Historia larga Misión: Recolección [Trilogía: Una misión; Un futuro mejor 1]

Tema en 'Novelas' iniciado por Sonia de Arnau, 28 Julio 2013.

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  1. Threadmarks: Capítulo 14.- Dos cabezas piensan mejor que una
     
    Sonia de Arnau

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    Misión: Recolección [Trilogía: Una misión; Un futuro mejor 1]
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    Muchas gracias a @Víngilot, @Borealis Spiral y @Marina por sus respectivos comentarios.


    Capítulo 14
    Dos cabezas piensan mejor que una

    Sin duda se necesitaba de alguna buena estrategia para poder capturar a los White y efectivamente, teniendo eso en cuenta, Amber no había ido hasta ese lugar sin un plan en mente. Antes que nada tenían que acorralarlo, de esa forma tendrían ventaja cuando estuviera unos segundos en confusión.

    Primero, ante las ordenes de la maestro, Atur se movió al otro extremo mientras que Amber se mantuvo en su lugar. Segundo, Stan debía mostrarse amenazante para que de esa manera el White corriera hacia su lado contrario, donde Amber lo esperaría con la guardia “baja” y no la notara. Una vez en sus posiciones, Amber levantó el brazo, señal que le indicó a Atur que iba a dar inició el plan.

    Amber se fue contra el White amenazadoramente, y tal y como lo predijo, el animal peludo se alejó de ella hacia las garras de Atur que se mantenía atento en su posición.

    Funcionó” pensó impresionado puesto que había creído que el plan era muy simple para que cayera. Al tenerlo a escasos centímetros, se arrojó para tomarlo sin embargo, su sorpresa no cupo en sí cuando éste esquivó su ataque, por lo que sin poder evitar detenerse, Atur volvió a caer al suelo, arrastrándose entre la maleza.

    —¿Cómo es qué…? —Miró alejándose al White, lo tuvo prácticamente en su poder, golpeó el suelo con su puño—. ¡Maldita sea!

    Siguió las ordenes, ¿qué hizo mal?

    —¿Qué fue lo que te advertí? —Llegó Amber con tono molesto y las manos en la cadera.

    —Hice todo lo que me dijiste…

    —¿Entonces por qué leyó tu posición?

    —¡¿Y yo qué sé?! —meditó y se llevó las manos al rostro al darse cuenta de su error—. La Energía… yo, como solo así se capturan... —Estuvo concentrado en no despertar sus sentimientos de captura que olvidó que ellos sienten la Energía.

    —Acumulaste Energía en tus manos a nada de atraparlo, pero como son rápidos, ese par de segundos fue suficiente para sentirte y esquivar.

    —Así que debo usar mi poder cuando lo tenga mi poder —Se pudo de pie y Amber asintió.

    —Pero no te preocupes, mientras lo tengamos a la mira, volvamos a intentarlo las veces que sean necesarias. De nuevo, a tu posición.

    Atraparían al White de un vez si fuera ella quien lo atrapara y Atur quien lo amenazara, no obstante, ella quería que fuera él quien lo capturara, aprovecharía esa situación para que el rubio aprendiera a controlar un poco sus impulsos.

    Ubicaron al White, que lentamente se iba alejando de la granja aunque no lo suficiente para perderlo de vista. Era la tercera vez que lo intentaba y de nuevo, Atur cayó al suelo, ya tenía la barbilla, brazos y codos adoloridos hasta se le habían acabado las maldiciones. Se dio cuenta que era más difícil de lo que imaginó; la segunda vez de nuevo la Energía, la tercera su impulso de cazarlo, y esa vez fue su deseo de atraparlo. Se volvió a levantar mientras buscaba al escurridizo animal.

    ¿Cómo demonios se puede atrapar algo sin tener el más mínimo deseo o impulso de hacerlo?” pensó mientras observaba al White deteniéndose a cinco metros de él. “Es imposible” deseó decirlo, apretó la mandíbula, ¡claro que no! De su boca nunca saldrían esas palabras. “Debe haber otro método” le dio vueltas a ese pensamiento.

    Era absurdo, si alguien desea cazar o atrapar algo se piensa en eso sí o sí, ¿a caso debía atraparlo “accidentalmente”? Si la respuesta era esa, ¿cómo podría lograrse? ¿Cómo atrapó Amber aquel de la noche del bar?

    Algo cruzó por su mente al comprender algo. Se dio cuenta que sus pensamientos iban en una dirección errónea. Era cierto que cuando lo tenía cerca su instinto de cazarlo lo invadía y recordó las palabras de su maestra: “Cualquiera puede atraparlos, pero por ser fuertes y escurridizos, aun el más fuerte de los hombres no podría tenerlo por mucho en sus manos”. Los que poseían la Energía más evolucionada eran los únicos. Igualmente, recordó cuando estaban en el cobertizo, sus pensamientos estaban más enfocados en estar en propiedad privada que por cazarlo, por eso el White no despertó.

    Y luego, la noche del bar, que observó lo sucedido a distancia, vio como Amber se acercó mucho a él y no fue hasta que utilizó Energía para tranquilizarlo que se movió violentamente. El rubio se rascó la cabeza, estaba apunto de llegar a algo muy interesante, algo lógico que se le escapaba y comenzó a desesperarse al no poder llegar...

    —Arturo, ¿estás bien? —preguntó Amber mirándolo, arqueando la ceja, desde hace rato que estaba muy serio—. ¿Quieres que cambiemos de…?

    —Ya sé como atraparlo —soltó—. Intentémoslo una vez más. Esta vez, tengo la sensación de que podré capturarlo —Y sin más corrió hacia el otro extremo.

    Amber sonrió, no comprendió lo que haría pero esa vez su seguridad y confianza le gustó, la sintió mas válida. Así fue, lo intentaron de nuevo. Amber y Atur se mantuvo en su posición, la mujer se acercó al White y éste, al sentir la amenaza, se dirigió hacia donde Atur, quien no hizo nada para detenerlo, lo dejó pasar.

    Amber se extraño, ¿no había dicho que iba a capturarlo la próxima vez? No evitó sonreír de oreja a oreja, “Así que ya te diste cuenta” pensó, orgullosa, “Cuando dije cualquiera, en el ‘cualquiera’ entran los niños pequeños. Quienes son los más inofensivos.

    Amber se dio cuenta de eso muy tarde; siete meses. El primer y único White que capturó sola le resultó una odisea, y sin embargo, fue una pequeña de cuatro años quien se acercó lo suficiente a él para acariciarlo. Fue desde aquel día en que se dio cuenta que estaba trabajando mal. Fue tarde para ella pero, saber esos datos facilitaban a Arturo y a Brad en capturarlos.

    Una segunda vez, una tercera y hasta la cuarta fue que se lanzó a él, incrédulo al sentir su pelaje entre sus manos, gritó eufórico que lo había conseguido, pero éste escapó de su poder porque se movió con una fuerza increíble y como jabón mojado se escapó, era más fuerte de lo que pensó.

    —Atur…

    —Demonios —soltó y miró a Amber—. Lo subestimé, me puse feliz de tenerlo que perdí la concentración. Una vez más —dijo un poco más animado.

    Cada vez que lo tenía se movía de sus manos con brusquedad que se le escapaba, cuando estaba en el suelo se comportaba, pero una vez en los brazos era cuando se movía para zafarse. Se dio cuenta que solo, por ahora, no podría dormirlo, así que cuando lo volvió a tomar, se acercó a paso veloz hacía Amber quien sin pensárselo dos veces lo ayudó a calmar al animal y como si le hubieran dado una pastilla, éste se quedó dormido. Y en unos minutos sus esfuerzos dieron resultado, por fin dominaron a la bestia.

    Hubo un silencio, el aire de la noche los refresco y Atur por fin pudo sentirse calmado.

    —No bajes la guardia —advirtió Amber al notar que se estaba relajando.

    —¡No lo haré! Pero… —se sentó —, si tomaré asiento.

    —Claro, te lo mereces —dijo Amber sentándose a un lado de él—. Hoy has hecho un excelente trabajo, estoy orgullosa.

    Atur resistió expresar su alegría ante las palabras con una sonrisa, carraspeó mientras desviaba la vista hacia arriba.

    —No fue tan difícil lo capturamos en una noche.

    —Es cierto.

    El cielo comenzó a tornarse en un tono amarillo, naranja y rojizo, lo que indicaba que pasaron toda la noche en vela, por eso estaban completamente agotados, no obstante, aquellos hermosos colores en ese momento se les antojó verdaderamente bello y no porque fuera la primera vez que los veían, era porque los dos, por diferentes razones, se sentían satisfechos y alegres.

    —Solo faltan cuatro más.

    —Y si Brad y Stanley capturan el otro, solo nos faltarán tres —añadió Amber y luego se levantó, invitando al joven a hacer lo mismo. Habían acabado con su cometido, era hora de regresar al campamento y descansar porque bien se lo merecían.

    ***​

    Brad y Stanley se habían ido montados en caballo. Stanley Hugo tenía una caballeriza, los entrenaba, aunque ese solo era un hobbie, como la caza, porque se ganaba el sustento siendo el dueño de dos hoteles en ciudad Gram.

    —¿Tienes familia, Stanley? —preguntó Brad.

    —Sí, la tengo.

    Brad se sorprendió, no se lo imaginó porque cuando se quedaron en cada de él no se vio nada que delatara su matrimonio, aunque debía ser obvio porque Stanley se observaba un hombre serio y trabajador.

    —Estoy casado, tengo una hermosa esposa y mi gran tesoro, mi pequeña de tres años y mi futuro hijo.

    —¿Vas a tener otro niño? Eso es maravilloso. Me encantaría conocerlas.

    —Y a mí me encantaría presentártelas, seguro que les agradarás, si a mi hija le cayó bien Atur, a ti te amará, seguro —comentó entre risa—. Me gustaría estar en el nacimiento de mi segundo hijo.

    —¿No viven en Gram?

    Él negó y luego añadió:

    —Ellas están en ciudad Elen, yo viajo a Gram de vez en cuando y me quedo ahí por lo menos unos cuantas días en mi casa, para echar una vista a mi negocio. Espera —dijo deteniendo al caballo y haciendo que Brad hiciera lo mismo. Stanley sacó el mapa que le facilitó Amber y al cerciorarse, se dirigió a Brad—. A unos cuantos metros más llegaremos a nuestro destino.

    Se movieron hasta cierto lugar y poco después, los dos bajaron de los caballos, lo primer que hizo Brad fue mirar a su alrededor, se extrañó al ver que más adelante el camino continuaba y no parecía terminar pronto.

    —Es por allá —Stanley apuntó su lado izquierdo hacia un lugar lleno de hierba alta—. Dejaremos los caballos aquí, ellos no pueden cruzar, además de las ramas y hierbas, hay una pendiente que dificultaría a los caballos, por lo menos estos caballos, si Preciosa estuviera, ella es si que lo haría.

    —A mi me impresiona, esa yegua es muy inteligente.

    —Podría decirse que es mi primer amor. Gracias a ella es que amo a los equinos.

    Mientras Stanley amarraba bien a los caballos, Brad desató el par de palas que llevaban, y luego comenzaron a caminar hacia el punto.

    —Por lo que veo estás muy consciente de lo que ocurre —dijo Brad, refiriéndose a todo eso de los White y Poewo.

    —No en todo, pero sí más o menos.

    —¿Sabes lo que es en realidad Edwin?

    —¿Un futurista alienígena? Sí, lo sé. Creo que no será un problema que te cuente como es que lo conocí —Miró al joven con una sonrisa, evidenciando emoción, y prosiguió a contar su historia—: Fue más o menos catorce años atrás, estoy hablando de hace catorce años, yo era un adolescente en ese tiempo. Él llegó a Gram junto con un niño, pidió cobijo a mi padre y teniéndole un poco de lástima por él, o mejor dicho, por el pobre hambreado que lo acompañaba, lo alojamos en casa. El tiempo transcurrió y como solo mi padre y yo vivíamos allí, les rentamos una habitación.

    “No me parecía extraño que él le enseñara algunas técnicas raras al niño que lo acompañaba, pero yo no preste atención a eso. Poco años después me pareció aún más extraño que el niño hiciera cosas raras, afuera en el patio, Edwin se dio cuenta y me comentó que el poseía Energía y me explicó más o menos lo que era.

    —¿Y no dudaste eso?

    —Parcialmente, quizá —meditó un poco e intentó recordar lo que pensó aquella vez—. Es que ya había escachado algo parecido por mi padre. En uno de sus viajes a la India, se encontró con un maestro de Sakti, o lo que usted llaman Energía, y que ese maestro podía hacer grandes hazañas, parecidas a las que hacia Atur. Así que no me extrañó del todo, el mundo es grande, hay muchas personas en él. Y entre esas conversaciones Edwin me contaba sobre una misión, un peligro venidero, y que él era una especie de guardia que venía del futuro para salvar a la humanidad, eso si que ya no le creí, pensé que estaba loco.

    Brad rio, era lo más lógico.

    —¿Y cómo fue que te convenciste al final?

    —Muchacho, Edwin terminó diciéndome todo abiertamente, para ese momento ya había entablado una amistad, aunque era agradable, si pensaba que tenía problemas. Pero mira, las cosas como son, los años transcurrieron, Atur creció, yo envejecí, mi padre se mudó y murió, y Edwin… Ah, Edwin, sigue tal cual el primer día en que llegó a pedir hospedaje. Ningún solo cambio. Ninguna cana. Ninguna arruga. Eterno treintañero. Así que, sin darme cuanta, poco a poco me fui envolviendo en sus planes hasta… hasta este punto —Con eso último sonrió irónicamente.

    Brad se impresionó de escuchar su relato, peculiar manera de conocerse y de llegar a ser parte del equipo de los justicieros del planeta tierra. Al bajar la pendiente, Stanley comenzó a buscar algo entre los árboles hasta que encontró uno que tenía una profunda marca.

    —Debajo de este árbol está el White.

    —Así que está enterrado, por eso trajimos las palas —Miró al mayor comprendiendo—. Bueno, manos a la obra —dijo entusiasmado, tomando una pala para comenzar a escarbar.

    —Un dato que me contó Amber fue que no deberías tener instinto de cazador —El castaño asintió—. Y también me repitió que una vez el White estuviera afuera, yo debería ir tras él, y tú deberías atraparlo —Brad volvió a asentir—. Ah, y que por ser tú, lograrías atraparlo con mucha fácilidad.

    —¿Así te lo dijo?

    —Así como lo escuchas.

    Brad solo rio ante el comentario. Amber iba a un paso adelante, era muy ingeniosa, por eso decidió hacer esos grupos. Pasaron las horas, y los dos estaban cansados de escarbar. Brad se detuvo un minuto mientras bebía agua y volvió a ver su alrededor, era el tercer agujero que empezaban.

    —Por la circunferencia del árbol, será difícil saber a que distancia y altura está —suspiró—. Lo malo es que no puedo sentirlo. Sería más fácil si supiera exactamente donde está.

    —Eso quiere decir que, todavía estamos lejos de él —comentó —. Eso dijo Amber, que si logras sentir un poquito es que estás cerca. Quizá tardemos dos días. Traje suministros para tres días, pero no creo que el agua aguante tanto.

    Brad intentó volver a concentrarse para ver si podía detectar aunque sea un poquito al peludo animal. Tocó el suelo con la palma, cerró los ojos e intentó concentrarse. Sería más difícil de lo que pensó y meditar en eso hizo que se maravillara mucho más por su maestra, debió ser difícil poder localizarlos. Localizó a seis de ellos, y aunque faltaba uno, hizo un excelente trabajó. La admiró todavía más.

    —Iré por más agua —comentó el mayor mientras se dirigió adonde los caballos. En eso, se escucharon a los caballos relinchar con fuerza— ¡Salteadores! —gritó molestó mientras aumentaba la velocidad para evitar que se robaran las cosas o peor aún, a los caballos.

    Sin embargo, Brad abrió los ojos con gran sorpresa al sentir como un escalofrío invadió su espina dorsal. Corrió hacia el varón y lo detuvo.

    —¡No vayas, Stanley, son poewos!

    Fue demasiado tarde, la advertencia solo provocó que el poewo se dieran cuenta de su localización y se dejó ver entre la hierva. Los habían encontrado, ¿qué tan bueno podría ser eso?



    White capturados: 3
    White restantes: 4


    . . .​
     
    Última edición: 7 Diciembre 2022
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    Marina

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    Tauro
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    Vaya, vaya, vaya, por fin Atur tuvo la dicha de capturar un White y de verdad, me gustó como la master aprovechó la oportunidad para seguir aleccionando a su alumno el que finalmente comprendió esa enseñanza, pero le sirvió mucho el meditar en los sucesos anteriores y bien, me quedó claro que la meditación sí que es genialosa. La satisfacción que debió sentir Amber al ver el progreso de su pupilo, sería muy animadora, además, el comprobar que Atur, a pesar de su brioso carácter, aprende muy bien xD

    Ahora, por otro lado, las mismas preguntas que le hizo Brad a Stanley, has de cuenta que fue como si yo las hiciera, aunque sigo sin saber por qué se pierde esos días, pero en la explicación que le dio el hombre a Brad, comprendí más claramente como es que Atur ha estado al lado de Edwin desde que este era muy niño. Me gustaría conocer la procedencia de Atur, ¿quién es exactamente? Por que si no es hijo de Amber, no creo que tampoco lo sea de Edwin, ¿o sí? Ammm, divagaciones mías xD

    Pero... ¡nooooo! allí llegaron los Poewo, y no creo que Stanley sepa sobre artes de combate, por lo tanto, Brad está solo. ¿Qué va a hacer? ¿Los enfrentará? ¿Huirán? ¿Lo dejarán huir? Y ese White, ¿también sintió a esos Poewo? ¿Saldrá de su escondite para huir? Porque si los Poewo están ahí, es porque seguro saben la ubicación de ese White... oh, ya quiero saber qué va a pasar, así que por aquí estaré pendiente del que sigue.

