Prefacio ¿ Qué pasaría sí un día como si nada, todo en lo que creías ,todo lo que amabas, todo lo que existía para ti, se lo tragara la nada? …¿No?… Eso me pasó a mí. SÍ, y literalmente…el mundo fue tragado. Mi nombre es Anna Gallé, nací en el año cinco mil seiscientos, mucho, mucho después de cristo; si fue acaso que le importamos… Una época completamente distinta a lo que pensarías. Mucho más allá del futurismo primitivo. ¡¿Como no pudo ser inevitable tal catástrofe?!. ...simplemente paso… -------------------------------------------------------------------------------------- ESTA OBRA SE ENCUENTRA REGISTRADA BAJO LOS DERECHOS DE AUTOR EN SAFE CREATIVE;SE ORIGINAL, DI NO AL PLAGIO. Esta obra la puedes encontrar en: Contenido oculto Fanfic.es y wattpad ;en estos sitios con el mismo nombre de usuario de Eien4ever o Eienforever.Asi como tambien en mi blog personal ENCUENTRAME EN http://aunaletra.blogspot.com
Capitulo 1 Y a si, solo pasó… Yo tenía dieciocho años. Aquel día del que no me podía esperar más que una ordinaria jornada; en ese mismo día todo cambio…me levante como de costumbre; tan tranquilamente me puse de pie de la cama, mientras mi cabello negro rosaba contra mi piel clara y pálida. “Un día encantador”, pensé con sarcasmo mientras me arrastraba hacia la ventana. Ese día algo me motivo a ver afuera del enorme ventanal de mi habitación, cosa que jamás hacia, nunca había sido de interés. Un día bastante usual a cualquier otro. Mis ojos oscuros y verdes, observaban un día bastante resplandeciente, las montañas se encontraban completamente cubiertas de un lienzo blanco como siempre; y aun así parecía mi rostro tan soberbio, frio y sobrio, sin una pizca de emoción. ¿No se que me llevo hacer esa persona?, ni quería averiguarlo, era tan normal esa actitud que no me importaba el por que de ello. El mismo matiz cubría por completo el globo terráqueo. Desde hace mil años, la era glacial nos cubría. Todo el globo terráqueo cubierto de una solida capa de hielo, expuestos a las mas bajas temperaturas, y desoladora imagen como futuro… pero ya no era de importancia, habíamos echo lo posible para mantenernos con vida, acoplándose a nuestras necesidades, gustos y comodidades. A pesar de que en la superficie pareciéramos solo un lienzo blanco, había cientos de copulas camuflajeadas por la nieve, y con suficiente alimento para todos los sobrevivientes. Hubo algún tiempo en que vivíamos bajo tierras y colonias subterráneas; la vida venia e iba; todas las clases sociales que en algún momento existió colapsaron, nos volvimos uno. Bueno eso es lo que dicen algunos archivos antiguos, gravados en los lienzos de piedra de esas viejas cuevas. No decían mucho aquellos muros se encontraban bastante corroídos por el agua y algunos microorganismos; No hay mucho de que hablar ,solo que llego aun punto en que la población se quedo sin suministros, al menos en las colonias de la “elite”; había que empezar a preocuparse, a pesar que tenían agua suficiente gracias a los filtros naturales del hielo al pasar por la tierra, bien podrían haber sembrado, pero eran la elite, jamás lo habían echo por medios tan primitivos como en las colonias de aquellos que tanto marginaron y manipularon por años. ¿Acaso los perdonarían?. Tan demacrados aquellos “poderosos”, tan pobres de vida. Pero tan grande fue la compasión de aquellos hermanos que simplemente ayudaron. No hubo necesidad que le digieran algo a aquellos pueblos, simplemente actuaron, y perdonaron. Enseñaron técnicas como la siembra, el riego, la caza aquellas técnicas tan antiguas pero tan precisas y necesarias. Todo enseñaron, aquellas cosas tan ancestrales desde la creación del homínido, había que volverlas a usar; ya no probetas, ya no mas genética; una humanidad desde cero, materialmente hablando. Los conocimientos existían, aun había cientos de científicos que cuidaban y guardaban con recelo los conocimientos y entre una equitativa y nueva forma, todos trabajaron para salir de la encrucijada que se tendieron ellos mismos. A pesar de que el planeta entero se encontraba cubierto del mismo lienzo día tras día, la humanidad se movía, a una apresurada velocidad. Volvió a brillar la era tecnológica; aquella edad volvió a nacer, pero con nuevas bases naturales. Con el tiempo en ciertas áreas del planeta se habían creado varias fortalezas llamados “edén”, dependiendo de nuestro ADN, genes y todo ello; éramos separados de nuestro padres al nacer, siendo instruidos por los estándares de cada categoría que recibías. Medicina, agricultura, arte, ciencia… cualquier cosa. Afortunadamente ya no existían aquellas ideologías tontas, ridículas e impensables ideas primitivas de la humanidad, los pobres no existen, todos son ricos por lo que hacen; eso era más que claro, que por ello acabaron con lo que pudieron haber salvado. “Afortunadamente tomaron conciencia de ello”. Eso creí, antes de encontrarme con él. En mi afortunado caso mis padres biológicos eran científicos, no fue necesaria tal cosa del intercambio. Al contrario desde pequeña mi instruyeron con los mas altos rangos que pudieran proveer, ciencia, medicina. Toda área la comprendía, todo. No es algo de que me quejara, al contrario era divertido el echo de ver cada organismo unicelular. No era la única con tan excepcional caso, había cientos de jóvenes con iguales actitudes, comprendimos todo; al menos la ciencia, no había momento para el amor, ni para algo tan superficial como los sentimientos. Obviamente no todos creíamos lo mismo, había cientos que se amaban, miles, tal vez más; había una identidad espiritual avanzada, al menos algunos la llevaban al cabo. Una era pacifica, aquellos conocían los sentimientos, pero yo y mucho otros nos planteábamos solo a una cosa,” yo creador”. ¿Un científico en que mas podía pensar?… Volvimos a los cielos y a las naves del espacio, algunos tenían la tarea de repararlas por completo, y hacer relaciones con nuestros hermanos estelares, ellos no debían, ni se entrometieron a nuestra catástrofe solo se mantenían al tanto y compartíamos conocimientos. Solo nosotros podíamos evitar nuestro destino. Eso creía… Aquel día me dirigí hacia el laboratorio del enorme edén. Todos divididos en tantas áreas posibles, cuidadas y proveídas con lo mejor de las bases del resto de sobrevivientes que cubría al globo terráqueo. Cada edén tenía un área científica, todos trabajábamos hombro a hombro. Nosotros nos encargábamos de un área en especial “Gaia”, nuestro trabajo por ser la elite; aquel termino eliminado pero vuelto a nacer gracias a nuestros peculiares casos. Nuestro trabajo era tratar de revivir el planeta lo más rápido posible, e inclusive ya habíamos logrado la inmortalidad para seguir con los fines a futuro. Si, la inmortalidad, de echo aquel día… —No puede ser… ¡Señor!,¡Señores! —, gritaba uno de mis entrañables compañeros de campo cuando lo logramos; lo impensable. Tan solo tardamos ocho años de investigación ardua. Todos nosotros empezamos desde una edad temprana, en aquel momento, todos andábamos por los diecisiete, dieciocho a los veintiún años. — ¡No puede ser!—, esa fue mi expresión al ver lo que pasaba. Aquella sustancia rojiza que habíamos formado de un espeso semejante a la sangre, la habíamos probado con una pequeña rata; y para comprobar su eficacia la matamos con algo tan sutil como, dejarla sin oxigeno. Tomamos dos muestras una pre y otra post , después de haber inyectado la sustancia, pero paso algo que casi hacían llorar mis ojos; una expresión que jamás me había planteado hacer. Aquellos helados compañeros que jamás hacian o decían mueca; parecíamos robots que solo reían ante un logro; aquel día gritaba de emoción, se podían ver las lagrimas que salían sin control. Aquella sustancia, adhería célula por célula, y en tan solo quince segundos aquel animal que habíamos dado por muerto respiro nuevamente, la euforia fue tal que todos llorábamos ,ya habíamos logrados la inmortalidad ,además de que aquel ratón se había levantado, se pudo ver la regeneración de sus celular, ¡había rejuvenecido! . Nuestros ojos lloraban; lo más insólito para un científico. Esperamos por una hora, para ver las posibles complicaciones que se pudiesen presentar, todos habíamos dejado lo que estábamos haciendo, lo único que hacíamos era observar aquel ratón. Por horas, aquella hora se extendió a veinticuatro horas, y el ratón siguió con vida, su cuerpo celular había regenerándose, seguía joven y ya no parecía haber cambio; aquel ratón se movía ágilmente. Lo habíamos logrado… Lo…logramos… ¡Lo logramos!—.se oían cientos de voces, incrédulas al principio pero al final de los murmullos era mas que creíble. Lo habíamos logrado, el proyecto “Gaia” ya no era nada, todo nos encontrábamos felices como si hubiese sido un sueño, hasta irónicamente reíamos. Pero algo pasó…nadie, nadie absolutamente nadie había visto lo que venia. Los edén se encontraban bajo festejos, había suficiente elixir para todos en el globo terráqueo, todo fue tan rápido, siquiera las maquinas, nosotros la elite venimos venir eso,¡¿como fue posible?! , parecía que aquel “Dios” que nos negamos a creer nos dio un regalo de despedida. El cielo se nublo y oscureció, los rayos aparecieron; la gente observaba con terror, nosotros nos miramos con sorpresa, aquel frio hielo que nos cubría se alzo de las montañas y fue llevado por el viento como polvo, los edén que eran un millón de veces superior a cualquier material que pudiese existir, así como si fuera una hoja de papel fue alzado de la tierra. Los gritos fueron inminentes, la destrucción simplemente apareció. Todo, todo simplemente desapareció como si se lo hubiera tragado algo, como si se tratara de un oyó que se lo tragara, ¿Un oyó negro?, no…ante ellos ya habíamos tenidos cientos de altercados y salimos victoriosos, pero esto… Los edenes volaban por los cielos. El cielo, el universo colapsaba, e incluso las naves que se encontrabas fuera del planeta fueron tragadas. Todo era subsionado, todo fue devorado, todos simplemente perdimos la razón de donde estábamos… y en un momento a otro simplemente vi por mi vista fue consumida por la oscuridad. Deje de oír aquellas voces, aquellos gritos, “la nada…”, pensé por un segundo, todo lo que había prendido dejo de entender lo que había sucedido. Sentía como si flotara; si estuviese muerta hubiera esperado no sentir angustia pero… ¿Tranquilidad?, no jamás en mi mente vagaba aun las aterradoras voces de dolor, y los incontrolables deseos de despertar de ese horrible transe. No podía gritar, solo pensaba las palabras en mi cabeza, sin lograr alguna coordinación motora, visual o vocal, todo era extraño, rompía con mis expectativas científicas. De alguna manera empezaron a pasar por mis ojos o al menos creía eso, ya ni sabia si estaba despierta, dormida o que se yo; las imágenes de mis padres biológicos, ¿Por que pensaba en ellos?, me negaba a recordar aquello, sentía, un incontrolable odio que acuchillaba mis entrañas. “¿Qué es lo que había echo?,¿Por que los odiaba? “, Y al final de que pasaran estas preguntas por mi cabeza me vi, allí en una imagen tenue y borrosa; yo des de pequeña siempre con una apática y fría imagen, a pesar de que era atractiva ,solo me embriagaba el ardiente deseo de la ciencia. De repente oí una extraña voz masculina por mi cabeza…No, no era mía, “— Dime, ¿Quién eres?, y te diré quien soy …—.”, la voz repitió por mi cabeza unas cuantas veces mas, con una suave y delicada voz. Me encontraba desconcertada, no sabia si responder o que hacer; siquiera era capaz de aunar una palabra y esta extraña voz me pedía que le digiera mi nombre… “¿Dónde estoy?,¿Qué paso?”, me cuestione nuevamente, me encontraba aterrada, uno de los sentimientos que jamás me deje sentir, estaban pasando. Me volvió a replicar aquella voz masculina, en mi cabeza; “— Dime, ¿Quién eres?, y te diré quien soy …—.” Sentía como si brotaran nuevamente aquellas lágrimas que saque al descubrir aquel elixir, pero esta vez, estas tenían un sentimiento distinto y contrario. Pensé nuevamente, pero esta vez… fue mi nombre, “Anna Gallé” pensé, mientras sentía recorrer aquellas húmedas lágrimas, a pesar que no podía gestionar palabra alguna, o hacer algún movimiento, o lo que fuese primero, simplemente brotaban esas lágrimas. Al decir eso…me inunde de mas angustia pensé estar completamente loca, el abismo me consumía y me mente simplemente se encontraba delirando. De repente sentí un abrazo que me envolvía, un gentil y cálido abrazo, seguido de un beso justo en mis labios. Mi primer beso; no sabia que pasaba no podía ver, ni oír nada solo deje que la oscuridad continuara.
