La noche se hacía presente en Nagoya, pero el movimiento en las calles no paraba, era una ciudad muy activa, al parecer aun quedaban unas horas de trabajo. Herbolaria (Matsuda; Kuroki) El hombre de espaldas se giró para encontrarse frente a frente con Kuroki; al principio su mirada era de fastidio, al parecer los estaba interrumpiendo, después se suavizó al reconocerlo, ya había pasado el tiempo y tardó en poder reconocer a su hijo. —¿Kuroki?— preguntó Satou muy confundido, podías notar una cicatriz debajo del ojo derecho de Satou, cicatriz que no tenía —¿Qué estás haciendo aquí? — su reacción parecía más un regaño que un recibimiento —Deberías estar en la aldea; no tan cerca de la capital — decía refiriéndose a Kioto. Contenido oculto Miró a Matsuda con enojo —¿Qué clase de ideas le estás metiendo a la cabeza a mi hijo? —dijo acercándose, también estaba armado. Matsuda no se detuvo a pensar la situación demasiado. —¿Por qué lo dice? ¿Porque no se quedó en casa esperando a que usted regresara? Creo que está subestimando las cualidades de supervivencia que tiene Kuro — mencionó Matsuda con tranquilidad, no entendía la reacción de Satou. —¿Por qué abandonaste la aldea? —dijo Satou hacia Kuroki. El herborista que estaba atendiendo a los otros dos sujetos decidió interrumpir —Ahora estarán bien; sólo deben descansar un poco; aun se están recuperando de sus heridas; por suerte los atendieron a tiempo, la pérdida de sangre nunca es buena pero en este caso ayudó un poco a que la toxina no contaminara más su organismo — mencionó el hombre de los vendajes en los ojos. —No llegamos a tiempo; no hubiéramos perdido a Genjo y Fusatame si lo hubiéramos hecho— mencionó el otro hombre albino, el que había dejado entrar a Matsuda y Kuroki —Satou, si tienes asuntos familiares puedes tratarlos afuera— miró a Matsuda —tú, necesito que me digas lo que sepas de este veneno Satou le indicó a Kuroki que lo siguiera al exterior, dejando a Matsuda en la Herbolaria —Perdona que no reaccionara de la mejor manera — dijo Satou, se le veía cansado y bastante preocupado —Soy yo el que te debe las explicaciones —
Kuroki Fusatada Ver al fin el rostro de mi padre... Me hizo querer arrojarme a abrazarlo con fuerza, pero. El ambiente se sentía muy tenso y no podía explicarme el porqué me sentía tan incómodo con verlo, a pesar de que quería llorar al verlo vivo, sin en cambio. Ver la cicatriz que antes no tenía y escucharlo solo me puso muy incómodo. —Yo...—. Dije interrumpiéndome a mi mismo, sin saber qué decir ante su interrogante, sin en cambio, Matsuda interfirió. Cuando el resto de la escena se desarrolló, solo pude quedarme quieto a ver todo. Poco después, fue momento de salir, para ir con mi padre y ya encontrándonos en el exterior, mi padre se disculpó. No evité musitar deprimido y triste, no era exactamente lo que esperaba pero en parte ya estaba mentalizado para una escena así. —N-No te preocupes papá... Yo... No pude esperar más tiempo, eres un hombre de palabra, y ver que tardaras tanto en volver solo me hizo preocuparme aún más. Creí que inclusive- Pero me interrumpí... No era capaz de decirlo, no era capaz de decir que pensé que había muerto. —Siento haber abandonado nuestro hogar, ya sabes que a veces soy impulsivo y trato de cambiar eso pero... Necesitaba verte—. Dije con una voz, flaqueando, estaba en una ola de emociones, estaba emocionado, estaba triste, tenso, nervioso... Preocupado. >>Tal vez no fue sensato pero, inicié este viaje por ti, padre. Te he buscado por días. Cargando precisamente la katana que madre me regaló, he luchado para encontrarme contigo de nuevo, siento si nuevamente te he defraudado—. Dije triste, mirando a un lado un momento... Así es, toda mi hiperactividad y actitud alocada provenía de esto mismo. El miedo a defraudar y decepcionar a mis compañeros. En realidad soy más patético de lo que parezco, todo un niño. Disfrazo mi depresión, mi tensión y mi miedo con buenas vibras y carisma. Ya que si no actúo así, todas esas emociones negativas me comienzan a carcomer hasta consumirme y resultar en un Kuroki patéticamente débil y miedoso a todo. No soporto prometer algo para que al final no pueda cumplir, tampoco soporto que me vean así. Siento que me veo demasiado débil e inútil, ser alegre y carismático solo son máscaras. En realidad siempre tengo miedo... Siempre. ¿Me dolió matar a ese Ninja? Si... Es la primera vida que he arrebatado, e hice un esfuerzo enorme por no romper en llanto y quebrarme. Matar me ha afectado en serio, inclusive estuve muy cerca de pedir que debía salir a solas un momento para quebrarme. No soy tan fuerte. Terminé por llorar en silencio, me sentía decepcionado de mí mismo, creí estar listo para este momento y mira. Que ridículo. —Se nota que estas muy preocupado, papá. No me quiero imaginar el porqué, y comprendo que reaccionases así. Si no es por Yamamoto, no tendría la menor idea que estarías aquí presente—. Dije triste, para limpiarme las lágrimas y mirar a mi padre de nuevo. —¿Pero qué ha pasado? Te esperé por semanas en casa padre, y nunca volviste. Tienes heridas que antes no poseías, y jamás te había visto tan arisco ni agobiado. Si no quieres contarlo todo, no lo hagas pero... En verdad, quisiera saber qué fue lo que pasó. Al menos, porqué saliste con tanta prisa de casa—. Dije, pese a todo buscaba las respuestas de verdad. Aún me sintiera afectado.