    ¡Que no le pase nada a Brad... ni a Staley! ¡Que esos Poewo no se lleven al White!

    Nos vemos. TQM
     
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    Víngilot

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    Virgo
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    Hola, chica! Vaya manera de atrapar al white! Nunca hubiera creído una manera tan "sencilla"! Yo que me imaginaba toda una odisea vertiginosa tras la criatura y mira que más bien consistió en tranquillizar cuerpo y mente, con Amber no hubo problema, pero Atur ha demostrado ser un alumno estrella y estar dispuesto a esforzarse por mejorar, su carácter no es precisamente el de tomar una actitud paciente y suave y lo hizo batallando contra su personalidad. El equipo va tomando forma. Además me agradó como percibió el amanecer después de una ardua jornada y sabes, tiene la razón, cuando has trabajado de noche, especialmente en chambas pesadas, el amanecer te sabe a gloria pues significa descanso y belleza, sólo falta un buen café.
    Y respecto a la otra pareja qué bien que se ha develado ese secreto aunque me quedé en ascuas con eso de que "Amber es..." ¿qué? ¿un viajero del tiempo, un e.t., un poewo convertido al bien? Yo pienso que va a ser uno de los primeros. Y precisamente, otro episodio con zombies-poewo se nos viene para el próximo, eso me va a encantar, ahora Brad ya está más entrenado y su acompañante es un derroche de poder y control, creo que a las criaturas les va a ir muy mal aunque a su favor tienen el territorio pues nuestros héroes se encuentran en el despoblado y eso va a contar bastante en su contra, considero yo.
    Buen capítulo, chica, aquí estaremos pendientes del próximo que sé que va a estar de lujo, un placer, que estés muy bien, bye!
     
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
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    Ya vien ¡yey! Aunque... la verdad no estoy segura de qué comentar; como que ando floja en ese aspecto, así que a ver que sale, ¿okis?

    Ya veo, se necesitan dos personas para agarrar a esos Whites, ¿eh? Por un momento pensé que Atur se daría por vencido al ver que por más que se esforzara por aminorar sus anisas de cazarlo, no podía del todo y al final la jugada no les salía bien. Sin embargo, me sorprendió que lejos de eso, el rubio continuó paciente hasta que lo consiguió y lo atrapó, jajaja. A pesar de que sigue siendo Atur, se ve que poco a poco empieza a hace cambios y eso es genial xD

    Ah, en cuanto a Brad, siempre admiraré la facilidad que tiene de converzar con otros... o más bien dicho, la facilidad de interrogar a otros xD Sí que es preguntón, pero hey, se nota que le gusta aprender y es mejor interrogar a quedarse con la duda, que no sea como yo lol. Ya sé un poco más de Stanley también, aunque me preocupa que no sepa mucho de todo el asunto de los Whites, o sea, sí sabe, pero no sabe cómo cazarlos, o sea, no está entrenado y eso seguro les va a complicar las cosas ahora que hay amenazas o.o Los Poewos han llegado y seguro con ganas de atrapar a la bolita peluda, por lo que no sé por qué pienso que ese White se les va a escapar, ¡ups!

    Y nada, como siempre, chido leerte y espero el siguiente capítulo pacientemente y sin más que añadir, me despido y te cuidas =) Que todavía queda pendiente lo de quién es Amber y que me ha causado muchas más ganas de saber al leer las suposiciones de Víngilot, pues para nada que se me había cruzado esa posibilidad por la cabeza xD No hay duda, la imaginación no tiene límites. Ahora sí:

    Hasta otra.
     
    Última edición: 18 Mayo 2015
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  5. Threadmarks: Capítulo 15.- Rostro a rostro con la muerte
     
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Hola, gente amada que sigue esta loca historia. Por fin, la pelea de Brad con un Poewo, ¿a quién le van? Hagan sus apuestas antes de leer el comentario. No voy a mentir, se me hizo un poco difícil de escribirla y hasta admito que quizá le falto 'algo' para que este completa. Por ello les digo que pueden decirme en que puedo mejorar, si les gustaría que fuera así o asá, o simplemente lo que imaginaron, lo que sea es bien recibido, soy toda oídos y no me molestaría para nada, al contrario, lo agradecería.

    Y por supuesto, cualquier falta que tenga, son libres de decírmela.

    Agradezco enormemente a @Marina, @Víngilot y @Borealis Spiral por sus comentarios y por el apoyo que me dan en este proyecto.


    Capítulo 15
    Rostro a rostro con la muerte


    Brad, con la respiración entre cortada, observó en completo silencio al poewo. Tal vez era el momento para demostrar el resultado de su entrenamiento. No pudo evitar dar un paso hacia atrás cuando el poewo lo miró fijamente. Lo primero que se le vino a la mente fue en atacarlo. Aunque su mayor preocupación fue que no estaba solo; estaba preocupado por su compañero quien no podría pelear mano a mano con uno de ellos.

    Tragó saliva.

    Escucha con atención lo que voy a decir, Brad” recordó las palabras que Amber le dijo antes de aventurarse a ese viaje, “Ocurra lo que ocurra, si te encuentras en peligro, si llegaran a encontrarse con un Poewo, no dudes en salir corriendo. No importa que no consigas atrapar al White. Sus vidas valen más”. Y remató con un, "¿Lo comprendes?"

    Lo comprendía. Aunque Stanley fuera mayor, Brad era quien estaba a cargo de la misión y por ende, era quien debía mantener a salvo a su compañero. Lo primordial era salir de ahí ilesos, o por lo menos que Stanley lo hiciera.

    —¡Corre! —ordenó el joven al momento que corrían a esconderse detrás del árbol.

    Stanley intentó tranquilizarse, respiró e inhaló profundamente, se llevó la mano al corazón quien amenazaba con salirse del pecho, estaba impresionado y asustado. Pensó que se trataba de una persona normal y si no fuera porque Brad se lo advirtió, nunca pensaría que se trataba de uno de esos monstruos.

    Por el contrario, Brad se asomó cuidadosamente, su presencia le indicaba que continuaba en el mismo lugar, sin embargo, había otro más arriba, donde habían dejado a los caballos. Volvió la vista a su compañero quien estaba nervioso.

    Tenía que hacer de carnada y no solo de ese, también del de arriba si quería que Stanley llegara con bien a los caballos.

    —Te haré paso entre ellos —susurró al mayor, quien solo pudo asentir. Se preparó para salir y enfrentarlos—. Bien, saldré ahora y cuando te diga que corras, corres.

    Brad salió a enfrentarlo, esperando su ataque, mas su sorpresa no cupo en sí al ver que aunque se acercó mucho el Poewo, éste no hizo nada. Brad se detuvo.

    ¿No piensa moverse?” se preguntó al notar que continuaba en el mismo lugar, tan solo lo miraba fijamente. Por alguna extraña razón le entró miedo; miedo de notar la tranquilidad reflejada en los ojos de ese ser. ¿En qué estaba pensando? No evitó ponerse todavía más nervioso porque esperaba su ataque. Retrocedió lentamente, sin quitarle la vista, y echó un vistazo a sus lados, esperando a que algo ocurriera.

    El otro poewo continuaba en el mismo lugar.

    Algo no estaba bien. Eso no era normal en ellos, o eso creía.

    El joven dibujó una mueca de disgusto, estaba comenzando a sudar frío, intentaba encontrar una respuesta lógica al actuar del extraterrestre. Podía atacar. Si estuviera Atur ahí, él hubiera atacado sin pensarlo dos veces, pero Brad no porque tenía una corazonada. Algo iba a ocurrir. Brad abrió los ojos de par en par al ver como una sonrisa se dibujaba en los labios del Poewo.

    Stanley” pensó Brad, preocupándose, al comprender las verdaderas intenciones del enemigo. Querían atacar al humano indefenso. Ellos sabían que Stanley no poseía Energía y era el blanco perfecto. Brad apretó el puño al sentirse acorralado. ¿Qué iba a hacer?

    —Brad —le habló Stanley desde su posición. Brad se inclinó un poco sin dejar de prestar atención al enemigo—. Quizá no me mueva ni pelee como ustedes —continuó al momento que desenfundaba una pistola—, pero tampoco pretendo quedarme con los brazos cruzados.

    El joven observó con asombro el arma del mayor.

    —Debes tranquilizarte —Por alguna razón las palabras le fueron un refrigerio como si se tratara de un oasis en medio del desierto; sintiendo como la carga de hombros se aligeraba—. No te exasperes, ni te alarmes, eso es lo que quiere, que pierdas el control.

    Mientras se tenga vida, hay solución para todo”. Recordó las palabras de su padre y con aquel apoyo moral se tranquilizó un poco.

    Leyendo las intenciones de Stanley al ver que éste apretaba la empuñadura de la pistola, los dos se miraron, asintieron y Brad gritando en son de llamar la atención, se fue contra el Poewo quien se giró al verlo pero a la vez desvió la vista al ver que Stanley salió corriendo e iba a irse contra él, no obstante, el varón le disparó en la pierna, provocando que se distrajera y así Brad lo remataría con un puñetazo en el rostro. El poewo esquivó el ataque rápidamente, mas Brad continuó corriendo porque su prioridad por el momento era llevar a salvo a Stanley a los caballos.

    Llegaron al otro lado solo para darse cuenta de una tragedia, los caballos habían sido brutalmente asesinados. Brad cerró los ojos con fuerza, debió imaginarse que eso iba a ocurrir, no iban a dejarlos escapar fácilmente, fue un ingenuo al pensar que sí. Stanley se acercó a paso lento, incrédulo, sus amados animales había sido decapitados.

    —Qué salvajes —dijo en voz baja y ronca mientras evitaba llorar.

    —Stanley… —Sintió el dolor de él pero tenía que sacarlo de ahí. Su vida corría peligro—. Stanley, debemos irnos ahora.

    El joven se giró al sentir la presencia de un Poewo, del segundo, demasiado cerca de ellos, al aparecer de la nada, pues así le pareció, detrás de Stanley, Brad reaccionó rápidamente y utilizó el brazo para detener el ataque del enemigo. Brad gritó al sentir el fuerte impacto.

    —Brad… —No supo lo que ocurrió, había sido tan rápido.

    —Escóndete —dijo Brad entre dientes—. No te preocupes por mí, yo estoy bien. Si tienes la oportunidad, no dudes en irte.

    —Lo siento —Se disculpó el hombre mientras hacía lo indicado y se escondía detrás de los árboles y hierba. El Poewo iba a seguirlo pero fue detenido por Brad.

    —Aquí está tu contrincante, bestia —dijo y luego se asombró al detallarlo mejor; tenía una cicatriz en la cara en forma de V. Aquel poewo era uno de los desaparecidos de la noche del bar.

    Sintió arder su alma.

    Entonces el poewo alzó la pierna y Brad levantó los brazos para usarlos como escudo. Y la fuerza fue tanta que obligó a Brad retroceder hacia un lado, deteniéndose cuando su espalda alcanzó a chocar en el tronco de un árbol. Sintió un pequeño pulso en el brazo pero afortunadamente utilizó Energía para protegerse por lo que el golpe no fue tan fuerte. Por el contrario, el Poewo no perdió el equilibrio tan solo se alejó del joven a escasos metros, no sufrió ningún daño.

    Brad miró a su frente para no perder de vista a su enemigo quien lo miraba con ojos sedientos de sangre. El Poewo se fue contra él mientras Brad impulsándose a un lado se alejó del árbol y fue allí donde escuchó un extraño sonido. Con vista fugaz observó hacia abajo, se escuchaba como alguien removía la tierra. El Poewo que dejaron atrás estaba escarbando. Brad intentó ir a ese lugar pero fue detenido por el otro quien se movió a su frente. Ambos se enfrascaron en una pelea de puño a puño, el Poewo esquivando todos los ataques llenos de Energía.

    El Poewo sacó un cuchillo pequeño e iba a clavárselo, Brad esquivó el ataque aguantándose la respiración y sudando la gota gorda, debía de admitirlo, le tenía mucho miedo a las armas punzantes. Sus ojos dejaron de prestar atención al enemigo para enfocarlos al cuchillo que se movía amenazante entre las manos del extraterrestre. Volvió a irse contra él y Brad volvió a alejarse, podía pelear cuerpo a cuerpo pero a la hora de luchar contra un arma, no evitó ponerse nervioso. Sacudió la cabeza para olvidarse de esas cosas, volvió a poner atención a su contrincante, no dejaría que eso entorpeciera sus movimientos.

    Se armó de valor y se fue contra el enemigo quien lo recibió con un tajo en el brazo, Brad apretó la mandíbula para no gritar a la vez que le daba un izquierdazo. El poewo chilló con dolor pero sin dejar de atar al joven y al recordar algo, Brad juntó, como si su mano fuera un imán, las piedras más cercanas y detuvo el ataque sin lastimarse para luego rematarlas en un fuerte golpe en la cabeza del enemigo, con tal fuerza que algunas rocas se partieron en dos.

    Brad corrió para detener al otro Poewo.

    Ya había alejado a los poewos de Stanley, por lo que imaginó que éste había huido al pueblo más cercano. Así que su plan consistía en deshacerse de ambos poewos y si tenía suerte, capturar al White, sino, por lo menos evitaría que ellos lo agarraran. Al llegar a donde el extraterrestre, Brad se fue contra él sin pensárselo, no obstante, el poewo se giró y se defendió con la pala que tenía, pero al imaginarse ese desenlace, Brad había tomado la otra pala y ambas palas chocaron. Se enfrascaron en una pelea de pala a palas hasta que Brad vio la oportunidad de golpearlo en las costillas. El enemigo detuvo el ataque, el joven se sorprendió al ver como la mano de él empezaba a chamuscarse, había frenado el ataque a propósito.

    El poewo levantó la pala para golpear la cabeza de Brad, y por impulso, Brad alzó su mano izquierda como escudo y aunque evitó que el golpe evitara dañar su cabeza, sintió, y hasta juró escuchar, como los huesos de su mano se rompían. Quedó aturdido y dio pasos hacia atrás como si estuviera borracho mientras intentaba poner completa atención a su alrededor. Un sonido irritante invadió su oído, su brazo quedó inhabilitado y su vista se nublaba poco a poco, iba a desmayarse.

    Observó de reojo como el poewo de la cicatriz en la cara comenzaba a escarbar bajo el árbol. Y aunque quiso irse contra él, recibió un puntapié del otro enemigo en su barbilla, cayó al suelo y escupió sangre. Intentó ponerse de pie, pero de nuevo recibió otro golpe que lo volvió a tirar al suelo.

    Se giró para quedar de rodillas y volvió a toser dejando manchas rojas en el suelo. Pretendió ignorar el dolor del brazo, a la vez que volvía a ponerse de pie pero volvió al suelo cuando el enemigo lo pisoteó por la espalda. Brad dibujó una mueca de dolor sin saber si se debía al brazo, espalda, tórax o barbilla.

    Continuaba ese molesto sonido en su cabeza.

    Continuaba azorado.

    Debía pensar en como zafarse si no deseaba morir ahí mismo. Gritó una vez más, sumándose otro y otro alarido consecutivo cuando el poewo lo pisoteaba sin compasión alguna. Le rompería la espalda. Debía detenerlo con una técnica que Edwin le enseñó, pero primero debía hacer algo. A unos cuantos centímetros de él vio una piedra lo suficientemente grande, eso funcionaría por ahora, estiró su brazo para alcanzarla pero el poewo pisó su mano para evitar que la tomara.

    Brad bramó con gran dolor pues había sido su mano rota, sin embargo, ante todo pronóstico, su rostro dibujó un sonrisa porque era lo que quería, el poewo se dio cuenta de su intención demasiado tarde, Brad había reunido Energía en su otra mano y lo tomó del pie para quemarlo. Brad se puso de pie para tomarlo de la cabeza y girándose sobre su eje, quedó a su espalda y le dio un codazo con Energía en la nariz al poewo, provocando que el individuo gritara al no solo romperse la nariz sino al serle completamente chamuscada.

    Brad, quien no soltaba a su enemigo, con las dos manos asió con fuerza el brazo y lo jaló hacia adelante mientras se inclinaba un poco, utilizó su espalda como un apoyo para impulsarlo al suelo haciendo que el poewo cayera de espaldas.

    Brad no dejó que se recuperara. Era hora de darle fin a eso. Concentró mucha Energía el su brazo bueno y antes de que el poewo pidiera ponerse de pie, Brad puso su mano extendida sobre el estómago del enemigo y expulsó toda la Energía acumulada, haciendo que éste aullara al sentir como la Energía recorría su cuerpo, retorciéndose en el suelo como si se tratara de una lombriz.

    El castaño vomitó. Un mareó lo asaltó. Estaba perdiendo equilibrio debido al golpe que sufrió con la pala, había sido peor de lo que imaginó. No podía creer que todavía podía mantenerse en pie. Estaba completamente adolorido y cansado, ese último ataque lo debilito. No obstante, la incredulidad de Brad se manifestó al ver como el Poewo, todo chamuscado, se levantaba como si se tratara de un muerto viviente, y lo abrazó con una fuerza descomunal con el propósito de romperle los huesos y agotarle las fuerzas.

