Nagano Nagano

Castillo
[Togashi; Kojiro; Tetsuo; Terunobu]

Tetsuo escuchó las palabras de Togashi; no como un consejero a su señor; no como un guerrero a otro; sus palabras eran de alguien que a pesar de lo difícil que sea la situación, hablaría con la verdad, sus palabras no eran un compromiso con el o su padre; sus palabras eran de un amigo sincero.

—La alianza entre Nagano con los Minamoto sólo se fortalece cada segundo —dijo con una sonrisa ligera —agradezco tu ayuda, mis hombres también se verán beneficiados con recuperar sus forjas dañadas o perdidas.

—Disculpe, mi señor —se escuchó la voz de Terunobu desde la puerta que los dividía —Lamento interrumpirlos — por supuesto que Tetsuo jamás se podría encontrar solo sin alguno de sus hombres; era el último de los Azai, seguramente por ello pronto debería encontrar una mujer.

—Está bien, Terunobu. ¿Qué sucede? —Tetsuo sabía que aquel hombre no interrumpiría una conversación privada a menos que algo de inmensa importancia lo justificara.

—El señor Urakami no Kuno ha llegado —mencionó Terunobu.

Tetsuo inmediatamente miró hacia Togashi —Es el segundo en sucesión en la prefectura de Wakayama; por favor, únete a Terunobu y a mi en esta audiencia. ¿Podrías?

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Togashi
Castillo

La conversación fluía con la agradable calidez que de un reencuentro entre buenos amigos, cuando Terunobu llamó desde la puerta que los separaba para anunciar la llegada de Urakami no Kuno. Cuando Tetsuo le comentó que se trataba de uno de los sucesores de la prefectura de Wakayama, Togashi fue consciente de que se avecinaba otro reencuentro, aunque de una ausencia más breve. Asintió ante la invitación del Azai.

—Por supuesto que iré con ustedes —dijo mientras se incorporaba—. Charlé un poco con Kuno en la entrada de la ciudad, me pareció agradable —contó como si fuera lo más común del mundo pararse a hablar con herederos de prefecturas—. Su habilidad con el shamisen es extraordinaria, no me extraña que la gente se detenga a escucharlo interpretar su música.

 

Castillo
[Togashi; Kojiro; Tetsuo; Terunobu]

Tetsuo sonrió de inmediato al escuchar las palabras de Togashi —En verdad es virtuoso —dijo corroborando lo que Togashi había descubierto por sí mismo.

Se prepararon para recibir a Kuno; y cuando escucharon que Terunobu deslizaba la puerta para dar paso a uno de los hijos de Wakayama, Kuno entró con tranquilidad, su atuendo aun seguía siendo el mismo, uno bastante humilde a pesar de su rango.

—Me es grato saber que tenía tiempo para recibirme —Kuno habló ante Tetsuo —Lo agradezco; siempre han sido muy amables aquí en Nagano— dijo haciendo una reverencia al señor de Nagano.

—Por favor; tome asiento—Tetsuo le mostró una de las almohadillas del lugar —Lamento recibirlo en un sitio tan informal; pero estamos en reorganizando muchas cosas.

Kuno negó, aquello no le molestaba en lo más mínimo —No esperaba reencontrarnos con tal brevedad — dijo Kuno hacia Togashi; para después volver hacia Tetsuo —Entonces... Los Minamoto han vuelto... —La oración de Kuno fue directa, tanto que dejó a Tetsuo sin respuesta inmediata; él aun seguía pensando en palabras para darle una bienvenida adecuada.

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Togashi
Castillo

Adoptaron los preparativos necesarios para recibir al segundo en la sucesión de Wakayama. Togashi había asumido que sería conducido a una sala de audiencias pero, para seguir alimentando su curiosidad sobre la habitación, Tetsuo había tomado la resolución de recibir a Kuno en aquel lugar. El joven músico entró con tranquilidad, con la humildad formando parte de su ropaje y sus movimientos. Tetsuo lo hizo pasar mientras él procuraba guardar respetuoso silencio, pues consideraba que lo correcto era dejar que su amigo tomara riendas de la situación. Así, respondió a Kuno con una inclinación y un asentimiento de cabeza, pues él tampoco esperaba volver a verlo tan pronto.

