de Inuyasha - Mucho gusto, chica de mis sueños

Tema en 'Inuyasha, Ranma y Rinne' iniciado por Tania, 25 Mayo 2008.

  1.  
    Tania

    Tania

    Cáncer
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2004
    Mensajes:
    343
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mucho gusto, chica de mis sueños
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    1589
    Mucho gusto, chica de mis sueños



    Inuyasha es un chico universitario como cualquier otro. Va a la escuela, practica deporte y tiene sueños extraños sobre una desconocida todos los días. ¿Que pasa cuando conozca a la chica que soñó? ¡Hey! se supone que debías atraparla entre tus brazos, no torturarla hasta hacerla llorar.


    Mucho gusto, chica de mis sueños


    Capitulo I.- Los sueños

    En un páramo desolado siempre se encontraba durante el sueño. No estaba predeterminado, porque en cuanto el ponía la cabeza en la almohada sus ojos se cerraban rápida e involuntariamente y los brazos de Morfeo lo envolvían, y dormía.

    Él no deseaba dormir más. Había intentado por todos los medios mantenerse despierto, litros de café durante la noche, juegos de video, trabajo acumulado, noches de fiesta. Pero al final es como si su cuerpo tuviera un imán hacia la cama ¿O era la cama la que tenía imán para su cuerpo? Ese no era el punto. La cuestión es que siempre terminaba durmiendo y por ende, soñando.

    Una atractiva mujer sentada sobre el brocal de madera de un viejo pozo, era la visión. Después, al despertarse, su mente rememoraba cada detalle de tan hermosa criatura. La piel tersa y nívea con un rostro delgado y aniñado, el color en sus mejillas, su cabello azabache largo y ondulado que danzaba travieso al compás del viento, con su semblante tranquilo y su uniforme escolar verde. Los ojos cafés, como chocolate, pero siempre tristes observándole a él. Siempre se movían sus finos labios formando una oración, que él jamás lograba escuchar, intentaba leerlos, pero no lograba descifrar lo que ella intentaba decirle. ¿Por qué? Pasó mucho tiempo preguntándoselo, pero ninguna respuesta llego a ser convincente.

    Cualquiera pensaría que aquella mujer en su sueño sería espectacular, cada noche, lograr hacer con ella cualquier cosa, pero ese, precisamente, era el problema. Siempre que intentaba aproximarse ella, esta sonreía con amargura y desaparecía dejándolo con la imagen de sus lágrimas. La frustración se apoderaba de él segundos antes de despertar y si tenía suerte comenzaba pronto la universidad, pero si no, le quedaba toda la madrugada para meditar y torturarse.

    Estaba hastiado de aquella situación, porque se sentía estúpido y estaba pensando seriamente que comenzaba a desvariar. Varias veces pasó por su mente la idea de visitar un psicólogo, ¿quién sabe? Quizá era algún deseo reprimido o algún trauma de la niñez, pero siempre se detenía justo en la puerta del consultorio, daba media vuelta y se marchaba. Saberse en manos de un psicólogo era un golpe bajo para su orgullo -y su reputación-, porque entonces tendría que admitir que necesitaba ayuda y/o que tenía un problema. No iba a permitirlo.

    Aún con ese pequeño gran problema, Inuyasha Taisho seguía con sus actividades normales en la universidad, se sentía realmente absurdo al observarse a si mismo acongojado por un sueño inútil e intentaba por todos los medios no demostrar sus aflicciones ante los demás. ¡Y vaya que era muy bueno!

    Inuyasha practicaba artes marciales en su tiempo libre y era el capitán del equipo de esgrima en la universidad. Los golpes y las espadas eran su pasión. Era un estudiante promedio, rayando en lo malo, pero siempre de alguna forma u otra lograba pasar sus materias. Estudiando administración de empresas mantenía contento a su padre y lograba pagar sus caprichos personales, a él le era indiferente este hecho, así si hubiera estudiado leyes o medicina, porque a no le interesaba nada que no fuera la adrenalina y los deportes, por tanto, cualquier cosa estaba bien para a su gusto.
    Miroku Ozawa era su mejor amigo, pero el tipo más mujeriego que él hubiese visto. Siempre lo veía con una diferente cada vez, y no había ocasión que lo viera sin compañía. ¿De dónde conseguía tantas? A veces le preguntaba, y él, con una sonrisa triunfal y ladina en su rostro, argumentaba que ellas lo buscaban, que no había que sorprenderse, pues tomando en cuenta que en mundo hay más mujeres que hombres, era natural. Inuyasha no llegaba comprenderlo del todo. Al principio lo golpeaba o lo amenazaba, pero finalmente terminó por acostumbrarse. Y, dado que su mejor amigo siempre estaba rodeado por mujeres, a veces una que otra se colaba para acosarlo a él.

    Un día como cualquier otro, se levantó agitado con un sueño diferente rondando en su mente, un sueño no solo frustrante si no que tortuoso y asfixiante. Había soñado su muerte, y no había sido agradable. El sudor estaba acumulado en su frente y sus ojos estaban perdidos y desorbitados en algún lugar de la habitación del departamento que su padre rentaba para él. Apenas regularizó su respiración, intentó tranquilizarse.

    Una mujer distinta había aparecido, lo sabía porque la conocía, era una ex novia de años atrás, una chica tranquila y agradable, sin contar su belleza natural. Pero lo suyo no había funcionado y ambos lo habían acordado así. Ella tenía a alguien más y él... él simplemente no deseaba tenerla, aunque si le había dolido la separación. Al final era buenos amigos, pero llevaba tiempo sin verla desde que ella se había ido a estudiar a Europa. Sin embargo, en ese nuevo y nada agradable sueño, ella vestía una ropa antigua de sacerdotisa, no dejaba de verse espectacularmente atractiva y quizá hubiera sido un buen sueño si ella no lo hubiese estado matando al travesarlo con una flecha disparada por un arco. Un escalofrío le recorrió la espalda y se revisó el pecho, sólo por si las dudas.

    El resto del día no fue placentero, a cada momento sentía aquella punzada atravesarle el pecho y de ser un loco enfermo con sueños incomprensibles, ahora era un paranoico con delirios de muerte. Vamos, ahora si que estaba decidido a ir al psicólogo, y al diablo con el orgullo.

    Salió presuroso de la escuela saltándose las últimas dos clases y caminó con esa expresión acongojada y pensativa en su rostro. Era un largo recorrido desde la escuela hasta el consultorio donde iba a perder su dignidad, pero no se sentía en condiciones de manejar su motocicleta, a menos que quisiera morir por su paranoia y distracción. Además, la caminata podría distraerlo y hacerlo recapacitar que iba a cometer una estupidez.

