Mision conquistar a hinata¡de veras!

Hola amigos, gracias por sus post. Me alegra que hayan tomado la molestia de leerme.
Este capítulo lo saque super rápido, me llego mucha inspiración y déjenme decirles que ¡esta genial!
Va dedicado a Marlex, Marhyuuga, sara, Kara akurasa, Eli Hyuuga, Michelle La Pointe, kurogane taichou. Gracias por sus post y lamento que a algunos de ustedes se los borraran. ^^

Capitulo 15.

Han pasado ya tres semanas desde la dichosa fiesta. Los desastres y desordenes causados por los adolescentes fueron arreglados por… los pobres mismos adolescentes. Fue una verdadera crueldad: Ellos, agotados por la noche anterior, tuvieron que limpiar, brillar, lustrar y reparar todo el lugar, bajo el agudo ojo y escurridizo dedo de Hiashi Hyuuga.

Hinata se encuentra castigada desde ese inmediato día, y lo seguirá estando hasta que, según las palabras de su padre: “aprenda a ser una joven decente y sumisa, respetuosa ante la autoridad y deje esas juntas malignas, en especial con aquel Uzumaki, que la están revolucionando en contra de su anciano padre, quien solo quiere lo mejor para el clan”. Tan solo puede salir de casa cuando la hokage la solicita para una misión, y jamás sin compañía de Ho: — Mi niñero…— suele quejarse.

Naruto no ha podido hablar con la prisionera; Ni siquiera tiene permitido pasearse 20 metros a la redonda de la mansión. Esto es un gran problema que le causa gran frustración, pues desde hace mucho que tiene una charla pendiente con ella… Pero bueno, algo se le ocurrirá.

Ino y Kiba no se dejan ver mucho últimamente, y cuando lo hacen, evitan a toda costa una conversación larga, lo cual les molesta a sus compañeros; Nadie sabe que se traen esos dos.

Gaara, junto con Kankuro y Matsuri han vuelto a Suna; Temari se ha quedado un tiempo más, pues su hermano menor pensó que debía tomarse unas vacaciones.
— Y de paso, a ver si te consigues un novio, Teresa María —. Había agregado el marionetista.

Shikamaru sigue siendo un vago, pero ahora es un vago con una meta. Definitivamente quiere llegar a desempeñar el papel “novio de una problemática” y en estas semanas en que aquella se queda en la aldea ha hecho grandes avances; Hasta se esta despertando antes del medio día, eso ya es mucho.

Muy pronto se esperarían noticias de Suna, pues algunas campanas de boda estarán a punto de sonar: El kazekage esta ya en edad de casamiento, y la aldea considera necesario que tenga una compañera incondicional para apoyar parte de sus cargas en ella. Los castings empiezan la próxima semana. Estamos recibiendo hojas de vida.

Sakura y Sasuke no perdieron el tiempo; ya han formalizado su relación y son la pareja del mes en “konoha love”. La chica de hebras rosas es odiada por la mayoría de población femenina de su aldea. Sasuke prefiere no pronunciarse sobre esta situación. ¡Ah, y aun lo persigue el recuerdo de la noche de karaoke! Lo de “amante bandido” es la noticia del año.

Neji y Tenten se encuentran en la mejor parte de su noviazgo, últimamente has estado embobados el uno con el otro y no tienen ojos para nadie más en el mundo. Esto fue lindo al comienzo, pero sus cursilerías y palabras empalagosas ya han hastiado a la aldea entera.

¿Quién me falta? ¡Ah, si! : Lee, Shino y Sai se han vuelto mucho más amigos, ya que sus compañeros de equipo parecen estar muy ocupados en esas cosas del romance y las chicas. Al principio fue algo triste para ellos el verse apartados gracias a un par de piernas, pero han aprendido a llevar una vida de solteros de lujo, Y quién sabe… A lo mejor pronto les llegue su media naranja.

Y con respecto a “misión: conquistar a Hinata ¡de veras!” ; Sus integrantes se han ido desintegrando lentamente, ya que han cumplido sus objetivos:

. Sasuke y Sakura: completado.
. Ino y Kiba: Es algo complicado lo suyo.
. Shikamaru y Temari: Están avanzando.
. Naruto y Hinata: ¡Objetivo pospuesto debido a capricho paterno!.

— Este plan se ha vuelto mierda; Ahora todos esos tontos andan muy ocupados en lo suyo… y han olvidado nuestro principal objetivo… — Se quejaba el rubio, día tras día, mientras comía ramen en Ichiraku completamente solo — Por Kami-sama, ¡se llama misión conquistar a Hinata, de veras! ¿Tuve que haberlo puesto mas claro? … ¡Que bola de desagradecidos!, yo los ayudo con sus temas y cuando logran lo suyo, entonces que el pobre Narutico se vaya a la mierda ¿no?—.

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Se desperezó, estiró sus brazos y desplegó una amplia sonrisa; Aquel sería el día. Al fin, después de una eternidad iba a poder hablarle. Después de un rápido desayuno instantáneo, tomó su mochila y salió corriendo a toda velocidad hacía el lugar central de la aldea.

—No se va a negar, no se puede negar a lo que le tengo — se regocijaba en el camino — Lo tengo todo planeado ¡Hoy va a ser el día! ¡De veras! — Había llegado, entró por la ventana y se preparó para usar todo su poder de convencimiento en aquella poderosa mujer.

Tsunade no se iba a poder negar, jamás en la vida. La conocía bastante bien, y su debilidad por el sake y de aquellos dulcecitos en forma de bolita…eh ¿Cómo se llamaban?...Bueno, no es el punto. El punto es que, brindándole aquellas dos cosas que la abuela tenía prohibidas en horas laborales, podría manejarla a su antojo.

Nunca se negaría a su petición.
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— Ho-kun…. ¿donde está mi padre el día de hoy? —. Estaban tomando el desayuno tranquilamente, solo ella y Ho… que tranquilidad. Ya se estaba acostumbrando a esto; Si lo pensaba un poco, tener a Ho era como tener una sombra.

— Ha salido junto con Hanabi-sama — respondió con voz neutral el joven muchacho — No sé con certeza a donde, Hinata-sama, pero creo que tardarán bastante—.

Se interrumpió para tomar un sorbo de café.

— Ah, le ha llegado una solicitud de parte de la hokage. Parece ser que tenemos una misión para hoy, Hinata-sama. — dijo con una dulce sonrisa observándola jugar con la tortilla en el plato, justo como cuando era pequeña.

— Tengo una misión para hoy, querrás decir — Le corrigió la chica y tomó un bocado — Tú puedes quedarte, gracias. — comentó un poco divertida, sabía que no iría sola a aquella misión, pero le gustaba bromear con su querido amigo.

Ho soltó una risotada, y se encogió de hombros con expresión vana.
— Quién sabe, tal vez te deje ir sola esta vez. — sonrió con naturalidad.

— ¡Me has tuteado! — exclamó contenta mirándolo sonriente, por lo que el muchacho se avergonzó un poco. Hinata había intentado durante años que su vigilante le hablase con menos formalidad, pero hasta hace diez segundos, esto parecía misión imposible.

— Perdóneme, Hinata-sama.

Aquí iban de nuevo con el “sama”; ¿Qué este muchacho no aprendía?
— Te he dicho que no me llames sama, por favor; Cuando nací no me bautizaron Hinata-sama Hyuuga, Ho, tan solo Hinata. — completó con una cálida sonrisa — Por favor llámame así. ¡ah! Y me encanta que me tutees.

