Dojo [Hideyoshi] Su maestro lo miraba con orgullo —Habrás abandonado tu entrenamiento; pero veo que el de aquí...—dijo señalando con su índice su cabeza —... lo has seguido entrenando constantemente; sigue tan afilado como un sable —se levantó y se dirigió hacia un costado del dojo, allí prendió el fogón oculto en el tatami; avivó la llama del carbón con un abanico y esperó a que el agua hirviera. —El tiempo ha cambiado las estaciones; así como nos ha cambiado a nosotros —mencionó calmo mientras revisaba el agua — Mi lealtad sigue aquí, en Ibaraki, donde he servido como guerrero fiel y he obtenido los beneficios que conlleva arriesgar mi vida para la casa Miura; pero mi gran amor ya no está mas en esta tierra; perdí a mi mujer el invierno pasado, aun su voz resuena en el hogar, aun escuchó sus pasos... —estaba eligiendo el té — Pero los recuerdos son buenos, y he podido sobrellevar la pérdida de Ayaka con mis entrenamientos. Volvió hacia Hideyoshi con la tetera, sirvió un poco para su alumno. —He dedicado mi tiempo a entrenar a esos dos que has conocido; Hamasaki y Shima, ambos perdieron su hogar en la masacre de Kobe; desde entonces se volvieron bandidos—le entregó el té a Hideyoshi— llegaron en una embarcación un buen día, y trataron de robar a uno de los comerciantes aquí; un hombre de buen corazón que ignoraba esos pequeños robos de alimento —soltó una pequeña risa —Pero yo los vi, y yo no dejaría pasar esas malas costumbres; son jóvenes y están en necesidad, aun así no deben robar. Ahora están a mi cuidado; y se ganan su alimento entrenando y haciendo encargos a ese buen hombre —miró a Hideyoshi —Entrenar guerreros me ha mantenido con vida todos estos años; es lo que me mantiene en condición para seguir peleando. El no tomaba té; simplemente había preparado un poco para Hideyoshi; Aoshi no era un hombre de té, al igual que Hideyoshi era alguien mas del buen sake, aun así, tampoco lo bebía con frecuencia. Miró a todos lados a pesar de que estuvieran solos —¿Y tú Hideyoshi? cuéntame... qué tal es Takeda Contenido oculto John Whitelocke Obtienes +50 del combate, aun no actualizo la ficha
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo Cuando el maestro acabó su relato, tuvo al fin una idea de qué había sido de Aoshi luego de tanto tiempo. Quizás era una persona de emitir juicio y opinión acerca de muchas cosas, pero no le faltaría el respeto a su maestro. Estaba para escuchar la historia de vida de alguien que había sido como una figura paternal para él. —Sōda—fue todo lo que dijo, mientras bebía un sorbo de té caliente que revitalizaba su cuerpo. Su cuerpo sanaba de los golpes del entrenamiento. No era la primera vez que estaba herido, pero sí era la primera vez luego de mucho tiempo que se encontraba con un dolor corporal tan general luego de tener un entrenamiento cotidiano. La voz de Aoshi había cambiado, y su pelo denotaba el paso del tiempo. Sus facciones aun no tan agrietadas eran testigos elocuentes de aquel rostro que recordaba en su juventud. El rostro de Aoshi, según el recuerdo de Hideyoshi de su juventud Pero ya habían pasado muchos años, y aquella etapa de su vida había quedado atrás. Lo que era esto, un reencuentro, se vivía en el tiempo presente, y el pasado era solo un reflejo. "Un reflejo, como cuando tratamos de ver a través de un vidrio... y vemos lo que está aquí y ahora justo