, de seguro mi apariencia era aún más cautivadora con ella...que razón tenías Kaede. Estaba por iniciar un largo recorrido por Nagoya hasta que Daichi llamo nuestra atención, según dijo miembros de un pequeño clan podrían estar en la herbolaria de Nagoya. —Pues si tú lo dices no debemos perder tiempo si queremos alcanzar a Kuroki y Matsuda—Susurre preocupada apoyando la deducción de Daichi, Su habilidad parecía en verdad confiable. Aunque Daichi parecía tener la guía del grupo ordene sutilmente al par seguir mis pasos a lo largo de la ciudad. La ciudad gozaba de un amplio territorio, el recorrido por la misma parecía abarcar un atardecer y hubiesen sido más si no fuese un único destino a explorar a parte de la herbolaria. En base a mi intuición y la constantes preguntas recorrimos la mitad de Nagoya, cruzando un puente. —Debemos estar cerca...—dije observando el camino, hacía mucho no visitaba una ciudad tan poblada pero aún así no dejaba intimidar como la viajera que era. Perderme no era mayor problema. Entre las numerosas viviendas se ubicaba nuestro objetivo la herbolaria, antes que Daichi o Heya dijesen algo me acerque hasta la entrada; delislice la puerta. —Buenos dias...¿Alguien podría ayudarnos?—llame al posible encargado de la herbolaria, recorde que mi intención era buscar más ingredientes venenosos pero reunir al equipo era más importante ahora.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki) Interior Zeng negó —Planeábamos regresar con mis hombres después de esto; y ya allí ver que más podríamos hacer; pero ahora que los planes han cambiado no me molestaría acompañarlos a dónde ustedes quieran ir en Nagoya — dijo mientras Yin afirmaba emocionado. —Me interesa también conocer los dojos aquí en Japón; ver que es lo que han hecho con nuestras técnicas, seguramente menos efectivas —dijo con arrogancia y a la vez en un tono de broma, estaba orgulloso de sus raíces pero también quería conocer más sobre Japón y sus técnicas. —Sigue bromeando Yin, a la siguiente te curaré con aromaterápia, masajes y un tecito; veremos que tal te funciona —mencionó Ujihisa que comía su segundo tazón de arroz; Yin sonrió ante el comentario, no supo que contestar. —Bien —dijo Satou con un aplausó para romper esa tensión que había provocado Ujihisa con sus palabras tan ácidas como era costumbre — Pues creo que está decidido entonces — Todos afirmaron mientras terminaban de desayunar. Al terminar, comenzaron a alistarse, pues Zeng y Yin aun estaban en yukata y vendajes; cuando se pusieron sus ropajes podían notar la diferencia de indumentarias; y la elegancia de aquellas telas. Los primeros en avanzar a las escaleras fueron Zeng y Yin, seguidos por Ujihisa mientras Satou le indicaba a Kuroki y Matsuda que los siguieran. (Misato; Heya; Daichi; Misato) Exterior. Después de debatir un poco, decidieron seguir con el plan sugerido por Daichi, gracias a sus dotes para poder escuchar conversaciones ajenas en momentos oportunos, podía dar con buena información; y también por la pregunta de Misato al recepcionista lograron obtener información sobre Kuroki y Matsuda del día anterior. Por suerte, gracias a los caballos habían llegado con buen tiempo, las pistas hacia ellos seguían frescas; Heya pensó en reastrearlos pero ambos habían cubierto sus rastros, acostumbrados al arte del sigilo. Ninjas rastreando ninjas, esa era la tarea más difícil. ¿Acaso sería posible? Avanzaron lentamente por Nagoya, la ciudad era enorme, tuvieron que preguntar un par de veces por direcciones ya que aquel sitio era complejo, sus calles eran algo enredosas mientras más se acercaban a la muralla, como si las construcciones no hubieran sido correctamente planificadas. Por fin se encontraron en la Herbolaria, Misato deslizó la puerta y un hombre con ojos vendados levantó el rostro cuando escuchó la puerta, no pudo escuchar antes sus pasos —Pies ligeros —fue lo primero que dijo el hombre —Es raro que vengan a buscar la herbolaria, así que daré fé en que son herboristas, no necesitan demasiadas explicaciones; pueden utilizar mi equipo; son diez monedas por hacerlo — dijo mientras giró su vista al escuchar pasos conocidos del piso superior de su negocio. Cuatro personas comenzaron a descender de las escaleras que daban al segundo piso; los miraron extrañados, ya que nadie solía visitar la herbolaria. Pero dos personas más aparecieron seguidos de estas cuatro personas; eran Kuroki y Matsuda. Matsuda los vió y sonrió ampliamente. —¡Gracias Dioses!— gritó con alegría —¡Se encuentran bien! ¿Cómo han dado con nosotros? — El lugar era muy estrecho para aquella basta reunión; el herborista se notaba contrariado mientras escuchaba tantas voces nuevas. La suerte parecía estar a su favor; unos instantes más y no hubieran encontrado a nadie en ela herbolaria.