    Sin prestar mucha o nada de atención en su entorno, caminaba casi por inercia siguiendo el camino. Gran error. En un instante al doblar una esquina, sintió chocar contra él un cuerpo femenino que rebotó y luego cayó al suelo sobre su trasero. La escuchó quejarse y decir algunas palabrotas, causándole de esa forma gracia.

    – ¿Estás bien? –Preguntó él, no iba a disculparse, iba distraído, sí, pero ella había sido la que había chocado.
    –Eh, sí, sí –Aseguró ella evitando la mano atenta que le ofrecía para ayudarla a levantarse. lo siento, es que tenía prisa –justificó mientras se sacudía la parte trasera de su falda a cuadros.

    Pronto estuvieron frente a frente y él pudo mirar su rostro con asombro, y ella lo miro casi desencajada.

    –¿Inuyasha? –preguntó ella. ¿Acaso la conocía, o ella a él?


    .
    .

    Muy bien, antes que nada agradecer a la señora doña Pami por su ayuda al betearme, corrigió mis orrores de ortografía y me ayudo con algunas otras cosillas. Gracias, gracias :rezar:

    Bien creo que es obvio quien es la chica que sueña Inuyasha, nunca fue ningún misterio, pero ¿Quien es la muchacha que tropezó con él en la calle? ¿que cuando conozca a la de su sueño? Bueno, esta historia será corta, sin muchas complicaciones, sencilla y lijera. Espero que hasta agradable para ustedes, claro.

    Que disfruten y gracias por leer.

     
  2.  
    Ailyn

    Ailyn Usuario popular

    Capricornio
    Miembro desde:
    14 Octubre 2006
    Mensajes:
    845
    Pluma de
    Escritora
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    ¡Holas!
    Tu FF esta bastante bien, una idea original, un título que me ha llamado la atención, una trama que con la que puedes hacer muchas deducciones -pero seguramente fallaras en todas -_- -

    Pero quiero preguntarte unas cosas.

    Esa frase me suena un poquitín rara... no sesi seré yo que tabien me estoy haciendo paranoias al igual que InuYasha xD. Creo que quedaría mejor; ¿Qué pasará cuando conozca a la chica con la que constantemente sueña?

    Por otra parte hay otra frase que me ha sonado un poco rara ;

    No sería más bien; Verse en manos de un psicólogo bla bla bla...

    Y ya todo de maravilla xD, ya tengo una pequeña teoria del por qué InuYasha tiene esos sueños etc, pero mejor espero unos capítulos más para así poder seguir pensando deducciones.

    Me gustó el capítulo, y estoy segura de que me va a gustar este FF, espero la continuación ^^.
     
  3.  
    Tania

    Tania

    Cáncer
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2004
    Mensajes:
    343
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mucho gusto, chica de mis sueños
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2356
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    Muchas gracias Ailyn! :3
    Y sobre los puntos que tocas como la chica que soñó" es una frace con el mismo pesa pero en menos palabras :3
    Y sobre la segunda, me gusta la palabra "saberse" porque es una forma de decir "me veo, se que estare/estoy___ en manos de un psicologo" x3

    Aclarando eso, dejo el siguiente cápitulo:


    Capitulo II.- La chica del sueño


    Bien, ahora sabía que necesitaba aquella terapia psicológica con urgencia, porque tenía en frente una mujer que no conocía -o al menos eso creía- pero que sin embrago había visto en sueños. ¡Ah! Y también ella parecía saber su nombre. ¿Y que seguía? Ya recordaba, que su ex novia lo atravesara con una flecha. Su mundo se estaba poniendo de cabeza.

    –Eres... Inuyasha –Casi afirma entre una voz entrecortada la chica que comenzaba a abrigar lagrimas en sus ojos.
    – ¡Hey! No llores –Inuyasha rápidamente reacciono frente aquella acción de la chica, odiaba ver sus lagrimas en sueños, y, definitivamente, no era mejor verlas en vivo –. ¿Nos conocemos de algún sitio? –preguntó aventurándose con inseguridad.

    ¿Qué más podía decirle? “Hola mucho gusto, soy Inuyasha, ¡tú eres la chica de mis sueños! -y que cursi sonaba eso- no hay noche que no sueñe contigo, ¿cómo es que te llamas? ah sí, ¿me puedes dar tu autógrafo y de paso decirme porque siempre lloras?” No, definitivamente no podía.

    –Tú... ¿no me conoces? – articuló ella, dudosa y medio temblorosa.
    –A menos que vayas en la facultad de administración... ¿o es que tomas clases de artes marciales?, sólo así podríamos conocernos, creo. – O quizá te materializaste de mi sueños y has venido a buscarme, pensó en sus adentros Inuyasha, queriéndose golpearse por haber dejado escapar lo último de sus sentido común.
    –Yo, no, lo, lo siento –Tartamudeo con timidez mientras jugueteaba con sus dedos.

    ¿Cómo te llamas?, ¿dónde está tu uniforme verde?, ¿te has sentado en los bordes de los pozos últimamente? ¿por qué apareces en mis sueños?... Inuyasha tenía un abanico de preguntas que soltar, y sin embargo ninguna salió de sus labios.

    –¡Keh! Que chica tan extraña eres –Logró bufar con su actitud arrogante y una ceja arqueada.
    –Dije que lo sentía –reiteró ella como indignada por la aclaración de Inuyasha.
    –¿Te perdono? –contestó con sarcasmo, la había escuchado, ¿qué se supone que tenía que decirle frente a un “lo siento”? No es como si le hubiera enterrado un cuchillo o le hubiera robado algo.
    La muchacha torció su boca en una expresión inconforme, pero en su rostro aún se reflejaba una especie de melancolía que él aun no lograba descifrar.
    –Entonces ¿gracias? –devolvió el sarcasmo menos agresivo, mientras agarraba firmemente el asa de su mochila colgándole a un costado –con permiso -dijo ella retomando su camino y comenzando una vez más su carrera

    Inuyasha se quedó allí parado, confundido, estupefacto y sin palabras. ¿Aún valía la pena ir al psicólogo? Porque quizá lo suyo ya necesitaba hospitalización en un manicomio, estaba comenzando a tener severas dudas sobre su propia salud mental.

