Morir en vida o vivir muriendo

Tema en 'Vampire Knight' iniciado por Modytec, 19 Junio 2012.

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    Modytec

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    Morir en vida o vivir muriendo
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    Hola, es mi primer historia en el foro, tenía un par de años de no hacer un fic (en mi época universitaria y hoy en día ya casi cumplo un cuarto de siglo de vida jijiji) no soy una gran escritora pero tenía ganas de hacer este fic espero no sean demasiados los errores de ortografía (sobre todo las famosas comas) o dicción y sobre todo que les agrade la historia, cualquier critica es constructiva para mi, siempre y cuando tenga esa intención J

    Los nombres de los personajes utilizados son propiedad de Hino Matsuri y solo son tomados con fines ilustrativos para la historia.
    Este fic toma como inspiración parte de la trama del manga hasta sus capítulos más actuales (donde no se sabe si Kaname es realmente del lado bueno o malo)
    Advertencia es fanfic: KANAME x YUUKI x ZERO (pero la pareja real será Kaname x Yuuki)

    CAP. 1 Decisiones que matan

    "Frío" esa era la única palabra que podía describir la sensación de aquella princesa vampirica de cabellos largos como finas hebras y de color brillante tan intenso como el café, mientras sus pensamientos volaban al pasado para traer como frescas hojas los recuerdos vividos desde hacía ya dos años.

    Dolían tanto las memorias que solo de pensarlas podían colarse hasta lo más hondo de su cerebro y se clavaban como agujas en su corazón. Yuuki Kuran estaba tan absorta en algún lejano lugar que no se daba cuenta de que la noche empezaba a caer, símbolo de ello era la majestuosa luna que se asomaba destellando una inmensa luz tan brillante como la plata y los sonidos nocturnos que acompañan con sus melodías las tinieblas.

    La mansión Kuran se cubría de penumbras mientras varias sirvientas prendían las lámparas y velas en todos los pasillos y habitaciones para dar paso a la ansiada luz perpetua.

    Toc…toc El sonido de la puerta regreso a la ojos chocolate de sus recuerdo a la realidad

    My lady, ¿puedo pasar para encender las luces?

    Fue en ese momento que Yuuki se dio cuenta de que ya había obscurecido

    Adelante fue su contestación mientras se apresuraba hacía el armario de su recamara para buscar algo que ponerse. La mucama entró y vislumbró el lugar, se podía ver la cama con las finas sabanas rosas tan suaves como la seda casi hasta el suelo, el antiguo velo que adornaba en el techo de la cama también estaba en desorden y esto se complementaba con lociones y aditamentos de belleza fuera de su lugar en el tocador, la mesa del cuarto tenía encima platos y vasos con restos de comida, en conjunto Yuuki también lucía desaliñada pues llevaba todavía su bata de dormir y sus alborotados cabellos no parecían cepillados.

    En el acto la joven moza sonrió al ver lo nerviosa que se encontraba la vampireza buscando entre su colección de vestidos y zapatos sin encontrar algo que le gustara con una apuración tremenda en su cara.

    Señorita ¿la puedo ayudar? decía mientras hacía su labor de prender las velas

    Himeko es que es tardísimo pero perdí la noción del tiempo volteó a ver el reloj de cuerda en su tocador. –La fiesta ya casi comienza y ¡mírame! – se señalo haciendo alusión a su vestimenta, - necesito encontrar algo que me quede de manera urgente


    tranquila, a usted le queda todo bien, la ayudaré a escoger su atuendo y sus zapatos y también en su arreglo, verá que estará lista a tiempo


    La lujosa mansión Kuran se engalanaba con hermosos arreglos florales y adornos exquisitos colocados por gente que iba y venía por todos lados, combinando con las ostentosas paredes con murales y detalles dorados, así como candelabros de cristal cortado iluminando cada rincón.

    Daban las nueve de la noche cuando todo había quedado listo para recibir a los cientos de invitados del linaje vampirico y de la asociación de cazadores.

    Listo mi lady, ¡quedo preciosa!

    Yuuki se miró al enorme espejo de su tocador, lucía un vestido verde oscuro satinado con varios pliegues que caían desde su cintura, llevaba un listón alrededor de su cuello del mismo tono que formaba un moño y guantes blancos, sus cabellos iban recogidos en un peinado que ocultaba el largo de los mismos y solo dejaba salir unos mechones a los costados y finalmente estaba maquillada tenuemente con un verde seco apenas visible en sus parpados y sus labios matizados rosa transparente.

    En la recepción principal de la mansión se podía ver la aglomeración de humanos y vampiros conversando en grupos con alegría, solo esperaban por la princesa pura sangre Yuuki Kuran para iniciar oficialmente la celebración, la única excepción era un guapo joven de ojos morados profundo y de cabellos plateados quien permanecía solitario en una esquina con los brazos cruzados, eso sí, un grupo de mujeres humanas y vampiros comentaban para si lo guapo que lucía con su elegante traje negro, algo muy raro de usar en él y con ese porte de galán que envolvía en su misteriosa actitud.

    ¡Con ustedes la princesa Yuuki Kuran!

    Todos los presentes incluyendo Zero Kiryuu voltearon a hacía las escaleras del centro de la mansión de donde bajaba con delicadeza la hermosa joven, comentaban entre ellos lo preciosa que lucía y la alegría que transmitía a todos. Yuuki sonreía sinceramente buscando con su mirada a la única persona por la que se había arreglado de esa manera, sus ojos se toparon pronto con aquel vampiro que tanto anhelaba y ambos cruzaron sus miradas tiernamente.

    Una vez en la recepción se propuso un brindis en el que se pedía unas palabras a Yuuki.

    Bien, gracias a todos por venir, no saben lo feliz que soy y fui desde que baje las escaleras al ver tantas personas reunidas, es para mi un honor el festejar nuestro segundo aniversario desde que oficialmente hemos declarado la paz entre los vampiros y los humanos, van dos maravillosos años de haber convivido armoniosamente entre nosotros y seguiré luchando para que esto siga siendo realidad pase lo que pase

    Todos aplaudieron a Yuuki, se había convertido en una verdadera líder desde que tomo el lugar de su fallecido hermano Kaname Kuran, precisamente esa admiración se acerco a extenuársela un miembro del consejo vampirico.

    – Permítame felicitarla joven princesa hoy luce de verdad radiante- le reverenció el vampiro

    – Gracias correspondió a la reverencia Yuuki

    – De verdad que admiro su entereza, ya son dos años de paz gracias a usted, lamento aún lo de su hermano pero creo que era necesario para lograr lo que hoy a hecho

    Este comentario hizo que se le oprimiera el pecho a Yuuki, otra vez, una vez más atrapada en el doloroso pasado que había dejado apenas unas horas atrás en su habitación, los recuerdos la transportaban al momento más terrible de su existencia, aquel donde con sus propias manos tuvo que matar a Kaname Kuran, su hermano, el vampiro al que amaba tanto.

    – Gracias, con su permiso fue su contestación eludiendo la platica del vampiro y salió huyendo despavorida en búsqueda del único capaz de calmar su alma.

    ¡Zero! se detuvo ante él, parecía ya esperarla, ambos sin decir nada se dirigieron sigilosamente hacía el balcón donde no había nadie que los molestara. Veían en silencio el cielo contemplando las estrellas resplandecientes y la brillante luna llena que iluminaba los alrededores, un silencio abrumador los embargaba hasta que Zero se atrevió a romperlo.

    ¿Cómo estas Yuuki? se que hoy es un día feliz y a la vez doloroso para ti

    – Bien asintió con la cabeza y una sonrisa mintiendo descaradamente

    – Me alegro le dijo apenas en susurro, se acerco a ella y la coloco frente a él, luego la abrazo con delicadeza – sabes que yo voy a estar contigo siempre ¡verdad!- y acarició sus cabellos mientras el delicioso aroma de Yuuki le llegaba hasta lo más hondo de sus sentidos embriagándolo de un deseo incontrolable por estrecharla en sus brazos.

    Si Zero, lo sé, todo esto que paso nos ha enseñado a los dos cuanto nos importamos y que vamos al seguir adelante correspondió su abrazo y lo miró a la cara directo a sus ojos violeta que la llenaban de paz, sus mejillas se enrojecieron al sentir la cercanía de sus labios, ambos se fundieron en un dulce beso que transmitía sus sentimientos.

    Si bien Zero seguía teniendo su misma personalidad, realmente había aspectos que cambió con el tiempo, entre ellos su odio por los vampiros y sobre todo los sangre pura, este había terminado en el momento que se dio cuenta de que las venganzas llevaban a las peores desgracias, se lo había demostrado el que Kaname fuera la persona que traicionó a todos los vampiros y que conspiró para destruirlos y finalmente destruir a los humanos, tanta venganza terminó en algo realmente malo y triste, al grado que Yuuki misma cumplió con su promesa de ser la única que podía quitarle la vida con Artemis, así lo hizo y sufrió demasiado.

    Todo cambio después y se dio cuenta que Yuuki, la persona más buena que había conocido y capaz de los más grandes sacrificios, solo se merecía lo que en lo más hondo de su interior guardaba, esos eran los sentimientos por ella, una vez que aceptó esto fue cuando comenzó realmente a vivir nuevamente como lo que era, un vampiro al que Kaname en algún momento de su breve locura salvo del nivel E y lo dejo vivir para siempre, una vez aceptada su condición por fin se pudo entregar sin reservas a la mujer que amaba y lo mejor es que Yuuki se dio cuenta que también compartía el mismo sentimiento.

    Siguieron viéndose por un largo rato abrazados mientras conversaban de cosas cotidianas, luego volvieron a la reunión cada quien por su lado, Yuuki paso gran tiempo con su querido padre y director Kaien Cross hasta que todo finalizó.


    Muy lejos de este gran festejo, en un lugar donde las montañas cubrían el paraje y la nieve congelaba hasta los huesos se encontraban en una cabaña cuatro jóvenes vampiros frente a una chimenea.

    La mirada melancólica de uno de ellos dolía de solo verla, era tanta la tristeza que sus ojos provocaban el sufrimiento de cualquiera que posará su vista en él.

    Ruka sentía que el corazón se le partía en dos de contemplar esta escena pero no se atrevía a decir palabra al respecto, ya habían pasado dos años desde que ellos se esfumaron para el mundo injustamente y aún parecía que el tiempo no hubiera pasado en lo que sentían en su interior, sobre todo en lo que él sentía.

    Kaname-sama – finalmente se atrevió a proferir la vampireza al absorto vampiro de ojos y cabellos chocolate -¿gusta otro té?- trataba entre estas sencillas palabras de distraerle un poco

    No recibió respuesta, solo una leve negación con la cabeza, Ruka agacho la mirada cabizbaja, era insoportable ver a Kaname que alguna vez tuvo tanta belleza, lozanía y juventud ahora tan demacrado, delgado y sin vida, para romper este ambiente Kain Akatsuki pidió más té.

    Ichijo también quiso otra taza con té para relajar el ambiente – por favor Ruka haznos el honor- dijo, Ruka le sonrió un poco mientras vaciaba de la tetera el preciado líquido rojizo que simbolizaba la sangre y tenía un ligero sabor a la misma.

    Kaname estaba apagado, absorto, en realidad físicamente estaba en esa vacía cabaña que solo tenía unas camas y frazadas para dormir, así como una cocina pequeña y unos sillones viejos con una alfombra antigua; pero su mente se encontraba lejos, muy lejos, tratando de no caer en el delirio, pensando en lo único que podía pensar cada día, a cada hora, a cada minuto de su vida desde hacía dos años, no, desde hacía tantos años, "Yuuki"
     
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    Kohome

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    Juro que lloraré. Eso fue tan doloroso.
    Aunque antes de echarme a llorar quiciera aclararte algunas cosas: para los diálogos, utiliza el guión largo. Que es en comparación más largo que el corto (eso sonó estúpido, lo sé).
    Noté un pequeño descuido. Al principio, dice: "...agujas en su corazón. Yuuki Cross estaba tan absorta..." y luego, cuando se continúa la lectura: "¡Con ustedes la princesa Yuuki Kuran!" lo cierto es que debes decidirte por un apellido, que en el caso de tu fic, sería el Kuran, pues sigue siendo una pura sangre (o eso desde mi punto de vista).
    Además, cuando se empieza un diálogo, se empieza con una mayúscula. "—Bien — asintió con la cabeza mitiendo descaradamente".

    Ahora si. Mi hora de llanto llegó (?).

    Nee, no me pondré a llorar; aunque admito que fue una entrada muy... Ó.Ò ... (lo sé a veces soy muy poco clara y fuu...).
    En fin, me gusto ese toque de que al final salen todos los conocidos de Kaname y... ¡Dios Kaname! Siiii! Aunque suene raro y lo puedan considerar como la peor escorida adoro e éste tipo, no me preguntes porque solo me gusta.

    En fin, avísame cuando esté la conti.

    Sayito!
     
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    Modytec

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    Gracias por su lectura, saludos a Kuran Yuuki y agradezco a Kohome por sus consejos, me sirvieron ya que me había olvidado por completo de algunas cosas :)

    Les traígo la continuación del FIC, procuro actualizar diariamente ya que no me gusta leer un fic y luego esperar mucho la continuación, luego hasta se me olvida de que se trata jejeje. Sin más preámbulos al capitulo 2 ;)


    CAP. 2 La promesa

    Los pájaros ya cantaban sus melodías diurnas y el sol orgulloso deslumbraba en el amanecer, de nuevo comenzaba la vida diaria en la mansión Kuran, Yuuki salió corriendo para sus clases de universidad, había retomado la preparatoria y posteriormente apenas comenzaba con lo que marcaría su futuro, decidió convertirse en enfermera para poder dar apoyo a la gente necesitada.

    Ya habían pasado tres semanas desde la celebración pacifista entre vampiros y humanos, desde entonces todo había sido ocupaciones escolares, de índole diplomática con el consejo y cazadores y solo pequeños espacios para su amado Zero, quien por cierto esa noche dijo tenerle una sorpresa preparada.

    Mientras tanto lejos de ahí Kaname Kuran seguía en su letargo.

    –Kaname – El joven y atractivo vampiro de ojos chocolate escuchó su nombre de labios de Ichijo pero no hizo ni el más mínimo movimiento.

    Ichijo suspiró, ya se había cansado de que no quedará ni la sombra de su viejo amigo y tenía que poner fin a esto, apretó los puños y decidido alzó la voz un poco – Kaname todo este tiempo he permanecido tras de ti sin decir nada, sabiendo lo que sufres, conmigo no tienes que fingir; pero también tienes que saber que no puedo verte así ni un momento más. Lo que hiciste es un acto de admiración pero por eso mismo ¿mereces ser tratado como un traídor? ¿mereces que estés… no, merecemos estar muertos para el mundo?

    Con una mirada insípida Kaname viro de reojo a Ichijo – no te obligue a nada Ichijo, eres libre de regresar e inventar cualquier cosa para justificar el porque de tu ausencia

    –Kaname me conoces bien y sabes porque lo digo – ahora la mirada furtiva de Ichijo se clavo sobre Kaname

    –Mmm – solo ese leve murmullo de conformidad fue la respuesta del pura sangre

    Ichijo ya no pudo más, se acercó hasta su amigo y le soltó una bofetada – esta bien, piérdete en lo hondo de tu miserable pena y llévate a Ruka y Kain arrastrados en ella, de mí no te preocupes porque sabes que estaré contigo hasta las últimas consecuencias a pesar de que eres un egoísta contigo y con todos

    Kaname se sorprendió, su amigo jamás había hecho algo como marcar su rostro, realmente estaba enojado, las palabras duras de su boca le abrieron un vuelco en el corazón ¿acaso su amigo estaba sufriendo tanto por su causa? ¿de verdad no había podido ver todo eso por sumergirse en su pena de estar sin Yuuki para siempre?

    Mil cosas pasaron con su mente como un torbellino, desde aquellos días en que estaba en la escuela de Kaien Cross, hasta las últimas acciones a las que tuvo que llegar con tal de salvar a la humanidad. Fue como si la mano de Ichijo golpeando su cara le hubiera refrescado cada memoria, es cierto, había desaparecido de todos porque mato a muchos vampiros y sangre pura, pero fue callando que querían destruir la humanidad con su dominio y que él solo quería salvarla, ahora Rido Kuran estaba muerto y todos celebraban la paz ¿y que pasaba con su propia paz?

    No había existido un día que viviera en paz, no hubo manera de seguir siendo el mismo después de su decisión, además como lastimaba su alma el recordar que la propia Yuuki, su amada Yuuki, le había intentando matar con Artemis y luego, luego de esa mísera y pequeña sensación de resentimiento venía una ola de amargura que decía a su interior "lo hizo porque tu mismo le hiciste creer que eras malo"

    Saliendo del remolino de ideas en que se encontraba, se levanto del sillón viejo donde permanecía sentado y dando la espalda a Ichijo camino unos pasos.