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki) Exterior Satou se acercó — No me has defraudado — dijo levantando el mentón de Kuroki para que lo mirara fijamente a los ojos — Debería haber sabido que no te quedarías esperando; sacaste eso de mi — sonrió — Hoy me ha quedado más que claro — se alejó por unos instantes; cómo si su cabeza diera demasiadas vueltas; no estaba listo para ese encuentro. — Lo que salí a buscar terminó siendo más complejo de lo que yo creí que sería — comenzó — Seguí un rumor de que uno de los Minamoto seguía con vida, y terminé adentrándome a Shiga, en la ciudad de Higashiomi siguiendo la información que fui encontrando; allí terminé envuelto en un conflicto más grande del que pude haber imaginado. La ciudad era dominada por un hombre llamado Masaki, un hombre de alto rango en el clan Taira, un asesino desalmado quien al verme ingresar a Higashiomi me recibió con el filo de su espada —dijo tocando la cicatriz debajo de su rostro — allí conocí a Ujihisa, el hombre que cuidaba en la entrada; es el mejor médico que he conocido, salvó la vida de varios hombres como yo; Masaki no dejaba salir a nadie de Higashiomi, sus hombres se encargaban de ello, básicamente te volvías un prsionero al ingresar a ese lugar, a menos que supieras ocultar tu presencia, algo que no es mi fuerte; Masaki constántemente buscaba pelear con alguien, por lo que nadie estaba a salvo, ni siquiera sus hombres. Siempre moría alguien en ese lugar y esa era la razón por la que Masaki mantenía a las personas como prisioneros. Creo que nadie en ese lugar son oriundos de Higashiomi —Miró a Kuroki ¿Qué pensaría de su padre ahora? quien no pudo escapar de aquel lugar y terminó abandonando a su hijo por seguir leyendas y fue atrapado en una pesadilla. Se recargo en la pared y se dejó caer lentamente, indicándole a Kuroki a que lo acompañara a sentarse, pues estaba cansado —Me uní a Ujihisa en la clínica, necesitaba ayuda y yo se la brindé; gané su confianza y me contó que el estaba unido a un grupo de resistencia, los cuales planeaban liberar Higashiomi de Masaki —Señaló hacia atrás haciendo referencia a las personas que estaban siendo atendidas por el herborista —Esos hombres son del Clan Tao, hermanos de Masaki, sus nombres son Yin y Zeng, perseguieron a su hermano desde China, al parecer Masaki antes tenía otro nombre y era un criminal que ahora se unió a los Taira — cerró los ojos y suspiró — Escapamos de Higashiomi por un accidente hace unos días; un hombre con tatuajes en el cuerpo ingresó a la ciudad, visitó la clínica y habló con Ujihisa, quería conocer al líder de la resistencia, ese es Zeng; por lo que me envió a mi para escoltar al hombre ante Zeng, me dirigí al cementerio desarmado; no pensaba que aquello sería un error —Apretó sus puños, lo hizo con tanta fuerza que sus manos comenzaron a temblar — Cuando llegué al cementerio me encontré con una escena que prefiero evitar detallarte; allí habíamos perdido a dos de nuestros compañeros, Qiao Fusatame y Genjo —miró a Kuroki —Genjo tenía tu edad— dijo mientras no podía ocultar su preocupación por Kuroki, tenía a su hijo frente a él — Masaki me golpeó en el rostro, caí y casi me noquea; pero logré mantenerme atento mientras hablaba con ese forastero como si lo hubiera conocido con anterioridad, logré ingresar al escondite de la resistencia para encontrarme con Zeng y Yin al borde de la muerte; tuve que cargarlos en una carreta para regresar con Ujihisa Aquello era demasiado reciente, se notaba la incomodidad de sus palabras —Atendimos a los heridos, incluyendo al forastero quien simplemente se alejó sin recibir atención médica, Ujihisa no lo detuvo; esa misma noche, Masaki ya no estaba en Higashiomi, se fue con sus hombres, al parecer aquella pelea que tuvo con ese hombre lo hizo regresar a Kioto. Liberó Higashiomi y huímos hacia Gifu, pues Zeng y Yin estaban envenenados. Suspiró profundamente —Cuando vi morir a Genjo pensé que al menos tu estarías a salvo, alejado de estas ciudades tan cercanas a Kioto— abrazó a Kuroki con fuerza, fue un movimiento abrupto, tan rápido que no podía ser previsto —Estoy tan feliz de poder verte nuevamente; pero tengo miedo de perderte; no soy lo suficientemente fuerte.
Kuroki Fusatada Estaba ensimismado en mi depresión cuando mi padre me tomó por sorpresa y le escuché, sollozando un momento más para sonreírle y volverme a limpiar las lágrimas, ciertamente apenado. Muy pocas veces me mostraba tan sensible. Luego comencé a escucharlo, quedándome atónito apenas había estado empezando a narrar. Higashiomi, Shiga... Sí. Esos sitios me sonaban familiar pero, nunca les presté mucha atención. Parece que tuve razón, siguió la pista de un Minamoto, muy probablemente de Takeda. Y comenzó a seguir relatando lo que sucedió... Masaki, así que técnicamente ir a investigar hizo que viviese aprisionado y eso explicaba el motivo de su prolongada desaparición, al parecer ese sitio era hostil hasta en lo improbable y luego ví como mi padre me miró. Seguramente preocupado por el qué podría pensar de él. ¿Pensar de él? Si yo siempre he confiado en su persona, en su juicio y en sus decisiones. Tal vez no sea tan fuerte emocionalmente, pero no es alguien estúpido, todo lo contrario. Es un hombre que admiro verídicamente, alguien que tal vez no sea como Takano, pero sabe cómo moverse, aunque efectivamente, no sea muy bueno siendo sigiloso, cosa contraria a mi persona. No dije nada y seguí escuchándole. Con calma y atención, sin mostrar nada mas que preocupación por la historia. Pronto, mi padre se desplazó y comenzó a avanzar hacia una pared para recargarse y dejarse caer con calma, no tarde en ver su gesto y me senté con él para prestarle atención. Sin en cambio... La parte del "hombre con tatuajes" me llamó poderosamente la atención... Hombre con tatuajes... Hombre con... Tatuajes... Hombre con tatuajes, hace unos días, un accidente... ¿Podría ser Natsu? No... No lo creo, pero... Escuchar la parte del cementerio, que tuviese que ver a Zeng. Que Masaki hablara con dicho forastero como si lo conociera y Masaki es de los... Taira. Además, se me informó que Natsu salió con heridas profundas de Shiga... Que... Coincidencia, maldita sea. Natsu... ¿Pero qué demonios has estado haciendo? Mi rostro palideció y no pude mas que mostrar verídica sorpresa, ¿acaso soy idiota o será que a estas alturas es obvio que se trata de él? Luego seguí escuchando, un chico de mi edad, y las palabras de mi padre daban un detalle que todo eso fue aterradoramente reciente. La historia se retorcía y se hacia cada vez más oscura, tanto que se me empezaba a contagiar ese agobio, en especial escuchar la parte del joven, estoy seguro que eso le habrá dejado bastante preocupado pues... Seguramente le recordó a mí. Seguí escuchando a mi padre, realmente triste y preocupado, al parecer Natsu seguía haciendo el bien, creo. Pero seguía muy preocupado... ¿Qué le hizo separarse de los Minamoto? Poco después, me abrazó con fuerza y tan rápido que ni pude preverlo, y no evité llorar en silencio para corresponder. Escuché sus últimas palabras, y musité preocupado, pero igual le acaricié, para consolarlo. —Hey... Papá. Ni tu ni yo somos tan fuertes en ese sentido... Pero podemos luchar porque nunca pase eso. ¿Sí? Tuviste complicaciones de fuerza mayor, como había supuesto. ¿Porqué debería verte mal por eso? Luchaste y conseguiste no solo escapar, si no liberar ese sitio. Deberías sentirte orgulloso, porque yo lo estoy—. Dije conmovido, sonriendole ampliamente. >>Además, creo saber con quién estabas interactuando... Ese chico con tatuajes... ¿De casualidad no tenía una personalidad seria, tosca, tranquila? Porque... De ser así... Fue... Un compañero de hace ya varios días.