    Cuando llego al apartamento, nunca antes había tenido tantas ganas de mantenerse despierto. Telefoneó rápidamente a Miroku, quien siempre tenía en su agenda una fiesta para cada noche, y éste sin dudar le proporcionó la dirección donde estaría la recepción. De inmediato Inuyasha se vistió casual, y salió en su motocicleta, a estas alturas no le importaba ir a estamparse contra un árbol o algún carro. Se estaba volviendo loco.

    Había llegado al lugar, dejó la motocicleta entre unos vehículos estacionados y se dirigió hacia el antro. Estaba totalmente dispuesto a embriagarse y a bailar toda la noche, y deseaba que no fuera fin de semana para tener que ir a la escuela al día siguiente. Lo importante era mantenerse distraído.

    Al entrar buscó entre la multitud a Miroku, era fácil, solo tenía que localizar un tumulto de chicas divertidas y... ¡lo había encontrado! Caminó abriéndose paso hasta donde debiera estar sentado su amigo, tenía una botella a medias en su mano, Miroku era inteligente pese a ese carácter despreocupado y alegre, él tomaba sin embriagarse, no perdía la cordura ni los estribos, sabía manejarse, a excepción de las mujeres claro.

    –¡Inuyasha! –le llamó al verlo –que gusto tenerte por aquí.
    –Aja –masculló no muy contento.

    La neurona antisocial estaba palpitando fuertemente, y estaba ordenándole que saliera de ese sitio tremendamente aburrido. ¿Por qué decidió salir de parranda? Bien pudo buscar por las calles algunas de esas carreras clandestinas de motos y participar, o lanzarse de un paracaídas; eso o irse a un bar de mala muerte a beber solo, aunque con eso último iba a hacerlo parecer un hombre fracasado o dejado y él solamente estaba volviéndose loco.

    –Lo siento chicas –Escuchó hablar a Miroku dirigiéndose hacia sus “amiguitas”–. el día de hoy, es mi amigo Inuyasha quien reclama toda mi atención. –confesó encogiéndose de hombros mientras se dirigía hacia su distraído amigo.
    Inuyasha juró escuchar a todas suspirar en unísono y dirigirle miradas medio asesinas y medio interesadas a él.
    –Si empiezo ser flanco de atentados asesinos, sabré que será tu culpa por dejarlas por estar conmigo –reclamó el chico, y entonces sus delirios de muerte ya no serían solo eso, pensó.
    –Vamos, amigo, ¿qué te pasa? –El joven conocía muy bien a Inuyasha, y sabía cuando algo estaba diferente en el, claro, tampoco era adivino para saber el porqué, pero con notarlo diferente ya era mucho.
    – ¿Por qué habría de pasarme algo? –intentó mentir inuyasha, sin éxito.
    –Y yo soy Gay. –Repuso con sarcasmo haciendo notar que no había creído a la evasiva.
    –Ew, aléjate de mi Miroku.
    –Vamos Inuyasha, no me engañas, ¿qué sucede?

    ¿Debía contarle a su amigo que estaba desvariando? ¿Qué soñaba con una chica que, casualmente, existía pero, que jamás en su vida había visto? ¿Qué tenía la inquietud de saber sobre la chica esa? ¿Qué soñó que su ex novia, la dulce y tranquila Kikyou, lo había matado con una flecha? ¿Debía decírselo? ¿Debía?

    Y antes de decidir si lo haría o no, Miroku lo miraba algo serio

    –Ya veo, problemas con los sueños

    ¡Lo había dicho en voz alta! Era un reverendo pedazo de asno, aunque ahora, debía admitir, se sentía más aliviado.

    Miroku no dijo más después de eso, y jalo a Inuyasha a la pista de baile.

    –Maldito seas Miroku, aunque seas homosexual seré tu amigo, pero no me pidas que baile contigo. –Espetó con molestia Inuyasha, obviamente intentando zafarse de él
    –En el fondo se que me amas, Inuyasha –aseguró con voz sensual fingida su amigo –. Pero desafortunadamente no eres mi tipo. –Confesó con pesar.
    –Vaya alivio.
    –Necesitas conocer señoritas un poco menos experimentadas. –Sentenció cambiando el tema –mis amigas no te gustan porque no son tu tipo, así que probemos con...
    Miroku se detuvo un instante, barriendo el lugar con la mirada, hasta dar con su objetivo y comenzó a jalar nuevamente a Inuyasha de la muñeca, de donde lo tenía sujeto.

    –Señoritas –comentó coqueto acercándose a tres chicas que parecían inseguras en el lugar.
    –Hola – dijeron dos de ellas sonrientes al mismo tiempo.
    –¿Se divierten chicas? – arribó Miroku, como el experto en mujeres que era.
    –¡Claro! –declaro una de ellas, con su cabello corto y un escote semi-pronunciado. Definitivamente, no eran el tipo de Miroku, pero aun así no estaban mal.
    –¿Qué le pasa a su amiga? –Expresó el chico refiriéndose a la única de las tres que no le prestaba atención, tal era su desinterés que ya estaba sentada en un una mesita con su vaso de refresco. Miroku no pudo evitar compararla con Inuyasha, y, ante la idea, sonrió malévola pero disimuladamente.
    –Esta un poco aburrida, no le gustan estas cosas –dijo la otra volteando a ver a la aludida.
    –¿Y no nos la van a presentar a mi amigo y a mi?
    –¡Ah si! Claro. –Ambas se dirigieron hacia la mesita con Miroku e Inuyasha tras ellas.
    –¡Kagome! Estos chicos quieren conocerte, vamos, ven.
    –Ya les dije que yo no...

    Sus miradas se cruzaron, Inuyasha se quedo estupefacto y asombrado y Kagome se había puesto más pálida que el yogurt natural. Pero no dejaban de mirarse, mientras todo el mundo giraba a su alrededor. Y Miroku, nada tonto, pudo notarlo.

    –¡Kagome! –Habló Miroku –así es como te llamaron tus amigas, lindo nombre. Pero dime ¿Por qué no te gusta la disco? Hoy, particularmente esta más agradable que nunca –Expresó con cierto sarcasmo y cierta malicia, haciendo alusión a la situación actual que él se estaba dando el lujo de disfrutar.
    –Pero si es la chica llorona y torpe – espetó Inuyasha con burla.
    –¡Te pedí disculpas! –Se defendió ella por su parte.
    –Y te perdoné, pero eso no significa que no pueda mofarme de ello –declaró arqueando una ceja y sonriendo de manera triunfal.
    –Pedazo de idiota.
    –¿Qué dijiste perra?
    –Y un cuerno, imbécil.
    –Te vas a arrepentir.
    –Mírame temblar.