Misato Aoyama Llegando a la herbolaria el encargado ofrecía su equipo de herboristería pero de momento tenía algo más en mente. —Esta bien señor pero ahora mismo estoy en búsqueda de dos personas que seguro están aqui— respondo a su propuesta, pero antes de cualquiera hablase un grupo empezó a descender las escaleras entre ellos destacaba un sujeto de cabellos blancos, curiosamente aquel sujeto me recordó a Kuroki. Entonces por unos segundos imagine que la información del Shukusha fuese errada. Pero para nuestra fortuna tras aquel grupo vimos a Matsuda y Kuroki descender, Matsuda había sido el primero en reaccionar con alivio y alegria. —¡Matsuda, Kuro-kun!—Salude emocionada mientras corría a abrazar a ambos—gracias a Izanami sus vidas están a salvo...por un momento de verdad tuve miedo que algo malo les ocurriría. El abrazo hubiese sido muy largo pero para no incomodarles y hacerlos ver cómo guerreros debiles me aparte para limpiar algo de mis lágrimas de alegría y ofrecer explicaciones. —Supe al final que estarían con bien, cuando nos separamos la corriente nos llevó hasta un hermoso pueblo llamado Aisai, el pueblo de las flores. Fuimos recibidos con gran hospitalidad por la regente del pueblo...una dulce joven llamada Kioshi, nos proporcionó alimento y unos caballos que nos trajeron sin problemas hasta Nagoya—voltee hacía Daichi—si no fuese por la habilidad de Daichi nunca hubiese dado con sus paraderos hasta este local. Con lo emotiva reunión no había reparado en la presencia del grupo que parecía observarnos ¿Serían empleados de la herbolaria o clientes que iban de paso por Nagoya? Mi curiosidad no podía apartarles de mi vista.
Kuroki Fusatada Zeng respondió mi pregunta y asentí tan pronto terminó, bueno, parece que aún tendríamos tiempo antes de partir hacia Fuji, luego Yin habló y me hizo reír por lo bajo por su comentario, se notaba de igual forma su interés por conocer todo lo que podía ofrecer Japón. Aunque Ujihisa no es como que haya soltado un comentario más alentador, ambiente que pronto cortó mi padre y asentimos, así, todos terminamos de comer mientras Yin y Zeng terminaron de vestirse como era debido, se notaba la diferencia y era un deleite poder conocer la diversidad que podía ver. Ellos comenzaron a bajar, junto con el médico mientras mi padre nos hizo lo mismo para pedirnos bajar y pronto Matsuda y yo hicimos eso. Mientras bajábamos, pude notar como el Herborista hablaba con alguien más, no tome mayor importancia pues creía que solo eran viajeros, sin en cambio, ¡cual sería lo sorpresa que eran los mismos Misato, Heya y Daichi! Me quedé anonadado mientras Matsuda fue el primero en reaccionar, yo no evité reír emocionado y realmente alegrado. ¡No habría esperado hallarlos aquí! Misato pronto se acercó, mas bien se lanzó a abrazarnos con fuerza, no evité corresponder maravillado, gran parte de mi presión del momento se había esfumado en ese abrazo, estábamos reunidos y eso era todo un alivio. Pronto se separó y escuchar a Misato me hizo negar aún con mi amplia sonrisa. —Vamos, Misa. Somos guerreros, Matsuda y yo confiamos profundamente que lograrían muchas cosas, y por sobre todo que llegarían con bien, y no nos equivocamos—. Dije maravillado, mirando a nuestro líder. >>¿Lo ves? ¡Te dije que estarían bien! Y tu que estabas de pesimista dándote ya por vencido—. Dije fingiendo ofensa y molestia para con él, hasta cruzándome de brazos, exagerando su reaccionar de aquél momento. Luego escuché el breve relato de Misato, sorprendiéndome. ¿Caballos? ¿Consiguieron caballos? Son increíbles... Así que terminaron en Aisai. "El Pueblo de las Flores" nunca había escuchado de un sitio así, tal vez se debería tomar en cuenta en un futuro. Así, pues. Miré a Daichi y le reverencié, su deducción como inclusive la mía había sido acertada, sin dudas Matsuda debería sentirse orgulloso, y nuevamente, Takano no se había equivocado. —Chicos, los felicito de corazón. Yo no soy el líder aquí y ya me siento pletórico—. Comenté maravillado. Ver en dónde había clavado la vista Misato me hizo girarme hacia el otro clan y luego miré al herborista. —¡Oh! Disculpe, no queríamos molestarle o incomodarle—. Dije apenado que hasta ese momento me di cuenta que el sujeto estaba ciego. Luego me giré hacia Zeng y compañía. —Siento lo precipitado que puede ser esto, ellos son Daichi, Heya y Misato. Más miembros de nuestro clan, más Minamoto—. Expliqué sonriendo con orgullo. >>Tuvimos un tropiezo antes de arribar aquí, en Nagoya, y el río nos separó, pero por lo visto han llegado con bien. Chicos, ellos son Zeng, Yin, Ujihisa y Satou. El tercero es un médico, y Zeng es el líder de todos ellos. Satou...—interrumpí un momento mi diálogo para mirarle y después a los chicos. >>Es mi padre, así que ya entenderán el porque me he puesto tan emocionado—reí con cierta pena, pero era Misato quién comprendería mucho más el significado de este encuentro. —Bueno, creo que debemos hacer espacio, estamos un poco incómodos estando aquí todos reunidos—. Comenté, refiriéndome al poco espacio del sitio.