por delante, pero también seguimos viendo el reflejo de lo que quedó a nuestras espaldas", pensaba. —Takeda, es un joven, un muchacho nada más. Lleno de falencias y errores de su edad, lo sorprendente es que aún sigamos vivos. Pero lo respeto porque representa exactamente lo opuesto de aquello que detesto, la degradación moral de los Taira, su política ingrata y sus malas costumbres. Takeda es joven e inexperto, pero sigue el código bushi, nunca traicionaría a uno de los suyos, nunca los dejaría en el suelo, y jamás faltaría a su palabra. Takeda es el último Minamoto de sangre, y con sus errores y virtudes, elijo sus virtudes. Entre los Taira hay mucha gente de experiencia, pero que solo gobierna para una miserable casta de cortesanos y funcionarios, y para su propia familia claro. Esa clase de degradación llevó a mi familia a sucumbir hace siglos, y es lo que llevará a la ruina a Japón a este paso... no, ya estamos en ruina, y todo lo que queremos es restaurar Japón. Mientras hablaba se compenetraba con sus palabras, sentía la sangre ardiendo, quizás odiaba a los Taira más que antes y ahora se daba cuenta de ello. —Pero lo justo es decir que Takeda ha madurado también. Ha comandado un ejército, ha dado la cara, ha matado hombres y también ejecutado traidores, gente que él quería pero que nos traicionaron. Se enfrentó a Kato Harima, con todo lo que ello implica. Se enfrentó también a la mujer del emperador. Es un proceso que está atravesando, y creo en él. Ya no es el mismo que era, aun le falta, pero le falta menos.
Dojo [Hideyoshi] Aoshi escuchó atento, siempre con la espalda erguida y mirándolo al rostro; no por marcialidad, sino por simple respeto. —¿Y eso es suficiente? —preguntaba Aoshi —Si su único objetivo es eliminar al clan Taira va a terminar un día de estos igual que su padre; un hombre honrado que buscaba justicia quitando a los Taira de su pedestal junto al Emperador; pero muerto a manos del Emperador. Hideyoshi — lo llamó — ¿No crees que desperdician su tiempo en el objetivo equivocado? Contenido oculto John Whitelocke Ficha actualizada
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo Frunció el entrecejo, sin entender bien a qué se refería su maestro. Era la primera vez que alguien le planteaba o cuestionaba el objetivo que perseguían con esa naturalidad. —¿Objetivo equivocado? No comprendo. Hideyoshi respetaba mucho a su maestro en todos los aspectos, no era que considerara que el cuestionamiento de Aoshi no tuviera el más mínimo sentido, solo que lo había descolocado. —Maestro, ¿a qué se refiere?
Dojo [Hideyoshi] Aoshi tomó aire; para después dejarlo ir despacio, sin prisa — Si buscan sólo eliminar al clan Taira, no los separa del objetivo del clan Taira buscando eliminar a los Minamoto; eso es lo que quiero decir. — Aoshi miraba a Hideyoshi, sus facciones siempre fueron sinceras, y ahora no era diferente, mostraba confusión — No son muy diferentes uno del otro. Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo Las palabras de Aoshi llegaron sin aviso como una helada invernal, con su cuerpo a la intemperie, luego de un baño caliente. No entendía la relación que establecía su maestro. —Maestro, nosotros somos diferentes a los Taira por la gente que llevamos con nosotros. Gente que respeta los códigos y costumbres de los japoneses. No pisoteamos a los débiles. ¡Somos diferentes!
