El grupo regresó buscando a Mami, que después de su, ehm... viaje había vuelto a Mogulópolis, o esa era la teoría. No tuvieron que buscar mucho, sin embargo, porque pronto se toparon con Piki, que llegó corriendo y saltando con mucha alegría, bolsa de guiles en la mano. —¡Kupopó! ¡Humanitos amigos, hola de vuelta! Mami ha regresado, ¡y ha traído mucho dinero, kupó! Ha debido comerciar mucho con sus mercancías, kupopó... ¡pero en fin, os doy un poquitín, porque lo habéis hecho muy bien! ¡Sois unos humanitos muy buenosos y nada tóxicos, eh! El moguri le dio los guiles a Erin, y, feliz y contento, se marchó canturreando. Hum... ¿m-misión cumplida? Encargo completado. Un nuevo ciudadano está disponible. Erin recibe 500 guiles.
Rigel Betelgeuse Por más que nos agradeciese el Moguri que hubiésemos traído de vuelta a Mami, no podía alegrarme después de la emboscada de los de su misma especie. Ya podían esparcir las noticias de que no éramos tóxicos y que nos dejasen entrar en el archipiélago, pero seguro que eso era demasiado pedir para ellos, que apenas podían construir un puente sin derrumbarse. En fin, al menos nos había dado algunos de los guiles que había traído Mami, que siempre se agradecía. Y como no había mucho más que hacer allí, después de cruzar las pocas palabras que teníamos que decir con Piki, nos volvimos a marchar. Contenido oculto Usamos las tres habilidades de senda que tenemos en Piki (?
Resultados de habilidad de senda: - Comandar: Erin gana un Mogupavés - Solicitar: Rigel gana dos Topacios - Intimidar: el grupo gana 80 exp.
Rigel Betelgeuse Brigid intentó acercarse a por el arma incrustada en la roca, pero conforme empezó a dar los primeros pasos, una oleada de oscuridad la abatió, encrareciéndose el entorno a su alrededor. ¿Qué demonios? La pobre chica trató de dar un par de pasos, pero acabó en el suelo sin energía, y tuvimos que intervenir para sacarla de allí lo antes posible, acercándose Erin a socorrerla. No había sido la mejor idea, desde luego... Mientras utilizaba Kein una cola de fénix para reanimar a la monje, Erin tomó si escudo y lo alzó con decisión. ¿Iba a intentarlo ella también? Desde luego si alguien podía conseguirlo era ella, la Coraza, con una armadura y una resistencia envidiables. Pero no sabía si estaría preparada para lo que significaba adentrarse en esa oscuridad, ni la suficiente fuerza para arrancar el arma, que parecía fuertemente clavada. Al menos contaba con una cola de fénix, y confiaba en la capacidad de la Coraza para manejar la situación. Así que se acercó, tocó el arma y tiró con fuerza. Y aguantó todo lo que pudo, mientras su cuerpo iba siendo envuelto por la oscuridad. Me sentí tentado a correr hacia ella para sacarla de allí, pero una vez más, confié y me abstuve de intervenir. Sorprendentemente, el arma comenzó a salir, y con algo de entereza, Erin consiguió sacar el mandoble. —¿¡Estás bien!? —dije al fin, cuando comenzó a retroceder con el mandoble, acercándome a ella para sujetarla si lo necesitaba. Pero tal como comencé a caminar, tuve que frenar en seco para llevarme las manos a los ojos, para evitar salir volando por la energía que salió de la grieta. Cesó la oscuridad, y solo quedó un rastro de humo. >>Es... increíble. Lo has conseguido, Erin. Enhorabuena. Sabía que era la Coraza, y que era la persona más preparada para defenderse de los ataques. Pero aún así no dejaba de sorprenderme. Y entonces, comenzamos a escuchar unas voces. Alguien asumía su destino, a punto de