    Miroku y las amigas de Kagome observaron con asombro la batalla de insultos entre ambos, ¿se conocían ya? ¿cómo? La curiosidad estaba a flote, pero nadie se atrevía a meterse en el campo de batalla o podrían resultar involucrados.

    –Si fueras hombre podríamos solucionarlo de la forma más civilizada –masculló Inuyasha menospreciando el género de la chica –. A golpes.
    –¿Insinúas que no puedo patearte el trasero?
    –No lo insinuó, lo digo.
    –Machista de mierda. –Kagome comenzaba a perder los estribos
    –Estoy siendo realista, señorita. –e Inuyasha no ayudaba mucho que digamos...
    –¡Vas a tragarte tus palabras! –amenazó ella.
    – Ahora el que tiembla soy yo. –se burló él.
    –¡Oh si!, y que sea en el suelo

    Y antes de que alguien pudiera intervenir y en menos de un minuto, ella estaba levantando con fuerza su pierna para asestar un puntapié directo en las joyas de la familia de su interlocutor, si se le puede llamar así. Todos observaron con asombro al chico alto y fornido caer al suelo revolcándose de dolor, encogido sujetándose su adolorido ‘amigo’ con ambas manos y mascullando una letanía de improperios al aire, y a ella.

    –Yo si te estoy viendo temblar. –Agregó ella quien ahora poseía la sonrisa triunfal en sus labios – y que te aproveche –terminó con cierto tono tomando su bolsa y saliendo del lugar con un aire divertido el cual no había mostrado durante toda la noche.

    .
    .
    .
    .

    Bueno, el segundo capitulo terminado. Quiero agradecer a Pami, quien me ha ayudado bastante como beta, principalmente con mi ortografia y gramatica y algunas ideas como el titulo!


     
  4.  
    mariiChelo

    mariiChelo Usuario común

    Acuario
    Miembro desde:
    3 Mayo 2008
    Mensajes:
    373
    Pluma de
    Escritora
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    jajaj k riSa con inuYasha y
    kaGome jej lo agaRRo despRevenido
    xD!!
    buenO spEro conti
    pRonto
    biE
    tC'
     
  5.  
    hiyiri

    hiyiri Iniciado

    Libra
    Miembro desde:
    28 Julio 2005
    Mensajes:
    32
    Pluma de
    Escritora
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    Hulas..! de verdad me gusto muuuuuchooo!. tenia tiemisimo sin leer un fanfic.. y muchos mas tiempo sin leer uno que me guste..!

    de verdad te felicito..! y espero que pongas prontisimo la conti..! no aguanto leer el otro cap.:!

    exitos...! chauuu.:! besos

     
  6.  
    yvette..!!!

    yvette..!!! Entusiasta

    Capricornio
    Miembro desde:
    21 Enero 2008
    Mensajes:
    150
    Pluma de
    Escritor
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    hola!!!
    me gusto muchooo
    de veras esta gracioso pobre inu deberas le dolio xD
    continualo pronto por favor ......bye
     
  7.  
    abyLu

    abyLu Guest

    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    Hola!!
    soy nueva en tu F/F!
    Me llamo la atencion el titulo :D, esque es tan lindo xD!
    y el los caps me han gustado demasiado [:
    creo suponer el por que de esos sueños!, y del por que Kagome conoce a Inu...
    pero bueno tendre que esperar los caps para saber verdaderamente lo que ocurre!
    Ese Inu, tan engreido como siempre!
    me encanto que Kagome lo mandara al suelo, PODER FEMENINOxD!
    La verdad no creo que Inu tenga que ir a un psicologo... o tal vez si?!
    bueno, es mi opinion
    espero la conty!
    bye..
     
  8.  
    ~Sunzure Russo~

    ~Sunzure Russo~ Fanático

    Capricornio
    Miembro desde:
    21 Junio 2006
    Mensajes:
    1,167
    Pluma de
    Escritora
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    jajajjajajajajajaj!!!!!!!!!!!!!!1
    buenisimo!!!!!!!!!!!!!!!!!1
    demasiado bueno!!!!!!!!!!
    espectacular!!!!!!!!!!
    jajajajajaja!!!!!!!!
    los dos capitulos!.....hicieron que me riera bastante!!!jajaja!!!!
    inu diciendo que necesitaba ayuda medica o mejor dicho internarse en un manicomio........y la pelea en que termino perdiendo inu por machista!!!!jajajajaj........
    bueno espero conty....
    y cuentas con mi apoyo!!!!...
    tu fic...es demasiado fino!!!jejejeje
     
  9.  
    vampirartist

    vampirartist Guest

    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    hi!!

    yeah!!! Kagome si que nos defiende!!! desde ayer lei tu ff pero no te pude firmar pork mi mamá se enoojo mucho conmigo jejeje bueno me encanta espero con ansias la conti espero que te pases por el mio se llama otra luna.

    att: vampirartist (pasión vampírica)
     
  10.  
    Tania

    Tania

    Cáncer
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2004
    Mensajes:
    343
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mucho gusto, chica de mis sueños
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2228
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    Capitulo III.- La venganza de Inuyasha

    Después de la escenita, Inuyasha salió del lugar con una furia incontenible, soltando una letanía de improverbios irrepetibles y cada uno más ingenioso que el otro. El dolor en su entrepierna había sido asestado para quedarse un tiempo, pero el orgullo le pesaba más que el dolor y caminó normalmente a pesar de sentir que se le caería su tesoro familiar en cualquier momento. ¡Maldita perra! murmuraba al final de cada frase formulada.

    Miroku, por su parte, lo seguía de cerca, pero en absoluto silencio con una sonrisa burlona y majadera dibujada en sus labios. Aunque claro, no podía dejar que Inuyasha le viera o descargaría su furia en él, y él era un total pacifista.

    Incapaz de conducir su motocicleta -por razones obvias- el joven herido le dejó las llaves y una amenaza a su amigo “Si le pasa algo a mi moto, no vivirás para conocer a más mujeres en tu vida” dijo con cierta sorna en su tono, aún con el rostro contraído por las inconveniencias del dolor allí abajo.

    Regresó a su apartamento en taxi e increíblemente sin y saber porque, esa noche fue la más tranquila en mucho tiempo. No supo si fue por la ligera molestia en su entrepierna o por la humillante experiencia en la discoteca con aquella tal Kagome, sin embargo agradeció poder dormir libre de sueños y pesadillas sin sentido que atentaban contra su integridad mental.