Tras todo esto volvió a ubicarse en la almohadilla en la que se había acomodado antes. Kuno entonces fue directo y mencionó el regreso de los Minamoto… Togashi espero a que Tetsuo contestara, pero enseguida se dio cuenta de que las palabras de Kuno lo habían tomado desprevenido. El herrero seguía pensando que lo correcto era que el Azai respondiera como representante de Nagano, pero entonces lo reconsideró por la conversación que habían tenido antes. Además, si Tetsuo le había pedido que lo acompañara en aquella audiencia era porque confiaba en él, Togashi no pensaba defraudarlo. Fue por eso que se atrevió a tomar la palabra para responder.

—Tal como has dicho: el regreso de los Minamoto es una realidad que está creciendo —dijo—. Yo mismo formo parte del clan, brindo mi espada a su causa y también soy uno de sus herreros —mencionó—. Mis compañeros y yo partimos desde Nagoya, al llamado de los nuestros, apenas supimos que la ciudad estaba bajo asedio; pero la fuerza de los Minamoto y de la ciudad de Nagano ha sido tal que, aunque vinimos lo más rápido posible, nos encontramos con que todo había terminado antes de lo pensado —“para bien” estuvo a punto de decir, pero en la guerra no había ningún bien en verdad.

 

Castillo
[Togashi; Kojiro; Tetsuo; Terunobu]

Tetsuo afirmó, estaba tranquilo de que las palabras de Togashi le habían dado el tiempo de reacomodar sus pensamientos —Togashi ha hablado por su clan; los Minamoto han vuelto, y ningún rumor simple acerca de ellos puede tomarse como verdad.

Kuno asintió levemente —Entonces, ¿El rumor de la ceremonia de unión entre Takeda Minamoto y Tomoe Taira son falsas?

Tetsuo afirmó —Takeda mismo podría haberle confirmado que aquello es una mentira; pero ha partido con premura, es difícil que el líder de los Minamoto permanezca por mucho tiempo en un solo sitio.

—Nunca he dudado de ustedes; pero debo decirle que suena algo conveniente —Sonrió Kuno —Pero también sé que usted me ha mandado a llamar por los estragos que han ocurrido en Wakayama, y no precisamente porque el señor Takeda se encontraría aquí con los suyos. Por ello no tengo manera de dudar de usted; y menos con la grata respuesta que tiene su gente con respecto a usted y los Minamoto —miró a Togashi, aun sonriendo. Kuno estaba allí con la gente, escuchando —Confío en sus palabras, mis señores. Confío en los Azai y los Minamoto.

Tetsuo se relajó al instante —Así es, me preocupan las amenazas que han tenido en Wakayama.

—Es posible que caiga la misma desgracia que ha ocurrido aquí en Nagano —mencionaba Kuno bajando la mirada — Se nos envió a un representante del señor Akishino; se habló de la unión entre los Taira y los Minamoto; mencionando que no había decisión que tomar, no iba a existir más una resistencia ante el Imperio, sólo se unirían los clanes y consolidaría su poderío.

—Una manera de decir que no era necesario oponerse — dedujo Tetsuo ante la afirmación de Kuno.

—Wakayama sigue en la espera de la ceremonia que se llevará a cabo en seis soles; mi padre y hermano asistirán. Allí, las prefecturas aceptarán el acuerdo, declarándose aliados del Imperio —Kuno levantó la mirada — Wakayama es la primera prefectura que sabe esta verdad; seguramente es por esa razón que querían destruir Nagano, decirle a todas las prefecturas lo que sucede cuando te opones a Akishino.

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Togashi
Castillo

Togashi escuchaba la conversación con respetuoso silencio, intrigado por detalles que se iban desvelando y, como siempre, con la curiosidad y deseos de ayudar al prójimo hormigueando en su ser. Por lo que habían dicho, la prefectura de Wakayama se encontraba en aparente peligro. Y no sólo eso: ahora sabía quiénes eran los protagonistas de la boda que se iba a celebrar en Kyoto, lo que desde luego lo había desorientado bastante. Tomó la palabra en la audiencia:

—Supe del rumor de la boda en Nagoya —contó—, según me dijeron fue un tema resonante en aquella ciudad. Esto nos da una pista de hasta qué punto los Taira esparcieron esa información falsa —se quedó un momento en silencio, pensativo—. Lo que me descoloca es que supuestamente es Takeda uno de los que celebra la unión, ¿por qué arriesgarse a esparcir tal rumor cuando el verdadero Takeda está en movimiento?