desaparecer, y le pedía a su amigo que protegiese Kholod de sí mismo. —¿Lo habéis oído, verdad? No he sido el único. Esa persona... Estaba hablando con Montblanc, ¿cierto? Con un tal "Monty". Es bastante probable que este mandoble sea posesión de Marche, al igual que el cinto y el anillo. Realmente Kholod ocultaba misterios alucinantes. Volvimos a Mogulópolis para preguntarle a Montblanc si sabía algo del mandoble, y de paso para conseguir algo de auxilio para Erin y Brigid. Contenido oculto Erin gigantiza: Arma: Mogupavés Objeto de potenciación: Diamante Objeto de efecto: Cuero rígido Objeto adicional: Hierro Si podemos, hablamos con Montblanc para preguntarle (?) No creo que podamos pero hey
Después del evento con el mandoble, el grupo regresó a Mogulópolis. Rigel teorizaba que el arma debía ser del tal "Marche", como el cinto, y por tanto, al escuchar el nombre de "Monty", rápidamente pensaron que se referiría a Montblanc. Tenía sentido, después de todo, ¿no? Montblanc asoció los eventos con los Weis y los muertos vivientes a ese tal Marche, y según el grupo de Roxy y los demás, a Galio lo controlaba una especie de entidad oscura con una mano huesuda. Tenía todas las papeletas para ser un ente maldito por algo o alguien, sea como sea, y ahora empezaba a liberar su maldición, contaminando a Galio. La segunda asunción que hizo Rigel también podía cuadrar, entonces. Si Montblanc conocía a Marche y asumían que Marche era el que estaba maldito, era razonable que el Mandoble maldito albergase recuerdos relacionados con Montblanc... por lo que podían asumir que Monty era Montblanc. No era muy difícil deducirlo, si es que no cometían un fallo en su lógica, claro. Lo que sí que iba a ser más difícil era reunirse con Montblanc, sin embargo. Al subir todas las escaleras una vez más (era raro que los moguris no tuviesen piernas de hierro con tanto escalón), se encontraron de bruces con la casa de Montblanc protegida por guardias, que rápidamente dijeron: —Lo sentimos, humanitos de confianza, kupó. Son ustedes bienvenicuatro —... ¿había dicho "bienvenicuatro" porque eran cuatro, y entonces no podía ser "bienvenidos"? Madre mía— siempre que quieran, kupó, pero el señor Montblanc no va a poder recibirles, kupopó. Me temo que está trabajando en solivientrar más entruetos, kupó. ¡Asuntos oficiales de mogus, según sus instrucciones, kupó! Tché. Montblanc estaba determinado a no dejar que se involucrasen en los problemas de Kholod más de lo que lo habían hecho, ¿eh? Contenido oculto Erin obtiene el siguiente arma: - Mogupavés (25 daño físico, el daño se calcula con la media de defensa y fuerza. Otorga un 15% de posibilidades de bloquear golpes físicos, anulando todo el daño; tiene otro 20% de bloquear ataques físicos y mágicos, recibiendo 1/4 de daño. Al usar un ataque básico, puede subir la defensa en un 10% con una probabilidad de 1/3 -máximo 20%-) (Req: 10% dominio)
Roxy ♥ Jazz se mantuvo en pie el tiempo necesario para poder dispararle una última vez al bicho, empujándolo hacia atrás con fuerza y haciendo que el mismo cayera dentro del río, lo que nos otorgó la victoria de manera indiscutible. No iría a negar que sentí una oleada de alivio al ver al enemigo caer dentro del agua, pues por mucha confianza que pudiese parecer tener en nuestras habilidades, tampoco era una estúpida que no fuese consciente de que la pelea había estado algo justa. Pero todo había salido a pedir de boca, así que no tenía ningún problema en celebrar nuestra más