Mis sueños menos salvajes

NOTA DE LA AUTORA: Hola. Hacer esto de la "nota de la autora" se está volviendo una costumbre, pero es que debo decir que este escrito tiene fines de... No exactamente desahogo emocional (?), mas bien de "descarga mental", por lo que puede un poco incomprensible de leer. Nada es cien por ciento original así que añado también que me inspiré en una canción que no he podido sacar de mi cabeza últimamente, la cuál es "Wildest Dreams" de Taylor Swift. De todos modos, si alguien en verdad lo lee, espero sea de cualquier modo de su agrado.
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—Salgamos de este pueblo. Conduzcamos fuera de la ciudad, lejos de la multitud—.

Ciertamente ese diálogo era completamente irreal. Así de rápido es como sabe uno que está soñando.

Más que sueños, diría que tengo constantes pesadillas no tan malas. Él siempre está presente en ellas, y todo lo que dice es ese diálogo tan irreal, acompañado de esa incomprensiblemente encantadora sonrisa que tiene.

Lo odio. Lo odio porque realmente no lo odio.

En las que llamo mis "pesadillas no tan malas", pienso —Dios no me puede ayudar ahora—, como si alguna vez lo hubiese hecho. Aunque sé que ni siquiera mis pesadillas no tan malas duran para siempre, además pienso —Pero esto va a hacer que me venga abajo—, como si alguna vez estuviera "arriba".

Y es que es más o menos de mi alto, y de algún modo me parece atractivo.
Lo malo sería que es bastante malo.
Lo bueno sería que es bastante bueno en ser malo.

Y puedo predecir el final de mis pesadillas no tan malas apenas comienzan.

Desearía que me dijera que no me va a olvidar.
De pie, luciendo bien. Observando el atardecer.
Con los labios entreabiertos y las mejillas sonrojadas.

Desearía que me dijera que nos veremos otra vez, aunque sea sólo en estos, mis sueños no tan salvajes.

—Nadie tiene que saber lo que hacemos—.

Ciertamente ese diálogo era algo que yo soñaba decir y que se volviera realidad, junto con lo demás que me limitaba a soñar. Así de rápido es como yo se cuando estoy soñando.

A veces mis pesadillas no tan malas son como de hecho no estar durmiendo, sino estar viendo una película de fantasía demasiado fantasiosa, de esas por las que uno puede llorar. O tal vez solo yo... sabiendo que lo que veo es fantasía.

Mi fantasía.

Él entrelaza sus manos agarrándome el cabello. Nuestras ropas están dispersas por la habitación.

Y su voz es un sonido tan familiar, tan... no podría decir que cálido, porque no es exactamente así. Pero tampoco tenía un tono frío. Es un sonido tan... tibio. Pero yo sé que esa agradable sensación que me transmite su voz tampoco durará para siempre. —Pero ahora esto se está poniendo bueno— llegué a pensar al casi terminarse cada una de mis pesadillas no tan malas.

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Ah, mis sueños menos salvajes.

Tú me ves en retrospectiva, como si ya fuera parte de tu pasado.
¿Ya lo soy?

Yo me enredo a ti toda la noche, como si ya no fueras a ser parte de mi futuro.
¿Será así?

Así... quemándolo todo. Se desbarata la...
¿La fantasía? ¿La realidad?

Pero, algún día, cuando me dejes, apuesto a que estos recuerdos te seguirán.

Desearía que me dijeras que nos veremos otra vez, aunque sea sólo por fingir...

Fingir que me recordarás.
De pie, luciendo bien. Observando el atardecer.
Con los labios entreabiertos y las mejillas sonrojadas.

Desearía que me dijeras que nos veremos otra vez, aunque sea sólo en estos, mis sueños no tan salvajes.