Misato Aoyama —No lo dudo Kuroki, por eso insistimos en encontrarlos. Allí estábamos reunidos nuevamente, el equipo fantasma y tal como imagine aquellas personas eran algo más que clientes que iban de paso saludé con una reverencia a los presentes hasta que Kuroki mencionó la identidad del hombre albino. —¿Padre?— centre mi vista en el aludido y ciertamente era semejante a su hijo, sonreí al saber la alegria que debía estar recorriendo su alma, luego de tanto tiempo de búsqueda. —Un placer conocerle señor Satou me llamo Misato Aoyama como ya sabrá, he sido una muy cercana compañera de viaje de Kuroki y puedo dar constancia de su buen camino y sentido del honor; lo sé cómo instructora que fui. Me alegro que al fin encontrase el familiar que tantos amaneceres buscoy sin descanso. Conocer al padre de Kuro despertó un gran interés en mi, en un momento estaba su lado comentando tal cual lo hacía con los padres de los niños que me había tocado cuidar, alimentar, vigilar e incluso entrenar. Era una costumbre inamovible en mi llevar un recuento de su progreso y bienestar. A todo eso, recordé la información que recibí antes de dejar Iga donde confirmaba el paradero de mi familia...estarán seguros pero creo que su vida en medio de la persecución sería un verdadero tormento junto a la idea dar por hecho mi muerte...desearía que muy pronto pueda tener la misma suerte de Kuroki en su reencuentro.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki; Misato; Heya; Daichi; Misato) Matsuda no pudo contenerse y abrazó a Heya, Daichi y Misato estaba aliviado y feliz — Tenías razón Kuroki, no debería haberme preocupado tanto, están bien; y llenos de flores, no podrían tener una imagen más pacífica que esta — sonrió al ver aquel detalle, las flores aún se mantenían vivas, sacudió un poco sus ropajes por las arrugas que había ocasionado por el abrazó tan fuerte. Zeng los miró con detenimiento cuando Kuroki los presentó, no dijo nada. Yin sonreía al ver el encuentro y Ujihisa revisaba la canasta en busca de un poco más de arroz sobrante, ignorando la situación que sucedía ante sus ojos. Satou escuchó las palabras de Misato y se enderezó por el orgullo que sentía. Contenido oculto: Satou —Un placer señorita Aoyama; agradezco a todos los cuidados para con mi hijo; conozco su vitalidad y energía, espero no haya causado demasiados problemas — dijo colocando su mano en el hombro de su hijo, sacudiéndolo un poco. —Kuroki los ha presentado ya, pero permítanme hacerlo con mayor detalle — señaló a Zeng, un hombre de cabello negro y largo —Él es Zeng Tao, líder del clan Tao en China; ha venido a estas tierras en búsqueda de un enemigo en común con el clan Minamoto. Contenido oculto: Zeng Zeng hizo una leve reverencia con aquella presentación — Es un privilegio estar junto a más de los miembros del clan Minamoto; será interesante ver su dinámica como grupo mientras compartamos caminos. Luego Satou señaló al siguiente hombre, también de cabello negro pero más corto y sujetado en una coleta —Él es Yin Tao; hermano menor de Zeng, sucesor del clan Tao y sobre todo gran diplomático. Contenido oculto: Yin Yin les sonrió —Un gusto; siempre me es grato conocer a la gente. Satou avanzó hasta Ujihisa quien mordía la uña de su dedo pulgar; su aspecto era poco formal a diferencia de los otros dos —Él es Ujihisa; un médico excelente, salvó mi vida cuando creí que no volvería a ver de nuevo un amanecer. Contenido oculto: Ujihisa Ujihisa nada más levantó su mirada para encontrarse con la del resto, no dijo nada. El herborista ciego golpeó ligeramente en su mesa de trabajo —¿Y bien? ¿Van a fabricar algo en mi herboraria? ¿O simplemente ya la hicieron su base para hacer cháchara? —Y este hombre tan amable es el herborita Fusamane, vinimos a Nagoya pues en el camino nos recomendaron sus tratamientos contra venenos— concluyó Satou.
Tanaka Heya Las cosas fueron mejor de lo esperado, tras acabar la cena Daichi logró negociar los caballos a un buen precio y, aunque a Heya le hubiera gustado visitar la herbolario de Aisai, partieron por la noche para no perder más tiempo. A pesar de que encontraron algunos bandidos en el camino, el viaje no tuvo mayores complicaciones y una vez encontraron donde dejar a salvo los caballos, cruzaron las murallas de la ciudad. Heya estaba abrumado por la cantidad de personas y lo grande que era la ciudas, y aunque intentó encontrar algún rastro de Matsuda y Kuroki, no logró encontrar nada. Por suerte, Misato logró confirmar que estuvieron en la ciudad, y con las habilidades de Daichi nos dirigimos a la herbolaria esperando encontrar una mejor pista. Una vez allí, luego de que la sala se llenara pues también había gente bajando de las escaleras, logró identificar luego de un instante a Matsuda y a Kuroki. No pudo evitar sonreír mientras seguía en su lugar, fue inesperado que los encontrarán tan rápido, pero no por ello alegraba menos su corazón. Luego de algunos segundos reaccionó al abrazo de Matsuda, le correspondió y escuchó como Misato ponía al tanto a los demás mientras Kuroki presentó a los presentes. Aún sin conocer mucho de la historia de Kuroki, Heya se alegró de que se pudieran reencontrar y escuchó al padre de Kuroki mientras volvía a presentar a todos. Asintió levemente con la cara a modo de saludo, siempre era bueno tener nuevos aliados en el clan, esperaba poder reconocer luego sus caras. Avanzó hacia Kuroki y le acarició el cabello—Me alegra que estén bien. Menos mal nos hemos encontrado.