>>Y luego descubrí el rumor de que Shino Taira está a punto de dar a luz, pero viendo la dirección que toman las cosas, de seguro es otra información dudosa con el fin de convencer a la gente de su poderío…

Miró a Tetsuo y a Kuno, especialmente a este último.

—Por “estragos que han ocurrido en Wakayama”, ¿se refieren a que han sufrido algún tipo de agresión, además de las amenazas de Akishino?

 

Castillo
[Togashi; Kuno; Tetsuo; Terunobu]

Kuno escuchó las palabras de Togashi, y antes de que Tetsuo le pudiera responder, fue Kuno quién tomó la palabra —Puedo asegurarle que el embarazo es cierto; yo fui personalmente a Kioto a tocar el shamisen hace tres estaciones; y la señora Shino ya estaba embarazada; fue la primera vez que se nos habló de la alianza militar entre prefecturas.

—¿Entonces si han sufrido más agresiones? —Preguntó Tetsuo retomando la pregunta de Togashi

—Sólo advertencias. Y la última fue nuestro último aviso, pues debemos dar respuesta el día de esta ceremonia —La respuesta de Kuno fue tranquila; no se le notaba muy preocupado —Y haber venido aquí sólo hace más difícil esa respuesta. Si mentimos y aceptamos una alianza, sólo nuestras palabras serán falsas; porque tomarán a nuestro ejército, y las guerras serán reales. Pero si no aceptamos, el ataque caerá directamente sobre nosotros. Veo que los Minamoto han respondido al ataque en Nagano; si nosotros damos nuestra fe a su causa... ¿Los Minamoto y sus aliados responderán en Wakayama?

—No puedo hablar por el señor Takeda —apresuró en decir Tetsuo —Pero sé que los Minamoto defenderán a sus aliados, ya lo han demostrado.

Kuno afirmó ligeramente. Aquel joven era difícil de descifrar, no se podía saber si estaba satisfecho con la respuesta.

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Togashi
Castillo

Mientras la audiencia proseguía sin que dejara escapar un detalle relevante, él mientras tanto meditaba con cuidado sobre la oportunidad que se le presentaba. Kuno se encontraba en una situación difícil por haber asistido a aquella reunión y eran entendibles los temores y la suspicacia que presentaba, pues una sola decisión iba a poner en peligro no sólo su vida, sino también la de su ciudad y sus seres queridos. Tetsuo no afirmó nada cuando el joven preguntó si los Minamoto defenderían Wakayama, movimiento que consideró prudente y comprensible; si bien el Azai dijo que siempre respondían a sus aliados, no podía notar que Kuno fuese convencido por sus palabras.

“De modo que esta es mi responsabilidad, ¿no?” pensó para sus adentros, observando al músico.

Si daba una respuesta afirmativa, Togashi contaría con pocos días para disponer de un ejército que pudiese defender Wakayama, además de que debía comunicar a Takeda y Takano a la mayor brevedad posible, pero seguramente ya se habían marchado de la ciudad y el tiempo corría. Este era su primer gran desafío desde que dejó Tsu atrás.

—Como bien he dicho y estamos comprobando aquí mismo, los Taira ocultan y manipulan información. Dices que has visto a Shino Taira embarazada, que la has deleitado con tu música; pero también hay reportes de que se presentó en Shizuoka con rehenes e hirió a compañeros nuestros, entre ellos el hombre que me fue a buscar a Nagoya; yo mismo lo he visto con flechas clavadas en su pecho. Esto implica que a uno de los dos nos han mentido, pero no sabemos desde dónde… Entonces, ¿realmente es conveniente ceder ante un poder al que poco le importan las prefecturas y que engaña vilmente?

