Misterio Insodable

Tema en 'Historias Abandonadas Originales' iniciado por Oyukii, 16 Julio 2013.

  1.  
    Oyukii

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    Misterio Insodable
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    Para todas las edades
    Género:
    Misterio/Suspenso
    Total de capítulos:
    45
     
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    687
    Capítulo 19: ¿Qué paso con Marie Ross?

    Lauren estaba en su cuarto, tirada en la cama, se le había mentido en la cabeza la conversación que tuvo con Percy la noche anterior en el chat ¿A qué se refería con “corazonada”?, ¿Qué estaría pensando? A pesar de todas las especulaciones de Percy a fin de cuentas no le dijo nada; seguramente la intención de Percy era que su amiga se diera cuenta ella misma.

    A la mañana siguiente Lauren se levantó muy temprano, al parecer sus días de descanso no los disfrutaba mucho, el ambiente lúgubre permanecía en la casa. Solamente le quedaba estar en su habitación jugando con su lindo gatito, no le interesaba estar en la red en estos momentos.

    Dixie se revolcaba en el suelo, brincaba y estiraba sus patitas para obtener el juguete que estaba a manos de Lauren Phillips, luchaba por obtenerlo, era como una guerra para obtener lo deseado.

    De pronto, el celular de Lauren sonó, lo tomó y contestó sin importarle de quien se trataba.


    -Hola.
    -Lauren, soy yo Kathy.
    -¡K… Kathy Applewhite! Yo nunca te dejé mi número -dijo Lauren sorprendida.
    -Bueno, eso no importa, necesito que nos reunamos en el café ahora.
    -¿Ahora?
    -Ahora.

    Lauren le dejó el juego al felino, se levantó del suelo y buscó su chaqueta dispuesta a irse para no hacer esperar a Kathy, conociéndola, ya debería estar en el café. Bajó las escaleras lo más rápido posible, y salió de la casa sin decir a donde iba.

    -Ya estoy aquí -le dijo Lauren a Kathy apenas se había sentado en la mesa.
    -¿Quieres pedir algo? -preguntó Kathy con voz nerviosa.
    -Sí, ¿Por qué tan nerviosa?
    -Te llamé porque quería decirte algo, o más bien enseñarte algo.
    -¿Qué es ese “algo”?
    -Es esto -dijo mientras sacaba el sobre blanco de su bolso-, pero antes de, ¿No se te apetece nada? Yo invito.


    Lauren suspiró y asintió, era obvio que Kathy Applewhite estaba aterrada. Antes de que platicaran el asunto esperaron unos minutos para que vinieran sus órdenes.

    -¿Me piensas dar el sobre? -preguntó Lauren mientras jugaba con el pastel de fresa que pidió.
    -Aquí lo tienes.

    Lauren leyó el contenido del sobre, cada vez que leía una palabra de la carta sentía escalofríos. La verdadera Marie Ross estaba en un aprieto, ella parecía saber algo que el tal H quería; reconocía cual era la situación que estaba pasando en aquel momento, seguramente la información eran tan confidencial que estaba dispuesta a callar para siempre utilizando a la muerte como una salida. O tal vez cayó el la desesperación y decidió quitarse la vida para terminar con aquello que la atormentaba; de pronto su mente formuló la siguiente pregunta: ¿Qué pasó con Marie Ross?

    -Kathy -dijo Lauren mirando seriamente a la reportera-, ¿Dónde conseguiste esta carta?
    -En… el hospital de Brett -dijo la pelirroja mientras bajaba la mirada.
    -Entonces tenía razón, ese es el nuevo Look de los espías -bromeó la chica apartado la mirada.

    Kathy miró nuevamente a Lauren, por alguna razón se sentía feliz porque ella no estaba molesta, desde que Marie Ross murió Lauren Phillips era como si fuera su amiga, había algo en aquella adolescente que le recordaba a su difunta amiga.


    Después de haber compartido un rato con Kathy Applewhite fue a su casa, solamente pidió a los dioses que su tía no estuviera allí porque no le dijo a Darcy a donde iba a estar, no quería ver a Samantha dándole aquella reprimenda.

    -Oye Lauren -dijo la joven cocinera-. ¿A dónde has estado? He estado preocupada por ti, gracias a Dios que Samantha todavía no ha llegado.
    -Estaba ocupada -dijo Lauren en su respuesta.
    -¿Haciendo qué cosa?
    -Bueno… cosas
    -¡Lauren! Hace días que estas en algo raro, puedes confiar en mí, no se lo diré a nadie.

    Lauren dio un suspiro largo, a fin de cuentas ella no le iba a decir a Darcy en donde estaba, con quien y que estaba hablando.

    -Nada interesante -respondió subiendo las escaleras a toda velocidad.
     
    Última edición: 2 Octubre 2013
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    Oyukii

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    Capítulo 20: Incógnitas

    Un mensaje, dos asesinatos, un asesino, un suicidio, un secreto, la “llave, el tal H, un “propósito”; donde quiera que miraras todo parecía no tener sentido a medida que iban ocurriendo los hechos pero a pesar de los acontecimientos desordenados todos tenían algo en común, un propósito.

    Lauren estaba en la escuela Collinwood, esperando los resultados de un examen de matemáticas, aquel en el que Babette Bridgerton le había retado. Su rostro parecía estar sumido en la tranquilidad, en realidad, no estaba muy interesada en aquel reto de la semana pasada. Ahora, lo más importante para ella era los porqués de esos hechos ocurridos anteriormente, cada uno de ellos perforaba la mente de Lauren Phillips sumiéndola por completo en la curiosidad y en la gula de querer nadar en aguas mas profundas y descubrir aquel tesoro en las profundidades del mar.


    La puerta del salón se abrió haciendo que la mayoría de los estudiantes fijaran su atención en el sujeto que había entrado, este era el profesor con los resultados de los exámenes. Apenas se había sentado en el escritorio y abierto su portafolios fue llamando estudiante por estudiante para que recogieran sus exámenes.

    -Babette Bridgerton -llamó el profesor a la rubia que estaba sentada en el fondo del salón-, Lauren Phillips.

    Cuando escuchó su nombre fue a buscar su examen, había sacado una A, se sentía satisfecha con su calificación; dirigió su mirada al fondo y vio a la rubia de ojos celestinos con una expresión arrogante en su rostro.

    -Muestra tu examen, ¿Qué has sacado? -dijo Babette con autoridad.

    Lauren Phillips sin preocupación alguna le mostró a la Bridgerton su calificación. Babette vio la calificación y quedo muy sorprendida, no era normal que otro estudiante… ¡Tenía que ser casualidad!

    -¿Cómo puede ser que… hayas sacado la misma calificación que yo?

    Babette era una estudiante súper brillante, era muy difícil alcanzar su nivel pero la razón de que sacaron lo mismo no era el caso, sino, que las mismas respuestas correctas que tenía Babette en su examen eran las mismas que las de Lauren.


    -No soy tan tonta como piensas Bridgerton -dijo Lauren-, no seré rival de nadie porque solamente este obsesionada con un chico, en realidad, parte de esto fue divertido ya que pude poner a prueba lo que sabía de ti aunque no estaba segura de hacerlo.
    -Eso quiere decir… que… tú ya sabías las respuestas correctas de mi examen.

    Lauren no dijo nada, solamente le arrebató su examen de las manos de la muchacha y fue a disfrutar el resto del receso.

    <<Para vencer a tu enemigo, primero debes que estudiarlo>> pensó Lauren mientras caminaba pasivamente las aceras de camino a la casa de su primo Eddie, los automóviles transitaban en las calles, algunas bocinas sonando al unísono atronaban los oídos de los peatones. La calle estaba muy transitada, los pulmones de las personas se llenaban del aire mezclado con el humo de los automóviles, era un día como cualquier otro, un día más en que pensar.

    -¿Cómo te fue en la escuela Lauren? -dijo Samantha Redford en forma de saludo al ver su sobrina entrar-, Darcy hizo pastel de chocolate, ¡ah! Me dijo tu madre que la llamaras, está muy preocupada por ti porque hace mucho que no hablabas con ella.

    Lauren asintió y fue a su habitación.

    Era viernes, por lo que se dio el lujo de tirar el uniforme en la cama dejándolo todo arrugado. Luego, aventó su mochila a la silla del escritorio. Se vistió con la poca ropa que tenía arreglada en el armario.

    Después de hablar con su madre, trajo a su habitación un pedazo del pastel de chocolate que había hecho Darcy. Dejó el plato en el escritorio y ella se sienta en la silla giratoria, luego, busca el sobre entre los libros de la habitación.

    Lo leyó una y otra vez, ¿Qué le quería decir “H” a Marie Ross? Que quería que le diera información para conseguir “la llave” pero exactamente ¿Qué era? Si supiera por lo menos que era por lo menos pudiera iniciar con el primer paso, pero las cosas pintaban ser más difíciles de lo que ella se esperaba. De repente al leer la frase “eres una de las miles maneras para llegar a ella”, en ese momento se dio cuenta de que Marie Ross solamente era uno de sus títeres para llegar hacia aquella reliquia, entonces ¿Que el expediente de la difunta Maire Ross siguiera activo tenía que ver?, ¿La muerte de Charlie Thompson estaba relacionado con “H” y con “La llave”?, ¿La supuesta Maire Ross que fue asesinada hace mes y medio era un títere de “H”?, ¿Van Luigi tenía algo que ver?, Lauren tenía el deber de resolver aquellas incógnitas y descubrir que había pasado.

    Percy: ¡Hola Lauren! La escuela Collinwood parece que te tiene muy ocupada, o es que lo de Marie Ross te ha robado el tiempo
    Lauren: ¿Tú no deberías de estar trabajando?

    Percy: estoy de esclavo en la cocina, mis padres están de viaje y mi hermana se quedó encargada del restaurante
    Lauren: esfuérzate si no quieres que te mate a palos

    Percy: cuando mis padres no están ella es como una especie de “tirano”
    Lauren: creo que tenías razón en cuanto a Marie Ross
    Percy: ¿Sobre lo del títere?
    Lauren: exacto, pero parece que hay alguien que tiene más títeres allá afuera
    Percy: ¿A qué te refieres?
    Lauren: ¿Sabes que es “La llave”?
    Percy: No, ni me suena

    Lauren: Pues, sea lo que sea eso aquel “titiritero” lo desea con toda el alma.


    A la hora de la cena Samantha Redford tuvo que arreglárselas para sacar a su sobrina de la habitación y llevársela a cenar en la mesa. Aquella noche Eddie no se encontraba presente en la mesa, por lo que era lo que se llamaba “noche de mujeres”, Samantha puso las noticias, transmitían lo típico, lo raro y lo aburrido hasta que presentaron la escena de un nuevo asesinato.

    “Un nuevo asesinato ha ocurrido en la cuidad de Inglaterra, la víctima en este caso fue Magnus Bridgerton un famoso médico que trabajaba en el hospital “CENTRAL”…”

    No cabía duda de que, el tal Magnus Bridgerton era pariente de Babette, ¿Sería que él fue víctima del tal “H”?

    -¿Pero qué es lo que está pasando? Es el tercer medico que asesinan -comentó Samantha.


     
    Última edición: 3 Octubre 2013
  3.  
    Unimar

    Unimar Un alma sana reside en un cuerpo sano y mente sana

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    Ohhhhhhhhh que bueno se esta poniendo esto.

    Disculpa que me halla pasado hasta ahora, pero no he tenido suficiente tiempo.

    Misterio insondable esta cada vez mejor. Me perdí varios capítulos, pero ya me puse al corriente. Esta fantástica Oyukii, en verdad que me has enganchado.

    No puedo creer que hayn asesinado al papá de Blake, que escandalo. Y mas eso de la llave y de H
    me divertí mucho con el personaje de Kathy, mas con su look de carnaval como la describes. Esto esta muy bueno juju.

    Bueno me despido y no dejes nunca de escribir así de bien. Saludos Oyukii.
     
  4.  
    Oyukii

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    Capítulo 21: Las paces

    Después de un aburrido fin de semana, llegó el Lunes. Lauren se encontraba en la escuela Collinwood en plena hora de descanso, desperdiciaría esa bella hora en buscar a Babette Bridgerton apodada por Lauren Babosa Bridgerton. Revisó las áreas verdes, particularmente eran las mas despejadas ya que la mayoría de los estudiantes se encontraban mayormente en los pasillos o en los salones de clases platicando.

    De un momento a otro sus oídos captaron un débil gemido no muy lejos de donde estaba. Lauren atravesó algunos arbustos hasta que llegó a la chica de pelo rubio y ojos celestes, estaba llorando, en ese momento Lauren no dudó ni por un momento el por qué de su llanto. Trató de acercase a ella por detrás pero a pesar de ser lo más sigilosa posible la rubia terminó descubriéndola.

    -¿Qué haces aquí? -dijo la rubia mientras secaba sus lágrimas-, ¡lárgate!
    -¿Qué haces aquí tú sola…?
    -¡Dije que te largaras! -dijo Babette interrumpiendo a Lauren.
    -Bueno, que suerte haberte encontrado, estaba buscándote.
    -¿¡Es que no has escuchado!? ¡Te dije que te largaras!
    -Wo, tranquila vengo en son de paz -dijo Lauren tratando de calmar a la muchacha de ojos celestes.
    -¿A qué has venido? ¿Es que no se puede llorar en paz?
    -Bueno… haremos lo siguiente, llora todo lo que quieras, nos vemos esta tarde a las 3:00 en el café “Matinée”, queda cerca de tu casa.
    -¿Qué es lo que quieres? -dijo Babette en un tono amenazador.
    -Tranquila, solamente quiero hablar contigo.

    La muchacha de ojos celestinos no contestó, solamente miró a la chica de ojos grises con recelo.



    Ya eran las 3:05 de la tarde en el café “Matinée”, no había señal de Babette Bridgerton en ninguna parte; Lauren miró nuevamente su reloj para ver que hora era, no era normal en ella la impaciencia pero necesitaba pronto la información, sino ¿Quién sabe qué locura se le ocurriría? Además, ella no lo quería arriesgarse más, con lo que pasó con Van Luigi ya era más que suficiente.

    Alrededor de las 3:13 suena la campana dando a saber que un nuevo cliente había llegado, en ese momento Lauren vio entrar a la chica de melena dorada y ojos azules cristalinos.

