Historia larga Misión: Recolección [Trilogía: Una misión; Un futuro mejor 1]

Tema en 'Novelas' iniciado por Sonia de Arnau, 28 Julio 2013.

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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

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    Interesante el capítulo. Ese plan de hacer trabajar a los chicos en equipo fue muy ingenioso. El hecho de que Ed lea las mentes es una desventaja para ellos, pues como se pudo notar, the master no hizo para nada fácil la tarea, sin embargo, el que trabajaran en equipo, los ayudó a llegar pronto a la cima, quizás si no se hubieran unido, hubiesen sufrido más atropellos, hahaha. Menos mal que cuando Atur cayó por culpa de esa grava, no estaba tan alto. Fue muy inteligente Brad al observar primero de qué manera subir.

    Debo añadir que sigues comiéndote los tildes. Hay varias palabras a las que les falta. El acento da el sonido y la interpretación correcta a la palabra, pues una palabra que lleva acento y no se le pone, puede cambiar el sentido de la frase, así que revisa varias veces el escrito, de igual manera, vigila los tiempos. O narras todo en presente o todo en pasado.

    Sin duda has mejorado bastante, pero sé que puedes mejorar todavía más, así que adelante XD Espero el siguiente capítulo. Me he quedado intrigada por ese sentimiento de Amber sobre que es una pésima madre O.o

    Abrazos.
     
  2.  
    Borealis Spiral

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    Sí, yo también me quedo de a tres con lo de la pésima madre. ¿A qué se refiere con eso? Y un segundo, ¿Amber es madre? o.o Eso no me lo esperaba para nada, ¡nada! ¿Un maestro puede ser madre? :S ¿Tú qué opinas, Master?
    ...
    Ah~~ xD

    Ya, modo locura desactivado. ¡Natty!, no sabes lo feliz que soy de leer un capítulo corto entre tanta extensión T_T Lloro de emoción. Un poquito más de atención y te quedará perfecto, eso también me hace feliz, has mejorado tanto, pero concuerdo con Master, alguna que otra tilde, un par de ideas cambiadas (a veces pareciera que estás traduciendo el escrito xD) y cosas así, ya más detalle que nada. La narrativa y la ortografía en general están muy bien ahora.

    ¡Wah! El trabajo juntos que hicieron Atur y Brad fue ingenioso; ambos cooperaron para lograr su cometido y en diferentes facetas, lo que ya no me hace dudar tanto de su capacidad como equipo, ya no tanto. Eso sí, Atur debe mejorar esas ínfulas que se da y ese egocentrismo de ser el mejor en todo y el centro de atención o las próximas caídas (de espíritu) sí que le dolerán xD Ejem, deseo ver eso >:3
    Neh, no tengo más que agregar, salvo que espero el próximo capítulo que creo que ahora sí podré seguir decentemente esta historia. Me voy que tengo sueño. Es malo que el rey no esté o.o Nos leemos y te me cuidas un montón.

    Hasta otra.
     
  3. Threadmarks: Capítulo 8.- ¡Cuidado! No es el momento de holgazanear
     
    Sonia de Arnau

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    Misión: Recolección [Trilogía: Una misión; Un futuro mejor 1]
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    Hola, hola y hola :) Pues nada, aquí de nuevo para seguir las actualizaciones (después de más de un año :confused:) de esta extraña historia. Ahora, mi misión es terminar cada una de las historia que he empezado y primero estoy por terminar las que tengo publicadas. También me gustaría añadir que he "mejorado" (sí, como leen, entre comillas) los capítulos, realmente nada nuevo es agregado, tan solo que he redactado mejor las escenas como los diálogos y esas cosas. Además, he de decir que estoy pensando en actualizar la historia 2 veces por mes (tal vez si estoy de buenas, tres) se que es mucho tiempo, pero tengo ocupaciones.

    Pues nada, después de mucho tiempo, dejo el próximo capítulo. Y por supuesto, como es una historia escrita a lo rápido y furioso, tengo mis errores, así que ya saben decírmelos que son bien recibidos :) Abrazos y besos para todos los que lean esto.

    ——————————————————————————————————————————​

    Capítulo 8
    ¡Cuidado! No es el momento de holgazanear

    Aquel día estaba por terminar y Amber los había llevado a otro extraño lugar. Los dejó descansar toda esa mañana, aunque estaban pagando las consecuencias del día anterior al escalar el muro. Ni siquiera Brad, que era madrugador, se pudo levantar temprano esa mañana. A pesar de eso, aquella mañana no estuvieron sin hacer nada, Amber les ordenó que empacaran sus cosas para que hicieran un campamento afuera, porque dormirían allí desde ese día.

    Cuando acabaron de comer, sin perder ni un minuto, la maestro Amber los llevó hacia ese lugar, un pequeño bosque en la parte trasera en el terreno de Amber Reza. Comenzarían su entrenamiento físico, darle cien vueltas a una pista circular que estaba en el centro de aquel boscaje, y no iban a continuar con el próximo entrenamiento a menos que terminaran todas la vueltas dichas.

    Apenas llevaban treinta vueltas cuando Brad, exhausto, disminuyó la velocidad. Necesitaba descansar y tomar un poco de aire. Atur se dio cuenta del estado de su compañero y se detuvo. El castaño apenas podía respirar y el rubio se acercó a él.

    —Ya quiero terminar con esto, ¿quieres? Yo también quiero irme a descansar, así que mueve tu trasero, Brad.

    Su voz se escuchó molesta y cómo no estarlo cuando para la mala suerte de él, Amber añadió una única regla: Los dos tenían que terminar las cien vueltas iguales. Si uno de ellos terminaba antes que el otro, él tenía que continuar corriendo hasta que su compañero terminara las vueltas mencionadas.

    —¡Estoy harto de estos entrenamientos! ¿Cuándo nos enseñará a usar la Energía?

    Brad compartió su sentimiento; él también estaba esperando a mejorar en ese ámbito, aunque sabía de un dicho que su padre solía citarle mucho: “Se necesita de un contenedor fuerte para guardar un poder mayor”. Así que sabía que aquellos ejercicios eran simplemente para fortalecer el cuerpo y así puedan guardar o general Energía.

    Al descansar un poco, intentó volver a correr pero al par de minutos volvió a parar y decidió caminar.

    —Los siento —se disculpó al interpretar la mueca en la cara de Atur—. Déjame descansar un poco antes de volver a correr.

    —Que débil eres —mencionó en voz baja.

    Él también comenzó a caminar, a un lado de Brad, no podía hacer nada más. Él ya estaba acostumbrado a correr largas distancias porque lo hacía solo. Dar cien vueltas a ese campo no le era difícil, pero sí para alguien que no estaba acostumbrado como Brad.

    —Que estricto entrenamiento, ¿verdad? —mencionó Irik para romper el silencio.

    No conocía nada de su compañero más que su nombre y apellido, fuera de eso, nada, y realmente deseaba conocerlo más a profundidad, quizá de esa forma pudiera comprender un poco su desagradable comportamiento.

    —A mí no me lo parece —contestó—. Lo que si me parece exagerado son esas estúpidas reglas; cómo que dar cien vueltas y terminarlas juntos, es absurdo por donde lo veas.

    Brad tan solo lo miró sin decir nada, no había que decir nada, estaba comprendiendo el carácter de su compañero.

    —A estás alturas me faltarían solo diez vueltas para terminar este estúpido entrenamiento, y mírame, aquí estoy, caminando a tu lado, perdiendo el tiempo.

    —Disculpa por ser un estorbo —dijo al final el castaño, disimulando su molestar—. Pero, por lo que he podido notar, si que has trabajado tu cuerpo. Eso es bueno —Quería ser positivo y ver lo bueno de Atur en vez de solo enfocarse en lo irritante que podía llegar a ser—. Yo solo soy un principiante. Yo antes entrenaba pero después deje de hacerlo, tal vez si no lo hubiera dejado estaría en mejor condición.

    Volvieron a ser rodeado por el silencio. Caminaron y continuaron caminando y ese día estaba por terminar; faltaban pocos minutos para que el sol se metiera y la brisa de la noche iba incrementando, tenían que acabar rápido si deseaban calentarse bajo las llamas de la fogata que los esperaba en el campamento que armaron.

    —Atur —volvió a hablar Brad, insistente—, sé que recién nos conocemos y que… nuestro encuentro no fue el más agradable, pero realmente me gustaría llevarme bien contigo. Después de todo seremos compañeros en esta aventura.

    Se escuchó una risotada por parte del rubio, después cuestionó irónico:

    —¿Y qué quieres; saber de mi vida?

    —Esa no es mala idea.

    —¿Eres o te haces?

    Stan se puso serio. Irik era muy molesto. Había algo que le desagradaba de él y era que era una persona muy crédula e inocente que a todo le veía un lado positivo. Pensaba que todo resultaría bien, que la vida era buena y perfecta. Le desagradaban ese tipo de personas. Personas como él, que deseaban agradarle a todos.

    Nadie era monedita de oro para gustarle a todo el mundo.

    —Sabes —continuó Brad al ver que Atur no diría nada—, te conté que antes entrenaba. Bueno, eso es porque mi padre me enseñó muchas cosas, entre ellas defensa personal… —y comenzó a contarle lo que hacía con él hasta que poco a poco el ambiente iba siendo un poco más agradable para ambos.

    —Qué suerte —soltó Atur en una de esas.

    Brad no evitó bajar la vista y luego decir sin mucha energía:

    —Mi padre no era lo que podríamos llamar el mejor padre. Tenía sus defectos y era muy estricto.

    —¿Era? —interrogó, curioso—. ¿Qué le pasó?

    —Murió, en la guerra. Se alistó a ella y, pues, tuvo ese destino.

    —¿Y tu madre?

    —Ella también murió, un mes después de enterarme de la muerte de mi padre.

    —Bueno, por lo menos tuviste padres.

    Brad se mantuvo en silencio, quizás era el momento para que su compañero se abriera un poco y así fue, ante el momento, el rubio continuó diciendo:

    —Yo no tuve a nadie a quien pudiera referirme como padre o madre. Los dos me abandonaron. Primero fue mi padre quien nos abandonó, poco después fue mi madre, quien no quiso lidiar conmigo… —No solo le entristecía recordar eso, le daba algo de rabia—. Fue Edwin, quien me acogió.

    —Lamento escuchar eso. Es muy triste y me es difícil saber como te sientes. A mi todavía me da pesar el recuerdo de ellos, y aunque, por ejemplo, mi padre fue duro conmigo, él nunca nos negó nada a mi madre y a mí, realmente me dolió mucho su muerte. Ellos estuvieron conmigo en mi infancia y mi adolescencia. Se me hace inimaginable que existan padres que abandonen a su familia, a sus hijos.

    —Brad, ¿por qué estás aquí? —preguntó al ver que el muchacho era sentimental. Alguien como él no debería estar ese lugar—. Por donde lo vea, no tienes ni el fuerte ni el carácter de luchador, ¿qué haces aquí?

    —Porque quiero ser alguien en la vida. Si capturar a los White es una forma de ayudar a la humanidad, lo haré —fue sincero—. Ahora que me he quedado solo, ¿qué más me queda? No quiero morir siendo solo Brad, hijo de Roth el cultivador.

    —Tu resolución es noble —admitió Atur, a diferencia de él que solo deseaba ser más fuerte.

    —¡Muchachos!

    Brad y Atur dirigieron la vista hacia Edwin quien había hecho presencia.

    —Los he estado vigilando y todavía les faltan más de treinta vueltas, ¿qué no piensan dormir esta noche? Terminen antes de que se haga más tarde.

    —¿Por qué tienes que ser el mensajero de esa mujer? —se apresuró a decir Atur—. Si no le gusta nuestro trabajo que venga ella a decírnoslo. ¿No es acaso la supuesta “maestro”? Ella desde un principio debería estar aquí, no sentada descansando en su mansión.

    —Más respeto a tus mayores. Pues ahora estoy a su disposición, así que…

    Atur pasó de largo y comenzó a correr, Brad lo siguió y dejaron a un Edwin solo y pensativo, quien se limitó a mirar sus espaldas alejándose, ¿quien si no él podría saber lo que Atur Stan pensaba en realidad? Era consciente que a pesar de su fachada dura, uno de sus verdaderos objetivos además de hacerse más fuerte era encontrar a su madre para demostrarle que se había convertido en un hombre fuerte.

    En cierta forma deseaba que ella, al momento de volver a verlo, estuviera orgulloso de él, o quizás, se arrepintiera de haberlo abandonado al ver el hombre en el que se convirtió. Edwin volvió su rostro alegre a uno más triste; era un bonito deseo. Un sueño que el mismo deseaba que se convirtiera en realidad. Él era el primero en desear que Atur y su madre se reencontraran.

    Atur, varios metros alejado, se detuvo se giró para ver que Brad lo seguía, este último se detuvo también, y el rubio aprovechó para decirle en tono amenazante:

    —Olvida lo que te conté. Se supone que nadie debería saber mi pasado, así que olvídalo, ¿entiendes?

    Brad no evitó dibujar media sonrisa en su rostro y asintiendo volvió a correr. Estaba conociendo poco a poco a su compañero. Continuaron con un par de vueltas más cuando ambos se detuvieron y miraron al mismo lugar, dirección a la ciudad.

    —¿La notaste tú también? —preguntó Brad a Atur.

    Este último entrecerró los ojos. Podía sentir la presencia de algo o alguien, era algo leve por lo que debía estar a mucha distancia.

    —¿Qué crees que sea? —interrogó.

    —Se está acercando… —dijo Brad—. Espera, ahora se ha alejado… —Dio un par de pasos y luego se volvió a detener, miró a su alrededor. Aquella presencia era muy diferente a la presencia que sintió cuando Edwin y él se dirigían a Gram—: Es una presencia diferente a la de esos Zombis-Poewo.

    —Ah, es la primera vez que siento eso. Vamos.

    Atur no se hizo esperar y trotó hacia el centro de la ciudad Garza.

    —¿A dónde vamos?

    —¿Cómo que a donde? Hacia esa dirección.

    Mientras tanto, Amber, quien estaba terminando de armar su tienda de campaña, porque de vez en cuando acompañaría a sus pupilos, al sentir aquella presencia salió apresurada y dirigiéndose hacia donde dejó a los muchachos, se encontró con Edwin quien regresaba de verlos.

    —¡Hay un White dirigiéndose a la ciudad! —gritó—. Ed, llama a los muchachos, es hora de saber qué tan buenos son para capturar a su primer White.

    —¿Un White, cerca? Pero, es muy rápido para ellos… —guardó silencio al notar que la expresión de Amber se tornó a una más seria y preocupada.

    —¡Maldición, los Poewo están detrás de él! Olvídalo, no los llames, iré yo en persona…

    Se sorprendió al ver a Brad y a Atur acercarse, trotando.

    —Amber, la presencia que siento son dos, y diferentes —informó Brad—, eso quiere decir que una de ellas debe ser del White y la otra del Zombi, ¿no?

    —¿Terminaron con las cien vueltas? —preguntó ella.

    —Eso no es lo importante ahora —hizo saber Atur.

    —Ustedes no se muevan de aquí —les ordenó—. Ustedes se quedan aquí a completar esas cien vueltas.

    —Pues no sé como le hará para retenernos porque por mi parte, me dirijo hacia allá —dijo desafiante el rubio.

    —Amber, estoy de acuerdo con él —dijo Brad al percatarse de algo, al igual que los dos.

    Al ver la resolución de ambos, Amber no tuvo más remedio que dejarlos ir, así que los cuatro se dirigieron hacia allá, y mientras se iban acercando, de entre las sombras observaron al White correr, saltando y de vez en cuando perdiéndose de sus vista como si éste los sintiera, corriendo en zigzag. No obstante, Amber, Atur y Brad estaban prestando atención a sus lados, en busca de los poewos y un ataque sorpresa.

    Sin esperar a que alguno de los enemigos hicieran presencia, Amber les ordenó a los jóvenes que cada quien se mantuviera a un lado del animal mientras ella a su frente, querían acorralarlo, pero al final, el White se fue contra Brad, quien sorprendiéndose ante la reacción del animal, provocoó que el castaño frenara el paso.

    Para cuando volvió en sí, el White había pasado de largo.

    —¡No lo dejes escapar! —soltó Atur mientras se arrojaba para agarrarlo, pero éste alcanzó a escabullirse saltando hacia el otro extremo—. Es escurridizo… —admitió en el suelo; comenzaba a sentir los dolores del entrenamiento.

    Se levantó con intención de volver a acorralarlo, pero se giró al escuchar a la maestra.

    —¡Brad! ¡Arturo! Ésto es a penas el comienzo —les advirtió—. Que el White esté despierto no significa nada bueno —No comprendieron las palabras de ella por lo que continuó—: Los White duermen como si invernaran, solo se despiertan cuando sienten una gran amenaza.

    —Los Poewo —señaló Brad y Amber asintió.

    —Así es, me temo que ellos están detrás de los White.

    —¿Y desde un principio no lo han estado? —interrogó el rubio, no comprendía del todo lo que decían.