    –Ichijo perdóname, nunca pensé que ustedes estaban sintiéndose de esta manera
    En el acto se esfumo de lugar tan rápido que Ichijo ni siquiera pudo ver cuando la puerta fue abierta


    El enorme reloj de péndulo crujía de un lado a otro mientras anunciaba las diez campanadas nocturnas, ya todo estaba quieto en la mansión Kuran y la servidumbre descansaba en sus aposentos, solo dos jóvenes amantes solitarios cometían el pecado del bullicio con sus risas traviesas.

    –De verdad que me sorprendiste con este detalle Zero – Yuuki miraba al vampiro con dulzura, ambos estaban en una mesa en el jardín a la luz de las velas, habían tenido una cena con sangre donada por los humanos, esa fue una de las voluntades propuestas por los cazadores como honor a la tregua, claro siempre y cuando los humanos quisieran

    –Yuuki – le dijo él muy serio, con mirada penetrante dirigida directo a sus ojos cafés

    Ella se quedo pasmada viéndolo, esa noche lucía diferente, especial, como un ángel bajado del cielo solo para ella y dentro de su corazón sentía el latir a mil por hora.

    –Yuuki – volvió a decir Zero como si en ese solo repetir de palabras estuviera clavando cientos de sentimientos solo para la sangre pura

    – ¿Si Zero? – profirió finalmente Yuuki en una voz que sonó a melodía de enamorados

    –Tengo algo que decirte, pero no se como – Zero agacho la mirada ¿a caso no podía de dejar de ser ese idiota que todo se reservaba por miedo a ser lastimado y por ese orgullo en su interior?

    –Te escucho – asintió Yuuki con la cabeza sin prestar demasiada atención a la última frase

    –Yuuki no se si esto es muy apresurado, lo platique con Kaien y él me animo, aunque bueno yo le dije que no, luego él que si y yo otra vez no, él otra vez, sí, sí y yo otra vez no, no y…

    Yuuki estaba apunto de asesinarlo con la mirada –Zero por favor ¿vas a decirme algo o no? – luego hizo un puchero como una niña pequeña

    Ambos se quedaron viendo y rieron divertidos por como estaban sucediendo las cosas, un tema llevo a otro y acabaron contando cosas de tiempos pasados en las que iban juntos a la escuela de Kaien, reían a carcajadas y comenzaron a bromear de muchas cosas al respecto

    –Sí, que tiempos aquellos Zero, aún recuerdo que ese día terminaste lavando los baños como castigo jajaja

    Zero vio con cara de enojo a Yuuki

    –Yuuki…

    Luego rieron de nuevo, Yuuki seguía sonriendo cuando él se puso de nuevo muy serio

    –Yuuki… ¿quieres casarte conmigo?

    Las risita de Yuuki se torno silencio total

    –Ze… Ze… Zero – solo eso atinó a decir al no poder articular palabra tras recibir la noticia

    Al ver esta reacción Zero intento dirigir la situación –perdón si es muy apresurado, yo entiendo, creo que me precipite además…

    Fue interrumpido por Yuuki quien tenía las mejillas totalmente rosadas – no creo que te precipitaras, me sorprende la noticia, pero… pero…

    El peligroso silencio hacía que Zero sudara frío, apretaba los puños para no sentirse golpeado por una mala respuesta

    –Pero sería un honor para mi ser tu esposa – el rojo carmesí cubría todo su rostro y desvió la mirada un poco al ver que Zero la veía fijo y con una inmensa expresión de felicidad que aunque intentaba ocultar le salía a simple vista

    –Yuuki – pronunció el nombre de la pura sangre con vehemencia y se levanto de su silla para abrazarla fuerte y delicadamente a la vez

    No hubo más palabras, ambos se vieron a los ojos algo apenados y fusionaron sus labios nuevamente en un beso que transmitía todos sus sentimientos. Después de un rato retomaron su dialogo

    – Quiero prometerte algo Yuuki

    – Dime – decía ella mientras se recargaba sobre su pecho, seguían abrazados

    – Pase lo que pase siempre vas a ser lo más importante para mí, así que nunca te dejaré

    Yuuki sonrió ante el comentario –Zero también te lo prometo, te prometo que jamás te dejaré porque no habrá alguien más en esta tierra que pueda cambiar este sentimiento tan intenso que siento por ti – la vaga idea de una figura masculina apareció en su mente, ya no estaba, así que de igual forma se desvaneció, ahora solo existía para ella Zero.



    Ichijo estaba muy preocupado porque Kaname no había regresado desde la mañana, estaba apunto de ir a buscarlo, Ruka estaba fuera de la cabaña aún a pesar del intenso frío esperando al vampiro que pese a todo vivía en su corazón y Kain en la puerta veía metros más adelante a la preocupada vampireza quien abogaba por el regreso de Kaname.

    "Voy a buscarlo" se dijo así mismo Ichijo que no podía más con la espera, en eso vio venir a Ruka hacía la cabaña gritando – ¡Kaname-sama volvió, volvió! – lo gritaba con gran alegría e Ichijo sintió un alivio tremendo, los tres vampiros en espera lo sintieron

    – ¡Kaname como te atreves! – fue el primer reproche que le hizo su mejor amigo al verlo entrar en la cabaña detrás de Ruka y Kain

    –Lo siento Ichijo – contestó Kaname con una ligera sonrisa que impresiono a todos los presentes, después de dos años finalmente volvía sonreír, había salido un Kaname pero había regresado otro, era un Kaname recuperado, con su mirada dulzona y misteriosa como siempre, con amabilidad en su rostro y con pureza en su sola presencia

    Nadie se animó a preguntar en donde estaba por miedo a romper esa magia de su antiguo príncipe sangre pura, pero pareciendo adivinar sus pensamientos Kaname mismo siguió la conversación – por fin fui a enfrentar el pasado – hizo una pausa – y mi primer enfrentamiento fue con un viejo amigo, con Kaien Cross



    Ya era pasada la media noche y la luz de las velas se consumía encendida en un añejo despacho de la academia Cross, Kaien daba vueltas y vueltas de un lado a otro yendo de la entrada hasta la pared más lejana, no podía creerlo, aún no podía creer lo que había visto, más bien "a quien había visto" hablaba en voz alta para si mismo como si desvariara

    –Kaname no puedo creer que estés vivo – sus pensamientos no dejaban de girar en su conversación con él «apenas puedo creer lo que me contaste, todo este tiempo estuviste fingiendo para salvarnos a todos y nosotros que mal te hemos pagado»

    Luego un pensamiento se apodero de su mente "Yuuki"
    – Yuuki, ¿cómo ves a reaccionar cuando te enteres de que Kaname esta vivo? –«Después de todo ella no ha podido vivir en paz desde que piensa que mato a su propio hermano, espero que Kaname pronto se decida a regresar y a confesarte que esta vivo, ambos se lo merecen para vivir tranquilos»
     
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    Kohome

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    ¡Ay no!
    Ésto se va a poner feo, realmente feo, horrible... ¡no!
    A ver si mi predicción es cierta: Kaname va a volver con Yuuki para demostrarle que está vivo, Yuuki se va a volver a confundir respecto a sus sentimientos, Kaname va a encontrarse con Zero y se va a enterar de que él y Yuuki están comprometidos, Yuuki va a volver a ser la misma niña incapaz de decidir y Zero se va a entristecer por ello, su corazón (el de cualquiera de los dos) se va a llenar de remormidimiento, y hasta podría llegar a ser como Rido... *respira* O no tengo idea...

    Jajaja, lo se pensarás que estoy loca o algo así...
    Lo que si creo, esque hay mucho Ooc en Zero, ya que ni en sus mejores tiempos con Yuuki era tan tierno, pues, digo que puede ser tierno a su manera, con ese tono siempre frío y esa actitud misteriosa. Ya que ese es Zero, aunque si, supongo que debe ser complicado.
    Otra cosa: ¿el manga que te estás leyendo está traducido en otro idioma o sabes japonés? Esque el que estoy leyendo no ha llegado hasta la muerte de Kaname, ni mucho menos a que todos creen que su fin era acabar con la humanidad y bla bla bla... por lo que me asombró.

    En fin, avísame cuando esté la conti... ¡que tierno Zero! ¡Le pidió matrimonio! ^^

    Sayito!
     
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    Modytec

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    Hola Kohome, en realida nop, todo eso de que se muere supuestamente y por el bienestar de la humanidad es cosa de mi maquiavelica mente jejeje; hasta donde va el manga es donde Yuuki le dice a Kaname que sería ella la que se lo va a escabechar (matar) con Artemis si fuera necesario (aunque esto Kaname se lo pidio alguna vez) y obviamente Kaname se esta portando muy mal. :(
    (Me quiero imaginar que en realidad Kaname tiene planes para ayudar a todos quienes le importan pero que tiene que fingir para ello) no se japones, pero lo he visto en inglés :)
    De ahí es donde viene parte de mi historia.

    Saludos y nos vemos por aquí pronto.
     
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    Hola de nuevo, aquí esta la continuación, espero sea de su agrado.

    CAP. 3 El mismo de siempre

    –Yuuki – «esa voz… ¿Kaname?»

    –Kaname, Kaname, ¿dónde estas? – «esta tan obscuro y lleno de niebla que no logro verlo» –Kanameeeee – « ¡al fin! al fin lo vuelvo a ver »

    Yuuki corría hacía Kaname pero él se alejaba más y más entre la niebla nocturna –Kaname no te vayas por favor, no me dejes – « ¿qué es esto? sangre, es la sangre de Kaname, yo lo maté, ¿por qué? » la sangre rondaba todo el lugar, Kaname se había esfumado pero Yuuki estaba cubierta de sangre en toda su bata que alguna vez fue blanca y que ahora tenía el color carmín por doquier, su desesperación se torno negra, tanto que sentía morir en vida «yo no quería matarte» comenzó a llorar y gritar de dolor.

    –Kanameeee – la voz retumbo en la habitación, Yuuki despertó bañada en sudor, las lágrimas realmente recorrían su rostro hasta dejarle un sabor salino en su boca «la misma pesadilla, una y otra vez.»
    Estaba cansada física y espiritualmente, a veces sentía que se iba a quebrar en mil pedazos, sino fuera por el apoyo de Zero no podría seguir adelante.

    La madrugada estaba tocando su fin dando paso a un nuevo y fresco amanecer.

    –Buenos días my lady

    –Buen día Himeko – Yuuki le sonrió a su mucama de mayor confianza

    –Parece ser que la mansión Kuran esta llena de vida en estos últimos tiempos y por supuesto de festejos, ¿recuerda que día es la próxima semana?

    –Nunca lo olvidaría, es el día del baile de caridad, ¿esta todo preparado?

    –Por supuesto y ya han confirmado varios de los más ricos señores y señoras, será un gran éxito

    – ¡Que bien! Espero que sea tan buena fiesta como la celebración de hace dos meses en honor a la paz entre nosotros y los humanos –la sangre pura sonrió complacida.



    En la ciudad se podía ver caminar a una persona encapuchada que caminaba sigilosamente tratando de pasar desapercibido, llegó a un callejón poco iluminado por los rayos solares y tocó una puerta un par de veces en signo de cierta contraseña, después de que un ojo viera a través de un visor de la puerta, le fue abierta; se escuchaba el crujir de la vieja madera, inmediatamente el hombre entró y cerró con un golpe seco.

    Alguien ya lo esperaba – ¿Y bien?

    –La clave es el baile de caridad de la princesa Kuran, estarán los personajes más ricos de la ciudad, unos cuantos pura sangre, muchos humanos, pocos vampiros, oportunidad perfecta para atacar.

    -¡Excelente! Si creían que todo había terminado con la muerte de nuestra querida Sara y de Rido, estaban muy equivocados.

    En tanto en otro lugar se desarrollaba otro escenario.

    – ¿Estas preocupada por él?

    – Un poco Kain, pero se que estará bien.

    Kain coloco su mano delicadamente en el rostro de Ruka y la acarició desde el inicio de su mejilla hasta llegar a su mentón, donde lo tomo con delicadeza – sabes que cuentas conmigo hasta el final ¿verdad? –

    Este acto hizo que Ruka se ruborizara un poco, asintió con la cabeza, recordó aquella vez en que Kain la beso en los labios, justo cuando se interpuso entre Kaname y Zero en el momento en que pensaba en que Kaname había rebasado los límites de todo lo que estaba haciendo. Se acordó también de la confesión de Kain hacía ella.

    –Se que estará bien, Kaname es muy fuerte después de todo.

    Kaname estaba en otra habitación de la casa en la que actualmente se estaban hospedando, la cual estaba a las afueras de la ciudad. La tarde caía y permanecía algo inquieto, en apariencia frío y calculador, pero tenía un extraño presentimiento. Repentinamente el intenso olor a sangre llego hasta su nariz y se dio cuenta de que algo malo estaba sucediendo.

    –¡Kaname-sama! – eso fue lo único que alcanzo a decir Ruka al percatarse del aroma, Kaname ya estaba saliendo dirigiéndose seguramente al lugar de donde provenía el intenso hedor.


    Los fuertes sonidos de las balas se escuchaban por doquier atacando sin cesar decenas de vampiros de nivel E cuyo objetivo solo era beber la sangre que los llamaba hasta el punto de ser tan banales como un puro animal. En un dos por tres varias decenas cayeron ante las habilidosas manos que sostenían las armas atacantes.

    Los disparos parecían perderse en medio de ese oscuro y subterráneo lugar lleno de humedad, lodo y suciedad. Sin proferir un solo sonido en sus labios, Zero se encargaba de destruir a las aberrantes bestias que habían destrozado varios humanos en un santiamén. Una sombra tenebrosa se acerco repentinamente con intención de atacarlo.

    –¿Quién eres? – fue la pregunta obligada del vampiro peliplateado.

    –Yo debería preguntarte más bien ¿Quién eres tu y qué quieres de nosotros?

    –¡Bastardo! Y todavía lo preguntas después de que tus sirvientes hicieran esta barbarie ¡crees que lo iba a permitir!

    Las balas se escucharon sonar de nuevo en dirección a donde se distinguía la voz del personaje misterioso.

    –Ya te reconocí eres ese muchacho, el de los gemelos, Zero Kiryuu – dijo desafiante la voz aún si mostrarse claramente la identidad del personaje que se ocultaba entre la penumbra – me gustaría jugar contigo ¿quieres? Jm, jm, jm – le comentó en tono burlón.


    – ¡Noooooooo! – el gritó desgarrador de una pequeña de aproximadamente ocho años se escucho retumbar en la callejuela solitaria, estaba presa del pánico y literalmente se convertiría en la comida de un nivel E el cual se abalanzo sobre ella.

    Se escucho el fuerte sonido de un rápido movimiento mortal y luego un quejido y un silencio solo interrumpido por el chorrear de gotas de sangre. Unos ojos chocolate se posaron sobre los de la asustadiza niña que contemplaba la escena con horror.

    – ¿Estás bien? – se dirigió secamente a la infante

    Ella asintió con lágrimas en los ojos – ¿dónde están tus padres?

    Esta pregunta regreso la angustia de la pequeña – ¡por favor ayúdela! – Sollozaba sin parar – mi mamá, se la llevo uno de ellos hacía allá – dijo señalando una coladera destapada de la angosta calle.

    –Corre a tu casa o volverán por ti – dicha esta orden Kaname se adentro por el agujero que llevaba a los conductos del drenaje

    Zero estaba cansado de perseguir al vampiro misterioso que lo provocaba con palabras, el enojo lo consumía – ¡vas a morir aquí mismo! – continuaba tras de él ya que había huido del lugar donde estaban a través de todo el bajo mundo de los desagües.

    Kaname se había topado con varios grupos de vampiros nivel E que habían succionado hasta la última gota de varios humanos, se preguntaba sobre que era lo que sucedía ¿acaso no había ya terminado toda esa historia con los nivel E?

    –Zero ya me canse de jugar contigo ¿Quién matará a quién? – volvió a repetir burlón mientras un grupo de vampiros se le unían, al fin mostraba la cara, era un vampiro alto del pálido color característico, ojos rojizos y cabellos castaño claro.

    Sin contestar nada Zero sonrió y comenzó a pelar con todos a la vez con la energía y terquedad que lo caracterizaba. Después de un rato de un parejo encuentro entre el grupo de vampiros y él uno de ellos venía de alguna parte a toda velocidad inquieto.

    –Mi señor, mi señor Shindo, han destruido la mayoría de nuestro nivel E

    Zero puso atención en el nombre ¿Shindo? Nunca había escuchado ese nombre.

    – ¿Quién ha sido? – gritó molesto por la interrupción el encapuchado que parecía jefe de todos y que venía enfrentándose desde hacía rato con Zero.