— Sabe usted que no puedo hacer eso, Hinata-sama —.

— Al menos hazlo cuando estemos solos, a nadie le molestará que lo hagas — Insistió.

Ho se acomodó en su silla, inclinándose un poco hacía adelante, tomándole una de las manos y sonrió.

—Es usted tan amable, carismática y hermosa, Hinata-sama. — había bajado un poco su tono de voz, como para evitar que alguien lo escuchase. — Pero aún si la tratara de esa manera cuando estuviésemos solos, yo me acostumbraría — La miró a los ojos y notó como en ella aparecía un leve tono carmesí, siempre había sido muy tímida cuando la miraban de frente. — Y así, un día la llamaría “Hinata” o la tutearía delante de su padre, y sería duramente reprochado. Lo siento, pero el es el jefe… — terminó volviendo a su antigua posición.

— ¡Oye, Ho! ¿Olvida usted con quien habla? — desbozó una pequeña sonrisa y frunció levemente el ceño— Soy la heredera. Después de mi padre, soy yo quien tengo más autoridad; Así que más le vale que vaya decidiendo a quien obedecerá, joven— Se recostó al espaldar de la silla y puso los brazos en jarra, mirándolo con expresión divertida— : Al anciano cascarrabias o a la amable, carismática y hermosa de mi.

— A veces creo que la locura es de familia, ¿sabe? — comentó uniéndose al juego.

— Todos los Hyuugas estamos locos, señor; No se excluya del grupo. Creo que Tsunade-sama debe ir abriendo un manicomio en la aldea — Ambos rieron con ganas y tras un momento Hinata volvió a su fingida seriedad — Aun no ha respondido a mi pregunta: ¿Obedecerá al anciano rey o a la joven y hermosa princesa? —.

— Ah, se está refiriendo a Hanabi-sama. — Comentó divertido tomando un trozo de pan con aspecto natural, el cual le fue quitado prácticamente de la boca por la mano de la chica.

— Ja, tan bobo — Murmuró comiendo el trozo de pan que le había robado de las manos.

Ho sonrió. Se levantó estirándose un poco.

— Basta de juegos, señorita. Se nos hace tarde y la hokage nos espera para asignarnos nuestra misión.

— Tienes razón…— dijo con desgana y soltó un suspiro — Y yo que me estaba divirtiendo… — se quejó incorporándose — Dame mi mochila. La tengo lista desde la semana pasada, estaba aburrida.

— Acá la tiene. — obedeció este de buena manera, empezando a caminar hacia la salida con calma junto a Hinata. Antes de abrir la puerta, se da la vuelta y le susurra al oído —: si en verdad quiere saberlo, le diré; Sin duda la obedecería a usted. La seguiría hasta el fin del mundo my Little hime.

— Arigato…
________________________________MISIÓN CONQUISTAR A HINATA ¡DE VERAS!_____________________________

— Su misión será, básicamente una tarea de reconocimiento de terreno. — La atención de ambos Hyuuga se centraba en la mujer de edad madura y extravagantes proporciones. — No se alejarán mucho de la aldea, es un sitio cercano, ya que Hiashi-sama me informó sobre tu castigo, Hinata.

Un poco avergonzada, la aludida asintió.

— Además entre tus compañeros estará Neji, para así asegurarnos de que estés bien vigilada. — continuó con naturalidad la rubia.

— Disculpe, Tsunade-sama — interfirió Ho, algo confundido.

— Sé lo que piensas, pero te necesito aquí, Ho; Hinata estará bien custodiada, no te preocupes. ¡y sin peros! — culminó la hokage, haciendo que al muchacho se le quitara cualquier deseo por protestar.

¿Custodiada? Por Dios, ella no era una prisionera. Tuvo deseos de gritar: ¡soy una persona libre! ¿Por qué tengo que estar siendo vigilada como una niña inútil y débil? Pareciera que todo el mundo olvidaba que ella también era una kunoichi…tsk, que molestia, y lo peor de todo era que no podía rebelarse; Lo había hecho esa mañana después de la fiesta y de nada le había servido, ¿no? Así que retuvo sus emociones y puso su mejor cara.

— Tsunade-sama…. — llamó la atención de la mayor con su acostumbrado bajo timbre de voz — Podría…. decirme ¿quiénes son mis compañeros de equipo para esta misión?

— Serán: Hyuuga Neji, Amma Tenten y… — Hizo una breve pausa y continuó — Uzumaki Naruto.

Ese nombre, ese nombre era todo lo que necesitaba para que le cambiase el día; Uzumaki Naruto era su compañero de equipo, definitivamente la suerte estaba a su favor. Sintió la sangre subir a sus pómulos y una ola de calor se apoderó de su ser por un segundo, segundo que fue interrumpido por la voz de Tsunade.

— Pero vete ya, deben estar esperándote. — Observó que ya llevaba la mochila a cuestas — Genial, ya estas preparada. No hay tiempo que perder, veta ya ¡rápido!
Asintió algo atontada aún por lo que le esperaba y se despidió de Ho con un corto abrazo, tras lo cual desapareció.

— Que niña… — murmuró la mujer con un rastro de sonrisa en el rostro. Sonrisa que fue opacada por la cara de preocupación del joven Hyuuga.

— Tsunade-sama… ¿es buena idea que no la acompañe yo? — dijo Ho.

— Estará bien protegida, ¿que puede pasar con Neji cerca? — le tranquilizó — Anda, Ho… tomate un descanso, ya actúas como un padre sobreprotector; Además, no te olvides que Uzumaki estará también: Él sabe cuidar a sus amigos.

Ho no respondió. El hecho que Naruto estuviese también implicado en la misión no lo tranquilizaba en lo más mínimo, al contrario, esto le preocupaba mas; No era solo por el castigo que caía sobre los hombros de Hinata, su padre no se lo puso simplemente por una mala contestación o por una fiesta a escondidas, esto solo era la fachada, para evitar alertar a la chica. Lo que le preocupaba a Ho era algo muy diferente, algo mucho peor.

— Ahora ya vete, tengo algo muy importante que hacer. — ordenó con voz autoritaria la hokage.

— ¡Hai! — hizo una pequeña reverencia y desapareció.

Apenas se hubo marchado el muchacho, suspiró, dio la vuelta en su silla, teniendo así un mejor panorama de la aldea. Alargó la mano y saco de su gaveta una bolsa de cartón. ¡Al fin podría tomar su preciado sake y deleitarse con los dulces!

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— ¿Cómo lograste que librarán a Hinata de su guardián y, que la mandasen como tu compañera? — Cuchicheó la Amma al rubio mientras Neji explicaba los parámetros esenciales de la misión, como un buen líder de equipo.

— Tsk, que chismosa eres Tenten — murmuró divertido — Yo tengo mis mañas. — se mofó.

— Ay, tan bobo. No soy chismosa, solo me gusta estar informada. — se defendió la chica de ojos chocolate.

— ¿Qué tanto murmuran ustedes dos, eh? — preguntó Neji algo enfadado al notar que ninguno le prestaba la mas mínima atención.

— Después te digo cómo lo logre, Tenten…— susurró Naruto y luego se dirigió al líder — No es nada, Neji… Tranquilo viejo, no intento quitarte a tu novia — comentó regalándole una amplia y zorruna sonrisa. —No es mi tipo, me gustan más como…

— ¡Hinata-sama! — Interrumpió Neji mirando a las espaldas de Naruto.