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki) Exterior Satou aun estaba inseguro de sus habilidades —Básicamente logramos escapar porque Masaki nos dejó ir — dijo cabizbajo — No deberías estar orgulloso de mi; pero haré que realmente te haga sentir orgulloso — dijo mientras sacudía el hombro de Kuroki. —Ese hombre era bastante serio y tosco, bastante distante; para abandonar la clínica sin siquiera ser tratado fue una imprudencia, seguramente por ello cargará la cicatriz en su espalda de por vida — dijo con un dejo de molestia — Me preocupa que hayas compartido caminos con él, si es que hablamos de la misma persona; pues Masaki dijo algo muy extraño cuando se encontraron —miró a Kuroki, pues recordaba perfectamente las palabras, pues sus sentidos estaban en alerta máxima en ese momento, pues creía que moriría allí mismo —"...creo que me obligas a probar la fortaleza de Shi, probaré la sangre del nuevo bendecido por Mara..." —esas fueron sus exactas palabras antes de enfrentarse —Kuroki— dijo con severidad —¿Debo preocuparme por tus nuevas amistades? ¿Ese hombre en la herboraria es confiable? Si no lo es puedo encargarme de ello —
Kuroki Fusatada Sonreí mientras sentía el gesto de mi padre para con mi hombro, no importaba que Masaki los dejara ir, había sobrevivido. Eso es un mérito. Sin en cambió, no evité tensarme y escuchar a mi padre con ese tono severo, desvié un momento la mirada, reflexivo. —Honestamente no sabría si decir que sea de confiar padre... Pero fue alguien que ayudó en su momento, aunque si que es alguien muy a su manera, no diría que fue amigo mío si no un compañero de equipo, alguien que al final fue a su modo—. Comenté mientras volvía a mirar a mi padre, luego me quedé reflexivo. —¿Hizo algo especialmente malo? Porque... No sé si lo sepas pero, él estuvo con los Minamoto, padre. Y desde lejos no parecía un mal tipo, solo alguien tosco en su forma de expresarse. Su nombre es Natsu, hasta donde sé. De un día para otro desapareció, en la prefectura de Mie, en el poblado de Tsu. Yo no pude hacer mucho ya que solo me quedé refugiándome en una casa abandonada. No sé si hayas recibido una controversia de Nara papá pero... Ahora estoy con ellos, con los Minamoto. Tenía que hacerlo si quería viajar de manera acompañada y segura, y además. Como había dicho, lo hice por ti. Y ahora conocer el trasfondo solo me hace determinarme a que esos Taira, no merecen lo que poseen ahora, mucho menos con lo que me has contado. Que estoy seguro que al Minamoto que buscabas es a Takeda. ¿No es verdad?—. Dije con calma, estaba tenso como él pero podía manejarlo, aunque esa frase, toda la frase que me recitó es muy confuso... ¿La fortaleza de Shi? ¿El nuevo bendecido por Mara? ¿Pero qué demonios estoy escuchando? >>Siento si no era lo que querías papá. Pero sabes que odio las injusticias, y lucharé férreamente para que la verdadera justicia prevalezca, se lo prometí a mamá.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki) Exterior —Natsu, procuraré no olvidar su nombre si es que vuelvo a verlo; no creo que lo que hiciera fuera malo, se ve que se mueve por sus propios ideales; y al parecer comparte enemigo con el clan Tao; clan al que ahora estoy ligado por una deuda de honor; Ujihisa me salvó la vida, debo compensarlo — dijo antes de escuchar las palabras de Kuroki, quien le había mencionado el apellido que salió a buscar y no logró encontrar. Sus ojos se abrieron a totalidad, no esperaba aquellas palabras; su hijo había logrado lo que él no, una sonrisa se mostró en su rostro —Desde que eras pequeño tu madre y yo sabíamos que me ibas a sobrepasar en habilidades, pero jamás creí que fuera tan pronto — colocó su mano en su cabeza mientras peinaba su cabello — Hijo mío, no sabes lo orgulloso que estoy de ti; ya eres un hombre, ha sido mi culpa creer que aun eras un pequeño, pero has crecido en muy poco tiempo — después su sonrisa desaparecío, el entendía perfectamente que se requería para que un niño se convirtiera en adulto, miró a los ojos de Kuroki, efectivamente aquel brillo de la infancia no se encontraba más en él, se notó triste por unos instantes, pero aquello era de esperarse. —No podía protegerte toda la vida de lo que significa ser un adulto; puedo ver que has comprobado con tus propios ojos el dolor — dijo mirando las pequeñas heridas que ya había curado casi por completo en Kuroki — Ya te has enfrenta a muerte con alguien, puedo notarlo, y agradezco tu fortaleza pues tu calidez no se ha perdido; eso lo heredaste de tu madre — sonrió. —Entonces estás en buenas manos, ¿Él es Takeda? — preguntó señalando al interior de la herbolaria — ¿Le he reclamado a un Minamoto? — llevó su mano a la frente
Kuroki Fusatada Ver la cara de sorpresa de mi padre no hizo mas que enorgullecerme y sonreír de vuelta conmovido, escuchar sus palabras me llenó de cierta nostalgia pero también de alegría, sollocé un momento cuando me empezó a peinar, para poco después hablar yo también: —Calma papá. Sé que todos podemos mejorar más aún creamos que ya estamos al límite, recuerda lo que siempre me dijiste, la paciencia lo es todo—. Dije maravillado para poco después ver su gesto y escucharlo, cosa que bien o mal, paró un poco en seco la emoción del momento. —Sí... Un Ninja concretamente, me mostré impasible y fuerte pero. La verdad me ha afectado más de lo que creí—reí un poco triste, aún así, le devolví la mirada y la sonrisa. —Pero estoy bien, papá. Me preparaste muy bien, y ahora comprendo muchas cosas, vamos. Que seguiré siendo el pequeño inquieto y enérgico de siempre, ¡Eso nadie me lo va a quitar!