Dojo [Hideyoshi] Aoshi notó la emoción en las palabras de su alumno; uno que verdaderamente creía en el clan al que pertenecía — ¿Qué hará Takeda cuando destruya al clan Taira y derroque a Akishino? — La voz de Aoshi no era recriminatoria, pero su mirada era intensa. Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo Su maestro no parecía alguien muy convencido con los objetivos que tenían los Minamoto, no porque estuviera del lado de los Taira, pero era escéptico y neutral. No le sorprendía que no hubiese acudido a Shizuoka. —No creo que Takeda tenga muy en claro como gobernar, tiene más en claro qué es lo que no debe hacerse en el gobierno. Pero para ayudarlo en el arte de gobernar estaremos nosotros, gente con algo más de experiencia que podamos aconsejarlo y orientarlo. En principio le recomendaría reformar la corte, para quitarle peso a las decisiones del emperador y que la autoridad del gobierno se la divida con la gente de su corte, y no que la misma sea un mero adorno como es hoy en día. Sabía que lo que se venía le gustaría menos a su maestro. —La segunda medida que le aconsejaría a Takeda sería fomentar la unión de Japón. Pero con tanta querella interna es difícil, por eso no hay nada mejor para consolidar el sentimiento de unidad entre los japoneses que un enemigo en el exterior. Una invasión a la península de Corea.
Dojo [Hideyoshi] Aoshi se mantuvo en silencio hasta el final; atento a cada palabra o expresión de su alumno, no porque buscara encontrarlo en el error, sino que quería grabar estos momentos en su memoria —¿Recuerdas cuando te inicié en este arte? Eras pequeño e inexperto; un niño que tenía una espada de madera mas pesada que su brazo entre sus dos pequeñas manos. Ningún equilibrio, una técnica salvaje, postura mediocre y visión corta — afirmó sereno — Iniciabas en el arte del sable; y eras demasiado débil y lento; cuando te pedía golpear al poste de práctica, sólo marcabas los golpes en la madera —Aoshi golpeó levemente el dorso de su mano con su índice, creando un sonido casi inaudible —Te dije que era inútil marcar los golpes que debías ir mas allá; por lo que golpeaste con mas fuerza —golpeó esta ves el dorso de su mano con todos los dedos de su otra mano, el sonido era mas fuerte— pero seguías sin entender lo que quería decirte; pues por mas que golpearas si no cambiabas tu mentalidad de marcar sólo los golpes, no podrías mejorar— Entrecruzó sus dedos para recargar su rostro en ellos, seguía sin separar la mirada de la tuya — la mentalidad de un artista marcial no es el conectar el golpe; es ir más allá de eso. No debes marcar el golpe en la madera; debes tener la mentalidad de que vas a traspasar esa madera, y si no piensas de esa manera, la madera siempre estará en pie por mas que la golpees. Aoshi cerró sus ojos, liberando la tensión visual —Tanto tú como Takeda siguen marcando los golpes en la madera —abrió sus ojos —mientras que Akishino y el clan Taira rompe cada madera en su camino —negó —Veo que tienes razón; son diferentes a ellos. Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo —Demo (でも)—pareció querer contradecir, pero se arrepintió—, wakarimashita (分かりました), no voy a pretender que tus palabras son música para mis oídos, porque no es así. Pero ciertas verdades cortan como el filo de un sable, es inevitable. Bebió lo que le quedaba del té, y ya en mejor estado físico, se repuso. Pensó que era un lindo día, y se preguntó en qué andarían los otros, cómo les estaría yendo, que habría sido de ellos. Estaba desconectado de toda noticia reciente, era algo que tendría que subsanar. —¿Y que hará de ahora en más, maestro? ¿Cuáles son sus planes?
Dojo [Hideyoshi] No ahondaron mas en el tema, no lo necesitaban; el tiempo hablaría. —Ahora mismo iré al palacio; hay una presentación a la cual debo asistir —guardó la taza de té y tetera —Caligrafía...— soltó con un poco de desdicha —...un arte hermoso; uno que no siento que deba ser ensuciado con ritos corteses. Después haré diligencias para la casa Miura. ¿Tú volverás con tu señor? ¿O planeas prologar tu visita aquí en Mito? Si es así, sabes que mi hogar es el tuyo. Podrían tener diferencias; pero nunca se perdería el cariño y respeto entre ambos. Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: dojo —No, no volveré aun con mi señor. He venido a completar mi entrenamiento, aun me falta mucho, pude entenderlo con la rutina de hoy. Se preguntaba que haría además de entrenar en esta ciudad que parecía estar ajena a los conflictos políticos de Japón. Se preguntaba si había algo más que hacer, como ganar a la casa Miura para los Minamoto, o si habría algún Taira que eliminar en este sitio. "Y que estarán haciendo mis hombres, las seis montañas de... Hideyoshi", pensó, con algo de verguenza por referirse a sí mismo en tercera persona. —¿Te parece si te acompaño al palacio?—le preguntó a Aoshi.