que merecida victoria junto a los demás. Y, por fortuna, los chocobos que habíamos usado de señuelo seguían por ahí, sanos y salvos, así que nos montamos en los mismos para poder ir a Mogulópolis de la manera más rápida posible. Una vez ahí, solo nos quedaba buscar de nuevo al miembro de la moguliga, para poder darle la buena noticia. >>Completar encargo: ¡Ayuda a las mogumonturas! Contenido oculto: púchame deibbido MrJake >>Habilidad de senda (uso tanto la de Roxy como la de Jazz, Evan y Fauna): —Piki, el mogu llorón (100%)
Resultados de habilidad de senda: - Roxy gana 300 guiles. - Se ha añadido un nuevo apartado de información a cada categoría de secretos secretosos. Tras la breve (pero intensa) aventura, Roxy y los demás acudieron con el jefe de la Kupoliga, Toro, para informar de la derrota del Comechocobos que amenazaba a los pobres chocobitos al norte. Al oírlo, brazos en jarra, rio con entusiasmo. —¡Muy bien, muy bien, muy bien! Toro no esperaba menos de cazadora Roxy y sus secuaces —ah, ¿ahora eran secuaces de Roxy? ¿Desde cuando?—. Toro tiene aquí premio para vosotros, para que humanitos conozcan una pequeña muestra de poder mogucoso, kupó. ¡Esto ser tecnología máxima de Kupoliga, kupó! Y les entregó... un dardito pequeño a cada uno, afilado y ligero, que se lanzaba con los dedos. ¿E-Era una broma? Pero no, no bromeaba. Toro iba muy en serio. —¡Esto ser arma letal en caza de monstruos, kupó! Toro tiene a Kupoliga constantemente creando nuevos atrificios, kupó. ¡Si amigos quieren más como este, solo tienen que unir a Kupoliga, kupó! Esto solo muestra de gratitud... ¡premio de verdad es satisfacción de haber derrotado a monstruo fuerte, y autorización para unir Kupoliga, kupó! ¡Jo, jo, jo! A-Así que "tecnología de la Kupoliga", ¿eh? En fin, algo era algo, al menos... Todos obtenéis un dardo de caza. Evan puede unirse a la Kupoliga si lo desea (Jazz y Fauna no pueden por formar parte de otra, pero cuando puedan cambiarse de Liga, podrán decidir unirse, si quieren a los moguris)
Rigel Betelgeuse No tardó demasiado Cid en llegar con su creación: una katana que replicaba perfectamente el recuerdo que tenía de la Zanarkand. La empuñé, con una mezcla de asombro y orgullo, y felicité a Cid por su creación. No me había decepcionado ni lo más mínimo. Por otra parte, no esperaba menos de él. Al alzarla, la katana comenzó a moverse como si tuviese vida propia. Se alzó y se inclinó levemente en una dirección. ¿Significaría eso que la auténtica katana estaba en esa dirección? —Parece que el arma indica hacia el norte. Pero ahí solo encontraremos las tierras yermas de Hashmal. Quizás sea mejor esperar, no es prudente adentrarnos en un continente tan frío de repente. Medité por unos segundos, pensando qué hacer. Roxy, Evan, Jazz, Fauna y Kein seguían fuera, así que tampoco tenía sentido buscar a Zael. La respuesta me la dio Nono, allí presente, junto con Cid. Volví junto a Erin y a Brigid, y les comenté la posibilidad de volver a Kholod, a confrontar a Montblanc. Ya iba siendo hora de que contase lo que sabía. Tras comunicarlo al resto de la tripulación, Cid puso rumbo a Mogulópolis. Contenido oculto Vamos a Mogulópolis Brigid, Erin, Tilkin y Rigel. Aparcamos el Starlight en la casilla de la Algaba que no recuerdo cual era, pero bueno, no hay nada de camino a Mogulópolis. De paso, vamos al huertecillo de la algaba a recoger todas las cosas. Como las plantó Kein, que vayan a su inventario, pero después de donar las cosas necesarias (??)