—. Exclamé enérgico, como siempre, pero pese a lo que parezca, esa ha sido las muy pocas actitudes verídicas que mostraba, de verdad estaba determinado por seguir siendo el mismo sin importar el qué. Luego escuché sus últimas preguntas, por lo que no evité reír un poco por la última parte, por lo que le tomé cálidamente su otra mano. —Calma, papá. Matsuda es una gran persona, es alguien muy carismático y amable, dudo mucho que te lo tome en cuenta, al contrario. Yo digo que te comprenderá—sonreí ampliamente. >>Como mencioné, el señor de adentro se llama Matsuda, conoce la Batracotoxica porque lamentablemente ese veneno lo recibió cuando hubo problemas en Nara con los Taira precisamente. Todo salió bien por fortuna. Pero Takeda se haya en otro lado, ahora mismo estamos dirigiéndonos a un sitio en concreto, pero nos tomara mucho tiempo, puedo explicartelo todo con calma papá—. Dije mientras iba recuperando mi actitud habitual poco a poco.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki) Exterior —La paciencia lo es todo, en verdad que esa es una regla importante que jamás debemos olvidar, en estos momentos la he tratado de ejercer aprendiendo las técnicas médicas de Ujihisa, siempre es importante mantener a un médico en el equipo — dijo recordando todo lo que había pasado como pupilo de Ujihisa, ahora era mucho mejor; pero cuando inició era un desastre. Al escuchar la palabra ninja arqueó una ceja —¿Si son reales? — preguntó incrédulo — Lamento que no estuviera contigo en ese momento —dejó escapar un largo suspiro —Uno jamás olvida su primera muerte, nos marca como guerreros; pero veo que te has mantenido en las enseñanzas de los Fusatada, si has peleado con justicia sólo has cumplido con tu deber — dijo mientras revisaba las viejas heridas de su hijo, consecuencia de esa pelea — Te han tratado bien, seguramente algunas de estas desaparecerán con el tiempo — dijo acariciando su mejillo dónde podía ver una pequeña línea. —No llegaban muchas noticias del mundo exterior en Higashiomi, pero el incidente en Nara fue grande, no puedo creer que estuvieras envuelto en eso, debo agradecer a los Dioses por tu salud, pues estar cerca de alguien que usa ese tipo de venenos es muy peligroso, menos mal el herborista aquí en Nagoya sabía como tratarlo, ahora que me dices que Matsuda salió ileso de aquel veneno me hace sentir mucho más tranquilo— miró hacia el cielo, las estrellas se veían brillar —Quien diría que hoy volvería a ver las estrellas junto a mi hijo — dijo con una gran sonrisa mientras abrazaba a Kuroki, —Si estás con los Minamoto, ¿Por qué sólo están ustedes dos aquí? ¿Los demás los esperan en alguna parte de la Ciudad? ¿A dónde se dirigirán ahora? — preguntó de nuevo como un padre preocupado — Sé que el clan Tao permanecerá aquí unos días mientras se Zeng y Yin se recuperan—
Kuroki Fusatada —Un médico en el equipo...—reí con cierta pena, de eso carecíamos ahora, era la principal razón por la que me mantenía tan tenso. >>Pero has mejorado papá. Eso es lo importante... ¿A que sí?—sonreí ampliamente mientras seguía escuchándole. Cuando preguntó si los Ninjas eran reales, asentí. —Y mucho; yo también creí que eran un mito pero no. Gracias a que acabábamos de entrar a una ciudad secreta, dentro estaba el mentor mismo de Takeda. Él es un Ninja, y nos enseñó un rollo el cual era el ninjutsu para poder desvelar sus secretos, cuando Matsuda y compañía, incluyéndome. Fuimos a leerlo y aprender. Técnicamente nos volvimos en otros Ninjas. Después de una platica en que se nos aclaró algunos puntos cruciales, nos dimos cuenta que... si bien desafía partes del Código Bushido. No tiene porqué ser malo si el aprendizaje se usa para el bien común y la justicia misma, así que... bueno, ahí me tienes—reí un poco nervioso. >>Pero no te agobies papá. Ya lo tengo en cierta medida superado, ahora estamos juntos, debemos aprovecharlo—. Dije conmovido de igual manera. Cuando revisó mis vendajes, asentí al que me había atendido, esa pequeña era toda una experta en su trabajo, igual agradecía que no hubiese ido a peor aquél combate. —Todo salió bien por fortuna... Pero solventar aquél conflicto solo nos acarreó el inicio de muchos problemas para con el clan. Un guerrero muy fuerte, llamado Chikusa, fue asesinado por el hijo del señor feudal de Nara, Tenshin Hidetoshi. Esto porque un tal Murai, de los Taira, le otorgó el veneno para que Chikusa muriese, mismo veneno que sería utilizado después contra Matsuda. De hecho, se dejó el trozo de armadura que Tenshin utilizó en el Dojo de Takeda para inculparlo. Al final, con mi ayuda y el de varios. Pudimos impartir la justicia que debimos impartir, pero eso nos costó a otro miembro de los Minamoto, dejándonos sin alguien quien sabía de política, y al trasladarnos a Tsu... Las cosas no fueron precisamente mejor, pero al menos muchos otros se unieron al clan, y tuvimos que dividirnos para no ser un pelotón—. Expliqué mientras sentía el abrazó de mi padre y veía las estrellas también, sonriendo conmovido. >>Por eso no dudo que todo cambie en un solo día... Es idílico—. Dije maravillado para escuchar lo último. —Tuvimos que separarnos en tres equipos de cinco. Uno haría escándalo mientras el otro trata de ganar aliados y nosotros, vamos como sombras a visitar sitios para intentar ganar información para el clan. Primero fuimos a dicha ciudad secreta para formar una alianza, y estamos aquí porque al ser una capital, queríamos ver qué clase de información interesante podríamos conseguir. Pero en último momento, al pasar por el río, nos embistió una pequeña ola al descarrilarse y nos obligó separarnos... Tres terminaron en no sé dónde y Matsuda y yo conseguimos recuperarnos antes, si no, seguramente habríamos terminado en otro lado. Como ves, una broma de muy mal gusto del destino—. Dije con cierta moralidad baja. >>Me sabe mal por Matsuda, jamás le ha tocado ser líder en algo y ahora con esto le ha caído como un piedra encima suyo. Pero al menos creo yo he conseguido animarle, solo espero que los chicos estén bien. Concordamos ir a Fuji, pues Matsuda consiguió gritar ese sitio antes de separarnos demasiado. Así que es probable que mañana mismo nos traslademos... A propósito—interrumpí un momento mi explicación para sacar las diez monedas y dárselos a Satou. >>Yamamoto me contó acerca de tu visita, de no ser por él no tendría idea que estabas aquí presente. A todo esto... Papá. ¿Qué es ese veneno? Odio decir que tenido varios contactos más de cerca con ese veneno de lo que desearía, y por lo que veo, es un veneno muy potente y peligroso.