Dojo [Hideyoshi] Aoshi sonrió para darle un ligero golpe en la espalda —No esperaba menos —extendió su mano para recibir las kodachis de su alumno —No podrás ingresar armado, ninguno de los presentes lo estará. Sin mas dilación se dirigieron al castillo. Castillo [Hideyoshi] Le castillo era un grupo de edificios rodeados de un jardín en los que prevalece la simetría, con elementos situados a izquierda y derecha de un eje central, lo que da cierta formalidad natural. Los hombres de Hideyoshi tuvieron que esperar fuera del recinto. Todos sus elementos de madera en la construcción siempre están unidos con ensambles perfectos y sería una blasfemia o sacrilegio para el carpintero japonés pensar en usar en sus obras cualquiera de esos "elementos de tortura", como se le conoce a los clavos. El japonés comprende perfectamente a la madera y se piensa y actúa de acuerdo a ella. Los pasillos estaban llenos de jóvenes cargando rollos, intelectuales de cada Prefectura, se podía notar en los emblemas adosados a sus kimonos. Pero el mon que resaltaba en cada esquina de aquel castillo era la cresta de los Miura. Los cuchicheos no tardaron cuando vieron entrar a Hideyoshi junto a su viejo maestro, un par de sirvientes se acercaron y los guiaron a un gran salón donde ya varios se reunían alrededor detrás de pequeñas mesas con alimento y bebida, todos posicionados a los extremos para dejar el pasillo principal despejado hasta llegar al centro de la tarima, por el momento vacía. Los nobles se fueron sentando mientras algunos hablaban de mesa a mesa aun sin tocar nada de los alimentos. Entre los presentes, destacaban siete individuos. Contenido oculto Momoi Tadao diplomático del clan Nomiya de Gifu Osaki Waotaka diplomático del clan Murakami de Aichi Coda Katzumi diplomático del clan Ashikaga de Gunma Seto Atsumori; diplomático del clan Imagawa de Ishikawa Tanaka Tadao; diplomático del clan Shingen de Yamanashi Ryutaro Okada diplomático del clan Oda de Fukui Basho Takechi diplomático del clan Mori de Fukuoka No destacaban por sus ropas sino por su comportamiento; de aquel salón con mas de veinte personas, ellos eran los únicos que se mantuvieron en silencio y miraron a Hideyoshi entrar junto con Aoshi, sin despegar la vista del primero. Aoshi fue recibido por el mismo hombre que se presentó ante Hideyoshi en el shukusha: Eiji Nakamura. —Mi señor; me complace que haya decidido acompañarnos —dijo guiándolo hacia su mesa, no coincidía junto a ninguna de esas cinco miradas que ahora ya no lo observaban, pero aun permanecían callados en su lugar —No tardaremos en iniciar, por favor tome asiento. Aoshi permaneció de pie con la espalda dirigida a la pared mientras su rostro veía a la tarima alta. Era su deber como guerrero proteger a su señor. El salón se calló de inmediato al escuchar unos pasos. Una mujer entró caminando por aquel pasillo hacia la tarima. Todos inclinaron levemente la frente. Aoshi y otros guardias hicieron reverencia. La mujer llegó hasta la tarima y se sentó observando a los presentes. —Miura no Shoko —mencionó uno de de los sirvientes —Nuestra señora de Ibaraki. Contenido oculto Aquello tomaba desprevenido a Hideyoshi; quien sabía que Junichiro Miura era el líder de Ibaraki; si aquel hombre no estaba allí sólo significaba dos cosas: había caído enfermo así como el señor de Mie; o había muerto, así como el señor de Nagano. —Es un honor tener a grandes mentes de distintas prefecturas en Mito; cada uno de ustedes es privilegiado en poseer la habilidad intelectual necesaria para poder