Capitulo 2 Confusión Sentí aquellos húmedos y fríos labios tocando contra los míos, no podía gestionar u articular palabra alguna; cubierta por la fría oscuridad, embargándome por completo una incontrolable angustia y terror. Pero aquellos brazos seguían con fuerza como si trataran de reconfortarme, e incluso podía sentir lentamente sus respiraciones y su corazón tan precipitadamente.” ¿Tan rápido habré perdido la cordura?” Me deje perder. La nada nos consumía todo e incluso a aquel ser o delirio provocado por ello.” ¡Por favor!...Quiero despertar de esta pesadilla” pensaba mientras me dejaba corromper por ese irónico y cálido sentimiento. No se cuanto tiempo pase a si. Hasta que sentí como mis ojos hubiesen sido cerrados y besados. Y aquel agitado corazón se detuvo. Deje de oír aquellos estremecedores gritos, y estúpidas teorías que atormentaba a mi ingenioso ser; una gran calma me embargo y se apodero de mí. La muerte es lo que anhelaba; y esperaba que a sí fuera. Pero nuevamente mi calculable mente volvía a precipitar mis ideas, aferrándome a la idea lógica, de que tal vez aquel colapso del globo jamás fue, y que quizás caí en un paro cardiaco mientras dormía, ¿Pero como podría caer en eso si tan solo había un cero punto un porciento de esa probabilidad?; en verdad nuevamente mis analíticas ideas volverían a arremeter contra mi desquebrajado ser. De un momento a otro cuando me confirme a mi misma que se trataba de la muerte y tal vez vagaba por la inmensa y desolada nada, quizás aquel dios que tanto renegué por años me había propinado su castigo y vagaría eternamente usando mis tan amadas teorías; de un momento a otro, ya que había aceptado la derrota, sin querer fui sacudida brutalmente como si hubiera sido despertada de un frio y doloso sueño; simplemente brinque en mí, sintiendo aquella opresión punzante en mi pecho. Aquella nada había desaparecido. Podía mover mis miembros con normalidad e incluso sentía la sequedad de mi lengua y garganta. En una vista borrosa y mirando rápidamente de reojo pude ver una habitación blanca; completamente de un tono blanco como el de mi cuarto, por un momento pensé que tal vez se había tratado de un sueño cruel, pero al fin y al cabo solo un sueño; pero cuando fije mí mirada tenue y borrosa, y pude observar con mayor detenimiento y claridad, que estaba en un grave error. Un gran y grave error. En efecto la habitación era hermosa y blanca, pero solo un gran detalle cambiaba todo .No había puerta alguna solo cuatro enormes ventanales que daban al horizonte cubierto del mismo lienzo blanco y gélido. Tan aprisa como pude corrí teniendo la esperanza, exacto esperanza; siquiera sabia que esa palabra existía en mi extenso vocabulario. Esperaba que se tratara de algún pedazo de alguna torre del edén, que se hubiera incrustado en algún otro lugar. Me aterre como si no hubiera mañana, ¿Cómo se me vino a meter a la cabeza aquella estúpida idea?, una estúpida idea. Se trataba de una enorme y completa torre en la nada. Apoyándome hacia le enorme ventanal le analice, tan cristalina e impenetrable, baje mis miraba hacia abajo mientras mi corazón se agitaba apresuradamente, y sentía un nudo en la garganta, aunando palabras, ideas, acciones. Una enorme torre sin fin ni comienzo; siquiera era sujetada por alguna cúspide de la parte de abajo;”¿Cómo?” pensé ahogada con emociones. La torre se encontraba en cualquier punto del mundo, en cualquier parte cubierto de aquel lienzo tan familiar; sin manera de salir o entrar, aquellos ventanales estaban completamente sellados con un limpio y transparente cristal. Y yo me encontraba en la única planta existente, como si se tratara de una nave, en esa habitación, extrañamente cálida a pesar de las bajas temperaturas. Nuevamente empezaron a brotar lagrimas de mis ojos, solo escurrían; a pesar que seguía con aquel perfil inmutable, seguía observando la nada tratando de conformar nuevamente cientos de teorías de lo que había sucedido. Absolutamente ninguna daba con algo, nada era lógico. De manera apresurara gire mi cabeza y trate de calmar aquellas incontrolables lagrimas con una gran y profunda respiración; con mayor detenimiento mire la habitación y vi que había sido adecuada para la habitad de un humano; pero una adecuación primitiva. Cama, mesa y sillas y todo de un blanco molesto e irritable. Sin titubear tome la silla y de una manera desesperada y desenfrenada, di un fuerte golpe a aquel cristal. — ¡No! — esas palabras salieron, mientras trataba de tragar cualquier estupidez que quisiera salir, de mis labios temblorosos. — ¡No! —, nuevamente salieron mientras intentaba de romper aquel cristal; No, no me detuve seguí golpe tras golpe, con todas mis fuerzas mientras sacudía aquella silla sobre ese extraño material, lo hice cada vez mas y mas con fuerza esperando que hiciera una grieta, — Vamos…— decía mientras sentía el ahogo de mis gemidos dolorosos, nada… No se por cuanto tiempo mas lo intente pero seguí así por un largo rato. “¡que tan bajo caí…!” pensé sarcásticamente, tratando de sacar una delicada risa para tranquilizarme mientras seguía golpeando con brutalidad aquel cristal, ya no estaba segura de que lo fuera…cuando menos me di cuenta mis manos me punzaban y ardían de dolor , de las cuales empezaban a brotar sangre de ellas; algunos callos que prontamente me hice, con una ultima oportunidad y con mucho dolor volví a hacerlo, para mi desgracias aquella silla se rompió al instante quedando en pedazos y cubierta por gotas de sangre. —¡No! —. Con mucho dolor, salieron nuevamente de mi boca aquella palabra, que tanto me negué a creer, mientras me dejaba caer sobre el blanco piso. Las lagrimas corrían y los gemidos de dolor por fin se oyeron salir, mi corazón agitado nuevamente se dejo cubrir por es negro matiz. “¿Dónde estaba?, ¿Por que no puedo salir?, ¿Que fue lo que paso?,¿Estoy muerta?,¿Cómo llegue aquí?”; fueron unas de las tantas preguntas que formule por mi cabeza. Estaba bajo un shock depreciable, tratando de aunar cualquier idea lógica. Cubría y abrazaba con fuerza mis piernas que ante la euforia e incontrolable deseo de salir me deje sumir en una posición fetal. Trataba de abrazarme y conseguir aquel cálido abrazo que empecé a añorar. Mis voz con algunos movimientos de mis labios gemían de angustia, mientras tomaba mis brazos con desesperación, aquellos sentimientos que había suprimido por fin brotaron al mundo. La voz era entre cortada con respiraciones agitadas y descontinuas, mis lagrima escurrían, y mientras me encontraba tira en el piso rasguñaba aquellos pálidos brazos consumidos por el frio desde que nací. Baje mis manos y toque el piso tratando de arrastrarme literalmente por el. Mis manos cubiertas por aquella sangre coagulada y cubierta de callosidades, que jamás espere que salieran, acariciaban el piso dejando marcas de sangre en ella. Alce la mirada tratando de tomar aire fresco y liberar el calor consecuente a mi llanto y al tormento auto infligido, ante la depresión. Quería y anhelaba que solo fuera un sueño, una mierda de pesadilla más… No se cuanto tiempo había vagando, ¿cuánto tiempo había estado allí?, ¿donde estaba?... Mis lágrimas era lo único que me liberaba a pesar de su sabor tan amargo… *** Gire mi cuerpo boca arriba; aquellas laceraciones que me había echo se encontraba secas y cicatrizadas; al ver el techo con mayor detenimiento y tratando de borrar aquellas absurdas y nuevas teorías… ¡o sorpresa, otro maldito ventanal! ; Me tranquilice por un momento viendo aquel cielo azulado, un azul bastante oscuro como si fuera a caer la noche pero sin cambio aparente. Sentí pasar por mi rostro húmedo por las lagrimas y un poco de sudor como una débil ráfaga de viento, una débil y extraña ráfaga de viento acariciaba mis rostro; me que atónita y un poco extrañada ante el suceso. Aparentemente aquel delirio volvería a confortarme, pero no me importaba, pues era más que aceptable. Sí iba a estar sola allí a esperar hasta mi muerte o despertar de ese letargo. No importaba. Cerré mis ojos como en aquel momento y me volví a perder. —No pensé que fueras a caer en este lugar… “¡¿Que demonios?!”Pensé rápidamente mientras de una manera frenética habría ambos ojos y gire a bruscamente aquella voz, aquella voz que me reconforto… Un joven de semejante edad a mi, cubierto de pies a cabeza de una especie de túnica blanca hasta debajo de las rodillas, se encontraba parado a unos cuantos metros de mi, mientras aparentemente miraba con detenimiento mi sangré en el piso, ya que su rostro era cubierto por una capucha del mismo color hasta abajo de su nariz, solo dejando ver sus labios, como también veía con detenimiento a aquella silla destruida por mi sofocante ira. —¿Cómo…—susurre mientras él me interrumpía; mi corazón latía tan apresuradamente como me lo permitía, pareciera que como si fuese a salir o estallar por la constante fuerza que ejercía mi sangre al pasar por mis venas y arterias, —Deberías tranquilizarte…—me dijo aquel joven con delicada voz mientras giraba su rostro hacia mi, dibujándose en sus labios una cálida sonrisa. —¡¿tranquilizarme?! —dije con sarcasmo, mientras en mis labios se dibujaba aquella misma sonrisa desquebrajada y amarga, embargándome de molestia y absoluto enojo; me estaba diciendo que me tranquilizara, ¡calmarme por el echo de no saber donde estoy!,¡¿ de que fue que le paso a mi mundo?!,¡¿ de como rayos salió él de cualquier lugar?! ,¡y encontrarme perdida en cualquier punto! ,¡¿Tranquilizarme?! ; Ya apunto de decir mis reproches a aquél joven, tan apresuradamente como la luz y sin siquiera sin poder seguirlo con la vista, fue frente a mi y se inclino justo a mi lado tapándome con un dedo mis labios, y callando aquellas palabras que deseaban salir, —en verdad deberías calmarte…Anna—dijo aquél joven con una tonada seria y melancólica, mientras por debajo de la capucha se asomaba una pálida piel y un brillo dorado proveniente de sus ojos. —¡Calmarme!, ¡¿como quieres que me tranquilice si ni siquiera se que es real?! ,¡¿Cómo es que sabes como me llamo?! ,¡ y mucho menos se quien eres! —dije altanera, y trastornada por la situación, mientras de un movimiento brusco quitaba aquella mano de mis rostro. Aquél hombre se levanto del piso sin expresión aparente, mientras caminaba a lentos pasos hacia uno de los enormes ventanales, —Anna, estas en un lugar donde no deberías haber estado, y efectivamente estas en ningún punto…¿Por qué crees que haya desaparecido tu pueblo? —, me dijo con una tonada afligida mientras miraba hacia el horizonte. — ¿Un lugar en donde no debo estar?,… ¿a que te refieres con ello y como es que sabes lo de mi mundo? —, pregunte desconcertada mientras corrían algunas lagrimas por mi rostro, —hagamos un trato…—me dijo con una débil sonrisa mientras giraba a verme, esquivando mis preguntas y probables respuestas ,continuo hablando mientras se acercaba a mi, —si descubres el por que desapareció tu mundo. No, tu dimensión, te devolveré tu vida. —¿a que te refieres?,¡¿Cómo es que podrías hacer eso?!... —dije sarcástica con lastimosa voz, e irritada persona, ”¿acaso estas jugando con migo?,¡¿te parece divertido esto?!”Pensaba mientras mordía el labio inferior. —no, no es divertido, tampoco me estoy burlando. Hace mucho tiempo, bastante. Me encontré en el mismo caso perdido desolado, arrepentido; pero no todo es lo que parece, hay mas cosas allá de la ciencia y de la vida, por algo fue arrebatada tu vida Anna. Pero a mi pecado fui expulsado, y privado de la vida y de la muerte, hace algún tiempo hablaron de mi, y de ello, algunas cosas fueron verdades, otras cosas simplemente jamás lo fueron, pero yo solo se yo que realmente lo fue; a si como tu también lo sabrás, aunque es una distintas circunstancias y completamente pura de si. Mi nombre es Caín…—me dijo aquel joven tomándome de mi mano mientras de una cálida luz empezaban a cerrarse mis heridas. —Caín…entonces y como lograrías eso…¿como es que salgo de aquí? —Pregunte apenada, mientras veía como se curaban mis heridas, —por las ventanas—contesto con una gentil y nueva sonrisa cubierta por la capucha. Y de inmediato aquel me jalo hacia la ventana , y de alguna manera atravesamos del otro lado ,¿Cómo fue que pude? me pregunte una tras otra vez ¿Por qué él pudo?. Y el mundo era distinto a mis ojos, tan distinto pero tan familiar para aquella sonrisa. Y así empezó aquel trato que no acepte.
Capitulo 3 La aparente realidad Una ciudad fue lo primero que contemplaron mis ojos al pasar aquel cristal; mientras el vidrio parecía expandirse como si se tratara de una onda sobre un charco de agua, ondulando desde el centro al exterior, al pasar al otro lado ,los vidrios votaron hacia afuera, como si se hubiesen roto aquellas ventanas, sin causarnos alguna laceración ; al pasar del otro lado aquella helada y fría brisa nos abrazaba a ese mundo, rosando con fuerza contra mi cuerpo y Caín, mientras me cargaba en brazos y caíamos hacia el suelo a una apresurada velocidad... —¡Estas loco!, ¡¿si nos matamos?!...¡¿como?! —Gritaba molesta y con desconcierto al aire aquellas palabras que intentaba tragar y que nunca pronunciaba, que simplemente salían , mientras aquél extraño joven me cargaba sobre su brazos y caíamos de una gran altura; me corazón se agitaba, mis ojos no sabia si ocultarse, cerrarse o seguir contemplando con terror el suelo al que me daba pavor pensar en caer de frente, tan irreal caíamos y seguíamos por el aire, y aun pasmada pasaban por mi cabeza las mismas y detestables preguntas,¿ el como demonios pasamos esa ventana sin siquiera romper aquel cristal?, ,¿Cómo se le ocurrió arrojarse a la nada?,¿de donde salió esa ciudad de la nada? ,¿En verdad esta hablando enserio en regresarme mi vida?, Si fuese así,¿ como lo lograría?... Cerré mis ojos por el miedo que me recorría, mientras sentía la brisa gélida golpeando contra mi cara, apunto de sentir que mi corazón salía de mi pecho… —Como vez aun seguimos vivos—Me dijo Caín cálido mientras bajo esa capucha se dibujaba una dulce sonrisa. Extrañamente aquel cielo azulado se encontraba más oscuro de lo que recordaba tras esas ventanas , y adornado aquel cielo por dos satélites naturales al horizonte, y un cálido resplandor de sol...El miedo me había embargado tanto que no me di cuenta de cuando caímos sobre la nieve, ni siquiera sentí si él hubiera puesto oposición y fuerza a la caída, —No…bueno…bajame—Le dije avergonzada tratando de volver en mi, aun pensativa y extenuada ante la aparente realidad, de inmediato me dejo bajar de sus brazos sin respingar ante lo que decía. Ambos nos encontrábamos parados sobre el mismo lienzo, —…mas nieve —susurre llevándome mis brazos a mi cuerpo y masajeándome para darme un poco de calor, pero mi sorpresa me embargo al girar a buscar aquella torre donde me afligí mas de lo normal, no había pista alguna de aquel colosal lugar, ni de esos ventanales que tanto me hicieron pasar, gire nuevamente al horizonte, solo a la vista esa ciudad ,y a sus alrededores, nieve y mas nieve;” ¿Donde estamos? “Pensé preguntándome con nervios; — Estamos en las tierras de los nodedim , la tierra de Nod—contesto Caín con seriedad mientras caminaba dejándome tras él. —…¿La tierra de Nod? —susurre intentando entender lo que decía aquél y lo que mis ojos maravillosamente contemplaban. —Esa ciudad…—susurre. Cuando era pequeña los ancianos me mostraron unas pinturas ; a si le llamaban los ancianos a ese trozo de papel; ese tipo de ciudad era la misma a las estructuras renacentistas aun recuerdo la conversación que tuve con el anciano a cargo de mis estudios, “¿Que esto abuelo?, preguntaba con curiosidad al anciano. “Es una ciudad renacentista, hija”, aun recuerdo sus palabras ahogadas y con cierta tristeza en su mirada, pero esa misma ciudad parecía tanto a la misma que veían y contemplaron mis ojos en aquel entonces…Roma. Sentí con fuerza el viento, que empezaba alzar la nieve, y a estremecerse mis miembros ante el gélido ambiente. De inmediato despertándome aquel frio de mis recuerdos, gire a buscar a aquél joven, que a la vez permanecía cálido y seco a mi; —¡Caín, espera! —grite y corrí tras él me dejaba ;el viento soplaba con fuerza congelando mi cuerpo, hasta el grado de entumir mis miembros y alentar mis respiraciones ,haciéndome difícil el hecho de respirar, mientras le perdía tras la nieve que azotaba. Veía con una mirada tenue como aquél caminaba ágilmente entre la nieve, pensando que tal vez me dejaría a mi suerte, seguí caminando tras él , mientras cada vez mas sentía como el viento se arreciaba, y arremetía con tirarme ,y sepultarme viva. Cerrando los ojos solo oía aquella voz; —deberíamos darnos prisa, no deben verte o olerte—me dijo Caín con seriedad mientras me tomaba de la mano e indicaba el camino, —¿Por qué la prisa Caín?...¿a donde vamos? —, preguntaba con mas desconcierto que antes, mi corazón se agitaba tanto como mis respiraciones que intentaban tomar un poco de oxígeno, mientras mi cuerpo temblaba al frio. —aquí estaremos bien—, me dijo aquel joven serio e inmutable, mientras de un momento a otro nos introducíamos a una cueva; una amplia y enorme cueva que evitaba el paso de la nieve, aun que se podían oír entre las grietas el ruido de pequeños rocíos que se adentraban al interior. La ciudad se veía mas lejana de lo que aparentaba, mientras la nieve se alzaba, “una tormenta…”pensé con desconcierto mientras miraba al exterior de nuestro refugio. —Tienes frio…deberías descansar— Caín me decía con un tono extraño en su voz, aun cubriendo su rostro, con aquella capucha que empezaba a molestarme, — ¿A que te refieres?...deberías quitarte eso…—pregunte extrañada y perturbada por aquél que me empezaba a molestar; si debía confiar en alguien al menos ansiaba ver ese rostro que tanto ocultaba, y que me contestara a todo lo que azotaba mi cabeza… —No debería…simplemente no me descubriré…ya te había dicho que no deberías estar en este lugar…no deberías haber vivido…—dijo aquél amargamente llevándose una mano bajo sus labios con un perfil pensativo. —¡¿A que te refieres, como que no debería haber vivido?!, ¡Explicame de una buena vez!, ¡es suficiente el haber perdido todo en segundos!,¡¿ que fue lo que paso?! —grite nuevamente a Caín molesta ante sus palabras dejando de contener mis emociones, plantando una enardecida mirada hacia él, mientras aquél parecía ignorarme mirando hacia la ciudad. —¡Contestame…—susurre mientras sentía como mis ojos se cerraban involuntariamente… “Simplemente… no deberías de haber vivido” Mis ojos se cerraban al par de esas nuevamente y horribles palabras mientras me dejaba caer inconsciente sobre el helado piso, ¿Por qué esas horribles palabras?...¿Por que ese horrible final?... Simplemente no lo comprendía, nada era creíble; mientas me atormentaba bajo mis pensamientos y los sucesos tan rápidos, en mis sueños podía oír con angustia los gritos de mi mundo resonando unos tras otros, ¿Qué fue lo que hicimos? ¿Por qué tan grande el pago por un instante de felicidad?, un extraño remordimiento me recorría. “—Despierta…—“ oí aquella voz salvadora nuevamente, tal como en aquel abismo y perturbador lugar, despertándome de ese aterrador y profundo sueño… —Anna despierta…— me decía Caín con una tonada preocupada. Al abrir mis ojos pude sentir nuevamente aquel frio entumecedor que me daba los buenos días y el gélido fluido que corría por mi rostro, aquel rocío se trataban de mis lagrimas; tal vez cuando dormía empezaron a correr solas ante mis recuerdos, recuerdos nada gratos que hasta el momento mantenía como un horrible pesadilla y que en algún momento pudiese despertar; Caín se mantenía frente a mi, esperando a una respuesta ante mi mirada perdida, —Te encontrabas llorando mientras dormías—me decía Caín con gentileza manteniendo el rostro cubierto bajo esa capucha, —estoy bien…—conteste ente cortada limpiándome las lagrimas del rostro, y observando que me habían cubierto con una túnica durante la noche. —Hoy entraremos a la ciudad…debes oírme atentamente—Me dijo aquél joven serio mientras se recargaba sobre la pared de la cueva, aparentemente mirando al horizonte. —mas misterio…—dije con sarcasmo mientras me levantaba del piso y me cubría con aquella gabardina con capucha que había aparecido. Estaba segura que él la había traído y colocado en mí para evitar una hipotermia. —Aquellos allí adentro… no son humanos, debes tener cuidado, tanto con tus emociones como con tu persona…—decía secamente tragando palabras; a pesar que podía oír que no deseaba hacerlo ,pero sabia que al fin de cuentas tenia que decirme ,para saber a lo que me enfrentaba, —¿a que te refieres? —pregunte incrédula pero a la vez intimidada ante sus serias palabras. —no me creerías…simplemente oye, y trata de seguir lo siguiente; cuando entremos llevaras esa capucha, no deberás descubrirte si no soy yo, o cuando te lo diga, llamaras la atención si lo haces; trata de mantenerte calmada ante cualquier situación, trata de que tu corazón palpite con normalidad, no muestres compasión…—dijo Caín frio y preocupado, interrumpí, —¿Por qué no debo descubrirme?,¡¿Cómo piensas que calmare mis emociones ,soy humana?!... —dije alzando la voz; a pesar que era tan claro como el agua me corroía la idea de que no me decía las cosas como tal, ¿Compasión a que?,¿ A que se refería?; me interrumpió, —ese es el problema, eres humana…simplemente haz caso ante mis palabras, y no te desapartes de mi — nuevamente me dijo con esa actitud misteriosa y arrogante; a pesar que se portaba cálido, me empezaba a molestar su actitud misteriosa… —cuando estemos allí, no mes llames por mi nombre…llamame Ion—nuevamente me dijo seco, interrumpí aun tragando palabras para evitar una discusión a algo que simplemente no me daría respuesta, —¿Ion?...¿Por que ese nombre? ,¿Por que no debo llamarte por tu nombre? —pregunte, mientras él mordía el labio inferior bajando su mirada al piso, seguro no me daría alguna respuesta…y efectivamente no me dio respuesta alguna, me sentía ciega, perdida por el echo de no tener algo claro a mi futuro, y bastante molesta ante su persona… *** Ambos caminábamos entre la nieve; aquella tormenta que nos había dado la bienvenida se había esfumado por completo dejando un limpio y hermosa vista, con sus dos lunas al horizonte y su bello y único cálida luz solar, una iluminación azulada y hermosa; mientras Caín caminaba delante de mi indicándome por donde andar; había varios caminos bastante desquebrajados, como si el piso fuese a caerse. Por fin después de una larga caminata, mucho más de lo que pensé a la distancia de ciudad, nos encontramos en sus imponentes puertas, aparentemente sin ninguna puerta que le resguardara al interior, efectivamente una ciudad hermosa e imponente, podía contemplar a lo lejos cientos de ciudadanos, literalmente cubiertos con esas capuchas; empezaba a molestar aquella idea, aunque podía notar sus sofisticadas ropas y elegancia hasta en su paso al andar, cosa que me sorprendió demasiado. —¡¿A dónde van?! —grito un aparente guardia que salió literalmente de la nada, mientras pasaba el filo de una espada sobre el cuello de Caín, me sentí atemorizada al instante mientras él se encontraba inmutable oyendo las palabras del guardia. —¡Nos…—me interrumpió Ion quitando rápidamente aquella palabras de mi boca, — Venimos de Terra, solo hemos venido al festejo de esta noche… —¿Terra?, son guerreros…entiendo, los dejare pasar—dijo aquél joven voz, bajando la espada al piso mientras no habría paso a aquella puerta... —Pueden entrar, al menos hasta el día de mañana…si no, les cortaran la cabeza—dijo el guardia. —Gracias…—conteste confundida ante lo que pasaba. “¡¿A que hora entraremos?!”Pensaba con incertidumbre mientras veía a Caín inmutable frente a la puerta, a punto de dar un pazo adelante” —Te he dicho que no son humanos—”, gire a mirarlo sorprendida, y tragando palabras para no llamar la atención ; en ese momento confirme que aquél en efecto era aquella voz, y de alguna manera sabia lo que pensaba…yd e igual manera me respondía telepáticamente. De inmediato Caín camino frente a la puerta tomando su muñeca, empecé a ver como corría sangre de él; con el filo de su uña de alguna forma había perforado entre sus tejidos a sus venas, mientras ese carmín liquido corría por su brazo; estirando su brazo sobre una especie de taza al centro, un tazón que en ningún momento había visto, que de alguna manera al pasar aquella sangre empezaba a tomar forma; aquella puerta imperceptible lentamente se daba forma, tan cristalina e imponente, esa colosal puerta adsorbía el liquido rojizo como si se tratara de su néctar ; poco a poco como si se trataran de otro vidrio se dibujo de cientos de sellos y escritos en un extraño idioma; me quede pasma ante lo que veía ,mientras Caín tomaba su muñeca apara evitar que cállese mas sangre, con aquel perfil frio y sobrio. Las puertas se abrieron en par en par permitiéndonos el paso; “¿En donde estaba esa puerta antes?” pensé cuestionando a mi lógica …”¿magia?” nuevamente me arremetían,¡ dios como pude pensar en ello!, pero parecía mas lógico que cualquier otra cosa; en verdad empezaba a sentirme fastidiada ante mi sutiles creencia y ante lo que contemplaba; esperaba con ansia que Caín respondiera esos cuestionamientos o algo, pero simplemente permanecía callado. —vamos…—susurro Caín, caminando delante de mi. Iba tras él, mientras nos habrían camino el resto de los guardias; de alguna manera u otra pensé que tal vez sus ropas serian semejante a esas pinturas, pero eran modernos, y sutilmente elegantes; todos mantenían porte al andar e incluso Caín lo hacia tan natural, pero aun me preguntaba el por que esa cosa cubriendo su rostro y que hacíamos en ese lugar. Al contemplar a todos elegantemente caminar , no pude retirar de mis ojos una escena que literalmente me dejo petrificada y aterrada; mi corazón latía sin frene si, mis ojos aun bajo esa detestable tela miraban con horror, mi cuerpo empezaba timbrar y hacer recorrido por un embargante escalofrió, con todo mis ser tragaba palabras, apretando con fuerza y ira mis dientes ante lo que veía, y los demás omitían como si se tratara de lo mas normal… Una joven chica colgada y amordazada, y tras ella un macabro hallazgo, como si se tratara de carne fresca algunos cuerpos tras ella y algunos otros en jaulas; todo era apreciado, como si se tratara de un espectáculo; podía oír como gemía de dolor tras ese trapo en sus labios y como corrían de sus ojos aquellas lagrimas… —Mis queridos y amados hermanos, el día de hoy hemos traído una hermosa presa de Terra sección A ,una hermosa humana lista para hacerle lo que quieran, por un solo pago…—dijo aquel hombre sonriente, “¿Terra?, ¿Una humana?,¡¿Estas bromeando?!,¡¿Qué han hecho?!” pensaba llevando las manos a la boca, tragando todas mis palabras, para hacer caso ante lo que me había dicho Caín, pero eso no podía ser mas… —El pago señores…una humana viva por un hechizo inédito… —decía aquel hombre con delicia mientras, veía como pasaba su lengua por sus labios.
