Misterio Insodable

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Oyukii, 16 Julio 2013.

  1.  
    Oyukii

    Oyukii Nevita ._. :3

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    Misterio Insodable
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    Misterio/Suspenso
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    45
     
    Palabras:
    1962
    Capítulo 36: volver a empezar


    Lauren estaba en frente de la casa de Blake Thompson esperándolo pidiéndole a los cielos a que su primo Eddie no la viera, porque le había dicho a Samantha que iba a ir a la casa de una amiga cuando en realidad no era así.

    Lauren miraba el reloj de mano con impaciencia esperando a que el pelinegro saliera de su casa. La causa de su salida era que Lauren Phillips había tomado la decisión de ir a la casa de Van Luigi Peralte a aclarar más las cosas y conseguir la información que necesitaba para avanzar en la investigación.

    Cuando el chico cerró la puerta de la casa detrás de si, ella le dedicó una mirada molesta. Blake avanzaba lentamente hacia Lauren con toda la paciencia del mundo.

    -¡Vamos inútil que no tengo todo el día!

    Blake la miró por unos segundos y luego abrió la boca para hablar:

    -En las citas que he tenido ninguna chica me espera en frente de mi casa y yo vaya con retraso.

    Lauren se ahorró las ganas de golpearlo, ella no era de naturaleza violenta pero aquel tipo la sacaba de sus casillas de vez en cuando.

    -Vamos, que si se enteran de que estoy aquí, tendré mi sentencia lista.

    Y sin peros fueron dispuestos al horripilante vecindario en donde moraba Van Luigi Peralte.

    Lauren recordaba con exactitud aquellas calles, los edificios abandonados, las plantas marchitas, las malas hiervas, los edificios (aunque habitables) eran igual de horribles y tenían aspecto bastante descuidado. Una zona olvidada de la sociedad.

    Tan solo con pararse y ver a su alrededor, la mente de Lauren revivió viejos recuerdos. En aquel entonces donde caminaba junto con Kathy Applewhite por los pasillos desteñidos, acompañados de un color a oxidado; recordaba exactamente aquel momento en donde su cuerpo se paralizo por completo, cuando Van Luigi las amenazó con la pistola, aquel momento en donde pudo experimentar aquel pavor de estar entre la vida y la muerte.

    -¿Vamos? -dijo Blake sin una gota de expresión en su rostro.


    Lauren asintió.

    Justo como recordaba, Van Luigi vivía en el edificio 1894, 5to piso apartamento número 20. Ambos estaban allí, frente a la puerta con la inscripción “#20” algo borrosa; ¿Ahora qué harían? Blake, al ver que no había reacción en Lauren no se molestó el ir a tocar la puerta.

    Dos toques a la puerta, sólo dos toques y abrió un señor de edad no muy avanzada, sus ojos no tenían expresión alguna; Lauren, al recordar aquella silueta su cuerpo se paralizó un por instante. Blake espero a que Lauren hablara pero todavía no había señal de ello.

    -Vinimos por algo de información, para ser más específicos, sobre Marie Ross.

    De pronto, aquella reacción de pavor invadió su cuerpo como aquella vez, él cerró la puerta pero a partir de ese momento todo cambió.

    Lauren quedo confundida tanto como el pelinegro, pero ¿Acaso no iba a sacar su arma y amenazarlos? ¿A dónde quedó todo eso?, la reacción de Van Luigi era diferente a la que había experimentado meses atrás con Kathy Applewhite.

    Blake se acercó a la puerta y le habló lo mas lento y compresivamente posible:

    -Señor, no somos de la policía. No le diremos a nada que usted está aquí, confíe en nosotros, solamente queremos comprobar algunas cosas.

    Al terminar, se escuchó la puerta se abrió lentamente dejado ver al hombre cabizbajo, Lauren quedó anonadada; Blake… con tan solo hablarle, ya estaba tranquilo.

    -Entren -dijo él.

    El interior del apartamento al igual que el edificio era todo un desastre; las paredes estaban desteñidas, habían trastos sucios quizá de dos semanas, lo único que podría ser considerado “en buen estado” eran los cojines de la sala, aunque tenían polvo.

    -Lamento el estado en el que está mi casa -dijo Van Luigi-. A ver… ¿Cuánto saben sobre Hassan?
    -¿Hassan? -preguntó Lauren confundida.
    -Para abreviar, conocido en sus mensajes con “H”.

    Lauren se quedó en silencio, obtener el nombre del asesino tan sencillo, era tan irreal…

    -Sorprendida ¿No? -dijo él-, era mejor que se los dijera ya que tarde o temprano lo iban a saber.
    -Él fue el asesino de Magnus Bridgerton y Charlie Thompson, sabemos que él conocía a estos tres, y quiere… “la llave”

    Luigi sonrío.

    -Saben mucho -hizo una pausa-. Aquellos que se meten en los planes de Hassan no salen a salvo. Yo ya soy un viejo y he sufrido mi vida entera a causa de él, pero, ustedes son tan jóvenes como para meter sus narices en este asunto tan peligroso.

    Van Luigi permaneció en silencio por unos segundos que para Lauren y Blake era una eternidad esperando a que prosiguiera.

    -Hassan y yo junto con otros médicos trabajábamos para la creación de la llave, una droga que tenía como futuro fin acabar con las enfermedades mas mortales. Pero no obtuvimos los resultados que deseábamos. Hubo divisiones en donde unos estaban a favor y otros en contra.
    -Magnus… -dijo Lauren en voz baja.
    -Magnus, Marie, Charlie y otros más se unieron al grupo de las personas que estaban en contra mientras que yo y Hassan estábamos a favor.
    -¿Y por qué estaba a favor? -preguntó Blake.
    -Porque mi vida siempre había estado atada a la de Hassan, tenía que siempre caminar detrás de él. Como les decía, hubo grandes conflictos entre ambos grupos, aquellos que querían abandonar les era inútil, tenían que estar en el laboratorio las 24/7 hasta que nos dijeran que abandonáramos el laboratorio.

    Uno de los encargados de la investigación pidió a Charlie, a Marie y a Magnus guardar la información, esta fue guardada en fragmentos una parte a Magnus Bridgerton, una a Charlie y otra a Marie.

    Hassan se entero de ello, sabiendo que iban a hacer eso supuso que cancelarían el trabajo en el laboratorio; cuatro días después eso fue lo que pasó, Hassan estaba airado, no podía aceptar que cancelaran la investigación.


    -¿Por qué? -preguntó Lauren interrumpiendo a Van.
    -¿Sabes cuantos millones se invirtieron en esa investigación? Además del gran beneficio de los hospitales y los médicos que participaron en esta. Hassan era muy avaricioso y todo lo referente a poder lo codiciaba con fuerza, en especial el dinero y no le importaba si tenía que sacrificar a la mitad de la raza humana.

    Una de las razones por las cuales la cancelaron fue porque los sujetos de prueba rechazaban la droga a niveles alarmantes, tratamos de mejorarla pero era inútil, ya la mayoría de los médicos estaban hartos de ver a tantas personas morir pero personas como Hassan decidieron seguir, solamente pensaban en dinero.

    -Pero entonces, ¿Por qué Hassan mató a Magnus y a Charlie? -preguntó nuevamente la muchacha con sumo interés.
    -Porque en los inicios, ellos se hicieron muy buenos amigos, además de que ellos tenían más acceso a la droga que él.

    Luigi se quedó en silencio, al ser información de alto riesgo él hasta ahora ignoraba el hecho de que tan solo eran jóvenes y este solamente era el principio de un trayecto escabroso lleno de peligros, y no dudaba que en cuanto Hassan supiera de ellos haría lo que sea para liquidarlos, por su culpa, ya esos chicos sabían demasiado y el riego era bastante alto.

    -Son niños -dijo-. No saben en realidad a la bestia a la cual se enfrentan.
    -Lo sé, y estoy dispuesta a pagar el precio.
    -¿Aún siendo tu vida misma? -preguntó.

    Lauren no respondió, solamente tragó saliva.

    -Bien, hasta ahora solamente han descifrado la parte de Magnus pero todavía les falta más, mucho más por descubrir, hasta ahora son cuatro partes de lo que es “la llave” -dijo-, espero que lleguen a salvo hasta el final.

    Blake y Lauren abrieron sus ojos como platos, ¿Acaso eran palabras de buena suerte? Aparte de eso, lo extraño era que se escuchaba como si fuera una despedida.

    -Ya a este pobre viejo le falta muy poco, solamente oigo las alas de la muerte acercarse más y más. Perdonen que les diga esto pero ya es hora de que se vayan.

    Van Luigi tenía razón, ya se estaba haciendo tarde y hoy debería de estar temprano en casa si no quería problemas con su tía.

    Sin decir nada, se levantó del asiento y fue hacia la puerta con la compañía de Blake Thompson y allí se despidieron de Van Luigi Peralte.

    Mientras tanto…

    Aquel elegante rubio de ojos marrones estaba poniendo una gabardina café, dispuesto a salir al exterior y distraer su mente un poco, ¿cuando fue su última vez que subió a la superficie? La ultima vez fue cuando estuvo en aquella inmensa casa “poniendo las cosas en su lugar”.

    -Señor, ¿Piensa salir? -preguntó una castaña muy elegante vestida de secretaria.
    -Sí, vamos Elyse, no puedo permitir que seas la única dadote el lujo de salir de esta madriguera y yo no.
    -Por cierto, ¿A dónde va? -preguntó ella.
    -Voy a visitar a un viejo amigo.

    Ocupado, sumido en la nada, sentado en aquel sillón desde que esos jóvenes se fueron, sí, Van Luigi Peralte meditaba pero esta vez no estaba tan tranquilo como siempre.

    <<Las alas de la muerte… hoy, las siento más cerca que nunca>>

    De pronto el sonido de la puerta interrumpió su meditación, ¿Estaban tocando su puerta? Dudaba que fueran esos chicos de nuevo pero aun así no se molesto en abrir la puerta fuese quien fuese.

    Pero entonces, con sólo girar el pomo y tirar hacia atrás, quedo totalmente perplejo al ver por la rendija de quien se trataba.

    -¡Ha… Hassan! -dijo Van Luigi, apenas.
    -¡Van Luigi! ¡Cuánto tiempo! -exclamó Hassan empujando la puerta para entrar al apartamento.
    -Pe… pero ¿Qué… qué haces aquí?
    -¿No puedo visitar a un viejo amigo?
    -Pensé que ya no volverías.
    -No volver, ¡Qué clase de amigo seria! -dijo él mientras rompía a carcajadas-. Por cierto, tu casa es un asco.

    De pronto, en el otro sofá que quedaba frente a Hassan vio un pequeño destello el cual activo su curiosidad, se acercó lentamente hacia ese extraño objeto hasta que lo capturo entre sus dedos índice y pulgar, era un brazalete plateado.

    Él miró a Van Luigi con una mirada vacía. Hassan se aproximó hacia él y le mostró el brazalete plateado, él o miró con complicidad.

    -¿Acaso estuviste con alguien aquí? -preguntó con un ligero tono amenazador.
    -No sé de que me estas hablando -admitió Van Luigi con voz temblorosa.
    -Claro, eres mi amigo -dijo Hassan sonriendo.

    Guardó el brazalete en el bolsillo e su gabardina café, y se dirigió a una de las paredes, se arrodillo ante esta y comenzó a golpearla y abrió un hoyo con facilidad y de este saco un pequeño aparato negro, una grabadora.

    Van miró perplejo a Hassan. Observo atentamente como llevaba su dedo pulgar hacia un botón rojo y reprodujo una conversación, aquella conversación era la que tuvo con esos jóvenes en la tarde.