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki) Exterior Satou se incó frente a Kuroki con una sonrisa enorme en el rostro —Entonces mi hijo no sólo se ha convertido en un hombre, se ha unido al Clan que busca unificar a Japón, ¿sino que también se ha convertido un ninja?— estaba demasiado orgulloso — Bien dice el dicho que debemos dejar salir del nido a los hijos; tú por tu caracter y determinación has volado muy alto en mi ausencia — dijo mientras le acomodaba el cuello del haori, el cual tenía mal doblado; porque nunca dejaría de ser su pequeño a pesar de todo. Después colocó sus manos en los hombros de Kuroki — Haces honor al apellido de la familia, mañana celebraremos tu crecimiento como es debido, creo que ya es justo que tomes tu primer trago de sake, a menos que también ya hicieras esto — dijo riendo, mientras se volvía a colocar a su lado. —Entiendo que se dividieran, el clan Taira se sabe mover, no dudo que ataquen a un grupo de gran número; espero pronto puedan formar un ejército; sé que el clan Tao se uniría a la causa; pero yo no soy quien pueda asegurártelo, tendríamos que hablar con Zeng cuando despierte. La suerte siempre es descarada en el inicio de un movimiento; pero esta mejorará, sólo deben encontrar más aliados, los Minamoto no pueden pelear solos — dijo orgulloso al saber que su hijo había sido recibido bajo aquel apellido. Recibió las monedas y las miró agradecido —Sinceramente creí que las había perdido en el camino a la Herbolaria, estaba corriendo y guardé todo a velocidad sin revisar demasiado; tampoco quería escuchar las palabras de Yamamoto —dijo avergonzado — nuestras katanas estaban llenas de fango seco, así estuvieron por dos días, y eso habla mal de un guerrero —miró a Kuroki —tu katana es como tu alma; debes cuidarla con el mismo cariño — dió una pausa antes de contestarle — El veneno causante de la muerte del guerrero Chikusa, dudo que sea el mismo que utilizaron en Matsuda, Zeng y Yin; este es un veneno que tarda en surtir efecto, es por eso que es tan peligroso según el herborista; dice que pueden pasar años sin que notes el cambio que lentamente hace en ti, es un asesino paciente. Pero a la larga es mortal. Se levantó —La noche no es eterna, debemos descansar; seguramente el herborista no se molestará demasiado si dos personas más nos acompañan — dijo entrando nuevamente a la Herboraria dicíendole a Kuroki que lo siguiera. Interior Zeng y Yin ya no estaban allí, tampoco el herborista; Matsuda los miró y sonrió al ver que ambos entraban con rostros tranquilos, eso le indicó que la plática había resultado bien —El herborista y el médico subieron a los pacientes al segundo piso, ya descansan en estos momentos. —Perdón que fuera tan rudo con mis palabras; tenía miedo de que mi hijo estuviera con malas personas —dijo Satou haciendo una reverencia a Matsuda el cual inmediatamente se sintió incómodo. —No debe disculparse, siempre que no haya lastimado a Kuro todo está bien — dijo Matsuda desviando la mirada. El herborista bajó y Satou se enderezó para hablar con él —¿Podemos permanecer todos aquí?— dijo refiriéndose a Matsuda y Kuroki. —Hay suficiente espacio arriba; pero sólo será por esta noche, le debo el favor a Ujihisa — mencionó el herborista indicándoles que podían subir. La noche pasó tranquila, por fortuna habían encontrado un lugar en el cual dormir y no tener que recurrir a dormir golpeados en la clínica o refugiados en algún techo.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki) Amaneció en la ciudad de Nagoya. Al estar en la zona más alejada de los tumultos pudieron dormir con tranquilidad, los sonidos de la ciudad no los interrumpieron de su sueño. El primero en despertar fue Ujihisa, quien miró extrañado a Kuroki y Matsuda, pero el pensamiento o la duda lo abandonaron, tenía hambre por lo que buscaría algo para desaynar. Satou fue el siguiente en despertar, se estiró y el crujido de su espalda despertó a Kuroki y Matsuda. —Buenos días — dijo Matsuda sin emoción; aun era temprano para él, hubiera disfrutado un sueño más largo. — Buenos días — respondió Satou avergonzado por haberlos despertado. —Buenos días — pronunció una voz nueva, era Zeng. Contenido oculto: Zeng Satou hizo una reverencia hacia Zeng —Espero se encuentre mucho mejor el día de hoy — se enderezó y señaló a Kuroki — Este es mi hijo; Kuroki — después señaló a Matsuda — Él es Matsuda — los presentó — ambos pertenecientes al clan Minamoto Esto hizo que Zeng los mirara con curiosidad mientras Yin se despertaba, seguramente había escuchado todo y se hacía el dormido. Matsuda se tensó y miró a Kuroki, entendía el por qué le había dicho a su padre; ahora ya no podía hacer más por la información otorgada a los desconocidos. Contenido oculto: Yin —¿Del clan Minamoto? — mencionó Yin mientras Zeng levantaba la mano para callarlo. —Nosotros somos el clan Tao, venimos de la gran China para cumplir con una misión importante; un miembro del clan Taira es un exhiliado de nuestro clan, debemos asesinarlo — dijo sin tapujos, Zeng tenía una actitud bastante seria, muy parecido a cómo se dirigía Ukita con los demás del clan. Su voz era tranquila y formal, a la vez severa en ocasiones. Matsuda se quedó callado, aquello era una situación diplomática de un momento al otro. (Misato; Heya; Daichi; Misato) El recorrido hacia Nagoya había resultado muy satisfactorio, llevaban caballos con ustedes gracias a Kioshi y su noble oferta y lograron salvar a unos agricultores víctimas de bandidos, por lo que había recuperado lo que acababan de invertir en sus caballos; la suerte comenzaba a sonreirles, el camino había sido bueno después de haber tenido que pasar por la situación del río el día anterior. Sus caballos se quedaron en el exterior de la ciudad amurallada al cuidado de unos granjeros en su establo; al terminar el día les cobrarían dieza monedas por el mantenimiento. Entrar a Nagoya fue costoso, la ciudad era amurallada y cobraba por su entrada, de esta manera podía seguir gozando de su seguridad interna, el sitio era más grande de lo que pudieron imaginar, el ingreso al ciudad los hizo verse envueltos en un movimiento acelerado de personas, que los empujaban, ya que ellos ya sabían a dónde se dirigían y ustedes estorbaban. Un guardia se acercó a ustedes y les señaló direcciones hasta el Shukusha local. posiblemente allí podrían hacer preguntas.