Capitulo 4 Represión Mantenía clavando una mirada horrorizada sobre eso que aparente les parecía divertido e interesante; esas risas burlonas bajo aquellas capuchas, resonando por mi cabeza una tras otra, mientras comprimía mis emociones como me lo había dicho Caín, pero aún así sentirme completamente sofocada de rabia, “¡¿Acaso están locos?! ,¡¿Les parece divertido que ella tenga esa expresión en su rostro?! ¡¿Hechizo?! ¡¿De que demonios hablan?!” pensaba aturdida y molesta, mientras bajaba mis brazos y apretaba con fuerza mis manos aun puño. Aquel rostro sorpresivo que había puesto lentamente se embargaba de ira, incapaz de no decir nada o hacer algo.¡¿Calmarme ante lo que contemplaba?! , sentía que ya no podría contener mas aquellas palabras y emociones; mi corazón latía aprisa, mis pulsaciones se agitaban, como mis respiraciones eran suprimidas tragando todo lo que quisiera salir, sentía correr mi sangre sobre mis venas aprisa, horror, ira, desagrado, molestia, todas mis emociones revueltas en un torbellino y aún así Caín mantenía una expresión serena ante lo que pasaba, ¿Por qué no hacían algo?,¿Por qué se divierten?¿Terra?¿Humana?...¿Mi mundo?, ¿Por que no me decía nada Caín? , tantas preguntas me azotaban abruptamente enredándome cada vez más; —¡¿Vamos, quién pagara por esta humana?!,una noble y virgen sangre aún corre por sus venas—decía nuevamente aquél hombre con una excitada sonrisa; todos parecían maravillados ante sus palabras, mientras cada vez mas que contemplaba me sentía asqueada y eufórica; apretando con fuerza los dientes bajo esa molesta capa, y frunciendo el ceño. La gente se agitaba, esperando un posible comprador, mientras la pobre chica se encontraba completamente aterrada balanceándose sobre su eje para intentar zafarse de las cuerdas que la sujetaban, sus lagrimas simplemente corrían por su rostro; —vamos…—susurro Caín, mientras entre la multitud tomaba de mi mano; ¿irnos? , omitir aquello no estaba en mis planes. Él jalo de mi mano para seguirle, pero aun seguía enardecida contemplando aquello; algunos individuos que se encontraban tras de mi de alguna manera me miraban interesados ante mis acciones, supuse que no llamaría la atención pero mis acciones aparentemente no eran muy normales para ellos; aquellas miradas lentamente se tornaban pesadas, asiéndome sentir débil e irritada; —vamos…—nuevamente susurro Caín; aparente molesto ante la situación que le hacia pasar, pero aun así, aún con la atención de unos cuantos vuelta a mi, permanecía observando perturbada a la chica. Suavemente se empezaban a oír murmullos en mi entorno, captando de inmediato la atención de aquel hombre; —¡¿Acaso tu planeas pagar por esta humana?!,decía el hombre burlón. De inmediato esos murmullos se volvieron carcajeados, inundándome de sentimientos negativos que deseaban salir,” —En verdad… no me harás caso…—“nuevamente la voz de Caín en mi cabeza, mientras giraba a verme; —¡¿Lo harás o no?! —decía opulento aquél hombre y con molestia mientras todos seguían mirándome, clavando sus miradas como dagas; —¡¿Cómo es que…—Me interrumpió rápidamente Caín, dando un grito hacia el hombre. —¡Yo lo pagare!,¡¿Solo un hechizo, no?! —. De inmediato todos giraron a verle con esa misma expresión burlona. —Así es, pero inédito mi buen hermano…—dijo él hombre dibujándose en sus labios la misma mueca que los demás, en aquel lugar. —Bien…—dijo Caín soltándome de la mano, encaminándose a aquel escenario. Todos le miraban con morbo y excitación bajo aquellos finos semblantes, era inevitable de no notar sus crudas sonrisas, y amagadas risas. Mientras les miraba con enfado. —Bien, pareces aun un niño—decía a Caín aquél hombre, mientras este jalaba de su barbilla, —¡Ja!,¿Qué puedes hacer por esta humana? —dijo sarcástico ese hombre, mientras Caín apartaba de su rostro la mano de aquél. —¿Qué es lo que te apetece? —Preguntaba Caín con seriedad, continuo —deberías de bajarla de ese lugar antes. —Muy bien, accederé a tus peticiones, espero que valga la pena, y si se trata de un truco, te matare. ¿Oía bien?,¿Matarlo?, me encontraba mas agitada que antes, mas por el echo de no haberle echo caso cuando dijo que nos fuéramos; me lleve ambas manos de nuevo al rostro nerviosa y avergonzada por no haberle echo caso, incapaz de hacer algo. Las burlas de los espectadores resonaban entre la multitud, interesados a lo que fuese pasar, pero aún a pesar de sus palabras seguía sereno Caín; como él había pedido, a la chica la bajaron al suelo, mientras ella se mantenía aterrada y temblando de miedo. El desagradable ambiente me asfixiaba por completo; Caín de inmediato sin recibir respuesta en palabras más que la sonrisa burlona de el supuesto “comerciante”, y de las decenas de espectadores, empezó a escribir con su dedo sobre el aire, literalmente, podía ver con sorpresa y claridad como se escribían diversos símbolos en un tono rojizo; los símbolos se marcaron hasta que lograr un completo circulo en el aire, llena de diversas figuras; —Chiquillo parece que estas lleno de sorpresas, pero bueno dime como funcionan tus palabras. —¿Te gustaría saber?. —¡¿No es ese el trato?! —, dijo con sarcasmo aquél hombre. — Muy bien —dijo Caín mientras sonreía, continuo mientras susurraba al hombre al oído—sabes…no podrás usarlo por mas que lo intentes. Observe con detenimiento como el hombre salto en si, molesto ante las palabras; —¡¿ Si quieres a esta humana debes de pagar?!,¡ Además te he dicho que nada de trucos! —grito él hombre enfurecido mientras por la aparte de atrás se acercaban algunos cuantos hombres hacia él; me encontraba completamente impactada, “¿Qué debo hacer?” pensaba eufórica, e incluso había olvidado los murmullos latientes en mi entorno. Empecé a caminar a agiles pasos entre las personas u aterradores seres hacia Caín, observando con desagrado sus medios rostros, gustosos, excitados, burlones y un sinfín de emociones desagradables que mantenían en una sola mueca, aquella misma irritable y desagradable sonrisa; a pesar de sus finos rasgos, eran completamente desagradables; —¡¿Acaso no te importa tu vida?! —pregunto el hombre con molestia, mientras tomaba en su mano una espada. Caín por el contrario mantenía su mirada hacia mi persona; —Claro que me importa…—susurro Caín. Llegue entre la multitud hasta donde se encontraba Caín, esperando bajo los pies del escenario, tirando algunas armas hacia el piso, de inmediato cuando el hombre se acercaba a una sorprendente velocidad junto con sus subordinados con las espadas ,simplemente paso aquello… —In umbris…—susurro Caín en una sola frase, mientras tocaba aquello que había dibujado en el aire. Todo simplemente se detuvo, el tiempo, los aparentes hombres que parecían flotaban por los aires, las aparentes personas petrificadas, e incluso los sonidos callaron, todo en un completo silencio, el espacio, todo se detuvo… —Muévete—dijo Caín con una leve sonrisa en los labios, continuo—ellos podrán moverse en unos minutos si no te apresuras. De alguna manera no me afectaba lo que había hecho Caín, podía menearme, aún permanecía atónica e incrédula, mientras aquellas figuras en el circulo dibujado lentamente se consumían; Caín me dirigió con la cabeza hacia aquella chica que le había echo actuar ante mi capricho, de inmediato reaccione y corrí a quitar aquellas cuerdas y mordazas; —Deberías también de liberar aquellos— dijo mientras gire a mirar abruptamente hacia aquellas celdas. De inmediato sin titubeo corrí a abrirlas aun contemplando los petrificados cuerpos; —¿Cómo es que los sacaremos?... —dije pensativa mientras miraba con detenimiento a mi alrededor, la ciudad completamente congelada y ¿hacia donde ir?, los colosales edificios renacentistas, entre sus amplias calles y cientos de individuos no humanos como Caín me lo había dicho, aún preguntándome el por que de sus actos; Caín permanecía con su miembro sobre aquella figura, mientras esa orbitaba sobre el eje de su brazo; —Vallan apresuradamente a ese edifico, allí bajo las escaleras espérenme—dijo mientras me dirigía la vista a una edificación amplia y vieja; un edifico literalmente desmoronándose a pedazos; pensativa ante su orden, me encontraba renuente, pero debía hacerle caso, no debía meterle en am situaciones ante mis ideologías; tratando de creerme el escape, pero…¿Cómo los menearía?,¿Acaso no era muy obvio el echo de correr a ese lugar?. —Solo creé en mi…ten cuidado, incluso de ellos. “¿De ellos?” pensé desconcertada, en verdad esto me estaba matando, más el hecho de creele a ciegas. Lentamente se consumía la mayor parte de las imágenes, nuevamente de la nada apareció una segunda imagen rotando de igual manera en su brazo de un color blanco, de inmediato aquella chica respiro nuevamente tan agitada como antes, con una mirada aterrada y perdida. Tomando control de si, aquella chica fijo su vista con detenimiento a Caín; de inmediato como si hubiese perdido el control tomo una espada que los guardias habían tirado por el piso dirigiéndose rápidamente con odio en su mirada contra él; —¡Espera! —grite a la chica sin detener su acción. Su mirada completamente corrompida por la locura, temor, odio; estaba segura que era por lo que hubiesen echo aquellos no humanos a aquella, pero Caín no había echo nada más que ayudarle; mi corazón nuevamente palpitaba aprisa mientras corría tras ella tratando de detener su acción; —¡Maldito vampiro!.¡Te matare!. ¿Oí bien?,¿Vampiro?, aquellos seres…¡¿En verdad estaba bromeando, no?!. La chica al estar apunto de pasar el filo sobre él, cuando salió literalmente volando hacia atrás; Caín permanecía quieto sin ninguna acción aun con esas figuras en mano, mientras me detuve secamente ante lo sucedido; —Deberías de agradecer a que te estemos ayudando a seguir con vida—dijo Caín impetuoso, haciendo rabiar a la joven, —¡¿ahora resulta que los vampiros salvan humanos?!,¡¿ Te parece divertido que tengamos que ser presas para que sigan ustedes con vida?!,¡no me hagas reír! —gritaba al aire sus irónicas palabras, marcando en su rostro una rencorosa mirada; —¡Todos ustedes son unos malditos monstruos!. —¿Acaso creés que me importa? —dijo Caín con una gentil y a la vez burlona sonrisa en sus labios. —Tu…—de inmediato le interrumpí, irritada por sus palabras, dando una fuerte bofetada; —¡¿Te parece que tengamos que soportar tus insultos a pesar de que les estemos ayudando?! —Decía mientras corrían lagrimas por mi rostro mirando hacia aquella chica, continúe molesta—¡Soy humana, él nos esta ayudando así que deja de decir estupidez y muévete!, ¡si no te mueves te matare yo, con mi humano ser!. Ella quedo atontada por mi acción, mientras Caín giraba su rostro a otra parte, de inmediato oí leves murmullos provenientes de aquella jaulas, las personas empezaban a moverse, como Caín me haba dicho, corrí a aquel lugar limpiándome las lagrimas del rostro; el resto de la ciudad seguía completamente petrificado sin movimiento, notando que aquellas imágenes cada vez eran mas pequeñas y poco visibles. —¡Si quieres salir con vida ,muévete! —grite a la chica sacándole del shock al que la induje, de inmediato con desconcierto en su mirada les indicamos alas personas moverse hacia fuera de las jaulas, indicando a las quince personas que fuera a ese edificio que me había señalado Caín; todos corrían hacia el edificio mientras sentía la densa mirada de la joven sobre mi espalda mientras me acercaba a Caín; —Solo esperen en el sótano, bajo las escaleras—decía fríamente mientras veía un semblante agotado en su rostro; —¿Estarás bien? —pregunte preocupada. —Si, solo vete, pronto les alcanzare…ten cuidado. Accedí con incertidumbre mientras dejaba a Caín en ese escenario, lentamente veía como las marcas desaparecían hasta ser consumidas. Los hombres se balanceaban sobre él, mientras perdía por completo la vista de lo que pasaba… — ¡Si, tu nos traicionas…—oía con enfado las palabras de aquella joven clavándome esa misma densa mirada, interrumpí de la misma manera tan grosera con la que me hablaba; —¡No te traicionaremos, ni a ti, ni a ellos, no seas tan estúpida! —simplemente dije con enfado mordiendo mi labio inferior mientras corríamos por el interior del enorme edificio; una edificación vieja y deteriorada, apunto de caerse aparentemente; corríamos a tanto como podíamos hasta que llegamos a esas escaleras que me había dicho él, puse una ligera expresión de felicidad mientras nos deteníamos de golpe; —¡solo debemos…—fui interrumpida por ella, mientras colocaba una pequeña daga en mi yugular; los demás me observaban con la misma expresión de ella ,esa mirada de rencor y desaprobación; —¡Te mataremos!,¡No podemos permitir que nos lleves a una trampa!. —¡¿De que están hablando?!,Ya les dije que no pasara nada…—nuevamente interrumpieron en diversas voces de ellos; —¡¿Humana?!,¿Por qué no te quitas esa capa y vemos que eres humana? —decían con tonada burlona y desagradable en sus rostro. *** —¡Tú!, ¡Me las pagaras!. —¡¿te parece que lo harás?! —decía con una sonrisa burlona en el rostro, mientras me encontraba en posición en guardia con una de las espadas en mano; —¡Maldito niño!, te mataremos. Oía con detenimiento los murmullos excitados de mi sangre, “¿Qué es lo que paso aquí?” pensaba mientras me meneaba agiles y rápidos movimientos para evitar alguna herida; todos gritaban por sangre, sedientos por aquel rojizo liquido ; contemplaba al fondo como algunos guardias corrían a mis mismos movimientos a observar solamente lo que pudiese pasar; —¡¿Quieren sangre?! —grite a los alterados y gustosos observadores, obteniendo como respuesta cientos de burlas; —Entonces la tendrán…—dije fríamente mientas rebanaba el torso de aquél, separándolo de ambas partes; —¿Cómo…—oía las palabras de aquél mientras se arrastraba por el piso con sus manos, mientras tras de mi venían sus sirvientes gustosos a morir; con molesta di una hipócrita sonrisa y delicada, volándoles la cabeza de la misma manera que su amo, todos observaban asombrados e interesados mientras les abandonaba… *** —¡Dejen de decir estupideces, ambos somos humanos! —, decía Caín de repente; de alguna manera u otra había aparecido rápidamente ,haciéndome sentir un poco más aliviada; —¡¿Si es así demuéstrenlo?!, ¡quítense esas cosas, si son humanos no los calcinara la luz! —,gritaba uno de los jóvenes hombres entre ellos; todos mantenían entre nervios un tembloroso semblante, mientras aquella me empujaba contra suyo levemente pasando su filo por mi cuello haciéndome sangrar un poco. Caín se mantenía serio, accediendo a sus peticiones tomo de su capucha bajándola por completo ,por fin pude ver a aquél que me había salvado de ese vacío… Aquellos ojos doraros, y su finos semblante y pálido aparentemente nada humano y un cabello plateado; de igual manera aún cuando aquella chic ame sostenía atemorizada, Caín fue y retiro de mi aquella capucha para descubrir nuestros rostros, todos nos contemplaban con desconcierto esperando que algo nos pasaba pero nada, los rayos del la azulada luz que se adentraban entre grietas acariciaban suavemente nuestros rostros sin cambio aparente. —¿Es suficiente? ,O que más desean. Pareceré no humano, mucho menos por mis habilidades inusuales, pero recuerden que todos vienen de diversos sub mundos en el universo y algunos de ustedes poseen cierta clase de cualidades. Todos bajaron su mirada aliviados mientras aquella me soltaba. Di una respiración onda , mientras Caín se colocaba enfrente de todos para abrir un pasadizo secreto entre las paredes… Al pasar del otro otra ciudad, una enorme ciudad con iguales similitudes, ¿ahora donde estábamos?... —¿Dónde estamos?, susurre. —Estamos en el mismo lugar, este es el punto cero de este lugar. No hay nadie.