    –No lo sé pero viene directo hacía acá y… – no terminó de decir esto cuando sintió que un fuerte golpe atravesaba todo su cuerpo, y no se equivoco, pudo ver ante sus propios ojos una mano que venía desde su espalda hasta su frente la cual traía su propio corazón aún latiente, visto esto cayo aniquilado.

    – ¡Infeliz! – Shindo estaba realmente enojado – ¡¿cómo te atreves?! – le reclamó al causante de la muerte de uno de sus valiosos sirvientes aún sin verlo bien por la oscuridad propia del lugar y en su distracción una bala de plata entro directo en su costado, había descuidado la guardia, debido a esto se desvaneció del lugar sin dejar rastro y sin dar tiempo a nada a los presentes, de igual forma lo hicieron el resto de los vampiros a excepción de dos de ellos.

    «Ese repulsivo olor» Zero analizaba a quien pertenecía el olor que estaba olfateando, le sonaba tan familiar, pero sin importar de quien fuera, recargó ágilmente sus pistolas y apunto directo al vampiro cubierto entre las sombras subterráneas.

    No recibió respuesta de ataque ni palabra alguna de su adversario pero sin esperarla disparo tan rápido como su supuesto contrincante esquivo las balas y parecía intentar huir.

    "Esta vez no" pensó Zero recordando como tuvo que perseguir a Shindo y en un ágil movimiento vampirico ya estaba justo en frente de su adversario apuntando el arma bajo su mentón, pero al ver su rostro más de cerca con la poca luz que se colaba justo encima de una rendija sobre ellos quedo perplejo y sus ojos se abrieron de asombro al máximo. "Kaname" fue su único pensamiento pero no profirió sonido.

    –¡Zero! – el pura sangre pareció contestarle como si hubiera escuchado su nombre

    Era difícil digerir la existencia de Kaname quien debía estar muerto – ¿así que eres el responsable de toda esta escoria? – ese fue el saludo de Zero disparando su arma, mientras que Kaname se defendió desviando su mano.

    –No puedes afirmar eso – ahora Kaname lo acorralo contra la pared golpeándolo en el frío cemento de la misma, ambos tenían un duelo de miradas asesinas; Zero amenazaba de muerte al príncipe pura sangre con magnifica precisión y Kaname a su vez correspondía con una pose perfecta para terminar con la vida del vampiro.

    –Zero no tengo intención de venir a matarte ni tampoco dejaré que tu lo hagas, sigue tu camino y como sino nos hubiéramos visto

    Zero no podía hacer eso, ¿después de todo lo malo que hizo se atrevía a decir eso? Habilidosamente ambos se zafaron de su yugo y Zero disparó pero Kaname más rápido que la luz había hecho su acostumbrada desaparición.



    Yuuki esperaba impaciente la llegada de Zero, había quedado de ir a verla ese día a cierta hora pero era tarde y no llegaba, como invocándolo en sus pensamientos apareció como un fantasma a lo lejos.

    –Zero – le gritó ella a la distancia haciendo un saludo con su mano derecha levantada, Zero simplemente venía sin un gesto o movimiento caminando firmemente

    Cuando llego junto a Yuuki lo reprendió un poco – ¡Zero me tenías preocupada! ¿Dónde estabas? – esperó recibir respuesta y así fue

    –Por ahí, ¿cómo esta todo aquí? – su voz era seca, tanto como, como si fuera aquel Zero de hace tanto tiempo.

    –Bien, todos estamos bien ¿por qué la pregunta? – Yuuki estaba intrigada de ese comportamiento, sin sorprenderle demasiado porque ya sabía de esa faceta en él.

    –Por nada – ni siquiera la miraba directo a los ojos, su mirada era tan inexpresiva, misteriosa, como solo él sabía tenerla; su actitud igual. Por un momento Yuuki sintió miedo, miedo de perder a ese Zero que tanto le había costado lograr sacar de su caparazón, un par de meses atrás sabría que era normal ¿pero ahora donde estaba su amado Zero, ese atento dueño de su corazón?

    – ¿Zero sucede algo? – Yuuki intentaba ver un brillo en sus ojos, algo que le dijera que todo estaba bien.

    No hubo respuesta ni física ni verbal, el mismo Zero que ni ella misma comprendía estaba ahí. Y en lugar de palabras fue acorralada en una esquina del recibidor hábilmente por Zero, él tomo sus brazos y los tenía agarrados hacía lo alto y pegados con la pared, como si fuera su presa y su cara estaba muy cerca de ella. Eso la ruborizo.

    – Zero – atinó a mencionar su nombre sintiendo el calor subir en su cuerpo, él olfateó sus cabellos y se dejo llevar por el deseo de la sangre, sin previo aviso clavó sus afilados colmillos en su cuello para comenzar a succionar el líquido del que era cautivo.

    Yuuki no dijo más, dejó que saciara su sed de sangre, pero no estaba feliz, estaba algo triste de ver la sombra de ese Zero solitario, ese hombre que parecía un secreto en ese momento se convertía de nuevo en el indescifrable código que pensó haber descubierto.

    Una vez que terminó su labor pareció regresar a la realidad, pero no a la misma que Yuuki, no a su actual realidad. Era el Zero arrepentido de tomar la sangre de Yuuki pero que seguía con aquel rostro inexpresivo y duro de carácter, así pudo describirlo la pura sangre en su mente.

    –Descansa Yuuki – era la coronación de su repentino cambio nuevamente, luego se fue como alma que se lleva el demonio. Ella no contesto la despedida, aún no asimilaba que sucedía con Zero, noches antes le había pedido ser su esposa, habían disfrutado juntos, le había abierto su corazón, su mente y sus palabras y ahora volvía a cerrar todo de nuevo.

    Duro tan poco el tiempo feliz ¿acaso eso era lo que pasaba? Zero tenía solo seis meses de haber decidido ser él que era por ella y ahora volvía a dejarla ahí con su corazón oprimido y sin respuesta.


    Zero caminaba sin sentido vagando y pensando en la solitaria noche, sintió que había descuidado todo por ser aquel por el que Yuuki… No terminó su pensamiento, no más, ahora más que nunca tenía que volver a ser quien fue, quien él creía que era a fin de cuentas.

    – ¡Kaname! ¡No descansaré hasta destruirte con mis propias manos!
     
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    Kohome

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    :O ¡que genial!
    Dios Zero recuperó su actitud cortante y misteriosa... uuuh... ésto se pone bueno, alguien planea destruir a Yuuki y a muchos de los que asistan a la fiesta.. ¿sera Shinom? O.O eso sería genial.

    Aunque, aún te falta una que otra comita por ahí jejeje. Pero la verdad son insignificantes.
    Pobre Yuuki, ha de estar confunfida. Y peor aún cuando se encuentre de nuevo con Kaname ¡dios quiero ver eso!

    Avísame cuando esté la conti, va muuuuy interesante *u*

    Sayito!
     
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    Modytec

    Modytec Iniciado

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    Buen día, traigo la continuación del fic más temprano porque hoy nos vamos de festejo en el trabajo :)
    Sorry con las comas, luego me voy largo y tendido jejeje. Y si ven alguna faltilla de ortografía hoy si fue algo apresurado por mis pendientes.

    Saludos.

    CAP. 4 El hombre misterioso


    Se alineaba su traje blanco como la luna y el toque final fue colocarse una máscara dorada en el rostro que lo cubría por completo, ¡estaba preparado!


    La noche llegó apresuradamente ansiosa del festejo de la mansión Kuran, muchos invitados habían llegado, todos lucían máscaras y antifaces diversos, unos muy sencillos, otros muy creativos y coloridos.

    – ¿Lista señorita?

    –Estoy lista Himeko – Yuuki traía puesto un exquisito vestido rojo oscuro intenso, el cual era de una tela sedosa que caía en una crinolina de la cintura hasta un poco más de arriba de la rodilla y en la parte de arriba era ajustado, marcando su figura. En la cabeza llevaba un rosa roja adornando sus cabellos sueltos y para coronar se puso un antifaz plateado con brillos destellantes ¡estaba lista para el baile de mascaras de caridad!

    –Zero – Yuuki sonrió al peliplateado pero él seguía con su careta seria.
    La pura sangre suspiró, no sabía como acercarse a Zero desde aquella noche.

    La finalidad de ese festejo era conseguir fondos de gente adinerada para repartir entre las partes más pobres del lugar, así que se concentro en su tarea y en atender a los invitados alegremente, la subasta comenzaría pronto y todo debía estar en su lugar.

    Zero permanecía en guardia como esperando que algo malo sucediera, tenía un mal presentimiento y además desde que supo que Kaname seguía vivo permanecía alerta.

    Todo iba normal, la subasta transcurrió maravillosamente y había mucho dinero recaudado.

    –Bien, hemos concluido la subastas señores, tomaremos un descanso para aperturar el gran baile de esta noche – la voz del interlocutor lucía alegre

    – ¿Dónde estará Zero? – el vampiro había desaparecido de la vista de Yuuki hacía bastante rato, ella no sabía que tenía otra ocupación.

    – ¡lo sabía ustedes también! ¿Dónde esta? – Zero apuntaba amenazante a Ruka y Kain quienes estaban en el jardín de la mansión sin máscaras, arreglados de gala para la ocasión.

    –Él nos mando quiere hablar contigo de algo muy importante, esta cerca de aquí – Ruka lo invitaba a seguirlos, el joven de ojos púrpura los siguió desconfiado con la guardia en alto.

    Mientras tanto en la fiesta todos bailaban contentos, había varias parejas y otros más conversaban tranquilamente en grupos, Yuuki estaba sentada en una silla de las que estaban alrededor de todo el amplio recibidor de la mansión Kuran, su rostro denotaba algo de tristeza, estaba sumergida en sus pensamientos cuando repentinamente una mano cubierta con un guante blanco parecía pedirle que le concediera la hermosa pieza de baile que comenzaba.

    – ¿Qué hace una mujer tan bella sola en este lugar? – la voz era tan familiar, era tan parecida a él que le retumbo el corazón.

    Por inercia tomo su mano y sintió una tranquilidad hace mucho no sentida en su alma, ambos comenzaron a bailar.

    Yuuki no se animaba a decir nada, ¿qué le diría a un extraño? Pero tampoco estaba tranquila, tenía ganas de interrogarle mil cosas. Esa voz juraría que era la de él, no, eso era imposible, pero, ¿y ese aroma tan particular? ¿Quién estaba bajo la mascara dorada? Se armo de valor para hablar.

    – ¿Puedo preguntar su nombre?

    –Riku Yamato

    El silencio continuó prolongado junto con aquella pieza de baile, Yuuki de alguna forma extraña deseaba que no terminara el momento, estaba bailando una canción muy amena y de tono romántico pegada al cuerpo de un desconocido que le provocaba una enorme sensación de… ¿de qué era esa sensación? ¿de beber su sangre? ¿pero por qué?

    Zero corría de regreso a la mansión, como lo sospechaba fue una trampa de Ruka y Kain, Kaname debía estar en la mansión Kuran en ese momento.

    Mientras tanto un grupo de vampiros muy fuertes y una horda de vampiros de nivel E llegaba a la mansión por todos lados para un ataque furtivo. Los pocos vampiros que había se percataron inmediatamente de las presencias y sin tiempo de nada, la enorme lámpara de cristal cortado colgada en el techo cayó intempestivamente en medio del recibidor, causando un gran estruendo que alerto a todos los presentes.

    Casi en medio de la oscuridad comenzó el ataque, Yuuki se distrajo brevemente mirando lo que sucedía, al voltear de nuevo a su lado se dio cuenta de que ya no estaba el hombre enmascarado. Sin tiempo para pensar en más se comenzó a defender y a tratar de defender a los humanos junto con otros vampiros invitados a la fiesta; empezó una masacre de sangre de parte de los nivel E y de varios de sus mandatarios más fuertes, los humanos salían huyendo despavoridos, por lo menos los que podían.

    Kaname que estaba bajo la mascara dorada también empezó a defenderse, aunque no como normalmente lo haría, tenía que pasar desapercibido o todos se darían cuenta que era él. Zero llegó a la mansión para toparse con esto y empezó la lucha encarnizada contra los intrusos que invadían por doquier.

    Entre el barullo Zero se encontró cerca del peculiar aroma de Kaname y supo de inmediato que estaba bajo aquel atuendo blanco y esa mascara dorada.

    – ¡Tú! – seguía disparando contra vampiros mientras despectivamente se dirigía a Kaname

    –No es momento – fue la atinada contestación ya que Kaname también se la estaba viendo difícil para no llamar la atención y atacar a la vez, seguían llegando interminables filas de nivel E atacando todo a su paso. Ambos tuvieron que olvidarse de ellos mismos para continuar con la defensa.

    «Yuuki» el vampiro de cabellos platinados corrió por todo el lugar buscando a la sangre pura. Un grupo de los más poderosos atacantes estaban en ese momento peleando contra la princesa Kuran, quien tenía dificultad para defenderse sin más armas que sus propias habilidades.
    Zero localizó la situación de la joven Kuran y ágilmente se dirigió hacía la entrada de un sótano, más veloz que el relampagueo de un rayo estaba de regreso con algo que estaba dañándole, sin importarle el dolor llego hasta donde se encontraba Yuuki.

    –Yuuki – la nombró y ella en el acto giró hacía él aliviada de tenerlo cerca, pero se topo con su peor pesadilla "Artemis", desde aquel día jamás la había vuelto a ver ni tocar, decidió abandonarla en aquel oscuro rincón de la casa porque traía a su espíritu como una fresca flor el dolor que jamás podría superar.

    – ¡Aléjala! – gritó al tiempo que un vampiro le dio un ataque directo en su descuido, causándole daño y provocando que un hilo de sangre recorriera desde su hombro hasta la punta de sus dedos.

    –Tienes que afrontarlo – le indicó imperativamente al tiempo que aventaba el arma hasta ella, Yuuki no sabía que hacer, si tomar el arma, si dejarla caer, si continuar su batalla, si derrumbarse ahí mismo; pero la fuerza dentro de ella la hizo reaccionar y darse cuenta de que sino lo hacía todos iban a morir. En un acto reflejo ya tenía en sus manos a Artemis e inmediatamente se pudo deshacer del vampiro que la había lastimado.


    Esa madrugada había luna menguante y todo lucía opaco, la batalla había terminado y la mansión Kuran se quedo en una afonía triste, varios humanos habían sido convertidos a nivel E y tuvieron que ser destruidos, otros fueron asesinados, también había bajas de algunos de los invitados vampiros. Yuuki permanecía sentada en un rincón de la escalera, cabizbaja por todo lo sucedido.

    Zero no le decía nada estaba en el lado opuesto de la escalera, al inicio de la misma, se recargaba en el barandal con los brazos cruzados, pensativo de lo que paso, recordaba al personaje del subterráneo, a Shindo, además tampoco se podía quitar de la mente a Kaname ¿sería él quien causo todo eso? No sería la primera vez, se haría pasar por "inocente" como parte del festejo y hasta podría haber fingido la lucha contra los vampiros.

    –Zero si me disculpas – estaba insinuando que se iba a descansar

    Zero no le contesto, se limitó a verla de reojo levantarse, subir el resto de la escalera y perderse en el pasillo que la llevaría a su cuarto.

    Yuuki entró a su cuarto, cerro la puerta con su propio peso recargándose en la misma, una vez que escucho el sonido de la cerradura dando el habitual clic, se tiró en la cama boca abajo, tenía tantas ganas de llorar. Lo que para ella iba a ser una gran oportunidad de obtener dinero para la gente necesitada y de festejar alegremente se convirtió en una mortaja de sangre, sufrimiento y puerta de un nuevo enemigo.

    ¿Quién estaba detrás de todo esto? ¿Por qué lo haría? Aún podía recordar la retirada de los vampiros, el correr del rojo líquido por la casa, el descontrol de los mismos invitados vampiricos ante la sangre humana y todo el ataque. Fue peor cuando tuvieron que ocuparse de los cuerpos, ya casi amanecía, había sido una de sus peores noches desde hace tanto tiempo atrás.

    Oprimió la almohada y sin poder contenerse más se le salieron unas lágrimas rebeldes que ahogaba junto con los quejidos en la singular pieza de algodón. Su cabeza daba vueltas, había usado nuevamente ha Artemis, se enfrentó a sus miedos, a su pasado, todo en una noche. Luego de un rato se calmo un poco y su mente se divago hasta llegar a recordar detalles que pasaron con anterioridad a ese repentino asalto, ¿quién sería aquel hombre misterioso? se preguntó, fue tan cálido, el sueño pronto la venció hasta perder la conciencia.


    La mañana ya estaba en puerta así que pronto se alzaba el sol en el claro cielo diurno, las nubes blanquecinas coronaban alrededor y se podían escuchar los sonidos matutinos por doquier, caballos, gallos, vacas y más animales; así como el venir e ir de la gente en sus ocupaciones, una de las principales noticias circulando era el terrible acontecimiento de la noche anterior, había luto en muchas de las casas más ricas y las familias estaban desoladas.