Kuroki Fusatada Herbolaria Miré la gran alegría y orgullo de mi padre para cuando terminé de hablar, por lo que no pude evitar sonreír de la misma manera, estaba tan emocionado como él, por lo que sonreí ampliamente. Mientras sentía como arreglaba mi haroi, y le escuché, riendo realmente conmovido mientras soltaba inconscientemente una lágrima, bastante agradecido. Tal y como supuse, estaría muy orgulloso de mí. Luego escuché la parte del sake, por lo que no evité reír divertido, negando. Eso sí que nunca lo había probado. Escuché lo demás, por lo que no dejé de sonreír mientras veía las estrellas. Así que Zeng es su líder, ¿eh? Tal vez y hablando podríamos convencerlo aunque... No es que hablar sea mi mejor cualidad, pero algo podría intentar, claro. Luego, al escuchar la parte del veneno me sorprendió en serio, dios. Pudimos haber perdido a Matsuda sin darnos cuenta, menos mal que en verdad se optó por ir a tratarlo. Al final, ingresando de nuevo a la Herbolaria, tuvimos la fortuna de dormir en camas esa noche. Lo cual me hizo sonreír ampliamente, para cuando comenzamos a subir, no evité darle un leve golpe con mi codo a Matsuda para guiñarle, sin duda alguna, para mostrarle que estaba bien, y que por lo menos nos habíamos ahorrado el dolor. Pasadas las horas, el amanecer llegó, la ventaja de ser de los sitios más recónditos de Nagoya era que se pudo dormir plácidamente por un tiempo extra, aunque el crujir de mi padre nos hizo despertarnos, Matsuda fue despertando a la par que yo también abría los ojos poco a poco. Para cuando comencé a incorporarme para tallarme los mismos, mi padre nos presentó, incluído al clan al que estábamos. Aunque pude notar la mirada tensa de Matsuda, poco después le devolví la mirada con un gesto de "esta bien, confío en ellos". Sin en cambio, la extraña pero curiosa mirada de Zeng si que captó mi atención, para ser un supuesto clan que fue erradicada hace no mucho, al parecer corríamos como un mito por Japón. Yin a primera vista me dio una vibra poco seria y hasta burlona, a pesar de que solo formuló una pregunta, su rostro y forma de expresarse, hasta inclusive el cómo Zeng le calló rápidamente, como impidiendo que lo demás siguiera su curso. Aunque pronto, la posible razón por la que calló tan rápido al joven era por lo que nos soltó en cara sin más. ¿Un exiliado del Clan Tao es ahora Taira y debíamos asesinarlo? V-Vaya... Que rápido ha sido todo eso. —Entiendo...—. Dije atónito, mirando a mi padre un momento para sacudir mi cabeza un momento. >>Disculpe, es un honor. Sobre lo que nos está contando...—me interrumpí un momento para acomodar las frases correctas. —¿Qué es lo que ha pasado con este miembro? Eh, quiero decir. ¿Lo han seguido hasta aquí? Disculpe, es que ha sido muy precipitado lo que ha dicho—. Dije, un poco tenso pero aún así firme a mis palabras, si íbamos en teoría a vernos involucrados en un nuevo conflicto como mínimo debíamos conocer todo el contexto.
Misato Aoyama Jamás hubiese imaginado que una chica de apariencia y corazón cálido fuese la regente de aquel hermoso pueblo...tal como el significado de mi nombre. Estaba acostumbrada a señores y líderes que ostentaban atuendos y fortalezas de gran majestuosidad, al final fue una bendición haber sido arrastrados por la corriente. —De verdad muchas gracias por su hospitalidad señorita Kioshi, espero un día tener la oportunidad de regresar a su pueblo. En cuanto culminó la cena ella nos proporcionó a un costo amable tres caballos para partir a Nagoya. ¡De verdad eran increíbles siempre había querido montar uno! Los caballos parecían dóciles y sin más perdida de tiempo nos despedimos de la dulce regente de Aisai. Mis plegarias a los Kamis habían dado sus frutos, el viaje fue fructífero en el lomo de Arashi... No pude evitar darle un nombre, mi amor por los animales me dictaba otorgarles uno, para mayor fortuna tuvimos la oportunidad de frenar a unos molestos bandidos en el camino, pudimos reponer algo de monedas para un futuro. Dentro de Nagoya la multitud de pobladores era abrumadora, incluso el tamaño de la misma ciudad era intimidante aunque si fue molesto el ser empujados por los locales. Al vernos desorientados un guardia nos guío hasta el Shukusha donde podría conseguir información adecuada. —Disculpe señor ¿Ha visto por esta ciudad un niño de cabellos blancos en compañía de un hombre?— pregunte sobre el paradero de Kuroki y Matsuda, en el camino el río parecía conducir directo a Nagoya, por lo que no sería extraño verlos en esta misma ciudad...esperaba de verdad que estuviesen con bien.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki) Zeng se recargó en la pared; su kimono se aflojó mostrando su pecho vendado, del cual aun tenía sangre a pesar dehaber sido cambiado el día anterior; era muy poca, la suficiente para delimitar los patrones de las heridas; una línea diagonal en todo el pecho seguia de tres pequeñas que cruzaban de manera perpendicular — Es lo único que tengo en mi mente desde que salí de mi hogar; yo tenía a dos hermanos menores, Yin siendo el más pequeño de los tres —dijo señalando a Yin quien levantó la mano como para señalar que el era Yin. —Mi otro hermano trató de matar a nuestro padre y pensaba matarme a mi también para tener el poder del clan Tao bajo sus órdenes; pero fue descubierto antes de que lograra alguna de estas acciones — suspiró, su rostro mostraba enojo —Pero mi padre fue indulgente, así que sólo lo exhilió; antes de irse logró su cometido, lo hizo de una manera fría, justo frente a nosotros el día que tomaba la embarcación para irse, se acercó a nuestro padre con la excusa de que quería abrazarlo por última vez, y allí lo asesinó huyendo en la embarcación con hombres fieles a él Yin colocó su mano en el hombro de Zeng para tranquilizarlo. —Ahora se hace llamar Masaki y está aliado al clan Taira, no fue nada estúpido; se alió a un clan fuerte para evitar que lo capturáramos — mencionó Yin para que Zeng no recordara el pasado, pero era inútil, Zeng se notaba totalmente molesto. —E hizo lo mismo en Higashiomi; nos atacó con una táctica tan baja como es el veneno — miró a Matsuda —ayer escuché que tú también fuiste víctima de eso, es un veneno que te hace sentir cansado al instante; volviendo tus movimientos torpes; después el veneno parece que piere efecto— dijo Zeng mientras Matsuda afirmaba, era lo mismo que sintió en su combate en Nara con Yoshitame. —Higashiomi era nuestra oportunidad para atraparlo estando solo; ahora que ha vuelto a Kioto se volvió a rodear de aliados poderosos, no será tan fácil dar con él nuevamente — decía Yin bastante triste. Shukusha (Misato; Heya; Daichi; Misato) El hombre el la recepción se quedó pensando unos momentos mientras le entregaba una yukata limpia a otro cliente. El lugar estaba repleto. —Ayer vino un joven con esas características con su padre; el pobre no sabía que era el Día del señor — rió —No pudieron alojarse aquí, estábamos con habitaciones llenas— después miró a Misato con detenimiento y no pudo evitar sonrojarse —La verdad es que no sé a dónde han ido después