    -A ver… ¿Cuánto saben sobre Hassan?
    -¿Hassan?
    -Para abreviar, conocido en sus mensajes como “H”

    -¿Qué amigo eres? -dijo Hassan fingiendo decepción mientras apagaba la grabación pulsando nuevamente el botón rojo.

    Las palabras de Van Luigi se trabaron en su garganta, ni sabía que sentir ante la mezcla de perplejidad y pavor.

    Hassan tranquilamente guardó la grabadora en el otro bolsillo de su gabardina, y del bolsillo de su pantalón sacó una pistola el cual nombraba por el nombre “Gladys”.

    -¿Por qué siempre la gente hace que me haga enojar, Gladys?

    Un disparo se escuchó en la habitación, una bala de Gladys había pegado en el lado izquierdo del pecho de Van Luigi Peralte.

    -Esos… jóvenes lo lograrán y te hundirán…. junto con tu… avaricia -tosió sangre-, Ha… Hassan Will… Williams.

     
  2.  
    Unimar

    Unimar Un alma sana reside en un cuerpo sano y mente sana

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    Vaya Oyukii, si que eres rápida escribiendo.... Se nota el gran aprecio que le tienes a esta historia y las ganas que le estas echándo para escribirlo. <3

    Bien, no sé como decirlo con mejores palabras.

    Esta historia me ha hecho emocionarme, entusiasmarme, incluso me he quedado en la madrugada a leer aún sabiendo que tengo que ir a trabajar. Pero no importa, Oyukii lo que has hecho no tiene nombre... me has atrapado por completo con esto.

    Adoro a Lauren, es un personaje muy carismático y muy bien planeado, y bastante inteligente diría. Y que decir de Kathy.... ¡me encanta todo de ella!

    Por fin todas las piezas van encajando poco a poco, que ingenio que tienes niña. "La llave" ¿podría ser acaso una panacea?

    Hassan es el perfecto antagonista que ya le hacía falta a esta historia, más bien ya estaba pero no muy bien indicado...

    Me agradó bastante que pusieras de nuevo a Blake, siempre he pensado que él y Lauren serían un muy buen equipo. Ahora entiendo el por qué de tantas muertes, en especial la de Marie y Magnus.

    Te agradezco el que hayas resaltado con negrita, me ha hecho más fácil la tarea de leer.

    El final del capítulo 36 fue genial... e impactante. Mira que hacerle daño a Luigi, Lauren tendrá que ser precavida de ahora en adelante...
     
  3.  
    Oyukii

    Oyukii Nevita ._. :3

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    Bien, antes de empezar me gustaría darle un gran agradecimiento a Unimar por sus lindos comentarios que me han ayudado mucho a hacer esta historia. A partir de ahora comenzará una nueva etapa de Misterio Insondable :

    2da Parte

    Misterio Insondable - Resolución


    ~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~. ~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.

    "Según vamos adquiriendo más conocimiento, las cosas no se hacen
    más comprensibles, sino más misteriosas "


    -Albert Schweitzer

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    Capítulo 37: fragmentos de lo desconocido

    Lauren Phillips

    El día anterior, cuando llegué a casa, sentí como si todo hubiera cambiado de repente. Sentía un aire distinto a mi alrededor, como si la información que me dio Van Luigi fuera la llave de una nueva partida, un nuevo camino en donde puedo seguir.

    Ese mismo día, la tía Samantha tenia programado un viaje a Francia por lo que mi cuidado estaba a cargo de Dori. Tendría más libertad aunque de eso no estoy muy segura.


    Lauren tenia razón en dos cosas, la información de Van Luigi la había orientado hacia el camino correcto, ahora solamente tenía hacer el resto ella sola. Segundo, en cuanto a la libertad, cuando las cosas van en serio Darcy era un hueso difícil de roer, esperaba a que le fuera bien con su investigación, pero ahora la pregunta era la siguiente: “¿Ahora qué hará?” Primeramente, Lauren decidió unir los fragmentos de lo que había investigado y obtenido de Van:

    Tres murieron a causa de H que en este caso resulta ser Hassan, con el fin de obtener dinero y poder con el uso de “la llave”. Durante la investigación hubieron conflictos entre los médicos ya que unos se negaban a seguir y otros estaban dispuestos a seguir.

    Pero, debido a la razón de que a pesar de los intentos de perfeccionarla, los intentos eran en vano, además de la perdida de vidas que en este caso eran “los sujetos de prueba”, decidieron abandonar todo aquello.

    Parte de la experiencia fue dividida en cinco partes y solamente Lauren había descubierto una que era la de Magnus Bridgerton.


    Al resumir sus conclusiones Lauren se dio cuenta de que habían factores “x”, que todavía no estaban claros y estos son los que ella debería de descifrar.

    -Que dolor de cabeza… -dijo Lauren mientras suspiraba.

    De pronto, tocaron la puerta de su habitación lo cual fue otra molestia. Lauren Phillips no se sentía de bien humor, y en esos días daba más miedo que otra cosa; pero lo que más le disgustó del día anterior es que perdió su brazalete plateado, era muy especial para ella porque Percy se lo había regalado cuando cumplió sus quince años.

    -¿Diga? -dijo Lauren abriendo la puerta, con un tono de voz no muy agradable.
    -Lauren…, está lista la cena… -dijo Darcy un poco asustada ante la reacción de la adolescente.
    -No tengo hambre -dijo ella mientras cerraba la puerta.


    Por otro lado…

    Aquel hombre de pelo rubio observaba detenidamente aquel brazalete plateado, era muy bonito. Imaginaba a una jovencita de no mas de quince o dieciséis años portando tal hermosura en su delicada y delgada muñeca.

    Hassan Williams, era un villano lleno de codicia pero a la vez era un gran depravado a sangre fría. Hasta ahora sabía que había una jovencita metiéndose en sus asuntos pero ¿Quién se supone que era? Esa era su tarea, debía exterminarla antes de que fuera demasiado tarde y sus planes se fueran a ruinas.

    -Señor Hassan -se vio a la mujer castaña-. La chica ha terminado.

    Él guardó el brazalete en su bolsillo y luego, cogió el cuaderno y se dispuso a leerlo:

    El grupo que estaba a favor de que se hiciera la droga fue silenciándonos y nos redujimos a nada, solamente nos quedaba contribuir a la investigación.

    Pero luego, hubo un cambio repentino con las cosas, mandaron a Charlie Thompson, a Marie Ross y a mi (Magnus Bridgerton) a guardar los cada fragmento de investigación ya que estos, si caen en las manos equivocadas podría haber un caos mundial.

    Cuando el resto de la población de médicos se entero de aquello para algunos fue un alivio pero para otros fue una maldición, y un buen ejemplo de ello fue…


    Hassan cerró el cuaderno esbozó una sonrisa y arrojó el cuaderno a un lugar de la habitación.

    -Pobre amigo Magnus, tantos problemas nos ha dado esa miserable porquería.
    -Señor, ¿Qué quiere que hagamos con la chica?
    -Déjala que descanse, puede que nos sea útil para lo que sigue más adelante.

    Dichas estas palabras la castaña se fue de la habitación dejando a su amo solo en sus pensamientos.

    Cuando la puerta del cuarto se cerró, Hassan sacó el brazalete y lo observó detenidamente como lo estaba haciendo anteriormente, imaginando la portadora de este.
     
  4.  
    Oyukii

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    Capítulo 38: algo extraño

    Lauren se encontraba en la academia Collinwood, haciendo un gran esfuerzo para no dormirse por el aburridísimo discurso de la maestra Fischer. Estaban a ley de medio mes para que comenzaran las vacaciones de verano y la academia Collinwood ya estaba orientando a sus estudiantes.

    Miró a su alrededor y vio que menos del 50% del salón estaba prestando atención al discurso de la maestra Fischer. Dio un suspiro y trató de hacer lo mejor posible para prestar atención.

    Mientras tanto, Kathy Applewhite pasaba sus mejores ratos en el centro médico más grande y moderno de todo Londres, el Hospital Radcliffe. El director del hospital había aceptado un reportaje sobre aquel ilustre hospital. Kathy Applewhite, representante del canal de noticias más popular de Londres: TV City, junto con su compañero Justin Turner, iban a hacer un reportaje sobre el moderno y grandioso hospital.


    Ambos reporteros caminaron hacia las puertas que se abrieron automáticamente dando paso a un enorme y elegante sala, habían alrededor de unos 47 pacientes en la sala de espera.

    -Debe de ser un hospital muy bueno -dijo Kathy.
    -Sí, aunque es uno de los más costosos, en este hospital se usa lo último en la medicina.
    -Genial.

    Justin y Kathy fueron a la oficina del director del hospital, Geoffrey Fayt.

    -Hola jóvenes, ¿Cómo están? -dijo el director cortésmente.
    -¡Hola señor Fayt! Soy Kathy Applewhite y él es mi compañero de trabajo Justin Turner.

    Dejando las presentaciones a un lado, Geoffrey ofreció un pequeño paseo por el hospital mientras que los reporteros iban haciendo preguntas y tomando fotografías del lugar. Tomaron fotografías del quirófano, el cual era una perfecta descripción de “tecnología”; iban por un pasillo que contaba con numerosas habitaciones con puertas de color metálico.

    Mientras que Justin iba tomando apuntes de lo que decía el director del hospital, de repente pasan por una puerta que tenia la inscripción de LAB-03 en medio esta, Kathy con sólo ver la pequeña inscripción la curiosidad se apodero de inmediato.


    -Oye, Justin… -le susurró Kathy a su compañero.
    -¿Qué pasa? -dijo él de igual manera.
    -Tengo que ir al baño.

    Justin suspiró.

    -Esta bien, pero no te tardes -dijo.

    Kathy sonrío, esperó a que Justin y Geoffrey estuvieran a una distancia considerable para hacer de las suyas; ella abrió la puerta y vio una habitación vacía, totalmente, en la pared que le quedaba en frente había una especie de ventana y más a la derecha había una puerta. La pelirroja se acercó a la ventana.


    Vio a unos sujetos con batas de laboratorio, tenían mascarillas y una especies de lentes que dificultaba su identificación; pero lo que más le llamo la atención a Kathy fue, aquel contenido que llevaban entre aquellos guates azules: un pequeño frasco con líquido transparente, aquel líquido lo insertaron en una jeringa y a continuación inyectaron aquel líquido a un cuerpo que yacía acostado en una camilla.

    Ella estaba a punto de tomar una fotografía hasta que una mano blancuzca se interpuso entre la lente de la cámara y la imagen.

    -No tomes fotografías -dijo.
    -¿Eh? -Kathy en ese momento estaba sumida en la imagen que había interceptado. Era como un ángel caído del cielo, aquel rostro de fracciones perfectas en su rostro, había arrastrado la mente de Kathy Applewhite en otro espacio muy lejos de la realidad.
    -Está prohibido tomar fotografías -dijo el hombre.


    Kathy guardó la cámara al mismo tiempo que bajaba la mirada.

    -Aquello que ves, es el experimento X30 -dijo-. Hace años que estamos haciendo esta investigación pero no hemos tenido resultado.
    -¿Por qué? -preguntó Kathy con sumo interés en el tema.
    -Observa por ti misma.

    En ese momento, aquel cuerpo comenzó a convulsionar de manera muy violenta, de sus orejas, boca y nariz comenzó a derramar grandes cantidades de sangre.


    En ese momento, aquel cuerpo comenzó a convulsionar de manera muy violenta, de sus orejas, boca y nariz comenzó a derramar grandes cantidades de sangre.

