Moneda + trabajo = recompensa

Tema en 'Fanfics abandonados TV, Cine y Comics' iniciado por Dietrich, 6 Junio 2015.

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    Dietrich

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    6 Agosto 2011
    Mensajes:
    112
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    Escritor
    Título:
    Moneda + trabajo = recompensa
    Clasificación:
    Para niños. 9 años y mayores
    Género:
    Amistad
    Total de capítulos:
    1
     
    Palabras:
    1900
    Eran las once de la mañana del día Lunes quince de Abril de 2013. Un señor vestido con elegancia se encontraba en un bello y amistoso pueblo vaquero llamado “Lindo Rincón Amistoso”, y llamó a siete de las personas que ahí habitan, hombres y mujeres. Todos se presentaron ante él en la entrada del pueblo.

    *****: Buenos días, Gobernador Marmota.

    Gobernador Marmota: Buenos días, Sheriff Callie.

    La nombrada se apartó y vino otro detrás de ella.

    ******: Buenos días, Gobernador Marmota.

    Gobernador Marmota: Buenos días, Oficial Peck.

    Se apartó y vino otro.

    ******: Buenos días, Gobernador Marmota.

    Gobernador Marmota: Buenos días, Toby.

    Se apartó y vino otro.

    ******: Buenos días, Gobernador Marmota.

    Gobernador Marmota: Buenos días, Tío Cone.

    Se apartó y vino otra.

    *****: Buenos días, Gobernador Marmota.

    Gobernador Marmota: Buenos días, Ella.

    Se apartó y vino otra.

    *****: Buenos días, Gobernador Marmota.

    Gobernador Marmota: Buenos días, Priscilla.

    Se apartó y vino el último.

    ******: Buenos días, Gobernador Marmota.

    Gobernador Marmota: Buenos días, Señor Dillo.

    Se quedó ahí y todos prestaron atención.

    Gobernador: He convocado a los siete porque tengo cosas que decirles. Por asuntos de trabajo, a las una en punto de hoy deberé partir a otro estado durante tiempo indeterminado, así que ayer comencé a pensar en este asunto entre ustedes siete y yo. Ustedes me parecieron las mejores opciones, por eso no convoqué a nadie más. Decidí que a cada uno le daré una moneda para que realicen funciones que les ayuden a juntar más monedas. No necesariamente debe ser con una misma persona, esas funciones pueden realizarse con quien sea. Puede ser una misma función u otras diferentes. Una sola moneda será suficiente para todos. Cuando vuelva y me enseñen la cantidad de monedas que tengan, les daré una recompensa a todos, pero sólo les diré cuál es esa recompensa cuando haya vuelto.

    Abrió su maleta y sacó siete bolsitas de tela.

    Gobernador Marmota: Extiendan sus manos para recibir las bolsitas, en cada una está la moneda con que realizarán las funciones.

    Extendieron las manos y él les pasó las bolsas una por una, con todos agradeciéndole.

    Gobernador Marmota: ¿Alguien tiene alguna pregunta?.

    Toby: Yo.

    Gobernador Marmota: Adelante.

    Toby: ¿Cuáles son las funciones?.

    Gobernador Marmota: Trabajar en cualquier cosa que se les ocurra y para quien se les ocurra.

    Toby: Entendido.

    Gobernador Marmota: ¿Tienes más dudas?.

    Toby: No, señor, gracias.

    Gobernador Marmota: ¿Alguien más tiene dudas?.

    Todos: No, señor.

    Las dos horas pasaron hasta que el gobernador tomó su tren y se fue. Seis de ellos trabajaron hasta que el gobernador volvió una vez que llegó el día Lunes quince de Julio del mismo año. Les dijo a todos que vinieran con las bolsitas en la entrada del pueblo.

    Todos: Buenas tardes, Gobernador Marmota.

    Gobernador Marmota: Buenas tardes a todos. Ahora mismo les digo cuál es la recompensa. Es dinero, millones de dólares según la cantidad de monedas que ahora tengan. Para explicarlo mejor, si alguien tiene seis monedas, recibirá seis millones de dólares en billetes, si tiene siete, recibirá siete millones, así es esto. Les di mi confianza y estoy seguro de que han sacado beneficio de las monedas.

    Se paró delante de Callie.

    Gobernador Marmota: Dime, Sheriff, ¿qué fue de ti y tu moneda?.

    Le enseñó la bolsita.

    Sheriff Callie: Gobernador, usted puso su confianza en mis manos y su dinero estuvo siempre a salvo y bien cuidado. En su bolsita traigo lo que gané, su moneda me sumó nueve más y ahora tengo diez.