    Brad intentó zafarse moviendo sus brazos para liberarlos. Comenzó a sentir calor. Brad aplicó Energía, pero el cuerpo chamuscado del poewo estaba quemándolo también. Exclamó al sentir su piel arder como si ácido o aceite caliente se derramara en su piel. Estaba acorralado. El aire le comenzaba a faltar. ¿Era su fin? Iba a morir de esa forma.

    Recapituló la confrontación y se sintió patético porque se dio cuenta que cometió muchos errores. Desaprovechó muchas oportunidades. ¿Qué podía hacer en su estado? ¿Qué harían Amber o Atur? Sonrió irónico; en primer lugar ellos nunca hubieran llegado a ese estado.

    Estaba perdiendo fuerzas pero desistía de perder, previendo eso, el poewo lo soltó pero tan rápido como lo hizo, le dio un desgarrados derechazo en el rostro mandándolo a volar, literalmente, hasta el otro extremo. Su labio inferior palpitó de dolor mientras un hilo rojo bajaba por su nariz y por si fuera poco, el enemigo le dio una patada seguido de un puntapié. El castaño tal y como sus sentidos le permitieron quiso ponerse de pie y lo hizo, e intentó defenderse golpeándolo, pero sus golpes eran livianos y sin ninguna fuerza.

    De nuevo, el poewo lo usó como mero saco de boxeo.

    Continuaba de pie. Y un desgarrador grito salió de su garganta cuando el Poewo lo agarró del hombro y le clavó los dedos, abriendo su piel y hundiéndolos más, lo obligó a ponerse de pie. Continuaría utilizándolo como saco de arena. Irik gritó al momento que intentaba sacar los huesudos dedos de su hombro pero éstos se hundían todavía más. El poewo dibujaba una mueca de excitación al tiempo que se movía hacia adelante y hacia atrás, exigiendo a que Brad hiciera lo mismo. Los gritos, susurros y respiraciones desesperadas eran música para sus oídos.

    Brad sintió terror al observar con detenimiento aquella bestia in-humana. No solo su piel derretida que dejaba ver músculo y uno de sus ojos casi fuera de su cuenca le hacían verse aterrador; de conocer tan cerca y ser testigo de la naturaleza agresiva y sádica de los Poewo le provocó muchos escalofríos.

    Los Poewo no solo gustaban de asesinar, gustaban de torturar y hacer gritar a sus presas.

    Ante todo, Irik trató de no cerrar los ojos, sería completamente su fin si lo hacía. Se dio cuenta de algo; en toda esa semana él había adquirido más fuerza y más control con su Energía, Amber se lo dijo, había mejorado mucho y él podía sentirlo, no obstante, la realidad lo golpeó ante esa confrontación. Los Poewo no solo eran endemoniadamente más fuertes, eran el doble de resistentes pero sobre todo, tenían una enorme ventaja: podían hacer cuanto desearan con el cuerpo que usaban pues no les importaba dañarlos, fracturarlos, quemarlos, los exprimirían hasta la última gota, después de todo, los cuerpos humanos eran simplemente instrumentos.

    ¿Cómo podía luchar contra esa inhumana situación?

    El Poewo lo tomó del cuello y comenzó a estrangularlo, lo mataría lenta y dolorosamente.

    Encontrándose en ese penoso escenario; amargado a más no poder por no haber logrado llegar más lejos, el no haber conseguido huir de ellos, el no haber protegido al White, el haber decepcionado a su maestra, por no haber derrotado a un Poewo… lamentando no volver a ver a Lana. No supo si era buena o mala señal pero a su mente vino su figura. Ya no volvería a ver su sonrisa, su cuidado cabello, sus deslumbrantes ojos como la misma agua cristalina.

    ¿Acaso sus cielos se nublarían cuando se enterara que murió? Algo vino a su mente, el recuerdo de su madre y su padre, aquello hizo se abriera los ojos pasmado. Lo menos que deseaba era que ella llorara por su causa.

    —“Hoy es un bonito día, cuando veo las nubes me acuerdo de ti. Añoro el día en que vuelva a ver tus ojos” —susurró mientras observaba, con vista borrosa, al extraterrestre levantaba el brazo a la altura de su corazón para finalizar con un último golpe.

    No iba a dejar de darlo todo para salir de allí, con fuerza de flaqueza levantó el brazo derecho y agarró la muñeca que pretendía arrebatarle la vida y con todo lo que tenía empezó a empujarlo fuera de su alcance, luchando por su vida. No sabía por cuanto podría estar así, pero no desistiría hasta que definitivamente ya no pueda mover ni un músculo.

    Y entonces, como si sus silenciosas suplicas se hicieran realidad, llegó la ayuda. Una ayuda en forma de munición. La bala perforó la espalda del poewo, quien se giró para ver a Stanley, sin embargo, no soltaba a Brad, por lo que el mayor, quien disparó a quemarropa, todas las balas que el revolver contenía. La fuerza del impacto que generó las municiones obligaron a que el poewo soltara al joven.

    No les afectaba mucho las heridas que les provocaban las armas porque se iban cerrando poco a poco, Stanley no se sintió intimidado al ver al monstruo acercándose más, cargó de nuevo la pistola para descargarle todas las balas, en el pecho, estómago, cabezas y cuanto más.

    —Muere, muere, muere —gritaba con cada disparo, furiosos al recordar a sus caballos—. Púdrete en el infierno, bestia —Cargó el arma y volvió a disparar.

    La carne afectada por las municiones iba cerrándose, aunque eso retenía un poco sus movimientos. Stanley iba a acercándose por un lado hacia Brad para después volver a dispar.

    Brad vio las intenciones de Stanley y como pudo se puso de pie, estaba sorprendido de verlo ahí, lo creía en un lugar seguro. Estaba alegre de que lo ayudara aunque también un poco preocupado. Aprovecharía la distracción de Stanley. Respiró aire lentamente, concentraría la poca Energía que le quedaba para hacer su último ataque. El Poewo, a pesar de todo, también estaba en pésimas condiciones. Acumuló Energía en su mano, Stanley dejó de disparar y mientras el extraterrestre se recuperaba, por detrás, el joven tomó la cabeza del poewo y la quemó hasta achicharrarla completamente.

    Stanley desvió la vista al ver la grotesca escena.

    El cuerpo que contenía al Poewo, cayó al suelo inerte y el huésped salió de él. Brad se echó al suelo, rendido, sin fuerzas y si no fuera por la adrenalina, estuviera muriéndose de dolor. El mayor se apresuró a su lado.

    —Brad… —No sabía que decir ni que hacer.

    —Cui...dado —dijo el joven. Aún había otro enemigo.

    Miró hacia allá solo para darse cuenta que aquel Poewo desapareció sin dejar rastro. Tan solo había bajo la sombra de la copa del árbol un profundo agujero en la tierra. Se había llevado al White. Brad se arrodilló mientras Stanley lo ayudaba. Tenía que encontrarlo. ¿Dónde estaba? No podía dejar que se lo llevaran.

    —El.. Whi-white… debo... —articuló tratando de ponerse de pie.

    —Debes descansar, Brad —dijo preocupado—. ¡Mirate!

    Estaba más aterrado por la condición de él que por los mismos alienígenas. De su codo brotaba mucha sangre, debían de tratarlo antes de que perdiera mucha sangre.

    —Debo… —Brad insistió en encontrarlo—. ¿Dónde está? ¿A dónde fue?

    —No te exijas, Brad —ordenó Stanley al momento que lo detenía por el brazo para tranquilizarlo, para tranquilizarse él mismo. Brad lo miró con aquellos ojos hinchados de tantos golpes—. Brad, olvídalo, se terminó. Agradezcamos que estamos vivos. No muy lejos de aquí está un pueblo, vamos a buscar un doctor.

    Brad se apoyó en Stanley y caminaron paso a paso. Tendrían que caminar porque ya no contaban con caballos. Stanley comenzó a preocuparse aún más del estado del joven al notar que el agarre de él iba perdiendo fuerza. Sus piernas ya no podían más con él. Stanley lo asió con firmeza.

    —Se llevaron al White —lamentó—. No pude evitar que se lo llevaran.

    —Eso es lo de menos. Resiste, por favor —pidió suplicante el hombre.

    —¿Cómo se puede derrotar a un monstruo que no posee cuerpo? —seguía preguntándose el joven con la vista nublada. Deseaba recostarse y descansar. Lo intentó. Intentó detenerse para echarse en el duro suelo pero Stanley no se lo permitió.

    —Brad, Brad, no podemos quedarnos... continúa hablando.

    —¿Podrías decírmelo, Stanley, cómo se puede derrotar a un ente sin cuerpo?

    —Lo siento, no puedo —Lo miró—. Muy pronto te verá un doctor.

    —¿Crees que Lana se preocupe si me viera en este estado?

    No recordaba que tan lejos quedaba el pueblo que vio por última vez, pero imploraba que no estuviera tan lejos antes de que Brad se desmayara porque, a pesar de todo, el joven pesaba un poco y temía no poder cargarlo. Continuó arrastrándolo. Lo único que podía hacer era dejarlo seguir escuchándolo porque eso le indicaba que seguía consiente.


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    Última edición: 7 Diciembre 2022
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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    ¡Por fin Brad en acción después de su entrenamiento! Y lo digo porque aquella vez en el bar donde conoció a Lana se puede decir que el entrenamiento apenas comenzaba, ahora ya tiene más horas y se notó, claro no en la paliza que le pusieron si no en las reflexiones que estuvo haciendo en torno al plan de acción que debían ejecutar, mera estrategia bélica, además del uso de energía para concentrarla e incrementarla y rostizar a la criatura.
    Dijiste que no eras muy buena para describir batallas pues considero que has hecho un muy buen trabajo pues las escenas son muy claras y permiten imaginarlas sin necesidad de elementos que pudieran excederse y arruinar la descripción ¡cielos, pude sentir el dolor y la preocupación de Brad! acabó hecho pinole y esa condición la has manejado magistralmente, aunque creí que podría hacer más cuando sólo era un poewo, pero cuando los refuerzos llegaron ya la balanza se inclinó en absoluto en su contra, también pensé que Stanley podía hacer más porque por algo forma parte del equipo, eso sí, cuando apareció ofreciendo plomo de alguna manera ayudó a Irik que demostró su sangre fría y no se anduvo con honor en combate para tomar desprevenido al enemigo y liquidarlo. Fue muy lindo saber que aún en la agonía, Brad pensó en Lana, dicen que en momentos de angustia sólo recuerdas a las personas que más amas, parece ser que sí es cierto y por fortuna la podrá ver una vez más.
    Hacia el final se han dado las cosas para usar mi imaginación y trasladar este escenario y a estos personajes a aquella escena inolvidable entre padre e hijo en el relato "¿No oyes ladrar los perros?" en El llano en Llamas de Juan Rulfo en donde el padre carga en su espalda a su moribundo hijo a quien lleva para que lo atiendan a Tonaya... un diálogo que ha pasado a la eternidad, posee una fuerza emocional y un trágico desenlace que lo lleva al nivel de clásico, cómo lo voy a olvidar ("Tú que vas allá arriba, Ignacio, dime si no oyes alguna señal de algo..."), sólo lo comparo con el inicio del Quijote de la Mancha ("En algún lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme..."). Disculpa la relación que establecí, pero fue inevitable, de inmediato se me incrustó en la frente y tenía que mencionártelo, claro que no pasará con Brad lo que sucede con Ignacio y además las historias son diferentes, uno es muy lindo y el otro fue un cabr..., pero qué grato recordarlo tras leer estas líneas finales y así me quiero despedir, con este nostálgico sabor de boca. Dios te sonría, preciosísima. Un abrazo.
     
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
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    ¡Sati! A mí también me pareció una gran pelea, la verdad. Yo creo que tú tienes la acción innata en tu interior. El plan de Brad para acabar con el Poweo y sus intentos por hacerle daño y detenerlo estuvieron muy bien. Eso sí, de pronto imaginé que conseguiría dar un poco más de batalla, aunque tampoco negaré que la paliza que le metieron me gustó, jejeje xD Además, eso de que Brad no se contuvo porque sabía que aunque los Poewos pareces humanos, ya están muertos y no lo son... Fue un gran detalle, sí que sí. También la intervención de Stanely me ha gustado y eso que a la mera hora pensé el hombre sería incapaz de hacer algo para ayudar al joven Irik, pero bueno, se ve que es precavido como para cargar ese arma y aunque no le hizo mayor daño al Poewo, bueno, al menos sirvió de distracción y Brad pudo acabar con ese zombie.

    Ahora espero que no estén en demaisado problemas con esas heridas que le han hecho al joven; debe atenderlas o se infectarán o se desangrara. Hm, y nada más, Sati, espero el siguiente capítulo con ansias por saber qué pasará y qué dirá Amber del encuentro que tuvo Brad con el Poewo. Me despido y te cuidas mucho.

    Hasta otra.
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Claro que sí, fue una pelea muy buena, sobre todo me gustó que se notara la diferencia de poder que hay entre Brad y los Poewo, pues aunque el muchacha ya tiene algunas semanas entrenando, aun le falta mucho, sé que sí, no obstante, también me complace que el entrenamiento que tuvo mostrara que valió la pena, porque tampoco se quedó sin hacer nada, sino que le dio lo suyo a ese ser. También me pregunto y me intriga mucho cómo hacer para derrotar algo que no se ve, pues mira que cuando toman un cuerpo, es bien difícil derrotarlos, todos esos balazos que Stanley le dio al Poewo me confirmaron que con ellos sí que tienen una difícil batalla, además no solo eso, sino todas esas quemaduras que le produjo Brad.

    Pero al final, aunque se llevaron al White, pues creo que así fue, Brad, con la ayuda de Stanley, el que también creí que no haría nada, pero que sí hizo y mucho, logró sobrevivir, ambos lograron sobrevivir. Ahora espero que lo atiendan pronto y sane bien para que cuando vuelva a encontrarse con Lana, ella no se preocupe por él, ya que ni siquiera lo vera herido, o eso creo. Bien por Lana que en ausencia, también ayudó a Brad xD

    Nos vemos en el que sigue que esto se pone cada vez más interesante. TQM
     
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  9. Threadmarks: Capítulo 16.- Una oportunidad para vivir, una más para luchar
     
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

    Leo
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    Título:
    Misión: Recolección [Trilogía: Una misión; Un futuro mejor 1]
    Clasificación:
    Para todas las edades
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    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    30
     
    Palabras:
    3825
    Wow, ¿tanto tiempo a pasado? Y a mí que se me hizo que tan solo pasaron un par de semanas xD Disculpen el haber tardado, ¿no les ha sucedido que tiene toda la historia ya hecha en mente, pero lo complicado es plasmarla en letra? Eso sucede conmigo, jejeje.
    @Víngilot Hola, Víngilot, muchas gracias de verdad por el comentario y, me hace muy feliz que te haya gustado, además claro que te hizo recordar otra historia. Que te haya hecho sentir la nostalgia. Sobre tu comentario, a Brad solo le falta aprender algo más para que pueda enfrentar con mayor posibilidad de ganar a los Poewo, un poco más de entrenamiento y ¡Booom! Se podrá graduar. La cosa buena de él es que sería bueno en estrategias, sí tal vez eso, cosa que le hace falta a Atur que es más de “acción” :/ Peor bueno... gracias por comentar.
    @Borealis Spiral
    Holips, Bore, bueno, bueno, se hace lo que se puede, pero me alegra que te haya gustado la pelea uno contra uno... me gustan mucho las peleas de uno contra uno y más cuando son con puño y no con armas, jejeje. Pero te voy a decir una cosita, que además en este capítulo se descubre... se pondrá mejor la cosa entre ellos vs Poewos. Ya veras por qué.
    @Marina ¡Marina! Gracias por tu hermosos comentario. Sí, quería poner ese detalle de diferencia, me alegra que hayas notado ese detallito. No deseaba poner que después de su primera batalla oficial el quedara en primer lugar, quise que sufriera un poca más. Los Poewo son muy resistentes y, sí, sera increíblemente difícil detenerlos, pues como hemos visto, matarlos no, pero detenerlos y conseguir a como de lugar los White que son su única debilidad.

    Capítulo 16
    Una oportunidad para vivir, una más para luchar

    Brad abrió los ojos lentamente hasta dejar pasar un poco de luz a ellos. Observó a su alrededor. Se movió un poco pero un agudo dolor en su hombro lo obligó a desistir y aquel dolor llegó hasta su brazo izquierdo, el que no pudo mover. Estaba acostado en una cama, en una habitación pequeña y solo. Al par de minutos después, intentó moverse de nuevo para acomodarse un poco, como pudo porque tenía el brazo izquierdo enyesado, se deslizó lentamente por la cama para quedar en posición sentada, recargado en la almohada.

    ¿Dónde estaba? ¿Qué había sucedido? Fueron sus primeras preguntas.

    Recordó la batalla contra el Poewo. ¿Dónde estaba Stanley? Estaba a punto de levantarse de la cama, en busca del mayor, entonces escuchó la puerta abrirse y al dirigir la vista hacía allá vio al susodicho, quien al verlo despierto y casi levantado de la cama, se apresuró a su encuentro.

    —Brad, no te esfuerces, recuéstate. Cuanto me alegro ver que has despertado. Estaba tan preocupado, si algo llegaba a sucederte, Amber me mataría, de eso seguro. ¿Cómo te sientes? ¿Mareado? ¿Llamo al doctor?

    Brad estaba un poco confundido. No sabía cómo había llegado a ese lugar, pero hizo caso al mayor y volvió a recostarse mientras ponía su mente en orden.