>>Si Wakayama se une a la causa Minamoto, nosotros responderemos en la defensa de su ciudad siempre que haga falta, tengo certeza de Takeda estaría de acuerdo conmigo, porque nosotros no toleramos las injusticias, ni las mentiras; un aliado es un hermano —afirmó—. Defendemos a los nuestros sin importar las historias previas, como fuimos a defender Shizuoka, ciudad con la que no hemos tenido una historia precisamente amigable —Togashi hubiera preferido no tener que mencionar los eventos de aquella batalla enfrente de Tetsuo, pero no le había quedado más remedio en pos de conseguir el favor de Wakayama y esforzarse por ayudarlos—; defendemos a quienes siempre nos recibieron bien y nos ayudaron, lo has visto en las calles de Nagano; si estoy aquí, es porque me avisaron que nos necesitaban. Y si vemos a alguien que necesita ayuda, nuestras espadas estarán presentes para defender su vida.

 

Togashi
Castillo (Habitaciones)

El final de la reunión dejó pensativo a Togashi quien, con el té de Tetsuo en la mano, miraba hacia la habitación desordenada sin ver nada en concreto. Tal como afirmaba su amigo, Kuno no dejaba entrever del todo sus pensamientos, el joven tan solo se había limitado a cerrar los ojos y dejar todo librado a la suerte, basándose en la información y afirmaciones que Togashi le había aportado como miembro del clan Minamoto. De hecho, ambos habían lanzado una moneda al aire. Esta caería el día de la ceremonia de Kioto para revelar la verdadera cara de sus promesas…

Sentía que el destino de Wakayama estaba en sus manos. Para librar un poco la presión que este pensamiento implicaba, decidió acompañar a Tetsuo a los jardines del castillo para despejar un poco su mente, pues hablar de guerra nunca era agradable. Allí se encontraron con Kojiro; era evidente que su hermano seguía muy afectado por la muerte de Jinrai Sasaki, pero al menos estaba allí con ellos gracias que Togashi supo ayudarlo en un momento doloroso.

Siempre había sido así.

Él no lo sabía, pero siempre le gustó ayudar a quienes veía que lo necesitaban. Su primera protegida había sido la propia Kanade, su pequeña hermanita, en un momento en que todo el mundo la despreciaba y ninguneaba. Luego se enfocó en ayudar a los Minamoto, un clan perseguido, en todas sus necesidades, si bien las primeras veces había fallado y se había lamentado por eso. Le devolvió a Kojiro sus deseos de combatir y de vivir, tras dos terribles pérdidas. Quiso encontrar a la persona que Benkei había estado buscando, pero éste se negó. En Kawa notó a una pequeña que había tenido un duro pasado y que no tenía un buen concepto de ella misma, y Togashi supo darle una visión positiva de su persona y un regalo para reconciliarse con ella misma.
Y ante toda una prefectura que era amenazada y presionada con mentiras para entregarse a un poder cruel, Togashi no podía quedarse quieto, aunque supusiera entregar una ayuda a mayor escala.

***

Al día siguiente despertó junto con los sonidos provenientes del ajetreo de la ciudad. Togashi se sentó suavemente sobre su cama y se refregó los ojos, mientras pensaba en lo afortunado que había sido de poder conciliar el sueño. Anoche se había quedado repasando los movimientos que debería hacer de ahora en adelante, pues dentro de cinco soles Wakayama respondería en la ceremonia de Kioto. Estaba el interrogante de si Kuno tendría la suficiente influencia para convencer a su padre y a su hermano sobre lo que le habían contado en Nagano.

“Bien pensado, el hecho de que Takeda estuviera ausente puede suponer una desventaja” Pensaba mientras se daba un baño rápido. “Aunque Kuno confíe en nuestra palabra de que la unión de Kioto es falsa, no tenemos manera de saber si sucederá lo mismo con el resto de su círculo de relaciones. Nos crean o no, lo mejor que podemos hacer es convencerlos de que estarán bien protegidos de un ataque… Pero, ¿cómo?” Suspiró mientras con agua fría trataba de enfriar su cabeza.