    -¿¡Qué es eso!? -exclamó Kathy horrorizada.
    -El cuerpo está rechazando el X30, otra vez, aunque hemos tenido algo de resultados.
    -¿¡Resultados!?
    -No querrás saber lo demás -dijo sonriente-. Por cierto ¿Qué haces aquí?
    -Bueno… me acordé de que tenia algo que hacer… adiós -dijo Kathy tratando de salir de la habitación lo mas rápido posible.

    Trató de localizar a Justin y a Geoffrey, y al hacerlo su compañero no la recibió muy agradablemente:

    -¿A dónde estabas? Te dije que no te tardaras. ¡Tuve que terminar el reportaje yo solo!
    -¿En serio hiciste eso? -dijo Kathy sorprendida.
    -Si, porque cierto “petirrojo” no estaba aquí -dijo Justin haciendo referencia al pelo rojo de Kathy.
    -¡Ya! Olvídalo -dijo Kathy en forma de disculpas.
    -¿Estabas en el baño? -preguntó Justin, pero aquella pregunta hizo que Kathy inflara sus mejillas en señal de disgusto.

    Después de un exitoso día de trabajo Kathy se dirige a su casa a tomar un buen merecido descanso.

    Mientras tomaba una relajante ducha le vino a la mente aquella imagen honorífica que vio en el hospital, en el LAB-03. Nunca había visto algo tan horroroso, pero ¿Qué se supone que era ese líquido? Con aquella molesta pregunta en la cabeza, se vistió en sus ropas más cómodas. El apartamento de Kathy estaba sumido en el silencio total, su mente todavía seguía en aquella escena que había visto en el hospital Radcliffe. Lo único que podía hacer era olvidar ese, pero tratándose de ella misma, sería algo difícil o muy difícil.
     
  5.  
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    Capítulo 39: improbable pero no imposible

    La trivialidad había vuelto a la vida de Lauren Phillips, como una maldición. Al fin y al cabo había quedado estancada, no tenia pistas, solamente historia que no le servía para nada. ¿Qué haría? Lauren se había pasado días y días pensando en la maldita pregunta y para el colmo, sus exámenes estaban a ley de una semana y no podía concentrarse.

    <<Maldita sea…>> pensó Lauren.

    Pero ese día de principios de Junio todo cambió. Lauren bajaba las escaleras, tenía hambre y se le apetecía una de las famosas galletas de chocolate de Darcy. Dori tenía encendido en canal de noticias. Al destapar el recipiente en donde estaban las galletas escuchó la voz de la cocinera lamentando algo. Al coger la galleta se dirigió a la sala de la tele y vio que ella se quejaba de otra muerte que había ocurrido.

    -Dios mío, ¿Qué anda pasando? Primero son los médicos, luego desaparece la hija de los Cheever y ahora esto.


    El cadáver fue encontrado en la sala, a en su momento de descomposición, según nos revelan fue asesinado por un disparo directo al corazón.

    <<No me digas que es…>>

    Lauren no lo dudó ni por un segundo, al presentar la imagen del vecindario en donde fue encontrado el cadáver se dio cuenta de que fue Van Luigi Peralte el que había sido asesinado.

    -Yo ya soy viejo…
    -Ya a este pobre viejo le falta muy poco, solamente oigo las alas de la muerte acercarse más y más…

    Era más que obvio que Van Luigi sabía de todo eso le iba a pasar, pero no le importó, pero a pesar de que él solamente les aclaró unas cosas era más que suficiente, solamente era cuestión de su instinto resolver ese enorme rompecabezas. Aunque la muerte de aquel hombre fuera lamentable para Lauren Phillips, a la vez se sintió motivada a continuar, e ir descubriendo pedazo por pedazo, por Van Luigi Peralte, por aquellos tres honorables médicos que lucharon contra la corriente aunque no tuvieron éxito, por Casey, por todos. Ciertamente Lauren estaba agradecida por aquel señor.

    Cuando subió a su habitación, precisamente escuchó el sonido de su celular, lo cogió:

    -Hola, Lauren -dijo la voz del otro lado de la línea-. Soy yo Kathy.
    -Ya me di cuenta -dijo Lauren con sarcasmo.
    -¿Crees que nos podemos juntar en el café?
    -Sí.

    Al terminar la llamada Lauren fue a su closet y de este sacó un par de zapatillas negras, se las había regalado Samantha en Navidad. Fue cuestión de un par de minutos para que estuviera lista para salir al café “Cake”, era el mismo café en donde se reunían cuando Lauren vivía en la casa de su primo Eddie Redford.

    Fueron diez minutos de recorrido para llegar allá, y aunque Kathy no hubiera fijado hora exacta sabía que la reportera seguramente estaba hartándose un pastel del café.

    Al llegar, Lauren vio a la pelirroja sentada en una de las primeras mesas.

    -Hola Kathy -dijo Lauren mientras tomaba asiento.
    -Hola Lauren, ¡Cuánto tiempo sin verte!
    -Sí, me atrevería a decir lo mismo -dijo la chica inexpresiva como de costumbre.
    -Y dime… ¿Has progresado en algo?
    -Sí, diría que en algo pero en estos momentos ando estancada.
    -¿A qué te refieres?
    -Fui a darle una visita a nuestro amigo, Van Luigi Peralte.

    Con sólo escuchar el nombre Kathy volvió a escupir en la taza el café que estaba tomando amenamente, ella estaba anonadada.

    -¿¡A ver a quién!?, ¿Fuiste sola?
    -No, fui con cierta persona pero increíblemente nada pasó, escupió parte de lo que sabía -dijo Lauren con la mirada perdida en la mesa.
    -¿Parte de lo que sabía?
    -Sí, sabía mucho pero dijo, lo necesario.


    El rostro de Kathy se volvió una completa definición de asombro al escuchar lo que la chica decía sobre lo que pasó aquel día, al principio que era un invento de Lauren pero al ver el rostro tan serio de Lauren Phillips se convenció totalmente de lo contrario.

    -Van Luigi solamente me explicó el contenido del diario de Magnus pero de lo otro, nada. Tomando en cuenta los sucesos pasados, lo que más me preocupa es el hospital de Brett, y donde consiguen esos sujetos de prueba.
    -Es cierto… -dijo la pelirroja vagamente recordando lo pasado en Radcliffe.
    -¿Qué hay de ti? -preguntó Lauren.
    -Bueno… para serte sincera he tenido mucho trabajo, hace dos días estuve en el famoso hospital Radcliffe, ¡Es lo más precioso que haya visto!
    -¿En serio?
    -¡Sí! Es lo último en medicina.
    -¿Crees que ese hospital esté implicado en todo esto? -preguntó Lauren de repente.
    -¡Ja! Lauren, parece que todo esto te está afectando un poco tu cabecita, es imposible que todo hospital que oigas esté implicado.
    -No es imposible.
    -Pero aún así. Oye, ¿No crees que deberías darte un respiro?
    -Ya he tenido suficiente descanso con este estancamiento…


    Kathy sabía que probablemente Lauren tuviera razón en aquello, según ella, era un poco más “realista” que Lauren pero Lauren no tenía nada que perder ante aquella posibilidad que se había planteado, era improbable, pero no imposible.

    Lauren tenía razones para creer que el hospital Radcliffe tuviera algo que ver, primero, aquel hospital era lo ultimo en tecnología medicinal por lo que la investigación de “la llave” pudo haberse llevado en ese lugar, y segundo, no había otro lugar como Radcliffe en todo Londres.

    -Piensas… ¿Hacer una de tus locuras? -preguntó Kathy.
    -No se, es muy difícil infiltrarse en un lugar como ese, no es como el hospital de Brett.
    -¡No te preocupes! ¡Déjale esto a Kathy!




    Mientras tanto, este malvado estaba completamente aburrido, mataba el tiempo en aquel sillón carmesí enterciopelado leyendo aquel libro de tapa marrón de titulo anónimo. Aquel “malvado” era nada más ni nada menos que Hassan Williams, que, a pesar de la trivialidad de su guarida tenía ganas de un buen descanso; de despejar su mente un rato.

    De pronto, la puerta de su habitación se abrió dejando ver a un joven de increíblemente apuesto, de pelo marrón y ojos café.

    -Derek -dijo Hassan en forma de saludo-. Hace tiempo que no te veía.
    -Digo lo mismo, señor.
    -¿Cómo van las cosas? -preguntó el rubio.
    -Digamos que los progresos son muy lentos.
    -No me digas… -dijo Hassan sin mucho interés. Hubo silencio durante
    un minuto hasta que el joven llamado Derek habló.

    -Por cierto señor, ¿Se toma unas vacaciones? -preguntó el joven divertido.
    -Digamos que si, estoy un poco preocupado.
    -Se puede saber.
    -Van Luigi parece que reveló parte de mis planes, y no sólo eso, sino que parece que le contó a alguien lo que pasó hace ocho años.
    -Eso si que fue una gran metida de pata -dijo Derek-, a ver si adivino, lo mató ¿No es cierto?
    -Ni tienes que adivinarlo.
    -Por cierto, parece que me está pasando el mismo problema.
    -¿A qué te refiere?
    -Parece que una “mosca” se está inmiscuyendo en sus planes señor.
    -No me digas… demonios -dijo Hassan acariciándose las sienes.
    -Así que, es hora de trabajar, amo.


    Derek dejó a Hassan solo en aquella habitación gótica. Al hacerlo sintió aquella molesta sensación de ser observado, al volver su rostro a su izquierda vio a Elyse Stirling, la asistente de Hassan.

    -Pero mira que trajo la marea -comentó el muchacho.
    -¿Qué le has dicho a Hassan? -preguntó Elyse en un tono de pocos amigos.
    -Tranquila, le dije que retomara de nuevo su trabajo.
    -Él estaba descansando.
    -Elyse, tanto tú como yo sabemos que mientras sus objetivos estén en pleno juego, no hay descansos.
     
  6.  
    Unimar

    Unimar Un alma sana reside en un cuerpo sano y mente sana

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    Muchas gracias Oyukii ///n_n/// sabes que me gusta esta historia. Lo que sí me gustaría es tener el tiempo suficiente para venir a leer, pero bueno ahora lo tengo y lo haré.

    Segunda parte

    Capítulo 37

    No, Lauren esta en problemas. Espero que Hassan no se de cuenta a quien le pertenece ese brazalete. De ahora en adelante Lauren tendrá que ir con mucho más cuidado, porque ya conociendo de lo que puede llegar a ser H, no esperaría que la mandara asesinar o aún peor. Eso le pasa por andarse metiendo en cosas grandes, pobre Lauren pero desde un inicio sabía con lo que estaría enfrentandose.


    Capítulo 38

    ¿En dónde se ha ido a meter Kathy? ¿X3o qué será eso? Acaso la "la llave" o una copia de ella. No lo sé, tendré que seguir leyendo.


    Capítulo 39

    Ese de Hassan si que es una mala persona, por Dios Lauren y Kathy tendrán que tener mucho cuidado. En la parte del noticiero, no sé porque pero creí que el cuerpo que habían encontrado era el de la pelirroja. No Oyukii, que no le pase nada malo a Kathy la chica es muy valiente.

    Aunque sea la segunda parte, los miestrios de la primera no se terminan de resolver, aún hay tantas dudas que tengo. Bien, espero los siguientes capítulos. Ya me di cuenta de que en un mismo día publicas dos o tres, gracias por no hacerme esperar de capítulo en capítulo.