    —Estoy a dolorido. Me duele todo, sobre todo el brazo. ¿Qué es este lugar?

    —Estás en un hospital. En el pequeño hospital de este pequeño pueblo —respondía un hombre con barba entrando a la habitación.

    —Él es Joss, el doctor que te está atendiendo —se apresuró a decir Stanley.

    —¿Cómo llegue a este lugar?

    —¿No lo recuerdas? —preguntó Joss—. Comprensible. Este buen hombre te trajo cargando, tú estabas desmayado.

    Ni siquiera recordaba cuando empezaron a caminar hacia ese lugar. ¿Stanley lo cargó solo hasta el pueblo más cercano? Debió ser difícil. El doctor continuó:

    —Tienes el brazo izquierda destrozado, afortunadamente nada que no se puada arreglar con reposo y con ese yeso. Debo decir que me sorprende ver que estás consciente a pesar de la sangre que pediste. Cuando llegaste aquí estabas completamente empapado de sangre, sin contar la sangre que tenía tu compañero, pensé que él también estaba herido, afortunadamente no.

    —Disculpe, ¿cuánto tiempo he estado inconsciente?

    —Toda la noche de ayer y la mañana de hoy.

    —¡¿Un día completo?!

    —¿Y te sorprende? —dijo Joss, irónicamente sorprendido—. Con tu estado la estimación era mínimo tres días. Tienes varios hematomas e hígado y vaso inflamado. Increíble que con tu crítico estado ahora se te vea mejor y despierto. ¡Me atrevería a decir que es un milagro!

    No continuaron con la plática porque un hombre tocó la puerta y pidió permiso para entrar, el doctor se lo concedió. Quien ingresó al cuarto era un hombre con el típico uniforme oficial del país; pantalón color caqui, camisa color crema que combinaba con una corbata oscura. Aquel oficial les pidió a los presentes si podían dejarlo solo con el joven. Joss y Stanley salieron.

    —Antes que nada, disculpa tener que interrogarte al poco que despiertas. Segundo, mi nombre es Jeffry, soy el sheriff del pueblo. Cuentáme, muchacho, ¿cómo te hiciste esas heridas? —No tardó en preguntar—. ¿Qué estuviste haciendo? Tu compañero no contó nada, dijo que esperaría a que despertaras. ¿Por qué llegaste en ese estado tan deplorable?

    Brad se puso nervioso ante la pregunta, se mojó los labios al responder:

    —Me caí del caballo.

    El hombre de la ley lo miró, no le pareció graciosa su respuesta, obviamente no le creyó. Por una parte no creía que Stanley no dijera nada, pensó que tuvo que decirle algo al oficial, su historia tenía que concordar con la de su compañero.

    —Hablando de caballos, se informó que encontraron un par degollados a un kilómetro de aquí. ¿Eran suyos?

    Brad bajó la mirada al recordar el rostro de Stanley al ver a sus apreciados animales brutalmente asesinados. Ya lo sabía, debía preparar una mentira creíble, una que Stanley también pensara, al pensarlo un poco, asintió en respuesta afirmativa a la pregunta del oficial.

    —Nos acorralaron algunos saqueadores cuando íbamos por ese camino. Nos atacaron —respondió con voz triste, una tristeza verdadera.

    —Me parece un poco extraño, los saqueadores sueles robarse los caballos, especialmente si son de tan buen pedigrí, para venderlos. No sueles matarlo.

    —Entonces esos saqueadores no eran simples saqueadores.

    —Si es así, ¿quienes eran? ¿Qué querían de ustedes? —Brad solo negó y Jefry continuó—. ¿Tienen algún enemigo?

    —No. Solo somos simples viajeros que iban pasando, y tuvimos la mala suerte de toparnos con ellos.

    —Estamos un poco preocupados por ese incidente. La gente se alarmó cuando te vio en ese estado y aun más cuando uno de nosotros llegó asustado para contar que vio a caballos decapitados. Si los atacaron al azar, es preocupante para la gente de este lugar saber que en los alrededores hay gente de esa clase. Tienen miedo de pasar por ese camino y ser atacados solo porque sí.

    No son gente, son poewos” pensó Brad, deseoso de gritarlo.

    Lo que el oficial esperaba escuchar era que ellos estaban metidos en algo ‘ilegal’ o trataban con gente problemática, y aunque hasta cierto punto era verdad, Brad no quería que los vieran como un peligro y por ello los oriundos los odiaran o los corrieran. Después de todo sabía que los Poewo no regresarían, se habían llevado al White. Recordar eso provocó que se enfureciera consigo mismo. Se puso pálido.

    —Es la verdad, oficial —continuó, insistente—. Nosotros solo pasábamos por allí. ¡Ellos nos atacaron, sin piedad! —Brad apretó las sábanas con fuerza, su color de piel se volvió pálido, y el oficial se dio cuenta que decía la verdad.

    —Es exactamente lo mismo que nos dijo su compañero. Un ataque brutal —agregó el hombre—. Gracias por tu cooperación, espero te recuperes pronto.

    Una vez que el uniformado salió, ingresaron el doctor y Stanley. El primero lo revisó, le dio medicamentos para el dolor y la fiebre, después se retiró para atender a otros ingresados. Stanley le hizo compañía un par de minutos y luego se levantó para dejarlo descansar.

    —Gracias, Stanley —le dijo antes de que se fuera.

    —¿Gracias, por qué? Yo soy quien debería agradecerte, por haberme protegido. Tú dedicate a descansar —Le sonrió y luego salió, guardándose consigo un pensamiento: “Perdón por ser solo un estorbo”.

    Una vez quedo solo, meditó en la desagradable confrontación que tuvo con el Poewo. Estrujó la sábanas al volver a recordar que perdió al White. Aquello no lo dejaría dormir. ¡Se lo llevaron frente a sus ojos! Estaba frustrado. Recapituló la pelea. Había cometido tantos errores, no había actuado bien. Apretó la mandíbula, a pesar del esfuerzo y la lucha que dio, no logró nada. Deseaba haber llegar con Amber y con Edwin victorioso, con el White en su poder, en una forma de demostrarles que el tiempo que le dedicaron no fue en vano.

    Respiró hondo, debía descansar, lo necesitaba. Desvió su vista hacia la ventana y el rostro de Lana se dibujó frente él. Sonrió, estaba deseoso de volver a verla. Después se preguntó como les fue a Amber y a Atur. Seguro que mejor que a él. Ambos eran personas muy fuertes. Y con aquel pensamiento, se recostó y se quedó profundamente dormido.

    ***​

    Por la mañana, Amber y Atur se encontraban dirigiéndose hacia el campamento. El joven rubio apenas podía mantener los ojos abiertos porque no había dormido en toda la noche, obligándose a mantenerse despierto para evitar que el White en sus brazos se escapara cuando su Energía disminuyera. La mujer no dejaba de verlo, sonría divertida al ver como Atur intentaba de todo para no dejarse vencer por el sueño: se movía de un lado a otro en el asiento. Miraba hacia afuera. Parecía contar y a veces parecía recitar algo.

    —¿Quieres que te ayude con el White? —preguntó por enésima vez, y es que a diferencia de él, ella pudo descansar por unos minutos.

    —Estoy bien —respondió por enésima vez.

    Amber se acomodó en el asiento, cruzó las piernas para luego decir:

    —Pues no lo parece. Si llegas a descuidarte un segundo por tu orgullo, le darás una oportunidad para que escape.

    —Eso ya lo sé —Frunció el ceño—. No pasará nada, tendré cuidado.

    —Si así lo dices, está bien. Pero, ¿sabes qué es bueno para mantenerse despierto?

    —¿El café?

    —Platicar —respondió divertida—. Hablemos un poco de ti. ¿Qué te gusta? ¿qué te disgusta? ¿Tienes novia? ¿Te gusta alguien?

    —¿Y por qué tiene que ser de mí? —cuestionó con recelo, no deseaba hablar ni de él ni de esos temas con ella—. Si quieres platicar, háblame de ti.

    Le agradaba la idea de hablar para mantenerse despierto, aprovecharía que entre ellos y el conductor tenían privacidad pues el vehículo contaba con un vidrio pintado de negro que separaba los asientos de atrás con los de enfrente. Era un auto muy típico que los de la gente de la alta sociedad solían contratar. Toda conversación se quedaría entre maestra y alumno.

    —No tengo nada interesante que contar —dijo Amber—. Solo soy una mujer que entrenó toda su vida para convertirse en maestra y así enseñar a sus pupilos en el arte de la Energía.

    —No lo creo —dijo Atur, mostrando un poco de curiosidad—. No creo que solo hayas hecho eso. Se escucha una vida triste y solitaria. ¿No tienes familia ni nada?

    Era extraño, Atur se mostraba interesado y aquello sorprendió a la mujer, quien, sin evitar cambiar su semblante a uno serio, bajó la mirada para ocultar el reflejo de sus ojos que mostraban gran aflicción. Atur comenzó a ponerse nervioso ante la extraña actitud de ella. Podía sentir toda aquella negatividad casi palpable en el ambiente, era impensable para el joven que ella, ¡Amber, su maestra! se mostrara cabizbaja.

    —Así que triste y solitaria, ¿eh? —repitió esas palabras, aquellas que le calaron hondo—. No estás tan fuera de la realidad —guardó silencio por unos segundos y después soltó—: Tengo dos hijos.

    Atur abrió los ojos con incredulidad, sorprendido, casi imposible de creer que esa mujer a su frente fuera madre, aunque ¿por qué dudarlo? ¿Por qué no estaba con ellos? ¿Dónde estaban? ¿Dónde vivían? ¿Que edad tenían? Deseó preguntar, auténticamente interesado, porque dentro de esas preguntas, quería preguntarle algo mucho más personal; ¿por qué no estaba con ellos? Aunque se retuvo a hacerlo, más que nada porque se una respuesta se le vino a la mente. Para llegar en donde ella está, siendo muy fuerte, convirtiéndose en su mentora, ¿cuánto debió sacrificar?

    —Aquí están —susurró Amber.

    Atur también sintió a los Poewo, uno de ellos ganó velocidad y luego se detuvo de repente, al mismo tiempo el carruaje disminuyó la velocidad.

    Amber, ni tardo ni perezosa, bajó del vehículo cuando éste se detuvo por completo.

    —¿Qué pasó, por qué te detuviste? —preguntó al chófer, autoritaria.

    —Disculpe, señora, me detuve porque hay un hombre en medio del sendero —el chofer bajó para atenderla, y luego apuntó la dirección, enfrente, pero ya no había nadie—. Qué raro, juro que vi a alguien hace nada.

    Atur bajó del vehículo para comentar:

    —¡Amber, no son dos, son cuatro! Espera...

    Amber echó un vistazo a su alrededor y dirigió su vista hacia Atur y luego la posó sobre el White que yacía plácidamente dormido en los brazos del rubio. Apretó la mandíbula con fuerza y enfado.

    —Son ocho en total —terminó por decir Atur.

    —Es una emboscada —finalizó ella—. ¡Maldita sea! Nos han tendido una trampa. Nos estaban esperando en este sitio. Sabían que ruta íbamos a tomar.

    Debían subir de nuevo al carro y huir lo más lejos posible. La prioridad era mantener seguro al White. Amber ordenó a Atur subir y ordenó al chófer que condujera y no se detuviera, no obstante, lo que menos deseaban se hizo realidad, cuando estaba a punto de subir, escuchó un estruendoso ruido de algo caer sobre el techo del carro y luego, incrédula como pasmada, observó como la cabeza del conductor volaba por el aire.

    —El mal nacido asesinó a…

    Estaba anonadada, pero no más que enojada, desvió la vista hacia el Poewo, quien le devolvió la mirada llena de jubilo ante su hazaña. Aquel inocente hombre había trabajado con ella por seis años, tenía familia y ahora era simplemente un cadáver.

    Se asomó y miró a Atur quien ya había tomado asiento y preguntó alterado qué había sido aquel ruido, qué había sucedido. Amber le dijo que cuando lo indicara saliera corriendo y se adentrara al boscaje. Pero antes de hacer cualquier cosa, el carro comenzó a moverse con brusquedad, Amber se vio en la obligación de subirse por completo y cerrar la puerta, éste comenzó a moverse, y luego a tomar velocidad, el enemigo comenzaba a maniobrarlo. Tarde se dieron cuenta que su intención era estrellarlo contra un árbol.

    —¿Estás bien, Arturo? —se apresuró a preguntar, preocupada.

    —Estoy bien, estoy bien... —contestó el rubio con una herida en la frente, refunfuñando pues no pudo sujetarse muy bien debido a que tenía al White.

    La mujer se sorprendió de ver que todavía tenía al White en sus brazos, en ningún momento lo soltó.

    —No es momento para preocuparse por mí —continuó Atur con seriedad al ver a su alrededor y Amber supo a lo que se refería, estaban acorralados por siete Poewo—. No nos alejaban, nos acercaban a su trampa. Es momento de pelear.

    —Son demasiados. Me enfrentaré a ellos mientras tú corres y te alejas lo más que puedas. La prioridad es el White, no lo olvides.

    —¿Qué? No pienso huir con la cola entre las patas, no pienso dejar que te lleves toda la diversión.

    —¡¿No lo entiendes?! —levantó la voz—. Olvida tu orgullo por ahora, estás a cargo del White, no podrás enfrentarlos sin que lo pierdas. ¿Quieres eso? Si quieres perder todo tu esfuerzo y cansancio por enfrentarle a ellos, adelante, hazlo.

    —Pero… —Comprendió sus palabras—. Son muchos, ¿podrás con todos?

    —¿Tu qué crees? —dijo mientras dibujaba una sonrisa. No era una simple sonrisa, era una sonrisa que demostraba su confianza. Ella también tenía orgullo.

    Stan recordó la noche del bar, ella podía, claro que podía, estaría decepcionado de ella si no fuer así. Asintió al comprender que su tarea era proteger al White. Así que sin pensarlo dos veces, corrió cuando ella le dio la señal, obviamente los poewos se fueron contra él, su objetivo era el animal, pero Amber se apresuró a atacarlos, y sin darles la oportunidad de nada, los golpeó con Energía, primero en sus puntos frágiles como piernas, rodillas o pies para evitar que pudieran correr. Uno que otro le daba pelea pero nada que ella no pudiera resolver. Ellos se dieron cuenta que si querían ir detrás del otro humano, debían acabar primero con ella: la más fuerte.

    Reza golpeó a uno en la espalda haciéndolo perder el equilibrio y tirándolo al suelo mientras chillaba y se revolcaba en el suelo. A otro lo tomó del hombro y lo jaló hacia el lado contrario. Se fue contra un tercero, quien le iba a dar un golpe pero ella, leyendo sus intenciones, le regresó la patada en pleno cuello, ahogándolo. Sus puños eran un arma explosiva para los cuerpos robados del los Poewo. El aire comenzó a oler a piel quemada.

    Derrotó a tres de ellos con relativa facilidad. Sus movimientos eran rápidos, gracias al entrenamiento que Edwin le dio en su día. Sus ataques no solo eran precisos, eran fuertes, si bien, gastaba más Energía de lo normal porque se movía de un lado a otro, valía la pena porque con un solo ataque podía derribarlos. Se fue contra el cuarto, el que estaba a su derecha, no obstante, el poewo esquivó el ataque, Amber miró a sus lados al sentir que dos de ellos iban dirección a donde corrió Atur. Ella se apresuró para detenerlos, pero el Poewo que esquivó el ataque la atacó con una patada al creer que tenía una oportunidad porque estaba distraída, se llevó la sorpresa de que la mujer, previendo su ataque, se impulsó hacia un lado y tomó desde atrás la pierna del enemigo y la quemó.

    Al ver que los dos poewos ya estaba un poco lejos de su alcance, tomó una piedra y se la arrojó a uno de ellos, no le hizo daño pero fue suficiente para detenerlo por unos segundos, hizo lo mismo con su compañero. Cuando se iba a ir contra ellos, se detuvo al notar que otro poewo saltó desde una de las copas de un árbol, Amber retrocedió esquivando un par de golpes hacia su persona, los movimientos de ese eran más rápidos que los demás. Intentó parar uno de los ataques para quemarle los brazos, pero no lo hizo cuando escuchó el sonido de una navaja tajando el aire.

    Los ojos cafés de ella miraron con atención a ese Poewo, tenía el cuerpo de un calvo, rostro fino y vestía de forma muy elegante. Al notar un hueco en sus ataque, le dio un izquierdazo mas el calvo leyó su movimiento y se movió hacia la derecha para esquivarlo al mismo tiempo que ella movía su brazo derecho porque ese primer golpe había sido una carnada. No obstante, para su sorpresa el Poewo se agachó y ahora era ella quien estuvo desprotegida. El calvo vio la oportunidad de cortarle el estómago.

    Ante la circunstancia y en pocos segundos, Amber se obligó a dar un paso hacia atrás, casi perdió la concentración ante dicho movimiento, los músculos de sus piernas le dolieron, había sido un poco imprudente efectuar ese arriesgado movimiento. Su enemigo tenía extraordinarios reflejos. Emanaba un aura diferente a los demás.

    El Poewo calvo sonrió con malicia.

    Amber buscó a los demás poewos con la mirada, solo había deshabilitado a cuatro de ellos; dos habían dejado su cuerpo, tan solo estaba el putrefacto cadáver. Tan solo le faltaba derrotar a cuatro más, probablemente tres de ellos estaban por alcanzar a Atur, el calvo le daría problemas. Se indignó de eso. Dejaron a su mejor luchador para retenerla.