— Si, exacto. Así como Hinata-chan. — afirmó tranquilamente el Uzumaki.

— ¿Cómo yo, Naruto-kun? — Preguntó una suave voz a sus espaldas. Se dio la vuelta lentamente, y se encontró con el lindo rostro de Hinata, quién lo miraba con su rubor característico — ¿Cómo yo, qué? —. Volvió a preguntar.

Naruto pudo oír una risilla burlona que provenía de Tenten, quien se divertía mucho con esta escena.

— Que tu… Que como tú…pues…— No podía articular bien, y en un segundo sintió la sangre aglomerarse en sus mejillas. Avergonzado se dio la vuelta, para evitar que notara su sonrojo. — ehm… que me agradan las personas como tú, eso decía. — terminó rápidamente sintiéndose ligeramente acalorado. — Ya estábamos a punto de irnos, ¿no?—.

— Así es. — dijo Tenten.

— Le explicaremos todo por el camino, Hinata-sama; Ahora vámonos, ya nos hemos retrasado bastante. — Terminó seriamente el Hyuuga, esperando respuesta por parte de su grupo.

— ¡Hai! — Respondieron todos al unísono.

Emprendieron la marcha. Neji iba en la delantera, seguido por Naruto y un poco mas atrás Hinata, finalmente, Tenten terminaba la fila; A los pocos metros de haber partido, la morocha se acerco a su amiga para charlar un rato.
— Te mintió. — comentó reduciendo un poco la velocidad.

— ¿De que hablas, Tenten-chan? — pregunto la Hyuuga sin comprender bien de que le hablaba.

— Ya sabes. Naruto no estaba diciendo que le agradaban las personas como tú. Te mintió.

— ¿ah, no? — sintió un puñado de decepción caerle encima.

— No. — sonrió plácidamente — Él decía que las chicas de su tipo eran….así como tú.

Inevitablemente sintió enrojecer. Apenada, giro un poco la cabeza, evitando que su amiga la viera en ese estado.

— Ah, entiendo…— pudo murmurar al fin, ahogándose en un mar interno de felicidad.

— ¡Oigan chicas, se están quedando atrás, apúrense! — Era justo la voz que quería oír, y sin pensarlo un segundo aumento la marcha, dejando a Tenten muy atrás.

— Lo que me saco por hacer de Cupido… que se emocionen y me dejen… — se quejaba en voz baja, aumentando la velocidad para alcanzar a los demás.

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En Suna.
— ¿No se lo has dicho, Gaara? — Preguntó sorprendido el marionetista.
Se encontraban ambos hermanos en la oficina del kazekage. Kankuro relajadamente desparramado en una silla y el pelirrojo, serio como siempre, no se inmutó ante la sorpresa de su hermano.

—No. — respondió fríamente.

— ¿Y cuando demonios piensas hacerlo? ¿Crees que es adivina o qué? — se exaltó un poco Kankuro. De veras que su hermano le sacaba de quicio. Era tan listo y tan idiota a la vez. — Ni siquiera le has pedido ser novios y ya te piensas casar. En serio, eres un misterio, Gaara. — Resopló incorporándose, dispuesto a marcharse.

—No lo entiendes…

—Tú no entiendes, no esperarás que se guarde solo porque tú la deseas como esposa. — Le reprochó— Es una chica hermosa. Más te vale que se lo digas rápido… porque podrías perderlo, hermano — caminó hacia la puerta y antes de marcharse, agregó —: te lo digo yo.

Su hermano tenía razón. Suspiró. Pero es que era tan cobarde; Cuando ella estaba cerca instintivamente comenzaba a temblar sin control, y en ocasiones la trataba de manera bruta al no poder manejarse correctamente y decirle lo que sentía….¡Diablos! Era el kazekage, y ni siquiera podía declarársele a Matsuri… ¡Qué vergüenza!

Si tan solo Temari estuviera aquí….

CONTINUARA…

Espero les haya gustado, espero sus post chicos.

 

Konbawa!
Gomenasai por la tardanza , que pena con ustedes, pero de un momento a otro se me fue la inspiración y no supe qué escribir. Gracias a Dios pude resolver el problemín y vengo acá con la conti.
Gracias a todos por comentar, y lamento mucho que a tantos les borren sus comentarios, de veras… :/
Sin más, acá les va el capitulo 16.

CAPITULO 16.

Se habían detenido a mitad de camino. Bueno, al menos eso pensaba Naruto, puesto que no llevaban ni quince minutos de recorrido. No prestó atención cuando el Hyuuga explicó los parámetros de la misión, así que él ni idea de lo que tenían que hacer. “Reconocimiento”, era la única palabra salida de los labios de Neji que aún recordaba.

Se sentó bajo un viejo y frondoso árbol, mientras los demás balbuceaban cosas sin sentido para él, dispuesto a meditar. A meditar…muy a su manera.

Reconocer significaba identificar. Por ejemplo, él reconocía la cabellera de Hinata a miles de kilómetros a la redonda, o sea, lo identificaba; Así que… si estaban en una “misión de reconocimiento” significaba que tendrían que aprender a identificarse, a conocerse perfectamente entre ellos. De repente una oración reconocida pasó por su mente como un rayo: Hombre con hombre, mujer con mujer, hombre con mujer, y lo mismo pero en sentido contrario.

Sintió nauseas al pensar en “conocer más a fondo” a Neji, luego se calmó un poco al pensar en hacer esto con Tenten… Al menos ella era una chica. Y, con Hinata, eso era punto aparte… Con ella, todo era diferente.

—“Conocer más a fondo—pensó sonrojándose involuntariamente—…a Hina-chan”— terminó con un hilito de sangre chorreando su nariz y la cara de idiota más deplorable posible. ¿Por qué siempre terminaba así al pensar en la azabache?

—Y bien, ¿todo entendido? —El líder del grupo recibió un asentimiento por parte de las chicas, mientras el rubio a lo lejos se perdía en sus fantasías—. Ya saben qué hacer, ¡Dispersión!—.

Y, en un segundo los tres desaparecieron, dejando solo al de ojos celestes.

—¡¿Nani?! —.

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Suna.

—¿Que qué? —Sus ojos se abrieron como platos. Anonadada.—¿Que Gaara-sensei qué? —.

—El kazekage va a unirse en sagrado matrimonio con una mujer hermosa que será la roca y el viento final y comienzo de las cargas que, debido a la enorme responsabilidad de gobernar, cae en sus jóvenes hombros —se detuvo un breve momento para tomar aire, después de haber hablado a una velocidad sobre humana —. Nuestro señor necesita una compañera que lo apoye en todo lo que necesite… y además que complazca todos sus deseos.

Se le hizo un nudo en el estomago al oír la última frase. —Y, ¿quién es la elegida? —preguntó, tratando de camuflar en su voz la pizca de ilusión que amenazaba con salir.

—Sólo el kazekage y sus cercanos amigos lo saben.

Y una daga se hundió sobre su pecho, sin hacerla sangrar. Sintió cómo el mundo se hacía más grande y ella empequeñecía cada vez más, y más y más.