—Dijo antes de ser interrumpido por el herborista. El lugar era un poco apretado, pero no parecía un mal lugar y si lo hacían su base no tendría que volver a cruzar la ciudad cada vez que quisiera fábricar algo, a no ser que los miembros externos al clan tuvieran cosas que hacer. Sin embargo, apoderarse de esa manera de un lugar no coincidía con los principios de Heya(y probablemente tampoco con los del clan Minamoto); así que se acercó al herborista y le entregó las monedas necesarias para alquilar las herramientas(aunque Heya estuviera pensando en un pago adicional para alquilar el lugar)—Disculpe a mis compañeros, entenderá que con esta situación se han emocionado un poco— colocó las monedas en su mano y continuó para preparar algunos medicamentos— ¿En esta ciudad puedo encontrar o comprar algunas hierbas medicinales?—preguntó antes de empezar
Daichi Nishimura [Herbolaria] Yo no era del tipo de personas que conociera sobre hierbas o la función de distintas partes de animales para hacer antídotos o venenos, así que cuando entramos a la herbolaria de la ciudad amurrallada, me quedé un poco sorprendido por su interior. Era mucho más pequeño de lo que esperaba, Misato, rápidamente decidió cuestionar al dueño del local, yo me limité a observar los frascos de cristal que permitían observar sus contenidos. "¿Para que será esto?", me pregunté, mientras golpeaba ligeramente el cristal que tenía plantas en su interior. El olor me agradaba era relajante, cerré mis ojos y por un momento como tratándose del despertar de un sueño, varias figuras aprecieron en las escaleras dispuestos a descender. Ningún rostro conocido hasta que de la parte de atrás aparecieron Kuroki y Matsuda. Sonreí y saludé con mi mano, mientras Misatos los abrazaba y después Matsuda hacia lo mismo con nosotros. Me sentí desubicado, el viajar tanto tiempo en solitario y de manera nómada, hacia extraño esto de los reencuentros. Sonreí con dificultad. Reí ante los comentarios de los demás sobre mi deducción.—No, se equivocan, solo fue cuestión de estar curioseando y... Escuchar conversaciones ajenas, nada más.—respondí.—Todo lo demás fue cuestión de azar.—respondí finalmente. Sin embargo, yo no podía dejar de notar a los demás, se veían diferentes. Entonces, asentí al escuchar que eran extranjeros de China, en el otro lado del mar, sonreí, jamás había llegado hasta allá en barco, pero había visto la costa en el mar del Norte. También, me sorprendió el ver al padre de Kuroki, una pequeña fibrilla en mi alma se activó, era una sensación de ternura y de dolor olvidado, realmente me sentía feliz por él, pero ¿por qué yo me sentía así por él? Giré mi cabeza de lado a lado y volví a concentrarme. —Un placer a todos...—miré a los desconocidos.—Soy Daichi, quizás sonaré rudo...—me detuve un momento.—Y todos estamos emocionados por la reunión, pero las mismas personas de las que escuché que estaban aquí, mencionaban que había un clan pequeño que se dirigió a la herbolaria y no dudaría que más personas lo sepan, entonces, ¿hablaban de nosotros o de ustedes?—refiriéndome a los miembros del Clan Tao.—¿Cómo esas personas sabrían que hay personas de algunos de nuestros clanes aquí?—volví a cuestionar, sintiéndome preocupado y confundido.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki; Misato; Heya; Daichi; Misato) El herborista asintió hacia Heya; feliz de que alguien estuviera allí para lo que realmente era aquel lugar —Eres un joven con habilidades refinadas; hay corteza de sauce en el santuario y si eres también hábil con los venenos podrás encontrar...— por un momento guardpo silencio, preocupado por tocar fibras sensibles —y en su jardín hay un pozo con varias ranas— se alejó de Heya cuando escuchó el tintineo de sus frascos —Quien quiera que sea el que anda jugueteando con mis frascos, déjelos en paz, soy ciego; están ordenados según mi memoria, si los desordena estaré en graves aprietos — el herborista suspiró —Yo creo que esos rumores son con respecto al clan Tao; no saben cubrir sus pasos, en cambio ustedes tienen pies ligeros, si no presto atención jamás los escucharía entrar —El señor tiene razón Daichi; tenemos el don del sigilo — mencionó Matsuda orgulloso para después desajustar su rostro recordando como los siguió alguien hasta Iga —Aunque cierto evento fue muy desafortunado; pero creo que sólo puede encontrarnos alguien con mejores habilidades en sigilo que las nuestras. Zeng escuchaba esto con mucha atención, el sigilo le parecía fascinante, si alguno del clan Tao lo tuviera hubieran podido acabar con Masaki en Higashiomi sin problemas; pero nunca pudieron burlar su seguridad — Estoy impresionado con sus habilidades, son un grupo muy interesante —dijo mientras observaba a Heya moler ingredientes — Creo que el destino puso este encuentro en nuestros caminos por algo más grande que nosotros mismos; tomo muy en serio nuestra recién formada alianza, estaré muy honrado de conocer a su líder cuando llegue el momento.