    Por el momento, rezaría para que Atur lograra escapar a salvo. Le dejaría el resto a él, por lo menos hasta que derrote a ese ser. Amber dio media vuelta y corrió, por unos momentos el rostro el calvo se tornó asombrado, estaba corriendo hacia el lado contrario, pero luego se volvió serio y la persiguió.

    Amber dejó que el enemigo se acercara lo más que pudiera y luego se detuvo, sorprendiendo al calvo, ella se giró para lanzarle un puñetazo; golpe que logró esquivar al imaginarse que algo así iba a suceder. Ahora una patada y luego otro puñetazo.

    —Eres persistente —soltó ella al ver que continuaba esquivando sus ataques.

    —Se nota que eres excelente cuerpo a cuerpo —habló el calvo.

    Escucharlo sorprendió a Amber porque era la primera vez que escuchaba a uno de esos monstruos hablar con tanta fluidez. Si no fuera porque podía sentir su aura, cualquiera diría que es una persona común y corriente. Sonrió burlona.

    —Me supongo que tú ideaste la emboscada.

    —Digamos que sí —hablaban mientras atacaba con la navaja a la mujer a la vez que evitaba ser golpeado por ella. Un solo golpe con Energía bastaría para derrumbarlo.

    —No pensé que fueran de los que seguían ordenes o tuvieran un líder.

    El Poewo amplió su sonrisa para luego agregar:

    —No conoces nada de nuestra raza, humana. No sé que clase de idea tengas sobre nosotros, pero lo que sea, es sin duda… —El calvo se movió a una velocidad sorprendente, que en tan solo un segundo, se colocó detrás de la mujer—, errónea.

    Amber abrió sus ojos de par en par, quiso defenderse al sentirlo tan cerca de ella, y se giró para defenderse, pero fue demasiado tarde, el calvo le dio un golpe en el rostro y ella cayó al suelo. Sin embargo, el Poewo dibujó una mueca de disgusto, se tomó la mano y vio como sus nudillos se descarapelaban, quemándose poco a poco.

    Volvió su vista a Amber, quien se ponía de pie y se sobaba la parte afectada, no alcanzó a defenderse pero si cubrió su cuerpo con Energía, así que, no solo la protegió un poco, dañó al enemigo.

    —Yo no sé que piensen de los seres humanos —dijo ella, irguiéndose orgullosa—, pero nosotros también somos depredadores. No será fácil quitarnos nuestro hogar, maldito calvo.




    ¿Pensaban que Amber y Atur saldrían libres de pelear contra los Poewo simplemente porque ya tenían al White? La cosa se pone más difícil para el equipo de Amber. Ahora no solo deben preocuparse por conseguir a los White que faltan, también deben tener cuidado con Poewos que piensan detenidamente las cosas.

    Además, ¿Amber podrá detener al calvo? ¿Atur podrá escapar de los Poewo, si no, podrá hacerles frente a ellos en su estado? Y por supuesto, la pregunta del millón... ¿Dónde está Edwin cuando se le necesita? Éstas y más preguntas se responderán en los próximos capítulos. Gracias por seguir sintonizando esta historia. No leemos.
     
    Última edición: 18 Diciembre 2022
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    Jajaja, sí, ha paso mucho desde que publicaste, pero yo no me quejo porque estoy en las mismas :P Pero bueno...

    Pues qué capítulo tan interesante. Primero, me alegró mucho saber que Brad está mucho mejor, fue un alivio, aunque de pronto también me parece intrigante que de tener las heridas que tenía y de tener un estado crítico, ahora se vea mucho mejor. ¿Es que acaso la Energía también tiene poderes curativo o de regeneración? De pronto no me parecería extraño y si es así, ¡qué bueno! Si no, el joven todavía estaría agonizando en su lecho y eso sería muy triste, sobre todo teniendo en cuenta que es muy alegre y entusiasta y que quiere ver a Lana otra vez xD Es tan tierno *u* Pero no te desanimes, Brad, algún día serás capaz de hacerle frente a un Poewo tal y como lo deseas, yo sé que sí.

    Ahora, en cuanto a Atur y Amber... Bueno, su plan de entablar algún tipo de conversación en plan de compañeros de confianza no ha salido de la mejor manera y diría que es culpa de Atur, pero en realidad es de ambos, ya que Amber tampoco se vio muy dispuesta a abrirse. No obstante, con la llegada de esa emboscada Poewo ya me da miedo que no pueda volver a intentar conversar, ¿eh? Más de fuerzas que de ganas Arturo ha tenido que corred de la escena de acción con el White en manos y Amber se quedó a luchar contra el calvo, el que resultó ser un gran estratega y un muy buen oponente. ¿Cómo le irá a ella? ¿Logrará vencerlo? Después de todo, el Poewo se ha acostumbrado ya muy bien al cuerpo humano y hasta ha aprendido a hablar. Yo nunca pensé que los Poewos fueran desorganizados o tonto, muy por el contrario, los imaginé calculadores e ingeniosos y por lo que veo, así es.

    En cuanto a Atur, ¿será que se enfrentará también a los Poewos que los siguen? Por ser como es, a lo mejor sí lo hace, pero también por ser como es no puedo evitar pensar que perderá al White y aparte le darán una gran tunda xD ¿O es sólo mi deseo de verlo sufrir? Hm, quién sabe. Pero bueno, buen capítulo y espero el siguiente con ansias :) Me despido por ahora y te cuidas.

    Hasta otra.
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

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    ¿En serio? Digo, ¿tantos Poewos han ido tras ellos? ¿Y ahora se descubre que saben pensar, hablar y yo qué sé qué más? Woo, fue un capítulo interesante, pues se tanto Atur como Amber están en un grave peligro. Y si a la master le está costando mucho vencer al calvito, me imagino que para Atur será mucho más difícil. No quiero pensar que los Poewo le quitarán al White y luego lo matarán y Edwin, sí, ¿dónde está? aunque de todos modos creo que él no es muy bueno para luchar contra los Poewo, no obstante en algo los podría ayudar, creo xD

    Buen capítulo, pues como dije, me pareció muy interesante. Ahora sé que los Poewo son una raza poco conocida, así que cualquier cosa se puede esperar de ellos. Estaré pendiente del que sigue, pues mira que quiero saber qué sucederá con la master y su pupilo.

    Nos vemos pues. TQM
     
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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    ¡Wao! ¡Emocionante capítulo! Lo has dejado muy sabroso ¿eh? Sigues agregándole una acción que me gusta, escenas que disfruto mucho como esa de cuando el poewo se pone a espaldas de Amber, pero, bueno, por partes:
    Fue graciosa la explicación que Brad le dio al médico, je, je, mejor le hubiera dicho "estuve peleando contra varios miembros de una raza extraterrestre y a duras penas resistí", ja. Lo de decir que fueron atacados por maleantes hubiera sido perjudicial porque de esa manera el doc tendría que haber llamado a las autoridades para que investigaran y entonces sí en la que se hubieran metido y más ahora, que sus amigos los necesitan ¡con urgencia!
    Ese Atur es un sujeto extraordinario y muestra una resistencia fuera de este mundo, es todo un derroche de energía y voluntad. A pesar de que no puede ni con su alma se niega a descansar y a admitir que ya no puede. El orgullo es bueno pero también hay que dejarlo de lado cuando es preciso aunque aquí fue bueno que no cediera al descanso, de haber sido así los poewo los habrían agarrado por total sorpresa y tal vez estaríamos mencionando otro destino.
    Conocer acerca de un personaje siempre es algo muy agradable aunque puede llegar a ser también penoso, incómodo. Estos dos protagonistas tienen mucho qué contarnos, advierto un pasado muy interesante detrás de esas poderosas barreras que cada uno yergue a su alrededor y me voy preparando de una vez para una posible tragedia, sólo en esos casos uno se muestra así de frío y distante.
    Y caray, respecto a la emboscada ésta ha sido muy emocionante. Aquí Atur ha sabido hacer a un lado su orgullo (irónicamente un aprendizaje muy valioso conseguido para la batalla) y proteger al white de las criaturas. Y Amber se ha lucido mostrando sus técnicas de ataque excepto claro, por ese "calvo" que tanto te empecinaste en exhibir, je, je. Este sujeto ha sido algo inusual ¿no? como la misma maestra ha notado y vencerlo será muy complicado. Aquí mencionaré mi escena favorita: imaginé en cámara lenta al poewo desplazándose por detrás de Amber quien tiene un rostro de sorpresa y justo en el último momento, alcanza a protegerse con un aura de energía evitando la catástrofe... Magistral escena, pero me gustó más la frase con que sentencia "...también somos depredadores... No podrán quitarnos nuestro hogar". Se avecina una pelea muy dura entre estos combatientes, el próximo capítulo no me lo pierdo.
    Muchas gracias por la historia Sara, que estés muy bien, hasta la próxima. Un abrazo.
     
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  13. Threadmarks: Capítulo 17.- ¿Eso podría llamarse un resultado fatídico?
     
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Título:
    Misión: Recolección [Trilogía: Una misión; Un futuro mejor 1]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    30
     
    Palabras:
    3831
    Capítulo 17
    ¿Eso podría llamarse un resultado fatídico?

    —Debo admitir que no eres una simple humana, y eso de que encontramos, en cierta forma, un depredador en este mugriento planeta, no quiere decir que nos puedan derrotar. Quizás no seamos más poderosos, pero tenemos más experiencia.
    Los ojos del Poewo no reflejaban nada, estaban muertos, sin embargo, en aquellos oscuros ojos la mujer vio algo que la estremeció y la hizo preocuparse sin saber a ciencia cierta la razón.

    —Has dicho que no nos será fácil, ¿verdad? —continuó él mirando su mano afectada—. Así tiene que ser, si no lo fuera ¿dónde quedaría la diversión?

    Los ataques fueron a quemarropa, una ola de puños se fueron contra la mujer quien simplemente utilizaba los antebrazos rodeados de Energía para protegerse de los cortes, y no solo se protegía, también atacaba a la vez. El Poewo tenía mucha precaución cuándo, dónde y cómo golpear, intercalando los cuchillazos con patadas, las que usaba cuando creía que ella no se protegía con Energía. Ella era buena defendiendo sus partes más vulnerables, sabía que concentraba sus partes con ese poder, y no envolvía su cuerpo porque gastaba mucho energía.

    Sus compañeros ya le habían advertido que los humanos generaban Ilekisch. Al principio le pareció extraño y pensó que era porque utilizaban cuerpos humanos. ¿Quién hubiera imaginado que en ese planeta se iban a encontrar con su más grande habilidad?

    Recordó cuando uno de sus compañeros conoció a un hombre que no le temía a nada, o mejor dicho, le temía a algo pero encaró aquel miedo. Aquel hombre experimentaba su más grande miedo. Se enfrentó a uno de ellos con ese poder y ahí es cuando se dio cuenta que podían herirlos aunque estuvieran en su forma original.

    Por lo que sabía el calvo, los humanos desconocían de ese poder, eso lo supieron gracias a los Lkijo. Debían moverse con cuidado. ¿Tenían miedo? ¡No! Qué va, era precaución. El único temor que tenían era que capturaran a esos bichos porque si lo hacían sería más complicado enfrentarlos.

    Necesitaban utilizar el cuerpo humano para poder acercarse a los Dang de Beuri (Whites), aunque utilizarlos se limitaban mucho más. Podrían atacarlos estando en su forma original, pero necesitaban tiempo para dominar uno nuevo por eso cada vez que su recipiente se dañaba, se iban a buscar otro cuerpo, además, no querían que se dieran cuenta que con su Ilekisch podían herirlos en su estado original.

    Entre esas pocas confrontaciones, ello se dieron cuenta que los humanos solo atacaban sus recipientes para incapacitarlos, probablemente porque el Lkijo les advirtió que si los veían en su forma original, los verían lo harían con ojos de miedo.

    Lo estaba admitiendo y reconociendo, los humanos eran peligrosos, pero nada que no pudieran controlar. Originalmente habían viajado a esa época para evitar que los humanos capturaran a los Dang de Beuri, y una vez que se dieron cuenta que en ese planeta existían personas con Ilekisch, decidieron buscarlos para asesinarlos, tampoco les funcionó y mejor decidieron concentrarse en el plan original.

    No podía acercarse mucho a ella, lo tenía dónde lo quería. Sus movimientos le indicaron que el plan de ella era acorralarlo entre un cúmulo de pequeños árboles y lo estaba logrando. Intentó asestarle golpes como señuelos, pero además de fallar, se percató que la mujer analizaba a su alrededor. El calvo se dio cuenta que aquellas fugaces miradas buscaban un punto muerto para poder derrotarlo con un solo golpe. Ella solo necesitaba darle un golpe, estaba guardando Energía, por eso a veces sus golpes eran detenidos, él se dio cuenta de eso mas a Amber no le importó que lo descubriera.

    Los dos contrincantes estaban dándolo todo de sí. Ambos sabían lo que el otro planeaba. Ahí lo que importaba era el último golpe. Nadie tenía ventaja o desventaja, todo estaba parejo.

    No obstante, había algo que diferenciaba el equilibrio de aquella confrontación. El Poewo tenía un as bajo la manga, si no tuviera uno no estaría tan tranquilo. Amber Reza era más persistente de lo que se imaginó. Sus labios dibujaron una sonrisa al recordar que días pasados había pensado que de todas las razas conocidas y de las que invadieron, la raza humana era la más débil, cuán equivocado estaba. Esa clase de personas como lo era esa mujer como lo fue aquel hombre en la armada, le decía que los humanos podían dar más. No por nada los Lkijo confiaban tanto en ellos.

    —Responde —habló Amber intentando no mostrar su cansancio—. ¿Por qué vinieron a nuestro planeta? ¿Quieren conquistarlo? ¿Les pareció un bonito lugar para vivir?

    —Humana, ¿quieres saber por qué atacamos? No lo hacemos por supervivencia, ni para comer, ni siquiera lo hacemos para demostrar que somos una de las cinco razas más poderosas del universo. Tampoco queremos conquistar tierras o encontrar un nuevo hogar. ¡Nada de eso! Lo hacemos porque podemos hacerlo. Es así de simple.

    Amber gruñó al momento que lanzaba una patadas acertadas al cuerpo robado del Poewo.

    —No sé si sentir pena por ustedes que no tienen una vida o aborrecerlos de que arruinen planetas por un simple capricho —terminó descargando su odio en cada uno de los golpes que efectuaba.

    ¿Por qué?” pensó ella al dar cuenta que el enemigo no sufrió daño ante sus golpes de Energía, entonces se dio cuenta que aquella zona que golpeó, la tenía cubierta por una fina maya de hierro, era lo que parecía, ¿desde cuándo la tenía? Si no fuera porque había utilizado Energía, sus nudillos hubieran sufrido una grave fractura.

    —Siente rabia, mujer humana —Se burló él.

    En una de esas maniobras, Amber alcanzó a tomar uno de los brazos de él, se lo quemaría, pero para sorpresa de ella, el extraterrestre sacó unas cuchillas del brazo y como fue improvisto hirió las manos de Amber, quien lo soltó de inmediato y retrocedió.

    —¿Cómo…? —observó con incredulidad como del brazo de él salían cuchillas filosas.

    —Ya que este cuerpo está muerto y no siente nada, puedo manipularlo a mi antojo —explicó el calvo mientras las cuchillas volvían a entrar dentro del cuerpo.

    —Maldito —expresó entre dientes, así que el sonido de cuchillas cortando el aire era lo que había escuchado anteriormente. ¿Las estuvo utilizando para protegerse de su poder? Le tomó por sorpresa saber eso y le preocupó todavía más porque ¿qué podían tener bajo esa piel? ¿Qué clase de armas podían guardar? ¡Era una locura!

    No podía agarrarlo sin el temor de ser herida. Solo necesitaba acertarle un golpe de Energía para derrotarlo.

    Se miró las manos, afortunadamente las heridas no fueron tan graves. Volvió a ponerse en posición de ataque. Iba a atacar cuando escuchó algo que la tomo demasiado por sorpresa.

    —Te conozco, he intentado recordarte porque sé que te conozco —continuaba diciendo.

    Escuchar aquello la perturbo. Frunció el ceño, debía concentrase porque era solo una distracción. Amber se fue de nuevo contar él cuidándose de lo que pudiera sacar de su cuerpo. Comenzó a agitarse y a sudar, miró a su contrincante para cerciorarse que éste no parecía cansado, ni siquiera transpiraba, ¿no se agotaban? Necesitaba pensar en algo porque si no lo hacia rápido el Poewo le ganaría en resistencia.

    Haría su técnica especial. Quería evitarla por efectuarla era un desgaste de fuerza. Pero era lo único que podía hacer para que la Energía viajara por todo su cuerpo independientemente si éste estaba lleno de hierro o cualquier otro material.

    Concentró toda su Energía en un punto para finalizar esa absurda batalla. Y tras analizar los movimientos de su oponente y el terreno, vio la oportunidad perfecta para efectuar la técnica. Al ver que el calvo tenía ambas piernas en el suelo, soltó todo el poder hacia ese punto. Sin embrago, el calvo, quien continuaba con su lucha, notó algo inusual en ella, no solo reparó en que sus movimientos disminuyeron (un poco, pero fue lo suficiente para darse cuenta que lo hizo de forma deliberada), igualmente, se dio cuenta que el rostro de ella se le observó demasiado concentrado.