    – ¿Estás seguro Kaname?

    –Si, estoy seguro, esto no ha terminado, seguimos enfrentándonos al mismo problema.

    –Kaname… – Ichijo no pudo decir más, Kaname supuestamente había terminado con todos cuantos querían dominar ganándose el rencor de todos ¿y para qué? Para que esa ola de maldad continuara imperante.

    Ichijo trato un poco de liberar la rigidez que causaba ese tema – ¿y bien?

    – ¿Um?

    –Sabes a lo que me refiero, no te hagas, pillo… – últimamente trataba de ser bromista con su mejor amigo para hacer todo más simple.

    Pero Kaname no parecía estar en la misma frecuencia, estaba preocupado, pensativo, como si lo único que importará ahora era destruir al enemigo. Ichijo entendió lo que significaba para Kaname, aunque este permaneciera en silencio, quería decir que todo su sacrificio había sido en vano.



    Yuuki abrió los ojos lentamente, las imágenes borrosas de la habitación tomaron forma cuando sus ojos estaban completamente despiertos.

    –Ya es tarde
    Se cambio de ropa velozmente y salió a enfrentar su realidad, la mansión esa mañana lucía limpia y reluciente, al bajar las escaleras no había rastros de sangre, todo estaba en su lugar, por lo menos lo que no fue quebrado el día anterior y la mansión Kuran brillaba por su calma. Una mucama la esperaba abajo.

    – ¡Buenos días my lady!

    –Buenos días – Yuuki apenas podía creer que estuviera en ese estado el lugar

    –Hemos ordenado todo y limpiamos lo más que pudimos, lamento mucho lo de ayer señorita Kuran

    Yuuki entendió que sus ayudantes estaban preocupados –gracias por todo, vamos a estar bien – fue lo único que atinó a contestar y fue dirigida al desayunador

    Zero entró en la mansión sin avisos, directo al comedor –¡Vamos! – fue su único saludo y tomó a Yuuki de la parte de atrás de su blusa en signos de llevársela casi arrastrando.

    –¡Zero! ¿qué te pasa Zero? suéltame – le decía divertida pues ya sabía que era lo que estaba sucediendo.

    –Iré mañana, por un día no me pasa nada – le guiño el ojo la pura sangre y la gélida mirada de Zero la asusto –Ze… Zero… ya entendí, si alcanzo las otras clases así que iré en un rato, je, je, je – estaba nerviosa –pero… – hizo una pausa – ¿pero que pasará con esto? – hacía referencia a la masiva arremetida anterior.

    –Ya lo resolveremos – sonaba convencido de lo que decía y esa gran seguridad alivió a Yuuki.

    –Zero… – Yuuki enrojeció un poco y se acercó a él, su intención era más que clara, iba a darle un beso, pero Zero no correspondió, se limito a darle la espalda y empezar a caminar –vamonos o se te hará más tarde, tenemos cosas que hacer

    No lo entendía ¿qué había hecho mal para que Zero se comportará así con ella? Intento entender y le sonrió, se volvió ha acercar a él y lo abrazo por la espalda, recargando su cabeza en la misma y circundando su cintura –Zero gracias por todo.

    Zero hizo una ligera expresión de agrado que Yuuki por supuesto no vio, puso su mano derecha sobre las de Yuuki que lo aprisionaba en el abrazo –De nada Yuuki – luego de eso volvió a su petición de irse por lo tarde que era. Yuuki sonrió feliz, si, al final de cuentas pasará lo que pasará ella conocía a Zero y ese siempre seguiría siendo su Zero.



    El reloj de la mansión Kuran anunciaba ya las doce de la noche con sus campanadas, fuera de esto lo demás era silencio abrumal, una sombra repentinamente irrumpió la calma a pasos sigilosos con dirección a la segunda planta.

    La ventana de la princesa Kuran se abrió de golpe dando paso a un helado viento, al sentir el brusco cambio de temperatura Yuuki volvió de los brazos de Morfeo, adormilada todavía abrió sus ojos para cerciorarse del porque el repentino frío helaba su delicada piel, pero en el acto no podía moverse, lo único que alcanzó a divisar fue algo sobre ella pero no distinguía bien que era ¿de quién se trataba? No podía mover su cuerpo, como si alguien más estuviera sosteniendo su peso sobre ella, sentía aprisionadas sus manos entre otras que las oprimían y la temperatura helada de la piel aún más que la suya.

    Quiso hablar pero de sus labios no salieron palabras, sentía que le faltaba un poco el aire, como si una poderosa droga estuviera en su torrente sanguíneo y frenara sus movimientos.

    –Yuuki – escuchó una voz nombrarle, definitivamente era otra persona, luego sintió el olfateo en su cuello, alguien aspiraba su olor vehementemente, sintió que una de sus manos dejo de ser aprisionada y pudo verla en el aire ¿qué estaba haciendo?

    Intento concentrar sus ojos para que vieran más de lo que hacían ahora y pudo distinguir el brillo de una máscara a la luz de la luna, que esa noche resplandecía al máximo. ¡Era la máscara dorada! ¡La de aquel hombre misterioso! sus mejillas enrojecieron un poco mientras aquel desconocido subió un poco su máscara para darle un beso en los labios, luego ambas manos recorrieron la silueta de su cuerpo.

    Pero había algo mal, esta vez no le estaba gustando ese roce, quería safarse de esa situación pero no podía, luego le entraba la duda ¿acaso había vuelto ese hombre misterioso? ¿quién era y que quería de ella? de pensar en ese momento en la fiesta, en aquellos ojos bajo la máscara, en la voz, en el aroma atrayente, entonces de nuevo le palpitaba el corazón queriendo que permaneciera ahí.



    –Kaname-sama – el joven pura sangre escucho su nombre

    –¿No puedes dormir Ruka?

    –No, estuve pensando en lo que paso ayer y no puedo conciliar el sueño

    Ruka se sentó cerca de Kaname y él veía a través de una ventana, su mente estaba pensativa en alguien muy diferente, "Yuuki" ¿cómo estaría ahora? recordó la noche anterior, se había detenido el tiempo para él, fue tan grato su aroma, su entallada figura, sus ojos bajo el antifaz, lucía tan… No se permitía siquiera completar sus pensamientos, después de todo ya tenían caminos separados y ahora él debía completar los cabos sueltos.

    –Voy a terminar finalmente todo esto, así de verdad mi vida se vaya en ello.
     
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    Hola. Me fui unos días de vacaciones jejeje, pero ya estoy de vuelta, traigo otro capitulo, espero sea de su agrado.

    CAP. 5 Un nuevo enemigo


    ¡Esta vez no vas a escapar el arma relucía como la plata recién pulida y literalmente contenía el preciado metal apuntando hacía cierto vampiro de ojos chocolate.

    Te lo dije la otra vez, no te daré el lujo de matarme cuando aún tengo muchas cosas por hacer mientras de su boca salían estas palabras, Kaname se preguntaba ¿cómo los había encontrado Zero?

    ¿Cómo cuales? Como destruir definitivamente a los sangre pura, entre ellos Yuuki

    Eso no es lo que quiero

    Eres un mentiroso ¿ahora planeas presentarte con Yuuki, decirle que estas vivo y arrepentido?

    Si eso es lo que te preocupa, ni siquiera sabrá de mi existencia a menos que tu se lo digas Kaname lo veía con una sonrisa irónica en el rostro

    No será necesario porque te mataré de una vez el arma del vampiro de ojos violeta se acciono pero el vampiro de cabellos castaños esquivo con facilidad.

    Ruuka y compañía aparecieron en defensa de Kaname.
    Ahora traes a tus sirvientes, eres un cobarde le replicaba Zero con rabia en sus ojos por el reciente ataque fallido.

    Pero Kaname hizo caso omiso de su comentario, creo que llevas las de perder así que es mejor que te des por vencido en un vaivén de ataques esquivados desapareció de su vista entre la distracción de Kain, Ichijo y Ruuka.

    Los tres vampiros estaban en posición de ataque contra Zero, pero este les dio la espalda, se colgó su saco en un movimiento de adelante hacía atrás, tendiéndolo en su hombro y sosteniéndolo con su mano izquierda, la mano derecha tenía el arma que apuntó minutos atrás al sangre pura, pero en posición relajada este asunto no es con ustedes, pero si quieren pelear no tengo problema

    La respuesta fue silencio prolongado Entiendo, solo díganle a Kaname que lo voy a encontrar y que aunque use a sus sirvientes lo mataré, solo es cuestión de tiempo

    Ruuka iba ha atacar, pero Kain interpuso su mano impidiéndole el paso, ella entendió que no era prudente hacer una locura en ese momento.


    Zero regresó a la mansión Kuran, tenía que hablar con Yuuki pero no sabía como hacerlo. Ella notaba la preocupación en el vampiro de cabellos plateados, aunque este último tenía su careta de frialdad en el rostro.

    –Yuuki – finalmente se atrevió a nombrarla

    –Dime Zero – estaba intrigada

    –Tienes que saber algo – los ojos violáceos del joven vampiro miraron directo a los de la pura sangre – tarde o temprano tenías que saberlo… – Estaba decidido le iba a decir que Kaname estaba vivo.



    El fuerte olor del alcohol mezclado salía de aquella pocilga maloliente, se podía sentir hasta la garganta arder el aroma del tabaco y el hedor ha podrido de una alcantarilla afuera del lugar; se trataba de una vieja taberna llena de bellacos de baja calaña.

    Parecía un festín privado, el cuidador de la puerta era un hombre corpulento y alto, capaz de infringir temor. La sombra de un hombre encapuchado de blanco se acerco poco a poco hasta toparse con el rufián que custodiaba la entrada a la taberna.

    – ¿Qué se te ofrece? – preguntó la tajante y ronca voz

    –Solo un trago – fue la respuesta tranquila de aquel misterioso caballero

    –Aquí no hay lugar para ti, lárgate

    –Insisto – el hombre misterioso se quito la capucha que cubría su cabeza, quedando al descubierto sus ojos tan intensos como el café, mientras afirmaba sus palabras mostrando un poco sus afilados colmillos –Necesito ver a tu jefe

    El guardia entendió que se trataba de un vampiro – ¿Quién lo busca? – le interrogo sin inmutarse, aún a sabiendas de que siendo humano podría ser asesinado por aquel vampiro.

    –Dile que es Kaname Kuran – fue su franca respuesta

    – ¿Kuran? – el apellido lo puso alerta de inmediato pero lo disimulo, – esta bien – hizo un chiflido y una señal con la mano, indicando a algún bribón de la taberna que se acercara a la entrada abierta y le susurró algo al oído, inmediatamente aquel joven rubio de ojos verduzcos se volvió a meter al lugar y se perdió entre la muchedumbre; Kaname supo que era un vampiro.
    El mismo hombre rubio regreso unos segundos después a la puerta – sígame – le dijo a Kaname que ahora cubría su cabeza nuevamente. En el interior de la taberna todos veían al intruso, unos curiosos, otros con recelo, nadie sabía a cierta ciencia de quien se trataba.

    Kaname percibió la mezcla de humanos y vampiros alcoholizados, varios de ellos con damas de compañía; en algunos rincones oscuros estaban las mujerzuelas extasiadas del hechizo vampirico, mientras su vida se iba lentamente en cada sorbo de sangre que ellos tomaban. Fue conducido hasta un cuarto que tenía unas escaleras, las cuales bajaban con poca luz hacía un lugar que desconocía.

    Pronto atravesó un pasillo casi a oscuras, finalmente llegó a una habitación con una puerta pesada de madera, que crujió al ser abierta por el ojos verdes. – Es aquí

    Kaname paso a la habitación y tras de él la puerta fue cerrada estrepitosamente, el vampiro ya no estaba con él, hubo un silencio y luego la luz de una vela se encendió, pudo ver entonces que estaba en una especie de oficina con un aroma a humedad.

    – Kaname Kuran – le llamó la voz de un vampiro de ojos rojizos, de inmediato lo reconoció, el vampiro se acercó a la luz de la vela, sentándose en la silla junto al escritorio que la tenía encima. – Cuando escuche el apellido Kuran al igual que mis fieles sirvientes, se me hizo demasiado raro, ¡un Kuran aquí! pensé, pero era imposible ya que solo hay una Kuran – pausó un momento –luego recordé al famoso Kaname Kuran, ¡al detestable Kuran!

    Kaname permanecía en silencio.

    –Ahora dime Kaname, si es que realmente sigues vivo y no eres un usurpador, ¿a qué ha venido el despreciable vampiro asesino de nuestra señora Sara y Rido Kuran?

    Kaname lo miró fijamente –¿Seguro que yo soy ese asesino? – le contestó desafiante

    – ¿De que hablas?

    –Hablo de que todo este tiempo han vivido engañados, ¿acaso no te haz preguntado quien es la verdadera amenaza? ¿Quién de verdad destruyo a los pura sangre y me quiso destruir a mi?

    – ¿A dónde quieres llegar?

    –A que te des cuenta de la verdad, piénsalo y medita ¿quién es ahora la que dirige a todos los vampiros? ¿Quién querría la muerte de los demás pura sangre para ese propósito

    El vampiro de cabellos castaños, abrió sus ojos con ligero asombro – ¡Yuuki Kuran!

    –Así es, ahí esta tu asesina – al tiempo que decía esto descubrió su cara

    – ¡Eres tú! Así que tu eras Kaname Kuran, debí suponerlo

    –Es cierto, ya nos conocíamos de las cloacas

    – ¿Sabías que puedes morir en estos momentos si así lo quiero? De este lugar no hay salida

    –Lo sé, pero espero que seas sensato y me escuches, vine porque quiero unirme a ti, quiero destruir a Yuuki Kuran y a todos cuanto la protegen de igual forma que tu
    Los rojizos ojos miraban fijamente al vampiro pura sangre – ¿Y que ganarías tú con eso?

    – Mi venganza contra ella, simplemente eso

    – ¿Acaso no es tu propia sangre?

    – ¿Acaso ella lo pensó al intentar matarme

    – ¿Y que gano yo?

    –Esa pregunta ya debes tenerla resuelta, ganas el poder que anhelas, ganas los sueños de Sara y Rido Kuran

    Una ligera sonrisa fue la respuesta del vampiro ojos rojos – tenemos un trato Kaname Kuran, me llamo Shindo y seré tu nuevo líder, pero si me traicionas morirás al instante – dicho esto se acerco a Kaname y extendió su mano, la cual fue correspondida por el pura sangre, en el acto sintió un dolor impresionante ardiendo sobre la palma de su mano.

    Al separarse Shindo, vio que ahora tenía un extraño símbolo del que aún burbujeaba su propia sangre, parecía como si hubiera sido marcado por hierro hirviente.

    En un chasquido, de entre las sombras salió un grupo de poderosos vampiros. – Keiro, acompaña a la salida al caballero… Kaname yo te buscaré cuando te necesite.

    Kaname obedeció e hizo una reverencia, se cubrió la cabeza y siguió al otro vampiro hasta la salida. Una vez fuera camino varias calles que parecían interminables, lo hizo como cualquier humano.

    – ¡Kaname-sama! ¿Cómo le fue? – Ruka estaba preocupada

    –Como esperamos – fue la breve respuesta

    Pero Ichijo sabía que algo estaba mal, a todos el olor a sangre de Kaname les penetraba fuertemente. En instinto tomó su mano derecha y la volteo hasta ver la palma. – ¡Kaname! – El joven vampiro estaba muy asustado

    – No es nada – le contestó su amigo y siguió caminando adelantándose a sus compañeros. Kain también sabía lo que significaba.



    Zero estaba en una habitación de la escuela Cross, golpeo tantas veces la pared que de sus nudillos salían ligeros hilos de sangre, no había podido decirle a Yuuki que Kaname estaba vivo y detestaba no encontrar la manera. «Ese repulsivo vampiro no se merece estar vivo para nadie, evitare que Yuuki vuelva a convertirse en mi enemiga»

    Zero daba vueltas a todo lo sucedido, el solo hecho de pensar en Yuuki de nuevo al lado de Kaname le provocaba repudio, no podría soportar esa situación, prefería verla muerta, "solo si lo traicionaba sería capaz de matarla esta vez" se justifico en su mente, ella estaría traicionando a todos tan solo con perdonar a Kaname.



    – Ichijo sabes bien lo que es eso ¿verdad? – Kain hablaba secretamente con Kaname en la posada donde se hospedaban en esos momentos.
    –Nunca pensé que hubiera alguien capaz de conocer esa antigua técnica, solo era una leyenda contada por mi padre

    –Pero no es una leyenda ¿acaso Kaname esta loco? ¿Qué no sabe que esa marca lo convierte en un títere de ese hombre. Puede ser que pierda la cordura, ahora es como si le perteneciera su alma.