    La mujer estaba apunto de decir algo cuando su rostro su atención se dirigió a cierto lugar, percibió a los extraterrestres que corrían detrás del animal con insistencia, no había vuelta atrás, tenían que luchar contra ellos aunque ella deseara que no fuera así. A su vez, Brad no evitó dibujar en su rostro una mueca de disgusto al recordar aquella primera confrontación, reacción diferente que el rubio tuvo pues sin decir nada, salió disparado como bala hacia la ciudad. Brad lo siguió.

    —¡Oigan, espe…! —Fue en vano detenerlos. Amber dejó escapar un suspiro de disgusto y luego dirigió la vista hacia Edwin.

    —Jejeje, al parecer están impacientes por ver el resultado de su entrenamiento —dijo él.

    Los Poewo se encontraban en las cercanías, aunque no se dejaban ver, era como si estuvieran al asecho del White. A la mujer le preocupaba los enemigos, desconocía cuan peligrosos podían ser. El White corría varios metros aventajados de Irik y Stan. Cuando por fin pudieron acercarse a menos de dos metros del peludo animal, al no haberse puestos de acuerdo, los dos aprendices se fueron contra él al mismo tiempo, chocando cabeza a cabeza.

    —¡Muévete, novato! ¡Estás estorbando! —gritó el rubio tocándose la parte afectada.

    —Debiste haberme dicho lo que iban a ser —dijo entre dientes el castaño.

    Son un completo desastre” pensó Amber al ver su actuar. Estaba más preocupados por ellos que por lo demás.

    Ambos estaban tan concentrados con atrapar al White que no se dieron cuenta que dos Poewo estaba demasiado cerca hasta que se mostró ante sus ojos. Los dos jóvenes se detuvieron sorprendidos, especialmente Brad, sin embargo, el enemigo solo los observó y sin hacer nada más, se fue detrás del White, que era su prioridad.

    —¿Ellos son los famosos Poewo? —preguntó Atur al sentir su presencia, por eso lo supuso.

    —Sí —Brad tardó en responder porque se percató lo diferente que eran de cuando peleó la primera vez.

    Aquellos poewos tenían la apariencia completamente humana; su piel ya no era grisácea y sus ojos ya no mostraban esas venas rojas. Si no fuera porque sintió esa extraña aura a su alrededor diría que era una persona común y corriente. Su aspecto era la de un ser humano normal. Se camuflaban con el resto a la perfección.

    Sin perder más tiempo, los dos siguieron al ágil animal y a los dos poewos que se dirigían a un bar, el White se escabulló, los extraterrestres entraron sin contratiempo y en seguida los dos pupilos. El lugar estaba lleno de clientela; algunos de ellos se mantenían de pie porque las mesas estaban atiborradas. Las risas burlescas calaban en lo oídos. Brad y Atur pasaban entre los espacios estrechos que separaban las mesas de otras mientras buscaban con la vista su carnada.

    En el fondo del lugar había un escenario en el que unas jóvenes damas estaban dando un show, danzando, alegrando a los borrachos de turno para entretenerlos y así despilfarrar su dinero en el excesos de la bebida.

    Mientras tanto afuera, Amber y Edwin habían perdido de vista a los muchachos, pero no sería difícil dar con ellos porque notaron que cuatro poewos entraron a un bar, dándole a entender que el White estaba allí. A Amber no la dejaron entrar, dos guaruras la detuvieron.

    —¿Por qué no puedo entrar?

    —Este lugar es exclusivo para hombre —dijo uno de ellos con voz autoritaria—. Está prohibida la entrada a una mujer.

    —Tan solo se permite la entrada a las bailarinas —añadió el otro al momento de verla de pies a cabeza y hacer una expresión nada grata, terminó—: Y no creo que usted sea una bailarina.

    Aquellas palabras y mirada le generaron un rechazo y repulsión a Reza, pero eran la reglas de ese lugar. A su vez, Edwin se acercó a ellos y los miró con desdén y gran molesta.

    —¡Ustedes no pueden hablarle de esa forma…!

    —Shh —lo calló y sin dejar de mirar detenidamente a los guardias, le ordenó a Ewdin—. Entra y vigílalos; hay seis de ellos. Si ocurre algo, házmelo saber de inmediato porque entraré a la fuerza.

    No estaban allí para discutir con nadie. Edwin asintió y entró. Lo que más le preocupaba a ella era que se enfrentaran a los enemigos en medio de un lugar repleto de personas. Esperaba que por lo menos pudieran sacar a fuera al White, y evitar confrontarse a los Poewo. Aunque sabía que estaba pidiendo muchos.



    Bueno, eso es todo por hoy :) Próxima actualización alrededor del 18-20 de febrero :) Que pasen excelente día. Gracias por leer.
     
    Última edición: 7 Diciembre 2022
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    Marina

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    Hola, pues qué grato que siguieras con esta historia, la que para serte franca, tuve que releer a grandes rasgos para enterder el último capítulo, pues más de un año es mucho tiempo, así que olvidé partes de ella, aunque no en sí la escencia.

    Y ahora me remito al capítulo, el que me a parecido muy entretenido e interesante, como por ejemplo, esta regla de Amber xD

    Jajaja, qué inteligente master tienen. Otra cosa que me pareció muy tierna, fue esa conversación que tuvieron Atur y Brad en donde Edwin escuchó sobre los sentimientos acerca de los padres de Atur, ahora comprendo un poco más la actitud del muchacho, pero qué bueno que tuvo a Edwin de su lado, así que realmente no estuvo solo y logró desarrollar sentimientos filiales por el mayordomo, aunque no lo dijera xD

    Y bueno, se ha quedado en un momento de mucha emoción. El Poewo quiere al White y por ninguna razón debe alcanzarlo. ¿Lograrán los muchachos impedirlo? ¿Logrará Amber entrar al bar? ¿Edwin podrá proteger del Poewo a Brad y Arturo? Espero las respuestas en el que sigue, así que:

    Nos vemos. TAM
     
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    Borealis Spiral

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    Yo tuve que re-leerla toda de nuez xD Y tengo que decirte, a como recordaba que era en cuestión de la ortografía y eso, esta está mucho, pero qué digo mucho, bastante mejor, oh sí xD Felicidades, Sati, has mejorado enormemente y, aprovecho también para felicitarte por continuar esto. ¡Di no a las historias incompletas! Lol. EN fin, paso a lo interesante:

    ¡Amo a Atur! Lo dicho, se queda como mi personaje favorito lol. No, no descarto como excelentes personajes a Brad y Edwin, pero Atru terminó por conquistarme más xD Seh, mis gustos por lo chicos "malos" no perdonan. Me encantó que sea tan así de orgulloso como para no decir que aprecia a Edwin y que se cuide de que este no se entere leyendo su mente, jojojo. Y esa amenaza que le hizo a Brad de que no recordara nada de lo que le dijo, ¡ja!, épica xD Pero bueno...

    Oh, no, aquí las cosas se pondrán intensas. Un White hace su aparición junto con Poewos que intentan cazarlo, pero, estos chicos no han terminado su entrenamiento, ¡qué va! Apenas si han entrenado, ¿verdaderamente conseguirán evitar que los malvados extraterrestres dañen al White? Oh, por cierto, la idea de Amber al hacerlos correr esta precisamente esa, ¿no? Que aprendieran resistencia y velocidad porque el White es una bolita rápida y escurridiza, ¿o me equivoco? Espero que no, pues es interesante. ¡Y a ella no la dejaron entrar al bar! xD Qué guardias tan responsables, ¿no? ¬¬ ¿Por qué siempre debe haber de esta gente que te retrasa en momentos importantes? ._. Es como una maldición.

    Y nada más, espero ansiosa el siguiente capítulo. Tú sabes de sobra que todas tus ideas me encantan, jejeje, así que ya quiero leer. Sin más que decir, me despido, te cuidas y te bañas xD

    Hasta otra.
     
    Última edición: 27 Febrero 2015
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  6. Threadmarks: Capítulo 9.- Uno vs cinco; uno vs uno
     
    Sonia de Arnau

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    Hola, hola de nuevo para actualizar esta historia. Muchas gracias a @Marina y @Borealis Spiral por sus comentarios y saber que aun están dispuestas a leer esta historia. Por cierto, me parece que este es el capítulo, por el momento, más largo, pero vale la pena (creo) sin más que agregar, dejo la actualización. *chasquido de dedos y ¡Puff! Aparece mágicamente el capítulo*


    Capítulo 9
    Uno vs cinco; uno vs uno


    El estruendoso ambiente que invadía de por sí el bar, incrementó cuando el espectáculo de las bailarinas había terminado. Todo el público que estaba pasado de copas se levantó de los asientos y comenzó a pedir que las hermosas damas bailaran otra vez. Unos tantos gritaban cuándo sería el siguiente espectáculo, y el resto gritaban a las meseras que les llevaran más cerveza y algunas botanas.

    Con aquel bullicio de gente, Atur y Brad pasaban por entre ellos.

    —¿Te gustaría beber algo? —preguntó una joven mesera a Atur.

    —¡Por allá está, Brad! —gritó él, apartando al la mesera.

    Irik se giró al verlo escabullirse entre las piernas de los hombres. De vez en cuando uno lo sentía y se agachaba pero éste ya se había escapado. Brad se apresuró porque era el más cercano, sin embargo, uno de los enemigos se fue contra él, quien dándose cuenta esquivó el ataque. Brad tropezó en una de las mesas.

    —¡Oye qué te pasa maldito estúpido! —gritaron los hombres, enfurecidos y levantándose de la mesa empapados de cerveza.

    —Perdón —intentó disculparse mientras uno de ellos lo tomaba del cuello de la camisa y comenzaba a zarandearlo.

    —¡¿Quien crees que va a pagar esto, imbécil?!

    Brad empujó al hombre, sorprendiéndolo, y es que si no lo hubiera empujado, un cuchillo lo hubiera atravesado. Las tres personas presentes miraron al dueño del ataque, el Poewo dirigió la vista hacia el menor mientras sus labios dibujaban una sonrisa distorsionada.

    —Haré de tus tripas adornos para el cuello —dijo en tono de ultratumba, provocando que la piel del joven se erizara y un escalofrío recorriera su espalda.

    Entonces Atur se acercó y lo tomó por la parte de atrás de la espalda y lo asió con fuerza.

    —Vete detrás del White —le dijo a Brad entre dientes por el esfuerzo que ejercía al no soltar al enemigo, que se retorcía molesto para zafarse del agarre.

    Brad, despertando de su embobamiento, se fue a seguir al animal mientras tanto, Atur soltó al extraterrestre al notar que dos de ellos estaban a punto de ir tras el castaño. Tomó uno de los vasos de vidrio que reposaba en la mesa continúa y lo lanzó hacia la pared cerca de un grupo de tres tipos robustos, que ajenos a lo que sucedían, reían a carcajada.

    —¡Pelea! —gritó y como si fuera la misma trompeta que anuncia la guerra, el bar estalló en un campo de batalla.

    Aquellos tres hombres robustos se levantaron de sus asientos, y gritando quién había sido el descarado que lanzó el vaso, teniendo mucho alcohol en su sangre, comenzaron a golpear sin discriminación al de lado, y éste a su vez se desquitó con otros de alrededor. En tan solo unos segundos, los vasos, botellas y puñetazos llovieron en el local. Los Poewo se vieron interrumpidos ante tal contienda al ser empujados de un lado a otro o recibiendo golpes de ajenos.

    El bar se convirtió en un enorme rin de boxeo.

    Atur también comenzó a esquivar ataques, aunque él se dirigía hacia sus verdaderos enemigos, golpeó con gran fuerza a uno de ellos que se acercaba a su izquierda, el golpe fue tan fuerte que lo lanzó hacia un grupo de personas. No estaba usando Energía, evidentemente porque no deseaba que alguien más observara como una “persona” moría.

    Al crear ese revuelo quiso evitar que los Poewo pudieran alcanzar a Brad, mas no contó conque ellos se movían con gran agilidad y atacando se iban haciendo un camino entre las personas, siguiéndolos, para evitar que siguieran al cultivador, Atur se acercó a uno de ellos y le proporcionó una patada en plena espalda, por lo que el Poewo caía al suelo, llevándose a uno que otros consigo.

    Otro, por su parte, iba a atacarlo por detrás, a quema ropa, pero Atur se giró al sentir su presencia y lo recibió con pleno puñetazo en el esófago, sofocándolo, para luego retroceder sorprendido al esquivar un puñetazo de alguien normal, por poco y no lo esquivaba. Estaba tan concentrado en la presencia de los poewos que olvidó que ahí había borrachos deseosos de pelea.

    Atur apretó la mandíbula mientras tomaba al hombre de las ropas y lo empujaba contra otro.

    —¡No se interpongan! —gritó enojado, volvió a poner su atención a las presencias; seguían siendo seis y estaban a una distancia corta.

    Volvió a esquivar otro golpe de un ebrio.

    —Esta gente es un estorbo… —sonrió al darse cuenta que su idea no había sido tan buena como la pensó. Aun así, sería divertido intentarlo.

    Entretanto aquello ocurría en pleno centro del bar, Brad se encaminó hacia la parte trasera del local. Se detuvo al llegar a un pasillo, sentía la presencia del White, estaba cerca muy cerca, pero era tan pequeño que no podía verlo a simple vista, además la poca luz que alumbraban las lámparas no ayudaban en nada con su visión.

    Dio pasos lentos, no quería asustarlo, recordó las palabras de su maestra, intentó borrar todo rastro de su Energía para que el White no pudiera ubicarlo.

    Brad abrió los ojos con gran sorpresa mientras un rubor invadió todo su cuerpo al darse cuenta del sitio en el que se encontraba. El olor a perfume, la voces y risas femeninas le delataron el lugar donde cayó; estaba en el pasillo que llevaba a los camerinos de las bailarinas. Se llevó la mano a la boca en un intento de no generar un sonido que delatara su presencia.

    Tragó saliva nervioso al moverse lentamente. No estaba a gusto ahí. ¿Qué iba a ser si ellas lo descubrían? ¿Qué pensarían de él? Por un momento le pareció que estaba en una situación escrita cruelmente por alguien que deseaba verlo sufrir. A pesar de su evidente incomodidad, intentó no darle vueltas al asunto y concentrarse en su cometido.

    A pesar de caminar con un sigilo digno del ninja más experimentado, su más profundo temor sucedió, observó como el White, al que localizó, se adentró a una de las habitaciones cuya puerta estaba entre abierta. Brad se acercó, y rezando como nunca lo hizo en su vida, se asomó con la esperanza de que la habitación estuviera vacía. A simple vista no vio nada, por lo que armándose de valor, abrió lentamente la puerta y cuando pensó que su situación no podía ser peor, se encontró con la nada (o quizá sí) sorpresa de ver a una joven en prendas menores, apunto de cambiarse y vestir con sus ropas cotidianas.

    Brad no evitó sonrojarse, avergonzado, ante lo que sus ojos admiraban.

    La joven se giró al creer que era alguna de sus amigas, pero con lo que se encontró fue con un fisgón. La joven gritó horrorizada mientras buscaba algo que pudiera usar para esconder su cuerpo, lanzó lo primero que sus manos alcanzaron del tocador.

    —¡Ayuda! ¡Largo de aquí, asqueroso pervertido! ¡Ayuda, un fisgón!

    —No, yo… lo lamento —intentó disculparse al momento que evitaba ser golpeado por los instrumentos que le eran arrojados, los cuales la mayoría lo golpeaban—. No soy lo que piensas, yo solo… —continuó defendiéndose pero los gritos envolvían la tímida voz de Irik.

    —¡Sal de aquí, degenerado, asqueroso, sinvergüenza, enfermo, subnormal, puerco...!

    —Yo soy Brad Irik, un simple cosechador, no era… no era… no pretendía... —procuró calmarla y desviar su vista, no obstante, siendo un hombre, le era imposible desviar en totalidad sus ojos de aquella bien esculpida figura.

    Ella retrocedió asustada al ver a Brad cortando distancia entre ellos, y lo que ella ignoraba fue que el castaño había visto al White encima del armario y al ver que los ojos de él miraron a otro lado, ella, como quien no queriendo se giró para verlo lo que él estaba viendo, abrió la boca con sorpresa al ver frente ella un extraño y horripilante animal.

    —¡Cuidado! —alzó la voz Brad acercándose rápidamente a ella para alejarla de ahí al ver que el White saltó hacia ella mientras emitía un gruñido bestial.

    ¿La quería atacar? Fue la primera pregunta que formuló Brad, no cabía duda, notó las intenciones del White de querer atacarla. No tenía idea de que ellos pudieran herir a las personas.

    Él estaba encima de ella y ella, aún asombrada, se dio cuenta en la posición en la que estaba, pero para su sorpresa, Brad se levantó velozmente al ver que el White, que había caído al suelo como bala, salió de la habitación de la misma forma.

    —Me encantaría disculparme adecuadamente —dijo deteniéndose un momento bajo el umbral de la puerta—, pero ahora no tengo tiempo.

    Y con esas palabras se apresuró por el White.

    —¡Espera…! —la joven intentó detenerlo al ponerse de pie, pero el castaño ya se había ido. Quiso preguntarle su nombre y fue hasta entonces que algunas de sus compañeras se asomaron.