    El fin de semana llegó de manera distinta a lo que imaginaba. Esa paranoia que se apoderaba de él el día anterior pareció esfumarse. Su carácter estaba más lleno de vida, aunque muy a pesar de las personas que lo trataban estaba mal enfocado, es decir, de mal humor. Era como una bomba de tiempo y cada roce, cada comentario con intención de broma, por más mínima que fuera, lograba sacarle miradas asesinas o palabras amenazantes. Vaya chico desequilibrado.

    Se suponía que debía divertirse, salir con sus amigos, ya saben, esas cosas que hacen los chicos, pero en la cabeza del Taisho solo se anidaba la idea de venganza contra aquella pequeña insolente, o como él decía más descaradamente: perra. ¿Pero qué podía hacerle?, es decir, por más que lo mereciera, él no iba a golpearla, porque eso lo haría parecer un patán desgraciado, pero entonces ¿qué?. Trazó planes maquiavélicos en su mente mientras rondaba por su pequeño apartamento. Aún le faltaba un detalle: cómo iba a ubicar a la chica esa. Recordaba que ella llevaba uniforme de preparatoria, aunque no sabía nada más, sin embargo eso no representaba ningún problema. Una maliciosa sonrisa surcó en su rostro. Pareció tan feliz, tan perversa mente feliz, que su imagen recordaba a una especie de Frankenstein regocijándose de su obra maestra aún sin haberla concluido.

    Miroku era un individuo en extremo sociable, y su número de conocidos y contactos era siempre de gran ayuda para cualquier propósito, como por ejemplo: investigar la escuela a la que iba Kagome, y buscar algunos de sus pasatiempos para coincidir con ella y que sus encuentros premeditados parecieran casualidad.

    –Inuyasha, ¿por qué quieres saber sobre la chica de la noche pasada? –Preguntó con curiosidad su amigo– ¿Te gustó acaso la fierecilla? – inquirió con las cejas arqueadas el chico con unos ojos azules fijos en su interlocutor.
    –No te hagas ilusiones, la perra mancilló mi orgullo, y ahora es mi turno –sentenció seco mientras analizaba la información recibida–. Me ayudarás con sus amigas –ordenó más que una petición saliendo de la casa de un resignado Miroku.

    Esperó a que fuera una vez más inicio de semana, y comenzó un día normal, con universidad, esgrima y artes marciales. Sin embargo su malévolo plan comenzaba cuando se dirigió a un establecimiento de McDonald’s. El odiaba las hamburguesas y las papas fritas, prefería siempre un paquete de sopa instantánea y sólo con eso era feliz, omitiendo el hecho de que era más económico. Entró sin dudar al lugar y desde la puerta barrió discretamente el lugar con la mirada dorada. Allí la vio, tal y como sospechó, con sus amiguitas esas, riendo y platicando. Inuyasha sintió una rabia recorrerle la espina. ¡Maldita! Estaba tan tranquila después de haberle hecho lo que había hecho.

    Caminó haciéndose el distraído pasando justo a su lado cuando ella se levantaba con la bandeja de los restos de su almuerzo entre sus manos. La bandeja cayó al suelo, esparciendo los restos de comida chatarra ensuciando las medias de Kagome y el pantalón del chico. Eso último no estaba en sus planes.

    –¡Ah! –La escucho exclamar mientras se agachaba a recoger los desperdicios–, lo siento, realmente, yo… –Ella iba realmente a disculparse hasta que levantó su rostro y divisó la cara familiar de Inuyasha, mirándola, prepotente – ¡Tú! –masculló con cierto desagrado.
    –Mira lo que has hecho, torpe. –Bueno, pensó Inuyasha, quizá no era parte del plan pero cualquier cosa para molestarla le darían un buen bonus de satisfacción.
    –¡Tú te atravesaste! –se defendió ella
    –Te recuerdo, este es el paso ¿qué iba a saber yo que ibas a levantarte con tu charola, huh? –Ella lo miró chispeante, quería abofetearlo ahí mismo, pero logró contenerse–. Parece que tu naturaleza es tropezarte y chocar con todo. –Inuyasha hizo una breve pausa antes de continuar– ¡Oh por Dios, espero no tengas un carro! ¡NO! ¡espero nunca aprendas a manejar! por el bien de todo la gente de Japón.
    –¿Qué has dicho? –Preguntó ella con un tono indignado–, ¡tú…!
    Kagome sintió en su hombro la mano de su amiga, quien la instó a la paciencia y a calmarse, y ella lo supo, hacer eso le dolería más a su pesado agresor. Porque eso era, ¿qué se creía agrediéndola y molestándola continuamente? No lo sabía por supuesto, pero tampoco quería averiguarlo, solo quería alejarse de él.
    –Vámonos Kagome – le dijo Yuka conciliatoriamente, y ella asintió.
    –Sí –Se limitó a decir.
    Dio media vuelta ignorando completamente a Inuyasha, dejándolo con algún tipo de insulto atorado en la boca y con unos ojos desencajados e incrédulos que la observaban irse.
    El chico sintió que le hervía la sangre, estaba molesto, molesto porque habían fracasado sus planes, y molesto porque esa tal Kagome insistía en aplastar su orgullo cada vez que tenían algún encuentro. Eso no se lo iba a permitir, ella no iba a ganarle una vez más, y por supuesto que iba a hacerla arrepentirse de esa prepotencia que manaba de ella casi igualándose a la suya propia.

    Ya resguardado en su habitación, donde pudo maldecir a placer en voz alta, se dedicó a seguir su estrategia, aquella había sido una batalla perdida, pero eso no significaba que había perdido la guerra. Si, una guerra por descubrir quién de ambos era el más capaz, el más inteligente y el más fuerte. Por supuesto él había iniciado esa guerra, y ella no estaba consciente que era la oponente pero, ¿hacía falta hacérselo saber? No, en realidad no quería parecer un tipo infantil… aunque en realidad lo era.

    Una noche más sin sueños absurdos, Inuyasha comenzaba a sentirse curado de lo que sea que hubiese padecido, pero ahora, y sin esperar, para remplazar aquellos delirios tenía en su cabeza una rivalidad absurda con una mujer que apenas conocía. Empezaba a preguntarse seriamente cual de las dos cosas era peor.

    –Maldita mujer –masculló arrugando una hoja de papel entre sus manos –ignorarme de esa forma ¿que se ha creído? ¿por quién me toma?, pero eso no va a quedarse así perra, te haré pagar también esto. –Y, con ese pensamiento firme en su cabeza se acostó para intentar dormirse.

    Dio bastantes vueltas en la cama, pero por fin cayó rendido ante los brazos de Morfeo plácidamente.