    –Solo Kaname sabe lo que planea, confiemos en él.


    Mientras ellos conversaban, Ruka dormía, estaba cansada por todo lo que habían estado recorriendo en los últimos días. Kaname sin embargo no podía dormir, estaba sentado justo en la ventana, la cual tenía un pequeño balcón, miraba la luna pensativo, ¡no se había esperado aquello! veía su marca reiteradas veces, ya se había grabado la forma de "S" con espinas una y otra vez; aún dolía mover la mano y punzaba un ardor incomodo.

    «La legendaria insignia del títere, técnica desconocida por siglos ¿cómo es que se vampiro lo sabe? » sus pensamientos se preguntaban muchas cosas « ¡No importa! me las arreglare con esto, lo importante es que ahora estoy cerca del enemigo » de pronto su mente se calmo un poco, "Yuuki", de nuevo volvía el recuerdo de aquel día en la mansión Kuran, jamás pensó que la volvería a ver y de pronto ahí estaba.


    Yuuki no podía dormir esa noche, hacía varias semanas que no sabía que sucedía, pero presentía que algo muy malo. Zero definitivamente ocultaba algo, el incidente terrible de la fiesta, ¿qué iba a pasar ahora? ¿Qué podía hacer ella?

    En su mente viajaba la imagen de los asesinados por los vampiros aquella noche del baile de caridad, las caras, tantas caras. El volver a tener en sus manos el arma homicida de su hermano Kaname fue tan duro.

    Y en medio de tanta consternación una sola cosa era lo que más le hacía latir el corazón ¡aquel hombre de la máscara dorada! ¿Sería él quien aquella noche entro a su habitación? ¿Qué quería realmente?
    Sus mejillas se colorearon de rosa al imaginarse el objetivo de ese hombre aquella noche « Yuuki por favor ¡que estas pensando! »

    La mañana llegó tan rápido que pareció robarle tiempo a la noche y Yuuki estaba lista para ir a sus clases.



    Un intenso dolor de pecho y una voz en su cabeza, eso es lo que sintió el pura sangre al despertar. "Kaname ven a mi" le retumbaba una y otra vez y de pronto se encontró casi volando hacía otro lugar, todo paso tan rápido que cuando tuvo consciencia completa ya estaba frente a Shindo.

    –Kaname justo como te dije, cuando te necesitara yo te iba a buscar. Hoy me pareció un día grandioso para llevar acabo parte de los planes que tú generosamente haz decidido tomar.

    –¿Qué es lo que planeas? – le replicó el aún desorientado Kaname

    –Para que algo caiga primero tienes que desaparecer la fuerza que lo une ¿no opinas lo mismo?

    Kaname no contestó nada.

    –Pues justo eso voy a hacer con tu ayuda, pero como verás tengo un pequeño problema para lograr mi objetivo.

    – ¿Cuál es el punto? – expresó fríamente el pura sangre, estaba ahora totalmente consciente de lo que sucedía

    –Voy tras Yuuki Kuran, pero… pero la quiero "viva" ¡entiendes!

    Kaname no hizo mayor expresión pero algo en su interior se revolvió.

    Shindo continuó con su explicación –Pero tengo varios estorbos, miembros del consejo la protegen, la asociación de vampiros la protege y lo peor es ese maldito estorbo que tu conoces mejor que yo seguramente, Zero Kiryuu, necesito que me ayudes con él mientras vamos por la princesita, ja, ja, ja –

    Kaname no cuestiono nada más, las cosas no estaban saliendo como pensaba, pero el hecho de preguntar ¿el para que quería a Yuuki ese vampiro? Sería contraproducente.

    –Entonces espero tu orden para atacar – fue su respuesta



    El atardecer llegaba a su fin, Kaname estaba vestido de negro, con una camisa fresca de seda, miró de reojo entre sus cosas, ¡ahí estaba la máscara de aquel día! Tenía que usarla si no quería que alguien lo reconociera.

    Ocultos entre las sombras un amotinado grupo de fuertes vampiros y nivel E, estaban merodeando por la mansión Kuran, esperando su presa.

    –Es por eso que quiero ir a verla, siempre ha sido mi mejor amiga y la extraño – había un raro silencio – ¿Zero? – ella lo llamo ya que él físicamente estaba ahí, pero parecía muy lejos en su mente, más de lo habitual.

    Zero extendió su mano impidiendo que Yuuki estuviera caminando –algo esta sucediendo – el peli plateado estaba alerta.

    Esto la puso en guardia – tienes razón Zero, hay un olor muy fuerte a sangre – tomo detrás de su espalda el arma que había decidido perdonar, Artemis.

    Y en ese acto una horda de vampiros los atacaba.



    – Kaien – la voz saco de sus pensamientos al cazador

    – ¿Sí?

    – ¡Están atacando la asociación de cazadores!

    Otro lugares donde se la estaban viendo difícil eran los hogares de varios miembros del consejo.


    Yuuki respiraba agitadamente, eran demasiados los vampiros para ellos dos, sabía que Zero no se daría por vencido ¿pero hasta donde iban a resistir?

    Un inmenso grupo de vampiros se abalanzo contra el joven de ojos morados, distrayendo su atención de Yuuki unos segundos y en medio del tumulto la perdió de vista, otro grupo la atacaba haciendo que ella también desubicara al vampiro.

    Zero la buscaba desesperadamente y para su sorpresa se topo con un enmascarado, sabía que era Kaname.

    Sin aviso comenzó a dispararle, ¡ahora sabía que Kaname había vuelto a destruirlos!


    Cuando menos acordó, Yuuki estaba en uno de los jardines de la mansión Kuran, el paraje lucía solitario y los vampiros habían desaparecido momentáneamente.

    –Yuuki – su voz parecía resonar en todos los árboles

    – ¿Quién anda ahí? – pregunto casi tontamente, sabía que era el enemigo y seguía alerta con Artemis.

    –Yuuki ¡ayúdame! – recibió contestación

    – ¡Muéstrate! – ordeno ella al avizor

    Y ante ella apareció aquel misterioso hombre de la máscara dorada – ¡Tú! – su mirada mostraba asombro y estaba desconcertada, su voz sonaba, "diferente"

    –Yuuki, por favor ven conmigo, no puedo detenerlos solo – al tiempo que mencionaba esto, parecía caer desvanecido, tenía una aparente herida en el costado izquierdo.

    Por inercia Yuuki bajo la guardia y corrió ha auxiliarlo – ¡No te preocupes! Estarás bien – le replicaba muy agitada y a la vez algo en su interior repelía aquel desconocido.

    Al sostener al herido hombre, sintió repentinamente un fuerte cansancio y el sueño se apoderó de ella.
     
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    Hola, traígo la continuación :)

    CAP. 6 Atracción


    – Kaname-sama ¿de verdad vale la pena todo esto? – Ruka curaba la herida del brazo izquierdo de Kaname, la bala había atravesado parte del mismo y estaba muy dañado, semejante herida tardaría en recuperarse.

    El joven vampiro no contestaba, estaba preso de otra idea, ¿Qué sería de Yuuki ahora mismo? Sentía gran impotencia, por un lado quería correr a rescatarla y por el otro lado quería terminar todo eso. Pero ninguna de las dos cosas estaba ligada, si la salvaba se delataba de inmediato y sino lo hacía podía perderla. ¿En el fondo quién era él y que sentía realmente?

    El dolor de la curación hizo que emitiera un leve quejido casi imperceptible, ¡tenía que buscar a Shindo para salir de dudas! Una vez vendado, se coloco de nuevo la camisa, se levanto del sillón que lo acogía y se despidió de Ruka, quien solo se limito a mirarlo ponerse la máscara que ahora era casi parte de él, sin poder hacer nada.

    Salió de la fría habitación, estaban en una vieja construcción, por lo menos eso parecía por fuera, por dentro era más bien un palacete soberbio y frívolo; así se podía describir la morada de Shindo. Caminó por los reducidos pasillos tratando de encontrar por algún lado a Yuuki.


    La ojos chocolate despertó poco a poco, estaba algo mareada y desconcertada "¿dónde estoy?" era la pregunta obligada y volvió a su mente con aquel misterioso hombre de la máscara dorada.

    – ¿Él me trajo aquí? – se contestó así misma en voz alta

    Cuando volteó, tenía al hombre con la máscara dorada frente a ella.

    – ¿Quién eres? ¿Por qué me trajiste aquí? ¿Tú atacaste la mansión Kuran?

    –No te parece que son demasiadas preguntas, "princesa Kuran" – acentuó su última frase –pero te contestaré, estás aquí porque… – un breve silencio y se acercó a ella, de inmediato la pura sangre se puso a la defensiva.

    –Tranquila, no te haré daño, al contrario… Estás aquí porque te convertiré en mi esposa – le confesó

    – ¡¿Tú esposa?! – Yuuki se sorprendió ante la noticia – ¡Estas loco! Ni siquiera te conozco y no me interesas, me iré ahora mismo, ¿dónde tienes mi arma?

    –Princesa Kuran, tengo toda la paciencia y tú el tiempo para reflexionar si prefieres la muerte o ser mía – afirmó y al momento se dispuso a marcharse.

    Yuuki aprovecho para atacarlo, pero él la esquivo rápidamente y la tomo del brazo con brusquedad –tranquila Yuuki, no queremos que mi futura esposa sufra algún daño – su risa aún se podía escuchar en la habitación, salió y cerro con llave.


    Kaname estaba frente a Shindo, quien lo vio burlonamente, – ¡ah! Eres tú, sabes algo curioso, yo tengo una máscara idéntica a la tuya – le comentó señalando la máscara que Kaname ahora sostenía en su mano. – ¿Qué quieres?

    – ¿Quiero saber que harás con Yuuki Kuran?

    – ¿Te importa eso?

    –Sí, te dije que yo la mataría con mis propias manos

    –Y eso harás Kaname, solo que por ahora la quiero viva

    – ¿Por qué motivo?

    –Tengo mis razones

    – ¿Esta herida?

    –Vaya, más parece que te preocupa, ¿debería importante su estado?

    –Te repito que quiero tener el placer de ser el único, el único que la haga sufrir

    –Ten paciencia Kaname Kuran, tu hermana por ahora me sirve a mis propósitos personales, así que tiene que estar bien por un tiempo, no te diré más

    Dicho lo anterior Kaname dio la espalda a Shindo y se retiro de regreso a la habitación que este le proporciono.

    Shindo le grito a lo lejos –No olvides que tenemos un trato Kaname, por ahora te advierto que no puedes tocar a Yuuki Kuran, no hasta que yo tenga el control de todo


    Zero corría como desesperado, tenía que encontrar a esos mal nacidos, sobre todo al maldito de Kaname, lo odiaba más que nunca. Kaien se había encontrado con él, parecía ser que hubo varias bajas de cazadores y hasta el consejo perdió algunos vampiros; la situación era crítica, el rumor de que la princesa Yuuki Kuran fue secuestrada se esparció como polvora y el caos reinaba.
    «Yuuki más te vale resistir»



    Yuuki veía las gotas que escurrían por la minúscula ventana con protecciones, llovía afuera a cantaros, había intentado varias cosas, en primera romper las protecciones de hierro forjado sin éxito, además que caso tenía, era demasiado pequeña la hendidura para caber a través de ella. Las paredes gruesas ahogaban los sonidos, el piso duro como las rocas, parecía estar un complejo titánico; lo peor era la pesada puerta de madera de apariencia inquebrantable, aunque ya llevaba un progreso. "Esta cerradura pronto va a ceder" se repetía así misma hasta el cansancio.

    –Si hago mis cuentas, llevo como tres días en este lugar – recordaba que solo era alimentada por un vampiro de ojos negros que le llevaba sangre que no quería beber, había intentado atacarlo pero sabía defenderse muy bien. –Parece un monstruo – suspiró recordando aquel chupa sangre.


    El olor se hacía más intenso, había tardado bastante en encontrarla, inclusive le fue difícil ocultarse de todos los vampiros que rondaban. Se paró frente a la vieja puerta de madera gruesa e intento abrirla pero no cedió, estaba cerrada con llave.

    – ¿Quién anda ahí? – interrogó Yuuki, al oír la perilla de la puerta intentando abrirse.

    El corazón del pura sangre se exalto –Soy yo – atinó a decir sosamente

    Y la voz vino a hacer que Yuuki se inquietara – ¿Te conozco? – le decía, intentando abrir la puerta que tenía el pesado cerrojo –Por favor ábreme

    –Eso intento – le contestó mientras forzaba el pasador, parecía una coraza, sin embargo Kaname uso toda su energía y la puerta cedió – ¿estás bien?

    Aquel hombre por un momento le era tan familiar nuevamente, si bien seguía siendo un tono de voz parecido al de aquel hombre enmascarado, pero ahora le sonaba diferente, aunque sabía que ante ella seguía teniendo al sujeto con la máscara dorada que empezaba a detestar.

    – ¿Debería? Me haz traído aquí sin mi consentimiento, me tienes presa con ese… ese monstruo o vampiro enorme de ojos negros… ¿qué estas jugando? – Estaba presa de coraje – ¡Devuélveme a mi Artemis y sabrás de lo que soy capaz! – lo veía con mucha rabia, se acordó de la última visita de aquel individuo, aún podía sentir el roce de esas manos que le daban asco rodeando su cintura, olfateándola, saboreando su cuello con su asquerosa lengua, se sentía ultrajada.
    Escuchar el nombre de "Artemis" sobresaltaba al pura sangre, era como estar frente al enemigo, en controversia, una parte de él apreciaba el arma tanto como Yuuki parecía hacerlo ahora.

    – ¿Por qué te escondes bajo esa máscara? ¿Si eres tú? – preguntaba lo que parecía obvio, dudaba por un instante, aunque realmente la máscara era idéntica, misma altura y complexión, parecía la misma voz, no, era un poco distinta. Eran muchas las preguntas, ¿el mismo de hace rato? ¿Alguien más usaba esa máscara dorada?

    –Soy quien soy, solo eso debe bastarte

    – ¡Nunca me casaré contigo! – le replicó ella bobamente

    ¿Casarse? Kaname estaba confundido, se acerco a ella, lucía más pálida, flacucha, Yuuki empezó a defenderse nuevamente y cuando él le detuvo sus manos, ella pensó que la lastimaría de nuevo, pero el toque fue con delicadeza, la cargo con su brazo derecho y quiso oponer resistencia, aunque había algo que se lo impedía, de verdad le daba asco ese hombre, pero ahora porque su incapacidad de reaccionar, ¿Tal vez le empezaba a gustar ese extraño juego?

    En ese acercamiento pudo por fin ver los ojos de él de cerca, ¡eran tan chocolate como los de ella! ¡Cómo los de Kaname! En un santiamén sintió que estaba ahí ante él, pero era imposible. Solo que ahora lo sabía, ese no era aquel hombre despreciable, sus ojos rojos eran inconfundibles –Riku Yamato – mencionó

    – ¿uhm?

    –Eres Riku Yamato ¿verdad?

    Kaname se acordó del nombre que uso en la fiesta aquella noche, no contestó.

    –Dime la verdad ¿eres o no Riku Yamato?

    –Si lo sabes para que lo preguntas, me alegra que estés bien, descansa – le dijo al tiempo que la depositaba en la alcoba. –Te prometo que nada te pasara – sonaba a verdad, ¿quién creía que era ella para jugar con sus sentimientos?

    Él acarició su frente y Yuuki percibió el símbolo marcado en su mano, olió el aroma particular de ese joven, se transporto al pasado, como si un pecado la invitará a tomar del líquido prohibido. No sabía que, una fuerza incontenible hizo que sus colmillos se asomaran queriendo saborear la sangre. Rodeo con sus brazos a Kaname y este no supo como reaccionar, deseaba tal vez tanto como ella aquel acto.

    Repentinamente el frío se apodero de la cabeza de Kaname, no era el viento congelado, era la sensación de un objeto helado que le apuntaba. Y no se equivoco, el circular acero iba directo a su cabeza –Te llego tu hora – se escucho un disparo y luego el sonar de un casquillo que caía al suelo.

    – ¡Yuuki! – exclamó Zero sorprendido, la pura sangre que rodeaba el cuello de Kaname, había movido su mano con agilidad, hasta proteger la cabeza de aquel desconocido para ella, el disparo fue recibido por su mano y alcanzo a rozar la cabeza de Kaname.

    Yuuki sentía que le ardía todo el cuerpo, pero sin embargo solo era su mano lo que tenía aquella horrible herida que la atravesaba, lastimaba a tal grado, que parecía haber perdido la sensación del dolor en todo su brazo.

    Zero no perdió tiempo y volvió a disparar, pero habían sido los suficientes segundos para que Kaname reaccionara y esquivara el ataque.