El grupo decidió hacer una parada con el barco en el continente moguri, en Kholod; y al pasar justo sobre la Algaba, Tilkin no pudo sino mirar por el enorme cristal frontal de la sala de mandos, cara pegada al cristal. —Woooo... hmhmhm-hmmm, hmhm. ... claro, con la cara pegada no podía vocalizar bien. Tuvo que separarse luego y señalar con un dedo pequeño. —¿E-Estamos en Mogu-mega-lópolis, kupó? La señorona capital en mogupersona... o moguciudad, supongo, kupó. ¿Puede Tilkin ir con el grupito, kupopó? Es que Tilkin lleva muuuucho tiempo en Guiguí y eso, y ya ni recuerda cómo era la capital capitalosa, kupó. A-Aunque igual le riñen los del gremio de comerciantes por no haber comerciado lo que se dice mucho en los últimos tiempos, kupó —con pompón agachado, Tilkin zarandeó la cabeza, y luego se dio un golpecito en el pecho—. ¡No, pero los mogus quieren a Tilkin, lo ha descubierto hace poco, kupó! Le dieron la Guiguitástica y todo, kupó... —Claro que sí, ¡kupó! —intervino Nono, asintiendo—. Tilkin es un mogu especial, kupó... ¡Nono lo sabe solo al verle! ¿No era Tilkin el que podía hacer así, plas, y convertir a la gente en cositos monstruosos, kupó? Tilkin asintió. —¡Sipi! ¡Al fin y al cabo, Tilkin tiene poderes poderosos de Profetas profetosos, kupó! ¡De una niña de pelo rosa que le dio como con una luz así en su cabeza, kupó! Nono quedó impresionado, como si hubiese escuchado una enorme revelación, de repente. Y, con mano sobre la boca, terminó revelando qué era aquello tan "impactante": —¡P-Pelo rosa, kupó, impresionante! ¡Baja a Mogulópolis, kupó, seguro que Montblanc está interesadísimo en saber sobre todo eso, kupó! —¡Claro que sí, Tilkin, que tiene miedo a que un moguri normalucho del gremio le riña, bajará sin problemas ahí para hablar con el todopoderoso mogujefazo, faltaría más! ¡Kupó! ... uno pensaría que esa frase fue sarcasmo, pero... no tenía pinta. Tilkin parecía decirla muy en serio. Miró a Sisí, siempre sobre su hombro, y le sonrió, despreocupado y aparentemente lleno de una repentina confianza. La última vez que estuvieron en Mogulópolis y preguntaron a Montblanc sobre todo aquello que sucedió en el continente, con aquellas criaturas no-muertas, los Weis, Galio y el supuesto "Marche" que mencionó, no quiso entrar en detalles. Dejó muy claro que aquel problema era un "problema de moguris", y no parecía dispuesto a dejarles intervenir. Pero si Tilkin iba con ellos... quizá cambiaría de idea. Al fin y al cabo, era un moguri, y uno bastante especial. En más de un sentido. *** —¡Woooo! —exclamó Tilkin, andando alegremente por las ramas de Baobab que se retorcían para hacer las veces de calles de la ciudad moguri—. ¡Hmhmhm-hmmm, hmhm! E-Ehm, ¿había hablado otra vez como si estuviese pegado al cristal, pero sin estarlo? —Quiero decir, kupó... ¡que Tilkin está moguflipando, kupó! ¡Mogulópolis es mucho más chachi de lo que la recordaba, kupopó! Era como sacar a pasear a un niño, desde luego... y ni Erin, ni Rigel ni Brigid estaban acostumbrados a sus excentricidades. Podía parecer que, una vez conocido un moguri, uno ya no se sorprendería con ningún otro, pero Tilkin desafiaba cualquier expectativa, desde luego. En fin, tras la ardua subida de siempre por ramas y peldaños, el grupo llegó, de nuevo, ante las puertas de la casa de Montblanc. Y los guardias, de nuevo, les impidieron el paso. Las mismas palabras fueron reproducidas por estos: "Montblanc está solvientrando el entrueto, y es algo que incumbe a mogus". Claro que, esta vez... tenían un arma secreta. —¡Pero Tilkin es un mogu, kupó! —dijo él, alzando la tubería—. ¡Uno muy especial, kupó! En ese momento, se vio cómo alguien salía del interior de la casa, y Sisí, de repente, saltó del hombro de Tilkin, corriendo entre los guardias. Era