Daichi Nishimura [Herbolaria] Lanzé una sonrisa avergonzada al aire, mientras mi dedo se quedaba estático en el aire a medio camino de tocar uno de los frascos que parecía contener en su interior las extremidades cercernada de algún anfibio o reptil. El anciano era ciego, no podía verme, pero aún así, asentí con mi cabeza en su dirección. Suspiré aliviado. Me enderecé y escuché las palabras de Matsuda, parecía que su rol de líder se fortalecía con la experiencia, asentí con una sonrisa en su dirección, se sentía en su tono y forma de hablar como se enorgullecía de lo que estábamos consiguiendo, asentí con la cabeza, mirando a Heya, Kyroki y luego Misato. "—Estoy impresionado con sus habilidades, son un grupo muy interesante —" —Yo diría que somos un grupo muy peculiar...—miré a cada uno de los integrantes de los miembros del clan Tao. Los estudié con lentitud, teníamos ahora a un diplomático, médico y líder de otro clan, creo que nos estábamos haciendo cada vez más grande en cantidad de miembros. Sin embargo, una duda apareció en mi cabeza, "¿Por qué alguien del contienente vendría a Japón y porque ahora somos aliados?", me cuestioné, sentía como una pieza faltaba en todo ese embrolló. Lleve mi mano a mi barbilla, pensé por dos segundos, realmente no se me ocurría nada.—¿Que los trae por acá, miembros del Clan Tao y cuál es el próximo paso a tomar, Matsuda?—quería que me pusiera al tanto, realmente.—¿Encontraron algo más de interés aquí en Nagoya?—terminé, mientras regañaba a mi mismo en mi mente, ya estaba haciendo demasiadas preguntas.
Capítulo VII 名誉 Meiyo — Honor Herbolaria (Matsuda; Kuroki; Misato; Heya; Daichi; Misato) Zeng se dirigió ante Daichi — Venganza — contestó con firmeza — Es lo único que tengo en mi mente desde que salí de mi hogar; yo tenía a dos hermanos menores, Yin siendo el más pequeño de los tres —dijo señalando a Yin quien levantó la mano como para señalar que el era Yin. —Mi otro hermano trató de matar a nuestro padre y pensaba matarme a mi también para tener el poder del clan Tao bajo sus órdenes; pero fue descubierto antes de que lograra alguna de estas acciones; pero mi padre fue indulgente, así que sólo lo exhilió; antes de irse logró su cometido, lo hizo de una manera fría, justo frente a nosotros el día que tomaba la embarcación para irse, se acercó a nuestro padre con la excusa de que quería abrazarlo por última vez, y allí lo asesinó huyendo en la embarcación con hombres fieles a él— la mirada de Zeng se encontró con la de Yin, al parecer contar la historia una y otra vez parecía ayudarlos a superar lentamente el odio en su interior, cada vez se sobresaltaba menos, aun así se notaba molesto al recordarlo. —Adoptó el nombre de Masaki y se ha aliado al clan Taira, lo recibieron como a uno de los suyos y en Higashiomi nos hizo lo mismo que a nuestro padre, atacándonos por sorpresa, y envenenando su arma para debilitarnos en combate, no luchó con honor. Higashiomi era nuestra oportunidad para atraparlo estando solo; ahora que ha vuelto a Kioto se volvió a rodear de aliados poderosos, no será tan fácil dar con él nuevamente— Zeng miró a Heya, Daichi y Misato — Ustedes tienen al mismo enemigo que nosotros; Matsuda me lo ha dicho y sugerido una alianza, el clan Tao tiene hombres a buena disposición, sólo debo hablar con su líder; necesito ver de que está hecho— culminó. —Nuestro plan sigue, seguir nuestro viaje a la Prefectura de Shizuoka, por eso dije el nombre de la ciudad de Fuji, así nos podríamos haber reunido allí, no esperaba que nos alcanzarían en Nagoya; sé que tienen caballos pero nosotros no, podríamos intentar comprar unos para viajar más rápido o que ustedes viajen a nuestro ritmo a pesar de sus caballos — dijo Matsuda girándose después hacia Kuroki — Podemos explorar un poco Nagoya; pero a mas tardar deberíamos estar alejándonos de Aichi lo más pronto posible.
Kuroki Fusatada Dejé que el resto de la conversación se llevara a cabo, Mientras escuchaba y miraba a Misato, por lo que sonreí ampliamente, lo mismo para con mi padre, abrazándole un momento poco después de la breve sacudida de mi hombro. Seguí observando el panorama mientras las respectivas presentaciones se llevaron a cabo, me mantuve al margen pues ellos mismos resolverían sus dudas, Heya y Daichi fueron los que más se mostraron activos y curiosos, uno elaborando sus productos y el otro haciendo las preguntas importantes. Escuchar la repetición de la historia me incomodo un poco, pero nada especial. Al menos Zeng parecía recuperarse un poco debido a ver la cantidad de aliados que poseía. Fue como entonces la parte de los caballos me hizo reflexionar y vi mi dinero, no tenía mucho pero al menos para viajar de momento podría ser útil. Fue como entonces que Matsuda se dirigió a mi, y yo asentí. —Equipo, si estamos de acuerdo, vayamos al Dojo, quiero conocerlo. Podríamos encontrar algo interesante mientras de paso averiguamos en dónde podríamos conseguir esos caballos, serán de gran utilidad ahora que nos estamos determinando a ir a Fuji. Uh... ¿O hay otro lugar más interesante de momento?—. Cuestioné mientras miraba a mi padre un momento, sonriendole para comenzar a avanzar hacia la salida. >>Será mejor apresurarnos, que es cierto que no conviene mucho quedarse por más tiempo—. Añadí como último, vaya. Que a ese paso va a parecer que yo ando tomando las decisiones por ellos... ¿eh?