    – Ze… Zero… – Yuuki se sentía mareada, veía borroso, estaba perdiendo mucha sangre y la sed que sentía la abochornaba. El vampiro de cabellos platinados iba a ir tras Kaname que ya estaba huyendo de ahí, pero al ver a Yuuki se detuvo.

    Se acercó a ella, sentía una mezcla de preocupación con furia, en ese instante deseaba tomar el cuello de Yuuki y apretarlo hasta dejarla sin aliento, no podía creer que hubiera defendido a Kaname, ¡¿por qué?! Y otra parte aún conservaba la cordura, seguía siendo Yuuki su objetivo, después de todo.

    – ¿Por qué lo salvaste? – Le reprochó, sacudiéndola, – es nuestro enemigo – creía que Yuuki ya sabía que era Kaname y la vez no se atrevía a mencionar su nombre.

    Yuuki solo pensaba en otra cosa – Zero… nece… – cayó hincada al suelo, el gallardo vampiro ya sabía que era lo que ella buscaba, eso acrecentó su orgullo, al final era él quien estaba ahí. Se coloco en cuclillas y la sangre pura se acerco a su cuello, lo mordió; él sentía el calor de esos labios succionando, una extraña sensación de placer le recorría, mientras los colmillos de Yuuki seguían clavados en su piel, extrayendo el preciado fluido rojo.

    Parecía no terminar de saciarse, pero en determinado momento la consciencia estaba de vuelta y frenó su instinto, se separó del cuello de Zero, quien la sostenía del talle de su cintura. – ¡Zero! Viniste por mí – le expresó emocionada, lo veía directo a los ojos, los de él tenían rencor.

    –Los cazadores y los miembros del consejo están aquí, esto sea acaba hoy, ahora es nuestro turno de atacarlos – se levanto dejando a Yuuki de rodillas en el suelo, luego rompió un trozo de su camisa y se lo aventó.

    – Tenemos que irnos – le ordenó, al tiempo que el pedazo de tela caía al suelo

    – ¿Riku es nuestro enemigo?

    – ¿Quién es ese del que hablas? – Zero le hablaba golpeadamente

    Yuuki tomo el trozo de lienzo y se empezó a hacer un vendaje en la mano, no hizo caso de su molestia, tenía otra preocupación – De ese hombre al que disparaste, Riku Yamato

    Zero comprendió que Kaname no le había dicho nada, después de todo era un cobarde.

    –Así es, es el principal enemigo, tengo que destruirlo – apretó los puños


    Shindo estaba huyendo del lugar y Kaname lo seguía, se escabullían al mismo paso, Shindo notó que Kaname parecía querer enfrentarlo.

    –No me esperaba esta emboscada, no debí subestimar a Zero

    Kaname lo veía con odio.

    – ¿Qué ocultas Kaname? – le cuestiono al tiempo que detuvo su marcha

    – ¿Por qué quieres casarte con ella? – preguntó tajante

    –Kaname, comprendo tu necesidad de destruir a Yuuki Kuran, pero por ahora tengo planes para ella, luego tendrás tu momento de matarla.

    –Quiero la verdad

    Shindo lo vio con ironía –no estas en posición de cuestionarme – hizo un extraño movimiento con sus manos, luego se acercó a un inmóvil vampiro pura sangre, como tenía casi su misma altura, lo tomó del cuello y lo levanto al punto de empezar a asfixiarlo, –tienes que saber quien manda aquí, prácticamente ahora soy tu dueño, además es cierto, quiero a Yuuki viva para desposarla, ya que ella significará la nueva era de los sangre pura

    Kaname no podía hablar, sentía su garganta oprimida entre las gruesas manos de aquel vampiro y sus piernas no tocaban el suelo, pero la expresión en su rostro cambio al escuchar sus palabras.

    –Pareces sorprendido ¡he! Así es, yo también soy un pura sangre como tú, de la familia Kaido, los titiriteros que pensaban extintos

    Repentinamente lo soltó y Kaname recupero su fuerza

    – ¿Qué fue eso?

    – ¿Qué fue qué? – Shindo sabía de que hablaba y se burlaba – ¡Ah! Creo que se a que te refieres, en el momento que hiciste ese pacto conmigo marque en ti el símbolo de los Kaido, un símbolo que jamás desaparecerá, ahora eres como un títere ja, ja, ja, ja

    Kaname lo atacó enojado, pero su brazo ahora estaba apuntando a su propio corazón – ¿no lo entiendes verdad Kaname? Ahora soy dueño de tus acciones, controlo tu mente si así lo quiero, tu cuerpo se mueve a mi voluntad, no hicimos un acuerdo, firmaste un pacto con el mismo diablo. Yo se quien eres, se que mataste a Sara y Rido, se de tus planes, no soy estúpido y si pensabas que era el engañado, tu fuiste el ingenuo.

    Zero los alcanzó – ¿Cuánto más podrás escapar Kaname? – Viró y se acordó del otro vampiro – ¡tú de nuevo!

    – ¡Kaname mátalo! – otros cuantos movimientos y Kaname parecía falto de consciencia, se movía por inercia, iba contra Zero.


    Yuuki había encontrado su Artemis, sabía que Zero había ido tras el mayor enemigo – ¡Riku te mataré si eres el enemigo! – a pesar de esa inexplicable atracción por él, sabía que tenía que eliminarlo.

    Zero noto que Kaname parecía solo un instrumento de batalla, estaba más fuerte que de costumbre, si bien no hablaban demasiado ambos, esta vez el vampiro no emitía sonidos, ni de agitación, ni de coraje, de nada, todo estaba muy raro.

    Mientras tanto Shindo fue a buscar a Yuuki y debido a que ella iba hacía ellos, la encontró rápido.

    – ¡Con que aquí estas princesa!

    – ¡Riku! – Ella le apuntó con su arma y atacó – ¿Dime porque haces esto? Por un momento creí que… – no terminó de hablar.

    – ¡No eres él! –Exclamó unos segundos después, pudo ver los ojos rojos bajo la máscara y lo agredió con una furia tremenda.

    Shindo entendía todo viendo a Yuuki ahora, recordó sus primeras visitas con la máscara y la atracción aparente de ella por él, su antifaz era idéntico al de Kaname, dedujo la reacción de él, los cabos se ataban y todo quedaba claro.


    – ¡Ahora lo entiendo! Ja, ja, ja, ja – se carcajeaba – ¿esperabas a alguien más? – su cara mostraba sarcasmo

    – ¡Te mataré! – Artemis logró lastimarle el brazo derecho.

    – ¡Maldita! – Shindo también la arremetió con mucha fuerza y lastimo su mano izquierda más de lo que ya estaba por la bala disparada por Zero

    – ¿Ahora que sabes que no soy él puedes matarme?

    –No se de que hablas – seguían luchando como podía, estaban a la par en heridas

    – Hablo de cierto vampiro de ojos cafés bajo una disfraz ¿te suena familiar?

    –Ya veo, tú y Riku Yamato son aliados – frunció el seño

    – Ja, ja, ja, ja… ¿Riku Yamato? Comprendo, él nunca quiso matarte. Era lógico, siendo hermanos, en realidad, su deseo más grande eres tú y por supuesto yo soy el enemigo.

    –Cállate – Yuuki no entendía los balbuceos de Shindo y solo pensaba en destruirlo, el vampiro sabía que Yuuki era más fuerte de lo que parecía.

    –Me gustas – le sonrió picaramente, al tiempo que la atacaba –por eso te diré un secreto

    –No me importa – Yuuki le dio una estocada más y el vampiro estaba muy malherido de una pierna, ella tampoco salió bien librada, él logro tirarla al suelo y aplastar su mano izquierda al punto que volvió a sangrar a través de la blanca tela que le envolvía; la pura sangre no pudo evitar emitir un grito de dolor.

    Shindo aprovecho y dio un golpe a su mano derecha para que soltara ha Artemis, Luego la tomo de los cabellos y jalo su cabeza para que lo viera –Pero serás mía, después de todo Kaname Kuran debió morir en tus manos aquel día, ahora el bastardo, esperpento de vampiro, lo aniquilará… ¿o será acaso al revés? Ja, ja, ja, de cualquier forma, que muera cualquiera de los dos es bueno

    Dicho esto le planto un beso en los labios, a la maltrecha Yuuki y la dejo caer al suelo nuevamente –las cosas no salieron como pensé, pero volveré por ti, espérame – Shindo se fue sin dejar rastro después de su despedida.

    En la mente de Yuuki solo podía resonar una oración "después de todo Kaname Kuran debió morir en tus manos aquel día" y eso le habría mil titubeos en su cabeza, a tal grado de parecer perderla, y como una fuerza superior su energía regresó, el dolor de su mano y sus heridas desapareció en automático de su cabeza, aún existiendo físicamente en su cuerpo. Se levantó sin importar más que ir a un lugar.

    – ¡Zero! – gritó desesperada, tomo su arma y corrió hacía su encuentro.

    Kaname no tenía más fuerzas, en su cabeza solo existía una voz que decía que su propósito era eliminar a Zero. Lucía agitado, pero seguía sin emitir un jadeo, su respiración sin embargo, era fuerte bajo la máscara que relucía como el oro.
    Zero estaba igual de cansado, firme en su objetivo, tenía que matar a Kaname, podía hacerlo, en su sangre corría la fuerza de los humanos, era una parte de él que lo hacía diferente a los vampiros; fuerza infinita para luchar.

    –Finalmente eres mío – otra bala resonaba, Kaname ya tenía heridas de bala en ambos brazos y piernas, un más en un costado, cerca del abdomen. Solo hacía falta lograr que Kaname no se moviera, lograr dar en el punto exacto, su corazón. El pura sangre había perdido mucha sangre y la sed lo consumía, de cualquier manera iba a morir muy pronto. Zero tenía heridas en todo el cuerpo, pero nada grave.

    – ¡Zerooooooooooooooooo! – el grito de Yuuki anunciaba su presencia

    Pero como si no lo hubiera escuchado seguía luchando «esto no es normal» Zero podía notar que a Kaname no le importaba que tan mal estaba, solo quería destruirlo, era como si su única meta fuera eso y morir en el intento no importara. Vaciló de seguir con aquello, pero ahora había una fuerte razón, no permitiría que de nuevo volviera a interferir con su vida, no, en la vida de Yuuki y la de él, ahora era suya.

    Los pasos se le hacían eternos a la joven Kuran, sin embargo estaba muy cerca de la pelea de el enmascarado y Zero, solo tenía algo en mente ¿era Kaname Kuran bajo la máscara? ¿Eso era posible?

    Zero la vio de reojo acercarse demasiado –No des un paso más Yuuki, es peligroso

    Pero ella no lo escuchaba, su mirada estaba fija en aquel joven maltrecho – ¡Kaname Onii-sama! – tuvo que soltarlo finalmente, pero para Kaname fue un silbido del viento, no entendía nada a su alrededor. En cambio Zero quedo perplejo ¡Yuuki si sabía que era Kaname bajo la máscara!

    – ¡Yuuuki! – le gritó al tiempo que intento detenerla, su fuerza era tal que se soltó hasta del propio Zero, corrió directo a Kaname, al llegar frente a él sus manos temblaron y solo atinó a quitarle la máscara; pero un golpe seco del pura sangre fue la respuesta, la aventó hacía un lado y se abalanzo sobre Zero.

    Zero se enfureció más por ese acto y le dio un golpe en la cara con su codo –miserable – pero ahora definitivamente le quedaba claro, Kaname estaba siendo influenciado por alguien más, era como un animal que peleaba neciamente y sin pensar, el valiente vampiro de ojos violeta no iba a pelear con alguien sin consciencia, no era un cobarde. –La próxima vez, si es que tienes una, espero que me enfrente contra el verdadero Kaname y no contra esto que eres ahora.

    Kaname estaba moribundo, ya no tenía más fuerza. Yuuki no había logrado quitarle la máscara pero antes las palabras de Zero, sus lágrimas se empezaron a derramar, no había duda, frente a ella, por alguna razón desconocida y milagrosa, estaba Kaname Kuran, el pura sangre, su hermano.

    Justo en el momento menos oportuno o quizá el más pertinente, Ichijo estaba ahí – ¡Kanameeeee! – fue su grito mientras corría hacía su amigo. – ¡Maldito! – injuriaba a Zero.
    –Llévatelo, es no es Kaname Kuran – El vampiro de suaves hebras plateadas lo veía desafiante

    Ichijo entendió de inmediato, intento tomar al maltratado vampiro pero no lo hizo, sabía que tenía sed, se quedo pensando un momento y se dispuso a entregar de su sangre.

    –Lo haré yo – la voz resonó tras de él, era Ruka y Kain

    Ichijo se hizo a un lado y Ruka se coloco cerca de Kaname, sus ojos estaban cabizbajos, no se atrevió a verlo siquiera, volteada, le quito su máscara e inmediatamente el pura sangre se abalanzo contra su cuello con una mordida feroz, la lastimo un poco con tal brusquedad, comenzó a beber su sangre desesperado.

    Yuuki observaba la escena pasmada, sus ojos se posaban sobre el rostro de aquel vampiro, no podían engañarla, ahí frente a ella estaba Kaname Kuran, aquel que ella había matado hacía tanto tiempo, estaba vivo, las ideas giraban en su cabeza a tal velocidad, que parecía inverosímil.

    –Yuuki – le llamó Zero a la chica Kuran

    Ella en un acto reflejo extendió su mano hacía él, le ayudo a levantarse y comenzó a caminar dando la espalda a Kaname y sus compañeros

    – ¡Yuuki! – volvió a llamarle Zero sin recibir respuesta, ella simplemente seguía caminando, las figuras de los vampiros que dejaban atrás ya se veían como pequeñas miniaturas.

    Zero comprendió que no había nada que decir, pero en su mente merodeaba ¿qué estaba pensando la vampireza?

    Como leídos sus pensamientos ella contesto –no tenía caso quedarnos ahí, después de todo haz dicho que ese no era el Kaname que conoces ¿cierto?

    Zero desvió la mirada a otro lado –cierto

    – ¿Entonces dime quien era él? – las lágrimas le volvían a brotar de los ojos

    – ¿Quiero saber si mis ojos no me engañaron? ¿Quién es él Zero? – seguía llorando silenciosamente, su voz mostraba desesperación

    –Es Kaname Kuran, pero alguien lo estaba controlando – le contesto fríamente

    Yuuki abrió sus ojos asombrada, no terminaba de procesar toda la información, pero al fin asimilaba la realidad, "Kaname si estaba vivo", dio media vuelta y corrió de regreso, Zero no la detuvo, apretó los puños con impotencia.
     
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  11.  
    Kohome

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    Hola, lamento no haber comentado antes, no me había dado cuenta que habías publicado conti jejeje.

    En fin, ¡que buen capi! Estuvo genial, menos mal y Zero fue sincero y le confesó a Yuuki que alguien cotrolaba a Kaname, porque si no, posiblemente ella lo odiaría por haberla estampado contra la pared; o posiblemente se vería confundida tras haber tenido esa charla tan amena tiempo atrás.
    Oye no, que horrible que Shimdo ahora resulta estár enamorado de Yuuki, :P ¿¡habrá alguien que lo pare!? (ay que pregunta más tonta. Él es el malo ¡obviamente alguien lo para! ¿Pero a qué precio?). Bueno, como venía diciendo me gustó bastante como va transcurriendo el fic, tu forma de mantener el misterio me aterra, yo ciertamente no me contengo tanto, no puedo en realidad, siento la necesidad de contar rápido ese misterio y ¡puf! Se pierde la trama -.-'.
    Pero bueno, eso no es lo que importa en realidad, pobre Zero, he llegado a sentir pesar por él. Después de haberle confesado a Yuuki cuanto la amaba, y que quería casarse con ella termina así TT-TT ¡no lo merece! Debería aparecer una joven que lo conquiste y ya (jaja, ignóra esa idea, es tonta).

    Ya dejo la habladuría jejeje.

    Avísame cuando estpe la conti.

    Sayito!
     
  12.  
    Modytec

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    Hola Kohome gracias por tus comentarios :) veremos que le depara el destino a Zero ^^ y gracias a la gente que visita mi fic, saluditos.

    CAP. 7 Noche para dos

    Los pies parecían no responderle, así se sentía, sin embargo seguía corriendo con toda la fuerza física que le quedaba « ¡Kaname! ¡Kaname onii-sama! » Al estar de regreso en el lugar donde lo vio por última vez, estaba desolado. Yuuki apretó los puños con impotencia por no haber alcanzado a llegar antes de que se fueran.

    Decidió regresar a la mansión, había tiempo de sobra para buscarlo, no se iba a rendir, tenía tanto que entender, miles de cosas que explicar. Iba divagada en sus pensamientos y no se dio cuenta en que momento llegó de nuevo al lugar de su partida; Zero seguía ahí parado, en silencio sepulcral, como esperando su retorno.