    <<Babette Bridgerton…>>

    Babette, inmediatamente vio a Lauren se sentó el mesa en la cual la chica de pelo marrón estaba sentada. Al transcurrir el lapso de un minuto aproximadamente, Lauren por fin habló:

    -Pensé que no vendrías, Bridgerton.
    -Sí, en realidad dudaba en si venir o, dejarte plantada -contestó ella en un tono molesto-. Bueno, ya me tienes aquí, ¿De qué quieres hablar?
    -Antes de, quiero que cumplas con dos condiciones Babette -dijo Lauren-. Primero, lo que hablemos aquí se quedará aquí, y segundo, no decirle a nadie absolutamente a nadie.

    Al oír las condiciones de Lauren Babette echó a reír, se burlaba una y otra vez de la chica en su interior diciendo “¿Qué se cree esta chica?” o “¿Acaso cree que es un interrogatorio?”. A pesar de que no le agradaba Lauren Phillips, Babette tenía la necesidad de saber qué era lo que Lauren quería conversar con ella.

    -Mira niña, ¿Qué tan serio es el asunto? -dijo la rubia divertida.
    -Vamos al asunto, ¿Esta mañana llorabas por el tal Magnus Bridgerton?, si llorabas por él ¿Por qué? ¿Acaso era alguien importante para ti como… un padre, tío…?
    -¿Por qué me preguntas eso?, ¿Acaso te importa?
    -Sí.

    Babette resopló en señal de disgusto, esas preguntas la hacían sentir acorralada, con solamente recordar el rostro de él, tan pálido y mortecino, careciente de vida, esa noche en la que lo vio en la silla de su escritorio “dormido en la muerte” envenenado, pero ¿Por qué? ¿Por qué a él? Su padre…

    -Magnus Bridgerton era mi padre -dijo Babette a la vez que sus ojos celestes se cristalizaban-. Murió envenenado en su oficina.

    Lauren se quedó en silencio. Magnus Bridgerton envenenado, ¿Sería obra del tal H? Habían altas probabilidades de que fuera ese sujeto, primero porque Magnus era un medico y las presas de H son los médicos y segundo, morir así por así, no solamente hubo una mano maestra, también, de que aquel “maestro del asesinato” quería algo y ese algo era nada más y nada menos que la “llave”, ¿Tan valiosa era?, pero ¿Qué diablos era para causar tantos problemas y sufrimiento?

    Levantó la mirada para ver a Bridgerton y vio como caían de sus ojos pequeñas lágrimas que intentaba limpiar con su mano pero estas no paraban de caer, eran como pequeñas cascadas que se deslizaba por sus mejillas como torrentes, eran pequeñas pero peligrosas.

    -¿Eso era lo que querías? -preguntó Babette mientras bajaba la mirada.
    -No -respondió Lauren inmediatamente.
    -¿Qué mas quieres? -dijo Babette con nostalgia.
    -Necesito tu ayuda pero aparte de que debes guardar este secreto, debemos hacer las paces primero, ¿Aceptas? -dijo Lauren mientras estrechaba su mano a la Bridgerton.

    Bridgerton se quedó mirando la mano de Phillips desconfiada, ¿Le iba a ayudar? Tenían una rivalidad absurda, lo sabía pero ella sabía que era hora de terminar con esto de una vez por todas, no más niña caprichosa, su padre se había marchado de este mundo y tenía la certeza de que la chica que tenía en frente la ayudaría a encontrar respuestas a sus preguntas.

    -Acepto -dijo Babette al levantar la mirada; Lauren se quedó atónita al ver la mirada que levaba la chica en su rostro, una mirada que no pensaba ver ni en sueños, una mirada llena de… determinación-. Te ayudaré en lo que sea necesario.
     
    Última edición: 18 Octubre 2013
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    Capítulo 22: La caja fuerte

    Babette y Lauren habían quedado nuevamente a ir a la cafetería “Matinée” a discutir a fondo el asunto.

    -Entonces ¿Qué piensas hacer? -preguntó Babette a Lauren.
    -¿Tienes acceso a la oficina de tu padre? -preguntó Babette.
    -Sí, bueno… su oficina está en mi casa, ¿Por qué?
    -Tengo un buen presentimiento -dijo Lauren mientras dibujaba una sonrisa triunfante en su rostro.

    Solamente tuvieron que cruzar la calle para llegar a la gran mansión Bridgerton, al entrar, tenía un agradable estilo de la era victoriana, era como regresar al pasado. Puede que no le gustara mucho Historia pero este lugar la inspiraba. El tamaño de la mansión describía a los Bridgerton hasta la última pestaña, además de ocupar el tercer lugar de las familias más millonarias de Inglaterra. Parte del patio trasero era un campo de golf y la otra parte era un enorme jardín en donde la señora Bridgerton tomada el té.

    Se adentraron más hasta que llegaron un pasillo con un sinfín de puertas; la casa era tan grande que parecía no tener fin.

    -Aquí es -dijo Babette mientras abría una puerta que había al final del pasillo.

    Con solo escuchar el sonido de la puerta abrirse, la mente de Lauren la transportó a un nuevo mundo, un mundo lleno de enciclopedias, cuadros, imágenes, lapiceras, documentos a medio escribir, proyectos sin terminar. La oficina del señor Bridgerton era gigantesca, se preguntaba como un hombre como él podía pasarse hasta las tantas de la noche en un lugar tan amplio y solo como este.

    Se imaginó a Magnus Bridgerton sentado en su escritorio tomando una taza de té, luego, levantarse de su asiento y caminar hasta la ventana y admiraba la buena vista del jardín e donde solía ver a su esposa tomando el té.

    -Lauren, ¿Qué hacemos? -preguntó la rubia.
    -Buscar -respondió ella.

    El primer lugar que se le ocurrió a Lauren fue buscar en el estate de libros, desde abajo hacia arriba. Babette buscaba en el escritorio de su padre para ver su también encontraba algo útil. Luego de media hora Lauren tomó una de las enciclopedias, pero al hacerlo notó algo extraño en el pedazo de pared que veía, había algo gris, algo completamente diferente al color manzanilla de las paredes; inmediatamente quitó un libro que había al lado de la enciclopedia y fue quitando y quitando hasta que pudo ver con claridad de lo que se trataba, una caja fuerte.

    -Babette… -llamó Lauren a la rubia.
    -¿Qué ocurre? -preguntó mientras se volvía a la joven de ojos grises.
    -Sabes que es esto, ¿Verdad?

    Babette se colocó al lado de Lauren.

    -Una caja fuerte -respondió.
    -¿Sabes como abrir una caja fuerte?
    -¡Pues claro! Soy muy buena en eso.

    También de ser una genio, Babette era una experta abriendo cosas, en cuanto a las cajas fuertes no era muy diestra pero tenía algo de conocimiento de cómo abrir una. No trascurrieron mas de veinte minutos en la tediosa tarea, Babette sonrió cuando por fin había descifrado el código el cual era: 12,0,1,0,7,7,14.

    -Ya terminé -dijo Babette aliviada-, pensé que iba a durar una eternidad. Mayormente cajas de este tamaño las abro en 10 o 15 minutos pero parece que se me están oxidando los engranes -dijo esto último divertida.

    La rubia le cedió el honor a Lauren para que abriera la caja fuerte ya abierta pero, al hacerlo, un sentimiento de pesadez y desilusión le vino encima, no se esperaba encontrarse con aquello pero si fue. Lauren resopló en señal de disgusto, ¿Tanto tiempo para encontrar nada?

    -¿Ocurre algo Lauren? -preguntó Bridgerton preocupada ante la reacción de la chica.
    -Parece que vino alguien primero que nosotras.
    -¿Quieres que sigamos buscando?

    -¡Basura! -exclamó él con furia arrojando una libreta.
    -¿Qué ocurre señor? -preguntó una voz femenina.
    -Nada de lo que está escrito me ayuda, parece estar escrito en código. Parece que en vez de estar avanzando voy retrocediendo.
    -No se preocupe señor, creo que podría hacer de este mensaje ilegible a uno fácil de comprender.
    -¿Cómo piensas hacer eso? -preguntó él.
    -Quizá los mocosos de la academia Collinwood sirvan de algo.


    Lauren y Babette fueron a Rolling-batidos a celebrar su derrota, al fin y al cabo no obtuvieron nada; pero ¿Y si en realidad no contenía nada? ¡Debía tenerlo! Porque ¿Para que sirve tener una caja fuerte oculta en un lugar donde nadie sospecharía que tuvieras una? Estaba convencida de que Magnus Bridgerton tenía oculto algo de vital importancia , ¿Pero qué?

    -Lauren -la voz de Babette la sacó de su mundo fantasioso a la realidad-, ¿Qué pensabas encontrar en la oficina de papá?

    Antes de responder, Lauren le dio un sorbo a su batido de chocolate.

    Nuevamente en las labores caseras, Lauren ayudaba a Darcy a sacar la basura de la casa pero mientras lo hacía algo o mejor dicho alguien la tomó por sorpresa.

    -¿Qué haces espiando en mi jardín? -preguntó Lauren a la famosa reportera Kathy Applewhite.
    -¡Lauren! Que bueno verte, vengo a cazar a Eddie Redford.
    -Si piensas sacarle algo, ni lo sueñes.
    -¿Por qué?
    -Te mandara a la luna, últimamente no ha estado de buen humor.
    -Sí, lo estaba penando. Oye, ando investigando lo de Magnus Bridgerton ¿Te interesa saber lo que encontré en el hospital “Central”?

    Parecía demasiado bueno para ser verdad, parecía ser un milagro, los ojos de Lauren Phillips resplandecieron al escuchar la palabras de la pelirroja.
     
  6.  
    Unimar

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    Nihao Oyukii, Nihao. :)

    Valió la pena la espera, disculpa si me he dasaparecido del foro así como así.

    Capítulo 21

    Las paces.

    ¿Qué te puedo decir de este capítulo?. Muy simple, me ha encantado, encantado. Nunca imagine que Lauren y Babett hicieran las paces. No lo digo por Lauren, ya que a pesar de ser una niña lista, es muy madura para su edad. Me sorprendió ver que la chica rubia, aceptara así como así la propuesta de su compañea, pobre no me desagrada en absoluto su personaje pero con la muerte de su padre, y más envenenado por órdenes del "H", debió de ser duro, muy difpicil en realidad. Me gusta que siempre lo ambientes en un entorno de maravilla. Me permite imaginarme el cielo siempre nublado, y una ligera brisa llena de fría agua dañar las construcciones. Me encanta.

    Capítulo 22

    La caja fuerte

    Genial capítulo, me agradó más que el anterior, fue súblime. Amo las descripciones que siempre pones en cada una de tus escenas. En verdad que las amo. Al igual que el ingenio que tienes para con los nombre. Magnus, ese nombre si que de verdad causa admiración y respeto. Pensé que Babbette era una niña mimada sin ningún talento más que para los estudios, pero eso de abrir las cajas fuertes. uuuhhh... estupendo.

    Todos tus personajes tienen y gozan de una carísma tan especial, que ninguno de ellos se hace chocante o se le puede odiar. Me grada que aa Lauren la acompañen seres tan perfectos, la manera en que los has descrito y encarnado para darles vida ha sido la correcta.

    Auqneu aún tengo muchas dudas con respecto al personaje de "H", tanto poder en un sólo hombre, capáz de decirdir quien vive o quein muere. Esta genial

    Siempre es un gusto para mí acercarme a leer tu fic tan precioso, le he tomado cariño en verdad. Muy bien hecho.

    Señorita Oyukii, creo que no lo he hecho y tendré que hacerlo.

    La felicito, me ha cautivado y mi atención siempre estara para esta historia tan bella.
     
  7.  
    Oyukii

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    Capítulo 23: sustituto

    Como todo los Lunes la primera clase del día era Matemáticas, Lauren esperaba no con muchas ganas al maestro Phil Stone, es más, se preguntaba ¿Por qué de todos los maestro precisamente Phil Stone? Era un excelente profesor de Matemáticas pero, él era una persona áspera y lo que parecía ser complicado era aún mas complicado cuando las explicaba.

    De pronto, la puerta del salón se abrió, esta vez Phil Stone no estaba allí, en el escritorio del profesor estaba una mujer de pelo castaño oscuro, ojos marrones acompañados por unos enormes anteojos negros.

    -Disculpen la tardanza chicos -se disculpó la mujer dejando a todos confundidos-, soy Elena Watson, soy su profesora sustituta mientras que el maestro Phil Stone esté ausente.

    Si el profesor Stone no iba a asistir a la clase lo hubiera dicho la clase anterior pero, las enfermedades tampoco se pueden predecir. Sin embargo, pasara lo que pasara esta tal Elena Watson le daba mala espina, tenia una mirada demasiado traviesa através de esos anteojos negros.

    Durante el transcurso de la clase lo que más le sorprendió de la maestra sustituta era su habilidad para las matemáticas, sabía demasiado para ser solamente una sustituta; para ser la primera ausencia del maestro Stone parecía elegir bien a los interinos.

    Antes de que la interina saliera del aula, dejó unos ejercicios de Matemáticas dificilísimos supuestamente de parte de Phil Stone. En ese momento Lauren maldijo al profesor en sus adentros, ella era una estudiante aplicada pero a pesar de ser brillante era toda una floja. Aprovechó la hora de descanso para hacer unos cuantos ejercicios, el primero, segundo y tercer, eran ejercicios sencillos, pero en cuanto al cuarto era complicado, bueno, complicado era una palabra muy pequeña para lo que se estaba sometiendo.

    -Parece que estas teniendo problemas -dijo una voz femenina a espaldas de Lauren-. Deberías empezar con el 7.
    -¿Maestra Watson? -dijo Lauren sorprendida.
    -Oh, no tanta formalidad, solo dime Elena -dijo Elena riendo-. Por cierto, te deseo suerte con el regalo que te dejó el maestro Phil.
    -¿De dónde lo conoces? -preguntó Lauren de repente.

    Elena se paró el seco, duró unos segundos en contestar; aquella reacción de parte de Elena hizo dudar a Lauren.

    -Él… es mi maestro de Matemáticas de la universidad -dijo finalmente, y siguió su camino.

    <<Que extraño…>> pensó Lauren.