Ya bien aseado y con sus ropas puestas, Togashi salió de su habitación y en las afueras se encontró con Kojiro, quien también parecía haber tomado un baño. El herrero se acercó y lo saludó con su característica solemnidad, mientras reparaba en los diferentes sonidos que los rodeaban. Algunos provenían de la muralla y otros, más cercanos, del propio castillo. Togashi se dirigió a Kojiro:

—Hermano, iré a ver qué es lo que están haciendo en el Castillo por si requieren una mano, luego ayudaré un poco en la reconstrucción de la muralla; aparte de reforzar las defensas de la ciudad, puede servir de entrenamiento —suspiró, todavía pensativo por la responsabilidad que había asumido el día anterior—. Si quieres puedes acompañarme. Pero si necesitas más espacio a solas, no me voy a negar —aseguró.

Contenido oculto: movimiento

Togashi permanece en el Castillo. Va a investigar los "cambios" por los que está pasando.

 

Castillo
[Togashi; Kojiro; Tetsuo; Terunobu]

Kojiro tenía los ojos irritados; no sólo de un mal sueños sino de un llanto constante; pero se notaba su entereza, el haber tomado un baño era un buen indicio de buscar seguir adelante —Me adelantaré a ayudar en la muralla; prefiero alejarme un poco del castillo, quiero ir con la gente que no conoce mi apellido; las formalidades dentro del castillo no me ayudan a olvidar— fuertemente tomó aire por la nariz, haciendo sonar todas las flemas que allí estaban para hacer evidente que había estado llorando —Lo siento —se disculpó por el sonido — Pero si buscas entrenar, será mejor que practiques contra mi; no puedo descuidar mi entrenamiento.

Kojiro se despidió sin formalidades, a final de cuentas, Togashi era su hermano.

Varios sirvientes avanzaban con premura de un lado a otro, cargando distintas cosas; desde escritos, hasta comida. El movimiento en el palacio era muy fluido.

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• Puedes preguntarle a los sirvientes lo que sucede
• Puedes ir con Terunobu a saber que sucede (es ir al salón de audiencias)
• Puedes ir con Tetsuo a seguir platicando (a su estudio)

 

Togashi
Castillo

—Que así sea, hermano —respondió Togashi haciendo un gesto para Kojiro no se preocupara por el sonido de su nariz. Era patente la cantidad de tiempo que había estado llorando la pérdida de su padre, sumado a que su aspecto iba acorde a su pesado lamento. Pero al menos estaba de pie ante él, dispuesto a iniciar el día, listo para ayudar en la muralla. Togashi tomó aquello como una pequeña señal de que su hermano podría salir adelante, con tiempo y paciencia—. Pasaré por la muralla más tarde, te doy la razón en que debemos entrenar juntos.

Con esta pequeña promesa lo dejó marcharse. Kojiro de a poco dejaba de tratarlo con formalidad y era algo que Togashi agradecía, considerando su pequeña adversión hacia las formalidades, y eso que había participado por voluntad propia de la audiencia con Kuno; aunque quizá ayudó el detalle que de que habían conversado con anterioridad en otras circunstancias. Esperaba que estuviera teniendo un viaje a salvo de regreso a su hogar.

Ya en soledad se dedicó a merodear por el castillo, sin saber mucho por donde comenzar. Notaba la marea de sirvientes en movimiento constantes, cual ríos desciendo por la montaña, mientras cargaban pergaminos y comida. Sintió la tentación de aproximarse de preguntarles el motivo de semejante movida, pero una reconsideración le dictó que tal vez sólo estaban siguiendo órdenes sin saber el motivo exacto. Así que se dejó llevar por esa corrientes hasta que, cerca del Salón de Audiencias, vio a Terunobu. Togashi se acercó hasta él y lo saludó con amabilidad.

—Buenos días, Terunobu —dijo con una reverencia. A pesar de haber despertado hace nada, su voz ya no sonaba pesada ni adormecida. Togashi miró hacia los sirvientes que no dejaban de trasladarse de un lugar a otro—. ¿Sabes a qué se debe esta movida?

Togashi aguardó la respuesta. Pero para él, tenía toda la pinta de que recibirían visitas aún más importantes. En todo caso, Terunobu se lo confirmaría (o no) en breves.