pisar este recinto; sus carreras políticas los han traído a buscar conocimiento o un debate en esta nuestra ciudad mas prolífica en la enseñanza del verbo y del arte. Y hoy, es un día especial— mencionó Shoko — Mi hijo, Miura no Hiruma ingresará a la élite en Mito, cumpliendo su deber como diplomático de nuestra familia, honrando el apellido Miura. Un joven de al menos unas veinte primaveras ingresó al salón, los sirvientes colocaron una mesa al centro del pasillo que había permanecido libre; allí tomó asiento el joven Miura. Contenido oculto —Es momento que cada uno de los presentes haga una pregunta a mi hijo; quien responderá con al menos dos palabras en caligrafía pulcra —Shoko tomó asiento mirando a su hijo; quien preparaba su tinta para responder a cada uno de los presentes. Algunas preguntas eran banales; le preguntaban sobre su futuro matrimonio; sobre las riquezas en Mito. Algunos otros preguntaron cosas más complejas, como la trascendencia de su padre, su legado. Otros hacían preguntas técnicas o históricas; cómo portar armas, nombres de Emperadores. Pero los siete hombres que habían observado a Hideyoshi hicieron preguntas interesantes; preguntas que hicieron pensar al joven Hiruma. —¿Qué representa un hombre que nunca ha cometido un error? —Preguntó Momoi Tadao. 危険 [Kiken- peligro] —¿Qué es un guerrero sin un grupo o un caballo?— Fue el turno de Osaki Waotaka 不在 [Fuzai - ausencia] Coda Katzumi sonrió ante la pregunta de Osaki — Y entonces, completando a mi señor Waotaka de Aichi... ¿Qué es un diplomático sin un séquito o un pincel? 欠如 [Ketsujo- Carente] Los presentes murmuraron; pero fueron detenidos por la voz de Seto Atsumori —Cuando tu superior te dice algo, ya sea para bien o para mal, y te retiras sin decir nada. ¿Qué demuestras? 不確実性 [Fukakujitsusei- Incertidumbre] Tanaka Tadao se recargó en la mesa y miró a Hiruma —En una gran reunión de consejeros, tomó la palabra un hombre que estaba en contra de la opinión general, y afirmó que estaba dispuesto a matar al dirigente de la reunión si no se aceptaba su propuesta. Al instante su moción fue aprobada. ¿Qué crees que este hombre consideró al respecto de esta decisión unánime? Hiruma tardó un poco mas en escribir su respuesta. 精神の弱さ[Seishin no yowa sa- debilidad de espíritu] Ryutaro Okada era posiblemente el más joven de los presentes, tal vez incluso mas que el mismo Hiruma —Se dice que las personas calculadoras son indignas. La muerte es considerada como una pérdida y la vida como una ganancia. Por eso, una persona que piensa así evita la muerte y se vuelve indigna. Además, los eruditos y los que se parecen a ellos son hombres que encubren su cobardía y avaricia a base de mañas y palabrerías. ¿Qué crees al respecto? 誤謬 [Gobyu- Falacia] Basho Takechi miró a Ryutaro —Cuando se puede escoger entre la vida y la muerte, sin dejar atrás nada que denigre nuestra reputación, es mejor vivir —miró a Hiruma —Este ejercicio no es simplemente para ver tu habilidad caligráfica; esto es un adoctrinamiento a la vida de un servidor político a órdenes de su señor. Si hay un asunto para el que sea indispensable hablar, se debe procurar arreglar las cosas con una palabra en lugar de diez. Yo no espero respuesta tuya, esto es una aclaración. Hiruma afirmó para después seguir recibiendo preguntas, hasta que por fin, era el turno de Hideyoshi. Contenido oculto John Whitelocke Puedes hacerle una pregunta al joven Hiruma :3