    Por otra parte estaba la extrovertida y alegre Casey Cheever a la compañía de su mejor amiga la franca y segura Charlize Beckett caminando sin rumbo alguno en a academia Collinwood. Iban hablando de todo un poco, de sus locuras, de familia, romance, entre otras cosas dentro de su ámbito comunicativo.

    -¿Viste como me miró? ¡Ay! Por poco y mi cabeza explota -dijo Casey tratando de contener la risa pero que al final le resultó inútil ya que no pudo evitar estallar.
    -Sí, te miró como la ingenua que eres -comentó Charlize con gracia.
    -¡No! ¿Por qué dices esas cosas Charly? -dijo la castaña un poco molesta, aunque es típico cuando Charlize hace comentarios sarcásticos hacia Cheever aunque ya esta estaba acostumbrada al extraño sentido del humor de Charlize Beckett-. Has cambiado mucho desde que terminaste tu relación con Andrew.

    -¿Qué te digo? Desde ese entonces no me interesa sostener relaciones amorosas con nadie.

    La castaña la miró sin entender ni pío de lo que estaba hablando su amiga. Charlize Beckett, 17 años, es una chica muy franca, fuerte y segura de si misma pero a la vez es una chica misteriosa y complicada, difícil de entender, pero sobre todo de que después de la muerte de su padre en un accidente de trafico nunca volvió a ser la misma, algo que preocupaba mucho a Cheever hasta la fecha.

    -Por cierto, hace mucho que no vemos a Lauren -comentó Charlize de repente.
    -¡Cierto! -exclamó la castaña llevándose las manos a la cabeza-. Si no fuera porque estuviera ocupada hablaría con ella un buen rato.
    -¿Por qué no vamos ahora?
    -No, ya están a punto de tocar, ¿Por qué no vamos al salón?

    Y sin más las chicas subían las escaleras rumbo salón de clases mientras que la campana sonaba por toda la escuela avisando que los estudiantes tenían que ir a sus salones de clases.

    Casey movía ansiosamente sus piernas ya en su pupitre, ¡El pasar del tiempo la mataba! Era normal que el maestro de Matemáticas se atrasara unos cinco minutos pero al pasar el décimo minuto ya pensó que iba a estallar. Con solo pasar aquel pensamiento efímero se escuchó la puerta abrirse dejando ver a una persona que no era Phil Stone, era una mujer de no mas de 22 años, de cabello castaño oscuro, y ojos marrones adornados por unos enormes anteojos negros remarcando aquella mirada traviesa.

    -¡Hola! Soy Elena Watson su profesora interina, estaré presente mientras que el maestro Phil esté ausente.

    Como toda amante de las matemáticas Casey Cheever suspiró aliviada. Las apariencias engañaban, ya que, a pensar de que Casey pareciera ser una chica hueca sin ninguna habilidad en especial era toda una genio en lo que se llamaba matemáticas, adoraba tanto esa asignatura que hasta por las noches soñaba resolviendo ejercicios complicados -un poco loco pero era así-, pero aquella profesora interina le daba sospechas considerando como era el maestro Stone.

    -Bueno chicos, espero que les vaya bien con sus trabajos.

    Eso era feo muy feo, ¡Ahora estaría esclavizada el resto de la tarde con matemáticas hasta los calcetines! Esta vez decidió no entrar en pánico y suspiró <<Bueno Casey… ¡A trabajar se ha dicho!>>. Con solo recordar con la cara tan dulce que se marchó la rabia se le subió a las orejas, adoraba las matemáticas, pero no hasta el punto de quedarse todo el día sin hacer nada además de que tenia un proyecto de Geografía que tenia pendiente, esta vez ¡Alicia Crane le iba a hacer añicos! Tenía el presentimiento de que mañana sería un mal día, especialmente del gran castigo que le tendría preparado “el saco de arrugas” de Alicia Crane. A menos que todos no hayan hecho el proyecto ¡Al menos no estaría sola en su castigo! <<A quien engaño, estoy aterrada…>> pensó Casey dejando caer el lápiz amarillo numero 2 el la hoja en blanco.


    A la mañana siguiente Casey Cheever se marchó de su casa con los ánimos en el suelo, al apenas llegar vio a Lauren y la saludó e intercambiaron algunas palabras; luego, fue al salón acompañada de Charlize Beckett. Las manecillas el reloj avanzaban lentamente alterando cada vez más su síndrome nervioso. Al llegar la hora de matemáticas Casey buscó con rapidez su trabajo y lo puso sobre el pupitre, su ritmo cardiaco aceleraba cada vez más sin saber por qué ¿Por qué estaba en ese estado? Ni idea.

    -Buen día estudiantes -saludó Elena acompañada por una sonrisa traviesa-, corregiré sus trabajos, por favor, pónganlos sobre el escritorio.

    Cuando todo el salón entregó sus trabajos la ultima en levantarse del pupitre fue la castaña que, sin muchos ánimos puso su trabajo sobre la mesa.

    -Ahora bien estudiantes, quiero que se pongan a realizar los ejercicios de la pagina 66 y 68; de la 66 ejercicios a y b, y de la 68 c y e.

    Ni una sola alma se escuchó reprochar, solamente fue captable a sus oídos los libros abrirse al unísono.

    <<¿Por qué me siento así?>> pensó la castaña.

    Mientras tanto, la maestra interina comenzó a corregir los trabajos tarareando una melodía, al terminar con el trabajo de Cheever sonrío con satisfacción y en sus ojos traviesos se vieron visibles una especie de brillo maligno.

    Al terminar las clases Casey pasó por el escritorio del profesor, pero antes de cruzar la puerta Elena la llamó:

    -Oye ¿Tú nombre es Casey?

    La castaña asintió.

    -Me dejaste muy impresionada, no fallaste en ningún ejercicio, eres muy lista -dijo Elena con una dulce sonrisa.

    Entones, un extraño sentimiento de felicidad invadió a Casey Cheever.

    Y sin pensar ni un segundo aceptó la propuesta de su maestra sustituta.

    Pero, a medida que se adentraban por las calles de Londres aquella llama de felicidad se iba apagando, ¿A dónde la llevaba? La castaña no se atrevió a preguntar.

    -Tranquila -dijo Elena-, casi llegamos.

    Las dos entraron por una calle que las llevo a un vecindario abandonado, a medida que se adentraban un extraño temor invadió a Cheever; cuando se pararon en medio de la nada ella miró a Elena asustada pero esta conservaba su sonrisa.

    -¿A-a d-dónde estamos? -balbuceó.

    De repente vio como la expresión de Elena cambió completamente, algo que la horrorizo más. Elena volteó su rostro para ver a la castaña, realizando esta acción parecía una autómata.

    -¡Tonta! -salió de los labios de la supuesta interina.

    A Casey el tiempo le sobró, a penas podía reaccionar; vio como Elena se abalanzó a ella y en un agarre violento evitó algún intento de escape de la castaña. Casey forcejeaba pero era inútil, ¡Qué patética se sentía en ese momento! Aquella supuesta profesora interina la había comprado con palabras bonitas. Lo ultimo que pudo ver fue, como su cuerpo se adormecía, los forcejeos flaqueaban y sus parpados se hacían cada vez mas pesados.
     
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    Capítulo 24: en las tinieblas

    Día anterior - Lauren Phillips

    Era una especie de pesadilla, reconocía que era buena en las matemáticas pero este “regalo” más bien era una maldición y mil tormentos. El lado positivo de todo esto sería que este trabajo acabaría con mis días de floja -algo que realmente no quiero-, además, de que a partir de esta mañana no he dejado de pensar en la tal Elena Watson la cual me transmitía malas vibras sobre su persona, algo me decía que vino por algo más, no sólo a sustituir al maestro Phil Stone.

    Concluyendo el último ejercicio estiré mis brazos dejando escapar todo el estrés acumulado, pensando en un aliviado “¡aleluya!”. Guardé inmediatamente el trabajo en mi mochila y me dispuse a vestirme para ir al café que quedaba cerca de mi casa, porque había quedado allí con “carnaval”. Antes de irme le dejé a Dixie comida en su tazón y le avisé a Darcy de mi salida. Al parecer parece que ella ha estado sospechando de algo, creo que la he estado preocupando mucho últimamente, lo he percibido; Darcy es una joven muy lista por lo que si quiero mantener mis citas en secreto tengo que ser muy cuidadosa.

    Al llegar al café busqué con la vista al carnaval, y con mucho éxito la vi en una de las mesas del fondo. Caminé hacia ella y me senté quedado frente a frente de Kathy.

    -¿Para qué querías verme? -pregunté.
    -Por esto -respondió mostrándome un diario color rojo vino-. Lo encontré en el hospital Central en la oficina de Magnus.
    -Me sorprendes carnaval -dije, sentí como la curiosidad me picaba por dentro, más que nada quería saber lo que había en ese diario.
    -¡No me digas carnaval! -exclamó la pelirroja de forma infantil.
    -Como sea, dame el diario -le pedí.

    Sin escuchar ningún reproche de ella me pasó el cuaderno rojo vino, abrí el broche metálico que mantenía cerrado el cuaderno y al pasar la primera página sentí un dolor de cabeza muy raro, concentrado en mi frente. Un mar de confusión me vino de repente, el contenido de este diario solamente eran símbolos y números y al pasar a la segunda mas símbolos y números, además de unas letras en mayúscula que no tenía ni la menor idea de que significaban, ¿A caso esto era una especie de código? Debía de ser, y a simple vista se veía muy complejo; para hacer este tipo de código Magnus Bridgerton seguramente tenía una mente brillante.

    -Tengo la certeza de que tu sientes ese dolor de cabeza extraño ¿No? Cuando vi el diario mi cabeza iba a reventar -dijo Kathy.
    -Sí y parece que su contenido es muy importante para estar escrito en un código tan complejo.
    -¿Sabes que tipo de código es?
    -No, pero creo que puedo investigar.

    Al llegar a la casa de Eddie me dirigí a mi habitación como un rayo de luz. Puse el diario en mi escritorio, a continuación, me puse buscar en mi mochila, pensé que no le iba a dar uso pero creo que las circunstancias la ameritan. Saqué un cuaderno o mejor dicho un diario marrón muy parecido al de Magnus, luego, me senté en la silla giratoria y abrí mi diario en el escritorio; de mi porta lápices saqué al azar una lapicera de tinta negra y me puse a escribir en ella:

    Noviembre 2/ 2006

    Hoy fui al café a reunirme con Kathy Applewhite, y allí obtuve el diario de Magnus Bridgerton escrito en una especie de código muy complejo.


    3 de Noviembre 2006

    Casey comenzó a abrir sus ojos con dificultad, podía oler perfectamente el aroma de tierra mojada en el lugar, sus manos y piernas estaban inmóviles aunque las podía mover pero con dificultad, aunque no estaba tirada en el suelo, estaba sentada; su conciente estaba confuso, no tenía ni la más minima idea de lo que pasaba. Aunque el aroma de tierra mojaba daba indicios de que había estado lloviendo.

    <<¿Qué… pasó? ¿Dónde… estoy…? >> pensó la castaña.

    Cuando abrió sus ojos por completo estaba en un lugar muy desconocido para ella, brazos y piernas estaban atadas en una silla. Las cuerdas estaban bien apretadas, pero lo que más la asustó fue el lugar en donde estaba, un lugar completamente triste, gris, oscuro, lo único que producía claridad en aquel tenebroso lugar era una pequeña lámpara de luz muy débil; y el goteo de alguna tubería era el único sonido que escuchaba. De pronto, escuchó un zapateo que se hacia cada vez más fuerte; y de la oscuridad salio una mujer vestida de secretaria, la cara de aquella mujer le resultaba muy familiar, al pasar un lapso de tres segundo recordó todo y recordó que aquella mujer que tenia en frente era su supuesta maestra interina, Elena Watson.

    -Ya despertaste, ya era hora -dijo.
    -¿Quién eres tú? -preguntó Casey.
    -Lo sabrás en su debido tiempo -dijo la supuesta Elena caminando hacia ella acompañada de una mirada maligna-. Vamos, mi amo te espera.

    La mujer le quitó las sogas de los pies a Casey, al retirarlas la castaña vio la marca de la soga en sus tobillos. Luego la desató de la silla.

    -Sígueme -dijo.

    Asustadiza, Casey hizo lo que la mujer le ordenó. Atravesaron un pasillo completamente oscuro, aunque estaba “ciega” ni se le ocurrió alentar su paso. Luego, cuando esa oscuridad por fin cesó llegando a un lugar más iluminado.

    -Así que, esta fue la tonta que conseguiste de la academia Collinwood -dijo una voz masculina, grave y poderosa. Casey entrecerró sus ojos para ver de quien se trataba. Era un hombre rubio de cabello largo, de piel blancuzca y ojos marrones, no debía tener más de unos 30 años o eso parecía.
    -Inteligente pero muy ingenua -se burló la mujer-. ¿Es que acaso tu mami no te dijo que no debías irte con personas desconocidas?
    -Tus matemáticas apestan -se defendió Casey.
    -Oh, que mal señorita ingenuidad.
    -¿Cuál es el nombre de la chica? -preguntó el hombre.
    -Casey Cheever -dijo la estudiante-. ¿Quién es usted?
    -Soy Hassan Williams -dijo el rubio-. Casey, ¿Sabes que es esto?


    Hassan le pasó el diario a la castaña, ella lo abrió y vio una serie de símbolos y números; sabía exactamente que era esa extraña simbología, Casey suspiró resignada a decirle lo que sabía a Hassan.

    -Esta clase de simbología se le llama “código Swann” es una extraña combinación de números, letras y símbolos. La mayoría de las personas que, realiza escritos con este código debe tener habilidades para las matemáticas además de la tabla periódicas de los elementos. Descifrar una frase llevaría unos tres días -explicó Casey.
    -Bueno, no eres tan ingenua después de todo -dijo Hassan-. ¿Crees que puedes resolver el código?

    Casey asintió.

    -Elyse, ya sabes que hacer.
     
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    Capítulo 25: sin rastro…

    Después de dos largos días con la cabeza en pedacitos tratando de descifrar aquel código que resultó ser el famoso “código Swann”, precisamente hoy estaba tomando un pequeño descanso pero la desidia tuvo que dejarla para otro día, cuando tocaron la puerta de su habitación.

    -Pase… -dijo Lauren con molestia en su tono de voz.

    Entonces, por la rendija se asomó la cabeza de la cocinera de la casa.