    Algo no le gustó, así que en el preciso momento en que ella liberó Energía, él dio un paso hacia atrás y luego saltó para subir a la rama de un árbol. Una sobre carga invadió su cuerpo, fue leve, pero aunque reaccionó rápido, la Energía viajó más rápido que su reacción. Si volviera a hacer ese mismo ataque, seguro que no podría volver a escapar.

    Escuchó a Amber maldecir, la miró desde la cima y desde su posición ella solo sonrió para luego saltar un:

    —Cobarde, huiste como una rata.

    Para su sorpresa, el rostro del calvo se apaciguó mientras bajaba del árbol en un saltó y Amber sin quitarle la vista ni un segundo, se puso en modo ataque. No obstante, no evitó sentir en el aire algo que andaba mal; una mala corazonada y no estaba tan equivocada, lo que a continuación escuchó de la boca de él la impactó:

    —Sí, sí, ya recordé.

    Amber no comprendió sus palabras o mejor dicho no quería prestarles atención, no quería escucharlo. No. La estaba distrayendo. Hablaba mucho. Prefería que no hablaran nada. Le irritaba su voz burlona. Sus explicaciones absurdas.

    —¿No eres la mujer de Emer? Emer Stan, era su nombre.

    Por unos segundos quedó en shock, y a su mente llegaron recuerdos de él, de Emer. ¿Ese calvo de dónde lo conocía? Incrédula lo miró mientras observaba lentamente como la sonrisa de él se ampliaba más y más.

    —Así que sí eres su mujer.

    El cuerpo de ella se tensó completamente al sentir una extraña, fuerte y maligna fuerza provenir de aquel hombre. Con gran asombro observó como todo rededor del Poewo lo cubría un aura oscura. No sabía lo que presenciaba o lo que ocurriría, pero su cuerpo se inmovilizó como si un extraño ente la forzara a estar allí, quieta. Después escuchó la misma voz del calvo pero más profunda y aguda pronunciar:

    —No quiero sacrificar este cuerpo, todavía lo necesito.

    Y en un abrir y cerrar de ojos el calvo estaba frente a frente; y ella vio reflejado en esos ojos oscuros su más grande temor. Un frío incontrolable la invadió. Y luego sintió un fuerte golpe en su estómago que la mandó a volar, tirándola al suelo, escupió sangre mientras intentaba procesar lo que había ocurrido.

    —Iré y los mataré a todos —amenazó, acortando distancia entre los dos. Se acuclilló cerca de ella, Amber, con un hilo de sangre en su labio, miró al calvo y éste agregó—: Solo un poco más de tiempo. Tenemos ganada esta batalla porque ésto es solo un juego para nosotros.

    Sin perder tiempo, Amber levantó su brazo para golpearlo, él lo esquivó, no lo detuvo porque sabía que estaba lleno de Energía. Amber se puso de pie y volvió concentrar poder para volver a ejecutar su técnica, no obstante, incrédula observó como el calvo se alejaba al retroceder.

    Un extraño miedo la invadió y no podía explicar de dónde provenía, de los ojos inexpresivos del hombre o del extraño aura que continuaba incrementando. Y como si la hubieran hipnotizado no dejaba de mirarlo. No fue que despertó de su aturdimiento cuando en el ambiente dejo de palparse esa abrumadora atmósfera y el cuerpo del calvo volvía a su posición ordinaria, y dibujando una media sonrisa, informó a la mujer al momento que miraba a su lado izquierdo levantando la vista al cielo.

    —Parece que mi trabajo concluyó —Dio media vuelta para comenzar a caminar dirección contraria—. Lo conservaré un poco más. Me voy, pero nos volveremos a ver, humana y, —Se detuvo para girarse un poco y verla de reojo—, sin dudarlo te mataré.

    Y desapareció dejando a una Amber más que sorprendida y al verse completamente sola, se arrodilló y soltó aire pesadamente. ¿Había terminado? Así como así la iba a dejar. Se levantó con rapidez al recordar las palabras “trabajo” y “concluyó”, ¿qué significado tenían? Su pecho se contrajo mientras giraba al sitio que vio por última vez al rubio.

    —Arturo... —salió por sus labios con preocupación.

    ***​

    En paralelo a lo que ocurría con Amber y el Poewo-calvo, Atur estaba corriendo entre los árboles, sin embargo, de vez en cuando miraba hacia atrás y a sus lados porque sabía que tres poewos lo estaban siguiendo. En ningún momento disminuyó su paso. Maldijo al sentir como el cansancio iba incrementando con cada segundo que pasaba, aunque también maldijo porque se preocupó por su maestra; si habían poewos persiguiéndolo significaba que algo debió suceder.

    No paró ni disminuyó la velocidad, pero sus perseguidores eran veloces y ya lo habían alcanzado a pesar de haber tenido ventaja. A los oídos de cualquiera, el bosque aparentaba estar en completo silencio, pero Atur podía sentir como ellos se escabullían entre la vegetación y copas de los árboles, como si se trataran de simios. No los perdería de vista.

    Le prometió a Amber que huiría pero le fue imposible, solo le quedaba una cosa; enfrentarlos.

    Decidido se detuvo en seco, se giró para encararlos y luego gritó a todo pulmón:

    —¡Salgan de donde quiera que estén!

    Uno atacó sorprendiéndolo por enfrente, quien como un león al ataque de su víctima, se le abalanzó, siendo éste recibido por una patada frenética de parte del rubio, haciéndolo chocar entre los troncos. Atur rio ante la treta, pero un segundo Poewo se acercó para tomar al animal en sus brazos. El primero había sido solo una carnada. Afortunadamente, Atur reaccionó al ataque al mismo tiempo que el tercero salió para atacarlo.

    Maldita sea, son muchos” reconoció mientras le daba un rodillazo al recién llegado, “¿Qué demonios está haciendo…?

    Esquivó y golpeó, en realidad no deseaba pelear porque estaba muy cansado para hacerlo. Se dio cuenta que estaba acorralado. Estaba dando golpes sin Energía, temía que si la usaba el White se despertara. No podía escapar. Desvió su vista hacia el inútil animal que dormía plácidamente en sus brazos y deseó dejárselos.

    Hizo un mal movimiento al detenerse para defenderse, debía hacerle caso a Amber y seguir corriendo. Levantó su brazo para utilizarlo como escudo, se asustó cuando sintió al White moverse un poco y ante aquella acción recibió un fuerte puñetazo en la cara haciéndolo gruñir y retroceder para después enojado patear a quien lo golpeó. Maldijo en voz alta. Ignoró el hilo de sangre que salía de su nariz y se quitó como pudo a los tres, y al girar sobre su eje uno de ellos lo sorprendió. Volvió a maldecir, sus brazos al igual que sus dedos los sentía acalambrados.

    Le era difícil defender su retaguardia y ellos sabiéndolo lo atacaba por detrás.

    Ellos atacaban y luego se ocultaban para volver a salir, atacarlo, esconderse y volver a hacer lo mismo. Los ataques eran rápidos y para ese momento, Atur ya estaba mareado y adolorido de las heridas y golpes que recibía.

    ¿Qué no podían atacar frente a frente?

    —¡Salgan todos de una maldita vez! —levantó la voz, airado mientras observaba a su alrededor en un intento de adivinar de donde saldría uno a atacarlo.

    Uno de ellos salió a la acción, Atur suspiró a la vez que le proporcionaba una patada. Por ahora estaba limitado a hacer esa acción.

    —¡Ah! Al demonio… —arrastró las palabras—, espero que sean los únicos.

    Eran tres contra uno, y en cualquier otra ocasión no le importaría luchar contra ese número, mas ahora era otra cosa, estaba tan agotado y creyó que no podría continuar con la lucha. Ahora estaba esquivando. Muy dentro de él esperaba que Amber se apareciera y lo ayudara. Intentó esquivar, lo logró y el segundo ataque a penas y pudo esquivarlo pero el tercero no pudo, así que recibió el golpe mientras mantenía alejado al White de sus garras.

    Atur comenzó a utilizar un poco de Energía en sus patadas, pero no daban el mejor resultado, los hería solo un poco, pero continuaban atacándolo mientras querían arrebatarle al animal. Al percatarse de algo, se quitó el calzado, sin los zapatos el golpe era más efectivo, o mejor dicho, ¿qué diferenciaba los puños de las patadas? Que los puños estaban desnudos, así que para tener el mismo resultado, tenía que tener los pies desnudos.

    Daba una patada. Dos patadas. Recibió golpes en su espalda, brazos y cadera.

    La única manera de poder atacarlos a todos era con la técnica especial que perfeccionó con la ayuda de la maestra Amre. No veía la oportunidad perfecta; ellos eran escurridizos y se movían de aquí para allá. Ellos solo querían agotarlo. Estaban jugando con él. Frunció el ceño al ver que su única forma de terminarlos sería usar el ataque múltiple. Lo haría a como diera lugar.

    Lanzó un grito al aire cuando uno de ellos le dio un rodillazo en la espalda, sus quejidos provocaron que las aves que descansaban en las copas de los arboles se elevaran al cielo, asustadas. Atur perdió el control de sus piernas y se arrodilló, y deseó… ¿llorar? Ja… muy bien, deseaba llorar y sin duda, si salía vivo de ésa, y si nadie se encontraba cerca del perímetro, arrancaría a llorar sin dudarlo, no obstante, en ese momento no se encontraba en una situación en la que llorar fuera la mejor opción, así que encontrando fuerzas de flaqueza se levantó, no sería carnada fácil a sus contrincantes, si ellos querían su sangre, les costaría obtenerla.

    Se fue alejando buscando cierto lugar.

    Se le ocurrió algo, no sabía si funcionaría, pero no perdería nada en intentarlo. A su frente estaba una pequeña colina que llevaba un pequeño riachuelo, intentó bajar pero tropezó y llegó abajo rodando. En ningún momento soltó al White. Quedó en posición sentada, no se puso de pie, levantó la vista para ver descender a su enemigos.

    Sonrió desde su posición sin dejar de mirar a los Poewo, parecía estar acorralado, estaba en medio del riachuelo y entre dos elevaciones, si intentaba subir aquella colina no llegaría a tiempo al otro lado y solo se expondría a ser atacarlo, por el contrario, si intentaba correr no alcanzaría el otro extremo y los tres lo atacarían ahí mismo. Y sabiendo en que posición se encontraba, la sonrisa de Atur se amplió y luego lanzó una risotada llena de diversión.

    Cualquiera podría creer que había enloquecido por los golpes recibidos en la cabeza, pero más lejos de eso, se levantó para ver como ellos a escasos centímetros de llegar, habló:

    —¿Cómo los llamaba Edwin? Ah, sí, zombis. ¿Saben que es lo más gracioso de todo esto? Que ustedes me tomaron en un muy mal momento, cansado, fastidiado, golpeado, con mucho estrés, siendo de cangurera, peleando sin poder usar brazos para defenderme de sus ataques... —Los ojos de Atur miraron con frialdad a sus enemigos, concluyó al ver como ellos se adentraron al riachuelo—: Y aun con todas esas desventajas, ¡seré yo el triunfante!

    Hizo su ataque múltiple y esa vez el ataque fue el doble, ¡no! Hasta el triple de efectivo, todos ellos recibieron por todo su cuerpo la Energía, dañándolos sin tener ninguna clase de movilidad. El agua era un conducto que reforzaba la Energía, por lo que ni siquiera los que se dieron cuenta, al saltar sobrevivieron porque estaban empapados, sin contar que el poder viajó tan rápido a sus cuerpos que se chamuscaron sin saber como había ocurrido.

    Había pensado en esa hipótesis, hace tiempo, después de que descubrió que la Energía podía atraer la tierra y piedras y utilizarla para poder escalar. Fue arriesgado, pero se alegró que el plan funcionara.

    El humo y olor a chamuscado se elevó por los aires. Atur se alejó, sintiendo repulsión por el olor y el estado en que los cuerpos robados quedaron. Subió la pendiente y fue que se dio cuenta que ahora el era el que se sentía un muerto viviente. Empezó a caminar por el boscaje, arrastrando los pies, asió el White en sus brazos y se detuvo al ver a Amber acercándose. Verla le hizo saber que, por ahora, todo había terminado. Ella apresurada y lo abrazó, pero él no le dio importancia a tal acto, estaba tan destrozado que eso era lo de menos.

    —¿Estás bien? —Lo ve de pies a cabeza, buscando algún daño. Se le veía preocupada—. Me alegra que estés bien.

    El rubio quiso recriminarle por qué no había detenido a esos poewos, mas no tenía fuerzas para hacerlo.

    —Ya está —dijo él con esfuerzo—, derroté a tres de ellos, de un solo golpe.

    Amber lo miró, sorprendida, observó sobre su hombro y luego pasó sus ojos cafés hacia el White, estaba con él, derrotó a los poewos sin perder a su presa. Se sintió orgullosa. Solo él tenía una voluntad de hierro. Lo miró a los ojos y el arqueó la ceja.

    —Lo siento —se disculpó.

    Ahora el sorprendido fue él.

    —No pude retener a todos, pensé erróneamente que podría hacerlo, pero… ese calvo era más vivo que yo y… —bajó la cabeza, era débil, siempre lo fue, no sabía como podía mantener esa coraza sin derrumbarse.

    —Ellos no son solo carne caminante, son muy fuertes —dijo, en un modo de animarla—. Y no quiero que vuelvas a decir eso. Que la persona que ha ganado mi respeto diga eso, ¿en qué me conviertes en mí?

    Amber solo pudo dibujar una media sonrisa mientras sentía como su pecho le ardía. Nunca creyó escuchar esas palabras de él.

    —¿Qué le pasó a tu calzado? —preguntó curiosa cuando bajó la mirada.

    —Ah… una larga historia.

    —Hiciste un buen trabajo, Atur.

    —Era obvio, Arturo Stan nunca hace un trabajo a medias.

    Amber miró al horizonte, se preocupó por Brad y Stanley. Fueron ocho Poewo quienes los atacaron, así que dos debieron de ir a donde ellos, rezaba que estuvieran bien, que pusieran en primer lugar su vida antes que al White.

    —Asesinaron al chofer —dejó escapar con tristeza, tendrían que avisarle a su familia sobre su muerte, tendrían que decir que fueron atacados por saqueadores o ladrones.

    —Sé que dije que no necesitaba ayuda, pero, ¿puedes cargar al White? —preguntó el joven.

    Amber asintió y él se lo entregó, fue cuando estuvo seguro que lo tenía en su poder, que Atur cayó al suelo, ya no podía más, su cuerpo le exigía descansar. Por un momento Amber se asustó pero al darse cuenta que solo estaba durmiendo, susurró:

    —Hiciste un excelente trabajo, hijo. Estoy orgullosa de ti.




    Si llegaron hasta aquí, muchas gracias por seguir sintonizando esta historia. Espero que les haya gustado este capítulo, debo decir que lo escribí en una sola tarde mientras me disponía a continuarla y, también agrego que, en verdad, estoy disfrutando de escribirla.

    No he podido continuarla como yo quisiera por el poco tiempo que he tenido, sin embargo, continuaré escribiéndola aunque tarde para terminarla. Así que nos veremos un poco más seguido aquí. Un enorme saludo y abrazo a mis hermosos lectores.
     
    Última edición: 18 Diciembre 2022
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    ¿Te he dicho alguna vez lo mucho que me gusta Atur? ¿Sí, no? Pues te lo digo. Me encanta xD Es tan... agh y tan... aww y a veces... yey. Sí, así es c:
    En fin, se extrañaba también esta historia por aquí, Sati. Esa pelea entre el calvo y Amber, uff, no sólo llena de ingenio, sino que de habilidad también. No hay duda de que los poewos, en el momento en que puedan controlar su contenedor, uff, serán temibles. Que por cierto, eso de que vinieron a encontrar a sus enemigos naturales aquí en la tierra pues me hace pensar que los Whites llevan un rato en nuestro planeta y que gracias a ellos es que algunos humanos tienen Energía, hm.

    En fin, cuando el calvo se retiró diciendo que su trabajo había terminado me asusté D: Creí que Atur había perdido contra sus atacantrs y le habían quitado el White, pero nada. El rubio demostró una gran valentía, una gran resistencia y mucho poder, en este caso fue su vetaja a pesar de luchar contra tantos, sí, terminó molido, agotado, medio desquiciado, sin calzado y con su orgullo intacto, pero oye, ganó. Eso sí, estoy de acuerdo en que debería entrenar su cerebro un poco porque sige de imprudente y hablador.

    Buen capi, Sati. Espero el siguiente con ansias a ver cómo sigue Brad y qué onda con Edwin que también se echa de menos. Y nada más, te cuidas.