Gaara iba a casarse… Y ni siquiera se lo había dicho…

Suspiró, reteniendo las lágrimas que amenazaban con desbordarse de sus cuencas; Y ella que se había hecho ilusiones. Ahora, tendría que borrar el “GaaxMatsu” que había escrito hace poco en sus libretas…

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—Con un demonio… ¿A dónde se fueron todos? —murmuró cabizbajo. Llevaba horas y horas caminando en círculos, no sentía el chacra de Neji, ni el de tenten, ni siquiera el de… —¡Hinata! —.

A lo lejos se divisaba la cabellera color negro azulado de la Hyuuga. Ella se encontraba de espaldas con su tímida pose, y al parecer, no escuchó el llamado del rubio.

No le importó. Corrió hacía ella lo más rápido que pudo, con la emoción gravada en el rostro; ¡Al fin la había encontrado!, además, estaba completamente sola… ¡Ni un rastro del amargón de Neji!

La tomó del brazo, dándole la vuelta y sin más la besó, rodeó suavemente su cintura y lentamente la fue apegando más a él, frotando su espalda mientras sentía cómo ella jugaba con sus cabellos dorados.

Era feliz.

—Eh… ¿alguien podría decirme por qué el chico esta besando a ese árbol?

—wau… que incomodo.

—Tal vez bebió de un cactus.

—¿Un cactus? ¿Por estos lados?...No, tal vez venga de Suna. Allá sí que hay.

—No tiene pinta. Yo digo que utilizó otro tipo de planta.

—¿Ven muchachos? eso es lo que provocan los alucinógenos, así que ya saben: no deben usarlos. Soldado advertido no muere en guerra.

—¡Hai sensei! —.

Y el grupo de la academia se marchó rápidamente junto con su maestra, dejando al rubio a solas con su árbol en aquel momento de intimidad.

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—¿Qué Gaara qué? —gritó sorprendida la rubia mostaza, golpeando la mesita en donde se servía el té, con un potente puño.

—Que Gaara va a casarse… ¿estás sorda o qué? —Shikamaru suspiró: Definitivamente esa mujer no tenía remedio. —Ah, y deja el escándalo; A este paso se enterará todo el país del fuego —dijo tomando tranquilamente un sorbo del té que se salvó de milagro.

—Tsk, eso ya lo he oído, baka —replicó con actitud irónicamente parecida a la del chico —¿Pero con quién? —interrogó mirándolo curiosa.

—Yo qué sé…—rodó los ojos, aburrido. —Es sólo un rumor de pasillo, lo oí por ahí.

Temari sonrió, repentinamente contenta. —“Lo oyó, y salió corriendo a decírmelo” —pensó orgullosamente mientras detallaba con sumo cuidado el rostro del ejemplar sentado al frente. Conteniendo el deseo de emitir un comentario burlón por esto, tomó un sorbo y retomó nuevamente la charla.

—Vaya… entonces tendré que devolverme a la arena para averiguarlo, ¿no? —comentó inocentemente.

El azabache parpadeó varias veces mirándola. —Tal vez las noticias lleguen pronto a Konoha —dijo y, al notar lo desesperado que sonó su comentario, añadió: —digo…No pensará Gaara dejarnos si invitación —.

Pero no le funcionó. La chica inmediatamente captó el mensaje: Lo anterior era una súplica. Shikamaru le estaba rogando que se quedara.

—“Pensé que no viviría para verlo —subió una ceja mirándolo con diversión—: Nara Shikamaru pidiendo que me quede…bueno, más o menos”—.

—Claro que no —dijo con una jovial sonrisa adornando sus labios.

—Sólo espero no tener que ir de gala —se quejó nuevamente el chico de peinado apiñado —sería todo un fastidio usar un smoking o alguna cosa de esas. —culminó fregándose la mejilla con actitud perezosa. Miró a la rubia, esperando alguna reacción de su parte- un grito o algún reproche como: “deja de quejarte, pedazo de vago”, o algo por el estilo – pero nada; Temari tan solo reposaba su rostro en la palma de su mano, mirando con expresión soñadora algún lugar del quebradizo techo. —Eh… —quiso llamar su atención, y chasqueó los dedos frente al rostro de la muchacha —¿estás aquí, o ya te fuiste a Suna? —preguntó vagamente—eh, Temari, ¿estás bien?, oye, ya me estas asustando…Temari, deja la bobada ya.

Por Kami-sama, ¡¿y si estaba en shock?!No pensó que la noticia de la boda la pondría así… Si la rubia estaba muerta entonces tendría que cargarla hasta la funeraria, después tendría que avisar a todos sus compañeros la trágica noticia, sin contar que tendría que explicar con detalle lo sucedido. De repente se asustó: ¡¿Qué diablos le iba a decir a Gaara?! …Tsk, seguramente el pelirrojo le dañaría el rostro y también se aguaría la boda, le dañaría la fiesta a todos, la única excusa que habían tenido para celebrar en mucho tiempo ya no tendría validez.

Y todo porque a Temari se le ocurrió morirse.

—Oye, no es gracioso ¿sí? —.

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Neji Hyuuga miraba con una gótica de sudor la bochornosa escena de la que estaba siendo testigo: ¿de verdad ese chico estaba intimando con un árbol?, ¿de verdad a su prima le atraía aquel vergonzoso individuo?, ¿de verdad era su futuro cuñado?, ¿de verdad “eso” pretendía ser hokage?, ¿de verdad había derrotado a Pain?...¡¿de verdad era el protagonista de la historia en vez de Neji Hyuuga?!

—“No sé en qué diablos pensaba Kishimoto…” —.

—¡Neji! ¿Dónde estás, cariño? —escuchó la melodiosa voz de su novia a poca distancia —¡Mi vida, mi amor, mi rey, mi tesoro…! —.

Embelesado con la cantidad de llamados que recibía, y a medida que aumentaba su ego y su autoestima, también se ensanchaba su sonrisa, deseando seguir oyendo más. Oía cómo Tenten se acercaba cada vez más, pero no hizo sonido alguno para permitirle dar con él más fácilmente; Simplemente se quedo ahí, escuchando sin hacer nada más y olvidándose por un momento del rubio besuquea arboles. Cerró los ojos dispuesto a disfrutar...

—¡Oye tú, pedazo de idiota! —la morocha salió de entre un matorral en un impresionante salto, enganchándolo de la oreja. —¿Qué no oyes que te estoy llamando, Neji-bakka? —le reprochó con tono enojado, jalándole del oído. —Llevo media hora buscándote, eres un desconsiderado, no tienes ni la más mínima consideración conmigo. Estaba preocupada de verdad, este bosque es peligroso, podrías toparte con un oso, un tigre… un león, ¡Un tiburón!, o algo así, ¿acaso no piensas? Nunca debes separarte de mí, te puedes perder, te roban, te pasa algo… ¿después con qué le salgo a Hiashi, eh? —.Y continuaba el sermón de las siete palabras, la chica no soltaba al pobre Neji, quien ya tenía la oreja roja, en vez de eso aumentaba cada vez más el timbre de su voz y apasionaba más su discurso cantalinoso—Le digo: <<Hiashi, Neji me desobedeció y no me quiso tomar de la mano para cruzar el bosque, así que se perdió, se lo robaron… ¡Lo violó un negro en una cueva!>> ¿Quieres que le diga eso a tu tío, Neji?¿eso quieres? —. Calló y se quedo mirándolo con esos ojos chocolates, esperando una respuesta de su parte.