    -Alguien te busca -dijo.
    -¿Quién?
    -Se dice llamar Charlize Beckett.

    ¿Charlize? Era extraño, sobre todo… ¿Dónde consiguió la dirección de la casa? Además ella nunca había tenido ninguna conversación con ella, lo único que las mantenía conectadas era el hecho de conocer a Casey Cheever; solamente habían ocasiones en las que intercambiaban palabras, como cualquier par de conocidas sin interés de hacer amistades.

    -Dile que voy en un segundo.

    Se levantó de la cama con dificultad, cuando los dedos de sus pies se acostumbraron a la temperatura gélida del piso se puso unas sandalias rojas y sin prisa alguna salió de su habitación.

    Cuando bajó las escaleras vio a Charlize Beckett con una mirada que nunca había visto en ella, solía ver en sus ojos una chica fuerte y segura de si misma pero, en estos momentos parecía un ser preocupado y sin vigor.

    -¿Charlize? ¿Qué haces aquí? -preguntó Lauren.
    -Vengo aquí para preguntarte algo muy importe -dijo-. ¿Has visto a Casey? Hace dos días que su familia ni nadie sabe de ella.
    -¿Qué quieres decir? -preguntó Lauren completamente confundida.
    -Casey desapareció, parece haber sido secuestrada o algo, cuando contacte con Dulcie me dijo que ella no sabía nada de Casey y mucho menos sus padres; ayer los padres de Casey llamaron a la policía pero ellos todavía no saben nada. Pensé que acudir a ti sería algo… útil -explicó la muchacha.
    -Lo siento, pero no he sabido de Casey en mucho tiempo. Además, A mi también me preocupa…
    -Y más con los asesinatos que han ocurrido últimamente tengo… miedo…

    ¿Miedo? Charlize Beckett no parecía ser una de esas chicas que se asustaban por cosas tontas, pero esto no era tonto, era algo serio muy serio. Hasta la propia Lauren estaba asustada; puede que no conociera mucho a Cheever, ni pasara mucho tiempo con ella pero le tenía cierto afecto hacia ella.

    -¿Cuándo la viste por última vez? -preguntó Lauren.
    -En la escuela, el día 2 de Noviembre; la esperaba a la salida pero nunca llegó algo que me pareció bastante raro en ella porque siempre nos íbamos juntas a casa.

    En ese momento Lauren no tenía nada en que pensar o que decir respecto a aquella situación, tomando en cuenta la historia de Charlize era como si cogieran un borrador y hubieran borrado a Casey Cheever del mapa.

    -En serio -dijo Lauren en voz baja, como si hablase con sigo misma-. No se que decir…
    -¿Qué quieres decir?
    -Es como si hubieran borrado a Casey del mapa o… se la hubiera tragado la tierra…
    -Eso mismo pienso yo y estoy muy preocupada…

    Las dos permanecieron en silencio por un buen rato, Lauren estaba sumida en una fantasía llena de incógnitas de lo que había pasado con la castaña. La desaparición de Casey y el asesinato de los médicos. En ese momento su mente llegó a un callejón sin salida, ¿Qué se suponía que iba a hacer?

    5 de Noviembre:

    Este día me llegue a enterar de la desaparición de Casey Cheever. Algo que me tiene muy preocupada. Según el argumento de Charlize Beckett, es como si hubieran borrado del mapa a Casey, ¿Qué pasó con ella?


    Después de la visita de Charlize Beckett, no podía parar de pensar en Casey, solamente esperaba a que estuviera bien y que no le pasara nada.


    Por otra parte, estaba Casey en una habitación encerrada descifrando sin descanso el código Swann, no podía parar hasta que por lo menos le dijeran “para”, su cerebro estaba agotado, moría por dormir por lo menos un poco. Desde que estaba en aquel lugar tan sombrío siquiera había comido algo ¡Era un milagro que estuviera todavía bien! De pronto, la puerta de la habitación se abrió dejando ver a la mujer de vestimenta de secretaria llevando un plano de comida en sus manos.

    -Hassan dijo que descansaras, has estado trabajando sin parar, ¿Has logrado hacer algo?

    Casey asintió.

    -Pude traducir el primer párrafo… -dijo la castaña con frialdad.
    -Descansa bien, mañana tienes que seguir trabajando -dijo Elyse mientras cerraba la puerta de la habitación.
     
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    Capítulo 26: noticias

    Después de que se hizo pública la noticia la desaparición de Casey Cheever toda la academia no paraba de hablar de ello. Pasaban los días y nada de nada, una vez fue a visitar los padres de Casey con Charlize, aquella tristeza y desesperación se clavó en el corazón de Lauren, tanta tristeza era devastadora.

    Pasó mes y medio y no había señal de que Casey, había letreros en las calles como: <<¿La ha visto?>> además de los anuncios de televisión.

    Ya había pasado el mes de Noviembre sin señal de Casey. Estaban a pleno Diciembre, en pocos días llegaría la Navidad, además de que se olvidaría de la escuela por un tiempo eso significaba que tendía mas tiempo para el asunto de “H”, eso pensó hasta que fue informada de las “noticias” por su tía Samantha. Anteriormente tenía planeado irse a Estados Unidos para las vacaciones de Navidad pero resulta que Liza Phillips -la madre de Lauren-, pensó que sería bueno traer la pandilla a la casa de Eddie. Y pudo recordar con claridad aquellas últimas palabras de Samantha: <<Y ni se te ocurra hacer tus paseitos ¿Entendido?>> lo que significaba que ya no podía hacer sus investigaciones con Kathy o con Babette mientras su familia estuviera, porque sabía que Samantha la vigilaría muy de cerca.

    Pero eso no era todo, Lauren había conseguido trabajo de medio tiempo en una florería que quedaba cerca de su casa, la florería se le conocía como “la florería Golden” cuya dueña era una señora muy humilde llamada Rossette Goldman además de un chico de su edad llamado Gypsy Goldman, este siempre ayudaba mucho a su abuela Rossette en lo que podía.

    Precisamente Lauren estaba de camino a su trabajo, pero en cuanto abrió la puerta de la florería se encontró con un espectáculo que era imperdonable perderse.

    -¡Gypsy! ¡Te he dicho más de mil veces que me dejes hacer mi trabajo! -exclamó Rossette.
    -Lo siento abuela, yo solo…
    -¡Ni lo siento ni nada! -interrumpió la señora a su nieto-. ¿Crees que soy una viejita indefensa?

    La señora Rossette Goldman a sus 56 años era de admirar, era como una niña, en sentido de su fortaleza física y espiritual; era trabajadora, perseverante, fuerte, un amor y siempre ha querido lo mejor para sus empleados y en especial, sus clientes.

    Rossette luego dirigió su atención hacia la puerta y vio a Lauren prácticamente inmovilizada, como si se hubiera congelado. La señora suspiró.

    -Y la pequeña Lauren tuvo que presenciar esto -dijo.
    -No se preocupe señora Rossette -dijo Lauren entrando en el cuarto de los empleados dejando sus cosas. De repente se escuchó abrirse la puerta con estrépito dejando ver a una muchacha escuálida de pelo rojizo, con anteojos negros; era otra de los empleados de Rossette, Reneé Crane, sí, tal como dice su apellido, ella era la sobrina de Alicia Crane la “troncha toro” de la academia; aunque Reneé ya era universitaria.

    -¡Lamento llegar tarde! -se disculpó recuperando ya su aliento.
    -No es nada niña, oye, recuerda que hoy te toca en el mostrador.

    Lauren paso de largo del mostrador entrando a un pequeño cuarto en donde se hacían los arreglos florales, al intentarlo la primera vez descubrió que era muy divertido. Gypsy estaba allí arreglando algunas flores. Gypsy le gustaba trabajar con su abuela, Rossette fue el que lo crió mientras sus padres estaban fuera del país, sus padres era personas muy ocupadas y casi no tenían tiempo para él por lo que Rossette se había encargado de la crianza de él. Ahora, le devuelve el favor siendo muy sobre protector.

    -Hola Gypsy.
    -Hola Lauren.

    Gypsy era un chico muy amable y un tanto “delicado” o mejor dicho un poco afeminado, era de pelo rubio similar al oro, de tez blancuzca y ojos azules .

    -Esas ¿Para quienes son? -preguntó Lauren.
    -¿No lo sabes? Es un pedido de tu tía… -dijo Gypsy.
    -¿En serio?

    En ese momento no dudó para que serían, sin duda alguna esas flores eran para sus padres.

    Ya a las 7:00 p.m. Lauren fue a su casa, además de cansada estaba hambrienta y para el colmo precisamente caminaba a casa en una de las noches más gélidas de Londres.

    Apenas llegó a casa cerró la puerta detrás de si, lo primero que pudo percibir era el rico olor que provenía de la cocina, como a… salsa y especias. Hechizada por el agradable olor fue a curiosear a la cocina sin pensarlo dos veces. Darcy estaba allí haciendo una de sus especialidades, “el estofado de pollo”.

    -¿Qué haces aquí? -preguntó Darcy al darse cuenta de la presencia de la joven. Lauren, sin dudar, se fue a su habitación, sabía perfectamente que Darcy odiaba cuando “interferían” en su trabajo.
     
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    Capítulo 27: familia

    20 de Diciembre, faltaba poco para Navidad, cinco días como mucho pero nunca pensó que su familia vendría antes del 24 de Diciembre. Fulminó con la mirada la primera maleta visible en la sala, y luego, vio aquel sujeto alto de mirada traviesa, Brandon Phillips, su hermano mayor. Cuando él se aproximó a Lauren Dixie salió huyendo de la sala.

    -¡¿Cómo está mi hermana favorita?! -dijo Brandon mientras abrazaba a Lauren, y después revolvía su cabello.
    -Muy contenta de verlos -masculló Lauren.

    En realidad, Lauren estaba feliz de verlos pero no tan feliz de verlos, en otras palabras diríamos que Lauren se sentía bien al ver de nuevo a su familia pero en estas circunstancias, con lo de H y la desaparición de Casey no estaba de ánimos para ver a nadie; y era increíble como se le presentaba un obstáculo y luego otro, ¿Qué era esto? ¿Un juego del destino? Podría ser casualidad más que otra cosa o mejor dicho más mala suerte que otra cosa, parecía que la vida quería verla ingeniándoselas para salir de las garras de su familia.

    -Oye Leah -llamó Lauren a su hermana-. ¿Me extrañaste?
    -Mucho… -fue la respuesta de ella mientras pasaba de largo de Lauren.

    Así era Leah Phillips, una chica desinteresada e impasible, el mundo podría estar cayéndose en pedacitos y Leah Phillips como si nada hubiera pasado.

    Luego apareció su madre que al verla, del entusiasmo, no pudo evitar dejar a todos casi sordos.

    -¡Mi niña! -dijo Liza mientras la abrasaba o mas bien, la exprimía-. No sabes lo preocupada que he estado por ti, ¡Ah cariño! Te ves tan linda, te ha crecido el pelo.

    En esa ultima parte Liza tenía razón le había crecido el pelo, o en la mente de Lauren Phillips sería como: <<me descuidado>>, tenía planeado ir a la estética cualquier día antes de Navidad; pero apostaría lo que sea a que su madre le arruinaría los planes. Eso le recordaba aquella vez, cuando tenia 13 años que se cortó el pelo y su padre estaba hecha un saco de nervios, no podía olvidar aquel horrible momento en donde su madre compraba cosméticos como una loca para que su cabello volviera a la normalidad.

    -¡Ni se te ocurra cortarlo! -le regañó su madre.

    <<Ahí esta…>>

    Después de la calurosa bienvenida, Lauren estaba o más bien obligada por su tía estar en la sala con sus familiares hablando de cosas, como familia y otras.

    -¡Oigan! -dijo Samantha llamando la atención de todos los de la habitación-. Anne vendrá a pasarse las navidades con nosotros y su familia.

    Anne Redford o Anne Wilson, esposa de un muy reconocido empresario Inglés, una de las mas pequeñas de las hermanas Redford, una ambiciosa y amante de todo lo que se le denomine “dinero”, además de que es la madre de sus peores pesadillas Shannon y Sharon Wilson “las hermanas demonio”.

    Lauren dio el suspiro más hondo, el más profundo que haya dado en su vida. Sin duda, esas serían las peores navidades de su vida, además de que posponer su investigación si es que ella misma se lo permitía; vaya que la vida se daría un buen banquete con el espectáculo que tarde o temprano iba a haber…

    <<¿Por qué a mí? Dios…>>

    Sin pensar ni un momento lo que iba a hacer se fue a su habitación. Allí se sentó en la silla giratoria de su escritorio, escondió bien el diario de Magnus y la carta de “H” para evitar cualquier cosa. Luego revisó su celular y vio que, tenía cuatro llamadas perdidas de Kathy Applewhite.

    Llamó a su número y no tuvo que esperar mucho para que la pelirroja respondiera.

    -Hola…
    -Hola Kathy, soy yo, Lauren.
    -¡Lauren! Te he estado llamando.
    -Eso veo, ¿Qué quieres de mí?
    -¡Tenemos que investigar lo de Charlie Thompson! Lo hemos dejado a un lado como si nada, ¿Dónde nos podemos reunir?
    -Lo siento, tendrás que investigar tú sola, ya tengo demasiados problemas.
    -¿”Problemas”?
    -Justo como lo oyes, tengo que estar con mi familia, y seguramente de niñera. ¿Me podrías hacer el favor de investigar y mantenerme al tanto?
    -¡¿Quién crees que soy?! ¿Tu sirvienta?

    Y con eso dicho Lauren cerró la llamada.

    -¡Esta niña! -exclamó Kathy furiosa.
     
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    Capítulo 28: descubrimientos

    A la mañana siguiente el dolor de cabeza invadió temprano, la llegada de los Wilson a la casa de Eddie Redford; Shannon y Sharon decidieron atacar a Brandon Phillips, primeramente robándole su cuaderno de diseños. Lauren se encerró en su habitación para evitar el menor contacto con las hermanas Wilson.