    Yuuki lo miro a la cara, el esquivo su mirada disimuladamente, no había palabras que decirse después de lo sucedido. Caminaron callados por un buen rato, luego tomaron un carruaje de la ciudad a las afueras, donde estaba la mansión Kuran.

    Pronto llegaron a la mansión – Zero, gracias… – finalmente se quebró la afonía, el atractivo vampiro no contestó nada – gracias por dejar vivir a Kaname

    La cara de Zero de inmediato se transformó en una expresión llena de coraje, se interpuso frente a Yuuki – Yuuki, no te confundas, si Kaname no fuera tan estúpido como para haber sido controlado, lo hubiera matado sin dudar – su mirada se torno rojiza por la consternación que sentía ante la situación. – No habrá una próxima vez – insinuaba que pese a cualquier circunstancia lo mataría.

    Yuuki supo que esa mirada y esa decisión indicaban que Zero no descansaría hasta ver morir a Kaname, sin embargo no dijo nada. Zero giro su cuerpo y en menos de un parpadeo ya no estaba junto a ella. La pura sangre subió las escaleras de la mansión lentamente, parecían pesadas montañas, largas e interminables. Su habitación lucía ahora más lejos de lo que la creía, finalmente pudo llegar a ella y cerrar la puerta en el acto.

    En cuanto estuvo dentro se dejo caer al suelo derrotada, los ánimos estaban ausentes, ni en sus más profundos sueños imaginó que Kaname no hubiera muerto aquel día, mismo día en que ella creyó matarlo con Artemis. ¿Cómo había sucedido? Si bien rememorando el momento, ella lo atravesó con el arma, juraría que lo hizo en el corazón y él por supuesto se evaporo unos segundos después. Fue un momento extraño porque una especie de neblina cubrió el lugar, tal vez en ese momento fue que Kaname huyó y no desapareció de este mundo como pensaba, seguramente su tino no fue tan certero.

    Respiró aliviada de su suposición de los hechos, cada día durante dos largos años se culpaba de esa muerte, ¿por qué él nunca volvió para aclararlo todo? Luego el temor la consumía, ¡Kaname era malo! ¿Seguía siendo el mismo? ¿Podría ser que estuviera siendo controlado en aquel tiempo y fuera bueno en realidad?

    Un rato después de pensar se levanto y tomo una bata de baño junto con un shampoo, se dirigió al recinto donde tomaría su ducha, una sirvienta ya la esperaba, siempre preparaban el baño a esa hora para ella, aún que algunas veces no lo tomara hasta el otro día. La mucama hizo una reverencia indicándole que entrara y externandole el gusto de tenerla de vuelta sana y salva, Yuuki le agradeció y entró al baño, se despojo de sus ropas y se acomodo en la tina de baño llena de agua tibia.

    En su memoria se refrescaba cada instante desde que volvió a ver a Kaname con su máscara dorada, luego el diminuto momento en que vio su cara sedienta bebiendo del cuello de Ruka a quien también creía muerta. No dejaba de pensar en eso hasta que el cansancio la venció y se quedo dormida, con la cabeza recargada en el borde de la tina. Un rato después sus cristalinos ojos cafés se abrieron de nuevo, miro a su alrededor hasta tomar consciencia de que seguía en la ducha, el agua ya estaba fría y el vapor se concentró en todo el baño.

    Se levantó un poco mareada y sosteniéndose de los bordes de la tina, había durado demasiado dentro, eso imaginaba porque no se sentía muy bien. Cubrió su desnudes con su bata y salio rumbo a su habitación, en cuanto entro se tiró a la cama y se quedo dormida.
    Los silbidos de los pájaros se escuchaban fuera de la mansión junto con el aire travieso que mecía los árboles y las flores del jardín. Yuuki abrió los ojos ante la luz del día que se colaba por su ventana abierta. No se sentía muy bien, sus mejillas lucían rosadas y su aspecto ojeroso no le ayudaba mucho.

    – Mmm… creo que enfermare – suspiró por sus sospechas, la gripe no era algo de su agrado. Se coloco un vestido sencillo de color negro, de esa manera se sentía, triste y oscura como ese tono. La servidumbre ya tenía el desayuno listo, no probo bocado alguno, solo un jugo de naranja que no fue de su apetito. Debido a las últimas circunstancias no iba ha asistir a sus clases, se imaginaba que Zero tampoco. « ¿Dónde estará ahora? » Recordó lo vivido « presiento que hoy no lo veré, todo luce tan silencioso » suspiró de nuevo y decidió salir para empezar con su nueva auto misión.

    Giro la perilla de la entrada principal de la mansión y en cuanto abrió la puerta vio el lugar lleno de vampiros con armas, cuidando el lugar como centinelas, eran tantos que no podía contarlos, algunos cuchicheaban entre ellos. Zero estaba frente a sus narices, afuera de la entrada principal – ¡Zero! – exclamó sorprendida de todo el alboroto.

    – Hola Yuuki – le contestó cordialmente, como pocas veces lo hacía últimamente

    – Eto… ¿qué es todo esto? je, je, je – lucía nerviosa ante el alboroto.

    – Ayer no pudo decírtelo, no solo fuiste secuestrada, la asociación de cazadores y el consejo fueron atacados en tu ausencia, tenemos que extremar precauciones

    – Ya veo – agacho la cabeza – no sabía que eso había pasado – ¡¿Pero no creen que es un poco exagerado?! – agito ambos brazos en señal de desesperación por tanta gente en su casa.

    La mirada asesina del vampiro fue la respuesta a su pregunta – vamonos, te estaba esperando para la reunión

    – ¿cuál reunión?

    – Kaien y los demás te están esperando para hablar sobre lo que esta pasando y lo que vamos a hacer para resolverlo

    Yuuki lo siguió en silencio hasta el carruaje que los aguardaba para transportarse, los equinos color café claro permanecían enganchados a la sencilla carroza. El conductor apaleo sus posteriores y comenzaron a galopar a gran velocidad. Yuuki veía por una pequeña ventana que se asomaba al exterior, los árboles pasaban como rayos verdes, sabía que no iba a recibir buenas noticias.

    Viro hacía Zero, el vampiro miraba por la otra ventanilla, como extrañaba la calidez que le había dado por un tiempo, aún podía sentir sus besos como la dulce miel en sus labios, a la vez con la pasión de un deseo desconocido en ambos. Inclino la mirada tristemente, ¿acaso volvería a perderlo como cuando se convirtió en la vampiro que era?


    – ¿Cómo sigue? – Ichijo estaba al pendiente de Kaname

    – Mejor – asintió Ruka, con una vasija con agua y compresas mojadas en la mano.

    – ¿Aún no ha despertado?

    – No

    Ruka camino por el pasillo dejando solo a Ichijo, el vampiro miró de reojo la perilla de una puerta, luego la giro con sus manos, asomo un poco la cabeza para ver al interior de la habitación, ahí estaba Kaname recostado en una cama, inconsciente e indefenso. « Kaname, ¿por qué lo hiciste? » reprochaba secretamente que su amigo hubiera hecho pacto con Shindo.


    – Es por eso que hemos convocado esta junta, después de lo sucedido estamos seguros que no ha terminado. Si nuestras sospechas son acertadas princesa Kuran, usted será eliminada tarde o temprano.

    – ¿Están sugiriendo que me rinda ante el enemigo para tenderle una trampa cierto?

    – Exactamente

    Yuuki meditó ¿pero quién era el enemigo entonces? – Me parece una buena idea, solo que hay un problema ¿tienen idea de a quién nos enfrentamos? – el corazón le palpitaba a mil por hora, temía la respuesta.

    – No, para ser sinceros, debido a que usted fue sometida por el enemigo, creíamos que sabía de quien se trataba

    Yuuki permaneció en silencio, miro a Zero creyendo que en cualquier momento hablaría, tenía miedo de que mencionara a Kaname, el pánico se iba ha apoderar de todos y no solo eso, lo iban a cazar sin dudarlo, ella tenía que saber primero si estaba involucrado o no en el ataque.

    Más Zero no dijo nada, la veía a los ojos esperando a sus palabras.

    – No tengo idea de quien se trate, se oculta bajo una máscara

    – Ya veo, entonces eso lo hace más difícil, pero si vino una vez por usted, volverá, estamos seguros

    – Yo también – aseguró mientras recordaba su encuentro con Shindo

    Después de un rato termino la junta y todos se comenzaron a retirar, Yuuki aprovecho para saludar a Kaien, quien por supuesto no perdió oportunidad para mimarla y para recordarle lo grande que estaba y que para él seguía siendo una pequeña. Luego Zero la escolto de vuelta a la mansión, ambos subieron al mismo carruaje de la mañana e iban en el común silencio entre ellos.

    Se encontraban frente a frente en los asientos – Te agradezco – le expresó con gratitud la pura sangre, rompiendo la incomodidad del momento.

    – ¿Uhm?

    – Agradezco que no hayas mencionado a Kaname en esa junta

    Zero omito sus comentarios al respecto, cruzo los brazos y cambio de posición a una más suelta, sus pies golpeaban el piso del carruaje ligeramente con impaciencia.

    – Solo quiero… – detuvo su hablar una fracción de tiempo – solo quiero saber si él de verdad tiene que ver en esto, tal vez no sea así… – se levanto de su asiento para acercarse al de Zero mientras parloteaba – tal vez… tal vez realmente desde aquel día de la batalla estaba siendo controlado, he pensado en eso desde ayer, ¿crees que sea una posibilidad? – lo decía con naturalidad, con cierta emoción, ya estaba sentada junto al peliplateado, quería escucharlo reafirmar su teoría.

    Zero no soporto más la presión de esa charla, sus ojos se encendieron con un violáceo rojizo, parecido al de la noche anterior. La vio directo a sus ojos suplicantes de forma fija – ¡ya reacciona Yuuki Cross! – Yuuki sabía que estaba muy molesto, nunca había sido muy afecto del apellido Kuran, al llamarla de esa forma estaba renegando de ese apellido nuevamente.

    – ¡Kaname es nuestro enemigo! – le acercó el rostro, con la mano derecha golpeo una pared de la carroza. – Tienes que entender que el hecho de que este vivo no cambia las cosas, él sigue siendo un asesino, el es el vampiro que intento destruirte en el pasado, es quien me quiso eliminar a mí, eso no va a cambiar

    Yuuki estaba asustada, Zero estaba muy enojado, lo sabía.

    – Zero, tu mismo dijiste que él estaba siendo controlado – su voz era casi imperceptible ante la voz exaltada del vampiro de cabellos plateados

    – No te confundas, esta vez fue así, pero todas las demás no, al final controlado o no es un ser despreciable y malo. Nunca olvides eso Yuuki, porque si lo haces estarás renegando de quien eres ahora.

    Yuuki se alarmo ante lo que dijo – ¡Jamás! Yo jamás negaría quien soy, se que tengo una responsabilidad y la cumpliré

    – ¡Entonces hazlo! Si lo que no quieres es vivir con ese pesar de nuevo, no te preocupes yo la haré por ti, prometo que desapareceré a Kaname Kuran con mis propias manos.

    Yuuki sintió una terrible angustia en su pecho – ¿No hay otra manera de arreglar las cosas? Una que no sea la muerte – desvió la mirada

    Zero sentía que la sangre le hervía, ¡de nuevo ella defendiéndolo! ¿Acaso era tan ciega para no entender la realidad? Sin darse cuenta comenzó a gritarle – ¡De una vez entiende Yuuki, o aceptas que Kaname Kuran es el enemigo o quien sea amigo de Kaname Kuran me convierte en su enemigo para siempre – el vampiro apretaba los puños enfurecido, como si esperara una respuesta inaceptable de Yuuki que le diera pie para atacar, a la vez con su mano izquierda la rodeaba por la cintura como una frágil hoja, delicadamente, con gran cercanía entre ambos – ¡Vamos dime de una vez ¿qué sientes por él?

    Yuuki estaba impresionada con su reacción.

    – ¿Pasa algo malo? – interrumpió el cochero abriendo la portezuela, ni siquiera se habían dado cuenta de que habían parado su galope.

    Zero se separo de inmediato de ella y la pura sangre contesto – Nada, todo estaba bien señor

    – Me alegro, ya hemos llegado – indicó señalando la mansión

    – Gracias – dijo Yuuki y bajaron del carruaje, Zero le dio unas monedas al conductor y se despidió solo elevando brevemente su mano derecha. Yuuki saco una llave que traía guardada en un bolso de mano y abrió la puerta, no quería despertar a nadie, ya era muy tarde.

    – ¿Quieres entrar?

    Zero se introdujo a la mansión en silencio.

    – Yuuki – le nombró cuando esta cerró la puerta

    Al voltear hacia donde él estaba, lo tenía junto a ella, sus cuerpos se rozaban y sus caras estaban tan cerca que sentía su aliento – dime la verdad ¿acaso el que este vivo cambia tus sentimientos? – se refería a Kaname y a ellos.

    Las mejillas de Yuuki enrojecieron ante la postura en la que se encontraban, podía percibir el aroma varonil que le transmitía el vampiro, el calor de su cuerpo al contacto con el suyo, se olvido de todo, en ese momento solo estaban ella y él –no – le contesto firmemente y sin poder contenerse, sus manos se apoderaron de la cabeza de Zero tocando sus cabellos y sus labios rozaron los de él hasta fundirse en un beso, Zero no le correspondió en un principio, pese a que sus ganas de hacerlo eran muy fuertes; pero poco a poco cedió hasta que el beso se torno apasionado, la tomo por la cintura hasta repegarla totalmente a él, los deseos la aprisionaban en su cuerpo, deseos de tomarla en ese instante.

    En un torbellino de sensaciones, ambos subieron por la escalera besándose, a pasos ciegos, a mitad de la misma él la puso contra la barandilla y su cuerpo nuevamente, besándola sin parar. Luego volvieron a subir a ciegas las escaleras, sus consciencias habían desaparecido, sin saber como ya estaban en la recamara de ella, la aventó contra la misma.

    Luego se subió sobre su cuerpo, olfateaba su aroma, le llamaba a poseerla, a tomar de su sangre, bajo a su cuello aún besándola, embelezado en su tarea, lamió su cuello sin poder evitarlo, la respiración de ambos era muy agitada. – ¡Ze…ro! – Yuuki lo llamo en una ligera suplica de que se detuviera, aunque realmente quería que siguiera adelante. El peliplateado no se iba a detener, sin aguantarlo más le dio un mordisco en el cuello, succionó su sangre suavemente, disfrutando el sabor de la sangre que anhelaba.

    Yuuki tenía las mejillas ardiendo, también deseaba la sangre de él ¿a que sabría? No podía contener las ganas de probarla. Habían iniciado un juego peligroso del que no podían contenerse ahora, lo sabía porque podía sentir la prueba física de que Zero tenía las mismas ganas de unirse a ella, su respiración era agitada y un cosquilleo le recorría por los secretos de su cuerpo.

    Repentinamente los fuertes toquidos de la puerta de su habitación resonaron haciendo un eco, al mismo tiempo que detuvieron la tarea del ojos violeta.

    – ¡Señorita, señorita! – era una mucama que se escuchaba desesperada

    – ¿Pasa algo? – gritó Yuuki, tratando de disimular su fuerte respiración y tapando la boca de Zero con uno de sus dedos, en señal de que no hablara, le daba pena el que supiera que estaba con ella en su lecho.

    – ¡Hay una mujer muy herida en la puerta de entrada! Dice que la conoce

    De inmediato Zero se levanto y Yuuki también – espérame aquí por favor – le pidió al vampiro y corrió a la puerta, la abrió y salió corriendo para ver que pasaba.

    – ¡Yuuki! Por favor ayuda a Kain e Ichijo – fue lo último que escucho de los labios de la vampiro de cabellos café claro, antes de que esta cayera desvanecida.
     
  13.  
    Modytec

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    Hola, les dejo la continuación, la hice a la carrera por falta de tiempo, jejeje, espero no se me escaparan errores ;)

    CAP. 8 Kaname

    Yuuki observaba a la pálida Ruka, permanecía aún dormida, estaba tan tranquila que parecía un ángel descansando.

    « ¿Qué habrá querido decir? » meditaba las palabras de la vampireza, un rubor coloreó sus mejillas nuevamente, recordando aún las manos de Zero deslizándose por todo su cuerpo « Si Ruka no hubiera llegado, ahora Zero y yo… » no terminó su pensamiento, agito su cabeza en reprobación, sentía hervir su sangre solo de pensar en lo que sucedió entre ambos.



    Una sonrisa burlona saludaba a Kaname – ¡Finalmente despiertas!

    El vampiro de ojos intensos como el grano de café, aún no asociaba bien que estaba sucediendo – ¿dónde estamos?

    – En donde más, estamos en mi nueva morada – lo veía cínicamente

    – ¿Qué me paso?

    – ¿No lo recuerdas?