El castaño bajó la mirada con aura depresiva, sin soltarse del agarre de su novia y con la oreja palpitándole. —Tenten… —dijo en un suave susurro—ya soy un jounin. —aterrorizado ante la posible reacción de la morocha, cerró los ojos y en un segundo recibió un fuerte coscorrón que lo tumbó al suelo.

—Serás Jounin, Ambu, hokage si te da la gana, pero a mí no me rezongas, cabroncito.

Dicho esto, Neji fue arrastrado por su chica, perdiéndose entre los arboles mientras cascaditas adornaban sus pálidas mejillas.

—Tenten… ¿Qué vas a hacer? ¡Tenten! ¡Tenten, Nooo! —y el eco de su voz ya no se oyó más.

El rubio observó la escena con pesar. —Pobre Neji…— murmuró pasando un brazo tras la espalda de “su Hinata”, que en realidad era un roble viejo y mullido.

—Sí, pobrecito Neji-Oniisan… —susurró una suave voz— eh, Naruto-kun…

—Dime, Hinata.

—¿Qué… qué estás haciendo? —. Él sonrió zorrunamente con la mirada aún fija en el lugar en el cual Neji y Tenten desaparecieron segundos antes.

—Pues, te estoy abrazando. —respondió tranquilamente.

—No… No me estas abrazando, Naruto-kun.

—Eh… ¿qué estás diciendo, Hinata-chan? ¿Cómo que no…? —preguntó confundido mirándola, pero se detuvo en seco con los ojos abiertos como platos. De un salto se alejó algunos metros ya voz se le cortó de repente.—¿Cómo?... Dos… Hay dos, dos Hinatas… —balbuceó.

Miró detenidamente a ambas. Una de ellas lo miraba contrariada, con sus ojos blancos fijos en él, las manos juntas sobre su pecho y un casi imperceptible rubor en sus mejillas; La otra, por el contrario, sólo estaba quieta mirándolo con ojos inexpresivos, el cuerpo totalmente inmóvil e insensible, como el tempano de hielo más frio del maldito planeta… Pero, eso sí: ambas eran indescriptiblemente hermosas.

¿Sería acaso que se estaba cumpliendo su fantasía? Ahora lo único que faltaba era que las dos le prepararan un tazón de ramen gigante, como el que había comido aquel día en el hospital, y se lo dieran lentamente en la boca mientras lo llenaban de besos y caricias entre tiernas y atrevidas.

—Naruto… —. Le llamó la Hinata que sí parecía relativamente normal.

—Dime, Hinata numero dos. —.

—¿Por qué estabas abrasado a ese roble? —preguntó la Hyuuga tímidamente.

—¿roble?, ¿de qué roble me hablas…? —.

Y entonces, todo su sueño se hizo pedazos.

Continuará.

¿Y qué tal ha estado? ¿ los decepcioné? Da igual, díganmelo ^^ Podré soportarlo x3

 

Ohayo! Amé sus comentarios,les juro que ustedes me hacen reír mil veces más de lo que yo a ustedes. Otra vez, disculpen la tardanza, pero todo es culpa ami enorme capacidad de crearme compromisos literarios. Ahora tengo mil cosas por hacer, pero me dije: No puedo dejarlos esperando más tiempo. Y aquí les traigo lo prometido.
Para el proximo capitulo me centraré mucho más en el Naruhina, y se revelará la historia que desde hace 16 capitulos desean conocer.
Sin más, los dejo.

Capitulo 17.

—Ino…

—Ya te dije que no.

—Pero, ¿por qué? A ambos nos gusta.

—Eh… si, pero no. No insistas.

El castaño continuó.

—Anda, dame una razón —insistió rozando suavemente la mano de la rubia, en actitud suplicante. —¿No quieres?, yo sé que quieres.

Desde aquella noche de la “fiesta sorpresa para Naruto que no tuvo nada de sorpresa porque a Sasuke ya se le había ido la lengua” Kiba no había podido dejar de pensar en la chica. Sus ojos se le presentaban cada noche en sueños, su rostro angelical y su actitud divertida, sin mencionar las armoniosas curvas que adornaban su figura, las cuales lo embobaban al extremo en cada movimiento placentero que ejecutaban.

Deseaba repetirlo, eso era seguro.

Ino suspiró, cansada de la insistencia del canino. —Kiba… —murmuró firme, mirándolo—entiéndelo bien: no-pu-e-do. —culminó, dándose la vuelta satisfecha de su labor, y con la sonrisa gravada en su rostro; Pero para su desgracia, él no era uno de los que se daban por vencidos fácilmente, no señor.

Se paró frente a ella y le detuvo el paso, expandiendo los brazos.

—Te digo que me respondas, Yamanaka —exigió extrañamente serio—¿por qué diablos no puedes hacer eso conmigo?

Bufó, se cruzó de brazos y pataleó como una nenita pequeña. Él seguía mirándola con ojos escudriñadores e intimidantes, buscando la verdad en su interior.

—Kiba… —susurró la rubia desviando la mirada con nerviosismo, y la voz se le cortó al pronunciar—:estoy embarazada.

Y el mundo se desboronó lentamente para el Inuzuka…

Así que era por eso que Ino no quería tomar una copa de sake con él.

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—Tenten… ¿Qué vas a hacer? ¡Tenten! ¡Tenten, Nooo! —.

—Neji, cállate. —susurró la morocha dejándolo libre de su agarre y volviendo de manera impresionantemente rápida a su actitud normal—ya estamos lo suficientemente lejos, no hagas tanto escándalo, amor.

El castaño parpadeó. Una, dos, tres, cuatro… cincuenta veces.

No podía creer el brutal cambio de su prometida. ¿Qué demonios había sido lo de antes? ¿Y qué pasó con lo del “negro violador de chicos guapos en cuevas” o lo del “tiburón en la selva” o lo de “Serás Jounin, Ambu, hokage si te da la gana, pero a mí no me rezongas, cabroncito”?... ¿Qué diablos había pasado con Tenten?

—Eh… Querida, ¿estás bien?... —preguntó dudoso y con cuidado de cuidar el tacto en su voz, pues cualquier cosa podría despertar la fiera de su Amma.

—Ay, Neji…—soltó una leve risita—debiste ver tu cara, cariño. Pensé que te iba a dar algo —comentó soltando una carcajada— No, no… pero la mejor parte fue cuando te dije: “<<Hiashi, Neji me desobedeció y no me quiso tomar de la mano para cruzar el bosque, así que se perdió, se lo robaron… ¡Lo violó un negro en una cueva!>>” —recordó la morocha, imitando el tono de voz serio que usó anteriormente, sin aguantarse las risas— ¡Si vieras como te pusiste! —.

Y Tenten estalló a carcajadas, hasta el punto de revolcarse en el suelo, mientras Neji, sorprendido y consternado la observaba con un interrogativo en la cabeza, preguntándose una y otra vez con qué clase de loca se iba a casar.

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—Yo creo que Neji echó algo raro en mi té, o en mi ramen. —pensativo, sentado en un tronco y con la mirada perdida en el horizonte, Naruto analizaba las posibles causas de su anterior y extraño acto.

Hinata a su lado, lo escuchaba con atención, aunque conciente de lo que decía eran tremendas babosadas.

—Naruto-kun… —le interrumpió con voz suave— Yo creo que pudo haber sido… el sol…Etto, puede ser que… de tanto caminar y…con el sol y la humedad, pues …bueno, tuviste una alucinación.