 

Castillo
[Togashi; Tetsuo; Terunobu]

Terunobu se detuvo al momento de que Togashi habló con él; sonrió levemente para después hacer una reverencia completa en disculpa; cuando volvió a erguirse negó avergonzado — Perdone que no fuera avisado. Se ha ocupado nuestra atención desde Shizuoka hasta ahora la guerra en Nagano, no hemos tenido el tiempo para formalizarlo —dijo mientras era interrumpido con cortesía por un hombre cargando grandes cantidades de tela; Terunobu le indicó hacia dónde dirigirse y el hombre salió corriendo en la dirección indicada —Hoy llegará la prometida de mi señor; la señorita Fujita no Miyuki, en compañía de su padre, Fujita no Yoshitame, señor de Saitama.

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Togashi
Castillo

La noticia sobre el compromiso de Tetsuo lo tomó desprevenido, por lo que no pudo evitar el dejar entrever parte de su sorpresa. Acto seguido, en el semblante tranquilo de Togashi asomó una sonrisa.

—No te disculpes por no haber avisado, es comprensible considerando todas las cosas por las que Nagano ha pasado desde que sus hombres partieron a Shizuoka. No debió haber sido fácil pese que cuentan con guerreros fuertes —dijo en un tono conciliador. A veces no sabía cómo comportarse ante la formalidad de Terunobu, pero lo consideraba un buen hombre que sabía cumplir con su deber. Miró hacia los servientes que trabajaban incansablemente—. Últimamente todo es guerra —suspiró—. Por eso, me alegra que hoy puedan centrar la mente en algo diferente, en un asunto en el que no sea necesario usar o crear armas. Espero que Tetsuo esté afrontando como se debe la inminente formalización de su compromiso —afirmó, al tiempo que su sonrisa se ampliaba un poco. Recordaba el diálogo que tuvieron el día anterior sobre su desempeño como señor de Nagano, y la forma en que le había tocado a él conducir la audiencia con Kuno. Dirigió a Terunobu una mirada decidida—. Terunobu, si es posible, quisiera ser de ayuda en esto. Apoyemos juntos a Tetsuo.

Con su última frase Togashi se refería a la audiencia, pero también lo había dicho en un sentido más amplio. Porque desde que volvió a encontrarse con Tetsuo, supo que su título estaba siendo un peso muy grande para sus hombros, que necesitaba tener más fuerza para seguir adelante. Y Togashi quería, en conjunto con el hombre en el que ambos confiaban, ofrecerle su brazo para ayudarlo a llevarla. Mostrarle que podía creer en sí mismo.

 

Castillo
[Togashi; Tetsuo; Terunobu]

Terunobu le sonrió; y casi al instante relajó sus hombros, Togashi le quitaría un gran peso de encima —Ha llegado en el momento perfecto. El palacio está prácticamente listo para recibir al señor de Saitama; pero sería de gran ayuda que se dirigiera a la casa de armamento. Allí ya se encuentra Masamune ayudando al herrero Shibata; al parecer se ha complicado la producción de armas, y la naginata que fue encargada aun está por terminarse; si no la entregamos hoy, quedaremos mal con el señor de Saitama.

Contenido oculto

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Togashi
Castillo

Togashi asintió ante el pedido de Terunobu.

—Iré enseguida —afirmó—. Tengo experiencia forjando ese tipo de armas, por lo que espero poder colaborar de la mejor manera —añadió, tras lo cual se despidió de Terunobu con una respetuosa reverencia—. Nos veremos luego.

Se retiró del castillo en calma, pero con bastante firmeza en sus pasos para llegar lo antes posible a la casa de armamento de Nagano.


Calles de Nagano

Se alegraba de que su misión lo llevara de regreso junto a la forja, considerando que desde la abrupta partida desde Nagoya habían sucedido demasiadas cosas juntas que reclamaron su atención y presencia. Tenía en mente entrenar con Kojiro más tarde, pero la herrería era otro asunto que no debía de descuidar si quería estar a la altura de Yamamoto. Además, iba a estar con Masamune, otro de los grandes herreros de Japón. Mientras caminaba por las calles, se preguntó si podría aprender algunas cosas de él.

A medio camino, sus ojos entrenados detectaron a un hombre robando con discreción (aunque no logró ver a quién), por lo que Togashi lo siguió y lo interceptó en un callejón donde nadie pudo verlos. El ladrón se sintió intimidado por su yoroi, su katana y su mirada severa, por lo que huyó dejando atrás su botín de cincuenta monedas. Togashi decidió conservarlas hasta saber a quién le habían robado... Esta vez no iba aprovechar la situación, no en una ciudad que venía de una guerra, no la ciudad que su mejor amigo protegía.