    Después de un caótico almuerzo todos los “adultos”, en este caso todos los mayores de dieciséis años salieron de la casa, dejando a Lauren con las hermanas horrores. Hasta el momento Shannon y Sharon estaban tranquilas, comiendo galletas de chispas de chocolate acompañadas de leche fresca, claro, Lauren Phillips sabía que aquella tranquilidad no duraría por mucho tiempo. La más pacifica de las dos era Sharon, un poquito rara, cuando está separada de Shannon era bastante tranquila pero siempre hacía cosas raras como: susurrarse a si misma, dibujar cosas raras, además de que la forma de pensar de Sharon no era normal como una niña de siete años y medio; en cuanto a Shannon era traviesa por naturaleza, cuando estaba separada de Sharon era un caos, completamente diferente a Sharon, era caprichosa, ruidosa, y siempre hacía un caos donde quiera aunque tanto separadas como unidas eran indeseables ante Lauren.

    Phillips estaba en el sillón de la sala leyendo los capítulos finales de “la mariposa en el tercer cielo”, entonces, de la nada, sonó su teléfono, Lauren resopló pensando si era su tía por cuarta vez pero esta vez era falsa alarma.

    -¿Qué quieres Kathy?
    -Lauren, ¿Hoy puedes salir de casa?
    -Lo siento, no puedo, estoy de niñera -respondió Phillips con desánimo.
    -Voy al hospital en donde trabajaba Charlie, si veo algo raro te aviso.

    Lauren cerró la llamada, entonces, cuando miró al frente vio a las gemelas en frente de ella con miradas malignas.

    -Lauren, queremos jugar -dijo Shannon mientras Sharon asentía.

    Con dificultad, llegó hacia el consultorio de Charlie y al entrar se dio cuenta de que todo estaba en cajas, el estante vacío, en el escritorio solamente habían unos documentos. Revisó en las cajas pero no encontró nada útil; en cuanto revisó la última caja que había en la habitación sus ojos se abrieron como platos, no podía creer lo que veía, era una fotografía con tres personajes los cuales pudo identificar inmediatamente… nada más ni nada menos que: Magnus Bridgerton, Charlie Thompson y Marie Ross (la verdadera). En un acto ansioso trató de buscar su teléfono celular el cual resbalaba de sus manos muchas veces; cuando por fin pudo conseguir el control total de su cuerpo, tomó una foto del cuadro y se la envío a Lauren.

    Mientras tanto, Lauren Phillips no pasaba un rato muy bonito con sus primas, en cuanto oyó un pequeño sonido proveniente de su celular, inmediatamente se dirigió a la sala de estar con ambas gemelas sujetas a ella a cada una de sus piernas, y al parecer no tenían intenciones de librar a Lauren. Ella se dirigió con dificultad al sillón, luchando con el peso de sus primas en cada uno de sus piernas.

    Cuando por fin pudo obtener su celular haciendo caso omiso a la presencia de sus primas, vio que tenia dos mensajes de parte de Kathy Applewhite, en el primer mensaje vio la imagen de Charlie Thompson, un señor robusto de pelo rubio y una joven que desconocía; era un poco confuso pero al leer el segundo mensaje quedó impactada. Eran nada más ni nada menos que Magnus, Charlie y Marie, los tres con batas de laboratorio, en ese momento no dudó de que, aquellos tres, probablemente… se conocían.

    -¿¡Qué ves!? -exclamó Shannon.
    -¡Quiero ver! -dijo Sharon mientras le quitaba el celular a Lauren.
    -P-pero ¿Qué hacen? -dijo Lauren completamente sorprendida, acompañada con un gesto de horror en su rostro. Ahora, se veía obligada a hacer lo humanamente posible para obtener su celular o si no, sería seriamente difamada por sus primas y si lo hacían… su tía Samantha tendría la impresión de que está metida en algo malo lo que significaba que Samantha Redford junto con Liza Phillips tomarían medidas que hasta ella misma le aterrorizaría pensar.

    -¡Pequeños demonios! -dijo Lauren furiosa persiguiendo a las gemelas por la casa.

     
    Última edición: 10 Noviembre 2013
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    Oyukii

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    Capítulo 29: de lo que menos sospechas es lo que más te sorprende al final…

    Lauren estaba en el trabajo, ayudando a Gypsy con algunas flores. Precisamente el día de ayer no fue el mejor de sus días después de la carrera que dio por toda la casa para conseguir su celular, para poder conseguirlo tuvo que hacer un “trato” con ellas, trato que no pensaba cumplir ni en un millón de años, claro, después asumiría las consecuencias de no cumplir su promesa con las gemelas.

    En esos momentos Lauren estaba perdida en sus pensamientos, desconectada del mundo real, pensando en todo lo concerniente a Charlie, Magnus y Marie, además de H; no solo de ellos sino de Casey Cheever, que había desaparecido y hasta la fecha no había señales de ella, ni de vida ni de muerte, nada.


    -Oye Lauren, ¿Te encuentras bien? -preguntó Gypsy sacando a Lauren de su fantasía.
    -Sí… estoy bien -respondió Lauren automáticamente.
    -No parece -dijo él-. ¿Quieres ir a casa?
    -No, ya te dije que estoy bien.
    -Si te sientes mal no dudes en decirme ¿Sí?
    -Estoy bien -insistió Lauren.

    Después del trabajo fue camino a casa. Nuevamente, la acompañaba aquel viento gélido de invierno.

    Al llegar a casa de Eddie se dio cuenta de que no había nadie en casa, se dirigió a la cocina y lo primero que vio fue una nota en la mesa. Dejó su bolso en el suelo y tomó el papel que decía: “Todos nos fuimos al cine, probablemente lleguemos tarde, la cena está en la nevera solamente tienes que calentarla en el microondas. Tus primas están durmiendo”. La última frase de la nota hizo que el mundo se desmoronara y cayera a sus pies, solamente estaría a salvo si no se levantaban a plenas diez de la noche y hacían un desastre.

    <<¡Qué horror!>> pensó Lauren.


    Desde que su tía Anne vino a casa, desde aquel entonces se sentía muy solitaria. Su única compañía han sido las hermanas demonio, su estadía con ellas no ha sido de nada buena.

    A la mañana siguiente Lauren Phillips, a partir más o menos de las nueve de la mañana, estaba de camino a la florería Golden para ayudar a Gypsy y a Rossette con unos pedidos que habían llegado.

    -Hola Lauren, ¿Te sientes mejor? Ayer no te veías muy bien -dijo Gypsy.
    -Sí, estoy bien -dijo Lauren.
    -¡Qué bien! Me alegras escuchar eso.
    -Muy bien jovencitos, ¡A trabajar! -dijo Rossette.

    Y dichas estas palabras ambos jóvenes comenzaron a trabajar arduamente, llevaban a la florería caja tras otra, pero no solamente ellos, Rossette Goldman se había lucido, luciendo una gran fuerza física . Lauren estaba muy sorprendida por la señora Rossette, claro, sin olvidar la manía sobre protectora de Gypsy Goldman.

    Cuando terminaron de acomodar las cajas eran mas o menos las 12:00 del medio día todavía estaba a tiempo para volver a casa. Cuando cerró la puerta del local sintió un agarre en su brazo.


    -¡¿A dónde crees que ibas Lauren Phillips?!

    Dirigió su vista bruscamente a la derecha y vio a la pelirroja, Kathy Applewhite, lucía extremadamente enojada.


    -¡No te he visto en mucho tiempo Lauren Phillips! Ya era hora de verte. He estado semanas andando sin rumbo alguno, sin saber que hacer sabes que significa eso ¿verdad? Claro eres una niña muy inteligente.
    -¿Qué me estás diciendo? -preguntó Lauren confundida-. No se que me dices, ¿Podrías hablar mas claro?
    -¡No me vengas con eso! -dijo Kathy tomando la mano de la chica llevándosela a rastras del lugar.
    -¡Espera! ¿A dónde me llevas? -dijo Lauren forcejeando, tratando de liberarse del agarre de Kathy Applewhite lo cual era inútil.
    -¡Debemos de hablar!
    -Pero no tengo tiempo para esto, ¿Por qué no otro día?
    -¡A-ho-ra!
    -Si no llego a casa en unos minutos mi madre y mi tía me darán una buena reprimenda, ¡Kathy!
    -Que tu tía y tu madre se aguanten.


    Hacer enojar a alguien que por naturaleza es alegre es realmente horripilante, como, el ser secuestrada por la famosa reportera Kathy Applewhite que por naturaleza no se resignaba hasta obtener lo que quería. Quería que Lauren estuviera con ella, lo consiguió, ahora bien, lo que le esperaba en casa no seria muy bueno, especialmente a su tía.

    -¿Qué quieres? -dijo Lauren.
    -¿Sabes lo que quiero? ¿Qué descubriste de la foto que te envíe?
    -Y yo que pensaba que lo sabías pero, tienes un cerebro de alcornoque, no me sorprende -dijo la chica en un tono arrogante.
    -¡No me vengas con ese tono jovencita!
    -Hasta un idita lo sabría. ¿Qué clase de persona se tomara una fotografía posando con otros dos personajes? Concluí con que Marie Ross, Charlie Thompson y Magnus Bridgerton se conocían en ese entonces. Pero no que más me llama la atención es que los tres murieran por razones que son más que obvias. Seguramente eran colegas de trabajo que, llegaron a un punto en que los tres compartían el mismo secreto y vivían acorralado por una misma persona, en este caso H que anhela “la llave”, que por más que quisiera saber que es pero no he tenido resultado en eso.
    -¿Y ya? -dijo Kathy-. Parece que no valoras el hecho de que se conocieran.
    -¿Y qué si se conocen? ¿En qué me ayuda eso?
    -Lauren Phillips… ¿En realidad eres tú? ¿Qué ha pasado contigo? Pareces otra persona, deberías haberte dado cuenta de esto primero que yo, ¿Cómo H sabía que ellos mismos sabían sobre “la llave”?, ¿Cómo supo encontrarlos? No solamente parece que los tres médicos se conocían, sino que, parece que H también los conocía.


    Los ojos de Lauren se abrieron como platos, ¿Cómo no pudo haberse dado cuenta antes? Kathy Applewhite a veces podría ser un pedazo de alcornoque pero a veces… acertaba.

    -¿No has escuchado: “de lo que menos sospechas es lo que más te sorprende al final”? lo dijo en autor de “La mariposa en el tercer cielo”, Adam Freeman.

    Kathy ahora parecía otra persona, más bien parecían papeles invertidos, era como si Kathy era Lauren y Lauren Kathy, un poco extraño pero cierto.

    En ese momento a Lauren le pasó por la cabeza a Casey Cheever, ¿y si…?


    -Kathy, nos vemos en el parque mañana a las 4:00 de la tarde ¡ni un minuto más ni uno menos!

    Lauren se levantó de golpe de su asiento y salió corriendo de la cafetería, ¡no podía estar equivocada!, ¡tenía que ser!, su corazón aceleraba cada vez más, tal vez por la emoción, tal vez por su carrera contra el poco tiempo que tenia pero algo era seguro, ante aquella loca hipótesis te que tenia en su cabeza ¡no podía estar equivocada!
     
  14.  
    Oyukii

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    Capítulo 30: otras incógnitas

    En su carrera contra el tiempo, aunque técnicamente ya iba tarde eran las 4:05 y faltaba poco para ir al parque, era seguro, Kathy la mataría; era una genio, pero era humana y como todo ser humano imperfecto tenía defectos y como defectos el peor de Lauren Phillips era la impuntualidad.

    Mientras corría con todas sus fuerzas recordaba todo lo que tuvo que hacer para poder saber donde vivía Charlize Beckett:


    Aprovechó el mejor de los momentos para tomar “prestado” el celular de Samantha Redford, solamente esperaba que ella no se diera cuenta porque una de las cosas que odiaba su tía era que tomaran su celular además de hacer el intento de tomarlo.

    -Dulcie Thornton… -susurró Lauren a si misma-, ¡Aquí está!

    En menos de tres segundos aproximadamente Dulcie tomó el teléfono.

    -Hola… Samantha… -respondió Dulcie.
    -Hola Dulcie, soy yo Lauren, ¿Me recuerdas?
    -Sí, eres la sobrina de Samantha. Oye, ¿Sabes que a Samantha no le gusta que cojan su celular?
    -Sí, lo sé pero es una emergencia.
    -¿Qué quieres?
    -Primero debo saber si no se lo dirás a mi tía…
    -Prometido.
    -¿Sabes donde vive Charlize, la amiga de Casey?
    -Mas o menos…
    -Entonces dime.


    Dulcie cumplió con su parte de darle la dirección de la casa de Charlize pero no era muy seguro.

    Llegó al parque con el aire apenas llegando a sus pulmones, en ese mismo momento vio a la pelirroja con los brazos en jarras, no dudó que le echaría una buena.

    -Pero mira lo que trajo la marea.
    -Lo… lo siento…
    -¡Lo siento ni nada! ¿Sabes cuanto tiempo te llevo esperado?
    -Claro si me llevas esperando desde las 3:30 en este lugar -dijo Lauren ya estable-. Encima sabiendo lo impuntual que soy.
    -Da igual, ¿A dónde vamos?
    -A un lugar -respondió Lauren empezando a caminar.


    Las dos tomaron un autobús que las llevó al vecindario en donde vive Charlize Beckett si con algo de suerte seguía viviendo ahí. Era un lugar tranquilo, parecido al viejo vecindario en donde vivía Lauren en Estados Unidos.

    -¡Vaya! ¡Qué lugar tan bonito! -exclamó Kathy.
    -Vamos…

    Antes de seguir a la chica, la pelirroja le tomó una fotografía al lugar y siguió su camino.

    Al llegar la casa de Charlize Beckett, primeramente no creyeron de que ella viviera allí, la casa era inmensa, digna de hombre millonario pero, no perdían nada sin intentar tocar el timbre y preguntar por Beckett.

    Tocaron el timbre y en cuestión de unos segundos abrió una mujer vestida de criada, esta era una mujer mayor, parecida a Amelia Cromwell (la ama de llaves de la familia Phillips).

    -¿Buscan a alguien? -preguntó la mujer.
    -Buscamos… a Charlize Beckett -dijo Lauren.
    -Pase por favor.

    ¿Significaba eso un sí?

    Ambas entraron a la casa o casota…, en ese momento Lauren le vino un sentimiento familiar, la casa le recordaba a su antiguo hogar, pero por el momento no le importaba eso, ahora lo que más le interesaba era hablar con Charlize Beckett.

    -Esperen aquí por favor, en un momento traeré a la señorita.