    —¿Estás bien? —Una de ellas se acercó apresurada y miró la habitación desordenada.

    —¿Qué ocurrió? ¿Te sucedió algo? ¿Te hicieron algo? —preguntó otra, preocupada.

    —¿Quieres que llame a un guardia?

    —No… no pasa nada —respondió ella.

    —¿Segura? —insistió.

    —Segura.

    ***​

    En la revuelta en el bar, Atur continuaba luchando con los poewos al momento que esquivaba los golpes de los ebrios que iban tras de él; aunque no le faltaban ganas de golpear a alguien por “accidente”.

    Edwin por fin se encontró con el rubio.

    —¿Pero que sucedió aquí? —preguntó empujando para acercarse más.

    Atur no respondió nada, estaba ocupado en otras cosas.

    —¿Dónde está Brad? Atur, ¿dónde está el White?

    Atur se hizo a un lado al ver que un tipo había tomado una silla y se acercaba gritando algo para estamparla sobre él. El joven le puso el pie y éste cayó al suelo golpeándose con ella, quedando inconsciente.

    —Brad se fue por el White —contestó a la pregunta de Edwin—. ¿A dónde? —Escaneó rápidamente sus alrededores—: Ni idea.

    —Oh, ya veo —expresó Rules dándole un golpe en pleno rostro a un tipo que iba hacia él, fúrico y con la cara completamente roja. Con tal fuerza fue el golpe que el hombre chilló mientras se agarraba la nariz rota. Ante eso, Edwin dibujó una mueca de dolor—. Uy, no era un Poewo —Se giró para ver a Atur—. No vayas a golpear a alguien con tu Energía, eso sería fatal para una persona normal.

    Stan hizo una mueca de disgusto mientras esquivaba el puñetazo de alguien para solo empujarlo y alejarlo mientras golpeaba a otro con fuerza en el rostro.

    —¡Eso ya lo sé! ¡No la estoy usando! —Miró al mayor—. El que debería tener cuidado eres tú, no sabes quienes son los Poewo, ¿cierto? —Terminó de decir al moverse con agilidad a donde Rules y darle una tapada en el estómago a uno de ellos que iba a cortarlo con un cuchillo.

    —Demonios —murmuró el mayor mirando como el enemigo se retorcía en el suelo. Atur tenía razón, con ese aspecto le era difícil saber quien era enemigo y quien no. Quería ayudarlo pero sabía que estando rodeado de tanta gente no iba a poder hacerlo y que solo le sería un estorbo a su joven señor.

    A diferencia de Amber, Arturo y Brad, él no podía sentir la presencia de ellos. Podía luchar y se defendía muy bien, sin embargo, no podía hacerlo sin poder herir a los humanos.

    —¡Maldita sea! —gritó Atur mientras miraba a su alrededor.

    Edwin hizo lo mismo, le preocupó la reacción de Stan.

    —¿Qué buscamos? —preguntó.

    Atur apretó la mandíbula y soltó un frustrante:

    —Se escapó un poewo. Aquí solo siento a cinco. ¿Dónde está el sexto?

    —Fue detrás de Brad —soltó lo evidente.

    —Maldición… —Atur estaba enojado porque se le escapó uno de ellos. ¿Cómo fue posible?

    —¿Te encargo aquí? —preguntó Edwin, iría a ayudar a Irik.

    —Anda, vete a supervisarlo —No dejaría escapar a ninguno más.

    Edwin no perdió más tiempo y salió en busca del joven Irik. Atur, a su vez, se dio cuenta que el bar iba menguando porque la brutalidad de algunos era salvaje; los Poewo habían herido sin ninguna discriminación a muchos de los clientes y al darse cuenta de la desventaja que había entre esos seres y ellos decidieron correr asustados. No los herían aunque les arrojaban vasos, platos, sillas, puñetazos y cualquier otro tipo de cosas. Sin añadir el susto que se daban al verlos con fracturas, quemaduras y heridas graves y aún así seguir caminando.

    En tan solo un par de minutos, el local quedó desierto, tan solo había seis personas: Los cinco poewos y Atur Stan.

    —La suerte está de mi lado —susurró con voz entrecortada al verse cansado de haber esquivado y golpeado.

    Miró a sus enemigos, quienes lo rodeaban, se secó el sudor de la frente.

    Al fin solos. Podré usar eso”, pensó.

    ***​

    Los dos guardias continuaban rechazando a que Amber entrara a pesar de que ella hizo todo lo que estaba en sus manos para que la dejaran ingresar. Les dijo que debía inspeccionar algo. Negaron. Que había personas peligrosas ahí dentro. Rechazaron a creer. Les invitó a que llamaran al dueño para hablar con él pero se negaron. También les dijo que quería hablar con su mánager pero igualmente su respuesta fue negativa.

    La mujer suspiró, eran unos cabezas huecas.

    Entonces los tres se dieron cuenta que los clientes iban saliendo, casi uno detrás de otro, quejándose de dolor o tomándose alguna parte de su cuerpo.

    —¿Hubo una pelea? —inquirió uno de ellos mirando a su compañero.

    —Debe tratarse de una, pero ¿no te parece que está saliendo mucha gente?

    Su preocupación incrementó al notar que algunos gritaba que había monstruos. Los borrachos salieron más a prisa, gravemente heridas, algunas sangrando por heridas hechas con cuchillos. Los guardias se apresuraron a auxiliarlos.

    Amber se imaginó lo peor y viendo la oportunidad, entró al bar, adentro miró a su alrededor y su vista se dirigió al joven rubio, e iba a ayudarlo al ver que estaba rodeado por los cinco extraterrestres, pero desistió de hacerlo cuando notó la postura que Atur hizo, y por extraño que parecía, ella la reconoció, asombrándose de que él la supiera; que supiera aquel ataque. Frunció el ceño de forma seria, cruzó los brazos y decidió esperar el resultado de ello.

    Aparentemente el joven se encontraba en el merced de ellos, pero era como él los quería, no había un mejor escenario que ese, el que lo acorralaran y pareciera que no tuviera escapatoria. Concentró la Energía a las piernas para dejarla salir y como si ésta la hubiera mandado por el suelo, viajó hasta los cinco poewos, quienes soltaron un grito de agonizante dolor al ver como sus piernas iban derritiéndose poco a poco, y como sin dejar de subir iban consumiendo toda su pierna hasta algunos llegaron al torso, poco a poco fundiéndose en la misma tierra.

    Atur tragó una enrome bocanada de aire, se arrodilló cansado con la respiración agitada.

    Esa técnica no solo era difícil de efectuar, consistía en tener una concentración muy pulida y por supuesto, general una Energía descomunal. Estaba cansado y deseoso de descansar, cerrar sus ojos, pero sonrió tontamente al darse cuenta que para su mala suerte, el ataque no había sido muy poderoso, continuaban vivos a pesar de su condición, con la mitad de su cuerpo derretido y chamuscado, iban a atarlo.

    Les había dado una oportunidad para derrotarlo en bandeja de plata. Intentó ponerse de pie y continuar luchando pero ya no tenía fuerzas ni Energía suficiente; iba a morir… y se dio cuenta que no había actuado de la manera más inteligente. Fue imprudente y soberbio.

    —¡Cuidado! —gritó la maestra atravesando con su mano al Poewo, exactamente en el pecho, en la zona donde tenía el corazón y dejando salir mucha Energía, calcinó completamente al enemigo, no había dejado nada.

    Amber se interpuso y luchó con ellos al mismo tiempo. Stan se sorprendió al ver los movimientos precisos que ella daba, apreció en primera fila como ella luchaba contra aquellos monstruos, como usaba su Energía de la mejor manera, alternando golpes normales con Energía, dándoles en lo que parecían sus puntos débiles. Todo movimiento era planeado, además de que su respiración delatar cansancio a pesar de los movimientos rápidos que efectuaba. Por lo que mencionó, era la primera vez que se enfrentaba a ellos, y aun así, parecía que era su batalla cien.

    Y luego, Stan vio lo que nunca creyó iba a ver, con sus ojos de Energía pudo ver como del cuerpo de ella fluía la Energía con un total control, demostrando ser un maestro en el control de Energía.

    Sintió un escalofrío al sentir el ambiente helado. Amber había terminado con aquellos poewos. Luego, ella lo miró con completa seriedad. Una seriedad en la que sus ojos notaba ¿enojo? Si no fuera porque ella estaba allí, Atur podría haber muerto.

    —Falta uno —dijo ella—. Quédate aquí, estarás a salvo —le advirtió mientras iba a buscar a Brad y al último Poewo.

    No cabía duda, Atur se dio cuenta que ante sus ojos se encontraba el mismísimo maestro Amre, sabiendo eso, ¿por qué? ¿Por qué pensaba que los entrenamientos de ella eran absurdos y nada provechosos? ¡No lo eran! Si ella los daba era por algo.

    ***​

    El White lo dirigió hacia la puerta trasera de los camerinos, al cruzarla, distinguió al peludo animal girar por la esquina y se apresuró a darle alcance. Al dar la vuelta lo vio a unos cuantos metros alejado, quieto. Brad vio aquello como la oportunidad perfecta para capturarlo. Borró completamente su Energía y comenzó a acercarse lentamente, no obstante, no se imaginó que de la nada, pasando por él a una velocidad sorprendente un Poewo, rebasándolo, agarró al White y sin detener el paso siguió corriendo, alejándose del castaño.

    Brad, mirando hacía atrás y parpadeando varias veces, se preguntó de dónde había salido, sin pensárselo dos veces corrió para darle alcance. Irik se dio cuenta en la posición en la que se encontraba, pero también se dio cuenta que el White se retorcía en las manos del Poewo y le fue una ventaja para él porque el enemigo disminuyó la velocidad.

    Al darle alcance, Brad concentró Energía en su puño derecho más su ataque fue lenta porque el enemigo se dio cuenta y alcanzó a esquivarlo, y fue el castaño quien recibió una patada en pleno estómago cuando el enemigo se defendió. Sin embargo, Brad tomó la pierna de él y la haló, tumbándolo al suelo, mas en ningún momento soltó a la criatura.

    Y cuando Brad estaba a punto de arrebatarle la criatura de sus manos, el Poewo se movió con frenesí, como si tuviera alguna clase de convulsiones, aquello provocó que se alejara un par de pasos.

    —Pero qué…

    No entendió ese comportamiento y de la nada empezó a defenderse de patadas que le lanzaba.

    El Poewo se levantó y pareció dibujar una sonrisa desquiciada; simplemente lo estaba provocando. Se estaba burlando de él.

    —Pero qué… —volvió a repetir.

    Por una extraña razón se sintió ofendido ante esa expresión. Era como si se burlara de él.

    No lo dejó ir. Se paró a su frente e intentó asestarle un golpe con su poder. Solo necesitaba darle uno y así fue, entre ese festín de puñetazos, lo golpeó en el brazo haciendo que el White saltara además de que el afectado gritara estrepitosamente y Brad se apresuró a tomarlo.

    —Lo tengo —soltó por demás feliz al verlo en su poder, aquella sonrisa no le duró mucho al notar que aquella criatura era mucho más fuerte de lo que su tamaño pudiera decir; se movía como pez fuera del agua.

    Era tal la fuerza del animal que Brad no tuvo más remedio que agarrarlo por los brazos, acercándolo a su pecho, agarrándolo con toda su fuerza pero eran sus movimientos tan bruscos que lo obligaban a moverse junto con él. Sintió que lo estaba sofocando.

    Y al estar tan concentrado en el White, Brad no prestó atención a su enemigo, quien colocándose por detrás y con el brazo no lastimado, rodeó el cuello de Irik y comenzó a presionar, ahorcándolo. Brad se sintió desesperado. Debía soltar al White. No deseaba hacerlo pero comenzaba a perder fuerza.

    Su Energía. No podía usarla. No sabía si podía usarla en otras zonas. Perdía concentración.

    Al final, por su vida, soltó al White para velozmente tocar el brazo que le quitaba el aire y lo quemó, así se zafó del agarre. Una vez se liberó se agarró la parte afectada y entre bocanada y bocanada vio como el White se iba alejando.

    —¡Brad! —gritó Edwin al verlo e iba a preguntar si se encontraba bien (pues lo vio muy exhausto) cuando el castaño le gritó.

    —¡Edwin, el White, agárralo!

    La reacción del mayor fue extraña, miró a los lados en busca de algo y el White pasó por su lado, muy cerca de él, dejándolo escapar. Brad tosió un par de veces.

    —Edwin… el White —susurró al volver a correr con la intención de atraparlo. Pasó de largo a Edwin, quien se sintió frustrado de haber dejado escapar a la criatura.

    —¡Brad!

    La voz de su maestra lo detuvo, y luego se giró para llevarse la sorpresa de que el Poewo estaba apunto de atacarlo, pero Amber no tardó en ayudarlo al darle una patada, alejándolo del joven y luego, sin pensárselo dos veces, contraatacó primero esquivando un par de ataques y luego liquidando a su enemigo al atravesarlo.

    —Tú. —Fue la única palabra que salió del monstruo antes de chamuscarse completamente. Amre se vio la mano ensangrentada y dibujó una mueca de disgusto ante un chillido agudo.

    Brad dirigió su asombrada vista a ella y ella le regresó una mirada muy seria.

    —Debes rematar a tu enemigo, Brad —dijo con autoridad—, no solo deshabilitarlo. Regla número uno en combate; Nunca le des la espalda a tu enemigo. ¡Nunca!

    El joven se sintió avergonzado, era cierto, como en su mente estaba el capturar al White se había olvidado que estaba peleando.

    —¿Dónde está el White?

    —Se escapó.

    —No está muy lejos —dijo ella y Brad “prendió” su radar para sentirlo—. Debemos aprovechar que no hay más poewos cerca—. Recuerdas la dirección, ¿verdad? Apaga tu Energía y acerquémonos. Los White son muy susceptibles a la Energía.

    Amber comenzó a dirigirse a esa dirección y Brad la siguió. Al tenerlo en la mira, ella le dijo a Brad que se acercara con mucho cuidado por el otro lado, rodeando al animal, y a pasos lentos el joven se acercó sin dejar de mirar al animal, nervioso y temeroso de que escapara, sus ojos se enfocaron en la maestra, esperando indicaciones, ella solo le indicó en señas que se acercara más y más, él hizo lo indicado, y cuando estuvo lo más cerca posible, se detuvo, volvió su vista a Amber por alguna señal, ella le mencionó que incrementaba poco a poco su Energía, y así lo hizo.

    El White lo sintió, así que se preparó para correr y huir, pero anticipando su movimiento, Amber lo agarró, y como sucedió con el castaño, el animal comenzó a moverse con frenesí entre los brazos de la mujer, mas el White comenzó a perder poco a poco fuerzas hasta que se quedó completamente inmóvil. Brad Irik observó toda la escena con expectación, admirado por la reacción de la criatura. Capturaron al segundo White. Misión cumplida.

    —¿Cómo se quedó quieto? —preguntó.

    —Por la energía —comentó—. Lo dije cuando nos conocimos, los White sienten la presencia de nuestra Energía, pero para dormirlos la necesitamos.

    Algo le quedó muy claro, la dificultad de capturar a los White era demasiada, comprendió por qué se necesitaba por lo menos a dos personas para capturarlos. Brad admiró todavía más a Amber, había sido su primera vez peleando contra los Poewo, pero siempre mantuvo la calma, y su manejo de la Energía era demencial.



    . . .​
     
    Última edición: 7 Diciembre 2022
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    De hecho sí, Sati, creo que el capítulo valió la pena y mucho, jijiji. Me gustó mucho; en cuanto comencé a leerlo no pude dejar de hacerlo y lo terminé más rápido de lo que crees. Primero, porque me encantó imaginarme todo ese barullo que debió formarse en el bar en cuanto Poewos, Brad y Atur hicieron su aparición para intentar capturar al White. De pronto y me recordó a Peur, cuando Eliot Niro también se mete en una pelea en una taberna; en serio, primera imagen que cruzó mi mente.

    Después, jajaja, lo de Brad y la joven bailarina xDD Uy, mira, tan inocente que se veía y en qué andanzas terminó LOL Jajaja, no, no es cierto, pobre Brad que querían matarlo cuando no tenía esas intenciones, pero en serio, eso me ha divertido mucho, jajaja. Pero hey, ¿no hay posibilidad de que la joven esta sea "la chica" del héroe? Todo héroe de la historia necesita una xD Piénsalo (seh, yo y mi mente romántica no perdonamos .-.) Ah, otra escena que me mató de risa y que es la top #1 del capítulo (?

    Jajaja, amé esto, no sabes xD Te lo he dicho, Rules mola, mucho. Ay, pero bueno, esa técnica de Atur no me la esperaba o.o Parece que después de todo sí tiene algo bueno :D Claro que, no lo fue tanto si se debilitó tanto como para dejarlo fuera de combate sin antes asegurarse de que todos sus enemigos estaban igual, por lo que casi lo matan. Menos mal que el maestro Amre estaba allí para ayudarlo ¡y al fin! Algo de sentido común lo ha golpeado y ha entendido que todos los entrenamientos de ella son útiles por algo; tiene un fin, y ahora él la admira *u* Qué lindo xD Tengo más razones para burlarme de él, jojojo.