    – No – estaba confuso, con una terrible jaqueca

    – Lo que sucedió allá fue un lamentable acontecimiento, más si realmente a ti te importaban esos vampiros

    – ¿De que hablas?

    – De que más, de la mujer de cabellos claros… una tal Ruka, ese muchacho que se hacía llamar Ichijo y el otro, no recuerdo su nombre, un rubio de ojos cafés muy profundos.

    – ¡Kain! ¡¿Qué les hiciste?!

    – ¡¿Yo?! Es una lastima que no recuerdes nada; murieron

    Lo dijo tan ásperamente que Kaname enfureció y aún mal herido quiso atacarlo – ¡mal nacido! – grito al tiempo que se levanto para atacarlo

    – Murieron en manos de ese estorbo, el tal Zero Kiryu, a mi no me culpes – su cara de aflicción era digna de un teatro y por supuesto esto detuvo en seco el golpe de Kaname, quien ahora tenía manchas de sangre en las vendas que lo cubrían, producto de su esfuerzo en levantarse.

    Kaname quedo atónito ante lo que le dijo Shindo, ¡no podía ser verdad! ¿Por qué no recordaba nada? ¿Dónde estaban sus amigos?

    – ¡mientes! Lo último que recuerdo es a ti amenazándome – termino su golpe pero fácilmente Shindo se hizo aún lado y Kaname cayó al suelo sin mucha fuerza, se toco el abdomen, sentía agujas clavándose en su piel, producto del dolor acaecido.

    – No soy realmente tu enemigo Kaname, es cierto y use mi poder sobre ti, pero no miento, mírate ahora ¿ese dolor que tienes de que crees que es? Y eso es la prueba máxima – apunto con su dedo índice derecho hacía un buró cerca de la cama. Ahí estaban varias balas de plata, no había duda, las reconocía de inmediato, eran de Zero.

    Shindo adivino sus pensamientos – así es Kaname, Zero te ataco bajo mi poder y estabas malherido, entonces tus amigos llegaron a defenderte y no pudieron con el vampiro, intente detenerlos pero fue en vano, solo pude salvarte a ti de ese cruel destino.

    Un frío recorrió su cuerpo, congelando su corazón, luego en contraparte sintió un calor impresionante que le quemaba por dentro, aún más fuerte que la incomodidad de sus heridas; la noticia lo estaba consumiendo lentamente, tan lento que no podía creerlo ¡¡¡Zero había matado a sus amigos!!! ¡Zero asesinó a las personas que lo habían acompañado en los últimos años incondicionalmente! ¡A quienes tanto apreciaba!

    – Te dejo descansar, debes recuperar fuerzas

    Kaname guardó sus palabras, pero se intento levantar de nueva cuenta del suelo, la rabia era tal que solo pensaba en desaparecer a Zero, había perdido la cordura que acostumbraba tener, esa habilidad para calcular sus movimientos y premeditar sus actos. Solo quedaba el vampiro pura sangre hecho bestia, dispuesto a todo con tal de vengar la significativa muerte de sus amigos.

    – No hagas una locura, si te vas ahora no duraras vivo y lo sabes – Shindo lo detuvo y Kaname sabía que era verdad, detestaba admitir que no estaba en condiciones de destruir a Zero. Shindo en un "gesto de generosidad" lo ayudo a regresar a la cama, alentándolo a recuperarse para que juntos destruyeran a Zero, ya que ahora era enemigo común de ambos.

    Habían pasado dos días y el ex - príncipe de los pura sangre estaba totalmente recuperado como por arte de magia, era la prueba del alto nombre de su extirpe. Fueron tan pocos días pero largos y agónicos para él, todavía no podía creer que su mejor amigo y sus compañeros estuvieran muertos, tenía que saberlo. Meditaba tantas cosas, ellos nunca lo dejaban solo, hubieran vuelto por él si fuera una trampa de Shindo ¿de verdad ya no estaban en este mundo?

    Su mano derecha se apoyaba contra su cabeza en un pequeño sillón del cuarto donde estaba, permanecía en su tan acostumbrada pose, depresiva, misteriosa, solo él sabía que estaba pensando en ese lapso. Shindo irrumpió en la habitación sin previo aviso.

    – ¿Estas listo? – interrogó al sombrío vampiro

    – Sí – la contestación inexpresiva de Kaname le indicaba a Shindo la persuasión que había logrado sembrar en su cabeza. Fue así como partieron a su destino, la mansión Kuran, no iban solos, Shindo llevaba a sus nuevos secuaces de nivel E y a los sobrevivientes del ataque a su anterior guarida.


    Yuuki caminaba por el jardín para despejarse un poco « los dos días sin salir de la mansión me ahogaban, no entiendo porque Ruka no ha despertado, aunque el doctor de la familia vampirica Kuamon dijo que estaba fuera de peligro » iba ensimismada en sus pensamientos « ¡ahora que recuerdo! Esa noche que volví con Zero no estaba nadie cuidando ¡que maravilla! » Miro a su alrededor y efectivamente todo estaba desértico, aunque varios olores extraños se mezclaban en el aire, como si se tratase de otras esencias. Hecho un vistazo nuevamente y nadie estaba, respiro tranquila, era su imaginación.
    Caminó por toda la extensión frutal, disfrutaba viendo los árboles y las flores adornando como una preciosa alfombra todo el lugar. – ¡Que paz! – exteriorizo al tiempo que decidió subir a un árbol como una chiquilla. Pero cuando lo hizo se topo con alguien – ¡Aaaah! – gritó de la sorpresa y cayo del árbol, por suerte no se hizo gran daño.

    – Princesa Kuran no quise asustarla – se disculpo un vampiro de ojos miel

    – ¿Pero que haces aquí?

    – Como siempre, seguimos vigilando – indico al tiempo que señalaba otro árbol

    Yuuki levanto la vista hacía allá y ¡había otro vampiro! Y luego vio hacía otros árboles, un vampiro más y otro y otro y otro, la lista era interminable.

    – ¡¿Qué… qué es esto?! – estaba asombrada ¡ellos no se habían ido, por eso el aroma! Luego el color le subió a sus pómulos, un color durazno, ¿sabrían lo de ella y Zero? ¿Qué tal si había vigilantes en la casa?

    – Hay alguno de ustedes dentro de la mansión – su cara mostraba molestia

    – No, estamos vigilando alrededor, le prometo que nadie pasara sin que antes lo veamos nosotros

    Suspiró aliviada, entonces no sabían lo que había pasado en el interior. – Bien – fue lo único que atino a decir antes de huir del lugar donde se sentía observada, de regreso adentro de la mansión.

    Un rato después Zero llego a ver como estaban las cosas, en esos días se había dedicado a buscar rastros de Ichijo, Kain y Kaname pero no había encontrado nada.

    – No ha despertado aún Yuuki se lamentaba

    Zero observaba insistente a Ruka, yacía dormida pero algo no estaba bien, ¿por qué se encontraba en ese estado? ¿Dónde estaban los demás? ¿Kaname sería el responsable de lo que pasaba con la vampireza?

    Una explosión interrumpió la conexión de sus suposiciones.

    Yuuki también había escuchado – ¿Qué fue eso?

    Zero salió corriendo de la habitación y Yuuki tras de él, la pura sangre fue por su arma y acelero la marcha hacía el jardín.

    Al salir había humo por doquier, alguien había lanzado algo extraño que lleno de neblina el lugar. La visibilidad era prácticamente nula, solo comenzó a gritar el nombre del cabellos de plata y preguntaba si había alguien alrededor. Caminó rápidamente a través de la espesa neblina para ver que sucedía, escuchaba gritos a lo lejos al igual que los de ella, pero decían ¡cuidado con el ataque!

    Alcanzó a ver la figura de alguien en medio de la blanquecina fumarada, no distinguía bien quien era, tenía una estatura similar a Zero y también una complexión parecida ¿sería él?

    – ¡Zeroooo! – gritó al tiempo que corría hacía él

    Pero al estar cerca de la inmovible silueta, pudo darse cuenta que no era Zero, su rostro se lleno de asombro ante aquel hombre frente a ella. Lo veía claramente a pesar de que sus ojos le ardían por aquella extraña humareda que cubría el lugar.

    Cabellos castaños, ahora algo opacos, tez pálida, ojos tan chocolate como los de ella, pero diferentes, inexpresivos, sin chispa de vida. Y su cara indicaba un escalofriante rencor.

    – ¡Ka…! – no pudo terminar la palabra, era como un sueño, de nuevo un dulce sueño

    – Yuuki – el encuentro entre ambos era desconcertante para ella y para él parecía poco significativo – ¿dónde esta Zero?

    Después de esos años sin volverlo haber, después de que lo creía muerto, ahora solo llegaba y al escuchar su voz lo primero que preguntaba era ¿dónde estaba Zero? Fue algo que la lastimo de sobremanera.

    – ¿Por qué me preguntas eso? ... creía que estabas muerto – seguían frente a frente, ninguno avanzaba un paso hacía adelante.

    – Es mejor que siga muerto ¿no crees? Pero no lo estaré sin antes llevar conmigo a ese maldito – apretó los puños, el odio se podía ver a flor de piel.

    – ¿De que hablas Kaname onii…? – se detuvo, ¿realmente era su onii-sama o su enemigo?

    Entre las tinieblas ficticias, la silueta de Zero emergió tras de Yuuki, miraba directo a Kaname, examinándolo, descifrando sus intensiones. Y en conclusión levantó su arma para apuntarle.

    – ¿Ahora me piensas matar a mi? – le sonrió Kaname maliciosamente.

    – Terminaré lo que deje empezado – completo Zero refiriéndose a su anterior ataque.

    – ¡Eso lo veremos! – Y Kaname se abalanzo sobre el vampiro, de igual forma que este, dejando del lado a la perpleja Yuuki.

    Su furia era incontenible, Zero notaba que Kaname estaba luchando contra él con una fuerza descomunal, nunca lo había visto así, no recordaba tal ferocidad, ni siquiera el día en que lo atacaba sin sentido porque estaba siendo controlado. Esa chispa de ataque encendió sus propias convicciones, tenía el pretexto perfecto para terminar de una vez por todas con el pura sangre, el fuego del guerrero dentro de él se encendió al máximo.

    Yuuki seguía sin asimilar lo que pasaba, ¿eso significaba que Kaname era el enemigo? No, aún no quería creerlo.

    – ¡Kanameeeeee! – gritó muy fuerte, sin haber mencionado el titulo de hermano, tratando de llamar su atención.

    Y lo hizo un momento pero este no descuidaba su guardia – ¡Yuuki esto es entre Zero y yo así que no te metas! – fue como una orden a una niña pequeña.

    – ¿Por qué haces esto? – seguía intentando mantener la conversación contra la locura de una pelea encarnizada, Kaname seguía atacando infructíferamente, a la vez que las balas de Zero se perdían en el aire cuando eran esquivadas por su agresor.
    Yuuki no recibió respuesta de Kaname, no parecía que a este le importara otra cosa que matar a Zero. Pero tuvo que ocuparse de sus propios problemas ya que un par de vampiros de entre la niebla se abalanzaron sobre ella, Artemis termino un par en un segundo.

    La problemática se hizo mayor cuando apareció Shindo, vampiro ya bien conocido por ella. – ¡Tú! – lo señalo enojada, sabía que era el causante de eso, pero también significaba algo que no quería admitir.

    Zero vio a Shindo frente a Yuuki, lucía amenazante, pensó en defender a Yuuki dejando del lado la batalla con Kaname.

    – ¡Tu pelea es conmigo! – el pura sangre lo detuvo con un ataque

    Yuuki escuchó lo que dijo Kaname, el espejo de su ilusión se quebró en pedazos, no había duda, Kaname era el enemigo al estar del lado de Shindo. No había otra explicación para impedir que Zero detuviera a su atacante.

    – Ya veo, con que eres sirviente de Kaname – se preparo para su ataque

    – Aliados diría yo – al momento ataco a la vampiro

    Kaname no contesto nada en su defensa, su única meta era destruir a Zero.

    Yuuki atacaba con furia, con ese dolor de descubrir la verdad, la impotencia de haber justificado a Kaname, de desear que fuera simplemente ese vampiro que conocía en la academia Cross, pero ahora sabía que siempre viviría engañada con esa idea ya que era su enemigo.

    Estaba más fuerte que nunca, sorprendió a Shindo, pero aún así no cedió en su tarea, había acordado con Kaname dejarle a Zero mientras él tomaba a Yuuki, por supuesto no para matarla, su finalidad era llevársela como la vez anterior.

    Interiormente el vampiro se jactaba de lo que sucedía, por un lado Kaname iba a quitar al estorbo de Zero o tal vez viceversa, pero algo bueno iba a salir de ello, el odio que había sembrado en el pura sangre le complacía. Y por el otro iba a poseer inmediatamente a Yuuki, mientras Kaname estaba ocupado en su tarea no sería un estorbo para sus planes con ella. Lo que más disfrutaba es que había logrado que Yuuki lo despreciara, todos eran a fin de cuenta los títeres de los que tiraba con sus hilos.

    La batalla era intensa entre los contrincantes, Yuuki ya estaba exhausta, tampoco Shindo se quedaba atrás. Lo mismo aplicaba para la lucha encarnizada entre los vampiros que deseaban destruirse a toda costa.

    De repente Kaname logro una ventaja, una bala le había rosado el costado, pero él había abierto una herida a Zero al atravesar con su mano parte de sus entrañas. Yuuki vio de reojo lo que sucedía y fue una llamarada de desesperación la que surgió en su interior, la princesa Kuran repentinamente se transformo en una fiera que ataco a Shindo provocándole daño.

    La herida de Shindo lo hizo caer de rodillas, perdió fuerza y sangre de su cuerpo. Zero debido a su herida se encontraba débil, Kaname se preparo para el ataque final. Un favor de la suerte favoreció a Yuuki o tal vez su endereza ante lo que hizo Kaname al peliplateado, en un santiamén ya estaba frente a Kaname Kuran, apuntándole con Artemis directo al corazón.

    – No permitiré que mates a Zero – gritó al tiempo que una minúscula parte del filo de Artemis rasgo la camisa de Kaname y le abrió una ligera herida. Se formo una mueca sonriente en la cara del pura sangre, pero no era precisamente de felicidad, sino de gran amargura. Por fin lo aceptaba, a Yuuki Kuran no le importaba destruirlo con tal de salvar a Zero, no, eso era de más atrás, la primera vez que intento matarlo era por otra causa. La verdad era cruda pero cierta, Yuuki al final resultaba odiarlo.

    – Esta vez no lo permitiré – revelo con furor y con gran fuerza uso su mano izquierda para despegar a Artemis de su peligrosa postura, el arma le calaba hasta los huesos, le estaba destrozando su mano con su poder incorruptible, ese capaz de destruir vampiros, pero la fiereza de sus deseos en ese momento, logro que pudiera quitarle el arma a Yuuki y arrojarla lejos.

    – Yuuki yo me encargo – le replico el malherido Zero, quien no tenía toda la visibilidad, ya que Yuuki tapaba a Kaname al interponerse entre los dos.

    La pura sangre no contestó y Zero avanzó para contraatacar pero se topo con algo inesperado, la mano de Kaname ahora apuntaba directo al corazón de Yuuki, los papeles se habían invertido.

    – No te muevas o la destruiré

    – No te atrevas

    – No hay nada que me detenga, retrocede o la mato – su mano se introdujo un poco en el pecho de Yuuki, provocando que esta sintiera un insoportable sufrimiento ¿iba a morir en manos de Kaname?

    Zero no sabía si iba a reaccionar más rápido que Kaname en su ataque, si fallaba seguro Yuuki moriría, no había elección, Kaname lo tenía en sus manos.

    – Esta bien, tu ganas – dijo al tiempo que el arma amenazante tocaba el suelo, era el acto de su rendición.

    – Arrójala – le ordeno, haciendo señas de que la aventara hacía él.

    Para Kaname quedaba claro, Zero y Yuuki tenían esa conexión inseparable, si mataba a Zero sería muy fácil, verlo sufrir por la pura sangre era la venganza perfecta.

    Sí, ya nada importaba, después de todo ¿quién alguna vez se había preocupado por el más que su amigos? ¿A quién le importaba su sacrificio por salvar a los vampiros y humanos? Solo era una sombra en la oscuridad, simplemente eso.
    Y si de verdad eso pensaban, ahora si les daría motivos, pero aunque Kaname no lo aceptara en lo más hondo de su alma lo que lastimaba realmente era sentirse odiado por Yuuki Kuran.

    Sin más que pensar, aún amenazando la vida de la princesa, la tomo con su mano brutalmente lastimada pero libre, y se esfumo entre la neblina que ya estaba desapareciendo, Zero se abalanzo sobre su arma pero ya era tarde, la apunto a otro lado, pero para su desgracia tampoco había rastros de Shindo.
     
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