Montblanc quien salía, que, manos a la espalda, miró sorprendido a Sisí. —Pero bueno, ¿qué tenemos aquí? Un moguri os acompaña esta vez... pero eso no cambia nada, estimados —negó con la cabeza, mientras Sisí olisqueaba los pies del jefe. Parecía especialmente atraída por él, por algún motivo—. Sigue siendo un asunto peligroso, y que no es de vuestra incumbencia. Habéis hecho mucho por nosotros, pero... tché, oye, ¡quieta! Sisí empezó a tirar con la boca de las ropas de Montblanc, y, alarmado, Tilkin alzó su tubería, apuntándola. —Oye, ¡Sisí, mala, eso no se hace, kupó, muerde a un guardia, pero no al jefazo, oye! Y una esfera de luz manó de la tubería, alcanzando al pequeño monstruo y devolviéndolo a su forma humana. Ahora una niña, retrocedió unos cuantos pasos, escondiéndose detrás de Brigid, tímida. Montblanc, eso sí, quedó de piedra. —¿Una... morfomante? ¿Cómo has...? *** Tras conversar con Tilkin por un tiempo, Montblanc, cruzado de brazos y plenamente reflexivo. El moguri (a su manera, claro) le contó a su jefe que siempre tuvo esos poderes como muchos moguris tenían, pero que los suyos eran algo más fuertes; y que una "niña de pelo rosa Profetosa" le dio algo de su luz y desde entonces tiene unas capacidades mucho mayores. Cómo era el "héroe de Guiguí" y, en fin, muchas otras aventuras misceláneas que poco tenían que ver. En todo el tiempo, eso sí, Montblanc quedó en silencio, atento a cada palabra, incluso a las que parecían absurdas. —... y así fue como Tilkin descubrió, también, que podía guiñar los dos ojos a la vez, ¡kupó! —... hmm... hmm... poder para deshacer morfomancias. Para devolver a monstruos a su estado original... ¿y dices que lo hiciste con un bégimo? —Ay, ¡sí, kupó, la transmutoformé! —asintió—. Aunque ya no tiene orejitas peluditas... Montblanc miró entonces al grupo. Suspiró de forma profunda, y dijo: —... de acuerdo. Vuestra insistencia me conmueve, y debo reconocer que no tenemos muchas opciones para solventar toda esta situación más que tomar medidas defensivas, pero... si este moguri que habéis traído nos ayuda, quizá haya una esperanza. Su poder es, quizá, justo lo que necesitamos. >> Marcharé ahora a encargarme de otros asuntos, si os parece. Por el momento, si queréis ayudar y descubrir la verdad sobre los Weis, los nigromantes y aquella presencia oscura... os encomiendo una tarea. Al oeste, más allá del cañón de Gaia, hay una pequeña cabaña escondida entre los dedos de Kholod. Id allí con Tilkin, y buscad bien en dicha cabaña; allí descubriréis todo. Comenzó a alejarse, paso firme, serio. Reflexivo. Se detuvo antes de comenzar a descender escalones, sin embargo, y dijo: —... para llegar allí tendréis que cruzar el cañón de Gaia. El puente debe estar reparado ya, por fortuna. En todo caso, permaneced alerta; es posible que los soldados no-muertos estén vigilándonos, especialmente si hacemos algún movimiento. Si vais a involucraros en esto, tenéis que tener presente que estaremos en riesgo constante. Sabéis ya lo que sucedió con esos piratas... su jefe estaba muerto, y él pudo convertirlo en un soldado fiel. Si morís, os uniréis a sus filas. No queremos eso. "Él"... Montblanc claramente sabía muchas cosas, sin duda. Pero para revelarlas, iban a tener que jugar a su juego, aparentemente. Una cabaña al oeste, ¿eh? Evento: "El futuro de Kholod" Nivel recomendado: 62 Duración: Larga Notas: podréis hacer partes del evento y luego marcharos si lo deseáis, pero habrá un momento de no retorno, a partir del cual tendréis que proseguir sin poder marcharos hasta terminar el evento. Se avisará de ello en su momento. Contenido oculto Editado el huerto en su respectivo post con todas las actualizaciones. Kein se lleva varias zanahorias y el primer premio, la "hoz de hortelano".