    Brad, lo mismo, debe ejercitarse pues de sujetar y tener en sus manos al White lo dejó escapar, y otra vez, de no ser porque Amber estaba allí, lo habrían perdido. Ahora yo también comienzo a admirar a esta maestra. En serio, Sati, súper interesante el capítulo. Ya quiero ver cómo continúa esto, así que espero la continuación ansiosa. Por el momento, me despido y te cuidas.

    Hasta otra.
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

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    Jajajaja, por esto:

    Brad, qué suerte la tuya, jijijiji... mmm opino lo que Bore-chan, un poquito de romanticismo no viene mal xD

    También pude imaginarme todo ese barullo en el bar y sí, también recordé Peur y la situación de Eliot, aunque aquí fue interesante por motivo de que Atur, Brad y Edwin debían cuidarse y cuidar también a los humanos que al principio ni tenían idea de contra quién realmente peleaban, menos mal que al final lograron darse cuenta de que peleaban con no humanos xD

    Y otra cosa que también me impactó, fue la agilidad de Amber, pues noquear de esa manera a los Paewo, wow, genial, lo que por su lado, sirvió para que Atur apreciera sus lecciónes sabias y lo mismo para Brad, quien vio de manera magistral como capturó ella al White, aunque tuvo que ayudarle un poco.

    ¿Y qué actitud tan extraña fue esa de Edwin? ¿Por qué no trató ni siquiera de capturar al peludito? ¿Qué cosa lo distrajo?

    Pues por el momento es todo, me despido deseándote lo mejor.

    TAM
     
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  9. Threadmarks: Capítulo 10.- Dudas y entrenamiento
     
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

    Leo
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    Acción/Épica
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    Pues este capítulo me medio-salió largo :) espero que los disfruten. Agradezco a Bore y a Marina por sus comentarios y por supuesto a Víngilot por sus “me gusta”.

    Borealis Spiral: T-T Peur, no me la recuerdes, la extraño, pero bueno, es una ley no escrita que cuando se está en un bar o taberna debe a ver una alboroto/una pelea. Me alegra que te haya gustado. Sé que fue pude haber descrito mejor la pelea, es más, tendría como dos capítulos más para ello. Pero como había terminado dos historias en que pensé mucho en peleas, como que cuando llegue a este capítulo me dio flojera el describirla muy bien. Aun así, ahora que he terminado, las peleas que siguen serán más descritas. Un top 3 de la parte que más te gustaron, genial. Me encanto leer tu comentario. Por cierto, Atur será un arrogante pero créeme te sorprenderá en algunos momentos. Muchas gracias por tu comentario.

    Marina: Sí que fue dichoso Brad en la escena con la joven bailarina. Sobre Brad y esa joven, mmm, tal vez pase algo, tal vez no. Ya lo verán en el transcurso de la historia. Por el momento Edwin no puede ayudar mucho, ya que como los Poewo ya se parecen más a los humanos y como él no puede sentir o presenciarlos, tiene que cuidar de no golpear a un pobre humano Precisamente este capítulo explica que fue lo que sucedió con Edwin y dejo escapar al White. Poco a poco algunas cosas (aunque parezcan cositas sin sentido o solo escritas por escribir) van tomando su lógica.

    Capítulo 10
    Dudas y entrenamiento

    Era muy de madrugada, ni siquiera el sol había salido completamente.

    El frío matinal comenzó a hacer estragos en ambos jóvenes. Amber Reza los había levantado muy temprano, tan solo habían dormido cuatro horas. Anoche que llegaron de capturar al White no pudieron conciliar el sueño debido a la adrenalina que fluía en sus cuerpos. Sus cuerpos estaban adoloridos por todo lo sucedido del día anterior, sus brazos, torso y rostro estaban llenos de moretones y lo único que deseaban en ese momento era en estar acurrucados en sus bolsas de dormir.

    Ambos estaban cabizbajos, y no precisamente por la falta de horas de sueño ni por el poco descanso sino porque la maestro se mantenía como león enjaulado, caminando de un lado a otro mientras los observaba en posición recta. La escena era merecedora de ser comparada a un campo militar. Aquello hizo recordar a Brad a su padre, bostezó y tal hecho hizo que los ojos cafés de ella se dirigieran, su reacción fue la que solía tener, apartaba la mirada para bajarla.

    —Muchachos —comenzó a decir—, estoy muy, muy, pero que muy decepcionada —El hecho de que repitiera “muy” muchas veces indicaba lo verdaderamente desilusionada que se sentía—. ¿Y saben por qué?—Los miró. Ninguno dijo nada y eso solo significaba una cosa—. Como me lo imaginé, ya saben la respuesta —Primero se dirigió con Atur—: ¡Tu imprudencia y poco juicio casi hizo que los Poewo te mataran! —Luego se dirigió a Brad—: ¡Tu fragilidad y descuido también hizo que por poco te mataran! Es cierto que la prioridad es capturar a los White, pero sobre eso, está su bienestar. ¿Cómo piensan hacer su cometido si pierden la vida?

    Brad como Arturo soltaron el aire que sus plumones habían guardado cuando la escucharon decir eso. Ella negó varias veces, sin dejar de caminar de un lado a otro. Se detuvo y los miró de frente.

    —Deben cambiar eso, muchachos, si de verdad quieren hacer ésto, deben tomárselo con total seriedad. Anoche se dieron una idea de lo que les depará el futuro. Si no pueden cambiar un poco esa debilidad, me temo que les pediré que se retiren. Si al final resulta que no pueden con ese entrenamiento, ¡no los volveré a entrenar más!

    Ninguno dijo nada, no tenían nada que decir más que estar de acuerdo con lo mencionado.

    —¡Brad! —Al escuchar su nombre el joven no evitó sorprenderse—, quiero que me esperes por ese lugar. Comenzaré tu entrenamiento allá —Amber apuntó dicha dirección y una vez el castaño fue al lugar, Amber continuó—: Arturo, tú me acompañaras aquel lugar —señaló el otro extremo.

    Arqueando la ceja, Atur se encaminó al lugar.

    —Amber —La detuvo Edwin quien había visto todo—, ¿no crees que estás siendo muy dura con ellos? Ya sabias de antemano que todavía les faltaba entrenamiento. No puedes negar que a pesar de todo no lo hicieron tan mal, ¿no es así?

    La mujer suspiró.

    —Como maestra, fue mi error haberlos dejado ir, debí entrar con ellos al bar. En estos tiempo, necesitan mano dura.

    Quiero terminar con todo ésto” concluyó en sus pensamientos.

    —Pero sabías que de todos modos irían, tuvieran o no tu permiso —le hizo saber Rules.

    —Y eso es lo que me preocupa —admitió—. Y mi error radica precisamente en eso; desde un principio debí enfocarme en el control de su Energía. El enemigo es verdaderamente fuerte…

    —Y me temo que ese no es su potencial —la interrumpió Edwin.

    Amber lo miró con sorpresa.

    —¿A qué te refieres? —inquirió.

    —Cuando Brad y yo nos enfrentamos a ellos por primera vez, tenían un aspecto grotesco, pero fueron relativamente más facilites de detener y derrotar. Anoche, ellos tenían un mejor aspecto y se movían mucho mejor, sin embargo, lo que alcancé a notar es que todavía batallaban en efectúan movimientos más complejos, y sus reflejos no eran tan buenos. Por lo que pienso que aún no están un cien por ciento acostumbrados al cuerpo humano, y solo eran seis, faltaron cuatro, sé que son diez en total.

    Amber desconocía completamente el comportamiento de los Poewo e igualmente ayer fue la primera vez que luchó contra ellos. Allí era Edwin quien sabía más de ellos. Era cierto, su preocupación incrementó, pero reafirmó que su enseñanza debía ser el de controlar mejor su Energía, ya después se preocuparía en su relación de equipo.

    —Iré primero con Arturo, después pesaré con Brad. Por cierto, Edwin, antes de irme… por casualidad, ¿fuiste tú quien le enseñó a Arturo esa técnica; la “Énerrain”.

    Él se extrañó que preguntar eso.

    —No —preguntó dibujando media sonrisa—. Todo lo que él sabe lo aprendió solo, sin ayuda de nadie. ¿Por qué?

    —Curiosidad.

    Amber se dirigió a donde mandó a Atur, quien la esperaba con los brazos cruzados y al verla, preguntó de inmediato:

    —¿Este será el lugar de entrenamiento?

    —No, es un poco más adelante —respondió continuando con el camino, Atur la siguió hasta cruzar unos arbustos altos.

    Al llegar al otro lado, Atur no evitó impresionarse al ver lo que había en ese lugar; un circulo dibujado en la tierra y al rededor, a una distancia prudente, varios maniquíes, por lo menos diez de ellos. No cabía duda, era el mismo que tenía en el patio de la casa de Stanley.

    —La técnica que utilizaste ayer, para atacar a los poewos —continuó Amre—, es muy arriesgada si no sabes manejarla adecuadamente. Como te lo mencioné, tu Energía, al igual que la mía, es de tipo fuerte y poderosa, sin embargo, ayer la despilfarraste al lanzarla a lo salvaje. Por eso es que no lograste matarlos.

    —Nunca lo había intentado con seres andantes, ¿qué esperabas? —Levantó la voz sin ocultar nada su molestia.

    Ella frunció el ceño, enojada.

    —¿Es qué continúas sin comprenderlo? ¿Qué hubiera pasado si yo no hubiera estado ahí? ¡Te hubieran matado! —Para ese punto ella había levantado la voz.

    —Pero debía intentar algo para detenerlos —continuó, necio—. Y eso fue lo primero que se me vino a la mente, pensé que era la oportunidad perfecta para probarla.

    —¿Entonces no te importa tu vida? ¿Estás diciendo eso?

    —Tampoco estoy diciendo eso —respondió molesto.

    Amber se pellizcó la fuente de la nariz en un intento de calmarse porque se dio cuenta que se estaba alterando y era lo último que deseaba.

    —¿A cuanta distancia entrenas? —preguntó en un tono más sereno.

    —Tres metros de diámetro.

    —Ahora intentalo a dos metros.

    —¿A dos metros? Esa es una distancia muy corta.

    —Sí, lo sé, pero será más eficiente. Si el enemigo está más cerca de ti la Energía los golpeará con más fuerza.

    —Ya, eso lo entiendo, pero dos metros es demasiado cerca.

    —El resultado será mayor aunque no utilices toda la Energía, entre más cerca esté el enemigo de ti, tendrás más ventaja sin necesitar más Energía, con un resultado mayor, y de esa forma si no funcionó bien, tendrás fuerzas para defenderte.

    —Ah, ya… —Atur comenzó a entender.

    —¿Con cuantos maniquíes entrenas?

    —El máximo son seis.

    —Ahora serán ocho.

    Atur contempló cada uno de los maniquíes que había, no solo notó que estaban nuevos también que estaban hechos de un material más consistente y no como los improvisados que había hecho. Se acercó a detallarlos mejor y se percató que tenían una especie de pantalla, se extrañó porque nunca había visto algo así. En fin, el ejercicio no parecía ser tan difícil, ya tenía experiencia en ellos, sin embargo, rectificó su pensar al escuchar a Amber antes de retirarse.

    —Ah, por cierto, cada uno de ellos tiene un sensor que mide Energía; del 1 al 10, quiero que todos lleguen al número cinco, ni más ni menos, ¿de acuerdo? Cuando lo obtengas, avísame y vendré a celebrarlo.

    Y con aquella declaración se retiró. Atur miró cada uno de los artefactos. Ahora sí que se le había complicado más el asunto. Debía tener un control muy bueno.

    ***​

    Brad, mientras esperaba a Amber, estaba pensativo. Edwin se acercó y le sonrió, Brad le regresó el saludo. Era la oportunidad perfecta para preguntare algo que no lo dejó dormir anoche. Mas no sabía cómo preguntárselo sin que sonara tan insolente. Aunque sabiendo que Edwin leía las mente, quizá ya sabía de lo que trataba el tema, así que decidió dar el paso y preguntar.

    —Edwin…

    —¿Algo relacionado con lo de anoche? O mejor dicho, desde que salimos de L'pot, ¿no es así?

    No era necesario leer la mente para imaginárselo, después de todo anoche vio su debilidad.

    —La verdad es que me intrigan muchas cosas sobre ti. Es curioso pero Atur me mencionó que desde pequeño lo has criado, ¿qué edad tienes? No parece que sobrepases los cuarenta, a lo mucho te calculo treinta y cinco. También lees la mente, cosa que definitivamente es muy extraño. Vienes del futuro. Sabes muchas cosas de los Poewo, los White, la Energía, y… lo de ayer, ¿no puedes ver a los White? Tú eres…

    —Un humano, no —respondió Edwin—. Al igual que los Poewo, yo soy un extraterrestre. Específicamente soy de la raza de los Lkijo. Por desgracia no puedo ayudar en la captura de los White porque no puedo verlos. ¿Por qué? Te preguntarás. Al parecer las únicas razas que pueden verlos son los de la Tierra, los de Aurón y pocos más. No sabría decirte la razón exacta, quizá por la evolución de sus ojos.

    —¿Has dicho “pocos más”? No mencionaste a los Poewo.

    —Porque ellos tampoco pueden verlos. Y a ese punto quería llegar, como ustedes sí pueden, ellos se apoderan de su cuerpo, por esa razón ellos los poseen, y al contrario que ellos, yo no he tomado “prestado” un cuerpo humano, yo solo he imitado uno. Es una de las cualidades de nosotros los Lkijo.

    —¿Y los Poewo cómo son?

    —Ellos no tienen una forma especifica. Son una fuerza invisible y por eso son difíciles de detectar y aprovechándose de eso. Atacan y destruyen planetas. Ya que estás interesado, te contaré algo. Al principio, cuando los Poewo invadieron nuestro planeta, así es, ellos destruyeron nuestro hogar, los sobrevivientes no tuvimos más opción que buscar un nuevo hogar. Vagamos por muchos años en el universo hasta llegar al planeta más cercano; tu planeta, la Tierra.

    “Nos tomó mucho tiempo para que los humanos nos aceptaran, pero al darnos derechos comenzamos a convivir mutuamente. Por desgracia, los Poewo, por ser una raza que adora engendrar caos, llegaron a la Tierra para conquistarla y destruirla. Nos atacaron de nuevo; a los terrestres y a nosotros, volveríamos a perder nuestro hogar. Intentamos volver a luchar contra ellos pero fue imposible, eran invencibles, así que investigamos e investigamos hasta que dimos con su punto débil, los White, que afortunadamente cayeron aquí, en la Tierra, siglos atrás. Así, los demás ya lo sabes.

    —Y todo eso, ¿ellos lo saben? —Refiriéndose a Atur y Amber.

    —Parte sí, bueno, mejor dicho solo ella lo sabe. ¿Alguna otra duda?

    —Sí, ¿lees la mente todo el tiempo? —A pesar de todo aquella revelación, una de sus grandes duda era esa.

    —Eso sería terrible —alzó la voz asustado de tan solo pensarlo—. Claro que no, ¿sabes las retorcidas mentes que algunos tienen? —Le dio escalofrío de pensar en esos pensamientos degenerados que le había tocado escuchar y a veces se arrepiento de haberlos escuchado—. Los humanos pueden llegar a ser aterradores. Afortunadamente para mí, lo hago cuando quiero y más cuando veo la necesidad de hacerlo.

    Brad sonrió divertido de escucharlo expresarse de esa forma. No pasó mucho tiempo cuando el maestro Amre se acercó, por lo que Edwin se despidió del castaño (solo había ido ahí para hacerle compañía). Brad, por su parte, prestó mucha atención a su maestra y la miró con seriedad mientras tragaba saliva.

    —No te pongas nervioso, Brad —pidió ella—. Me di cuenta de algo cuando embestimos al White, tienes un excelente manejo de Energía, pero, como lo dije antes, ésta es débil y para poder derrotar, no, matar a los Poewo debes fortalecerla más.

    —¿A qué se refiere con débil?

    —Solo existen tres tipos de Energía. Edwin me ayudó a determinar eso, y cuando los vi por primera vez, entendí a lo que se refirió. Te lo explicaré porque tú eres el único que parece interesarle el asunto. Existe la Energía fuerte, media y débil, tú tienes esta última. La Energía pasa de generación en generación, en pocas palabras, tu linaje a poseído Energía débil.

    La mujer notó que ante la explicación, el rostro de Brad se alargaba.

    —Pero no te desanimes, eso no quiere decir que no tendrás ventaja, al contrario, si llegas a conocer tu propia debilidad, te convertirás en alguien muy fuerte. Tienes una ventaja que ni Atur ni yo tenemos, pero antes de continuar, que quiero colaborar algo...

    Amber se puso en posición de ataque y aquel movimiento asustó al joven.

    —Ven, atácame con todo lo que puedas.

    ¿En serio? ¿Pelearía contra ella? No estaba preparado, no contra una maestra como ella. No obstante, ella hablaba muy en serio y no se movería de ese lugar hasta que él la atacara.