Kuroki Fusatada Herbolaria Observé con atención a Zeng, pronto, al recargarse se pudo notar sin querer sus vendas y sus heridas aún frescas por el encuentro que tuvo en Higashiomi. Lo cual me hizo musitar triste, lo miré con atención, incluído a Yin para cuando lo mencionó, fue él quién tomó el relevo de la plática, mientras Zeng se le veía rabioso por el evento del pasado, cosa completamente comprensible. Sin en cambio, escuchar nuevamente el nombre de Masaki, me hizo quedarme atónito. ¿Así que es un hermano suyo? Cielos, ¿cómo es posible que de verdad exista gente tan irónica en una misma familia? Dejé que ambos terminasen sus relatos, para bajar la mirada un momento, mirando un segundo a Matsuda y después a Satou, mi padre. Poco después miré a Yin nuevamente. —Natsu...—. Dije —¿Les suena ese nombre? Era un compañero nuestro, pero en algún momento tomó su propio camino. Y por lo que me dijo mi padre, estuvo en Higashiomi con ustedes. ¿Tuvo contacto con Masaki? Porque... No sé, si haya alguna manera de saber a dónde ha ido. Sumado claro, a que pudo haber tenido contacto con su hermano. Ahora que han aclarado mi pregunta, sin dudas hace que tengamos un enemigo en común. Pero al ser Taira es alguien muy peligroso, y es muy probable que los esté buscando ahora. ¿No hay alguna manera de que puedan estar acompañados por más? Desconozco si tengan aliados pero, no es como que nosotros estemos en una posición favorable de momento—. Comenté, mientras me quedé reflexivo. >>¿Iban hacia algún lado en concreto? Porque... Tal vez esté siendo precipitado pero—miré a Matsuda —¿Crees que podamos hacer algo al respecto?—. Dije, aunque en realidad me refería a si podría ser que nos siguiesen hasta Fuji, para reunirnos con los demás antes de que Masaki hiciese algo antes, era importante reunirnos con Misato, Heya y Daichi antes de hacer nada, pues aún seamos cinco ahora, estábamos muy expuestos.
Daichi Nishimura [Shukusha] Me sentía satisfecho, había logrado conseguir tres caballos a un buen precio, realmente, la fortuna no estaba sonriendo en estos momento. Sin embargo, aún cuando sentía alegría por estar de nuevo montado en un caballo y que nos estabamos dirigiendo en búsqueda de nuestros compañeros perdidos, sentía dudas respecto a lo que habían dicho sobre mi padre, "¿Qué era el Clan Fujiwara?", parecía como si la guerra había sido más complicada de lo que imaginaba. Medité varias veces durante el viaje y eso, inclusive, estuve tentado de preguntarles a mis compañeros sobre esas dudas, pero ¿acaso los conocían los suficientes? Por supuesto, eramos parte del clan Minamoto, teníamos un destino, pero... ¿Aún era muy temprano para revelar las cicatrices? Sí. Me mantuve esas dudas para mí. Durante el camino, pudimos salvar a un grupo de granjeros, ellos estaban felices, yo complacido. Llegamos finalmente a Nagoya, nuestro destino inicial. Ahora vendría lo difícil tener que encontrar a Matsuda y Kuroki. Dejamos a nuestros caballo en las afueras, tuvimos que pagar una cuota de entrada. Ajusté mis armas para asegurarme que nada estuviera fuera de lugar y tan pronto se abrireron las puertas quedé abrumado por la cantidad de personas que habían. Miré a todos lados y solo podía observar personas que me empujaban y otros que parecían estar enfocados en su destino, resoplé, mientras comenzaba a transpirar. Miré a Heya y Misato ambos parecían tranquilos. De pronto un guardia nos guió hasta el Shukusha, cuando entramos pude respirar tranquilo, ya no sentía como si la multitud me aplastaba. El flujo de personas era mayor de la que usualmente veía, pero me encontraba cómodo, sin embargo... "No habrá espacio...", pensé resignado, no era una opción para quedarnos a descansar. Misato le hizo una pregunta al encargado sobre el paradero de nuestros compañeros perdidos. Sin embargo, pude escuchar las conversaciones de las personas que nos rodeaban, procesé la información con cuidado, intentando manejar los fragmentos cortos en mi memoria, repitiéndolo en silencio tapando mis labios con mi mano derecha. Miré al piso, analizando cada pedazo de información. Hasta que encontré uno que me interesó: "—...Escuché que un pequeño clan ingresó a Nagoya, se dirigió a ese sitio extraño en los rincones de Nagoya, la herbolaria...—" Dude, pero... ¿Cuantos pequeños clanes podrían haber decidido ingresar a Nagoya justo cuando nos separamos y era nuestro destino? Miré el techo, intentando analizar luego miré a Heya y asentí, probablemente pensó que estaba loco, pero era más un movimiento de asegurarme que mis ideas eran correctas y podías compartirlas. "—Ayer vino un joven con esas características con su padre...No pudieron alojarse aquí, estábamos con habitaciones llena...La verdad es que no sé a dónde han ido después—" —Sí, tienen que ser ellos...—susurré para mi, "Alguien en la herbolaria tiene que haberlos visto". Le hice una señal con la cabeza a Heya para que me siguiera hacia el exterior del establecimiento. —Muchas gracias, señor, muy amable.—interrumpí la conversación entre Misato y el señor que atendía el Shukusha, y con un movimiento de manos le indiqué que me siguiera. Bajé mi voz para que solo ellos pudieran escucharme.—Creo que podemos encontrar información en la herbolaria de este lugar...—miré alrededor para asegurarme que no había nadie escuchándonos. —Oí que vieron que un clan pequeño ingresó y esas personas se dirigieron a la herbolaria, creo que sería una buena idea ir a visitar a ver si saben algo, ¿no?—pregunté mirandolo a ambos a los ojos, realmente no teníamos más pistas. —No creo que hayan muchos clanes pequeñas por ahí con los mismo planes que nosotros, ¿no?—pregunté con una leve sonrisa.