Finalmente, llegó a la Casa de Armamento gracias a la guía de los ciudadanos a los que había preguntado la dirección a seguir. Togashi ingresó y buscó con la mirada a Masamune, a quien podría reconocer más rápidamente.

Contenido oculto: Uso de habilidad

*Togashi usa su habilidad Robo en un ladrón

 

Casa de armamento
[Togashi; Masamune]

Al momento de entrar sintió la presión; varios hombres trabajando coordinados; unos avivavan la fragua; otros reorganizaban los bloques; unos detenían el martillo mientras otros golpeaban al yunque; y al fondo, algo alejados del resto se encontraba Masamune, trabajando en el intrincado trenzado de las armas. Mientras un herrero junto a él limpiaba la piel de mantarraya.

—Togashi —dijo Masamune levantando la frente. Masamune era completamente distinto a Yamamoto; mientras éste último gritaba a cada encuentro, Masamune limitaba su voz, escuchaba en lugar de hacerse escuchar —Te presento al herrero local, Yito.

El hombre que limpiaba mantarrayas lo observó —Un honor, Togashi —mencionó Yito mientras acomodaba las pieles —¿Te han mandado del castillo a ayudarnos?— sonrió —Entonces seguimos estando atrasados en nuestra producción y no quieren presionarnos —negó — La naginata sólo necesita ser pulida; lo que necesitamos es apresurarnos en los tantos.

A Togashi sólo le habían informado de las naginatas; y Masamune fue el que llenó ese vacío de información —A los altos grados siempre se les entrega un arma principal a su agrado y tantos que le hagan juego, siempre se necesitan si creen que es mejor morir antes de caer en manos de los enemigos —Masamune era sutil, tal vez Yamamoto habría sido más explícito.

—Puede tomar los bloques de acero de allí —mencionó Yito — Son sólo cinco, espero sean suficientes —Sólo necesitamos dos sables de tanto.

Contenido oculto

Armas con bloque de metal

1-10- desperdicias el material
11-20- creas un sable de baja calidad
21-30 creas un sable de calidad común
31-50 creas un sable de alta calidad

 

Togashi
Casa de armamento

La energía del lugar pareció envolverlo apenas atravesó las puertas, mezclada con el calor y el aroma del metal ardiente. Fue una sensación que le resultó sumamente agradable y hasta entonces no había caído en cuenta de lo mucho que estuvo deseando volver a experimentar la vibración de sus sentidos en una casa de armamento. Togashi se tomó un instante para observar la coordinación con la que trabajaban los hombres presentes en la armería, y también para permitir que sus oídos se embriagaran un poco con los sonidos. Era la primera vez que veía a tantas personas trabajando al son de un mismo oficio, y eso lo llenó de un relajante entusiasmo.

Se aproximó hasta Masamune en cuanto este pronunció su nombre con voz calma y un movimiento discreto de cabeza. Le presentaron a Yito, el herrero de Nagano, ante el cual Togashi hizo una referencia en respeto a la experiencia de la que seguro podía jactarse.

—El honor es mío —respondió para luego erguirse, escuchando la situación.

Cuando le preguntaron si lo habían enviado desde el castillo se limitó a asentir, aunque luego se enteró de que el asunto de la naginata estaba casi resuelto y que, lo que urgía ahora, era forjar tantos. Masamune le dio una explicación bastante sutil sobre el motivo tras la creación de los tantos, lo cual hizo que Togashi lo comparara con la personalidad explosiva de Yamamoto. Le causaba algo de gracia la gran diferencia entre ambos, pero no lo dejó ver.

Yito le permitió tomar cinco bloques de acero. Togashi asintió con diligencia, listo para ayudar. Se colocó la indumentaria de seguridad. Como siempre que se le colocaba frente a sus herramientas y, antes de iniciar el trabajo, sacó el hachimaki y colocó en su frente el emblema del clan Arau.

​

Decidió utilizar los cinco bloques para forjar los tantos, y que Yito y Masamune eligieran cuáles eran los mejores para llevar al palacio.