Capitulo 5 Humanos Esa ciudad con cierto misterio, que sentía que sin duda resguardaba, haciendo despertar un extraño sentido sensor en mí. Aquella ciudad con iguales similitudes, pero con algo que lo hacia mas vieja, que aquella otra, que por primera vez contemplaron mis ojos; contemplábamos a lo lejos como si tratara de la parte externa, como si pareciera una gran distancia. “¿Punto cero?” pensaba con desconcierto mientras nos introducíamos a la ciudad “fantasma”; Caín se mantenía apacible y sereno, mientras aquellos o más bien algunos, clavaban sus miradas afiladamente contra Caín, como si cuidarán cada movimiento de él, aparentemente para evitar que él hiciera algo que les dañara, ¿Acaso no era obvio que les ayudo?, pero pareciera para nada suficiente para aquellos. No me quedo más que seguir en absoluto silencio al lado de Caín tragándome mis comentarios, estaba segura de que no entenderían por más que les dijera, mientras caminábamos a paso lento por la desolada ciudad. En efecto la ciudad completamente vaciá y tétrica con las mismas estructuras que la anterior, en verdad estaba hablando enserio Caín al decir que no había nadie allí; y un solo cambio en el entorno, aparentemente, el cielo era completamente blanco, aparentemente incapaz de cambiar de estado de luz a oscuridad, solo un tono neutro, y las sombras nuestros compañeros, aparte de aquellas miradas y desconocidas personas. Como si se tratara de aquel hechizo de Caín. Aún me preguntaba si era cierto de los vampiros, pero,¿ por que darle vuelta de hoja?, fuese vampiro o no Caín, tenia que aceptar que nos estaba ayudando sin nada a cambio, además de que nada parecía lógico; aún me taladraba lo de la magia; ¡Vamos!,¡¿ magia?!, ¡demonios!, ¡¿y ahora vampiros?!, simplemente se desintegraba mi congruencia lógica y certera, solo faltaba que hubiera brujas y cientos de cosas más. Seguíamos caminando en silencio a cualquier otro punto, al menos ya no era tanto la tención en mis hombros al estar con aquellos…al menos no sola. —¡A donde vamos!,¡¿Cómo es que quieres que te tengamos confianza?! —replico groseramente aquella joven pelirroja a Caín, deteniendo su paso; mientras él daba un suspiro ignorando por completo su persona, manteniendo su mirada hacia una aparente plaza al fondo ,aún manteniendo su andar. No pude evitar sentir rabia hacia aquella, pero igual manera que Caín, era mejor mantenernos a raya y evitar estúpidas confrontaciones en nuestro estado. —¡¿Acaso no me oíste?! —nuevamente grito aquella exasperante persona, haciendo que las quince personas se detuvieran. Pude notar el semblante molesto de Caín y la tención sobre su mandíbula. No le culpaba, desde hace horas que caminábamos, aquélla principalmente, nos atravesaba con esa mirada, hasta sentía el asqueroso escalofrió que recorría mi columna vertebral, e incluso empezaba a pensar de que fue un error el habernos metido en un lio por ellos, además de que Caín se mantenía más mudo que cuando estábamos solos, incapaz de responder todo lo que yo le preguntaba en susurros, siempre respondiéndome telepáticamente con un; “No puedo decirte…no con ellos”. Aquella de inmediato apresuro su pazo y dio un jalón al brazo de Caín, esa mirada cálida que tendía a darme, fue completamente contraria para ella; —Yo no pedí confianza, si gustan sigan siguiéndonos, si no les parece, váyanse por donde vinieron. — comento firmemente Caín, mientras giraba a verlos con un rostro frio e impasible, y retirando aquella impetuosa persona de él. Su molesto, y a la vez apático semblante, los irrito; nuevamente aquellos parecían bestias listos para blandir aquellas pequeñas pero hirientes armas; aquél mantenía una débil pero maliciosa sonrisa, una sonrisa que no había visto en ningún momento cuando tenia esa capucha, la cual me dio cierto nerviosismo; aquellos ojos impregnándose horriblemente contra nosotros, denotando odio y confusión a la vez; —¡Te lo diré nuevamente!,¿A dónde nos llevas? O mejor aún, ¿Quiénes son ustedes?. No cualquiera expondría su vida por solo un grupo de esclavos, ¡Hablen de una buena vez! —exigió la joven, acompañada por algunas cuantas voces que solo seguían sus alaridos; Caín relajo un poco su rostro, dando un suspiro bastante hondo como para apaciguar su próxima y cercana euforia; me miro a los ojos, como diciéndome con esa mirada ámbar que era el momento de dejar salir todas mis estupideces, válgame que estaba molesta, por todo, ¡todo!, ¡y estos imbéciles empezaban a sacarme de mi neutra persona, a una realmente que ni conocía. —¡¿Acaso no dijeron que era suficiente demostrarles que éramos humanos?!, ¡ahora ustedes son los únicos con los que pareciera que estuviéramos en peligro!, ¡Te parece divertido que les estemos ayudando y aún así recibimos sus malditos reproches!. —grite eufóricamente, delineando cada palabra que salía de mi boca. Aquellos bajaron su rostro avergonzados haciendo certeras aquellas palabras duramente reales, mientras aquella pareciera estar en cólera solo por no tener razón alguna; antes de que aquella volviera a vociferar, uno de los jóvenes hablo tranquilo y serio; —tienes razón, pero concuerdo con Neil, a pesar de que no es la manera de decirlo, deberían de aclararnos cosas. Hace poco estuvimos tranquilamente en nuestros mundos y de alguna manera despertamos como prisioneros, yo me llamo Near; Neil y yo somos del mismo mundo, perdona por la agresividad de mi hermana, es una persona bastante temperamental y aún nos sentimos bastante aturdidos con todo esto. Desde que llegamos hemos visto horribles cosas que creíamos irreales…— dijo aquél joven, de estatura promedia, semejante a Caín, de mirada grisácea y cabello oscuro levemente desarreglado, bajando la mirada y empuñando su mano, apretando con fuerza su mandíbula, aparentemente tragando palabras. Continúo Near, a pesar de la sobria mirada de Neil sobre él; —No estoy seguro como es que subdividen los mundos, pero algo pasa allá afuera, y aquellos nos cazan como trofeos… Caín fijo su mirada a él, como si tratara de saber algo más, y aquél por su parte estaba en lo cierto, pero tampoco yo tenia mucha idea de ello; desde que había llegado allí por mi salvador, no tenia muchas horas de que lo había conocido como para buscar respuestas, al menos respuestas que él pudiera decirme, estaba segura que habría más de lo cual no me diría nada. —Tienes razón, de hecho tampoco…—susurre apenada tratando de guardarme lo que me decía Caín telepáticamente, interrumpiendo mi voz“—ten cuidado.” ,¿Cuidado a qué?, bueno, tenia que acatar ordenes por mas que me corroía; la ultima vez que desobedecí no termino nada bien y seguro estamos metidos en muy malos problemas, como para que Caín nos trajera a esta desértica parte. Continúe guardándome ciertas cosas para evitar mayores discordias; —nosotros recién llegamos…no sabemos de lo que pasa ciertamente— dije no muy convencida ante mis palabras, tratando que Near no detectara mi mentira, continúe tratando de moldear una sonrisa complaciente y desquebrajada para la situación, ¡¿sonreír?!, en verdad perdía mi cordura; —Mi nombre es Anna, también desperté en este mundo como esclava, junto con C…— de inmediato apreté la garganta evitando que mis cuerdas vocales soltaran el nombre de él; recordando sus palabras, rápidamente reanude mis palabras como si tratara de una tos seca concluí; — Ion y yo procedemos de semejantes mundos. Pero ambos habíamos logrado escapar. — trate de sonar convincente, mientras asentía con la cabeza, plantándole una mirada de sinceridad. —Entiendo. Pero ¿por qué conocen este punto? — pregunto Aquél joven, un poco confundido, mientras los ojos miel de su hermana nuevamente se impregnaban; tratando de creer lo que había dicho. —Este lugar es una zona prohibida, bien solo pueden pasar por aquí algunos cuantos guerreros y parte de la nobleza que sean lo suficiente actos, y en determinado tiempo. Fuimos esclavos nobles, es común que conozcamos el camino, por eso mismo les apresuro, si permanecemos aquí por más tiempo pronto nuestro olores se harán evidentes. Además que pronto se acerca aquella celebración —comento Caín con tanta seguridad que los convenció al instante, manteniendo un semblante de seriedad absoluto. Nuevamente Neil alzo la voz; a pesar de tener un aspecto inocente tenía una lengua bastante afilada como para cercenar a quién se le parase enfrente; —¡¿Entonces por que nos trajiste aquí?!,¡Si es más peligroso que a ya afuera!.— exclamo. Caín simplemente omitió, sus alaridos y se dispuso a contestar con verdades y mentiras entre mezcladas; de alguna manera me molestaba y alegraba, haciéndome añicos la incertidumbre de saber que tanto erá real y que otro tanto era mentira, de lo que decía; —Ya lo comente, es un lugar donde solo cada cierto tiempo algunos cuantos pueden pasar, solo por autorización superior. Hemos entrado aquí por que no he tenido opción, si prefieres estar a ya afuera eres libre de regresar. En cuanto se acerque la noche, ninguna de las dos partes de este mundo será seguro. —Termino Caín mientras retomaba el paso. El resto de los hombres y mujeres, que para ser sincera, aparente eran jóvenes no mayores a los treinta años, y de buen porte, entre cruzaron sus miradas como diciendo “No tenemos opción”; arrastras tanto metafórico como literal, caminaban al mismo paso de Caín manteniéndose cerca; de alguna manera u otra se sentía caer la noche, por la helada brisa que ciertamente recorría el lugar e inclusive podía ver diminutos fragmentos de nieve que se adentraban de alguna manera hacia aquella parte. Por fin después de un largo camino empezando a sentir el cansancio de mis miembros inferiores, tomamos descanso en una extraña y gran plaza con cientos de insignias; figuras similares como a aquella puerta al ser abierta por la sangre de Caín; la cual era adornada semejante al material de aquella torre blanca, y cristales a los pies, un material bastante resistente y anormal, dando una sensación de levitar sobre el suelo, y una fluidez de extrañas brisas que acariciaban nuestros rostros; calor y frio concentrado en esos remolinees de “viento”. Más confusa que antes me trague mis preguntas para no ser evidente a Caín, teníamos tanto que hablar, y tan poco tiempo para entablar una sola palabra; aún descansando sobre el piso contemplaba con cierto disimulo su pensativo semblante hacia la nada como si cuidara de nosotros. ¿No se supone, que no deberíamos permanecer en un solo lugar por mucho tiempo?,¿Por qué aquí?, ¿Y el olor?, ¡demonios!, tanto que preguntar y simplemente no podía hacerlo. Suspire grandemente, cerrando mis ojos para descansar mi mente, pero nuevamente oía aquellas desgarradoras voces, de mi mundo siendo colisionado; abrí los ojos rápidamente; simplemente cerrarlos ya no era una opción, podía sentar mis ojos levemente humedecidos conteniendo el llanto, y el nudo en la garganta siendo detenida por mi ego. El dolor me recorría como nunca lo había hecho y las emociones me hacían más humana de lo que solía recordar. El resto permanecía igual a mi persona; sentados tratando de entablar conversaciones entre ellos y aunar sus recuerdos; entre los murmullos a distancia tratando de no incluirme, oía sus breves relatos; “No estoy seguro, caminaba por las calles entre mi ciudad y sentí como mirada se plantaba tras de mi. De alguna manera u otra se acerco y golpeo, o hiso algo extraño, y me desmaye, terminando de despertar en este lugar”, “Mi familia y yo corríamos a toda velocidad por las montañas pero me terminaron por alcanzar, y trayéndome por su portal”. Gire mi mirada hacia ellos con absoluto interés, un portal, si se trataba de un portal seguro que debía de tener alguna determinada dirección en el universo, y posiblemente de allí sus derivaciones de Terra y mi mundo; nuevamente pensé un poco más, recordando las palabras de aquél maldito comerciante de humanos, ”Terra A”, ¿Por qué subdividir de esa manera las direcciones?, simplemente no tenia coherencia. Tenia bastante por preguntar que me molestaba mi silencioso ser. Gire nuevamente ojiverde mirada, pero esa grotesca sensación, sin duda Neil me miraba, cerré los ojos a pesar de lo que me había dicho solo para esquivar el sofocante semblante y seguro una nueva confrontación por parte de ella. Caín se levanto deprisa del piso, ordenándonos caminar más hacia el fondo. Aquellas miradas nuevamente, pero nos siguieron nuevamente contra su voluntad sin replica alguna, en silencio. Aparentemente callo la noche, la brisa era mucho más helada, al menos gélida, que la noche anterior, empezaba a odiar la vestimenta que traía puesto; aquel vestido de seda que me puse en la celebración, que había perdido su encanto hace algunas horas por el camino, y que bien me sorprendió, que había durado tanto tiempo puro y blanco, que lastima de el. Terminamos por llegar a una especie de santuario, resguardado por viejas puertas de gruesa madera; un enorme recinto con cierto toque de misticismo, completamente helado y a la vez cálido por brisas semejantes a las de la plaza regocijando el entorno, pero no a nuestra persona; mismos cristales a los pies, pero con un lenguaje más conocido para mi… —Aquí nos quedaremos…por esta noche. —dijo Caín aun bastante pensativo caminando al fondo y dejándonos cercas de la entrada del imponente lugar; una que otra mira perseguía su espalda, mientras yo contemplaba tan singular y encantador lenguaje, ese lenguaje numérico y que abecés era mas entretenido, que la lectura de aquellos viejos y empolvados libros, revelándome un poco de mi entorno.