Daichi Nishimura [Herbolaria] Coloqué una mano en mi barbilla, reflexionando sobre las palabras de Zeng y la traición de su hermano, escuchándolo atentamente. Yo era capaz de entender esas ansias de cobrar venganza, insaciable y voraz, una voz que te dice que tienes que hacer algo. A veces, por las noches temía en lo que me podría convertir si lograba mi cometido, acaso, ¿lo haría de manera honorable o me convertiría en una bestia que solo sigue sus instintos y furia? Una escalofrío recorrió mi espina ante la idea. "¿En que nos convertiremos?", me pregunté, eran las mismas palabras que había dicho días atrás cuando decidí seguir el camino de la sombras, la de convertirme en un ninja. —Entiendo, esa sensación de tener que cumplir con el deber de venganza...—me detuve un momento mirando a Zeng y miré a Yin.—Si se da la oportunidad, no sé los demás...—miré a todos mis compañeros del esquipo fantasma, incluyendo nuestro líder, "¿Acaso puedo prometer?...", miré el suelo dubitativo, la cicatriz parecía arder ante la imagen de los demonios carmesí, el recuerdo de una venganza que parece nunca llegar, "... sí, sigo siendo samurai, mi palabra se tiene que cumplir lo correcto...".—...Mis armas, estarán dispuestas a cumplir con su promesa de venganza...— respondí haciendo una leve reverencia.—Es lo correcto.— Escuché el plan de Matsuda, atento y luego las ideas de Kuroki. —Kuroki, apoyo tú idea de conocer el dojo, pero también, requerimos con prontitud saber si podremos conseguir caballos en esta prefectura o si el precio es asequible para todos.—los miré a todos por un momento.—¿La habilidad diplomática del señor Yin también serviría para hacer negocios?—pregunté, en su dirección, extendí mi indice sobre mi labio, tocando la punta de mi nariz, en mi cabeza habían varias ideas, pero me preocupaba que no todos pudieramos conseguir caballo, mientras más rapido consiguiermaos movilizarnos mejor para el grupo, sería una ventaja táctica formidable. Me giré para mi mirar al dueño invidente de la herbolaria. "Él tiene que saber...".—Disculpe, señor, usted debe conocer la ciudad, ¿sabe donde podríamos adquirir caballos y... Si no hay alguna información o rumor adicional de interés que nos podría compartir sobre Nagoya para nuestro beneficio? Estaría dispuesto a pagar diez monedas por la información. — respondí, intentando convencerlo utilizando mi habilidad de Cultura Local o con un poco de monedas, usualmente, la información me llegaba de manera natural, casi como un talento, pero esta vez, la requeríamos con urgencia.
Tanaka Heya A pesar de que no lo podía ver, asintió por reflejo al herborista, pensando en que tendría que cruzar de nuevo la ciudad para llegar al santuario. Escuchó la historia de Zeng mientras trabajaba en sus remedios, podía sentir una mezcla de ira y tristeza mientras escuchaba, a pesar de ello el odio y sed de venganza seguía ahí. No por nada habían cruzado el mar, vaya, tenían su odio personificado en una persona, pero lo que más le sorprendió a Heya fue que esa persona fuera también su hermano. —¿Eso hace cuanto ha sido?. Es extraño que los Taira hayan aceptado a un extranjero tan fácilmente...—Dijo mientras traspasaba algunas sustancias a los pequeños frascos que luego cargaría consigo—...me pregunto qué podrían estar buscando en China
Misato Aoyama Toda la reunión se había enfocado sobre la historia del clan Tao y uno de sus miembros que formaba parte de los Taira, incluso venían de China a unirse a un clan de tal calaña...su influencia parecía alcanzar a los más terribles guerreros más allá del mar. —Tal vez tengamos a un gran maestro esperando para enseñarnos algo interesante, iré con ustedes sin duda—acepte la idea de Kuroki de visitar el Dojo de Nagoya, aunque en mi mente rondaba aún las palabras Que el herboristería le comento a Heya...Ranas. —Batracotoxina—pensé en cuanto escuché la presencia del ingrediente venenoso en un santuario de la ciudad El mismo ingerediente que estuvo a punto de acabar con Matsuda e incluso conmigo, por un momento mis sentimientos se encontraban enredados como el mechón de cabello con el que jugaban mis dedos. No podía sentir incomodidad de tener tal veneno frente a Matsuda ¿Que pensaría si sabe que tuviese algo como eso en mi poder?...aún así buscaba obtener los ingredientes, si no lo obtenía allí tal vez más adelante pueda hacerme con tales sustancias...Como Ninja un día podría tener que...valerme de ciertas armas.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki; Misato; Heya; Daichi; Misato) El sol se ponía en su cénit, la mañana se había acabado y el medio día estaba en su auge. Matsuda tomó del hombro a Daichi; aquel discurso de venganza lo movió, algo en la mirada de Daichi despertaba; dándose cuenta lo poco que conocía la historia que motivaba a cada uno; ya lo había experimentado antes con Kuroki, ahora con Daichi. Miró hacia Zeng sin quitar la mano del hombro de Daichi —La ira sólo nubla la mente. Zeng miró a Matsuda con fiereza —El clan Minamoto persigue al clan Taira, dime que eso no es venganza — mencionó con calma —No planeo discutir esto aquí y ahora, esperaré a hablar con su líder — dijo calando en la autoridad que carecía Matsuda ante Zeng y su clan, por un instante se arrepintió de esta pactada alianza; pero