    Después de aquel incidente en McDonald’s, Kagome se topaba casualmente a Inuyasha en cada sitio al que decidía ir con sus amigas: centro comercial, parque de diversiones, biblioteca, librería, cine…, es como si la acechase a cada momento solo para molestarla. La pobre no sabía que de hecho, así era.

    –¡Maldito seas! –explotó ella enfurecida fulminándolo con la mirada
    –¿Qué te pasa, mujer? intento ver una película –dijo fingiendo demencia– así que, podrías guardar silencio por favor –habló en un hilo de voz que parecía interesado en la trama melosa y cursi proyectada en pantalla.
    Por su lado, las amigas de Kagome se habían acostumbrado a él y se habían familiarizado a tal grado que le hablaban y entablaban conversaciones.
    –Vaya Inuyasha, ¿vienes solo? –preguntó curiosa Ayumi
    –Sí, leí una buena crítica de esta película y me dio curiosidad comprobar que tan buena era –mintió con tono natural. La verdad era que esa película había recibido una pésima crítica y aunque no hubiese sido así, ese tipo de tramas no le atraían en absoluto.
    Kagome golpeo fastidiada con su zapato el suelo bajo ella, soltando un bufido molesto y resignado, y sin más objeciones se fue a sentar al otro extremo de la sala, lejos de él.

    De pronto algo estuvo mal, porque las luces se encendieron y la película se interrumpió mucho antes del medio tiempo. Un encargado se disculpó con las personas, y con el pretexto de problemas técnicos en la cinta se canceló la película. Kagome parecía decepcionada e Inuyasha aprovechó ese instante a su favor:

    –La película esa debe ser así de mala –puntualizó
    –¿Qué? –cuestionó incrédula apretando los puños a sus costados
    –Esa crítica que le dieron al final decía que era una película buena… para niños y deficientes mentales. –Sí, él estaba provocándola deliberadamente
    Su respiración se agitó al punto de la hiperventilación, apretó sus dientes casi hasta oírlos rechinar y sus nudillos estaban blancos, Kagome había llegado al límite de su paciencia
    –¡Oswari! –gritó ella con desesperación.





    .
    .
    Primero que nada, agradezco una vez más a Pami, por su ayuda con la ortografía, la gramática y los nudos que luego dejo por allí xD.
    Muchísimas, muchísimas gracias también a quienes postearon y me dan su apoyo, me da gran placer saber que les va gustando la historia y espero que así siga siendo hasta el final.
    .
    .
    ¿Kagome dijo lo que creo que dijo? ¿cómo? ¿que misterios encierra nuestra miko del futuro? ¿qué esto no era un UA? ¿que será? ¿que explicación nos dará?
    Que intriga, ¿no?

    Descúbranlo en el siguiente capitulo titulado: Los sentimientos encontrados de Kagome

    Nos leemos pronto °O°
     
  11.  
    ~Sunzure Russo~

    ~Sunzure Russo~ Fanático

    Capricornio
    Miembro desde:
    21 Junio 2006
    Mensajes:
    1,167
    Pluma de
    Escritora
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    y para el suelo!!!!!!!!!!
    jajajajajaj!!!!!!!!!
    eso si que seria bueno!!!!!!!!1
    jajajajajaja!!!!!
    pobre kag!!!.....hasta yo!..me vuelvo loka!!!
    jajajaja!!!
    bueno espero conty!!!
     
  12.  
    BelAhome

    BelAhome Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    7 Abril 2008
    Mensajes:
    272
    Pluma de
    Escritor
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    Me encanta tu fic!!
    Es realmente muy interesante además de que tiene una trama muy misteriosa.
    Ahora, si que Inuyasha está empeñado con ella, me fascina! Que se lo encuntre en cada sitio, lugar al que va jajajaja tendría que sospechar que la está acechando ^^
    Y bueno, ya no tiene esos sueños mmmm
    Cuanta intriga y diversión.
    Por favor no te tardes en seguirlo!!

    Mucha Suerte ^^
     
  13.  
    Michelle

    Michelle Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    11 Noviembre 2007
    Mensajes:
    186
    Pluma de
    Escritor
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    Holaaaaaaaaaaaaaaaaa^^
    Soy nuevita en tu fik^^
    y dejame decirte qe esta muy,pero muy muy buenoooooooooooooooooooooooooooooooooooo! *0* Kag dijo ¿O-Oswari?O_o
    Ya YA QIERO SABER LA CONTI!!!! :D
    Nos vemos! :)
    Espero qe en un futuro seamos amigas ;)


    Atte:Ahome_love ;)
     
  14.  
    NuriA-7

    NuriA-7 Guest

    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    Holaaa!(:

    soy nueva en tu fic, y la verdad es
    que me gusta muchisimo!
    pobre Kagome..-.- Inuyasha le hace
    la vida imposiblee! jajajaja
    espero que lo sigas pronto! tienes
    todo mi apoyo!
    un beso!


    Núriiaaa~____
     
  15.  
    IlEiN LoVe

    IlEiN LoVe Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    1 Enero 2007
    Mensajes:
    473
    Pluma de
    Escritora
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    jajajajja
    bastante graciosa e interesante!
    me encanta espero le sigas!
    cuidate mucho
    y cuenta con mi apoyo!
     
  16.  
    Tania

    Tania

    Cáncer
    Miembro desde:
    14 Diciembre 2004
    Mensajes:
    343
    Pluma de
    Escritora
    Título:
    Mucho gusto, chica de mis sueños
    Total de capítulos:
    5
     
    Palabras:
    2090
    He sustituido en este post el capitulo que me faltaba, y el final lo colocaré más adelante, mil disculpas por la confusión y las molestias.

    Capitulo IV: Los sentimientos identificados de Kagome


    Su grito resonó en el lugar y todas las personas centraron su atención a una Kagome fuera de sí. Inuyasha y sus amigas la miraron desconcertados y curiosos preguntándose que demonios había sido eso.
    –¿Estás bien Kagome? –se aventuró a preguntar Eri mientras la miraba con preocupación.
    La aludida reaccionó de golpe, dándose cuenta del error cometido en su arranque de ira, y pronto su rostro se tensionó intentando contener las lágrimas.