    Sentada en el sofá, Lauren no podía dejar de mover sus piernas, no era algo típico de ella pero no deseaba más la información de Charlize. Duraron sentadas unos cinco minutos, ¿A qué se debía la tardanza? Lo importante es que ya están allí. Dos minutos más tarde se vio bajar por las escaleras a Charlize Beckett, su semblante era totalmente diferente, era triste, frío, aquello no era para nada Charlize Beckett.

    -Hola Charlize -dijo ella.
    -Hola… ¿Qué quieres? -dijo Charlize fríamente.
    -Pues, quisiera hablar contigo… lo de Casey.
    -Adelante -dijo la muchacha sentándose junto a Lauren.
    -Recuerdas algo, no se… a… Casey hablando con alguien antes de salir del salón.
    -No, en ese momento recibía mis clases de Geografía.


    A Lauren le daba un poco de escalofríos hablar con Beckett, no era la muchacha graciosa segura de si misma, todo había desaparecido, su alegría, su orgullo, todo se fue en un vacío inexplicable pero bastante obvio, ese obvio no era nada más ni nada menos que Casey Cheever.

    El silencio predominó por unos segundos hasta que Charlize volvió a hablar:


    -Pero si quieres saber más, pueden preguntarle a Yura Coleman.
    -¿Quién es esa? -preguntó Lauren curiosa.
    -Ella está en la misma aula que Casey, se queda todos los días en la escuela después de clases, es parte del consejo escolar.
    -¿Dónde la puedo encontrar?
    -No se exactamente donde se hospeda, lo siento -dijo Charlize.
    -No, nada de eso, nos has sido de mucha ayuda -dijo Lauren un poco decepcionada.
    -¿Eso es todo?
    -Sí, gracias -dijo Lauren mientras se levantaba del sofá-. Vamos Kathy.


    Las dos se fueron de la casa de los Beckett, Lauren estaba dispuesta a ir a su casa, no quería que su madre o su tía la sometieran en un interrogatorio apenas llegara a casa, para prevenir, decidió ir temprano a casa; para su buena suerte estaba temprano para coger el autobús que las llevaría nuevamente al parque.

    Después de veinte minutos de trayecto, ya en el parque Lauren y Kathy se despidieron. Lauren seguía con la duda, desde que entraron al autobús no podía dejar de pensar en lo que podría saber o no la tal Yura Coleman, era nada mas ni nada menos que un fastidio.

    <<Yura… Yura… Yura… Yura Coleman -pensaba Kathy-, ¿Dónde habré escuchado ese nombre antes?>>
     
  15.  
    Unimar

    Unimar Un alma sana reside en un cuerpo sano y mente sana

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    Bien, tiempo sin leer este fic y sin comentarlo. Ya era hora. Te pido una disculpa Oyukii.

    Sin más me voy al comentario...

    Capítulo 23

    Cada vez que sacas a un personaje nuevo estoyu preparada para imaginarmelo de inmediato. Esta vez no te has quedado atrás, Elena Watson, me pareció más que una maestra interina y más que un personaje de relleno. Me pregunto, ¿qué esconderá detrás de esos anteojos?.
    Pude recordar mis días que iba a la secundaria, todos los días recibía matemáticas por la mañana, y lo cual estaba agradecida ya que me despertaba. Buen capítulo.


    Capítulo 24

    Oh Kathy, ya había olvidado el diario que la chica carnaval se había robado. ¿Código Swann? ¿enserio? Oyukii no me lo hubiera imaginado. Ahora veo el por que decidiste incluir a Casey en el capítulo 23, claro para que ella descifrara todos esos números y letras del diario de Magnus. No me imagino esperar tres días completos para descifrar tan sólo una frase. ¿De dónde scas tantas cosas tan buenas?. Este capítulo estuvo muy bueno.


    Capítulo 25

    Cuando comencé a leer, no comprendía de inmediato que era lo que tenía que hacer Charlize en la casa de Lauren, pero en cuanto leí más dejame decirte que fue un mal sabor de boca. Dios, Oyukii, ¿No me digas que Hassan es el supuesto y misterioso H?.. Bien, esperaré para saber la verdad. Esto se pone bueno, muy bueno.


    Capítulo 26

    Vaya Oyukii me sorprende lo hábil que eres con los nombres, y también la facilidad que puedes relacionarlos. Rossette Goldman, dueña de la florería. Vaya que bien. Jejejeje veo que utilizaste uno de mis nombres favoritos. Reneé es un nombre muy hermoso. Lauren trabajando en una florería, fue buena idea y el que pusieras a Darcy nuevamente, también me agradó.

    Capítulo 27

    Wiii la familia reunida. ¿Cómo se le ocurre a Kathy llamar a esa hora? pero bueno fue para algo bueno. Este capítulo me agradó, no sé, pero como que nos dio un descanso a la trama que habías venido manejando.

    Capítulo 28

    Jejejeje con este capítulo, no pude evitar imaginarme a Alicia con los dos hermanos gemelos, haciendole miles de travesuras. Pobre de Lauren. Este capítulo parecía ser lo mismo que el anterior, excepto por el final. Bueno, ya habías mencionado algo así, de que Marie estaba inmiscuída en cosas malas y raras, pero ahora ya los has dejado muy en claro.

    Capítulo 29

    Bueno... este capítulo ya tiene un descelenace diferente. Cada vez se acerca al misterio del "H" y la "Llave".

    Capítulo 30

    No entendía muy bien, por que ambas chicas iban a ir a ver a Charlize, pero poco a poco todas las piezas van encajando lentamente. Ahora sacas a otro personaje, Yura Coleman, ¿qué tendrá que ver en todo esto?

    Oyukii, como siempre he disfrutado mucho esta historia. Espero ansiosa el capítulo 31 Nos vemos XD
     
  16.  
    Oyukii

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    Capítulo 31: prisión hogareña

    Eran las 6:40 a.m. precisamente a esa hora todos (o no todos) los ciudadanos de Londres estarían durmiendo pero en ese mismo momento la mala suerte de Lauren su teléfono celular empieza a sonar. El alarmante sonido de este la despertó de inmediato, en su mente no pasaba ningún nombre de cual sería la persona que la estuviese llamando, Lauren interior solamente reclamaba su sueño.

    Lauren cogió el teléfono.

    -Hola -dijo con voz de pocos amigos.
    -¡Lauren, Lauren! ¡Soy yo! ¡Kathy!
    -<<¿Quién más?>> -pensó Lauren-. ¿Qué ocurre? ¿Por qué llamas a estas horas en la que cualquier adolescente de dieciséis años estuviera soñando felizmente en su cama?
    -Lamento llamarte tan temprano pero es urgente.
    -Dime…
    -Ya creo saber quien es Yura Coleman.
    -¿E… en serio? -dijo Lauren sorprendida.
    -Es hija de un excompañero de la escuela, Brus Coleman, si mal no recuerdo creo que viven en los apartamentos Wycombe.
    -¿Y qué esperas que haga? ¿Qué salga en pijama hacia los apartamentos Wycombe?
    -No precisamente pero… ¿Qué tal si vamos hoy en la tarde?
    -No -respondió Lauren secamente.
    -¿Eh? ¿Por qué?
    -Faltan tres días para Navidad, ¿Sabes lo que significa eso? Compras navideñas, mi familia va hoy al centro comercial y si no estoy con ellos durante esos tres días me van a matar.
    -Entonces, si estás así ¿Cómo fuiste conmigo a la casa de Charlize?
    -Ni querrás saber -dijo Lauren con seguridad.
    -¡Pero…! -Kathy iba a reclamar pero Lauren terminó la conversación de la forma más grosera.

    -Adiós Kathy -dijo Lauren segundos después de que había colgado el teléfono. Puso su celular en la mesita de noche, pensó que ya a la reportera no se le ocurriría llamar de nuevo, el mensaje le quedó bien claro, o eso pensó después de haberse acurrucado con las mantas. El teléfono volvió a sonar.

    -¡Maldición! -refunfuñó Lauren en voz baja.

    Ya cuando había amanecido, además de levantarse de mal humor por los minutos perdidos de sueños y aquel ritual de “despiértate” por parte de Shannon y Sharon hicieron de Lauren Phillips el peor monstruo malhumorado. Cuando por fin su espacio personal fue desalojado por las gemelas procuró apagar su celular y evitar más llamadas departe de la pelirroja, después de las 6:40 ¡La había llamado tres veces seguidas! Fue un milagro que su madre o su tía no se levantasen y le preguntaran que estaba pasando.

    Pero todo no había acabado allí, ella tuvo que quedarse en el centro comercial con sus primas como niñera mientras los “adultos” se iban a tiendas por ahí y por allá, ¿Quién creían que era Lauren Phillips? ¿Una niñera de caridad? Aunque técnicamente ya lo era desde que Anne piso la casa de Eddie.

    Cuando por fin llegaron a casa a Lauren se le ocurrió visitar a su vecino hacia “años” que no lo veía. Al llegar a puerta de la casa de Blake Thompson no dudó ni dos segundos en tocar la puerta, en eso abre una mujer de mediana edad, de estatura media, de pelo castaño con algunas canas poco visibles.

    -¿Qué desea joven? -dijo la mujer muy cortésmente.
    -Busco… a Blake Thompson.
    -¿Blake? Bueno, en estos momentos está de vacaciones en Francia con su hermano mayor. ¿Quiere dejarle algún mensaje?
    -No gracias. ¿Sabe usted cuando volverá?
    -Creo que estará aquí después de navidad… -dijo la mujer no muy segura.
    -Oh, ya veo, entonces después de navidad. Gracias señora.

    Lauren se retiró del lugar, aunque no le interesaba mucho la vida de Blake se preguntaba si… había superado la muerte de su padre.

    Al llegar a su habitación encendió su teléfono celular y vio 14 llamadas perdidas de Kathy Applewhite, si que era insistente, pero la insistencia era algo propio de Kathy Applewhite, no le asombraba, de seguro si le llama de nuevo estaría diciéndole no se sabe cuantas cosas por lo de esta mañana. Lauren sonrío con solamente imaginársela.

    Horas más tarde fue informada de que iban a ir a un paseo familiar pero ante la noticia ella solamente desistió, estaba demasiado cansada para un viaje repentino, lo que significaba que se quedaría sola con Darcy.

    Lauren pasaba un rato agradable en su habitación, escuchando a la banda inglesa “Jewerly” ella los consideraba como “pura dinamita” una de las mejores bandas de rock que haya escuchado, los seguía desde la edad de 14 años, cuando Percy la hizo escuchar una canción de ellos llamada: “right in the shadows”.

    De un momento a otro, se dio cuenta de que tocaban la puerta de su habitación, se quitó los auriculares y luego, se dirigió a la puerta, entonces, allí vio a Darcy parada con una cara extremadamente preocupada, miraba el suelo, pero en cuanto se dio cuenta que Lauren le había abierto la puerta levantó la mirada.

    -¿Estabas durmiendo? -preguntó Darcy.
    -No, Dori, ¿Qué pasa?
    -Quiero hablar contigo.

    Lauren le permitió a la cocinera el paso a su habitación que estaba hecha un desastre pero en ese momento aquel detalle no importaba.

    -¿Qué has estado haciendo últimamente? -preguntó Darcy de repente, adoptando una actitud no muy propia de ella.
    -¿Qué quieres decir? -preguntó Lauren un poco sobresaltada.
    -¡Sabes muy bien a que me refiero! Has estado saliendo y algunas veces has llegado tarde a casa, solamente has parado tus salidas porque Samantha te lo pidió y porque tu madre está aquí.
    -Espera… -Lauren no sabía ni que decirle a la cocinera, no tenía una excusa, simplemente era un fallo, no pensó muy bien ese detalle.
    -¡Dime! Me has estado preocupando mucho -insistió la joven.
    -No puedo decirlo -dijo Lauren desviando la mirada de Darcy.

    En ese momento hubo silencio total, en ese lapso de tiempo a ella ni se le ocurrió mirar a Darcy, ¿Ahora qué iba a hacer? Si le decía que estaba saliendo con alguien y ese alguien era un “chico” Darcy no le iba a creer por dos razones más que obvias, primero, Darcy era muy lista y sabía que Lauren no era de esos bandos y segundo, Darcy era lo suficientemente lista para saber que Lauren Phillips andaba en algo sospechoso.

    -¿No me vas a decir? -dijo la cocinera al fin-, no se lo diré a nadie solamente dime.
    -No puedo.
    -¿Es que acaso no confías en mi?
    -¡No es eso!
    -¿Entonces por qué no me puedes decir?
    -Porque… -en ese momento no supo que responder a la pregunta de Darcy. ¿Le iba a decir? O ¿Se quedaría callada? Tenía razones para sentirse así como por ejemplo, parte de la personalidad de Darcy reaparecida a la de Kathy Applewhite en sentido de “la insistencia”, pero también había otro factor, como ya se había mencionado anteriormente ella era muy lista, de modo que si no se enteraba por medio de Lauren terminaría descubriendo sus asuntos de otra manera. Era más que claro que Dori no era una simple criada o una simple trabajadora-. ¿Qué puedo hacer? -suspiró Lauren resignada.

    Ella le contó todo a la cocinera, sin dejar ni un solo detalle, ni siquiera la parte en donde Van Luigi las encañonó a ella y a Kathy Applewhite, era una historia un poco larga pero Darcy escuchó atentamente sin interrumpirla.

    -Eso… es todo… -dijo Lauren bajando la mirada-. ¿Se lo dirás a mi tía… o qué harás?

    De pronto, Darcy echó a reír a carcajadas.

    -Me recuerdas a mi -dijo la joven parando de reír-. Yo siempre me salía con las mías y hacía muchas cosas malas.
    -Entonces eso significa…
    -¿Tengo que decirlo? -dijo Darcy-. Ya no tendré que preocuparme tanto pero eso si, mantenme informada, ¡Siempre me gustan las noticias! Aunque sean malas.
    -Lo sé -dijo Lauren divertida.
    -Ahora me tengo que ir, tengo que preparar la cena.
     
  17.  
    Oyukii

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    Capítulo 32: el recuerdo de un amigo

    Había llegado Navidad, desde que habló con Darcy no se le ocurrió poner un pie en la calle respecto a lo que le había dicho Samantha Redford. Para su buena suerte, ¡Sus primas se iban ese mismo día! Ya estaría libre de las garras de las hermanas Wilson.