no dijo nada, sentía que aquello se debía pensar con calma y no al fulgor del momento. El herborista escuchó a Daichi y extendió la mano para recibir esas monedas prometidas por la información — En los establos fuera de la ciudad; sé que cada caballo tiene el costo de cien monedas — dijo mientras guardaba sus nuevas ganancias, había sido buen día para él. —Los Taira están expandiendo sus dominios, necesitan superioridad numérica, no creo que les importe mucho de dónde venga alguien —mencionó Yin ante el comentario de Heya —De que Masaki abandonara nuestras tierras tiene ya cuatro estaciones, ha sido difícil rastrearlo — luego se giró hacia Daichi con una sonrisa burlona —Mis habilidades no tienen las funciones que necesitas; para eso requieres un comerciante o... — miró a Misato con dulzura —... una cara cautivadora como la de la señorita Aoyama — mencionó con respeto. Satou escuchaba con atención, notaba que Zeng se había tensado con aquel pequeño encuentro de palabras con Matsuda así que decidió tratar de mediar la situación de la mejor manera que conocía; desviando el tema —Entonces el dojo, podemos ir allí a ver que nos espera y después probar suerte intentando conseguir esos caballos, no creo que sea buena idea retrasar su misión —dijo hacia Matsuda regresándole un poco de autoridad al demostrar que seguirían sus pasos mientras viajaran con los Minamoto; no quería perder la oportunidad de viajar con su hijo, mucho menos por una lucha de ego — Si seguimos su misión nosotros en el clan Tao también podemos conocer con mayor velocidad al líder del clan Minamoto — Matsuda y Zeng afirmaron. —Si saben que hay dos dojos en Nagoya ¿cierto? — mencionó el herborista —Al dojo dentro del segundo muro es poderoso, para entrar deben primero pagar veinte monedas cada uno de ustedes para ingresar a la segunda sección de Nagoya; pero el que está en esta primera sección es un dojo más común de kenjutsu — Todos lo miraron y aquel hombre sintió la presión de cada una de las miradas —Perdonen que me meta en sus decisiones, pero como han tomado mi herbolaria como si fuera salón de té para hablar de sus cosas personales, sentí que podía interrumpir cuando quisiera — mencionó burlón —sólo lo comentaba porque en el dojo de la primera sección lo único que podrían hacer es entrenar, en el dojo de los Yoshioka conocerían al clan más fuerte de Nagoya, y para ingresar a él tendrán que retar a uno de sus integrantes y créanme que ninguno allí es débil—
Kuroki Fusatada El ambiente se tensó un momento, no me giré, seguía en la entrada de la Herbolaria cuando Matsuda y Zeng intercambiaron palabras muy densas por Daichi, no culpaba a nadie, pero me hizo musitar de pena por lo bajo para con los Minamoto. Odiaba decir que era cierto, se estaba buscando venganza. Escuché el precio de los caballos y dónde conseguirlos, pero dios. ¿Cien monedas? Me faltaba muy poco para alcanzar esa cantidad. Sin en cambio, mi padre sacó la tensión un momento y propuso desplazarnos, para cuando me despegué de la pared e hice ademán de desplazarme, el herborista habló. Me giré a verlo con claro interés, y aunque fue algo curioso su comentario, la parte del segundo Dojo fue... interesante. No evité sonreír emocionado como el niño que era cuando hallaba lo que buscaba... ¿Desafíos? ¡¡Ese es mi segundo apellido!! Y además, sonaba muy bien para ver si pescábamos algún dato interesante para con el clan, pero. ¿Pensarían eso mismo Matsuda, Zeng y compañía? El inconveniente era gastar veinte monedas extra, pero prefería eso antes que irnos sin más de Nagoya, pues si bien teníamos la alianza encima, era muy poco para lo que realmente buscábamos en Nagoya desde un inicio. —Quiero intentarlo—. Anuncié, siendo en ese momento el primero en hablar. >>Quiero decir, somos ya nueve personas aquí. Más que suficientes para al menos ver qué nos puede ofrecer ese sitio, no sabía ese dato y lo agradezco profundamente.—eso último se lo dije al herborista de forma respetuosa igual. >>Además, ¿quien no nos dice que podríamos hallar algo interesante? Creo que podemos correr el riesgo de esta apuesta para ver si conseguimos algo llamativo, yo estoy dispuesto, después de todo. Es lo que he estado proponiendo.—sonreí según yo con calma, pero en realidad mi emoción era más que palpable. Necesitábamos recabar información, y honestamente no esperaba que hubiese forma de ingresar a la segunda muralla, más si escuché el día anterior precisamente que había un clan muy fuerte aquí en Nagoya.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki; Misato; Heya; Daichi; Misato) Matsuda sacó su bolsita con monedas y las comenzó a contar para ver si podía pagar aquel ingreso —Podré pagar el ingreso a la segunda muralla si planeamos ir a ese dojo; pero dudo después tener suficientes monedas para comprar un caballo — dijo avergonzado de su pobreza. Satou miró aquello, tampoco el clan Tao estaba en mejores condicione económicas —Yo creo que me quedaré el resto de la tarde ayudando en la clínica local, así podré ganar unas monedas — Ujihisa afirmó ante el comentario de Satou. Zeng y Yin se miraron el uno al otro —Nosotros los acompañaremos al dojo; creo que es una buena oportunidad — mencionó Zeng —aquellos que quieran acompañarnos están en su derecho; si no lo desean podemos pactar los establos a las afueras de Nagoya como nuestro punto de encuentro, por la noche si es posible, así podremos partir hoy mismo—