Herbolaria (Matsuda; Kuroki) Zeng miró a Kuroki —Hablas demasiado, se parece demasiado a ti Satou —mencionó mirando a Satou quien sonreía ante eso — No conozco a tu compañero, seguramente es quien peleó con Masaki después de nosotros según lo que Ujihisa y Satou nos dijeron —Nunca vimos a ese desconocido; pero gracias a él Satou pudo regresar por nosotros y junto a Ujihisa salvar nuestras vidas — mencionó Yin, mientras Zeng afirmaba —Ese hombre...— una voz se hizo presente detrás de ustedes, era el médico Ujihisa, quien cargaba una cesta de arroz hervido para desayunar. Contenido oculto —Después de que Satou volvió con el golpe en el rostro; estaba desarmado por lo que fui yo quien regresó al cementerio a las afueras de Higashiomi; pensando que sólo recogería a los cadáveres— mencionó con apatía, aquel hombre —Natsu, conque ese es su nombre; yo hablé un poco con él antes de que se fuera junto a Satou al cementerio —dijo sentándose con tranquilidadmientras repartía tazones con arroz para todos, no siguió con su monólogo hasta que todos tuvieran el suyo, nadie comía en espera a la voz de Ujihisa, quien empezó a comer sin preocupación. —¿Y qué más pasó?— mencionó Matsuda mientras Ujihisa lo miraba desconcertado, como si se hubiese olvidado que no acabó su oración. —Pues, lo recogí en la carreta que usaba para arrastrar a los muertos, junto con Yin y Zeng — mencionó sin tapujos. Zeng se llevó la mano a la sien para masajearla —Pero dijiste que hablaste con este hombre; Natsu. —Ah, eso fue antes de la pelea; me preguntó por la resistencia de Higashiomi y por los Minamoto — dijo para después seguir comiendo. —¿Preguntó por nosotros? ¿Eso fue todo?— Matsuda preguntaba muy confundido por la actitud tan laxa del médico. —¿Ustedes son parte del clan? Jamás lo hubiera imaginado. Si, sólo preguntó eso, después le dije a Satou que lo guiará al cementerio, cerca del escondite de Zeng — culminó Ujihisa mientras terminaba de comer arroz. Matsuda y Yin también comenzaron a comer. Yin suspiró y miró a Kuroki — Dudo que Masaki nos busque, para él somos insignificantes ahora que tiene mayor poder en Japón del que tenía en China. —Tenemos un grupo de resistencia, estaban esperando mis órdenes para atacar en Higashiomi, órdenes que nunca llegaron — mencionó Zeng con molestia, estaba preocupado por sus hombres. Matsuda miró a Kuroki, no le gustaba tomar decisiones tan importantes como esa, pero debía asumir su rol como líder temporal —Pueden acompañarnos; yo puedo mandar una misiva a sus hombres si me da la ubicación, puede indicarles que esperen futuras órdenes y se mantengan atentos; nosotros nos reuniremos con nuestro líder Takeda Minamoto, junto a él yo sé que encontrará un aliado fuerte, que pueda ayudarlo a traer a Masaki ante la justicia, pues nosotros los Minamoto eso es lo que buscamos, que Japón sea libre de las redes de los Taira. Zeng observó a Matsuda con atención —Par ser sincero no tengo otra alternativa; ahora que perdimos ese factor sorpresa y Masaki se ha ocultado en una ciudad amurallada, mis hombres y yo no somos suficientes paracumplir con nuestra misión; estoy interesado en conocer a su líder y poder pactar una alianza; si es que no es alguien que busca erradicar a los extranjeros. Matsuda negó con una sonrisa en el rostro —Mi esposa tiene ascendencia china y es parte de nuestro movimiento; creame que si eso le molestara a Takeda, ella y yo estaríamos en Nara, y no arriesgando nuestras vidas por él. Zeng quedó conforme; Yin siguió comiendo; Ujihisa ya estaba recargado en la pared tomando una siesta; mientras que Satou no podía dejar de sonreír. —Entonces volveremos a estar juntos — dijo Satou hacia Kuroki.
Kuroki Fusatada Herbolaria Así que nunca vieron del todo a Natsu. Bueno, no es que realmente eso fuese muy trascendental, se separaron, así que sería complicado de todas maneras, pero seguía confiando en que lo hallaría algún día. Natsu... Te encontraré. No me importa que seas alguien que va a tu rumbo, nos ayudaste en Nara. Algo pasó contigo y lo averiguaré, porque estoy seguro que falta un detalle más acerca de todo esto. Al final, una nueva voz me hizo musitar sorprendido por un instante, por lo que giré mi cabeza hacia el origen del sonido, era otra persona, al parecer el propio Ujihisa, llegó hablando acerca de Natsu, al parecer tuvo un mayor contacto con él. Nos repartió tazones de arroz hervido para desayunar mientras el médico seguía hablando, con una apatía abrumadora. Sumado a su apariencia tan cansada... No otorgó muchos detalles nuevos a diferencia de lo que me relató mi padre, pero servía bien para Matsuda. Aunque con lo que relataba, como había pensado ayer. Salió con heridas graves de Higashiomi. Todo cuadraba tal cual rompecabezas. Sin en cambio, que el propio Natsu preguntara por nosotros captó mi atención, pese a todo, sí seguía pensando en nosotros. Luego Yin y Zeng se dirigieron a mi, en parte consolaba el hecho que Masaki no les prestase atención, nos facilitaba un poco más esos movimientos, pero que estuviese refugiado era sin duda alguna un problema. Matsuda me miró un momento y yo devolví mi mirada mientras comenzaba a comer, un poco nervioso. Podía entender que ni él ni mucho menos yo teníamos el derecho de pactar con algo así, pero también era cumplir con el cometido de obtener aliados para contra los Taira. Al final, Matsuda comenzó a dialogar con Zeng, yo solo me limité a escuchar mientras terminaba con calma el alimento, simple pero aliviaba el hambre. Y poco después, parecía que ambos habían llegado a un acuerdo, al menos temporal y que sin dudas motivaba y daba esperanzas. Lo cual me hizo sonreír como con mi padre, al final parece que la suerte nos empieza a sonreír de nuevo. Mire a Satou mientras hablaba y asentí conmovido. —Juntos papá, dios. No sabes la alegría que me provoca esto—. Comenté visiblemente emocionado y alegrado, por dios. ¡Esto es un sueño! Miré entonces a Matsuda. —La verdad es que aún habían dos lugares que me interesaba mucho visitar aquí, el Dojo y el Santuario. El primero por sobre todo. Pero también debemos desplazarnos... Aunque desconozco si también ustedes deben hacer algo más aquí—. Comenté, en especial con lo último dirigido a Zeng y compañía.