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: castillo Observó la habilidad de Miura no Hiruma con detalle, lo que hacía con el arte de escribir. Era un hombre hecho para la pluma, y la pluma era simplemente una extensión de su mano. —Nunca fui alguien que entendiera del todo el arte de la caligrafía, pero ahora puedo entenderlo—le dijo en intimidad a su maestro, por lo bajo. La ceremonia inaugurada por Shoko, la aparente líder de la ciudad, sorpresivamente para Hideyoshi con una mirada muy patriarcal de la sociedad, se llevaba a cabo con gran solemnidad y virtud. En cierta forma Hideyoshi sentía que este era el lugar al que hubiera estado destinado si no fuera por haberse cruzado con Takeda. "Quizás aun lo sea", pensó. "En un futuro, cuando la guerra termine y los Minamoto ocupen su legítimo lugar, pueda tomarme el tiempo suficiente para pasar las primaveras y los inviernos aquí", se decía. Él no sabía que le depararía el futuro, y la muerte no estaba en sus planes. La idea de descansar entre mentes sagaces y esculpidas con tanto talento era muy atractiva para él. Cuando le llegó la oportunidad de poner a prueba al príncipe de la ciudad, hizo una reverencia en señal de respeto absoluto. Y luego pronunció su desafío: "Todas las preguntas han empezado con un 'qué', preguntas interesantes, pero con un mismo principio", se dijo, antes de hablar. —¿Cuánto puede soportar un hombre sin pronunciarse entre las posibilidades? ¿Cuánto puede soportar un hombre sin tomar una decisión, cuando dos tempestades se arremeten y lo encuentran sentado y sereno? ¿Cuán soportable es la serenidad en un mundo agresivo y alocado? Hideyoshi había evitado el ser explícito, porque no quería ser el foco de atención ni resultar irrespetuoso. Pero era inevitable para un hombre como él. Hideyoshi siempre había tenido a la política en el centro de sus reflexiones y filosofía. No toda la filosofía pasaba por la política, pero sí una parte de ella. Era un tema importante para él, y en cierta medida le preocupaba no saber cuál era la posición de la casa Miura frente al conflicto del país. De hecho creía que los Miura estaban en absoluta neutralidad, posición que Hideyoshi no entendía del todo, ya que él era de pensar que siempre se optaba por un bando, incluso en la neutralidad.
Castillo [Hideyoshi] "Cuánto..." La pregunta de Hideyoshi se separó del resto en ejecución; no hablaba de peligro; de ausencia; de carencia; de incertidumbre; sobre la debilidad de espíritu; de errores o de costumbres. Hiruma tardó un poco mientras Shoko observaba a Hideyoshi mas que a su hijo, el cual ya comenzaba a escribir. ¿Qué ideología se puede cuantificar? Toda filosofía era inmensurable. Y era por ello que sus respuestas tenían esa facilidad de pensamiento; podían darse a la libertad de interpretación; era una salida sencilla: 名誉 [Meiyo- Honor] El honor era mesurable. No existe el tener más o menos honor que alguien más, se tiene o no se tiene. El auténtico guerrero solo tiene un juez de su propio honor, y es él mismo. Las decisiones que tomas y cómo las llevas a cabo son un reflejo de quién eres en realidad. No puedes ocultarte de ti mismo. Es por ello, que en una decisión dónde necesariamente se debía escapar de una neutralidad, sólo el honor lo haría decidir. Pues mantenerse lejos de decisión, es estar carente de honor. Los presentes afirmaron; aquella palabra era una que todos deseaban ver pero no supieron tocar las fibras correctas para recibir aquella respuesta. Hideyoshi si la conocía. Así, la ceremonia terminó, dejando al joven Hiruma exhausto mentalmente y con muchos papeles sobre su mesa. Shoko se acercó y tomó el