    —¿A qué le tienes miedo, Brad? Si es por mí, no te preocupes, sé defenderme muy bien.

    Y no lo dudaba. Entonces le demostraría de lo que era capaz. Levantó la pierna para darle un golpe pero su ataque fue detenido por el brazo de ella.

    —Mmm, un buen movimiento —dijo ella en el momento en que Brad bajaba la pierna—, continúa por favor.

    Brad intentó ahora darle un puñetazo, Amber se defendió y luego Brad volvió a atacar teniendo el mismo resultado, Amber lo bloqueó. Sus golpes eran fácilmente bloqueados por ella, pero cuando a ella le tocaba atacar, él los alcanzaba a esquivar, pero hacer eso aturdió al joven al punto de casi pierde el equilibrio, pero se mantuvo en pie.

    Reza no desaprovechó ese punto débil para golpearlo, levemente, en el pecho haciendo que Irik retrocediera, adolorido y para cuando intentó erguirse ya había recibido una palmada en la barbilla, cayó al suelo y vio sorprendido a Amber sobre él, con las manos en su cuello, estaba completamente inmovilizado.

    —¿Estás dispuesto a morir?

    Él negó y luego ella se levantó, ayudándolo a ponerse de pie. Brad suspiró desanimado. Sabía de antemano el resultado por lo que no debía sentirse de esa forma.

    —¿Dónde aprendiste esos movimientos? —preguntó interesada.

    —Mi padre me enseñó defensa personal.

    —No —dijo seriamente, sorprendiendo al mismo joven—. Tu padre no te enseñó defensa, él te enseñó a matar.

    Brad abrió los ojos con incredulidad.

    —¿Cómo es que…?

    —Tus movimientos lo dicen; son fuertes, agresivos y amenazantes. Pero —Lo miró a los ojos—, tienes miedo de luchar y por eso son errados y predecibles.

    —No quiero herir a nadie —dijo, con la cabeza agachada.

    No quería convertirse en su padre o en lo que fue él, porque sí, no lo supo hasta no hace mucho, después de la muerte de su madre, se dio cuenta que su padre era fue un asesino famoso, pero cuando se enamoró, dejó su pasado atrás para comenzar a vivir como un humilde cosechador.

    —Comprendo, pero ya has visto que no vas a luchar con gente normal. Será contra monstruos que intentan destruir a la humanidad. Piensa en ésto, en que tu padre te entrenó para este momento, para enfrentarte a los Poewo.

    Los ojos de Brad brillaron de emoción. Nunca lo había pensado de esa forma y al ver su motivación, Amber continuó:

    —Así que, lo que necesitas ahora es desenvolverte en la lucha antes que fortaleces tu Energía, porque como lo dije, tu control de ésta es precisa… espera aquí un minuto.

    Amber se alejó de ahí en busca de Edwin; de entre todos los presentes, Rules era quien tenía verdadera noción de las “artes marciales” así que él era el más perfecto para enseñarle. Además, el que Edwin le enseñara a él le deba oportunidad de enseñarle a Arturo.

    Encontró al varón en donde había dejado al rubio; él se mantenía a una distancia prudente, observando al joven, y ella se acercó al momento que prestaba como el rubio molesto se acercaba a uno de los maniquís y le daba una patada.

    Edwin iba a dar un paso para decirle algo, pero Amber se le adelantó:

    —Oye —alzó la voz, nada contenta—. ¿Sabes cuán difícil y costoso es fabricar uno solo de esos muñecos?

    —Eso debería decirlo yo —soltó en voz baja Edwin—. Fui yo quien los armé.

    Atur se giró para verla, se sorprendió de verlos ahí, estaba tan concentrado en su práctica que no se dio cuenta de los observadores.

    —Esta basura no sirve —se excusó.

    —¿Qué no sirve? —Su asombro no cupo en sí a la respuesta de él. Dibujó media sonrisa al continuar—. Te mostraré que si funcionan muy bien.

    Amber hizo a un lado a Atur. Acomodó estratégicamente los muñecos; cuatro de ellos acomodados en los puntos cardinales a solo dos metros de distancia, y tres de ellos los puso a un metro de distancia pero quedando en medio de los “puntos cardinales”, o sea, por los colaterales. Después llamó a Stan, quien extrañado se acercó, ella le indicó que se pusiera en el punto que faltaba. El joven se encogió de hombros sin entender por qué.

    Ya listo todo, ella se puso en medio del circulo, se concentró y arrojó su Energía haciendo que solo los cuatro primeros se encendieran de la pantalla marcando el número cinco, enseguida hizo lo mismo pero ahora con los otros tres, volviendo a marcar solo el número cinco. Atur abrió los ojos con asombro e incredulidad porque a simple vista no pareció nada anormal pero, él sintió como la Energía de ella viajaba por la tierra y como a escasos centímetros ésta se desviaba, sin tocarlo ni dañarlo.. Aquello solo demostró por décima vez que ella tenía un extraordinario control con la Energía.

    —Con práctica y auto-control podrás hacer que la Energía, ya fuera de tu cuerpo, viaje a tu gusto. ¿Quieres aprender? No juegues, ni culpes de tus defectos a otros, ni te hagas el que lo sabe todo porque no es verdad, no sabes nada y nuca llegaras a saberlo todo —Lo miró, más que con dureza, lo vio con afecto—. Te lo digo por tu bien, deja de hacerte el terco y por favor, se un poco más humilde. La humildad es una buena virtud, coséchala, Arturo.

    Finalizando con un “continúa con tu entrenamiento” se alejó de él par acercarse a Edwin.

    —Hazme un favor, Ed. ¿Podrías ir a prácticar con Brad? Yo me quedaré a vigilarlo —Movió sus ojos discretamente hacia Stan.

    —Creo que tenías razón cuando mencionaste que necesitaba de mano dura —Sonrió el varón—. Yo siempre he sido muy suave con él.

    —Pues nunca debiste serlo.

    Edwin encogió los hombros al añadir:

    —Creo que mi debilidad son los humanos. Se me antojan para protegerlos.

    —No todos somos así —dijo ella, levantando la ceja.

    Él soltó la carcajada al decirle:

    —No encuentro fallas en tu lógica.

    Y no debería, después de todo, eran los Lkijo quienes estaban pidiendo la ayuda de los terrícolas para terminar con los Poewo. Siendo ellos una raza con gran tecnología y con mejores dones que los mismos humanos, era irónico que sus esperanzas para tener un futuro mejor era confiar en los humanos. El universo era inmenso, algunas poderosas razas podían ser débiles contra la raza menos impensable.

    —Edwin, no seas tan blando con Brad, él necesita sentirse amenazado; a ver si así, puede dejar atrás sus traumas.

    No sabía que le pudo ocurrir para temerle tanto a las pelea, pero si quería estar ahí, debía luchar en serio o perdería la vida.


    . . .​

     
    Última edición: 7 Diciembre 2022
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    Atur, Atur, no sabes cómo quiero que te tumben de ese pedestal que tú mismo te has formado, es que no sabes cómo quiero verte humillado, es que no sabes, simplemente no sabes lo mucho que quiero que sufras xD Pero bueno, tendré que calmar mis ansias, por el momento, me conformo con padecer que Amber les hará pasar a ambos con eso del entrenamiento individual que les ha dado, porque es verdad, aunque es importante que trabajen equipo para que sean buenos, cada pieza en un equipo debe ser fuerte por sí misma para que éste lo sea más. Así que es necesario que Atur aprenda a controlar bien su manejo de Energía y que Brad la fortalezca por medio de la lucha. No hay duda, Amber es una mujer muy inteligente, perceptiva, una gran maestro.

    Ah, esa conversación que tuvieron fue muy interesante y yo sabía que Edwin era un Lkijo y también sabía que no podía ver a los Poewos, por lo que una parte de mí también comenzaba a sospechar que no podía ver a los Whites, por eso pasó eso de que la noche anterior dejó escapar a uno. Eso sí, fue sorpresa que los Poewos tampoco pueden ver a los Whites, no lo hubiese imaginado, aunque ahora tiene sentido por qué es que ellos tienen que usar cuerpos humanos, para tener su ojo y verlos en realidad, así como pasará en el futuro, que por la imagen de los humanos que tuvieron de los extraterrestres, los Poewos obtuvieron "forma" específica, aún si sólo fuera mental. Interesante sin duda y ahora todo comienza a tomar sentido xD

    Gran capítulo, sí que sí, hasta se me hizo corto a la hora de leerlo, de veras. Y nada más, espero el siguiente para ver cómo siguen estos chicos con su entrenamiento y si volverán a tener alguna misión de nuevo o algún ataque sorpresa Poewo; contigo todo es posible. Sin más, me despido y te cuidas.

    Hasta otra.
     
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    Marina

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    A veces el orgullo es necesario, pues puede sacarte de una difícil situación. Por orgullo, das lo mejor de ti, no obstante, un orgullo mal dirigido, uno que te haga sentir que lo sabes todo, ése no está bien y sí, estoy de acuerdo con la gran master, Arturo debe cultivar la humildad, para que aprenda a aceptar que tiene límites, que no es superior a nadie.

    Interesante conversación que tuvieron Brad y Edwin, ahora quedó descubierto para el joven que Edwin no es humano, sino un extraterrestre y que su raza, siendo casi aniquilada por los poewo, no puede ver a los white, aunque me fue una sorpresa para mí que los poewo no los pueden ver tampoco y por eso necesitan apropiarse de los cuerpos humanos, pues si entendí bien, es por ojos humanos que sí los pueden ver. La descripción de los poewo me recordó a aquellos seres de "Mi Niñera", uno de los que supuestamente mató al hijo de Nimi, no exactamente porque sean iguales, sino que son pura energía y una muy poderosa, al parecer. Ah, me he puesto nostálgica al pensar en esa historia, pues me quedé con deseos de saber qué más sucedió con Nimi xD

    Pero bueno, volviendo a esta, me pareció genial la manera de como instruye a sus alumnos la gran master, porque sí que le dio un enorme ejemplo sobre el control de la energía a Atur y me encantó esa parte donde él pensó que la energía lo alcanzaría para luego ver como Amber la desviaba en un extraordinario control para que no le hiciera daño. En este capítulo, Atur ya aprendió su lección xD y sin duda también Brad, pues reconoció que de pelea, no sabe nada.

    Ahora espero seguir leyendo sobre el progreso de estos dos alumnos, así que nos vemos en el siguiente. TAM
     
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  12. Threadmarks: Capítulo 11.- Las sorpresas no vienen solas, traen consigo pastelitos
     
    Sonia de Arnau

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    Total de capítulos:
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    2255
    Bore eres cruel y mala, ¿cómo que deseas ver humillado a Atur? Pues por esa misma razón no lo voy a hacer, muajajajajaja (ni aquí puedo fingir una risa maléfica xD) Lo siento, no soy muy buena humillando a mis personajes, pero lo intentare para ti (de lo que si te puedo prometo es de hacerlo sufrir). Lo que más me gusta es que me hagan preguntas para yo responderlas y no importa que sean extrañas o inusuales, si son importantes las contesto y a como dé lugar las meto en la historia.

    Marina, mil gracias por abrirme nueva página, jeje. Y más jejeje porque apenas comentaste y ya voy a subir nuevo capítulo. Estoy de acuerdo con tu perspectiva del orgullo, pero efectivamente, Atur tiene el orgullo más arriba de lo usual, y hay que bajárselo poco a poco. Ahora que mencionas “Mi niñera” pues veras que tengo como cinco capítulos escritos sobre la continuación, está en proceso, lentamente, pero en proceso. Cuando me centre un poquito más en esa historia, la continuó y la publicare. Sí, Amber es una buena maestra.
    Gracias a ambas por sus comentarios y a los que se pasan a leer. Pues sin agregar más, dejo el capítulo.


    Capítulo 11
    Las sorpresas no vienen solas, traen consigo pastelitos


    Transcurrieron dos días desde que cada quien inició su entrenamiento. Atur Stan continuaba intentando que todas la pantallas llegaran al número indicado. Su Energía era muy inestable y se dio cuenta cuando los maniquíes mostraban diferentes números; a veces unos se sobrepasaban del cinco mientras que otros ni siquiera llegaban al cuatro.

    También se dio cuenta que malgastaba su Energía al sentirse cansado al tercer intento. Se dio cuenta que primero debía intentar primero enfocarse en que todos los números fueran de dos o tres. Todo eso mientras era observado por Amber.

    —Deberías disminuir un poco la Energía de tu lado derecho —aconsejó ella.

    Atur, cansado, la miró de reojo.

    ¿Disminuir?” pensó incrédulo, “De qué habla si mi lado dere…?” se detuvo impactado al darse cuenta de algo.

    Movió su hombro derecho, ya no tenía esa molestia de días pasados, después, para comprobar, se acercó a uno de los muñecos que quedaban a su lado derecho y revisó el último golpe para posteriormente comprobar uno del otro extremo, los de su derecha siempre estaban a un nivel más alto.

    —¿Qué fue lo que me hiciste? —preguntó al recordar el día en que se conocieron y que después de haberle tocado el hombro tuvo esa extraña molestia pero ahora no.

    Desde que comprendió la Energía, y al usarlo en los maniquís y ver sus desgastes, su lado derecho siempre fue el más débil.

    —¿Te has dado cuenta? Lo único que hice fue estabilizar ese lado, haciendo que tu Energía fluya mucho mejor. Tu hombro derecho tenía mucha tensión.

    —¿Y eso afecta? Es raro, ¿no se supone que la Energía viaja por…? —Ahora que lo meditaba desconocía por completo lo referente a ese poder—, ¿todo el cuerpo?

    —La Energía emana por todo el cuerpo, pero tiene ocho puntos claves por donde viaja; los hombros, lumbares, rodillas y tobillos. Si en alguno de ellos la Energía se estanca, ya sea por falta de costumbre, entrenamiento, entumecimiento, una lesión grave o cualquier otra cosa, la Energía no fluirá bien de ese lado. Yo solo hice que se liberara esa tensión utilizando un poco de mi Energía.

    —Me lo hubieras dicho antes —Fue lo único que se le ocurrió decir.

    No quería verse un completo ignorante o algo similar, por lo que sin decir más nada, continuó con su entrenamiento.

    ***​

    Brad estaba entrenando con Edwin. Era buenísimo. Se movía mucho mejor de lo que recordaba lo hacía su padre; aunque si debía reconocer que ahora, a pesar de que Edwin le estaba dando una buena paliza, se sentía mucho mejor que cuando entrenó con su padre. En un movimiento rápido, el mayor le dio un puñetazo en pleno estómago a Brad, tirándolo al suelo.

    Se mueve bien y sus reflejos son buenos” admitió Edwin mientras observaba como el joven inhalaba aire, “pero su actuar es lento.

    —Lo siento Brad, pero me ordenaron ser un poco rudo contigo.

    Brad sonrió nervioso, ¿acababa de decir “un poco”?

    —Si los Poewo no me matan, lo hará el entrenamiento —comentó.

    —Oye —dijo Rules mientras le alzaba la mano para ayudarlo a ponerse de pie—, debo decir que eres la primera persona que ha esquivado uno de mis golpes.

    Brad lo miró sin saber como tomarse ese comentario.

    —No me mires así, Brad. Hablo muy en serio. Con verte ayer y hoy me di cuenta de algo, dudas un poco a la hora de atacar, como si le dieran mil y una vuelta en si actuar así o no.

    —No pensé que mis reacciones fueran tan lentas.

    —Sí, lo son un poco. Aunque tu cuerpo tiende a moverse solo. La primera vez esquivaste el primer ataque, tardaste en atacarme y ante eso, el segundo ataque que te di, no pudiste esquivarlo.

    —Es lo mismo que me dijo la maestra. Quizá por eso te eligió a ti para entrenar conmigo, tu velocidad es sobrehumana.

    Estaba cansado. Estaba agotado. Sudaba mucho pero se estaba divirtiendo.

    —Edwin, ¿qué le pasa a un Lkijo si es golpeado con Energía?

    —¿Quieres ver que pasa? —Lo invitó que lo golpeara—. Veámoslo.

    —¿En serio? —cuestionó incrédulo. Edwin asintió, hizo su mano puño y concentro un poco de Energía, volvió a mirar al mayor—. ¿Lo vas a esquivar cierto?

    Edwin se encogió de hombros. Brad estuvo a punto de golpear pero se retuvo y volvió a preguntar:

    —¿Te regenerarás, verdad?

    —Solo hay una manera de saberlo.

    Brad suspiró y bajó la mano.

    —Y si te hubiera dicho que sí, ¿me habrías golpeado?

    —Quizá no —admitió con una sonrisa.

    —Descansemos un poco —dijo Edwin.

    Brad se estiró un poco y fue hacia el campamento, me metió en la tienda de campaña con la que compartía con Stan, de su bolsa sacó agua potable y la bebió, luego se limpió el exceso de sudor y de polvo. Suspiró aliviado. Al salir de la tienda de campaña observó a su compañero, sentado en uno de los asientos improvisado que pusieron al rededor de lo que en la noche se convertía en una fogata.