—Puede ser —aceptó sonriente la teoría de su amiga y con la mirada clavada en sus orbes plateados, preguntó: —Hinata-chan…Podrías decirme, ¿por qué estuve en el hospital?...

Y un timbronazo la sacudió de pies a cabeza. ¿Por qué había estado en el hospital?...¡Por culpa suya!, ¡solamente suya y de su maldito clan!. Desvió la mirada y los recuerdos de aquella batalla regresaron a su mente, tan claros como si hubiesen ocurrido cinco minutos atrás; Sentía los ojos azules del rubio clavados en su ser, pero extrañamente no se sonrojó… sólo sentía tristeza, y la única preocupación que pasaba por su mente era la manera de explicarle lo ocurrido.

—Naruto-kun… —susurró cabizbaja—todo ha sido culpa nuestra…

Y la historia comenzó.

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La había mandado a llamar, a ella… Vaya, hasta que por fin se dignada. Pero, y ¿para qué?, ¿para decirle quién era aquella chica que le había robado el corazón?, Aquella con la que se iba a casar.

Suspiró, y estuvo a punto de darse la vuelta, regresar a su apartamento y seguir vaciando tarros y tarros de helado, mientras lloraba y moqueaba recordando a Gaara en cada telenovela mexicana, en cada película, en cada episodio de los padrinos mágicos…sobre todo veía a Vicky, ¡Oh, Vicky, maldita pelirroja!...pero sobre todo en cada emisión de noticias… ¡Siempre salía Gaara allí! ¿Por qué? ¡¿Acaso se creía tan importante?!...

Ah, verdad que era el kazekage.

Se hallaba ya a pasos de la puerta de su oficina. Justo en el momento, el marionetista salía de allí, y al verla le sonrió con amabilidad. Algo había en esa sonrisa, pero Matsuri estaba muy cansada como para averiguarlo.

—Te está esperando, Matsuri.

Ella simplemente le devolvió una suave sonrisa y asintió.

En lentos pasos, entró al despacho del kazekage. Allí estaba él, sin su sombrero, dejando en libertar a su rebelde y rojizo cabello, como las flamas de una fogata nocturna… Y sus ojos, por Kami-sama… ¿qué clase de ojos eran esos?...

—Cierra la puerta.

Con algo de nervios, obedeció la orden, pues aunque tratara de evitarlo, la sola presencia del kazekage la intimidaba, le afectaba, le removía todo en su interior y cada célula de su cuerpo se erizaba con sólo oír su voz. La ponía nerviosa, y más en aquél momento en que sentía la atención de su antes maestro fija en su ser… sus orbes detallando cada movimiento que ejecutaba…

Estando solos, completamente solos en aquel enorme salón.

—Matsuri-chan… —Gaara suspiró levemente, mirándola con atención— Tengo una misión muy importante para ti, es algo de vida o muerte.

¡Joder! Una misión. ¿Para eso la había llamado?, sintió su rostro hervir y por primera vez deseó mandar al pelirrojo a que comiera un poquito de… ehm, caca.

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Acostado en el pasto, con un palillo sobresaliendo de su boca y los orbes completamente cerrados, oyendo a los pájaros cantar mientras siente el revoloteo de sus alas danzando en perfecta armonía. Relajación total. Eso era lo único que deseaba Shikamaru Nara, pero como siempre, las fuerzas del universo se confabulaban en su contra y terminaba en un lugar completamente opuesto.

Y, como siempre… todo por culpa de Temari Sabaku No. Qué problema…

—Temari… —le llamó, rodeado de todo el bullicio del centro comercial—disculpa, pero se me olvidó… podrías repetirme, ¿Qué demonios hago yo aquí?

—Me acompañas. Tengo que comprar ropa para llevar a Suna…¿acaso no sabes que mi hermano se casa? —contestó la rubia, emocionada mientras observaba un lindo vestido rojo pasión.

—yo fui el que te lo dije…—replicó cansado—pero, ¿por qué conmigo?...Ash, que problema, ¿no pudiste venir con Ino…o Sakura… o alguna chica?, esto no es lo mío.

Temari rió. —eso lo sé perfectamente, vago. —y encogiéndose de hombros, añadió tranquila: —pero no tenia opción. Todas están ocupadas: Hinata y Tenten andan de misión con Naruto y Neji… y Sakura e Ino están muy entreteniditas con Sasuke y Kiba.

Y allí estaba la oportunidad, ante sus ojos. ¡No podía desaprovecharla!

—Temari, no eres un portento ni un esperpento.

Con eso seguro la mataba…

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Por más de que pensaba y re-pensaba no le hallaba pies ni cabeza al asunto. ¿era eso una cita?; Que recordara, dentro del término “cita” no cabía la idea de “estar con tu novio, escoba en mano y recorriendo toda la zona Uchiha”…

—Sasuke-kun…—susurró la chica de ojos verdes—recuérdame…¿por qué hacemos esto? —.
Y, para completar, Sasuke se traía puesto un delantal con bordes dorados que consiguió prestado de Shizune, todo para no desgastar su traje.

—sabes que tengo que hacer servicio a la comunidad —contestó— Todo eso de “Itachi, te mataré”, “vengaré a mi clan” sólo me trajo problemas, ¿lo recuerdas, Sakura? —el Uchica hablaba ejerciendo fuerza sobre un obstinado chicle que no quería despegarse —Todo por culpa del marico
Orochimaru….

La Haruno suspiró, resignada. Después de todo, a ella también le convenía tener esa zona aseada y decente, pues entre sus metas estaba la de vivir en ella algún dia.

—está bien, amor, pero me prometes que luego tenemos una cita de verdad.

El azabache la miró, confundido.

—¿de qué hablas, Sakura? —sacó una lista hasta el suelo—querida mía, me complace anunciarte la lista de actividades en pareja que tendremos de aquí… a …más o menos dos meses. Uhm… a ver…—empezó a leer el enorme papel—después de terminar con la zona Uchiha, tendremos que leer cuentos a los niños sordos del orfanato, luego vamos con los ancianitos con estreñimiento… ehm, a propósito, a éstos les prometí que les harías un baile…—sonrió— Siguen los convictos, tenemos que darles una charla sobre por qué descuartizar no es bueno, lo siguiente será una obra de teatro para drogadictos en rehabilitación, y también lavar los trajes de la nueva escuela de aérobicos de Rock Lee… ehm, sigue… Tranquila nena, que no voy ni en la mitad, luego tenemos que…

Pero Sasuke Uchiha no pudo terminar la lista, ya que una escoba se partió en su cabeza… misteriosamente.

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CONTINUARÁ.

 

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Palabras: 2179​

Nota: Seguro pensaban que había dejado atrás el fic, pero resulta que no xD´D Sé que me demoré mucho, pero espero no decepcionarlos con éste capítulo.​

Estoy algo oxidada, así que les pido paciencia y tolerancia con cualquier error que se pueda presentar.​

Éste chapter será principalmente de un Naruhina entre comillas, cargado de una sorpresita :3​

No es muy cómico, ya que la parte que se viene en la historia es algo más seria, y la comedia no cabe en algunas escenas, pero en un patético esfuerzo de hacer reír, aunque sea un poco, arremetí contra el pobre Gaara-kun.​

Mejor no digo nada más, lean. xD´D​

Espero les guste, y prometo que sacaré el siguiente más temprano. No me decido qué aspecto agregarle en mayor medida, creo que estoy dejando muy de lado la comedia, a veces podría aprovecharla más, ¿ustedes que creen?, ¿comedía, romance? Neh & Bueno, me callo.​

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Capítulo 18.​

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Se sentó en el suelo, mirándola con los ojos azules desbordando curiosidad y se dispuso a escucharla concentrando toda su atención en la frágil figura sentada en el viejo tronco frente a él.