    Nos vemos Oyukii <3
     
  7.  
    Oyukii

    Oyukii Nevita ._. :3

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    Capítulo 40: el retrato

    Kathy Applewhite había ofrecido su mano generosa a Lauren Phillips, ella era una reconocida reportera -no sólo por su forma de vestir-, sino que sus informaciones eran concretas y seguras. Pero en ese momento no tenía ni idea de lo que tenía que hacer en el hospital de Radcliffe; no era solamente caminando por los pasillos como pájaro sin nido, ese “algo” que tenía que buscar ni la misma Lauren lo sabía, pero a pesar de la situación no todo estaba perdido, Kathy Applewhite estaba basada en algo que ni la misma Lauren sabía, estaba basada en lo que había visto en el LAB-03.

    -Muy bien, es hora de la acción Applewhite -se dijo a si misma, motivándose.


    Entró al hospital sin levantar sospecha alguna, tomó el elevador hasta donde recordaba, el tercer piso en donde estaba aquel pasillo de puertas de color metálico. Fue caminado mirando de un lado a otro verificando si alguna de ellas era la que buscaba. Y tuvo más que éxito. Al entrar, cerró la puerta detrás de si, caminó lentamente hasta la ventanilla, esta vez, no vio nada, parecía que se estaban dando un día libre o algo por el estilo. Decepcionada, se dio vuelta para salir pero en ese momento, se llevó un gran susto, pero aquel sobresalto se calmó al ver aquel rostro celestial de la última vez.

    -Entonces, la pelirroja anda fisgoneando -dijo aquel hombre divertido.
    -Tú… ehmm… ¿Cómo estás? -dijo ella nerviosa.
    -Yo, diría que bien , trabajando como un perro en este hospital.
    -Soy Kathy Applewhite.
    -Yo… Glenn Dickson. Entonces eres la famosa reportera que vino a hurgar por aquí… ¿Qué te trae por aquí?
    -¡Nada! Ya me iba así que… -iba diciendo Kathy mientras agarraba el pomo de la puerta pero fue interrumpida por Glenn.
    -Señorita Applewhite, será mejor que no se meta en estos asuntos, si no quiere acabar mal.


    Kathy apenas asimiló el mensaje, perdida en la belleza sobrenatural de ese hombre, la mayor debilidad de Kathy Applewhite eran los hombres, principalmente como ese tal Glenn Dickson. Ella empujó la puerta, al salir apenas dirigió su mirada al frente vio nada más ni nada menos que Geoffrey Fayt, el director del hospital.

    -¡Vaya! Pero que sorpresa tenerla aquí señorita Kathy. Es para mí admirable ver a los jóvenes interesados en la medicina -dijo esto último con una gran carcajada parecida a la de Santa Claus-. Y dime Kathy, ¿Qué te trae en este lustre hospital?
    -¡Señor Fayt! Bueno… ya me iba…
    -No, espera, ¿Por qué no vamos a mi oficina y hablamos?


    La pelirroja no tuvo más opción que aceptar la invitación del director Fayt, en parte se sentía avergonzada ya que primeramente al fin y al cabo fue descubierta. Pero lo que le resulto extraño en aquel intercambio de palabras es que mencionara su nombre con tanta familiaridad.

    -Applewhite -dijo Geoffrey sirviendo café en dos tazas-. Ese apellido me trae viejos recuerdos.
    -¿A qué se refiere? -preguntó Kathy confundida.
    -¡Ja! Parece que aún no lo sabes, si no me equivoco eres hija de John Applewhite.
    -¡Sí! -exclamó ella sorprendida-, ¿¡Cómo lo supo!?
    -Bueno, John y yo éramos viejos amigos de la infancia, crecimos juntos, fuimos a la secundaria ¡Ah! Y me acuerdo aquella vez cuando se enamoró de tu madre. Por cierto, ¿Cómo están?
    -Bien, mi padre la pasa muy bien con mi madre en Escocia, en este verano vendrán para acá.


    Geoffrey le dio la taza de café endulzada a Kathy, ella la tomó sin sospecha alguna. En ese momento aprovechó el silencio para observar las fotografías que habían en las paredes; al fijar sus ojos en aquella fotografía sus ojos se estrecharon ligeramente debido a la impresión. El director del hospital se dio cuenta de aquello y siguió con la mirada en objetivo de la pelirroja.

    -Viejos compañeros -dijo después de un largo suspiro.

    <<Magnus… Bridgerton…>> pensó Kathy sorprendida.

    -¿Acaso lo conoces? -preguntó Geoffrey.
    -¡No! ¡Para nada! -rió ella nerviosa-. Yo sólo miraba…
    -Era un viejo compañero de trabajo, en este hospital.
    -¿Y qué pasó con él? -preguntó Kathy de repente notando un tic de nerviosismo en Geoffrey.
    -Él… trabaja en Europa… en otro hospital, fue trasladado hace cinco años -dijo.

    <<Mentiroso…>> -se dijo Kathy en sus adentros con el ceño fruncido.

    -¿Pasa algo Kathy? -preguntó Geoffrey. Ella casi salta de sorpresa al darse cuenta de la horrible expresión que tenía en el rostro, de repente, saltó de su silla recordando que no tenía todo el día.
    -¡Nada! Solamente me acorde que tenía que hacer algo. Fue un buen momento señor Fayt, gracias por el café estuvo delicioso. Adiós.

    Kathy se fue del lugar como alma que se lleva el diablo, tenía por lo menos algo, algo con lo que podían ir avanzando, aquel retrato fue una gran referencia ahora supo que de alguna u otra forma Geoffrey Fayt estaba ligado con aquel asunto de “la llave” ¡No podía esperar a decirle a Lauren!

    -Hola, Lauren, soy yo Kathy ¡Tengo buenas noticias! -dijo ella por teléfono.
    -¿En serio?
    -¡Sí! Nos vemos dentro de quince minutos en el café que queda cerca de la casa de Eddie.

    Y cerró.

    Mientras tanto, Lauren no sabía como sentirse ante lo que acababa de hacer Kathy, ¡Ni le dejó tiempo para decir sí o no! Dada la situación no tenía más opción que fugarse de la casa.


    -¡Hola Lauren! -exclamó Kathy.
    -¿No podías decirme por teléfono esa: “buena noticia”? -dijo Lauren con voz de pocos amigos.
    -Es que, quería decírtelo en persona -dijo la pelirroja sin perder aquella deslumbrante sonrisa.

    Apenas Phillips se sentó, Kathy Applewhite fue directamente al grano, le dijo sin perder ningún detalle. Lauren estaba considerablemente feliz con la información, ya que había borrado aquella cara de vieja refunfuñona.

    Después de aquella pequeña junta en el café tuvo que enfrentarse a la furiosa cara de Darcy, lo cual no le fue muy bien, ¡Era peor que su tía Samantha! De esa horrible experiencia supo que: “con el cucharón de la cocinera no debes jugar”.
     
  8.  
    Oyukii

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    Capítulo 41: sola

    Como era de costumbre, Lauren se levantaba temprano para estar como mínimo a las 8:00 en la academia Collinwood. Allí, todo había transcurrido de lo más normal, o en otras palabras sería como el día más aburrido de la vida. Después de aquel soporífero último día de examen volvió a casa sola, sin Blake Thompson por los alrededores, hoy ella no estaba de humor por lo que la ausencia del muchacho era un milagro para ella.

    Al llegar a casa fue directamente a su habitación a cambiarse y como era el último día se dio el lujo de dejar el uniforme tirado en el suelo. No había señales de nada en la casa; aquella atmosfera le recordaba la casa de su primo Eddie, aquel silencio lúgubre que rodeaba la casa. Pero en su caso solamente era la ausencia de su tía lo que hacia falta. De pronto, todo aquel silencio se vio suspendido al oír aquella pequeña melodía de campana de su celular. En ese momento no tenía en mente alguna persona en especifico que pudiera llamarla.

    -Hola -respondió Lauren.
    -Hola, ¿Tú… eres Lauren Phillips? -dijo una voz masculina del otro lado del teléfono.


    Ella permaneció en silencio un momento debido al sobresalto del interlocutor.

    -Disculpa… ¿Te conozco? -dijo Lauren con recelo.
    -No, pero necesito hablar contigo urgentemente -respondió la voz.
    -Lo siento, pero mi mamá me dijo que no debo hablar con extraños.
    -Bueno, para que no suene que soy algún delincuente… ¿Conoces a Kathy Applewhite?
    -¿Por qué la pregunta?
    -Porque yo también la conozco, tengo… un mensaje que darte.

    Lauren medito en aquellas palabras por un momento, tal como revelaba sus respuesta ella no estaba segura de sus intenciones todavía pero al mencionar el nombre de Kathy su interés se activo de repente. Pero de todas formas tenía que ser cuidadosa, en las cosas que ella sabía podrían estar buscándola pero esas posibilidades era casi nulas ya que la única que ha estado expuesta era Kathy Applewhite, Lauren solamente cumplía con la parte de buscarle el significado a los descubrimientos.

    -Dónde y a que hora -dijo Lauren.
    -Dentro de quince minutos en el parque Greenwood, me reconocerás inmediatamente llegues.


    Después de aquellas palabras fue lo ultimo que escuchó de la vía telefónica. Inmediatamente fue a su armario y se cambio de ropa, como era una persona desconocida no se dio el lujo de llegar tarde cómo siempre lo hacía. El parque Greenwood, sabía más o menos como llegar pero lo más extraño del caso era ¿Qué clase de persona quisiera hablar en un parque infantil? Pero le dio mera importancia a ese detalle, ya estaba comprometida a ir por lo que no había marcha atrás. Había ido al parque informándole a Darcy que iba a ir al parque con una amiga, aunque le había contado a ella en todo lo que estaba metida procuraba no decirle demasiado ya que no quería preocuparla demasiado y más que ella estaba a cuidado de la cocinera ¡Estaba más sobre protectora que nunca!

    No le tomó mucho tiempo para llegar al parque infantil Greenwood. Era un lugar lleno de plantas, habían muchos juegos en donde unos pocos niños jugaban y habían algunas madres custodiando a sus hijos, verlos divertirse y ensuciarse.


    Detrás de aquellos bancos había unos columpios, y en uno de ellos había un hombre de gabardina beige, tenía el pelo castaño claro y por lo que pudo apreciar desde la distancia que estaba eran unos ojos esmeralda apagados, miraba distraídamente el suelo, su alma estaba desolada. Lauren se acercó a él con lentitud, el hombre volvió al mundo real en un lapso indefinido, vio que alguien se le aproximaba y no dudo en que era ella, Lauren Phillips.

    -Oye, ¿Eres Lauren Phillips?

    Ella asintió.

    El hombre le hizo un ademán para que se sentara en el columpio d3e al lado, algo bastante extraño, muy raro que un hombre de unos treinta años la invitara a sentarse en un columpio a discutir algo importante.


    -Soy Justin Turner, amigo de trabajo de Kathy -se presentó-. Vengo a darte más bien, una noticia.
    -¿De qué se trata?
    -Viste a Kathy ayer, ¿No es cierto? -dijo él con la vista hacia la nada.
    -Sí.
    -Ella… murió.

    Hubo un breve silencio, Lauren sintió como si su corazón parara de latir, aquella noticia, tan directa, la tomó por sorpresa.

    -Sí,… falleció ayer en la noche, mientras dormía -dijo Justin cabizbajo con voz quebrada-. Según la autopsia ella… fue envenenada.

    ¿Pero cómo? Ella ayer estaba perfectamente bien. Hasta que, un pequeño pasaje de la mente de Lauren reprodujo aquella conversación que tuvo con Kathy en la cafetería el día anterior:

    -¡Y el señor Geoffrey me invitó a tomar un café a su oficina!