    Poco después escuchó a lo lejos la voz de Amber y desvió la vista, estaba hablando con Edwin sobre algo. En una acción, Brad ladeó la cabeza, miró a Amber una vez más y después a Atur. Le resultaba muy extraño algo. Ahora que lo pensaba, los dos se parecían mucho en carácter, la diferencia era que la maestra sabía controlar sus emociones y Atur no.

    —Hola —saludó Brad al rubio quien solo lo miró por un instante—, ¿cómo va tu entrenamiento? —No recibió contestación alguna por parte de él—. Ah, que envidia me das, tú estás siendo entrenado directamente por ella. Aunque no pierdo la esperanza de que en un futuro me enseñe algo genial.

    —Es una mujer que siempre esta sobre ti. Es incómodo tener a alguien viéndote todo el rato —comentó Atur—. Por lo menos tú no sufres de eso.

    —Por lo que me dijo Edwin, estás aprendiendo una técnica, ¿verdad? Qué bien.

    —Es una técnica que yo ya me sabía. La llamé: “Ataque múltiples”.

    —Aun así, es genial tener una técnica especial.

    Brad se puso un poco triste al recordar esa mañana cuando Amber le mencionó lo que Atur estaba aprendiendo, él le preguntó si después se lo enseñaría. La respuesta de ella fue una negativa.

    —“Aunque quisieras, tu Energía no es tan fuerte para efectuarla” le dijo, “así que nunca podrás hacerla ni aunque fortalezcas tu poder al máximo.”

    Y luego recordó las palabras de su padre.

    Existen personas que aunque lo intenten no podrán hacer algunas cosas, sin embargo, no por ello son inútiles o inservibles, recuerda ésto, Brad; ´cada persona es mejor en algo, tan solo es encontrar ese algo en lo que uno es bueno´. Así que, encuentra eso en lo que eres bueno, hijo.”

    Recordar esas palabras le recobró los ánimo, y más cuando Amber concluyó:

    —“No te preocupes, tengo planes para ti, te enseñaré algo que solo tú puedes hacer”.

    Ahora estaba ansioso de descubrir cuál sería su técnica especial.

    Entre el silencio en que los dos se quedaron, escucharon los pasos de alguien, el par de ojos se desviaron hacia ese lugar. Vieron a una hermosa joven quien por su expresión indicaba que buscaba a algo. Brad abrió la boca al reconocerla, era la misma joven bailarina de aquella noche.

    —¿La conoces? —preguntó Stan.

    Brad solo asintió mientras se acercaba a ella.

    —H-hola —saludó torpemente.

    La joven sonrió al reconocerlo y le devolvió el saludo.

    —Disculpa si vine en mal momento.

    —No, no, no te preocupes —respondió rápidamente—. No es ninguna una molestia. Ah- disculpa por lo que… por esa noche, yo, no era mi intención lo que sucedió.

    No pudo eludir su nerviosismo al recordar el suceso. A su mente llegó la imagen de ella en prendas menores.

    —Ya —Se sonrojó la joven—. Precisamente por eso vine, a disculparme…

    —Disculpa que te interrumpa —habló Brad antes de que continuara—, pero quien debería disculparse soy yo, no tú. Después de todo fui yo quien… quien invadió tu privacidad y vio lo que no tenía que ver.

    —Pero fui yo quien comenzó a arrojarte un sinfín de cosas —rio con nerviosismo.

    —Y con toda razón, fue algo natural.

    Ella notó varios moretones en su brazo y se preocupó al pensar que fue por ella.

    —¿Yo te hice eso? Lo lamento, en verdad.

    —¿Esto? No te preocupes, eso me lo hice por otras cosas —Intentó cambiar el tema tanto para que él como ella se calmaran un poco—. Por cierto, ¿cómo es que me encontraste?

    —Algunas personas de la ciudad notaron que habían levantado un campamento por estos lares. Además, se esparció el rumor de que las personas que iniciaron la pelea en el bar eran de los de ese campamento, por eso quise intentar y venir a ver si te encontraba.

    Con rapidez le mostró la canasta que tenía en las manos y se la dio, él la aceptó y la miró, estaba cubierta con un paño rojo.

    —Son pastelitos. Los hice yo, espero que te gusten.

    —Gra-gracias —Estaba anonadado, no supo que más decir pues no se esperaba eso.

    —Es un agradecimiento por haberme salvado de ese animal. Nunca había visto esa clase de animal, eran horrible. ¿De dónde salieron?

    —Ah, bueno… precisamente estoy dedicándome a la caza de ellos, son animales importados, iban directo a una zona de… de protección porque son criaturas que están en peligro, pero escaparon y ahora están esparcidas por el país y mi deber es capturarlas.

    —¿Y son muy peligrosas? —interrogó ella, preocupada.

    En realidad no lo sé” pensó, mas contestó:

    —Un poco, sobretodo si se sienten muy amenazadas. Pero no te preocupes, estoy calificado para capturarlas.

    —Entiendo, así que no eres de Garza, lo noto por tu acento, ¿de que provinciana eres?

    —Soy del noroeste. Tú tampoco eres de Garza, ¿cierto?

    —No, es raro, tengo años viviendo en esta ciudad y pensé que mi acento anterior se había perdido, es increíble que hayas descubierto que no soy de esta providencia. Soy del centro. Por cierto, todavía no me he presentado, mi nombre es Lana Dubois, bailarina.

    —Un placer, Lana —Le extendió la mano—. Yo soy Brad Irik, hijo de un humilde cultivador… y ahora cazador de bestias —terminó al recordar que ya había cambiado de profesión.

    —Se hace tarde, tengo ensayo muy pronto, me voy —se despidió Lana.

    —Espera, Lana… amm, espero que esta no sea la última vez que vengas, ¡claro! Si quieres, eres tú quien decide eso y…

    Ya no sabía que decir, sus palabras se revolvían en su boca. Ella le regaló una sonrisa, agradecida de que dijera eso:

    —Volveré —dijo, muy contenta de escucharle decir eso.

    El castaño se alegró mucho. Luego ella apuntó la canasta y Brad sonrió levantándola, por supuesto, la canasta era de ella. Brad observó como Lana se iba alejando y no la perdió de vista hasta que ella hubo desaparecido por completo, estiró los brazos, estaba tan lleno de felicidad que había desaparecido todo dolor que le había dejado todo el entrenamiento. Respiró el fresco y delicioso aire, sintiéndose renovado, dio media vuelta y buscó a Edwin.

    —Edwin, estoy listo para continuar con el entrenamiento.

    —¿Te ha pasado algo? —preguntó al verlo tan sonriente y animado—. Me alegra ese entusiasmo. Pero espera un momento Romeo, que primero debemos comer algo.

    Brad se tornó serio y miró con seriedad a Rules.

    —¿Me has leído la mente?

    —Por supuesto que no, ¿me creerías capaz de eso? ¡Lo vi todo!

    Brad no evitó sonrojarse.

    —Y no solo yo, Amber y Arur también, aunque ellos ya se fueron.

    La cara de Brad se tornó todavía más roja.

    —¡Hey! —Amber llamó la atención de los hombres desde el campamento—, ¡vamos a preparar la comida y a festejar la alegría de Brad!

    En la comida, Brad estaba pensativo y sin prestar mucha atención a la plática de los demás, se preguntaba si Lana también estaría tan feliz como él lo estaba. Recordaba esos hermosos ojos azules, igualmente su sonrisa, su voz dulce y suave, no cabía duda, había caído en las garras del amor.

    La tarde avanzo con total normalidad. Cada uno continuó con su entrenamiento hasta que el día finalizó.


    . . .​
     
    Última edición: 7 Diciembre 2022
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  13. Threadmarks: Capítulo 12.- ¡Hasta los guerreros más fuertes toman un descanso!
     
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Bueno, les dejo el capítulo siguiente. Disfrútenlo.


    Capítulo 12
    ¡Hasta los guerreros más fuertes toman un descanso!


    Había noches en que soñaba con aquel momento.

    La escena en que vio por última vez a su madre. No la recordaba, tan solo observaba a lo lejos una silueta que acercándose a él, le dedicó su más triste oración: “Adiós” mientras él, en un vano intento de detenerla, su madre tomaba una maleta y se alejaba de él. Desde ese día, se había estado preguntando la razón de su abandono. Siempre pensaba en ella y fantaseaba con algún día conocerla en persona.

    Atur abrió los ojos al escuchar un extraño ruido afuera, se irguió quedando sentado, observó a su alrededor para ver a Brad, a un lado, todavía dormido. Un suspiro inconsciente salió de su boca; había vuelto a soñar con ella. Tenía mucho tiempo que no había vuelto a recordar ese momento de su vida. Deseaba olvidarla, deseaba no recordarla, sin embargo, no podía hacerlo porque quería saber lo que fue de ella, lo que estaba haciendo, encontrarla y quizá… preguntarle la razón de su abandono.

    Apretó la mandíbula sintiendo como una rabia crecía en su interior. Odiaba esa forma de ser. Se odiaba por tener efímeras esperanzas de que cuando lo viera lo recordaría. Apretó la bolsa con fuerza. Pero sobre todo, detestaba el no saber nada de ella y aún así querer conocerla. Odiaba esa faceta de él.

    Se frotó los ojos en un intento de despabilarse. Desde la noche del bar había quedado un poco paranoico, se sobresaltó al escuchar un ruido más fuerte, ¿eran esos monstruos? Salió rápidamente de la tienda esperando encontrarse con ellos, mas se sorprendió al encontrarse a Edwin al lado de Stanley, este último se acercaba a Preciosa.

    —Buenos días —saludó Stanley al verlo.

    —¿Cuándo llegaste? —preguntó el rubio.

    —A penas ahora.

    —Mira, Preciosa, ¿quién es? —dijo Edwin acariciando a la yegua.

    Atur arqueó la ceja nervioso. Preciosa comprendió las palabras de Rules y moviendo la cabeza se dirigió hacía Atur, quien no evitó dar pasos hacía atrás algo asustado como quien queriendo escapar de ella. Debía retirarse lo más rápido posible de la yegua, pero fue demasiado tarde, la yegua movió la cabeza cerca de él deseosa de sus cariños y no lo dejaba ir hasta tener lo que quería.

    Atur intentó separarla estirando sus brazos pero ella se rehusaba a alejarse, relinchó mientras golpeaba el casco en el suelo. El rubio se vio entre la espada y la pared y le dio lo que deseaba. La acarició de la frente. Ante eso, no evitó dibujar en sus labios media sonrisa.

    Amber como Brad no tardaron en levantarse. Se acercaron al grupo de ruidosos y después de darse los buenos días, Edwin le presentó a Amber.

    —Ella es Amre —le dijo a su amigo Stanley.

    —Llámame Amber o Reza —rectificó mientras miraba de reojo a Edwin.

    —Un placer, señora —Saludó el recién llegado—. Eh escuchado hablar mucho de usted.

    —Yo igual. Agradezco mucho lo que has hecho.

    —No es nada.

    —¿Es la primera vez qué se ven? —interrogó Brad.

    —Así es —respondió Amber—, es la primera vez que nos vemos.

    —Stanley —llamó la atención Atur algo intrigado—, por pura curiosidad, ¿tú sabías que el maestro Amre era mujer?

    No fue necesario que el varón respondiera, la expresión en su rostro lo dijo todo e hizo que Atur frunciera el ceño sintiéndose enojado. ¿En verdad era el único que no lo sabía? Cruzó los brazos y se iba a quedar así pero fue empujado levemente por Preciosa. Estaba enojado así que en verdad no la quería cerca. La empujó, aunque no con mucha brusquedad, más bien para que ella comprendiera que se mantuviera alejada. Sin embargo, la yegua le devolvió el empujón provocando que el joven se tambaleara y si no fuera porque mantuvo el equilibrio hubiera caído al suelo.

    Los espectadores rieron ante la divertida escena.

    —Le caes muy bien al caballo —comentó la maestra entre risas.

    Atur era el único al que no le causaba nada de gracia lo sucedido. Se quedaron un rato charlando un poco más. Los pupilos aprovecharían su día de descanso. Brad se preguntó la razón por la que Stanley estaba allí.

    —Bueno —suspiró Edwin mientras se levantaba—. Ya es un poco tarde.

    Los presentes lo siguieron con la vista, él tomó una mochila y luego se acercó a donde Preciosa.

    —¿Te vas? —inquirió Brad, extrañado.

    —¿Ya ha pasado dos meses? —se preguntó Atur como si no le diera tanta importancia.

    —Tengo algo que hacer —respondió a la pregunta del castaño al momento que montaba la yegua.

    —Cada dos meses se desaparece más o menos por una semana. Lo ha hecho así desde que tengo memoria —respondió Atur al ver que Brad lo miraba—. ¿A dónde? Quien sabe, nunca me lo quiso decir —Dibujó una mueca al terminar, qué novedad.

    —De cualquier manera —continuó Amber—, para la próxima misión Edwin no nos servirá mucho.

    —¡Auch! Entendí esa indirecta. Qué dura, Amre. Pero es cierto, Stanley será de mejor ayuda, por eso le mandé un telegrama, y me alegró que aceptara.

    —Solo espero en verdad ser de ayuda y no un estorbo —comentó el dueño de la yegua.

    Tanto Brad como Atur estaban ansiosos por saber que era lo que venía. A su vez, los presentes observaron como Edwin, jalando las riendas de Preciosa, se perdía en la lejanía. Aprovechando su día libre, Brad, acercándose a la maestra, le preguntó sí podía ir a echar un vistazo a la ciudad, ella le dio permiso, después de todo, mientras no afectara su entrenamiento y rendimiento, podía ir a cualquier lugar que quisiera.

    Con la canasta en mano, Irik bajó hacia Garza. Tenía pensado ir a buscar a Lana y aunque no tenía ni idea de dónde podía encontrarla o dónde vivía, se dirigió hacia el bar para preguntar por ella, esperanzado de que alguien pudiera identificarla. Encontró el local a lo lejos y mientras se acercaba, lo observó muy solitario, tal vez porque el negocio abría sus puertas en la noche.

    Se detuvo en la puerta principal y se asombró de leer un letrero el cual rezaba: “Cerrado hasta nuevo aviso.” Se desanimó por ese hecho. Volvió la vista al canasto, desilusionado. Se volvió a su derecha para ver a un hombre sentado en la sombra que generaba el edificio. No tardó en acercarse para hablar con él.

    —Disculpe, ¿usted sabe si tardaran en abrir el bar?

    —Creo que va a tardar, muchacho —respondió un poco apático—. Por lo que escuché hasta que la policía resuelva algo.

    A Brad le pareció extraño que mencionara a los oficiales.

    —¿Sucedió algo?

    —Ah, algo así. A raíz de la pelea de hacer noches, la más grande jamas contada, informaron tres desapariciones. Sus familiares dijeron que no llegaron esa noche a casa, y ayer por la mañana se dispusieron a ir a todos los lugares que ellos frecuentaban, después de todo eran unos borrachos, no se a encontrado nada de ellos. Y por si no te enteraste, se encontraron con lo que parecían restos de personas quemadas, se dice que quizás alguno de ellos son de los tres desaparecidos.

    Brad tragó saliva, sintió como un nudo se formaba en su garganta. Sabía que esos restos quemados eran de los Poewo, pero, ¿qué pasaba con esas personas desaparecidas?

    —Clausuraron el bar hasta que las autoridades investiguen más a fondo. Una pena muy grande, la verdad —continuó el hombre mientras alzaba la vista para ver el local—, era el bar más famoso y divertido de esta ciudad, de los mejores del país de hecho. Uno de los desaparecidos lo conocían más o menos, frecuentaba mucho el lugar, es alto, grande y tiene una cicatriz en forma de V en el rostro, era un maldito peleador innato, tal vez se peleó por allá y lo noquearon, quien sabe. Y creo que otro tenía una quemadura o algo así. Lo otros dos no los conozco, pero eran unos borrachos, eso sí lo sé.

    —Es una pena —Fue lo único que pudo decir ante las terribles noticias—. Espero que esas personas estén bien.

    Brad guardó silencio al notar que el hombre lo observaba, poniéndolo nervioso.

    —Tu acento… no eres de acá, ¿cierto? ¿No fuiste uno de los que provocó el revuelo; no eres de los que están en un campamento cerca? —inquirió el hombre.

    —Por supuesto que no —se defendió, sonriendo con algo de vergüenza. Aunque en cierta forma estaba diciendo la verdad pues no peleó con nadie, herir a alguien, ni el que provocó la revuelta—. Si estoy viviendo en el campamento, pero le aseguro que yo no estuve involucrado en nada de eso.

    El señor no le dio importancia y volvió su vista enfrente. Aunque de vez en cuando se volvió a ver al joven, quien continuaba ahí.

    —¿Algo más? —terminó diciendo.

    —Solo quería saber si sabe algo de las bailarinas.

    El hombre arqueó la ceja.

    —Y yo qué sé, muchacho. Seguro deben estar en algún hotel o algo así, con eso de que viajan por el país para bailar en lugares, no me extrañaría.