Capitulo 6 En las ruinas Aquellos algoritmos y gran lenguaje que se usaba en maquinas y ecuaciones; la numeración binaria, grabada en lienzos sobre aquellos muros, pero ¿por qué?. No pudiendo mantener mi mente quieta, ni mi excitada persona, que mantenía su semblante neutro. Movida por la latiente necesidad de descubrir la verdad de esos números, contemplaba con cuidado cada gravado numérico, y sus correlaciones entre ellos, ampliando mi mirada al interior del edificio; mire al techo, a lo ancho, y largo de aquella piedra finamente pulida, formando la hermosa estructura que nos albergaba y protegía del olvido, de igual manera cubierta por minúsculos números de al menos cinco centímetros. Las vistas de aquellos se perdían curioseando en su entorno superficialmente, omitiendo los pequeños grabados, solamente hablando entre ellos, y de la situación en la que nos encontrábamos, pero ¡que demonios!, yo seguía contemplando marcando y rosando mis dedos sobre ellos, simplemente me llamaban agritos esos ceros y esos unos bien definidos, poco corroídos. Aparente no había mucha relación de una zona a otra, lo mas seguro es que estaba revisando por una parte que no era principio, ni fin. «Perderé días en esto…», pensaba suspirando con desilusión. Aquellos, no evitaron verme en mi labor, haciéndome sentir incomoda por las constantes miradas. Desaparte mi vista de los muros, andando a ciegas tras los pasos de Caín. Solo pude contemplar de reojo, por parte de aquellos, un movimiento de sus cabezas de desaprobación, dirigida hacia mí. Antes de seguir continuando a mí paso, ¡Mierda! Neil frente a mí, azotando con unos voraces ojos. Tratando de ignorar a esa joven, caminaba justo al lado de ella, tratando de reflejar un semblante prudente; la rigidez se notaba en su rostro, sus labios temblaban por la presión de sus dientes, los cuales eran oprimidos para callar su rabia, pero un solo susurro me hiso sentir cierto nerviosismo… —Me las pagaras… No dije nada, tratando de omitir su presencia, solo seguí caminando hacia donde había ido Caín, haciéndome preguntar y rabiar al mismo tiempo ¿Por qué tanta molestia? ¿Que tanto odio puede resguardar aquella joven? De las cuales no tendrían respuesta, más que las teorías de conspiración que armaban mis pensamientos. Me introduje al interior de aquel lugar, percatándome que mientras mas me introducía, se hacia más oscuro y frío. Mi calzado sonaba por los pisos de cristal, mientras levemente me confortaba el extraño calor que emanaba eso remolinos, que por la penumbra, se tornaban en colores luminosos; en tonalidades de azul, verde, lila, naranja, en diversos y variados matices. Los murmullos de aquellos se perdían conforme al paso. Podía ver al fondo un resplandor azulado, como si se tratara de aquellos soles que cubrían aquel planeta. Caín se encontraba guardando asiento sobre los escalones; escaleras en espiral que conducían a un camino hacia el fondo de aquel lugar, mientras ambos nos encontrábamos afuera de aquella zona que irradiaba aquel cálido calor, incluso podía sentir, cierta alegría que me impregnaban las extrañas luces, «perfecto, luces alucinógenas» pensé con diversión mientras se dibujaba una amena mueca en mis labios, disfrutando aquella felicidad inducida. Caín giro a verme cubierto por aquella capucha, tenia una sonrisa débil pero igual de placentera que la mía, haciéndome preguntar si aquél se reía por aquellos rayos, o por mi. —¿Feliz?— pregunte con sarcasmo haciendo una sonrisa burlona. Solo dio como respuesta otra leve sonrisa. — Solo disfruto el momento — ¿Disfrutar?—dije con desconcierto—. supongo…— solté en un suspiro largo, mientras me sentaba justo al lado de él. — ¿Qué quieres saber? —Pregunto. Claro que sabía mis intenciones, y seguro ya había entrado en mi mente de nuevo. — ¿No habrá problema?…—musite, mientras plantaba mi mirada a la tranquilizante luz. — No…Todos están preocupados por nuestra naturaleza, y discutiendo entre ellos, que tal vez tarden un poco en venir para acá. Solo te contestare lo que crea necesario. — ¿Cómo sabes eso?...—pregunte un poco de sorpresa—. O si, vampiro… — murmure nuevamente, mientras escondía el rostro en las piernas. Ni siquiera yo me creía lo que había dicho, pero bueno, ¡¿que más me quedaba?!. — Si…desde hace mucho…—enmudeció. — Que más da la naturaleza, recientemente pensé que todo era ciencia, y hoy aprendí de esto y lo otro. No te preocupes no es necesario que me cuentes tu «transformación», después de todo compartimos el mismo origen…— dije sin pensar, recordando algunas novelas literarias de vampiros. Además me era bastante incomodo aceptarlo. — ¿Transformación?, me sigo preguntando…que tanto rumoraron en sus mundos sobre nuestra existencia. — No sé, yo solo se cosas de algunos textos, sobre todo cuando estaba aburrida…no me quedaba de otra más que leer…—dije con desanimo. — ¿basura?—pregunto con sarcasmo. — Si…—susurre con dolor. Claro que estaba en lo cierto, había historias tan raras; desde un vampiro antiguo que bebía sangre virgen de hermosas damiselas, disfrutando el sufrimiento ajeno, viviendo y condenados por la oscuridad y cubiertos del manto lunar, deleitándose noche tras noche, y que solo morían por los rayos del sol, o una estaca en el corazón, o la dichosa cruz como escudo divino, hasta vampiros que no hacían daño ni a una mosca, que caminaban bajo los rayos del sol, viviendo con los humanos, y sufriendo la viva agonía afligida por la inmortalidad, y que a pesar de estar muertos además concebían. Vamos la primera me medio agradaba la idea, no me causaba tanta gracia, pero los otros, bueno a saber que tanto más había escrito. — ¿Tan malas eran las lecturas?— pregunto Caín divertido, mientras veía mi rostro levemente afligido. — No me hagas recordar… — No lo hare, por tu rostro puedo concluir muchas cosas. ¿Entonces que te gustaría saber?— pregunto. Pensé dando un suspiro al aire. — — Tanto por preguntar…—susurre—. ¿Cómo es que sabias…—silencie, reformulando mi pregunta, continúe —. ¿Cómo distes con migo? — Me encontraba en una misma situación…se me hiso bastante raro sentir otra presencia en mi entorno…—hablo guardándose algunas cosas, seguro. No valía la pena preguntar que hacia allí, sus últimos murmullos me hablaban y advertían de que no me diría más de ello. — Entonces no sabes que paso en realidad…y bueno…— musite. Esta vez la pregunta me ruborizaba además de serme incomoda...—. ¿Y ese beso?... — Es mas bien un hechizo…estabas en un punto que no debiste estar…e inclusive estabas allí viva, creo le llaman purgatorio…un lugar donde residen los no vivos. Si no lo hacia inminentemente hubiese muerto, pero lo que no entiendo, es que hacías allí aún con vida… — Me cuesta trabajo creerlo…— susurre, continúe a pesar de mi escepticismo —.¿Que clase de hechizo? — Uno para protegerte, si me hubiera introducido a este mundo sin aquel, aquellos ya te hubieran matado…Los otros humanos también los estoy protegiendo para que no nos detecten, por eso me ciento un poco cansado, pero es un hechizo distinto, es mas bien temporal. — Entiendo, entonces planeas infiltrarte más adentro, supongo que concuerdo, seria la única manera de salir de todo esto. — Eso espero, además tenemos ambos un pacto…—dijo con cierta aflicción en su voz—. Nos retrasaran… — Lo sé…—murmulle, tenia algo que decir pero ese maldito orgullo lo hacia tan difícil—. Lo…ciento—bisbisé en palabras auditivamente incomprensibles. — No hay nada que perdonar… ¿Alguna pregunta más? — Este lugar... ¿Que es este lugar, o punto cero?... —pregunte. Él dio un largo suspiro como para hacerme pensar que no me diría nada. — Te diste cuenta del código, ¿no? — Si — Ven—dijo jalándome suavemente de la mano, al interior de aquellos cálidos rayos. El interior era más cálido que el exterior, una suave y fresca brisa nos acariciaba, y aquel brillo proveniente de una especie de bola gigantesca que era cubierto por aquel fulgor liquido y a la vez gaseoso, resplandecía a nuestros pies. Pero nada tan grandioso como lo que contemplaba, no pude contener mi emoción al ver aquello ante mis ojos; una imponente mega estructura en forma de trono, surcando en el aire a mitad de la habitación cubierto por una barrera echa artificialmente por aquel cristal a mis pies, e inclusive podía notar al primera vista el panel de control, todo igual al material de aquellas espadas blandidas anteriormente. La imponente habitación grabada por todos lados de ese código binario. En efecto una computadora, aquel edificio aparentemente era un procesador gigante. —¿Y como funciona? —pregunte motivada—.No veo como pueda subir… — Hace mucho la vi ser usada, solo debes colocarte en esa parte— decía señalando a aquella esfera transparente—.Pero no podrás usarla… — ¿Por qué no? —pregunte molesta mientras giraba a verle con una lacerante mirada. — Por que hoy hay una festividad, si la encendiéramos los alertaríamos…—dijo. Baje la mirada al suelo transparente, con disolución. — Cierto…—murmulle—.¿Que es eso? — El corazón de la ciudad — Entonces .¿si la destruimos los matamos? —pregunte estúpidamente e incertidumbre a la vez. Caín soltó una pequeña risa, lo suficiente para oír entre bufidos su burla, haciéndome avergonzar y, a la vez rabiar por su actitud. — No…—dijo tratando de recobrar su compostura—. Es más bien un sello para evitar, o era para evitar que salieran ellos de este mundo. — Que aparentemente no sirvió mucho… — No…Además me provee cierta fuerza, avivando mi vitalidad… — Ahora entiendo esos remolinos monocromáticos, y el porque optaste por la plaza donde descansamos hace un momento. — Todo tiene un por que — Tienes razón — ¡Hey!,¡ustedes dos! —un grito nos hiso volver a nuestra soberbia actitud. Una joven mujer, acompañada de Neil y Near ,de bellos ojos azules y de hermoso cabello rubio además de escultural cuerpo, nos plantaba aquella mirada de desaprobación e ira—.¿Y que vamos hacer ahora en adelante?,¡¿Nos vamos a quedar aquí, a que nos salgan gusanos?!. Un detestable grito, que hubiese preferido hacerlo mudo. Caín y yo estábamos progresando, pero no, tenia que venir una histérica a echarnos en cara, que no se que situación ¿Acaso no podrían simplemente callarse agradecer, y ya como cualquier persona humilde? Ahora mi cruda realidad era más estresante, que aterradora. — Ya lo había dicho, nos quedaremos aquí hasta el amanecer. ¿Acaso tengo que deletreárselos? — ¡Alessa basta!…—replico Near un poco tenso por la exasperante mujer. — Dejala Near, también es molesta la actitud de estos dos—dijo con burla Neil obteniendo como respuesta de su hermano un ladeo de cabeza, rechazando esas palabras. — ¡No me voy a detener! La tensión se podía hasta tocar. Caín volteo su cabeza de lado esquivando lo sucedido, y tragando un leve sorbo de saliva para evitar dejar salir palabras que llamearan más la situación, mientras yo de igual manera plantaba una aguerrida mirada. Respire un poco tratando de controlarme. Sí, tenia toda la razón para estar molesta, y no solo ella, si no todos nosotros. Regale los músculos, dibujando en mi rostro, una sínica y divertida risa, y hasta burla entre labios, todos giraron a mirarme, e inclusive pude ver un perfil petrificado de aquella mujer por acción, aquellos tres giraron, exceptuando a Caín. Seguro me veía como una desquiciada loca, mientras me dejaba caer arrodillaba al piso, y limpiaba aquellas escasas lágrimas de impotencia con un sutil movimiento e mis manos; tanto por decir, hacer y simplemente contenerme. Jamás había sentido tales emociones. —¡¿Piensas que eres la única que sufres?! — exprese con una irónica y sarcástica sonrisa en labios. Plante me vista al piso, observando mi leve y torcido reflejo contra el, haciéndome recobrar mi cordura—. Mejor me callo…no tiene sentido hablar de esto con este tipo de personas ¿Qué es lo que tienen en mente? Estaban discutiendo entre ustedes… —…No lo sé, esperábamos que no los dijeran ustedes—dijo Alessa con palabras levemente entrecortadas. — Entonces esta dicho, mañana nos moveremos —, dijo Caín mientras se dirigía a la salida y entrada del lugar. — ¡¿Pero que demonios esperas que hagamos?! Además…—expreso la mujer no muy convencida. — ¿Hambre? — pregunto Caín, mientras miraba a los tres; aquellos semblantes levente molestos, y avergonzados cruzando ladeadas miradas— .Podre ir arriba por mi mismo…pero…¿Quién me acompañara? — pregunto Caín forzado, sabia que alguien le acompañaría para que no intentara algo. — Habíamos pensado que iría Near…pero también irán otros dos hombres, Lion y Alex— dijo Alessa entrecruzando sus brazos. Demonios…esta gente, en verdad no les entiendo, estaba de acuerdo e que había que comer, y si, también empezaba a asentir aquella necesidad, pero vamos mandar a cuatro personas al matadero. Al menos Caín se libraría fácilmente e inclusive bien podría habernos abandonado, o bebido nuestra sangre pero no. — ¿Están seguros de esto? — pregunte. — Si, pero tu quedaras. No podemos dejar que ustedes hagan un truco—dijo aquella con autoridad. ¿Un truco? ¡¿Y yo soy la rara?!, y entonces me dejo bien claro esta mujer que Neil y ella me odiaban ,además de soportar los intolerantes desplantes del grupo contra Caín y yo, que bien … Dios no tenia muy bien planeadas las cosas ¿verdad?. Me levante del piso mientras daba una gentil, y dulce sonrisa a Alessa y Neil de respuesta, una sola como para hacerlas rabiar; tan grotescamente dulce que me pareció exquisita su expresión de rechazo. — No te preocupes, después de todo seguro que mañana algunos terminaran igual de muertos, que los que hoy mandan al infierno— dije importándome poco su desplantes, pasando y rozando contra aquellos, para salir de allí cuanto mas rápido me fuera posible. Podía oír conforme me alejaba las vociferantes voces de Neil y Alessa, demonios…¡Claro que me encanto mi acción! En verdad detestaba que me trataran como basura y cada estúpida acción de aquellos. Ahora entendía las palabras de Caín ante mis desplantes y que bien encajaban con todos; « ese es el problema, eres humana» que bien podría arreglar a; « el problema, es que son humanos » ni las ratas eran tan molestas como el hombre. Sumida en mis pensamientos llegue rápidamente a la entrada del edifico, mientras a unos cuantos pasos tras de mi, venían los demás. El resto que se encontraba sentado en la entrada, la cual puso una expresión de felicidad y agobio entre mezclados. Igual que ellos tome asiento en un rincón junto a una aparente pareja, bueno al menos su « energía » era menos asquerosa que el del resto. Ambos giraron a verme plantando un sonrisa irrealmente linda, que me hiso avergonzar, y responder instintivamente por cortesía. —¿Bueno y que sucedió? —pregunto uno de los hombres de allí. Caín soltó un largo y extenuante suspiro, continúo con una fría voz; —Iremos…pero recuerden que probablemente habrá bajas… —Lo sabemos…—musito un joven de piel oscura, y bellos ojos avellaná. —Entonces vamos…—hablo aquél chico que conformaba aquella pareja, del cual no pude dejar de sentir pena. —Bien. *** Mantenía mi perfil sobrio, mientras observaba cierto nerviosismo en el rostro de aquellos, solo esperaba que hubiesen orado lo suficiente, para evitar un final trágico en esto… Caminaba a aquella plaza donde previamente habíamos descansado. Aún me sentía cansado, estresado por todo esto. Que mas daban sus vidas, por mi los hubiera ya matado bebido su sangre, y hacerlo parecer tan real a la predicción de todos, pero aquella parte humana…la cual me crea conflictos amor-odio en mi interior. A rastras sentí la presencia de otra persona a parte de aquellas carnadas. Ese olor, si, seguro era la hermana de Near…Siquiera podía oír sus pensamientos por el hechizo, y más aún dividirlo en la zona, y mantenerlo a la vez. —Si vas a venir al menos da la cara —dije instintivamente. —¿Cómo sabias que venia? —pregunto Neil. —¡¿Neil que haces aquí?! ¡Regresa! —Expreso Near inconforme. —¡No, lo hare! Además sabes que soy mejor en batalla —No tenemos tiempo— dijo Alex aquél joven de cabello castaño. Recibiendo una mirada por parte de Lían, aquél hombre de fornido de piel oscura. —dejala, si dese avenir que lo haga…— musite irritado, inspeccionando el piso de aquella plaza. Mientras aquellos proseguían con su batalla verbal, de una manera sutil y ágil para evitar miradas, vertí una sola gota de sangre sobre el disco que conformaba el suelo. Aquellas palabras en lenguas hebreas se alzaron al aire, justo como mi sello. Girando rápidamente en eje, Los cuatro se introdujeron al interior del centro de la plaza. Levantados por el aire éramos, hechos polvo por los elementales, envueltos por su energía, viajando a la velocidad de la luz. La tención, los sentimientos nos atravesaban como dagas, mientras en mis ojos corrían aquel maldito pecado. Tenia mucho tiempo que había dejado ese mundo, que me revolvía las entrañás haciéndome preguntar y divagar la causa del rompimiento del pacto humano. «¿ Que fue lo que paso? ». Las olas de energía nos cubrían. Si el corazón aún hacia tan bien su trabajo hasta este punto de la humanidad, ¿Por qué se salieron de las clausulas?, siquiera se atreven a mirar su pasado aquellos malditos desterrados. La música siguiendo los hermosos acordes de los finos instrumentos, cubrían nuestra existencia etérea, el olor de sangre humana mezclada con la de los animales se encontraban impregnado en el aire, y aquellas torcidas carcajadas de placer rosaban abruptamente contra nuestros oídos. Los elementales se cubrían de un color gris rojizo, haciéndome sentir en mis restos, un detestable enojo e ira. No los culpaba, también podía percibir tan nauseosa carga de energía que nos recibiría con los brazos abiertos.