Herbolaria (Matsuda; Kuroki; Misato; Heya; Daichi; Misato) Matsuda comenzó a avanzar para salir de la herbolaria, aquel espacio tan reducido ya lo había mareado un poco por los aromas —Bien, el plan de Zeng no me molesta —dijo mientras deslizaba la puerta para salir —Nuestro punto de reunión serán los establos afuera de Nagoya Zeng y Yin lo siguieron mientros Satou y Ujihisa se preparaban para salir a la clínica local. Satou se detuvo frente a Kuroki —Procura no buscar un enfrentamiento severo — dijo con una sonrisa, no estaba preocupado por él, sabía que podía defenderse solo. Misato, Heya y Daichi permanecieron unos momentos más en la herbolaria decidiendo a dónde ir para después por la noche reunirse en los establos. Dojo Yoshioka (Zeng; Yin; Matsuda; Kuroki) Avanzaron por las calles de Nagoya hasta poder entrar a la segunda sección, en la entrada tomaron veinte monedas de cada quien; no parecía importarle a los guardias que entraran armados, esta muralla se levantaba pero no sólo era por protección, servía para evitar mostrar las diferentes clases sociales, era un hecho que aquellos que vivían en esa sección poseían mayores riquezas, pero también se notaba un ambiente distinto, las personas no caminaban sin rumbo, todos caminaban firmes y la gran mayoría estaban armados. Las miradas eran serias y bastante rígidas, a diferencia de las miradas serenas y llenas de vida en la primera sección. Esta era una ciudad de guerreros. El dojo era un sitio era enorme a comparación de un dojo normal; pero bastante sobrio, él lugar no estaba lleno de alumnos o integrantes; sólo estaban cinco integrantes entrenando, ese entrenamiento recordaba el que Kuroki y Misato llevaron junto con Takano, pues los golpes eran fuertes, no simplemente los marcaban para demostrar sus técnicas. La mayoría de los presentes mostraban cicatrices evidentes, incluso los más jóvenes. Uno de los hombres se distinguía por estar envuelto en vendas en el rostro, con un cabello negro y largo parecido a Zeng. Este golpeó fuertemente el estómago de uno de los más jóvenes haciéndolo encorvarse del dolor; pero no se dejó caer y siguió intentando golpearlo con la espada de madera en manos, el hombre en vendas no portaba ninguna arma, defendía a mano limpia. —Calma Michinori, no desesperes —dijo el hombre vendado al más joven. —Comprendo Kumanosuke— dijo Michinori, el más joven de los presentes. Contenido oculto: Kumanosuke Contenido oculto: Michinori Otro de los hombres portaba un hitatare típico de samurai, su cabello era café y tenía una gran cicatriz atravesando la nariz. Este también entrenaba sin armas contra otros guerreros. El hombre sujetó de los hombros a uno de los guerreros y lo arrojó justo frente a la espada de madera del otro, haciendo que chocaran —Sachi, si estás peleando con un compañero debes cuidar que tu katana no lo dañe a él, el enemigo utilizará su desventaja a su favor, en una pelea en desventaja numérica lo primero que debes hacer es eliminar a uno de los enemigos ¿qué mejor que tu enemigo haga ese trabajo por ti? — dijo mientras señalaba al guerrero que arrojó —Nobuo, por tu descuido has sido asesinado por tu propio compañero; si peleas a la par no puede volverte un estorbo, debes plantar bien tus pies al suelo, si tu enemigo te toma de los hombros tu tómalo de la cadera y lánzalo lejos. Contenido oculto: Sachi Contenido oculto: Nobuo Kumanosuke sujetó a Michinori del cuello nulificando sus movimientos; mientras que Nobuo se alejaba de Sachi para que este atacara al otro hombre que no parecía estar sorprendido, deteniendo la espada de madera con ambas manos sobre su cabeza y después acomodar un rodillazo en el estómago de Sachi quien hizo una mueca de dolor pero no se dejó caer, al igual que Michimori con anterioridad. —Hey, Kempo. Tenemos visitas — dijo Kumanosuke señalando con la mirada a Matsuda y al resto. Contenido oculto: Kenpo Kenpo miró hacia la entrada ya que había terminado con Sachi y Nobuo —¿Buscan desafiar a los Yoshioka? — preguntó — Mi nombre es Kenpo Yoshioka, soy el maestro de este dojo.
Misato Aoyama Mi mente divago como un pétalo de cerezo que el viento guiaba a su antojo; una parte de mi sentía culpa detan solo pensar en recolectar el veneno que casi acaba con Matsuda. Aún con mi mente divagando deseé suerte a Kuroki mientras el partía hacia el Dojo de la segunda sección en Nagoya. Según mencionaron poderosos guerreros ocupaban el recinto ¿Debía preocuparme? No...si no fuese por la demostrado en Iga hubiese decidido acompañarle, su talento dejó en claro que no era solo un niño...Me recordaba algo a mi. Mi única compañía ahora eran Daichi y Heya quienes tal vez tomen rumbos distintos el tiempo corria en la herbolaria ahora tenía como prioridad visitar el santuario de Nagoya ¿Sería este budista o sería dedicado a los Kami? —Dare una vuelta por el santuario, escuché que posee un ambiente hermoso ¡Podría meditar un rato allí!—avise al par mientras deslizaba la puerta para partir hasta el santuario. El camino en la ciudad podría ameritar un caballo, pero no era problema para un viajero con deseo de conocer nuevos y cautivadores lugares.