Naruto la vio suspirar y, tras un momento de silencio utilizado para recolectar fuerzas y aclarar su mente, Hinata empezó a relatar su historia, la del clan Hyuuga, la historia que la involucraba a ella y a Naruto, la historia con la que todo empezó.


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Fragmentos de un clan. ​

Por: Hinata Hyuuga. ​

(Parte I) ​

-o-​

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Todos lo negaban, en especial mi padre y los altos mandos del clan, pero nadie nunca podría haber cubierto aquella verdad tan evidente, era como querer tapar el sol con un dedo y negar vehementemente y con convicción absoluta que aquél astro luminoso jamás había alumbrado nuestro mundo; era una mentira tan grande y una verdad tan obvia que resultaba ridícula.​

Aunque todos lo negaran, aunque el mundo gritara con voz unánime que todo estaba bien, todos sabían dentro de sí que todo andaba terriblemente mal: El clan Hyuuga se desboronaba lentamente… Aún hoy se deshace con lentitud, Naruto-kun.

Perdona si te aburro, pero es necesario que comience mi relato con un breve resumen sobre los problemas internos de nuestro clan; pronto te darás cuenta a lo que conlleva toda esta historia.

Ignoro totalmente de quién fue la maravillosa idea de partir mi clan en dos, por qué deben ser unos más importantes que otros y, más que eso, por qué la superioridad se define desde el nacimiento. No lo sé. Jamás estuve de acuerdo con eso; es más, creo que yo merecía haber nacido en la parte más recóndita del clan… Por qué soy la hija mayor del líder…

¡Por qué no se puede escoger el destino propio!

Deberíamos buscar el lugar en el que encajamos, por qué nuestra sangre define quienes seremos. No hay nada peor que tener que ocupar un lugar en el mundo por obligación.

A veces la mejor forma de luchar contra la corriente es seguirla por un rato con actitud sumisa y pasiva, como si ya nos hubiésemos rendido ante su magnificencia, y luego, de manera lenta y suave tratar de cambiar su rumbo.

Toda mi vida me había dejado llevar por la corriente, tragándome mi orgullo y suspirando con paciencia ante cada acto que me molestaba, pero ya las cosas llegaban a su límite. No era por mí, era por la gente…

Hacía poco tiempo que tuve que presenciar, junto con Hanabi, la horrible ceremonia de sellado en un pequeño Hyuuga de no más de cinco años de edad. Es demasiado sufrimiento, demasiado rencor en tan joven corazón. Neji-niisan no asistió, pero aquél niño me lo recordaba de una manera palpable… El pasado de nuevo hizo eco en mi cabeza.

También, la convivencia entre rama principal y secundaría había estado cambiando: ahora era más insoportable. Era imposible no ver el abundante odio que llenaba el ser de muchos secundarios, y también, el inigualable e intolerable orgullo y altanería de principales.

Pronto se desataría algo grande, y yo lo presentía.

Mis manos sudorosas deslizaron la puerta corrediza del salón de té, (donde mi padre disfruta de su poco tiempo libre, diariamente) y dando un paso al frente, saludé con una reverencia. Justo como esperaba, estaba él solo.

Su punzante mirada se clavó en mí. No la vi, pero cada célula de mi cuerpo la sintió, y un escalofrío jugueteó en mi espina dorsal al oír su voz.

—¿Qué pasa, Hinata?, ya no puedo ni tomar el té tranquilamente. Te he dicho que no me interrumpas, ¿entiendes? —.

Esperé con paciencia a que terminará y levanté la vista, deshaciendo la reverencia anterior.

—Lo siento, padre —tragué saliva y mis manos se frotaron en un impulso involuntario para controlar la aterradora e intimidante sensación que aquél hombre producía en mí—; D-debo hablarle de algo… algo que…que es verdaderamente importante.

Tartamudeé, sudé, me ruboricé y desvié la mirada. Mi esfuerzo por parecer confiada había fracasado, y de manera monumental.

—¡Háblame con seguridad, Hinata! —me reprochó duramente— ¡¿Vienes a presentarte ante el líder del clan Hyuuga con esa patética actitud?! —el ruido del choque entre la taza y la mesita me sobresaltó al instante y me hizo parpadear. Bajé la mirada—¡Definitivamente no tienes madera! Por eso…

Hizo una pausa voluntaria, aquella pausa que se hace para dar un importante aviso, una noticia que puede matar, algo fatal. Se levantó, dándome la espalda con fingida indiferencia, y habló más para él que para conmigo.

—Por eso es que he decidido que apenas cumpla la edad, Hanabi será la que guíe nuestra gran familia.

Un balde de agua fría.

Claro que no me era indiferente el hecho de que mi padre considerara a mi hermana bastante superior, pero de ahí a hacerla la sucesora había un gran trecho.

—Pero… Pero, padre… —mi pie dio un paso atrás, y mis manos se estrechaban en puños contra mí pecho, pensé que el corazón se me saldría o que dejaría de latir en cualquier instante. El bombardeo constante de sangre en mis sienes hacían eco en toda mi cabeza— Ella… ¡ella es la menor!

— ¡Y es mucho más eficiente que tú, Hinata!, eres una deshonra…

Añadió, mirándome por encima del hombro, y eso… eso fue más que suficiente.

Lo siguiente fue el sonar de una puerta y el correr de una joven, combinado con sentidos sollozos, mis sollozos.



No tengo idea de cuánto tiempo estuve corriendo, mis piernas simplemente tenían mente propia. Miradas de sorpresa y algunas de desprecio encontraba a cada metro que recorría. ¡Seguramente debía verme patética!

¡Tenía que encontrar a alguien! A quién, no sabía…, no quería que nadie me viera así.

Oía los gritos de Ho tras de mí al abandonar la mansión, me llamaba con clara preocupación en su voz, pero no me sentía capaz de correr a abrazarlo y contarle todas mis desgracias, aunque lo deseaba con toda mi alma.

—No, él no…

Seguramente él ya sabía sobre la decisión de mi padre, seguramente habría peleado por mí, pero seguramente no pudo hacer nada.

No quería que me viera en ese estado, no quería que observara aquella faceta de una Hinata humillada y derrotada, una idiota rechazada por su propio padre. Hubiera muerto si él me veía tan destrozada, tan horrible, tan débil. No quería que se sintiese decepcionado de su Hinata-sama.
Mi niñero, mi vigilante, mi compañero…No, Ho-kun significa mucho más para mí. Él es, bueno, él ocupa… un lugar irremplazable en mi corazón; es difícil de explicar, pero… pero yo siento por él algo especial, es como… como…, yo a él le debo tanto…

¡Yo amo a Ho-kun!


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Observó con dedicación cómo su pie jugaba con unas ramitas del suelo, y sus palmas se aferraron con fuerza al tronco en el que se hallaba sentada.