Hay algo realmente aterrador en esta pagina, creo que desaparecieron los me gusta y un par de comentarios (creo) que había hecho. NO soy experto en tildes, pero juro que ha una o dos tildes mal puestas o que faltan. 0001000001011110110100010, 110010011011001
Capitulo 7 CelebraciónParte IDeambulando Abrí los ojos en cuanto sentí el piso a mis pies. Nuestros restos etéreos eran formados a su estado físico por lo elementales mientras éramos cubiertos por una ráfaga de viento. La noche cubría la ciudad bajo un leve manto de la luz lunar, y el gélido clima entumiendo los miembros de aquéllos. Aquella esencia elemental decidió volver rápidamente al interior del planeta, dejándonos a merced de los muertos. El rostro de nosotros, los ahora cinco individuos, era circunspecto, podíamos percibir la amenaza rosar nuestra piel, como el viento advirtiendo sobre aquéllos. Oía a lo lejos, al menos unos cuantos metros, tal vez fuera del edificio; las extasiadas carcajadas, y el fluir de la sangre de animales y humanos, por supuesto también los aterradores y terribles gritos, que también eran oídos por aquellos haciéndoles erizar la piel y alzar algunos cuantos vellos de sus cuerpos. Aquel portal daba directamente a la central antigua de uno de los principales santuarios que adornaba y resguardaba la ciudad; enorme a lo largo y ancho, haciendo resonar nuestras respiraciones y pisadas en ecos envolventes, cubierto por el cristalino material de pies a cabeza en su interior, grabada por aquellos mismos textos sagrados con un leve resplandor azulado. A pesar de las inquietantes miradas, proseguimos con nuestro camino. No obstante de ser una edificación principal, a como la recordaba, había perdido su belleza; se encontraba bastante descuidada, y corroída como los edificios de la ciudad baja, algunas partes del suelo se mantenía sobre el aire acompañadas de sus restos, olvidando la gravedad que en algún momento les regia. El tiempo parecía detenido en ese lugar. Near, seguía molesto por la acción de su hermana, tragando palabras para evitar una discusión que nos pusiera en riesgo. — ¿Entonces? — pregunte inquietado por saber sus planes. Bien podía leer sus mentes, pero estaba demasiado exhausto para dividir más mi magia, seguro que si seguía haciendo algo más, además de protegerlos, pronto caería a la locura. — Planeamos ir a los campos de clonación— dijo Lían. — ¿Campos de clonación?... —pregunte con incertidumbre, recibiendo como respuesta el enmudecido semblante de Lían. — Sí, hace unas semanas aquél comerciante, intento vendernos allí, pero… después de algunas pruebas y exámenes por parte de aquéllos, nos desecharon como basura junto con él — decía Alex afligido por los recuerdos—,también aquel lugar se encarga de proveer animales, por supuesto clonados. — ¿No les parece peligroso? — pregunte interesando intentando saber más de los Fit, aún me parecía increíble que desobedecieron las ordenes que dicte en el pasado en cuanto a recipientes sin alma. — Lo será, pero…hoy están celebrando el Novum sanguis lo más probable es que hayan dejado como guardias algunos de esos clones, y el resto estén celebrando la dispersión de su sangre. Después de todo tienen prohibido faltar, por lo nuevos dictámenes. — Entiendo…— ¿Nuevos dictámenes? ¿ Novum sanguis? Seguro que sí, ahora tenía más sentido el hecho de que enterraran la ciudad antigua, y por supuesto la ruptura ancestral. La cabeza me daba vueltas conforme dábamos camino hacia la salida. No, todo estaba mal. — ¿Pasa algo, Ion? — me pregunto Neil interesada, y a la vez insinuante dándome una gentil sonrisa, ¿acaso no entendía mis desplantes de molestia cuando la encaraba?. — No— dije cortante abriéndome paso enfrente de todos, mientras cubría con la capucha mi rostro. Mi instinto me guiaba a pesar de no saber a donde ir, aquella sensación me jalaba a aquel lugar. Al salir de la imponente habitación, había una puerta que conducía directamente por un pasillo a la salida, pero era demasiado peligroso salir por aquella; se oía la muchedumbre en varios puntos, seguro era una celebración a lo grande. Decidimos, entre miradas salvajes, buscar alguna salida alterna, por suerte recordaba cada punto de las edificaciones antiguas; entradas y salidas, grutas, pasajes, todo. Tal vez llegaríamos por los antiguos subterráneos, si es que teníamos suerte y se encontrara rodeando la ciudad. Parecía que el mundo, como la ciudad tuvo una distorsión, física como energía. De alguna manera improvisada, haciendo que no detectaran mis acciones, y conocimiento del entorno, fui guiándoles hasta que llegamos a algunas minas; abajo del santuario, entre ambas ciudades, unas cuevas viejas que anteriormente se usaban para la extracción de plata, extraídas por algunos Nodedim, con ciertas cualidades. Al parecer, la esencia de la ciudad me verdecía con su energía. Mientras más nos alejábamos, cada vez se hacían más distantes los alaridos de aquellas voces, solo dejando al aire, el olor a sangre. — Que suerte la nuestra, seguro que pronto llegaremos a la central— dijo Near de cierta manera aliviado. — Sí, esperemos… aunque seguro se pondrá feo al llegar— dijo Neil jugueteando y bajando los ánimos de su hermano. El piso terroso crujía a nuestros pies, mientras algunos insectos se meneaban entre las paredes, y la oscuridad nos cubría con su aspecto desierto. Nuevamente oí las voces bulliciosas, y sentí como se meneaba mi cabello en dirección de una ráfaga de viento, dirigiéndome a una salida. — Se siente el viento, seguro hay una salida cercas— decía, tratando de implantar la casualidad en ellos. — Es por aquí…— dijo Lían con precaución, y subiendo sobre una especie de plataforma, sobre la tierra y los rieles, que nos llevaba a la parte subterránea de algún otro edificio. La tención nuevamente se hacía rozar, a pesar de las risas distantes. Una puerta vieja de imponentes proporciones, cerrada con cadena y un gran candado de plata, que nos daba saludos y un adiós al mismo tiempo. A sus pies se observaban algunas cuantas manchas de sangre, de manos que intentaban entrar o salir del lugar, aparentemente a juzgar por su olor, de procedencia humana. Alex giro su rostro en negación, tratando de creer lo que ya no debía de pensarse, claro estaba, que eran las marcas de humanos. — Deberíamos apresurarnos— dijo Neil, mientras quitaba los viejos candados con una gazúa improvisada, por un pedazo de alambre fino, del mismo material, que se encontraba sobre el piso. La tención en sus dagas, como en sus mandíbulas, eran de esperarse a lo que podría encontrarse del otro lado, a decir verdad, yo ya sabia lo que seguía después de esto, de igual manera no cambiaria nada , seria igual de repulsivo si lo sabían o no. Las puertas se abrieron en par, dejándonos a la vista, algunos montones de restos humanos, esparcidos a lo largo y ancho del lugar; carnes putrefactas con etapas avanzadas en descomposición. Una amplia sala aparentemente para cremar los cuerpos, cubierta en todo su entorno por el mismo material plateado, y tan oscura como lo esperaba. Aquellos fruncieron el seño en dolor, y nauseas, pero no era el momento para llorar, como pude les empuje a que siguieran mis pasos. El eco era ensordecedor, mientras más avanzábamos el acongojante frio nos abrazaba, y los sonidos de las maquinas, se entre mezclaban con el entorno, tal vez congeladores o algo más. Hace mucho tiempo, recuerdo que un día, me mostro unos de mis hijos sus ideas para alimentar a los vampiros, realmente me pareció maravillosa lo planteado, solo hubo un problema, “humanos” necesitábamos sangre, por supuesto que me opuse, pero claro que aquellos hijos míos no se quedarían contentos, ni mucho menos de brazos cruzados. Un gran y largo pasillo, dirigiéndonos al interior del edifico, oscuro y desolado. Después de caminar por unos cuantos minutos, llegamos a una sala circular, igual de amplia que el resto del entorno, cubierto de pies a cabeza de plata, un área no apta para vampiros de bajo nivel seguramente, cubiertos de textos en latín, tal como los había leído en la entrada de la ciudad, a diferencia de la ciudad baja que era en hebreo antiguo. A nuestros pies otro transportador, pero afortunadamente para mí, sobre el, flotaba la parte baja de un elevador; un plato de cristal amplio para que entraran varias persona allí, y hacia el techo una aparente túnel que nos guiaría a cualquier área. Subimos sobre el, solo dejándonos guiar por el orden de la edificación. Tal como pensé la variación física como enérgica había perdido su equilibrio, haciendo cruzar las dimensiones, ya que conforme subíamos a pesar de ser una construcción solida, nos permitía ver atreves de ellos, como si se tratara de cualquier cristal. Una gran festividad cubría a la ciudad. Mientras la capa de nieve rociaba a la capital, las luces caleidoscópicas en tonalidades tan variadas y diversas que eran inclasificables; colores rojos, azules, verdes, naranjas entre otros, que dejaban una estela de luz al aire al alumbrar el oscuro cielo, en forma de cohetes artificiales, como en las calles en las que recorrían en forma de serpiente, ondulando al paso, entre los individuos, solo dejando sentir en su esencia el nerviosismo. A veces las luces gritan, a pesar de no oírlas. Además de las iluminación que deslumbraban desde el interior de los edificios. La música exquisita; otorgados por los hermosos violines y chelos haciendo rebotar sus sonidos en el aire, glorificando el festejo. Los individuos galantes con sus ropas; las mujeres con vestidos amplios con bodices abiertos, en colores marrones, rojizos, azules, entre otros tantos en tonalidades oscuras con leves toques dorados, en estilo renacentistas mientras los caballeros optaron por algo más victoriano, disfrutando y deleitándose con copas de cristal en mano llenas del carmín líquido mientras sus rostros eran cubiertos por una mascara finamente pulida; dando la apariencia de porcelana. Una apariencia y festejo más bien en burla de la vida humana. Al centro de la plaza, al frente del santuario principal que era cubierto con hermosas luces, salían algunas carrosas en desfile, disfrazadas en deleite del pueblo; mujeres aristocráticas en faroles rojos, como si fueran un prostíbulo que andaba por el camino, hombres inquietando a los desfigurados semblantes humanos; de hombres y mujeres, impotentes de hacer algo por sus vidas. Otros cuantos más haciendo cercenamientos en el camino, además de alguna clase de hechizos para la diversión mientras eran jalados por algunos dragones de clase media, que solo se alimentaban por las sombras, por supuesto de aquellas almas agobiadas. Y sin faltar los bufones con mascaras sonrientes, y ropa típica e imposible de contemplar, con colores, negros y blancos, rojo, morado y tal como se les pudiera ocurrir, haciendo alguna acrobacia con fuego, agua, tierra y aire en función de seres fantásticos y reales, haciéndose amena a la vista. Ellos deleitándose y gustosos, mientras aquellos mortales lloraban por su vida. Mientras subíamos, el olor a carne humana se hacía más evidente en mis sentidos, haciéndose más distantes el bullicio de la ciudad y desear de alguna manera el dulce néctar pasar por mi lengua, como aquella jugosa energía correr mis sentidos, por supuesto que no pasaría...no ahora. Después del espectáculo, llegamos aquella primera planta, un enorme congelador cubierto por espesa y blanca niebla, hubiese deseado percibir el alimento por el olor o sus vibraciones, pero lamentablemente los Fits solo son recipientes cubiertos de carne, sin nada que satisfará por completo, que lo que podía hacer un humano limpio y puro, tuvimos que dividirnos en busca de aquello rezando por no terminar fatídicamente con el objetivo. Segundos, minutos que lentamente rozaban mi cuerpo en nieve, esto me resultaba molesto pero por alguna razón estaba aquí resguardando humanos, y que por más que alguna extraña razón estaban en contacto con los Nodedim milenarios, aquellos originales que solo surcaban en un mundo de desprestigio no acuerdo al Edén y a Dios. Seguí con pasos neutros, esperando encontrar algo, pero aquella niebla parecía hacer adrede el hecho de despejarme de mi entorno. — Esto no funcionara…— musite. Bien tenia varios puntos por no aceptar el hecho de estar con ellos, además de que en verdad empezaba sentirme abatido, pero solo uno sobre salía, sí no nos apresurábamos pronto seríamos detectados, y para ellos no seria nada bueno. Mientras me aseguraba de no sentir la presencia de ellos, o al menos eso me decía mi cuerpo, hice un pequeño conjuro, mucho menor que detener el tiempo; en un pequeño dibujo de aquel símbolo en el piso era marcado con mis dedos rosando la nieve, recitando un pequeño verso; Ojos del universo, Vidente de las dimensiones y los cambiosPortador de la metamorfosis, ven a mi lado Todo fue recitado en hebreo antiguo, un pequeño conjuro sin mucho que desear más que una suave brisa, y Crow voló directamente a mis manos, un hermoso amigo, que sabía más cosas que cualquier otro ser. — Ve y circunda el área, hermoso amigo. — dije, y así como termine, sin vacilación surco por el amplio techo del lugar. — ¿Y crees que me trague que eres un humano?— se oyó una maldita voz en son de diversión, Neil. Malditamente distraje mis sentidos estúpidamente, y aquella me había descubierto. — ¿A qué te refieres? — pregunte calmado, tratando de no hacerlo obvio. — ¡¿A qué mas?! — decía juguetona, mientras a pasos de un gato se acercaba a mí—, Tú y yo sabemos que eres un vampiro, ¡¿Qué diablos tramas?! Solté una risa al aire. — Un vampiro que camina bajo el sol, y pensar que Dios supuestamente dijo que, en cuanto el sol nos tocara la piel nos volveríamos fuego, sí soy un vampiro— dije con sarcasmo mientras daba una cálida e hipócrita sonrisa, una que la hiso enrojecer de la rabia. — Un vampiro muy peculiar ¿no? Pero no soy tan idiota, tus ojos son tan viejos como los de cualquiera de aquí, y por supuesto nadie más habla en hebreo antiguo más que los ancianos. — ¿Deberás? Y pensar que hay almas tan viejas, y que también hablan aquel lenguaje algunos humanos en otras constelaciones, deberías de llamarlos también vampiros mi quería Neil — dije afilado, seguro no se lo creería pero al demonio con tal de salir rápidamente de este apuro. — No mientas, estoy segura que es verdad…pero— decía entre mezclando la voz en rabia y dulzura, acercándose frente a mi en posición insinuante—, sí me conviertes en uno de los tuyos…no le diré a nadie—termino de decir mientras mordía mi labio inferiror con lujuria, de inmediato la saque de su acalorado ser con una carcajada. — Ya te lo dije Neil, yo no soy un maldito “chupa sangre” — dije divertido—, Y sí fuera uno de “ellos, de esos ‘ancianos” ¿creés que les interesaría la alma que posees en este momento? Desde que nos encontramos tú ser es cada vez más repugnante. — ¡Que dices! — grito exasperada Neil por el rotundo rechazo que le deje más que claro. Cercas asiendo aún lado la histeria de aquella, vi una silueta por la bruma, sí un guardia. — Deberías ponerte más seria con tu entorno— dije serio, recobrando la cordura mientras me habría paso junto a Neil, tomándola del brazo para corriéramos lejos de aquél Fit. Neil corría sorprendida. Ambos andábamos a paso humano. — Tú ganas, no eres vampiros — ¿Cómo llegaste a esa conclusión “genio”? — pregunte ironizando mis palabras de la manera más humana posible. De alguna manera el alejar a aquella de aquél, me había ayudado a desechar la teoría vampírica de su mente. — ¡Idiota! — se detuvo bruscamente Neil, tomando aire. — Y yo soy el idiota que quiso venir al “matadero” ¡¿no?! — replique a sus palabras. Se veía que habíamos corrido un gran tramo, aparentemente no era una simple habitación, pero no diría nada más que pusiera mi naturaleza en juego. Neil se encontraba exhausta, su corazón latía tan aprisa que la sangre corría por cada minúsculo lecho capilar de su cuerpo, las gotas de sudor corrían por su rostros como por su cuello, y aquella adrenalina me incitaba a darle tan deseado sorbo de aquél líquido vital, apreté mis puños oprimiendo mis bajos instintos, mientras caminaba por la bruma olvidando a Neil. Afortunadamente Crow había encontrado algunos seudo-conejos, para mí era más que suficiente. Conforme avanzaba dejando a Neil en alguna otra parte, de nuevo vi aquella silueta, en efecto un maldito recipiente; de apariencia vampíricamente perfecta, solo un cambio, aquellos ojos con la pupila levemente dilatada y tan fría y distante, solo un hueco con cuerpo. Aquél se balanceo contra de mi con fuerza y su espada, haciendo atravesar mi torso, la sangre corría, y corría sin frenar, sin dolor… solo una cosa… el maldito deseo de satisfacer mi corazón. Un maldito condenado y él primero por Dios, tentado por Satanás y forjado por Lilit, la primera esposa de mi padre, una maldita bruja con tantas artimañas como el Rey demonio. Tal como corrieron los recuerdos cuando maté a mi hermano Caín, tome aquel cráneo entre una de mis manos y con inhumana fuerza la lancé contra el piso, haciéndola pedazos entre mi mano y el piso. Todo lo hice sin evitar la gustosa sonrisa dibujada en mis labios, además de una leve carcajada tragada entre dientes.
Ves esos carnavales si me gustan. Y esa mejora en ortografía, me pregunto si alguien mas lo escribió.