que representaba la respuesta hacia Hideyoshi —Este es el que tomará lugar en el tokonoma de este salón. Casi todos los presentes aplaudieron, aquellos que se contuvieron fueron Momoi Tadao y Basho Takechi quién observaba a Ryutaro Okada, era difícil entender aquella mirada. —Pueden retirarse— concluyó Shoko. Los presentes comenzaron a dispersarse. Contenido oculto John Whitelocke Puedes hablar con alguno de los diplomáticos o dirigirte hacia alguien mas antes de que se pierdan en aquel castillo. También puedes no hablarle a nadie xD
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: castillo Sintió la mirada de Shoko cuando interrogó al príncipe, pero no se dejó incomodar. Entendía por la situación que solo convenciendo a la mujer más fuerte de Mito podría lograr posicionar a la casa Miura para la causa Minamoto, pero debido a la aparente neutralidad inherente a la política de los Miura, no podía encarar el tema de sopetón. La política y diplomacia debe ajustarse al medio y entorno. Cierta gente como los Arima no se andan con rodeos, es mejor enfrentarlos sin vueltas. Pero otras familias necesitan un poco de juego, de estrategia y de dilación. Hideyoshi creía que los Miura formaban parte de esta última clasificación. "El príncipe es hábil, muy hábil. Me pregunto si su mente será tan sagaz para la política como para las letras", se decía. No quiso acercarse a Shoko inmediatamente, sabía que iba a estar un tiempo ahí, ya que su entrenamiento con Aoshi lo demandaría. Por eso se prepararía conociendo los asuntos locales de Mito, lo mejor que pudiera. Se aproximó a Okada, objeto de las miradas de algunos de los presentes. —He notado que eres observado con atención. Un gusto, soy Soga no Hideyoshi—le dijo.
Castillo [Hideyoshi] Okada se giró hacia Hideyoshi y extendió su abanico ocultando su boca mientras respondía a Hideyoshi —Así es, es por la reciente réplica que tuvo mi Señor ante el Imperio —se podía notar como la piel del joven Okada brillaba, era un sudor tenue, un brillo que se daba a entender que la persona se sentía preocupada y sudaba por nerviosismo. No podía ser un brillo por un entrenamiento, aquel joven no tenía la complexión de un guerrero —El señor Takechi ha permanecido muy atento a mis acciones...—se abanicó —...Y usted... señor Soga ¿cierto?— preguntó sin esperar respuesta —Usted también es muy observado —dijo señalando con la mirada a uno de los Tadao, aquel que estaba cubierto de un denso maquillaje blanco —¿Problemas en Gifu? Contenido oculto John Whitelocke
Soga no Hideyoshi 曽我秀吉 Mito: castillo —¿Gifu? ¿A qué te refieres? No he recibido noticias de Gifu, ¿ha pasado algo? La realidad es que desde la llegada de Hideyoshi y sus seis montañas a Mito, no había recibido noticias de la región. Quizás era una buena oportunidad para ponerse al día. Okada no le terminaba de generar confianza absoluta, pero algo le diría.
Castillo [Hideyoshi] Okada negó —No que yo tenga conocimiento de ello; lo digo porque me parece extraño que usted, señor Soga; sea observado por ese hombre, en especial teniendo a su hermano presente, creí que el señor Momoi estaría mas atento al señor Tanaka; pero no, estaba mas interesado en usted a mi parecer, tal vez me equivoco —sonrió —No quería preocuparlo si es que usted mantiene relación con esa prefectura Okada se mantuvo abanicándose mientras Takechi comenzaba a acercarse, parecía que iba a hablar con ustedes pero no sólo los observó, sonrió y después de dar una leve reverencia con la cabeza, se alejó. Contenido oculto John Whitelocke