    ¡Claro, un hotel! Pero suponía que debía haber muchos hoteles en la ciudad, siendo la capital no le extrañaría. Antes de irse, le preguntó dónde estaban los hoteles mas cercanos, suponiendo que en alguno de ellos estaban alojadas. El señor se lo indicó y Brad, agradeciéndole su amabilidad, se dispuso a trotar al más cercano. No estaba seguro si la encontraría en ese lugar pero lo intentó. Entro y acercándose a la recepcionista preguntó por Lana Dubois. Para su mala suerte, no había nadie registrado con ese nombre.

    Brad salió cabizbajo, volvió a mirar la entrada un poco indeciso de dejar el lugar. ¿Y sí tenía alguna clase de nombre artístico? Volvió a entrar y preguntó si no se habían alojado bailarinas. Para su sorpresa la mujer asintió y él preguntó si podía mirar si entre ese grupo había una Lana Dubois.

    —Por políticas del lugar, no puedo revelar los nombres de ellas —informó la mujer, amablemente.

    Brad agachó al cabeza, aunque no estaba del todo desanimado, ese hecho solo afirmaba que ella debía estar hospedándose en ese hotel. Dio gracias a la mujer y volvió a salir del local. Entonces se extrañó de algo, dio un par de pasos a su derecha. No evitó alarmarse al sentir la presencia de un Poewo, era leve pero la sentía. Trotó hacia esa dirección y se acercó a un tumulto de personas que iban reuniéndose poca a poco, murmuraban cosas, y a lo lejos pudo divisar que algunos cargaban una camilla y estaban apurados para llevarla al hospital más cercano. Brad abrió los ojos sorprendido.

    —¿Qué ha sucedido? —preguntó.

    —Encontraron a uno de los desaparecidos —respondió una mujer.

    —Y por lo que escuché —dijo otro—, está muy mal herido.

    —Dicen que se lo encontraron con una herida alrededor del cuello como si le hubieran cortado la cabeza, aunque cuando lo encontraron todavía respiraba…

    Y continuaron hablando del tema, por su parte, Brad siguió la camilla con la vista, no cabía duda, quien estaba acostado era un Poewo. Tenía que regresar al campamento e informarle a Amber lo que vio en la ciudad.

    Al llega, ni tardo ni perezoso, le contó sobre los desaparecidos y lo de aquel hombre en camilla. Amber lo escuchó atentamente hasta que terminó y lo único que hizo fue decirle con un aire triste:

    —No podemos hacer nada, Brad.

    Brad se sorprendió de sus palabras, pero ella llevaba razón, ¿qué podían hacer? Irrumpir al hospital y atacarlo. Ellos sabían que aquel hombre ya no era un humano, pero los demás no. No podían arriesgarse. Lo comprendió.

    —Lo único que podemos hacer es continuar con nuestra misión —continuó—; capturar a los White. Sé como te sientes, y sé que quieres hacer algo, pero en este caso no podemos porque Ellos se están ocultando entre las personas. Tal y como lo dijo Edwin, Ellos poseerán cuerpos y cuerpos las veces que sean necesarias.

    Ella también se sintió débil por no poder hacer nada.

    Brad se entristeció pero el sentimiento que lo invadió fue la rabia; enojo hacia ellos. El solo imaginar que para apoderarse de esos hombres debieron haberlo matado primero. Cualquiera podría sufrir las consecuencias. La imagen de Lana se le vino a la mente. Ni ella estaba a salvo. Apretó los puños con fuerza mientras observaba el suelo, pensativo.

    —Amber, sé que hoy es día de descanso, pero, ¿puedo entrenar un poco?

    La mujer dibujo media sonrisa al decirle:

    —Hasta los guerreros más fuertes toman un descanso. Parte del entrenamiento es descansar para que el cuerpo se pueda renovar y evitar que se exija de más —Lo tomó del hombro—. Descansa que mañana te enfrentarás conmigo.

    Sus palabras lo animaron aunque también lo pusieron un poco nervioso. Sin embargo, hizo así. Volvió de nuevo a la ciudad, esa vez para pasar a los lugares famosos y por supuesto, ver si tenía suerte de toparse con Lana.


    Si has llegado hasta aquí, te agradezco mucho tu apoyo :)
     
    Última edición: 7 Diciembre 2022
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Ya vine xD

    Bueno, pues parece que el entrenamiento de los muchachos va viento en popa. Aunque sean diferentes, pues Atur ya fue adiestrado físicamente y ahora debe manejar su energía, ambos son duros e intensos, como esa escena por ejemplo donde Brad está haciendo todo ese ejercicio antes de que llegara la hermosa Lana, y wow, así que sí parece que hay algo entre estos dos chicos, jaja, me gustó (ammm, te haré el comentario tomando y revolviendo escenas de los dos capítulos, ¿sale?), decía que me gustó esa cosilla de que Brad ha ido a verla para devolverle la canasta, una idea genial de Atur, y luego toda esa inquietud cuando le dicen donde encontrarla y después de llegar al orfanato, no saber si quedarse o irse, pero finalmente se ha quedado, solo espero que no se meta en problemas por ello. digo, que se le vayan a olvidar sus obligaciones en el campamento, Jijiji, otra escena divertida fue la de Atur con Preciosa, jeje, para qué quiere el rubio novia, si ya tiene quien lo quiera tanto, jojojo.

    Admiro a Amber por no molestarse porque Edwin se metió en su terreno, es decir, el trabajo de Edwin es enseñarle combate físico a Atur, no de energía, pero sí que le dio algunas clases sobre eso, poniendo en riesgo la vida del joven cuando éste empleó lo que Edwin le enseño, menos mal que la master estaba ahí cuando sucedio.

    Por cierto, ¿a dónde va toda esa semana Edwin? Así que se pierde por una semana y nadie sabe a donde va, pues qué intriga, ya quiero saber qué asunto trae entre manos, ¡ah! y esa idea de que la canasta se quede donde está, es genial, un pretexto para que Brad y Lana se vean xD Me gusta el apellido Dubois

    Buenos capítulos. Nos vemos en el que sigue. TAM
     
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

    Libra
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    Bien, otra vez aprovecho mi tiempo libre antes de clase para finalmente dejarte un comentario. Tu tienes la culpa, no puediste esperarme hasta hoy, verdad? >.< Bueno, ni modo.

    Muy interesantes los capitulo porque ya vemos a estos dos aprendices en accion y entrenando para mejorar sus habilidades personales; asimismo, notamos un acercamiento entre Lana y Brad, yey! En definitiva, siempre debe haber algo de romance en las historias, de lo contario no serian historias completas, hasta en eso tu me apoyas por lo menos. Pero bueno, ojala que Brad no se la pase tanto en las nubes porque necesita su total atencion en las practicas y en las instrucciones de Amber, aunque ya vemos que es muy soniador el muchacho este y creo que por demas romantico. Eso de la canasta es por demas verdad xD Aunque si Atur no lo hubiese sugerido, la neta que a mi no me habria pasado por la cabeza siquiera, jijiji. Pero igual, les funciono a los tortolos, asi que la cansata se quede donde esta, que se quede, que se quede xD

    Hm, ahora hablando un poquito de Stan y una observacion que hizo el mismisimo Brad que a mi me ha dejado con muchisima intriga, eh? Y es la siguiente. Al ver a Amber y Atur discutiendo, Brad los analizo muy fijamente y detallo un parecido en ellos en personalidad, y bueno, me inquieto de mas porque lo recalcaste tu, y por ser tu, no me fio que fuese un comentario sin mas. Sumado a eso, esta el principio de este capitulo en el que Atur sonio a modo de recuerdo creo yo, como fue que su madre lo abandonaba. Mi duda es, por que aquello acudio a su subconciente siendo que el mismo dice que hace mucho que no pasaba? Por que ahora que Amber llegaba a su vida? Y mis precipitada suposicion es, podria ser que Amber fuera la madre de Atur? o.o Mi mente maquina muchas cosas, pero de pronto no me cuadra porque recuerdo que en una pasada conversacion, la maestra y Edwin hablaron de un tal Eduardo (corrigeme si no se llama asi), y quedo claro que ese tipo era el hijo de ella, por lo que todavia estoy en duda...

    Pero bueno, dejemos de lado las congeturas, mas no las preguntas. A que fue Stanley alli? Fue a dejarle a Preciosa a Edwin para que se fuera a ese lugar al que siempre va y que nadie sabe? Por cierto, a donde va y por que con esa regularidad? Hm, preguntas, preguntas. Lo que si es que esa parte con Preciosa y Atur fue divertida xD No me la esperaba, por el contario, creia que la yegua lo odiaria, no se por que, jejejeje. En fin. Divertidos e interesantes capitulos. Nos leemos hasta el siguiente y ojala que ya no demore tanto en pasarme. Sin mas, me despido y te cuidas.

    Hasta otra.
     
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  16.  
    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    ¡He llegado al fin! Y debo mencionar que la historia ha ido creciendo en cuanto a interés y acción, también debo decir que en un principio no me quedaba muy claro todo pues inició de un modo futurista (que me encantó) y luego ¡pum! al pasado lleno de zombies. Por cierto, aún ahorita tengo dudas en las razas que aparecen y sobre todo en su pronunciación (Poewo = ¿Puegu? ¿Puvu? ¿Povo?).
    El personaje de Brad me gusta, así timorato, sencillo, inocente, poderoso pero privilegiando siempre la razón, renunciando a la violencia y ahora que le pones una hermosa compañera pues me agrada más. Y ante todo me fascina la combinación con Atur, su complemento y de alguna manera, contraparte, orgulloso, falto de control, buscando un pretexto para el combate, espectacular... además su pasado le da un aire de misterio, el cual quiero disipar conforme avance la historia.
    Otro aspecto que me encanta son los nombres ¡cielos, yo soy malísimo para inventar nombres! y tanto tú como Bore y Marina se lucen con sus creaciones.
    La pelea del bar fue muy emocionante, especialmente la escena de Atur contra los Poewo y, por el contrario, la escena de Brad muy divertida con Lana indignada por ser descubierta, lanzándole todo a su alcance y el otro pobre, apenado a más no poder, je, je.
    El entrenamiento es otro punto muy bueno, puedo decir que es sencillamente perfecto: escenario, clima, rutina de entrenamiento, relaciones entre los 4 involucrados, pero mi favorito es el primer elemento, el paisaje. Creo que me he formado una imagen de un páramo medio desolado con algo de vegetación, rocoso, arenoso, con la suficiente agua, un par de caminos para llegar y salir y con el campamento como único descanso y lujo en aquel lugar. No sé, tal vez lo imagino mal, pero me ha cautivado este lugar.
    Finalmente, coincido en el misterio que genera la retirada de Edwin ¿ a dónde rayos va? ¿es acaso una necesidad? ¿por qué debe ocultarse de su equipo de combate? Me suena a que se trasforma en algo que no tiene control y busca la soledad para no lastimar a nadie, algo así.
    Bueno, por el momento sólo eso, veamos cómo va evolucionando la historia y por favor, no la vayas a abandonar que me ha enganchado ya y ahora debes complacerme hasta el final, je, je. Un placer, mija, que estés muy bien, hasta la próxima.
     
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  17. Threadmarks: Capítulo 13.- Cuarta Fase: Recolectar los White Parte 1
     
    Sonia de Arnau

    Sonia de Arnau Let's go home Comentarista empedernido

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    Capítulo recién salidito del horno :)
    Marina: Gracias por tu comentario. Me adelante en ese último capítulo, yo pensaba que iba a trazada, pero no, me adelante, jijiji, pero me alegra que te haya gustado, y sí, Lana y Brad, al mejor pareja de esta parte xD. Sobre lo de Edwin, bueno, eso se sabrá en capítulos mucho más adelante, aparentemente quedara en el “olvido” pero no, tengo eso muy presente, solo hay que tener un poquito de paciencia.

    Bore: ¿Te lo digo? ¿no? ¿sí? Sobre la relación que tienen Amber y Atur… eso va al criterio de cada quien, sin embargo, más adelante sacare esa duda a la luz, por ello te sigo invitando a que sigas leyendo.

    Víngilot: ¡Bienvenido! Muchas gracias por tu comentario, de verdad, me alegro leerlo. Excelente pregunta sobre la pronunciación de “Poewo” pues yo la pronuncio tal y como se escribe, con la “w” del nombre de “Walter”. Me alegra saber que te gusta el protagonista de esta primera parte, así es, no pudiste describir a Brad mejor. Eso de que Edwin se aleja para transformarse en algo para no lastimar a nadie es buena idea, pero no es por esa razón… lo dejo allí, no diré más, adelante explicare la razón de su retirada.


    Capítulo 13
    Cuarta Faceta: Recolectar los White Parte 1


    Amber esquivó el golpe que Brad le lanzó y que iba directo a su estómago, al igual que sus próximos ataques. Al ver una abertura en la posición del joven, aprovechó para darle un puñetazo en el pecho y provocar que retrocediera un paso hacia atrás, pero a diferencia de la última vez, el joven apretó la mandíbula y permaneció firme, continuando con su ataque. No la dejaba descansar y eso era bueno porque demostraba tener mejor resistencia. Sus reflejos eran mejores. Sus movimientos más rápidos. El entrenamiento con Edwin había dado resultado.

    No obstante, si notó que algo lo distraía.

    Esquivó un derechazo que iba a pleno rostro, golpeó sus piernas, que habían estado completamente vulnerables en toda la confrontación, lo derribó y antes de que él pudiera reaccionar y levantarse, ella puso sus desos cerca de su garganta, demostrando que había “muerto”.

    —Agradece que no soy un Poewo porque ahora estarías muerto —dijo mientras lo ayudaba a ponerse de pie.

    —Todo este tiempo pudo atacarme las piernas.

    —Si estabas consciente de eso, ¿por qué no esquivaste el ataque?

    —No lo estaba, acabo de darme cuenta de eso —Sonrió desvergonzadamente.

    —¿Te preocupa algo? —terminó preguntando.

    Brad tardó en responder, pero al final lo hizo.

    —Pensé, por mucho tiempo, que había alcanzado mi mayor felicidad y nunca pensé que podría llegar a serlo más, pero de nuevo me equivoqué… —Para ese punto Amber no comprendió a donde quería llegar y a que venían esas palabras—… porque la conocí. Conocí a Lana y la verdad pensar en ella hace que algo dentro de mí se revuelva.

    —Estás enamorado —comentó lo evidente—. ¿Has estado pensando en ella desde que te levantaste?

    —Desde ayer, realmente —admitió suspirando al recordarla.

    Era normal que se sintiera de esa forma. Era bonito que ella le despertara esa clase de sentimientos, y lo entendía porque hace mucho tiempo llegó a sentirse de la misma forma. No obstante, lo último que deseaba era que debido a eso él no se concentrara en su trabajo.

    —Pero eso no es todo —continuó él—. Le he dado muchas vueltas a lo que sucedió ayer, ese hombre, las desapariciones, ese poewo, y me da miedo pensar que puedan herirla, o que puedan apoderarse de ella...

    —Brad, escúchame —lo interrumpió con seriedad, aquello sorprendió al susodicho—, deja de pensar en esa muchacha, por lo menos cuando estés en tu trabajo. Debes enfocarte en tus ejercicios… —Estaba sonando muy dura, lo sabía y aunque no quería serlo no pudo evitarlo. Sus palabras salían solas—: Si en verdad quieres un lugar mejor para ella, entonces haz algo para lograrlo, pero si no puedes siquiera defenderte tú mismo, ¿cómo piensas defenderla a ella?

    Brad bajó la mirada, impactado, sus palabras le dolieron; nunca creyó escucharla hablar de esa manera. No supo que decir.

    —Brad… —Quiso disculparse pero de su boca salió algo más—: ¿Comprendes lo importante que es que mejores y no te distraigas? A veces uno tiene que sacrificar sentimientos. Es duro, pero hace falta para poder proteger a los que amas.

    —Prometo no distraerme y estar al cien. Tiene razón, —Se palmeó los cachetes en una forma de demostrar que despertaría de su embobamiento—, debo despertar.

    Esa conversación quedó zanjada ahí y al terminar con el castaño, se fue a ver como le iba a Atur, ya había mejorado mucho, ya dominaba muy bien la técnica de ataque simultaneo. Brad y él había pasado la primera prueba. Los vio mucho mejor que la noche del Bar y sonrió satisfecha y un poco orgullosa de sus pupilos.

    —¿Ahora qué es lo que sigue? —No tardó en preguntar Atur cuando estaban reunidos en la comida—. Ya he dominado la técnica de ataques simultáneos. Estoy listo para hacer algo nuevo.

    —Sí, lo sé. Pero tranquilo. Mi próximo movimiento es llevarlos a un lugar especial —Miró a Stanley, quien le regresó la mirada y suspiró un poco nervioso.

    —No puedo creer que vaya a hacer eso —susurró a sus adentros.

    —No me digas que ya te has arrepentido, Stanley.

    —No es eso, es que, el solo pensar que iré ahí, se me pone la piel de gallina, espero no ser un estorbo y pueda ser de ayuda.

    —No tengas cuidado en eso, sin duda serás más útil que Edwin.

    —¡Ah! Ya dejen de hablar entre lineas y suelten la información —Atur se exasperó de no saber de que hablaban. Brad asintió, estaba de acuerdo con su compañero. Amber estuvo de acuerdo, era el momento de contarles lo que tenía planeado.