Al llegar a ese punto del relato, se había detenido. Su estómago se había contraído a tal grado que sintió nauseas, y una extraña sensación de adrenalina afloró en ella. Y es que todo había tomado un rumbo tan inesperado, acababa de confesar algo que ni siquiera ella misma creía saber; ¿Amar a Ho? Dios, jamás lo había pensado…

Repentinamente, una oleada de calor le azoto el rostro. Sucedió justo cuando la imagen del joven Hyuuga se había apoderado de su mente, ¡jamás había notado que él causará tal efecto en ella!

Se acordó que tenía un espectador y, sobresaltándose un poco ante su magnífico olvido, guió la mirada hacia éste. El rubio tenía clavado los ojos de diamantes en ella, su rostro totalmente sin expresión… Parecía mirarla a ella, pero no estaba muy segura. Tampoco estaba segura de si lo que había veía en sus cristalinos orbes era un rastro de tristeza o de profunda decepción.

—Y-Yo…

Pero calló al instante, Naruto parecía demasiado ensimismado. Ninguno habló. Ninguno se movió.

Al fin, largo rato después, el protagonista se levantó y le dio la espalda y, sin alejarse mucho del lugar en el que había estado sentado dijo con voz ronca:

—Así que… todo lo que tengo que hacer es parecerme más a ese tal Ho.

En su tono fue palpable el rechazo hacía el hombre con el nombre de una sílaba-el que amenazaba con robar el corazón de su tan bien amada doncella-, pero inexplicable e instantáneamente Hinata supo que Naruto tenía una sonrisa gravada en los labios.



Suna: despacho del Kazekage



—Gaara Joaquín Alfonzo VIII de los Meneses Sabaku No, hijo de Suna…

—¿Quién demonios se llama así?

—Es un nombre de idiota, así deberías llamarte. En realidad, padre quería nombrarte de esa manera… Agradécele a tu madre, Gaara-kun, ella se negó y sólo escribió en el acta de nacimiento: Gaara Sabaku No.

El pelirrojo bufó con molestia. ¡Qué malditas historias inventaba su hermano!, seguramente si Temari estuviera allí ya le hubiera dado un buen coscorrón. “Pero seguramente me daría uno más fuerte a mí”, pensó.

—Deja de joder, Kankuro —cortó fríamente al chico de la cara pintada, quién había seguido con una larga historia de “cómo Gaara-chan se salvó de que su padre le tatuara una frase obscena en su frente”, y se levantó de su pequeño trono para acercarse a la ventana. Suna se veía tranquila, igual que su rostro, pero su ser se agitaba con fuerza…

Kankuro rió con fuerza. —Es que eres un idiota, idiota, idiota, ¡El más grande que ha pisado la faz de la tierra!, mira que mandar a Matsuri-chan a una misión de la que volverá justo un día antes de la boda, y peor aún: ¡Ella ni siquiera sabe que se va a casar!; Hermano, en serio, dime en qué rayos estabas pensando.

—P-pensé que sería una buena sorpresa —balbuceó el kazekage, provocando aún más risas en su hermano mayor, ahora éstas acompañadas de burlones aplausos.

— ¡Bravo, señor Kazekage, rey y señor, emperador supremo de toda Suna! Déjeme decirle que usted ha ganado un nuevo título: “El más estúpido de las cinco grandes naciones”.

El marionetista salió justo a tiempo para evitar una ola de arena sedienta de sangre. Gaara aún oía sus risotadas y palabrerías sin sentido: El más estúpido de las cinco grandes naciones, ¡Soy un genio! ¡Kankuro, eres el más! ¡Ah ese Gaara es tan idiota…! ¿En realidad tenemos lazos de sangre?, puede discutirse ya que él es pelirrojo y yo castaño… ¡Oh, Temari es rubia! ¿Seremos familia?, ¡Quizás yo sea el adoptado!

Gaara suspiró, y apretó un pequeño botón en su escritorio.

—¿Qué desea, Gaara-sama? —se oyó la voz de una joven por el comunicador.

—Sayuri, manda un mensaje a Konoha. Quiero que Temari Sabaku No regrese ya mismo a Suna, es urgente.

—Claro, ¿algo más, señor?

—Así está bien, gracias.

Click.

¡Oh, Kami-sama! ¿De dónde vengo?, ¿adónde voy?, ¡¿Quién soy?... ¿Cuál es el origen de la arena?,¡¿Por qué mataron a Sócrates?! ¡Pobre Platón!

El kazekage cerró los ojos con paciencia. Pensar que aquél retrasado que gritaba en el pasillo era su hermano mayor…

Bueno, en parte era su culpa por haberle pagado aquellas clases de filosofía; le habían afectado un poco… Eh, no, él ya era así desde antes.


Mansión Hyuuga


—¡¿Qué Hinata qué?!

La residencia más grande y lujosa del clan Hyuuga retumbó, y hundió la cabeza entre los hombros, suspirando con pesadez; lo que se venía no era fácil. ¿Cómo demonios iba a explicar el hecho de que la heredera estuviera fuera de la aldea en un momento tan crucial y peligroso como era el que estaban pasando?

Simplemente Hiashi Hyuuga enloquecería.

—Hiashi-sama —contestó, sin atreverse a mirarlo a la cara—, fue una orden directa de Lady Tsunade.

Ahora sólo silencio. Uno, dos, tres, cuatro, cinco minutos. La sala del principal se parecía tan tranquila como el gran buda tallado en mármol fino que se encontraba delicadamente acomodado en un estante cuidadosamente tallado, pero la pasividad no dura para siempre, menos en aquella casa.

El mandatario se levantó luego de su asiento y caminó a paso firme, dirigiéndose a la puerta.
—Señor, Hiashi-sama, ¿a dónde se dirige? —preguntó, con el tono cargado de todo el respeto que pudo reunir en aquél momento.

El hombre no se dignó a mirarlo.
—Voy a dejar a Konoha sin líder.

Ho escuchó el sonido de la puerta al cerrarse y suspiró nuevamente apresurándose para alcanzarlo. En pocos segundos logró su cometido.

—Pero Hiashi-sama, Neji-san está con ella —avisó, mientras trataba de seguir su paso. El líder le mirópor el rabillo del ojo.

—¿Neji está con ella? —preguntó, notablemente más calmado—, ¿quién más fue asignado a la misión?

EL joven tragó saliva.

—Uzumaki Naruto.

—¡¿Quién?!

¿Cuántas veces había suspirado ése día?, quién sabe, pero uno más se agregó a su lista antes de salir nuevamente tras el jefe de la familia, quién apenas al oír mencionar aquél nombre había desaparecido por los numerosos pasillos de la mansión.

Sería algo digno de ver: el reclamo de Hiashi Hyuuga a Lady Tsunade.

No, no, no… Tenía que evitarlo, bueno, sí podía.

A veces sentía que era más niñero de Hiashi que de Hinata.

​

CONTINUARÁ.



Espero que les haya gustado. Quiero dar un agradecimiento muy especial a todos los lectores que han seguido el fic hasta ahora y doy mis más sinceras disculpas a todos ustedes por hacerles esperar tanto.
Siento que mi escritura a desmejorado, me encuentro oxidada, pero pondré todo mi empeñó para calcar todo mi ingenio y humor en cada una de las páginas de ésta historia.
No puedo dar más adelantos :3
¿Qué les pareció la confesión de Hina-chan? --Nya--
Bueno, bueno, ya debo parar.

"Me impongo a mí misma una severa censura"​