    Inuyasha se preguntó porqué ella parecía querer llorar, ¿por la vergüenza?, ¿por el enojo?, ¿desesperación o quizá frustración? lo que fuese que fuera él era el culpable seguro, y claro, era un buen resultado porque parecía haber ganado la guerra contra Kagome. Pero, por alguna razón pensaba que iba a ser más difícil que eso, que iba a durar más tiempo, que ella sería más dura y, de pronto, lo golpeó una ola de culpabilidad brutal que lo hizo sentir un patán inmaduro no mejor que una basura. ¡Maldita conciencia, maldita mujer! pensó frunciendo el ceño mientras las lágrimas de la chica vencían sus intentos de fortaleza y se derramaban mojándole las mejillas pálidas.
    –O-oye –tartamudeó apenas él –¿estás llorando? no puedo creerlo, que susceptible eres –comentó intentando reanimarla de la forma, obviamente, equivocada, porque ella lloró más.
    Las amigas de la colegiala lanzaron miradas asesinas que sólo una mujer puede hacer, de esas que doblegan a un hombre con facilidad e Inuyasha retrocedió ligeramente atemorizado ante eso.
    –Ahora si te has pasado Inuyasha.
    –Será mejor que te disculpes ahora mismo.
    –¿Qué dicen? si no le hice nada, por dios –se defendió, sabiendo que su argumento no solo era pobre, si no también falso. Y entonces él volvió a recibir esas tres miradas fulminantes.
    –Vamos Kagome, sabes que Inuyasha dice muchas tonterías, no te pongas así…

    Nadie entendía porqué Kagome se había puesto así, a sabiendas que peores insultos había recibido del muchacho, sin embargo ella se levantó abruptamente y salió corriendo del lugar sin darles oportunidad de reaccionar a tiempo para que la siguieran.

    Corrió y corrió tan rápido como hace tiempo no lo hacía, como si su vida dependiera de ello, surcando entre la gente en el camino, cruzando calles sin fijarse, sorda del bullicio de la ciudad, inmersa en sus pensamientos.

    –No – decía de cada en cuando en su carrera loca.

    Su paso no se detenía, ni siquiera disminuía y las lágrimas corrían libres ahora por sus mejillas nublándole la vista en ocasiones.

    Pronto estuvo subiendo las escalinatas de su templo, y no se detuvo hasta llegar justo frente al árbol sagrado, el GoShimboku. Allí parada, mirando la marca donde hubo estado un hanyou sellado, respiró profundamente intentando recuperar el aliento, derrumbándose por completo soltando el llanto sin restricciones.
    –No es justó –lanzó al aire–. ¡Yo no quiero amar a nadie más! –Espetó con desesperación a aquel añejo árbol confidente–. Él no es Inuyasha –negó con ímpetu–, él no es mi Inuyasha –rectificó haciendo énfasis al adjetivo de posesión–. Él no es el hanyou…
    De pronto su voz se apagó y sus ojos se abrieron casi desorbitados, como si hubiera caído en cuenta de algo, y la angustia se reflejó en su ya afligido rostro. Sus manos fueron a tapar su cara y su cabeza negaba continuamente mientras caía de rodillas lentamente sentándose sobre el suelo, se sentía tan miserable, porque de pronto toda esa situación se le antojo familiar, dolorosamente familiar, pensó.

    Todo había terminado al fin, sin embargo Kagome había sido regresada a su época. Después de derrotar a Naraku, su enemigo fue la misma Perla de Shikon y con ella se desarrolló una batalla de almas, una batalla que solo Inuyasha y Kagome pudieron librar. Pero ella no pudo conocer el desenlace. Regresó a la actualidad en el ataque final y jamás supo que pasó con la perla o con Inuyasha, ¿estaría bien?, ¿estaría vivo? ella rogaba porque así fuera. El pozo había desaparecido y no había forma de averiguarlo. Y todo ese tiempo estuvo viviendo con la angustia y la incertidumbre clavadas en su corazón. Había aprendido a vivir con ello, a actuar normalmente y sonreír, pudo de alguna forma superarlo, pero internamente nunca dejó de llorar.
    La intención de la perla era hacerla desaparecer y, junto con sus almas, evitar que estas reencarnaran en un nuevo cuerpo con renovadas y nuevas fuerzas, como pasó con Midoriko, Kikyou y finalmente Kagome. Sin embargo la joya maldita no contó con que esta vez intervendría alguien para salvar a la chica, Inuyasha entró en la batalla y logró salvarla, pero nunca se supo que fue de él, ni de la era antigua. La culpabilidad recaía sobre los hombros de la miko del futuro, “pude haberlo salvado” “pude haber hecho algo” “no hice nada” se repetía cada vez que pensaba en el hanyou. Nunca intentó olvidarlo, porque quería tenerlo siempre presente aunque fuera doloroso, prefería soportar el dolor con el recuerdo de sus sentimientos hacia el albino. Olvidarlo y seguir su vida como si nada hubiera sido un insulto a su sacrificio. Es por eso que ella vivía por su recuerdo y por ella misma, pero sin perdonarse por lo sucedido.

    Cuando Kagome pensó en que la situación se le hacía familiar, recordó inevitablemente la situación de Kikyou con Inuyasha. Ella había muerto por él, y cuando el hanyou despertó y supo sobre la trampa, sólo podía vivir con el recuerdo de su amor por la miko y la culpabilidad a cuestas. Es allí cuando Kagome aparece para intentar sanarle, y es allí cuando ella se enamora. Sin embargo, durante mucho tiempo Inuyasha la evitaba y salía tras Kikyou sin importarle el hecho de lastimarla. La chica se preguntaba “¿por qué el no puede amarme?” “¿qué tiene ella que no tenga yo?” eso jamás lo supo, y sin embargo en el fondo sabía que el albino sentía algo por ella también.

    Kagome entonces comprendió los sentimientos de Inuyasha, porque ahora sentía que estaba pasando por esa misma situación, y se consideró tonta por haberlo juzgado sin tomar en cuenta lo que él pudiera pensar en aquellos momentos. Y es que ahora había aparecido una persona que sabía era la reencarnación de aquel chico mitad demonio que conoció quinientos años en el pasado. Tal como ella había aparecido frente a él cuando llegó a Sengoku. Y de la misma forma en la que él había amado a Kikyou, ella se había enamorado de él. Inuyasha aún tenía devoción por la mujer que había dado la vida por él y al llegar Kagome, revivió los dolorosos recuerdos y el sentimiento de pérdida. Poco a poco la chica del futuro fue haciéndose lugar en el corazón del hibrido, pero él no podía aceptar amar a otra persona porque sentía que estaba traicionando a Kikyou y su sacrificio por él, y de la misma forma, Kagome no podía concebir amar a otro Inuyasha que no fuera el hanyou que se sacrifico por ella. Así de simple.