También a mi *¬* esos si son vampiros asdasdasd , jajaja qué paso, sí fue mi gemela, cuenta igual ¿no? XD
Capitulo 8 CelebraciónParte 2Trastornos La sangre aún tibia corría entre mis finos dedos y algunos pedazos de cráneo y carne entre mezclados con la escarcha blanca, que cubría el piso, y en aquel momento ya con mi piel. Rosando suavemente mi mano, aquello de alguna manera me hiso volver en mí. La sangre fresca se impregnaba como hace tanto tiempo bajo aquel maldito deseo… Repulsivo, abominable pero mi sangre hervía ante el gozo… esa deliciosa satisfacción que recorría como virus por mi sistema circulatorio, a pesar de ser un semi-muerto. Ese placer tan deleitante, pasaba como adrenalina entre mis venas y arterias rejuveneciéndome a pesar de la auto-cólera que me propinaba en detestables maldiciones en mis trastornados pensamientos. Un Fit yacía en suelo aún atravesándome con aquella espada de plata. La plata, un material tan puro como el alma de un recién nacido y terrible para un no muerto, tan ardiente como un demonio como para calcinar todo a su paso. Para mi detestable fortuna, a mí jamás me dañaría la plata, ni jamás llegaría la muerte. Tomando con fuerza la aún empuñada espada por la mano del Fit, la saque de mi torso dejando salir tras el una gran cantidad de fluido sanguíneo, coagulado por el frio, un volumen como para matar a un humano, pero no para dejarme abatido… Aún. La locura lentamente hacia estragos en mi mente, podía sentir la jaqueca alertándome que pronto perdería aquel equilibrio hipócrita. — ¡Neil! — El grito de Near se hiso eco en mis oídos. Él se encontraba lejos, a unos metros, pero eso no impediría que viera al muerto en el piso; una cosa sería verlo inerte atravesado por la espada, o una posible batalla, si se tratara de un Fit cualquiera, pero…¿ ver aun clon vampírico con la cabeza destrozada?… más aun, verme a mí con la aún herida abierta ante la falta de sangre que debía pasar por mi torrente circulatorio además de la energía vital que debía succionar de un ser vivo, debería explicar muchas cosas sí lo viera. Solté un inaudible silbido al aire, pero bastante perceptible a los oídos de mí amigo… *** Crow surcaba los cielos haciendo pasar su hermoso plumaje bajo el gélido clima, a pesar del viento helado y abrazador que harían tambalear a cualquier ave, pero no a el o más bien a él. La densa bruma lentamente empezaba a volverse copos de nieve, mientras en la parte más alta del lugar, que era terminada por el material plateado, detenía el paso a lo más alto, dejando caer espesa neblina del enorme refrigerador e iluminando con una tenue luz azulada que lentamente se volvía grisácea ante el denso frio. A una altura pertinente, contemplaba aquel ave, a lo lejos, las decenas de Fits de finas ropas negras de latex los cuales caminaban cubriendo sus rostros bajo una capucha de fino material abrigador y mismo color oscuro, que llegaba hasta debajo de sus rodillas, arriba de sus botas, un estilo para nada primitivo, mas bien sofisticado y elegante, continuando en su labor de resguardar el lugar, sólo caminando entre pequeños y grandes refrigeradores y contenedores; recipientes de amplias dimensiones, en formas de figuras cubicas, hechos de cristales con una delgada base mecánica, ya cubiertas por el hielo ante el gélido clima, llenos de carne animal; animales muertos y algunos criogenizados para su conservación. A pesar de que un vampiro requiere sangre, el placer ni la energía se logra si no hasta que pueden succionar la vitalidad, la energía de un ser vivo, el espíritu aquello que hace impulsa a la vida y al alma que conforma el cuerpo. A veces era más que necesario tener algunos animales con sangre pura y fresca…pero el espíritu de esos clones simplemente no terminaría con esa hambre, tan pobre, tan vaciá. Conforme Crow surcaba marcando su territorio en eje al sentido de las agujas de reloj sobre algunos congeladores de sólo roedores, conejos principalmente, algo capto su atención; el veía como un cuerpo era jalado de su pierna dejando un turbio camino de color carmín que contrastaba con el fino blanco. Ante la espesa bruma era imposible saber del dudoso ser que lo jalaba, como el que iba a rastras…Tratando de saber el quién era aquel ser, como al que llevaba en forma de trapo, el ave extendió sus alas para aproximarse, aun a la esperaba de las nuevas indicaciones de su amo. Aquel se aproximaba con hermosos movimientos tratando de ser imperceptible a la vista como al oído de cualquier ser, mientras las ráfagas de viento entrelazadas con los escasos copos de nieve abatían salvajemente en contra de su acción, por fin después de una batalla ante la ventisca, posándose sobre un congelador para criogenizar algunos animales, aquel ser mantenía una batalla verbal con una mujer… Neil hablaba con irónicas y burlescas palabras afiladas ¿Qué hacia Neil con un hombre que no era ninguno con los que fue a cierto infierno? ¿Qué sucede?... — ¡Te lo digo nuevamente Onan! Si es que así te llamas ¡Ion no es un vampiro! ¡¿Cómo te cabe en la cabeza que si fuera uno de ustedes no hubiera escapado como idiota?! Mucho menos la maldita idiota de Anna, así que será mejor que tranquilices tus impulsos. En cuanto sea el momento puedes ir por tu trofeo. — ¿Y te lo sigues creyendo? Lo de que sean humanos por supuesto, dime Neil ¿Cómo es que hiso aquél para detener el tiempo? Si ni siquiera Elena es capaz de semejante cosa, ni aquella Bruja que tenemos por nuestra Majestad. — ¡No lo sé! Además ningún vampiro se aventuraría a andar a la luz bajo el sol… ¿acaso te has olvidado de que puedo controlar mentes aunque soy humana?, simplemente puede ser cualquier cosa. ¿Mi majestad? A mí nadie me manda — decía molesta Neil mientras entre cruzaba los brazos plantando una enardecida mirada a aquel joven vampiro. El vampiro de ojos marrón; oscuro semejantes al vino, y de cabellos miel, soltó una odiosa risilla ladeando la mirada, como para irritar aún más a la joven. — Tú bien lo sabes, y los nobles también, esos no son soles naturales y por supuesto en cuanto ya no seas humana aquella será tu hermosa Reyna…— fue interrumpido por Neil inmediatamente. — ¡Pruébame!…— dijo Neil taladro con sus ojos a aquel vampiro, continuo omitiendo su euforia propia evitando más saliva innecesaria—, y eso espero, no por nada deje que te metieras a mi cabeza. — dijo Neil inmutable e irritada mientras recordaba cuando aquel vampiro la presentaba a la vista para su compra, continuo—; ya sabes…en donde estaba aquel mercader… ¡Maldita idiota! — continuaba blasfemando con desprecio mientras enterraba la mirada al piso sobre el cuerpo de aquel joven que sangraba. — Lo sé querida, en cuanto tenga mis muñecos realizare parte de mi trato, pero vamos que fue una deliciosa bofetada la que aquella joven te propino como para odiarla tanto... — decía Onan con una diabólica y a la vez deleitante sonrisa en labios —, en cuanto al trato…No por nada estaría con cuidado con un Tractatori, tú y tu hermano, no son de fiar ni de traicionar. — Eso espero… — dijo Neil resignada—, ustedes son raros… Pobre Alex —termino la joven mientras veía el desvalido cuerpo de aquél en el piso. Onan lo había visto y oído al intentar espiarlo a él y a Neil, y antes de que aquél se diera cuenta para escapar, aquel endemoniado vampiro ya lo tenia en sus manos… — Esta vivo, ¿no? —pregunto Neil inclinándose a ver la pierna rota de Alex; a la vista podía contemplarse sin problema el femur sobre salir de la rodilla, bajo aquellas ropas. — Sí, no debo matar innecesariamente a mis victimas, estoy arto de la sangre de los clones. — ¿Y aquellos en la caravana? — Clones con un chit implantado, al menos para darnos emoción, ya sabes aquellos solo son alma y recipiente… — Lo note… ¿Y que esperabas hacer antes de que aquél seudo-humano, según tú, nos liberara? — pregunto Neil interesara, tratando de infiltrarse a la mente del vampiro. Ambos seres eran de temer. — Matar al maldito «vampiro»— decía asqueado Onan resaltando «vampiro» mientras entrecruzaba los brazos en negativa—, de verdad que no sé por que hay tantos de nosotros tan de baja categoría, es molesto. — ¿Tu maravillosa Reyna no lo sabe?— decía Neil bufándose entre dientes. — Que humana tan peculiar, pero tan igual a tantos más. Querida mía, ten cuidado que un día de estos puedo desmembrate a mi antojo si sigues con semejante blasfemia. No por nada soy de la corte de Real y sabes a lo que me refiero— advirtió Onan agachándose a la vista de Neil, frente a frente mientras tomaba del mentón de aquella para dejar caer sobre ella una perturbadora mirada que decía por si sola: « Aquí yo soy el que manda, ten por seguro que te matare». — Lo ciento…— se disculpo Neil en contra de sus intenciones desviando la mirada a la nada blanquizca. El enojo la invadía empuñando los dedos ante la sumisión por la derrota, la cólera era tal, pero el miedo era tan estremecedor como para tomar a la ligera aquellas palabras. Él estaba siendo más que indulgente con una humana, pero seguro que si aquella seguía con aquella falta de respeto seria un final desastroso para ella y le importaría poco mandar al demonio todo. — Así me gusta querida, abecés el alimento debe saber su lugar. Pero tú… parece que te da igual tu y mi posición — profería Onan dando pasos lentos alrededor de aquella humana, inspeccionando con deleite la sumisión de ella. Neil apretaba los puños que había formado con sus dedos, haciéndose ver la tención sobre sus hombros y de su quijada sin inmutar su rostro ni trastornar sus labios ante la ira. — Sera mejor que… Un silbido se hiso resonar y pasar por el excelente oído de Onan, ante los Fits eso no se haría eco, pero para un vampiro de clase alta, como aquél, era como oír un suspiro. Él sabía que algo pasaba. No tardo en pasar por su fino olfato el denso olor a sangre, un olor muy diferencia que al de Alex; una esencia metálica envuelta en azufre y un agrio hedor. — Te dije que aquél no era un humano corriente— gruño Onan girando su vista en su entorno. Inmediatamente clavo su densa mirada a Crow que se alzaba al aire ante la llamada de Caín. — ¿Un cuervo? — pregunto Neil confundida, y no era para menos, ¿un cuervo volando en un congelador? Más aun… ¿Un ave sobre volando los cielos en Nod? Hacia mucho tiempo que las Aves habían dejado al mundo, desde que murió el antiguo Rey. Crow se alzaba de sin titubear aquel amigo, se abalanzó contra Onan soltando una graznido en tono de burla… — No querida, mas bien un hechizo infernal— decía Aquél mientras seguía al ave con la vista—, los cuervos no son solo aves amor. Tal como termino de decir lo que decía unas llamas cubrieron al ave volviéndolo instantáneamente polvo, arena oscura, con algunas plumas que se destilaban suavemente sobre el piso. — ¿Qué?... — pregunto Neil. Onan aún mantenía su posición en guardia contra el plumaje—.Solo son plumas— replico Neil molesta. Aquellas plumas se volvieron polvo como el resto del cuerpo calcinado, pero sin haber sido consumidos por el fuego perdiéndose entre la escarcha del piso evitando ver la dirección hacia donde corrían como agua. — ¡Maldición! Sera mejor que hagas bien tú trabajo…— gruñido Onan echando una enardecía mirara a Neil, por la cólera ante los graznidos que de alguna manera envolvían el entorno. *** Aquel…pude oír los las exasperantes carcajadas de Crown, seguro había pasado algo, pero no podría saberlo hasta que apareciera, si quiera me decía o conectaba con sus pensamientos para saber de lo sucedido. Me mantuve perturbado ante la conmoción, mientras trataba con esmero de centrar mis ideas y no desbordarlas estúpidamente. Después de un corto periodo que paso rápidamente Crow sobre salió del piso posándose sobre el torso del Fit conectando aquella platica de Neil y un vampiro de clase Real. ¡¿Qué demonios?! Algo pasaba y pasaría pero no esperaría a la expectativa del «destino». Antes de que Crow volara a atender mis nuevas órdenes se deshizo del cuerpo. Igual como el polvo en el que apareció del piso, se dividió en tanto más como pudo, devorando toda la carne e incluso, huesos y ropas, sin dejar rastro alguno de nada, siquiera la sangre, que era cubierta por una sombra que salía del piso haciéndolo camuflar con la nieve del piso. Me encontraba exhausto, a duras penas pude lograr en una manera casi estúpida regenerar mi tejido, dejando una laceración, al menos más pequeña y menos irreal al tenerla, que la otra que sobre salía al otro lado de mi tórax. Lo gritos de Near se habían echo sórdidos, tal vez se había desviado, pero después de ver y oír lo que tenia como memoria Crow me dejo más que claro que ninguno de ellos era de fiar, pero de a alguna manera me taladraba la conciencia humana que mantenía mi ser en absurdos recuerdos. Sin más Crow se fue dejándome a la deriva… *** Después de que Caín se había marchado con los demás, extrañamente Neil desapareció, seguramente yendo tras ellos. La verdad no la extrañaba y me encantaba no sentirla por aquellos lugares e inclusive me decidí a entablar la conversación con Amara, aquella pareja de Alex, una mujer muy agradable, muy a comparación del la excéntrica persona que era Alessa, aquella simplemente no paraba de parlotear y moviéndose de un lado a otro del santuario mientras mordía la uña de su dedo pulgar derecho, siendo percibida por algunas miradas agobiadas. — En verdad que no pensaba que fueras tan agradable— me dijo Amara divertida con una hermosa sonrisa. — Yo menos, pero es que bueno me dieron motivos. — Lo ciento…sé a lo que te refieres — Perdón…— termine soltando un suspiro al aire en reproche hacia mí. Ya habían pasado algunas horas, tal vez tres o cuatro, de cuando ellos y ella se marcharon, «seguro estaban ya por volver… algunos» pensé con disgusto. Detestaba la negativa de mis pensamientos, aunque en su momento me encanto. Seguía riendo deliciosamente con aquella, evitando el como llego allí, solo hablando cosas burdas de la vida humana. El frio casi era imperceptible en aquel lugar, más que algunas pequeñas ráfagas de aire que movían mi lacio cabello y el de los demás; un viento cálido y reconfortante… Se oyó tocar la inmensa puerta que mantuvimos resguardara, varias miradas se entre cruzaron en saber sí era pertinente abrir o no. Los golpes de la puerta resonaban, mi corazón se oprimía, ante el pánico, sí, pánico…me daba terror saber que nos encontrara aquel maldito comerciante, más aún que no estuviera Caín aquí… — ¡Vamos habrán! — la odiosa voz de Neil, el cual me alivio, como a los demás. — ¡Ya vamos! — resonó la voz de Alessa mientras asistía que abrieran algunos de los hombres. Todos estaban impacientes, podía ver sus rostros escalofriantemente risueños, e inclusive yo me sentí feliz a ello. Pero… Las puestas se abrieron en par, dejando oír un maldito rechinido acompañado del frio entumecedor. Neil nos miraba complacida con una diabólica y a la vez angelical sonrisa mientras abruptamente entraban algunos guardias reales tras ella. Los vampiros nos perseguían, algunos de nosotros eran tumbados sobre el suelo, aparentemente sin intención de matarnos, yo tome a Amara por la mano para tratar de escondernos, mas bien, retardar que nos tomaran…todo pasaba tan rápido como cuando mi mundo desapareció, los gritos en ira hacia Neil no se hicieron esperar, mientras ella carcajeaba manteniendo una grotesco perfil compasivo. Aquella maldita imbécil nos había engañado pero… ¿Dónde estaba Caín? Más aun… ¿Dónde estaban los demás? ¿Qué demonios había pasado?... — ¡¿Dónde esta la perra de Anna?! —grito Neil inspeccionando sobre cada uno de los individuos que se mantenían sobre el piso— ¡Maldición!... Amara y yo habíamos decido mantenernos a distancia, entre las sombras tras una especie de pilar del santuario, pero aún así no evitaría nuestra captura, ¡eran vampiros! En qué diablos estaba pensando… — Aquí esta— dijo seco sin mayor importancia un vampiro, cubriendo su rostro bajo una capucha oscura, arrojándome con fuerza suficiente contra las sombras a un espacio iluminado. Tras mi salía Amara, con una rostro de suficiencia siquiera de espanto… « ¿Amara?…» pensé confundida, aturdida, humillada, ella como sí nada caminaba hacia Neil quien le recibía con un cálido abrazo. — Sabía que no me traicionarías. — ¿Dónde esta Alex? — Excelente, no te preocupes ya pronto estarás con él— comentaba Neil. — ¡¿Por qué?! — grite mientras me amordazaban a medias y me sujetaban las muñecas de las manos con una cuerda de un color extrañamente negra de gruesas proporciones y suficiente para un justo amarre. — ¿Te lo dije, no? Que me las pagarías— decía con una torcida mueca indescifrable ente molestia y gusto. — ¡No seas estúpida! —replique—. Aún así me podías haber matado a mí ¿Por qué a ellos? — Pregunte. Siquiera ya me importaba la hipocresía de Amara, me dolía, pero no me iba aponer a llorar…a pesar de las lagrimas que se aprisionaban en mis ojos luchando por salir, pero aquellos hasta Alessa plantaba una mirada aguerrida contra ellos mientras la arrinconaban amordazada e invalida como los demás. — Me caían mal…Más bien eran un estorbo— así sin más Neil dijo sin pisca de remordimiento. — ¡Estás loca! — Estaba completamente colérica, no dude en que mi rostro se hubiera rosado ante la ira, pero ella se encontraba más que gozosa ante mi estado— ¡¿Y tú que consigues idiota de pacotilla?! ¡Maldita hipócrita! — Me dirigí a Amara, la cual abrió los ojos como platos ante mi sarcástica pregunta. Me daba igual la cortesía de mis palabras, sí eran correctas o no en aquel momento, al demonio mis sutiles estudios que tuve toda la vida para forjarme. Si iban amatarme que de una buena vez lo hicieran, no les daría más gusto… — ¿Cómo…— fue interrumpida por Neil. — Vamos, que no te importa tu vida. — A decir verdad no tengo por qué— decía yo con una extraña risa en labios. — Veamos sí sigues con esa misma burla. Neil tomo rápidamente una de las espadas de uno de los vampiros que solo se mantenían inmutables ante todas las acciones. No parecían seres reales, los vampiros que había visto eran más demostrativos. Aquella no dudo clavarla en mi brazo, haciéndome tragar un martirioso gemido de dolor… — Vamos llora idiota… Claro que no lo haría, no dejaría que se divirtira como quisiera y punto, aunque eso significara mi muerte inminente… Pero todo cambio… — Esa maldita ave— murmuro Neil buscando el graznido de un ave… — ¿Sigues pensando que soy un ave? —una voz… — ¡¿Qué demonios?! — grito horrorizada Neil mientras dos de los guardias eran degollados y hechos polvo. Tal como había dicho Neil un ave, pero este no era un ave cualquiera. El cuervo conforme caminaba sus alas crecían envolviéndolo sin evitar su paso, y desbordando su plumaje oscuro en lluvia bajos sus pies que lentamente tomaban morfología físicamente humana. — ¡Tú eras quien nos vigilaba! — expreso Neil con una voz temblorosa dando un paso atrás. — Él mismo… Una arrogante mirada marrón oscuro, un cabello castaño medio, desarreglado, que hacían juego con su pálida piel, tal como la mía y un cuerpo corpulento, sin exceder la musculatura natural, más bien estética y atlética, que incitaba por si solo temor… — ¿Quién sigue? — termino de decir el cuervo mientras en sus labios se tornaban divertidos y gustosos…
Saludos: Primero lo técnico: Hizo, frío, látex, cúbicas, vacía, captó, hacía, taladró, realizaré, propinó, terminó, noté, sílbido... Me cansé las palabras agudas terminadas en vocal, N y S se tíldan. Y las esdrújulas también. no estoy seguro pero creo que debería ser "con la aún abierta herida" Son las que pude encontrar, XD Aunque me confundí un poco con tanto cambio extraño de escena. Muy poca sangre.