    Gobernador Marmota: Bien hecho, Sheriff, muy bien, te felicito, estoy orgulloso. Sabía que podía confiar en ti, te di sólo un poco y tú lo convertiste en mucho. Cuando el último me haya dicho cuánto tiene ahora, les daré uno por uno lo suyo. Diez millones de dólares son tuyos.

    Sheriff Callie: Muchas gracias.

    Se paró delante de Peck.

    Gobernador Marmota: ¿Qué fue de ti y tu moneda, Oficial Peck?.

    Le enseñó la bolsita.

    Oficial Peck: Señor, usted puso su confianza en mí dándome una moneda y yo vengo con las manos llenas, su moneda cuidé, trabajé mucho y puse mi más inmenso esfuerzo en el trabajo, su moneda era una y ahora son cinco.

    Gobernador Marmota: Felicidades, estoy orgulloso, vine a ti, te di un poco y tú te presentas ante mí con más de lo que te di, me has demostrado que también mereces recompensa. Cinco millones de dólares son tuyos.

    Oficial Peck: Muchas gracias, señor.

    Se paró delante de Toby.

    Gobernador Marmota: ¿Qué fue de ti y tu moneda, Toby?.

    Al contrario de Callie y Peck, Toby no sonreía, hablaba con tono triste y su mirada era triste.

    Toby: Señor, yo quería trabajar, pero no pude decidir en qué, así que vengo con las manos vacías, su moneda es una todavía.

    El gobernador dejó de sonreír al instante.

    Gobernador Marmota: Oh, Toby, ¿por qué te fue imposible decidir?.

    Toby: Ya los seis estaban trabajando en otras cosas y siempre pensé que como ya ocupaban esos trabajos, no me dejarían trabajar con ellos. Me cegaron la preocupación y la inseguridad de la falta de vacantes que había en todos los trabajos, entonces me fue imposible pensar más inteligentemente.

    Gobernador Marmota: ¿Alguna vez le preguntaste a alguno si podías pedirle que te dejara trabajar con él?.

    Toby: No, no se me ocurrió, estar cegado por la preocupación y la inseguridad me imposibilitó pensar cosas como ésa. Como no tengo nada, sé que no tengo ninguna recompensa.

    El gobernador sonrió de nuevo.

    Gobernador Marmota: Así es ahora, pero eso puede cambiarse.

    Toby: ¿Cómo se podría?.

    Gobernador Marmota: Comenzando a trabajar desde ahora en algo que uno de los otros trabajó.

    Toby: ¿Eso sería darme otra oportunidad para obtener la recompensa de los millones de dólares?.

    Gobernador Marmota: Justamente, no voy a dejarte fuera en recibir la recompensa, te doy otra oportunidad.

    El pequeño cactusito le sonrió usando un tono un poco más feliz y sin cambiar su mirada.

    Toby: Muchas gracias.

    Gobernador Marmota: De nada.

    Toby miró a los otros y les habló más animado sin cambiar aún su mirada.

    Toby: ¿Verdaderamente me habrían dejado trabajar con ustedes?.

    Todos: Sí.

    Toby: Desearía haber podido pensar mejor.

    Gobernador Marmota: Pues puedes pensarlo ahora.

    Toby: ¿Puede ser cuando usted haya terminado de decirles su recompensa a todos, para no hacerlos esperar tanto?.

    Gobernador Marmota: Bueno, Toby, así sea.

    Se paró delante de Ella.

    Gobernador Marmota: ¿Qué fue de ti y tu moneda, Ella?.

    Ella: Mantuve bien cuidado su dinero, lo usé muy bien, trabajé muy bien y ahora tengo siete monedas.

    Gobernador Marmota: Usaste bien el dinero, sólo un poco te di y quedaste con mucho. Siete millones de dólares son tuyos.

    Ella: Gracias, señor, muchas gracias.

    Se paró delante de Priscilla.

    Gobernador Marmota: ¿Qué fue de ti y tu moneda, Priscilla?.

    Priscilla: Señor gobernador, cuidé bien su moneda, la usé bien, trabajé bien todo el tiempo y así acumulé cinco más, así que tengo seis.

    Gobernador Marmota: Buen trabajo, felicidades, usaste bien la moneda, supiste muy bien cómo usar sólo una para ganar más beneficios. Más beneficios tendrás como recompensa. Seis millones de dólares son tuyos.

    Priscilla: Muchas gracias, buen señor.

    Se paró delante del Tío Cone.

    Gobernador Marmota: ¿Qué fue de ti y tu moneda, Tío Cone?.

    Tío Cone: Trabajé mucho desde el primer día, cuidé su moneda todo el tiempo, hice bien todo lo que debía hacer para acumular más y acabé acumulando siete más, así que ahora tengo ocho.