    Para él o cualquier miembro de la familia de Kathy Applewhite sería un gran misterio aquel envenenamiento pero Lauren habló con ella el día de ayer, y si no se equivocaba aquel amistoso café fue la causa de su muerte. Ella estaba completamente segura de que alguien había fijado los ojos en ella el día en que Kathy fue a hacer el reportaje en el hospital, no cabía duda de que lo que había visto inocente y torpemente aquel día la condujo a lo que Lauren Phillips no se esperaba. Ya no había pequeño espía, ahora, tenía que someterse a carne propia aquellas aventurillas y descubrir todo, para que la muerte de Kathy Applewhite no fuera en vano.

    -No se que fue lo que pasó exactamente, pero realmente, estoy confundido -dijo él levantando la vista hacia aquellos nubarrones grises que tapaban la luz del sol.
    -No te creas que eres el único -dijo Lauren segundos después del comentario de Justin.
    -Su funeral fue esta mañana…



    Lauren siguió las indicaciones que le había dado Justin para llegar al cementerio en donde la reportera había sido sepultada. La entrada del cementerio tenía un aspecto similar a como describían los libros de narrativa gótica, aquel ambiente solitario y lúgubre le puso a Lauren la piel de gallina. Avanzó entre las lápidas sin prisa alguna, siguiendo las indicaciones de Justin al pie de la letra porque cualquier fallo y se perdería por completo.

    -Kathy Applewhite-

    Y así termino aquella chispa roja, su vestimenta carnaval ya no sería más. Lo que más temía Lauren aunque estaba lejos de su realidad había ocurrido pero esta vez en el cuerpo de la persona que no se lo merece. Se sentía culpable, una pesadez inmensa, si tan sólo no se hubiera puesto de floja e hiciera el intento de acompañara, tal vez eso no hubiera ocurrido, tal vez todo fuera diferente pero no, todo por culpa de ella. Ahora, al recordar la cara de Justin Turner su estado de ánimo se fue al suelo, en sus ojos estaba el reflejo de un amor que nunca había sido admitido, si, Justin Turner amaba a Kathy Applewhite pero ahora él estaba devastado por culpa de ella.

    -Con que fue hasta aquí a donde te llevé -dijo Lauren con una sonrisa melancólica, solamente podía hacer eso porque tenía vergüenza, tenía vergüenza de llorar en frente de “Kathy” tenía vergüenza como siempre.

    Recordaba lo que le dijo Amelia Cromwell cuando a sus diez años murió su perro Zero, un alegre y cariñoso labrador dorado, toda la familia se había encariñado con él, hasta la propia Liza Phillips (que no era amante a los animales) que no pudo evitar sacar algunas lagrimitas, desde entonces ella había jurado hacer una familia más unida ya que como Zero no habría otro, parte de aquel viejo recuerdo le parecía gracioso a Lauren, solamente por la partida de un perro. Pero la falta de un compañero animal la llevó a una leve depresión por dos meses hasta que sus padres acordaron regalarle un gato, Dixie, el vago de la casa.


    -Triste ¿No? -dijo una voz detrás de ella.
    -Justin -dijo con serenidad y tristeza.
    -No se que fue lo que pasó… esto es tan… ridículamente inesperado.
    -¿La amabas? -preguntó Lauren sin hacer contacto visual con el muchacho. Este guardó silencio por un minuto aproximadamente hasta que decidió responder.
    -Creo que si. Creo que demasiado.
    -Fue mi culpa -dijo ella bajando la mirada.
    -¿Qué? -preguntó, pero cuando se volvió hacia ella, ya se estaba retirando.
     
    Última edición: 4 Enero 2014
  9.  
    Oyukii

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    Capítulo 42: compañero

    Comenzaron las vacaciones de verano, desde aquel día Lauren Phillips se había propuesto someterse a profundidad a aquel misterio. Desde la muerte de Kathy Applewhite quedó inactiva, estaba completamente centrada en los exámenes. Durante aquellos días no había novedad alguna y menos de la tía Samantha, bueno, digamos que además de viajes de negocios también tuvo “fortuna en el amor” con un polaco que conoció por casualidad.

    Era un lindo Martes, Lauren se encontraba en su habitación haciendo nada más que pensar pero, ¿En que pensaba? En como debería seguir con su investigación, era claro que necesitaba un compañero y no importaba cuanto cerebro tuviese, necesitaba otro cerebro más. Pensó que un buen candidato seria Babette Bridgerton ya que ella era hija de Magnus Bridgerton y podían tener acceso a información, pero también tenía a Blake Thompson hijo de Charlie Thompson; después de un pequeño análisis decidió por quien debería de ir.

    Aquella tarde optó por reunirse en Rolling-Batidos con la persona que había elegido, en este caso era Babette Bridgerton. Lauren se encontraba sentada en una de las mesas bebiendo un batido de plátano. De pronto, se escuchó la puerta abrirse, Lauren fijó su mirada en la persona que había llegado, era Babette Bridgerton.


    -Hola Lauren -saludó la rubia con una impecable sonrisa en sus labios.
    -Hola Babette -saludó Lauren de la misma manera, excluyendo la sonrisa.
    -Bueno, ya estoy aquí, ¿De qué me querías hablar?
    -Pues… verás, necesito un compañero para seguir resolviendo este caso.
    -¿Un compañero? ¿No que tenías uno? -preguntó Babette.
    -Sí, pero “ese compañero”… murió.


    Ambas se quedaron en silencio, en un silencio muy largo. Lauren esperaba la respuesta de la rubia pero esta parecía estar sumida en otro universo al escuchar la noticia. Babette, entendía a lo que se refería Phillips, todo, pero al aceptar pondría toda su vida en juego, ¿Estaba lista para pagar ese precio en algún momento? Por ahora, no quería compartir su destino con su padre. Ella miró a Lauren por un momento, la observo, más allá de lo que eran sus características físicas, lucia un rostro impasible como siempre, parecía no importarle aquel hecho o si su vida estaría en riesgo, parecía no importarle.

    -Yo… -comenzó-, este… no sé.
    -Explícate -respondió Lauren en un tono gélido.
    -Bueno…, yo… no quiero poner mi vida en riesgo.
    -Te entiendo.
    -No, realmente quiero ayudarte Lauren pero es que yo… soy cobarde, soy muy cobarde.
    -Ya veo -dijo Lauren mientras terminaba su batido de plátano. Dejó el vaso vacío en la mesa y se marchó antes de decir-. Fue bueno hacer negocios contigo, Bridgerton.


    Al respecto Lauren no se sentía decepcionada ni nada por el estilo pero le sorprendió un poco la respuesta que le había dado Babette, no después de haber visto esa mirada que le produjo escalofríos.

    El otro candidato que tenia en mente era Blake Thompson, disfrutaba a veces de su compañía pero habían ocasiones en las que tenía ganas de patearle el trasero hasta quedarse sin piernas, era un poco difícil de aceptar pero era necesario para continuar. Como no tenía el numero de teléfono del pelinegro decidió ir directamente a su casa.

    Tocó el timbre, y en un lapso corto abrieron la puerta, la recibió el hermano de Blake, no es que le cayera mal pero las pocas veces que lo llegó a ver su semblante era bastante incómodo, tanta ausencia, tenía ganas de echar un gruñido y tirarse del pelo como una loca.


    -¿A quién buscas? -preguntó él en un tono bastante vacío.
    -Busco a Blake Thompson -al Lauren dar esa respuesta, fue como si hubiera hecho un hechizo de invocación porque inmediatamente lo vio junto a su hermano. El hermano de Blake se retiro dejándolo a los dos solos.
    -Es raro -dijo recostándose del marco de la puerta-. Que vengas…
    -Solamente quiero intercambiar algunas palabras así que no hagas tan largo el momento.
    -Escupe.
    -Yo… necesito un compañero para resolver este caso, pensé que serias un buen compañero ya que como eres hijo de un médico podría tener información fácil ya sabes…
    -Acepto, no pensé que fuera tan importante.
    -¡No es eso! Eras el único disponible -respondió Lauren.
    -Bien, como sea pero antes de irme, necesito tu numero de teléfono así como tú el mío.

    Dos días después de aquel día, Lauren planeó ir con él a una pequeña aventura en el hospital Radcliffe. Blake la tomó por sorpresa al llevar consigo un bolso de cuero, Lauren tuvo una repentina curiosidad algo que el joven Thompson notó pero se ahorró las explicaciones, quería mantener aquel pequeño aire de “misterio”. Al llegar, sin levantar sospecha alguna y en silencio los dos jóvenes se encerraron en un pequeño cuarto que parecía de limpieza (idea que fue de Blake), al principio ella pensó que se trataba de una broma de mal gusto de él pero estaba equivocada. Blake puso la bolsa de cuero en el suelo y de este sacó unas batas blancas de laboratorio. Ella se sorprendió, no esperaba tal cosa de Thompson.

    -¿Dónde conseguiste todo esto? -preguntó ella.
    -En la habitación de papá, estaba curioseando en su habitación y encontré esto por casualidad. Pensé que nos sería más fácil hacernos pasar por… “destajadores del mal” -dijo él en forma de burla poniéndose una mascarilla. En cuanto a Lauren, puso los ojos en blancos aunque tuvo que admitir que le hizo gracia aquella insignificante broma.


    Cuando terminaron de alistarse ya parecían verdaderos biólogos. En el hospital de Radcliffe abundaban de estos, este prestigioso hospital parecía más un centro de investigación que cualquier otra cosa; teniendo en cuenta aquel detalle en la cabeza salieron cuidadosamente del cuarto de limpieza para no ser descubiertos por nadie, aunque sabía que no pasarían desapercibido por las cámaras que había en le lugar, pero decidieron ignorar aquel detalle y siguieron con lo suyo. Blake era guiado por Lauren que se guiaba de la información que le había dado Kathy la última vez que la vio.

    -Si mal no recuerdo fui al tercer piso donde habían muchas puertas, ¡Precioso! ¡Nunca había visto algo tan bello! Y en una de las puertas había una de ellas que tenia la inscripción de: LAB-03.


    Según había dicho la pelirroja con anterioridad, en el hospital de Radcliffe (cuando fue a hacer el reportaje) vio algo bastante extraño, recordaba aquel rostro confuso que no podía explicar con palabras aquel hecho, pero sabía que era algo horrendo apreciando la expresión facial de Kathy Applewhite cuando hacía la explicación. Pero no era conciente de ese extraño pavor indescriptible que tenía la difunta reportera por lo que se veía obligada a ver con sus propios ojos lo visto por ella y llegar al fondo de todo esto.

    Con ayuda del elevador llegaron al tercer piso, al pasillo de las puertas metálicas que habían encantado a la reportera. A partir de la tercera puerta apresuró el paso con Blake siguiéndole desde atrás. Luego, Blake advirtió a Lauren de ver la puerta ya que iba tan rápido que ni siquiera se había fijado. Lauren duro apenas unos segundos para mirar tenidamente la puerta y su inscripción dedujo que era un laboratorio. Blake entró de primero sacando a Phillips de su trance. Ya adentro, se encontraron con un espacio vacío color beige, entraron en una puerta, por fortuna no se encontraba con llave por lo que tenían acceso a ese espacio blanco. Fue algo bastante confuso y molesto para los ojos de Lauren que contaba con una vista 20-20 , el color blanco de los aparatos y las mesas se fundían con el color blanco de las paredes. Por el contorno, las cosas apenas podían distinguirse de las otras.

    Cada quien fue por su lado, Lauren fue a una habitación en donde habían frascos, jeringas entre otros artilugios de investigación. Se aproximó a una mesa en donde habían unos frascos que abrieron grandemente su curiosidad. Cogió uno de estos que llevaba la inscripción de: x30, por un momento creyó haber visto este tipo de inscripción, hasta que hizo memoria, su rostro dibujó una expresión atónita, no podía creer lo que estaba viendo.