Sabes que amo tu loca cabezota, y tienes razón en su momento lo cambiare, ya es algo a como estaba antes *-*
Capitulo 9 La alteración, él. Aquél permanecía con una mirada que daba por sentado la fascinación de sus actos; fría, soberbia…complacida, e inclusive; el gélido viento le envolvía con un suave y a la vez dulce y agrio aroma a sangre y azufre, olor que se había quedado impregnado en el aire incitándolo a un carmín futuro por descubrir, sin mencionar las algunas manchas de aquel fluido rojizo entintando el suelo junto a las cenizas contrastadas en gris y negro, en resto de los yacidos cuerpos, avivando más el perturbador panorama anhelado por la penumbra. La sangre de los cuerpos de aquellos dos vampiros había quedado en el piso como recuerdo de la aterradora escena; Crown había aparecido de entre las sombras de una espesa oscuridad que reinaba en el recinto antiguo. Aquél tal como había visto el resto de los actos de Neil y sus subordinados, además de la nefasta molestia que le ahogaba ante la artimaña descubierta, él decidió salir de la penumbra mientras sus alares desplegaban en contra de los vampiros que conforme avanzaba se volvía físicamente humano y terreno; sus manos, sus brazos, su torso, su cabeza y piernas, todo aparecía en una lluvia de plumaje oscuro…al pasar en un parpadeo, imperceptibles movimientos, sus cabezas eran degolladas al pasar por la fina hoja de una hermosa daga de cristal. Los cráneos salieron al aire botando con fuerza a los pies de Neil fijando una acida mirada de dolor y sorpresa que había quedado marcada asquerosamente en sus rostros, y seguidamente, vueltas polvo, cenizas que eran desvanecidas por la ventisca gélida que entraba entre las puertas del lugar. Amara contemplaba intimada, estremecida sin siquiera dar respiro alguno. El silencio consumía el entorno…el mundo. El pecho de Neil se oprimía, sus manos por alguna extraña manera e irreal para ella, temblaban, sudaban, ella lloraba internamente mientras la piel se le erizaba espantosamente sin aunar palabra alguna, confundida ante imponente ser… pero… por qué, ella sé preguntaba al vórtice de emociones y negativas vulgares en su interior. Oprimiendo los dientes, empuñando las manos, enrojeciendo de rabia. ¡¿Por qué esa maldita sensación de mierda!?¿Por qué con aquel cuervo?... — ¿Quién sigue? — nuevamente pregunto Crown fascinado, plantando aquella seductora pero arrogante mirada hacia el semblante de Amara y sobre todo al de Neil, del cual no dejaba de contemplar deleitado ante la colérica rabia en el rostro de aquella que sujeta en sus labios un gran trago amargo. Anna contemplaba sorprendida de igual manera anonada, aún con el pecho sobre el piso y los cabellos adheridos a su rostro por el sudor al esfuerzo al intentar vanamente resistirse, ¿quién era aquel tipo?, ya ni siquiera era relevante el saber la naturaleza de aquél, si toda la realidad que en una vez creyó quedaba como un sueño utópico. El resto de los humanos permanecían atontados, petrificados preguntándose a sus adentros el qué era lo qué pasaba…si ellos morirían… — ¡¿Qué eres?! —gritaba Amara cubriéndose la boca ante el miedo y la invalida ira que la consumía, engulléndola hasta postrarse de rodillas sobre el piso. — Un cuervo, querida— decía Crown mientras se acerba a sigilosos pasos ensanchando una deleitada sonrisa en sus labios frente al turbulento rostro de Amara, omitiendo en gusto a Neil, esperando un algo de aquella. Amara sé encontraba aterrada, ¡demonios!, los labios simplemente no podían formar lo que ella atrozmente pensaba, meramente ideas trastornadas, tragadas al paso de la saliva por la faringe. Amedrentada. Crown dio un paso y otro, haciéndose sonar un abrumador eco a los oídos de ella, parecían ya sincrónicos al par de las imparables y malditas palpitaciones de su corazón, un solo parpadeo…un solo suspiro…y él llego frente a frente de ella, plantando aquellos penetrantes ojos marrón oscuros, una burlona mueca en labios y una mano en el mentor de aquel trastornado rostro. Amara gritaba, gritaba internamente, algo en él le implanto desde el primer segundo un incontrolable miedo. Sus ojos enrojecieron ante el pánico, lagrimeaban en respuesta a sus emociones, sus manos…, todo ella temblaban sin frenesí. Pero él, aquél seguía plantando aquellos ojos en posición de cunclillas frente a ella, con la misma mueca en labios. Neil miraba petrificada, ¡¿por qué demonios no se movían los malditos clones?! …¡¿Acaso no eran vampiros?! — ¿Q-Qué quieres? — por fin pregunto Amara haciendo sonar sus murmullos en palabras casi inaudibles al oído de los humanos. — Sssh…—exclamo Crown colocando ambas manos rodeando el rostro de Amara, ladeándolo, como si estuviera silenciando aun pequeño niño con aquella ensanchada y placida sonrisa. Amara continuaba plantando una arredrara mirada, observando con desconcierto y horror la acción de aquél. — ¡Déjala maldito bastardo! — replico Neil iracunda, aún atemorizada, pero decidida mientras colocaba sobre el cráneo de Crown una robusta arma de fuego, semejante a una Magnum de color plata que había sacado de una cinturón que colgaba de su cintura. Continuo—,¡maldito animal, dejala! —El silencio los consumió por un instante, aún mayor que al anterior… Crown rio. Aquél reía sardónicamente haciéndose eco en el amplio lugar. Aquél se burlaba. Aquellos vampiros o más bien, los Fits, que acompañaban a Neil no se movían de sus posiciones…algo pasaba… El silencio nuevamente tomo apogeo en lugar como en los labios de aquél, aún sosteniendo el cráneo de aquella. En el rostros de ambas se marco con mayor énfasis la confusión de su ser mientras un atroz escalofrió las cobijaba abruptamente. — La dejare…—pronuncio Crown en un tono de voz indescifrable, vacía, aterradora. Amara estaba bañada por su propio sudor, tan pálida como el blanco del lugar, aquella voz le advirtió lo temido… Neil jalo el gatillo, la bala fue saliendo con fuerza, desprendiendo aquel calor y humo que solo desprende un proyectil al salir del cañón, con suficiente fuerza para volar y hacer trizas un cráneo. El cuerpo de Amara caía contra el piso ya inerte, mientras su cuello roto sostenía el rostro que mantenía la aterradora mirada gravada en sus ojos y algunas cuantas lagrimas que lograron escaparse antes de su deceso. La bala directamente era impactara contra el piso, solo haciendo una pequeña hendidura de cinco centímetros en el, Crown de alguna manera y agiles movimientos había esquivado la bala sin que Neil supiera de su fechoría. Un Tractatori cegado y agobiado. Ella giro en busca del cuervo, aterrada, tambaleando sus miembros al compas de sus latidos y dando respiraciones inconstantes, ¡¿dónde estaba el maldito cuerpo?! ¡Se suponía que era un balín certero!, pero…el ruido de algún liquido fluía propagando su sonido en el lugar; chorro tras chorro seguido de ligeros estruendos sobre el piso… Neil quedo petrificada, mientras la gélida ventisca le cubría con un irreal y nauseoso calor… cerro los ojos, soltó un suspiro ahogado al aire, y volteo a contemplar lo temido… Un gran charco desangre cubría el cristalino piso…la sombra de Crown era lentamente consumida por las sombras a los ojos de Neil; una varonil y esbelta figura que sostenía el cuello de algún Fit con mala suerte, al fin de cuentas un alma vacía, sólo un hueco más. Neil apunto desesperada soltando tiro tras tiro, ya fuera de sí, bufándose sardónicamente, enloquecida… sobrecogida por el más puro horror. La sombras se disipaban, su ensanchada y loca sonrisa desaparecía…nada…no había nada, más que las cenizas esparcidas a lo ancho y largo del piso sobre el matiz carmín. Ella giro desorientada el rostro en busca de su victima, de su enemigo, hasta que sintió una repugnante respiración en su oído, unas cálidas manos la presionaban firmemente. Aquél la tomaba tras de ella… — ¿Me buscabas? —Ella abrió los ojos como platos,¡¿cómo aquél había llegado en menos de un parpadeo?!, ¡¿cómo aquél en un abrir había acabado con el resto de los clones vampíricos?!, ¡¿qué era aquel ave?!. — Có…— Neil enmudeció apenas el hilo de voz que había logrado salir de sus turbulentos labios. Aquél rodeaba su cintura con una mano apretando aquella mano libre que intentaba hacer algo para apartarlo mientras con la otra tomaba de la muñeca que sostenía el arma, Crown se deleitaba al ver su sola expresión, su desquiciada locura que la engullía por dentro, el miedo que lentamente la ahogaba y la torturaba. — Deberías conocer tu posición humana— decía Crown al oido, con la más serena y imponente voz, — la muerte no es solamente un juego. — continuo mientras hacia sacar a Neil entre cortadas respiraciones, ella sólo estaba enmudecida. « ¡¿Cómo no puedo saber nada de él ni de sus movimientos?!, ¿Por qué pasa lo mismo con la perra esa y Ion?! » pensaba Neil exasperada y asustada; —¡¿Qué eres?! — grito Neil. No comprendía el por qué aquel don no serbia para nada, como de la descomunal fuerza que la aprendía aquél a pesar de no ejercer mucha fuerza contra ella, él sólo la sujetaba firmemente evitándole cualquier movimiento. — La lira ire es mi alimento— comento Crown en un nuevo susurro que hizo entumecer aún más el cuerpo de Neil, ¿Aquél estaba hablando enserio? No, eso no podía ser. Continúo él— tú más que nadie sabe quién soy… — ¡Imposible!¡Él…¡No, imposible! — grito ella, simplemente lo que aquél le daba a entender era estúpido, él no podría ser aquél. — Créelo querida…— replico Crown en un seco y agrio susurro que lentamente rozaba la oreja de Neil—, yo soy Vicissitudo. Él habla enserio. Aquél decía aquella atroz verdad…el cuerpo de Neil se tenso aún más de lo que estaba, siendo recorrida por el más gélido escalofrió que la pudiera estremecer aún peor que el asquerosos frio que entraba por la enorme puerta del lugar… — T-Tú…—musitaba Neil ante los firmes y fuertes agarres de Crown. Soltó aquella en histeria— ¡Imposible! ¡Tú no puedes ser la variación!. Él seguía contemplando con aquella maquiavélica expresión; fría, extasiada, divertida… — ¿Quieres probar? —anuncio Crown. Todo ella se paralizo, la sangre que en algún momento hervía por la cólera en una pregunta se helo, en verdad aquél hablaba enserio, él era el trastorno del universo, la variación de las dimensiones…aquél no era un simple ave. — ¡Mientes!¡Mientes!¡Mientes! —Ella gritaba histérica intentando de zafarse de aquél, pero no lograba siquiera que aquél tambaleara ante sus bruscos y ya casi varoniles movimientos. Nada funcionaba, nada… todo era en vano. — Adiós…—pronuncio Crown mientras soltaba la cintura de Neil y su brazo con la que sostenía el arma, que ante el forcejeo que ella había realizado caía con fuerza contra el suelo. — ¡Maldi…—ella giro bruscamente para tratar de dar alguna bala en aquel ser que mentalmente la fulminaba, a pesar de que aquél no había echo algo físico contra ella, era horrible cómo Crown la hacia trizas con sus trastornadas emociones. Apunto decisivamente y a la vez temblorosa, fijo el cañón…Y ´paso… — Te dije que me alimentaba de la lira ire…tu insaciable locura. Neil se retorcía sobre el piso, agonizaba, cubierta por su propio sudor y bañada aún más por la sangre que flui por el piso de aquellos clones, sus ojos se torcían a una perdida vista blanca mientras el oxigeno ya no pasaba por sus pulmones, ahogándola. A los ojos de ella pasaban las escenas más desgarradoras del universo, el torbellino de emociones más desquebrajado y oscuro que pudiese sentir que no eran del todo de ella mientras el corazón de aquella humana latía agitadamente oprimiendo con fuerza las paredes vasculares en cada contracción cardiaca, ella se arqueaba, lloraba, gritaba y gemía a todo su ser mientras llevaba una de sus manos con fuerza contra su pecho y con la otra seguía sosteniendo el arma para tratar de contener sus desgarradores alaridos. Crown miraba en silencio sin una pizca de emoción, en cuanto al resto de los humanos observaban y oían horrorizaros la intensa escena e inhumana, no era de menos que Anna contemplaba asustada, más que cuando había pasado aquello en la nada, en aquel vacio por la que fue tragada. — Sabia que era una imbécil…—Onan decía en fastidio chasqueando los labios mientras se introducía solo por la amplia puerta aún abierta; que cobijaba con su frio manto al interior del viejo y abandonado recinto. Dando pasos sigilosos paso sobre los intentados pisos, haciendo aun lado con sus pies el armamento que tenían los clones; espadas, dagas y algunas armas de fuego de balas de plata. — ¿A caso no era tu favorita? — continuo Crown seco aún observando las desbastadoras convulsiones de Neil. — ¡¿Favorita?! —expreso Onan dibujando una gran mueca de diversión en su rostro—, una simple humana con hambre de poder sin siquiera ser gran cosa, —decía Onan mientras se acerca al desbastado semblante de la humana —, un simple juguete más…—tal como había dicho Onan aquél le atravesó el torso, sobre el corazón, con una fina hoja de alguna espada que adornaba el piso de los ya muertos clones, dejándola encajada, haciendo que aquella terminada con su martirio encarnado dando una seca exhalación al aire. — Que lamentable…— murmuro Crown mientras observaba el ya cuerpo inerte. Onan miraba fijamente a Crown, la tención se podía apreciar a simple vista, aquél vampiro de sangre real mantenía tensa su quijada con una vista fiera y un ligero gruñido que surcaba por sus cuerdas vocales, mientras aquél ave sólo dibujaba una amplia y burlona sonrisa en sus labios… — Sabia que yo debía hacer el trabajo…— dijo Onan al borde la locura, la furia lentamente lo consumía. — Los cobardes son cobardes— contesto Crown dando una odiosa sonrisa hacia aquél, haciéndole enfurecer. Onan no perdió tiempo inmediatamente se abalanzó contra Crown que de igual manera en respuesta aquél fue con él, dibujando en su rostro la misma sonrisa sínica. La sangre hervía y corría por sus venas agitando cada milímetro de ellos, aquella deliciosa adrenalina, aquella maldita satisfacción al derramar la sangre del otro, el dulce olor a sangre fresca de un recipiente con espíritu…todo hermoso a sus ojos, a su olfato, en sus corazones, la muerte les dictaba que continuaran su complaciente entretenimiento… La sangre corría en ligeros cortes que se abrían ante el rose de los filos de las punzantes armas que se causaban entre ellos… — ¡Te dije maldita ave que me las pagarías! — dijo Onan en victoria al ver aquella espada clavada en su contrincante, a nivel del pecho, con una ensanchada sonrisa… Aquél sólo sonrío aún más con mayor amplitud. — Sabes…ya no estoy para juegos niñato— dijo Crown serio e imponente retirando de su pecho aquella lacerante pieza. — ¿Cómo?... —formulo el joven vampiro en confusión. — Yo no moriré así como así niño… ¿sabes? En el universo hay cosas peores que tú. — ¡Imposible! — Expreso Onan confundido, ¿qué pasaba con aquél ave? Crown parecía implacable, regocijado ante todo lo acontecido, gozando y saboreando cada placentera sensación emocional de su entorno. Sus ojos lentamente se entintaban de un color carmín… — Creo que no oíste lo que le dije a tú amiga…yo no estoy para juegos niño *** Aquél extraño me hacia sentir el suficiente terror como para gritar, pero mis cuerdas no podían entonar siquiera algún gemido ahogado…aquél… simplemente era aterrador, había algo en él que me incitaba a querer volver a aquella oscuridad de la que había salido gracias a Caín. ¿Por qué sentía tanto miedo? Podía sentir con agobio un fuerte nudo en mi garganta, como un fuerte dolor en el pecho, me asfixiaba…esto no era bueno…jamás me había pasado, aparentemente no era la única con ese mismo malestar, Alessa tenia la misma expresión de horror en su rostro…¿Qué era aquél tipo?... La sangre corría…y esa desquiciada sonrisa de placer…
Saludos, Ein-san: Me gustó mucho el capítulo, bastante desesperante para los personajes, me gusta. Pasaré a lo técnico ahora: Aquí te sobró una a, o debiste haber escrito "sacado de su cinturón" Tíldes, y el el primero, exceso de tildes. Te faltó, supongo, un "de" Me invitas a la continuación, y te tardas menos de un año en publicarla.
jajaja tanta razón en la gramatica, no me escuso, hise lo que pude con aún sueño XD, en fín, claro que no me tardare mucho esta vez...;]