    Cuando la paz por fin regresó al hogar Lauren fue a la habitación de sus padres, al entrar, no vio a su madre solamente estaba su padre haciendo nada. Scott al ver a Lauren hizo un ademán para que ella se acercara a él.

    -Papá…
    -Parece que fue hace tres años que te vi partir de nuestra casa -dijo Scott sonriendo tristemente.
    -Se van hoy…
    -Ni me lo recuerdes -dijo su padre-. ¡Ah! Casi se me olvidaba.

    Scott fue hacia una de las maletas y de allí sacó un paquete, luego se volvió hacia su hija y le entrego el paquete.

    -Es de parte de Percy -dijo mientras veía a Lauren abrir el paquete.
    -Esto es….
    -Sí, la segunda parte de tu novela favorita, “La mariposa en el tercer cielo”

    Al abrir el libro Lauren vio unas palabras, palabras escritas por su amigo Percy como saludo.

    ¡Hola Lauren!

    Lamento hacerte esperar tanto tiempo para darte este regalo. Recuerdo aquella vez en la que pasamos por la biblioteca y viste este libro por primera vez. Espero que te guste.

    Con cariño, Percy Stuart (Mr. Inmortal)


    Lauren por poco se echa a reír en realidad estaba muy feliz por recibir aquel regalo, ¡Ya estaba ansiosa de saber que pasó con aquel médico! Cuando pasó la primera página vio las palabras que le había dicho Kathy aquella vez:

    “De lo que menos sospechas es lo que más te sorprende al final”
    Adam Freeman

    <<Esta Kathy…>> pensó Lauren divertida.


    -Ah cariño… -dijo Liza-. Es una pena que no pudiéramos pasa más tiempo contigo.
    -Vamos Liza, se nos hace tarde -dijo Scott.
    -Bueno, espero que te vaya bien en la escuela, te llamare mucho.

    Lauren no dijo ni media palabra desde que sus padres atravesaron la puerta junto con su tía Samantha que acompañaría a sus padres al aeropuerto, esta vez se quedaría sola con Darcy, de nuevo.

    -¿Tienes planeado salir? -preguntó la cocinera.

    No tenía ni que responder, la respuesta era bastante obvia, estaba impaciente por ir a los apartamentos Wycombe para hablar con Yura sobre Casey. Esa tarde quedó con Kathy nuevamente en el parque, o mejor dicho Kathy recomendó ese lugar ya que sabía donde quedaban los apartamentos.

    -Sabes que si sales y la señora Samantha regresa antes no creas que te vas a salvar. Por cierto, ¿A dónde vas? -continuó Darcy.
    -A los apartamentos Wycombe -dijo Lauren.
    -Ya veo, queda un poco lejos, dudo que llegues antes de que Samantha lo haga.
    -Estoy lista para no ver la luz del sol en dos meses.

    Lauren esta vez fue puntual en cuanto reunirse con Kathy en el parque, la pelirroja quedó sorprendida, no pensó que ella fuera capaz de por lo menos llegar temprano.

    Tomaron el autobús que las llevó a los apartamentos, fue un tedioso viaje, la carretera no estaba a su favor, había mucho tráfico lo cual las retrasó más lo cual le preocupó mucho, porque si habían mas retrasos sin duda alguna que lo que dijo Darcy se iba a cumplir.

    Llegaron los apartamentos Wycombe, en la entrada había un hermoso jardín, en el centro del terreno había un enorme edificio blanco. Lauren y Kathy caminaron por un pequeño sendero que las llevó a una enorme puerta de madera; entraron a los apartamentos. Al llegar a la recepción preguntaron por los Coleman, que estaba ubicados el tercer piso.

    Usando el medio de las escaleras llegaron al tercer piso, Lauren llegó primero y Kathy después con el aire apenas en los pulmones, no estaba acostumbrada a correr en tacones altos a un tercer piso.

    Usando el medio de las escaleras llegaron al tercer piso, Lauren llegó primero y Kathy después con el aire apenas en los pulmones, no estaba acostumbrada a correr en tacones altos a un tercer piso.

    -¿Dónde queda la habitación de los Coleman? -preguntó Kathy estable.
    -Es el 34D ¿no?

    Inmediatamente encontraron la habitación 34D Lauren tocó fervientemente la puerta, tras unos segundos un hombre abrió la puerta, aquel hombre era el padre de Yura Coleman, Brus Coleman el cual se sorprendió de ver a Kathy Applewhite después de tantos años.

    Brus las invitó a tomar asiento mientras buscaba a su hija que estaba encerrada en su cuarto, no antes de pedir disculpas por el desastre que había, ese “desastre” eran una latas de cervezas vacías en el suelo. Brus Coleman era un hombre divorciado había sufrido muchas infidelidades por parte de su esposa, algo doloroso, tanto como él y como para su hija Yura de diecisiete años.

    -Ella es mi hija Yura -dijo Brus presentando a una chica muy delgada, muy alta, de pelo negro, y ojos marrones.
    -¿Las conozco? -dijo Yura.
    -No -dijo Lauren-. Pero necesito alguno de ti.
    -¿Quién te dijo sobre mí? -preguntó Yura tomando asiento en frente de Lauren.
    -Nadie en especial. Solamente vine a preguntar algunas cosas, no es nada sobre tu vida ni nada, es sobre Casey Cheever.
    -¿La chica que desapareció el mes pasado?
    -Según me habían dicho te quedas todos los días después de clases. Por casualidad habías visto a Casey un día… en el salón… después de clases.

    Yura suspiró y permaneció en silencio unos minutos, en cuanto a Lauren, esperaba pacientemente su respuesta.

    -Recuerdo ese día -dijo Yura al fin-. Pasaron unos minutos después de que tocaran para salir de clases, yo regresaba del baño, antes de entrar en el salón oí dos voces una era de la profesora interina y la otra si no me equivoco creo que era la de Casey Cheever.

    En ese momento la mente de Lauren fue lejos de la realidad a pensar mejor las cosas, ¿Acaso la profesora interina tenía algo que ver con la desaparición de Casey? Desde el momento de que Elena Watson llegó pudo percibir algo raro en ella.

    -Elena Watson… -susurró Lauren a si misma.
    -¿Eso es todo?
    -Sí, gracias -dijo Lauren levantándose de su asiento.

    Ya las dos estaban de camino en el autobús, mientras tanto, en la casa de Eddie Redford:

    -¿¡QUÉ!? -exclamó Samantha.
    -Sí, salio hace media hora -dijo Darcy despreocupada.
    -Entonces… ¡oye! No pareces tú Dori, ¿no estás preocupada?
    -Bueno, por lo que sé Lauren ya es una adolescente, hay que darle su espacio -dijo Dori sonriente.
    -Sí, lo sé. Pero no puede salirse a cada rato con la suya, Lauren Phillips ahora es mi responsabilidad y no quiero que le pase algo malo. A veces me pregunto en que piensa esa chica.

    De un momento a otro, la puerta de la casa se abrió y se vio pasar por ella Lauren Phillips que iba a zancadas a su habitación, hasta que su tía detuvo su paso.

    -¿A dónde estabas Lauren Phillips? -preguntó Samantha con autoridad.
    -En… la casa de una amiga… -dijo Lauren inmediatamente.
    -Mmm… esto me huele muy raro jovencita, pero no creas que dejaré que hagas todo lo que quieras, me mantendré encima de ti. Además, estas castigada, hasta que terminen tus vacaciones de Navidad.

    Samantha hablaba en serio, pero eso ya no le importaba, tenía lo que tanto necesitaba. Ahora, lo que le faltaba era completar el código y seguramente su “castigo” le sería útil.
     
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    Oyukii

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    Capítulo 33: la luz de un nuevo día

    Estaban a mediados del mes de Marzo, Lauren había descifrado el código por completo, la información que brindaba era muy reveladora, algo que nunca esperó.

    1/04/1999

    Hacía dos años atrás que empezamos con la “operación Llave”, en aquel entonces yo y un grupo de destacados médicos estábamos en el laboratorio. Los más genios de la medicina propusieron crear una nueva droga, que pudiera acabar con las enfermedades más difíciles de curar.

    Pasamos día y noche sin descanso haciendo pruebas, buscando químicos hasta que obtuvimos nuestro “gran resultado” -o eso creíamos-, cuando decidimos probarla en cuerpos humanos nos desilusionamos por completo, “la Llave” era un fracaso. Aquellos que eran sujetos de prueba rechazaban la droga de la forma más horripilante que hubiera visto en mi vida, aquella imagen de ver a gente perdiendo sus vidas era como estar dentro de una pesadilla.

    Pero nunca desistieron, decidieron mejorar la droga y reducir sus efectos secundarios pero era inútil, esta vez, la ciencia de la medicina era un fracaso.


    Yo, junto con un grupo de médicos más nos opusimos a la creación de la droga pero aquel grupo lo silenciaron y nos obligaron a la creación de la droga, en ese momento me di cuenta que no importaba cuantas veces intentara escapar, era inútil.

    Pasaban los meses y seguíamos estancados en el mismo lugar, no había ningún avance en el laboratorio, pero luego, un grupo medico surgió, pero las intenciones de este grupo no eran muy buenas en cuanto al uso de la droga.


    El emocionante relato había parado allí, lo que significaba que el diario estaba incompleto. Recordó aquella vez cuando fue a la oficina de Magnus Bridgerton, la caja fuerte; al pensar más a fondo llegó a la conclusión de que, lo que había en el interior de la caja fuerte probablemente era un fragmento del diario de Magnus Bridgerton. Pero lo que le preocupaba más a Lauren era lo que podría contener el otro fragmento. Además deseaba saber a que otro grupo se refería Magnus Bridgerton, pero lo más importante, ¿H tenía que ver con aquel grupo que había mencionado Magnus?

    -¡Lauren Phillips! -se escuchó la autoritaria voz de Alicia Crane-, ¿Podría decirme cuáles son los límites de China?
    -Eh…, limita al Este con el océano… pacífico, al Sur y al Oeste con al cordillera del Himalaya… y… al Norte con el desierto de Gobi.
    -Es… correcto.

    Después de un soporífero día de clase de camino a casa se encuentra con su vecino, Blake Thompson que salía de una tienda de pan. Él estaba con su celular en su mano izquierda y una bolsa de pan en su mano derecha; claro, Lauren no le dio importancia el que él estuviera allí, y pasó de largo.

    -Lauren -llamó Blake.
    <<maldición>> pensó Lauren dándose vuelta hacia el muchacho.
    -Hace tiempo que no te veía.
    -Y estaba tan feliz de no ver tu tonto rostro -dijo Lauren disgustada.

    Blake sonrió.

    -Mi tía me dio un mensaje después de navidad, que una chica de pelo marrón y ojos grises me estaba buscando.
    -Eso ya no importa así que me voy -dijo Lauren dispuesta a irse.
    -Espera -en un movimiento ágil Blake agarró a Lauren de la muñeca con la mano en la que tenía su celular-. A decir verdad, yo también tengo que hablar contigo.
    -¿Quieres… hablar conmigo?

    Ambos fueron al parque, durante el trayecto a pies nadie dijo nada, silencio absoluto solamente el ruido de los autos, las bocinas, los niños jugando y el aire contaminado, pero a pesar de eso el parque siempre se mantenía con aquella vista natural, los enormes árboles, las hermosas flores, era como un mundo de hadas separado de la contaminación de la gran ciudad. Caminaron por el bosquecillo y se sentaron en un lugar donde apenas era audible el sonido de las bocinas de los autos, solamente ellos y algunas parejas en silencio disfrutando del mágico silencio.

    Lauren esperaba pacientemente alguna palabra de Blake pero nada salió, al menos durante unos diez minutos.

    -Se me había olvidado darte las gracias…
    -¿Las… gracias? -dijo Lauren arqueando las cejas.
    -Sí, después de lo que me dijiste he podido aceptar la muerte de mi padre.
    -Ya veo… -dijo Lauren.

    Después de aquel pequeño intercambio de palabras se quedaron en silencio nuevamente.

    -He estado investigando a tu padre -dijo Lauren de repente, sorprendiendo a Blake.
    -¿Qué has estado investigando a mi… padre?
    -¿Sabes en lo que ha estado metido hacía ocho años y provoco su muerte el año pasado? Parece que ha estado en una especie de investigación sobre una nueva droga que pensaban utilizar en el campo de la medicina pero parece que hay alguien detrás de esa droga y anda asesinado a todos lo que tuvieron que ver con esta.

    Lauren pudo percibir con facilidad el repentino cambio de la atmosfera en el lugar, en cuanto Blake, estaba anonadado, no sabía si creerle o no la información era bastante seria para ser una broma además de que Lauren Phillips no era de personas de bromas. En primer lugar la misma Lauren no sabía por qué le estaba contando es a él si era algo confidencial entre ella, Kathy y Babette.

    -¿Cómo sabes eso? -dijo Blake al fin.
    -Ya te lo dije, estuve investigando -respondió Lauren de la manera más fría e indiferente.
    -¿Por qué me dices eso? -preguntó Blake una vez más.
    -¿Recuerdas la vez en la que me dijiste si quería jugar al detective? -respondió Lauren dedicándole al pelinegro una sonrisa triste.
     
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    Capítulo 34: enigmas

    A la tarde siguiente Samantha y Darcy empacaron todo para volver a la enorme casa de Samantha Redford, después de aquella calurosa Navidad ya estaba mucho mejor pero aún así no era el mismo de antes. Lauren fue presa de su tía y tuvo que quedarse todo el día empacando y ayudando con las cajas.

    Con la ultima caja fue puesta en el automóvil de Samantha Redford, Lauren eligió a Darcy para conducir a la casa de Samantha, por el momento era muy joven para experimentar un accidente de tráfico en su propia piel, además de que tenía muchas cosas que hacer antes de que eso sucediera.

    -Fue muy lindo tenerlas aquí, espero que no se olviden de mi -dijo Eddie despidiéndose de las tres.

    Al llegar a la casa, Samantha Redford abrió las puertas de par en par y entró a su casa, al hacerlo extendió sus brazos diciendo a todo pulmón:

    -¡Te extrañe hogar mío!
    -Espero que haga menos drama y nos ayude -dijo Lauren tomando una de las cajas.

    El arduo trabajo comenzó cuando comenzaron a organizar las cosas en la casa, bueno, ese trabajo fue para Samantha y Darcy ya que Lauren hizo de las suyas haciéndose la vaga. Tenía muchas cosas en las que pensar pero hasta eso ya le daba pereza, quería un tiempo para ella y este era el momento más indicado para hacerlo.