    -Oye, ¿Qué haces aquí? -preguntó una voz masculina sacando a Lauren de su trance; rápidamente puso el frasco en su bata de laboratorio-. Tú… no trabajas aquí…


    En ese momento salio corriendo esquivando a los dos hombres con bata, no perdió tiempo y tomó a Blake del brazo, este inmediatamente tuvo conciencia de la situación corrió al son de la joven. Luego, al atravesar la puerta que los liberaba de ese especio blanco recurrieron a quitarse las mascarillas y las batas, luego de un empujón abrieron la puerta y giraron bruscamente hacia la izquierda casi tropezando. Bajaron las fastidiosas escaleras como locos y salieron dejando a los de la sala de espera totalmente confundidos cuando vieron a dos sujetos en bata persiguiéndoles, claro ambos jóvenes tenían gran ventaja pero no podían seguir así por mucho tiempo, por lo que Blake ágilmente la tomó del antebrazo y se escabulleron por un callejón y se ocultaron detrás de un contenedor de basura.

    Tanto Blake como Lauren sentían como si el alma se les salía por la boca. Después de unos dos minutos se miraron en silencio y luego, compartieron una amena carcajada, la primera vez que reían, Blake paró de una vez pero Lauren seguía riendo con ganas hasta que por fin pudo parar.

    -Es… la primera vez que te oigo reír -dijo él.
    -Bueno… este… ¡No te importa! -respondió Lauren como un niño pequeño.

    Después de aquel intercambio de palabras permanecieron en silencio unos minutos; mientras estaban así, el tiempo transcurría y parecía que el olor a putrefacción de la basura o el pasar de los ratones a escondidas no les molestaba en lo absoluto.

    -¿Descubriste algo? -preguntó Blake.

    Esta sin embargo respondió con una acción ansiosa, se palpo desesperadamente los bolsillos de su pantalón, y luego de su chaqueta hasta que se acordó de que la bata de laboratorio había sido dejada en el hospital Radcliffe. Se maldijo a si misma mentalmente, bajó la mirada hasta que se dio cuenta de que no todo estaba perdido, ella SI descubrió algo que probablemente la pueda envolver en otro misterio.

    -Parece… que están aventurándose de nuevo con la investigación.
    -¿A qué te refieres? -preguntó Blake.
    -Mientras descifraba el diario de Magnus Bridgerton vi algo… algo que también vi en el laboratorio, x30 que simboliza “la llave”.
    -Ahora se a que te refieres… -dijo este pensativo.
    -Pero me pregunto… si Hassan tiene a la vista este hospital.
    -¿Hassan?
    -Sí, así se llama Blake, el que mató a tu padre.


    Él se quedó congelado, todo en el se paralizó, aquella información lo tomó por sorpresa. Obtener el nombre del hombre que asesinó a su padre le era aterrador, por un momento quiso alejarse de todo un extraño temor le invadió, estaba aterrorizado pero a la vez un sentimiento justiciero moraba el él, quería ver a ese hombre pudrirse tras las rejas, quería verlo morir porque aquel hombre llamado Hassan ¡Había matado a su padre! Y no podía permitirse echarse hacia atrás, quería verlo y enfrentarlo en su propia carne. Una mano consoladora se posó en su hombro derecho, era Lauren, fue un alivio.

    -Sé como te sientes -dijo-. Tranquilo, no estás solo.

    Y otra vez se sentía salvado por Lauren, él puso su mano en la de Lauren, y dibujó una sonrisa a medias, en realidad, desde que la conoció nunca se había sentido solo.



    Mientras tanto en el hospital Radcliffe, las cosas no estaban muy bien, en el LAB-03 estaban aquellas batas que habían sido abandonadas por aquellos jóvenes. Un hombre, tomó una de las batas (la que le pertenecía a Lauren) y de su bolsillo sacó un frasco de liquido transparente. Tal descubrimiento no lo hizo feliz.

    -¡Demonios! ¿Cómo pasó esto? -dijo él muy furioso. Su perfecta cara parecía la de un demonio enfurecido, la ira corría por sus venas y su corazón la fabricaba a mil por minuto.
    -Bueno… por lo menos la información no fue sacada del hospital -dijo uno de los biólogos.
    -Idiota… ¿Sabes acaso por qué estaban ellos aquí? ¡Es porque sabían algo! ¡Y ese “algo” es MUCHO! ¡Maldita sea!
    -Glenn, pero solamente son unos mocosos -comentó el tipo.
    -¿¡Mocosos!? -río-. ¡Cualquiera que hubiera llegado tan lejos como para llegar aquí, eso significa que no lidiamos con dos mocosos cualquiera! ¿Sabes? -Glenn estrelló el frasco de cristal en el suelo, el cristal que mantenía encerrado aquel liquido letal se derramó en el suelo, los que admiraron esta escena dejaron escapar un suspiro de miedo y asombro-. ¡Ahora! ¡Limpien esta porquería!
     
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    Oyukii

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    Capítulo 43: medidas

    Ella estaba en su casa, recuperándose de aquella tarde de: “corre”, con Blake Thompson. Al llegar a casa recibió noticias de que su tía Samantha llegaría mañana de Francia, fue bueno mientras duró, ahora lo que más le preocupaba era lo que había visto en el hospital Radcliffe, ahora estaba un poco confusa. Ahora, no sabía quien era el enemigo realmente o, si estaba lidiando con dos enemigos a la vez: uno fuerte y uno débil, el “débil” en este caso trataría de hacerse más “fuerte”. No era una buena situación mental a la que se estaba enfrentando, pero de una cosa estaba segura, que cualquier cosa que en el hospital estén tramando, eso provocara un caos, y como ya sabía todo de este asunto corría el riesgo de salir muy perjudicada, al igual de Blake.

    -Hospital Radcliffe-

    Glenn Dickson, estaba a cargo de la investigación del x30 conocido también como “la llave”, aquel incidente de la tarde lo había sacado de quicio, ¡Tanta discreción para que se fuera al carajo! Por unos mocosos; aunque el suministro que había en el bolsillo de la bata no haya salido de la habitación lo que más le preocupaba era lo que sabían esos muchachos y si sabían algo era mucho o… demasiado y eso lo inquietaba, porque la existencia de “ellos” perjudicaba su trabajo y el plan que estaba destinado con la utilización de la droga.

    -Entonces mi querido Glenn, ¿Qué sugieres? -preguntó un rubio con una notable decepción en su voz.
    -¡Los callaremos! ¡Les haremos escupir lo que saben! -dijo este frustrado acariciándose las sienes.
    -Seguramente fue Van Luigi, esos mocosos me han impresionado -dijo el rubio con un tono de voz indescifrable-. Pero sugiero que… nos divirtamos un poco con ellos.
    -¡Pero señor! El plan podría fracasar y todos nuestros avances podrían irse abajo -aseveró el muchacho.
    -Por eso es que me siento tan afortunado de tener a un muchacho como tú a mi lado, eres brillante, apuesto y muy cuidadoso; pero mi querido Derek Dickson, aún te falta mucho por aprender, no es divertido hacer trabajo y trabajo, a veces… es bueno… un poco de sufrimiento y diversión.
    -¡Pero…, señor Hassan!
    -No cuestiones al señor Hassan -dijo una castaña a la defensiva.
    -No te preocupes Elyse -dijo Hassan relajado-. Calmémonos y pensemos un poco para divertirnos un poco.

    Hassan Williams era un gran villano despiadado e inmundo, estaba en ese momento muy relajado pero eso no significaba que estuviera preocupado, pero como un tipo estoico y brillante ya tenía algo en mente, de cómo desenmascarar a esos “mocosos” y exterminarlos de manera… divertida y sanguinaria. Así era ese ser; lo que más odiaba era que se inmiscuyeran en sus planes, y eso era lo que estaban haciendo.

    -Querido Derek, ¿Hay cámaras en el tercer piso? -la pregunta que hizo Hassan dejó pensativo a Derek o Glenn (como lo conocían en el hospital).
    -Sí, justamente hay una frente al LAB-03 -contestó.


    Sin más, fueron a una sala llena de televisores, en donde se encontraban las grabaciones recientes de la cámara de seguridad. El que estaba a cargo era un holgazán, seguramente a la hora en la que esos dos mocosos salieron corriendo estaba comiendo donas o durmiendo por lo que seguridad no pudo atraparlos a tiempo.

    El hospital Radcliffe habían en total diez pisos por lo que los televisores estaban divididos por pisos y números de cámaras en este, en el tercer piso había un total de catorce puertas, y esas catorce puertas contaba con catorce cámaras ya que como se trataba de laboratorios y la labor que se llevaba a cabo en estos era bastante confidencial se necesitaba tal grado de seguridad pero esos mocosos ¡Burlaron la seguridad desde el momento en que pusieron sus pies en el hospital Radcliffe!


    El LAB-03 era la puerta numero nueve por lo que revisaron la cámara numero nueve del tercer piso, a las 4:30 de la tarde, vio como dos jóvenes salieron disparados de la habitación, en ese momento el joven Derek detuvo el video para que Hassan apreciara la imagen más de cerca. Al hacerlo una risa lunática salió de Hassan dejando tanto a Elyse como a Derek confundidos pero a la vez les dio a saber que había descubierto algo. De los jóvenes había una chica de dieciséis años de pelo marrón, tez blanca, su color de ojos no lo pudo identificar; luego, un chico de diecisiete de pelo negro, tez bronceada y ojos cuyo color pudo identificar como negro, ese chico… lo había visto antes lo cual lo hizo reír a un más fuerte, era Blake Thompson hijo de Charlie Thompson, no pensó que el desdichado chico hubiera llegado tan lejos con aquella chica que si mal no se equivocaba fue la acudió a Van Luigi ese día.

    -¡Se los dije amigos míos! No hay de que preocuparse -dijo él de lo más feliz-. Elyse, mañana te lo encargo, ¡Estoy tan emocionado de poder jugar!
    -Sí, mi señor -dijo ella con serenidad.


    -Sábado, 9:00 a.m.

    Elyse Stirling retomó su labor, en un auto negro se estacionó entre la casa de Eddie Redford y Blake Thompson, al frente había un parque por lo que le fue algo beneficioso para espiar al muchacho. Era un trabajo tedioso, el pasar las horas sentada sin ocurrir nada emocionante, no cabía duda de que Blake era un chico solitario, que no le apasionaba salir con otros chicos o chicas. Pero debía tener paciencia, no quería fallarle a su amado señor después de sus cinco años de fidelidad absoluta.


    Cuando el reloj apunto las 12:00 del medio día, pudo ver algo de movimiento, vio al joven Thompson salir de la casa, ¡Por fin! El muchacho miró de izquierda a derecha y tomó rumbo hacia no se sabe donde, Elyse lo siguió con la mirada y a una distancia considerable abordo su automóvil hacia la dirección que se había ido Thompson. Trató de no llamar la atención en su automóvil por lo que fue cuidadosa para que nadie sospechara y él no se diera cuenta de que le seguían. El pelinegro entró a un local de comida, el cual estaba a punto de abrir, en los alrededores no había mucha gente por lo que era perfecto para tomar al muchacho; Elyse lo esperó afuera del local, diez minutos después salió el muchacho con una caja en sus manos, cuando tomó rumbo hacia su casa, Elyse ágilmente le dio un golpe en la nuca que lo hizo caer con la caja, gracias a su gran habilidad física ella no tuvo problemas en transportarlo al auto en un excelente tiempo.