    Hasta otra.
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Esas peleas, aaah, geniales. Yo pensé de pronto que ese calvito iba a matar a la master y cuando desprendió esa cosa oscura a su alrededor y leer que Amber sintió miedo, creí que el calvito dejaría su contenedor para entrar en el cuerpo de Amber, pero no, creo que no. Ahora me intriga conocer qué quiso decir con eso de que su trabajo ya estaba cumplido. ¿Qué quiso decir, eh? Quizás su trabajo era medir la energía que algunos humanos tienen, ¿es eso? Por otra parte, me divirtieron mucho los pensamientos de Atur mientras combatía. Quería llorar, dejarse caer, pero en lugar de eso se mantuvo en pie, porque tiene una fortaleza y un orgullo demasiado grandes... su orgullo mucho más xD Awww, suspiré de alivio cuando logró vencer a sus atacantes. Estuve muy preocupada tanto por Amber como por el rubio, pero lo mejor, que no perdió a su presa xD

    Excelente capítulo. Me encantó. Nos vemos en el que sigue. TQM
     
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  16.  
    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    Hola preciosa! Si a ti te gusta escribirla debo reconocer que a mí me encanta leerla. En esta ocasión vuelve a ser un capítulo lleno de acción en donde los protagonistas vencen aunque me parece que con distinto "sabor". Atur hace alarde de su entrega y de su espíritu, y es cierto, en cuanto a inteligencia poca, pero estas cualidades mostradas compensan de momento sus carencias, eso sí, en el futuro necesitará más que simple carácter, pero se le debe reconocer, cualquier otro hubiera sucumbido tanto física como moralmente frente a siete rivales del nivel de estas criaturas, pero él en ningún momento se ve acorralado, derrotado, de hecho le fastidia tener que hacerla de niñera y ser atacado a traición, es decir, no tener una pelea leal, en igualdad de condiciones, me parece que esto contribuye a mostrarse tan decidido a hacerlos literalmente pedazos. Y esa técnica tal vez desesperada fue fabulosa y eficaz. Bien merecido se tiene un buen lecho y una exquisita cena. Progresa paulatinamente, será agradable verlo enfrentar a Brad en el futuro, ambos en su mejor versión, sería un buen corolario, un combate no entre enemigos si no como un gusto extra después de tantos peligros.
    En cuanto a Amber como que regresó en el tiempo, sintió miedo, es normal sí sentir miedo pero dada su personalidad pareciera algo tan ajeno a ella, no sé si tuvo algo qué ver eso que hizo el Calvo o se originó por su misma debilidad frente a este sujeto. Ha dicho que está envejeciendo, ese tipo de personas no lo dicen como consuelo ni para tranquilizar a los alumnos, es quizá una verdadera muestra de bajón anímico, aún así supo defenderse y atacar a su adversario y todavía ir en busca de su pupilo. Pero sí, quedó tocada, será interesante que nos muestres el por qué de esto.
    Y caray, qué buena charla al final de la aventura entre estos dos personajes, je, je. Es su manera de mostrarse su afecto, lo sé, sus personalidades chocan, no son compatibles.
    Buen capítulo, chica, dices que estás de vacaciones pero no te encuentro muy convencida, sólo tú sabes qué estás haciendo en verdad. Sabes que de todos modos aquí estaré ¿verdad? Cuando quieras, tómate tu tiempo, haz las cosas bien y aunque no sea de tu predilección, Felices Fiestas, diviértete, pásatela lindo y sonríe mucho. Un abrazo.
     
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  17. Threadmarks: Capítulo 18.- Eduardo Fave
     
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Título:
    Misión: Recolección [Trilogía: Una misión; Un futuro mejor 1]
    Clasificación:
    Para todas las edades
    Género:
    Acción/Épica
    Total de capítulos:
    30
     
    Palabras:
    3645
    Gracias por sus comentarios. Me encanta leerlos.
    Esa es la respuesta. Tienes razón en que Amber es una mujer fuerte, pero la sensación de miedo se debió a lo que estaba apunto de hacer el poewo. El sentido de supervivencia de ella le indicó que estaría en un gran peligro si el poewo hubiera dejado su cuerpo para aparecer como originalmente és; hasta allí hubiera terminado todo para ella. Además Amber sigue siendo humana :)
    Los Poewo solo pueden entrar a un contendedor que ya no tenga energía vital, por lo que aunque él lo quisiera, no podría a menos que primero la asesinara.
    Excelente hipótesis, pero no u.u Digamos que la energía de los humanos es por culpa de la mutación.
    Definitivamente voy a hacer eso. A decir verdad solo uno de ellos podrá ser reconocido por Amber; solo uno de ellos podrá graduarse. Solo habrá un ganador. Y mucho más adelante se enfrentaran para ver quien será el afortunado y, si le preguntas a mi hermana... suelo usar el azar para ese tipo de cosas xD Así que ni yo sé quien será el vencedor.

    Capítulo 18
    Eduardo Fave

    Edwin Rules continuaba cabalgando, era el segundo días después de que dejó el campamento, se dirigía a visitar a Eduardo Reza, sí, al hijo menor de Amber Reza, aunque actualmente vivía con una familia que lo adoptó, por lo que oficialmente su apellido era Fave. El lugar, Argent, era el nombre del pueblo, quedaba algo retirado de la ciudad Garza, a dos días en caballo, por lo que llegó esa misma tarde, casi anocheciendo.

    Por petición de Amber, él iba a visitarlo por lo general una vez por mes, para saber cómo le iba.

    Los Fave eran una pareja que no pudieron tener hijo propios. Amber, entre sus viajes, los conoció; en realidad ella dio a luz a Eduardo en ese lugar. Amber se dio cuenta de lo amable y humilde familia que eran la pareja, y encariñándose con ellos, tomó la decisión de dejarles a Eduardo al año para que fueran ellos quienes lo criaran.

    Para Amber le fue difícil dejar atrás a sus hijos, pero no poder llevarlos a donde iba, especialmente al recién nacido, pero pensaba que era lo mejor para su bienestar, quería protegerlo.

    Los Fave eran dueños de una granja, el rancho era mucho más grande y amplió que el cultivo de la familia Irik, y tenían trabajadores a su disposición. La señora Fave estaba en el establo, terminando de arreglar el lugar para cerrarlo cuando se asomó y distinguió a la lejanía a Edwin con Preciosa. Se alegró de verlo pues su hijo se ponía muy feliz cada que iba a visitarlos. Y antes de que el invitado llegara, la señora se asomó al patio donde su marido trabajaba con el tractor.

    —Querido —alzó la voz para ser escuchada, el hombre bajó del vehículo y se apresuró a su esposa—: Edwin está aquí.

    —¡Que bien! Hay que decírselo a Eduardo.

    Era cierto que cada mes iba a visitarlos y cuando no podía se lo dejaba saber en un telegrama, sin embargo, esa visita era especial porque Edwin había tardado como una semana más de lo normal y sin una respuesta, y ante ese retraso, Eduardo comenzaba a entristecerse, preguntando qué pudo haberle pasado. Y aunque no pensaba que se había olvidado de él, tampoco sabía si le había pasado algo grave, y eso le frustraba porque no sabía a dónde o con quién acudir para informarse bien.

    El señor Fave se apresuró a avisar a su hijo mientras la mujer recibía a Rules.

    —Eduardo, ¿dónde estás, hijo? —preguntó el hombre entrando a la casa.

    —¡En mi cuarto! —respondió el joven recién cumplidos los dieciocho años de edad, quien se apresuró a salir un tanto preocupado—. ¿Sucedió algo? ¿Necesitas ayuda?

    —Nada de que preocuparse —Le hizo saber su padre con una sonrisa y Eduardo no supo como interpretar eso, aunque no evitó contagiarse de la alegría de él—. ¿Adivina quien ha llegado? Es Edwin, tu madre lo está recibiendo.

    La sonrisa en el rostro del joven se amplió más al escuchar esa noticia, ni lento ni perezoso salió afuera a recibirlo. Le encantaba la compañía del pelirrojo, no solo porque era un buen amigo, sino porque le contaba muchas historias y aventuras, recordaba muy a menudo cuando era pequeño que le fascinaban sus historias llenas de fantasía y ficción, pero sobre todo eso, le gustaba que le hablara de su madre biológica porque de esa manera podía conocerla. A los Fave no le molestaba eso, al contrario, invitaban a que Edwin hablara más de ella.

    —Hola, tío Edwin —saludó con un apretón de manos, muy jovial—, me alegra volver a verte. Pensé que no vendrías este mes, hasta esperaba un telegrama o carta.

    —Siento la preocupación, muchacho, es que han pasado varias cosas.

    —Pero, ¿está todo bien?

    —Todo bien. “Por ahora.” pensó—. Pero cuéntame, ¿cómo te ha ido a ti?

    —No se queden ahí —dijo la señora Fave—. Hijo, invítalo a tomar asiento, tuvo un viaje muy largo, debe estar cansado.

    —Ah, no se preocupe…

    —Mamá tiene razón, adelante, tío Ed, pasa —invitó el joven—. Hay que hablar adentro.

    Pasaron a la humilde morada Fave y se dirigieron a la pequeña sala.

    Eduardo Fave era un joven de un metro setenta y tres de altura, era muy delgado por lo que a lo lejos aparentaba ser más alto. A pesar de haberse criado en una familia agrícola, no parecía tener la complexión de uno. Era rubio y de grandes ojos color azul claro. Se caracterizaba por ser una persona pacifista, positiva y siempre una sonrisa adornaba su rostro. Eduardo tenía el carácter de su padre, siendo muy diferente a Arturo, quien tenía el carácter de su madre.

    —¿Gustas un poco de agua?

    —Si no es mucha molestia, señora, se lo agradezco.

    —Prepararé la cena —informó la mujer al momento que se dirigía a la cocina.

    —Que grata familia —Edwin no evitó decir lo que pensaba, volvió la vista al joven quien sonría muy agradecido de sus palabras—: ¿Entonces, qué tal te va, muchacho?

    —Muy bien, la verdad. Estoy estudiando mucho para irme a estudiar a la capital y hacer un doctorado.

    —Qué bien, esa es una buena meta. ¿Y qué dicen tus padres de dejar la granja?

    —Ya hablé con ellos y están de acuerdo en dejarme mudar a la capital para seguir estudiar. Edwin, ¿qué tal va todo? ¿Cómo está mi madre?

    Cada vez que tenía la oportunidad metía a la plática a Amber, él no sabía que contestarle, se quedaba unos segundos en silencio y el joven lo notaba, pero eso no le impedía seguir preguntando por ella.

    —Trabajando. Con mucho trabajo, pero está bien.

    Eduardo se entristeció un poco.

    —Entonces, ¿no vendrá a verme? ¿Recuerdas cuando me dijiste que cuando cumpliera los dieciocho ella vendría a verme? ¿Qué la conocería en persona?

    —¿Lo hice?

    —¡Claro que sí! Fue a los siete años, lo recuerdo muy bien.

    Se sorprendió que se acordara de eso, a él se le había olvidado. Sí, ahora lo recordó. Tenía siete años cuando por primera vez los tres decidieron contarle que él tenía una madre biológica, se puso tan sentimental que no dejaba de llorar, preguntándose por qué no estaba con él.

    Intentaron hacer todo lo posible por calmarlo, explicándole más o menos lo que sucedió y porque ella no estaba allí, él preguntaba cuándo la vería, qué día, qué mes, qué año... era tanto su lloriqueo que hasta se habían arrepentido de haberle contado la verdad y una forma que a Edwin se le ocurrió fue decirle que cuando cumpliera la mayoría de edad, ella vendría a conocerlo.

    Eduardo siempre tuvo presente a su madre, lo sabía por siempre preguntar por ella, completamente diferente a Atur, quien no preguntó nada de ella desde que lo dejó a su cuidado, dando por sentado que ella lo abandonó.

    —Bien —continuó Eduardo al notar que Edwin no diría más—, entiendo que fue una forma de calmar a un niño. Pero, por favor, respóndeme con total sinceridad a una pregunta, ¿ella está viva? ¿Ella continúa viva, verdad?

    Aquella pregunta tomó por sorpresa a Edwin.

    —Claro que sí, tu madre está viva.

    Ante la respuesta, Eduardo se vio más calmado y hasta exhaló aliviado, cruzó por su mente que tal vez Edwin le estaba ocultando que quizá su madre murió. Se alegró de saber que no era eso. Sabía que Edwin ocultaba algo, y pensó que había sido eso. Se alegró estar equivocado.

    —¿Eso te preocupaba? Qué extraño —respondió el mayor.

    —¿Te parece extraño? —arqueó la ceja el joven—. No lo es para nada, tengo derecho a preocuparme por mi madre biológica.

    —Tienes razón. Ella desea verte, pero, hasta que el trabajo disminuya, te prometo que vendrá a verte. Está ansiosa de hacerlo. Ten solo un poco de paciencia —lo animó.

    Eduardo esperaba que eso fuera cierto y no solo una forma de tranquilizarlo como cuando era niño. Al final cambiaron de tema y hablaron un poco más de otras cosas, después de se sentaron en la mesa para cenar. Una vez que terminaron, hicieron un poco de sobremesa y al terminar de recoger, los Fave se dispusieron a descansar.

    Edwin salió a tomar aire fresco y a meditar un poco.

    Mientras miraba las estrellas del firmamento se preguntaba cómo estarían sus compañeros. Se llevó la mano a la cabeza para revolver sus cabellos al momento que pensaba cómo iba a resumirle a Amber lo que le había preguntado y lo que le había prometido a Eduardo. Y aunque le gustaba estar ahí, deseaba estar ayudando a sus amigos a capturar a los White, para que ese infierno terminara de una vez, y por fin, Amber estuviera al lado de sus hijos.

    Al final se fue a descansar.

    Cuando salieron los primeros rayos de sol, y el cantar del gallo se escuchó por todo el terreno, el hijo de los Fave se levantó temprano para ordeñar las vacas. En el corral se encontró a Edwin cepillando a Preciosa.

    —Buenos días, joven —saludó el último dejando de peinar a la yegua, provocando que relinchara como diciendo que no la dejara de peinar.

    —Buenos días. Qué sorpresa verte tan temprano despierto.

    —¿Sí lo es? A mí me sorprende verte a ti, ¿recuerdas cuando no podías levantarte temprano y tus padres te levantaban a la fuerza?

    —Ni me recuerdes, aunque para mi defensa era muy niño —dijo avergonzado y luego comenzó a acariciar a Preciosa quien se le acercaba para que la acariciara más—. Veo que Preciosa sigue siendo tan mimada como siempre.

    —Stanley ama a ese animal.

    Preciosa relinchó gustosa como si estuviera entendiendo lo que decían.

    —Me voy a ir esta misma tarde —soltó Rules provocando que Eduardo se sorprendiera y lo mirara.

    —¿Por qué? Nunca te vas tan rápido, ¿por qué te iras hoy mismo?

    No le agradaba la idea. No quería que se fuera. Si bien Edwin era amigos de la familia, llegó a encariñarse con él, como si de verdad fuera parte de ella, lo veía como a un tío de verdad.

    —Quédate un tiempo más, sabes que eres bienvenido aquí…

    —Lo sé, y se los agradezco, pero solo vine a cerciorarme cómo estabas, por petición de tu madre. Ahora mismo tengo compromisos que no puedo pasar por alto.

    —¿Qué clase de compromisos? ¿Negocios? ¿Cuál es el trabajo de mi madre? ¿Por qué es más importante ese trabajo que yo? ¿Por qué… por qué nunca ha venido a verme ni una sola vez?

    —Oye, oye, son muchas preguntas —Intentó detenerlo para que no siguiera—. No puedo responder a todas —Y aunque pudiera no lo iba a hacer—. Escucha, tu madre ha venido a verte.

    —¿De verdad? ¿Cuándo?

    —Sé que me regañará por decirte esto, pero hubo varias ocasiones que vino de incógnito.

    —¿Mis padres lo saben?

    —No. Como te dije, vino de incógnito porque los Fave la conocen, y sabía que si la veían la convencerían de entrar a casa.

    —Amo a mis padres, soy feliz aquí, pero quiero conocer a mi madre biológica. Nunca dejaré de amarlos y, no intentaré ser una molestia para ella, así que solo quiero verla, hablar con ella, eso es todo.

    A Edwin le impresionaba el pensamiento de él. Debía serle difícil esa situación.

    —¿Te puedo acompañar? También puedo ir de incógnito.

    La pregunta repentina del joven lo tomó por sorpresa, no obstante, hasta Eduardo sabía la respuesta que iba a recibir por parte del mayor.

    —No, no puedes.

    Fue lo único que pudo decir. En realidad no sabía como reaccionar ante esa situación.

    —No pido que mi madre deje su trabajo, yo solo quiero verla una vez, ni siquiera sé como es físicamente, y tengo miedo de olvidarla sino pienso en ella constantemente.

    Edwin se mantuvo en silencio, no supo que decir, o agregar, y Eduardo simplemente tomó de nuevo el balde al notar que la conversación había terminado; por lo menos para el mayor, así que el joven se retiró, dejando a un Edwin pensativo. Cada vez era más complicado ir a verlo, ya no era un niño al que se le retenía con simples palabras y promesas. Realmente esperaba que esa vez fuera la última vez que fuera a verlo solo.

    La mañana transcurrió de forma normal, una vez estuvo el almuerzo fueron a comer, hablaron un poco de todo y así fue hasta que llegó la tarde, momento en que Rules se iría. Este último se preparaba para la partida.

    Él se despidió de los Fave, subió a la yegua y antes de que se fuera, miró por última vez al menor y sin decir nada, estiró las riendas y Preciosa se movió hasta perderse en el horizonte, dejando atrás el hogar de los Fave. Edwin cabalgó hacia el campamento y mientras viajaba meditaba en lo que era de su vida.

    ¿Por qué hacia todo aquello?

    ¿Por qué ayudaba a los humanos de esa manera?

    ¿Por qué hacía recados de ese tipo a tal punto de convertirse en una niñera?

    En realidad las respuestas eran simple. Él llegó a tenerles mucho cariño a los humanos, en especial a la familia Stan-Reza. Sin embargo, también lo hacía para poder pagarles un poco a ellos. Los humanos estaban haciendo muchos sacrificios para salvar y ayudar al planeta junto con sus habitantes.

    A simple vista, los seres humanos tienen la obligación de pelear por su salvación, pero ahora, el planeta azul era, o mejor dicho, sería también el hogar de los Lkijo. Estaba consciente que nunca harían que los Poewo dejaran de viajar y destruir civilizaciones, sin embargo, defenderían con todas sus garras su hogar, por eso los ayudaba, porque también ayudaban a salvar a su segundo planeta. No pudieron defender el suyo, defenderían éste.