Contenido oculto: Aclaración

Por las dudas, aviso que me equivoqué y en los dados puse "Sodes". Pero obviamente son para los Tantos.

Lamento la confusión, posteé recién levantado (?)

 

Casa de armamento
[Togashi; Masamune]

Yito lo miró atónito —¿Un Arau? —le preguntó a Masamune quién no se distrajo. Yito se mantuvo en su trabajo; pero no dejaba de ver la maestría de Togashi al trabajar; y no eral el único; varios de los ayudantes se detenían ocasionalmente para comentar de la gran técnica que ostentaba Togashi.

Al terminar; dejó dos sables de gran calidad listos para ser terminados; y dos de una calidad común; no por ello mal trabajados. Un par de personas aplaudieron ante tal disciplina; y fue Yito quién se acercó primero —¡Un honor en conocer a un Arau! Pensé que ya no habían herreros de esa escuela. —dijo maravillado.

Masamune también se acercó y miró su trabajo con asombro —Togashi nos ha sorprendido en Nagoya; su trabajo no es simple suerte —Masamune tomó los tres sables de alta calidad; iba a comenzar a darles los toques finales para entregarlos a sus nuevos dueños.

Contenido oculto

Puedes seguir haciendo cosas de herrería mientras contestas si lo prefieres; o detenerte.

1-10- desperdicias el material
11-20- creas un sable de baja calidad
21-30 creas un sable de calidad común
31-50 creas un sable de alta calidad

 

Togashi
Casa de armamento

El primer martillazo sobre el acero ardiente disipó la marea de pensamientos que lo aquejaba desde el día anterior. El calor del fuego lo saludaba como a un viejo amigo. Se dio cuenta de que la alta temperatura ahora no le afectaba como en sus primeros acercamientos a la forja, se sentía como si él también fuera parte del fuego. Una ligera sonrisa asomó a sus labios, pues disfrutaba de eso, más al instante adquirió una expresión seria que reflejó su concentración en el trabajo. Apenas sí notó los comentarios de Yito, las miradas y los aplausos.


Al finalizar, había obtenido tres sables muy bien logrados, sin desmerecimiento de los otros dos. Yito se acercó a él y expresó el honor de “conocer a un Arau”, tras lo cual mencionó su creencia de que no había más herreros de esa escuela. Togashi lo notó maravillado, lo que hizo que sonriera. Asintió ante las palabras de Masamune algo avergonzado, pues sentía mucho orgullo de lo que estaba logrando hasta ahora.

—Gracias por tus palabras, las valoro —dijo hacia Masamune, quien tomó los tres sables perfectos para terminar de trabajarlos. Acto seguido, Togashi miró hacia Yito con una expresión amable—. Pertenezco al clan Minamoto —aclaró—. Pero en Shizuoka conocí al maestro Yukimura —pronunció su nombre con gran respeto—, quien fue alumno de Chinami Arau. Sus enseñanzas me ayudaron a iniciarme en el camino del herrero —entonces señaló su frente, su hachimaki—. Él me legó este emblema, contándome del destino que sufrieron; desde entonces, lo porto en mi frente para honrar al clan Arau ante la forja y en el campo de batalla —mencionó con una expresión decidida.

Al terminar de contar su vínculo con el clan Arau, Togashi tomó los dos sables de tanto de calidad común y los dejó ante Yito.

—Los bloques eran tuyos, estos sables de tanto te pertenecen —dijo con un asentimiento—. Me quedaré un poco más aquí, debo seguir perfeccionando mi técnica —mencionó mientras volvía a prepararse para forjar, esta vez sacando sus propios bloques de acero—. Pero mientras tanto, me gustaría que me contaras más sobre los Arau, en particular sobre la escuela que practicaban.

Junto con la respuesta de Yito, Togashi se dispuso a seguir practicando la forja de Tantos, esperando obtener dos sables perfectos. Y a lo mejor un par de katanas.

Y pensó que tal vez podría intentar forjar un cuchillo para honrar a su primer maestro, Yukimura, que además le serviría para otros propósitos relacionados con su oficio, como la obtención de cueros para sodes o ramas para arcos.

Contenido oculto: Acciones

-Togashi se queda forjando
-Togashi le da a Yito los dos sables comunes de Tanto