    -Dos horas después…

    Blake, aparte de confundido, sentía un horrible dolor de cabeza que no lo dejaba pensar, lo único que recordaba fue un golpe en su nuca y de repente estaba… en un lugar que ni reconocía. Al estar estable y tener la capacidad de reconocer lo que había a su alrededor se dio cuenta de que estaba en una habitación con poca luz, para ser más específicos una vela iluminaba aquel espacio. Luego, se dio cuenta de que estaba encima de un cuerpo blando denominado cama y, que estaba atado a ella lo cual podía explicar su discapacidad de movimiento.

    -Con que ya despertaste -dijo una voz femenina desconocida para él-. Tranquilo, no te haremos daño… aún.

    En la situación en la que estaba lo puso extrañamente nervioso lo cual le impidió que pensara coherentemente. Estaba nervioso, y en un intento de huir, trato de escapar de aquellas sogas que estaban amarradas a sus extremidades.
     
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    Oyukii

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    Capítulo 44: sorpresas

    Aquella tarde Lauren regresaba de la estética, se había cortado el pelo y estaba arreglada, justo como se lo había dicho su tía en la mañana justo después de que Samantha llegara. De esa hora hasta las dos, había pasado mucho tiempo ya que la estética estaba repleta de mujeres.

    -Ya estoy aquí -dijo Lauren en un tono aburrido al cerrar la puerta.
    -¡Que bien! ¡Estás hermosa! Aunque me hubiera gustado que no te cortaras el pelo -dijo Samantha con una sonrisa en su rostro-. Ven, acompáñame, te tengo una sorpresa.

    Samantha Redford tomó a Lauren de la mano y se la llevó a la habitación de esta, acción que dejó a Lauren una expresión en blanco. Luego, Samantha la puso en frente del armario sin decir nada todavía, lo cual le era bastante extraño a su sobrina que conservaba una expresión en blanco pero más bien la miraba como si su tía estaba loca (aunque tuviera algunos tornillos sueltos).


    -¡Abre el armario! -ordenó Samantha, su sobrina bufó, pensó que sería otra vez ropa de niñita pija lo cual la disgusto pero al abrir el armario ¡No encontró nada! Todo como justamente lo había dejado, entonces, se dio vuelta para mirar a su tía con cara de reproche. En ese momento algo la tomó por sorpresa a sus espaldas, sintió un abraso, estaba tan sorprendida que solamente pudo identificar a la persona por su voz:

    -¡Lori! ¡Lauren! ¡Te extrañé mucho!
    -¿Pe… Percy? -por un momento no lo creyó, pensó que su tía había contratado a un acosador profesional sin darse cuenta ya que su tía le ve la cara “adorable” hasta al limón más agrio.
    -¡Ese mismo! -dijo dándole el frente a su mejor amiga para abrasarla muy fuerte, después de la impresión ella le correspondió con el mismo cariño.


    Duraron así unos dos minutos, ¡Era algo increíble! No podía creerse que el mismo Percy Stuart estuviera encarnizado delante de ella. Cuando se separaron Lauren tenía un brillo en sus ojos los cuales mostraban la felicidad que ella sentía de ver a su amigo, después de tanto tiempo, de tanto tiempo que no ve a Percy Stuart su amigo-hermano.

    -¡Eres un idiota! ¿Cómo viniste? -dijo Lauren con rebosante alegría.
    -Bueno… le dije a la señora Phillips que me pusiera en contacto con la señorita Samantha para preguntarle que si podía darte una sorpresa, porque yo también estudiare en Collinwood, me dieron la beca justo cuando terminé los exámenes -dijo rascándose la nuca.
    -Le dije que estaba en Francia por lo que debía de esperar -explicó Samantha.

    Lauren y Percy estuvieron hablando un buen rato, de cómo estaban las cosas en el restaurante del señor Stuart, de la hermana de Percy Stuart y los golpes que él recibió de parte de ésta pero también hablaron sobre el misterio que había estado manteniendo ocupada a Lauren. Ella le contó todo, hasta el ultimo detalle, Percy mismo estaba sorprendido de lo mucho que había descubierto Lauren.

    -Oye, eres muy cruel por no mantenerme informado, ¡No sabes la cantidad de mensajes que te envíe y no me respondías -dijo Percy infantilmente.


    Percy fue a la habitación que le había dado Samantha que quedaba justo al lado de la de Lauren. Aprovechó el momento en que su amigo tomó una larga siesta y fue a la casa de Blake Thompson a discutir algunos asuntos. Fue de lo más campante pero la sorpresa que tuvo no fue muy agradable, primero encontró a una patrulla estacionado en la casa de los Thompson y en la entrada encontró a dos policías conversando con el hermano de Blake que tenía un semblante de preocupación. Él la miró de reojo y después de hablar con los policías le hizo una seña para que viniera hacia él.

    -Oye, eres Lauren ¿No es así? -dijo.
    -Sí, ¿Y tú… el hermano de Blake?
    -¿Sabes donde se ha metido mi hermano?
    -No, no lo he visto desde ayer, precisamente quería hablar con él hoy.
    -Ustedes dos están planeando algo -aseveró con recelo-. ¿Se podría saber que es?
    -Es… secreto -dijo Lauren rascándose la nuca-. ¿Qué pasa con él?
    -Desapareció -dijo él-. Hace dos horas, fue a recoger algo en “Richard´s”, es un local de comida que le pertenece a mi tío, él fue a recoger un paquete, cuando pasó la primera hora de la tarde llamé varias veces a su celular pero no respondió, algo que es bastante raro en él, luego llamé a la policía y… viniste tú.

    El semblante de Lauren tomó un color níveo, no cabía duda de que ya habían empezado a mover sus manos se esperaba algo como esto pero no tan rápido, si que se estaban empezando a tornar las cosas serias y aunque faltaba mucho por conocer ya sabían demasiado y el enemigo ya estaba conciente de ello; podía tomar ventaja de que el enemigo no la conocía a ella pero eso no sería por mucho tiempo, ya tenían a Blake y no tardarían en ir por ella.

    -¿Dónde queda Richard´s? -preguntó Lauren recobrando su color natural.
    -No queda muy lejos, queda a dos bloques de aquí.


    Inmediatamente Lauren fue corriendo pero no demasiado rápido ya que no quería perderse, y aunque supiera como volver a casa y eso no conocía lo suficientemente a Londres como para ir de aquí a allá como pájaro carpintero. Al llegar a Richard´s vio que en el local había algunas personas, ella sin sentir timidez ni nada por el estilo fue a ver al dueño del local que como el nombre de este lo decía era Richard.

    -Hola jovencita, ¿En qué te puedo servir? -dijo un hombre cuarentón de apariencia agradable.
    -¿Usted es el tío de Blake? -preguntó Lauren.
    -Ven, acompáñame -respondió con un semblante más serio, eso ella lo tomo como un sí.

    -En la cocina

    -Si supieras que hace dos minutos vino la policía a preguntarme respecto a su desaparición -dijo-. Que tú estés aquí significa que estés enterada y quieras más información ¿No es así?
    -Exactamente -respondió Lauren.
    -Bueno, no puedo decirte nada niña, solamente estaba aquí en la cocina, ya había abierto el local y entro mi sobrino a buscar un paquete, cuando fui a limpiar unas mesas vi a un coche negro, parecía uno de esos últimos, y una señorita muy elegante montarse en este me pareció raro ya que no es común ver este tipo de autos por aquí -respondió con mucha sinceridad.
    -Gracias por su sinceridad señor Richard -dijo ella dispuesta a irse con la desilusión pintada en el rostro.

    Salió del lugar, pero con una valiosa pista “un coche negro” y “una señorita muy elegante”, la parte difícil es que el Londres habían muchos “coches negros de esos últimos” y “señoritas elegantes”, aunque ver uno en estos lugares era bastante extraño, habían casas, un local de comida (Richard´s) y en la esquina solamente había una tienda de manualidades ¿Qué haría una “señorita muy elegante” en un lugar como este? Bastante raro.

    Al llegar a casa el muy dormilón de Percy no había despertado debería de estar bastante fatigado. Él era un chico bastante amable y educado, llamar a su tía Samantha “señorita” a sus plenos cuarenta años, seguramente es porque todavía no se había casado, Samantha no tuvo novio después de sus dieciséis años en la secundaria.
     
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    Capítulo 45: esperanzas

    Las labores en el hospital Radcliffe fueron tomadas con inquietud, no querían más inconvenientes, especialmente el director del hospital Geoffrey Fayt que estaba muy intranquilo después de lo que pasó con esos chicos. Aquel robusto hombre de cejas tupidas y ojos gentiles estaba bastante preocupado, no sabía si por la fortuna que perdería si fracasaba la operación o por aquellos chicos llenos de valor, que después de haber llegado tan lejos fueran arrastrados al abismo por Hassan Williams.

    -Oye Geoffrey, ¿Por qué tan preocupado? -preguntó un joven entrando en la oficina.
    -Oh, Glenn, después de lo que me contaste estoy bastante preocupado, ¿Qué pasaría si esos mocosos llegan a descubrir todo y el plan se vaya abajo? ¿Sabes cuantos millones he invertido?
    -Tranquilo, el amo ya se ha encargado de todo, ya verás, vendrá tu parte de la ganancia.



    Lauren Phillips estaba en su habitación pensando respecto a la desaparición de Blake Thompson, estaba preocupada, no quería que le pasara nada, o que no lo hubieran matado, estaba consternada, porque en parte se sentía culpable.

    -Oye Lauren -dijo Percy entrando a su habitación-. ¿Te ocurre algo?

    Lauren dirigió su mirada llena de consternación a la del chico con un semblante preocupado. Percy nunca había visto esa mirada de parte de Lauren y eso lo empezaba a preocupar mucho más. Ella le hizo un ademán para que se acercara, él obedeció y luego Lauren le contó todo.


    -Con que es eso -dijo Percy pensativo-. Lauren, si esa gente secuestró a Blake Thompson ¿No crees que es para buscarte a ti? Es imposible que lo maten portando tal información, ¡De ninguna manera! Él está bien, te lo aseguro.
    -Espero que sea como dices -dijo ella un poco más aliviada.
    -¿Por quién me tomas Lori? ¡Todo estará bien! -exclamó Percy con una enorme sonrisa.


    Esperaba que así fuera, ¡Esperaba que así fuera! Porque Lauren Phillips sabía que estaban lidiando con un tipo peligroso, pero además de peligroso era bastante brillante; ella estaba entre la espada y la pared, porque no sabía si continuar o que hacer exactamente. Su titulo de genio se rebajó a lo que en realidad no era, y no sólo eso la vida de sus amigos estaban en peligro y no sabía que camino tomar.


    Blake Thompson estaba luchando para salir de aquel lugar pero no importa cuantas veces lo intentara, lo hacia en vano y estaba desperdiciando sus energías.

    De pronto, escucha la puerta de su habitación abrirse, lo puso un poco nervioso, tiraba de las cuerdas que mantenían inmóviles sus extremidades. Escuchó unos pasos que se aproximaban a la cama, la habitación no estaba bien alumbrada por lo que no pudo apreciar bien el rostro que estaba mirándolo con detenimiento. Entonces, vio como aquella persona levantar su brazo derecho y vio que este portaba un cuchillo, el ritmo cardiaco del corazón de Blake bombeaba pánico por segundo.

    -¿Me… piensas matar? -dijo él con un ligero pavor en su voz.
    -No -respondió la persona.


    Blake cerro los ojos con fuerza esperando lo peor, estaba aterrado por dentro y por fuera, sintió una mano calida posarse en su muñeca y escuchó un pequeño corte, también presenció lo mismo en su mano izquierda, al igual que en sus pies, ¿Estaba… liberado? Miro de reojo a la joven que tenia en frente; era una castaña elegante, con vestimenta de secretaria; era esbelta, alta, su pelo era largo aproximadamente hasta la mitad de la espalda ondulado.