    De pronto su celular sonó, en realidad ni tenía los ánimos para responder, así que dejo pasar la primera pero segundos después volvió a sonar, en ese momento dudó quien sería pero para evitar confusiones decidió pasar esa y cogerla a la tercera y así fue.

    -¡Hasta que por fin contestas! ¡De seguro te hacías la vaga! -dijo Kathy Applewhite notablemente enojada.
    -¿Qué ocurre? -dijo Lauren con indiferencia.
    -¿Cómo que qué ocurre? Fui a buscarte a tu casa pero me encontré con Eddie Redford que casi da en la cara con la puerta.
    -Estoy en la casa de mi tía, bueno, anteriormente vivía aquí -explicó ella.
    -¿Cuándo nos volveremos a ver…? -la pregunta de Kathy quedó a la mitad, cuando Lauren cerró la llamada.

    -Kathy, si supieras que lo que más anhelo es descansar.

    Mientras tanto en un lugar no muy deseado…

    Ya habían pasado cuatro meses y medio desde que su familia no sabía nada de ella y parecían que las cosas seguían igual o… peores. Casey seguía esclavizada terminando de completar el código, ya era su tercer día de trabajo sin descanso con la indeseada compañía de la “profesora sustituta (Elena Watson)”, cuyo verdadero nombre era Elyse Stirling la ayudante de Hassan Williams.

    -Ya es suficiente… -dijo Elyse.

    En ese momento Casey suspiro aliviada, ya pronto de su trabajo pero no estaba tan ansiosa por eso, porque no sabía que harían con ella después de descifrar el código. Casey dirigió su vista hasta Elyse que permanecía sentada en la una silla frente a la puerta.

    -Elyse… -llamó la castaña en voz baja.
    -¿Qué quieres? -preguntó.
    -¿Qué se supone que harán con el código ya descifrado?

    Elyse ríe divertida.

    -¿En serio quieres saber? -dijo entre risas.
    -¿Qué tiene de malo saber?
    -Bueno, si eso es lo que quieres te digo. Hassan está buscando una droga llamada la “llave”, dice que quiere comercializar la droga por los hospitales para enriquecerse. Pero…

    Ella guardó silencio por unos minutos, Casey se estaba comenzando a impacientar por lo que decidió hablar:

    -¿Pero?
    -pero aquella droga es un gran riesgo, es letal para el cuerpo humano pero a él no le importa, ¿te imaginas la cantidad de personas que moriría a causa de la llave?

    La castaña sintió un escalofrío que recorrió su espalda.

    -Entonces… ¿hace todo esto por… dinero? -preguntó Casey atemorizada pero al mismo tiempo enojada.
    -Digamos que sí pero hay otra razón por la que Hassan quiere hacer eso.
    -¿¡Y cuál es esa razón!? -exclamó la adolescente de repente.
    -¡Qué se yo! Ni lo sé -dijo esto ultimo riendo-. Bueno Casey es momento de irme.
    -¡Un momento!
    -¿Qué quieres ahora?
    -¿Por qué me cuentas esto?

    Elyse parpadeo confundida. Luego de unos segundos en su rostro había una sonrisa maliciosa.

    -Lo sabrás cuando llegue el momento -dijo mientras cerraba la puerta.

    Aquel atemorizante y lúgubre eco que hizo la puerta al cerrarse fue lo ultimo que escuchó Casey Cheever en la habitación, parte del mensaje de Elyse su cerebro lo había procesado como “muy malo”, por otra parte, algo que más le atemorizaba a ella era el “otro propósito” de Hassan, si él lograba aquel objetivo la gente enferma pasaría un mal rato en el hospital.

    <<No puedo permitirlo… -pensó Casey mientras cerraba sus ojos azules con fuerza-. ¡No puedo permitir que Hassan logre su propósito!>>

    Entonces, Casey respiró profundo, estaba completamente convencida de lo que haría a continuación. Ella se sentó en la silla que le dio acceso a su escritorio en donde hacia su trabajo y, buscó las dos últimas páginas y las arrancó del diario escondiéndolas en un libro que había en la gaveta del escritorio.

    Al transcurrir unos cinco segundos, estaba inquieta por lo que acabo de hacer pero, ¿Y si se daba cuenta? Casey cerró los ojos y pidió que eso no sucediera.

    Al cabo del tercer día de descanso Casey retomó nuevamente su labor, trató de tomarse su tiempo para no dejar sospechas y dejar al descubierto su acto de valentía.

    Al llegar al mes de Abril Casey dejó caer el bolígrafo encima del cuaderno en donde había escrito la traducción. Nerviosa, miró a Elyse que estaba en su lugar de siempre, sentada en aquella silla junto a la puerta, Elyse se dio cuenta de que la castaña la miraba y vio que esta hizo un ademán indicando que ya había terminado.

    Elyse se paró de la silla y caminó hacia el escritorio en donde estaba Cheever, cogió el cuaderno y lo único que la joven estudiante vio a la asistente de Hassan dedicándole una mirada llena de recelo.

    -Señor Hassan. La mocosa ha terminado su trabajo -dijo ella entrando a la habitación del hombre rubio que estaba sentado en un sillón de color rojo carmesí de terciopelo leyendo un libro pequeño de tapa marrón de título anónimo.
    -Ya era hora, estaba esperando… -dijo Hassan sonriente.

    Elyse le entregó el cuaderno a Hassan este lo recibió y con suma impaciencia abrió el cuaderno leyendo. Pero, al parar su lectura frunció el seño en señal de disgusto, algo que su fiel asistente percibió en un instante, algo no andaba bien.

    -¿Ocurre algo? -preguntó ella con poco de preocupación en su voz.
    -Espérame aquí…

    Él se levantó del sillón y salio de la habitación sin antes de cerrar la puerta de un portazo causando un gran estrépito haciendo que Elyse se sobresaltara un poco.

    Casey permanecía aun en la sentada en la silla, sus piernas temblaban debido a la ansiedad, el transcurso de los segundos la mataba pero entonces la puerta de su habitación se abrió violentamente sobresaltando a la joven castaña, pero lo que le aterrorizó fue ver a Hassan, ver a Hassan mostrando su bestia interior.

    El rubio estrelló el cuaderno en el suelo, luego caminó a zancadas hacia donde estaba Casey; ella estaba tan asustada a tal grado que no podía siquiera sentir ninguna de sus extremidades, sólo temblaba de horror, solamente era conciente de lo que pasaba a delante de ella. Él, cuando llegó a una distancia considerable, tomó a la joven estudiante del pelo y la levantó levemente de su asiento.

    Ella sentía un dolor insoportable en su cabeza debido al agarre bestial de Hassan Williams, lo segundo que podía sentir era la respiración agitada de él, estaba tan cerca de su rostro que podía obtener una visión mas cerca de su rostro enfurecido.

    -¡Maldita colegiala! -exclamó Hassan apretando más su agarre-. Seré claro, solamente lo diré una sola vez.

    Luego, una risa maniática salió de su boca asustando más a Casey, ¿Acaso ese tipo estaba loco?

    -¿Acaso me ves la cara de idiota, Casey?, ¿Acaso pensaste que sería tan idiota como para caer en ese truco tan barato? Te diré una cosa, nadie engaña a Hassan Williams y menos ¡una ingenua como tú! Ahora bien, solamente te daré una oportunidad… pero si me haces volver a estallar no dudaré en quitarte la vida, ¿entiendes? -dijo esto último suavizando su voz-. Te daré dos meses, y espero que tengas buenos resultado antes o en la fecha asignada, sino… tendré que encargarme de ti.

    Hassan soltó a Casey, y al hacerlo estuvo nuevamente en su silla en shock. Si fallaba, estaba claro de que Hassan la mataría, él era capaz de todo y mucho más… de eso no cabía duda.
     
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    Capítulo 35: callejón sin salida

    El reloj marcó las 4:00 p.m. para ser temprano de la tarde todo era gris, no tardaba en llover y para la mala suerte de Lauren no llevaba paraguas.

    Ella salía de la biblioteca, apenas había tocado con sus pies el primer escalón las primeras dos gotas de lluvia que cayeron sobre su pelo que la hicieron retroceder. Solamente fue cuestión de segundos en que cayera la lluvia, ni muy violenta, ni muy suave.

    Lauren suspiró ante su mala suerte. Alzó su mirada al cielo grisáceo, donde el gris de sus ojos se combinó con el gélido color de las nubes de lluvia.

    Entonces, fue cuando sintió que alguien tocaba su hombro izquierdo, ella llevó su mirada al lado izquierdo y vio a Blake Thompson que estaba al lado de ella topándola con su sombrilla ya abierta.

    -¿Lauren Phillips está disponible en este momento? -preguntó Blake con una pequeña sonrisa en su rostro.

    Ella suspiró con pesadez, Blake Thompson era con lo menos que se quería topar en aquel día.

    Blake la llevó a un café no muy lejos de la biblioteca en la que ambos se encontraba, se le presentaba hablar con ella urgentemente, después de aquella vez que estuvo en el parque con ella quería aclararse algunas cosas.

    Fue cuestión de que se sentaran y reinara el silencio. Ellos y el sonido de la lluvia caer sobre el pavimento. Ninguno de los dos estaba motivado en hablar, Lauren la impaciencia le sobraba en cantidad, no esperaba quedarse todo el día en ese café; luego de unos minutos Lauren tomó la iniciativa de empezar la conversación.

    -¿Qué te pasa? ¿Crees que tengo todo el día? -se quejó.

    Después de que el pelinegro asimiló en mensaje prosiguió él.

    -No sabía como decírtelo pero, ¿A qué te referías con que estabas investigando a mi padre?
    -¿No te lo había dicho? Pensé que lo había hecho… -respondió ella con notable desinterés en la conversación.
    -Estoy hablando seriamente, Lauren.

    Lauren suspiró con pesadez y le dedicó una mirada aburrida al chico que tenía en frente. Cerro los ojos con el seño fruncido, permaneció así durante unos cincos, seis, siete segundos y luego, soltó una pequeña risa, que dejó completamente confundido a Blake.

    -Es una larga historia -afirmó Lauren.

    Blake escuchó atentamente, cada palabra que salía de la boca de Lauren sin interrumpir. A medida que ella iba relatándole los hechos, Blake estaba sumido en un mar de confusiones, si Lauren tenía razón con lo que decía, estaba dispuesto a ayudarle, quería saber la verdad sobre su padre, a aquel hombre que nunca llegó a conocer verdaderamente.

    -Entonces… no sabes que hacer -dijo Blake-. Es interesante pensar en que todos esos sucesos hayan tenido algo en común.
    -Y estoy completamente segura de que la desaparición de Casey tiene que ver algo con eso.
    -Explícate, Lauren.
    -No hace unos meses atrás “encontré” el diario de Magnus Bridgerton, el cual estaba escrito en una extraña simbología el cual era el código Swann, dure unos meses en descifrarlo pero no estaba completo, llegué a la conclusión de que había un segundo fragmento del diario…
    -¿Qué te hace pensar eso? -preguntó Blake interrumpiendo a Lauren.
    -Cuando vi en las noticias el asesinato de Magnus no dudé de que había sido obra de H, así que entrevisté a Babette Bridgerton y me dijo que su padre había sido envenenado en su oficina. Magnus, tenía algo muy secreto, algo que H y él sabía, la oficina era un buen primer lugar para buscar ya que en ese lugar fue asesinado hasta que encontré una caja fuerte detrás de su librero, al abrirlo, estaba vacío y llegue a la conclusión que el contenido de la caja fue removido. Como ya te dije anteriormente con ayuda de cierta persona encontré el diario de Magnus pero al descifrar el código con que estaba escrito no estaba completo y tengo la expectativa de que si la primera parte la historia que relata el diario no estaba completa de seguro había un segundo fragmento que, había sido tomado por H el día del asesinato de Magnus.
    -Es una buena hipótesis -dijo Blake pensativo-. Pero ¿Cómo crees que Casey esté ligada en un asunto como este?
    -Pues, por la forma con la que está escrita el diario. El código Swann es un código donde el usuario para descifrarlo tiene que tener una gran habilidad para las matemáticas y tu yo como toda la academia sabemos que una de las mejores estudiantes de matemáticas es nada más ni nada menos que Casey Cheever.
    -Eso es también muy bueno, pero ¿Qué te hace pensar que Elena Watson tiene que ver con eso?
    -Nadie sería tan tonto para saber que esa mujer desde que pisó la academia no tiene muy buenas intenciones, nada más basta con mirarla a los ojos, además de la historia de Yura Coleman me hizo estar completamente segura de lo que deducía.

    Blake permaneció en silencio tal vez por unos dos o tres minutos, después del argumento de Lauren Phillips tanto él como ella estaban varados ¿Y ahora qué?, ¿Qué se suponía que tendrían que hacer ahora?

    -¿Y ahora qué se supone que harás, Lauren Phillips? -preguntó él de brazos cruzados.
    -No lo sé… -respondió ella en voz baja pero lo suficientemente alto como para que él la escuchara.

    Permanecieron en silencio por un lapso bastante largo, ambos estaban perdidos en sus mundos pensando en lo que faltaba en el rompe cabezas, por un momento Lauren pensó si había dejado algo atrás, alguna información, habían posibilidades pero si ese era el caso ¿Qué faltaba?

    -Oye -llamó el pelinegro sacando a Lauren de sus pensamientos-. ¿No crees que deberías volver a empezar?
    -¿Volver… a empezar? -repitió Lauren confundida.
    -Si te falta información es más que obvio que te desde un principio te faltara algo.

    Lauren bajó la mirada, pensando, con aquella frustrante pregunta en la cabeza pero no le llegaba nada en la cabeza. Hasta que, segundos después, su cerebro automáticamente proceso las palabras de Blake: “¿No crees que deberías volver a empezar?” en ese momento levantó su mirada topándose con los ojos fríos de Blake Thompson.

    <<¿Cómo no lo pensé antes? “él“… demonios, ¡Gracias Blake!>>

    -Ahora que lo pienso -dijo Lauren-, parece que sí se me quedó algo muy importante.
    -Entonces, vuelve a empezar -dijo él con una pequeña sonrisa en su rostro.
    -Maldito seas… -susurró Lauren de felicidad.
     

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