    Dentro del universo y las razas inteligentes conocidas del mismo; los Poewo no solo son son una raza poderosa, destructiva y peligrosa, estaba entre las cinco estirpes más potentes y temidas del universo; nombradas como las Fif-Peir.

    Rules divisó a lo lejos el campamento y con un leve golpe a Preciosa le indicó que acelerara el paso y así lo hizo. A los pocos minutos llegó, se asombró al ver el lugar completamente silencioso por lo que no evitó preocuparse, ¿llagarían con bien? ¿Pudieron capturar a los White? Según su calculo, Amre y los demás debían de haber llegado, claro, a menos de que el enemigo… No deseó pensar en eso. Bajó de la yegua y caminó hacia las tiendas de campaña, esperando ver a alguien.

    —¿Hay alguien? —preguntó al viento.

    Nadie respondió.

    El rostro de Edwin se volvió serio al escuchar a Preciosa relinchar, se giró a dirección donde se escuchaban los pasos de alguien. Tomó postura de pelea. Se sorprendió de gran manera al ver a la novia de Brad —claro, no era oficialmente su novia, pero como desconocía su nombre, la reconocía como tal.

    —¿Puedo ayudarla en algo, señorita?

    —S-sí, ¿sabe si se encuentra Brad? —preguntó,nerviosa—. No quise molestar, disculpe si lo hice.

    —No se preocupe, yo me disculpo por asustarla. Él ahora está de viaje, y no ha regresado.

    —Oh, ya veo —se entristeció—. ¿Y no sabe cuándo regresará?

    —No estoy segura, señorita.

    —¿Cree que regrese esta noche?

    —Si desea comunicarle algo, puedo hacérselo saber cuando regrese, de su parte.

    —Sí, gracias por el ofrecimiento, pero regresaré más tarde, si no ha llegado, le dejaré mi mensaje. Gracias por todo —dijo despidiéndose ya dispuesta a retirarse, pero ambos vieron que un vehículo se iba acercando.

    Edwin dio un par de pasos al frente y frunció el ceño extrañado, era raro que un carro subiera hasta ese lugar, sin contar que el camino era rocoso y tenía muchos baches que eran difíciles a los carros llegas hasta ese terreno.

    El carro se estacionó cerca. Rules se sorprendió de ver a Amber descender, aparentemente estaba sola. Había pedido un taxi y lo reconoció al ver el modelo y la pintura que tanto lo caracterizaba. Edwin trotó hasta acercarse a ella e iba a preguntar por Atur pero no fue necesario porque vio como ella abría una de las puertas traseras, allí estaba el rubio acostado en el asiento de atrás.

    —Edwin, ayúdame con él —pidió ella.

    —¿Qué sucedió? —preguntó, curioso y preocupado mientras ayudaba a Amber a sujetar el cuerpo inerte de Atur para llevarlo a recostar.

    —Tuvimos complicaciones. Dejé a Arturo en el hospital de un pueblo y...

    Amber guardó silencio al ver a Lana.

    —Vino a buscar a Brad —informó el varón.

    —¿Y no han llegado? —preguntó ella un poco alterada al darse cuenta de ese hecho.

    Se preocupó por ellos, tenía la esperanza de verlo a ellos cuando regresara. Cuando vino a dejar al White antes de regresar a donde dejó a Atur, creyó que no debían tardar. Edwin se dio cuenta de lo que sucedió cuando leyó la mente de Amber, quien le hablaba por allí para evitar que Lana la escuchara.

    —Escucha, ahora mismo no estamos para tener visitas —dijo Amber, intentando no sonar brusca—. Si pudieras regresar en otro momento lo agradecería.

    —Sí. Vendré un poco más tarde para ver si Brad está —respondió, tímidamente.

    —Sí, está bien y si no ha llegado le dejo el mensaje que desees —recalcó Edwin mientras él y Amber llevaban a Atur a la tienda de campaña para recostarlo allí.

    Lana no tardó en retirarse, dejando el lugar de nuevo en un silencio sepulcral. Adentro, en la tienda, acostaron al rubio. Su estado solo evidenciaba lo cansado que estaba, todavía no dominaba a la perfección el control de Energía, y solía gastar mucha más Energía que Amer.

    —… no sé si pueda continuar —susurró la mujer mirando al rubio. Edwin bajó la mirada. El sentimiento de preocupación comenzaba a hacerle estragos en su estómago, después de todo hablaba de su propio hijo—. Me gustaría que dejara esto, no quiero que vuelva a luchar. Pero… sé que él no lo hará.

    Como Edwin no podía decir nada, solo se limitaba a escucharla. A él no le convenía que dejaran de buscar a los White pero estaba consciente que no era tarea fácil para ellos esa batalla y menos al escuchar la historia del Poewo-calvo y que fue él, estando en ese mismo o en otro cuerpo, quien asesinó al padre de Atur y Eduardo. Amber estaba sufriendo sentimientos encontrados. Estaba perdida, y dubitativa. A todos esos pensamientos, se le añadía una cosa más.

    —Estoy preocupada por Brad y Staley —dijo en voz baja, para evitar despertar a Atur—. Tendré que ir a buscarlos —dijo con la intención de salir de la tienda de campaña, pero antes de hacerlo, se acercó a Edwin al recordar algo luego recordó algo—. ¿Cómo está Eduardo? ¿Cómo lo viste?

    —Él está perfecto —No quiso contarle de más porque la observó con mucho estrés—. Está estudiando para ser profesional, nada más. No pasé mucho tiempo porque quería venir.

    —No te vez muy convencido. ¿Qué sucedió realmente?

    —Bueno, es normal que pregunte por usted —desistió al final y decidió contarle todo—, pero en esta ocasión, me preguntó si continuaba viva. Imaginó que lo preguntó porque...

    —Le hubieras dicho que estaba muerta.

    Edwin la miró con seriedad sin poder creer que hubiera dicho eso.

    —Creo que es mejor si él cree que estoy muerta. Arturo también debería saberlo...

    —No puede hablar en serio, Amre. A pesar de todo, ellos tienes el derecho de...

    —No lo entiendes, Ed, ya no hay una segunda oportunidad para mí. Si alguna vez pensé que ésto terminaría y después me dedicaría a cuidarlos, fui muy ilusa, ya es tarde, ellos ya son unos adultos. Ya son unos hombres. Los dos crecieron sin una madre. Yo solo... solo sería un estorbo en su vida.

    —Ah, no puede estar hablando en serio —Edwin se molestó ante esas palabras—. No me lo creo.

    —Hazme un favor, Ed —habló mientras se acercaba a la puerta de la tienda de campaña—. Cuando vuelvas a ir, dile que morí. Es mejor que piense eso, y cuando tengas oportunidad, dicelo también a Arturo. Es mejor que yo esté muerta para ellos.

    Edwin cruzó los brazos al momento de decir:

    —Siento mucho decir esto pero, me niego a hacerlo. No quiero contribuidor a que crean que su madre murió. Además, soy terrible mintiendo. Ocultaré cosas, sí, pero no miento deliberadamente.

    Amber frunció el entrecejo. La realidad era que a lo que más temía era que sus hijos la odiaran. Por ejemplo, Arturo poco a poco la estaba reconociendo como una maestra y a respetarla, ¿qué sería si se enterara que es su madre? Negó para sacudirse los malos pensamientos. No quería que la odiaran y la despreciaran. Deseaba ser alguien más en la vida de ellos, mas no la madre que los abandono.

    —Hablaremos de ese tema después. Por ahora iré en busca de Brad y Stanley.
     
    Última edición: 18 Diciembre 2022
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    Es una buena pregunta, no lo había pensado. ¿Cómo es que los Poewos se enteraron de que los humanos y los Lkijos buscaban a los White? ¿Se enteraron del plan? o.o Brad es un autentico genio, un Einstein en progreso xD
    ¿Por qué nunca me dejas acertar una? ._.
    No me fastidies xDDD Y al final yo soy la de la culpa porque siempre me haces elegir T_T

    Pero bueno, un muy interesante capitulo y se nota que fue hecho con amor *u* Me ha gustado. Esos poewos están tramando algo y sé que será malo, muy malo para nuestros personajes D: ¿A quién vas a matar? ¿También lo dejarás al azar par que escoja yo y me sienta culpable? ¬¬ Mírala, eh, mírala. En fin.

    Ah, ahora me queda claro qué hace Edwin cada que se va y por qué. Eduardo, el hijo de Amber, cielos. Él la recuerda, vagamente y no quiere olvidarla, claro. Yo creo que, Amber debería ir a verlo, si no, no sé, el chico va a acumular rencor toda su vida u.u Comprendo, supongo, que lo que quiere Amber es protegerlo, pero no sé :/ Es una buena maestra y lo que quieras, pero como que es pésima madre.
    Espero el siguiente capítulo con ganas, pues se ha quedado muy interesante y quiero saber qué pasa. Por el momento me despido y te cuidas.

    Hasta otra.
     
    Última edición: 12 Enero 2016
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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

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    Hola Sara, disculpa la tardanza, en verdad disculpa. Tu insinuación del final acerca de si me he hecho esas preguntas y por qué no las he expresado es difícil, supongo que aún tengo algunas lagunas sobre la historia y en cada capítulo espero resolver ciertas dudas pero no llegan, de hecho la historia crece y tal vez me he llegado a perder.
    Muchas gracias por dedicarnos con tanto amor el episodio, eso me ha agradado bastante.
    Ahora sí, a la historia. El capítulo contrastó con el anterior pues mientras que la acción caracterizó cada escena, ahora ha sido más tranquilo aunque revelador y enigmático. Ya te había comentado con anterioridad que me encanta el campo, la vida silvestre, el despoblado, los caminos y esa parte en que Edwin va cabalgando rumbo al rancho de los padres adoptivos de Eduardo es por demás delicioso, puedo verme a mí mismo cabalgando por la sierra mientras canto y me embeleso con la belleza y tranquilidad del lugar, oye, llegar a un lugar así es llegar a un auténtico hogar.
    Respecto a Eduardo ¿ya lo habías mencionado? porque no lo recuerdo, este secretito de Amber vaya que me ha sorprendido, lo de enviarlo con ese matrimonio es por obvia protección pero es sólo eso o hay algo de fondo en esa insoportablemente difícil decisión ¿renunciar a un hijo? Dios, yo no podría. Se nota que estima mucho a Edwin y que es un chico trabajador pero la edad le está jugando una buena, ya está desesperado o incluso harto por no ver a su madre y por más controlado y respetuoso que sea a esa edad te importa un rábano todo y vas por tus convicciones contra todo, yo pienso que será muy difícil contenerlo y que en cualquiera de estos días les cae a nuestros amigos a su campamento o a la casa ¿cómo reaccionará Amber? eso me gustaría verlo.
    El plan de los poewo parece ser feo para causar el éxtasis del malvado extraterrestre tras escuchar a su líder. Haber cómo nos va a los humanos con ello, claro, ayuda que tenemos a Brad y compañía de nuestro lado pero no deja de sonar espeluznante, sobre todo por lo que mencionas sobre que los poewo forman parte de la élite universal y sabes, creo que si yo fuera un rival de ellos buscaría la alianza de las otras civilizaciones para enfrentarlos, este tipo de pueblos con frecuencia no toleran que haya más como ellos y lejos de verse como potenciales aliados, se ven como futuras amenazas, así que yo buscaría por allí.
    En cuanto a Edwin, es muy noble su misión, se ha encariñado con los humanos y vela por nuestra seguridad pero aún espero que un día explote la importancia de este personaje, hace unos capítulos decías que se desaparecía cada cierto tiempo y recuerdo haberte dicho algunas teorías pero me fallaron ¿ácaso es por visitar a Eduardo o es otra cosa? Yo aún cuento conque se convierta en una especie de hombre lobo extraterrestre para que represente una amenaza seria contra los poewo, puf.
    Y por último ya quiero escuchar la historia de por qué estaba devastada la zona en que se encontraban nuestros amigos, debió ser una dura pelea y no puedo perdonarte que te la brinques, debes narrarla a detalle, anda ¿sí?
    Bueno, chica, es posible que me ausente un poco de este foro, las ganas de dibujar han vuelto a mi vida después de una sequía como de diez años así que tengo que darle gusto a mis manos y mi mente, pero trataré de comentar tus diferentes historias y las de tu familia, ojalá que pueda en verdad que sí, quiero hacerlo todo. Un abrazo, que estén muy bien.
     
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    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Hola gente hermosa. Lamento decirles que este no es un capítulo :( Yo sé, yo sé, es decepcionante para los que esperaban un nuevo capítulo. “Sati, ¿por qué nos haces esto?” Sé que piensan eso :(
    Honestamente no soy de las que dan anuncio apartes, si lo hago lo hago en el capítulo. Sin embargo, me gustaría responder a algunas cosas que me han dejado y, como estoy tardando en actualizar, creo que es mejor apartar un momento para aclarar y explicar cosas.
    Antes de comenzar, quiero agradecer mucho a los usuarios que leen y toman de su valioso tiempo para comentar, aprecio enormemente ese detalle y realmente no sé como agradecerles. Me hace muy feliz leer sus comentarios. Bueno, bueno, ahora sí a comenzar esto o si no me voy de las ramas.

    O sí que sí, están tramando algo muy grande. Ya lo veras más adelante. Y sobre la próxima pregunta, ¬¬, ¿es súper obvio que lo haré? No te preocupes, que esta vez, si a alguien va a decir adiós en esta historia, será por mi cuenta, pues ya esta el personaje seleccionado.
    Desafortunadamente así es, es una pésima madre, aunque se lamenta por ello y lo reconoce.

    Bien, ahora entramos al plato fuerte.

    Tienes mucha razón, Víngilot, la historia crece y crece y puede que algunas cosas se pierdan ya que hay momentos y diálogos que dan un guiño a lo que viene en el futuro. Aunque yo más bien diría que esto sucede, el que se pierdan algunas cosas, porque tardo mucho en actualizar y el lector se olvide de ellas, y es de esperarse porque hasta la escritora se le olvidan. Esta historia la planee para que sea larga, muy larga, ya que habrá tres partes y todavía estos en la primera; igualmente algunas respuestas se responderán hasta la segunda y posiblemente hasta la tercera parte. Espero que eso no sea una molestia. Ahora, siempre estoy dispuesta a escuchar las dudas y si estas ya fueron respondidas anteriormente, pues las responderé, si todavía faltan para responderse, pues diré que se responderá más adelante.
    En realidad sí. En el capítulo 7, precisamente fue un guiño. Te citare esa parte:

    Pues en realidad si es importante porque es el vocero de la humanidad como de los Lkijo. Se sabrá un poquito más sobre él más adelante, pero si te refieres a que haga algo mucho más de lo que esta haciendo, mmm, pues te decepcionaré porque no va a hacer así.
    Sí, se da sus buenas desapariciones por eso. No existe algo más.
    Edwin fue diseñado y creado tal cual lo ves, sin ningún poder o transformación. La raza de los Lkijo son así, no son para nada violentos o agresivos, al contrario de lo que son los Poewo. Ellos son pacíficos, por ello fueron fáciles para que los Poewo desterrarlos y destruir su planeta. Pero sin duda tomaré en cuenta lo pedir ayuda externa, quizás lo haga, quizás no. Todo depende de mi cabeza e imaginación xD
    Dios, me has atrapado xD Cuando leí eso pensé, "Víngilos ya me esta conociendo" ¿Cómo sabías que no la iba contar? Creo que de nuevo te decepcionaré. No iba a escribirla pero cuando leí tu comentario medité que debería escribirla y pensé en hacerla, en serio, hasta comencé a hacerla. No obstante, me que a median y no pude terminarla porque sucedió que mi memoria USB se descompuso y todas mis historias como documentos se perdieron, me frustré mucho (no es la primera vez que me sucede) y me encapriché porque además de esta, tenía otras continuaciones de otras historias, y me dije que ya no volvería a escribir más... me enojé mucho, de verdad. Pero como vez, sigo aquí porque a pesar de todo me gusta que los demás lean lo que mi mente maquina y, sigo escribiendo.

    Editado (2 de Agosto del 2018):

    Como he re-editado la historia un poco, para no solo escribirla y redactarla mejor (aunque continuará teniendo fallos gramaticales y ortográficos), aproveche también para volver a leerla y así volver a tener el hilo de la misma. Esta vez, iré actualizando poco a poco en vez de cada semana como antes lo hacia. Comprendí que es mejor subir capítulo cada tres veces al mes (poniendo un ejemplo) que cada semana. Escribir un capítulo, re-leerlo varias veces antes de publicarlo, es mucho mejor para mi, como autora, y para los lectores, que verme obligada a publicar cada semana aunque escribiera el capítulo rápido y el resultado saliera mediocre. Así que, está vez continuaré, Una misión; Un futuro mejor, paulatinamente.
    Gracias pro su compresión.

    Nota importante:

    Si bien no cambié nada drástico en las escenas pues sigue manteniendo la misma esencia e idea, así que no están en la obligación de volver a leer todo, sin embargo, si debo recomendar a mis anteriores lectores que si desean retomar la lectura, lean el último capítulo (el 18) porque esté si está un 80% cambiado al original.


    Bueno, tan solo deseaba informar eso. Espero muy pronto actualizar y traerles un verdadero nuevo capítulo. Hasta la próxima.
     
    Última edición: 2 Agosto 2018
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