    -Mi amo quiere verte -dijo ella amarrándole las manos a Thompson, este quería huir pero tuvo que resignarse a lo que le decían e ir con el “amo” a que se referían. Aquel “amo”, al pensar en él tuvo un mal presentimiento, de que lo que tratarían él y el amo no sería para nada bueno.

    Después de un paseo por aquel extraño lugar, la castaña sentó a Blake en una silla y lo amarró, él pudo sentir como su carne, su sangre y sus venas se volvían uno mismo, la incomodidad que sentía era tremenda, pero tenía que resignarse porque no sabía que tan viles eran pero sabía una cosa y era que el rato que estuviera compartiendo con ellos no seria muy agradable. Después de un lapso indefinido se abre la puerta de la habitación dejando ver a un tipo rubio, alto de ojos marrones.


    -Vaya Elyse, te felicito -dijo el rubio elogiando con aplausos el trabajo que llevó a cabo su servil-. Entonces, el joven… Thompson.
    -¿Y tú quién eres? -preguntó Blake.
    -No pensé que el hijo de Charlie Thompson fuera tan… frío -dijo el rubio divertido-. Soy Hassan Williams.

    El pelinegro se tensó al escuchar el nombre del hombre, eso significaba que el hombre que tenía en frente fue el que asesinó a su padre la noche en el pabellón de los cisnes. La furia brotaba desde el fondo de su corazón, pero de igual modo la desesperación, quería salir de aquel lugar lo más pronto posible y si podía destrozarlo con sus propias manos, nunca había tenido aquel sentimiento de odio hacia una persona, nunca, lo cual lo confundió. Dejando eso a un lado se preguntaba ¿Qué hacía él allí? Y lo más importante, ¿Qué quería de él?


    Mientras tanto, Lauren meditaba en las posibilidades de Blake pero también de cual podría ser el verdadero propósito de Hassan, de alguna manera pensó que el objetivo de Hassan Williams no eran los fragmentos de la investigación solamente ¿Qué le hacia pensar así? Primeramente no tenía necesidad de buscarlos ya que estuvo presente y contaba con los tres médicos, y aunque no pudiera sacarles información, de todas formas no tenia necesidad de saber en que estaban metidos, tenia la corazonada de que Hassan estaba buscando algo más en ellos.

    Lauren abrió los ojos y dirigió su mirada a Percy que estaba muy concentrado en la red buscando “cosas importantes”, lo cual ella lo calificaría como cosas sin sentido. Se levantó de la cama y fue hacia el muchacho que estada sentado en su escritorio con su ordenador, vio que estaba en una especie de foro de alguna banda de Metal o algo por el estilo.

    -Oye Lauren, ¿Qué piensas de lo que viste en el hospital Radcliffe? -preguntó Percy sin hacer contacto visual con la muchacha.


    Lauren se quedo meditando ante la pregunta de su amigo, ¿Qué pensaba? El x30 simbolizaba “la llave”, verlo en el laboratorio fue una gran sorpresa para ella, además tomando en cuenta lo que le dijo Applewhite antes de morir, puede que no haya explicado a detalle lo que vio por primera vez cuando fue al hospital, pero al ver ella que estaban experimentando llegó a una conclusión.

    -Tengo la certeza de que, están volviendo a retomar la investigación después de dejarlo a medias… ¡Sí! Tiene sentido, tengo la corazonada de que Hassan esta detrás de todo esto, si no estuviera involucrado ya hubiera actuado desde un principio, pero ¿Por qué busca los fragmentos?
    -Seguramente quiere saber más sobre “la llave“ -respondió Percy dándole un mordisco a una manzana.
    -Sí pero… si quisiera saber más no estuvieran haciendo lo que hacen actualmente en Radcliffe ¿No es cierto?
    -Tienes razón, pero el hecho de que esté interesado en los fragmentos es porque sabe que en ellos hay “algo” que podría ayudarlo a conocer más de la llave.


    Puede que Percy tuviera razón pero entonces, si cancelaron la investigación de “la llave” porque no pudieron reducir sus efectos secundarios ¿Hubo otra causa que provocó el paro de la investigación?, ¿Qué era ese “algo” que Hassan buscaba en realidad? Sea lo que sea, tenía por seguro que si él descubría ese “algo” lo llevaría al éxito de crear una droga capaz de curar cualquier enfermedad como el cáncer, pero sus propósitos con esta “panacea” no eran muy buenas. Todo esto era un verdadero lío, aquel caso era verdaderamente complejo, si aquella droga era para el bien de la humanidad ¿Por qué quiere causar el mal con ésta? Si en realidad lo que quería era dinero, ¿Por qué todo esto le llevaba a pensar que quería más que dinero?, ¿Por qué tanta confidencialidad?, ¿Por qué no quería que nadie se diese cuenta de lo que estaba tramando? Tales acciones la hacían sospechar que había algo más oscuro.

    -¿No crees que es demasiada discreción para obtener simplemente dinero? -preguntó Lauren.
    -Puede que esa investigación, no es legal -dijo él apagando el ordenador de Lauren.
    -¿Algo legal? Dudo mucho que sea eso, si esa droga es para el bien de la humanidad. Ese hombre… quiere más que mucho dinero, parece que tiene otro objetivo y no quiere que nadie lo sepa.
    -Por eso cazó al tal Thompson para cazarte a ti; si el propósito que él tuviera fuera de “bien” no le importara que todo Londres lo supiera.


    Percy tenía razón, tanto cuidado le traía presunciones a Lauren, pero ahora que tenían el paso restringido en Radcliffe ¿Qué iban a hacer? Abrió una de las gavetas de su escritorio y sacó su diario marrón, apenas pasó la primera pagina vio el nombre de Marie Ross documentado allí, y se dio cuenta de que no había resuelto aquel caso junto con los misterios del hospital de Brett, además de que Van Luigi no le contó nada acerca de ella, solamente le hizo mención con lo relacionado a la investigación de “la llave”. Recordando con respecto a la carta, había posibilidades de que Marie tuviera alguna relación con Hassan y había aun más, ¿Por qué aquella mujer, supuesta novia de Eddie Redford, se hacia pasar por Marie Ross? Viéndolo de ese punto, ¿No debió comenzar así desde un principio? Tanto correteo solamente la llevo a solamente argumento de lo “obvio”. Recordó aquel día en que fue al hospital de Brett con Kathy Applewhite, allí vio a aquella secretaria la cual le dijo la dirección en la que vivía Van Luigi Peralte; ese día su reacción le hizo saber inmediatamente en ese momento de que ella posiblemente supiera algo y más probable tuviera algo que ver.

    -Lauren, ¿Sucede algo? -preguntó Percy al ver la expresión de “Eureka” en el rostro de su amiga.
    -¡Percy! ¿Recuerdas a la Marie Ross que te mencioné? -preguntó ella con vehemencia.
    -Sí, la chica que encontraron muerta en la casa de Eddie -respondió Percy-. ¿No me dijiste que “esa mujer” se estaba haciendo pasar por la verdadera Marie Ross? Esa situación era confusa.
    -Amigo, todavía nos falta algo, mira -Lauren le pasó la carta de Hassan a Marie-. ¿No crees que ambos tenían una relación? ¿Algo que los conectaba? Porque mira lo que dice aquí: “Quiero tu respuesta en una semana yendo a ya sabes que sitio” ¿Ves?
    -Lo que me has puesto en la cabeza es un tipo de relación sentimental -comentó el muchacho.
    -¡Podría ser!


    Tomando en cuenta la foto que le había enviado Kathy cuando fue a hurgar en el consultorio de Charlie Thompson, Marie Ross era una mujer muy bella y elegante; tenía el pelo color rubio cenizo ondulado hasta los hombros, de piel mate, ojos avellana, además de un cuerpo esbelto. No dudaría en que un cruel y libidinoso como Hassan posaría sus ojos en una doctora bella, elegante e inteligente. En ese momento Lauren tenia la seguridad de que después de aquella investigación, ¿Ellos estuvieran saliendo? Un poco tonto pero no imposible, pero ¿Por qué una segunda Marie Ross? ¿Cuál era el propósito de todo esto? Tenía la seguridad de que descubriese lo que descubriese, todo aquello de Marie, debe de estar profundamente relacionado con el x30, ¿Eso significaba que desde ese entonces Hassan estaba experimentando? ¡Tres años! Y tanto la falsa Marie como la verdadera, si estaban ligadas con él, ya sabían demasiado, por lo que a él realmente no le importaba que muriesen; ¡Por eso era el desinterés de Hassan diciéndole a Marie (la verdadera) si estaba dispuesta a llevarse todos los secretos a la tumba! Porque ella además de saber los planes de Hassan sabía algo más, pero no necesariamente la necesitaba a ella porque ella era una de las miles maneras de llegar a “la llave“, ¡Ese es el por qué Hassan Williams buscaba los fragmentos de investigación!

    Eso si que era un descubrimiento, todo tenía sentido, pero lo que aún no entendía era ¿Por qué una segunda Marie Ross? Y su existencia en el hospital de Brett hacía de este un lugar sospechoso, ¡Quizá, la secretaria del hospital supiese algo! Pero encontrarla sería difícil, ¡Ojala y recordase su nombre en el carnet que llevaba puesto!

    -Lauren, ¿Has descubierto algo? -preguntó Percy.
    -Creo que no hay que investigar nada más de Marie Ross -asintió Lauren-. Pero dime una cosa, ¿Qué crees de una posible existencia de una segunda Marie Ross?
    -Puede que sirviera como una espía -respondió Percy-. Pero que me dices de tu primo Lauren, es muy sospechoso que un “espía” haga su vida privada ¿No crees que sería algo arriesgado? La probabilidad de ser descubierto sería de un 100.
    -Sí, tienes razón. Es bastante raro si esa Marie estuviera haciendo su vida privada ya que mayormente los que llevan a cabo ese tipo de tareas andan solos.
    -Tu primo es un tipo aburrido, lo sé. Pero ya sabes lo que dicen “nunca llegas a conocer a tus compañeros verdaderamente” no sé si era así pero eso lo decía mi abuela muy a menudo.


    Tal vez el consejo de la abuela Betty le hizo caer a Lauren en la realidad, a decir verdad, Eddie Redford parecía un chico divertido y apuesto, pero después de la muerte de su “angelito” su mundo se derrumbo sacando a relucir una pequeña debilidad que lo hacía airar y no sólo eso, durante el funeral de esa mujer lo vio un tanto asustado, ¿A qué se debería?

    -Ahora que lo mencionas, yo nunca llegue a conocer en realidad a Eddie, me pareció un poco confuso que, al funeral de esa mujer actuara de una forma totalmente diferente, como si hubiera una pequeña debilidad que si cae aunque sea una gota estalla completamente, creo que se debía a algún extraño miedo ya que una persona en depresión ¿No la ves triste y decaída más que de mal humor?
    -Sí, ¿Podrías poner ese hombre en la lista de sospechosos Lori? -dijo Percy con un aire cómico-. Por cierto ¿Cómo planeas hablar con esa secretaria?
    -Pensaba infiltrarnos allí y sacarle todo lo que sabe lo más pronto posible antes de que le pase algo. No hay duda de que si conoce, podría ser exterminada de este juego, porque en este juego todo vale y todo es posible -afirmó ella.
    -Podríamos ir ahora.
    -¡Estás loco! Es tarde, la tía Samantha no nos dejaría salir de aquí además con esto podríamos levantar sospechas.
    -¿No te preocupa la cocinera?
    -Tranquilo, ella sabe en lo que ando involucrada, no hay riesgo.
    -Que loco…
     

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