    Amber Reza les informó que conocía la localización de los cuatro Withe faltantes (excepto el de uno) y admitió que había elegido ese lugar para acampar porque quedaba cerca uno de ellos; el que consiguieron aquella noche del bar. Y para hacer el trabajo mucho más fácil y rápido, sobre todo eso último, se dividirían en dos grupos: el primero conformado por Brad y Stanley y el otro, por Amber y Atur. Al llegar a ese punto de la explicación, el rubio no se hizo esperar para mencionar:

    —Si ese es el caso —Miró a la mayor antes de continuar—, sin ofender a Stan, existe muy poca probabilidad de que ellos puedan capturar al White.

    —¿A qué te refieres? —preguntó Brad inmediatamente, sintiéndose ofendido.

    —Sabes a lo que me refiero —concluyó sin deseos de explicar lo que el creía era obvio.


    Brad lo miró con el ceño fruncido, ya quería empezar para demostrarle lo equivocado que estaba. Amber solo suspiró y después agregó:

    —En eso estaba pensando, pero yo creo que tanto Irik como Stanley pueden hacer un buen trabajo, además —observó a Atur—, ésto no es ninguna competencia. Si deseamos abarcar lo mejor posible, es mejor separarnos en grupo. También recuerden que no importa si se captura o no, su supervivencia es lo más...

    —Si importa —dijo el rubio—. ¿No se supone que es urgente capturarlos, cómo así que no importará si se capturan o no?

    —¡Bien, perfecto! —dijo al fin Amber—. Arturo y Brad irán mañana, está decidido. Stanley y yo será el otro.

    —Oye, espera…

    —¡Mañana a primera hora salimos! —concluyó ella sin dejar hablar a Atur.
    Se levantó para irse mientras Atur hacía lo mismo y la seguía en un intento de hablar con ella insistiendo que no quería trabajar con Brad.

    Muy de madrugada se levantaron, alistaron las cosas que iban a llevar y salieron a los lugares indicados que Amber señaló en un mapa. El primer grupo se dirigió hacia el suroeste mientras que el otro hacía el noroeste. El primer grupo, que al final estaba conformado por Atur y Amber, se mantenía dentro del vehículo, todo el viaje fue en silencio. De vez en cuando la mujer era quien intentaba entablar una conversación pero el joven se mantenía muy recio en cooperar; tan solo contestaba con un sí, no o utilizando la cabeza.

    Amber suspiró rendida, era un caso intentar hablar con él pero ella tenía la culpa porque desconocía algún tema que a él le interese, y tampoco podía preguntarle cosas más personales debido a que eran eso, personales y ella solo era una desconocida.

    —Prepárate —dijo asomándose por la ventana—, estamos llegando.

    Atur se asomó para ver al mismo tiempo que el vehículo se paraba completamente. Bajaron y empezaron a caminar porque Amber dijo que el destino estaba un poco más adelante. Y como el conductor que los trajo era contratado por Reza, los esperaría hasta que terminaran con su trabajo, así que no se preocuparían por eso. Amber se agachó inmediatamente, obligando a Atur a que hiciera lo mismo.

    Estaban escondidos detrás de un roca y el joven le preguntó por qué estaban escondidos, no obstante, lo que obtuvo de respuesta fue ver como Amber sacaba un mapa marcado; cuyas marcas indicaba la parada de los White. Por un momento, ella pensó que se había equivocado, por ello volvió a ver el mapa, pero no, era el mismo lugar; a su lado derecho a unos cuantos metros había un rio y se podía escuchar (levemente) desde donde estaban. A su lado izquierdo se encontraba una loma cubierta de flores blancas.
    Estaban en el lugar correcto.

    —¿Y? ¿Es el lugar o no?

    —Lo es —contestó a su acompañante mientras guardaba el mapa.

    Frente a ellos estaba la casa de un granjero, y por lo que recordaba no había una antes. No le agradó la idea de irrumpir en propiedad privada.

    —Si no me equivoco, el White está por allá —Apuntó hacia el tinglado—, bajo tierra, a unos tres metros de una piedra gris. La piedra continua en el mismo sitio, por lo que el White está más o menos allí.

    —No lo siento —comentó Atur.

    —Eso es porque está en letargo, cuando están en ese estado su fuerza vital es muy baja, se siente pero muy baja, tienes que acercarte mucho para distinguirlo. Oye, ¿qué haces? —Haló a Atur al ver que se ponía de pie.

    —Voy a entrar al cobertizo.

    —No seas impaciente —Lo detuvo antes de que diera un paso más—, deja que anochezca, entraremos cuando el dueño esté dormido.

    —¿Esperar hasta la noche? ¿Sabes cuanto falta para eso?

    —Pero no tenemos otra opción, es lo mejor para ellos como para nosotros.

    Más desganado que nada, aceptó la propuesta. Mientras esperaban a que anocheciera, se sentaron un poco para comer y descansar, mientras Atur, iniciando la conversación, preguntó si le había sido difícil encontrar a los White y algunas otras cosas. De esa forma se pasó la tarde hasta que el cielo se oscureció. Vieron al dueño salir para apagar la luces de afuera y del cobertizo, y cuando volvió a entrar a la casa, esperaron poco más de media hora entes de Amber y Atur ingresaron sigilosamente al tinglado.

    Lo primero que ella le advirtió a su pupilo fue que los White, además de poseer un delicado sistema sensorial que servía para excitarlos con la Energía, también les servía para captar cuando se sentían amenazados. Por esa misma razón no despertó cuando construyeron la granja.

    —Te cuento esto para que bajes tus ansias de caza —terminó la maestra.

    —Lo entendí —contestó mientras se movía como digno espía entre el montón de herramienta y cosas que el lugar guardaba.

    —Cuando lo localicemos, lo desenterramos y lo capturamos rápido.

    Atur solo sonrió. Eso iba a ser una tarea muy difícil. Comenzó a ponerse nervioso al por fin poder sentir la presencia del animal. Estaba nervioso no porque el White se escapara sino porque en el transcurso pudieran hacer mucho ruido.

    Apenas meditó en su situación; estando en casa ajena, de hurtadillas como si fuera un ladrón, se avergonzó, se había auto-proclamado “El Castigador” precisamente para castigar a los malhechores y ahora él se comportaba como uno.

    Los dos llegaron hasta el punto; estaba debajo de un estante de madera que estaba lleno de latas de pintura.

    —Perfecto —refunfuñó—, ¿cómo planeas mover esto sin hacer nada de ruido?

    —Querrás decir tú, ¿no? Yo solo soy una dama, no puedo con tanto peso.

    —Ja, ja, aquí la única dama es la mujer del dueño de la granja.

    —Hay que bajar las latas con mucho cuidado y sin hacer ruido.

    Atur dibujo una mueca en su rostro, disconforme, aunque comenzó a hacer eso.

    —La madera sigue siendo pesada —dijo una vez que terminaron.

    —Ahora pesa menos que antes, vamos, hay que moverla un poco —ordenó ella apresurándose a un extremo e invitando al joven a ponerse del otro lado.

    Comenzaron a alzarla y moverla poco a poco, pero en una de esas Atur pateó accidentalmente una herramienta que a su vez movió otra cosa e hizo ruido, se irritó al escuchar como Amber lo callaba.

    —Hay que terminar con esto de una buena vez —dijo en susurró, molesto, haciendo un poco de más esfuerzo al moverla y sintiendo como el sudor estaba más presente, demostrando su nerviosismo, lo último que deseaba era llamar la atención.

    —Con esto basta, Arturo, ahora trae una pala.

    El rubio buscó aquel instrumento y al encontrarla a unos cuantos metros de él, colgando en la pared a un lado de otras herramientas de granjero, se encaminó para tomarla y cuando se dispuso a regresar, se detuvo a mitad de camino, su corazón no hacia más que palpitar rápidamente. Maldijo.

    —¿Qué te pasa? —preguntó Amber sintiéndose preocupada por la repentina acción de él.

    Había escuchado algo, tal vez fue su imaginación pero juraría que escuchó los pasos de alguien acercándose al tinglado, cuyos pasos se iban haciendo más y más fuertes, sin perder más tiempo, maldiciendo entre susurros se acercó y comenzó a escarbar, terminaría con eso de una buena vez. Y cuando Amber iba a volver a preguntarle lo que le sucedió, fue demasiado tarde cuando escuchó lo mismo que él, el dueño entró al cobertizo golpeando al puerta.

    —¡Largo de mi propiedad, asquerosos ladrones! —gritó apuntándolos con una escopeta.

    Me lleva el diablo” pensó Reza tragando saliva. El hombre cargaba con un arma.

    —¿Qué buscan en mi propiedad? —Recargó el arma, intimidándolos todavía más, los miró con cara de pocos amigos—. ¡Váyanse ahora o disparo!

    —¡Corre Arturo! —gritó Amber.

    Él ignoró la orden de ella y enterró la pala con fuerza hundiéndola con fuerza. No iba a salir de ahí con las manos vacías.

    —¡Sal de ahí bestia!

    Y como si fuera un topo, al sentir la amenaza de Atur, el White salió de la tierra para huir, y tal fue su velocidad que Atur se asombró y cayó al suelo mientras que el dueño asustado por aquel extraño animal comenzó a disparar pero no pudo darle, la bala golpeó el suelo y en la pared; el dueño dio gritó de miedo y retrocedió al momento que el White pasó por su lado.
    Atur se levantó y corrió hacia afuera a donde el White salió disparado.

    Amber, a diferencia, se tensó angustiada al escuchar los disparos, creyendo que habían sido para Atur, pero respiró con tranquilidad al ver como él se levantaba y perseguía al animal. Al salir del cobertizo observó a sus lados en busca del rubio, el que por un instante se le perdió, pero luego lo vio a lo lejos corriendo de un lado a otro.

    —¡Arturo! —intentó llamar la atención. El White solo estaba agotándolo.

    Y ahí estaba Atur jugando al gato y al ratón; el White aumentó la velocidad y él también pero tropezó cuando el White se giró y embistiéndolo provoco que cayera al suelo. ¿Se estaba burlando de él? Su cara se tornó roja como la granada.

    —¡Maldito animal! Que si pudiera matarte no lo pensaría dos veces.

    Se levantó para volver a perseguirlo.

    —Arturo, espera —ordenó Amber, deteniéndolo.

    —¿Ahora qué?

    —Me impresiona lo distraído que eres —Amber se llevó la mano a la frente—. Eres un cabeza dura.

    —¿Para eso me detienes, para insultarme?

    Adelante, continua cansándote y perder tu tiempo” pensó al ver como él volvía a correr detrás del animal, teniendo el mismo resultado.

    —Eres un impaciente, ¿cuándo dejarás de actuar por tu propia cuenta? Tenemos que ser más inteligentes que él —dijo, desviando la vista hacia su lado—. Aunque creas que solo son animales; la verdad es que son muy inteligentes. Tardé vario tiempo en darme cuenta de ese hecho.

    Atur exhaló aire, ya estaba comenzando a agotarse, y si notó que el White estaba jugando solo con él, mas no dijo nada, solo se limitó a mirar el suelo.

    —¿Por qué crees que se necesitan de dos o más personas para atraparlos?

    Comprendiendo lo que dijo, Atur la miró.

    —¿Tienes algún plan?

    Ella le regresó la mirada y sonrió.

    —¿Tú qué crees?


    . . .​
     
    Última edición: 7 Diciembre 2022
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    Víngilot

    Víngilot Usuario común

    Virgo
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    ¡Bien! Qué buen capítulo, chica. Inicio con el gusto de Brad por Lana ¡¿A poco no son las mujeres el mejor distractor del universo?! ¡Por supuesto que lo son! ¡Se internan en nuestras mentes y no nos permiten hacer nada! A Brad le acaba de ocurrir, ya tiene a la chica en el corazón y empieza a sentir las consecuencias de ello, pero, Amber no debería interpretarlo como un problema, un signo de debilidad, por el contrario, podría usar ese argumento como un incentivo para motivar a nuestro héroe a superarse, yo haría eso ¡Qué mejor razón para superarme que proteger o merecerme a una hermosa mujer! Lo doy todo.
    Esta habilidad de los white para presentir una amenaza es muy chido también, lo que vuelve más difícil su captura, ja, como si no fuera ya difícil pretender hacerlo.
    Finalmente la escena final de Atur siguiendo al white fue muy emocionante, auténticamente de película, ya ves que hay escenas en las que casi congelan la imagen o bien la ralentizan al máximo nivel permitiendo ver cada detalle en la pantalla, pues así quise imaginarme dos tres partes de esa carrera, en especial cuando el white retrocede y se lanza contra Atur... wao; otra, cuando el dueño de la casa trae la escopeta a punto de dispararla, ve al white y le dispara sin dar en el blanco... Tengo mucha imaginación, qué le voy a hacer, je, je.
    Por el momento es todo, me quedo en espera del próximo capítulo que debe estar sensacional porque yo quiero que atrapen a esa criatura porque sí y si no es mucho pedir que sea el propio Atur quien lo haga. Muchas felicidades Sara, que la historia no merma en su calidad, interés e intensidad, me agrada y mucho. Hasta pronto ¡Dios te sonría!
     
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    Borealis Spiral

    Borealis Spiral Fanático Comentarista destacado

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    Me ha gustado mucho el capítulo, Sati, en serio xD

    Ay, Brad, pero con qué lindas palabras expresó su cariño por Lana diciendo que siempre creyó que era feliz y que nunca pensó que podría ser más feliz de lo que era y resultó que sí que pudo al conocerla a ella *u* En serio, esa ha sido una de las cosas más lindas que he leído, no sé por qué, pero me gustó mucho, mucho. Y comprendo a Amber en su inquietud por que él no responda adecuadamente a sus instrucciones y prácticas, pero creo que lo que dice Víngilot es buena idea; que enfoque ese nuevo y reciente amor como aliciente para que mejor y para que la proteja. Luego cómo es que el pobre Stanley quedó envuelto en asuntos que nada que ver con él xD Ni modo, eso le pasa por llegar en el momento equivocado.

    Oh, me gustó mucho leer esa pequeña aventura de la maestro Amre y Atur por atrapar a ese otro White y esa habilidad que tienen los animalitos por detectar la amenaza de ser capturada es genial; han de ser muy sensibles. Jajajaja, me gustó especialmente la ironía que cayó sobre el rubio, porque vaya que es verdad, él que se auto declaró el Castigador para darle su merecido a aquellos rufianes y delincuentes, ¡mira!, terminó siendo técnicamente uno más xD Me imagino su incomodidad y sus deseos por salir de allí sin que nadie lo notara, pero claro, la autora no puede ser tan buena, ¿cierto? xD Eso sí, fue un buen toque, porque leer lo de la escopeta me puso los pelos de punta y en mi mente sí que resultó alguien herido, en serio :rolleyes: Menos mal que eres tú y no yo xD

    Luego viene la cacería y el córrele que te alcanzo con caídas extras por parte de Atur, jajajaja; allí sí que sufrió y no sólo físicamente, sino que su orgullo otra vez quedó hecho polvo ¡y por una bolita peluda! Jijijiji, soy cruel, pues me gustó mucho, aunque sí me dolió lo de la mordida de lengua ._. Me ha pasado y es feo. Y nada, espero el siguiente capítulo a ver cómo avanza esto y si los dos capaces de atrapar al escurridizo White. También a ver si Brad llegó al lugar que debía llegar y si también tiene que atrapar a un White... aunque no sé, como Stanley lo acompaña y no sé qué tan útil puede ser este sujeto, a lo mejor la tarea es diferente, ¿no? Hm, habrá que ver. Sin más, me despido y te cuidas mucho.

    Hasta otra.
     
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    Marina

    Marina Usuario VIP Comentarista Top

    Tauro
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    Buen capítulo, interesante y emocionante. Cuando se mencionó "ese, esos, lugares" de inmediato me pregunté qué eran, y mira, resultó que son los lugares en donde están seis de esos White, pero me causa intriga conocer el lugar en donde está el séptimo. Bien, aquí hemos visto la aventura de Atur al atrapar a ese animalito, ahora falta ver la de Brad, porque la de Atur sí que estuvo divertida, pues correr tras ese white, fue como perseguir el viento. Admiro la inteligencia y velocidad que tienen esos animales, así que Atur debe aprender esta otra lección que le está enseñando Amber, la de trabajar en equipo. Si desde el principio la hubiera escuchado, hubiese evitado esas caídas y quizás ese cansancio extremo.

    Ahora también quiero ver ese plan de Amber de cómo atrapar a ese escurridizo y veloz white, porque esa respuesta-pregunta de ella me dice que lo tiene. Y también quiero ver como le va a Brad en su comisión, pero me preocupa un poco, pues va en compañía de Stanley, quien al parecer no tiene ninguna práctica en estas cosas, ¿le puede servir de algo? Pero también espero que Brad ya no siga distrayéndose con el pensamiento de Lana, porque necesita sus cinco sentidos bien lúcidos.

    Espero el que sigue, así que nos vemos entonces. Saludos y TQM
     
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