    Gobernador Marmota: Felicidades, tal como los otros, has demostrado ser capaz de sacarle en gran manera los beneficios a algo tan pequeño. Ocho millones de dólares son tuyos.

    Tío Cone: Muchas gracias, gobernador.

    Se paró delante del Señor Dillo.

    Gobernador Marmota: ¿Qué fue de usted y su moneda, señor Dillo?.

    Señor Dillo: Mientras trabajaba y trabajaba, acumulé más monedas, fui juntándolas una por una con la que usted me dio y al final quedé con siete monedas también.

    Gobernador Marmota: Es fantástico, estoy tan orgulloso, supo aprovechar bien lo que una sola moneda puede otorgar como beneficio. Siete millones de dólares son suyos.

    Señor Dillo: Muchas gracias.

    Se paró de nuevo delante de Toby.

    Gobernador Marmota: Entonces, Toby, ahora puedes pensar en qué trabajar.

    Toby: ¿No se impacientará si me demoro en decidirme?.

    Gobernador Marmota: No, así que tampoco es necesario que intentes apurarte para pensar.

    Toby: Gracias.

    Comenzó a pensar hasta casi medio minuto después.

    Toby: Ya se me ocurrió. Quiero trabajar en tu taberna, Ella.

    Ella: De acuerdo, Toby.

    Se paró delante de Ella.

    Toby: Y si está bien para ti, quiero decidir yo por cuánto tiempo será y cómo será el pago.

    Ella: Claro, Toby, está todo bien.

    Comenzó a pensar y en menos de medio minuto tuvo sus ideas.

    Toby: Ya se me ocurrió. Quiero trabajar desde la primera hora de trabajo del próximo Lunes hasta el Domingo ocho de Septiembre. El pago será una moneda a la semana, y por favor, págame del dinero que recibes por trabajar, no por el de tu recompensa, para que no la pierdas tan rápido por esta causa.

    Ella: Bueno, Toby, está arreglado y gracias por ser considerado.

    Toby: De nada.

    Miró al gobernador.

    Toby: Señor gobernador, no pienso pedirle que por mí haga esperar a los demás para darles su dinero, déselo de inmediato si lo desea.

    Sheriff Callie: ¿Sabes, Toby?, me parece que para ti sería más justo si recibieras tu recompensa al mismo tiempo que yo, así que elijo no recibir la mía hasta el día en que recibas la tuya.

    Oficial Peck: Comparto lo que ella quiere, eres mi mejor amigo y prefiero tu felicidad antes que la mía.

    Sheriff Callie: Eso mismo digo.

    Priscilla: Eso me conmueve, al punto en que decido lo mismo que ambos.

    Ella: Yo también.

    Tío Cone: También yo.

    Señor Dillo: Y también yo.

    Toby: Y a mí me emociona un poquito, gracias a todos.

    Todos: De nada, mi dulce amiguito.

    Gobernador Marmota: Eso es sinceramente hermoso, jamás vi un comportamiento tan generoso y compartido en ningún otro pueblo en toda mi vida, ni siquiera en mi pueblo natal. Es la primera vez que veo que por su amistad y lealtad, las personas prefieren la felicidad ajena antes que la suya propia. Eso también conmueve mucho a mi corazón. Ya que así lo desean todos, entonces postergaré la entrega de su recompensa hasta el último día de tu trabajo, Toby.

    Toby: Está bien, señor. Y gracias por la oportunidad y por serme comprensivo.

    Gobernador Marmota: De nada.

    Llegó la semana siguiente y Toby pasó todos los días trabajando con Ella hasta el día elegido. Finalmente, el Gobernador Marmota volvió al pueblo cuando se cumplió el tiempo de trabajo. Él y los siete se reunieron en la entrada del pueblo otra vez.

    Gobernador: Te preguntaré como les pregunté a ellos, Toby. ¿Qué fue de ti y tu moneda, Toby?.

    Toby: Me fue bien, gobernador, trabajé todos los siete días, recibí el pago todos los Domingos y ahora tengo nueve monedas.

    Gobernador Marmota: Felicidades, Toby, hiciste lo debidamente necesario para demostrar que también mereces recompensa. Nueve millones de dólares son tuyos.

    Toby: Muchísimas gracias, señor, gracias.

    Y finalmente, les entregó sus millones de dólares a todos. Y así terminó ese período de trabajos, el Gobernador Marmota continuó su trabajo, todos trabajaron en lo que desde siempre trabajan y la armonía pacífica, la amistad y la felicidad reinaron en las felices y pacíficas vidas de todos por siempre.

    FIN
     

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