    Este Inuyasha no distaba mucho del que conociese en el pasado, terco, testarudo, orgulloso, molesto, insensato, insensible. Su apariencia era tal y como la del humano que resurgía cada noche de luna nueva, esos cabellos negros y largos con sus ojos grisáceos y profundos. Era como si fuese él mismo y no otro.
    Los últimos dos meses este nuevo Inuyasha se había encargado de aparecer frente a ella constantemente. Al principio, no podía evitar traer a su mente las imágenes del hanyou con orejas de perro y hebras de cabello plateadas con unas hermosas lagunas ámbar por ojos, pero poco a poco ese fastidioso muchacho se estaba encargando de hacerla olvidar la imagen de su primer amor y eso la enfurecía; y le era doloroso pensar en que podría olvidar a su antiguo Inuyasha, se sentía culpable y se recordaba que no tenía derecho de traicionar el amor al hanyou que le había salvado de desaparecer.
    ¿Podría permitirse amar a alguien más?, ¿acaso lo merecía? ¿que si de pronto regresaba el antiguo Inuyasha? eso último sonaba menos probable, pero si ella pudo de alguna manera ir hacia una época diferente, y si Kikyou había revivido, ¿por qué el antiguo Inuyasha no iba a poder regresar? entonces ella tendría que lidiar con dos personas aterradoramente iguales por las que tenía sentimientos igual de similares… Y ahora que lo pensaba, el Inuyasha del presente era exactamente igual al Inuyasha del pasado, mientras ella era bastante diferente de Kikyou, quizá porque había reencarnado con la Perla de Shikon o quizá porque sus almas eran diferentes por provenir de Midoriko. Como odiaba estar rodeada de misterios.

    Con el transcurso de los minutos su mente fue llenándose de interrogantes y respuestas, y luego más interrogantes pero ahora sin respuestas, dudas, planteamientos, recuerdos. Estaba hecha un lío pero al menos había dejado de derramar lágrimas. No sabía en qué dirección encaminar sus pensamientos y cómo manejar sus sentimientos. ¿qué iba a pasar de ahora en adelante? ¿qué debía hacer? ¿cómo cargar con aquello?

    –Pensé que eras más fuerte que eso. –Se escuchó una voz grave tras ella sacándola de sus cavilaciones –me sorprende que llegando tan lejos, no estés llorando en las faldas de tu madre –masculló con cierta burla en su tono.
    Kagome se volteó precipitadamente aún sobre el suelo topándose con el chico en cuclillas demasiado cerca y, automáticamente, se echó un poco hacia atrás haciendo distancia entre ambos.
    –Inuyasha... –pronunció en un hilo de voz apenas, abriendo con sorpresa sus ojos color chocolate –¿qué haces aquí? –preguntó y de inmediato sacudió la cabeza negando –no, ¿qué quieres? –rectificó.
    –Si no venía esas amigas tuyas iban a arrancarme el pellejo, estaban preocupadas por ti y me trajeron hasta aquí para que dejaras de hacer tanto drama por nada.
    –Eso no te importa –inquirió con frialdad
    –No es que me importe, pero tampoco quiero que la gente diga que te hago llorar, bastaba con que te arrodillaras a mis pies y me pidieras disculpas –admitió Inuyasha con sinceridad y con un tono suave en su voz–, como ahora –dijo refiriéndose a ella que estaba en el suelo sentada sobre sus rodillas–, yo te perdono –espetó con cierta dulzura, una sonrisa triunfal pero sincera y agradable mientras colocaba una mano sobre la cabeza de Kagome quien en vez de molestarse soltó una pequeña carcajada mientras limpiaba una nueva lágrima que brotaba pero por una diferente sensación.

    En el pasado, Inuyasha le había permitido entrar en su corazón, él se había permitido amarla, y se había permitido guardar con cariño, y no con pena, el recuerdo de Kikyou, había tardado mucho tiempo para lograrlo, pero lo había conseguido. Ahora ella quizá debería darse la misma oportunidad para ser feliz, sin juzgar a este nuevo chico, tal como había hecho su querido hanyou con ella.


     
  17.  
    ~Sunzure Russo~

    ~Sunzure Russo~ Fanático

    Capricornio
    Miembro desde:
    21 Junio 2006
    Mensajes:
    1,167
    Pluma de
    Escritora
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    jajajaja!!!!!
    no tenia otra cosa que hacer!!..jejeje
    eso estuvo bueno!!!^^
    al meno se consiguio un buena escusa!!!jijijiji
    que idiota fue inu!!¬¬....es muy chismoso!!._.
    pero bueno!...que mas da ya lo leyo!!!
    bueno espero conty!!!
     
  18.  
    BelAhome

    BelAhome Usuario común

    Aries
    Miembro desde:
    7 Abril 2008
    Mensajes:
    272
    Pluma de
    Escritor
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    Pero...
    Falta un capítulo, el IV.
    Me leí el final con razón no entedía nada, algo no encajaba, y es la más importante,cuando se ve que Inuyasha la hace llorar,además de que no sé que pasó cuando le dijo "Osuwari".
    ¿Podrías poner ese capítulo por favor?

    Sacando ese detalle a pesar de todo me encantó, es muy romántico. Me gustó como Inuyasha ocultó su deseo, no quería reconocerlo ^^
    Un fic espectacular!! Muy bien narrado y trabajajo los personajes, que mantengas su personalidad es dificil pero has hecho un excelente trabajo. Felicitaciones a tí y a quienes te ayudaron con tu historia ^^
     
  19.  
    kaon

    kaon Usuario común

    Miembro desde:
    6 Septiembre 2007
    Mensajes:
    328
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    que lindo el final
    los listones puestos en los arboles, con sus deseos
    me encantaron jaja ^^ ojala aqui uno pudiera hacer eso.. pero o.o no se puede ^^
     
  20.  
    Michelle

    Michelle Entusiasta

    Leo
    Miembro desde:
    11 Noviembre 2007
    Mensajes:
    186
    Pluma de
    Escritor
    Re: Mucho gusto, chica de mis sueños

    Falta el caPITULO V ToT
    guaaaaaaaaaaaaaaaaa :llorar:
    Kiero el capitulo v!!! :(
    Qe lastima qe aca termina el fik!!!! :(
    Espero qe agas el peqeño epilogo! :(
    y qe pongas el cap. V :(
    Gracias, por aver puesto un maravilloso fik -_-
    Saludos!
     
Cargando...

Comparte esta página

  1. This site uses cookies to help personalise content, tailor your experience and to keep you logged in if you register.
    By continuing to use this site, you are consenting to our use of cookies.
    Descartar aviso